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PRUEBA PAU: ANTOLOGÍA LITERARIA Lírica : “Lo fatal” de Rubén Darío, “El mañana efímero” de Antonio Machado y “Elegía a Ramón Sijé” de Miguel Hernández Narrativa : fragmento de Ángela Vicario (páginas 108-110 de la edición de Debolsillo) de Crónica de una muerte anunciada de Gabriel García Márquez y Es que somos muy pobres, cuento de Juan Rulfo. Teatro : escena final de La casa de Bernarda Alba de Federico García Lorca, escena 12ª de Luces de bohemia (fragmento del esperpento) de Valle-Inclán y escena final, protagonizada por Fernando hijo y Carmina hija, de Historia de una escalera de Buero Vallejo. Literatura canaria : “Un día habrá una isla” de Pedro García Cabrera, “Me busco y no me encuentro” de Josefina de la Torre, “Aguafuerte” de Agustín Millares y “La chabola” de Pedro Lezcano.

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  • PRUEBA PAU: ANTOLOGA LITERARIA

    Lrica: Lo fatal de Rubn Daro, El maana efmero de Antonio Machado y Elega a Ramn Sij de Miguel Hernndez

    Narrativa: fragmento de ngela Vicario (pginas 108-110 de la edicin de Debolsillo) de Crnica de una muerte anunciada de Gabriel Garca Mrquez y Es que somos muy pobres, cuento de Juan Rulfo.

    Teatro: escena final de La casa de Bernarda Alba de Federico Garca Lorca, escena 12 de Luces de bohemia (fragmento del esperpento) de Valle-Incln y escena final, protagonizada por Fernando hijo y Carmina hija, de Historia de una escalera de Buero Vallejo.

    Literatura canaria: Un da habr una isla de Pedro Garca Cabrera, Me busco y no me encuentro de Josefina de la Torre, Aguafuerte de Agustn Millares y La chabola de Pedro Lezcano.

  • RUBN DARO

    Lo fatal

    A Ren Prez

    Dichoso el rbol que es apenas sensitivo,

    y ms la piedra dura, porque esa ya no siente,

    pues no hay dolor ms grande que el dolor de ser vivo,

    ni mayor pesadumbre que la vida consciente.

    Ser, y no saber nada, y ser sin rumbo cierto,

    y el temor de haber sido y un futuro terror

    Y el espanto seguro de estar maana muerto,

    y sufrir por la vida y por la sombra y por

    lo que no conocemos y apenas sospechamos,

    y la carne que tienta con sus frescos racimos,

    y la tumba que aguarda con sus fnebres ramos,

    y no saber adnde vamos,

    ni de dnde venimos!...

    De Cantos de vida y esperanza

  • ANTONIO MACHADO

    CXXXV

    El maana efmero

    La Espaa de charanga y pandereta, cerrado y sacrista, devota de Frascuelo y de Mara, de espritu burln y de alma quieta, ha de tener su mrmol y su da, su infalible maana y su poeta. El vano ayer engendrar un maana vaco y por ventura! pasajero. Ser un joven lechuzo y tarambana, un sayn con hechuras de bolero, a la moda de Francia realista un poco al uso de Pars pagano y al estilo de Espaa especialista en el vicio al alcance de la mano. Esa Espaa inferior que ora y bosteza, vieja y tahr, zaragatera y triste; esa Espaa inferior que ora y embiste, cuando se digna usar de la cabeza, an tendr luengo parto de varones amantes de sagradas tradiciones y de sagradas formas y maneras; florecern las barbas apostlicas, y otras calvas en otras calaveras brillarn, venerables y catlicas. El vano ayer engendrar un maana vaco y por ventura! pasajero, la sombra de un lechuzo tarambana, de un sayn con hechuras de bolero; el vacuo ayer dar un maana huero. Como la nusea de un borracho ahto de vino malo, un rojo sol corona de heces turbias las cumbres de granito; hay un maana estomagante escrito en la tarde pragmtica y dulzona. Mas otra Espaa nace, la Espaa del cincel y de la maza, con esa eterna juventud que se hace del pasado macizo de la raza. Una Espaa implacable y redentora, Espaa que alborea con un hacha en la mano vengadora, Espaa de la rabia y de la idea.

    De Campos de Castilla

  • MIGUEL HERNNDEZ

    Elega a Ramn Sij

    (En Orihuela, su pueblo y el mo, se me ha muerto como el rayo Ramn Sij, con quien tanto quera.)

    Yo quiero ser llorando el hortelano de la tierra que ocupas y estercolas, compaero del alma, tan temprano.

    Alimentando lluvias, caracolas y rganos mi dolor sin instrumento, a las desalentadas amapolas

    dar tu corazn por alimento. Tanto dolor se agrupa en mi costado, que por doler me duele hasta el aliento.

    Un manotazo duro, un golpe helado, un hachazo invisible y homicida, un empujn brutal te ha derribado.

    No hay extensin ms grande que mi herida, lloro mi desventura y sus conjuntos y siento ms tu muerte que mi vida.

    Ando sobre rastrojos de difuntos, y sin calor de nadie y sin consuelo voy de mi corazn a mis asuntos.

    Temprano levant la muerte el vuelo, temprano madrug la madrugada, temprano ests rodando por el suelo.

    No perdono a la muerte enamorada, no perdono a la vida desatenta, no perdono a la tierra ni a la nada.

    En mis manos levanto una tormenta de piedras, rayos y hachas estridentes sedienta de catstrofes y hambrienta.

    Quiero escarbar la tierra con los dientes, quiero apartar la tierra parte a parte a dentelladas secas y calientes.

    Quiero minar la tierra hasta encontrarte y besarte la noble calavera y desamordazarte y regresarte.

    Volvers a mi huerto y a mi higuera: por los altos andamios de las flores pajarear tu alma colmenera

    de angelicales ceras y labores. Volvers al arrullo de las rejas de los enamorados labradores.

  • Alegrars la sombra de mis cejas, y tu sangre se ir a cada lado disputando tu novia y las abejas.

    Tu corazn, ya terciopelo ajado, llama a un campo de almendras espumosas mi avariciosa voz de enamorado.

    A las aladas almas de las rosas del almendro de nata te requiero, que tenemos que hablar de muchas cosas, compaero del alma, compaero.

    (10 de enero de 1936)

    De El rayo que no cesa

  • JUAN RULFO

    Es que somos muy pobres

    Aqu todo va de mal en peor. La semana pasada se muri mi ta Jacinta, y el sbado, cuando ya la habamos enterrado y comenzaba a bajrsenos la tristeza, comenz a llover como nunca. A mi pap eso le dio coraje, porque toda la cosecha de cebada estaba asolendose en el solar. Y el aguacero lleg de repente, en grandes olas de agua, sin darnos tiempo ni siquiera a esconder aunque fuera un manojo; lo nico que pudimos hacer, todos los de mi casa, fue estarnos arrimados debajo del tejabn, viendo cmo el agua fra que caa del cielo quemaba aquella cebada amarilla tan recin cortada.

    Y apenas ayer, cuando mi hermana Tacha acababa de cumplir doce aos, supimos que la vaca que mi pap le regal para el da de su santo se la haba llevado el ro

    El ro comenz a crecer hace tres noches, a eso de la madrugada. Yo estaba muy dormido y, sin embargo, el estruendo que traa el ro al arrastrarse me hizo despertar en seguida y pegar el brinco de la cama con mi cobija en la mano, como si hubiera credo que se estaba derrumbando el techo de mi casa. Pero despus me volv a dormir, porque reconoc el sonido del ro y porque ese sonido se fue haciendo igual hasta traerme otra vez el sueo.

    Cuando me levant, la maana estaba llena de nublazones y pareca que haba seguido lloviendo sin parar. Se notaba en que el ruido del ro era ms fuerte y se oa ms cerca. Se ola, como se huele una quemazn, el olor a podrido del agua revuelta.

    A la hora en que me fui a asomar, el ro ya haba perdido sus orillas. Iba subiendo poco a poco por la calle real, y estaba metindose a toda prisa en la casa de esa mujer que le dicen la Tambora. El chapaleo del agua se oa al entrar por el corral y al salir en grandes chorros por la puerta. La Tambora iba y vena caminando por lo que era ya un pedazo de ro, echando a la calle sus gallinas para que se fueran a esconder a algn lugar donde no les llegara la corriente.

    Y por el otro lado, por donde est el recodo, el ro se deba de haber llevado, quin sabe desde cundo, el tamarindo que estaba en el solar de mi ta Jacinta, porque ahora ya no se ve ningn tamarindo. Era el nico que haba en el pueblo, y por eso noms la gente se da cuenta de que la creciente esta que vemos es la ms grande de todas las que ha bajado el ro en muchos aos.

    Mi hermana y yo volvimos a ir por la tarde a mirar aquel amontonadero de agua que cada vez se hace ms espesa y oscura y que pasa ya muy por encima de donde debe estar el puente. All nos estuvimos horas y horas sin cansarnos viendo la cosa aquella. Despus nos subimos por la barranca, porque queramos or bien lo que deca la gente, pues abajo, junto al ro, hay un gran ruidazal y slo se ven las bocas de muchos que se abren y se cierran y como que quieren decir algo; pero no se oye nada. Por eso nos subimos por la barranca, donde tambin hay gente mirando el ro y contando los perjuicios que ha hecho. All fue donde supimos que el ro se haba llevado a la Serpentina, la vaca esa que era de mi hermana Tacha porque mi pap se la regal para el da de su cumpleaos y que tena una oreja blanca y otra colorada y muy bonitos ojos.

    No acabo de saber por qu se le ocurrira a la Serpentina pasar el ro este, cuando saba que no era el mismo ro que ella conoca de a diario. La Serpentina nunca fue tan atarantada. Lo ms seguro es que ha de haber venido dormida para dejarse matar as noms por noms. A m muchas veces me toc despertarla cuando le abra la puerta del corral, porque si no, de su cuenta, all se hubiera estado el da entero con los ojos cerrados, bien quieta y suspirando, como se oye suspirar a las vacas cuando duermen.

    Y aqu ha de haber sucedido eso de que se durmi. Tal vez se le ocurri despertar al sentir que el agua pesada le golpeaba las costillas. Tal vez entonces se asust y trat de regresar; pero al

  • volverse se encontr entreverada y acalambrada entre aquella agua negra y dura como tierra corrediza. Tal vez bram pidiendo que le ayudaran. Bram como slo Dios sabe cmo.

    Yo le pregunt a un seor que vio cuando la arrastraba el ro si no haba visto tambin al becerrito que andaba con ella. Pero el hombre dijo que no saba si lo haba visto. Slo dijo que la vaca manchada pas patas arriba muy cerquita de donde l estaba y que all dio una voltereta y luego no volvi a ver ni los cuernos ni las patas ni ninguna seal de vaca. Por el ro rodaban muchos troncos de rboles con todo y races y l estaba muy ocupado en sacar lea, de modo que no poda fijarse si eran animales o troncos los que arrastraba.

    Noms por eso, no sabemos si el becerro est vivo, o si se fue detrs de su madre ro abajo. Si as fue, que Dios los ampare a los dos.

    La apuracin que tienen en mi casa es lo que pueda suceder el da de maana, ahora que mi hermana Tacha se qued sin nada. Porque mi pap con muchos trabajos haba conseguido a la Serpentina, desde que era una vaquilla, para drsela a mi hermana, con el fin de que ella tuviera un capitalito y no se fuera a ir de piruja como lo hicieron mis otras dos hermanas, las ms grandes.

