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APEROS PARA EL LA PREPARACIÓN DEL SUELO PARA LA IMPLANTACIÓN DE LOS CULTIVOS, TRADICIONALMENTE SE HA VENIDO REALIZANDO EN DOS FASES: EN LA PRIMERA SE ACTUABA SOBRE TODO EL PERFIL QUE DEBERÍAN DE EXPLORAR LAS RAÍCES, SEGÚN LO aUE SE CONOCE COMO LABOREO PRIMARIO. LUEGO SE COMPLETABA ESTE TRABAJO BUSCANDO LA MANERA DE ROMPER TERRONES Y ASENTAR LIGERAMENTE EL SUELO, CUANDO HABÍA QUEDADO EXCESIVAMENTE ESPONJADO, PARA DEJARLO EN UNAS CONDICIONES APROPIADAS PARA EL TRABAJO DE LA SEMBRADORA. 1 laboreo primario siempre se le ha dado gran importancia. Para hacerlo se buscaban bue- nos arados, subsoladores y cualquier alternativa que permitiera trabajar muy profundo, con la idea de que esta forma de actuar haría aumentar la co- secha. Pero el laboreo secundario no pa- recía tan importante, ya que cual- quier apero, en apariencia, podía ha- cerlo bien. Sólo con aumentar el nú- mero de pasadas se terminaban rom- piendo los terrones y quedaba el sue- lo nivelado, a la vez que se eliminaba la hierba. Esta forma de actuar, unida a la evolución de la materia orgánica en mu- chos de nuestros suelos, ha sido la cau- sa de que la germinación y la nascencia de las semillas estuviera por debajo de lo conveniente, aunque esta situación se resolviera frecuentemente aumentando la dosis de siembra. Sin embargo, el en- costramiento superficial es un problema para muchos cultivos exigentes, ya que impide la nascencia uniforme; por el contrario, si la planta nace bien, cuando la lluvia es abundante, o se puede regar, la cosecha está asegurada. La clave para conseguir una buena nascencia y germinación en cualquier cultivo suele estar en el laboreo secunda- rio, sin olvidar que, para mantener bajos los costes de producción, se necesita re- ducir en todo lo posible el número de in- tervenciones que preceden a la siembra. Sobre esta base, pasemos a anali- zar las condiciones que deben de con- seguirse en la parte superior del perfil del suelo, así como los aperos que pueden utilizarse para ello. a^4 ^ (C'('lil('t1 SEPTIEMBRE '99

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APEROS PARA EL

LA PREPARACIÓN DEL SUELO PARA LA IMPLANTACIÓN DE LOS CULTIVOS, TRADICIONALMENTE SE HA VENIDO

REALIZANDO EN DOS FASES: EN LA PRIMERA SE ACTUABA SOBRE TODO EL PERFIL QUE DEBERÍAN DE

EXPLORAR LAS RAÍCES, SEGÚN LO aUE SE CONOCE COMO LABOREO PRIMARIO. LUEGO SE COMPLETABA ESTE

TRABAJO BUSCANDO LA MANERA DE ROMPER TERRONES Y ASENTAR LIGERAMENTE EL SUELO, CUANDO HABÍA

QUEDADO EXCESIVAMENTE ESPONJADO, PARA DEJARLO EN UNAS CONDICIONES APROPIADAS PARA EL

TRABAJO DE LA SEMBRADORA.

1 laboreo primario siempre sele ha dado gran importancia.Para hacerlo se buscaban bue-

nos arados, subsoladores y cualquieralternativa que permitiera trabajarmuy profundo, con la idea de que estaforma de actuar haría aumentar la co-secha.

Pero el laboreo secundario no pa-recía tan importante, ya que cual-quier apero, en apariencia, podía ha-cerlo bien. Sólo con aumentar el nú-mero de pasadas se terminaban rom-piendo los terrones y quedaba el sue-

lo nivelado, a la vez que se eliminabala hierba.

Esta forma de actuar, unida a laevolución de la materia orgánica en mu-chos de nuestros suelos, ha sido la cau-sa de que la germinación y la nascenciade las semillas estuviera por debajo delo conveniente, aunque esta situación seresolviera frecuentemente aumentandola dosis de siembra. Sin embargo, el en-costramiento superficial es un problemapara muchos cultivos exigentes, ya queimpide la nascencia uniforme; por elcontrario, si la planta nace bien, cuando

la lluvia es abundante, o se puede regar,la cosecha está asegurada.

