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RESUMEN En este ensayo se analizan los antecedentes y las perspectivas del narco tráfi- co en Colombia, sus repercusiones sobre la economía y la estabilidad sociopo- lítica, especuland o escenarios con y sin Plan Colombia, para lo cual se hizo una lectura de la literatura relevante y la actualización de algunas de las estimacio- nes realizadas por el autor. Se concluye que para Colombia cualquier estrategia antinarcóticos debe tener un diseño y una implementación integral, consideran- do la endogeneidad de la relación entre el conflicto armado y el narcotráfico.  Palabras clave: drogas ilícitas, narcotráfico, economía informal. B  ACKGROUND TO AND PERS PECTIVES FOR DRUG TRAFFICKING IN COLOMBIA :  A LOOK AT THE POLICIES  A BSTRACT This essay explores the background to and the perspectives for drug trafficking in Colombia and its repercussions on the economy and socio-political stability. It also speculates on the scenarios with and without Plan Colombia, for which the author interpreted the relevant literature and updated some of his previous Problemas del Desarrollo, vol. 32, núm. 126, México, IIEc-UNAM, julio-septiembre, 2001. 59  ANTECEDENTES Y PERSPECTIVAS DEL NARCOTRÁFICO EN COLOMBIA: UNA MIRADA A LAS POLÍTICAS RICARDO ROCHA GARCÍA*  ––––– ––– ––– * Investigador del Centro de Estu dios sobre Desarrollo Económico de la Universidad de los An- des. Estudio elaborado mediante el patrocinio del BID. Las opiniones, limitaciones y errores son responsabilidad exclusiva del autor, y no comprometen los valiosos com entarios recibidos de Javier León, Carolina Méndez, Moritz Kraemer, Manuel Fernando Castro, Gianpiero Renzoni y a los asis- tentes al seminario del Departamento Nacional de Planeación ( DNP), así como de dos comentarios anónimos. Contacto: <[email protected]>.

Antecedentes y Perspectivas Del Narcotráfico en Colombia

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  • RESUMENEn este ensayo se analizan los antecedentes y las perspectivas del narcotrfi-co en Colombia, sus repercusiones sobre la economa y la estabilidad sociopo-ltica, especulando escenarios con y sin Plan Colombia, para lo cual se hizo unalectura de la literatura relevante y la actualizacin de algunas de las estimacio-nes realizadas por el autor. Se concluye que para Colombia cualquier estrategiaantinarcticos debe tener un diseo y una implementacin integral, consideran-do la endogeneidad de la relacin entre el conflicto armado y el narcotrfico.

    Palabras clave: drogas ilcitas, narcotrfico, economa informal.

    BACKGROUND TO AND PERSPECTIVES FOR DRUG TRAFFICKINGIN COLOMBIA: A LOOK AT THE POLICIES

    ABSTRACTThis essay explores the background to and the perspectives for drug traffickingin Colombia and its repercussions on the economy and socio-political stability.It also speculates on the scenarios with and without Plan Colombia, for whichthe author interpreted the relevant literature and updated some of his previous

    Problemas del Desarrollo, vol. 32, nm. 126,Mxico, IIEc-UNAM, julio-septiembre, 2001. 59

    ANTECEDENTES Y PERSPECTIVAS DEL NARCOTRFICOEN COLOMBIA: UNA MIRADA A LAS POLTICAS

    RICARDO ROCHA GARCA*

    * Investigador del Centro de Estudios sobre Desarrollo Econmico de la Universidad de los An-

    des. Estudio elaborado mediante el patrocinio del BID. Las opiniones, limitaciones y errores sonresponsabilidad exclusiva del autor, y no comprometen los valiosos comentarios recibidos de JavierLen, Carolina Mndez, Moritz Kraemer, Manuel Fernando Castro, Gianpiero Renzoni y a los asis-tentes al seminario del Departamento Nacional de Planeacin (DNP), as como de dos comentariosannimos. Contacto: .

  • estimates. It concludes that any anti-drug strategy for Colombia must be inte-grally designed and implemented, given the endogenous nature of the relation-ship between the armed conflict and drug trafficking.

    Key words: illicit drugs, drug trafficking, informal economy.

    ANTCDENTS ET PERSPECTIVES DU TRAFIC DE STUPFIANTSEN COLOMBIE: COUP DOEIL SUR LES POLITIQUES

    RSUMLauteur de cet article tudie les antcdents et les perspectives du trafic destupfiants en Colombie, ses rpercussions sur lconomie et sur la stabilit po-litique et sociale, envisageant des situations avec ou sans Plan Colombie. ceteffet, il a consult la littrature sur le sujet et a procd une mise jour dequelques-unes de ses valuations. Pour la Colombie, conclut-il, toute stratgiede lutte contre les stupfiants doit tre une stratgie intgrale dans sa concep-tion et dans sa mise en oeuvre, compte tenu du caractre endogne du rapportentre le conflit arm et le trafic de stupfiants.

    Mots-cls: drogues illicites, trafic de stupfiants, conomie souterraine.

    INTRODUCCIN

    Colombia tiene la quinta economa ms grande de Latinoamrica, hamostrado una larga secuencia de crecimiento econmico, tiene unsector productivo crecientemente diversificado e internacionalizado, yadems ha gozado de una larga trayectoria democrtica. Las reformas polti-cas y econmicas de principios de los aos noventa del siglo XX dieron continui-dad a la estabilidad macroeconmica y a la mejora en los indicadores decondiciones de vida. Sin embargo, muy poco de estos hechos trascienden a la opi-nin internacional, en medio de las numerosas informaciones relacionadas conel tema del narcotrfico y la criminalidad asociada. Pero no todo es un proble-ma de desinformacin.

    Hacia finales de la dcada de 1990 el pas se convirti en el principal proveedorde drogas ilcitas de la regin andina, su economa se haba debilitado y su situa-cin sociopoltica haba empeorado considerablemente. Esta circunstancia motivaa indagar sobre la compleja relacin del narcotrfico con la situacin econmi-ca y social del pas, para as pensar tambin en las perspectivas hacia el futuro.

    Al respecto, existen muchas opiniones sobre cules han sido las repercusioneseconmicas y sociopolticas del narcotrfico. Abundan los datos rpidamenteconstruidos, a saber: se piensa que el mercado de la droga es diferente a losdems, que la economa nacional depende de la repatriacin de utilidades mo-numentales, y que las opciones de poltica son extremas o al menos imposibles

    RICARDO ROCHA GARCA

    Problemas del Desarrollo, vol. 32, nm. 126,60 Mxico, IIEc-UNAM, julio-septiembre, 2001.

  • de poner en prctica. En contraste, los estudios econmicos contradicen la ma-yora de los mitos, y muestran que el tamao del narcotrfico dentro de la eco-noma colombiana es relativamente pequeo, aunque no despreciable, y dan unbalance claramente desfavorable de su impacto.

    Este ensayo aporta una mirada econmica a los antecedentes y perspectivasdel narcotrfico en Colombia, a la luz del Plan Colombia (PC), que se propone unareduccin de las extensiones sembradas en cultivos licitos, como parte de un re-planteamiento de la estrategia antidrogas que plantea una integracin de laspolticas de interdiccin, a las de recuperacin econmica, fortalecimiento y de-sarrollo institucional, apoyo a la poblacin ms vulnerable y la negociacin pa-cifca del conflicto interno.

    En el primer apartado se presenta la evolucin de la economa de las drogasen trminos de sus principales desarrollos entre 1980-2000. En el segundo semuestra la magnitud de la repatriacin de utilidades, los canales y su relacincon la macroeconoma, sectores y regiones. En el tercer apartado se analizan losefectos del narcotrfico sobre la criminalidad y la estabilidad sociopoltica, yen el cuarto se hace una reflexin sobre el Plan Colombia: analiza los alcan-ces del programa de atencin de la poblacin vulnerable al conflicto y del pro-grama de desarrollo. Al final se recogen los puntos principales de la exposiciny se presentan dos escenarios a futuro.

    ANTECEDENTES DEL MERCADO Y DE LA INDUSTRIAEn Colombia, durante las ultimas dos dcadas, la mayor parte de las exporta-ciones de drogas ilegales ha correspondido a cocana y su principal mercadode destino ha sido Estados Unidos. Paralelamente, la produccin de marihuanase ha marchitado, la produccin de herona an tiene un carcter incipiente ylas ventas de cocana a Europa han ganado participacin.

    En la dcada de 1990 el precio final de la cocana1 disminuy como resulta-do de un retraimiento de su demanda y la popularidad de las drogas de origensinttico en Estados Unidos (grficas 1 y 2). Tambin se ha reducido la oferta(va decomisos), y en el interior de la regin andina los cultivos han migrado des-de Per y Bolivia hacia Colombia.

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    1 En su estimacin y anlisis se utiliza la metodologa empleada por Rocha (2000), que consi-

    dera informacin relacionada con el control del mercado por parte de colombianos, costos de trans-porte, productividades de los cultivos, coeficientes de transformacin, la erradicacin de cultivos, elconsumo, las exportaciones peruanas y bolivianas de base para cocana hacia Colombia y que lasexportaciones se valoran a los precios mayoristas. Se consultaron estadsticas de International Nar-cotics Strategy Control Report (INSCR), Departamento de Estado de Estados Unidos, Office ofNational Drug Control Policy (ONDCP), Polica Nacional, Direccin Nacional de Estupefacientes(DNE), United Nations Drugs Control Program (UNDCP).

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    Problemas del Desarrollo, vol. 32, nm. 126,62 Mxico, IIEc-UNAM, julio-septiembre, 2001.

    600

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    120

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    357

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    Ton

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    Consumo USA Produccin menosdecomisos

    Precio USA

    US

    $ gr

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    GRFICA 1

    MERCADO MUNDIAL DE LA COCANA(promedios anuales)

    FUENTE: Rocha (2000), UNDCP, ONDCP, clculos del autor.

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    yy

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    14

    12

    10

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    6

    4

    2

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    Cocana Marihuana Herona

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    GRFICA 2

    NDICES DE CONSUMO DE DROGAS EN ESTADOS UNIDOS(promedios anuales)

    FUENTE: ONDCP.

  • Lo ocurrido en el mercado de la cocana puede recrear en un sencillo mode-lo de comercio de un mundo de dos economas con un solo bien (cocana), unaimportadora y otra exportadora (Krugman y Obstfeld, 1999: cap. 9), donde laoferta de cocana en el mercado de consumo es relativamente inelstica alprecio, al igual que la demanda en la economa que la produce.

    La grfica 3 muestra tres escenarios de reduccin del mercado, se utiliza undiagrama de tres cuadrantes, donde el izquierdo muestra el equilibrio de ofertay demanda (D-S), en la economa importadora (EU+UE); en el cuadrante de la de-recha (D*-S*) aparece el mercado de la economa exportadora (Regin Andina);y en el cuadrante de en medio est el equilibrio mundial entre la demanda deimportaciones (Dm), y la oferta de exportaciones(Sx).

