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    (1)VIVIR NUESTRA FE YDAR RAZN DE ELLA.

    HIGINIO A. LOPERA E.CENTRO SAN JUAN EUDES.

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    INTRODUCCIN

    El Ao de la fe, de nuestra fe, es la mejor oportunidad para

    reflexionar sobre nuestras actitudes cristianas y en particular sobrenuestra evangelizacin.Vamos a reflexionar con la carta Apostlica del Papa BenedictoXVI y con los Escritos de san Juan Eudes.Podemos partir de algunas preguntas muy simples:1-Qu entiende Ud por fe?2-Dnde est su fe, en la mente, en su corazn, en ambos?3-Cmo entiende el Credo y las llamadas verdades de fe?4-Con qu actitudes concretas expresa Ud su fe?5-Su fe se centra en cosas, en ideas, o en la Persona de Jesucristo?6-Se cree Ud una persona evangelizada y evangelizadora?7-Qu piensa Ud de la fe de las personas con quienes vive?8-Cul ser el futuro de la fe que Ud vive?9-Cmo vive Ud su fe dentro d ela Iglesia?Podemos responder a estas preguntas de muchas maneras y tal vez

    este ao ser ocasin para muchos:+ de revisar en qu cree y a quin cree,+ de vivir la fe y dar razn de ella con amor y entusiasmo,+ de reeducarse en las actitudes de fe,+ de hacer algn estudio teolgico sobre la fe,+ de evangelizarse y evangelizar,+ de identificar en su vida la dimensin especulativa de su fe y la

    dimensin pragmtica,+ de retornar a las fuentes bblicas y patrsticas, al magisterio y a latradicin de la Iglesia.+ de programar su vida desde una fe ms personal, ms centrada ennuestro Adorable Jesucristo, ms comprometida dentro de la Iglesia,

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    ms abierta al amor oblativo y ms fecunda en obras de comunin,de participacin, de solidaridad.La Carta del Papa Benedicto XVI, evangelizador del siglo XXI yalgunos escritos de san Juan Eudes, evangelizador del siglo XVII,nos pueden ayudar a responder a estas y a otras preguntas quecuestionan fuertemente nuestra fe en el entorno cultural y religiosoconcreto de cada uno.

    Quiero poner en sus manos este material para su reflexin personal ysu trabajo evangelizador:1 La Carta del Papa Benedicto XVI.

    2 Presentacin del Ao de la Fe.3 Inicitivas para el Ao de la Fe.4 Nuestra fe dentro de la Iglesia (-Catecismo-).5 Algunos Credos o Profesiones de Fe.6 Algunos textos de san Juan Eudes sobre la Fe.

    1-- CARTA APOSTLICA EN FORMA DE MOTU PROPRIO

    PORTA FIDEIDEL SUMO PONTFICE BENEDICTO XVICON LA QUE SE CONVOCA

    ELAO DE LA FE

    1. La puerta de la fe (cf. Hechos 14, 27), que introduce en la vidade comunin con Dios y permite la entrada en su Iglesia, estsiempre abierta para nosotros.Se cruza ese umbral cuando la Palabra de Dios se anuncia y el

    corazn se deja plasmar por la gracia que transforma.Atravesar esa puerta supone emprender un camino que dura toda lavida.ste empieza con el bautismo (cf. Romanos 6, 4), con el que

    podemos llamar a Dios con el nombre de Padre, y se concluye con elpaso de la muerte a la vida eterna, fruto de la resurreccin del Seor

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    Jess que, con el don del Espritu Santo, ha querido unir en sumisma gloria a cuantos creen en l (cf. Juan 17, 22).Profesar la fe en la Trinidad Padre, Hijo y Espritu Santo equivalea creer en un solo Dios que es Amor (cf.1 Juan 4, 8):

    el Padre, que en la plenitud de los tiempos envi a su Hijo paranuestra salvacin; Jesucristo, que en el misterio de su muerte yresurreccin redimi al mundo;el Espritu Santo, que gua a la Iglesia a travs de los siglos en laespera del retorno glorioso del Seor.

    2. Desde el comienzo de mi ministerio como Sucesor de Pedro, herecordado la exigencia de redescubrir el camino de la fe para

    iluminar de manera cada vez ms clara la alegra y el entusiasmorenovado del encuentro con Cristo.En la homila de la santa Misa de inicio del Pontificado deca: LaIglesia en su conjunto, y en ella sus pastores, como Cristo han de

    ponerse en camino para rescatar a los hombres del desierto yconducirlos al lugar de la vida, hacia la amistad con el Hijo de Dios,hacia Aquel que nos da la vida, y la vida en plenitud (Homila enla Misa de inicio de Pontificado (24 abril 2005): AAS 97 (2005),710).Sucede hoy con frecuencia que los cristianos se preocupan mucho

    por las consecuencias sociales, culturales y polticas de sucompromiso, al mismo tiempo que siguen considerando la fe comoun presupuesto obvio de la vida comn.De hecho, este presupuesto no slo no aparece como tal, sino queincluso con frecuencia es negado (Cf. Benedicto XVI,Homila en la

    Misa en Terreiro do Pao, Lisboa (11 mayo 2010), enLOsservatore Romanoed. en Leng. espaola (16 mayo 2010), pag.

    8-9).Mientras que en el pasado era posible reconocer un tejido culturalunitario, ampliamente aceptado en su referencia al contenido de la fey a los valores inspirados por ella, hoy no parece que sea ya as envastos sectores de la sociedad, a causa de una profunda crisis de feque afecta a muchas personas.

    http://www.vatican.va/holy_father/benedict_xvi/homilies/2005/documents/hf_ben-xvi_hom_20050424_inizio-pontificato_sp.htmlhttp://www.vatican.va/holy_father/benedict_xvi/homilies/2005/documents/hf_ben-xvi_hom_20050424_inizio-pontificato_sp.htmlhttp://www.vatican.va/holy_father/benedict_xvi/homilies/2010/documents/hf_ben-xvi_hom_20100511_terreiro-paco_sp.htmlhttp://www.vatican.va/holy_father/benedict_xvi/homilies/2010/documents/hf_ben-xvi_hom_20100511_terreiro-paco_sp.htmlhttp://www.vatican.va/holy_father/benedict_xvi/homilies/2010/documents/hf_ben-xvi_hom_20100511_terreiro-paco_sp.htmlhttp://www.vatican.va/holy_father/benedict_xvi/homilies/2010/documents/hf_ben-xvi_hom_20100511_terreiro-paco_sp.htmlhttp://www.vatican.va/holy_father/benedict_xvi/homilies/2010/documents/hf_ben-xvi_hom_20100511_terreiro-paco_sp.htmlhttp://www.vatican.va/holy_father/benedict_xvi/homilies/2010/documents/hf_ben-xvi_hom_20100511_terreiro-paco_sp.htmlhttp://www.vatican.va/holy_father/benedict_xvi/homilies/2005/documents/hf_ben-xvi_hom_20050424_inizio-pontificato_sp.htmlhttp://www.vatican.va/holy_father/benedict_xvi/homilies/2005/documents/hf_ben-xvi_hom_20050424_inizio-pontificato_sp.html
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    3. No podemos dejar que la sal se vuelva sosa y la luz permanezcaoculta (cf. Mateo 5, 13-16). Como la samaritana, tambin el hombreactual puede sentir de nuevo la necesidad de acercarse al pozo paraescuchar a Jess, que invita a creer en l y a extraer el agua viva que

    mana de su fuente (cf. Juan 4, 14).Debemos descubrir de nuevo el gusto de alimentarnos con la Palabrade Dios, transmitida fielmente por la Iglesia, y el Pan de la vida,ofrecido como sustento a todos los que son sus discpulos (cf. Juan6, 51).En efecto, la enseanza de Jess resuena todava hoy con la mismafuerza: Trabajad no por el alimento que perece, sino por elalimento que perdura para la vida eterna (Juan 6, 27). La pregunta

    planteada por los que lo escuchaban es tambin hoy la misma paranosotros: Qu tenemos que hacer para realizar las obras de Dios?(Juan 6, 28).Sabemos la respuesta de Jess: La obra de Dios es sta: que creisen el que l ha enviado (Juan 6, 29).Creer en Jesucristo es, por tanto, el camino para poder llegar demodo definitivo a la salvacin.

