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Valor del Mes:

Escuchar

Lema del Mes:

“Este es mi Hijo amado, escúchenlo”

(Lc 9,35)

Plan de PastoralSeptiembre 2014

Créditos

Colaboradores: P. William Arias, Denny López y Carmen Santana, (Centro de Investigación y Pastoral Bíblica de la Arquidiócesis de Santiago), Hna. Damaris Picado, Silvia Rodríguez (Arquidiócesis de Santiago), Fray David, ofmcap (Zona Los Mina), Pbro. Candelario Mejía Brito, Carmen Villanueva (Zona Villa Mella-Guanuma), Juana Fernández, Pbro. Lorenzo Vargas Salazar, Valerio Baines Sanz, OAR, (Arquidiócesis de Santo Domingo)

Coordinación:Eugenia López

Diagramación y Arte Final:Jesús Pérez

Portadas: Werner Olmos

Impresión:Editora Amigo del HogarManuel María Valencia No. 4Santo Domingo, D. N. Tel.: 809.548.7594

Para contacto Vicaría de Pastoral, Teléfono 809-682-0815, Correo electrónico: [email protected]

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Plan de Pastoral - Septiembre 2014

Acción Significativa del Sector:

Visita a los hogares con la Biblia.Encuentro ecuménico.

Encuentro con migrantes o Visitas a los nuevos que llegan

Acción Significativa Familiar:

Celebración ecuménica en la familia a partir del Texto Bíblico de Mateo 25, 31-45

Índice

Primera Parte:

Primer encuentro de Evangelización . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4

Segundo encuentro de Evangelización . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7

Acción Significativa del Sector: Visita con la Biblia a los Hogares . . . . . . 10

Semana Bíblica 2014 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 20

Caminata Bíblica Parroquial . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 28

Feria Biblica 2014 en parroquias, sectores y centros educativos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 32

Maratón de Lectura de la Biblia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 34

Segunda Parte:

Celebraciones Dominicales y Lecturas de la Palabra de cada día y Meditación diaria . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 35

Solemnidad de Nuestra Señora de las Mercedes, 24 de Septiembre . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 80

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Este es mi Hijo amado, escúchenlo

Primer encuentro de EvangelizaciónSemana 1-6 de Septiembre

No es lo mismo oír que escuchar”

AmbientaciónEn el lugar de la reunión se tiene una

radio encendida con música en inglés o en otros idiomas. Cuando llegan las personas, se ponen en grupos de tres o cuatro y se les pide que dialoguen sobre la realidad, o sobre otros temas.

Canto: (se inicia con un canto de unidad, de reunión, de unión) Qué bien todos unidos…

Oración: (comenzamos orando con el Salmo de la escucha): 142 Respondemos: “Señor, escucha mi oración”

Señor, escucha mi oración; tú, que eres fiel, atiende a mi súplica; tú, que eres justo, escúchame. No llames a juicio a tu siervo, pues ningún hombre vivo es inocente frente a ti.

Recuerdo los tiempos antiguos, medito todas tus acciones, considero las obras de tus manos y extiendo mis brazos hacia ti: tengo sed de ti como tierra reseca.

Escúchame enseguida, Señor, que me falta el aliento. No me escondas tu rostro, igual que a los que bajan a la fosa. En la mañana hazme escuchar tu gracia, ya que confío en ti. Indícame el camino que he de seguir, pues levanto mi alma a ti.

Líbrame del enemigo, Señor, que me refugio en ti. Enséñame a cumplir tu voluntad, ya que tú eres mi Dios. Tu espíritu, que es bueno, me guíe por tierra llana. Por tu nombre, Señor, consérvame vivo; por tu clemencia, sácame de la angustia.

Centrando el tema:El que preside, después de saludar a todos los presentes, hace las

siguientes preguntas: ¿Qué decían las canciones que hemos oído al entrar a este lugar de reunión? ¿De qué hablaban las personas de los otros grupos que teníamos cerca de nuestro grupo? ¿No les hemos oído ni a las canciones ni a los otros grupos? Oír sí, pero ¿les hemos escuchado? ¿qué diferencia hay entre oír y escuchar?

Palabra de Dios: Mateo 13, 9-17

Canto: Tu Palabra me da vida

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ComentarioEn el texto de san Mateo, que acabamos de escuchar, Jesús distingue

entre las personas que oyen y las que escuchan o atienden. Y esto lo hace en otras ocasiones. Por ello vamos a hablar sobre este tema para tratar de diferenciar entre oír y escuchar.

Nos gusta más hablar que escuchar. Esta es la realidad de nuestro mundo. Estamos llenos de palabras, de ruidos, de gritos, de noticias… pero estamos vacíos de escuchar. Es más, para no escuchar, oímos mucho. Parece contradictorio, pero… el celular en la mano todo el día, los audífonos puestos en el oído… para tener ruido, para estar con los oídos ocupados y no prestar atención, no escuchar cuando nos hablan o nos dicen algo las personas que nos rodean. Y esto no es sólo de la gente joven.

Nos está hablando alguien, y antes de darnos las ideas, ya le interrumpimos para responderle o expresarle lo que pensamos. Hablamos, sí, pero no escuchamos.

Pensamos que escuchar es poner el oído y nada más. Escuchar supone un esfuerzo mayor que el de hablar, ya que supone entender al que nos habla. Por eso aquí nos referimos a una escucha activa. Practicar la escucha activa nos plantea escuchar y al mismo tiempo entender lo que la otra personas nos está contando.

¿Cuál es la diferencia entre el oír y el escuchar?Oír es recibir sonidos en nuestros órganos auditivos que llamamos oídos.

Sin embargo, escuchar supone un esfuerzo por entender, comprender o dar sentido a lo que la persona nos esta contando. Por tanto, la escucha activa debe ser la habilidad que nos permita oír no sólo lo que la persona está expresando directamente, sino también los sentimientos, ideas o pensamientos que están por debajo de lo que se está diciendo. Esto supone saber ponerse en la situación de quien habla; escuchar es meterse en “los zapatos” de quien habla.

Para practicar la escucha activa, que significa prestar atención con todos nuestros sentidos a los demás, permitiéndoles expresarse libremente, debemos estar atentos al lenguaje no verbal: mira a la cara, a los ojos, ver los gestos y actitudes del rostro, las manos, el cuerpo… todo ello indica tanto como las palabras que se usan y ayudan a entender el estado de la persona que habla.

Además, escuchar supone:• No interrumpir al que habla.• No rechazar lo que el otro esté sintiendo, por ejemplo no podemos decir:

“no te preocupes, eso no es nada”.• No querer solucionar inmediatamente el problema que nos están

contando, queriendo dar respuestas y soluciones ya.• No emitir juicios sobre el que habla y lo que dice.• No contar “tu historia” cuando el otro necesita hablarte: “eso mismo me

pasó a mí, y aún más”.• Evitar el hacerte el experto: ya tienes las respuestas al problema de la

otra persona, antes incluso de que te haya contado la mitad.

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Todos y todas estamos en la misma situación porque queremos ser escuchados, pero pocos pensamos en cuánto podría beneficiarnos escuchar más a los demás.

Escuchar va mas allá de nuestros oídos, nos llega al cerebro, nos llega al alma. Es hora de hablar menos y escuchar más; por eso se dice que Dios nos dio dos oídos y una boca, para hablar la mitad del tiempo que dedicamos a escuchar.

Todo lo anterior se refiere a la escucha de las personas. El próximo encuentro queremos centrarlo en la escucha del Señor que nos habla; pero además, tenemos a la realidad que también nos está hablando. Si nos cuesta mucho escuchar a las personas, más, mucho más nos cuesta escuchar y entender la realidad que nos toca vivir como personas y como personas sociales. Por ello, todo lo dicho sobre oír y escuchar a las personas debemos aplicarlo también a la escucha de la realidad que nos habla y nos grita.

Reflexionemos:El texto que hemos leído de Evangelio, ¿cómo se relaciona con el

comentario que hemos hecho?• ¿Sabes escuchar a los demás, comenzando por los de tu casa?• Cuando hablas con otras personas, ¿tienes la sensación de entender

situaciones que no has vivido, comparándolas con otras propias? • ¿Crees tener respuestas antes de que la otra persona termine de expresar

lo que quiere decir? • ¿Estás impaciente por tener la palabra o interrumpes? ¿Juzgas a quien

te habla partiendo de tus propios valores o “lo que tú harías”?• ¿En algún momento se nos ocurre escuchar la realidad?• ¿Qué actitudes debería cambiar para escuchar de manera activa?

Para empezar a cambiar podría “Escuchar a las personas”, guardando el celular en mi bolsillo, dejando de interrumpir a esa persona para hablarle de mi experiencia parecida a la que me cuenta, mirándole a los ojos, viendo sus gestos, viendo la expresión de su rostro mientras conversaba, como cambiaba su respiración de acuerdo al sentimiento que me quería expresar, dándome cuenta que escuchar es más que oír palabras que se quedan en el aire; escuchando y prestando atención a lo que me dice la realidad… Canto: Háblame (Yo siento Señor, que tú me amas….)

Oración: Nos colocamos en un círculo. Pedimos al Señor que nos abra nuestros oídos para escuchar con atención a los hermanos que nos hablan. Se concluye con el Padre Nuestro y Ave María. Luego, cada uno le hace una señal de la cruz en la oreja al que está a su lado y le dice: Effetá: Abre tus oídos para escuchar a los demás.

Canto final y avisos.

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Segundo Encuentro de EvangelizaciónSemana 8-13 de Agosto

La Escucha de la Palabra

Ambientación: En el lugar de reunión, en una mesa u otro lugar apropiado, se pone la Biblia adornada con unas velas y unas flores o plantas naturales, a ser posible que estén vivas. También se ponen unos periódicos y algunas herramientas de trabajo.

Canto. Habla, Señor, que tu siervo escucha

OraciónSeñor de la vida, abre nuestro corazón a tu palabra. /queremos anunciar

tu reino y construirlo con nuestras vidas. /queremos ser testigos de tu amor y tu proyecto para todos. /ayúdanos a escuchar tu palabra, a leer y rezar con la biblia, /a contemplar la vida y la historia para descubrir tu propuesta /y caminar hacia ti.

Tú, Señor, que mostraste a los discípulos la necesidad /del encuentro con dios, única compañía que acompaña todo, /muéstranos cómo seguir tus pasos. /ayúdanos a buscar momentos para el diálogo con el padre. /enséñanos a percibir el aliento del espíritu /que sopla en nuestras vidas. Guíanos al encuentro con la palabra que espera en la Biblia / para descubrir nuevos caminos y revelar la presencia de Dios /en la vida y en la historia que vivimos.

Danos hambre y sed de tu palabra, cimiento verdadero /donde asentar un proyecto de vida en la huella hacia el reino. / despierta en nosotros el gusto por la lectura cotidiana de la biblia, / para aprender a escuchar, discernir y que estás cerca... /que pasas a nuestro lado, que caminas en nuestra historia... / y nos llamas para ser tus testigos y anunciar que es posible /un mundo distinto, más fraterno, humano, justo y en paz. Amén

Centrando el tema:Quien preside, después de dar la bienvenida a todas las personas

participantes, avisa que el tema de hoy es: Escuchar a Dios que nos habla. E invita a comentar lo que ven sobre la mesa-altar y la relación con el tema del día. Concluyendo esta introducción: Dios habló, habla y seguirá hablando por su Palabra, por la naturaleza, por la realidad, por las circunstancias y por las personas.

Escuchemos la Palabra de Dios: Mateo 7,21-29; Mateo 13,1-23. Se pueden leer los dos textos o solamente el primero, dado que en el encuentro anterior leíamos parte de Mateo 13.

Canto: Hemos escuchado la Palabra del Señor…

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Comentario: Para esta segunda reflexión partimos de lo dicho en la anterior: sobre

oír y escuchar. No es lo mismo oír a Dios que escuchar a Dios. Muchos oyeron hablar a Jesús, sin embargo no le escucharon. “Más felices los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen” (Lc. 11,28).

El Espíritu pone en nuestras manos, oídos y bocas la Palabra de Dios. Dios es Amor, y el amor es comunicación, diálogo, palabra cercana y entrañable que nos ha dicho en Jesús. Sabemos que Dios nos habla en la Escritura y en la liturgia, en el periódico y en el hermano, en el tráfico de la ciudad, en la vida e historia y en el secreto del propio corazón. Por eso tenemos que colaborar con el Espíritu aprendiendo, con nuestro esfuerzo, su lenguaje.

El texto que hemos escuchado nos dice que debemos ser personas sensatas, que debemos edificar nuestra vida sobre la escucha de la Palabra de Dios que nos sigue hablando. Hay una escucha superficial y no comprometida y, una escucha activa que merece la felicitación por parte de Jesús: Dichoso el que escucha la Palabra y la pone en práctica, construirá su vida sobre base sólida. Es decir, que se conoce que una persona ha escuchado la Palabra cuando la vive en su vida diaria y en toda circunstancia de nuestro caminar en esta tierra.

Repetimos que escuchar es mucho más que oír. La escucha supone disponibilidad. Quien decide escuchar a Dios tiene que hacer espacio y silencio en su interior; abrir no sólo los oídos, sino la mente y el espíritu.

Por eso, el creyente es una persona orientada hacia la escucha de Dios: “Habla, Señor, que tu siervo escucha” (1Sm 3,5). Porque Dios nos habla para que le escuchemos. A lo largo y a lo ancho de la Escritura resuena este estribillo: “Escucha Israel, el Señor es nuestro Dios, uno es el Señor” (Dt 6,4). Quien escucha de verdad, responde después filialmente.

Dios nos habla en su Palabra escrita, es decir en la Biblia, pero habla en otros muchos lugares y de muchas y diversas maneras. Es más, podemos decir que el primer lugar donde nos habla Dios es en la vida, la Palabra es sobre todo revelación y presencia de Dios en la historia. La Palabra de Dios es la vida.”Lo que sucede es que el pecado nos vuelve ciegos y sordos frente a esa Palabra incapacitándonos para encontrarlo presente en la realidad” (San Agustín).

La Palabra de Dios es su Hijo. “Dios habló a nuestros padres en distintas ocasiones y de muchas maneras por los profetas. Ahora, en esta etapa final, nos ha hablado por el Hijo” (Hb 1,1-2). Dios habla, y habla fuerte en su Hijo Jesucristo, pero no pocas veces le cerramos los oídos porque lo que nos dice no siempre es lo que nosotros quisiéramos escuchar.

La Palabra de Dios incomoda mucho porque exige cambios radicales, porque nos saca de nuestra comodidad, porque sacude nuestra mediocridad, porque en momentos críticos exige opciones y renuncias que no siempre estamos dispuestos a realizar, porque exige abrazarnos a la cruz cuando quisiéramos que nos libre del sufrimiento, porque quisiéramos ganar la gloria eterna pero sin asumir el combate, sin seguir al Señor hasta la cruz.Por todo ello es necesario poner nuestra vida a la escucha de la Palabra de

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Dios para edificar esa vida sobre roca; después de escuchar, la Palabra es para ponerla en práctica, como nos dice Santiago, 1,22, “Pongan por obra lo que dice la Palabra y no se conformen con oírla, pues se engañarían a ustedes mismos”.

Terminamos con unas frases sacadas de la homilía del papa Francisco el día 21 de marzo de 2014: “Se han apropiado de la palabra de Dios y la palabra de Dios la convierten en su palabra, según sus intereses, según sus ideologías, sus teologías... pero a su servicio. Y cada uno la interpreta según la propia voluntad, según el propio interés. Aquí está el drama de este pueblo”... “la palabra de Dios está muerta, está aprisionada, el Espíritu Santo queda enjaulado en los deseos de cada uno de ellos”… “cuando no estamos abiertos a la novedad de la palabra de Dios, cuando no somos obedientes a la palabra de Dios”…

“La actitud de quien quiere escuchar la palabra de Dios es primero, la humildad; segundo la oración. Esta gente no rezaba. No sentía necesidad de rezar. Se sentían seguros, se sentían fuertes, se sentían dioses. Humildad y oración: con la humildad y la oración vamos adelante para escuchar la palabra de Dios y obedecerle. En la Iglesia, humildad y oración”...

Canto: Escucha, tú, la Palabra…

Reflexionemos• ¿Empleamos tiempo en escuchar a los demás? • ¿Cuánto tiempo dedico a escuchar al Señor? • ¿Cómo y cuándo me habla Dios por medio de la realidad? ¿Pongo en

práctica lo que me dice el Señor?• Y practiquemos: voy a escuchar y atender a los miembros de mi familia

y comunidad. Esta semana voy acompañar a una persona enferma o anciana y le voy a dejar hablar todo lo que desee. Voy a trabajar por poner paz, por exigir justicia, como respuesta a la Palabra de Dios.

Canto: Con nosotros está y no le conocemos…

Oración final: Recemos despacio el Salmo 40 (39) 1-11. Nos quedamos en silencio de 5 a 10 minutos escuchando la voz del Señor. Expresemos nuestra acción de gracias al Señor por hablarnos a través de su Hijo. Terminamos con el Padre nuestro y Avemaría.

Canto final y avisos.

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ACCIÓN SIGNIFICATIVA DEL SECTORVisita a los hogares con la Biblia

Dialogando con la Biblia

En las visitas casa por casa con la Biblia en este año 2014, en el que nuestra Iglesia dominicana nos convoca a permanecer en constante misión con una apertura al diálogo, para fomentar la fraternidad en la sociedad, tendremos como tema el diálogo. El diálogo es una necesidad urgente que debe iniciarse en la familia. Por tal motivo nos reunimos en familia, para expresar nuestro amor y disposición a escuchar la Palabra de Dios y meditar los textos bíblicos que nos lleven a un diálogo fraterno.

Iluminados por el Concilio Vaticano II en la Dei Verbum 21 nos dice: “La Igle-sia siempre ha venerado la Sagrada Escritura como lo ha hecho con el Cuerpo de Cristo. Sobre todo en la liturgia, nunca ha cesado de tomar y repartir a sus fieles el pan de la vida que ofrece la mesa de la Palabra y del Cuerpo de Cristo”.

Abramos nuestros oídos y nuestro corazón para dejarnos impregnar de la Palabra de Dios que viene a nuestras vidas en este mes de Septiembre que en nuestro Plan de Pastoral tiene como valor el escuchar y como lema: “Este es mi hijo amado, escúchenlo” (Lc 9,5).

Hoy queremos hacer un gesto especial de veneración del libro que nos presenta el mensaje de Dios a la humanidad. Con profundo amor, respeto y veneración, comencemos esta celebración.

Primera visita: Diálogo de Moisés con el Señor

Preparación: Los que llevan la Palabra vienen con la Biblia en alto hasta llegar a la casa que se visitará. Se Prepara un atril, mesa o lugar destacado para colocar la Biblia. Velas encendidas a los lados de la misma y flores.

