ANTROPOLOGÍA MADE IN SAN MARCOS

7/22/2019 ANTROPOLOGA MADE IN SAN MARCOS

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ANTROPOLOGA MADE IN SAN MARCOS /SERGIO MORALESCRCULO DE ESTUDIOS INTERDISCIPLINARIOS DOMINGO, 19 DE ENERO DE 2014

Pero la cercana al rbol puede bloquear la visin del bosque

Carlos Ivn Degregori

Es casi una tradicin acadmica preguntarse: existe una Antropologa peruana?

Remitirnos a la misma desde su origen en 1946, con la creacin del Instituto de

Etnologa por Luis Valcrcel y discutir su posible unidad sera un objeto amplsimo,

por tanto las reflexiones aqu vertidas no tienen por meta responder dicha pregunta,

sino tomarse el atrevimiento de indagar en ella y ponerla en cuestin para generar

una alternativa. Tomar como referencia la antropologa que se hace desde SanMarcos bajo la rbrica de la Revista de Antropologa, as como de los distintos

balances y panoramas realizados en nombre de la antropologa peruana hacia la cual

nos extenderemos para comprender mejor el asunto. Creemos que estas referencias

podran darnos algunas luces de lo que sucede y no sucede bajo las sbanas de nuestra

antropologa.

La Revista de Antropologa

Con su escueta produccin expone en su pgina web[1]la impresionante cantidad

de 6 nmeros. En ellas pueden observarse acadmicos como Jos Matos Mar,

Humberto Rodrguez Pastor, Jean Pierre Chaumeil, Jorge Casanova, Carlos Ivn

Degregori, Rodrigo Montoya, Maurice Godelier, Romn Robles, Jos Vegas Pozo,

Harold Hernndez, Jurgen Golte, y el tro infaltable de la revista: Romn Robles,

Rommel Plasencia, Sabino Arroyo, entre otros no menos importantes. Los temas que

trabajan son diversos y los paradigmas que los acogen tambin; vemos

principalmente estudios amaznicos de carcter etnogrfico (Chaumeil, 1994;

Surralls, 1994; Casanova, 2004; Plasencia, 2007), etnohistoria andina (Spalding,

2003; Robles y Martnez, 2004; Vizcardo 2004; Arroyo, 2004, 2005, 2006, 2007, 2008;

Flores Ochoa, 2004; Robles, 2007; Gentile, 2008), desarrollo (Vegas, 2003, 2005;

Plasencia, 2003; Palomino, 2004), economa (Mayer, 2004; Plasencia, 2004; Vegas,

2006; Escalante, 2008; Palomino, 2008), educacin e interculturalidad (Giesecke,
http://www.blogger.com/profile/07117344680626794827http://c/Users/Luis/Downloads/-%20La%20antropolog%C3%83%C2%ADa%20contempor%C3%83%C2%A1nea%20made%20in%20San%20Marcos%20(1).doc%23_ftn1http://c/Users/Luis/Downloads/-%20La%20antropolog%C3%83%C2%ADa%20contempor%C3%83%C2%A1nea%20made%20in%20San%20Marcos%20(1).doc%23_ftn1http://c/Users/Luis/Downloads/-%20La%20antropolog%C3%83%C2%ADa%20contempor%C3%83%C2%A1nea%20made%20in%20San%20Marcos%20(1).doc%23_ftn1http://www.blogger.com/profile/07117344680626794827


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2003, 2004, 2007; Cao, 2006),antropologa histrica (Rodrguez, 1994,

2003), antropologa de la alimentacin (Cornejo, 2005, 2006; Escamilo, 2005;

Rodrguez et al., 2006; Surez y Lpez, 2007), etnolingstica (Casanova, 1994),

simbolismo y ritual (Arroyo, 2003, 2004; Hernndez, 2003, 2005; Aranda, 2005;

Robles, 2005; Snchez, 2008), un artculo metodolgico en torno a la comprensin y la

explicacin en antropologa (Vegas, 2007) y un primer -quizs nico- artculo sobre

epistemologa (Gonzlez, 2006).