    Segn mi pap, ellas se haban echado a perder porque ramos muy pobres en mi casa y ellas eran muy retobadas. Desde chiquillas ya eran rezongonas. Y tan luego que crecieron les dio por andar con hombres de lo peor, que les ensearon cosas malas. Ellas aprendieron pronto y entendan muy bien los chiflidos, cuando las llamaban a altas horas de la noche. Despus salan hasta de da. Iban cada rato por agua al ro y a veces, cuando uno menos se lo esperaba, all estaban en el corral, revolcndose en el suelo, cada una con un hombre trepado encima.

    Entonces mi pap las corri a las dos. Primero les aguant todo lo que pudo; pero ms tarde ya no pudo aguantarlas ms y les dio carrera para la calle. Ellas se fueron para Ayutla o no s para dnde; pero andan de pirujas.

    Por eso le entra la mortificacin a mi pap, ahora por la Tacha, que no quiere vaya a resultar como sus otras dos hermanas, al sentir que se qued muy pobre viendo la falta de su vaca, viendo que ya no va a tener con qu entretenerse mientras le da por crecer y pueda casarse con un hombre bueno, que la pueda querer para siempre. Y eso ahora va a estar difcil. Con la vaca era distinto, pues no hubiera faltado quin se hiciera el nimo de casarse con ella, slo por llevarse tambin aquella vaca tan bonita.

    La nica esperanza que nos queda es que el becerro est todava vivo. Ojal no se le haya ocurrido pasar el ro detrs de su madre. Porque si as fue, mi hermana Tacha est tantito as de retirado de hacerse piruja. Y mi mam no quiere eso para ella.

    Mi mam no sabe por qu Dios la ha castigado tanto al darle unas hijas de ese modo, cuando en su familia, desde su abuela para ac, nunca ha habido gente mala. Todos fueron criados en el temor de Dios y eran muy obedientes y no le cometan irreverencias a nadie. Todos fueron por el estilo. Quin sabe de dnde les vendra a ese par de hijas suyas aquel mal ejemplo. Ella no se acuerda. Le da vueltas a todos sus recuerdos y no ve claro dnde estuvo su mal o el pecado de nacerle una hija tras otra con la misma mala costumbre. No se acuerda. Y cada vez que piensa en ellas, llora y dice: "Que Dios las ampare a las dos."

    Pero mi pap alega que aquello ya no tiene remedio. La peligrosa es la que queda aqu, la Tacha, que va como palo de ocote crece y crece y que ya tiene unos comienzos de senos que prometen ser como los de sus hermanas: puntiagudos y altos y medio alborotados para llamar la atencin.

    -S -dice-, le llenar los ojos a cualquiera dondequiera que la vean. Y acabar mal; como que estoy viendo que acabar mal.

  • sa es la mortificacin de mi pap.

    Y Tacha llora al sentir que su vaca no volver porque se la ha matado el ro. Est aqu, a mi lado, con su vestido color de rosa, mirando el ro desde la barranca y sin dejar de llorar. Por su cara corren chorretes de agua sucia como si el ro se hubiera metido dentro de ella.

    Yo la abrazo tratando de consolarla, pero ella no entiende. Llora con ms ganas. De su boca sale un ruido semejante al que se arrastra por las orillas del ro, que la hace temblar y sacudirse todita, y, mientras, la creciente sigue subiendo. El sabor a podrido que viene de all salpica la cara mojada de Tacha y los dos pechitos de ella se mueven de arriba abajo, sin parar, como si de repente comenzaran a hincharse para empezar a trabajar por su perdicin.

    De El llano en llamas

  • GABRIEL GARCA MRQUEZ

    Duea por primera vez de su destino, ngela Vicario descubri entonces que el odio y el amor son pasiones recprocas. Cuantas ms cartas mandaba, ms encenda las brasas de su fiebre, pero ms calentaba tambin el rencor feliz que senta contra su madre. Se me revolvan las tripas de slo verla -me dijo-, pero no poda verla sin acordarme de l.

    Su vida de casada devuelta segua siendo tan simple como la de soltera, siempre bordando a mquina con sus amigas como antes hizo tulipanes de trapo y pjaros de papel, pero cuando su madre se acostaba permaneca en el cuarto escribiendo cartas sin porvenir hasta la madrugada. Se volvi lcida, imperiosa, maestra de su albedro, y volvi a ser virgen slo para l, y no reconoci otra autoridad que la suya ni ms servidumbre que la de su obsesin.

    Escribi una carta semanal durante media vida. A veces no se me ocurra qu decir -me dijo muerta de risa-, pero me bastaba con saber que l las estaba recibiendo. Al principio fueron esquelas de compromiso, despus fueron papelitos de amante furtiva, billetes perfumados de novia fugaz, memoriales de negocios, documentos de amor, y por ltimo fueron las cartas indignas de una esposa abandonada que se inventaba enfermedades crueles para obligarlo a volver. Una noche de buen humor se le derram el tintero sobre la carta terminada, y en vez de romperla le agreg una posdata: En prueba de mi amor te envo mis lgrimas. En ocasiones, cansada de llorar, se burlaba de su propia locura. Seis veces cambiaron la empleada del correo, y seis veces consigui su complicidad. Lo nico que no se le ocurri fue renunciar. Sin embargo, l pareca insensible a su delirio: era como escribirle a nadie.

    Una madrugada de vientos, por el ao dcimo, la despert la certidumbre de que l estaba desnudo en su cama. Le escribi entonces una carta febril de veinte pliegos en la que solt sin pudor las verdades amargas que llevaba podridas en el corazn desde su noche funesta. Le habl de las lacras eternas que l haba dejado en su cuerpo, de la sal de su lengua, de la trilla de fuego de su verga africana. Se la entreg a la empleada del correo, que iba los viernes en la tarde a bordar con ella para llevarse las cartas, y se qued convencida de que aquel desahogo terminal sera el ltimo de su agona. Pero no hubo respuesta. A partir de entonces ya no era consciente de lo que escriba, ni a quin le escriba a ciencia cierta, pero sigui escribiendo sin cuartel durante diecisiete aos.

    Un medio da de agosto, mientras bordaba con sus amigas, sinti que alguien llegaba a la puerta. No tuvo que mirar para saber quin era. Estaba gordo y se le empezaba a caer el pelo, y ya necesitaba espejuelos para ver de cerca -me dijo-. Pero era l, carajo, era l! Se asust, porque saba que l la estaba viendo tan disminuida como ella lo estaba viendo a l, y no crea que tuviera dentro tanto amor como ella para soportarlo. Tena la camisa empapada de sudor, como lo haba visto la primera vez en la feria, y llevaba la misma correa y las mismas alforjas de cuero descosido con adornos de plata. Bayardo San Romn dio un paso adelante, sin ocuparse de las otras bordadoras atnitas, y puso las alforjas en la mquina de coser.

    -Bueno -dijo-, aqu estoy.

    Llevaba la maleta de la ropa para quedarse, y otra maleta igual con casi dos mil cartas que ella le haba escrito. Estaban ordenadas por sus fechas, en paquetes cosidos con cintas de colores, y todas sin abrir.

    De Crnica de una muerte anunciada

  • RAMN DEL VALLE INCLN

    Rinconada en costanilla y una iglesia barroca por fondo. Sobre las campanas negras, la luna clara. DON LATINO y MAX ESTRELLA filosofan sentados en el quicio de una puerta. A lo largo de su coloquio, se torna lvido el cielo. En el alero de la iglesia pan algunos pjaros. Remotos albores de amanecida. Ya se han ido los serenos, pero an estn las puertas cerradas. Despiertan las porteras.

    MAX: Debe estar amaneciendo?

    DON LATINO: As es.

    MAX: Y qu fro!

    DON LATINO: Vamos a dar unos pasos.

    MAX: Aydame, que no puedo levantarme. Estoy aterido!

    DON LATINO: Mira que haber empeado la capa!

    MAX: Prstame tu carrik, Latino.

    DON LATINO: Max, eres fantstico!

    MAX: Aydame a ponerme en pie.

    DON LATINO: Arriba, carcunda!

    MAX: No me tengo!

    DON LATINO: Qu tuno eres!

    MAX: Idiota!

    DON LATINO: La verdad es que tienes una fisonoma algo rara!

    MAX: Don Latino de Hispalis, grotesco personaje, te inmortalizar en una novela!

    DON LATINO: Una tragedia, Max.

    MAX: La tragedia nuestra no es tragedia.

    DON LATINO: Pues algo ser!

    MAX: El Esperpento.

    DON LATINO: No tuerzas la boca, Max.

    MAX: Me estoy helando!

    DON LATINO: Levntate. Vamos a caminar.

    MAX: No puedo.

    DON LATINO: Deja esa farsa. Vamos a caminar.

    MAX: chame el aliento. Adnde te has ido, Latino?

    DON LATINO: Estoy a tu lado.

  • MAX: Como te has convertido en buey, no poda reconocerte. chame el aliento, ilustre buey del pesebre belenita. Muge, Latino! T eres el cabestro, y si muges vendr el Buey Apis. Le torearemos.

    DON LATINO: Me ests asustando. Debas dejar esa broma.

    MAX: Los ultrastas son unos farsantes. El esperpentismo lo ha inventado Goya. Los hroes clsicos han ido a pasearse en el callejn del Gato.

    DON LATINO: Ests completamente curda!

    MAX: Los hroes clsicos reflejados en los espejos cncavos dan el Esperpento. El sentido trgico de la vida espaola slo puede darse con una esttica sistemticamente deformada.

    DON LATINO: Miau! Te ests contagiando!

    MAX: Espaa es una deformacin grotesca de la civilizacin europea.

    DON LATINO: Pudiera! Yo me inhibo.

    MAX: Las imgenes ms bellas en un espejo cncavo son absurdas.

    DON LATINO: Conforme. Pero a m me divierte mirarme en los espejos de la calle del Gato.

    MAX: Y a m. La deformacin deja de serlo cuando est sujeta a una matemtica perfecta. Mi esttica actual es transformar con matemtica de espejo cncavo las normas clsicas.

    DON LATINO: Y dnde est el espejo?

    MAX: En el fondo del vaso.

    DON LATINO: Eres genial! Me quito el crneo!

    MAX: Latino, deformemos la expresin en el mismo espejo que nos deforma las caras y toda la vida miserable de Espaa.

    DON LATINO: Nos mudaremos al callejn del Gato.

    De Luces de bohemia

  • FEDERICO GARCA LORCA

    Bernarda: Quietas, quietas. Qu pobreza la ma no poder tener un rayo entre los dedos!

    Martirio: (Sealando a Adela.) Estaba con l! Mira esas enaguas llenas de paja de trigo!

    Bernarda: Esa es la cama de las mal nacidas! (Se dirige furiosa hacia Adela.)

    Adela: (Hacindole frente.) Aqu se acabaron las voces de presidio! (Adela arrebata el bastn a su madre y lo parte en dos.) Esto hago yo con la vara de la dominadora. No d usted un paso ms. En m no manda nadie ms que Pepe!

    (Sale Magdalena.)

    Magdalena: Adela!

    (Salen la Poncia y Angustias.)

    Adela: Yo soy su mujer. (A Angustias.) Entrate t y ve al corral a decrselo. l dominar toda esta casa. Ah fuera est, respirando como si fuera un len.

    Angustias: Dios mo!

    Bernarda: La escopeta! Dnde est la escopeta? (Sale corriendo.)

    (Aparece Amelia por el fondo, que mira aterrada con la cabeza sobre la pared. Sale detrs Martirio.)

    Adela: Nadie podr conmigo! (Va a salir.)

    Angustias: (Sujetndola.) De aqu no sales t con tu cuerpo en triunfo, ladrona!, deshonra de nuestra casa!

    Magdalena: Djala que se vaya donde no la veamos nunca ms!

