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A. Curbeira Cancela APROXIMACIÓN AL DISCURSO. I. Introducción al estudio del discurso. II. Sistema y discurso. III. Los actos de habla como unidades del discurso. Las condiciones de conveniencia. I. Introducción al análisis del discurso. En los últimos cuarenta años los estudios del lenguaje han comenzado a cubrir determinadas áreas que no habían sido abordadas por los estudios tradicionales. Hemos visto cómo la proyección de los estudios sobre el lenguaje ha ido ascendiendo por la escalera de los niveles de la lengua y ya no sólo abarcan la fonología, la morfología, la sintaxis, la lexicología e incluso la semántica, sino también, y de manera muy productiva, los aspectos relacionados con el texto y el discurso. Es precisamente sobre este último fenómeno que vamos a tratar. Al hablar de las serias dificultades que implica la definición de conceptos complejos tales, como el de discurso T. A. Van Dijk asegura: Como sucede con frecuencia, en el caso de conceptos que cubren fenómenos muy complejos como 'lenguaje', 'comunicación', 'interacción' y 'cultura', que de hecho constituyen disciplinas completas, el concepto de discurso es en esencia todavía bastante difuso. En tales casos se hace necesaria una interdisciplina, el estudio del discurso (también denominado análisis del discurso), para definirlo. 1 1 T.A. Van Dijk. The Study of Discourse. In: Discourse as Structure and Process. Sage, London, 1997, p.1

APROXIMACIÓN AL DISCURSO

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I. Introducción al estudio del discurso.II. Sistema y discurso.III. Los actos de habla como unidades del discurso. Las condiciones de conveniencia.

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A. Curbeira Cancela APROXIMACIÓN AL DISCURSO.

I. Introducción al estudio del discurso.II. Sistema y discurso.III. Los actos de habla como unidades del discurso. Las condiciones de

conveniencia.

I. Introducción al análisis del discurso.

En los últimos cuarenta años los estudios del lenguaje han comenzado a cubrir determinadas áreas que no habían sido abordadas por los estudios tradicionales. Hemos visto cómo la proyección de los estudios sobre el lenguaje ha ido ascendiendo por la escalera de los niveles de la lengua y ya no sólo abarcan la fonología, la morfología, la sintaxis, la lexicología e incluso la semántica, sino también, y de manera muy productiva, los aspectos relacionados con el texto y el discurso. Es precisamente sobre este último fenómeno que vamos a tratar.

Al hablar de las serias dificultades que implica la definición de conceptos complejos tales, como el de discurso T. A. Van Dijk asegura:

Como sucede con frecuencia, en el caso de conceptos que cubren fenómenos muy complejos como 'lenguaje', 'comunicación', 'interacción' y 'cultura', que de hecho constituyen disciplinas completas, el concepto de discurso es en esencia todavía bastante difuso. En tales casos se hace necesaria una interdisciplina, el estudio del discurso (también denominado análisis del discurso), para definirlo. 1

El camino recorrido por este concepto desde el sentido común general hasta el teórico es asombroso. Una variante léxico - semántica (semema) común del lexema discurso, más cercana a la que nos interesa analizar, la encontramos en la número 5 en el Diccionario de Uso del Español (DUE) (1997/96: 1013):

discurso (5) ("Él") En sentido amplio, conjunto de palabras con que alguien expresa lo que piensa, siente o quiere... ("Un") En sentido más restringido, * exposición sobre un asunto serio hecha en tono ilustrativo por una persona a otras. Particularmente, alocución, oración, exposición de su pensamiento que hace alguien en público con fines persuasivos. También, escrito dirigido a la gente o a ciertas personas en forma de discurso.

En la definición de discurso que ofrece el Diccionario Enciclopédico Océano Uno (1999: 528) se recogen los aspectos ya vistos en la anterior y se añade:

1 T.A. Van Dijk. The Study of Discourse. In: Discourse as Structure and Process. Sage, London, 1997, p.1

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Pieza oratoria. Escrito en que se discurre sobre una materia para enseñar. Ling. Serie lineal de signos susceptibles de ser reconocidos como forma significativa.

Analizando el estudio del discurso el lingüista francés Patrick Charaudeau2

considera oportuno hablar de tres grandes vías:

El estudio del discurso como mecanismo de producción que se orienta hacia una pragmática cognitiva y que tiene el texto como producto del proceso de enunciación.

El estudio del discurso como un objeto empírico, lo que permite elaborar una tipología de discursos (político, publicitario, didáctico, científico, etc.), muy cercana a la lingüística del texto.