1. Saludo a la familia: El Señor les visita con su Palabra porque con ustedes quiere dialogar. Respuesta de la familia: Bienvenido seas a nuestro hogar. Te decimos

con amor: “Habla, Señor que te escuchamos”

2. MotivaciónEn este año 2014 nuestro valor a cultivar como Iglesia es el diálogo con el lema:

“Dialogando en la verdad renovemos la sociedad”. Para dialogar es necesario hablar y escuchar. En este mes de Septiembre dedicado a la Biblia queremos abrir nuestros oídos para escuchar la Palabra de Dios aceptando la invitación del Padre Dios: “Este es mi Hijo amado, escúchenlo” (Lc 9,5). Está claro que quien sabe escuchar a Dios sabe muy bien escuchar y hablar con sus hermanos.

Mostremos nuestra disposición a escuchar la voz de Dios manifestada en su Hijo Jesucristo venerando la Biblia, el libro que contiene su Palabra.

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3. Canto y entronización de la Biblia abierta en el lugar preparado

4. Invocación al Espíritu Santo espontánea dejando actuar el Espíritu de Dios, puede ser rezado o cantado.

5. Lectura de la Palabra: Éxodo 33, 12-17Momento de silencio para saborear y rumiar la palabra dejándonos conducir

por la presencia de Dios que dialoga con nosotros como lo hizo Moisés.

6. Reflexionemos a la luz de la PalabraEste texto bíblico, nos presenta un diálogo entre Dios y Moisés. Moisés

intenta hacer a través del conversatorio que el Señor camine con su pueblo. Argumenta que si el pueblo goza de su presencia, que si hay un trato tan íntimo, no debe de abandonarlos. Le replica que su presencia es necesaria, que es el único distintivo que los distingue de los demás pueblo.

Nosotros sin la presencia de Dios no podemos subsistir. El niño, el adolescente, el joven, el hombre ni la mujer pueden vivir sin esa mediación divina que se basa en el amor, la misericordia y la confianza. Necesitamos un diálogo constante con Dios al igual que Moisés, para que acompañe personalmente nuestras familias, al pueblo que peregrina con sus fortalezas y debilidades. Un pueblo que al igual que el de Israel necesita ser liberado de tantas guerras, maltratos y sufrimientos causado por el mismo hombre.

7. Oraciones espontáneas: En este momento levantemos nuestras manos en alto, hacia Dios, e

intercedamos, como Moisés, ante Él por nuestro mundo y por tantos problemas que hay en nuestro pueblo. Cada uno le expresa alguna necesidad y situación. Luego de cada petición, respondemos: Dios, Padre Nuestro, ten piedad y misericordia de nuestro pueblo. Se concluye con el Padre Nuestro, Ave María y Gloria.

8. Propósito: Pedir durante toda la semana, el acompañamiento de Dios en la familia,

la comunidad o sector.

9. Cantos sobre la Palabra: Mi alegría está en vivir u otra canción u otra canción

Segunda visita: El diálogo conduce a la paz


1. Saludo a la familia: El Señor les visita con su Palabra porque con ustedes quiere dialogar. Respuesta de la familia: Bienvenido seas a nuestro hogar.

Te decimos con amor: “Habla, Señor que te escuchamos”.

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2. MotivaciónEn este año 2014 nuestro valor a cultivar como Iglesia es el diálogo con el le-

ma: “Dialogando en la verdad renovemos la sociedad”. Para dialogar es necesario hablar y escuchar. En este mes de Septiembre dedicado a la Biblia queremos abrir nuestros oídos para escuchar la Palabra de Dios aceptando la invitación del Padre Dios: “Este es mi Hijo amado, escúchenlo” (Lc 9,5). Está claro que quien sabe escuchar a Dios sabe muy bien escuchar y hablar con sus hermanos.




5. Lectura de la Palabra: 1 Samuel 24, 2-21Se hace un momento de silencio y entre todos comparten la Palabra.

Luego, se lee este texto tomado de la homilía del Papa Francisco el viernes 24 de enero del 2014.

«El diálogo se construye con humildad, incluso a costa de «tragar quina», porque es necesario evitar que en nuestro corazón se levanten «muros» de resentimiento y odio.

El primer libro de Samuel (24, 3-21), narra el enfrentamiento entre Saúl y David. Esta Palabra de Dios» «nos hacía ver lo que hacen los celos, lo que hace la envidia en las familias y en las comunidades cristianas». Son actitudes negativas que «llevan siempre a muchas peleas, a muchas divisiones, incluso al odio». Nos muestra otra actitud: la de David», quien «sabía muy bien» que se encontraba «en peligro; sabía que el rey quería matarlo. Y se encontró precisamente en la situación de poder matar al rey, y así se terminaba la historia». Sin embargo, «eligió otro camino», prefirió «el camino del acercamiento, de la aclaración de la situación, de la explicación. El camino del diálogo para hacer las paces».

En cambio, el rey Saúl «rumiaba en su corazón estas amarguras», insultaba «a David porque creía que era su enemigo. Y ésta aumentaba en su corazón». Por desgracia, «esas fantasías aumentan siempre cuando las escuchamos dentro de nosotros. Y levantan un muro que nos aleja de la otra persona». Así terminamos por quedar «aislados en este caldo amargo de nuestro resentimiento».

«Para dialogar —precisó el Papa— es necesaria, ante todo, la humildad». Lo demuestra el ejemplo de «David, humilde, que dijo al rey: mira, habría podido matarte; habría podido hacerlo, pero no quise. Quiero estar cerca de ti, porque tú eres la autoridad, eres el ungido del Señor». David realiza «un acto de humildad.

Por lo tanto, para dialogar no hay necesidad de alzar la voz, «sino que es necesaria la mansedumbre». Y, además, «es necesario pensar que la otra persona tiene algo más que yo», tal como hizo David, quien, mirando a Saúl, se decía a sí mismo: «él es el ungido del Señor, es más importante que yo». Junto «con la humildad y la mansedumbre, para dialogar es necesario hacer lo que hemos pedido hoy en la oración, al comienzo de la misa: hacerse

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todo a todos». «Humildad, mansedumbre, hacerse todo a todos» son los tres elementos básicos para el diálogo». 6. Compartimos: Se comparte brevemente alguna experiencia vivida

relacionada con algún diálogo que hayamos tenido con otra persona en la que hemos sabido vencer las diferencias.

7. Oración espontánea: Elevamos al Señor una acción de gracias por las veces que con el diálogo hemos logrado paz con los demás. Luego de cada acción de gracias, respondemos: cantando el estribillo “”Gracias Señor aleluya, gracias Señor aleluya, gracias Señor”. Se concluye con el Padre Nuestro, Ave María y Gloria.

8. Propósito: Realizar un diálogo en la familia, comunidad o sector con quienes necesiten restablecer la paz.

9. Cantos sobre la Palabra

Tercera visita: Diálogo entre Jesús y el Centurión









5. Lectura de la Palabra: Mateo 8,5-13Nos detenemos un momento en silencio para interiorizar el texto bíblico y

compartirlo entre nosotros. Luego, meditemos con esta reflexión.En el diálogo de Jesús con el Centurión Cristo suprime toda barrera. Él ha

venido a reunir todos los hombres y mujeres en un mismo redil. Todos somos

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hijos de Dios: los negros y los blancos, los patrones y los obreros, los que creen y los no creyentes.

En este coloquio se nos presenta un solo objetivo: unir a todos, y Cristo lo demuestra con el Centurión Romano. Escucha sus necesidades y admira en él, el sentido claro que tiene de la obediencia.

Todos tenemos que satisfacer lo que en psicología les llamamos las necesidades básicas; una de ellas es la de amar y ser amado. Todos tenemos esta inmensa necesidad de ser amados, apreciados, valorados y estimados, pero por causas de nuestra vulnerabilidad, de la parte herida y desintegrada en nosotros, no respondemos a las necesidades de los demás. Nos encerramos en nuestras propias miserias, nos lamentamos de las barreras que tenemos que sufrir, pero ignoramos y justificamos la carga que les imponemos a los otros.

En el conversatorio de Jesús con el Centurión ambos rompen límites. El Cen-turión se siente en la obligación de ayudar a su criado y por eso se le acerca a Jesús, en busca de una solución no a sus problemas, sino a los de su criado. Je-sús rompe la barrera de la división. Nosotros debemos salir del adormecimiento, embotamiento, de nuestras propias comodidades e ir al encuentro de las perso-nas. Debemos repetir constantemente como el Centurión “Señor, no soy digno de que entres en mi casa, pero tan solo una palabra tuya bastará para sanar”

6. Compartamos entre nosotros: ¿Cómo influyen mis situaciones personales en mi relación con los demás?¿Tomo yo en mi vida diaria la actitud del Centurión? ¿Cómo hago vida

este diálogo entre Jesús y el Centurión en mi familia y en el sector?

7. Oración espontánea: En este momento, pidamos al Señor la capacidad de escuchar a los demás

y descubrir sus necesidades. Cada uno recordará a una persona que se le ha acercado con alguna necesidad propia o de otros. Luego, cada uno se acerca a la Palabra y se pone de rodillas diciéndole a Jesús: “Una palabra tuya bastará para sanarme”. Se concluye con el Padre Nuestro, Ave María y Gloria.

8. Propósito: Al acercarme a recibir la Eucaristía, rezar con atención el «Yo no soy digno…». Imitemos la actitud del centurión cada vez que acudamos a Dios.

9. Canto sobre la palabra

Cuarta visita: Diálogo entre Jesús y los Fariseos


1. Saludo a la familia: El Señor les visita con su Palabra porque con ustedes quiere dialogar.

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Respuesta de la familia: Bienvenido seas a nuestro hogar. Te decimos con amor: “Habla, Señor que te escuchamos”


ma: “Dialogando en la verdad renovemos la sociedad”. Para dialogar es necesario hablar y escuchar. En este mes de Septiembre dedicado a la Biblia queremos abrir nuestros oídos para escuchar la Palabra de Dios aceptando la invitación del Padre Dios: “Este es mi Hijo amado, escúchenlo” (Lc 9,5). Está claro que quien sabe escuchar a Dios sabe muy bien escuchar y hablar con sus hermanos.




5. Lectura de la Palabra: Mateo 22, 15-22Se hace un momento de silencio y entre todos comparten la Palabra.

Luego, se hace esta meditación.En este diálogo los fariseos comienzan con una pregunta aparentemente

ingenua ¿Se debe pagar el impuesto al Cesar o no? Pero Jesús, enseguida se da cuenta de la trampa que los fariseos le quieren tender. Ellos no estaban dialogando en la verdad, sino que buscaban poner a Jesús en apuros y en peligro. Afirmar o negar el pago de impuesto a los romanos, es igualmente peligroso para Él. Un No de Jesús, le hace agitador de la rebelión y enemigo del César. Un sí implica aceptar la ocupación romana y negar el ansia judía de liberación.

Jesús se coloca por encima de la situación y da una respuesta para todos los conflictos ulteriores. Invita a cumplir la justicia, la que consiste en dar a cada uno lo suyo. Los políticos y cualquier otra autoridad son instrumentos de Dios para la realización de sus designios, aunque no lo sepan o quizás no lo quieran. Jesús, nos exhorta a tomar en serio nuestras tareas de ciudadanos, nuestros deberes políticos: “Den al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios.”

Pero, a la vez deja claro que no se puede dar a los políticos lo que es de Dios que es la propia dignidad de personas, la libertad, la conciencia, la misericordia con los demás. La moneda tiene la imagen del César y le pertenece. La persona tiene la imagen de Dios y le pertenecemos a Dios y sólo a El debemos entregarle todo nuestro ser, nuestra mente y nuestro corazón. Es importante aprender que en el diálogo siempre es necesario hablar claro y de acuerdo a la verdad, aunque a los otros no les agrade o no les convenga.

6. Oraciones espontáneas orando por el diálogo en nuestra sociedad. Todos se colocan alrededor de la Palabra y unen sus manos y piden para que haya diálogo sincero en nuestra sociedad. Se concluye con el Padre Nuestro, Ave María y Gloria.

7. Cantos alegres sobre la Palabra.

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Quinta visita: Diálogo con Jesús y la mujer adúltera









5. Lectura de la Palabra: Juan 8, 1-11Comentamos la palabra Dios que se ha proclamado. Luego se hace esta

reflexión:El diálogo se ve obstaculizado cuando condenamos a la otra persona o a un

grupo de personas. En un diálogo se busca la verdad pero no se juzga ni se pre-tende presentarse como el que está libre de pecado y el otro es el que no sirve. El diálogo exige comprensión de la realidad de la otra persona. Tal como hizo Jesús lo importante es la persona y, por eso, aunque condena el adulterio de esta mujer, la defiende y la perdona como persona que recibe la misericordia de Dios.

Al fin y al cabo todos nosotros somos conscientes de nuestra debilidad y de la facilidad con la que caemos en el pecado. Cristo nos hace ver que sólo Él puede juzgar los corazones de los hombres. Por ello, los que querían apedrear a la adúltera se van retirando, uno a uno, con la certeza de que todos mereceríamos el mismo castigo si Dios fuera únicamente justicia. La respuesta que da a los fariseos nos enseña que Dios aborrece el pecado pero ama hasta el extremo al pecador. Así es como Dios se revela infinitamente justo y misericordioso.

En el corazón de nuestras familias, comunidades, sectores, en fin en nuestra sociedad abunda el pecado. Pero Jesús hoy viene a nosotros con la sobreabundancia de la gracia y el amor. La gracia de Dios siempre gana, porque es el mismo Jesús quien se entrega, se acerca, nos acaricia, nos sana.

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En vez de juzgarnos y condenarnos busquemos, con el diálogo, ayudar a que quien caído se levante y comience de nuevo su camino en la vida. Sólo en la medida que seamos misericordiosos recibiremos misericordia. Reconozcamos que Aquel que puede juzgarnos y condenarnos prefiere la misericordia.

6. Compartamos entre nosotros: • ¿En qué medida condenamos a nuestros hermanos cuando les hablamos?• ¿Somos compasivos, como Jesús es compasivo? ¿Cómo se nota esto?• ¿Tenemos nosotros actitudes farisaicas, o nos acercamos y acogemos a

los que son rechazados por la sociedad por su conducta?• ¿Qué nos enseña Jesús para el diálogo en la sociedad?

7. Oraciones espontáneas: Pidamos perdón por las veces que juzgamos a los demás en vez de tener misericordia como Jesús. Se concluye con el Padre Nuestro, Ave María y Gloria.

8. Cantos alegres sobre la Palabra

Sexta visita: Diálogo de Jesús y de Pilato





“Dialogando en la verdad renovemos la sociedad”. Para dialogar es necesario hablar y escuchar. En este mes de Septiembre dedicado a la Biblia queremos abrir nuestros oídos para escuchar la Palabra de Dios. aceptando la invitación del Padre Dios: “Este es mi Hijo amado, escúchenlo” (Lc 9,5). Está claro que quien sabe escuchar a Dios sabe muy bien escuchar y hablar con sus hermanos.



4. Invocación al Espíritu Santo espontánea dejando actuar el Espíritu de Dios, puede ser rezado

5. Lectura de la Palabra: Juan 18, 28-38.Comentamos la palabra Dios que se ha proclamado. Luego se hace esta

reflexión:

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En el diálogo de Jesús y Pilato se encuentra reflejada las actitudes propias de alguien que conoce la inocencia del acusado pero busca complacer los intereses de un grupo que quiere salir de él porque les molesta a sus privilegios y les desenmascara las ideas que los sustentaban.

Es algo que ocurre mucho en la aplicación de la justicia de nuestra sociedad que, por privilegiar a unos pocos que detentan poder y grandeza, no les cuesta nada destruir al inocente porque es pobre, porque incomoda a los grandes y porque no pueden dar las prebendas que pueden conseguirse con los que más tienen.

Resalta la figura de Jesús, que guarda silencio cuando no es necesario responder ni es adecuado agradar a los que se dejan conducir por la mentira o por la debilidad del poder ante la verdad. Y que sabe reafirmar la verdad de sí mismo aún ante quien podía liberarlo de la muerte atroz en una cruz.

Para Jesús lo que importa es la verdad y sólo los que caminan y viven en la verdad pueden entenderlo y pueden tenerlo como Rey. La verdad para Él es la voluntad del Padre, es decir, lo que el Padre quiere que seamos y hagamos como persona y como sociedad. Lo demás es mentira y falsedad.

Por esta verdad es que Él es capaz de entregar su propia vida. Le importa la verdad de su Padre más que los proyectos de los poderosos. Por eso decimos siempre: “Por la verdad murió Cristo”. Ojalá que sepamos ser siempre hombres y mujeres de la verdad en todo momento y en toda circunstancia.

6. Compartamos entre nosotros: • ¿Somos capaces de hablar la verdad cuando nos perjudica? ¿Cómo?• ¿Qué es la verdad para nosotros?• ¿Hablamos la verdad en nuestros diálogos? ¿Qué nos impide hablar la verdad?

7. Oraciones espontáneas: Se va pasando la Biblia, Palabra de la verdad. Cada uno se compromete a decir siempre la verdad y le da un beso como signo de esa decisión. Se concluye con el Padre Nuestro, Ave María y Gloria.


Séptima visita: En los conflictos dialoguemos en la verdad





ma: “Dialogando en la verdad renovemos la sociedad”. Para dialogar es necesario

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hablar y escuchar. En este mes de Septiembre dedicado a la Biblia queremos abrir nuestros oídos para escuchar la Palabra de Dios aceptando la invitación del Padre Dios: “Este es mi Hijo amado, escúchenlo” (Lc 9,5). Está claro que quien sabe escuchar a Dios sabe muy bien escuchar y hablar con sus hermanos.



4. Invocación del Espíritu Santo

5. Palabra de Dios: Hechos 15,1-21Se comporte la Palabra y se analiza cómo se realiza este diálogo. Luego,

se hace esta meditación:En la comunidad cristiana de los inicios hubo dificultades como existen

hoy en las nuestras y también se dan en nuestras familias y en nuestra sociedad. Pero, ellas nos han dejado una hermosa lección. Los problemas sólo tienen solución cuando se enfrentan, se dialoga en la verdad y se buscan las respuestas que necesitan ser dadas.

Había un problema que consistía en que los cristianos que eran judíos, querían imponer a los cristianos no judíos todas las reglas y tradiciones de la religión judía. Esto creó dificultades en las comunidades nacidas fuera de Judea, en las colonias griegas. Entonces, Bernabé y Pablo se decidieron ir a Jerusalén a dialogarlo con los Apóstoles y presbíteros de Jerusalén.