    (Suena un disparo.)

    Bernarda: (Entrando.) Atrvete a buscarlo ahora.

    Martirio: (Entrando.) Se acab Pepe el Romano.

    Adela: Pepe! Dios mo! Pepe! (Sale corriendo.)

    Poncia: Pero lo habis matado?

    Martirio: No! Sali corriendo en la jaca!

    Bernarda: Fue culpa ma. Una mujer no sabe apuntar.

    Magdalena: Por qu lo has dicho entonces?

    Martirio: Por ella! Hubiera volcado un ro de sangre sobre su cabeza!

    Poncia: Maldita.

    Magdalena: Endemoniada!

    Bernarda: Aunque es mejor as. (Se oye como un golpe.) Adela! Adela!

    Poncia: (En la puerta.) Abre!

  • Bernarda: Abre. No creas que los muros defienden de la vergenza.

    Criada: (Entrando.) Se han levantado los vecinos!

    Bernarda: (En voz baja como un rugido.) Abre, porque echar abajo la puerta! (Pausa. Todo queda en silencio.) Adela! (Se retira de la puerta.) Trae un martillo! (La Poncia da un empujn y entra. Al entrar da un grito y sale.) Qu?

    Poncia: (Se lleva las manos al cuello.) Nunca tengamos ese fin!

    (Las hermanas se echan hacia atrs. La Criada se santigua. Bernarda da un grito y avanza.)

    Poncia: No entres!

    Bernarda: No. Yo no! Pepe: irs corriendo vivo por lo oscuro de las alamedas, pero otro da caers. Descolgarla! Mi hija ha muerto virgen! Llevadla a su cuarto y vestirla como si fuera doncella. Nadie dir nada! Ella ha muerto virgen! Avisad que al amanecer den dos clamores las campanas.

    Martirio: Dichosa ella mil veces que lo pudo tener.

    Bernarda: Y no quiero llantos. La muerte hay que mirarla cara a cara. Silencio! (A otra hija.) A callar he dicho! (A otra hija.) Las lgrimas cuando ests sola. Nos hundiremos todas en un mar de luto! Ella, la hija menor de Bernarda Alba, ha muerto virgen. Me habis odo? Silencio, silencio he dicho. Silencio!

    De La casa de Bernarda Alba

  • ANTONIO BUERO VALLEJO

    FERNANDO, HIJO.- Carmina! (Aunque esperaba su presencia, ella no puede reprimir un suspiro de susto. Se miran un momento y en seguida ella baja corriendo y se arroja en sus brazos) Carmina!...

    CARMINA, HIJA.- Fernando! Ya ves Ya ves que no puede ser.

    FERNANDO, HIJO.- S puede ser! No te dejes vencer por su sordidez. Qu puede haber de comn entre ellos y nosotros? Nada! Ellos son viejos y torpes. No comprenden Yo luchar para vencer. Luchar por ti y por m. Pero tienes que ayudarme, Carmina. Tienes que confiar en m y en nuestro cario.

    CARMINA, HIJA.- No podr!

    FERNANDO, HIJO.- Podrs. Podrs porque yo te lo pido. Tenemos que ser ms fuertes que nuestros padres. Ellos se han dejado vencer por la vida. Han pasado treinta aos subiendo y bajando esta escalera Hacindose cada da ms mezquinos y ms vulgares. Pero nosotros no nos dejaremos vencer por este ambiente. No! Porque nos marcharemos de aqu. Nos apoyaremos el uno en el otro. Me ayudars a subir, a dejar para siempre esta casa miserable, estas broncas constantes, estas estrecheces. Me ayudars, verdad? Dime que s, por favor. Dmelo!

    CARMINA, HIJA.- Te necesito, Fernando! No me dejes!

    FERNANDO, HIJO.- Pequea! (Quedan un momento abrazados. Despus, l la lleva al primer escaln y la sienta junto a la pared, sentndose a su lado. Se cogen las manos y se miran arrobados). Carmina, voy a empezar enseguida a trabajar por ti. Tengo muchos proyectos! (Carmina, la madre, sale de su casa con expresin inquieta y los divisa, entre disgustada y angustiada. Ellos no se dan cuenta).Saldr de aqu. Dejar a mis padres. No los quiero. Y te salvar a ti. Vendrs conmigo. Abandonaremos este nido de rencores y brutalidad.

    CARMINA, HIJA.- Fernando!

    (Fernando, el padre, que sube la escalera, se detiene, estupefacto, al entrar en escena)

    FERNANDO, HIJO.- S, Carmina. Aqu solo hay brutalidad e incomprensin para nosotros. Escchame. Si tu cario no me falta, emprender muchas cosas. Primero me har aparejador. No es difcil! En unos aos me har un buen aparejador. Ganar mucho dinero y me solicitarn todas las empresas constructoras. Para entonces ya estaremos casados Tendremos nuestro hogar, alegre y limpio, lejos de aqu. Pero no dejar de estudiar por eso. No, no, Carmina! Entonces me har ingeniero. Ser el mejor ingeniero del pas y t sers mi adorada mujercita

  • CARMINA, HIJA.- Fernando! Qu felicidad! Qu felicidad!

    FERNANDO, HIJO.- Carmina!

    (Se contemplan extasiados, prximos a besarse. Los padres se miran y vuelven a observarlos. Se miran de nuevo, largamente. Sus miradas, cargadas de una infinita melancola, se cruzan sobre el hueco de la escalera sin rozar el grupo ilusionado de los hijos)

    De Historia de una escalera

  • AGUSTN MILLARES

    Aguafuerte

    Aqu te quiero ver, amigo mo.

    Aqu, aunque slo sea por el dicho de que ver es creer. Aqu, para que vivas como vivo, para que mueras una y otra vez como yo muero sin haber vivido. Aqu te quiero ver.

    En el camino de ms spera piel que he conocido. Donde matan de sed hasta los ros. Donde el azul es otro precipicio, de cuyo abismo el corazn da fe. Donde se cae siempre en el vaco. Donde se alienta slo en el papel de una letra de cambio o de un recibo. Toreando los filos te quisiera yo ver.

    Aqu donde los astros que se ven estn emparentados con el fro. Donde el da est herido antes de amanecer. Donde querer saber es un delito. Donde el aire es un hilo que se puede romper. Donde es triste nacer y morir un respiro. Aqu te quiero ver.

    Donde nada anda bien. Donde no ves un libro en que la letra est jugando limpio. Donde el llanto es tratado a puntapis. Donde se hace difcil hasta el grito. Donde acaba hecho un trapo el hombre mismo, te quisiera yo ver.

    Aqu, midiendo el pozo y la pared, caminando a la cola de este siglo. Aqu, tragando hiel, tragndotelo todo a dos carrillos, sabindote encarado con la ley

  • si no vives al margen y en el limbo. Aqu, pescando el vicio de beber un tiempo sin sentido. Aqu donde no hay sitio para ser lo que en un tiempo fuimos. Donde el sol es de abrigo, te quisiera yo ver.

    Aqu te quiero ver, amigo mo.

    De Habla viva

  • JOSEFINA DE LA TORRE

    Me busco y no me encuentro.

    Rondo por las oscuras paredes de m misma,

    interrogo al silencio y a este torpe vaco

    y no acierto en el eco de mis incertidumbres.

    No me encuentro a m misma.

    Y ahora voy como dormida en las tinieblas,

    tanteando la noche de todas las esquinas.

    Y no pude ser tierra, ni esencia, ni armona,

    que son fruto, sonido, creacin, universo.

    No este desalentado y lento desgranarse

    que convierte en preguntas todo cuanto es herida.

    Y rondo por las sordas paredes de m misma

    esperando el momento de descubrir mi sombra.

    De Marzo incompleto

  • PEDRO GARCA CABRERA

    Un da habr una isla

    que no sea silencio amordazado.

    Que me entierren en ella,

    donde mi libertad d sus rumores

    a todos los que pisen sus orillas.

    Solo no estoy. Estn conmigo siempre

    horizontes y manos de esperanza,

    aquellos que no cesan

    de mirarse la cara en sus heridas,

    aquellos que no pierden

    el corazn y el rumbo en las tormentas,

    los que lloran de rabia

    y se tragan el tiempo en carne viva.

    Y cuando mis palabras se liberen

    del combate en que muero y en que vivo,

    la alegra del mar le pido a todos

    cuantos partan su pan en esta isla

    que no sea silencio amordazado.

    De Las islas en que vivo

  • PEDRO LEZCANO

    La Chabola

    Cuando anochece igual que hoy sobre la playa, despus de haber sacado la red, toda la arena queda sembrada de estrellas marinas color sangre, que durante la noche conservan su brillo y, como sus hermanas celestes, palidecern quemadas por el sol de la maana.

    La chabola de Juan el chinchorrero est enclavada sobre la arena, en medio de las estrellas. Una sola pared de piedra seca sostiene la armazn; las otras tres paredes las componen multicolores hojalatas y tabla de cajones en las que an pueden leerse impresas misteriosas palabras en mltiples idiomas. Por eso Juan, que tiene buen humor y sabe leer los peridicos, suele llamar la Onu a su chabola.

    - Que Pepa esta madrugada vaya a poner en cola las latas del agua, porque luego se amontona mucha gente. Que Justo no se olvide de ordear para el cro. Que Isabela no se vaya al almacn sin limpiar a abuela

    Mara, la madre, repartiendo rdenes montonas, anima el fuelle de la cocina, cuyo rezongo azul convoca a la familia al olor del pescado. Una luz de carburo zumba en el techo. Berrea sin cesar el hijo ms pequeo, colgado de un retazo de red vieja. Al fondo de la choza, Juanitita, la abuela, ocupa el nico colchn aislado con un plstico de invernadero, para que la humedad perpetua de la vieja no llegue hasta los nios.

    - Te vas a callar, condenado? Ya a medio morir, Juanitita la abuela, slo abre los ojos tres veces al da para beber caf. Pero como una resaca pequea y familiar, se le oye a todas horas quin sabe qu rezados.

    A Juanitita la llamaban Juanona cuando nia, Juana siendo mujer hermosa, Juanita al enviudar ya entrada en aos, y ahora, apenas hilvanada ya a este mundo, la llaman Juanitita, como si su nombre, menguante ao tras ao, no fuese el de ella misma, sino el de su futuro cada vez ms chico.

    - Juan, deberas pasarte por el tinglado de los americanos, por si consigues otra plancha para el techo, que el relente gotea en las mantas.

    Pero no hay demasiada humedad en la chabola de Juan el chinchorrero; slo en las altas mareas del Pino rezuma la sal mojada al caminar. Por suerte en esas fechas an suele hacer calor.

    - Hoy los americanos han echado otro cohete, y dicen que nos pasar por arriba esta noche.

    Mara saca de la cazuela el pescado, que de puro fresco se revira oloroso sobre las papas nuevas.

    - No comprendo cmo se privan con un volador que ni hace chispas ni mete ruido.

    Juan deja apagar, para despus, su virginio. Se reparte la cena, mientras Mara amasa gofio y caldo con una vara verde. De pronto, afuera ladra un perro, y unas pisadas llegan de los sonoros guijarros hasta la silenciosa arena. Alguien se ha detenido en el umbral, y una mano desconocida aparta la cortina de lona de la entrada. Bajo el dintel se encorva un seor rubio y elegante, que con extrao acento, dice a la familia:

  • - Rogamos desconecten televisin, nevera y electrodomsticos hasta maana, para no interferencias al paso del satlite. Gracias.

    Dicho lo cual y como un nima, el visitante desaparece.

    -Culo dijo que hiciramos? susurra al cabo Mara.