El estudio del discurso como representación social, esto es el discurso como manifestación de las posiciones ideológicas, las relaciones de poder, las caracterizaciones antropológicas (discurso femenino vs. masculino, por ejemplo)

En general todos coinciden en que el discurso es una forma de uso del lenguaje, pero para el estudio especializado del discurso es evidente que es necesaria una definición más completa. En la búsqueda de esa definición tendemos a querer especificar algunos componentes esenciales de ese concepto como: quién usa, cómo, por qué, cuándo se usa el lenguaje. Esta tendencia en la caracterización del discurso, que abarca estos componentes funcionales, nos lleva a concebirlo como un evento comunicativo. O sea, las personas usan el lenguaje para comunicar ideas (o para expresar emociones) y lo hacen como parte de otros eventos sociales más complejos y situaciones específicas. Esto significa que en los eventos comunicativos las personas están haciendo algo más, esto es, algo más, además de usar el lenguaje o comunicar ideas: las personas están interactuando. Con frecuencia para enfatizar el aspecto interaccional del discurso éste se describe como interacción verbal.

En opinión de Van Dijk (1997:2), son precisamente estos tres aspectos: (a) el uso del lenguaje; (b) la comunicación de ideas (cognición) y (c) la interacción en las situaciones sociales, los que constituyen los tres dominios principales del discurso. Diferentes disciplinas están involucradas en el estudio del discurso atendiendo a estas tres dimensiones, tales como:

La lingüística - para el estudio específico del lenguaje y del uso del lenguaje. La psicología - para el estudio de las ideas (del pensamiento) y cómo las ideas son

comunicadas. Las ciencias sociales - para el análisis de la interacción en situaciones sociales.

2 Patrick Charaudeau. Las grandes problemáticas del análisis del discurso. Conferencia ofrecida por el profesor de la Universidad de París XIII en el Centro de Lenguas Extranjeras de la Universidad Nacional Autónoma de México (1996) Publicada en la traducción de María de Lourdes BerruecisV. En la revista Estudios de Lingüística Aplicada. Año 16, Número 27, Julio 1998 (pp. 11-26)

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Refiriéndose a este aspecto Van Dijk (1997) considera que la tarea esencial de los estudios del discurso consiste en garantizar una descripción integrada de las tres dimensiones del discurso:

Cómo el uso del lenguaje influye en las ideas y la interacción o viceversa. Cómo los aspectos de la interacción influyen en la manera en que las personas

realizan emisiones verbales. O cómo las ideas controlan el uso del lenguaje y la interacción.

Los estudios modernos del discurso tienen su nacimiento, más o menos al mismo tiempo, en diversas disciplinas humanísticas y sociales hacia los años '50 - '60. Por supuesto que el texto y el habla habían sido analizados ya antes, por ejemplo, en las investigaciones de corte literario, histórico o en las relacionadas con la comunicación masiva, es más, habría necesariamente que ir más atrás, hacia las investigaciones retóricas que analizaban las propiedades del discurso público. Pero en realidad no fue hasta los años '50 - '60 que tomó forma la idea de una interdisciplina sistemática y explícita para el estudio del discurso.

La antropología sentó las bases de los primeros estudios etnográficos de los eventos comunicativos o modos de hablar en su contexto cultural. Estos estudios enfatizaban que los hablantes de una lengua no sólo conocen su gramática, sino que como miembros de su comunidad cultural poseen una competencia comunicativa mucho más amplia. Ellos comparten los conocimientos culturales sobre las reglas de cómo hablar de manera apropiada, por ejemplo, cómo aconsejar a alguien, cómo contar una historia o cómo participar en debates, discusiones, etc.

Inspirado en el formalismo de los años '20 - '30, el estructuralismo ofreció un amplio marco para los estudios de la narrativa, los mitos, la literatura, el cine y otras prácticas semióticas, primero en Francia, luego en muchas otras partes. Estos enfoques tuvieron una gran influencia no sólo en los estudios estructuralistas de los textos literarios, sino también en otros como, por ejemplo, los de los medios masivos. Estos estudios, sin embargo, carecían del análisis tanto de los procesos cognitivos como de la interacción social y de las estructuras de la sociedad.

Algunos lingüistas, alejados de la corriente generativista, comenzaron a considerar que el estudio del lenguaje consistía en algo más que la concepción formal de gramáticas de oraciones aisladas. Comenzaron a pensar en términos de texto o gramática discursiva. Estos estudios se han focalizado, fundamentalmente: en las relaciones semánticas entre oraciones; en cómo, por ejemplo, los textos son coherentes y cómo la información está distribuida en el texto. Como en el caso de los estudios estructurales, este enfoque lingüístico ignoraba el uso real del lenguaje y por consiguiente las dimensiones sociales del discurso. Pero hay que reconocer que el enfoque de la gramática discursiva estableció conexiones con las ideas del discurso como proceso en psicolingüística y psicología cognitiva.

