antropología persona

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  • 8/3/2019 antropologa persona

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    Colecci6n; AlbatrosDirector de la colecci6n: Juan Manuel Burgoso Juan Manuel Burgos, 2008Q Ediciones Palabra, S.A., 2008Paseo de la Castellana, 210 . 28046 MADRID(Espana)Telf .: (34) 91 350 77 20 (34) 91 350 77 39www.edicionespalabra.esepaISll(!ledicionespalabra. es

    Disei io de la cubierta: Carlos CasoISBN: 978-848239745-0DepOsito legal: M. 45.436-2008Impresi6n: GrMicas Anzos, 5. l.PrInted in Spain - Impreso en Espana

    TodO!llos derechos rewrvados.NO esui petmitida la reproduccion total 0 parcial de este libro, nisu tratamlenloInformatica, nlla transmisloo de nineuna forma 0 por cualquler media, v a seaeiectronko, mecanico, por .fotccopla, por reglstro u Oltos metodos,sin el perml", p t . . . n o y'por escrtto del editor.

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    Antropologfa:una gufa para la existenciaJuan Manuel Burgos

    TERCERA EDICION

    Palabra

    http://www.edicionespalabra.es/http://www.edicionespalabra.es/
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    1. IA PERSONA;DIGNIDAD YMISTERIO

    Los hombres y las mujeres que pueblan el mundo y en-tre los que nos encontramos son los que suscitan en nosotrosinterrogantes y enigmas y abren as! paso ala antropologia.Queremos saber mas sobre ellos y sobre nosotros: como so-mos, como nos relacionamos, emil es nuestro destino, etc.Cada una de estas preguntas abre un mundo entero de refle-xiones pero el primer paso, la fase inicial, no puede consistiren otra cosa mas que en una pregunta sobre el hombre y lamujer en general, es decir, en una pregtmta sobre la persona.

    Esto es asi, fundamentalmente, pordos motivos. En pri-mer lugar, porque en cualquier materia hay que comenzar poruna definicion, aunque breve, del objeto de estudio pues, deotro modo, se corre el riesgo de caer en el vacio y en la gene-ralidad. Es esencial saber de que se va a hablar. Pero, ademas,en el caso de la antropologia, comenzar por algo distintodelanalisis de la persona en cuanto tal-por ejernplo, las dimen-siones que la componen, sus relaciones 0 los tipos de actividadque puede realizar- puede tener una importante consecuen-cia negativa: la perdida de la unidad. Yes que el hecho funda-mental ante el que la filosofia se encuentra y del que debe darraz6n es que existe un ser unitario y atipico, profundo, polifa-

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    .1I1llVpoloCia: una guiapara fa existencia

    c:tico, parad6jico y maravilloso que es la persona concreta,cada hombre y cada mujer. Por eso, se impone ante todo unaconsideracion global y unitaria a la que debeseguir despues,~ero solo despues, un analisis en detalle. Asi evitarernos un pe-ligro en el que se ha caido a veces: que los arboles no nos de-jen ver el bosque 0, en otras palabras, que dejemos de ver a lapersona por poner un excesivo enfasis en e1 analisis de susmultiples facetas y posibilidades.

    Hemos hablado de hombre y mujer, y hemos habladode persona y, aunque quiza par acostumbramiento, podria-mas pensar que estamos ante un vocable comun 0 popular,no es asi. La nocion de persona es una nocion filos6fica con-cre~a, can una larga historia, que supone abordar la antropo-logia desde una perspectiva determinada a Ia que ya nos he-mos referido: el personalismo. Por eso, nuestro primerobjetivo consistira en describir brevemente el origen histo-rico de esta nocion, 10 que nos servira tambien, a la vez,como una introducci6n mas detallada al contex.to intelectualdel personalismo.

    IIIi

    : 1 1 .,~I'~

    1. La nocion de persona a traves de la historiaa ) L os a rig en es : Greda y Roma

    La palabra persona, desde un punto de vista etimol6-gico, procede directamente del latin pe rso n a re y, en un se-gundo terrnino, del griego pr6sopon . Desde un punto de vistasignificativo, esta influida por dos tradiciones culturaies di-versas'.

    I Cfr. J. A G A R C i A CUADRADO, An tr opo log ia j i lo s 6 fi ca , cit., pp. 119 Y 5 8 ;C. VALVERDE, An tr opo lQg la j i lo s 6 j i ca , Edicep, Valenda2000, pp. 34-42, YF.Russo, La p e rs o n a u m a n a . Q u e st io n i d i a n tr o po l og i a fi lo s o fi c a, Armando, Roma2000, pp. 23-30.

    26-

    La persona: dignidad y misterio

    La primera se remonta al t ea tr o g ; ri e go y r om a n o. P r Os o po n ,en griego, significa literalmente 10que se pone delante de losojos- y hacia referenda a la mascara queusaban los acto~es e~el teatro antiguo. Los actores representaban a su personaJe un-lizando una mascara (el pr i i sopon ) que les identificaba ante elpublico como interpretes de un determinado papel. La_pala-bra latina, personare , significa algo distinto: sonar a traves de,resonar pero empezo a aplicarse tambien a las mascaras delos actores porque su voz resonaba a traves de ella. Poco apoco, este ultimo sentido (Ciceron 10 usa con esta.acepcionmultitud de veces) se hizo comun y se generalizo. Persona, portanto, signific6 inicialmente la mascara con la que el actor sepresentaba ante el publico. Can el paso del tiempo, este sen-tido se hizo extensive al papel que el actor representaba (rey,soldado, esclavo) y, por ultimo, acabo por denominar al actoren cuanto tal, al hombre.La segunda tradicion se encuadra en el d er ec ho r om a n o yprocede de otra posible acepcion de la paIabra. persona ~n-tendida en este caso como pe r se s on an s, es decir, como qmenhabla por 8 1 mismo y tiene voz propia. Este significado inici~se ampli6 al de quien tiene derechos, estatus y reconoci-miento socialy esta es la nocion que recogi6 el Derecho Ro-mano. En Roma eran personas los detentores de derechos,los hombres libres y con voto porque procedian de familiasnobles. Ser persona, por tanto, implicaba poseer derechos ydignidad social. Pero, como es conocido, en Roma no todaslas personas eran personas. Los esclavos eran con~iderado~como animales 0cosas y ni los barbaros (los extranjeros), mlos hombres no nobles ni, por supuesto, las mujeres tenianderechos similares, sino limitados al igual que su reconoci-mien to social.En definitiva, la tradici6n griega y romana nos pre-senta a la persona como un entramado de hombre y de dig-nidad.

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    Antropologia: una guia para Laexistencia

    b ) E l cristianismoila i nv en ciO n de la p e r s o n a. El cristianismo utilize esta base para desarrollar su pro-PIO concepto de persona, que es el que ha sido posteriormenteasumido y hecho propio por Occidente, La influencia cristianase ej.ercit6 fundamentaImente en dos frentes. El principal y pri-mano fue de orden soc ia l y humano y consisti6 en el rechazo sis-tematico de cualquier posible discriminacion, 10 que suponiauna autentica revolucionen el mundo antiguo cuyas conse-cue~das fueron incalculables e irian fructificando a 10largo delos siglos, La doctrina cristiana sobre este puntoes clara y nitiday con esa fuerza se presento en el mundo romano. En efecto,explica san Pablo, todos sois hijos de Dios por medio de la fe enCristo Jesus. Porque todos los que fuisteis bautizados en Cristoos. habe~s revestido de Cristo. Ya no hay d i f erenc ia entre judio ygnego , m e n tr e e s da o o y libre , n i e ntre va rfm y m uje r, porque todosvosotros sois uno solo en Cristo Jesus2.

    Esta idea fundamental, de origen religioso pero de in-dudable trascendencia social y antropol6gica, fue transfor-m~d~ ~on el tiempo de modo radicalla sociedad antigua: eli-ml~aclOn de la esclavitud, igualacion entre el hombre y lamUJer, etc. Pero 10 que aqui nos interesa seguir es su influenciaen la eIaboraci6n del amcep to de persona que tuvo lugar en elcontexto de las discusiones cristo16gicas y trinitarias de los pri-meros siglos,. Una de las tare as que el cristianismo se vio obligado arealizar una vez difundido de manera consistente y adquiridoun grado suficiente de estabilidad fue definir su doctrina demanera sistematica. Le impulsaba a ello una necesidad de au-

    ,,'

    ~S. PABLO.C ar ta a lo s G ala ta s, 13, 26-28; cfr. tambien C arta a lo s Colo--s e n s e s , 3, II_.La originalidad de esta postura se puede confinnac comparan-dola, por t!Jemplo, con las afirmaciones de.Aristoteles -un fi losofo muy hu-mano en mu~hos ~pectos- sob.re la similitud de los esclavos con las bestias yla naturaleza inferior de las mujeres (cfr. especialmente ARISTOTELES Pou t '1 ,5 Y 1 3 ). ' lea,