    Ante una disminucin de la demanda por importaciones, el precio interna-cional tiende a disminuir (grfica 3a). Una cada en la oferta exportable ocasio-na un repunte en el precio internacional (grfica 3b). Pero una reduccinsimultnea en la demanda por importaciones y en la oferta exportable, asumien-do igualdad en las magnitudes y las elasticidades, no afectara el precio inter-nacional (grfica 3c). En los tres escenarios se reduce el narcotrfico y el ingresodel pas exportador.

    As, la reduccin en el precio internacional y en el ingreso de los pases expor-tadores, sera el resultado del efecto combinado de la disminucin de la deman-da en el principal mercado de consumo y el hecho de que la oferta disponible(produccin menos decomisos) tambin hubiera disminuido. Visto de otra ma-nera, el libre comercio (la interdiccin) representara un crecimiento (cada) enlos ingresos para el pas productor.

    Sin embargo, rescatando la heterogeneidad de condiciones existentes en elinterior de la regin andina y las particularidades de la evolucin del narcotr-fico en Colombia, a continuacin se hace un recuento de los principales desarro-llos locales y regionales de la produccin y exportacin, para tener una mejoraproximacin a sus inmediatas perspectivas.

    La insercin de Colombia al trfico de estupefacientes se remonta a media-dos de la dcada de 1970 con la erradicacin de cultivos de marihuana enMxico, que hizo posible que stos se trasladaran a la costa norte del pas, apro-vechando el clima y las redes de contrabando de importaciones de bienes de con-sumo y de exportaciones de esmeraldas.

    En la dcada de 1980 se inici la importacin de base boliviana y peruanapara cocana, debido al auge de la demanda en Estados Unidos y la erradica-cin de cultivos colombianos de marihuana mediante fumigaciones. Durante ladcada de 1990, el cultivo de hoja de coca y el trfico de cocana hacen de Colom-

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    Problemas del Desarrollo, vol. 32, nm. 126,Mxico, IIEc-UNAM, julio-septiembre, 2001. 63

  • RICARDO ROCHA GARCA

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    PS

    D

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    Q ED=EO* Q*

    GRFICA 3

    EL MERCADO MUNDIAL DE LA COCANA EN UN MODELODE LIBRO DE TEXTO

    b) Una disminucin de la oferta

    a) Una disminucin de la demanda

    c) Una disminucin simultnea en la oferta y la demanda

  • bia el principal productor mundial y su principal fuente de exportaciones ile-gales, mientras que la produccin de herona sigue teniendo un carcterincipiente frente a la produccin de Asia.

    Las utilidades repatriables2 por el narcotrfico se han reducido desde la se-gunda mitad de los aos ochenta del siglo XX, cuando su tamao frente al PIBpromediaba un 5.5% del PIB a 2.5% en la segunda mitad de la pasada dcada, unnivel equivalente al estimado para principios de los ochenta (grfica 4). Detrsde esta evolucin se pueden caracterizar varias fases (grfica 5) en la inser-cin de Colombia al narcotrfico.

    Fase de cartelizacin (utilidades de 2.7% del PIB)A principios de la dcada de 1980 la ventaja competitiva se construy medianteel desarrollo de redes de comercializacin hacia el mercado mayorista, la sus-titucin de importaciones de la materia prima y el acomodo frente a la institu-cionalidad tradicional. En este proceso, la bsqueda de economas de escala lleva la conformacin de la industria en unas pocas organizaciones exportadoras,comnmente denominadas crteles, que pudieran competir con organizacionesde otras nacionalidades y mejorar las condiciones del aprovisionamiento demateria prima importada.

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    2 Diferentes de las utilidades potencialmente repatriadas, como se ilustrar en el siguiente

    apartado.

    GRFICA 4

    UTILIDADES REPATRIABLES POR EXPORTACIONES ILCITAS(promedios anuales)

    6

    5

    4

    3

    2

    1

    01982-1985 1986-1990 1991-1995 1996-2000

    Total

    Cocana

    Marihuana

    Herona

    % d

    el P

    IB

    FUENTE: Rocha (2000), DNE, DNP, clculos del autor.

  • Fase de pugna intraindustria (utilidades de 5.5% del PIB)En la segunda mitad de los ochenta, las organizaciones buscaron un mayorcontrol de la oferta y la promocin de cultivos en el territorio nacional, loque conllev el desbordamiento de las utilidades repatriables, y la elevacin dela presin sobre la institucionalidad tradicional para legitimar la acumulacinde riqueza.

    Tambin en esta fase la bsqueda de la competitividad por medio de las eco-nomas de escala resultaba crucial. Por un lado, el desarrollo de nuevas rutasy el desplazamiento de quienes controlaban las existentes, deba lograrse me-diante la consolidacin de la industria en unas pocas, pero poderosas organi-zaciones, que tuvieran el suficiente poder de intimidacin y corrupcin paraobtener costos medios decrecientes. Por otro lado, la expansin del rea localsembrada de cultivos de hoja de coca entre mltiples productores, permita unmayor control de la calidad y de los costos de la materia prima, eliminaba laintermediacin de los acopiadores en Bolivia y Per, y desde luego reduca elriesgo de la interdiccin policial.

    Durante este lapso se inici en el pas uno de los periodos de mayor violen-cia del que se tenga conocimiento. Los esfuerzos de los narcotraficantes porpreservar la riqueza acumulada y ampliarla, combinaron la intimidacin y so-borno del sector pblico (jueces y policas), legisladores, periodistas, polti-cos, sacerdotes, sindicalistas, activistas de izquierda y derechos humanos,guerrilleros reinsertados, etc. Se buscaba, de esta manera, preservar el estatusde santuario para sus inversiones y el negocio de exportacin, frente a las ini-

    RICARDO ROCHA GARCA

    Problemas del Desarrollo, vol. 32, nm. 126,66 Mxico, IIEc-UNAM, julio-septiembre, 2001.

    GRFICA 5

    FASES DE LA INDUSTRIA DEL NARCOTRFICO

    6

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    4

    3

    2

    1

    01982-1985 1986-1990 1991-1995 1996-2000

    Uti

    lida

    des

    % d

    el P

    IB

    Cartelizacin

    PugnaIntraindustria

    Fragmentacin

    Reestructuracin

    FUENTE: Rocha (2000), DNE, DNP, y clculos del autor.

  • ciativas de Estados Unidos y la comunidad internacional, por lograr una re-duccin en la oferta de narcticos proveniente de la regin andina, as comofrente al repudio de diferentes sectores de la sociedad y la creciente persecucinpor parte del Estado.

    Fase de fragmentacin (utilidades de 4.5% del PIB)En la primera mitad de la dcada de 1990 se avanz en la escala de la con-frontacin con el Estado, lo que llev a la desarticulacin de los crteles, la pri-sin para sus lobbistas y polticos simpatizantes, una aguda crisis de goberna-bilidad y en las relaciones diplomticas, por el financiamento de dineros delnarcotrfico en las elecciones de 1994. Para los exportadores locales ello signi-fic un menor control del mercado mayorista y su desplazamiento por nuevosprotagonistas nacionales e internacionales. As, el extraordinario repunte delos cultivos en los aos noventa es el resultado del desplazamiento de la bs-queda de la ventaja competitiva en las fases de cultivo y acopio.

    Fase de reestructuracin (utilidades de 2.6% del PIB)Durante la segunda mitad de la dcada de 1990 se avanz en la sustitucin deimportaciones, en medio de una reduccin de las utilidades repatriables y Co-lombia como principal proveedor mundial de cocana. Con la salida del mercadode Per y Bolivia, las organizaciones exportadoras colombianas desarticuladas,la virulenta expansin de los cultivos ilcitos en zonas de frontera agrcola, en-contraron proteccin en los grupos de extrema ideologa que de paso les ofre-ci una fuente de financiamiento y una motivacin para involucrarse enactividades de exportacin.3

    As, la bsqueda de la competitividad en la fase agroindustrial estableciuna conexin endgena entre el narcotrfico y el conflicto armado, donde lasguerrillas y paramilitares, a pesar de tener races histricas e ideologas anta-gonistas, encontraron una fuente comn de financiacin en los impuestos a loscultivos y a la exportacin, lo que les permiti una mayor accin militar entreellas y contra el Estado, lo cual explica a su vez la escalada del conflicto internoy los magros resultados de las polticas de control de cultivos. As, la prolifera-cin de los cultivos ilcitos son fuente y resultado de la confrontacin armada.

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    3 La captura de un narcotraficante brasileo revel que un frente de las FARC controlaba el

    acopio y la exportacin de la cocana producida en el Guaviare, as como ingresos que podranestar entre 10 y 12 millones de dlares. (La confesin de Fernandinho, Revista Semana, nm. 991,30 de abril-7 de mayo de 2001.)

  • El comportamiento de los precios y la distribucin regional de los cultivosreflejan las transformaciones mencionadas. Por ejemplo, en la dcada de 1980,cuando la competitividad del negocio se originaba primordialmente en la fasede exportacin, era mayor la participacin de los precios mayoristas sobre elprecio final, lo cual coincide con las fases de cartelizacin y fragmentacin, luego,aquella disminuye con la reestructuracin de la industria (grfica 6). Mientras,en la siguiente dcada, la participacin del costo de la base sobre el precio ma-yorista de la cocana desciende a medida que la competitividad se busca en lafase agroindustrial y crecen los cultivos locales (grfica 7).

    Para el ao 2000, el rea cultivada con hoja de coca, extraoficialmente4 podarebasar las 125 mil hectreas en Colombia, lo que representaba ser el primerproductor del mundo, con un 67% de la superficie mundial entre 1980 y 2000,proceso vertiginoso, si se considera que en 1990 era del 20%. Mientras tanto,en el resto de la regin andina ocurri lo contrario. Desde mediados de los aosnoventa, Bolivia implement la poltica de reducir la oferta a la magnitud ne-cesaria para atender la demanda interna de hoja de coca, mediante erradicacinde 30 mil hectreas manualmente por parte del ejrcito en la regin del Cha-pare. Mientras que en el Per, donde el cultivo tambin es permitido, los con-troles areos, los mayores costos y menor calidad obtenida de los acopiadoresperuanos,5 sumada a la sustitucin de cultivos en Colombia dieron como re-sultado un marchitamiento del rea dedicada a la exportacin en el AltoHuallaga (Cabieses, 1999) y el abaratamiento de la base para cocana.

    De acuerdo con lo anterior, las perspectivas del mercado y la industria en elmediano plazo podran corresponder a los siguientes escenarios.

    Sin Plan Colombia (PC), y si el mercado mundial de la cocana profundizaen sus tendencias recientes, es de esperarse que los ingresos continen dis-minuyendo, en medio de un mayor crecimiento de los cultivos, una crecienteparticipacin de los grupos alzados en armas en la exportacin y una mayorintensidad en el conflicto armado.