    4. A la luz de todo esto, he decidido convocar un Ao de la fe.Comenzar el 11 de octubre de 2012, en el cincuenta aniversario dela apertura del Concilio Vaticano II, y terminar en la solemnidad deJesucristo, Rey del Universo, el 24 de noviembre de 2013.En la fecha del 11 de octubre de 2012, se celebrarn tambin losveinte aos de la publicacin del Catecismo de la Iglesia Catlica,

    promulgado por mi Predecesor, el beato Papa Juan Pablo (Cf. JuanPablo II, Const. ap. Fidei depositum (11 octubre 1992): AAS 86(1994), 113-118) con la intencin de ilustrar a todos los fieles lafuerza y belleza de la fe. Este documento, autntico fruto delConcilio Vaticano II, fue querido por el Snodo Extraordinario delos Obispos de 1985 como instrumento al servicio de la catequesis(Cf. Relacin final del Snodo Extraordinario de los Obispos (7diciembre 1985), II, B, a, 4, enLOsservatore Romanoed. en Leng.

    http://www.vatican.va/holy_father/john_paul_ii/apost_constitutions/documents/hf_jp-ii_apc_19921011_fidei-depositum_sp.htmlhttp://www.vatican.va/holy_father/john_paul_ii/apost_constitutions/documents/hf_jp-ii_apc_19921011_fidei-depositum_sp.htmlhttp://www.vatican.va/holy_father/john_paul_ii/apost_constitutions/documents/hf_jp-ii_apc_19921011_fidei-depositum_sp.html
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    espaola (22 diciembre 1985), pag. 12) realizndose mediante lacolaboracin de todo el Episcopado de la Iglesia catlica.Y precisamente he convocado la Asamblea General del Snodo delos Obispos, en el mes de octubre de 2012, sobre el tema de La

    nueva evangelizacin para la transmisin de la fe cristiana.Ser una buena ocasin para introducir a todo el cuerpo eclesial enun tiempo de especial reflexin y redescubrimiento de la fe.

    No es la primera vez que la Iglesia est llamada a celebrar unAo dela fe.Mi venerado Predecesor, el Siervo de Dios Pablo VI, proclam uno

    parecido en 1967, para conmemorar el martirio de los apstolesPedro y Pablo en el dcimo noveno centenario de su supremo

    testimonio.Lo concibi como un momento solemne para que en toda la Iglesiase diese una autntica y sincera profesin de la misma fe; adems,quiso que sta fuera confirmada de manera individual y colectiva,libre y consciente, interior y exterior, humilde y franca (Pablo VI,Exhort. ap. Petrum et Paulum Apostolos, en el XIX centenario delmartirio de los santos apstoles Pedro y Pablo (22 febrero 1967):

    AAS59 (1967), 196).Pensaba que de esa manera toda la Iglesia podra adquirir una

    exacta conciencia de su fe, para reanimarla, para purificarla, paraconfirmarla y para confesarla (Ibd., 198).Las grandes transformaciones que tuvieron lugar en aquel Ao,hicieron que la necesidad de dicha celebracin fuera todava msevidente.sta concluy con la Profesin de fe del Pueblo de Dios (Pablo VI,Solemne profesin de fe,Homila para la concelebracin en el XIXcentenario del martirio de los santos apstoles Pedro y Pablo, en la

    conclusin del Ao de la fe (30 junio 1968): AAS60 (1968), 433-445) para testimoniar cmo los contenidos esenciales que desdesiglos constituyen el patrimonio de todos los creyentes tienennecesidad de ser confirmados, comprendidos y profundizados demanera siempre nueva, con el fin de dar un testimonio coherente encondiciones histricas distintas a las del pasado.

    http://www.vatican.va/holy_father/paul_vi/homilies/1968/documents/hf_p-vi_hom_19680630_sp.htmlhttp://www.vatican.va/holy_father/paul_vi/homilies/1968/documents/hf_p-vi_hom_19680630_sp.htmlhttp://www.vatican.va/holy_father/paul_vi/homilies/1968/documents/hf_p-vi_hom_19680630_sp.html
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    5. En ciertos aspectos, mi Venerado Predecesor vio ese Ao comouna consecuencia y exigencia postconciliar (Id., AudienciaGeneral(14 junio 1967): InsegnamentiV (1967), 801), conscientede las graves dificultades del tiempo, sobre todo con respecto a la

    profesin de la fe verdadera y a su recta interpretacin.He pensado que iniciar el Ao de la fe coincidiendo con elcincuentenario de la apertura del Concilio Vaticano II puede ser unaocasin propicia para comprender que los textos dejados en herencia

    por los Padres conciliares, segn las palabras del beato Juan PabloII, no pierden su valor ni su esplendor.Es necesario leerlos de manera apropiada y que sean conocidos yasimilados como textos cualificados y normativos del Magisterio,

    dentro de la Tradicin de la Iglesia. []Siento ms que nunca el deber de indicar el Concilio como la grangracia de la que la Iglesia se ha beneficiado en el siglo XX.Con el Concilio se nos ha ofrecido una brjula segura paraorientarnos en el camino del siglo que comienza (Juan Pablo II,Carta ap. Novo millennio ineunte (6 enero 2001), 57: AAS 93(2001), 308).Yo tambin deseo reafirmar con fuerza lo que dije a propsito delConcilio pocos meses despus de mi eleccin como Sucesor dePedro: Si lo leemos y acogemos guiados por una hermenuticacorrecta, puede ser y llegar a ser cada vez ms una gran fuerza parala renovacin siempre necesaria de la Iglesia (Discurso a la Curia

    Romana (22 diciembre 2005):AAS 98 (2006), 52).

    6. La renovacin de la Iglesia pasa tambin a travs del testimonioofrecido por la vida de los creyentes: con su misma existencia en elmundo, los cristianos estn llamados efectivamente a hacer

    resplandecer la Palabra de verdad que el Seor Jess nos dej.Precisamente el Concilio, en la Constitucin dogmtica Lumengentium, afirmaba: Mientras que Cristo, santo, inocente, sinmancha (Hebreos 7, 26), no conoci el pecado (cf. 2 Corintios 5,21), sino que vino solamente a expiar los pecados del pueblo (cf.Hebreos 2, 17), la Iglesia, abrazando en su seno a los pecadores, es

    http://www.vatican.va/holy_father/john_paul_ii/apost_letters/documents/hf_jp-ii_apl_20010106_novo-millennio-ineunte_sp.htmlhttp://www.vatican.va/holy_father/john_paul_ii/apost_letters/documents/hf_jp-ii_apl_20010106_novo-millennio-ineunte_sp.htmlhttp://www.vatican.va/holy_father/benedict_xvi/speeches/2005/december/documents/hf_ben_xvi_spe_20051222_roman-curia_sp.htmlhttp://www.vatican.va/holy_father/benedict_xvi/speeches/2005/december/documents/hf_ben_xvi_spe_20051222_roman-curia_sp.htmlhttp://www.vatican.va/holy_father/benedict_xvi/speeches/2005/december/documents/hf_ben_xvi_spe_20051222_roman-curia_sp.htmlhttp://www.vatican.va/archive/hist_councils/ii_vatican_council/documents/vat-ii_const_19641121_lumen-gentium_sp.htmlhttp://www.vatican.va/archive/hist_councils/ii_vatican_council/documents/vat-ii_const_19641121_lumen-gentium_sp.htmlhttp://www.vatican.va/archive/hist_councils/ii_vatican_council/documents/vat-ii_const_19641121_lumen-gentium_sp.htmlhttp://www.vatican.va/archive/hist_councils/ii_vatican_council/documents/vat-ii_const_19641121_lumen-gentium_sp.htmlhttp://www.vatican.va/archive/hist_councils/ii_vatican_council/documents/vat-ii_const_19641121_lumen-gentium_sp.htmlhttp://www.vatican.va/holy_father/benedict_xvi/speeches/2005/december/documents/hf_ben_xvi_spe_20051222_roman-curia_sp.htmlhttp://www.vatican.va/holy_father/benedict_xvi/speeches/2005/december/documents/hf_ben_xvi_spe_20051222_roman-curia_sp.htmlhttp://www.vatican.va/holy_father/john_paul_ii/apost_letters/documents/hf_jp-ii_apl_20010106_novo-millennio-ineunte_sp.html
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    a la vez santa y siempre necesitada de purificacin, y busca sin cesarla conversin y la renovacin.La Iglesia contina su peregrinacin en medio de las persecucionesdel mundo y de los consuelos de Dios, anunciando la cruz y la

    muerte del Seor hasta que vuelva (cf. 1 Corintios 11, 26).Se siente fortalecida con la fuerza del Seor resucitado para podersuperar con paciencia y amor todos los sufrimientos y dificultades,tanto interiores como exteriores, y revelar en el mundo el misterio deCristo, aunque bajo sombras, sin embargo, con fidelidad hasta que alfinal se manifieste a plena luz (Conc. Ecum. Vat. II, Const. dogm.