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    La persona: dignidad rmisterio

    tocomprensi6n interna, es decir, saber que signific~ba en, ~ro-fundi dad ser cristianos, la necesidad de exponer slstemauca-mente su doctrina para mejorar la calidad y la profundidad deslfdifusi6n Ytambien la necesidad de enfrentarse a ~asrefuta-dories de intelectuales formados en la filosofia gnega. Este. proceso, muy largo y complicado, tuvo como pasos esencialeslos concilios de Nicea (325), Constan tinopla (381), Efeso(431) y Calcedonia (451)y conduy6 con la formula~i6~ me-diante categorias filos6fico-teologicas de los dos prm~lp~lesmisterios del cristianismo, Cristo y la Trinidad, en los sigmen-tes terminos. Dios es simulcineamente una realidad trinitaria yunitaria 10que se expres6 tecnicamente diciendo que en Dioshabiatres personas (Padre, Hijo y Espiritu Sant?) y una ~olasustaricia 0naturaleza: la divina.Por el contrano, en Cristo,Dios y hombre ala vez, habia dos naturalezas (la divina y la hu-mana) pero una sola persona, la del Verbo.'. Surgia asi, por primera vez en la histori~, ~I =t:jif.s o f i c o - t e o l O g i c o de pers oncF . Dicho concepto permma descnblr l~realidades mas elevadas que existian (Cristo y Dios) y 1 0 haciarefiriendose a 10 peculiar, distintivo y singular de cada ser..Cristo es una sola persona porque tiene una sola identidad,mientras que en Dios es posible distinguir tres personas por-que cada una de ellas posee rasgos y p~~sonalidad propias: elPadre no es el Hijo y este no es el Espmtu Santo, aunque lostres son Dios. La persona, por otra parte, fue concebida tam-bien como una realidad sustancial, es decir, subsistente en simisma por 1a consistencia de su ser Yno por referenda a otracosa (como sucede con los accidentes aristotelicos).

    La nodon de na t u ra i e za , por el contrario, se tomo direc-tamente de la cultura griega y se emple6 en este contexto para

    lI.1"I

    . 3 Un excelente estudio sobre las aportaciones fIlos6ficas del crist ia-nismo 10 proporciona E . G J I. O N , E1 e$pir i tu ,de ~ filosofia med i e v a l , Rial~; Ma-drid 1981. Sobre el origen concreto del termIDO persona efr. rambien C.DiAZ,La p er so na co mo do n, Desdee de Brouwer, Bilbao 2001, pp. 19-27.

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    AntropolQgia; una guia para La existenciasignificar 10 comun 0general. Dios Padre, Dios Hijo y Dios Es-piritu Santo tienen la misma naturaleza divina porque los tresson Dios, pero en Cristo, que es una unica persona, hay dosnaturalezas: la humana, que comparte con el resto de los hom-bres, y la divina, que comparte con las otras dos personas de laTrinidad.

    La reflexi6n patristica nos dejo, por tanto, tres nocionesfundamentaIes. Una original, la personas, y dos tomadas de losgriegos: sustancia y naturaleza. La persona es 10 singular, pro-pio y subsistente por si mismo (la persona como sustancia) y lanaturaleza es 10 com un,

    La conclusion de este itinerario se puede colocar emble-maticamente en Boecio (ca. 480-525). Este pensador cristianoaplico estas nociones aI hombre y acufio su famosisima defini-cion de persona que seria asumida por la escolastica inclu-yendo a santo Tomas: p er so n a e st n a tu ra r atio na lis in div id ua s ub s-tan t i a (la persona es la sustancia individual de naturalezaracional)", Esta definicion, por su precision y su valor, tendriauna gran influencia a 10 largo de la historia pero tam bienpuede ser valorada como la mayoria de edad para la nocion depersona en el campo de la antropologia. EI hombre era per-sona y ser persona significaba po seer una naturaleza racionalsubsisten te individualmen teo

    c ) L a e sc ola s ti caLa escolastica recogi6 yacepto la definicion boeciana

    pero no la desarrollo sino que, mas bien, se centro en el con-cepto de su s t a nc i a . La persona se valora, y mucho, pero no se

    4 La metafisica griega tiene una limitacion fundamental y gravisima.la ausencia cornpleta del concepto y del vocable mismo de persona (X. Zu-BIR!, E l hom bre Y Dios , Alianza, Madrid 1984, p. 323).

    5 BOECIO. L ihe r de penona tt duabus naturis con tTaEu tychen tt Nes to r ium,PL 64.1343 D.

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    La persona: di~nidad ymisterioemplea como un concepto filosofico original que determina einfluye en los demas elementos de Ia antropologia. sino que seentiende como u n tip o e sp ec ia l de su s t a nc i a : la mas perfecta den-tro del mundo sise trata de los hombres y la sustancia perfectaen absoluto si se trata de Dios, Julian Marias ha mostrado esteasunto con claridad. Cuando, ya en la escolastica, se ha inten-tado pensar filosoficamente la persona, las nociones que hansido decisivas no son las procedentes de estos contextos, sinolas de 'propiedad' 0 'subsistencia' ( h ypo s t a s i s ) . La famosa defi-nicion de Boccio, tan influyente -p er so n a e st r atio n alis n a tu ra ei n di vi du a s u bs ta n ti a - ha partido de la nocion aristotelica de 00-s ia o s ub sta n ti a, pensada primeramente para las ' cosas', expli-cada siempre con los eternos ejemplos de la estatua y la cama,fundada en el viejo ideal griego de 10 'independiente' 0 sufi-ciente, de 10 'separable' (khoristim). El que esta sustancia 0 cosaque llamamos 'persona' sea racional sera sin duda importante,pero no 10 suficiente para reobrar sobre ese caracter de la 00-si a y modificar su modo de ser, su manera de realidad. La per-sona es una hypOstasis 0 suppo s i t um como los demas, solo que denaturaleza racional-",Este planteamiento gener6 algunos problemas impor-tantes. El primero fue un a de pe n de n cia e xce s iva de la f i losofiagriega que limite el desarrollo filos6fico de categori~ filo~fi.casespedficas para el hombre. La persona no fue estudiada tecmca-mente como un ser esericialmente diverso de los demas, y poreso necesitado de unas categonas espedficas, sino como un serde la naturaleza aunque especial", Yesto significo que, paradescribirlo filos6ficamente, bastaba con utilizar las nociones ge-nerales del ente y aplicarlas de modo espedfico al caso delhombre. Yahemos comentado como se desarrollo este plantea-

    6J. M A R i A s , An t ro p o l o g ia me t a f is i ca , Alianza, Madrid 1987, p. 41. ,7 No se afirma aqui que la escolastica (y sobre todo la tardoescolas-

    tica) no fuese consciente de la originalidad del hombre, sino que el conoci-miento de ese hecho no se tradujo en el esfuerzo de elaborar unas catego-rias filosoficas tambien originales para explicarlo .

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    Antropotofig: una gu{apara la existenciamien to para el caso de la persona y Ia sustancia: la persona esun tipo especial de sustancia; pero 10 mismo sucedio con otrasnociones antropologicas como el bien 0 los apetitos. Por 10 querespecta al bien, por ejemplo, la escolastica nose planteaanali-zar en directo que significa el bien en la vida del hombre sinoque, primero, 1 0 analiza en general: el bien como trascenden-tal, es decir, como categoria que trasciende a un ambito con-creto de la realidad ya que esta presente en todos los entes, ysolo despues, y, a partir de esta nocion general, piensa el biendel hombre como caso especifico. Esta postura tiene; por su-puesto, elementos muy validos e interesantes pero, por 10 querespecta a la anrropologia no esta exenta de problemas ya quedificulta la captacion profunda de 10 especifico humano. Pardecirlo de algiin modo, Ia nocion general oscurece la nocionespedfica y dificulta la penetracion en 1 0 propio de la persona.En el caso del bien, por ejemplo, esto es especialmente daro.Cabe hablar anal6gicamente del bien en los seres materiales,animales y en los hombres, pero se trata de realidades profun-damente distintas. El bien humano esta regido par la dimen-sion moral y por la libertad y par eso tiene muy poco que vercon 10 que se puede denominarel bien de un animal (que sealimente, que se reproduzca, etc.).

    Este es el segundo problema al que nos referiamos: unacierta d ific ulta d p ar a c ap ta r 1 0 e s p e ci fi c o human o que, a largoplazo, se tradujo en que la antropologiaresultante, aunque co-rrecta, acabo siendo insuficiente y pobre en algunos aspectos.Polo 1 0 explica claramente. Desde la metaffsicaclasica se ac-cede a una antropologia correcta, pero que sequeda corta:no falla, no se equivoca, pero su desarrollo tematico es es-caso-s. En el caso concreto de lasustancia, la aplicacion de

    8 L. POLO, Antropologia trascendental. I. La persona humana, Eunsa,Pamplona 1999, p. 31. La propuesta especifica de Polo para superar esta difi-cui t ad consiste basicamente en un replanteamiento de las relaciones entremetafisica y antropologia y en una ampliacion de los trascendentales me-diante el abandono del limite mental.