    Con PC, una solucin negociada al conflicto armado y una reduccin del 50%en la extensin cultivada localmente, se introducira un dficit de oferta de270 toneladas en el mercado mundial de cocana y eventualmente se dara

    RICARDO ROCHA GARCA

    Problemas del Desarrollo, vol. 32, nm. 126,68 Mxico, IIEc-UNAM, julio-septiembre, 2001.

    4 De acuerdo con la nueva metodologa satelital del Sistema Integral de Monitoreo de Cultivos

    Ilcitos del gobierno de Colombia y la ONU, se reportaron 162 mil hectreas para el ao 2000 (Re-vista Cambio, semana del 14 al 21 de mayo de 2001). Esta informacin no se incorpor en lasestimaciones y anlisis de este ensayo.

    5 Francisco Reyes, Los pactos de Montesinos, en revista Gatopardo, febrero de 2001.

  • un repunte en el precio, que abrira el retorno de Per y Bolivia a la exporta-cin (grfica 3b). En este escenario la paz es una condicin necesaria parael xito de la interdiccin, pues de lo contrario se experimentaran los efectosindeseados de las polticas anunciadas con demasiada anticipacin a su efec-tiva implementacin: ante una eventual erradicacin, los cultivos se propaga-ran con una rapidez inusitada, que desbordara las disponibilidades derecursos, lo cual pone de manifiesto que en la credibilidad del PC jugarun papel determinante la sincronizacin de las diferentes estrategias y la efi-ciencia de su implementacin.

    LA REPATRIACIN Y SUS EFECTOS ECONMICOSLas utilidades repatriables mencionadas en el apartado anterior no han sidonecesariamente las utilidades repatriadas. En Colombia, al igual que en elresto del mundo, la repatriacin de capitales ilegales se encuentra limitadaa las posibilidades de lavado de activos, dadas por la informalidad de las tran-sacciones internacionales, las medidas de control, al igual que el tamao y laestructura de la economa.

    Desde la poca de la economa cerrada, los flujos de capitales encubiertos(FCE) contrabando abierto de importaciones y divisas, sobre y subfactura-

    ANTECEDENTES Y PERSPECTIVAS DEL NARCOTRFICO EN COLOMBIA

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    GRFICA 6

    COSTO DE LA MATERIA PRIMA PARA EL MAYORISTA Y EL MINORISTA

    35%

    30%

    25%

    20%

    15%

    10%

    5%

    0%1981-1985 1986-1990 1991-1995 1996-2000

    Precio cocanamayorista/minorista

    Precio base/preciococana mayorista

    FUENTE: Rocha (2000), ONDCP, y clculos del autor.

  • cin del comercio y las operaciones de la cuenta de servicios eran los canalesms recurridos para movilizar capitales legales para eludir controles cambia-rios y fiscales, as como para introducir capitales ilegales, los cuales han sidomateria de estudio y estimacin (cuadro 1). Desde la apertura de la cuentade capitales, es posible que nuevas modalidades de lavado se hayan sumado alos canales tradicionales, sin que se tenga informacin de su estimacin ymagnitud.

    CUADRO 1

    Utilidades (% del PIB)

    Autores Periodo Repatriables Repatriadas

    Caballero y Junguito (1978) 1970-1977 2.7 1.4Gmez (1988) 1981-1985 3.0 n.d.Gmez (1990) 1981-1988 4.0 2.4Kalmanovitz (1990, 1992) 1976-1988 11.0 6.6Sarmiento (1990) 1981-1988 4.0 y 10.0 2.5Steiner (1997) 1982-1995 5.0 5.0Rocha (1997) 1985-1994 2.0 y 10.0 3.3Rocha (2000) 1982-1998 4.0 2.9

    FUENTE: Estimaciones de utilidades repatriables y repatriadas por el narcotrfico.

    RICARDO ROCHA GARCA

    Problemas del Desarrollo, vol. 32, nm. 126,70 Mxico, IIEc-UNAM, julio-septiembre, 2001.

    GRFICA 7

    REA DE HOJA DE COCA EN PASES ANDINOS

    FUENTE: Polica Nacional, INSCR, varios nmeros.

  • Los FCE representan un techo para la absorcin de utilidades del narcotrfi-co, donde actan aspectos estructurales de la economa. La propiedad indus-trial y financiera es cerrada y se encuentra concentrada en una docena deconglomerados empresariales. Pese a la evidente predileccin de los mafiosos porlas edificaciones suntuosas y las presiones inflacionarias derivadas de suscompras, su penetracin sectorial no fue tan alta puesto que la construccin estdotada de un esquema de financiamiento institucional, sujeto a requisitos deinformacin.

    En cambio, no han existido diques para las inversiones de narcotraficantesen el sector rural y en la economa informal, donde la deficiente titulacin de lapropiedad rural y los atrasados sistemas de registros, junto a la extorsin delos propietarios tradicionales por parte de los grupos de extrema ideologa, fa-cilitaron compras de tierras en lo que se ha denominado como una contrarrefor-ma agraria. Otro tanto ocurri con el comercio informal, el sector hotelero y losjuegos de azar, dada la prevalencia de las transacciones en efectivo.

    Los trabajos del cuadro 1 tienen en comn que detallan las metodologas ylas fuentes de informacin utilizadas para el clculo de las utilidades repatria-bles, y estiman los ingresos netos a partir de exportaciones valoradas al preciomayorista, con una excepcin (Kalmanovitz, 1990 y 1992). La consistencia entrela oferta y la demanda de cocana a partir de las estimaciones de consumo enEstados Unidos y del control del mercado mayorista atribuido a las mafias co-lombianas, es reciente (Steiner, 1997). Igualmente ocurre con las estimacionesde la demanda en Europa, el costo del lavado de activos, estimacin de las impor-taciones de base, as como la revisin de las metodologas para los ingresos demarihuana y herona (Rocha, 2000).

    Por el lado de la repatriacin, las metodologas resultan heterogneas.Para la sobre y subfacturacin del comercio se estima contrastando regis-tros de Colombia y los de sus socios comerciales (Rocha, 1997 y 2000; Steiner,1997); ndices de quantum y de precios (Sarmiento 1990, Kalmanovitz, 1990y 1992); para el contrabando, encuestas (Caballero y Junguito, 1978), funcionesde importaciones (Rocha, 1997), diferencias con registros de la Zona Libre deColn (Steiner, 1997), y para la repatriacin de transferencias una estimacinen funcin del ingreso de la emigracin (Rocha, 1997).

    De los principales resultados de la actualizacin del trabajo de Rocha (2000)se tiene que para 1982-2000, los ingresos netos repatriables de los narcotrafican-tes habran oscilado en torno a un 4.4% del PIB (grfica 8), con una visible dis-minucin en los aos noventa del siglo XX, hasta descender a un promedio del2.6% durante el ltimo trienio, de los cuales tres cuartas partes (3% del PIB)

    ANTECEDENTES Y PERSPECTIVAS DEL NARCOTRFICO EN COLOMBIA

    Problemas del Desarrollo, vol. 32, nm. 126,Mxico, IIEc-UNAM, julio-septiembre, 2001. 71

  • habran sido repatriados por medio de las transferencias, el contrabandoabierto de importaciones y en menor medida mediante la sobre y subfacturacindel comercio; el resto, presumiblemente habra financiado la fuga de capitales.

    Entre 1991 y 1995 los FCE pudieron ser utilizados para ingresar la mayorparte de las utilidades del narcotrfico (grfica 9), sin embargo, en la segundamitad de los aos 1990, es posible que una parte del exceso de los ingresos re-patriables sobre los FCE (en promedio 1.2 del PIB desde los aos 1980) se hayaquedado en el exterior, dedicado a financiar la fuga de capitales y en algunamedida tambin perme la cuenta de capitales por medio de operaciones finan-cieras internacionales, que por su complejidad y tecnologa son muy difciles decontrolar, a pesar de que la legislacin y los controles locales homologan los es-tndares internacionales.6

    Entre 1992 y 2000, del total de inversin extranjera directa 34% correspon-di a Centroamrica y el Caribe, donde se sabe que proliferan parasos fisca-les que ofrecen numerosas ventajas a capitales de toda procedencia. Adems,los cambios ocurridos en el interior de la industria se deben haber reflejado

    RICARDO ROCHA GARCA

    Problemas del Desarrollo, vol. 32, nm. 126,72 Mxico, IIEc-UNAM, julio-septiembre, 2001.

    6 El Subcomit de Investigaciones del Senado de Estados Unidos, con base en un estudio rea-

    lizado sobre lavado de activos en 2000, concluy que importantes bancos estadounidenses, al nocumplir cabalmente con la legislacin, estn permitiendo que sus bancos corresponsales en Co-lombia dejen filtrar sin control dinero proveniente del narcotrfico. (El control bancario de E.U. espermisivo, en El Tiempo, jueves 8 de febrero de 2001.)

    GRFICA 8

    FLUJOS DE CAPITALES ENCUBIERTOS Y UTILIDADES REPATRIABLES(promedios anuales)

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    FCE

    Contrabando

    Transferencias

    Sobre/subfacturacinComercio

    Errores de la Balanza de pagos

    FUENTE: Rocha (2000) y clculos del autor.

  • sobre la repatriacin, pues la fragmentacin ha hecho menos visibles lasoperaciones del lavado.

    Cules son los nuevos canales de repatriacin en una economa abierta ylos eslabonamientos con el resto de la economa con una industria fragmentadaen pequeas organizaciones? Cul es la efectividad de las polticas contra ellavado de activos para reducir la capacidad de absorcin de los capitales repa-triados por el narcotrfico? La fragmentacin de la industria implicara menorcorrupcin y mayor violencia? Si la compra de tierras es la inversin preferi-da, qu intervencin necesitara el mercado de tierras? Si las polticas contrael contrabando y el lavado en el sistema financiero homologan e incluso so-brepasan los estndares internacionales, cul debera ser la cooperacin inter-nacional?

    Las polticas enfrentan un importante reto institucional en los numerososvasos comunicantes entre el narcotrfico y la economa legal, por medio delos mercados informales de divisas, de crdito, de mercancas y de tierras. De laexperiencia colombiana, se sabe que la preferencia de los canales para la repa-triacin y los patrones de inversin, se encuentran favorecidos por la inexisten-cia o precario registro de las transacciones y de los derechos de propiedad, comoprevalece en la economa informal.

    En Colombia los flujos de capitales conservaron la identificacin econmicay personal de las transacciones. Existe un impuesto al arbitraje de divisasentre el mercado paralelo y el regulado, y un margen de intermediacin cambia-ria, que encarecen la repatriacin de utilidades a travs de la cuenta de capi-

    ANTECEDENTES Y PERSPECTIVAS DEL NARCOTRFICO EN COLOMBIA

    Problemas del Desarrollo, vol. 32, nm. 126,Mxico, IIEc-UNAM, julio-septiembre, 2001. 73

    GRFICA 9

    UTILIDADES REPATRIADAS MENOS REPATRIABLES(% del PIB)

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    FUENTE: Rocha (2000), DNP, y clculos del autor.