    - Ha de ser este cro llorn que despierta a todo el mundo. Como no lo callemos, acabarn echndonos de aqu.

    Y esta cena no tiene sobremesa. Caazo al nio, soplo al carburo, y un asustado arrebujar de mantas en la penumbra lunar de la chabola de Juan el chinchorrero.

    De Cuentos

  • Bases para el estudio de la literatura contempornea

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    Antes de adentrarnos en el estudio de la Literatura en lengua espao-la a partir de la unidad 9, conviene recordar sus precedentes inmediatos.Por ello, vamos a realizar un breve recorrido, a travs de los distintos g-neros, sobre nuestras letras desde los inicios de la Edad Contempornea.Por otra parte, presentaremos diversos movimientos estticos europeosimprescindibles para comprender la Literatura espaola desde el siglo XX.

    1. Orgenes de la narrativa contempornea

    A principios del siglo XVII la narrativa espaola haba producido, laobra que revolucion el gnero, El Quijote, iniciadora de la novela mo-derna. Tal fue su carcter innovador que qued sin continuadores inme-diatos en nuestra lengua, por lo que habr que esperar ms de siglo y mediopara volver a hablar de la novela espaola. Ser durante el movimientodel Realismo (segunda mitad del siglo XIX) cuando esto se produzca.

    La novela realista se inspira en su momento histrico y pretende ofre-cernos una visin amplia y abierta del mismo; en esta lnea, es famosa ladefinicin del francs Stendhal sobre la novela: Un espejo que se pasea a lolargo del camino y refleja todo aquello con lo que se encuentra (sea eleva-do o miserable, moral o inmoral).

    Los temas que se abordan en esta novela sern, pues, muy variados yreflejarn con detalle la realidad del momento: la poltica, el proletaria-do, el caciquismo, la vida de los bajos fondos, el mundo rural, la infide-lidad conyugal, la miseria de los desfavorecidos, la vida en los conventos

    En cuanto a la tcnica narrativa, estas obras se caracterizan por la pre-sencia de descripciones minuciosas y muy bien elaboradas (con especialatencin a la ambientacin); el empleo del monlogo interior y del esti-lo indirecto libre para dar cuenta del fluir del pensamiento del persona-je; el uso de un lenguaje verosmil, con la adecuacin del estilo de cadapersonaje a su rango social. No es raro, incluso, que se reflejen las hablasregionales, as como el registro coloquial o los distintos niveles, desde elculto al vulgar. El tipo de narrador ms empleado ser el omnisciente,que introduce digresiones morales y comentarios frecuentes. El autorms representativo de la novela del siglo XIX fue el canario afincado enMadrid Benito Prez Galds. Su obra Fortunata y Jacinta es considera-da una de las mximas representantes del Realismo espaol.

    Conforme avanza el siglo XIX, la novela realista ir evolucionando ha-cia el Naturalismo. Consiste este en una visin de los aspectos ms sr-didos de la vida, una expresin cruda de la sociedad. Trata de explicar alhombre por su fisiologa y de interpretar el comportamiento humano co-mo producto de aquella. Es una literatura comprometida y progresista quefrecuentemente choca con los gustos del pblico. Se considera La deshe-redada (Galds, 1881) la primera manifestacin del Naturalismo en Es-paa. La Regenta, de Leopoldo Alas, Clarn es obra, asimismo, conelementos naturalistas.

    El puente de Nantes, de Corot.

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  • Literatura

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    2. Orgenes de la lrica contempornea

    Durante el siglo XVIII el cultivo de la lrica fue escaso. Estapoca estuvo presidida por el Racionalismo y asisti al desarro-llo de una literatura tendente al didactismo y a la divulgacin delsaber. Por todo ello, el gnero lrico no fue prioritario para losautores del siglo XVIII, que se dedicaron ms al ensayo o al tea-tro. Sin embargo, podemos citar algunos poetas destacados co-mo el gaditano Jos Cadalso o el extremeo Juan Melndez Valds.La poesa narrativa (en especial, las fbulas o las odas) son los sub-gneros en verso ms cultivados.

    El siglo XIX, en su primera mitad, reacciona contra el Racio-nalismo dieciochesco: surge entonces el Romanticismo, que rei-vindica lo individual sobre lo colectivo o lo irracional sobre lolgico. La lrica arrebatada, expresin de sentimientos, reapare-cer con fuerza en la figura de Jos Espronceda.

    Pero hemos de esperar a la segunda mitad del siglo XIX paraencontrarnos con dos autores que abrirn el camino a la poesacontempornea: la gallega Rosala de Castro y, especialmente,el sevillano Gustavo Adolfo Bcquer.

    Se sitan en el Romanticismo tardo, en una corriente de l-rica intimista, lejos de las estridencias y la sonoridad exacerbadadel primer Romanticismo.

    La teora potica de Bcquer aboga por una poesa meditada,en la que el momento de la creacin se distancia del hecho quele dio lugar (Cuando siento, no escribo, lleg a afirmar). Dos sonlas fuentes de inspiracin del escritor: la poesa alemana de Hei-ne y la poesa popular andaluza. Como Lope de Vega o poste-riormente Lorca, Bcquer supo integrar lo mejor de las tradicionesculta y popular.

    Bcquer es un escritor innovador y plenamente integrado enla modernidad potica europea de su poca, caracterizada por elmovimiento simbolista. Para estos poetas de finales del siglo XIXla poesa es algo extrao, indescifrable, mezcla de suspiros y ri-sas, colores y notas, en palabras de Bcquer. El poema se limita asugerir la verdadera poesa, que se pierde al intentar traducirlaen palabras. Se abre as el camino a una lrica que se aparta dellenguaje referencial.

    La potica becqueriana, pues, resulta muy innovadora, ya queconsigue revolucionar la forma de concebir la poesa. Rasgos de sulrica como el intimismo, el distanciamiento creativo, el empleo delsmbolo o el concepto de poesa como comunicacin lo han con-vertido en claro precursor de la lrica contempornea: Juan RamnJimnez, Antonio Machado, Luis Cernuda y, en general, los poetasde la Generacin del 27. Buena prueba de su trascendencia es quesigue siendo uno de los autores lricos espaoles ms ledos en la ac-tualidad.

    Bcquer, por Valeriano Domnguez Bcquer.

    Actividad3. La Rima XI de Bcquer ofrece una do-

    ble lectura: referencial (el poeta hablade la mujer) o simblica (la mujer, eneste caso, representara la poesa). In-tenta explicar, en ambos casos, el sig-nificado del poema:

    Yo soy ardiente, yo soy morena,yo soy el smbolo de la pasin,de ansia de goces mi alma est llena.A m me buscas?No es a ti, no.

    Mi frente es plida, mis trenzas de oro:puedo brindarte dichas sin fin,yo de ternuras guardo un tesoro.A m me llamas?No, no es a ti.

    Yo soy un sueo, un imposible,vano fantasma de niebla y luz;soy incorprea, soy intangible:no puedo amarte.Oh ven, ven t!

    G. A. Bcquer: Rimas. Ctedra, Madrid, 2008.

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  • Bases para el estudio de la literatura contempornea

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    3. Orgenes del teatro contemporneo

    Desde los inicios de la era contempornea, el teatro espaol se ha visto envuel-to en numerosas polmicas. El teatro del siglo XVIII surgi tras una profunda re-novacin con respecto a la comedia del Siglo de Oro. Frente al ureo, el nuevo teatroabog por la separacin de los gneros clsicos (tragedia y comedia), el respeto alas reglas aristotlicas (unidad de accin, lugar y tiempo) y uniformidad formal(obras en prosa o en verso; en este caso, con un solo metro). La finalidad de todosestos cambios es plantear una obra dramtica ms eficiente en la transmisin deenseanzas al gran pblico, sin que este se distrajese por elementos ornamentalessecundarios o por los excesos a los que haban llegado los epgonos del Barroco.

    Cost mucho que se impusiera esta nueva forma de entender el gnero tea-tral. De hecho, hasta finales del XVIII o principios del XIX no aparecen las me-jores obras en esta lnea de la mano de Leandro Fernndez de Moratn, delque destacamos su principal comedia, El s de las nias.

    Moratn es el precursor en Espaa de la llamada alta comedia o comedia bur-guesa, creada por el francs Molire: se trata de obras protagonizadas por per-sonajes burgueses, de buena situacin social, econmicamente desahogados. Lasobras plantean con moderacin una crtica a algn aspecto de la sociedad delmomento (en el caso de El s de las nias, al tipo de educacin que reciben lasmujeres y a los casamientos acordados por las familias).

    El teatro del Romanticismo reaccionar abiertamente contra este conceptode obra dramtica y reclamar, fiel a sus principios, una liberacin total de lasnormas clsicas: mezcla de comedia y tragedia, de verso y prosa, ruptura de lasunidades aristotlicas. En general, el teatro romntico padece de los excesospropios del movimiento. Destacan algunas piezas de carcter histrico, inspira-das en el pasado nacional, como Don Juan Tenorio de Jos Zorrilla.

    A finales del siglo XIX se impone definitivamente la alta comedia burguesa,que domina las salas comerciales de nuestro pas. Su mximo exponente es Jo-s Echegaray (que lleg a obtener el premio Nobel de Literatura, a pesar de serdursimamente criticado por los intelectuales ms relevantes del momento).

    Por las mismas fechas, surge como alternativa al teatro burgus una lnea realista(Joaqun Dicenta ser su mximo exponente; el mismo Galds tambin construye al-gunas piezas dramticas). Se configuran as dos tendencias que marcarn el devenir delteatro espaol del siglo XX: el teatro comercial, triunfante, frente al teatro innovador.

    La alta comedia. Se trata de piezas en las que se desarrolla una crtica de costumbresde la poca con un tono humorstico. Poseen una comicidad que hace pensar alespectador. Citemos entre estas obras las producciones de Molire: La escuela de mujeres(que muestra el dao de la educacin hipcrita y de los matrimonios impuestos) DonJuan (adaptacin del mito creado por Tirso de Molina, que Molire presenta como elretrato de un tipo sin escrpulos) El avaro, o Tartufo, obra que provoc una fuerteoposicin clerical. Sobre un argumento habitual (dos jvenes que se aman y cuyomatrimonio no aprueba el padre de ella, que prepara otro descabellado), el autorfrancs introdujo hbiles transformaciones, en su estilo habitual: todo gira en torno a lahipocresa del personaje central. As es cmo consigui pasar de la comedia de enredoa la comedia de caracteres, su verdadera creacin.

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  • Bases para el estudio de la literatura contempornea

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    A esta juventud inteligente, activa, enrgica, que quiere vivir, no vegetar, y aquien no arredra la lucha, se le ofrecen dos caminos harto diferentes. Comienzael uno en la abdicacin de todas las ideas generosas que siente hervir su espritu yconduce a la gloria y al xito. El otro, fiel a esas mismas ideas, lleva las ms vecesa la oscuridad y casi siempre al infortunio. Y ha de elegir entre ambos!

    Nuestra sociedad ha dicho un pensador no estima ni alaba sino a los que me-dran; y si algo respeta an las virtudes es porque ve en ellas otros tantos medios deprosperar Quisiera saber si para el que carece de fortuna hay manera honrada deabrirse camino en un pas en que todo se vende; necesita intrigar, lisonjear a un par-tido, ganarse protectores y encomiastas; y para esto tener mala fe, corromper, adular,compartir las pasiones ajenas desviarse, en fin, del camino derecho.