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Al mismo tiempo emergen la sociolingüística y la pragmática como nuevas direcciones en las investigaciones de la ciencia del lenguaje. Algunas de estas ciencias se centraron en la naturaleza discursiva del uso del lenguaje, los actos del habla y la interacción verbal. Estos estudios no se conformaban con el análisis formal de las estructuras discursivas, sino que enfatizaban la necesidad de estudiar el uso real del lenguaje en sus contextos social y cultural variables.

También a finales de los años '60 un enfoque de la microsociología llamado etnometodología comenzó a centrar la atención en el rico campo de la interacción cotidiana y especialmente en la conversación. Este enfoque se dedicó al estudio de fenómenos aparentemente tan banales como el de los cambios de turno en las conversaciones y qué tipo de interacción social se produce en tales conversaciones. El desarrollo de estos estudios ha tenido una influencia tremenda en otras disciplinas y, de hecho, el análisis conversacional se convierte en un dominio nuclear de la nueva interdisciplina análisis de discurso.

Unos años después, a principios de los '70, e inspirados por planteamientos del aprendizaje y la adquisición de conocimientos, la psicología cognitiva y educacional comenzaron sus exitosos e influyentes estudios sobre los procesos mentales de la comprensión del texto. Especialmente en los marcos de lo que sería denominado más tarde ciencia cognitiva, este desarrollo estuvo estrechamente relacionado con la modelación computadorizada de la comprensión del texto y el estudio del papel del conocimiento en el campo de la inteligencia artificial. Algunos de los trabajos de este enfoque traían consigo elementos integrados de los enfoques de la lingüística del texto.

Independientemente de lo sorprendente que pueda resultar y a pesar de la atención hacia variados fenómenos relevantes para el discurso (como la socialización, la persuasión y las atribuciones), es sólo a finales de los años '80 que la psicología social comienza a ocuparse del problema. Algunos psicólogos, fundamentalmente los ingleses, aunque le conceden una obvia relevancia al discurso en su interacción social y a la construcción de las representaciones sociales, desarrollan su propia psicología discursiva. Partiendo del paradigma cognitivo dominante e inspirados por los principios etnometodológicos enfatizan especialmente los logros interaccionales de fenómenos psicológicos como la comprensión, la explicación, las opiniones y las ideologías .

Lentamente, a lo largo de los años '70 - '80, varias ramas de los estudios de la comunicación fueron testigos de la toma de conciencia sobre lo provechoso del análisis del discurso detallado, por ejemplo, de los mensajes de los medios masivos, así como de la comunicación interpersonal, intercultural o de negocios. Van Dijk (1997) considera que se puede esperar que las coincidencias de intereses entre los estudios de la comunicación y del discurso llevarán en el futuro a una integración o incluso una fusión de esos enfoques de la comunicación y el uso del lenguaje.

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Sin embargo, a pesar de la diversidad en el vasto campo transdisciplinario de los estudios del discurso, a la que hace referencia van Dijk, la ultima década ha sido también testigo de muchos intentos de integración. Para el estudio del aspecto mental del discurso, la ciencia cognitiva ha garantizado un marco unificado para enfoques lingüísticos, cognitivos, neurológicos, lógicos y filosóficos formales. En el aspecto sociocultural la focalización de la interacción social y la conversación requiere de una síntesis y favorece el interés mutuo entre los científicos que trabajan los aspectos pragmáticos, sociolingüísticos, sociológicos y etnográficos.

En realidad muchos científicos siempre han visto el papel que para todas estas ciencias puede desempeñar el discurso en los estudios de la cognición, la interacción, la sociedad, y la cultura como elemento integrador de ambos dominios: el sociocultural y el cognitivo.

Ahora bien, es evidente que, además de brindar descripciones sistemáticas, se espera que el análisis del discurso formule teorías capaces de explicar las complejas relaciones que se establecen entre el uso del lenguaje, las ideas y la interacción. El camino hacia esa teoría integradora, que podría caracterizarse como interdisciplinaria, debe llevar a concebir el análisis del discurso como

una disciplina autónoma capaz de proveer la forma más eficiente de estudiar el lenguaje, analizar la cognición, estudiar la interacción y las estructuras sociales no como cosas diferentes, sino simplemente como diferentes aspectos de una misma y compleja empresa científica: la descripción y explicación del discurso. (Van Dijk, 1997: 29)

Para lingüistas y psicólogos es evidente que el análisis del discurso enfatiza el hecho de que el uso del lenguaje y el pensamiento típica y funcionalmente se manifiestan en la interacción social discursiva. Para los científicos de las ciencias sociales, el análisis del discurso subraya que las instituciones políticas y sociales, las organizaciones, las relaciones grupales, las estructuras, los procesos, las rutinas y otros relevantes fenómenos, deben ser también estudiados en el ámbito de sus manifestaciones, expresiones o actuaciones reales en el discurso como uso del lenguaje, comunicación e interacción .