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    La persona: di~idad y misterio

    este rnetodo impidio ver, par ejemplo, la dimension in t er io r ysubjet iva de la persona", Y , por eso, cuando, mas adelante, la 1 -losofia moderna la descubrio no fue posible establecer una co-nexion con la escolastica. La filosofia moderna nacio con unamarca de fabrica antisustancialista porque consideraba queeste concepto era oscuro y Ie impedia acceder ala interioridaddel hombre. Y,como ademas fue derivando cada vez mas haciael idealismo, se distancio irreversiblemente tanto de la escolas-tica como de sus formulaciones posteriores,

    d J L a s n om b re s de la r rwdernidad: c o n ci e n ci a , s uj et o, yoA partir de esta epoca, y con Descartes como simbolo

    emblernatico del nacimiento de una nueva era, la filosofia rna-derna tomo el mando de la evoluci6n filosofica y el hombrecomenz6 a ser identificado can elementos que esa filosofia fuedescubriendo. Con Descartes sera conc i enc i a , ser interior cons-ciente de si mismo. Mas adelante sera tambien sujeto: ser quese pone ante elmundo externo con una interioridad, riquezaycapacidad de acci6n espedfica; despues, yo entendido comoautoconciencia de si; s f m ismo, etc.!",

    Estos conceptos constituyen aportaciones inestimables alaf ilosofia del hombre pero tendran un importante defecto defabrica: Ia filosofia rnoderna los desarrollara desde una pers-pectiva fundamentalmente idealista. El sujeto, por ejemplo,aunque inidalmente procede de la noci6n realista subjectum,lo

    9 En este sentido afirma Wojtyla que la etica tomista resulta a vecesdemasiado ..objet ivista. CaSida Ia impres ion de que en ella no hay lugar parael analisis de la conciencia y de la autoconciencia como smtomas verdadera-mente especificos de la persona-sujeto (K. WojTYLA, El persrmalismo tomista,en Mi visiOn d el h o m b re .H ar ia u na n ue va m e a (2' ed. ), Palabra, Madrid 1998,p. 311).

    10 Un analisis sugerente de algunos de estos elementos en relacion ala nocion de persona se encuentra en C. DiAz, La persona C()11W don, cit.

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    AntropoloGia:una guiapara la existenciaque yace bajo los accidentes y las determinacionesgenericas,se transformara en poco tiempoen el sujeto trascendenta:lkantiano que .se alejara cada vez mas del hombre concretopara transformarse en una entidad abstracta supraindividual.Y, como desarrollo ulterior de este proeeso, el yo esencial he-geliano se situa muy lejos del yo especifico de cada hombresiendo mas bien la autoconciencia del Espiritu absolutodelque los yoes concretos no sort mas que rnanifestacioneso de-terminaciones.

    En definitiva, el itinerario filosofico de la modernidaddescubri6 daves antropol6gieas esenciales pero al precio de ladesaparicion de la persona concreta, del hombre y mujer queviven su vida de manera autonorna y limitada pero real. Deeste modo se separo cada vez mas de lafilosofia de tradicionrealista y plante6 al inicio del siglo xx graves problemas tantofilosoficos como sociales,

    e) La nodon contemporenea d e p e rs o n aAI inicio del siglo xx nos encontramos, por tanto, con la

    siguiente situacion, Desde el punto de vista f i losof ico existe unadicotornia importante entre la filosofia realista, sobre todo, laneoescolastica, que define a t hombre fundamentalmentecomo sustancia, y las diversas filosofias modernas, que le des-criben como sujeto, yo 0conciencia, es decir, poniendo de re-lieve bajo diversos aspectos la subjetividad y la interioridadpero generalmente desde una perspectiva idealista.

    Pero ademas existe otro problema mas importante: la si-tua t iOn soaalu, EI siglo xx fue e1 escenario de una batalla entredos poderosas ideologias: los colectivismos y e1 individualismo,

    IiUn desarrollo mas detallado de las causas que dan origen al naci-mien to de l persona lismo se puede encontrar en J. L. LoRDA, An tr o p o lo g i a . D e lC un ci li o V a ti ca n o I I a J u an P ab lo Il,Palabra, Madrid 1996, pp. 18-33.

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    La persona: dignidad y misterio

    Los colectivismos (comunismo, nazismo, fascismo) promovianlos valores generales de la sociedad pem con desprecio de losindividuos.La vision social organicista de la que dependian en-tendia al hombre como una parte del todo social por el que de-bia sacrificarse si era necesario. Lo esencial era el organismo(la sociedad) mientras que la parte (el hombre) solo era im-portante en la medida en que servia al organismo. EI individua-lismo, por el contrario, adopto la perspectiva contraria: la exal-tacion del individuo en contraposicion a la sociedad, pero deun individuo insolidario que buscaba su propio bien y se serviapara ello de sus medios econ6micos e inteligencia aplicando .laley del mas fuerte. Quien es habil y poderoso seasienta en eltejido social, quien es debit queda desplazado (cfr;cap. 14.1) 12.

    Estas dos ideologias; como sabemos perfectamente porbhistoria, no permanecieron en el terre no de la teoria, sinoque generaron. poderosisimos movimientos sociales y politicosque decidieron, de forma a veces muy tragica, lahistoria del si-glo xx, Las dos guerras mundiales estan ligadas a la intencionde los totalitarismos de imponer su vision del mundo y aumen-tar su poder, y , por 10 que respecta al individualismo, resulta in-cuestionable que es uno de los elementos ideologicos esencia-les del capitalismo salvaje de finales del XIX Y comienzos del xx.

    Pues bien, esta compleja situaci6n es la que dio lugar auna recuperation de la noc i6n y de la rea l idad de la persona's. .

    Ante todo hubo un movimiento soc ia l l i gado a los desas-tres de la guerra y de las ideologias que exigiade manera pe-rentoria una nuevavaloracion del hombre. Este no podia ser

    12 Maritain denuncio y analizo en su momento con gran profundi-dad y lucidez csta cuestion, Cfr,J. MARtTAIN, Humanismo inttgral. Problemastemporalesy espirituales de una nueva oistiandad, Palabra, Madrid 1999.

    l~ La vida y el pensamiento se hallan ante la misma problematica.As! como la vida cree facilmente que t iene que escoger entre individualismoy colectivismo, as! tambien el pensamiento opina, falsamente, que t iene queescoger entre una antropologia individualista y una sociologia colectivista.La excluida alternativa 'genuina', una vez que se de con ella, nos mostrara elcamino (M. BUBER, ,Qui e s e l hombrer , FeE, Madrid 1984, P: 146).

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    AntropoloKia: una guia para Laexistencia

    ni una mera parte del todo ni una entidad egoista. Tenia quetener un valor por 81 mismo; es mas, era, sin ninguna duda, 10mas valioso del mundo. Pero esto, a su vez, no podia significarque tuviese derecho a comportarse de forma egoista e indivi-dual. La persona debia estar al serviciode los otrosy.vivir la ge-nerosidad. Las dos guerras mundiales fueron decisivas en esecambio de perspectiva y , en este sentido, resulta paradigmatlcoel recorrido personal de Gabriel Marcel. Este filosofo fue ini-cialmente idealista pero paso la I Guerra Mundial trabajandoen el Departamento de desapareeidos cuya mision era infor-mar a los familiares sobre la situacion de aquellos soldados delos que no se conocia el paradero. Experimento entonces demodomuy fuerte la importancia que tenia cada persona con-creta y como la felicidad de algunas personas podia de penderde unas poeas palabras: un si0un no. Fue entonces cuando sufe en los sistemas idealistas globalesy abstractos se quebro defi-nitivamente. Lo importante era la persona, cadapersona con-creta e individual y no las abstracdones. Ysi la filosofia queriaresponder a la realidad y ser titil tenia que articularse en tornoa este valor esencial-".

    Este tipo de experiencia u otras similares fue.la sendaque condujo a muchos filosofos a la recuperacion y reelabora-don f i los6f ica de la nocion de persona que se realiz6funda-mentalmente a traves de tres vias.

    La primera y la mas importante es el surgimiento del p e r -s o na l i smo a quien se debe conceptuaImente la actual vision dela persona. El personalismo, que surgio fundamentalmente dela mano de Emmanuel Mounier en la Francia de entregue-rras15, partie basicamente de los siguientes presupuestos: nece-sidad de relanzar el concepto de persona comoremedio filoso-

    14 Cfr, 1. L. C A N A S , G a ln ie l M a r ce l' f il Os o Jo , d mm a tu rg o Y C O f I I p o s i t O f " , Pala-bra, Madrid 1998.

    15 Sobre Mounier cfr , C. Disz, Emma n u e l Mou1 lUr (u n tes t imonio l umi -1 '1050) , Palabra, Madrid 2000.

    .3 6

    La persona: dignidad y misterio

    fico en la lucha ideo16gica entre el individualismo y los colecti-vismos; necesidad de que la nueva antropologia de la personaasumiera las aportaciones de la modernidad: conciencia, su-jeto, yo, libertad, dinamicidad, etc.; necesidad de que esasaportaciones se hicieran en el marco de una filosofia realista yabierta a la trascendencia 16.

    El resultado de esos planteamiento fue una vision de lapersona que podemos describir de modo muy sumario del si-guiente modo. La persona es un.ser digno en si mismo pero ne-cesita entregarse a los demas para lograr su perfeccion, es dina-mico y activo, capaz de transformar el mundo y de alcanzar laverdad, es espiritual y corporal, poseedor de una libertad quele perrnite autodeterminarse ydecidir en parte no solo su fu-turo sino su modo de ser, esta enraizado en el mundo de laafectividad y es portador y esta destinado a un fin trascen-dente-". Esta visi6n es la que poco a poco se ha ido imponiendocomo concepto definitivo ymoderno de persona y no solo enel ambito academico, sino tambien a nivel social hasta el puntode que podemos considerar que hoy se encuentra aceptado enuna medida importante por la civilizacion occidental.