    Lumen gentium,sobre la Iglesia, 8).En esta perspectiva, elAo de la fees una invitacin a una autntica

    y renovada conversin al Seor, nico Salvador del mundo. Dios, enel misterio de su muerte y resurreccin, ha revelado en plenitud elAmor que salva y llama a los hombres a la conversin de vidamediante la remisin de los pecados (cf. Hechos 5, 31).Para el apstol Pablo, este Amor lleva al hombre a una nueva vida:Por el bautismo fuimos sepultados con l en la muerte, para que, lomismo que Cristo resucit de entre los muertos por la gloria delPadre, as tambin nosotros andemos en una vida nueva (Romanos6, 4).Gracias a la fe, esta vida nueva plasma toda la existencia humana enla novedad radical de la resurreccin.En la medida de su disponibilidad libre, los pensamientos y losafectos, la mentalidad y el comportamiento del hombre se purificany transforman lentamente, en un proceso que no termina decumplirse totalmente en esta vida.La fe que acta por el amor (Glatas 5, 6) se convierte en unnuevo criterio de pensamiento y de accin que cambia toda la vida

    del hombre (cf. Romanos 12, 2; Colosenses 3, 9-10; Efesios 4, 20-29; 2 Corintios 5, 17).

    7. Caritas Christi urget nos (2 Corintios 5, 14): es el amor deCristo el que llena nuestros corazones y nos impulsa a evangelizar.

    http://www.vatican.va/archive/hist_councils/ii_vatican_council/documents/vat-ii_const_19641121_lumen-gentium_sp.htmlhttp://www.vatican.va/archive/hist_councils/ii_vatican_council/documents/vat-ii_const_19641121_lumen-gentium_sp.htmlhttp://www.vatican.va/archive/hist_councils/ii_vatican_council/documents/vat-ii_const_19641121_lumen-gentium_sp.html
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    Hoy como ayer, l nos enva por los caminos del mundo paraproclamar su Evangelio a todos los pueblos de la tierra (cf. Mateo28, 19).Con su amor, Jesucristo atrae hacia s a los hombres de cada

    generacin: en todo tiempo, convoca a la Iglesia y le confa elanuncio del Evangelio, con un mandato que es siempre nuevo.Por eso, tambin hoy es necesario un compromiso eclesial msconvencido en favor de una nueva evangelizacin para redescubrirla alegra de creer y volver a encontrar el entusiasmo de comunicarla fe.El compromiso misionero de los creyentes saca fuerza y vigor deldescubrimiento cotidiano de su amor, que nunca puede faltar.

    La fe, en efecto, crece cuando se vive como experiencia de un amorque se recibe y se comunica como experiencia de gracia y gozo.Nos hace fecundos, porque ensancha el corazn en la esperanza ypermite dar un testimonio fecundo: en efecto, abre el corazn y lamente de los que escuchan para acoger la invitacin del Seor aaceptar su Palabra para ser sus discpulos.Como afirma san Agustn, los creyentes se fortalecen creyendo(De utilitate credendi, 1, 2).El santo Obispo de Hipona tena buenos motivos para expresarse deesta manera.Como sabemos, su vida fue una bsqueda continua de la belleza dela fe hasta que su corazn encontr descanso en Dios.(Cf. Agustnde Hipona, Confesiones, I, 1).Sus numerosos escritos, en los que explica la importancia de creer yla verdad de la fe, permanecen an hoy como un patrimonio deriqueza sin igual, consintiendo todava a tantas personas que buscana Dios encontrar el sendero justo para acceder a la puerta de la fe.

    As, la fe slo crece y se fortalece creyendo; no hay otra posibilidadpara poseer la certeza sobre la propia vida que abandonarse, en un increscendo continuo, en las manos de un amor que se experimentasiempre como ms grande porque tiene su origen en Dios.

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    8. En esta feliz conmemoracin, deseo invitar a los hermanosObispos de todo el Orbe a que se unan al Sucesor de Pedro en eltiempo de gracia espiritual que el Seor nos ofrece para rememorarel don precioso de la fe.

    Queremos celebrar esteAode manera digna y fecunda.Habr que intensificar la reflexin sobre la fe para ayudar a todos loscreyentes en Cristo a que su adhesin al Evangelio sea msconsciente y vigorosa, sobre todo en un momento de profundocambio como el que la humanidad est viviendo.Tendremos la oportunidad de confesar la fe en el Seor Resucitadoen nuestras catedrales e iglesias de todo el mundo; en nuestras casasy con nuestras familias, para que cada uno sienta con fuerza la

    exigencia de conocer y transmitir mejor a las generaciones futuras lafe de siempre.En este Ao, las comunidades religiosas, as como las parroquiales,y todas las realidades eclesiales antiguas y nuevas, encontrarn lamanera de profesar pblicamente el Credo.9. Deseamos que este Ao suscite en todo creyente la aspiracin aconfesarla fe con plenitud y renovada conviccin, con confianza yesperanza.Ser tambin una ocasin propicia para intensificar la celebracinde la fe en la liturgia, y de modo particular en la Eucarista, que esla cumbre a la que tiende la accin de la Iglesia y tambin la fuentede donde mana toda su fuerza (Conc. Ecum. Vat. II, Const.Sacrosanctum Concilium,sobre la sagrada liturgia, 10).Al mismo tiempo, esperamos que el testimonio de vida de loscreyentes sea cada vez ms creble.Redescubrir los contenidos de la fe profesada, celebrada, vivida yrezada (Cf. Juan Pablo II, Const. ap.Fidei depositum(11 octubre

    1992): AAS 86 (1994), 116), y reflexionar sobre el mismo actocon el que se cree, es un compromiso que todo creyente debe dehacer propio, sobre todo en esteAo.

    No por casualidad, los cristianos en los primeros siglos estabanobligados a aprender de memoria el Credo. Esto les serva como

    http://www.vatican.va/archive/hist_councils/ii_vatican_council/documents/vat-ii_const_19631204_sacrosanctum-concilium_sp.htmlhttp://www.vatican.va/archive/hist_councils/ii_vatican_council/documents/vat-ii_const_19631204_sacrosanctum-concilium_sp.htmlhttp://www.vatican.va/holy_father/john_paul_ii/apost_constitutions/documents/hf_jp-ii_apc_19921011_fidei-depositum_sp.htmlhttp://www.vatican.va/holy_father/john_paul_ii/apost_constitutions/documents/hf_jp-ii_apc_19921011_fidei-depositum_sp.htmlhttp://www.vatican.va/holy_father/john_paul_ii/apost_constitutions/documents/hf_jp-ii_apc_19921011_fidei-depositum_sp.htmlhttp://www.vatican.va/holy_father/john_paul_ii/apost_constitutions/documents/hf_jp-ii_apc_19921011_fidei-depositum_sp.htmlhttp://www.vatican.va/archive/hist_councils/ii_vatican_council/documents/vat-ii_const_19631204_sacrosanctum-concilium_sp.html
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    oracin cotidiana para no olvidar el compromiso asumido con elbautismo.San Agustn lo recuerda con unas palabras de profundo significado,cuando en un sermnsobre la redditio symboli, la entrega del Credo,

    dice: El smbolo del sacrosanto misterio que recibisteis todos a lavez y que hoy habis recitado uno a uno, no es otra cosa que las

    palabras en las que se apoya slidamente la fe de la Iglesia, nuestramadre, sobre la base inconmovible que es Cristo el Seor. []Recibisteis y recitasteis algo que debis retener siempre en vuestramente y corazn y repetir en vuestro lecho; algo sobre lo que tenisque pensar cuando estis en la calle y que no debis olvidar nicuando comis, de forma que, incluso cuando dorms corporalmente,

    vigilis con el corazn(Sermo215, 1).

    10. En este sentido, quisiera esbozar un camino que sea til paracomprender de manera ms profunda no slo los contenidos de la fesino, juntamente tambin con eso, el acto con el que decidimos deentregarnos totalmente y con plena libertad a Dios.En efecto, existe una unidad profunda entre el acto con el que secree y los contenidos a los que prestamos nuestro asentimiento.El apstol Pablo nos ayuda a entrar dentro de esta realidad cuandoescribe: con el corazn se cree y con los labios se profesa (cf.Romanos 10, 10).El corazn indica que el primer acto con el que se llega a la fe esdon de Dios y accin de la gracia que acta y transforma a la

    persona hasta en lo ms ntimo.A este propsito, el ejemplo de Lidia es muy elocuente.Cuenta san Lucas que Pablo, mientras se encontraba en Filipos, fueun sbado a anunciar el Evangelio a algunas mujeres; entre estas

    estaba Lidia y el Seor le abri el corazn para que aceptara lo quedeca Pablo (Hechos 16, 14).El sentido que encierra la expresin es importante. San Lucas enseaque el conocimiento de los contenidos que se han de creer no essuficiente si despus el corazn, autntico sagrario de la persona, noest abierto por la gracia que permite tener ojos para mirar en

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    profundidad y comprender que lo que se ha anunciado es la Palabrade Dios.Profesar con la boca indica, a su vez, que la fe implica un testimonioy un compromiso pblico.