En la actualidad se delimitan perfectamente los conceptos, en sus inicios difusos, de texto y discurso. Uno de los especialistas que ha establecido una diferenciación clara entre estos conceptos es R. Fowler:

Mirar al lenguaje como texto implica el estudio de unidades completas de comunicación, vistas como estructuras sintácticas y semánticas coherentes que pueden ser habladas o escritas. Simplificando podemos decir que el texto puede ser interpretado como un medio del discurso. <...> El discurso es todo

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el complicado proceso de interacción lingüística entre las personas que emiten y comprenden textos.3

II. Sistema y discurso.

Al abordar la caracterización del discurso se impone el establecimiento de la oposición sistema - discurso. Vemos el discurso como la vía de realización del sistema. Es a través del discurso que el sistema puede cumplir su papel en la función comunicativa. Si observamos las características de cada miembro de la oposición veremos las siguientes relaciones:

DISCURSO SISTEMAEl discurso es material, concreto; se percibe por los órganos de los sentidos: el oído y la vista. Posee unidades concretas: - sonido - variante léxico-semántica/palabra- forma - enunciado - acto de habla

El sistema (de la lengua) contiene unidades abstractas, análogas a las concretas del discurso:- fonema- lexema- oración- estructura textual

El discurso es lineal, es una consecución de unidades léxicas concretas.

El sistema está organizado jerárquicamente por niveles.

El discurso es concreto e irrepetible. El sistema es abstracto y reproducible.El discurso es intencionado y siempre dirigido a un objetivo concreto.

El sistema carece de intención.

El discurso está condicionado por la situación comunicativa.

El sistema es independiente de las condiciones de la comunicación.

El discurso se desenvuelve (ocurre) en el tiempo y el espacio: es dinámico.

Al sistema no les están dadas las categorías de tiempo y espacio.

El discurso es infinito en su decursar dinámico.

El sistema está limitado por conjuntos determinados de componentes estables.

Al ser un fenómeno psicológico, el discurso es subjetivo y arbitrario; es un tipo de actividad creadora del individuo como ente social.

El sistema es objetivo y obligatorio; es un resultado de la actividad social, por tanto, es un patrimonio de colectivos lingüísticos sociales.

El discurso admite algunos elementos de lo casual y no estructurado.

El sistema está constituido por rasgos constantes de sus unidades y por las relaciones entre ellas.

El discurso refleja la experiencia del El sistema fija en su estructura la

3 R. Fowler. Linguistic Criticism. Oxford: O.U.P. 1986. p. p. 85 - 86

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individuo como ente social. experiencia colectiva socializada.

Para detallar algo más nuestra caracterización del discurso acudimos a los rasgos distintivos que propone R. Reichman:4

Está constituido por una serie de unidades con una función determinada en su desarrollo.

Las locuciones se generan e interpretan partiendo de su relación funcional con unidades discursivas anteriores;

Su producción fluida descansa en la identificación de dichas relaciones funcionales.

Las unidades superiores pueden ser constituyentes discursivos independientes o pueden depender de otras unidades aún mayores.

La correcta interpretación de una locución requiere la identificación del contexto discursivo relevante para la misma.

La comprensión del significado definitivo de las locuciones de un hablante depende en parte de la importancia que se haya concedido a los diversos elementos mencionados por el hablante. (Pensamos que es mejor hablar del valor concedido por el interlocutor a los rasgos intencionales aportados por el hablante)

La interpretación del discurso está marcada por el foco de atención del emisor. Las expectativas discursivas, que permiten a los hablantes predecir ciertas

clases de locuciones partiendo de locuciones previas, es uno de los mecanismos que facilitan la interpretación focal.

Como hemos podido observar, tanto el discurso hablado como el escrito, está marcado por una serie de factores externos al propio lenguaje utilizado que lo condicionan y que tienen que ver con la manera en que se realiza la actividad discursiva y que están relacionados con características que ya hemos visto como son: el carácter concreto, la subjetividad, el carácter individual y el condicionamiento situacional del discurso.

El discurso puede ser caracterizado desde el punto de vista de las condiciones psicológicas del emisor, sus tareas comunicativa y sus relaciones con el interlocutor.

El carácter individual hace que en diferentes condiciones comunicativas el discurso puede ser: familiar, oficial, respetuoso, formal, despectivo, etc. Este mismo carácter conduce a la existencia de variaciones con respecto a lo establecido por el sistema. Son precisamente estas variaciones las fuentes para los cambios lingüísticos, cambios

4 R. Reichman. Getting Computers to Talk like You and Me. Cambridge, Massachusetts. The M.I.T. Press. 1985 p.p. 31 - 32

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que tienen lugar cuando las variaciones se convierten en experiencia colectiva. Recordemos que refiriéndose a este aspecto F. de Saussure afirmaba que:

La lengua es al mismo tiempo un instrumento y un producto del habla.5

III. Los actos de habla como unidades del discurso.

Como toda actividad social, el discurso es consciente y está orientado hacia un objetivo, o sea, tiene un contenido intencional. Ese contenido intencional se expresa en enunciados que a su vez están integrados por actos de habla. Los actos de habla se consideran unidades dinámicas de discurso.