    Este auge cultural tanto del personalismo como del con-cepto de persona produjo a su vez el acercamiento a esta no-don desde otras perspectivas filos6ficas. Por un lado, la n e o e s c o -lastica y la s f il o so f ta s r e a li s ta s m a s cldsicas iniciaron un trabajo derecuperaci6n y desarrollo de la nocion de persona que, porotro lado, no les era extraiia ya que pertenecia por derechopropio a su patrimonio culrurall''. Ytambien se produjo, aun-que en este caso sin depender inicialrnente del personalismo

    16 Cfr. E . MOUNIER, E I p e r s o rw li smo , Accion Cultural Cristiana, Madrid1997 .

    17 Cfr. J . M . BURGOS, EI personal i smo, cit. y J. SEIFERT, E I c o nr e pt o de per-s on a e n la t eo l og i a mu r a l. P e r so r wU sm o y personal i smos , en A A .W., EI p r i m a . d o de L ap e r s o n a en L a moml contemporo .nea , cit., pp. 33-63.

    18 En este contexte se puede situar, por e jemplo, el recien te libro deE. FORMENT, E l p e rs o n al is r oo m e d ie v a l, Edicep, Valencia 2002.

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    Antropologfa: una (!Ufapara la existencia

    frances, un paso de algunos sectores de Ia filosofia modernaauna refundacion realista de la nocion de persona. Esta lineacorresponde fundamen talmen te a la J en omR: n o l o g i a y va desdeHusser! y Scheler a Dietrich von Hildebrand 0Edith Steinl''.

    La perspectiva que vamos a adoptar en este texto paraestudiar al hombre intenta conjugar estos tres planteamientos,Adoptamos la perspectiva fenornenologica como criterio deacercamiento ala realidad. Se trata de observar 10 que existecon perspectiva abierta y sin .prejuicios, aunque sf con presu-puestos. La estructura ideologica fundamental esta tom ada delpersonalismo puesto que; como y a hemos comentado,lo quepretenden estas paginas es desarrollar una antropologia perso-nalistasistematica, Y, de la :tradici6n clasica.: ademas de Iaestructura realista fundamental con la que nos sentimos per-fectamente identificados, tomamos tambien un con juntoinapreciable de nociones: sustancia, naturaleza, facultades, vir-tudes, apetitos y tendencias, etc., que hemos procurado armo-nizar e integrar con los aspectos novedososdel personalismo.Setrata, estimamos, de una perspectiva no muy distinta de laque ha desarrollado Karol Wojtyla en obras como.Amor y res -p o n sa b i li dt uPO , P e r s on a y acc ion 21 0Mi v is i6 nd el h om b re . De ahi elsentido de la dedicatoria de este libro.

    2. ~ Q u esignifica ser persona?a ) ~ Es p os ib le de fi nir a la p e r s o n a?

    Si, dejando de lado las cuestiones historicas, comenza-mos a preguntarnos y a que signillca ser persona, 10 mas send-

    19 Este tema ha sido estudiado especial mente por U. F ER RE R, ~Qui silfnifica serpm01la~, Palabra, Madrid 2002.

    20 K . WOJTI lA,Amo r y r e s po n s a b il id a d , Plaza &Janes, Ba rc el on a 1 99 6 .21 K. WojTI'LA,P er so na e a tto , LEV, Roma 1980. En este texto vamos a

    citar por la edicion italiana.

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    Lapersona: dignidad ymisteriolIo seria cornenzar con una definicion. EI tema quedaria as!claro y expedito y se trataria unicamente de desarrollarlo. Lacuestion, sin embargo, no es tan sencilla hasta el punto deque, como veremos, en realidad no es posible definir a la per-sona, por 10 que tendremos que conforrnamos con aproxima-ciones sucesivas.a.I) Ladefinici6n de Boecio y sus limites

    Probablemente, la mejor definicion que existe de per-sona es la que dio Boecio y a la que ya hernos hecho referen-cia: p er so na e s la su sta nc ia i nd iv id ua l de n a tu r al e za r a ci o n a lt ". Estadefinicion pone de relieve simultaneamente muchos aspectoseseneiales del ser humano:

    -la sustancialidad, es decir, el hecho de que subsiste enlos cambios y tiene consistencia. La persona es un ser que per-maneee, tiene la densidad ontica de las sustancias;

    - la individualidad: la persona es una realidad unica ydeterminada, cada persona es distinta y diferente y a ella hacealusion este aspecto de la definicion boeciana;

    -la naturaleza radonal: dentro del amplio mundo delas sustancias, las personas son una clase especffica, las que tie-nen inteligencia y, por ello, son capaces de comprender e1mundo y poseen espirituaJidad.

    La definicion de Boecio cumple, ademas, las r eg la s d e L awgica, especialmente importantes en el medioevo, que impo-nen que toda definicion se constituye en base a un genero masla diferencia especifica, El genero en este caso es la sustancia yla diferencia especifica, la racionalidad. Gracias a su precisionlogica y a la exactitud de sus contenidos, esta definicion sehizo canonic a y perrnanecio vigente durante siglos. Sin em-bargo, poco a poco empezaron a hacerse patentes algunos li -

    22 BOEC10, L ib er d e p m (J 1la e t d ua bu s n atu ri s c on tr a E ut yc he n e t N e sto n um ;PL 64,1343 D.

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    Antropologia: una guia para la existencia

    mi te s y de f i c i endas que fueron ampliandose hasta que cornenzoa aceptarse de manera generalizada que se trataba de una defi-nicion brillante, genial para su tiempo,correcta pero insufi-cientet'', Los Iimites que presenta esta definicion son .funda-mentalmente de dos tipos:

    1) la caracterizacion del hombre como sustancia:ya hewmos indicado los problemas que plantea este hecho y no va-mos a insistir en ello ahora, aunque volveremos a tratarlo masadelante (efr. cap. 7.2);

    2) la falta de una mendon expresa a earaeteristieas esen-dales de la persona como la libertad, la conciencia, las reiacio-nes interpersonales 0el yo. No es comprensible una personaque no sea libre, que no tenga conciencia de sf misma, que nose relacione, etc., y ninguno de esos elementos, como es facilcom pro bar, aparecen en la definicion de Boecio,

    Algunos han objetado, para salvar la definicion, quedonde dice naturaleza racional deberia leerse en realidad na-turaleza espiritual y que, por 10 tanto, S1 incluiria de maneraimplicita elementos como la libertad 0 la conciencia. Peroesta argumentacion, aunque tiene cierto valor, da la impre-sion de ser unparche de emergencia, Por un lado, deja irre-sueIto el problema de la sustancialidad pero, ademas, es pococonvincente porque la definicion boeciana es incompleta nopor casualidad, sino por una precisa razon: porque la tradi-cion en la que fue forjada no habia desarrollado los elemen-tos que faltan. Esos elementos fueron elaborados filosofica-mente por la modernidad y por eso hay que incorporarlosdesde fuera y apostenori. Por ultimo, a una definicion se leexige sobre todo prec i s i on y , si resulta que los elementos quedeben caracterizar a 10 definido no se encuentran explicita-

    23 Las cri ticas ala def inicion de Boecio son muy cornunes. Aqui men-cionamos iinicamente a U. FERRER, ,Qp . t s i g ni fi c a s e r p e r s () 1 la ~ ,cit., pp. 174-177, donde se pueden encontrar referenc ias a o tros autores: Se ifert, Zubiri,Polo, Marias, etc.

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    La persona: dignidad y misterio

    mente sino que deben ser sobreentendidos 0 afiadidos ad ca -sum desde fuera, la definicion deja de tener valor como tal.En definitiva, y como cornentabamos, la valoracion que sehaee actualmente del texto de Boecio es que se trata de unadescripcion brillante del ser personal pero no que tenga el va-lor de una definicion.

    ~:

    a,2) Las definiciones-descripciones del personalismoSi la definicion de Boecio es incompleta podriamos pre-

    guntarno5 si existe hoy en dia alguna mas precisa y que tengaun grado de aceptacion elevado, pem la respuesta es negativa.No hay ninguna definicion que cum pIa esas caracteristicas, esmas, en general se rechaza la misma posibilidad de definiciondel hombre. El personalismo, en concreto, ha rechazado esaposibilidad por los siguientes motivos:

    - una conciencia mayor de la comple j idad de la persona.Los descubrimientos antropologicos, psicologicos, sociales,etc., que se han ido acumulando a 10 largo de los siglos impli-can que cada vez parezca mas dificil encerrar todos losele-mentos esenciales en el interior de una definicion;

    - la insistencia en el caracter pe r sona l de la realidad hu-mana que parece deformarse si se encierra en los terminos deuna definicion general. Solo se definen, afirma Mounier, losobjetos exteriores al hombre y que se pueden poner ante sumirada. Ahora bien, la persona no es un objeto24;- la relativa inuti l idad de una definicion en una socie-dad cornpleja. La definicion de Boecio resultaba muy utilporque los terminos en los que se explicitaba (naturaleza,sustancia, etc.) tenian una significaci6n univoca para la co-munidad intelectual en la que el vivia, Hoy, en cambio, estono es asi, Si decimos, por ejernplo, que la persona es libre,hay que explicar a continuacion que entendemos exacta-

    j

    24 E. MOUNIER, El ptmonalismo, cit ., p. 10.41

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    Antropofo@a~ una /tUfa para fa existencia

    mente por libertad ya que, de otro modo, 1adefinicion ten-dra un escaso valor. Yesto con cada uno de los terminos de ladefinicion;

    - 1a a ctitu d d e r ec ha zo h a cia la s de fin ic io n es fo rm a le s. Si-guiendo 1aestela de Kierkegaard, los personalistas rechazaronel abstracto idealismo hegeliano que deseaba encerrar 1 0existente en las redes de la racionalidad. Yesto significa, parae1 tema que nos in teresa, que el hombre no es racionalmenteexplicable, no porque sea irracional, sino al contrario porquees mucho mas que mera razon instrumental. Ahora bien, in-tentar encerrarlo en los margenes de una definicion es caer en1 0 que se critica. Ademas, existetambien la posibilidad de queuna definicion limite el analisis de 10 humane. Definir al hom-bre puede conllevar elpeligro de que, si algo no aparece en ladefinicion, no se estudie 0no se le dedique suficiente aten-cion (como paso en parte con el texto de Boecio) y,por eso, seha preferido optar por sistemas abiertos que no excluyan laposibilidad de afiadidos 0complementos.