Allí se presentó el problema y se discutió con fuerza y pasión. Se aclararon las cosas y se expusieron las posiciones de unos y otros. Aquello parecía que no tenía salida, pero el Espíritu Santo inspiró a Pedro y a Santiago quienes iluminaron con sus palabras el diálogo.

Y puestos en oración se dejaron guiar por el Espíritu y surgió una solución adecuada y pertinente. Aquí encontramos cuatro puntos necesario para un verdadero diálogo: hablar las cosas claramente y en la verdad; reflexionar desde la Palabra buscando lo que Dios quiere; orar y dejarse guiar por el Espíritu Santo; formular la solución y ejecutarla.

Este testimonio de los primeros hermanos nuestros nos ayude para enfrentar con el diálogo nuestros conflictos y nuestra situación de hoy.

6. Compartamos entre nosotros: • ¿ Cómo resolvemos nuestros conflictos?• ¿Cómo vivimos los cuatro puntos del diálogo que encontramos en este

relato: hablar las cosas claramente y en la verdad; reflexionar desde la Palabra buscando lo que Dios quiere; orar y dejarse guiar por el Espíritu Santo; formular la solución y ejecutarla?

7. Oraciones espontáneas: Todos se colocan en un círculo. Se quedan en silencio invocando al Espíritu Santo Se concluye con el Padre Nuestro, Ave María y Gloria.


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SEMANA BIBLICA 2014La escucha de la Palabra

IntroducciónEste mes de septiembre, mes de la Biblia,

nos acerca siempre a la revelación de Dios contenida en los libros sagrados, iluminada además por el itinerario de evangelización de nuestro Plan Pastoral; que este año propone el diálogo que fomenta la fraternidad.

Probablemente, alguna vez habremos escuchado por ahí, que “el secreto del buen hablar es saber escuchar”, a este propósito, nuestro valor del mes es justamente la escucha, así mismo, este valor iluminará toda la reflexión de nuestra Semana Bíblica.

Por el hecho de que una persona habla no significa que está siendo escuchada. Debido a los diferentes medios de comunicación con los que contamos hoy día, la gente vive absorta en su propio mundo y prefiere escuchar cualquier cosa, que escuchar a la persona que se tiene en frente.

Algo parecido puede pasar cuando se trata de escuchar a Dios. Con frecuencia, nos atrae la atención más la voz del mundo que la voz de Dios. Sólo acudimos a Él, cuando nosotros queremos ser escuchados, en la seguridad de que Él siempre prestará oídos a nuestras intenciones.

Sin embargo, un buen diálogo con Dios requiere saber escucharlo, en las múltiples y diversas formas en que cada día nos habla y de manera especial, escuchar su voz en las palabras reveladas y escritas, contenidas en la Biblia.

Durante esta Semana Bíblica 2014, nos encontraremos con personajes bíblicos que prestaron su oído, cuerpo y corazón a la escucha de La Palabra y el llamado de Dios, a fin de motivar nuestra propia escucha a un Dios que se revela en los pequeños y grandes acontecimientos de nuestras vidas y que espera de nosotros, que seamos buenos escuchadores para ser mejores predicadores.

Sugerimos que esta Semana Bíblica sea realizada la última semana de septiembre y que culmine con una Caminata de la Biblia, que puede ser parroquial, zonal o Diocesana; para mostrar al mundo que los cristianos católicos somos hombres y mujeres que escuchan la Palabra de Dios.

Primer Día: “Háblame Señor que tu siervo escucha”

Canto: “Tu Palabra me da vida”

Oración: Orar con el Salmo 29. “La voz del Señor”.

Motivación: El Señor utiliza diversos modos y maneras para hacernos escuchar su

voz que nos llama; a veces por acontecimientos en nuestras vidas, que nos marca y nos hacen volver a El, y otras veces, utilizando a una persona, que

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puede ser un familiar, un amigo y hasta alguien que no es amigo ni cercano a nosotros.

Por esta razón, cada persona tiene una historia personal y particular que narra esa llamada. Tomemos un momento para que cada participante narre la historia de su llamado, mientras los demás escuchamos con alma y corazón.

Texto Iluminador: 1 Samuel 3,1-10• ¿Cuáles son los personajes que aparecen en el relato?• ¿Quién es el protagonista del relato? • ¿Cuál es la actitud de Samuel ante la voz que escucha?• ¿Qué semejanza tiene esta historia con la historia de mi propio llamado?

Reflexión: El relato que acabamos de leer y escuchar, es la historia del llamado o

vocación de Samuel, que a su vez, es el último de los jueces y el primero de los profetas. Ante la decadencia de la institución de los jueces, se avecina la institución de la Monarquía; además de su responsabilidad como juez, recibe una nueva vocación, ser mediador de la Palabra de Dios, ser un profeta. Samuel había sido consagrado a Dios por su madre, en agradecimiento por su nacimiento, y servía en el templo, bajo la mirada de Elí, sacerdote.

Sin embargo, ninguno de estos personajes se puede considerar protagonista del relato. Aquí la gran protagonista es la Palabra de Dios. Es la Palabra de Dios la que escucha Samuel y la que provoca en él una actitud, una acción. El no la conocía, pero le inquieta y se pone en movimiento; en principio, creyendo que venía de Elí. La respuesta de Samuel, sugerida por el sacerdote, pero acogida e interiorizada por él, muestra la disposición de quien no pone peros “Háblame Señor que tu siervo escucha”. En adelante, él asume el compromiso de escuchar y comunicar la Palabra de Dios, que lo enfrenta con el sacerdote del santuario y su tutor, que lo conduce a ungir y condenar a Saúl como primer Rey y a ungir a David y luego retirarse para dar paso a su relevo.

El relato nos invita, a escuchar la voz de Dios en los acontecimientos de cada día. Ponernos en movimiento a fin de descubrir que quiere comunicarnos. La Palabra de Dios está contenida principalmente en los textos sagrados y estamos invitados a acudir a ellos como la fuente de la cual nos nutrimos y a través de la que Dios nos habla. Ella misma nos hará descubrir las diversas maneras en la que Él se revela en nuestra vida cotidiana.

Para escuchar a Dios, es necesario el silencio, tanto externo como interno. Habilitar espacios de encuentro con Dios lejos de la bulla del mundo y callar por momentos, vaciar nuestras ocupadas y estresadas cabezas, para dejar que Él nos hable. Debemos practicar el no decirle nada y sólo escucharle. Esto nos dará las respuestas que por mucho tiempo hemos buscado. Y finalmente, asumir el compromiso de comunicar esas respuestas, sin miedos y con coraje, a semejanza de Samuel.

Compromiso: Cada uno apartará en su agenda o programa del día, un espacio de tiempo para retirarse a un lugar donde pueda estar en silencio

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externo e interno después de decir estas palabras “Háblame Señor, que tu siervo escucha”, quedar un rato en silencio y tranquilo, para escuchar la voz de Dios. Escribir su experiencia y compartirla en el próximo encuentro.

Oración final: Jesús, hoy quiero escuchar tu voz. /Hoy quiero escuchar tu voz, /pero

falta silencio a mi alrededor. /Enséñame a estar callado /y a escuchar atento tu voz. Que tu palabra ilumine mi vida, /que tu palabra me comprometa /y me haga vivir en tu presencia. /Aún no te conozco, /no sé apenas nada del Evangelio. /Quiero ser tu amigo. /¡Y me preocupo tan poco de Ti!

Tú vienes hoy a visitarme /y me invitas a abrir la puerta /de mi corazón. /Desde lo profundo de mi ser /Te espero y te grito: /¡Ven Señor Jesús!

Canto: “Háblame Señor, que tu siervo escucha”

Segundo Día: “Escucha la Palabra de Dios y vivirás”

Canto de entrada

Oremos con el Salmo 119 (118) 169-112-176

Texto iluminador: Ezequiel 37, 1-14- ¿Cómo comparas esta visión con nuestro ambiente?- ¿Dónde ves signos de muerte?- ¿Podrán vivir estos huesos secos?- ¿Crees tú que pueden revivir estos cadáveres?- ¿Cuál será la clave para dar vida a estos huesos secos?

ReflexiónHay una escena, en el libro de Ezequiel, que es de las más espectaculares

de toda la Biblia y que podríamos llamar: La danza de la muerte. ¿Qué significado tiene esta visión tan grandiosa?

El pueblo de Judá, vencido por los caldeos, había sido transportado cautivo a Babilonia. Ya no existía como nación. Humanamente hablando, se habían perdido todas las esperanzas de sobrevivir a aquella catástrofe. Y así se lo hizo ver Dios a Ezequiel desterrado también, pero que animaba a sus compatriotas a no desesperar. Dios estaba sobre tanta desgracia...¿Estamos hoy viviendo en desesperanza?

Dios le representó el pueblo judío a Ezequiel como un campo inmenso, en aquellas llanuras de Caldea, lleno de huesos resecos, esparcidos por doquier. Huesos y huesos a montones. Y Dios le pregunta, como si Él mismo fuera escéptico:- Ezequiel, ¿tú crees que estos huesos pueden llegar a tener vida? - ¡Oh Señor, eso lo sabes tú!- A ver, ¡háblales! Profetízales en mi nombre.

Ezequiel obedece. Les habla. Y los huesos empiezan a removerse, a buscarse un hueso a otro, hasta encontrar las junturas convenientes. Al cabo de poco, todos los huesos formaban un ingente montón de esqueletos. Y de nuevo la palabra de Dios:

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- Ezequiel, ¿tú crees que estos esqueletos pueden llegar a vivir? ¡Háblales de nuevo!...El profeta lo hace. Y ve cómo los huesos empiezan a cubrirse de tendones,

de carne, de músculos, de piel... Pero solamente eran cadáveres. Cuerpos muertos del todo. Dios sigue insistiendo:- Ezequiel, ¿Crees tú que pueden revivir estos cadáveres? ¿Que el espíritu regrese

a ellos?... Si te parece que esto es lo más difícil, inténtalo, ¡háblales de nuevo!Lo hace el profeta, y ve cómo aquellos cadáveres se levantan, se ponen

de pie, igual que un ejército de hombres robustos y de mujeres hermosas, rebosantes todos de vida en plena juventud. ¿Qué quería Dios al mostrar esta imagen el profeta?

Que Israel, al escuchar la Palabra de Dios, al obedecerle, se vería restaurado; que se acabaría el destierro; que volvería a ser la nación escogida; que disfrutaría de las promesas hechas desde Abraham hasta David y Salomón; que dejaría de ser un pueblo muerto, para volver a ser el Pueblo de Dios, lleno de vida. Porque la Palabra de Dios es siempre eficaz y ablanda cualquier corazón, aunque sea más duro que las piedras.

Nos encontramos con un tema tan necesario como es de la escucha Palabra de Dios, contenida tanto en la Sagrada Biblia como en la predicación viva de la Iglesia. La Palabra, tan importante en el culto y tan importante en la vida personal y privada de cada uno de los cristianos. Con la escucha de la Palabra nos mantenemos en la fidelidad a Dios.

Con tal que esa escucha sea viva, eficaz, y que sepa traducirse a las acciones de la vida diaria. Los judíos que fueron al destierro castigados sabían muy bien la Biblia y oían a los profetas. Pero la Palabra --como dirá después Jesús en su Evangelio-- caía en el camino duro o entre piedras y espinas y no producía fruto alguno. Seamos tierra fértil con la escucha atenta de la Palabra que da vida.

Canto: Tu palabra me da vida

Oración final: Damos gracias a Dios por su Palabra que nos alimenta, nos da vida y que haciéndola vida demos fruto en abundancia.

Tercer Día: Escuchar al Señor con cuerpo y alma

Canto de motivaciónOración: Señor, tus palabras son luz que iluminan nuestras

vidas y a menudo nos llevan contra corriente, provocando que parezcamos raros ante lo que es ordinario para el mundo. Nos confiamos a ti en la certeza de que, aunque recibamos el juicio del mundo, hemos escogido la mejor parte. Damos fuerza y voluntad para permanecer en la elección de escucharte con cuerpo y alma para asimismo poder anunciarte. Amén

Motivación: Como dice Jesús en el evangelio, “es mucha la mies y pocos los obreros”.

Por esta razón, en nuestras comunidades, quienes asumen con seriedad

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su compromiso de bautizados, suelen estar muy cargados de reuniones, servicios y ocupaciones. A menudo, no se tiene tiempo para la oración y la contemplación; aunque en el servicio escuchamos, palpamos y entramos en contacto con Dios, es necesario el espacio de la disposición en cuerpo y corazón a ese encuentro amoroso, que se da en la oración. Es el dilema entre vida contemplativa y vida activa. Para una fructífera vida activa y de servicio, se hace necesario también ese espacio de encuentro personal con Dios, en que el cuerpo también se dispone a la escucha.

Hagamos una revisión de conciencia individual para descubrir qué tanto tiempo dedicamos en nuestras vida a la oración, personal y comunitaria. Después compartir espontáneamente con el grupo.

Texto Iluminador: Lc 10,38-42¿Cuál es la actitud de Marta? ¿Es mala del todo, su actitud? ¿Cuál es la

actitud de María? ¿Cuál es la respuesta de Jesús ante la queja de Marta? ¿Con cuál de las hermanas comparo mi vida de fe?

Reflexión:Este relato lo hemos escuchado muchas veces y, con frecuencia, solemos

poner en contraposición a las dos hermanas. No podemos quedarnos con que Marta representa la actividad, que es casi un activismo; y que María significa la vida contemplativa ante el Señor. Una es la que se preocupa por lo material (Marta) y otra (María), la que está en el centro del ser cristiano: la contemplación, la oración. No se puede deducir de este texto, la superioridad de la contemplación sobre la acción.

Marta, como María, es discípula del Maestro. Recibe y atiende a Jesús lo mejor que puede. Le abre las puertas de la casa. Es hospitalaria y ejerce el servicio y la caridad. En consecuencia, quiere atender al Maestro que les visita. Ella hace lo que toda buena anfitriona hace con sus invitados. Lo negativo en la actitud de Martha está en su excesiva preocupación, que la conduce a juzgar la actitud de María ante Jesús y en sugerirle a Él que le solicite ayudarle; olvida que la mejor atención a su invitado especial, está en escuchar sus palabras. Su actuación muestra mucho interés por atender bien al Maestro, caritativa y hospitalaria; pero, al mismo tiempo, a Marta se la ve impositiva, poseedora de la verdad, dominante, antidialogante y ansiosa.

La respuesta de Jesús manifiesta el criterio certero en las diferentes actividades del creyente y del discípulo. A Marta le reprocha por su ansiedad, inquietud y nerviosismo. No le reprocha por su actitud de servicio, hospitalidad y caridad. A María le alaba por su dedicación a la escucha de la Palabra y al estar con Jesús.

En la historia de la espiritualidad cristiana, siempre se han dado diferentes modos de entenderla y de vivirla. ¿Cómo acoger a Jesús, cómo vivir su mensaje? Y las respuestas son: la hospitalidad de las obras (la justicia, la caridad) y la contemplación de la Palabra (la oración, la liturgia). Pero, en la escala de valores, prevalece el observar activamente la Palabra de Dios, es decir, escucharla y vivirla.

No se reprocha en este Evangelio la caridad de Marta, sino su ansiedad, inquietud y nerviosismo y su pretensión de imponer a su hermana su punto

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de vista. La fórmula que ha condensado la enseñanza de este y otros muchos textos es: “Hay que ser contemplativos en la acción y activos en la contemplación”. La acogida del Señor y de su Palabra nos conduce a ello.

El discípulo de Jesús tiene que adquirir y practicar la doble actividad que nos proponen las dos hermanas, Marta y María, ante Jesús: escuchar la Pala-bra y llevarla a la práctica. Ni el activismo nos debe llevar a la desintegración como personas y como cristianos. Ni la dedicación excesiva a la Palabra nos ha de distanciar de vivir la cordialidad, hospitalidad, amabilidad y servicialidad.

La escucha sincera y la meditación de la Palabra nos han de llevar necesariamente a vivir y realizar la caridad en la familia y en otros ámbitos. De lo contrario, la oración estará vacía de proyección y contenido. Nuestra actividad se convertirá en activismo. La actividad ha de buscar espacios de encuentro, sereno y contemplativo, con el Señor. De lo contrario, nuestras tareas carecerán de sentido en el verdadero proyecto de salvación.

Compromiso: Comparar las actitudes de Marta y de María y, a la vez, comparar mi

vida con la de las dos hermanas. Descubrir lo positivo y lo negativo de cada actitud; luego compararla con mi vida de fe. Hacer un balance acerca de mi “Servir al Señor” y de mi “Estar con el Señor”

Oración final: Los dos puntos, Señor, que me indica este Evangelio tengo que revisarlos en

mi vida. Mi ser de cristiano, ¿me lleva a vivir en comunicación permanente con tu Palabra? ¿La medito en mis ratos de oración? ¿Dedico tiempos a escucharte, Señor, por medio de tu Palabra? Y esa escucha, el diálogo con el Señor, la oración, ¿me llevan a vivir intensamente la caridad y el servicio a los hermanos?

Gracias, Señor, por este mensaje. Te pido perdón porque no lo he vivido convenientemente. Y prometo, contando contigo, que trataré de lograr en mi vida espiritual esa integración y coherencia entre oración y acción, fe y obras.Canto.

Cuarto Día: “Dichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la practican”

Canto de entrada

Oración con el salmo 119 (118) 1-8

Texto iluminador Mt 7, 24-27¿Escucho las palabras de Dios? ¿Pongo en práctica las palabras de Dios?

¿Estoy construyendo mi vida sobre la roca o sobre la arena? ¿Considero que soy insensat@?

ReflexiónEscuchar la Palabra es recibir, no sólo las palabras que salen de boca de

Jesús, sino a Él mismo que es la Palabra: “la Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros” Jn.1, 4

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La propuesta para este día es encontrarnos con Jesús y aprender a escuchar, con nuestros oídos atentos, las palabras que salen de su boca. La Palabra nos enseña que escuchar la voz de nuestro Dios significará obedecerle y realizar su voluntad; por eso Jesús, cada vez que contaba una parábola, terminaba diciendo “quien tenga oídos para oír, que oiga” (de hecho el origen latino de la palabra “obediencia”: ob-audientia significa “escuchar lo que está debajo”).

Es decir, tener oídos para oír, significará no solamente tener la mente y el corazón abiertos a escuchar la Palabra de Dios, sino también la firme decisión de obedecerle y llevarla a la vida. Poner en práctica las palabras de Jesús es Sabiduría para la vida, es garantía para nuestra felicidad, es estar asentado en roca segura, es guía segura para vencer todo mal.

Cuando no practicamos las palabras de Dios arriesgamos nuestra vida pues, estamos viviendo contrarios a Dios y vamos en caminos de pecado, en caminos de destrucción, no sólo de nuestra propia vida sino también de los que viven junto a nosotros, los que más amamos.