Tambin observamos homenajes a John Murra (Romn, 2006), Jorge Casanova

(Romn, 2006), Fernando Silva Santisteban (Huamn, 2006), Claude Lvi-Strauss

(Amat, 2007); as mismo las investigaciones de Ladislao Landa en Pacapauza (2008),

la de James Regan y Isaac Paz con los awajn (2008), Rommel Plasencia en el ro

Peren (2008), quienes nos recuerdan que los antroplogos an hacen trabajo de

campo. Finalmente, la presencia de un cuestionable escrito de Eduardo Viveiros de

Castro sobre el postestructuralismo de Lvi-Strauss (Viveiros, 2008) y el rescate

generado hacia Edward Burnett Tylor (Taylor, 2008).

No hay panorama ms diverso

Carlos Ivn Degregori, importante antroplogo sanmarquino, tambin present una

vista panormica del desarrollo de la antropologa peruana (Degregori, 2000), sobre

la que se pueden colegir tres aspectos:

1. La antropologa peruana estuvo politizada durante todo su desarrollo, pues sus

distintos momentos fueron acompaados por variados fenmenos polticos como el

mestizaje, el indigenismo, la formacin nacional, el proyecto Vicos, la dependencia

econmica, los nuevos movimientos sociales, como tambin el multiculturalismo y la

interculturalidad.

2. La recurrencia a marcos tericos forneos tales como el culturalismo

norteamericano, el estructural-funcionalismo ingls, el estructuralismo francs y el

marxismo.


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3. La ausencia de reflexiones en los planos terico, metodolgico y epistemolgico. Sin

embargo, si Degregori no toc estos planos, ya que parece sugerir su preferencia por

las corrientes posmodernas a despecho de las crticas consabidas, es porque la

realidad terica del espectro muestra dicha correspondencia: No tenemos una teora.

Balances

El IV Congreso Nacional de Investigacin Antropolgica realizado en Lima en agosto

del 2005 (Diez, 2008), muestra dos balances respecto nuestro tema: El de Carlos Ivn

Degregori y el de Romn Robles. En el primer caso, veremos que el abandono del

plano formal conllev a Degregori a tres efectos:

1. Afirmar que debemos superar las barreras disciplinarias, como si alguna vez la

antropologa hubiere sido disciplinaria! En los aos 60s jug un papel muy central

junto a las ciencias cognitivas, la psicologa transcultural, la modelizacin matemtica,

las ciencias biolgicas y la sociologa; es decir: La antropologa nunca fue disciplinar.

Admitir que hoy debemos tornar la antropologa peruana interdisciplinar es

desconocer cmo se constituye una disciplina cientfica desde una multiplicidad de

paradigmas.

2. Afirmar la imposibilidad de hablar de laboratorios antropolgicos por cuestiones

ticas. Cabe recordar que en Francia, a mediados del siglo XX, Claude Lvi-Strauss y

Eric de Dampierre fundaron laboratorios de investigacin etnolgica que

contribuyeron directamente a su institucionalizacin y promocin. Sin embargo,

parece que cuando el autor habla de laboratoriosse imagina cientficos con

guardapolvos tomando registros de sangre a los indgenas. Esta imagen es algo

inocente; los laboratorios en ciencias sociales existen porque es posible la

experimentacin que va desde la simple verificacin emprica de las hiptesis hasta la

elaboracin de sistemas axiomticos formales. Un espectro anticientfico parece

colarse en la antropologanacional.

3. Sostener que en el Per no hubo antropologa posmoderna pone en cuestin lo que

Degregori entenda porposmodernidad (un tema netamente epistemolgico) pues si


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bien aquella empez en los 80s; esta, -como actitud intelectual- retrocede muchas

decenas de aos. Para el ao 2008, en nuestra academia, la antropologa posmoderna

ya era cannica, inclusive el mismo Degregori pudo ser no solo partcipe sino un

precursor de la misma.

Romn Robles, por otro lado, rescatando los cambios en los Planes de Estudio y la

presencia del Instituto de Investigaciones Histrico-Sociales (1983), resalt la falta de

homogeneidad en los proyectos de investigacin y a su vez la debilidad institucional

que los enmarca, pero cae en una paradoja. El autor nos dice que Tericamente, la

investigacin antropolgica tiene un futuro asegurado. Esta afirmacin es

preocupante dado el aparente desconocimiento del impacto posmoderno en la

antropologa y la proliferacin de los Estudios Culturales en Norteamrica que

dejaron una estela destructiva sobre lo terico-epistmico-metodolgico en las

ciencias sociales. Todo esto recae sobre la ausencia de teoras consistentes de acuerdo

con las epistemologas actuales, la parlisis frente a herramientas informticas y el

desconocimiento frente a nuevos paradigmas cientficos. A este respecto, Robles

enfoca el problema con demasiada ligereza desatendiendo la complejidad real del

asunto que aqu nos convoca: No hay epistemologa que sustente las nuevas teoras.