    Ahora bien, admitir la imposibilidad de una definicionestricta no significa que se renuncie a cualquier definicion 0descripcion de la persona. Esto no tendria mucho sentido enuna filosofia que se funda precisamente en esa nocion, Poresta razon, el personalismo ha optado por una via intermediaque tiene las siguientes caracteristicas:

    - se busca describir los elementos esenciales que carac-terizan el ser personal.

    - no se pretende la exhaustividad,- no se busca rigor formal,- se es consciente de que la descripcion solo toma sen-

    tido pleno en el contexto de una filosoffa en el que se desarro-Han con precision cada uno de los terminos que lacomponen,

    De este planteamiento han surgido fundamentalmentedo s tipos de textos. En los primeros, que podemos denominardef in ic iones -descr ipc iones y pueden ser mas 0menos explicitos,los personalistas han intentado re1ejar elementos esenciales

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    La persona~ dignidad y misteriode la persona. Asi, por ejemplo, Mounier afirma: una per~sona es un ser espiritual constituido como tal por su formadesubsistencia y de independencia en su seT>,25.Lacroix,tambien de forma lac6nica, indica: la persona es la duefiade si y el don de Sl26,Y Maritain, en un ejemplo mas clarode 10 que hemos denominado descripcion-definicion,afirma: Cuando decimos que un hombre es persona, noqueremos decir solo que es un individuo como 1 0 son unatomo, una espiga de trigo, una mosca 0un elefante. El hom-brees un individuo que se rige con la inte1igencia yeon la vo-luntad; no existe solamente en modo fisico, sino que sobree-xiste espiritualmente en conocimiento y en amor, de talforma que, en algun sentido, es un universo por SI, un micro-cosmos en el cual el gran universo todo entero puede que darcomprendido con el conocimiento, y con el amor puededarse todo entero a seres que estan ante eJ como otros tantosel.mismo, relacion de la que es imposible encontrar el equi-~lente en el mundo fisico. La persona humana posee estoscaracteres porque, endefinitiva, el hombre, esta carne y estoshuesos perecederos que un fuego divino hace vivir y obrar,existe 'desde el utero hasta el sepulcro', por obra de la exis-tencia misma de su alma que domina el tiempo y la muerte.Es el espiritu la raiz de la personalidad-s".

    El segundo tipo de texto que ha producido el persona-lismo es una descripcion mas detallada de las caracteristicasdel ser personal, obtenida mediante el analisis fenomenol6-gico, y que es costumbre explicitar indicando y desarrollandouna serie de n o t a s que caracterizan al ser personal.

    25 E..MOUNIER , Ma n i fi es to a l s e rv ic io d el p e rs o na li sm o , Taurus, Madrid1967 , pp . 75-76.

    26 J. LACROIX, L e pe r s onna l i sme , Lyon 1982, p. 27; citado por C. VAL-VERDE ,A n tr o p o lo g i a f il o s6 fi c a , cit., p. 41.

    27J. MARrrAIN. P r i n ci p e s d 'u n e p o li ti q ue h uma n is t e, Oeuvres Completes.vol. VIII, p. 188.

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    Antropoloma: una ~uia para Laexistencia

    b) P r in a pa le s n o ta s fe n om e n o lO g ic asLas principales notas que caracterizan a la persona son

    las siguientese:1. Substancialidad-subsistencia

    Can esta nota de raigambre aristotelico-tornista sequiere indicar que la persona es un ser con una densidad exis-tencial tan fuerte que permanece en S I misma a traves de loscambios. La persona es siempre la misma, aunque cambie elmundo a su alrededor y ella misma cambie. De modo similaral barco de Teseo que fue sustituyendo a 10 largo del viaje cadauna de las piezas que 10 componian pero continu6 siendo elmismo barco, la persona humana, aunque cambia interior yexteriormente, incluso organicamente, sigue siendo la misma.Ademas, ese ser ella misma es algo profundo y decisivo porquela persona no es un mero flujo de vivencias ni una agrupaciontemporal de fen6menos que el tiempo disuelve y transforma,sino un ser consistente que resiste el paso de los afios y los diasy,aunque a la filosofia le resulte ya m a s dlficil confirmarlo, po-see una dimension eterna. A esta realidad se Ie denom~a sub-sistencia del ser personal.2. Intimidad-subjetividad

    Lo que permanece en los cambios de la persona no esuna cosa, sino un quien, un alguien, una realidad muyprofunda con una gran riqueza interior que se manifiesta y se

    28 Existen bastantes descr ipciones fenomenol6gicas de este t ipo. No-sotros nos apoyamos fundamentalmente, aunque con modif icaciones, en R.i'EPES, Fun i l am. t :mos de an t ropo log i a , cit ., cap. 3. Otras descripciones s imilaresson las de L. PAREYSON, Esistensa e p e r s o n a, II Melangolo , Genova 1985, pp.173-205, YT. MELENDO,La s d imens i one s de la per sona , Palabra, Madrid 1999.En Zubiri tambien se puede encontrar una descripcion simila r, pero su pers-pectiva es mas ontol6gica.

    44-

    La persona: dignidad y misterioejercita a traves de cualidades especificas: la sensibilidad, losafectos y sentimientos, la conciencia de sf. Todas esas caracte-risticas conforman la subjetividad: 1 0 propio y especifico decada persona, su ruundo interior.Intimo, distinto de cualquierotro hombre 0mujer. Este mundo, en parte, se puede mani-festar al exterior a traves de los sentimientos y de las acciones,pero en parte es inexpresable porque constituye la identidadde la persona, que es intransferible. De ahi que los clasicos di-jeran que en la persona habia algo incomunicable,

    Ademas la persona se concibe como un ser autonomo,consciente de S I e independiente, es decir, como un alguien,un sujeto, un yo, capaz de decidir sobre S I mismo y ponersefrente al mundo. Persona, como dice Karol Wojtyla, es quien-se posee a S I mismo29.3. Ser corporal, espacial y temporal

    La persona posee una dimension material y corporal; essubjetividad e intimidad, pero en un cuerpo concreto, fisico ydeterminado, es alguien corporal, como dice Julian Ma-riasS O Esto tiene numerosas consecuencias pero una de lasprincipales es que no esun ser puramente espiritual, sino loca-lizado y herido por el tiempo.

    EI espado: la persona se mueve en un espacio fisico, geo-grafico y humano que Ie resulta necesario para vivir y Ie condi-dona: la casa, la ciudad, el pais, etc.El t i empo : la persona no es un ser estatico, sino en cons-tante evolucion; tiene un tiempo de vida que va discurriendo yque le hace esencialmente dinamico y proyectivo. La personase sinia siempre frente al tiempo del que dispone en una luchaconstante y paradojica, Por un lado busca detenerlo guar-dando memoria del pasado y eternizando el presente que Ie

    W K . W o j T Y L A , P er so na e alto, cit., p. 132.30 J. M A R I A s , Per sona , Alianza, Madrid 1997, p. 135.

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    I.

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    Antropologia: una (Juiapara la existencia

    resulta placentero 0 feliz. Y , simultaneamente, busca anticiparel futuro para poder decidir su destino y ejercitarel dominiode si que la caracteriza, Pero setrata siempre, al menos a pri-mera vista, de una lucha perdida de antemano. Lamuertesiempre llega y el tiempo siempre venceaunque elanhelo dela inmortalidad, presente en todo hombre, exige una res-puesta.4. Apertura y definicion

    Aunque la persona tiene una vida propia, personal e in-trasferible, no es un ser cerrado en S I mismo, sino abierto, quenecesita t t a scenderse y salir de sf para desarrollarse con pleni-tud'". Todos los hombres necesitan salir de SI yhacerse donpara los otros si quieren realizarse y 10 hacen, fundamen-talmente, a traves de sus capacidades y facultades mas elevadasy espirituales: Ia afectividad, la inteligencia y la libertad.EI hombre se relaciona con Iarealidad en tres niveles fun-damentales: las cosas, las relaciones interpersonales y Dios, y esarelacion se establece, a su vez, en dos direcciones: recepcion einfluencia. El hombre es afectado por el mundo que le rodeapero, a su vez, mediante su accion puede modificar ese mundo ytransformarlo de acuerdo con sus deseos y necesidades.