Para no obedecer la palabra de Dios siempre buscamos excusas y acusamos también a los demás. Nos acomodamos a nuestras situaciones y ponemos muchos pretextos para no practicar la palabra que da vida. ¿Qué pretextos pongo yo para no obedecer la voluntad de Dios: El trabajo, el tiempo, la familia...? Pero el que no pone a Dios por encima de todas esas cosas no es digno y va construyendo su casa sobre la arena.

Hagamos pequeños grupos y, al final, realicemos un plenario para que todos compartan las siguientes preguntas: ¿En qué tipo de terreno construimos nuestras vidas hoy? ¿Cómo podemos construir nuestra vida sobre la roca? ¿Cuáles temores o comodidades me impiden vivir, practicar la palabra de Dios? ¿Está nuestra familia y nuestra vida cimentada sobre la roca firme?

Oración final: Señor dame la valentía de poner en práctica tus palabras, de poder vivir como tú quieres, de construir mi vida sobre la roca firme que eres tú, amen. Canto final

Quinto Día: “Quien tenga oídos para oír, que oiga.” Mc 4,2-9

Canto de entrada

Oración con el salmo 119 (118)105-112

ReflexiónJesús utilizó las parábolas para explicar los grandes

contenidos de su predicación. De esta manera no excluía a nadie, porque todos podían entenderle. ¿Todos? Bueno, sólo aquellos que tuvieran oídos para escucharle.• ¿Quiénes pueden escuchar y entender a Cristo? Principalmente los que

no tienen prejuicios, los que tienen un corazón sencillo, los que permiten que el Espíritu Santo les hable en lo profundo del alma.

• Por unos instantes, vamos a situarnos en la escena de este evangelio. Jesús se sentó junto al lago y acudió mucha gente.

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• ¿Guardamos cada día unos momentos para acudir a ese “lago” para escuchar a Dios? ¿Con qué frecuencia tomamos entre las manos las páginas la Biblia? Es allí, en esa intimidad, en la que Dios nos habla y nos desvela sus

secretos. Es en la oración donde hace que las sencillas palabras impacten en nuestro corazón y nos transformen.

Texto iluminador Mc 4,1-9Hoy practicaremos la Lectura orante de la Palabra, una forma muy antigua

y sencilla de orar con la Palabra de Dios. Esta forma de oración tiene cuatro pasos: lectura, meditación, oración y contemplación.

Lectura-Escucha: ¿Qué me dice el texto?Pedir a los participantes mostrar las versiones de las biblias que

tienen (latino Americana, Jerusalén, Nuestro Pueblo) elegir tres para leer pausadamente. Que cada uno comente la frase que más le ha llamado la atención, dando participación a toda la asamblea.

Meditación: ¿Qué nos dice el texto hoy a nuestra vida?Les proponemos hacer silencio (3 minutos), pediremos poner la atención

al sonido de nuestra respiración primero, para escuchar finalmente el ritmo de nuestro corazón. Intentar que los pensamientos se acallen y que no nos distraigan del latido de nuestro corazón. Y en ese silencio interior proponemos meditar sobre el texto escuchado.

Con estos ejercicios vamos aprendiendo a meditar y, desde el silencio, escuchar la voz de Dios que nos habla de manera personal en su palabra.

Oración: ¿Qué le decimos a Dios, después de escuchar y meditar su Palabra?Señor, desde la eternidad has sembrado en mi corazón la vocación de

ser tu discípulo y misionero. Permite que la semilla de mi fe, recibida en mi bautismo, crezca y dé abundantes frutos para el bien de los demás, principalmente en aquellos más cercanos. Ayúdame a vivir con el constante deseo de trabajar por Ti y corresponderte como Tú te mereces.

Motivar a los participantes a orar con la frase de texto que llamó su atención o iluminó su vida. Las oraciones pueden ser de alabanzas, de acción de gracias, de petición…

Contemplación: ¿Qué me pide y a qué nos invita la Palabra de Dios para realizar en nuestras vidas?

Le proponemos contemplar sobre el texto en nuestras casas, tratando de escuchar la voz de Dios que nos habla íntimamente en su Palabra, buscando hacer su voluntad en nuestra vida.

Oración final: Gracias, Señor, por este tiempo de oración, ayúdame a ser una buena tierra para aprovechar bien esta contemplación. Incrementa mi fe para que pueda descubrirte en lo ordinario de este día. Aumenta mi esperanza para que pueda confiar en Ti siempre. Ensancha mi amor para serte fiel en los detalles más pequeños que hoy pongas en mi camino.

Proponerse practicar esta forma de orar con la Palabra de Dios cada día.

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CAMINATA BÍBLICA 2014

“Este es mi Hijo amado, escúchenlo” (Lc 9,5)

Preparación: Con antelación se ha invitado, casa por casa, a todas las familias del Sector para que asistan a la Caminata Bíblica, se les pide llevar la Biblia. Se les indica el lugar de donde partirá la caminata, animándolos y diciéndoles que se cuenta con su presencia para caminar juntos con la Palabra de Dios.

Se escoge el punto de partida de la caminata. Se lleva delante el lema del mes “Este es mi Hijo amado, escúchenlo” (Lc 9,5)”, una Biblia adornada en una carroza o un trono visible a todos, letreros con las citas bíblicas que se meditarán en la caminata. También, se llevará una imagen de Jesucristo, Palabra viva del Padre. Durante el recorrido se hacen cantos alu-sivos a la fe y a la predicación. Se le asigna cada parada a los diferentes grupos que pertenecen al sector, resaltando la fe y la fraternidad en la comunidad.

Si la caminata es de toda la parroquia, las personas salen caminando desde su sector y tienen un lugar de encuentro con los demás sectores para caminar hacia la Iglesia. Se debe llevar sonido y música para crear un ambiente de fiesta y celebración.

Cada sector se puede distinguir con un color diferente llevando banderines o guirnaldas. Se les asigna cada parada a un sector para señalar la unidad parroquial.

Inicio de la caminata BíblicaMotivación inicial: Los cristianos católicos tenemos diferentes razones

para caminar por las calles de nuestras iglesias locales. Sin embargo, nos motiva aún más este año la reflexión del Papa Francisco de que “la Iglesia está llamada a salir de sí misma e ir hacia las periferias, no solo las geográficas, sino también las periferias existenciales: las del misterio del pecado, las del dolor, las de la injusticia, las de la ignorancia y prescindencia religiosa, las del pensamiento, las de toda miseria”. Con estos pensamientos, iniciemos nuestra Caminata con la Biblia en alto, estandarte que orienta nuestro diario actuar y fortalece nuestra decisión de seguir siendo testigos y misioneros de la Palabra para llevarla a los demás.

Que estos pasos, llevando la Biblia delante, sean testimonio público de nuestra fe y que, de la misma manera que presentamos la Palabra de Dios a nuestros vecinos, la vivamos cada día y minuto para la extensión del Reino de amor, paz y justicia de que nos habla el Maestro, la Palabra encarnada para nuestra salvación.

Con la actitud orante que nos caracteriza, iniciemos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Invocación del Espíritu Santo. Canto y continúa la caminata.

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Primera parada: “Este es mi Hijo, mi Elegido, escúchenlo”.

Lectura de Lc 9,34-35Estaba todavía hablando cuando se formó una nube que los cubrió con su

sombra. Al quedar envueltos en la nube se atemorizaron, pero de la nube salió una voz que decía: “Este es mi Hijo, mi Elegido, escúchenlo”. Palabra del Señor.

Nuestro itinerario de evangelización nos propuso el valor “escuchar” para que lo viviéramos de manera muy especial durante todo este mes de septiembre, en que también organizamos diferentes actividades como mes de la Biblia. Válido binomio como cristianos que somos, porque la Palabra de Dios tiene que escucharse, digerirse, internalizarse, vivirse y comunicarse, para ganar muchos amigos para Jesús.

De ahí el lema que también se nos propuso, “Este es mi Hijo, mi Elegido, escúchen-lo”, recogido en la cita bíblica de Lucas, capítulo 9, verso 35. Escuchar al Primogénito del Padre simplemente por ser quien es. Porque el Padre nos pide que pongamos atención a lo que dice su hijo amado, elegido por Él para nuestra redención.

Escuchar a Jesús de Nazaret debe motivarnos también a hacer realidad el ecumenismo en nuestro diario vivir, primer campo de acción de este mes en nuestro Itinerario de Evangelización y que tan claramente manifestó Jesús en la plegaria que leemos en Juan 17,20-21: “No ruego solamente por ellos, sino también por todos aquellos que por su palabra creerán en mí. Que todos sean uno como tú, Padre, estás en mí, y yo en ti. Sean también uno en nosotros: así el mundo creerá que tú me has enviado”.

Somos seguidores de un líder que no tuvo distinción ni rechazo hacia persona alguna. No podemos nosotros hacer lo contrario, pues como afirma nuestro Papa Francisco en el #245 de la Evangelii Gaudium, “el ecumenismo es un aporte a la unidad de la familia humana”. Que la Palabra de Dios no permita que olvidemos esto jamás.

Canto y continúa la caminata.

Segunda parada: “Acuérdense de los presos como si ustedes estuvieran con ellos en la cárcel; lo mismo de los que sufren, pues

ustedes también viven en un cuerpo”. Heb 13,3

El segundo campo de acción de nuestro Itinerario de Evangelización para este mes es la Pastoral Penitenciaria, que persigue responder a las periferias existenciales de que nos habla el Papa Francisco: las del pecado, el dolor y la injusticia. La realidad de nuestras cárceles está muy lejos de lo que merece la dignidad de persona humana. El preso o interno no pierde esa dignidad de persona a pesar del delito cometido. Por ello, Jesús aborreció el pecado, pero acogió al pecador, a quien abrazó y redimió.

Nosotros no podemos hacerlo diferente. En nuestras oraciones debemos tener presente a los hombres y mujeres que, por alguna circunstancia adversa, se apartan del amor y la gracia de Dios cometiendo maldad contra sus

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hermanos. Por eso nos recomienda Isaías en su capítulo 49, verso 9: “Dirás a los prisioneros: “¡Salgan!” Y a los que están en la oscuridad: “Salgan a la luz”.

Llegue nuestra oración, en esta caminata, para que se sumen más servidores a la Pastoral Penitenciaria, a fin de que los internos conozcan la Palabra de Dios y tengan su encuentro personal con Cristo que les acoge y perdona, ofreciéndoles su amor incondicional.

Que la Virgen de Las Mercedes interceda para que se rompan las cadenas de opresión y maldad que arropan tanto a internos como a personas libres en nuestro amado país.

Canto y continúa la caminata.

Tercera parada: José se levantó; aquella misma noche tomó al niño y a su madre, y partió hacia Egipto, permaneciendo allí hasta la

muerte de Herodes. Así se cumplió lo que había anunciado el Señor por boca del profeta: Llamé de Egipto a mi hijo. (Mt 2,14-15)

La migración es un hecho constante en la historia de la salvación, y está presente desde la formación del pueblo hebreo hasta la comunidad de cristianos. Hoy nos consideramos peregrinos en esta tierra hasta la Jerusalén Celestial. También Jesús vivió desde niño la experiencia de inmigrante, según leemos en Mateo 2, versos del 13 al 23.

La Palabra de Dios nos instruye la forma de tratar a los migrantes, recordándonos que “cuando un forastero viva junto a ti, en tu tierra, no lo molestes. Al forastero que viva con ustedes lo mirarán como a uno de ustedes y lo amarás como a ti mismo, pues ustedes también fueron forasteros en Egipto. Yo soy Yavé, tu Dios”, Lev 19,34.

Las fronteras geográficas y culturales no tienen cabida al interior de nuestra Iglesia, que proclama el Reino de Dios a toda persona, independientemente de su condición, raza o situación. La Misión Continental Permanente nos urge a buscar los alejados; y si escuchan y aceptan nuestra invitación, les animamos a iniciar el proceso de fe para integrarse en una comunidad eclesial.

Nuestro compromiso bautismal, que nos consagró como sacerdotes, profetas y reyes, nos anime a testimoniar la Palabra en cualquier ambiente donde nos desempeñemos, de manera que transparentemos la alegría de anunciar el Evangelio de nuestro Señor Jesucristo, quien se identificó con un forastero al decirnos “cuando lo hicieron con alguno de estos más pequeños, que son mis hermanos, lo hicieron conmigo” (Mt 25, 40-45).

Cuarta parada: “No ruego sólo por éstos, sino también por todos aquellos que creerán en mí por su palabra. Que todos sean uno, como

tú, Padre, estás en mí y yo en ti. Que ellos también sean uno en nosotros para que el mundo crea que tú me has enviado” (Jn 17,20-21)

En este mes de la Biblia nos alegramos todos los que seguimos a Cristo y queremos servir y seguir su Palabra. Por eso, en este mes deseamos reconocer como hermanos nuestros a todos los que creen en Cristo,

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escuchan y predican su Palabra, aunque no estén integrados en nuestra Iglesia Católica.

La Biblia nos une a todos y a todas los que profesan su fe en una denominación cristiana distinta a la nuestra. Por eso, es importante que oremos unos por otros para que animados por la misma Palabra nos tratemos mutuamente como hermanos sin nada de insultos, ataques y críticas.

El gran deseo del Señor es que seamos uno. Nos quiere hermanos y amigos en Él. Oremos para que el Espíritu Santo nos acerque y nos ayude a lograr este objetivo.

Llegada al punto final: La Palabra de Dios responde todas nuestras inquietudes humanas

Hemos recorrido las calles de nuestros sectores y parroquia; hemos orado y cantado mientras avanzábamos; hemos anunciado que intentamos guiar nuestro caminar con los criterios evangélicos recogidos en las Sagradas Escrituras que portamos delante.

Reconocemos, con san Pablo, que no siempre hemos hecho el bien que quisiéramos y que otras veces hemos hecho el mal que no queremos. Sin embargo, también afirmamos que la misericordia del Padre es infinitamente más grande que nuestros pecados y que nos acogemos a ella para levantarnos de cada caída que tengamos.Que recordemos siempre que en la Biblia encontramos respuestas a nuestras inquietudes, razón por la cual nos comprometemos a continuar estudiándola para vivirla mejor cada día de nuestras vidas.

Finalizamos con la misma idea motivadora del inicio de esta caminata, tomada del Papa Francisco: “la Iglesia está llamada a salir de sí misma e ir hacia las periferias, no solo las geográficas, sino también las periferias existenciales: las del misterio del pecado, las del dolor, las de la injusticia, las de la ignorancia y prescindencia religiosa, las del pensamiento, las de toda miseria.

Leamos: Mateo 11, 1-5Breve comentario del que preside. Silencio profundo para adorar a Jesús

y expresarle nuestra disponibilidad para escucharle y seguir su voz.Se levanta la Biblia en alto y se pasea abierta para ser aclamada con

aplausos, cantos y gran algarabía. Todos levantan sus Biblias. Se repite el lema del mes. Se concluye con el Padre Nuestro, Ave María y Gloria.

Canto a María.

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FERIA BIBLICA 2014 EN PARROQUIAS, SECTORES Y CENTROS EDUCATIVOS

El diálogo en la Biblia: Diálogo de Dios con nosotros y nosotros con Dios.Dialogo Entre Nosotros

En el mes de la Biblia ya se ha hecho tradicional entre nosotros celebrar la FERIA BIBLICA que, con el tema del año, se quiere presentar los diferentes libros de la Biblia o parte de ellos. Como lo dice su nombre, es una exposición variada, creativa y festiva, que lleva a un acercamiento, a una valoración y a un conocimiento de los libros de la Biblia o temas bíblicos, al estilo de las ferias de libros.

Este Año del 2014, dedicado al diálogo en la verdad para renovar nuestra sociedad, el tema a exponer es el diálogo, tratando de presentar cómo dialoga con su pueblo y el pueblo con su Dios; así como la enseñanza de la Biblia en el diálogo entre nosotros, con el objetivo de que crezcamos y perfeccionemos nuestro modo de dialogar.

La Feria Bíblica puede organizarse en la Parroquia, repartiendo los libros entre los Sectores, o entre las Comunidades y Movimientos, o entre los grupos de niños de la catequesis o grupos de adolescentes y jóvenes. También, es interesante realizarse en la Escuela o Colegio.

Puede realizarse en una semana, un fin de semana, un día. Es importante propiciar un espacio de festividad popular, donde, de una manera divertida, amena, entretenida y estimulante se representarán diversos diálogos con su pueblo y del pueblo con su Dios y el diálogo entre nosotros.

Cada comunidad tendrá un pabellón (stand) donde presentará el libro donde aparece el diálogo elegido, el personaje o personajes que intervienen. En ese pabellón o stand pueden tenerse música, o hacer una dramatización o una danza o una canción que trate sobre ese diálogo.

En la Feria Bíblica se podrán presentar agrupaciones corales de la Parroquia y juegos infantiles relacionados con la Biblia. Se pueden poner a la venta diferentes versiones de la Biblia, o CDs de música cristiana, tarjetas y libros bíblicos. Se pueden hacer brindis o vender alimentos y bebidas refrescantes.

Para organizar esta actividadPrimer paso: A cada grupo, comunidad, movimiento

de la Parroquia o curso de la Escuela, se le asigna un libro de la Biblia en el que buscará un relato de un diálogo, que presentará de forma artística y gráfica. Es importante que se exponga:• Nombre del libro de la Biblia• Ubicación geográfica del lugar donde se vivió o

realizó este relato.• Momento histórico o circunstancia en que se realizó este diálogo.• Contenido de ese diálogo.

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• Enseñanza de este diálogo bíblico para nuestro dialogar con Dios y entre nosotros. Para encontrar datos pueden investigar en el Vocabulario Bíblico de León

Doufour en el Internet o en otros diccionarios y páginas webs. También, al inicio de cada libro bíblico, las Biblias Católicas tienen una buena introducción sobre los personajes más destacados en ellos.

Segundo paso: Cada comunidad o grupo o curso, una vez que conoce cuál es el diálogo elegido en la Biblia que le corresponde, se reúne para pensar y decidir cómo preparar la presentación del mismo en la Feria Bíblica 2014.

Es importante dar paso a la creatividad. Se pueden colocar canciones, fotos, dibujos, textos principales del Personaje bíblico, frases principales, símbolos, etc. Se puede decorar de acuerdo a la época que vivía dicho personaje.

Tercer paso: Se distribuyen los diferentes espacios donde estarán colocados todos los diálogos.

Cuarto paso: Cada grupo o comunidad coloca su presentación en el espacio asignado, lo más hermoso y vistoso posible. Se puede colocar música alusiva a su diálogo, brindar algo a los participantes y crear un ambiente de fiesta y de confianza.

Quinto paso: Se inaugura la Feria con un acto especial con la participación del mayor número de personas, una oración y un concierto o actividad cultural.