    El cristiano no puede pensar nunca que creer es un hecho privado.La fe es decidirse a estar con el Seor para vivir con l.Y este estar con l nos lleva a comprender las razones por las quese cree.La fe, precisamente porque es un acto de la libertad, exige tambinla responsabilidad social de lo que se cree.La Iglesia en el da de Pentecosts muestra con toda evidencia estadimensin pblica del creer y del anunciar a todos sin temor la

    propia fe.Es el don del Espritu Santo el que capacita para la misin yfortalece nuestro testimonio, hacindolo franco y valeroso.La misma profesin de fe es un acto personal y al mismo tiempocomunitario.En efecto, el primer sujeto de la fe es la Iglesia. En la fe de lacomunidad cristiana cada uno recibe el bautismo, signo eficaz de laentrada en el pueblo de los creyentes para alcanzar la salvacin.Como afirma el Catecismo de la Iglesia Catlica: Creo: Es la fede la Iglesia profesada personalmente por cada creyente,

    principalmente en su bautismo.Creemos: Es la fe de la Iglesia confesada por los obispos reunidosen Concilio o, ms generalmente, por la asamblea litrgica de loscreyentes. Creo, es tambin la Iglesia, nuestra Madre, queresponde a Dios por su fe y que nos ensea a decir: creo,creemos(Catecismo de la Iglesia Catlica,167).Como se puede ver, el conocimiento de los contenidos de la fe es

    esencial para dar el propio asentimiento, es decir, para adherirseplenamente con la inteligencia y la voluntad a lo que propone laIglesia.El conocimiento de la fe introduce en la totalidad del misteriosalvfico revelado por Dios. El asentimiento que se presta implica

    por tanto que, cuando se cree, se acepta libremente todo el misterio

    http://www.vatican.va/archive/catechism_sp/p1s1c3a2_sp.htmlhttp://www.vatican.va/archive/catechism_sp/p1s1c3a2_sp.htmlhttp://www.vatican.va/archive/catechism_sp/p1s1c3a2_sp.htmlhttp://www.vatican.va/archive/catechism_sp/p1s1c3a2_sp.html
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    de la fe, ya que quien garantiza su verdad es Dios mismo que serevela y da a conocer su misterio de amor (Cf. Conc. Ecum. Vat. I,Const. dogm.Dei Filius, sobre la fe catlica, cap. III: DS 3008-3009; Conc. Ecum. Vat. II, Const. dogm.Dei Verbum,sobre la

    divina revelacin, 5).Por otra parte, no podemos olvidar que muchas personas en nuestrocontexto cultural, an no reconociendo en ellos el don de la fe,

    buscan con sinceridad el sentido ltimo y la verdad definitiva de suexistencia y del mundo.Esta bsqueda es un autntico prembulo de la fe, porque lleva alas personas por el camino que conduce al misterio de Dios.La misma razn del hombre, en efecto, lleva inscrita la exigencia de

    lo que vale y permanece siempre (Discurso en el Collge desBernardins,Pars (12 septiembre 2008):AAS100 (2008), 722).Esta exigencia constituye una invitacin permanente, inscritaindeleblemente en el corazn humano, a ponerse en camino paraencontrar a Aquel que no buscaramos si no hubiera ya venido (Cf.Agustn de Hipona, Confesiones, XIII, 1).La fe nos invita y nos abre totalmente a este encuentro.

    11. Para acceder a un conocimiento sistemtico del contenido de lafe, todos pueden encontrar en elCatecismo de la Iglesia Catlicaunsubsidio precioso e indispensable.Es uno de los frutos ms importantes del Concilio Vaticano II.En la Constitucin apostlicaFidei depositum,firmada precisamenteal cumplirse el trigsimo aniversario de la apertura del ConcilioVaticano II, el beato Juan Pablo II escriba: Este Catecismo es unacontribucin importantsima a la obra de renovacin de la vidaeclesial...

    Lo declaro como regla segura para la enseanza de la fe y comoinstrumento vlido y legtimo al servicio de la comunin eclesial(Juan Pablo II, Const. ap.Fidei depositum(11 octubre 1992):AAS86(1994), 115 y 117).Precisamente en este horizonte, el Ao de la fedeber expresar uncompromiso unnime para redescubrir y estudiar los contenidos

    http://www.vatican.va/archive/hist_councils/ii_vatican_council/documents/vat-ii_const_19651118_dei-verbum_sp.htmlhttp://www.vatican.va/archive/hist_councils/ii_vatican_council/documents/vat-ii_const_19651118_dei-verbum_sp.htmlhttp://www.vatican.va/archive/hist_councils/ii_vatican_council/documents/vat-ii_const_19651118_dei-verbum_sp.htmlhttp://www.vatican.va/holy_father/benedict_xvi/speeches/2008/september/documents/hf_ben-xvi_spe_20080912_parigi-cultura_sp.htmlhttp://www.vatican.va/holy_father/benedict_xvi/speeches/2008/september/documents/hf_ben-xvi_spe_20080912_parigi-cultura_sp.htmlhttp://www.vatican.va/holy_father/benedict_xvi/speeches/2008/september/documents/hf_ben-xvi_spe_20080912_parigi-cultura_sp.htmlhttp://www.vatican.va/archive/catechism_sp/index_sp.htmlhttp://www.vatican.va/archive/catechism_sp/index_sp.htmlhttp://www.vatican.va/archive/catechism_sp/index_sp.htmlhttp://www.vatican.va/holy_father/john_paul_ii/apost_constitutions/documents/hf_jp-ii_apc_19921011_fidei-depositum_sp.htmlhttp://www.vatican.va/holy_father/john_paul_ii/apost_constitutions/documents/hf_jp-ii_apc_19921011_fidei-depositum_sp.htmlhttp://www.vatican.va/holy_father/john_paul_ii/apost_constitutions/documents/hf_jp-ii_apc_19921011_fidei-depositum_sp.htmlhttp://www.vatican.va/holy_father/john_paul_ii/apost_constitutions/documents/hf_jp-ii_apc_19921011_fidei-depositum_sp.htmlhttp://www.vatican.va/holy_father/john_paul_ii/apost_constitutions/documents/hf_jp-ii_apc_19921011_fidei-depositum_sp.htmlhttp://www.vatican.va/holy_father/john_paul_ii/apost_constitutions/documents/hf_jp-ii_apc_19921011_fidei-depositum_sp.htmlhttp://www.vatican.va/holy_father/john_paul_ii/apost_constitutions/documents/hf_jp-ii_apc_19921011_fidei-depositum_sp.htmlhttp://www.vatican.va/holy_father/john_paul_ii/apost_constitutions/documents/hf_jp-ii_apc_19921011_fidei-depositum_sp.htmlhttp://www.vatican.va/archive/catechism_sp/index_sp.htmlhttp://www.vatican.va/holy_father/benedict_xvi/speeches/2008/september/documents/hf_ben-xvi_spe_20080912_parigi-cultura_sp.htmlhttp://www.vatican.va/holy_father/benedict_xvi/speeches/2008/september/documents/hf_ben-xvi_spe_20080912_parigi-cultura_sp.htmlhttp://www.vatican.va/archive/hist_councils/ii_vatican_council/documents/vat-ii_const_19651118_dei-verbum_sp.html
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    fundamentales de la fe, sintetizados sistemtica y orgnicamente enelCatecismo de la Iglesia Catlica.En efecto, en l se pone de manifiesto la riqueza de la enseanza quela Iglesia ha recibido, custodiado y ofrecido en sus dos mil aos de

    historia.Desde la Sagrada Escritura a los Padres de la Iglesia, de losMaestros de teologa a los Santos de todos los siglos, el Catecismoofrece una memoria permanente de los diferentes modos en que laIglesia ha meditado sobre la fe y ha progresado en la doctrina, paradar certeza a los creyentes en su vida de fe.En su misma estructura, elCatecismo de la Iglesia Catlicapresentael desarrollo de la fe hasta abordar los grandes temas de la vida

    cotidiana.A travs de sus pginas se descubre que todo lo que se presenta noes una teora, sino el encuentro con una Persona que vive en laIglesia.A la profesin de fe, de hecho, sigue la explicacin de la vidasacramental, en la que Cristo est presente y acta, y contina laconstruccin de su Iglesia.Sin la liturgia y los sacramentos, la profesin de fe no tendraeficacia, pues carecera de la gracia que sostiene el testimonio de loscristianos.Del mismo modo, la enseanza del Catecismo sobre la vida moraladquiere su pleno sentido cuando se pone en relacin con la fe, laliturgia y la oracin.