    Esa apertura, por otra parte, no es la modificacion deun ser indiferenciado, sino la perfeccion de un ser definidoycon una naturaleza precisa. Por eso, como indica Pareyson, lapersona es a l mismo tiempo abierta y cerrada. Es cerrada porla inmanencia de su pasado en su presente, por la condensa-cion de toda su historia completa en el instante actual, poruna valoracion general que, haciendo el balance de sus con-quistas y de sus' realizaciones, establece la validez de 10 que la

    31 Polo es uno de los autores recientes que mas ha insistido en el ca-racter donal de la persona. Cfr, L. POLO, A n tr o pQl o gi a t r as c en d e nt a l; cit., pp.217-228, Y T e n e r y dar , en VV.AA. , E stu di os s ob re la Laborem excerclmS, B AC , M a-drid 1987.

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    La persona: dignidad y misterio

    persona ha logrado hacer de sf misma. Yes abierta porque supresente se abre a su futuro, porque la reeorre un impulso quela coloca frente a si misma, porque la exigencia que la muevela obliga a nuevas decisiones y a una dedicacion cada vez ma-yor ala tarea en la que ella se reconoce-t",

    5. Hombre y mujerPor ultimo hay que advertir que hablar de persona su-

    pone colocarse en un cierto nivel de abstraccion porque, enrealidad, existen dos tipos 0modalidades diversos de personahumana: el hombre y la mujer. No existen personas humanasen abstracto, sino personas humanas masculinas 0 personashumanas femeninas que aportan una maravillosa diversidadcuajada de misterio y complementariedad'". Con esto no sequiere decir que el hombre y la mujer sean dos seres distintos;ambos son esencialmente iguales, pero el modo especifico enque se constituye su ser personal, siendo igual en los nivelesmas radicales, es distinto en sus manifestaciones concretas. Lacorporalidad, la sensibilidad, la psicologia, la inteligencia y laafectividad recorren caminos distintos en el hombre yen lamujer y enriquecen as! de modo inagotable el mundo del serpersonal.

    3. La dignidad de la personaLas notas fenomenologicas de la persona apuntan en

    una direccion muy precisa: los hombres y las mujeres son seresespecialisimos por la perfeccion intrinseca que poseen y queles coloca por encima y en otro plano del resto de los seres dela naturaleza. P ers on a s ig n ifica t id q uo d e st p er fe ctis sim un in to ta

    32 L . P A R E' tS O N ,E s is te n xa e p e r s o n a , cit., p. 1 8 1 .33Cfr . B, CAsTIllA, P er so na [ em e ni na , p er so na m a sc uli na , Rialp, Madrid

    1996.

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    AntropoLogia: una (!Uia para Laexistencia

    na t u ra 34 , afirm6 santo Tomas, y , en nuestra epocaesa perfec-cion tiene un nombre especifico: dignidad. La persona es elser digno par excelencia por encimadel cosmos.Ja materia,las plantas y los animaIes. A pesar de laperfecci6n intrinsecadel universo y de los organismos naturales que la ciencia nosrnuestra de manera cada vez mas fascinante, la persona hu-mana los supera de manera radical porque se situa en unplano distinto y superior: el de la personalidad y el espiritu.Par eso solo la persona es digna en sentido radical=.

    Veamos ahara algunos desarrollos de este concepto.- L a d ig n ida d de L a p er so n a e s u na p er fe cc io n in tr in se ca y

    const i tu t i va , es decir, depende de la existencia y caracteristicasesenciales de su ser, no de la posesion Q capacidad de ejercitardeterminadas cuaIidades. Toda persona es digna par el merohecho de ser persona aunque carezca 0posea de modo defici-tario alguna de las caracteristicas especfficas de 1 0 humano(discapacidades fisicas 0 psiquicas, aspectos no desarrollados,etc.). En otras paIabras, se es persona 0no se es de manera ra-dical, pew no se puede ser mas 0 menos persona. Conse-cuentemente, los planteamientos, como el aborto 0 la eutana-sia, que limitan la condicion de personay la correspondientedignidad a la posesion efectiva de algunas cualidades fisicas 0psiquicas (autoconciencia, caIidad de vida satisfactoria, etc.)son incorrectos".

    - L a dig n ida d de La p e r s o n a hace que s e a un va lo r e n s im i s m a y n o p ue da s er i ns tr um e n ta li za da . La perfeccion intrin-sec a de la persona hace que tenga valor por si misma, par elsimple hecho de ser persona a de existir, Por eso existe la

    34 ToMAsDE AQUINO, S. Th., I, q. 29, a. 3; en eI a. 4, Tomas lIega in-cluso a hablar del posibJe caracter relacionaI de la nocion de persona.

    35 Cfr, J . SI'.lFERT, D ig ni da d h um a na : d im e ns io ne s y fue nte s e n la p e r s o n a~ um a n a , en W.AA., Id ea c ris tia na d el h om br e, Instituto de Antropologia yEtica, Eunsa, Pamplona 2002, pp. 17-37.

    56 Cir. R. SPAEMANN, ,Es todo SIfT humano . un a persona], en ..Persona yDerecho, vol . 37 (1997) , pp. 9-23.

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    La persona: dirmidad y misterioobligacion positiva de buscar su bien y la negativa de no utili-zarla como mero instrumento para otros fines porque ina encontra-de su dignidad. Nadie (ni siquiera Dios) puede 'instru-mentalizarla, es decir, servirse de ella un i c amen t e como mediopara sus intereses porque eso significaria que se la esta iden-tificando con una cosa y se esta prescindiendo de su caracterpersonal.Como es sabido, la primera formulacion explicita deesta .idease debe a Kant. EI ser humano, afirma, y en gene-ral todo ser racional, existe como fin en si mismo, n o m era -m e nte co m o med ia para usa caprichoso de esta 0 aquella volun-tad,sino que debe ser considerado siempre a l m ism o tiem poc omo fi n en todas las acciones, tanto las dirigidas hacia simismo como hacia otro ser radonal ( ... ). Los seres cuya exis-tencia no depende de nuestra voluntad, sino de la natura-leza, tienen solo un valor relativo cuando se trata de seresirracionales, y por esto se Haman c o sa s ; pero los seres raciona-les se denominan p e r s o n a s , porque su naturaleza ya los seiialacomo-fines en si mismos, es decir, como algo que no puedeserusado como medio-V.

    - E l v a lo r de L a p er so n a e s a b so lu to . La persona es un valorensi misma pem es importante especificar que se trata de unvalor absoluto, Quiere esto decir, por un lado, que es superioracuaIquier otro valor que podamos encontrar en nuestro en-torno: naturaleza, animales, bienes materiales 0 espirituales.Pero, mas radicaImente aun, significa que es un valor no inter-

    37 L KANT,F un da m en ta ciO n d e la m e ta fo iG a d e l as c os tu m br es , Santillana,Madrid 1996, pp. 50-51. K. Wojtyla ha propuesta una interesante reformula-c i6n de este principio a traves de la n o rm a p m o na li st a que in tenta ir m a s aliayacercarlo aI mandamiento del amor. . Esta norma, en su contenido nega-tivo, consta ta que la persona es un bien que no concuerda con la u tilizac ion,puestoque no puede ser tratado como un objeto de placer y , pOl' 10 tanto.como un medio. ParaIelamente , se revela tarnbien su contenido positivo: lapersona es un bien tal que so lo el amor puede dic tar la actitud apropiada yvaledera respec to de ella. Esto es 10 que expone el mandato del amor (K.W0JI'YLA, Amo r y re sponsab i l idad, cit., p. 53).

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    Antropologia: una guEapara la existencia

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    cambiable, manipulable 0 sustituible por nada38.No se puedeatentar contra la dignidad de la persona. Por el contrario, laaetitud adeeuada en relacion a ella es la de respeto, reconoci-miento y promocion.

    - L a dig n ida d de la p e r so n a . e s e l fun dam en to de lo sde re -c ho s h um a n o ~ 9. EIvalor absolutoy la dignidad intrinseca de Iapersona se traducen a niveljuridico-social en la existencia delos d er ec ho s h um a n o s 0 d e r e ch o s f un d am e n t a l e s que la personaposee por el mero hecho de ser persona y que tienen dos di-mensiones. Desde el punto de vista subjetivo se entiendencomo los ambitos de libertad social que quedan a su disposi-cion y en las que el Estado ni puede ni debe inmiscuirse (li-bertad religiosa, libertad de expresion, derecho ala intimi-dad, etc.), Estos derechos n o so n c o n c e s um e s que el Estadohace sino exigencias interiores que dimanan del ser personaly que el Estado, si obra correctamente, no puede menos dereconocer, Corresponde al Estado tambien promover las con-diciones adeeuadas para que la persona puede ejercitar susderechos de manera efieaz y sin trabas (derecho ala educa-cion, ala vivienda, etc.); en este segundo senti do se habla dederechos objetivos.

    - L a d ig n ida d de la p e r so n a hace que ca da h om br e y cadamu j e r sean i r re p e t ib le s e i n s us ti tu i bl e s. Las peculiares caracteris-ticas de la persona humana nos permiten comprender quecadapersona es unica y tiene un valor irrepetible indepen-dientemente de sus condiciones fisicas, intelectuales, etc. Na-die puede ser, en sentido estricto, sustituido, algo que se poneespecialmente de manifiesto en la familia yen las relacionesen lasque media el arnor (efr. cap. 12).

    lIR Dios es el valor absoluto por excelencia (absoluto metaflsico). perola persona , en su ambito, tambien 10 es. En este sentido, para diferenciarlo,se podria hablar de un absolute relativo, Cfr, X. ZUBIRI, El ham bre Y Dios,cit., p. 376.