Vivimos reproduciendo errneamente marcos del pasado en mundos nuevos o

peligrando sobre los marcos nuevos la inconsistencia del presente.

Ante todo este panorama, la pregunta que cae por su propio peso es: por qu a pesar

de nuestra diversidad paradigmtica nos seguimos preguntando sobre la posibilidad

de una antropologa peruana? Entonces, replico: es necesario tener una?

No obstante, los elementos que subyacen a la frmula de dicha pregunta son una

analoga y unapeticin de principio. La primera es pensar si somos tan

antropolgicamente unificados como Francia, Inglaterra, Estados Unidos o Brasil y la

segunda es pensar que dichas academias estn de hecho unificadas. Conviene dejar de

lado la bsqueda ingenua de una respuesta y ver qu horizonte se inmiscuye en la

pregunta.

Comparando


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Veamos un poco ms de cerca las famosas escuelas hegemnicas o centrales (advierto

que rechazo estos trminos, pero a falta de) que se constituyeron mediante el

paradigma unificado y con las cuales buscamos equipararnos:

-El estructuralismo en Francia que conllev en su sangre la reflexividad cientfica de la

epistemologa no-cartesiana degener en el postestructuralismo cuasiposmoderno

que desagua por donde se le mire. Ni el mismo Lvi-Strauss se las vea venir cuando le

confes a Viveiros de Castro que la antropologa estaba cabea para baixo[2].

-En Brasil, que para muchos representa la gran escuela latinoamericana de

antropologa, el perspectivismo amerindioplastelinoidefundado por Viveiros de

Castro, que desciende de una corriente cientfica, se volvi al final heredero de un

espritu anticientfico y antimetodolgico, dndole as la espalda a sus fuentes

tericas. La gran mayora de los trabajos que la respaldan estn enraizados sobre el

mismo paradigma tornndose su originalidad en las mil caras de un Jano extenuado

cuyas elaboraciones son ms que cuestionables.

-El culturalismo en Estados Unidos que reprodujo en su alma el pragmatismo de

inicios de siglo hoy no merece mucha resea ya que todos conocemos el fiasco

metodolgico de la antropologa posmoderna desde el Congreso de Santa Fe (1984) y

su nefasta aleacin con los Estudios Cultuales norteamericanos, partcipe directo de

su institucionalizacin y mediatizacin. Su relacin simbitica las vuelve imposibles

de comprender por separado.

-El estructural-funcionalismo de Gran Bretaa que tuvo un amplio componente

formalista y pragmatista a travs de la figura de Stuart Mill, se dej ver en las

elaboraciones de la Escuela Britnica de Antropologa Social a travs de Bronislaw

Malinowski y Alfred Radcliffe-Brown como tambin por elneoestructuralismo

britnicode Edmund Leach, Mary Douglas, etc. Estas elaboraciones hoy estn

prcticamente desaparecidas del saber comn a pesar que otorgaron la mayor

contribucin a la disciplina por la cientificidad otorgada a travs del evolucionismo

que inspir teoras de cambio social, como tambin el empirismo y la modelizacin
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sociolgica que se reflejan actualmente en estudios sobre redes y complejidad,

inteligencia artificial y metodologas informticas de simulacin social basadas en

agentes.

Digamos tambin que los paradigmas unificados en principio estuvieron dentro de

marcos epistemolgicos aceptables que luego rechazaran (excepto Inglaterra);

mientras que en Amrica, se les recusaron quizs por la presencia de retricas

polticas poscoloniales, decoloniales y estudioculturalistasque creyeron criticar la

Ciencia cuando en realidad solo expusieron sus propias incompetencias.

Entonces, realmente queremos ser una antropologa peruana? Y planteo, no es

mejor tener liderazgo sobre el manejo de ciertos temas y herramientas que a travs de

la repeticin abstrusa de un nico paradigma representativo para que despus

termine por acartonarse y evaporarse? Qu es lo que buscamos al querer ser una

antropologa peruana? Calidad o cantidad?

