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Apreciado Sr. Oliveira Mijarez. "Como gatos por la noche, sin peligro, con asombro y con humo" Me he despertado con una gran necesidad de comunicarle mis ideas respecto la charla de ayer, no se preocupe, nada que ver con los "Biceraptors | Triceraptors”. Me daré el permiso de mostrarle un poco de mi infancia, con fines ilustrativos, pero por favor asegúrese de que esto quede sepultado, pues contiene pedazos de mí. Cuando era niño, solía escuchar contra de mi voluntad, más no de mi gusto, a los Floyd, a Mccartney, a los Stones y otras chunches raras psicodélicas, usted se imaginará entonces lo caótico y bello que eran mis sueños a esa edad. Esa etapa me regaló muchas imágenes, ideas, temores, certezas, manías y frágiles recuerdos, hoy en día brotan de vez en vez y cuando me dejo caer, surgen como feroces olas de mar, a las cuales bien llamamos κρίσις. De los Floyd, Mercury, Lennon y compañía, mude “naturalmente” a Beth Gibbons, Thom Yorke, Cedric, para luego finalmente aprender a desaparecer suavemente con sus nostálgicas melodías y preguntarme, cuestionarme, confrontarme con la idea de que ellos eran unos locos o unos genios. Como usted sabrá la humanidad considera que el vínculo entre genialidad y locura es antiguo. Aristóteles por ejemplo liga la melancolía a la genialidad, ante esta idea no dejo de pensar en la palabra “Descompuesto”. Señor Oliveira indudablemente usted ha chocado con la misma pregunta que yo. ¿Por qué los hombres excepcionales son con tanta frecuencia melancólicos? Pensemos en Hölderlin, Thom Yorke, Toledo, Juana la loca u otros seres fuera de lo común que son los llamados genios; se les pinta como aislados, anormales, inconsistentes, obsesionados; en dos palabras:

Apreciado Sr. Oliveira

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Carta a un viejo amigo

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Apreciado Sr. Oliveira Mijarez.

"Como gatos por la noche, sin peligro, con asombro y con humo"

Me he despertado con una gran necesidad de comunicarle mis ideas respecto la charla de ayer, no se preocupe, nada que ver con los "Biceraptors | Triceraptors.

Me dar el permiso de mostrarle un poco de mi infancia, con fines ilustrativos, pero por favor asegrese de que esto quede sepultado, pues contiene pedazos de m.

Cuando era nio, sola escuchar contra de mi voluntad, ms no de mi gusto, a los Floyd, a Mccartney, a los Stones y otras chunches raras psicodlicas, usted se imaginar entonces lo catico y bello que eran mis sueos a esa edad.

Esa etapa me regal muchas imgenes, ideas, temores, certezas, manas y frgiles recuerdos, hoy en da brotan de vez en vez y cuando me dejo caer, surgen como feroces olas de mar, a las cuales bien llamamos .

De los Floyd, Mercury, Lennon y compaa, mude naturalmente a Beth Gibbons, Thom Yorke, Cedric, para luego finalmente aprender a desaparecer suavemente con sus nostlgicas melodas y preguntarme, cuestionarme, confrontarme con la idea de que ellos eran unos locos o unos genios.

Como usted sabr la humanidad considera que el vnculo entre genialidad y locura es antiguo. Aristteles por ejemplo liga la melancola a la genialidad, ante esta idea no dejo de pensar en la palabra Descompuesto.Seor Oliveira indudablemente usted ha chocado con la misma pregunta que yo. Por qu los hombres excepcionales son con tanta frecuencia melanclicos? Pensemos en Hlderlin, Thom Yorke, Toledo, Juana la loca u otros seres fuera de lo comn que son los llamados genios; se les pinta como aislados, anormales, inconsistentes, obsesionados; en dos palabras: locos y brillantes! Adictos al prozac, a Bruselas y acariciarse bajo la mesa.Diderot ya haba dicho: Cun parecidos son el genio y la locura! Que malos hemos sido con esos desfachatados no cree Sr. Oliveira, debera haber menos estatuas erigidas para ellos, la imagen tan trivial de esos genios petrificados me provoca un sabor amargo en mi paladar, quiz ese sabor sea una palabra que no quise aprender.

Todos gozamos con la idea de ser unos genios, pero pocos queremos asumir nuestra locura, abrazarla y llevarla a la superficie, los hombres que no se atreven nunca a hacerlo, estn condenados a la frustracin y luego a transmitir esa agobiante carga, puesto que sera insoportable llevarla solos hasta la tumba.Tambin estn los paradjicamente opuestos a estos melanclicos, me refiero a los que se afilian al club de los inadaptados, adictos, megalmanos, sensuales y perversos, slo para dar a conocer al mundo su excentricidad narcisista, para luego ver su icnico cuerpo encerrado en un aparatejo, me refiero a los exhibicionistas grandilocuentes, con gusto por las selfies. Me explico?Cuando pienso en otros locos y genios, concuerdo que la genialidad tambin ha estado ligada a la infancia. El genio suele presentarse muy temprano, es incluso la precocidad un signo de genialidad. El genio es un nio grande, el genio conserva en la edad adulta la frescura ldica de la infancia, su espontaneidad, su creatividad, su curiosidad, s que usted me comprende.Cada loco tiene su propio objeto de transicin haca la genialidad, el mo por ejemplo es ella R. kovadloff, sin temor a equivocarme, pero eso a veces es insoportable. Vaya que ayer despus de platicar, quise ser uno de esos locos que no se quejan de sus fracturas, que no se atienden con Prozac, que no quieren que todo el mundo repita su nombre, quiz despus cambie de parecer.

Seor Oliveira, no cree usted que l joven esquizofrnico, slo quiere compartir la terrible carga de ser un genio en un mundo que sobrevalora la vanidad?

P.D. Escuche Gorillaz tambin son unos genios.