    39 R. SPAEMANN, 1.0 natural y 1 0 racional, Rialp, Madrid 1989; pp , 89-123.

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    La persona: dignidad rmisterio,."La constataci6n de este hecho ha ohligado a una reelabo-

    rac ion de.las n oc um e s de i ndi vi duo y espec ie p a r a lo s h omb r e s . En eIreino animal 1 0 que cuenta principalmente es la especie; el in-dividuo esta a su servicio y debe sacrificarse par ella si hacefalta. Ademas, un individuo de una especie animal .....xceptoquiza en los animales superiores- es practicamente.equiva-lente a otro individuo. Las hormigas no tienen nombre. Peroeste planteamiento no se puede aplicar sin mas al hombre. Lapersona no esta al servicio de la especie humana ni los hom-bres somos intercambiables. En este sentido afirma Spaemannque Ia persona no es un sinonimo del concepto de especie,sino,mas bien, ese modo de ser con el cuallos individuos de laespecie 'humana' son. ElIos s o n de tal modo que cada uno delos existentes en esa comunidad de personas que llamamos'humanidad' ocupa un sitio unico, irreproducible yno suscep-tible de sustitucion-w, En la misma linea, pero yendo todaviam a s lejos, Pareyson afirma que en el hombre, todo individuoes,pordecirlo de algun modo, unico en su especie-v.

    - La afirmacion de la dignidad de Lap er so n a e sta historico-m e n te li ga da a t c ri sti an is m o. Yahemos visto que la nocion de per-sona surgi6 del cristianismo y algo similar puede decirse delconcepto de dignidad. La dignidad intrinseca de cada per-sona, independientemente de su sexo, cultura, valor, riqueza,etc., solo se ha impuesto de manera efectiva gracias al cristia-ni~rnoaunque luego se ha ido gcneralizando como un valor ci -vilque ha sido aeeptado (al menos teoricamente) por otras so-2i~dadesy culturas. Sabemos que esta no era la praxis vigentee~ laAntiguedad (esclavitud, limitacion de derechos civilesse-gUnla condicion social y el sexo, etc.) yfue la Iglesia la que in-sistio en ladignidad de toda persona. Hoy, la situacion es en

    40 R. SPAEMANN, ,Es todo ser humano una pe r sona? , cit., p. 22. En el ge-nerohumano, las ituacion, a causa del crist ianismo, se invierte y el individuoesmas alto que el genero (5. KIERKEGAARD, Dior io , 1854, XI, Planeta, Madrid1993, p. 485).

    41 L. PAREYSON, Esis ienza e p e r s ona , cit ., p. 176.51

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    AntropoloKia: una fIu[apara Laexistencia

    parte diversa y en parte similar. Mientras que existe un recono-cimiento general de la dignidad de toda persona nacida y nor-mal42 se tiende, sin embargo, a restringir esa condicion en lassituaciones en las que la persona es mas debil: las fases previasal nacimiento (aborto) y el momento de la muerte (eutana-sia). Ytambien ahora la Iglesia continua en su tarea de defensade la dignidad de toda persona.

    4. La naturaleza humanaAcabamos de ver que la persona posee uncaracter

    iinico e irrepetible y que no forma parte de la especie humanaal modo en que los animales forman parte de su especie. Pero,siendo esto cierto, tambien 10 es que, al fin y al cabo,todos loshombres son hombres, es decir, que poseemosunos rasgos co-munes que permiten que se nos identifique como personas yno como leones, rocas 0monos. LCl-nocion que refleja delmodo mas adecuado esta semejanza es la de naturaleza,

    a ) L a n o cum de n a tu ra le z.a h um a n aa.l) Definicion y origen historico

    La nocion de naturaleza procede de la tradicion aristo-telico-tomista. Aristoteles, en eI marco de su doctrina teleolo-gica, indica que todos los seres tienen un modo de ser deter-minado al que se denomina esencia, Esta esencia 0modo deser no es estatica, sino que tiene un dinamismo interno que ,I e

    42 Uno de los pocos autores contrarios a esta posicion esPeter Singer,qui e n, basandose en que -un bebe de una semana de vida no es un ser ra-donal y autoconsciente, concluye que la vida de un hebe recien nacido esde menor valor que la de un cerdo, un perro 0 un chimpance '(PoSINGER,Pract icalEthics, Cambridge University Press 1973, pp.122-123) ..

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    La persona: dignidad ymisterio

    impulsa a obrar para alcanzar el fin ( te los ) adecuado a las carac-teristicas de la esencia. Pues bien, ese dinamismo interno 0, enotras palabras, L a e se nc ia e n c ua n to pr inc ip io de o pe ra cio n es , e s toq U e s e lla m a n a tu ra le za .

    Los seres naturales obran espontaneamente de acuerdocon su naturaleza y de esta manera Iogran su plenitud propia yaquello que les conviene, Un caballo, por ejemplo, tiene unmodo de ser determinado y , por tanto, una naturaleza, Yesa na-turaleza es la que le impulsa a realizar las accicnes propias delCaballo:correr, galopar, alimentarse de un modo determinado,reproducirse de una manera caracteristica, etc. De ese modo 10-gra desarrollarse correctamente y alcanza laplenitud que Ie e s t a,permitida 0a la que puede aspirar por su modo de ser,

    En el hombre sucede 10 mismo. Tambien las personastienen una esencia y una naturaleza y, por eso, tienen que ac-tuar de un modo determinado para alcanzar 10 que exige superfeccion, Pero, en este caso, existe una diferencia funda-, mental: la l iber tad . Una flor, un delfin 0 un rinoceronte nopueden elegir su modo de comportamiento y acnian (con ma-yor 0menor eficacia, esto yaes otra cuestion) siguiendo unaspautas de actividad propias, determinadas y especfficas, Peroen el caso del hombre no sucede 10 mismo. Es libre, 10 que sig-nifica, entre otras cosas, que puede inventar nuevas formas decomportamiento, ir en contra de 10 que piensa que deberiahacer 0 realizarlo porque quiere, es decir, libremente. Yestosupone que el obrar humano esta regido por la moralidad. Sisigue libremente 10 que conviene a su naturaleza obrara mo-ralmente bien y , adernas, conseguira la felicidad. Si no 10 hace,obrara eticamente mal y , ademas, sera desgraciado porque iraen contra de s f mismo y de su bien.a.2) Aplicaciones culturales

    La nocion de naturaleza humana responde, por tanto, alin hecho experimental: la existencia de elementos comunes

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    I""-'~--'

    I ,

    Antrop%da: una guia para Laexistenciaque permiten afirmar y eomprobar que somos hombres. Y,poresta razon, tiene irnportantes aplicaciones eticas y culturales:

    - permite fundamentar 1a ig ua lda d e se ncia l de to do s lo sh ombr e s . Como todos poseen la misma naturaleza quiere decirque todos son eseneialmente iguales. Puede haber, y de hechohay, difereneias signifieativas entre las personas, pero 1 0 pro-fundo, la naturaleza, no cambia y es identica en todos;- permite fundamentar una e t ic a u n iv e r sa ~ es decir, va-lidapara todos los hombres por la seneilla razon de que, si lanaturaleza es cormin, los principios eticos tambien tienen queserlo;

    - permite fundar la existencia de imp e r a t i v o s m o ra le s a b-solutos , es decir, aeeiones que nunea se pueden cometer ya quenunca podran ser buenas aquellas acciones que contrariengravemente a la naturaleza hurnanast;

    - permite, por ultimo, una fu nd am e n ta ci 6n tr as ce nd en tede L a p e r s o n a puesto que, aunque el hombre sea libre, no ereasu propia naturaleza, sino que la redbe. La naturaleza es algodado con 10que el hombre se encuentra al inicio de su exis-tencia, yeste caracter dado remite necesariamcnte a un do-nante, es decir, a Dios como fundamento Ultimo trascendentede la naturaleza human a y,por tanto, de la persona.

    b) La s a itica s a L a n oc i6 n d e n atur ale za h um a naLa nocion de naturaleza humana, a pesar de sus virtuali-

    dades, ha sufrido diversas criticas por 10 que resulta necesarioanalizar estas objeeiones, aunque sea someramente, para valo-rar su entidad. Un primer tipo de criticas procede de aquel l o sque a ms ide ra n que e l ho mbre n o tie ne n atura le za sino que es la li-bertad quien hace radicalmente al hombre (Sartre), que seria,por tanto, un ser en continua evolucion. Esta posicion, sin

    43 Cfr, JUANPABLOI, Ene. F id es e t mtio, n. 68.54

    La persona: d~nidad ymisterioembargo, esta en contraste con la experiencia. Si dejamos delado los restos arqueologicos antiguos que nos muestran frag-mentos de un mundo remoto que no podemos reconstruiradecuadamente y nos limitamos a las civilizaciones de las quetenemos constancia documentada, podemos constatar que,aunque hayamos cambiado profundamente, seguimos siendohombres y nos podemos identificar con la s aspiraciones, deseosyproblemas de nuestros antepasados en culturas remotas. Losegipcios, los incas, los indios, los griegos, son, sin ningunaduda, hombres como nosotros y ni se nos ocurriria plantearnosque pertenecen a otra especie de seres. Es mas, las diferenciasentre los hombres de distintas epocas y culturas resultan signifi-cativas para nosotrosprecisamente porque resaltan sobre laigualdad de fondo. En cambio,si alguien hiciera notar las dife-rencias -mucho mayores- entre los humanos y las jirafas, nopensariamos que con ello hacia una observacion interesante.