La antropologa sanmarquina: Un espectro posmoderno frente a la

epistemologa

Personalmente, creo que en nuestra academia no debemos repetir paradigmas

cuestionables ni tampoco una actitud posmoderna porque terminaremos repitiendo

sus males al caer en pseudoproblemas que generan discusiones circulares: Puede el

antroplogo convertirse en su nativo?. Mucho se habla de tener memoria para no

repetir la historia pero hemos olvidado que las teoras tambin tienen la suya y sin

embargo, la ignoramos sobremanera.

Por suerte la posmodernidad no invadi la antropologa sanmarquina de un modo tan

evidente como en nuestra universidad vecina, no obstante, ronda un espectro

posmoderno, que desde las reflexiones escriturales-etnolgicas norteamericanas, se

filtra en nuestro suelo hacia los trabajos contemporneos sobre interculturalidad y

etnicidad. Este espectro es contestatario frente a la ciencia e injurioso respecto a la

epistemologa, con cierto descaro, pues nadie sabe lo que realmente son.


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Sus efectos son visibles y apreciables a nivel prctico, por ejemplo, al rechazar los

Estudios Culturales pero aceptar definir la cultura como produccin de sentido,

abrazar el relativismo epistmico y a su vez renegar de los modelos tericos, criticar

la retrica desmedida pero calificarnos como subalternos ideolgicos lectores de

literatura, criticar al positivismo sin saber que este desapareci hace ya buen tiempo,

y lo peor, admitir con conviccin nuestrainterdisciplinariedadpara chocolatear marcos

tericos sin el mnimo respeto.

Esta clase de confusiones se evidencian en los panoramas y balances aqu expuestos

como tambin en las tertulias cotidianas que acontecen en las aulas. Quizs

critiquemos abiertamente a Zizek, Badiou y Laclau para dejar claro a nuestros amigos

que no somos "posmos"pero defendemos a Geertz, Marcus, Willis, Rosaldo, Escobar,

Restrepo y Garca Canclini ignorando que parten de una matriz epistmica comn. Y

tampoco sabemos esto muy bien por qu.

Hoy existen metodologas no tan novedosas que son aplicadas con xito en Argentina

con Carlos Reynoso y el grupo Antropocaos, desde el paradigma del caos y la

complejidad, manifiesto a travs de modelos basados en agentes, msica fractal,

autmatas celulares, teora de grafos, simulaciones de procesos socioeconmicos y

redes semnticas vinculadas al anlisis del discurso. Y sin ir tan lejos, la PUCP nos

lleva la ventaja pues el Centro de Investigaciones Sociolgicas, Econmicas, Polticas y

Antropolgicas (CISEPA) conform el Grupo de Investigacin Computacional de la

Complejidad Social dirigido por John Earls, Jos Manuel Magallanes y Martn

Santos[3].

En San Marcos quizs demasiada ciencia nos resulte extraa sobre todo si nuestra

formacin antropolgica consiste en cmo renegar de ella; pero los resultados son

palpables. La antropologa que se hace fuera es tan compleja que es imposible de

replicar aqu con la desesperante infraestructura que se nos otorga; es ms fcil

hablar de lo simblico-discursivo en Foucault y Lacan que tener espacio para la

experimentacin y la comprobacin de teoras factuales.
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Esta problemtica es concreta pues gran parte de los proyectos acadmicos de los

cuales nos alimentamos, presentes en los syllabus y planes de estudio, imprimen este

carcter anticientfico. Veamos:

-Elposdesarrollode Escobar (Escobar; 2005) tiene por objetivo recusar a la ciencia y a

la globalizacin de ser las causantes de las catstrofes culturales y propone que la

solucin es que antropologa devenga en posdesarrollista y posmoderna (Escobar,

2006). Como si tal aspiracin fuera la gran panacea.

-Las aburridas dicotomas entre las antropologas del sur/norte de Krotz (Krotz;

2011), las perifricas/centrales de Cardoso (Cardoso; 1998) o las subalternizadas-

disidentes de Restrepo (Restrepo; 2011, 2012), todas similares por tildar a las

escuelas occidentales de ser cientfico-positivistas y situar a las nuestras como

opositoras, es decir, anticientficas. Pero por extrao que parezca, sus promotores

buscan elaborar teoras, proponer hiptesis y hasta epistemologas; es decir, intentan

recusar la ciencia europea para fabricar la suya propia.