Sexto paso: Clausura de la Feria con otro acto especial en un ambiente de oración y de fiesta.

Séptimo paso: Se evalúa la Feria en el Consejo Parroquial. Octavo paso: Se entregan reconocimientos a los organizadores al final.

2. Fecha:Cada Parroquia o Escuela elige, durante este mes de Septiembre, el

momento más adecuado. La exposición debe durar varios días para que la gente pueda visitarla. Se puede invitar a los alumnos de las escuelas cercanas a que visiten la exposición. También, sería muy buena idea que las Escuelas organicen esta exposición con los alumnos.

Maratón de Lectura del Nuevo Testamento

Esta hermosa actividad de lectura continua de toda la Biblia, es una experiencia hermosa realizada en muchos lugares y que da mucho fruto. Nos alegra presentarles el programa de este Maratón Bíblico tal como lo realizan en la Parroquia Espíritu Santo de Villa Mella, Arquidiócesis de Santo Domingo.

Cada Parroquia puede organizarlo en este mes de Septiembre como mejor pueda hacerlo: ya sea dos o tres días. O un día entero. Pueden elegirse los 4 Evangelios o los Hechos y las Cartas de Pablo.

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Objetivos del Maratón Bíblico • Orar, reflexionar y meditar mediante la escucha de la palabra de Dios. • Escuchar lo que Dios le dice a cada uno a través de la lectura y escucha

de su palabra. • Movilizar a nuestro pueblo y congregarlo en torno a la Palabra de Dios,

que es vida y da vida. • Reverenciar la palabra de Dios por medio de la lectura y meditación de su palabra. • Familiarizarse con la Palabra de Dios. • Crear un espacio para la evangelización. • Promover la lectura de la Biblia entre todas las personas de todas las edades. • Fortalecer la vida espiritual y fomentar el hábito de lectura de la Biblia. • Escuchar “con el corazón abierto y sincero la Palabra de Dios, para que

oriente sus pensamientos, sus elecciones y acciones” (Papa Benedicto XVI (02/09/12).

Descripción del Maratón La actividad se puede realizar cualquier día de Septiembre según su

posibilidad. Puede hacerse de un día para otro. Se puede llevar a cabo en el Templo Parroquial o en otro lugar apropiado, bien adornado con motivos bíblicos.

Durante esta actividad se leerá de manera ininterrumpida día y noche los 4 Evangelios o Hechos y las Cartas de Pablo.

Se necesitan muchos lectores de todas las edades. Durante los días del Maratón los feligreses permanecerán en silencio reverente, pues es un espacio donde el mismo Dios habla.

Se invitará para que participen como escuchas y lectores de la Palabra y como lectores a todas las Comunidades, Movimientos, Congregaciones religiosas e institutos seculares, las instituciones públicas y privadas, escuelas y colegios, juntas de vecinos, en fin, todas las instituciones que hagan vida en nuestra Parroquia o Zona. Se puede invitar a otras denominaciones cristianas que lo deseen hacerlo en un clima fraterno y respetuoso.

Se distribuirán fichas para que los y las interesadas se inscriban, previa selección de la fecha y horario en que deseen ser lectores de la Palabra.

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Lecturas y Meditaciones de Septiembre 2014

Las citas de las Lecturas Diarias utilizadas son tomadas de: Calendario Litúrgico 2014 de la Conferencia del Episcopado Dominicano.

1 Feria

Lunes Verde

Lectura de la Primera Carta del Apóstol San Pablo a los Corintios 2, 1-5 Yo, hermanos, cuando vine a ustedes a anunciarles el misterio de Dios,

no lo hice con sublime elocuencia o sabiduría, pues nunca entre ustedes me precié de saber cosa alguna, sino a Jesucristo, y éste crucificado.

Me presenté a ustedes débil y temblando de miedo; mi palabra y mi predicación no fue con persuasiva sabiduría humana, sino en la manifestación y el poder del Espíritu, para que su fe no se apoye en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios. Palabra de Dios

Salmo Responsorial: 118R/ “¡Cuánto amo tu voluntad, Señor!”

¡Cuánto amo tu voluntad!: / todo el día estoy meditando. /Tu mandato me hace más sabio que mis enemigos, / siempre me acompaña. R.

Soy más docto que todos mis maestros, / porque medito tus preceptos. /Soy más sagaz que los ancianos, / porque cumplo tus leyes. R.

Aparto mi pie de toda senda mala, / para guardar tu palabra. /No me aparto de tus mandamientos, / porque tú me has instruido. R.

Lectura del Santo Evangelio según San Lucas, 4, 16-30 En aquel tiempo fue Jesús a Nazaret, donde se había criado; entró en

la sinagoga, como era su costumbre los sábados, y se puso en pie para hacer la lectura. Le entregaron el libro del profeta Isaías y, desarrollándolo, encontró el pasaje donde estaba escrito: “El Espíritu del Señor está sobre mí, porque él me ha ungido. Me ha enviado para dar la Buena Noticia a los pobres, para anunciar a los cautivos la libertad, y a los ciegos la vista. Para dar libertad a los oprimidos; para anunciar el año de gracia del Señor”. Y, enrollando el libro, lo devolvió al que lo ayudaba y se sentó.

Toda la sinagoga tenía los ojos fijos en él. Y él se puso a decirles: “Hoy se cumple esta Escritura que acaban de oír”. Y todos le expresaban su aprobación y se admiraban de la proclamación de la gracia de Dios que salía de sus labios. Y decían: “¿No es éste el hijo de José?” Y les dijo: “Sin duda me recitarían aquel refrán: “Médico, cúrate a ti mismo”; haz también aquí, en tu tierra, lo que hemos oído que has hecho en Cafarnaúm”.

Y añadió: “Les aseguro que ningún profeta es bien mirado en su tierra. Les garantizo que en Israel había muchas viudas en tiempos de Elías, cuando estuvo cerrado el cielo tres años y seis meses y hubo una gran hambre en todo el país; sin embargo, a ninguna de ellas fue enviado Elías más que a una viuda de Sarepta, en el territorio de Sidón. Y muchos leprosos había

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en Israel en tiempos del profeta Eliseo; sin embargo, ninguno de ellos fue curado más que Naamán, el sirio”.

Al oír esto, todos en la sinagoga se pusieron furiosos y, levantándose, lo empu jaron fuera del pueblo hasta un barranco del monte en donde se alzaba su pueblo, con intención de despeñarlo. Pero Jesús se abrió paso entre ellos y se alejaba. Palabra del Señor

Meditación

Pablo sabe que el evangelio es una fuerza extraordinaria pero que el portador es un ser humano, frágil. Por eso cuando va a Corinto no predica con sublime elocuencia o sabiduría. Se apoya más bien en la cruz de Cristo, expresión máxima de la debilidad. La cruz de Cristo resucitado no es sólo el mensaje, sino la forma de presentarlo, porque el evangelizador, por sabio que sea, no salva a nadie. Salva solo el Señor a quien acepta a Cristo crucificado y vivo, fuerza de Dios y sabiduría de Dios. La eficacia de la predicación depende en definitiva no de los medios, sino de la gracia de Dios escondida en Cristo crucificado, que en la predicación viene al encuentro del hombre y se le ofrece como don. La fuerza de Dios pasa por la fragilidad humana, y aunque se sirve de los medios, está por encima de ellos. Cuando la persona acepta y escucha la palabra predicada, la palabra por su fuerza misma es capaz de transformarla profundamente y de llenar de sentido su vida.

La gente puede reaccionar con admiración y entusiasmo a las palabras del predicador, como lo hicieron los atenienses con Pablo, e incluso puede admirar la capacidad oratoria del predicador, pero no acoger ni escuchar el contenido de la predicación con deseos sinceros de convertirse. Es lo que hace la gente de Nazaret con Jesús. Después de predicar Jesús en la sinagoga de Nazaret la palabra de Dios contenida en el profeta Isaías, como una palabra que se cumple en sus palabras y en los hechos, el evangelista Lucas dice: “Todos le expresaban su aprobación y se admiraban de las palabras de gracia que salían de sus labios”. Pero la escucha de la palabra no puede ser eficaz cuando sólo se pone la atención en lo exterior, en lo que se ve. El problema radica en el modo de escuchar; y no olvidemos que durante todo este mes de septiembre tenemos como valor el escuchar, debemos aprender a escuchar a los demás, a Dios y a nosotros mismos.

Los nazarenos seguramente aceptaron la palabra de Dios, pero no aceptaron que esta Palabra de Dios sea el mismo Jesús; una Palabra que Dios dirige a la humanidad pero en una envoltura humana. Hay muchas personas que hacen depender la escucha del tipo de predicador. Por eso van de un lado para otro, no detrás de la Palabra en cuanto tal, sino detrás del predicador y a veces de los medios. Quizás porque no buscan dejar que la Palabra cambie su vida, sino halagar sus propios oídos. Esta es la triste realidad con la que se encuentra Jesús y también Pablo: el rechazo de un mensaje que viene de Dios pero a través de los hombres. Sin embargo, cuando Dios introduce a su Hijo en el mundo lo único que nos pide es que lo escuchemos: “Este es mi Hijo amado, escúchenlo”.

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2 Feria

Martes Verde

36º Aniversario de la Ordenación Presbiteral de Mons. Francisco Ozoria Acosta, Obispo de San Pedro de Macorís

Lectura de la Primera Carta del Apóstol San Pablo a los Corintios 2, 10b-16 Hermanos: El Espíritu lo sondea todo, incluso lo profundo de Dios. ¿Quién

conoce lo íntimo del hombre, sino el espíritu del hombre, que está dentro de él? Pues, lo mismo, lo íntimo de Dios lo conoce sólo el Espíritu de Dios. Y nosotros hemos recibido un Espíritu que no es del mundo, es el Espíritu que viene de Dios, para que tomemos conciencia de los dones que de Dios recibimos.

Cuando explicamos verdades espirituales a hombres de espíritu, no las exponemos en el lenguaje que enseña el saber humano, sino en el que enseña el Espíritu, expresando realidades espirituales en términos espirituales. A nivel humano, uno no capta lo que es propio del Espíritu de Dios, le parece una necedad; no es capaz de percibirlo, porque sólo se puede juzgar con el criterio del Espíritu. En cambio, el hombre de espíritu tiene un criterio para juzgarlo todo, mientras él no está sujeto al juicio de nadie. “¿Quién conoce la mente del Señor para poder instruirlo?” Pues bien, nosotros tenemos la mente de Cristo. Palabra de Dios

Salmo Responsorial: 144. R/ “El Señor es justo en todos sus caminos.”

El Señor es clemente y misericordioso, / lento a la cólera y rico en piedad; / el Señor es bueno con todos, / es cariñoso con todas sus criaturas. R.

Que todas tus criaturas te den gracias, / Señor, que te bendigan tus fieles, / que proclamen la gloria de tu reinado, / que hablen de tus hazañas. R.

Explicando tus hazañas a los hombres, / la gloria y majestad de tu reinado. / Tu reinado es un reinado perpetuo, / tu gobierno va de edad en edad. R.

El Señor es fiel a sus palabras, / bondadoso en todas sus acciones. / El Señor sostiene a los que van a caer, / endereza a los que ya se doblan. R.

Lectura del Santo Evangelio según San Lucas, 4, 31-37 En aquel tiempo, Jesús bajó a Cafarnaúm, ciudad de Galilea, y los

sábados enseñaba a la gente. Se quedaban asombrados de su enseñanza, porque hablaba con autoridad.

Había en la sinagoga un hombre que tenía un demonio inmundo, y se puso a gritar a voces: “¿Qué quieres de nosotros, Jesús Nazareno? ¿Has venido a destruirnos? Sé quién eres: el Santo de Dios”.

Jesús le intimó: “¡Cierra la boca y sal!” El demonio tiró al hombre por tierra en medio de la gente, pero salió sin hacerle daño. Todos comentaban estupefactos: “¿Qué tiene su palabra? Da órdenes con autoridad y poder a los espíritus inmundos, y salen”. Noticias de él iban llegando a todos los lugares de la comarca. Palabra del Señor

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Meditación

En el pasaje de hoy, Pablo ofrece una magnífica enseñanza sobre el modo de escuchar provechosamente la palabra de Dios. Los cristianos de Corinto, si no quieren convertirse en personas soberbias, que pretenden conocer a Dios por su cuenta, humanamente, han de abrirse a la guía del Espíritu Santo, el único que conoce la profundidad de Dios y el único que puede llevarlos a conocer y aprovechar los dones de Dios. Pablo, cuando habla del Espíritu Santo, pretende introducir a los corintios en la verdadera obediencia al evangelio predicado por él, que procede no de sus razonamientos humanos sino de Dios mismo y de la acción de su Espíritu.

Cuando la palabra de Dios es escuchada espiritualmente, es decir, con las actitudes propias del Espíritu, genera un cambio en el pensar y en el obrar; nos hace personas espirituales, que juzgan y ven las cosas según los criterios propios del Espíritu. Por tanto, se abren más plenamente a sus hermanos, no temen acoger a los demás y están siempre dispuestas al diálogo, sin rehuir de sí mismas. Sólo los que tienen la mente de Cristo pueden también escuchar a los demás sin prejuicios y sin buscar imponer a los otros sus puntos de vista. Porque escuchar es amar y ver a los demás como los ve Cristo, este podía ser un buen programa, un gran compromiso, para este mes de Septiembre, el mes de la escucha.

Jesús, porque posee el Espíritu Santo, puede hablar con autoridad y su palabra puede cambiar a las personas, sin importar la situación en que se encuentren. Basta leer el relato evangélico de este día. Jesús abandona Nazaret, donde había empezado su misión, y se desplaza a Cafarnaúm, ciudad que lo acoge y está mejor dispuesta a escucharlo, sin prejuicios. Por eso allí él sana y cura. La gente no sólo se maravilla de su enseñanza, como los de Nazaret, sino que reconoce que esa enseñanza está revestida de autoridad, una autoridad que procede de su coherencia, es decir, de la unidad total entre su decir y obrar.

La autoridad de Jesús está ligada a su participación del poder de Dios que le permite echar demonios y restituir la libertad a los que están atados por el pecado. Con su sola palabra reprende y derrota a los demonios, para dejar establecido el reino de Dios. Queda de manifiesto, en este enfrentamiento de Jesús con Satanás, el poder de la palabra. Por eso quien escucha y contempla esta palabra y deja que obre en su vida experimenta la salvación de Dios y es dotado de una fuerza especial para enfrentarse al mal. Experimenta lo que es empezar una nueva vida libre del influjo del mal. Vale la pena, pues, dejarse conducir por Jesús y su palabra.

3 Memoria Obligatoria: San Gregorio Magno, Papa y Doctor de la Iglesia

Miércoles Blanco

Lectura de Primera Carta del Apóstol San Pablo a los Corintios 3, 1-9 Hermanos, no pude hablarles como a hombres de espíritu, sino como

a gente carnal, como a niños en Cristo. Por eso los alimenté con leche, no

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con comida, porque no estaban para más. Por supuesto, tampoco ahora, que siguen los instintos carnales. Mientras haya entre ustedes envidias y contiendas, es que los guían los instintos carnales y que proceden según lo humano.

Cuando uno dice “yo soy de Pablo” y otro, “yo de Apolo”, ¿no están procediendo según lo humano? En fin de cuentas, ¿qué es Apolo y qué es Pablo? Ministros que les llevaron a la fe, cada uno como le encargó el Señor. Yo planté, Apolo regó, pero fue Dios quien hizo crecer; por tanto, el que planta no significa nada ni el que riega tampoco; cuenta el que hace crecer, o sea, Dios. El que planta y el que riega son una misma cosa; si bien cada uno recibirá el salario según lo que haya trabajado. Nosotros somos colaboradores de Dios, y ustedes campo de Dios, edificio de Dios. Palabra de Dios.

Salmo Responsorial: 32 R/ “Dichoso el pueblo que el Señor se escogió como heredad.”

Dichosa la nación cuyo Dios es el Señor, / el pueblo que él se escogió como heredad. / El Señor mira desde el cielo, / se fija en todos los hombres. R.

Desde su morada observa / a todos los habitantes de la tierra: / él modeló cada corazón, / y comprende todas sus acciones. R.

Nosotros aguardamos al Señor: /él es nuestro auxilio y escudo; con él se alegra nuestro corazón, en su santo nombre confiamos. R.

Lectura del Santo Evangelio según San Lucas 4, 38-44 En aquel tiempo, al salir Jesús de la sinagoga, entró en casa de Simón.

La suegra de Simón estaba con fiebre muy alta, y le pidieron que hiciera algo por ella. Él, de pie a su lado, increpó a la fiebre, y se le pasó; ella, levantándose en seguida, se puso a servirles.

Al ponerse el sol, los que tenían enfermos con el mal que fuera, se los llevaban; y él, poniendo las manos sobre cada uno, los iba curando. De muchos de ellos salían también demonios, que gritaban: “Tú eres el Hijo de Dios”. Los increpaba y no les dejaba hablar, porque sabían que él era el Mesías. Al hacerse de día, salió a un lugar solitario.

La gente lo andaba buscando; dieron con él e intentaban retenerlo para que no se les fuese. Pero él les dijo: “También a los otros pueblos tengo que anunciarles el reino de Dios, para eso me han enviado. Y predicaba en las sinagogas de Judea. Palabra del Señor.

Meditación

Para este día la liturgia nos propone recordar a San Gregorio Magno, Papa y doctor de la Iglesia, hombre dedicado a la contemplación, al estudio y a la escucha de la palabra. Gregorio, santo que vivió en los siglos VI y VII, es admirable especialmente por su temple humano y espiritual. Gobernó a la Iglesia con gran acierto y sobre todo con el ejemplo de su vida. Es de uno aquellos predicadores, como dice San Pablo en el texto de hoy,

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que supo esparcir la semilla de la palabra en el campo de Dios, que es la Iglesia, regándola con su testimonio.

San Pablo, después de ofrecer a los corintios el bálsamo de la enseñanza, pasa ahora a la vida real de la comunidad. Toca aquellos problemas que indisponen a los cristianos para acoger y escuchar la palabra de Dios anunciada por los predicadores. Uno de estos problemas es la división de la gente en torno a los ministros de la palabra. El Apóstol empieza recordando la estrategia que había empleado para anunciarles el evangelio, a fin de disponerlos mejor para la escucha provechosa del mismo. Como sabía que eran personas que vivían carnalmente, es decir, que eran débiles y propensos a no seguir adecuadamente los caminos del evangelio, se adaptó a ellos lo más que pudo para exponerles el mensaje de modo adecuado. Acontece, sin embargo, lo que él previó: los cristianos de Corinto, en vez de poner atención a la palabra proclamada, se fijan en quiénes la predican y surge una división en torno a ellos, división que pone en peligro la identidad propia de la comunidad, que no puede estar cimentada sobre ningún predicador, sino sobre aquel a quien ellos predican, sobre Cristo, que da consistencia y cohesión a todo el cuerpo eclesial.