    Un segundo tipo de criticas son las que, afirmando laesencialidad y permanencia del hecho humano, se cuestionan,si~embargo, la validez de la nocion de naturaleza.

    Una parte de este grupo de criticas se alimenta de unacierta a m m g ile da d te rm i no lO g ic a d el c on ce pto d e n a tu ra le za ya que,en contra de 10 que podria pensarse, este no es tan precisoCOJ;110 puede parecer a primera vista y se puede emplear convaries sentidos y niveles de profundidad+'. En ellenguaje ac-tual, por ejemplo, por natural por naturaleza se entiende ha-bitualmente 10que procede del mundo fisico y biologico yque, por tanto, no es libre sino necesario. De este modo, si nose conoce el significado filosofico exacto de este termino,puede parecer chocante 0 incluso erroneo emp1earlo para elhombre. Decir que el hombre tiene naturaleza equivaldria a~ecir que no es libre. Un segundo grupo de objeciones proce-

    Rodriguez Luiio, por e jemplo , menciona hasta 29 sig~ifieado8 delas palabras naturaleza y natural, Cfr. A RODRiGUEZ LUNO, Etica gerural,Eunsa, Pamplona 1991, p, 245.

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    Antropologia: una guia para L a existencia

    den de una co n c ep ci o n f il o s tf i camen t e de f i c i en te .de l concep to d e n a -turaleza: En general, y aunque las criticas varian segun el es-quema conceptual del filosofo que la realiza, el mecanismo ba-sicamente es muy similar: se parte de una definicion denatu.raleza que carece de elementos esenciales de la persona(la hbertad en el caso de Kant, por ejemplo) y consecuente-mente se coneluye que es una nocion inadecuada para enten-der al hombre. La solucion para estas dificultades,como hamostrado Spaemann, consiste en evitar esos reduccionismosincorrectos".. , Por ultimo, la critica que tiene mas peso en nuestra opi-mon es la que rechaza la v i s iOn rac i o na l i s t ad e l concepto de na-turaleza-s. Esta objecion se basa en que existen dosposiblesconc~pciones d~1 terrnino naturaIeza: 1) un micleo genericocomun de cuahdades y caracteristicas comunes a todos loshom~res;2) un miclec abstracto, impersonal y perfectamentedefimdo que existiria dentro del hombre y que no se a1terarfapara nada ni con el tiempo, ni con las culturas ni con las perso-

    47 L .nas . a pnmera postura responde at ruicleo de 1 0 que consti-tuye la nocion de naturaleza. La segunda tambien pero insistetanto en el aspecto de inmutabilidad que acaba planteando a I-~nos problemas importantes. Plantea, en primer lugar, un c o n -j li ct o . e n tr e n a tu r al e za y cultura. ~Como se compagina, por ponerun ejemplo, la nocion de naturaleza humana formuladade estamanera con las importantes modificadones que las diferentesculturas imponen en la vida y en las concepciones de los hom"bres?48.Yplanteatarnbien un conf l i ao en t re na t u ra l e za y l ibertad

    45 Cfr. R. SPAEMANN,.0 natural y loradonal, cit.: Sobre el concepto denaturaleza del hombre, pp. 21-51. .

    46 Cfr. en este sentido R . VErES, Fundamen to s de antropl)log ia , pp. 95-96.47 Esta es lapostura c~acter ist ica de los racion~listas de los siglo~ XVIl

    YXVIII. Cfr. J. MARrrAIN, La lol fUdur6lle I)U lo i non icrite, Edition UniversitairesFribourg (Suisse) 1986. '~ Al~1.mo:'d~.esos problemas se encuentran indlcados en] . M. BUR-

    GOS, La I1Itl11lgenCla e tJCa .La propuesta de J a cqu e s M a r i ta i n , Peter Lang, Berna1995, pp. 127-175.

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    porque deja de lado que la naturaIeza del hombre es en ciertamedida indeterminada ya que, a diferencia de los animales,que siempre se comportan de modo identico, el hombre modi-fica.parcialmente su modo de ser y decide sobre su propio des-tino ..El t e los humano esen parte i n d e f i n i dopo rque el hombreestablece en cierta medida sus propios fines y la nocion de na -turaleza debe ser capaz de asumirlo.

    Los problemas que acabamos de mencionar pueden lle-gar a tener entidad si se extreman las posiciones pero puedenresolverse si se capta autenticamente y sin rigidez elmicleo delconcepto de naturaleza haciendolo armonizable con otrosconceptos esenciales como los de cultura y libertad. En estesentido nos parece muy iluminador el comentario de IsaiahBerlin: las categorfas morales -y las categorias de valores engeneral- no son tan firmes e inextirpables como las que co-rresponden, por ejemplo, ala percepcion del mundo material,pero tampoco son tan relativas 0fluidas como tienden a supa-ner demasiado facilmente algunos escritores en su reaccioncontra el dogmatismo de los objetivistas clasicos. Un minimade fondo moral comun, de categorias y conceptos relaciona-dos entre si, es intrinseco a la comunicaci6n humana-w,

    c) La s nocumes de persona y naturalezaLas reflexiones que acabamos de hacer indican con cla-ridad que las nociones de naturaleza y persona se necesitan

    mutuamente para reflejar de modo integro al hombre. La no-cion de persona hace referencia principalmente al individuoconcreto, irrepetible y existente, al hombre 0mujer que, conun .nombre propio y unico, se diferencia de manera profundade los.de mas hombres y mujeres. La nocion de naturaleza, por

    49 I. BERLIN, C ua tm e ns ay os s ob re la l ib er ta d, Alianza, Madrid 1998,pp.37-38.

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    Antropolo~a; una {luia para fa ezistencia La persona: dignidad y misterio

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    el contrario, hace referencia a 10 cornun, aJ hecho de que esehombre (0 esa mujer) diferente de cualquier otro hombre (0mujer) delos que pueblan nuestro planeta es, a pesar de todo,esencialrnente iguaJ a elIos, es un ser humano. Cada hombre,cada mujer, es de este modo un ser unico e irrepetible (per-sona) pero tambien un hombre esencialmente igual a los de-mas (naturaleza).

    Ahora bien, curiosamente, y precisamente a causa deesta complementariedad, no siempre resulta facil armonizarambos conceptos desde un punto de vista tecnico ya que unopone de relieve la individuaIidad personal y el otro 10 comuny, por eso mismo, impersonal. Hannah Arendt ha sintetizadoagudamente esta paradoja al afirmar: nada nos da derecho adar por sentado que el hombre tiene una naturaleza 0 esen-cia en el mismo sentido que otras cosas. Dicho con otras pala-bras: si tenemos una naturaleza 0 esencia, solo un dios puedeconocerla y definirla, y el primer requisito seria que hablarasobre un 'quien' como si fuera un 'que'so. Ahorabien, elproblema consiste precisamente en que en el hombre el'que' y el 'quieri' se dan simultaneamente. Somas seres huemanos esencialmente iguales a otros seres humanos perocada uno tenemos nuestro nombre propio que nos diferenciadel resto de la humanidad.

    La dificultad que entrafia este problema hace que su es-tudio exceda de los objetivos de un manual y por eso nos va-mos a limitar a comentar una propuesta de Ferrer que nosperrnitira sen tar el principio fundamental sobre el que, ennuestra opinion, debe asentarse esa articulacion. Ferrer consi-dera que tanto la naturaleza como la persona son coprinci-pios constitutivos de un finico ser, interactuantes en todas lasetapas de su crecimiento, y no fenomenos observables. Porello, se los deslinda de acuerdo con la funcion que a cada cualcompete. La naturaleza humana establece los limites definicio-

    50 H. ARENDT, la c o n d ic i 6 n h uma n a , Paid6s, Barcelona 2001, p. 24.58

    nales y operacionales del poder-ser humano, mientras que lapersona singulariza a la naturaleza humana, apropiandosela auna realidad efectiva, en crecimiento ilimitado. Los actos,conscientes 0no, en los que la persona se tiene par suya, auto-rrealizandose, son de alguien personal, que excede cualquierdefinicion; en cambio, las posibilidades especificas que delimi-tan su campo de actuacion proceden de una naturaJeza, que 10es desde el inieio, y acompafia a todo el curso de la existenciapersonal. Naturaleza y persona tienen un papel irreernplaza-ble y reciproco en la dignidad humana!'.

    EI texto aporta elementos muy vaIiosos pero, por 10 querespecta a la relaci6n entre persona y naturaleza, mantieneuna tesis que no nos parece aceptable. La persona y la natura-leza no pueden ser coprincipios de un unico ser porque estonos remitiria a un concepto ulterior para explicar aI hombre,uno de cuyos principios seria precisamente el de persona.Pero la nocion de persona no puede ser un coprincipio dealgo mas radical porque coincide con el hombre 0la mujerexistente y por eso debe contener a todos los conceptos relati-vos al hombre incluyendo el de naturaleza. Por eso, el con-cepto de persona debe ser necesariamente el concepto ultimoy fundante porque se identifica con todo el hombre mientrasque el concepto de naturaIeza refleja solo un hecho especificoaunque esencial: la existencia de cualidades universalmentecompartidas por todos los seres humanos.

    51 U. FERRER, iQui s i g n if i ro s e r pe r s o n a ~ , cit., pp. 266-267 .59