La clave para conseguir una buenanascencia y germinación en cualquiercultivo suele estar en el laboreo secunda-rio, sin olvidar que, para mantener bajoslos costes de producción, se necesita re-ducir en todo lo posible el número de in-tervenciones que preceden a la siembra.

Sobre esta base, pasemos a anali-zar las condiciones que deben de con-seguirse en la parte superior del perfildel suelo, así como los aperos quepueden utilizarse para ello.

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LABOREO SECUNDARIOEL PERFIL DEL SUELOPARA EL DESARROLLO

I DEL CULTIVO

Las raíces se desarrollarán por to-do el pe^l cultivado si las costras nose oponen a esta penetración. El lechode siembra preparado sobre los 2 a 8cro superficiales, según el tamaño dela semilla considerada, facilitará sugerminación. En cualquier caso, unperfil diferenciado en función de laprofundidad resuelve el problema yproduce la condición más favorablepara el desarrollo del cultivo. En culti-vos de nascencia más difícil, se nece-sita preparar un lecho de siembra de lamejor calidad.

En cualquier caso se necesita:• Que en el suelo no existan costras

que impidan el desarrollo de las raí-ces quedando todo él suficientemen-te aireado, sin huecos que impidan elcontacto tierra/raíz.

• Que en las proximidades de la super-

ficie (2 a 8 cm), algo por debajo de

la profundidad a la que se realizará

la siembra, quede una capa de tierra

asentada en la que pueda apoyarse la

semilla y con suficiente tierra fina

para que la humedad del suelo ace-

lere la germinación.

• Que sobre la semilla quede una ca-pa ligeramente aterronada y sueltaque facilite la nascencia e impida laformación de costra, al facilitar eldrenaje superficial del suelo e im-pedir su consolidación.

Este perfil cultural de ningunamanera puede hacerse con un soloapero y una sola labor. Habrá opcio-nes diferentes: sucesión de labores adistinta profundidad, la última de lascuales forme parte de la operación desembrar, o en el límite, una sola pa-sada, pero con un apero combinado,que, trabajando a profundidades di-ferentes, realice preparación del sue-lo y siembra en lo que se considerauna operación integral.

Por otra parte, los ciclos natura-les de humectación y desecación del

suelo y la influencia de las heladas,ayudan a conseguir la estructura queinteresa y que se estima favorable pa-ra el desarrollo del cultivo. Se puedeconsiderar entonces si es más ventajo-so realizar labores que aceleren la pre-paración, o conviene mejor esperar aque la naturaleza ayude y así ahorraruna energía.

Pero la acción de la naturaleza enningún caso será uniforme, habrá cir-cunstancias en las que los terronesproducidos por el arado lleguen sindeshacerse al periodo de siembra,otras, sin embargo, por las lluvias olas heladas, será posible realizar lasiembra sin apenas preparación adi-cional, o incluso en algún caso, un ex-ceso de agua puede hacer necesario,por la consolidación que provoca alhaberse sobrepasado el límite superiorde plasticidad, iniciar de nuevo la pre-paración.

De todo ello se deduce que la pre-paración del suelo no se logra siemprecon las mismas operaciones en unadeterminada sucesión. La convenien-cia de cada labor estará en función dela evolución del perfil y de lo que sepretende lograr.

^

^ ^ ^ ^ ^ ^ ^

E] laboreo secundario responsablefinal de la preparación del lecho desiembra admite muchas opciones, rea-lizadas con equipos de aspecto tisicomuy diferente, pero cuya acción sobreel suelo resulta en gran medida simi-lar.

Además, si disponemos de un sue-lo bien estructurado en profundidad,que permite el normal desarrollo radi-cular del cultivo, podrá limitarse el la-boreo a las capas superticiales, redu-ciéndose de esta manera los costes deproducción.

OPCIONES PARA EL^ ACABADO DEL PERFIL

El laboreo primario, al afectar atodo el pertil, no permite establecer,de forma directa, lo que se necesitapara la germinación y nascencia, el le-cho de siembra necesaria para el culti-vo.

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Bien sea poryue este laboreo se-cundario se encomiende a aperos dife-rentes en pasadasapero único, en losestán en los pañosse busca siempreción, el mullimiento o com-pactación (asentado), el movi-miento de los terrones, la crea-ción de tierra fina con su rotu-ra y algún otro efecto comple-mentario, como puede ser laacción directa sobre la vegeta-ción residual.