Los predicadores, en cuanto colaboradores de Dios, tienen un ministerio muy hermoso: sembrar el evangelio, pero en un campo que no es suyo sino de Dios. El trabajo de los predicadores no sirve de nada si Dios no dispone a las personas por la acción de su Espíritu para que escuchen la palabra y se dejen conducir por ella. Es el sentido que tiene la expresión metafórica: “El que planta no significa nada ni el que riega tampoco; cuenta el que hace crecer, o sea, Dios”.

Todos los indigentes y enfermos encuentran un lugar en el programa misionero de Jesús. Pero en esta acción de Jesús existe el peligro de que sus destinatarios lo utilicen. Él lo advierte y por eso cuando la gente busca retenerlo se le escapa, porque también a otros tiene que anunciarles el reino de Dios. Jesús se sabe enviado a todos indistintamente, su corazón misionero es universal. Por otra parte, Jesús no mendiga la respuesta de hombres, él se retira a buscar el diálogo con Dios. No puede haber auténtica predicación que no esté animada por la oración; para hablar de Dios hemos de permitirle a él que nos hable; hemos de hablar con él y estar dispuestos a escucharlo.

4 Feria

Jueves Verde

Lectura de Primera Carta del Apóstol San Pablo a los Corintios 3, 18-23 Hermanos: Que nadie se engañe. Si alguno de ustedes se cree sabio en

este mundo, que se haga necio para llegar a ser sabio. Porque la sabiduría de este mundo es necedad ante Dios, como está

escrito: “Él caza a los sabios en su astucia.” Y también: “El Señor penetra los pensamientos de los sabios y conoce que son vanos. Así, pues, que nadie

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se gloríe en los hombres, pues todo es su: Pablo, Apolo, Cefas, el mundo, la vida, la muerte, lo presente, lo futuro. Todo es de ustedes, ustedes de Cristo, y Cristo de Dios. Palabra de Dios.

Salmo Responsorial: 23R/ “Del Señor es la tierra y cuanto la llena.”

Del Señor es la tierra y cuanto la llena, / el orbe y todos sus habitantes: / él la fundó sobre los mares, / él la afianzó sobre los ríos. R.

¿Quién puede subir al monte del Señor? / ¿Quién puede estar en el recinto sacro? / El hombre de manos inocentes / y puro corazón, / que no confía en los ídolos. R.

Ése recibirá la bendición del Señor, / le hará justicia el Dios de salvación. / Éste es el grupo que busca al Señor, / que viene a tu presencia, Dios de Jacob. R.

Lectura del Santo Evangelio según San Lucas 5, 1-11 En aquel tiempo, la gente se agolpaba alrededor de Jesús para oír la

palabra de Dios, estando él a orillas del lago de Genesaret; y vio dos barcas que estaban junto a la orilla; los pescadores habían desembarcado y estaban lavando las redes. Subió a una de las barcas, la de Simón, y le pidió que la apartara un poco de tierra. Desde la barca, sentado, enseñaba a la gente.

Cuando acabó de hablar, dijo a Simón: “Rema mar adentro y echen las redes para pescar”. Simón contestó: “Maestro, nos hemos pasado la noche bregando y no hemos cogido nada; pero, por tu palabra, echaré las redes”.

Y, puestos a la obra, hicieron una redada de peces tan grande, que reventaba la red. Hicieron señas a los socios de la otra barca para que vinieran a echarles una mano. Se acercaron ellos y llenaron las dos barcas, que casi se hundían.

Al ver esto, Simón Pedro, se arrojó a los pies de Jesús, diciendo: “Apártate de mí, Señor, que soy un pecador”. Y es que el asombro se había apoderado de él y de los que estaban con él al ver la redada de peces que habían cogido; y lo mismo les pasaba a Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón. Jesús dijo a Simón: “No temas: desde ahora serás pescador de hombres”. Ellos sacaron las barcas a tierra y, dejándolo todo, lo siguieron. Palabra del Señor

Meditación

Pablo continúa desarrollando el tema de la lectura de ayer. Ya les ha dejado claro a los corintios que los ministros del evangelio no son decisivos, aunque sean importantes, y están al servicio de Dios. Decisivo sólo es Cristo, único fundamento de la fe, hacia quien debe estar ordenada toda la acción evangelizadora de la Iglesia. En el texto de hoy, que es una especie de resumen del tema de la sabiduría en tono exhortativo, aclara todavía más la cosa. Ahora Pablo, apremia a los que buscan escuchar una predicación sabia según el mundo, a buscar aquella sabiduría que cuenta ante Dios. Los motiva a una escucha que ponga más la atención en la palabra de Dios que en quienes la predican. Los corintios no deben

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poner su atención en la formulación del mensaje, sino en el mensaje mismo, que es Cristo, y éste crucificado, a quien proclaman los ministros del evangelio.

Como vemos en el evangelio de hoy, toda vocación viene de Dios, incluida la de los predicadores, llamados no tanto por sus cualidades personales, sino por la libre decisión del Señor, para el servicio y la edificación de la comunidad. Jesús sigue teniendo éxito en su actividad misionera. Hasta ahora ha encontrado mucha receptividad en la gente. La gente quiere escuchar la palabra de Dios que sale de su boca; tiene un hambre grande de Dios y ve en Jesús un verdadero portador de su palabra. Ahora, Jesús se encuentra junto al lago de Galilea, un lugar donde la gente va a buscarse la vida. Allí llama a sus primeros seguidores, los cuales escuchan su llamado y sin titubeos se ponen a su disposición: “Dejándolo todo lo siguieron”.

Acoger la llamada implica renuncia, dejar algo para dedicarse a una actividad concreto: la evangelización, a fin que otros puedan escuchar el mensaje que nosotros hemos recibido y tengan un verdadero encuentro con Jesús. Lanzar las redes en obediencia a Jesús, remar mar adentro confiando en su palabra, como lo hizo Pedro, es lo que estamos llamados a hacer los evangelizadores de todos los tiempos. La palabra de Jesús sigue teniendo la misma fuerza que entonces. Basta la escucha confiada, como Simón: “Confiando en tu palabra, echaré las redes”. La obra es suya. Por eso, cuando la gente responde a nuestra llamada y acoge la Palabra, no podemos atribuirnos los resultados, como si de cosa nuestra se tratara. Ante el éxito de la misión, la reacción de Simón no puede ser más significativa. Se postra y dice: “Apártate de mí, Señor, que soy un hombre pecador”. He aquí un ejemplo emblemático de receptividad y escucha. Cuando el diálogo entre los interlocutores, como el que se da entre Jesús, los discípulos y Simón, se da en un clima de acogida mutua, con verdadera apertura de corazón, todos los nudos se van soltando y surge un ambiente de paz.

5 Feria

Viernes Verde

Lectura de Primera Carta del Apóstol San Pablo a los Corintios 4, 1-5 Hermanos: Que la gente sólo vea en nosotros servidores de Cristo y

administradores de los misterios de Dios. Ahora, en un administrador, lo que se busca es que sea fiel.

Para mí, lo de menos es que me pidan cuentas ustedes o un tribunal humano; ni siquiera yo me pido cuentas. La conciencia, es verdad, no me remuerde; pero tampoco por eso quedo absuelto: mi juez es el Señor. Así, pues, no juzguen antes de tiempo: dejen que venga el Señor. Él iluminará lo que esconden las tinieblas y pondrá al descubierto los designios del corazón; entonces cada uno recibirá la alabanza de Dios. Palabra de Dios

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Salmo Responsorial: 36R/ “El Señor es quien salva a los justos”

Encomienda tu camino al Señor, confía en él, y él actuará: hará tu justicia como el amanecer, / tu derecho como el mediodía. R.

Apártate del mal y haz el bien, / y siempre tendrás una casa; / porque el Señor ama la justicia / y no abandona a sus fieles. R.

El Señor es quien salva a los justos, / él es su alcázar en el peligro; / el Señor los protege y los libra, / los librade los malvados y los salva / porque se acogen a él. R.

Lectura del Santo Evangelio según San Lucas 5, 33-39 En aquel tiempo dijeron a Jesús los fariseos y los letrados: “Los discípulos

de Juan ayunan a menudo y oran, y los de los fariseos también; en cambio, los tuyos, a comer y a beber”. Jesús les contestó: “¿Quieren que ayunen los amigos del novio mientras el novio está con ellos? Llegará el día en que se lo lleven, y entonces ayunarán”.

Y añadió esta comparación: “Nadie recorta una pieza de un manto nuevo para ponérsela a un manto viejo, porque se estropea el nuevo, y la pieza no le pega al viejo. Nadie echa vino nuevo en odres viejos, porque revientan los odres, se derrama, y los odres se estropean. A vino nuevo, odres nuevos. Nadie que cate vino añejo quiere del nuevo, pues dirá: Está bueno el añejo”. Palabra del Señor.

Meditación

En la lectura de este día, Pablo sigue tratando el tema relativo a los ministros del evangelio incluyéndose él mismo. Busca destacar lo esencial en el ministerio apostólico, que consiste en ser servidores, ministros de la palabra de Dios recibida como revelación. En esto es que la gente ha de poner la atención, no en la envoltura de la palabra en cuanto tal. Los predicadores no están más que al servicio de Dios, por lo que no han de pretender otra cosa más que agradar a Dios, siendo totalmente fieles al encargo recibido y poniendo sus capacidades humanas al servicio de la predicación. Uno de los elementos fundamentales que han de acompañar al evangelizador es la conciencia de que no ha de esperar reconocimientos humanos, sino la valoración de Dios, que conoce lo que se oculta en el corazón de cada persona. Las personas pueden equivocarse poniendo demás o de menos, pero Dios lo sabe todo. El éxito humano del predicador no puede ser, por tanto, el único criterio válido para enjuiciar la obra de la evangelización. Hay que contar con el juicio de Dios. Pablo está claro, por otra parte, de que el evangelizador no ha de escucharse a sí, sino que debe estar muy atento a la palabra de Dios, de la cual ha sido constituido ministro, a fin de llevar a sus destinatarios a escuchar a Dios y no sus palabras humanas.

El relato evangélico de hoy nos presenta la controversia sobre el ayuno entre los seguidores de la ley (fariseos y escribas) y Jesús. Los fariseos critican a Jesús y él responde con ejemplo tomados de la vida real. La imagen del vino nuevo en odres nuevos es muy significativa. Para

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Jesús no se puede recibir el evangelio en un corazón viejo y endurecido. La llegada del reino con la predicación de Jesús exige un cambio de mentalidad, estar dispuestos a hacer un camino de conversión. La religión de Jesús no está hecha de normas y de prácticas ascéticas; está hecha más bien de acogida de la presencia de Dios en su persona; presencia que debe generar alegría. Las normas sobre el ayuno no eran más que una preparación a la venida del Esposo; una vez, Jesús, el Esposo escatológico está en medio de nosotros, nos ocupamos de escucharlo, de abrirle el corazón y de participar del gozo que nos da su palabra. La imagen del vino añejo no se refiere a la antigüedad en cuanto tal, sino a lo sabroso; a la exquisitez del evangelio, que sin menguar en sus exigencias, siempre deja un sabor a fiesta.

6 Feria

Sábado Verde

Lectura de la Primera Carta del Apóstol San Pablo a los Corintios 4, 6b-15 Hermanos: En el caso de Apolo y de mí aprendan aquello de “no saltarse

el reglamento” y no se engrían en uno a costa del otro. A ver, ¿quién te hace tan importante? ¿Tienes algo que no hayas recibido? Y, si lo has recibido, ¿a qué tanto orgullo, como si nadie te lo hubiera dado?

Ya tienen todo lo que ansiaban, ya son ricos, han conseguido un reino sin nosotros. ¿Qué más quisiera yo? Así reinaríamos juntos. Por lo que veo, a nosotros, los apóstoles, Dios nos coloca los últimos; parecemos condenados a muerte, dados en espectáculo público para ángeles y hombres.

Nosotros, unos necios por Cristo, ustedes, ¡qué sensatos en Cristo! Nosotros débiles, ustedes fuertes; ustedes célebres, nosotros despreciados; hasta ahora hemos pasado hambre y sed y falta de ropa; recibimos bofetadas, no tenemos domicilio, nos agotamos trabajando con nuestras propias manos; nos insultan, y les deseamos bendiciones; nos persiguen, y aguantamos; nos calumnian, y respondemos con buenos modos; nos tratan como a la basura del mundo, el deshecho de la humanidad, y así hasta el día de hoy.

No les escribo esto para avergonzarlos, sino para hacerlos recapacitar, porque los quiero como a hijos; porque tendrán mil tutores en Cristo, pero padres no tienen muchos; por medio del Evangelio soy yo quien los ha engendrado para Cristo Jesús. Palabra de Dios

Salmo Responsorial: 144R/ “Cerca está el Señor de los que lo invocan.”

El Señor es justo en todos sus caminos, / es bondadoso en todas sus acciones; / cerca está el Señor de los que lo invocan, / de los que lo invocan sinceramente. R.

Satisface los deseos de sus fieles, / escucha sus gritos, y los salva. / El Señor guarda a los que lo aman, / pero destruye a los malvados. R.

Pronuncie mi boca la alabanza del Señor, / todo viviente bendiga su santo nombre / por siempre jamás. R.

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Lectura del Santo Evangelio según San Lucas 6, 1-5 Un sábado, Jesús atravesaba un sembrado; sus discípulos arrancaban

espigas y, frotándolas con las manos, se comían el grano. Unos fariseos les preguntaron: “¿Por qué hacen en sábado lo que no está permitido?”

Jesús les replicó: “¿No han leído lo que hizo David cuando él y sus hombres sintieron hambre? Entró en la casa de Dios, tomó los panes presentados -que sólo pueden comer los sacerdotes-, comió él y les dio a sus compañeros”. Y añadió: “El Hijo del hombre es señor del sábado”. Palabra del Señor

Meditación

Pablo sigue tratando el tema del ministerio apostólico y verdadera escucha del mensaje transmitido por los evangelizadores. Hoy les hace conciencia a los corintios que los evangelizadores no pueden ser evaluados sólo desde criterios humanos, porque su ministerio viene de Dios y se orienta a la construcción de la comunidad. Nadie está autorizado por tanto a formar grupos en torno a los predicadores, poniendo en juego la comunión y la unidad de la Iglesia, a la que están ordenados todos los ministerios. Se dirige especialmente a aquellos sabios autosuficientes que creen saberlo todo y que se jactan de sus progresos espirituales, independientemente logrados, sin su obra. Pablo es consciente de que quien escucha de verdad la palabra, no importa quienes la prediquen, se deja conducir por ella, y aún después de haberse esforzado por lograr la santidad, reconoce que esta obra la hace Dios, con la cooperación de sus enviados. La actitud de los corintios pervierte la intención de Dios, que ha querido ofrecerles la salvación por medio de la predicación y el ejemplo de vida de sus enviados. Es la misma actitud recriminada por Jesús a los fariseos del evangelio de hoy, que pretenden interpretar la palabra de Dios conforme a su estrecho razonamiento.

Hoy el evangelista Lucas nos sitúa de nuevo ante una controversia de Jesús con los fariseos, esta vez centrada sobre la observancia del sábado. Los fariseos observan las acciones de Jesús y sus discípulos para ver si respetan la palabra de Dios. Se dan cuenta que los discípulos el día sábado arrancan espigas en el campo para comer, violando el mandamiento del descanso sabático contenido en la Escritura. Pero Jesús, apoyado en la Escritura les hace ver que ninguna institución, por sagrada que sea, está por encima de la vida. Los discípulos comen para vivir, y Dios, que instituyó el sábado, está siempre a favor de la vida. De esta manera, Jesús nos enseña la correcta interpretación de la voluntad de Dios contenida en la Biblia. Nadie cómo él puede indicarnos la manera correcta de escuchar y acoger la palabra de Dios, que siempre está al servicio de la vida, nunca en contra de ella. Ante cualquier norma, aunque ésta esté contenida en la Escritura, siempre hay que adoptar una actitud humanitaria: salvar, proteger y promover la vida que Dios nos ha dado. Cuando nos encontramos ante una situación de emergencia de cualquiera de nuestros hermanos hemos de dejar lo más sagrado, incluso la misa, para ofrecer

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nuestra ayuda, porque esta es la forma más correcta de escuchar y practicar la palabra de Dios, que nos habla también en los acontecimientos de la vida real. Recordemos que según la Biblia sólo hay un Dios y una imagen de él, que es el hombre, porque Dios dio todo, incluso a su propio Hijo.

7 XXIII Domingo del Tiempo Ordinario

Domingo Verde

III Semana Liturgia de las Horas. Inicio del mes de la Biblia

Escuchemos al hermano que nos corrigeOrientación para la Celebración del día: Septiembre

es tradicionalmente el mes de la Biblia. Conviene resaltarlo adornando el “trono de la Palabra” que es el ambón o atril. De manera creativa se coloca delante del ambón una Biblia grande, luces y flores que se mantendrá allí durante todo el mes. Se coloca en lugar visible el lema del mes. Y se pueden poner signos de escucha. Se puede llevar la Palabra en procesión y cantando ya sea en la procesión o antes de iniciar la Liturgia de la Palabra.

Monición Ambiental: Hermanos y hermanas: El Señor nos reúne a celebrar la Eucaristía en este

23º. Domingo del Tiempo Ordinario. Estamos iniciando el mes de septiembre, en el que la Iglesia nos invita a venerar las Sagradas Escrituras y a escuchar a Dios que nos habla con amor infinito a través de ellas y, sobre todo, nos invita a escuchar a su Hijo amado, Jesucristo, Palabra eterna del Padre.

La actitud de escucha a Dios y al hermano es fundamental para crecer como creyentes. La fe nos llega por la escucha de la Palabra y el amor crece entre nosotros cuando sabemos escuchar al hermano cuando nos hace caer en la cuenta de cualquier error o pecado nuestro.

Que nos anime, durante todo este mes, la Palabra de Dios que es profunda, tajante, recta y que nunca se agota y dispongámonos a recibir a Jesucristo, que llega a Presidir esta Celebración a través de su Ministro.

Primera Lectura: Ezequiel 33, 7-9Lo que ha escuchado el profeta Ezequiel vale para todos nosotros. Cada uno está llamado a corregir al que se equivoque nos escuche o no. De lo

contrario Dios nos pedirá cuenta de sus actos. Escuchemos.