    12. As, pues, elCatecismo de la Iglesia Catlica podr ser en esteAoun verdadero instrumento de apoyo a la fe, especialmente paraquienes se preocupan por la formacin de los cristianos, tan

    importante en nuestro contexto cultural.Para ello, he invitado a la Congregacin para la Doctrina de la Fe aque, de acuerdo con los Dicasterios competentes de la Santa Sede,redacte unaNotacon la que se ofrezca a la Iglesia y a los creyentesalgunas indicaciones para vivir este Ao de la fede la manera mseficaz y apropiada, ayudndoles a creer y evangelizar.

    http://www.vatican.va/archive/catechism_sp/index_sp.htmlhttp://www.vatican.va/archive/catechism_sp/index_sp.htmlhttp://www.vatican.va/archive/catechism_sp/index_sp.htmlhttp://www.vatican.va/archive/catechism_sp/index_sp.htmlhttp://www.vatican.va/archive/catechism_sp/index_sp.htmlhttp://www.vatican.va/archive/catechism_sp/index_sp.htmlhttp://www.vatican.va/archive/catechism_sp/index_sp.htmlhttp://www.vatican.va/archive/catechism_sp/index_sp.htmlhttp://www.vatican.va/archive/catechism_sp/index_sp.htmlhttp://www.vatican.va/archive/catechism_sp/index_sp.htmlhttp://www.vatican.va/archive/catechism_sp/index_sp.htmlhttp://www.vatican.va/archive/catechism_sp/index_sp.htmlhttp://www.vatican.va/archive/catechism_sp/index_sp.html
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    En efecto, la fe est sometida ms que en el pasado a una serie deinterrogantes que provienen de un cambio de mentalidad que, sobretodo hoy, reduce el mbito de las certezas racionales al de los logroscientficos y tecnolgicos.

    Pero la Iglesia nunca ha tenido miedo de mostrar cmo entre la fe yla verdadera ciencia no puede haber conflicto alguno, porque ambas,aunque por caminos distintos, tienden a la verdad (Cf. Id., Cartaenc.Fides et ratio(14 septiembre 1998) 34.106:AAS91 (1999), 31-32. 86-87).

    13. A lo largo de esteAo, ser decisivo volver a recorrer la historiade nuestra fe, que contempla el misterio insondable del entrecruzarse

    de la santidad y el pecado.Mientras lo primero pone de relieve la gran contribucin que loshombres y las mujeres han ofrecido para el crecimiento y desarrollode las comunidades a travs del testimonio de su vida, lo segundodebe suscitar en cada uno un sincero y constante acto de conversin,con el fin de experimentar la misericordia del Padre que sale alencuentro de todos.Durante este tiempo, tendremos la mirada fija en Jesucristo, queinici y completa nuestra fe (Hebreos 12, 2): en l encuentra sucumplimiento todo afn y todo anhelo del corazn humano. Laalegra del amor, la respuesta al drama del sufrimiento y el dolor, lafuerza del perdn ante la ofensa recibida y la victoria de la vida anteel vaco de la muerte, todo tiene su cumplimiento en el misterio desu Encarnacin, de su hacerse hombre, de su compartir con nosotrosla debilidad humana para transformarla con el poder de suresurreccin.En l, muerto y resucitado por nuestra salvacin, se iluminan

    plenamente los ejemplos de fe que han marcado los ltimos dos milaos de nuestra historia de salvacin.Por la fe, Mara acogi la palabra del ngel y crey en el anuncio deque sera la Madre de Dios en la obediencia de su entrega (cf. Lucas1, 38).

    http://www.vatican.va/holy_father/john_paul_ii/encyclicals/documents/hf_jp-ii_enc_14091998_fides-et-ratio_sp.htmlhttp://www.vatican.va/holy_father/john_paul_ii/encyclicals/documents/hf_jp-ii_enc_14091998_fides-et-ratio_sp.htmlhttp://www.vatican.va/holy_father/john_paul_ii/encyclicals/documents/hf_jp-ii_enc_14091998_fides-et-ratio_sp.htmlhttp://www.vatican.va/holy_father/john_paul_ii/encyclicals/documents/hf_jp-ii_enc_14091998_fides-et-ratio_sp.html
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    En la visita a Isabel enton su canto de alabanza al Omnipotente porlas maravillas que hace en quienes se encomiendan a l (cf. Lucas 1,46-55).Con gozo y temblor dio a luz a su nico hijo, manteniendo intacta su

    virginidad (cf. Lucas 2, 6-7).Confiada en su esposo Jos, llev a Jess a Egipto para salvarlo dela persecucin de Herodes (cf. Mateo 2, 13-15).Con la misma fe sigui al Seor en su predicacin y permaneci conl hasta el Calvario (cf. Juan 19, 25-27).Con fe, Mara sabore los frutos de la resurreccin de Jess y,guardando todos los recuerdos en su corazn (cf. Lucas 2, 19.51),los transmiti a los Doce, reunidos con ella en el Cenculo para

    recibir el Espritu Santo (cf. Hechos 1, 14; 2, 1-4).Por la fe, los Apstoles dejaron todo para seguir al Maestro (cf.Mateo 10, 28). Creyeron en las palabras con las que anunciaba elReino de Dios, que est presente y se realiza en su persona (cf.Lucas 11, 20).Vivieron en comunin de vida con Jess, que los instrua con susenseanzas, dejndoles una nueva regla de vida por la que seranreconocidos como sus discpulos despus de su muerte (cf. Juan 13,34-35).Por la fe, fueron por el mundo entero, siguiendo el mandato de llevarel Evangelio a toda criatura (cf. Mateo 16, 15) y, sin temor alguno,anunciaron a todos la alegra de la resurreccin, de la que fuerontestigos fieles.Por la fe, los discpulos formaron la primera comunidad reunida entorno a la enseanza de los Apstoles, la oracin y la celebracin dela Eucarista, poniendo en comn todos sus bienes para atender lasnecesidades de los hermanos (cf. Hechos 2, 42-47).

    Por la fe, los mrtires entregaron su vida como testimonio de laverdad del Evangelio, que los haba trasformado y hecho capaces dellegar hasta el mayor don del amor con el perdn de sus

    perseguidores.Por la fe, hombres y mujeres han consagrado su vida a Cristo,dejando todo para vivir en la sencillez evanglica la obediencia, la

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    pobreza y la castidad, signos concretos de la espera del Seor que notarda en llegar.Por la fe, muchos cristianos han promovido acciones en favor de la

    justicia, para hacer concreta la palabra del Seor, que ha venido a

    proclamar la liberacin de los oprimidos y un ao de gracia paratodos (cf. Lucas 4, 18-19).Por la fe, hombres y mujeres de toda edad, cuyos nombres estnescritos en el libro de la vida (cf. Apocalipsis 7, 9; 13, 8), hanconfesado a lo largo de los siglos la belleza de seguir al Seor Jessall donde se les llamaba a dar testimonio de su ser cristianos: en lafamilia, la profesin, la vida pblica y el desempeo de los carismasy ministerios que se les confiaban.

    Tambin nosotros vivimos por la fe: para el reconocimiento vivo delSeor Jess, presente en nuestras vidas y en la historia.

    14. El Ao de la fe ser tambin una buena oportunidad paraintensificar el testimonio de la caridad.San Pablo nos recuerda: Ahora subsisten la fe, la esperanza y lacaridad, estas tres. Pero la mayor de ellas es la caridad (1Corintios13, 13).Con palabras an ms fuertes que siempre ataen a loscristianos, el apstol Santiago dice: De qu le sirve a uno,hermanos mos, decir que tiene fe, si no tiene obras? Podr acasosalvarlo esa fe? Si un hermano o una hermana andan desnudos yfaltos de alimento diario y alguno de vosotros les dice: Id en paz,abrigaos y saciaos, pero no les da lo necesario para el cuerpo, dequ sirve? As es tambin la fe: si no se tienen obras, est muerta pordentro. Pero alguno dir: T tienes fe y yo tengo obras, mustrameesa fe tuya sin las obras, y yo con mis obras te mostrar la fe

    (Santiago 2, 14-18).La fe sin la caridad no da fruto, y la caridad sin fe sera unsentimiento constantemente a merced de la duda.La fe y el amor se necesitan mutuamente, de modo que una permitea la otra seguir su camino.