  • tales. En materia de comercio exterior, los esquemas preferenciales tributariosy administrativos, sujetos a identificacin, han disminuido las oportunidadesde lavar activos mediante la sobre y subfacturacin del comercio. Otro tanto hasucedido con los programas adoptados por el sistema financiero y el mercadode capitales para la identificacin de las transacciones. Los convenios de la Di-reccin de Aduanas e Impuestos Nacionales (Dian) con las multinacionales hanlogrado disminuir sustancialmente la oferta de contrabando de importaciones.

    Sin embargo, faltara avanzar en la cooperacin internacional para lograrhomologacin tanto de legislaciones como en la tica de los negocios internacio-nales, as como en la modernizacin de los sistemas de registros de la pro-piedad inmobiliaria y la creacin de mercados de tierras. Tambin la capacidadde lavado disminuira en la medida en que se reduzca la evasin fiscal y seample la cobertura de la base gravable.

    Respecto a los efectos econmicos del narcotrfico, la sabidura convencio-nal y los trabajos realizados no comparten la misma visin. La primera ha sidoenriquecida por datos rpidamente construidos y de opiniones informadas,donde se destaca el xito empresarial de los narcotraficantes colombianos, susfortunas fabulosas, las posibilidades de redencin social de sectores marginadosde la poblacin, los vnculos con segmentos de la clase empresarial y poltica co-lombiana, y una explicacin para que el desempeo macroeconmico del pas,durante los aos ochenta del siglo XX, fuera destacable dentro de la regin.

    Los trabajos de los economistas fueron motivados en la verificacin empricade la sabidura convencional, la bsqueda de la interpretacin econmica a laproblemtica de un pas productor con una demanda externa dada, y a la pre-sencia de externalidades negativas y positivas, donde la principal dificultadencontrada por los autores ha sido la informacin estadstica y el diseo demetodologas de medicin.

    A partir de los aos ochenta del siglo XX, la propensin de los narcotraficantesa invertir en propiedades rurales y de construccin era tan evidente, que sepresuma que su dinmica estuviese muy influenciada por la repatriacinde utilidades (Sarmiento y Moreno, 1990; Giraldo, 1990). Tambin se le atri-buan efectos locales o regionales en el salario real de las regiones producto-ras, variaciones en los depsitos del sistema financiero, y en las tasas dedesempleo. Kalmanovitz (1990 y 1992) nos revel impactos positivos sobre lainfraestructura y la tecnologa del sector pecuario, as como tambin sobrela inversin de propiedad raz urbana, medios de comunicacin, cadenas defarmacias, y algunas empresas industriales.

    RICARDO ROCHA GARCA

    Problemas del Desarrollo, vol. 32, nm. 126,74 Mxico, IIEc-UNAM, julio-septiembre, 2001.

  • Por entonces, se entenda que los efectos de naturaleza macroeconmica sedaban mediante la especulacin en vivienda suntuaria con desfavorables efec-tos sobre la inversin y el crecimiento, y a travs de la mayor oferta de divisasen el mercado paralelo, por una parte aumentando el contrabando de im-portaciones y deteriorando la actividad industrial, y por la otra, financiandola fuga de capitales (Gmez, 1988). El dinero de la cocana se haba dedica-do a la financiacin del contrabando y la informalizacin del comercio exterior, elturismo exterior y la fuga de capitales, actividades que en nada contribuanal crecimiento econmico y complicaban el manejo macroeconmico (Urru-tia, 1990).

    Los posibles efectos de la repatriacin sobre la composicin del producto,mediante la tasa de cambio, no han resultado evidentes. A comienzos de la d-cada de 1990 se prevea que la enfermedad holandesa va narcotrfico se daraa medida que la economa se internacionalizara (Sarmiento, 1990 y 1991). Noobstante, a esa previsin poco ayudaba el carcter permanente de los flujos,sus bajos eslabonamientos con el resto de la economa y su tenue impacto sobrelos ingresos fiscales (Thoumi, 1994). Adems, la repatriacin se canaliza en for-ma importante por el mercado negro, y los efectos de la repatriacin de capi-tales del narcotrfico sobre el premium cambiario han sido irrelevantes porla baja convertibilidad a pesos (Steiner, 1997). De hecho, son relativamentereducidas las ventas de dlares de las casas de cambio al mercado oficial (Ro-cha, 2000).

    Para la segunda mitad de la dcada de 1990, la expansin de los cultivos re-velaba un vnculo ms estrecho con la economa y la estabilidad sociopoltica delas regiones: la fase agroindustrial del narcotrfico generaba 40 mil empleosdirectos al ao y la creciente dependencia financiera de la guerrilla (Uribe,1997). Tambin la encuesta municipal de compras de tierras por parte del nar-cotrfico, elaborada por Reyes, daba a conocer una contrarreforma agraria(1997).

    De acuerdo con las consideraciones anteriores, y una actualizacin de las es-timaciones de Rocha (2000), se elabora a continuacin un recuento de las reper-cusiones macroeconmicas sectoriales y regionales del narcotrfico para elperiodo 1980-2000.

    A primera vista la repatriacin de utilidades por ventas de cocana, heronay marihuana se podran catalogar como otra exportacin agroindustrial, con unacifra cercana a las exportaciones de caf, banano y flores (2% del PIB para 1996-2000), pero sus eslabonamientos con el resto de la economa son de una menorintensidad, por la visible preferencia de los mafiosos por el consumo suntua-rio y las inversiones especulativas.

    ANTECEDENTES Y PERSPECTIVAS DEL NARCOTRFICO EN COLOMBIA

    Problemas del Desarrollo, vol. 32, nm. 126,Mxico, IIEc-UNAM, julio-septiembre, 2001. 75

  • Del examen de las exiguas correlaciones entre las utilidades repatriadas ysu potencial repatriacin con el PIB legal, se desprende que las repercusiones noresultan evidentes. Los dbiles eslabonamientos con la economa legal y su re-ducida capacidad de absorcin de la repatriacin de capitales, han determinadoque el narcotrfico no haya dinamizado de manera sistemtica la economa legal(grfica 10). Mediante los flujos de difcil explicacin (contrabando, transferen-cias y sobrefacturacin), tambin se repatran capitales de orgenes dife-rentes al narcotrfico, que desean eludir el pago de impuestos y hacer arbitra-je cambiario.

    Tampoco resultan visibles los efectos sobre la determinacin del ITCR y elpremium cambiario. De acuerdo con los estudios realizados, estas dos varia-bles son explicadas igualmente que en economas donde no opera el narco-trfico (Steiner, 1997). Adems, hay que sealar que con la liberalizacin delmercado cambiario a principios de la dcada de 1990, se conservaron los regis-tros de la identificacin de los operadores y se estableci un impuesto para suingreso al mercado cambiario legal, cuya magnitud explica el premium negati-vo de la tasa de cambio paralela con respecto a la oficial en los aos noventadel siglo XX.

    Esta desregulacin signific una ampliacin del mercado cambiario, en elque las transacciones pasaron de representar 33% del PIB en la dcada de 1980,a 38% durante los aos noventa (la suma de ingresos y egresos de la balanzacambiaria). Si se le adicionan las cuentas corrientes en el exterior, esta magni-tud superara el 170% del PIB (grfica 11).

    En consecuencia, la magnitud de las divisas negras disminuy en la ltimadcada del siglo pasado no slo en trminos del PIB, sino tambin con respectoal tamao del mercado. La relacin de utilidades repatriables sobre transac-ciones del mercado cambiario pas de 12% a 5% durante el periodo 1980-2000.Igualmente, el exceso de utilidades repatriables sobre los FCE disminuy de 1.5%del PIB a 0.8%. Era de esperarse que al disminuir la presin de la repatriacinpor ingresar a la economa, la tasa de cambio paralela debera aumentar, peroocurri lo contrario. As, estas magnitudes tampoco ayudan mucho a lapresuncin de que detrs del premium negativo, la libertad de la cuenta decapitales ampli los efectos depresivos del narcotrfico sobre la tasa de cam-bio (grfica 12).

    Desde el punto de vista contable,7 la incursin de Colombia al narcotrficocontribuy en la recomposicin de su balanza de pagos, producto de la repa-

    RICARDO ROCHA GARCA

    Problemas del Desarrollo, vol. 32, nm. 126,76 Mxico, IIEc-UNAM, julio-septiembre, 2001.

    7 Un ejercicio que podra abordarse mediante un modelo de equilibrio general computable

    (Hernndez y otros, 2001).

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  • triacin de utilidades (3% del PIB), como tambin del balance macroeconmi-co, principalmente en la medicin de la cuenta de capitales, del ahorro privadoy del PIB. Si se incorpora el valor de la fase agroindustrial, el PIB debi haberseincrementado hasta 3.5% en promedio durante las ltimas dos dcadas delsiglo pasado.

    Lo anterior, sumado al hecho de que el narcotrfico no ha representado unboom exportador transitorio, explica que no se le puedan atribuir cambios en la

    RICARDO ROCHA GARCA

    Problemas del Desarrollo, vol. 32, nm. 126,78 Mxico, IIEc-UNAM, julio-septiembre, 2001.

    GRFICA 11

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    FUENTE: Banco de la Repblica, Rocha (2000) y clculos del autor.

    GRFICA 12

    UTILIDADES REPATRIABLES, REPATRIACIN Y PREMIUM CAMBIARIO

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    FUENTE: DNP, Rocha (2000) y clculos del autor.

  • composicin sectorial. Una mirada a un ndice de enfermedad holandesa (PIBagrcola e industrial vs. PIB total) frente a los FCE, no muestra la corresponden-cia esperada.

    Pese a las elevadas magnitudes de la repatriacin en la dcada de 1980, elndice de enfermedad holandesa (IEH) no cay (grfica 13), mientras que enlos aos noventa, ambos disminuyeron, dejando en claro que la recomposicindel producto a favor de los no transables correspondi en muy poco al narco-trfico, y en cambio obedeci fundamentalmente al repunte en la demandadomstica ante las expectativas creadas por las exportaciones petroleras acomienzos de la ltima dcada del siglo pasado. De hecho, las exportaciones conmayor sensibilidad a la tasa de cambio real (no tradicionales o diferentes aminera y caf), crecieron durante el periodo 1980-2000 a una tasa promedio del8% y ganaron participacin sobre la oferta exportable del 35% al 45 por ciento.