Lectura de la profecía de Ezequiel 33,7-9Así dice el Señor: «A ti, hijo de Adán, te he puesto de atalaya en la casa de

Israel; cuando escuches palabra de mi boca, les darás la alarma de mi parte. Si yo digo al malvado: “¡Malvado, eres reo de muerte!”, y tú no hablas,

poniendo en guardia al malvado para que cambie de conducta, el malvado morirá por su culpa, pero a ti te pediré cuenta de su sangre; pero si tú pones en

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guardia al malvado para que cambie de conducta, si no cambia de conducta, él morirá por su culpa, pero tú has salvado la vida.» Palabra de Dios.

Salmo responsorial: Sal 94R. Ojalá escuchen hoy la voz del Señor: «No endurezcan su corazón.»

Vengan, aclamemos al Señor, demos vítores a la Roca que nos salva; entremos a su presencia dándole gracias, aclamándolo con cantos. R.

Entren, postrémonos por tierra, bendiciendo al Señor, creador nuestro. Porque él es nuestro Dios, y nosotros su pueblo, el rebaño que él guía. R.

Ojalá escuchen hoy su voz: «No endurezcan el corazón como en Meribá, como el día de Masa en el desierto; cuando sus padres me pusieron a prueba y me tentaron, aunque habían visto mis obras.» R.

SEGUNDA LECTURA: Romanos 13, 8-10Escuchemos con oído atento lo que nos recuerda Pablo de que el

cumplimiento de la ley se resume en amar al prójimo, que implica tener una actitud de escucha para dialogar con el hermano, Escuchemos.

Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Romanos: Hermanos: A nadie le deban nada, más que amor; porque el que ama

tiene cumplido el resto de la ley. De hecho, el «no cometerás adulterio, no matarás, no robarás, no envidiarás», y los demás mandamientos que haya, se resumen en esta frase: «Amarás a tu prójimo como a ti mismo». Uno que ama a su prójimo no le hace daño; por eso amar es cumplir la ley entera. Palabra de Dios.

Aleluya (2 Cor 5, 19) Dios estaba en Cristo, reconciliando al mundo consigo, y a nosotros nos ha

confiado la palabra de la reconciliación.

Evangelio: San Mateo 18,15-20. En el Evangelio de hoy Jesús nos enseña cómo hacer una verdadera

corrección fraterna, a la vez que nos muestra que el escuchar la corrección de un hermano nos salva y que cerrarse a ella nos lleva a la perdición. Escuchemos

Lectura del santo Evangelio según san Mateo 18, 15-20 En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: «Si tu hermano comete un

pecado, ve y amonéstalo a solas. Si te escucha, habrás salvado a tu hermano. Si no te hace caso, hazte acompañar de una o dos personas para que

todo lo que se diga conste por boca de dos o tres testigos. Pero si ni así te hace caso, díselo a la comunidad; y si ni a la comunidad le hace caso, apártate de él como de un pagano o de un publicano.

Yo les aseguro que todo lo que aten en la tierra, quedará atado en el cielo, y todo lo que desaten en la tierra, quedará desatado en el cielo. Yo les aseguro, también, que si dos de ustedes se ponen de acuerdo para pedir algo, sea lo que fuere, mi Padre celestial se lo concederá; pues donde dos o tres se reúnen en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos». Palabra del Señor

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Meditación

Las lecturas de hoy nos presentan un tema de gran importancia para la vida comunitaria: la corrección fraterna. Según la primera lectura, Ezequiel entiende su vocación profética como una llamada a cuidar de cada uno de los miembros del pueblo elegido, especialmente de los pecadores y a aquellos que no se someten a las exigencias de la alianza. Es consciente de ser enviado por Dios para acompañar a un pueblo, que no siempre está en la mejor disposición de escuchar, para ayudarle a descubrir su propia miseria. Sabe que no puede dejar de anunciarle la palabra, sobre todo con su propia vida, llevar a todos a la conversión.

El profeta debe poner a cada uno ante su propio pecado y ayudarle a reconducir su vida hacia a Dios; de no hacerlo, Dios le pedirá cuenta de su suerte. Se ve claramente que Dios vela particularmente por la suerte de cada persona y busca sobre todo que nadie pierda el camino que conduce a él, precisamente porque ama y cuida de cada uno de sus hijos. Queda claro, por tanto, que para corregir a los hermanos y ayudarlos a crecer hemos de hacerlo desde el amor de Dios, que no quiere la muerte del pecador, sino que se convierta y viva. No podemos tocar la miseria de los demás si no es desde la caridad y desde la misericordia.

Lo primero que han de descubrir la persona, a quien intentamos amonestar y corregir, es que la amamos sinceramente, que queremos por encima de todo su propio bien. De esta forma disponemos mejor a los hermanos a escuchar y acoger de buen modo la corrección o cualquier ayuda que queramos ofrecerles. En cualquier caso, lo que Dios nos pide es amar a los hermanos, sin mirar sus defectos y pecados, sino colocándonos siempre en el lado de ellos. Porque amar, dice San Pablo, es cumplir la ley entera. Tengamos claro que una manera de amar a los demás es escucharles; escucharles y atenderles en sus palabras y en sus necesidades.

Jesús, en el pasaje evangélico de hoy, nos recuerda aquella caridad activa que nos lleva a velar por el bien de los hermanos antes que buscar nuestra propia complacencia. El hecho de que un hermano haya cometido un pecado que se ha hecho público, no significa que tengamos que manejar su caso de cualquier forma, sino con misericordia, según el querer de Dios. Porque por encima de todo sigue siendo un hermano de cuya salvación somos también responsables. De aquí la seriedad con que hemos de manejarnos en este caso, poniendo a la persona en condición de escuchar y obedecer, que es el fin último de la corrección fraterna, para que pueda así volver a Dios. Cuando nos sentimos responsables de la suerte de los hermanos, estamos dispuestos a ensayar todas las formas posibles de corrección para ayudarlos a encontrarse con su propia verdad, con sus propios pecados y limitaciones humanas, a fin de recuperarlos para Dios y para la comunidad. El objetivo no es salvar la buena fama de la comunidad, sino salvar al hermano.

Oración de los fielesEl que preside: Pidamos al Señor que escuche nuestras plegarias y atienda a

nuestras peticiones diciendo: Danos Señor la gracia de la corrección fraterna.

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1. Por la santa Iglesia de Dios, para que el Señor nos conceda la gracia de sabernos corregir mutuamente, para que así seamos verdaderos testigos de su Reino, roguemos al Señor.

2. Por los gobernantes del mundo para que sepan escuchar a Dios y al pueblo cuando les exigen un comportamiento justo y correcto en sus vidas y en la administración del bien común. Roguemos al Señor.

3. Por la paz del mundo, para que cesen las rivalidades entre las naciones, renazca en el corazón de los hombres el amor y arraigue entre todos los pueblos la mutua comprensión. Roguemos al Señor

4. Por los más pobres y abandonados para que sepan escuchar las correcciones necesarias para abandonar el pecado y para buscar mejores condiciones de vida.

5. Por esta Asamblea para que aprendamos a amarnos, corrigiéndonos fraternalmente, y aceptando con humildad la corrección que nos hacen. Roguemos al Señor.El que preside: Padre, estamos decididos a escuchar a tu Hijo que es tu

Palabra viva. Que El impregne nuestras mentes y nuestros corazones para que tengamos oídos atentos a quienes nos corrigen para nuestro bien. Te lo pedimos por el mismo Jesucristo que vive y reina contigo por los siglos de los siglos.

8 Fiesta: Natividad de la Santísima Virgen María

Lunes Blanco o Azul

Primera Lectura: Miqueas 5,1-4ª Así dice el Señor: “Pero tú, Belén de Efrata, pequeña entre las aldeas

de Judá, de ti saldrá el jefe de Israel. Su origen es desde lo antiguo, de tiempo inmemorial. Los entrega hasta el tiempo en que la madre dé a luz, y el resto de sus hermanos retornará a los hijos de Israel. En pie, pastoreará con la fuerza del Señor, por el nombre glorioso del Señor, su Dios. Habitarán tranquilos, porque se mostrará grande hasta los confines de la tierra, y éste será nuestra paz.” Palabra de Dios.

Salmo Responsorial: 12R/ “Desbordo de gozo con el Señor.”

Porque yo confío en tu misericordia: / alegra mi corazón con tu auxilio. R. Y cantaré al Señor por el bien que me ha hecho. R.

Lectura del Santo Evangelio según San Mateo 1,1-16.18-23 Genealogía de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abrahán. Abrahán engendró

a Isaac, Isaac a Jacob, Jacob a Judá y a sus hermanos. Judá engendró, de Tamar, a Farés y a Zará, Farés a Esrón, Esrón a Aram, Aram a Aminadab, Aminadab a Naasón, Naasón a Salmón, Salmón engendró, de Rahab, a Booz; Booz engendró, de Rut, a Obed; Obed a Jesé, Jesé engendró a David, el rey.

David, de la mujer de Urías, engendró a Salomón, Salomón a Roboam, Roboam a Abías, Abías a Asaf, Asaf a Josafat, Josafat a Joram, Joram a Ozías, Ozías a Joatán, Joatán a Acaz, Acaz a Ezequías, Ezequías engendró

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a Manasés, Manasés a Amós, Amos a Josías; Josías engendró a Jeconías y a sus hermanos, cuando el destierro de Babilonia.

Después del destierro de Babilonia, Jeconías engendró a Salatiel, Salatiel a Zorobabel, Zorobabel a Abiud, Abiud a Eliaquín, Eliaquín a Azor, Azor a Sadoc, Sadoc a Aquim, Aquim a Eliud, Eliud a Eleazar, Eleazar a Matán, Matán a Jacob; y Jacob engendró a José, el esposo de María, de la cual nació Jesús, llamado Cristo.

El nacimiento de Jesucristo fue de esta manera: María, su madre, estaba desposada con José y, antes de vivir juntos, resultó que ella esperaba un hijo por obra del Espíritu Santo. José, su esposo, que era justo y no quería denunciarla, decidió repudiarla en secreto. Pero, apenas había tomado esta resolución, se le apareció en sueños un ángel del Señor que le dijo: “José, hijo de David, no tengas reparo en llevarte a María, tu mujer, porque la criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de los pecados.”

Todo esto sucedió para que se cumpliese lo que había dicho el Señor por el Profeta: “Mira: la Virgen concebirá y dará a luz un hijo y le pondrá por nombre Emmanuel, que significa “Dios con nosotros”. Palabra del Señor

Meditación

En el día de hoy la Iglesia nos convoca para celebrar la fiesta del nacimiento de la Madre de Dios, una forma de recordar los orígenes de nuestra salvación. La piedad cristiana, como sabemos, siempre ha venerado con especial cariño a las personas y acontecimiento que han preparado la venida de Jesús al mundo y su obra salvadora.

Dios, en su providente designio de amor, ha ido orientando a la humanidad hacia su plenitud, llamando y eligiendo personas concretas para involucrarlas en su proyecto salvador, este es el tema del profeta Miqueas. De entre estas personas, la Virgen María tiene un puesto único. Ella no es una simple persona piadosa, nacida en una familia pobre, de quien Dios echó mano de ella porque no había de otra, sino la persona en la que Dios había pensado desde toda la eternidad para que fuera la digna madre de su Hijo. Para decirlo con palabras de la primera lectura de hoy, María fue llamada, preparada conforme a su designio, porque la amaba desde toda la eternidad. Todo en María está orientado a Cristo su hijo; ella su imagen perfecta y acabada. Su vida nos habla de Jesús y nos lleva a Jesús, porque ella no hizo otra que darnos a su hijo y ofrecernos el evangelio de Jesús que ella escuchó y puso por obra. Dios, con su cooperación, nos entregó su Palabra, nos dio a su Hijo, para que acogiendo esta Palabra con sencillez y espíritu de obediencia, como hizo ella, podamos recibir el don de la salvación. Por ella, como leemos en el evangelio de hoy, Dios se introduce en nuestra historia, es Dios con nosotros.

Al transmitirnos la genealogía de Jesús, es decir, sus orígenes, Mateo tiene la intención de que los cristianos de origen judío entiendan que Jesús nace en una familia humana, que viene de la familia de David, y que por tanto, es el Mesías prometido a Israel en las Escrituras. La Santísima Virgen María es hija de este pueblo; a ella la escogió Dios para darnos el

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Mesías, Hijo de David. Ella, aunque José es quien lo introduce en el linaje de David, es quien lo concibe por obra del Espíritu Santo. Por eso ella es con toda verdad, por la aceptación obediente de la palabra Dios, quien lo gesta en sus entrañas. María nos enseña, pues, a escuchar la palabra de Dios, a obedecerla y ponerla por obra, es decir, a darla a luz en la vida real con el testimonio de vida. En este sentido, San Francisco de Asís afirma que los que seguimos a Jesús somos madre del Hijo de Dios, cuando escuchamos su palabra la damos a luz en las obras.

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Martes Verde

Lectura de la Primera Carta del Apóstol San Pablo a los Corintios 6, 1-11 Hermanos: Cuando uno de ustedes está en pleito con otro, ¿cómo tiene el

descaro de llevarlo a un tribunal pagano y no ante los santos? ¿Han olvidado que los santos juzgarán el universo? Pues si ustedes van a juzgar al mundo, ¿no estarán a la altura de juzgar asuntos de poca importancia?

Recuerden que juzgaremos a los ángeles: cuánto más los asuntos de la vida ordinaria. De manera que para juzgar los asuntos ordinarios dan jurisdicción a ésos que en la Iglesia no pintan nada. ¿No les da vergüenza?

¿Es que no hay entre ustedes ningún entendido que sea capaz de arbitrar entre dos hermanos? No señor, un hermano tiene que estar en pleito con otro, y además entre no creyentes. Desde cualquier punto de vista ya es un fallo que haya pleitos entre ustedes. ¿No estaría mejor sufrir la injusticia? ¿No estaría mejor dejarse robar? En cambio, son ustedes los injustos y los ladrones, y eso con sus hermanos. Saben muy bien que la gente injusta no heredará el reino de Dios.

No se llamen a engaño: los inmorales, idólatras, adúlteros, afeminados, invertidos, ladrones, codiciosos, borrachos, difamadores o estafadores no heredarán el reino de Dios. Así eran algunos antes. Pero se lavaron, se consagraron, se perdonaron en el nombre de nuestro Señor Jesucristo y por Espíritu de nuestro Dios. Palabra de Dios.

Salmo Responsorial: 149R/ “El Señor ama a su pueblo.”

Canten al Señor un cántico nuevo, resuene su alabanza en la asamblea de los fieles; que se alegre Israel por su Creador, los hijos de Sion por su Rey. R.

Alaben su nombre con danzas, cántenle con tambores y cítaras; porque el Señor ama a su pueblo y adorna con la victoria a los humildes. R.

Que los fieles festejen su gloria y canten jubilosos en filas: con vítores a Dios en la boca; es un honor para todos sus fieles. R. Lectura del Santo Evangelio según San Lucas 6, 12-19

Por entonces subió Jesús a la montaña a orar y pasó la noche orando a Dios. Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos, escogió a doce de ellos y los nombró apóstoles: Simón, al que puso el nombre de Pedro; y Andrés, su hermano; Santiago, Juan, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago Alfeo, Simón apodado el Zelotes, Judas el de Santiago y Judas Iscariote, que fue el traidor.

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Bajó Jesús del monte con los Doce y se paró en un llano con un grupo grande de discípulos y de pueblo, procedente de toda Judea, de Jerusalén y de la costa de Tiro y de Sidón. Venían a oírlo y a que los curara de sus enfermedades; los atormentados por espíritus inmundos quedaban curados, y la gente trataba de tocarlo, porque salía de él una fuerza que los curaba a todos. Palabra del Señor

Meditación

Según la primera lectura de hoy, Pablo emplaza a los cristianos de Corinto porque han llevado sus pleitos y sus desacuerdos a los medios públicos, a los tribunales no cristianos, cuando podían resolverlos entre ellos. Claro que lo mejor es que los cristianos vivan de acuerdo entre ellos, que no surjan riñas ni problemas que lleven a perder la armonía y la paz que han de caracterizar la vida de aquellos que por el bautismo están llamados a vivir conforme al espíritu de Cristo, pero si tales cosas se dan, lo mejor es que los que no son cristianos ni se enteren.

En tiempos de Pablo se permitía a los cristianos tener sus propios tribunales para zanjar los conflictos que surgían entre ellos, pero en este caso los corintios han decidido acudir a los tribunales paganos para resolver problemas que podían resolver internamente, háblese de robos u otros problemas de orden moral que menciona el texto, por medio del diálogo, teniendo como horizonte último la caridad, signo de su pertenencia a Cristo. Es cierto que en este texto muchas de las cuestiones responden más a los tiempos de Pablo, pero es también cierto que los cristianos no pueden resolver sus problemas de cualquier manera, sino teniendo como referencia la palabra de Dios y desde una actitud de comprensión, buscando más ayudar a los demás que hundirlos. Jesús nos da un magnífico ejemplo en el evangelio de hoy: antes de actuar se vuelve a Dios como buscando consultarlo.

Según Lucas, en los momentos más significativos de su misión, Jesús ora, se pone bajo la mirada cariñosa del Padre y así recibir fuerza para tomar cualquier decisión. El texto de hoy es el mejor ejemplo de ello. Dice el evangelista que Jesús pasó la noche en oración antes de constituir el grupo de sus seguidores íntimos. En la cumbre de una montaña, lugar de la presencia de Dios, Jesús llama a un grupo grande de discípulos y dentro de ellos elige a Doce, a los que asignará una misión de carácter universal como la suya. Se trata de unos hombres humildes, sin mucha letra y sin título alguno, que sólo podrán apoyarse en el simple hecho de haber sido elegidos. Ellos participarán en la misión de Jesús de convocar al nuevo pueblo de Dios por el anuncio de la palabra y las acciones sacramentales, presentándose sencillamente como enviados, es decir, en representación de aquel que los envía. La Iglesia de Jesús está constituida por personas llamadas, elegidas y enviadas, según la diversidad de ministerios. Lo importante es que cada uno esté dispuesto a desempeñar su propia misión sin olvidar que es un enviado, que ha de estar constantemente referido a aquel que lo envía en la persona de sus pastores, a la cabeza de los cuales están el Papa y los Obispos.

Jesús espera de nosotros mucha receptividad y una gran disponibilidad; personas de escucha y obediencia, que quieran comunicar a los demás la palabra que ellos mismos han escuchado en su Iglesia.