    Dura ley es para la juventud haber de optar entre el mrito y la recompensa,frecuentemente divorciados todava por la injusticia de la sociedad. Mas culpe delrigor de su suerte, no a la naturaleza humana, cmoda excusa contra toda tenta-tiva de reforma, sino precisamente a la pusilanimidad de sus predecesores. Si es-tos no se hubieran apresurado a reverenciar la misma tirana de que murmuraban,la vida sera hoy harto ms grata, la virtud ms fcil y menor el sacrificio, a cu-ya divina fecundidad no hay poder que sobrepuje en la tierra.

    Francisco Giner de los Ros: La juventud y el movimiento social.

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    4. Orgenes del ensayo contemporneo

    El origen de la palabra ensayo aplicada a un subgnero didctico se encuentraen el francs Montaigne, autor del siglo XVI. El trmino no se populariz hasta me-diados del siglo XIX. En Espaa fue probablemente Alberto Lista el primero queutiliz el vocablo para denominar obras de carcter literario: en 1844 public enSevilla sus Ensayos literarios y crticos. Sin embargo, en nuestras letras el trmino nofue generalmente utilizado sino a partir de la Generacin del 98, ya en el siglo XX.

    Ello no nos impide considerar los precedentes del ensayo actual durante los si-glos XVIII y XIX, ya que, si bien no se emplea el trmino ensayo, s se hallan pro-ducciones de rasgos similares.

    El siglo XVIII no es una centuria de creacin, sino de estudio y anlisis, de in-vestigacin, de inquietudes, de proyectos. Por ello, las formas crticas y moralizan-tes (ensayos, cartas, stiras, estudios) alcanzan un gran desarrollo.

    Las figuras que podramos destacar del siglo XVIII en este gnero son muchas(Jovellanos, Cadalso, Luzn), pero de entre todos ellos sobresale el Padre Feijoo.Sin duda en l se dan todas las caractersticas que definen este gnero hbrido (mi-tad literario, mitad divulgativo) que con el paso de los aos cobrar enorme relie-ve. El carcter de los ocho tomos de su Teatro crtico universal y de los cinco de susCartas eruditas y curiosas apunta certeramente al gnero ensaystico. Por esta raznse lo considera precursor del ensayismo moderno.

    Ya en el siglo XX, el subgnero ensaystico cobrar un relieve notable. Desde co-mienzos de siglo aparecen figuras como Jos Mara Blanco White, Jos Joaqun deMora y Antonio Alcal Galiano. Las producciones de estos autores se publican enperidicos y revistas y, en esta lnea, surgir uno de los principales autores del si-glo, Mariano Jos de Larra, autor de ms de doscientos artculos periodsticos quebien podemos considerar ensayos.

    Larra, de Federico Madrazo.

    Durante la segunda mitad del siglo XIX es un subgnero cada vez ms cultivado; la relacin de los escritores quelo cultivan es interminable: Juan Valera, Leopoldo Alas, Marcelino Menndez Pelayo, Francisco Giner de los R-os Con estas figuras nos acercamos ya a los inicios del siglo XX.

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  • LiedEs rosada la tierra en el abril,como la juventud, como el amor;y casi no se atreve, siendo virgen,a enamorarse de la Primavera.

    En junio, con un plido semblantey el corazn turbado de deseos,con el Verano de tostada pielse apresura a ocultarse en los trigales.

    En agosto, bacante color cobre,al Otoo le ofrece sus dos pechos,con su piel atigrada se revuelcay hace brotar la sangre de las vides.

    En diciembre es la anciana que se encorva,empolvada de blanco por la escarcha;en sus sueos quisiera despertaral Invierno que ronca junto a ella.

    Thophile Gautier: Esmaltes y camafeos (1852).

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    5.2. ParnasianismoEl Parnasianismo es un movimiento potico desarrollado en Francia entre

    1866 y 1876 como reaccin contra el Romanticismo y que se caracteriz poruna lrica despersonalizada y positivista. Destaca el Parnasianismo por su per-feccionismo formal. Los fundadores de este movimiento fueron Thophile Gau-tier y Leconte de Lisle. La palabra que da nombre al movimiento, de origengriego, hace referencia al monte Parnaso, donde vivan las musas inspiradoras.En 1866 se public la antologa El parnaso contemporneo que inclua poemasde los autores citados, con lo que se inicia formalmente el movimiento.

    Los poetas parnasianos, como reaccin al Romanticismo, abogan por unapoesa despersonalizada, que no se inspire en los propios sentimientos. Su te-mtica fundamental se basar en el mundo del arte, con una clara preferenciapor la antigedad grecolatina (especialmente la griega) y por el lejano Oriente,como formas de evasin (en el espacio o en el tiempo) de la realidad circundante.La bsqueda de la belleza, la perfeccin y el exotismo son, pues, sus mximas.En cuanto al estilo literario, los parnasianos crean una poesa formalista. De to-do ello se deriva el famoso lema del movimiento, la bsqueda de el arte por elarte (es decir, el arte visto como forma y no como contenido; arte en s mismo,sin compromiso con la realidad). El siguiente poema traducido de ThophileGautier ilustra la poesa parnasiana que debe buscar la belleza a travs de la des-cripcin y la perfeccin formal.

    El Parnasianismo influir notablemente en la gestacin del Modernismo his-pnico. En el nicaragense Rubn Daro, figura mxima del movimiento, se ob-servan claramente rasgos parnasianos.

    Jardn en otoo, de Van Gogh.

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    Literatura

    5.3. SimbolismoEl Simbolismo fue uno de los movimientos artsticos ms des-

    tacados de finales del siglo XIX. La poesa simbolista intenta em-plear el lenguaje literario como instrumento de conocimiento, loque la dota de misterio y misticismo. En cuanto al estilo, buscauna musicalidad perfecta en sus rimas (la belleza del verso quedaen segundo plano, cosa que los separa de los parnasianos). Un con-cepto fundamental en el Simbolismo es el de las corresponden-cias (trmino acuado por el precursor del movimiento, CharlesBaudelaire), es decir, las secretas afinidades entre el mundo sensi-ble y el mundo espiritual. Para ello utilizaban determinados me-canismos estticos; el principal fue la sinestesia (mezcla de elementospercibidos por distintos sentidos en una misma expresin).

    Los precedentes fundamentales del Simbolismo son los france-ses Charles Baudelaire, (con obras tales como Las flores del mal, Lospequeos poemas en prosa y Los parasos artificiales; algunos de sus li-bros, muy innovadores, fueron prohibidos por inmorales), ArthurRimbaud (Una temporada en el infierno, Iluminaciones) y Paul Ver-laine (Los poetas malditos). El Simbolismo pleno tiene a su mayor re-presentante en Stphane Mallarm, poeta oscuro (por el empleo deuna sintaxis y un vocabulario poco habitual) y esteticista (la sonori-dad de las palabras cobra tanta importancia como su significado).Entre sus obras destacamos Herodas, La siesta de un fauno, Divaga-ciones o la hermtica Una tirada de dados jams abolir el azar.

    El Simbolismo cuenta en Espaa con Gustavo Adolfo Bc-quer como precedente y su influjo en el Modernismo hispnicoser notable, especialmente en poetas de la talla de Antonio Ma-chado o Juan Ramn Jimnez.

    Cancin de otooLos largos sollozos del violn del otoome hieren el corazn con montona congoja.

    Temblando y plido, cuando llega el momento,recuerdo los das pasados y me lamento.

    Y me voy, a merced del viento malvolo que me lleva,de aqu para all, igual que una hoja muerta.

    Paul Verlaine: Poemas saturnianos (1866).

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    Brisa marinaTriste est la carne, ay! Le todos los libros.Huir! Muy lejos huir! Siento la embriaguez de las avespor estar entre cielo y espuma!Nada, ni los viejos jardines que los ojos reflejan,retendr ese corazn que en el mar se hunde.Noches! Ni la luz desierta de mi lmparasobre el vaco papel, escudado de blancura,ni la muchacha que al nio amamanta.Partir! Barco con velas al viento,Leva ancla hacia paisajes exticos!El tedio, lastimado por esperanzas crueles,an cree en el adis del pauelo!Y quizs los mstiles, invitando tormentas,sean de los que el viento lleva al naufragioperdidos, sin mstil, sin mstil ni islote frtilMas, corazn mo, oye el canto marinero!

    Stphane Mallarm: Le Parnasse Contemporaine (1886).

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    CorrespondenciasLa Naturaleza es templo donde vivos pilaresdejan salir a veces confusas palabras;por all pasa el hombre entre bosques de smbolosque lo observan atentos con familiar mirada.

    Como largos ecos confundidos de lejosen tenebrosa y profunda unidad,vasta como la noche y como la claridad,perfumes, colores, sones se contestan.

    Hay perfumes frescos como carne de nios,dulces como el oboe, verdes como los prados,y otros corrompidos, ricos y triunfantes,

    Con la expansin de las cosas infinitas,como mbar, almizcle, benju e incienso,cantando el xtasis del alma y los sentidos.

    Charles Baudelaire: Las flores del mal (1857).

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  • Bases para el estudio de la literatura contempornea

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    5.4. DecadentismoEl Decadentismo es un complejo movimiento literario surgido en Europa a fi-

    nales del siglo XIX que une a algunos de los rasgos simbolistas y parnasianos ya es-tudiados el concepto del malditismo potico, del poeta maldito.

    El poeta maldito parte de una visin muy pesimista de la existencia, a la que con-sidera problemtica y degradada. Su respuesta, a menudo, se encamina hacia unacomplacencia morbosa en los signos de la decadencia humana: la corrupcin mo-ral, la crueldad, la exaltacin de la fuerza, la atraccin por lo enfermizo y lo depra-vado; tambin son frecuentes sus alusiones al satanismo.

    Otras veces, el poeta maldito busca el refinamiento esttico y vital. Por este mo-tivo, la figura del dandi (o dandy) est muy vinculada a la del poeta maldito. El pro-grama vital del dandi se basa en el narcisismo (estima por encima de todo su propiavida y su propio placer), en la exaltacin de la esttica y de la elegancia, en el cui-dado esmerado de su persona (en el vestir, en sus formas exquisitas, en el rigor in-telectual y en la perfeccin verbal de su conversacin), en la provocacin de laextraeza y el desconcierto en los dems, en la excentricidad. El dandi huye de lavulgaridad y se muestra imperturbable ante la adversidad. Muchos de estos rasgosdel dandismo, en conclusin, estn presentes tambin en el poeta maldito, que es-cribe y vive como tal: potencia su fama y organiza su propia vida como si fuera unaactuacin literaria.

    Uno de los tpicos representantes del dandismo, del malditismo potico y delDecadentismo fue el francs Charles Baudelaire, protagonista de ancdotas comola de haber luchado en la Revolucin francesa de 1848 en las barricadas al lado delpueblo y contra los burgueses, pero con guantes, un sombrero de copa y un fusilltimo modelo.

    Otro poeta maldito es Jean Arthur Rimbaud que muri con 37 aos, tras lle-var una tormentosa existencia que refleja sobre todo en sus poemas juveniles. Muri muy joven, como muchos de los poetas malditos que propugnaban la auto-destruccin como una forma de protesta contra la rutinaria existencia.

    Malditos conocidos fueron scar Wilde (su obra El retrato de Dorian Gray re-sume a la perfeccin su visin de la existencia) y Edgar Allan Poe, uno de los m-ximos representantes del relato de misterio.

    Como forma de protesta contra los valores materialistas imperantes, los de-cadentistas buscan el refugio en la belleza artstica (como los parnasianos), enel refinamiento personal, en mundos exticos irreales; otros medios de evasincaractersticos son el erotismo (uno de los decadentistas ms conocidos, el ita-liano DAnnunzio, escribi una obra titulada El placer), a menudo, portadorde una sensualidad enfermiza donde tienen cabida el sadismo, el masoquismo,la bsqueda de placeres extremos o el tema de la mujer fatal (la vampiresa queaparece en Poe o Baudelaire).