    El narcotrfico tampoco ha tenido efectos sistemticos regionales y secto-riales. Pese a que a menudo se argumenta la presencia de efectos sobre la com-posicin del producto en el mbito sectorial y regional, las correlaciones con losPIB sectoriales de la construccin, el sector financiero y el comercio, no permi-ten apreciar nexos de consideracin. En el caso de la construccin, su compor-tamiento va en contra de la repatriacin, lo cual no favorece la tesis de que laconstruccin se benefici en forma generalizada con el narcotrfico. Es cierto quelos nichos de construccin suntuaria vivieron procesos especulativos debido acompras del narcotrfico; sin embargo, existen evidencias de que la dinmicadel sector ha respondido a determinantes propios de economas sin narcotrfi-co (Rocha, 2000).

    La relacin entre el desempeo del sector agropecuario y los FCE no resul-ta sorprendente si se considera que las inversiones de narcotraficantes en pro-piedades rurales se han orientado a la especulacin inmobiliaria, en regionescontroladas por la guerrilla y con precaria acreditacin de su propiedad. Asu-miendo compras del 10% y 20% de la superficie en los municipios que reportancompras de tierras por parte de narcotraficantes (Reyes, 1997), de una subvalua-cin del 40% del precio catastral vs. el precio comercial, se obtendran estimacio-nes de 2.2 millones de hectreas (US$ 1.2 millardos*) y 4.4 millones de hectreas(US$ 2.4 millardos), es decir, entre el 5% y el 11% del rea de las propiedadesrurales (Rocha, 2000).

    La importancia econmica del narcotrfico sobre algunas economas regio-nales ha sido significativa, principalmente donde hay cultivos, pues los efectosdel narcotrfico no se reflejan en regiones sede de las organizaciones exportado-

    ANTECEDENTES Y PERSPECTIVAS DEL NARCOTRFICO EN COLOMBIA

    Problemas del Desarrollo, vol. 32, nm. 126,Mxico, IIEc-UNAM, julio-septiembre, 2001. 79

    *Miles de millones.

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  • ras, y tampoco en aquellas preferidas para sus inversiones; al parecer, porqueall el lavado de activos se destina a financiar la fuga de capitales y el contrabando.

    Las regiones con cultivos ilcitos se caracterizan por tener economas atra-sadas, predominan las actividades primarias, tienen zonas de colonizacin yganadera extensiva, son menores las dotaciones institucionales y de infraes-tructura, al igual que los niveles de capital humano y social, y registran eleva-dos ndices de inestabilidad sociopoltica. Para el ao 2000 los cultivos ilcitoshabran tenido una produccin valorada en 350 millones de dlares, equivalen-tes al 5% del PIB agrcola y al 8% del empleo agrcola (69 mil empleos directos)de las regiones productoras (grfica 14).

    Sin lugar a dudas la estabilidad sociopoltica de estas regiones ha sidoperturbada por el narcotrfico. Los cultivos de hoja de coca tambin han fa-vorecido las corrientes migratorias desde diferentes partes del pas hacia elsudeste, en la regin conocida como los Territorios Nacionales o la Orinoqua-Amazona, que desde antes de la llegada del narcotrfico se ha caracterizadopor tener precarias vas de acceso al interior del pas, una incipiente agriculturacomercial que coexiste con una ganadera extensiva, una dinmica colonizacinde la frontera agrcola, selva tropical y comunidades indgenas.

    Con las estimaciones de las utilidades del trafico de cocana se podra obte-ner una aproximacin a su dimensin econmica en el hemisferio y una provo-cacin para los anlisis de economa poltica.

    ANTECEDENTES Y PERSPECTIVAS DEL NARCOTRFICO EN COLOMBIA

    Problemas del Desarrollo, vol. 32, nm. 126,Mxico, IIEc-UNAM, julio-septiembre, 2001. 81

    GRFICA 14

    CULTIVO ILCITOS POR REGIONES EN 2000(PIB y empleo)

    7714%

    12%

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    NOTA: para facilitar la lectura de la grfica en el caso de Vichada, Putumayo, Guaviare y Caquet, las barras no corresponden a los % sobre empleo; tampoco tienen % sobre el PIB.FUENTE: DNE, Rocha (2000) y clculos propios.

  • En la regin andina y Mxico, la participacin de los ingresos de la drogapuede llegar al 1% del PIB, claro est que en su interior existen disparidades;en Bolivia la economa de la droga tiene un 7% del PIB, mientras que en Pery Mxico estn por debajo del 0.5%; una importancia relativa muy parecida a laque en Estados Unidos tendra el valor de las ventas de cocana, el 0.6% delPNB, donde la mayor parte del valor agregado del negocio mundial se genera enel mercado minorista controlado por organizaciones delictivas locales (grfi-cas 15 y 16).

    De hecho, el consumo de 301 toneladas de droga en Estados Unidos en1998, no slo permiti ventas por 39 mil millones de dlares, sino tambin, ysiguiendo los datos Levitt y Venkatesh (1998), evidenci que el mercado mi-norista puede ser una fuente importante de empleo.8 Para la fase agroindus-trial realizada en Colombia, se estima la generacin de aproximadamente70 mil empleos directos, pero se desconoce cunto empleo vincula en las demsetapas del negocio.

    Para abordar las perspectivas inmediatas, de nuevo nos remitimos a losescenarios de la seccin anterior (grfica 3).

    Sin mediar el PC, no sera esperable que el funcionamiento global de la eco-noma se vea adversamente afectado por la reduccin paulatina de los ingre-sos de la droga, ni tampoco otros sectores y regiones, aunque prevaleceran loscostos generados por la inestabilidad sociopoltica en los procesos de ahorro-inversin.

    El escenario de una reduccin del 50% en el rea cultivada, prevista por elPlan Colombia, implicara una reduccin de las utilidades repatriables a 900millones de dlares, es decir, a un 0.6% del PIB, siendo directamente afecta-das las regiones cultivadoras (35 mil empleos menos) y algunas actividadespertenecientes a la informalidad. Ello sobre la premisa de una paz negocia-da, pues de lo contrario sera de esperarse que la delincuencia organizada ylos grupos alzados en armas, ante la perspectiva de una reduccin de ingre-sos, aceleren la promocin de cultivos, su vinculacin a la fase exportadora yofrezcan resistencia por caminos diferentes a la negociacin pacfica, lo queocasionara por consiguiente un mayor deterioro de la estabilidad sociopolti-ca y el clima de los negocios.

    RICARDO ROCHA GARCA

    Problemas del Desarrollo, vol. 32, nm. 126,82 Mxico, IIEc-UNAM, julio-septiembre, 2001.

    8 De acuerdo con este trabajo, una organizacin pandillera representativa del bajo mundo en

    Estados Unidos (un consumo de 300 toneladas anuales) puede llegar a vender anualmente entre2 y 10 kilos en el mercado detallista tomando dos rangos de tamao que pueden tener entre 30y 60 integrantes.

  • REPERCUSIONES SOCIOPOLTICASLa literatura econmica ha explorado las relaciones del narcotrfico con la ins-titucionalidad y la estabilidad sociopoltica, principalmente a travs de la expli-cacin del desplazamiento, la corrupcin, la violencia y la criminalidad, losvnculos con los grupos alzados en armas y la transformacin de las institucio-nes; estos trabajos hacen nfasis en los costos que representa el narcotrficopara el bienestar, y las posibilidades de crecimiento de la economa.

    ANTECEDENTES Y PERSPECTIVAS DEL NARCOTRFICO EN COLOMBIA

    Problemas del Desarrollo, vol. 32, nm. 126,Mxico, IIEc-UNAM, julio-septiembre, 2001. 83

    GRFICA 15

    IMPORTANCIA RELATIVA DE LA ECONOMA DE LA COCANA

    Colombia

    1990-1995

    G4

    Estados Unidos

    6

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    3

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    1995-2000

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    GRFICA 16

    APROPIACIN DEL MERCADO DE LA COCANA

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    Europa28%

    Estados Unidos66%

    G46%

    FUENTE: Rocha (2000), ONDCP, UNDCP y clculos del autor.

    G4 comprende Bolivia, Per, Mxico y Colombia.FUENTE: Rocha (2000), Banco Mundial, clculos del autor.

  • El impacto del narcotrfico sobre la sociedad colombiana ha sido grande ycomplejo. La acumulacin de riqueza determin un crecimiento de la economainformal y un deterioro de las instituciones tradicionales por medio de la cre-ciente corrupcin y violencia en lo que se denomin el efecto cataltico, queaceler un proceso de deslegitimacin del Estado, que haba comenzado desdeantes de la llegada del narcotrfico, y que propici la inestabilidad sociopol-tica (Thoumi, 1994).

    La irrupcin del narcotrfico trajo consigo la financiacin de las bandas desicarios, los grupos paramilitares y la guerrilla, la sustitucin de parte de laclase empresarial del sector agropecuario, la intimidacin del poder judicial, eldesprecio por el sistema legal para la solucin pacfica de conflictos, incremen-tos en las tasas de criminalidad, secuestro y violencia como mecanismos de jus-ticia dentro de la industria, el terrorismo para imponer un santuario legal, losdesplazamientos de poblacin en las zonas rurales, la contrarreforma agraria de-satada por las compras de propiedades rurales, el trfico de armas y la presen-cia de mercenarios extranjeros.

    Tambin se argumenta que el narcotrfico, al contribuir a la financiacin delcontrabando y la creciente informalizacin de la economa, erosion la institucio-nalidad de los controles administrativos de la economa cerrada, facilitando elconsenso frente a la adopcin de las reformas del programa de apertura eco-nmica (Molina, 1995).

    Los estudios que analizan las negativas repercusiones entre la actividadcriminal y el crecimiento econmico y las tasas de productividad e inversin,revelan, por una parte, que en el nivel internacional las tasas de homicidio sonexplicadas positivamente por la produccin de narcticos (Fajnzylber y otros,1999), al igual que una coincidencia entre la incursin de Colombia en el narco-trfico y el repunte en la violencia (Rubio, 1995).

    Para las siete mayores ciudades y sus reas metropolitanas se encontr unaestrecha asociacin entre los ingresos por narcotrfico y los niveles de crimina-lidad: un incremento del 1% en los ingresos del narcotrfico eleva la tasa dehomicidios en 0.2%. Una muestra realizada en 700 municipios dio como resul-tado que el 90% de la diferencia entre municipios con mayor violencia y el resto,corresponde a la presencia de paramilitares, guerrilla y narcotrfico (Snchezy Nez, 2000).

    Tambin ha sido evidente la influencia negativa del narcotrfico y el terro-rismo asociado con la eficiencia en la administracin de justicia: La violenciatiene mucho ms que ver con el narcotrfico y con el desplome del sistema dejusticia en el pas que con explicaciones tradicionales que han sido repetidas

    RICARDO ROCHA GARCA

    Problemas del Desarrollo, vol. 32, nm. 126,84 Mxico, IIEc-UNAM, julio-septiembre, 2001.

  • desde cuando no haba narcotrfico. (Montenegro y otros, 1999; Echeverryy Partow, 1998).