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    En efecto, muchos cristianos dedican sus vidas con amor a quienest solo, marginado o excluido, como el primero a quien hay queatender y el ms importante que socorrer, porque precisamente en lse refleja el rostro mismo de Cristo.

    Gracias a la fe podemos reconocer en quienes piden nuestro amor elrostro del Seor resucitado. Cada vez que lo hicisteis con uno deestos, mis hermanos ms pequeos, conmigo lo hicisteis (Mateo25, 40): estas palabras suyas son una advertencia que no se ha deolvidar, y una invitacin perenne a devolver ese amor con el que lcuida de nosotros.Es la fe la que nos permite reconocer a Cristo, y es su mismo amorel que impulsa a socorrerlo cada vez que se hace nuestro prjimo en

    el camino de la vida.Sostenidos por la fe, miramos con esperanza a nuestro compromisoen el mundo, aguardando unos cielos nuevos y una tierra nueva enlos que habite la justicia (2 Pedro 3, 13; cf. Apocalipsis 21, 1).

    15. Llegados sus ltimos das, el apstol Pablo pidi al discpuloTimoteo que buscara la fe (cf. 2 Timoteo 2, 22) con la mismaconstancia de cuando era nio (cf. 2 Timoteo 3, 15). Escuchemosesta invitacin como dirigida a cada uno de nosotros, para que nadiese vuelva perezoso en la fe.Ella es compaera de vida que nos permite distinguir con ojossiempre nuevos las maravillas que Dios hace por nosotros.Tratando de percibir los signos de los tiempos en la historia actual,nos compromete a cada uno a convertirnos en un signo vivo de la

    presencia de Cristo resucitado en el mundo.Lo que el mundo necesita hoy de manera especial es el testimoniocreble de los que, iluminados en la mente y el corazn por la

    Palabra del Seor, son capaces de abrir el corazn y la mente demuchos al deseo de Dios y de la vida verdadera, sa que no tiene fin.Que la Palabra del Seor siga avanzando y sea glorificada (2Tesalonisenses 3, 1): que esteAo de la fehaga cada vez ms fuertela relacin con Cristo, el Seor, pues slo en l tenemos la certeza

    para mirar al futuro y la garanta de un amor autntico y duradero.

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    Fisichella y monseor Graham Bell, respectivamente presidente ysubsecretario del Pontificio Consejo para la Nueva Evangelizacin.El arzobispo Fisichella ilustr tambin el calendario de los grandesacontecimientos que tendrn lugar a Roma en el curso del Ao de laFe y present el sito Internet y el logo que caracterizar todos loseventos del Ao.Benedicto XVI, en su carta apostlica 'Porta Fidei' -dijo el prelado-hablaba de la exigencia de volver a descubrir el camino de la fe pararesaltar cada vez ms la alegra y el entusiasmo renovado delencuentro con Cristo. A la luz de este pensamiento (...) haconvocado un 'Ao de la Fe' que comenzar en coincidencia con dos

    aniversarios: el quincuagsimo de la apertura del Concilio VaticanoII (1962) y el vigsimo de la publicacin del Catecismo de la IglesiaCatlica (1992) ...El Ao de la Fe se propone, ante todo, sostener lafe de tantos creyentes que, en medio de la fatiga cotidiana, no cesande confiar, con conviccin y valenta ,su existencia al Seor Jess.Su testimonio, que no es noticia (...) es el que permite a la Iglesia

    presentarse al mundo de hoy, como en pasado, con la fuerza de la fe

    y con el entusiasmo de los sencillos.

    Por otra parte, este Ao se inserta en un contexto ms amplio,caracterizado por una crisis generalizada que atae tambin a la fe(...)La crisis de fe es la expresin dramtica de una crisisantropolgica que ha dejado al ser humano abandonado a s mismo(...) Es necesario ir ms all de la pobreza espiritual en que se

    encuentran muchos contemporneos, que ya no perciben la ausenciade Dios en su vida, como una carencia que debe ser colmada. ElAo de la Fe quiere ser un camino que la comunidad cristiana brindaa los que viven con nostalgia de Dios y con el deseo de encontrarlode nuevo.

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    As, el programa toca la vida diaria de cada creyente y la pastoralordinaria de la comunidad cristiana para que se vuelva a encontrar elespritu misionero necesario para dar vida a la nuevaevangelizacin. En este mbito, el arzobispo anunci que laCongregacin para el Culto Divino y la Disciplina de losSacramentos ha aprobado el formulario de una Misa especial 'Para la

    Nueva Evangelizacin'. Es un signo para que en este ao (...) se dela primaca a la oracin y especialmente a la Eucarista, fuente yculmen de la vida cristiana.

    A continuacin, el arzobispo present el logo del Ao de la Fe: una

    barca, imagen de la Iglesia, cuyo mstil es una cruz con las velasdesplegadas y el trigrama de Cristo (IHS). El sol, en el fondo,recuerda la Eucarista. El sito del evento www.annusfidei.va, endiversos idiomas, se podr consultar a travs de todos losdispositivos mviles y tablets. Tambin est listo el himno oficial:Credo, Domine, adauge nobis fidem. Asimismo, a primeros deseptiembre se publicar, en diversos idiomas, el Subsidio pastoral

    Vivir el Ao de la Fe. Una pequea imagen del Cristo de lacatedral de Cefal (Sicilia), en cuyo reverso est escrita la Profesinde Fe, acompaar a los fieles y peregrinos a lo largo del Ao.Por ltimo, dio a conocer el calendario de los eventos msimportantes que contarn con la presencia del Santo Padre y secelebrarn en Roma; entre ellos la apertura del Ao de la Fe quetendr lugar en la Plaza de San Pedro, el jueves 11 de octubre,

    quincuagsimo aniversario del Concilio Vaticano II. Habr unasolemne concelebracin eucarstica con todos los Padres sinodales,los presidentes de las Conferencias Episcopales del mundo entero ylos ltimos Padres conciliares.

    http://www.annusfidei.va/http://www.annusfidei.va/http://www.annusfidei.va/
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    El 21 de octubre se canonizarn 7 mrtires y confesores de la fe: elfrancs Jacques Barthieu; el filipino Pedro Calugsod; el italianoGiovanni Battista Piamarta; la espaola Mara del Carmen; lairoquesa Katheri Tekakwhita y las alemanas Madre Marianne(Barbara Cope) y Anna Schffer. El 25 de enero de 2013, en latradicional celebracin ecumnica en la baslica romana de SanPablo Extramuros, se rezar para que a travs de la profesincomn del Smbolo los cristianos (...) no olviden el camino de launidad. El 28 de abril el Santo Padre confirmar a un grupo de

    jvenes. El domingo 5 de mayo, estar dedicado a la piedad populary a la labor de las cofradas.

    El 18 de mayo, vigilia de Pentecosts, los movimientos antiguos ynuevos se reunirn en la Plaza de San Pedro. El domingo 2 de junio,Corpus Christi, habr una solemne adoracin eucarstica y, a lamisma hora, en todas las catedrales e iglesias del mundo. Eldomingo, 16 de junio, estar dedicado al testimonio del Evangeliode la Vida. El 7 de julio, concluir en la Plaza de San Pedro, la

    peregrinacin de los seminaristas, novicias y novicios de todo el

    mundo. El 29 de septiembre, los protagonistas sern los catequistasen el aniversario de la publicacin del Catecismo de la IglesiaCatlica. El 13 de octubre est dedicado a la presencia de Mara enla Iglesia. Por ltimo, el 24 de noviembre se celebrar la jornada declausura del Ao.Diversos dicasterios tienen en programa iniciativas publicadas en elcalendario. El Ao se enriquecer con eventos culturales, entre los

    cuales, una exposicin sobre San Pedro en Castel Sant'Angelo (7febrero- 1 mayo 2013) y un concierto en la Plaza de San Pedro (22de junio 2013)

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    3--INICIATIVAS PARA EL AO DE LA FE

    Este es el Calendario del Ao de la fe, que comenzar el prximo 11

    de octubre. En este contexto, se recuerda que del 7 al 28 de octubre,

    en la Ciudad del Vaticano, se celebrar la Dcimo tercera Asamblea

    General Ordinaria del Snodo de los Obispos, sobre el tema: Nueva

    evangelizacin para la transmisin de la fe cristiana.

    --Precisamente el 11 de octubre, en la Plaza, Benedicto XVI

    presidir la solemne apertura a las 10 de la maana con los padres

    sinodales y los presidentes de las Conferencias episcopales.