La realización del acto de habla está condicionada, como mínimo, por los siguientes factores:

El sujeto y el destinatario (emisor y receptor; enunciador y enunciatario) que poseen un fondo cultural general común.

Las condiciones de realización de la actividad discursiva. El fragmento de la realidad sobre el cual se hace la comunicación.

Estos factores constituyen el lado pragmático del discurso y se relacionan con los usuarios del lenguaje, con sus intenciones comunicativas, con el carácter contextual y referencial del discurso.

Con frecuencia la dirección informativa de los actos de habla se hace más compleja gracias a los intereses comunicativos de los participantes en la comunicación. En ocasiones esos intereses comunicativos (intenciones comunicativas) pueden ser abiertos y constituir objetivos explícitos de los actos comunicativos:

Te ruego que tengas cuidado.

Otras intenciones comunicativas pueden ser veladas y constituir objetivos indirectos, implícitos:

Si te veo otra vez con esa gente...

Pueden quedarse veladas intenciones comunicativas como la amenaza, la mentira, la adulación, etc. Nadie construye un acto comunicativo con intención explícita de mentir: Te voy a mentir...

5 F. de Saussure. Curso de lingüística general. Ed. Ciencias Sociales, La Habana, 1973

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El acto de habla se considera directo si manifiesta de forma explícita la intensión comunicativa (Abran, por favor la ventana. Hace mucho calor) y se considera indirecto cuando la intención comunicativa está implícita. (Mirando las ventanas cerradas: ¿Ustedes no tienen calor?)

Sabemos que hay objetivos comunicativos que pueden alcanzarse sin necesidad de hacer discurso verbal. Nos referimos al uso del lenguaje no verbal (gestual) en el que están presente gestos que se usan para invitar a alguien a pasar y sentarse; para pedir que se haga silencio; para amenazar, etc. Esos medios se consideran paralingüísticos.

Otros objetivos sólo se alcanzan a través del discurso verbal: la promesa; la felicitación; el juramento; la valoración, etc. En estos casos el discurso se equipara a la acción, al hacer. Como pueden observar existen diferentes tipos de actos de habla. Las dos taxonomías más difundidas, aunque no las únicas, son las de Austin, J.L. y Searle, J.6

La primera distinción que Austin, J. L. propone considerar que los actos de comunicación, vistos como actos de habla, consisten de tres aspectos: el emisor dice algo; el emisor señala una intención en el acto de habla y el acto de habla causa un efecto en el receptor o en los participantes. Sobre la base del análisis de estos aspectos Austin establece en su taxonomía que los actos de habla pueden ser analizados como:

actos locucionarios, actos ilocucionarios, actos perlocucionarios.

Define los actos locucionarios como la enunciación de ciertos ruidos, la enunciación de ciertas palabras en ciertas construcciones y la enunciación de ellas con cierto significado, en el sentido filosófico de esa palabra, esto es, con cierto sentido y cierta referencia. (Austin, J.L. 1962: 94) Diríamos que el acto locucionario es el contenido proposicional de la enunciación.

6 Austin, J. L., en su libro How to Do Things with Words. Oxford: Clarendon Press. 1962, realiza una primera aproximación, dentro de la filosofía del lenguaje, a la teoría de los actos de habla. Sienta las bases de todas las aproximaciones posteriores.Searle, J., en su trabajo Speech Acts. Cambridge:C.U.P., 1969, continúa las primeras aproximaciones de Austin (1962). Este autor enfoca la definición y tipología de los actos de habla de forma muy sistemática, fijando al mismo tiempo la existencia de las condiciones óptimas de su realización.

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El acto perlocucionario es aquel que actúa sobre el interlocutor logrando que crea que algo es como se dice; persuadiendo a alguien a hacer algo; promoviendo en alguien un estado de ánimo; consolando a alguien en su pena, etc. 7

El acto ilocucionario expresa el contenido intencional del hacer discursivo, opuesto al contenido proposicional (locución) y al efecto proyectado o causado en los interlocutores (perlocución) y manifestado en el nivel de la oración como estructura sintáctica.8

En los estudios posteriores son los actos ilocucionarios los que han merecido una mayor atención. Han sido y siguen siendo muchos los intentos por crear una tipología eficaz.El primer modelo de análisis que podemos resumir pertenece al propio J. L. Austin (Op.Cit. Cap. XII). Este autor distinguió los actos ilocucionarios atendiendo a la fuerza ilocucionaria9 asociada con cada clase y relacionó determinados verbos con cada tipo. Su taxonomía incluye:

Actos veredictivos ("verdictives"). Son actos en los que se expresa una idea con respecto a un hecho o un valor sobre el que es muy difícil tener una seguridad absoluta. Esto significa que podrían incluir desde un veredicto en un juicio hasta una apreciación de algún hecho concreto. Entre los verbos que según Austin podrían utilizarse para ejecutar este tipo de acto están: disponer, interpretar, describir, alegar, pedir, recomendar, suplicar, aconsejar, orientar, etc.