    El Decadentismo influy en la concepcin de la poesa modernista espaola,aunque no se pueda decir que haya habido escritores espaoles decadentes, ni si-quiera obras enteramente decadentistas, a excepcin, tal vez, de las Sonatas de Va-lle-Incln, quien fue quiz nuestro escritor ms prximo al tpico del poeta malditoy bohemio. Ciertos poemas de Manuel Machado se incluyen tambin en esta l-nea decadentista.

    Judith II, de Klimt. Personajes b-blicos femeninos como la hero-na Judit o la perversa Salompertenecen al arquetipo de la mu-jer fatal, traduccin de la expre-sin francesa femme fatale, mujermortfera.

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  • Literatura

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    6. Marco histrico del siglo XX

    Por ltimo, antes de adentrarnos de lleno en el estudio de la literatura del sigloXX, vamos a esbozar un contexto histrico general de este periodo.

    El siglo XX constituye una poca apasionante por su complejidad, por la diver-sidad y por la repercusin de los acontecimientos que acaecieron. Afrontar su es-tudio implica considerar los siguientes aspectos:

    La aceleracin del ritmo histrico provoca que los hechos se sucedan cadavez con mayor rapidez. Esta circunstancia ser determinante, tanto en los di-versos rdenes de la vida como en la evolucin esttica de las artes.

    Los acontecimientos histricos del siglo XX presentan caractersticas distintasy provocan repercusiones muy variadas segn los mbitos. En este periodotienen lugar crisis econmicas como las de 1929 o los conflictos del petrleode 1973. De igual modo, podemos pensar en las diferencias entre la I GuerraMundial y la guerra del Golfo Prsico.

    Por otra parte, hay que considerar que la cercana de los hechos nos permiteuna escasa perspectiva histrica, por lo que a veces no es fcil distinguir yvalorar justamente los sucesos esenciales de los secundarios. Histricamente,se distinguen varias etapas:

    Hasta la Primera Guerra Mundial(1914-1918)

    Perodo de entreguerras (1918-1939)

    La Segunda Guerra Mundial (1939-1945)

    La guerra fra (1945-1991)

    La revolucin de mayo de 1968

    La sociedad de la informacin

    La Europa de comienzos de siglo, gracias al auge del capitalismo, vive una poca deprosperidad econmica, en la que se desarrolla la burguesa, en buena medida a costa de lostrabajadores. Estos ltimos empiezan a organizarse, y surgen los primeros movimientosobreros nacidos a finales del siglo XIX: el socialismo, el comunismo y el anarquismo. Con la IGuerra Mundial se cierra esta etapa. Tras la conflagracin, Europa ve reducida su influenciafrente a Estados Unidos y Japn.

    Una vez superadas las graves consecuencias de la I Guerra Mundial, Europa conoce unanueva y breve etapa de prosperidad: los felices aos 20. An as, en este perodo persisten lasdisputas socio-polticas: el comunismo se endurece con Stalin y nace el fascismo italiano(encabezado por Benito Mussolini). El crack burstil de Wall Street en 1929 representa unduro revs al capitalismo. El descontento generalizado es aprovechado por Hitler paraimplantar su ideologa nazi. Sus deseos expansionistas conduciran a la II Guerra Mundial.

    La segunda gran guerra supuso la alteracin de todos los rdenes sociales en un plazohistrico muy breve. Mientras el mundo se estremece al comprobar los efectos de la bombaatmica, Europa y con ella todo occidente asiste a la divisin de la sociedad en dosbloques: el capitalista y el comunista. La ciudad de Berln, fragmentada por un muro, es elsmbolo ms claro de esta situacin.

    El enfrentamiento entre el capitalismo norteamericano y el comunismo sovitico se extiendehasta finales de los ochenta (la cada del muro de Berln el 9 de noviembre de 1989 es yauna fecha simblica). Europa se recupera lentamente de los efectos de la guerra y sesuavizan las posturas ideolgicas. El comunismo (en Europa occidental) cede paso a lasocialdemocracia. Surge la sociedad de consumo.

    El levantamiento del 68 supone la aparicin de nuevos grupos sociales que se rebelan contrala sociedad de consumo. Bajo el lema La imaginacin al poder, surgen diversos movimientoscontraculturales: hippies, punkies... Tras el desencanto de tales revoluciones culturales, aparecenposturas neoconservadoras.

    Gracias a los avances tecnolgicos, especialmente los informticos, se abre una nueva etapadurante los ochenta. Se caracteriza por la facilidad para acceder y trasvasar la informacin, ysus consecuencias an se estn viviendo. Hay quien opina que los conceptos sociedad de lainformacin y sociedad del conocimiento no son necesariamente coincidentes.

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  • Literatura

    1. Modernismo y 98

    La primera cuestin que se debe abordar al estudiar la literatura espaola de es-te perodo es el trmino que empleamos para designar a los autores del final del si-glo XIX y la primera dcada del XX. Se suele hablar de Modernismo y Grupo del 98.

    A finales del siglo XIX, Espaa vive una grave crisis general: el sistema poltico (ba-sado en el turnismo, por el que conservadores y progresistas amaan las elecciones pa-ra alternarse en el poder) no funciona; se acrecientan los desfases sociales (proletariosy campesinos frente a alta burguesa); comienzan a surgir los primeros conflictos so-ciales violentos En los ltimos aos del XIX, un grupo de intelectuales propugnuna serie de medidas concretas para solucionar los problemas del pas: se trata de losregeneracionistas, como Joaqun Costa (famoso por su lema Despensa y escuela), quecifra los problemas del retraso espaol en la falta de un buen sistema educativo y en lapobreza), o como Francisco Giner de los Ros, impulsor de la Institucin Libre de En-seanza. En la misma lnea se encontraba el escritor granadino ngel Ganivet.

    Esta situacin crtica se agudiza con la independencia, en 1898 tras variosaos de guerra de Cuba y Filipinas, ltimas colonias espaolas. Este desastre pro-voca cuantiosas prdidas econmicas y humanas. Surge entonces un grupo de es-critores preocupados por los problemas del pas, por el tema de Espaa. Son losmiembros de la Generacin o Grupo del 98.

    El Grupo del 98 se incluye dentro de un movimiento ms amplio, el Moder-nismo. Los modernistas son autores que, partiendo de un resentimiento contra supoca, buscan nuevos cauces de expresin alejados de los habituales, que asocian ala burguesa. Juan Ramn Jimnez defina el Modernismo como un gran movi-miento de entusiasmo y libertad hacia la belleza.

    As pues, el Modernismo es un movimiento literario y cultural dentro del cualaparece el Grupo del 98, formado por una serie de autores que se dedicara, con unlenguaje ms sobrio, a indagar en las causas de la crisis finisecular.

    La Institucin Libre de Enseanza

    Se trata de una institucin edu-cativa no reglada, fundada en1876. La ILE mantuvo su in-dependencia religiosa, filos-fica y poltica. Sus principiosfundamentales eran la defen-sa de la libertad y el impulsode la ciencia. Pasaron por susaulas intelectuales de la tallade Antonio Machado, Juan Ra-mn Jimnez o Miguel de Una-muno.

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    Jardn con girasoles (1906), de Gus-tav Klimt.

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  • Modernismo y 98

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    1.1. El Grupo del 98

    Nmina

    Pertenecen al Grupo del 98 Miguel de Unamuno, Jos Martnez Ruiz Azorn,Po Baroja y Ramiro de Maeztu. Adems, se incluye tradicionalmente a Ramn Ma-ra del Valle-Incln y a Antonio Machado, aunque con reservas, ya que stos siguenuna evolucin ideolgica y esttica distinta. En los escritores noventayochistas sepueden advertir dos posturas ideolgicas: una primera etapa de juventud, lucha-dora y revolucionaria, y una segunda de madurez idealista, a veces abiertamente con-servadora. Machado y Valle-Incln seguiran evoluciones inversas.

    Concepto de generacinUna generacin literaria es un conjunto de escritores prximos por su edad

    y con problemas e inquietudes similares. Para que podamos aplicar este con-cepto, debe darse una serie de condiciones que recogemos en este cuadro:

    El concepto de Generacin abarca a todos los escritores de un perodo de-terminado. Por ello es ms correcto hablar de Grupo del 98 o Grupo genera-cional del 98.

    La diferencia de edad entre sus miembros no puede sobrepasar los quince aos.

    Poseen una formacin intelectual semejante.

    Es necesaria la presencia de un lder, gua intelectual del grupo.

    Los miembros establecen entre s estrechas relaciones personales (convivencia, amistad, tertulias, actos comunes).

    Han de vivir un acontecimiento generacional: hecho de relevancia histrica que los marque y los una.

    Al tratarse de una generacin literaria, es imprescindible la existencia de unos rasgos comunes en temas y estilo, opuestos a losde la generacin anterior.

    Nacen entre 1864 (Unamuno) y 1875 (Antonio Machado).

    Aunque todos ellos proceden de la burguesa, adoptan una actitud antiburguesa en su primera etapa. Se declaran autodidactas ycrticos con el sistema educativo espaol.

    No est clara la existencia de un gua. Se han propuesto los filsofos Nietzsche o Schopenhauer. Ms extendida es la opinin deque fuese Unamuno. Pedro Salinas habla de que el lder est presente precisamente por su ausencia.

    Participan en algunos actos comunes: visita a la tumba de Larra, homenaje a Baroja por la publicacin de Camino de perfeccin,protesta por la concesin del Premio Nobel a Echegaray, visita a Toledo para admirar los cuadros de El Greco

    Les une el desastre del 98. La guerra sirve como detonante de una situacin que se hubiese dado a conocer de todos modos.

    El escepticismo y el pesimismo son rasgos comunes. Les preocupan los temas religiosos y existenciales y, sobre todo, el tema deEspaa, esencializado en Castilla.

    Admiracin por Larra, Quevedo y Cervantes. La obra de este ltimo servir de estmulo a mltiples ensayos.

    Sobriedad y concisin. Se concede una mayor importancia a la idea que a su expresin. Antirretoricismo.

    Subjetivismo, especialmente significativo en las descripciones de paisajes.

    Innovaciones en los gneros literarios: la nivola de Unamuno o el esperpento de Valle-Incln.

    Grupo del 98

    Generacin literaria

    Monumento a Azorn.

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  • Literatura

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    ActividadEn el siguiente fragmento, extrado de El rbol de la ciencia, de Po Baroja, asistimos a un retrato conciso y devasta-dor de la realidad espaola de principios de siglo.

    Las costumbres de Alcolea eran espaolas puras, es decir, de un absurdo completo.El pueblo no tena el menor sentido social; las familias se metan en sus casas, como los trogloditas en su cueva. No

    haba solidaridad; nadie saba ni poda utilizar la fuerza de la asociacin. Los hombres iban al trabajo y a veces al ca-sino. Las mujeres no salan ms que los domingos a misa.

    Por falta de instinto colectivo, el pueblo se haba arruinado.Po Baroja: El rbol de la ciencia. Alianza, Madrid, 2002.

    Este texto de Azorn es buena muestra del redescubrimiento del paisaje espaol, otra peculiaridad generacional.