Los aperos para laboreo

secundario desarrollan en ma-

yor o menor grado todas y ca-

da una de estas formas de ac-

ción, aunque con el predomi-

nio de alguna de ellas, lo cual

condiciona su utilización.

Las gradas de discos, loscultivadores, las gradas de pú-as y los rodillos son la base del

sucesivas, o a un

que las diferencias

que lo componen,

la nivela-

secuencial, en función de la evolu-ción del perfil por efecto del medionatural y de los antecedentes en lapreparación, es la recomendación másimportante que sobre laboreo secun-

vas por los inadecuados elementos derodadura del tractor (exceso de presiónen los neumáticos, patinamiento, pocasuperficie de sustentación) que a vecesperjudican la preparación. Por el con-

trario, un exceso de laboreo,que aumenta el esponjamientosuperficial, puede necesitar pa-sadas posteriores de rodillo,que hubieran podido evitarse yasí disminuir los costes de pro-ducción.

< < EI efecto de losbrazos del cul tivador

sobre los terronesdepende del ánguloque forman con la

vertical > >

laboreo secundario, pero también losnuevos aperos accionados, bien seapor rodadura, o por la toma de fuerzadel tractor, producen una rápida roturade los terrones y formación de tierrafina en una sola operación. Esta ten-dencia puede ser peligrosa si no seutilizan con moderación.

En cualquier caso, la utilización

dario, y de forma generalizada, sepuede dar en lo referente a la prepara-ción del lecho de siembra. En cultivosde difícil nascencia, la utilización deaperos combinados se hace imprescin-dible para preparar el lecho de siem-bra adecuado en una sola operación.

También hay que tener en cuenta elefecto compactador de pasadas sucesi-

APEROS PARA ELLABOREOSECUNDARIO

CULTIVADORES Y GRADAS

DF; PÚAS

Los cultivadores y gradasde púas están formados porbrazos de gran flexibilidadunidos a un bastidor, de mane-

ra que realizan pequeños surcos en elsuelo a profundidades que no debensuperar los 10-12 cm.

La acción del cultivador dependede la forma e inclinación de los dien-tes o púas que lo componen. Si eldiente forma un ángulo agudo respec-to al plano del suelo, los esfuerzos so-bre éste provocarán esponjamiento y

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salida a la superficie de terrones entodo el perfil trabajado. Por debajodel diente se producirá una compacta-ción que puede ser beneficiosa para laformación del lecho de siembra, pero,si el suelo se trabaja con exceso dehumedad, esta acción resultará peli-grosa por impedir la penetración delas raíces.

Los dientes verticales no sacanlos terrones a la superficie, sino quemezclan uniformemente finos y grue-sos del suelo, lo que puede hacer queel conjunto de la capa labrada drenemejor y sea más resistente a la com-pactación natural.

En principio, el cultivador dedientes no es el apero más idóneo pa-ra la rotura de terrones, ya que a lo

que fundamentalmente tiende es adesplazarlos en el suelo; pero en fun-ción de la velocidad, y siempre que setrabaje con poca humedad, muchos deellos pueden reducir su tamaño, a lavez que son desplazados en el suelo.Es necesario que el grado de humedadde terrón y suelo sea tal que la resis-tencia a la rotura de los terrones seainferior a la resistencia a la penetra-ción de éste en el suelo, ya que si nolos terrones quedarán enterrados, perosin que se lleguen a romper.

Los dientes flexibles o dotados deresortes que permiten su oscilación,pueden aumentar los efectos de roturasobre los terrones, incluso trabajandoa una velocidad menor.

El efecto del cultivador sobre la

vegetación está en función del tipo dereja que puedan montar los dientes.Desde la reja extirpadora, que trabajacasi paralela al suelo cortando las raí-ces y elevando las plantas, hasta la es-carificadora, estrecha y alargada, parael aplastamiento de los terrones, haynumerosas opciones donde elegir.

No se debe dejar de señalar el

efecto nivelante de los cultivadores en

el suelo: pequeños surcos, irregulari-

dades, grandes poros, residuos de la

labor de arada quedan tapados con el

pase del cultivador, aunque su paso

provoca una cierta rugosidad superfi-

cial.