Actos ejercitivos o de ejecución ("exercitives"). Son los actos que sirven para ejecutar un poder, un derecho o una influencia. Hay que señalar que, en este caso, no se trata de establecer ningún juicio de valor, como en el caso de los veredictivos, sino de la puesta en práctica de la autoridad. Entre los verbos se podrían citar: señalar, nombrar, votar, nominar, declarar, cerrar, declarar abierto, anunciar, prevenir, proclamar, etc.

Actos de compromiso ("commissives"). Estos actos se caracterizan porque en ellos media una promesa o la asunción de una responsabilidad por parte del emisor, incluyendo en ellos declaraciones o intenciones. Por tanto, podríamos decir que se trata de un acto por medio del cual el emisor se compromete con algo o alguien. Como ejemplo de unidades verbales que participan en estos actos se pueden citar: prometer, pretender, hacer votos, comprometerse, contratar, garantizar, abrazar, jurar, etc.

7 Lyons, J. Semantics (2vols.), Cambridge: C.U.P, 1977 p.730. La definición de Lyons está ligeramente modificada por la autora (A.C.) 8 Caballero, L. Ilocuciones valorativas. En: El verbo español. Aspectos morfosintácticos, sociolingüísticos y léxico-genéticos. Vervuert. Iberoamericana, 1996. p.939 Convenimos en que la fuerza ilocucionaria de una locución está tanto en la intención que haya podido tener el emisor al producirla, como en la interpretación que los receptores hagan de ella. Considerar que la fuerza ilocucionaria se encierra sólo en la intención del emisor sería ubicarnos en la utilización de un código cerrado que nos alejaría totalmente de la función del lenguaje como medio de comunicación social.

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Actos de comportamiento (“behaviotives”). Estos actos se relacionan con actitudes y comportamientos sociales, en el sentido de que expresan una reacción a la forma de proceder de otras personas o una actitud ante la conducta de otra persona. Entre los verbos utilizados para estos actos de habla encontramos: agradecer, disculparse, dar gracias, compadecerse, congratularse, dar la bienvenida, deplorar, criticar, aplaudir, felicitar, bendecir, brindar, maldecir; atreverse, protestar, desafiar, retar, etc.

Actos expositivos ("expositives"). Sirven para expresar de forma patente cómo nuestra contribución al discurso encaja en el mismo. Austin señala que se corre el riesgo de entenderlos más como cualquiera de los otros tipos de actos ilocucionarios que en un grupo aparte. Entre los verbos de este tipo de acto se encuentran: negar, mencionar, responder, afirmar, enfatizar, informar, aceptar, objetar, admitir, clasificar, identificar, llamar, etc.

La segunda taxonomía de actos de habla le corresponde a John Searle. Como continuador de los estudios de Austin, Searle utiliza básicamente el mismo modelo de análisis, desarrollándolo en una segunda fase de manera más razonada y metódica. La tipología de Searle incluye:

Actos representativos ("assertive")10 La función de estos actos es la de representar un estado de cosas, pasadas, presentes, futuras o hipotéticas. Incluye la mayoría de las clases de actos expositivos y veredictivos de Austin.

Actos directivos ("directive"). Son utilizados para lograr que el receptor haga algo que pide el emisor. Actos de ejecución para Austin.

Actos de compromiso ("commissive"). Que como su nombre lo indica comprometen al oyente a realizar algo. Son los de compromiso para Austin.

Actos expresivos ("expressives"). Son los actos ilocucionarios que expresan solamente el estado psicológico del emisor. Actos de comportamiento para Austin.

Actos declarativos ("declarations"). Sirven para realizar el estado de cosas que se expresan en el mismo acto. Coinciden con los de ejecución de Austin.