    En SevillaNo os habis despertado una maana, al romper el da,

    despus de una noche de tren, cansados, enervados, llenosan los ojos del austero paisaje de La Mancha, frente a estepueblo que un mozo de estacin con voz lenta, plaidera,meldica, acaba de llamar Lora del Ro? Asomaos a la venta-nilla del coche; tended vuestras miradas por la campia; elpaisaje es suave, claro, plcido, confortador, de una dulzuraimponderable. Ya no estamos en las estepas yermas, grises,bermejas, gualdas, del interior de Espaa; ya el cielo no se ex-tiende sobre nosotros uniforme, de un ail intenso, desespe-rante; ya las lejanas no irradian inaccesibles, abrumadoras.Son las primeras horas del da; una luz sutil, opaca, cae sobreel campo; el horizonte es de un color violeta nacarado; cie-rra la vista una neblina tenue. Y sobre este fondo difuso, dul-ce,sedante,destacan las casas blancas del poblado y se perfilapina, gallarda, area, la torre de una iglesia, y emergen, ac y all, solitarias, unas ramas curvadas, unas palmeras. Quhay en este paisaje que os invita a soar un momento y trae a vuestro espritu un encanto y una sugestin honda? Es elpueblo que se columbra a lo lejos, baado por esta luz difusa de la maana? Son las paredes blancas que irradian ilu-minadas por el sol que ahora nace? Es ese hlito profundo de sosiego que en este punto respiramos?

    Jos Martnez Ruiz, Azorn: Los pueblos. Obras completas. Aguilar, Madrid, 1975.

    1. Localiza y explica los rasgos temticos y estilsticos propios del Grupo del 98 que se manifiestan en ambos textos.

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    1.2. El ModernismoMovimiento general propio de esta poca (y que engloba al Grupo del 98),

    el Modernismo supuso la reaparicin de la angustia caracterstica de la literatu-ra romntica europea, sentimiento que pareci declinar gracias a la fe del XIX enel racionalismo, pero que renace tras quedar demostrado que no todo puede ba-sarse en la razn. Se acude a la poesa para rememorar los felices momentos pa-sados: la niez, los parasos perdidos, los jardines

    Principales tendencias del Modernismo

    La esttica modernista halla su momento de mximo esplendor a comienzos delsiglo XX. Iniciado oficialmente por Rubn Daro en 1888 con la publicacin deAzul, el Modernismo supone la integracin de diversas tendencias que se habandesarrollado a lo largo de la segunda mitad del siglo XIX, en especial del Simbolis-mo y del Parnasianismo, de origen francs. Las races estticas del Modernismo

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  • Modernismo y 98

    Qu es el smbolo?

    El smbolo se diferencia de lametfora en que sta sustitu-ye a algo preexistente (perlaspor dientes), mientras que elsmbolo se crea para nombraruna realidad que carece denombre. El smbolo seala lono designado, lo inefable. Pe-ro como el poeta necesita usarpalabras que se entiendan, tie-ne que recurrir a trminos co-tidianos, a los que dota de unsentido del que carecen en lalengua comn. El artista ofre-ce ciertas claves de interpre-tacin para entender el texto.Juan Ramn Jimnez escribe:

    El PoemaNo le toques ya ms,

    que as es la rosa!

    El ttulo nos da una clave. Elpronombre le hace referenciaa dicho poema. No le toquesms, no lo cambies, puesto queya hemos llegado a la perfec-cin. Y a ese poema perfec-to con el mximo deexpresividad y el mnimo depalabras lo llamaremos ro-sa. Se ha expresado un sm-bolo.

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    son, pues, variadas, y encuentran su punto de unin en el deseo evidente en los es-critores de habla hispana de crear un lenguaje nuevo.

    Para ello se acude a fuentes diversas: la poesa de los estadounidenses WaltWhitman y Edgar Allan Poe, el Prerrafaelismo britnico, el Decadentismo de D'An-nunzio Tampoco se pueden obviar las fuentes hispnicas: Berceo, Manrique, loscancioneros El Modernismo es un movimiento envolvente que acumula elementosde distinta procedencia y los hace suyos. Considerando esta cuestin, establecere-mos las principales tendencias del Modernismo.

    Modernismo cannico o parnasiano

    El Modernismo cannico deriva del Parnasianismo, movimiento liderado porLeconte de Lisle.

    Los temas ms cultivados por estos autores son los siguientes: Escapismo. Implica la evasin del mundo real por medio del ensueo. El

    poeta escapa y nos traslada, bien a espacios lejanos y exticos o bien a otrapoca (el Medievo o la niez). Hay tambin referencias a la mitologa clsica.Abundan elementos propios de un mundo elegante y exquisito: dioses, nin-fas, centauros, caballeros, odaliscas, pagodas y viejos castillos, salones versa-llescos, jardines perfumados, cisnes y camellos, flores de loto, marfiles y piedraspreciosas Subyace la idea de que el arte (imaginacin, magia) supera a la vi-da (vulgar y despreciable) y sta debe imitarlo.

    Cosmopolitismo. Es un aspecto ms del deseo de evasin. Adems, aporta alos modernistas un sentido aristocrtico. Pars, smbolo del cosmopolitismoy la bohemia, se convierte en la capital del Modernismo.

    Desazn romntica. Se exaltan las pasiones y lo irracional: el misterio, lo fants-tico. No faltan manifestaciones de tedio y de profunda tristeza, de lo otoal, de locrepuscular, de la noche La melancola es un sentimiento muy caracterstico.

    Amor y erotismo. Se escriben poemas de amor delicado, pero tambin otros deintenso erotismo: los primeros, de amor imposible; los segundos, de desenfreno.

    Temas americanos. Complementarios del cosmopolitismo, son una muestrams de la tendencia a la evasin hacia el pasado legendario, hacia los mitos in-dgenas. En Hispanoamrica esta lnea ser capital.

    Lo hispnico. Este tema se acenta (sobre todo en Hispanoamrica) al ad-vertir el protagonismo de los Estados Unidos. Se reivindica lo espaol frentea los valores culturales norteamericanos.

    En cuanto a la forma, la esttica modernista se plasma en: la bsqueda de efectos sensoriales que provoquen el goce de los sentidos.

    La sinestesia es el principal recurso de esta preocupacin formal; el lenguaje potico se enriquece y la palabra adquiere significacin vital. Se

    cuidan el sonido, el ritmo, la referencia histrica o cultural y los valores sim-blicos. Se intenta renovar el significado de las palabras usuales y crear un l-xico especfico para la poesa. La mtrica tambin se renueva.

    Modernismo simbolista

    La segunda lnea del Modernismo deriva del Simbolismo francs y enlaza con poe-tas como Baudelaire, Rimbaud, Mallarm o Verlaine. Lo esencial es la sugerencia (deah la importancia de la msica) y el poder evocador de las palabras. El didactismoqueda totalmente desterrado (Edgar Allan Poe hablaba de la hereja del didactismo).

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  • Literatura

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    Ahora la evasin no se dirige hacia mundos lejanos, sino hacia el mundo interiordel poeta. Despus de la interiorizacin, el escritor vuelve sus ojos al mundo exte-rior. Se descubre el paisaje, en realidad smbolo de la Historia o del poeta.

    Los autores espaoles, influidos por el simbolismo de Verlaine y por el intimis-mo becqueriano, suelen pertenecer a esta lnea del Modernismo, ms simbolistaque la hispanoamericana.

    Mtrica modernista

    La mtrica modernista se caracteriza por la experimentacin y la renovacin:

    Uso de los versos alejandrinos, dodecaslabos y eneaslabos, escasos en la tra-dicin potica anterior.

    Introduccin de novedades en las estrofas clsicas:

    Sonetos en alejandrinos, con serventesios en lugar de cuartetos.

    Sonetillos (sonetos de arte menor).

    Silva: adems de los clsicos endecaslabos y heptaslabos, se emplean tam-bin pentaslabos y eneaslabos.

    Romances en versos heptaslabos, eneaslabos y endecaslabos.

    Aparicin del verso libre en las ltimas etapas del Modernismo por influjodel norteamericano Walt Whitman.

    Intentos de crear una poesa basada en pies mtricos al estilo de la poesa latina.

    ActividadesAdelfos

    Manuel Machado: Alma, en La poesa espaola. Crculo de Lectores, Barcelona, 1991.

    2. Realiza un anlisis mtrico de este poema y explica sus rasgos modernistas.

    3. Analiza las figuras estilsticas.

    4. Podemos considerar el poema como decadentista? Justifica tu respuesta.

    Ambicin!, no la tengo. Amor!, no lo he sentido.No ard nunca en un fuego de fe ni gratitud.Un vago afn de arte tuve Ya lo he perdido.Ni el vicio me seduce ni adoro la virtud.

    De mi alta aristocracia dudar jams se pudo.No se ganan, se heredan elegancia y blasn Pero el lema de casa, el mote del escudo,es una nube vaga que eclipsa un vano sol.

    Nada os pido. Ni os amo ni os odio. Con dejarmelo que hago por vosotros hacer podis por mQue la vida se tome la pena de matarme,ya que yo no me tomo la pena de vivir!

    Mi voluntad se ha muerto una noche de luna en que era muy hermoso no pensar ni querer De cuando en cuando un beso, sin ilusin ninguna.El beso generoso que no he de devolver!

    Yo soy como las gentes que a mi tierra vinieronsoy de la raza mora, vieja amiga del solque todo lo ganaron y todo lo perdieron.Tengo el alma de nardo del rabe espaol.

    Mi voluntad se ha muerto una noche de lunaen que era muy hermoso no pensar ni quererMi ideal es tenderme, sin ilusin ningunaDe cuando en cuando un beso y un nombre de mujer.

    En mi alma, hermana de la tarde, no hay contornos y la rosa simblica de mi nica pasin es una flor que nace en tierras ignoradas y que no tiene aroma, ni forma, ni color.

    Besos, pero no darlos! Gloria la que me deben!Que todo como un aura se venga para m! Que las olas me traigan y las olas me lleveny que jams me obliguen el camino a elegir.

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  • 8Modernismo y 98

    2. La lrica a principios del siglo XX

    2.1. Rubn Daro

    Obra

    Rubn Daro se caracteriza por su capacidad para poetizar todo tipo de temas:medievales, renacentistas, dieciochescos, americanos Es el poeta del amor y elerotismo en su afn de gozar sin lmites. Las obras ms destacadas de su produc-cin son:

    Azul (1888). Supone el inicio del Modernismo. Es una obra en la que se ob-serva variedad de ritmos y metros. Los poemas se caracterizan por la elegan-cia y la sensualidad.

    Prosas profanas (1896). Representa la plenitud del Modernismo parnasiano.Sorprende por la musicalidad de los versos, en los que se aprecia la variedad m-trica del movimiento. Es una poesa preciosista, extica, de fantasa refinada. Elpoeta, que declar detesto la vida y el tiempo que me toc nacer, se refugia enuna torre de marfil (smbolo aristocrtico del aislamiento del exterior).

    El ltimo soneto de Prosas profanas, Yo persigo una forma, marca la evolu-cin en su estilo; se anan en esta composicin la preocupacin esteticista y lasensualidad.

    Antologa

    La lrica modernista es especialmente interesante para el estudio de los recursos expresivos. Lo apreciamos en lospoemas vistos y en los que siguen. Toma nota de todos ellos para tu antologa de textos.

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    RUBN DARO(1867-1916)

    Poeta nicaragense, suobra constituye uno delos impulsos renovado-res ms importantes dela lengua espaola. Pro-pag por Amrica y Es-paa el Modernismo,expresin de una sensi-bilidad cosmopolita y re-finada, con influenciasestticas y formales delParnasianismo y del Sim-bolismo franceses.

    Yo persigo una formaYo persigo una forma que no encuentra mi estilo, botn de pensamiento que busca ser la rosa; se anuncia con un beso que en mis labios se posa el abrazo imposible de la Venus de Milo.

    Adornan verdes palmas el blanco peristilo; los astros me han predicho la visin de la Diosa;y en mi alma reposa la luz, como reposa el ave de la luna sobre un lago tranquilo.