    Mientras la Accin Catlica Italiana ha organizado para ese da una

    procesin con antorchas desde el cercano Castillo de Sant'Angelo,

    tambin conocido como el Mausoleo de Adriano, hasta la Plaza de

    San Pedro, en recuerdo del quincuagsimo aniversario de la apertura

    del Concilio Ecumnico Vaticano II.

    --En efecto, cuando faltan poco ms de setenta das para el inicio de

    esta iniciativa pontificia, que concluir el 24 de noviembre del ao

    2013, se han publicado algunos de los acontecimientos previstos,

    que contarn con la presencia del Papa, junto a una serie de

    encuentros, congresos e iniciativas que permitirn profundizar los

    diversos temas religiosos y culturales ligados a la celebracin.

    --De este modo se informa que el 6 de octubre, en Ass, la ciudad de

    San Francisco, el Patio de los gentiles ha organizado un encuentro

    de dilogo entre creyentes y no creyentes sobre el tema de la fe.

    --El 12 de octubre en Roma tendr lugar una velada artstico-cultural

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    en la iglesia de Jess, con el tema La fe de Dante, organizada por

    el Consejo Pontificio para la Cultura, en colaboracin con el

    Rectorado del Santsimo Nombre de Jess en la plaza Argentina y

    de la Casa de Dante en Roma. En esta ocasin se propondr el cantoXXIV del Paraso, que contiene la profesin de fe del sumo poeta.

    --El 20 de octubre en Roma se llevar a cabo una peregrinacin

    hasta la colina del Janculo, con una velada misionera organizada

    por la Congregacin para la Evangelizacin de los Pueblos.

    --El 21 de octubre, en la Ciudad del Vaticano, Benedicto XVI

    presidir la canonizacin de seis mrtires y confesores de la fe. Se

    trata de Jacques Barthieu, sacerdote jesuita, mrtir misionero en

    Madagascar (fallecido en 1896); Pietro Calungsod, laico catequista,

    mrtir en Filipinas (fallecido en 1672); Giovanni Battista Piamarta,

    sacerdote, testigo de la fe en la educacin a la juventud (fallecido en

    1913); la Madre Marianne (en el siglo Barbara Cope), testigo de la

    fe en la leprosera de Molokai (fallecida en 1918); Maria del Monte

    Carmelo, religiosa espaola (fallecida en 1911); Caterina

    Tekakwitha, laica india convertida a la fe catlica (fallecida en

    1680); y Anna Schffer, laica bvara, testigo del amor de Cristo

    desde su lecho de sufrimiento (fallecida en 1925).

    --Del 26 al 30 de octubre en Roma se celebrar el Congreso de la

    Unin mundial de los maestros catlicos sobre el papel de la

    enseanza y de la familia en la formacin integral de los estudiantes,

    con la participacin de la Congregacin para la Educacin Catlica.

    --Del 15 al 17 de noviembre, en la Ciudad del Vaticano, se celebrar

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    la Vigsimo sptima Conferencia Internacional del Consejo

    Pontificio para los Agentes Sanitarios sobre el tema El hospital,

    lugar de evangelizacin: misin humana y espiritual.

    --El 1 de diciembre, el Santo Padre presidir las primeras Vsperasde Adviento para los Pontificios ateneos romanos, seminarios,

    colegios eclesisticos y las universidades, organizada por la

    Congregacin para la Educacin Catlica.

    --El 20 de diciembre en Roma se inaugurar la exposicin sobre el

    Ao de la fe en el Castillo de SantAngelo. La muestra estar abierta

    hasta el 1 de mayo del prximo ao 2013.

    --El 28 de diciembre en Roma tendr lugar la apertura del Encuentro

    Europeo de jvenes, organizado por la Comunidad de Taiz, en

    colaboracin con el Vicariato de Roma. Encuentro que se concluir

    el 2 de enero de 2013.

    --El 25 de enero en Roma tendr lugar una celebracin ecumnica

    con Benedicto XVI, en la Baslica de San Pablo Extramuros.

    Mientras en la pinacoteca de esta baslica ser posible visitar

    hasta el 24 de noviembre del ao proximo la exposicin Sanctus

    Paolus extra moenia et Concilium Oecumenicum Vaticanum II.

    --El 2 de febrero en la Ciudad del Vaticano el Santo Padre presidir

    la Eucarista en la Baslica de San Pedro con ocasin de la Jornada

    Mundial de los religiosos y de las religiosas.

    --Los das 25 y 26 de febrero en Roma se celebrar el Congreso

    internacional sobre el tema Los Santos Cirilo y Metodio entre los

    pueblos eslavos a 1.150 aos del inicio de la misin que

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    comenzarn en la sede del Pontificio Instituto Oriental y, al da

    siguiente, seguirn en la Pontificia Universidad Gregoriana.

    --El 24 de marzo Benedicto XVI celebrar el Domingo de Ramos,

    en la jornada tradicionalmente dedicada a los jvenes y enpreparacin a la Jornada Mundial de la Juventud.

    --Del 4 al 6 de abril en Roma, se celebrar el Congreso internacional

    de la Asociacin Catlica Internacional de Ciencias de la Educacin,

    con la participacin de la Congregacin para la Educacin Catlica.

    --El 13 de abril en el Aula Pablo VI de la Ciudad del Vaticano

    tendr lugar el Concierto Oh My Son.

    --Del 15 al 17 de abril se celebrar la Jornada de los Seminarios con

    ocasin del 450 aniversario de su institucin. La Jornada de

    estudio, ha sido organizada por la Congregacin para la Educacin

    Catlica, sobre la importancia de los documentos del Concilio

    Vaticano II y del Catecismo de la Iglesia Catlica en la formacin de

    los candidatos al sacerdocio y en el mbito de la revisin en curso de

    la Ratio fundamentalis institutionis sacerdotalis.

    --El 28 de abril, en la Ciudad del Vaticano tendr lugar la Jornada

    dedicada a los chicos y chicas que han recibido el sacramento de la

    Confirmacin. Mientras el Santo Padre conferir este sacramento a

    un pequeo grupo de jvenes.

    --El 5 de mayo, el Papa presidir la celebracin eucarstica con

    ocasin de la Jornada de las confradas y de la piedad popular.

    --El 18 de mayo, el Papa presidir las Vsperas de Pentecosts,

    dedicada a todos los movimientos, con la peregrinacin a la tumba

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    de Pedro y la invocacin al Espritu Santo.

    --El 2 de junio, el Pontfice presidir la solemne Adoracin

    Eucarstica, que tambin se realizar contemporneamente en todo

    el mundo, con ocasin de la fiesta de Corpus Chirsti.--El 16 de junio, se celebrar la Jornada de la Evangelium vitae, con

    la presencia del Papa, dedicada al testimonio del Evangelio de la

    vida, en defensa de la dignidad de la persona humana desde el

    primer instante hasta su ltimo momento natural.

    --El 22 de junio en la Plaza de San Pedro tendr lugar el Gran

    Concierto por el Ao de la fe.

    --El 7 de julio en la Plaza de San Pedro, tendr lugar ante la

    presencia del Papa la conclusin de la peregrinacin de los

    seminaristas, novicios y novicias.

    --Del 23 al 28 de julio, en Ro de Janeiro, Brasil, Benedicto XVI

    celebrar la Jornada Mundial de la Juventud.

    --Los das 18 y 19 de septiembre se celebrar el Seminario de

    estudio, organizado por la Congregacin para la Educacin Catlica,

    para las universidades catlicas sobre el valor del Catecismo d la

    Iglesia Catlica en la enseanza de la teologa.

    --El 29 de septiembre en la Ciudad del Vaticano tendr lugar la

    Jornada de los catequistas ante la presencia de Benedicto XVI, como

    ocasin para recordar el vigsimo aniversario de la publicacin del

    Catecismo de la Iglesia Catlica.

    --El 13 de octubre, en la Ciudad del Vaticano tendr lugar una

    Jornada mariana ante la presencia del Papa y de todas las

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    asociaciones marianas.

    --El 24 de noviembre, en la Ciudad del Vaticano, el Santo Padre

    presidir la celebracin conclusiva del Ao de la Fe.

    4NUESTRA FE DENTRO DE LA IGLESIA (Tema central

    del Catecismo de la Iglesia. Nn. 142-184).

    LA RESPUESTA DEL HOMBRE A DIOS142 Por su revelacin, "Dios invisible habla a los hombres comoamigo, movido por su gran amor y mora con ellos para invitarlos ala comunicacin consigo y recibirlos en su compaa" (DV 2). Larespuesta adecuada a esta invitacin es la fe.