En nuestro país y como parte de los estudios semánticos que se realizan en la Facultad de Lenguas Extranjeras de la Universidad de la Habana el Dr. Leandro Caballero Díaz en su monografía inédita Semiótica y Diccionario (1996) abordó la caracterización de los actos de habla valorativos. La valoración es analizada como una macrocategoría modal subordinada al dicto (decir – ser o ser gestado por el decir). El significado valorativo de las unidades posee una estructura dimensional. Hemos definido la dimensión como cada una de las magnitudes semánticas fundamentales del contenido de las unidades léxicas. Esas magnitudes se delimitan por los conjuntos de tipos, clases, atributos y rasgos inherentes al significado.11

10 En los primeros trabajos Searle usa el término "representative" (representativo) para denominar este tipo de acto. Posteriormente usa siempre el término "assertive" (asertivo). 11 A. Curbeira Cancela. La descripción dimensional: un procedimiento de análisis del significado valorativo. 1999

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Las dimensiones que se establecen en el análisis de la semántica valorativa son:

La dimensión modal La dimensión ilocutiva La dimensión referencial La dimensión gramatical.

Nos detendremos en las dimensiones modal e ilocutiva por constituir una unidad dialéctica en el análisis de la intención comunicativa del sujeto valorardor.

El contenido modal de la semántica valorativa está constituido por la posición psicológica que asume el agente de la valoración con respecto a lo que dice. Esa posición tiene, por una parte, una caracterización axilógica que la define como: positiva, ambivalente, ambigua y negativa. Por otra parte, al caracterizar la dimensión modal y fijar los valores modales, apelando a la actantificación de la semántica valorativa se establecen los atributos modales que caracterizan al agente valorador, entre los que se encuentran, por ejemplo, los de: apreciador, evaluador, jerarquizador, aprobador, desaprobador, manipulador, controlador; pudiendo asumir una posición flexible, inflexible, reflexiva, irreflexiva, tolerante, intolerante, problemática y categórica.

En la semántica valorativa de las unidades lingüísticas se evidencia un incuestionable componente intencional discursivo que hace posible el establecimiento de la dimensión ilocutiva.

Proponemos interpretar la ilocución como el contenido intencional ubicado en la fase noética de la conformación de la estrategia discursiva que se manifiesta en la fase semiótica de la realización de la estrategia comunicativa a través de una estructura sintagmática de diverso orden (A. Curbeira, 1999)

En la valoración el contenido semántico ilocutivo refleja la manera en que el objeto de la valoración es intencionalmente considerado. La dimensión ilocutiva de la semántica valorativa puede quedar reflejada en unidades discursivas (actos de habla) o en unidades sistémico- discursivas (lexemas y sus variantes léxico-semánticas y locuciones).

Los actos de habla ilocutivos de semántica valorativa fueron definidos y clasificados por L. Caballero12. Por acto de habla valorativo Caballero entiende

la expresión en la oración de la actitud del sujeto del discurso valorativo (modalidad del acto) ante el objeto (referente), que es intencionalmente considerado (estrategia comunicativa e ilocución), y ubicado en una escala de

12 L. Caballero Díaz. Ilocuciones valorativas. En: Gerd Wotjak (ed.) El Verbo español. Aspectos morfosintácticos, sociolingüísticos y lexicogenéticos. Vervuert. Iberoamericana 1996

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valores gramaticales y semánticos lingüísticamente estructurada (contenido constructivo y procedimiento).

Siguiendo el criterio de la especificidad de los propósitos y los rasgos pragmáticos contextuales Caballero clasifica los actos en lo que constituye las hipocategorías de la valoración en la dimensión ilocutiva:

Actos de habla jerarquizadores. Actos de habla apreciativos Actos de habla evaluativos

Compare: 1. Es el primero en el escalafón.

Primero expresa una valoración que ubica al objeto valorado (desde el punto de vista ilocutivo) en una escala de valores consecutivos con varios elementos (múltiples): interpretamos que si hay un primero es gracias a que hay un segundo, tercero, etc. con lo que se establece una jerarquización. 2. Es una actitud deshonesta.Deshonesta implica la existencia de una escala de valores con carácter no institucional, no definitorio y no trascendente, basada en normas individuales socializadas que condicionan una apreciación.

3. Obtuvo excelente en la prueba final.

Excelente implica el contenido ilocutivo de una escala cuantitativa previamente establecida de carácter institucional, definitorio y trascendente que condiciona una evaluación.

La clasificación de los actos de habla en esas tres hipocategorías tiene un segundo nivel en las infracategorías que particularizan los tipos de valoración en la dimensión ilocutiva. Esta tipificación de las hipocategorías valorativas puede ser representada esquemáticamente de la siguiente forma:

cualitativa calificativa cuantitativa

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aprobatoria normativa Evaluación simple desaprobatoria

prescriptiva

dictaminatoria

analítica

veredictiva

ético-psicológica práctica Por el contenido intelectiva de los rasgos de estética dominio impresiva (sensorial) físico-fisiológica ideológica Apreciación problemática Por el carácter de la conclusión categórica

opositiva binaria

Ordenadora consecutiva múltiple Jerarquización de superioridad comparativa explícita de igualdad de inferioridad Singularizadora

Son precisamente las dimensiones modal e ilocutiva las que reflejan en la semántica discursiva de la valoración los rasgos que caracterizan la actitud del sujeto (agente) de la valoración ante el objeto. El objeto y sus rasgos son ampliamente considerados en el estudio de la dimensión referencial, a la que por razones de tiempo y espacio no

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nos referiremos en esta ocasión. Por la misma causa no abordaremos aquí los aspectos referidos a la dimensión gramatical.