    Es as que en Colombia la escalada de violencia ha coincidido con la incursinde colombianos en el narcotrfico, y los delitos relacionados con el narcotrficohan estado estrechamente ligados con las tasas de homicidios (Rocha, 2000). En las ciudades, el accionar de los cuerpos de seguridad del narcotrfico paraproteger propiedades, garantizar contratos delictivos, intimidar y corromper alas autoridades, explican esta conexin. Mientras que en el sector rural, dos hansido las conexiones del narcotrfico que explican el mecanismo de transmisinhacia la inestabilidad sociopoltica: el control de los cultivos y el de las inver-siones en propiedades rurales. Los narcotraficantes armaron ejrcitos privadospara controlar algunas de las zonas de cultivos y proteger sus inversiones de laextorsin de la guerrilla y de la delincuencia comn; en consecuencia, comprarontierras e impusieron su presencia mediante intimidacin y/o simpata de lospropietarios tradicionales y de la poblacin local. Mientras que las guerrillasy los grupos paramilitares, a pesar de sus diferencias ideolgicas, encontra-ron una fuente comn de ingresos en los tributos al acopio de las cosechas ysu exportacin.

    Para las guerrillas de las FARC y del ELN la probabilidad de hacerse presen-tes en un municipio aumenta 155% si existen cultivos ilcitos (Vlez, 2000). Du-rante el periodo 1991-1994 se estimaba que 40% de los ingresos de los gruposguerrilleros se obtena del narcotrfico y que su accionar violento le represen-taba al pas costos equivalentes al 4% anual del PIB (Granada y Rojas, 1995).

    La estructura de la propiedad agrcola ha favorecido la marcada preferen-cia de los narcotraficantes por inversiones en propiedades rurales. En regionescomo Antioquia, Caquet, Meta y La Guajira, donde la intensidad de las com-pras de tierras ha sido particularmente elevada, la presencia de gruposparamilitares, que masacran a la poblacin civil, ha sido particularmentealta. Al parecer, con mayor intensidad que la guerrilla, los grupos paramili-tares usan preferentemente el terror indiscriminado sobre la poblacin civil(grfica 17). Mientras que en el Valle y el Tolima, pese a la importancia de lasinversiones rurales, la presencia de los ejrcitos particulares ha sido relativa-mente baja.

    Lo anterior ha determinado un tremendo reto a las instituciones tradicio-nales y la necesidad de distraer en forma creciente recursos necesarios parafinanciar el desarrollo econmico y el bienestar de la poblacin en favor delgasto en administracin de justicia y seguridad. Mientras que en los aos se-

    ANTECEDENTES Y PERSPECTIVAS DEL NARCOTRFICO EN COLOMBIA

    Problemas del Desarrollo, vol. 32, nm. 126,Mxico, IIEc-UNAM, julio-septiembre, 2001. 85

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    Cultivos

  • tenta se destinaba a estas finalidades 2.5% del PIB en promedio, este gasto hacrecido paulatinamente hasta promediar 4.5% del PIB en la segunda mitad delos aos noventa del siglo pasado (Rocha, 2000).

    De la revisin de los canales sealados por los trabajos elaborados hasta elmomento sobre los nexos entre la economa colombiana y el narcotrfico, se des-prende que la sabidura convencional ha sobrestimado la repatriacin de utili-dades y sus bondades econmicas, mientras que ha subestimado los costosderivados por la inestabilidad sociopoltica. La ilegalidad del narcotrfico ha de-terminado que mucha de la informacin sea precaria y que pululen los mitos;los estudios econmicos realizados sobre el tema, cada vez ms comprensivos ycon mejor informacin, sin llegar a ser conclusivos, coinciden en mostrar costosque superan los eventuales beneficios, y permiten concluir que la insercin deColombia al narcotrfico le ha representado una limitacin a sus posibilida-des de bienestar y crecimiento econmico.

    Pero las repercusiones econmicas y sociales tambin se dan en los pasesconsumidores. En Estados Unidos el trfico de drogas est directamente re-lacionado con las tasas de criminalidad. Utilizando informacin sobre 27 reasmetropolitanas, Grogger y Willis (2000) muestran que de no haberse dado laintroduccin del crack (un derivado de la cocana), probablemente la tasa rcorden criminalidad urbana de 1991 pudo haber sido menor en 10 por ciento.

    Dada la ilegalidad del trfico de drogas, los derechos de propiedad sobre lasredes de distribucin se ejercen mediante la intimidacin. De hecho, las fi-nanzas de las pandillas, pertenecientes al crimen organizado en las ciudadesde Estados Unidos, son resultado de la efectividad de la violencia para contro-lar territorialmente sus redes de distribucin (Levitt y Venkatesh, 1998).

    Aunque para Colombia an no se conocen estudios equivalentes, es biensabido que las fases de acopio, exportacin, distribucin al mercado mayoris-ta y lavado de activos, son intensivas en violencia, con el fin de minimizar losriesgos de incumplimiento contractual y de la interdiccin policial.

    Las reflexiones que surgen al final de este apartado, sobre el futuro inme-diato de la conexin entre el narcotrfico y la inestabilidad sociopoltica, tambinretoman los escenarios dibujados precedentemente.

    Sin PC y de continuar las tendencias recientes en el mercado y la industria,la paulatina reduccin de las utilidades ira acompaada con una reduccinen las tasas de criminalidad; sin embargo, ello no tendra necesariamente quereflejarse como de hecho est ocurriendo en otras formas de inestabili-dad sociopoltica, por la endogeneidad del conflicto armado al narcotrfico.

    ANTECEDENTES Y PERSPECTIVAS DEL NARCOTRFICO EN COLOMBIA

    Problemas del Desarrollo, vol. 32, nm. 126,Mxico, IIEc-UNAM, julio-septiembre, 2001. 87

  • La perspectiva de una paz negociada y la reduccin del rea cultivada pre-vistas por el Plan Colombia, debera acelerar el recorrido hacia la estabilidadsociopoltica, a lo cual debera contribuir la credibilidad en el cumplimientode objetivos y la integralidad de las diferentes estrategias del PC; si los agen-tes no le otorgan credibilidad a las polticas de interdiccin y de desarrolloalternativo, seran previsibles las adversas repercusiones de la pugna re-distributiva (marchas campesinas y paros cvicos) sobre la estabilidadsociopoltica; y si el PC excluyera del acuerdo de paz a las protestas cam-pesinas, se sumara la escalada en el conflicto armado y la controversiainternacional.

    UNA MIRADA A LAS POLTICASEn este apartado, el punto de partida es una resea de los costos que la inser-cin al narcotrfico le ha representado a Colombia, para recrear el conoci-miento que asisti al diseo del Plan Colombia y una apretada sinopsis de susestrategias (excluyendo interdiccin y paz), sin dejar de reconocer que algunosde los problemas econmicos y sociales, recientemente asociados al narcotrfi-co, slo fueron exacerbados por su aparicin.

    Pese a lo prematuro de una evaluacin del PC, la endogeneidad del narcotr-fico y del conflicto armado anticipan que si este ltimo se escala y se prolongareducir la cobertura de las diferentes estrategias del PC, y aumentar las ne-cesidades de financiacin, para lo cual se hace una rpida reflexin sobre losprogramas de atencin a la poblacin vulnerable y al programa de desarrolloalternativo.

    De acuerdo con los apartados anteriores, los cambios en el mercado inter-nacional de la cocana y en la estructura local han determinado una tendenciadecreciente en la repatriacin de utilidades que ha representado en promedio3% del PIB,9 sin externalidades positivas, pero en cambio, con evidentes cos-tos frente a una economa sin narcotrfico: mayor inestabilidad sociopoltica,menor bienestar, distorsiones en la asignacin de recursos pblicos y en losprocesos de ahorro e inversin.

    Sin embargo, durante mucho tiempo la percepcin predominante en la sabi-dura convencional era diametralmente opuesta: un mercado internacionalen expansin, beneficios econmicos y ambiguas repercusiones sociopolticas.Un problema de accin colectiva, que en el pasado restringi el diagnstico y lalegitimidad de las polticas antinarcticos.

    RICARDO ROCHA GARCA

    Problemas del Desarrollo, vol. 32, nm. 126,88 Mxico, IIEc-UNAM, julio-septiembre, 2001.

    9 La contribucin al PIB de la repatriacin y de la fase agroindustrial (3% del PIB) tambin se

    pueden considerar como una aproximacin al desplazamiento de la economa formal.

  • Una muestra de lo anterior es que hasta el momento no se dispone de unaestimacin de los costos asociados al narcotrfico que incorpore los diferentesefectos de una manera comprensiva. Pero aceptando que el narcotrfico ha si-do el catalizador de la inestabilidad sociopoltica, en el sentido de Thoumi (1994),es posible apreciar algunas de las magnitudes, estimadas con diferentes me-todologas y propsitos, de los efectos que se le pueden atribuir al narcotrficosobre el proceso de ahorro-inversin, la prdida de capital humano, el desplaza-miento de la economa legal y el deterioro sobre el medio ambiente (cuadro 2).

    As, la inversin privada podra ser superior en 4% del PIB si se tuviera uncontexto de estabilidad sociopoltica (Parra, 1998). Pero por el lado del financia-miento, tambin el dinero del narcotrfico ha tenido consecuencias adversasal reducir las fuentes internas: por el exceso de gasto fiscal en seguridad y jus-ticia, la evasin fiscal y la fuga de capitales. No se conocen los sobrecostos dela inversin por el conflicto, tal como lo evidencia el escalafn de las firmas ca-lificadoras internacionales. Tampoco se sabe del costo de las inversiones nece-sarias para sustituir las divisas generadas por las exportaciones ilegales.

    Las prdidas humanas y materiales derivadas del conflicto armado con laguerrilla y los grupos paramilitares (minas antipersonales, desplazamiento,combates, secuestros, asesinatos, extorsin) han sido estimadas en 0.7% del PIB(Castro y otros, 1999a). Se desconocen los costos de la destruccin de poblacio-nes, la desercin escolar, el xodo de nacionales, la rehabilitacin de la salud f-sica y mental de las vctimas del conflicto, entre otros aspectos. Tampoco se sabedel impacto del narcotrfico y los cambios en la institucionalidad sobre loscostos de transaccin.

    El dao ambiental corresponde a la destruccin de aproximadamente 2.3millones de hectreas en selva hmeda y bosques tropicales afectados por lasiembra y fumigacin de los cultivos de hoja de coca y amapola. No se sabe culsea su costo, como tampoco el ocasionado por el vertimiento en ros de los dese-chos qumicos del procesamiento y los daos sobre la salud por la utilizacin deagroqumicos de contrabando.