-Las elaboraciones del grupo Modernidad/Colonialidad (Castro-Gmez y Grosfoguel,

2007; Lander, 2000) caracterizadas por insistir en lo eurocntrico de la ciencia social

para lo cual proponen como remedio descolonizarla epistemologa. Sin embargo, no se

menciona ninguna epistemologa, a ningn epistemlogo, ni mucho menos un trabajo

relacionado, y lo que es peor, se sigue creyendo en el cartesianismo de las ciencias

sociales.

Todos los paradigmas anteriores tienen en comn dos cosas:

1. Desconocer en gran medida lo que la teora social y la epistemologa en sus diversas

variantes significan, sobre todo si admitimos que estos proyectos se gestaron como

crtica al positivismo extinto (pero que ellos aun vean) o a eso que llamaron

ortodoxia cientfica; y,

2. A pesar que buscan hacerle frente a una ciencia social eurocntrica, gran parte de

sus inspiraciones filosficas (no tericas) son, paradjicamente, elaboraciones


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europeas: Desde Nietzsche, Marx y Weber hasta el do antiepistemologa Deleuze y

Foucault, pasando por la teora queer, Zizek y el constructivismo. Recordemos nada

ms que algunos de los responsables de la crisis paradigmtica europea son tambin

aqu mencionados. Parece que nuestros ms encumbrados tericos quieren curar

una crisis recurriendo a aquellos que la causaron. Ilgico.

Con esos amigos, para qu quiero enemigos. As, el panorama es desolador.

Conclusin

A modo de conclusin entonces, no busquemos una respuesta apresurada sino

problematicemos la pregunta inocente. No creamos que todo lo que viene de afuera es

siempre aceptable sino sometmoslo a una crtica rigurosa dejando de lado la

inocencia acadmica que nos caracteriza. Y esperando que este eximio diagnstico

haya iluminado algn rincn terco a la lgica, reafirmo que no se trat de ver si la

antropologa peruana forma una unidad sino develar el trayecto de aquellas escuelas

con las cuales soamos empatarnos y a su vez evidenciar las inconsistencias de

aquellos proyectos que intentaron formar una unidad dndole la espalda a la ciencia y

la epistemologa.

A este respecto, conviene preguntarnos si la diversidad paradigmtica que nos rodea

es fruto bendito o divergencia atmosfrica. Las confusiones, errores, contradicciones e

inconsistencias presentadas y analizadas revelan que la antropologa sanmarquina,

por extensin, la antropologa peruana, est prxima a cometer los mismos errores de

los paradigmas de los cuales se constituye. Hemos visto cmo las escuelas

hegemnicas tuvieron su momento de apogeo y posterior decadencia, y a su vez

observamos cmo los proyectos latinoamericanos que buscaron unificar las ciencias

sociales caen en crculos viciosos por desconocer, con la complejidad que demanda,

los planos terico, epistemolgico y metodolgico. Que esos proyectos aun existan y

generen frutos no significa que estn correctamente elaborados. Cualquier ojo crtico

podra denotarlo.


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Estamos apoyados sobre un espectro posmoderno claudicante que est prximo a ver

su desaparicin, pues si en occidente es tema superado, en Amrica Latina, estara

prxima a su desaparicin. A menos claro, que anhelemos perpetuar una academia

unificada bajo paradigmas cuestionables que re-produzca cantidad sin importar la

calidad.

A este respecto, la antropologa peruana y los proyectos de la cual forma parte son

presas del desconocimiento sobre las teoras y sus epistemologas, prejuicios en torno

al conocimiento cientfico y dejadez frente a las corrientes externas.

Sin embargo, frente a este horizonte, habita un aspecto positivo: Nuestras

investigaciones antropolgicas destellan de excelente data. Rescato el permanente

trabajo de campo de nuestros investigadores sanmarquinos que gracias a su olfato y

sutileza nos permiten recobrar informacin importante pero nos falta el otro paso:

Saber sistematizarlas. Y para ello es necesario recuperar la epistemologa y reconocer

su valor cientfico a travs de nuevas metodologas que superen la adocenada divisin

entre lo cualitativo y lo cuantitativo. Es decir, pensar epistemolgicamente, con la

complejidad que todo ello implica en la actualidad.

Ante esto, vale la pena preguntar: an deseamos ser una antropologa peruana?

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