    Y no hallo sino la palabra que huye, la iniciacin meldica que de la flauta fluye y la barca del sueo que en el espacio boga;

    y bajo la ventana de mi Bella-Durmiente, el sollozo continuo del chorro de la fuente y el cuello del gran cisne blanco que me interroga.

    Rubn Daro: Prosas profanas. Alianza, Madrid, 2002.

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    Cantos de Vida y Esperanza (1905). Se produce una crisis del esteticismoanterior. Ahora asistimos a una poesa ms ntima, ms preocupada por elhombre, ms angustiada. Abundan los temas serios, hondos, a veces muy amar-gos. Rubn Daro reflexiona sobre el arte, el placer, el amor, el tiempo, la muer-te (preocupacin obsesiva), la vida, la religin

    Trascendencia

    Daro es el principal poeta modernista. Su figura es fundamental para la reno-vacin de la lrica espaola de este siglo. Entre los poetas premodernistas espao-les destacan Ricardo Gil, Manuel Reina y Salvador Rueda. Dentro del Modernismodebemos resaltar las figuras de Eduardo Marquina, poeta y dramaturgo y de Fran-cisco Villaespesa. El Decadentismo alcanza una de sus principales cotas en nues-tra lrica con la figura de Manuel Machado, autor de Alma (1902), Cante hondo(1912) o Ars moriendi (1922).

    ActividadesPresentamos dos muestras de la obra rubeniana: Caupolicn es un poema que ofrece temas, mtrica y esttica pro-pios del Modernismo parnasiano; Lo fatal, cierre de Cantos de vida y esperanza, es una clara muestra del Exis-tencialismo literario de la ltima poca del poeta, que plantea interrogantes universales.

    5. Realiza el anlisis mtrico de los poemas propuestos.

    6. Localiza rasgos formales y temticos propios del Modernismo en ambos poemas.

    Lo fatalDichoso el rbol que es apenas sensitivo,y ms la piedra dura, porque sta ya no siente,pues no hay dolor ms grande que el dolor de ser vivo,ni mayor pesadumbre que la vida consciente.

    Ser, y no saber nada, y ser sin rumbo cierto,y el temor de haber sido, y un futuro terrorY el espanto seguro de estar maana muerto,y sufrir por la vida y por la sombra y por

    lo que no conocemos y apenas sospechamos,y la carne que tienta con sus frescos racimosy la tumba que aguarda con sus fnebres ramos,y no saber adnde vamos,ni de dnde venimos!

    Rubn Daro: Lo fatal, en Cantos de vida y esperanza.Alianza,Madrid, 1995.

    CaupolicnEs algo formidable que vio la vieja raza;robusto tronco de rbol al hombro de un campensalvaje y aguerrido, cuya fornida mazablandiera el brazo de Hrcules o el brazo de Sansn.

    Por casco sus cabellos, su pecho por coraza,pudiera tal guerrero, de Arauco en la regin,lancero de los bosques, Nemrod que todo caza,desjarretar un toro o estrangular un len.

    Anduvo, anduvo, anduvo. Le vio la luz del da,le vio la tarde plida, le vio la noche fra,y siempre el tronco de rbol a cuestas del titn.

    El Toqui, el Toqui!, clama la conmovida casta.Anduvo, anduvo, anduvo. La aurora dijo Basta,e irguise la alta frente del gran Caupolicn.

    Rubn Daro: Azul, en http://luis.salas.net

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    Antologa

    Una de las corrientes ideolgicas ms representativas del siglo XX es el Existencialismo. El hombre sufre una terrible an-gustia ante la incertidumbre de la existencia humana. Los dos ltimos versos de Lo fatal resumen a la perfeccin es-te sentimiento. Indaga en los orgenes y en las manifestaciones del Existencialismo literario. Investiga acerca de losfilsofos precursores: Sren Kierkegaard y Arthur Schopenhauer.

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    Modernismo y 98

    2.3. Antonio Machado

    Obra

    Lo mejor de su obra lrica se encuentra en sus dos primeros libros:

    Soledades, Galeras y otros poemas (1907). Esta primera obra pertenece alModernismo simbolista. Trata los temas del paso del tiempo, la melancola,Dios y, sobre todo, la muerte, una constante en su obra. Se vale de algunossmbolos como la tarde o la fuente, que encierran su concepto de tiempo.

    Campos de Castilla (1912). A los temas anteriores, se une el de Castilla.Se observan descripciones subjetivas de paisajes y una actitud crtica (atra-so y pobreza, denuncia de los problemas del pas). Tambin apreciamoshermosas composiciones dedicadas a su mujer, Leonor, en las que a travsdel paisaje se muestra el estado de nimo del poeta.

    En poemas posteriores se ir acrecentando la crtica social, hecho que le va-li la admiracin de los poetas de posguerra. Hoy en da se est revalorizandola poesa intimista de su primera poca.

    Machado escribi tambin teatro y prosa. Al primer gnero corresponde La Lo-la se va a los puertos, escrita junto a su hermano Manuel. En cuanto a sus escritos enprosa, sobresale Juan de Mairena, conjunto de reflexiones que el maestro que danombre a la obra ofrece a sus alumnos sobre los ms diversos temas. Son conocidossus comentarios en torno al lenguaje potico, en los que expresa la necesidad de aban-donar el retoricismo vaco en busca de la sencillez expresiva y del lenguaje vivo:

    Seor Prez, salga usted a la pizarra y escriba: Los eventos consue-tudinarios que acontecen en la ra.

    El alumnos escribe lo que le dicta. Vaya usted poniendo esto en lenguaje potico.El alumno despus de meditar, escribe: Lo que pasa en la calle. No est mal.

    Antonio Machado: Juan de Mairena. Alianza, Madrid, 2004.

    Temas

    El tiempo es, tal vez, la preocupacin principal de Machado; el poeta creadistintos smbolos: la fuente, el reloj, el agua, el camino Le preocupa eltiempo que fluye, que pasa, pero que siempre es igual a s mismo: nios,fuentes, corrientes, norias Machado defini la poesa como palabraesencial en el tiempo. As, la esencia del ser humano se encuentra, precisa-mente, en su conciencia temporal. Mediante el lenguaje potico se captalo propio de las cosas en su devenir.

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    ANTONIO MACHADO(1875-1939)

    Nace en Sevilla. A losocho aos se traslad aMadrid. Visit en variasocasiones Pars, dondeconoci la obra de lossimbolistas franceses (PaulVerlaine). Fue Catedrti-co de Francs en Soria(donde se cas con Leo-nor) hasta la tempranamuerte de su mujer. De-seoso de abandonar So-ria, solicita traslado y esdestinado a Baeza (Jan).Ms tarde, marcha a Se-govia. Firme partidario dela Repblica, debi exi-liarse a Colliure (Francia)durante la Guerra Civil,y all muri.

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  • Literatura

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    La soledad, compaera del poeta (yo era muy nio, / y t, mi compaera).

    El sueo (de la vigilia) como forma de conocimiento, de acercamiento ala realidad profunda de las cosas.

    El amor evocado. Destacan los poemas dedicados a Leonor tras su muerte.

    Dios, desde una doble perspectiva: por un lado, sufre una crisis de fe a lamuerte de Leonor; por otro, medita constantemente sobre la existencia yla nocin de Dios. As, confesar estar siempre buscando a Dios entre laniebla.

    Los sentimientos que el poeta refleja (la angustia, la soledad, la melancola)son consustanciales al ser humano, que se pregunta por su destino y el sentidode su existencia que transcurre. Su poesa refleja, por lo tanto, lo que el poetadenomin universales del sentimiento, que son las grandes emociones que afec-tan al alma en su contacto con el mundo. Esos universales del sentimiento se re-fieren generalmente a tres grandes temas: el tiempo, la muerte y Dios. El Diosque aparece en la obra de Machado es a menudo un sueo, un deseo que, noobstante, no se hace presente de forma clara.

    Estilo

    El estilo machadiano se caracteriza por la presencia de smbolos. Los prin-cipales son la tarde (que representa su angustiado y melanclico estado de ni-mo), el reloj o el agua (en los que se aprecia su obsesin por el paso del tiempoy la muerte). La sencillez formal y mtrica aporta la esencialidad y la sobrie-dad caractersticas del 98. En este sentido, son habituales los poemas en ale-jandrinos y la silva-romance. Su poema La tierra de Alvargonzlez marca unhito en la recuperacin del romance (y, por extensin, de la lrica tradicional)para la poesa culta.

    Aula donde imparti clases Anto-nio Machado en Baeza.

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  • Modernismo y 98

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    ActividadesEl primer poema, de Soledades, Galeras y otros poemas, evoca el estado de nimo del poeta. Se pregunta con angustiapor el origen de sus preocupaciones existenciales. El segundo, de Campos de Castilla, est escrito pocos das antes de lamuerte de Leonor, cuando el regreso de la primavera a las tierras sorianas le hace esperar el milagro de su curacin.

    10. Realiza el anlisis mtrico de ambos poemas.

    11. Estn presentes los temas propios de la poesa machadiana? Explcalos.

    12. En el primer poema, un doble smil explica cmo se siente el poeta en el mundo. Localzalo y relacinalo conla idea central del texto.

    13. Analiza la estructura de A un olmo seco y comenta cmo el smbolo del olmo va personificndose progresi-vamente.

    14. Busca otras referencias a la tarde en Soledades y completa el significado de este smbolo.

    15. Haz un comentario de los poemas ms significativos de Campos de Castilla desde el CXIX (muerte de Leonor).

    LXXVIIEs una tarde cenicienta y mustia,destartalada, como el alma ma;y es esta vieja angustiaque habita mi usual hipocondra.

    La causa de esta angustia no consigoni vagamente comprender siquiera;pero recuerdo, y, recordando digo: Si, yo era nio, y t, mi compaera.

    * Y no es verdad, dolor, yo te conozco,t eres nostalgia de la vida buenay soledad de corazn sombro,de barco sin naufragio y sin estrella.

    Como perro olvidado que no tienehuella ni olfato y yerrapor los caminos, sin camino, comoel nio que en la noche de una fiesta

    se pierde entre el gentoy el aire polvoriento y las candelaschispeantes, atnito, y asombrasu corazn de msica y de pena,

    as voy yo, borracho melanclico,guitarrista luntico, poeta,y pobre hombre en sueos,siempre buscando a Dios entre la niebla.

    Antonio Machado: Soledades. Galeras. Otros poemas.Ctedra, Madrid, 2000.

    A un olmo secoAl olmo viejo, hendido por el rayoy en su mitad podrido,con las lluvias de abril y el sol de mayo,algunas hojas verdes le han salido.

    El olmo centenario en la colinaque lame el Duero! Un musgo amarillentole mancha la corteza blanquecinaal tronco carcomido y polvoriento.

    No ser, cual los lamos cantoresque guardan el camino y la ribera,habitado de pardos ruiseores.

    Ejrcito de hormigas en hilerava trepando por l, y en sus entraasurden sus telas grises las araas.

    Antes que te derribe, olmo del Duero,con su hacha el leador, y el carpinterote convierta en melena de campana,lanza de carro o yugo de carreta;antes que rojo en el hogar, maana,ardas de alguna msera caseta,al borde de un camino;antes que te descuaje un torbellinoy tronche el soplo de las sierras blancas;antes que el ro hasta la mar te empujepor valles y barrancas,olmo, quiero anotar en mi carterala gracia de tu rama verdecida.Mi corazn esperatambin, hacia la luz y hacia la vida,otro milagro de la primavera.

    Antonio Machado: Campos de Castilla.Ctedra, Madrid, 1999.

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