    Hasta 1998, la estrategia del Estado frente al narcotrfico haba consistidoen la erradicacin de cultivos con fumigacin y el programa de desarrollo alter-nativo del Plan Nacional de Desarrollo Alternativo (Plante), confiscacin deinsumos y exportaciones, destruccin de laboratorios, captura y desarticu-lacin de organizaciones exportadoras, homologacin de la legislacin interna-cional contra el narcotrfico y los delitos conexos, leyes de expropiacin dela riqueza adquirida con utilidades del narcotrfico, una jurisdiccin especialpara la justicia antinarcticos y un programa contra la drogadiccin. Todo lo

    ANTECEDENTES Y PERSPECTIVAS DEL NARCOTRFICO EN COLOMBIA

    Problemas del Desarrollo, vol. 32, nm. 126,Mxico, IIEc-UNAM, julio-septiembre, 2001. 89

  • CUADRO 2

    Rubros % del PIB

    Ahorro-inversinMenor FBIK privada (Parra, 1998) 4.0Menor financiacin:Fuga de capitales (Utilidades-FCE) 1.2Gasto pblico en seguridad y justicia 2.0Evacin fiscal (FCE*.3) 0.8Infraestructura (Castro y otros, 1999a) 0.1

    Prdidas en capital humano (Castro y otros, 1999a) 0.7Minas antipersonales (Celis, 1999) 0.1Muertes 0.1Desplazamiento 0.0Pago de secuestros 0.5

    Desplazamiento de la economa legalFCE 2.6

    Contrabando (Steiner, 1997) 1.4Transferencias 1.0Otros 0.2

    Cultivos 0.5Miles de ha

    Medio ambiente (Castro y otros, 1999a) 2 281Prdida de selva hmeda (4:1 ha de coca) 1 619Prdida de bosque tropical (2.5:1 ha de amapola) 214Prdida por fumigaciones (1.5 por ha) 448

    FBIK = Formacin Bruta Interna de Capital.FCE* = Flujos de Capitales Encubiertos.ha = hectreas.FUENTE: Estimaciones de los efectos del narcotrfico en los aos noventa del siglo XX.

    anterior va de la mano con una escalada en el gasto pblico dedicado a la se-guridad y la justicia.10

    Sin embargo, el hecho de que Colombia llegara a ser el principal proveedormundial de cocana, luego de haber erradicado 220 mil hectreas durante la lti-ma dcada, casi el doble del rea cultivada en 1999, y luego de asumir elevadoscostos econmicos y sociales, hicieron necesario el replanteamiento de la es-trategia antidrogas, por medio del Plan Colombia, mediante la integracin delos esfuerzos de interdiccin, los de recuperacin econmica, fortalecimiento ins-

    RICARDO ROCHA GARCA

    Problemas del Desarrollo, vol. 32, nm. 126,90 Mxico, IIEc-UNAM, julio-septiembre, 2001.

    10 En Colombia se estn destinando a la lucha antinarcticos ms de mil millones de dlares

    anualmente, 1.1% del PIB; el equivalente en Estados Unidos es de 0.2% del PNB (ONDCP, 2000). Desdela incursin de Colombia en el narcotrfico, la participacin del gasto pblico en defensa y justiciasubi en el equivalente a 2% del PIB (Rocha, 2000).

  • titucional, desarrollo institucional, apoyo a la poblacin ms vulnerable, y elproceso de paz con los grupos alzados en armas, cuyo diseo y algunos de susalcances se analizan a continuacin.

    El diseo del PCEn 1998 se lanz el Plan Colombia (PC), que conlleva una poltica que preten-de remover algunas de las condiciones que hicieron posible la insercin de laeconoma en el trfico de drogas y mitigar las repercusiones adversas queha tenido sobre el crecimiento, bienestar y la institucionalidad de la economa.11

    Una propuesta que tiene a su favor la integralidad de su diseo, con las li-mitaciones inherentes a la disponibilidad de recursos, la eficacia de suimplementacin y el carcter estructural de algunas condiciones que favo-recieron el narcotrfico.

    En 1999, el PIB haba cado 4.3%, el desempleo se increment 20% y eldficit fiscal cerr en 5.2%. Ese ao, el sistema de flotacin intervenida enel interior de una banda cambiaria, result insostenible por las presiones sobrela tasa de inters y sus repercusiones recesivas. Todo ello en medio de una vio-lenta escalada en la confrontacin armada, el desplazamiento de la poblacincivil, cifra rcord en las reas cosechadas y fumigadas de coca.

    El PC tiene un presupuesto de 7 500 millones de dlares para ejecutar du-rante cuatro aos, a partir de 2000, el equivalente de 2.1% del PIB anualmen-te. La estrategia de la lucha antinarcticos recibir 4 324 millones de dlares,de los cuales 3 090 millones corresponden a recursos ya existentes (RYE) delpresupuesto nacional destinados a seguridad y administracin de justicia;12 y1 234 millones adicionales para la lucha contra el narcotrfico.

    El resto, 3 176 millones de dlares, administrado por medio del Fondo deInversiones para Paz (FIP), se destinar a dos grandes estrategias. La prime-

    ANTECEDENTES Y PERSPECTIVAS DEL NARCOTRFICO EN COLOMBIA

    Problemas del Desarrollo, vol. 32, nm. 126,Mxico, IIEc-UNAM, julio-septiembre, 2001. 91

    11 El diseo del PC hace explcita la implementacin de siete lneas de accin gubernamental:

    1) una lnea macro de control a la evasin fiscal, acceso a los mercados internacionales y mejora-miento en el riesgo de inversin; 2) de acuerdos de paz negociados con los grupos alzados enarmas; 3) para la defensa nacional, judicial y de derechos humanos, ampliando la cobertura y efi-ciencia de las funciones del Estado; 4) de desarrollo alternativo, para fomentar la legalizacin sos-tenible de la economa campesina, la proteccin del medio ambiente, la inversin en capital social;5) de participacin social, para ampliar el apoyo popular al PC, en las diferentes instancias degobierno, la comunidad empresarial y dentro de las distintas expresiones de la sociedad civil; 6)de desarrollo humano, de apoyo a los sectores de la poblacin ms vulnerables a la pobreza y la vio-lencia; y 7) de orientacin internacional, que promueva la corresponsabilidad poltica entre pasesproductores y consumidores.

    12 Recursos ordinarios existentes apropiados en el Instituto Nacional Penitenciario Colombiano(Inpec), sector justicia, fiscala, ministerio del interior (orden pblico), defensa y polica para fun-cionamiento e inversin.

  • ra, la recuperacin econmica y social (RES), destinar 900 millones para la redde apoyo social (RAS) programas de generacin de empleo y 64 millones dedlares para la promocin de las exportaciones y la lucha contra el contrabandomediante el mejoramiento de la gestin aduanera. La segunda, la estrategiade fortalecimiento institucional y desarrollo social (FIDS), recibir 2 157 millo-nes de dlares, de los cuales 576 millones corresponden al componente de aten-cin humanitaria (ah), atencin a la poblacin afectada por el conflicto, y el restoal componente de desarrollo alternativo integral (DA) (cuadro 3).

    CUADRO 3

    PRESUPUESTO DEL PLAN COLOMBIA

    Estrategias Total

    I. Recuperacin econmica y social 964 Promocin exportaciones y de la gesin aduanera 64 Red de Apoyo Social1 900II. Fortalecimiento Institucional y Desarrollo Social 2 157 Atencin humanitaria 576

    Atencin a la poblacin desplazada 499Atencin a poblaciones vulnerables 73Promocin y difusin de DDHH y DIH 4

    Desarrollo Alternativo Integral 1 321Fortalecimiento Intitucional y Desarrollo Social 144Procesos productivos 471Sostenibilidad ambiental 257Infraestructura 450

    Recursos por distribuir en otros proyectos 260III. Proceso de paz 54IV. Lucha contra el narcotrfico 1 234V. Recursos ya existentes 3 090Total 7 500

    1 Incluye 218 millones de dlares adicionales.DDHH = Derechos Humanos.DIH = Derecho Internacional Humanitario.FUENTE: .

    Dado el estrecho margen que impona la coyuntura macroeconmica parael dficit fiscal, la financiacin del PC necesitaba la consecucin de recursosadicionales al presupuesto del gobierno colombiano, como son 600 millones dedlares en bonos de suscripcin forzosa para el sector privado y recursos de coo-peracin internacional13 por 2 781 millones de dlares, es decir, 45% del PC.

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    13 En las Mesas de Aportantes de Madrid y Bogot, coordinadas por el BID, se obtuvo financia-

    miento por 800 millones de dlares, de los cuales 550 millones corresponden a crditos del Banco

  • La estrategia de recuperacin econmica y social (RES) se propone una rees-tructuracin de las finanzas pblicas,14 la implementacin de la Red de Apoyo Social (RAS) y lograr la prrroga y ampliacin de las preferencias arancelariasa las exportaciones hacia Europa y Estados Unidos.

    Los programas de la RAS se proponen mitigar el impacto de la recesin eco-nmica sobre la poblacin ms vulnerable (cuadro 4), con subsidios alimenticiosy escolares en 500 municipios (300 mil familias y 373 mil nios menores de 7aos y 670 mil jvenes entre 7 y 17 aos). El programa Manos a la obra-Vaspara la Paz que es un subsidio para la realizacin de obras pblicas que incor-poran al trabajo a la poblacin pobre espera generar ms de 300 mil empleosen cuatro principales ciudades y 70 municipios circunvecinos. Los subsidios ajvenes desempleados por medio de becas de formacin en el sitio de trabajo,15

    en las cuatro principales ciudades, espera capacitar 100 mil jvenes.16

    CUADRO 4

    PRESUPUESTO DE LA RED DE APOYO SOCIAL*

    Red de Apoyo Social Crdito Contrapartida Total

    Manos a la obra-Proyectos Comunitarios 200 95 295Manos a la obra-Vas para la Paz 162 44.5 206.5Subsidios condicionados 230 106 336Capacitacin a jvenes desempleados 70 70Gastos de administracin 20 20Total recursos 682 245.5 927.5

    * En DNP (2000b) la RAS totaliza 900 millones de dlares.FUENTE: DNP.

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    Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo, la Corporacin Andina de Fomento, Japn e Italia;de Estados Unidos, 1 158 millones. Colombia, al igual que Per, recurri a Mesas de Donantes enBruselas (noviembre de 1998) y Pars (enero de 2000), y Bolivia en Washington (noviembre de1999).

    14 La estrategia de recuperacin macroeconmica comprende reformas en el rgimen de pensio-nes de las entidades territoriales (Ley 549 de 1999), la reestructuracin financiera y tributaria deempresas en dificultades mediante la Ley de Intervencin Econmica (Ley 550 de 1999), estmulosa la construccin de vivienda (Ley 546 de 1999), la reciente reforma tributaria y otras iniciativaslegislativas que estn en trmite en el Congreso, como las reformas a las finanzas territoriales y alrgimen de pensiones.