Las condiciones del discurso:

Una de las conclusiones básicas a las que llegó Austin en su estudio de los actos del habla estuvo relacionada con la necesidad de que para que los actos se realizaran de forma óptima se requería el cumplimiento previo de unas condiciones que él denominó condiciones de felicidad ("felicity conditions"), otros autores posteriormente las han denominado condiciones de conveniencia (appropriatness conditions), considerando que el término usado por Austin está más en consonancia con los estudios filosóficos. Estas condiciones fueron cuidadosamente analizadas por Searle, quien las dividió en tres grandes grupos13:

Condiciones preparatorias ("preparatory conditions"), según las cuales la persona que realiza el acto debe tener el derecho o la autoridad de hacerlo y, además, la ocasión debe ser propicia para ello. No se cumplen las condiciones preparatorias, por ejemplo, para un acto de habla en que el estudiante otorgue una calificación a su profesor por los conocimientos demostrados en la clase o en un acto de habla en que el paciente haga un diagnóstico a su médico. Estas son condiciones típicas de los actos de habla de valoración evaluativa en los que el agente valorador debe tener un status social que lo acredite como facultado para evaluar y en los que sí se cumplen las condiciones preparatorias.

Condiciones de sinceridad ("sincerity conditions"). De acuerdo con esta condición, la persona que realiza un acto ilocucionario sin cumplirla, lo hace en contra de sus creencias y/o sentimientos. De no cumplir esta condición, el emisor podría estar mintiendo, cometiendo prevaricación o perjurio. Estas condiciones se manifiestan en la dimensión modal de la semántica de los actos de habla valorativos a través de los atributos modales del agente valorador: reflexivo – irreflexivo y puede ubicarse en la dimensión ilocutiva tanto en una evaluación normativa simple o analítica, como en una apreciación relacionada con diferentes dominios. Estas condiciones están directamente relacionadas con la categoría semántica modal de lealtad: emisor veraz – no veraz o sincero / no sincero.

Condiciones esenciales ("essential conditions"). Por medio de estas condiciones el emisor, al realizar un acto de habla, está condicionado por una serie de creencias o intenciones previas a éste. Por ejemplo, si un emisor hace dos afirmaciones contradictorias entre sí, no se cumpliría la condición esencial, ya que deberá creer en una o en otra afirmación. También en este caso las condiciones se manifiestan en la dimensión modal de la categoría de la valoración en su aspecto atributivo, en el que el sujeto valorador evidencia su

13 En el análisis de las condiciones se han incluido algunas consideraciones con respecto a su relación con las categorías semánticas modales para completar la propuesta de Searle, quien no las tuvo en cuenta.

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posición problemática o categórica, teniendo como punto de apoyo, en el ejemplo que ofrecemos, la percepción sensorial, lo que en la dimensión ilocutiva equivale a una apreciación.

Comp.: Parece que va a llover mucho - El cielo está despejado, no lloverá.

Otra categoría modal que se manifiesta en estas condiciones es, entre otras, la de certidumbre. En el primer ejemplo estamos ante un emisor que asume una posición modal que lo caracteriza como inseguro, mientras que en el segundo ejemplo, el enunciador posee el atributo modal de seguro.

Estas condiciones han servido de base para los estudios del discurso conversacional en los que se han determinado las normas que rigen ese tipo de discurso a través del establecimiento de normas principios y máximas conversacionales.

Referencias:

Austin, J. L. How to Do Things with Words. Oxford: Clarendon Press. 1962 Caballero, L. Ilocuciones valorativas. En: El verbo español. Aspectos

morfosintácticos, sociolingüísticos y léxico–genéticos. Vervuert. Iberoamericana, Red. G. Wotjak, 1996.

Charaudeau, P. Las grandes problemáticas del análisis del discurso. En: Revista Estudios de Lingüística Aplicada. Año 16, Número 27, Julio 1998

de Saussure, F. Curso de lingüística general. Ed. Ciencias Sociales, La Habana, 1973

Van Dijk T.A.. The Study of Discourse. In: Discourse as Structure and Process. Sage, London, 1997, (p.1)

Fowler, R. Linguistic Criticism. Oxford: O.U.P. 1986. Lyons, J. Semantics (2vols.), Cambridge: C.U.P, 1977 Reichman R.. Getting Computers to Talk like You and Me. Cambridge,

Massachusetts. The M.I.T. Press. 1985 Searle, J. Speech Acts. Cambridge: C.U.P., 1969,

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