Gtzn^^ns vH: ntscosSon similares a las gradas pesadas,

aunque los discos son de menor tama-ño y la carga por disco no suele supe-

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rar los 30 a 40 kg. Actúan de forma di-ferente para conseguir efectos simila-res a los del cultivador. Su actuaciónintensifica la nivelación del suelo y larotura de los terrones.

Los esfuerzos que provocan los

discos en el suelo van dirigi-dos hacia abajo, por lo quelos terrones se rompen conmayor facilidad; pero estosmismos esfuerzos marcanuna compactación y, comoconsecuencia, existe mayorprobabilidad de que se formesuela de labor.

E1 efecto nivelante se lo-gra mejor con el montaje, encada unidad, de dos filas dediscos que mueven el sueloen direcciones encontradas.Con el desplazamiento delsuelo transversalmente alavance en uno y, posterior-mente, en otro sentido, es po-sible el llenado total de lasirregularidades que el terrenoofrece. En las denominadasgradas de tiro excéntrico, unmal diseño o regulación pue-de repercutir desfavorable-

del suelo, lo que permite que sean uti-lizadas para el enterrado de rastrojos yen la destrucción de la vegetación ad-venticia del suelo por sembrar.

El trabajo con este tipo de aperosse debe de realizar a alta velocidad, ya

ras por pasada, lo que repercute en laproductividad.

APF,ROS ACCIONADOS

El empleo de aperos auto-acciona-dos, también conocidos por azadas ro-

dantes, puede ayudar a la ro-tura de los terrones en el la-boreo secundario aunque sonmás indicados para incorpo-rar la paja y la tierra en las la-bores de verano sobre el ras-trojo, limitando su acción a lacapa superficial.

Las gradas accionadas,bien sean de modo alternati-vo, o en rotación, producenun efecto similar al de loscultivadores, intensificadopor la mayor velocidad con laque las púas y dientes que lasforman se desplazan sobre elsuelo.

Es muy variada la ofertade gradas accionadas median-te la toma de fuerza del trac-tor, pudiéndose establecer tresgrupos, según la forma en laque se accionan los elementosque actúan en el suelo.

< < Las radas de^

discos tienen un buenefecto nivelador

de la superficie delsuelo, a la vez

que rom pen 1 osterrones por

com presión > >

mente sobre los esfuerzos que provo-ca en el tractor que las debe arrastrar.

Por otra parte, las gradas produ-cen un cierto cribado y hasta volteo

que su calidad de labor mejora en to-dos los aspectos y al ser aperos que norequieren un gran esfuerzo de trac-ción, pueden cubrirse grandes anchu-

Las de eje horizontal se han deri-vado de los rotocultivadores, cam-biando las tradicionales azadas cava-doras por cuchillas unidas de manera

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radial, o ligeramente inclinadas res-pecto al radio, que actúan sobre elsuelo golpeando desde arriba. El cam-bio de forma en las azadas reduce losproblemas de formación de suela delabor en condiciones más húmedas.

Otra alternativa puede ser la com-binación de varios rotores de eje ver-tical que giran encontrados por pare-jas, con púas verticales o ligeramenteinclinadas, que son las que mueven elsuelo. Su acción es muy parecida a ladel brazo rígido en un cultivador, aun-que al estar accionada su velocidad esmuy superior y su acción desterrona-dora aumenta considerablemente. Ensuelos con piedras deben de incorpo-rar dispositivos de seguridad que ac-túen como protección.

Por último, existe otra opción: dosbarras con púas, colocadas perpendi-cularmente a la dirección de avancedel equipo, que se encuentran accio-nadas de manera alternativa, con loque sus efectos se equilibran, pudien-do avanzar con un doble frente quepulveriza los terrones. Su acción seasemeja a la de una grada de púas, pe-ro con un efecto desterronador más in-tenso, que no está condicionado por lavelocidad de avance del tractor.

RODILLOS

Formados por elementos rodantes,

realizan la compactación del suelo demanera diferente en función de su ma-sa y de la rugosidad superficial de loselementos que lo componen. Pareceun contrasentido realizar una sucesiónde labores buscando el esponjamientodel suelo para finalizar el proceso conun apero que esencialmente producecompactación. Un excesivo mulli-miento del suelo exige el asentadomediante rodillos. El empleo de rodi-llos con alto grado de humedad en elsuelo puede llevar a una degradaciónde su estructura.