    15 Tiene un financiamiento de 70 millones de dlares provenientes de un crdito externo con-tratado con el BID.

    16 En sentido estricto, la RAS corresponde a un programa de aseguramiento de ingresos para lapoblacin ms vulnerable a las perturbaciones macroeconmicas, mediante el cual el PC aspiracrear 650 mil empleos durante los tres aos de su vigencia, lo cual debera reflejarse en una menor

  • Con la cooperacin econmica internacional, el PC tambin busca facilitar lainsercin de la economa legal a las corrientes del comercio y la inversin inter-nacional: la prrroga del Acuerdo de Preferencias Comerciales de EstadosUnidos para los Pases Andinos (ATPA) y el Sistema Generalizado de Preferen-cias de la Unin Europea (SGP) para los Pases Andinos, la obtencin de prefe-rencias para confitera, textiles, confecciones, industria editorial, calzado,cemento y manufacturas de cuero; la ampliacin de la lista de productos e inclusin de sectores con potencial exportador, tales como piedras preciosas yazcar, as como el levantamiento de barreras no arancelarias.

    15% de las exportaciones colombianas aproximadamente 1 900 millonesde dlares se beneficia de las preferencias arancelarias derivadas del ATPAy el SGP. La introduccin del sistema de preferencias SPG/Rgimen Andino per-miti que 59% del valor exportado a la Unin Europea se realizara con unmargen de preferencia del 100% del arancel. En 1996 se exportaron a la UninEuropea productos por 2 400 millones de dlares, por lo se estimaba una acti-vidad econmica que generara cerca de 5.5 millones de empleos (Cubillos, 1997).En el ao 2000 las exportaciones cayeron a 1 725 millones de dlares debido ala adversa dinmica del mercado cafetalero y las cuotas al banano.

    En lo que respecta a las exportaciones hacia Estados Unidos, el sistema depreferencias arancelarias concedidas de 1991 a 2001 a los pases de la reginandina, ATPA, beneficia 15% de las exportaciones colombianas con este destino(Mesa, 1997). Entre 1997 y 2000, las exportaciones hacia Estados Unidos pa-saron de 4 724 millones de dlares a cerca de 5 800 millones. El gobierno co-lombiano est adelantando gestiones para lograr la prrroga y ampliacin de sucobertura.

    La estrategia de Fortalecimiento Institucional y Desarrollo Social (FIDS)tiene dos componentes: atencin humanitaria y desarrollo alternativo. El pri-mero busca promover el respeto a los derechos humanos y la aplicacin delderecho internacional humanitario, as como la atencin a la poblacin afec-tada por la violencia, por desplazamiento, minas antipersonales y el consumode drogas.

    El Programa de Atencin a la Poblacin Desplazada dispone de 499 millo-nes de dlares. Se propone atender 715 mil desplazados a travs de la Red Na-cional de Asistencia Humanitaria, focalizada en 139 municipios donde se

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    oferta de trabajo y una menor tasa de desempleo. Si a enero de 2001 la tasa de desempleo sesitu en 20.5% (3.2 millones de desempleados), la RAS en operacin la habra reducido a un 16.5 porciento.

  • concentra 85% de la expulsin y recepcin de desplazados, mediante Campa-mentos Mviles, Centros de Acomodacin Temporal y Unidades de Atenciny Orientacin. Se propone tambin reubicar a 290 mil desplazados mediante elPrograma de Relocalizacin, Estabilizacin y Retorno,17 que comprende subsi-dios a la adecuacin, compra y arrendamiento de tierras y casas, transporte yaseguramiento alimentario y proyectos productivos, crdito de alta rotacin(3-6 meses) para pequeos usuarios (mximo 500 dlares) con el que se deseaatender a 140 mil desplazados.

    El programa de atencin a poblaciones vulnerables al conflicto, como losnios y las mujeres, tambin hace parte del componente de atencin humanita-ria. Se estima que 6 mil nios estn enrolados en los grupos de extrema ideo-loga y un nmero no establecido trabaja en los cultivos ilcitos; 49% de la po-blacin desplazada es menor de edad y 31% de los hogares tienen de jefe dehogar a una mujer Consultora para el Desplazamiento Forzado y los Dere-chos Humanos (Codhes), 1999. Con 10 millones de dlares, canalizados a travsdel Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), el PC ofrecer interna-dos para 5 400 nios, asistencia alimentaria a 24 750 nios de 165 munici-pios ubicados en zonas de conflicto, la creacin de 7 425 asociaciones juvenilespara promover procesos productivos, asistencia a 1 500 nios desmovilizados delos grupos alzados en armas, asistencia a 3 mil nios dedicados a la prostitu-cin, asistencia sociolgica a 172 800 personas afectadas por la violencia.

    El PC tiene previsto destinar 15 millones de dlares a la rehabilitacinmdica y social de la poblacin afectada por minas antipersonales (MAP). Se es-tima que en Colombia hay cerca de 70 mil minas sembradas en un rea de185 mil km2, un territorio mayor al afectado en Centroamrica. Son 105 los mu-nicipios donde se han causado muertes y heridas a 7 700 personas, entre ellas5 250 nios. Una proyeccin para los prximos 10 aos calculaba los costosanuales de las MAP en 109 millones de dlares, representados en prdida decapital humano, atencin mdica e inactividad econmica de las regiones; la solaremocin de las MAP podra costar 57 millones de dlares (Celis, 1999).

    El componente de desarrollo alternativo integral (DA), con 1 321 millonesde dlares, promueve procesos productivos generadores de empleo que sean sos-tenibles econmica y ambientalmente en concertacin con las comunidadeslocales, que brinden alternativas de ingreso frente a los cultivos ilcitos, ade-ms de la promocin del fortalecimiento institucional y de las organizaciones

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    17 En concordancia con la Ley 387 de 1997.

  • sociales locales y regionales, as como en la preservacin y recuperacin dezonas ambientalmente frgiles y el desarrollo de inversiones en infraestruc-tura fsica y social, dirigidas a articular los proyectos productivos a los mer-cados.18

    El DA se focalizar inicialmente en municipios agrupados en tres regiones19

    del pas: el Macizo Colombiano (MC), el Magdalena Medio (MM), y el Suroriente (SO), las cuales han sido afectadas por fenmenos de violencia, por la presenciade grupos armados, por los cultivos ilcitos, por la existencia de ecosistemasambientalmente frgiles, por la precaria presencia del Estado, por los altos ni-veles de pobreza20 y por una deficiente oferta de servicios bsicos. De acuerdocon el Departamento Nacional de Planeacin (DNP), all se encuentra 85% delrea de parques nacionales naturales, 28% de la poblacin indgena, 87% de laproduccin total de amapola y 85% de hoja de coca, 60% de los integrantesde la guerrilla y unas tasas de homicidio y secuestro muy superiores al pro-medio nacional. El componente DA incluye cuatro programas: Componentede Desarrollo Alternativo de la estrategia de Fortalecimiento Institucional yDesarrollo Social (FIDS-DA), Procesos Productivos, Sostenibilidad Ambiental eInfraestructura.

    En Componente de Desarrollo Alternativo de la estrategia de Fortaleci-miento Institucional y Desarrollo Social (FIDS-DA) destinar 144 millonesde dlares a la financiacin de actividades de fortalecimiento institucional deregiones de conflicto, a programas de eficiencia en la gestin pblica local y re-gional, a la titulacin de tierras, manejo de tierras en zonas de conflicto, mejo-ramiento de la educacin rural, a la promocin de la convivencia pacfica y lacultura de la paz. Se espera proteger la cultura de 221 mil habitantes indge-nas del MC, mejorar la gestin pblica de las tres regiones, la regularizacin delos derechos de propiedad para 59 mil ocupantes de tierras y 35 mil de prediosurbanos abandonados y hacer extensiva la experiencia de la primera fase delPrograma de Desarrollo y Paz del MM para el MC y el SO, entre otros.

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    18 El DA ha recogido la experiencia y conocimiento regional de instituciones como el PlanNacional de Desarrollo Alternativo (Plante), el Programa de Desarrollo y Paz del Magdalena Medio,el Fondo de Desarrollo Rural Integrado (DRI), la Unidad Municipal de Asesora Tcnica Agropecua-ria (UMATA), la Corporacin Colombiana de Investigacin Agropecuaria (Corpoica), entre otras, ascomo diversas asociaciones campesinas y empresas privadas.

    19 El Macizo Colombiano, suroccidente del Tolima y del Huila, oriente del Cauca y nororiente deNario. El Magdalena Medio, suroriente de Antioquia, Sur de Bolvar y Suroriente de Santander.El Suroriente, Caquet, Putumayo, Meta y Guaviare.

    20 Es un comn denominador con las cuencas cocaleras de Per y Bolivia (Cabieses, 2000).

  • CUADRO 5

    REGIONES PARA DA(indicadores seleccionados)

    Regiones Total % Rural NBI % ICV % Analfabetismo(1) (2) %

    Magdalena Medio 855 040 54.6% 61 47 17Suroriente 1 285 624 49.4% 60 64 11Macizo Colombiano 1 494 626 53.5% 57 59 13Total nacional 37 664 711 69.0% 31 71 9

    (1) Poblacin con necesidades bsicas insatisfechas (NBI). (2) Poblacin por encima del ndice de calidad de vida (ICV).FUENTE: Departamento Administrativo Nacional de Estadsticas (DANE), 1993-Sistema de IndicadoresSocio-Demogrficos del Departamento Nacional de Planeacin (SISD-DNP), 1999.

    En Procesos Productivos de DA21 se invertirn 471 millones de dlares sise incluyen inversiones despus del tercer ao seran 545 millones (DNP,2000a), con los que se espera generar 40 056 empleos anuales en agricultu-ra tropical intensiva en mano de obra y ganadera, en extensiones dedica-das a pastos, papa, frutales, palma de aceite, yuca, frijol, cacao, caf orgnicoy esprrago (cuadro 6). Estas inversiones tienen a su favor el desarrollo deactividades en la agricultura regional (Castro y otros, 1999b) y en su mayorahaber tenido un satisfactorio desempeo durante la dcada (Jaramillo, 1998).

    Tambin dentro del DA se financiarn 257 millones de dlares en proyectosde fortalecimiento y sostenibilidad ambiental, a travs de la restauracin yestablecimiento de bosques; sistemas forestales productivos; ordenamientoy recuperacin de cinagas; uso sostenible de los recursos; conservacin y ma-nejo de reas protegidas. Con los cuales se aspira a generar 5 370 empleos yla produccin forestal de 84 mil hectreas.

    El PC tambin dotar a los productores de subsidios a la demanda de crdi-to para inversin, mediante el incentivo a la capitalizacin rural (ICR) y elcertificado de incentivo forestal (CIF), as como la utilizacin del seguro agro-pecuario para cultivos y el Fondo Agropecuario de Garantas (FAG) para facilitarel acceso al crdito. Adicionalmente, se sabe que el gobierno se encuentra dise-

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