    143 Por la fe, el hombre somete completamente su inteligencia ysu voluntad a Dios. Con todo su ser, el hombre da su asentimiento aDios que revela (Cf. DV 5). La Sagrada Escritura llama "obedienciade la fe" a esta respuesta del hombre a Dios que revela (Cf.Romanos 1,5; 16,26).

    Artculo 1CREO

    I.

    LA OBEDIENCIA DE LA FE

    144 Obedecer ("ob-audire") en la fe, es someterse libremente a lapalabra escuchada, porque su verdad est garantizada por Dios, laVerdad misma. De esta obediencia, Abraham es el modelo que nos

    propone la Sagrada Escritura. La Virgen Mara es la realizacin ms

    perfecta de la misma.

    Abraham, "el padre de todos los creyentes"

    145 La carta a los Hebreos, en el gran elogio de la fe de losantepasados insiste particularmente en la fe de Abraham: "Por la fe,

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    Abraham obedeci y sali para el lugar que haba de recibir enherencia, y sali sin saber a dnde iba" (Hebreos 11,8; Cf. Gnesis12,1-4).Por la fe, vivi como extranjero y peregrino en la Tierra prometida

    (Cf. Gnesis 23,4). Por la fe, a Sara se otorg el concebir al hijo dela promesa. Por la fe, finalmente, Abraham ofreci a su hijo nicoen sacrificio (Cf. Hebreos 11,17).

    146 Abraham realiza as la definicin de la fe dada por la carta a losHebreos: "La fe es garanta de lo que se espera; la prueba de lasrealidades que no se ven" (Hebreos 11,1). "Crey Abraham en Diosy le fue reputado como justicia" (Romanos 4,3; Cf. Gnesis 15,6).

    Gracias a esta "fe poderosa" (Romanos 4,20), Abraham vino a ser"el padre de todos los creyentes" (Romanos 4,11.18; Cf. Gnesis15,15).

    147 El Antiguo Testamento es rico en testimonios acerca de esta fe.La carta a los Hebreos proclama el elogio de la fe ejemplar de losantiguos, por la cual "fueron alabados" (Hebreos 11,2.39). Sinembargo, "Dios tena ya dispuesto algo mejor": la gracia de creer ensu Hijo Jess, "el que inicia y consuma la fe" (Hebreos 11,40; 12,2).

    Mara: "Dichosa la que ha credo"

    148 La Virgen Mara realiza de la manera ms perfecta laobediencia de la fe. En la fe, Mara acogi el anuncio y la promesaque le traa el ngel Gabriel, creyendo que "nada es imposible paraDios" (Lucas 1,37; Cf. Gnesis 18,14) y dando su asentimiento: "Heaqu la esclava del Seor; hgase en m segn tu palabra" (Lucas

    1,38). Isabel la salud: "Dichosa la que ha credo que se cumpliranlas cosas que le fueron dichas de parte del Seor!" (Lucas 1,45). Poresta fe todas las generaciones la proclamarn bienaventurada (Cf.Lucas 1,48).

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    149 Durante toda su vida, y hasta su ltima prueba (Cf. Lucas 2,35),cuando Jess, su hijo, muri en la cruz, su fe no vacil. Mara noces de creer en el "cumplimiento" de la palabra de Dios. Por todoello, la Iglesia venera en Mara la realizacin ms pura de la fe.

    II "YO S EN QUIN TENGO PUESTA MI FE" (2 TIM 1, 12)Creer slo en Dios

    150 La fe es ante todo una adhesin personal del hombre a Dios; esal mismo tiempo e inseparablemente el asentimiento libre a toda laverdad que Dios ha revelado. En cuanto adhesin personal a Dios yasentimiento a la verdad que l ha revelado, la fe cristiana difiere de

    la fe en una persona humana. Es justo y bueno confiarse totalmentea Dios y creer absolutamente lo que l dice. Sera vano y erradoponer una fe semejante en una criatura (Cf. Jeremas 17,5-6; Salmo40,5; 146,3-4).

    Creer en Jesucristo, el Hijo de Dios

    151 Para el cristiano, creer en Dios es inseparablemente creer enaquel que l ha enviado, "su Hijo amado", en quien ha puesto todasu complacencia (Marcos 1,11). Dios nos ha dicho que lesescuchemos (Cf. Marcos 9,7). El Seor mismo dice a sus discpulos:"Creed en Dios, creed tambin en m" (Juan 14,1). Podemos creer enJesucristo porque es Dios, el Verbo hecho carne: "A Dios nadie le havisto jams: el Hijo nico, que est en el seno del Padre, l lo hacontado" (Juan 1,18). Porque "ha visto al Padre" (Juan 6,46), l esnico en conocerlo y en poderlo revelar (Cf. Mateo 11,27).

    Creer en el Espritu Santo

    152 No se puede creer en Jesucristo sin tener parte en su Espritu.Es el Espritu Santo quien revela a los hombres quin es Jess.Porque "nadie puede decir: Jess es Seor sino bajo la accin delEspritu Santo" (1 Corintios 12,3). "El Espritu todo lo sondea, hasta

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    las profundidades de Dios...Nadie conoce lo ntimo de Dios, sino elEspritu de Dios" (1 Corintios 2,10-11). Slo Dios conoce a Diosenteramente. Nosotros creemos en el Espritu Santo porque es Dios.

    La Iglesia no cesa de confesar su fe en un solo Dios, Padre, Hijo y

    Espritu Santo.

    III LAS CARACTERSTICAS DE LA FELa fe es una gracia

    153 Cuando San Pedro confiesa que Jess es el Cristo, el Hijo deDios vivo, Jess le declara que esta revelacin no le ha venido "de lacarne y de la sangre, sino de mi Padre que est en los cielos" (Mateo

    16,17; Cf. Glatas 1,15; Mt 11,25). La fe es un don de Dios, unavirtud sobrenatural infundida por l, "Para dar esta respuesta de la fees necesaria la gracia de Dios, que se adelanta y nos ayuda, juntocon el auxilio interior del Espritu Santo, que mueve el corazn, lodirige a Dios, abre los ojos del espritu y concede `a todos gusto enaceptar y creer la verdad" (DV 5).

    La fe es un acto humano

    154 Slo es posible creer por la gracia y los auxilios interiores delEspritu Santo. Pero no es menos cierto que creer es un actoautnticamente humano. No es contrario ni a la libertad ni a lainteligencia del hombre depositar la confianza en Dios y adherirse alas verdades por l reveladas. Ya en las relaciones humanas no escontrario a nuestra propia dignidad creer lo que otras personas nosdicen sobre ellas mismas y sobre sus intenciones, y prestar confianzaa sus promesas (como, por ejemplo, cuando un hombre y una mujer

    se casan), para entrar as en comunin mutua. Por ello, es todavamenos contrario a nuestra dignidad "presentar por la fe la sumisin

    plena de nuestra inteligencia y de nuestra voluntad al Dios querevela" (Cc. Vaticano I: DS 3008) y entrar as en comunin ntimacon El.

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    155 En la fe, la inteligencia y la voluntad humanas cooperan con lagracia divina: "Creer es un acto del entendimiento que asiente a laverdad divina por imperio de la voluntad movida por Dios mediantela gracia" (S. Toms de A., s. th. 2-2, 2,9; Cf. Cc. Vaticano I: DS

    3010).

    La fe y la inteligencia

    156 El motivo de creer no radica en el hecho de que las verdadesreveladas aparezcan como verdaderas e inteligibles a la luz denuestra razn natural. Creemos "a causa de la autoridad de Diosmismo que revela y que no puede engaarse ni engaarnos". "Sin

    embargo, para que el homenaje de nuestra fe fuese conforme a larazn, Dios ha querido que los auxilios interiores del Espritu Santovayan acompaados de las pruebas exteriores de su revelacin"(Ibd., DS 3009). Los milagros de Cristo y de los santos (Cf. Marcos16,20; Hechos 2,4), las profecas, la propagacin y la santidad de laIglesia, su fecundidad y su estabilidad "son signos ciertos de larevelacin, adaptados a la inteligencia de todos", "motivos decredibilidad que muestran que el asentimiento de la fe no es enmodo alguno un movimiento ciego del espritu" (Cc. Vaticano I: DS3008-10).

    157 La fe es cierta, ms cierta que todo conocimiento humano,porque se funda en la Palabra misma de Dios, que no puede mentir.Ciertamente las verdades reveladas pueden parecer oscuras a larazn y a la experiencia humanas, pero "la certeza que da la luzdivina es mayor que la que da la luz de la razn natural" (S. Tomsde Aquino, s. th. 2-2, 171,5, obj.3). "Diez mil dificultades no hacen

    una sola duda" (J.H. Newman, apol.).

    CONTINA EN EL FOLLETO Nro. 2.