Con estos aperos se procura dis-minuir la porosidad mediante la re-ducción del espacio entre terrones, lo

que facilita la humectación de las se-millas, la actividad de las raíces, e in-cluso de esta manera evita la destruc-ción de los cultivos por la helada, perolo que se necesita es el asentamientodel suelo dejando huecos pequeños,que dejen circular el aire y agua, no la

< < Los rodillossólo deben

em pl ea rse consuel os

relativamentesecos > >

compactación, que vendrá caracteri-zada por baja porosidad (poco huecosentre los elementos del suelo).

Los rodillos sólo deben emplearsecon suelos relativamente secos si sequieren evitar ciertos efectos perjudi-ciales de compactación. La rugosidaddel apoyo del rodillo marcará la zonadel suelo en la que va a realizar elapelmazamiento: los rodillos lisos ac-tuarán más sobre las elevaciones acci-

dentales, y tienen tendencia a formarcostra superficial si el suelo presentademasiada humedad.

Cada vez es más frecuente el em-pleo de rodillos de elementos y resal-tes superficiales, que se ajustan mejora las irregularidades del suelo, rom-pen los terrones por perforación y de-jan una superficie relativamente regu-lar. Con elementos de secciones angu-losas se puede actuar enérgicamente acierta profundidad, dejando la superfi-cie suelta, ligeramente aterronada ysin peligro de que se forme costra.

Modificando el peso del rodillo,por Ilenado con agua o lastrado, sepuede ajustar a los diferentes estadosdel suelo, en función del grado deasentamiento que se desea lograr. Laactuación de los rodillos debe sersiempre moderada.

No se debe olvidar la posibilidadde conseguir cornpactación en las ca-pas profundas del suelo con el paso deaperos superficiales, por lo yue la uti-lización de los rodillos debe limitarsetodo lo posible, ya que su efecto, be-neficioso en la germinación de la se-milla, puede Ilevar a estados en losque se interfiere el normal crecimien-to de las raíces, y a bajas en la produc-ción, bajas que conllevan un incre-mento de los costes de cultivo, comoconsecuencia de las numerosas pasa-das que sobre el campo hay que dar.

E^PEROS COMBINAUOS

Conseguir en una sola pasada el

lecho de siembra elimina la posibili-dad de esa degradación de la estructu-ra que ocasionan las rodadas del trac-tor.

Una solución para realizar la pre-paración del lecho de siembra en unasola pasada, es la utilización de unapero combinado que a veces puede

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asociarse a la propia operación de desplazamiento lateral. A continua-sembrar. ción se incorporan varias filas de

En este apero combinado, y en el dientes-púas, de gran flexibilidad, se-laboreo secundario en general, no es guidos de uno o varios rodillos-jaula

necesario que se superen los 10-15 cmde profundidad.

Un tren de operaciones adecuadopara producir los lechos de siembra delos cultivos más exigentes consta deun conjunto de rejas niveladoras quesustituyen a la grada o al cultivador yque rompe los terrones grandes por

que desterronan y asientan la tierra re-movida por el cultivador.

La profundidad de trabajo de los

dientes-púas se corresponde con la del

lecho de siembra, ya que una de sus

misiones es la de asentar la tierra so-

bre la que se depositará la semilla, y el

rodillo-jaula realiza un asentado su-

perficial sin que favorezca la forma-ción de costra ya que no crea un exce-so de tierra fina.

Las `jaulas' de barras lisas sonaconsejables para suelos de consisten-cia media. En tierras fuertes puedenutilizarse barras dentadas que tienenun mayor efecto desterronador.

A toda costa debe evitarse un ex-ceso de tierra fina en la superficie quefavorecerá la formación de costra, enespecial si el cultivo se debe regar, oreciben una Iluvia intensa.

Cuando se dispone de riego, elagua puede utilizarse para substituiralgunas de estas labores. Si se estimanecesario el riego, se realizará con lasuficiente antelación, o después de lasiembra, de forma que las operacionesmecánicas se ejecuten sobre un suelocon bajo contenido de humedad.

Cuando el cultivo se va a regar poraspersión, interesa que la superfi-ciequede con un grado de aterronamientomayor, para que resista el choque delagua, sin que se llegue a alcanzar lo-calmente el límite líquido y con ellopueda formarse costra superficial.

Para el riego por gravedad es degran importancia el efecto nivelanteque puede producir el laboreo secun-dario, lo que aconseja dar preferencia ala grada de discos sobre el cultivador.w

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