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10 Feria

Miércoles Verde37º Aniversario de la Ordenación Presbiteral de Mons. Freddy

Antonio de Jesús Bretón Martínez, obispo de Baní

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 7,25-31Respecto al celibato no tengo órdenes del Señor, sino que doy mí parecer

como hombre de fiar que soy, por la misericordia del Señor. Estimo que es un bien, por la necesidad actual: quiero decir que es un bien vivir así. ¿Estás unido a una mujer? No busques la separación. ¿Estás libre? No busques mujer; aunque, si te casas, no haces mal; y, si una soltera se casa, tampoco hace mal. Pero estos tales sufrirán la tribulación de la carne. Yo respeto sus razones. Digo esto, hermanos: que el momento es apremiante. Queda como solución que los que tienen mujer vivan como si no la tuvieran; los que lloran, como si no lloraran; los que están alegres, como si no lo estuvieran; los que compran, como si no poseyeran; los que negocian en el mundo, como si no disfrutaran de él: porque la representación de este mundo se termina. Palabra de Dios

Salmo Responsorial: 44R/. «Escucha, hija, mira: inclina el oído»

Escucha, hija, mira: inclina el oído, olvida tu pueblo y la casa paterna; prendado está el rey de tu belleza: póstrate ante él, que él es tu Señor. R/.

Ya entra la princesa, bellísima, vestida de perlas y brocado; la llevan ante el rey, con séquito de vírgenes, la siguen sus compañeras. R/.

Las traen entre alegría y algazara, van entrando en el palacio real. «A cambio de tus padres, tendrás hijos, que nombrarás príncipes por toda la tierra.» R/.

Lectura del santo evangelio según san Lucas 6,20-26En aquel tiempo, Jesús, levantando los ojos hacia sus discípulos, les dijo:

«Dichosos los pobres, porque de ustedes es el reino de Dios. Dichosos los que ahora tienen hambre, porque quedarán saciados. Dichosos los que ahora lloran, porque reirán. Dichosos ustedes, cuando los odien los hombres, y los excluyan, y los insulten, y proscriban su nombre como infame, por causa del Hijo del hombre. Alégrense ese día y salten de gozo, porque su recompensa será grande en el cielo. Eso es lo que hacían sus padres con los profetas. Pero, ¡ay de ustedes, los ricos!, porque ya tienen su consuelo. ¡Ay de ustedes, los que ahora están saciados!, porque tendrán hambre. ¡Ay de los que ahora ríen!, porque harán duelo y llorarán. ¡Ay si todo el mundo habla bien de ustedes! Eso es lo que hacían sus padres con los falsos profetas.» Palabra del Señor.

Meditación

Tenemos que dar muchas gracias a Dios por el ministerio de los sacerdotes, llamados a acompañar el pueblo de Dios y hacer visible la presencia de Jesús con el anuncio de la palabra y el ejemplo de su vida. Hoy recordamos con gratitud la Ordenación Presbiteral de Mons. Freddy

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Antonio de Jesús Bretón. Pedimos al Señor, el Buen Pastor, que lo siga acompañando en su ministerio de dar la vida por él y por su pueblo.

Pablo sabe que el matrimonio viene de Dios y que como tal puede ser un medio para alcanzar la santidad, pero no quiere que sus cristianos pierdan la perspectiva básica del para qué estamos en este mundo. Es decir, para Pablo no podemos vivir enredados en las cosas de este mundo, retirando la mirada de Dios y las cosas de arriba. Los cristianos estamos llamados a vivir conforme a la vocación que cada uno hemos recibido; unos como casados y otros como célibes. Pero sin olvidar que estamos consagrados al Señor y somos pertenencia suya, por lo que todas las formas de vida han de vivirse en una permanente tensión: vivir en esta tierra, construyendo el reino de Dios y luchando por una sociedad nueva donde impere el amor, la justicia y la paz, pero con la mirada puesta en el cielo y en el mundo venidero, donde Dios será todo en todo. En esta perspectiva va la propuesta de Jesús en discurso de las bienaventuranzas, en el que presenta el mundo futuro como tiempo de plenitud.

En el evangelio de Lucas, Jesús muestra un interés especial por los pobres y desplazados; a ellos ha venido a anunciar el evangelio, como oferta de gozo y felicidad. Ahora en las bienaventuranzas felicita y promete el reino a los pobres, hambrientos, perseguidos y humillados, porque están en la mejor condición de abrirse a Dios. Según Jesús, los pobres deben estar seguros de que Dios está de su parte y que les hará justicia. En cambio, los ricos avaros e insolidarios, según el lenguaje de Jesús, deben entender que la riqueza los separa de Dios y de sus hermanos. Por eso los pone en guardia sobre la ruina que les espera. El hecho de que Jesús declare bienaventurados a los pobres, a los hambrientos a los que lloran, a los que son humillados y perseguidos, porque Dios los va premiar dándole posesión de su reino, no significa en modo alguno que justifica la pobreza; los felicita porque no buscan tener cosas, sino vivir con dignidad; por tanto, viven la vida en clave de esperanza, no poniendo su corazón en las cosas de este mundo, sino en el reino prometido por Dios. Sólo desde un corazón desprendido y desarraigado de los bienes de este mundo podemos aspirar a la felicidad del reino celestial y contribuir en la construcción de una sociedad donde los bienes sean mejor distribuidos y los pobres tengan acceso a una mejor calidad de vida.

11 Feria

Jueves Verde

Lectura de la Primera Carta del Apóstol San Pablo a los Corintios 8, 1b-7. 11-13 Hermanos: El conocimiento engríe, lo constructivo es el amor. Quien se

figura haber terminado de conocer algo, aún no ha empezado a conocer como es debido. En cambio, al que ama a Dios, Dios lo reconoce.

Vengamos a eso de comer de lo sacrificado. Sabemos que en el mundo real un ídolo no es nada, y que Dios no hay más que uno; pues, aunque hay los llamados dioses en el cielo y en la tierra-y son numerosos los dioses y

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numerosos los señores-, para nosotros no hay más que un Dios, el Padre, de quien procede el universo y a quien estamos destinados nosotros y un solo Señor, Jesucristo, por quien existe el universo y por quien existimos nosotros. Sin embargo, no todos tienen ese conocimiento: algunos, acostumbrados a la idolatría hasta hace poco, comen pensando que la carne está consagrada al ídolo y, como su conciencia está insegura, se mancha. Así, tu conocimiento llevará al desastre al inseguro, a un hermano por quien Cristo murió. Al pecar de esa manera contra los hermanos, turbando su conciencia insegura, pecan contra Cristo. Por eso, si por cuestión de alimento peligra un hermano mío, nunca volveré a comer carne, para no ponerlo en peligro. Palabra de Dios

Salmo Responsorial: 138R/ “Guíame, Señor, por el camino eterno.”

Señor, tú me sondeas y me conoces; / me conoces cuando me siento o me levanto, / de lejos penetras mis pensamientos; / distingues mi camino y mi descanso, / todas mis sendas te son familiares. R.

Tú has creado mis entrañas, / me has tejido en el seno materno. / Te doy gracias, / porque me has escogido portentosamente, / porque son admirables tus obras. R.

Señor, sondéame y conoce mi corazón, / ponme a prueba y conoce mis sentimientos, / mira si mi camino se desvía, / guíame por el camino eterno. R.

Lectura del Santo Evangelio según San Lucas 6, 27-38 En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: “A los que me escuchan les

digo: Amen a sus enemigos, hagan el bien a los que les odian, bendigan a los que les maldicen, oren por los que les injurian. Al que te pegue en una mejilla, preséntale la otra; al que te quite la capa, déjale también la túnica. A quien te pide, dale; al que se lleve lo tuyo, no se lo reclames.

Traten a los demás como quieren que ellos les traten. Pues, si aman sólo a los que les aman, ¿qué mérito tienen? También los pecadores aman a los que los aman. Y si hacen bien sólo a los que les hacen bien, ¿qué mérito tienen? También los pecadores lo hacen. Y si prestan sólo cuando esperan cobrar, ¿qué mérito tienen? También los pecadores prestan a otros pecadores con intención de cobrárselo. ¡No! Amen a sus enemigos, hagan el bien y presten sin esperar nada: tendrán un gran premio y serán hijos del Altísimo, que es bueno con los malvados y desgraciados.

Sean compasivos, como su Padre es compasivo; no juzguen y no serán juzgados; no condenen y no serán condenados; perdonen y serán perdonados; den y se les dará; les verterán una medida generosa, colmada, remecida, rebosante. La medida que usen la usarán con ustedes. Palabra del Señor.

Meditación

En el texto de la primera lectura de hoy, Pablo comienza a tratar uno de los temas típicos propios de una comunidad que vivía en un ambiente pagano: qué postura adoptar frente a la carne ofrecida a los ídolos y que luego se ponían en el mercado, de dónde los cristianos se abastecían.

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Existían dos posturas: la de los cristianos más maduros, que sabían que los ídolos o dioses paganos no tenían ninguna existencia real, y por consiguiente, se comían la carne sin problema; y la de los cristianos más frágiles, que pensaban que consumiendo esa carne ofrecida a los dioses paganos, les estaban dando culto. Los cristianos han de vivir conforme a la libertad de los hijos de Dios, pero si esa libertad constituye un tropiezo para los más frágiles, la caridad recomienda renunciar a esa libertad por su bien espiritual es decir, el conocimiento debe ir a la par de la caridad y el respeto a los demás. Con ello, Pablo está diciendo que la caridad constituye el criterio fundamental de la vida cristiana y que lo importante es escuchar a Dios en los hermanos, sobre todo en los más sencillos, también porque los cristianos no se deben a sí mismos, sino que son parte del cuerpo de Cristo, en el que ninguno de sus miembros puede vivir al margen ni en contra de los demás.

Jesús no pide cualquier cosa; pide un amor generoso, capaz de llegar a la renuncia de uno mismo por el bien de los demás. Ahora bien, para amar de verdad, como quiere Jesús, para preferir el bien al mal en toda circunstancia, para renunciar a todo tipo de violencia, no podemos poner la mirada sólo en la recompensa prometida por Dios. Se trata en primer lugar de amar como ama Dios, de actuar como él actúa, sin esperar ningún tipo de recompensa humana. Amar como Dios nos ama, estar siempre dispuestos al perdón, querer siempre acoger a los demás, escucharlos y comprenderlos en su fragilidad, es la mejor forma de expresar quiénes somos y de dónde venimos. Somos realmente hijos de Dios, fuimos creados por amor y para el amor, y por eso vivimos, no según nuestra propia lógica humana, sino conforme a la lógica de nuestro Padre que está en el cielo, que misericordia y amor sin límite alguno. Él da sin medida, perdona incondicionalmente y es siempre cariñoso con todas sus criaturas. Para vivir este amor en clave de heroísmo y de don generoso de uno mismo, nuestra referencia inmediata es Jesús, que pasó por este mundo haciendo el bien y terminó en la cruz perdonando a sus propios enemigos. De esta manera, Jesús nos ha equipado para vivir la vida en otra dimensión. En dimensión de Dios, que pasa por la aceptación caritativa de los demás, que siempre pensarán y obrarán a su manera.

12 Feria

Viernes Verde

Lectura de la Primera Carta del Apóstol San Pablo a los Corintios 9, 16-19. 22b-27

Hermanos: El hecho de predicar no es para mí motivo de orgullo. No tengo más remedio y, ¡ay de mí si no anuncio el Evangelio! Si yo lo hiciera por mi propio gusto, eso mismo sería mi paga. Pero, si lo hago a pesar mío, es que me han encargado este oficio. Entonces, ¿cuál es la paga?

Precisamente dar a conocer el Evangelio, anunciándolo de balde, sin usar el derecho que me da la predicación del Evangelio. Porque, siendo libre como soy, me he hecho esclavo de todos para ganar a los más posibles.

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Me he hecho todo a todos, para ganar, sea como sea, a algunos. Y hago todo esto por el Evangelio, para participar yo también de sus bienes.

Ya saben que en el estadio todos los corredores cubren la carrera, aunque uno solo se lleva el premio. Corran así: para ganar. Pero un atleta se impone toda clase de privaciones. Ellos para ganar una corona que se marchita; nosotros, en cambio, para una que no se marchita.

Por eso corro yo, pero no al azar; boxeo, pero no contra el aire; mis golpes van a mi cuerpo y lo tengo a mi servicio, no sea que, después de predicar a los otros, me descalifiquen a mí. Palabra de Dios

Salmo Responsorial: 83R/ “¡Qué deseables son tus morenas, Señor de los ejércitos!”

Mi alma se consume y anhela / los atrios del Señor, / mi corazón y mi carne / retozan por el Dios vivo. R.

Hasta el gorrión ha encontrado una casa; / la golondrina, un nido / donde colocar sus polluelos: / tus altares, Señor de los ejércitos, / Rey mío y Dios mío. R.

Dichosos los que viven en tu casa, / alabándote siempre. / Dichosos los que encuentran en ti su fuerza / al preparar su peregrinación. R.

Porque el Señor es sol y escudo, / él da la gracia y la gloria; / el Señor no niega sus bienes / a los de conducta intachable. R.

Lectura del Santo Evangelio según San Lucas 6, 39-42 En aquel tiempo ponía Jesús a sus discípulos esta comparación: “¿Acaso puede

un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán los dos en el hoyo? Un discípulo no es más que su maestro, si bien, cuando termine su aprendizaje, será como su maestro.

¿Por qué te fijas en la mota que tiene tu hermano en el ojo y no reparas en la viga que llevas en el tuyo? ¿Cómo puedes decirle a tu hermano: “Hermano, déjame que te saque la mota del ojo”, sin fijarte en la viga que llevas en el tuyo? ¡Hipócrita! Sácate primero la viga de tu ojo, y entonces verás claro para sacar la mota del ojo de tu hermano”. Palabra del Señor

Meditación

En la primera lectura de hoy, Pablo habla a los corintios de su propia experiencia en el campo de la evangelización. Se presenta como un hombre llamado por Dios a llevar el evangelio como una tarea irrenunciable. Su única consigna es que el evangelio de Jesús sea conocido por todos y que la salvación prometida por Dios llegue a todos los rincones del mundo. De esta manera, el Apóstol se presenta como un hombre apasionado por el evangelio, al que quiso subordinar toda existencia, y como tal un modelo a seguir para los evangelizadores de todos los tiempos. Hay mucha gente comprometida de verdad en la tarea de llevar el evangelio, porque han escuchado con mucha apertura y disponibilidad la palabra de Dios y han querido llevarla a otros; pero también hay otras que les cuesta asumir con responsabilidad la misión confiada, Para ellas valen las palabras de Pablo: ¡Hay de mí si no anuncio el evangelio! Como quien dice: me estoy privando de un bien enorme, de un gozo que nada ni nadie puede dar en este mundo.

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El evangelio nos da los ojos de Dios para mirar y entender la realidad, para conducir mi propia existencia; para que con los ojos de Dios pueda ayudar y acompañar a los hermanos que desconocen los caminos de Dios y van a tientas por la vida. Es lo que de alguna manera nos viene a decir el evangelio de este día.

Este evangelio nos ofrece una serie de sentencias de Jesús que nos muestran la urgencia de su mensaje y la necesidad de tomar en serio la situación en que vivimos, para no dar palos al aire ni vivir sólo de ideales. Con imágenes, que tienen origen en la vida diaria: ciego que guía a otro ciego, discípulo que no es más que su maestro, sacar la paja del el ojo del hermano,… Jesús quiere situarnos en el verdadero camino del evangelio, según el cual no podemos exigir a los demás lo que nosotros mismos no estamos en condición de ofrecerles.

San Francisco de Asís afirma en una de sus célebres admoniciones: “Peca el que exige a su prójimo más de lo que él mismo está dispuesto a dar de sí mismo al Señor Dios”. Jesús nos está diciendo que no podemos ver el mundo desde la altura, tenemos obligación de mirar la realidad desde las enseñanzas evangélicas, no desde los intereses de quienes tienen el poder en los medios de comunicación. Porque una persona que nunca se ha limpiado sus ojos; personas que no conocen el dolor, el sufrimiento no pueden tener aquella sensibilidad para ver a los demás con limpieza; para comprender y perdonar a las personas que fallan y pecan a menudo; a las personas que sufren por tal o cual situación; a los que viven tristes y sin horizontes, porque carecen de los medios indispensables para vivir con dignidad.

13 Memoria Obligatoria: San Juan Crisóstomo, Obispo y Doctor de la Iglesia

Sábado Blanco

Lectura de la Primera Carta del Apóstol San Pablo a los Corintios 10, 14-22 Amigos míos, no tengan que ver con la idolatría. Les hablo como a gente

sensata; fórmense su juicio sobre lo que digo. El cáliz de la bendición que bendecimos, ¿no es comunión con la sangre de Cristo? Y el pan que partimos, ¿no es comunión con el cuerpo de Cristo? El pan es uno, y así nosotros, aunque somos muchos, formamos un solo cuerpo, porque comemos todos del mismo pan. Consideren a Israel según la carne: los que comen de las víctimas se unen al altar.

¿Qué quiero decir? ¿Que las víctimas son algo o que los ídolos son algo? No, sino que los gentiles ofrecen sus sacrificios a los demonios, no a Dios, y no quiero que se unan a los demonios. No pueden beber de los dos cálices, del Señor y del de los demonios. No pueden participar de las dos mesas, de la del Señor y de la de los demonios. ¿Vamos a provocar al Señor? ¿Es que somos más fuertes que él? Palabra de Dios

Salmo Responsorial: 115. R/ “Te ofreceré, Señor, un sacrificio de alabanza.”

¿Cómo pagaré al Señor / todo el bien que me ha hecho? / Alzaré la copa de la salvación, / invocando su nombre. R.

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Te ofreceré un sacrificio de alabanza, / invocando tu nombre, Señor. / Cumpliré al Señor mis votos / en presencia de todo el pueblo. R.

Lectura del Santo Evangelio según San Lucas 6, 43-49 En aquel tiempo decía Jesús a sus discípulos: “No hay árbol sano que dé

fruto dañoso, ni árbol dañado que dé fruto sano. Cada árbol se conoce por su fruto: porque no se cosechan higos de las zarzas, ni se vendimian racimos de los espinos.

El que es bueno, de la bondad que atesora en su corazón saca el bien, y el que es malo, de la maldad saca el mal, porque lo que rebosa del corazón, lo habla la boca.

¿Por qué me llaman «Señor, Señor», y no hacen lo que digo? El que se acerca a mí, escucha mis palabras y las pone por obra, les voy a decir a quién se parece: se parece a uno que edificaba una casa: cavó, ahondó y puso los cimientos sobre roca; vino una crecida, arremetió el río contra aquella casa, y no pudo tambalearla, porque estaba sólidamente construida.

El que escucha y no pone por obra, se parece a uno que edificó una casa sobre tierra, sin cimiento; arremetió contra ella el río, y en seguida se derrumbó desplomándose». Palabra del Señor.

Meditación

Hoy celebramos a San Juan Crisóstomo, obispo y doctor de la Iglesia, nacido en Antioquía en el año 347, llegó a ser obispo de Constantinopla, donde, no sin serias dificultades, desarrolló una fecunda labor apostólica.

Pablo busca convencer a los corintios, constantemente expuestos a las prácticas idolátricas, para que no caigan en semejante tentación, comiendo la carne sacrificada a los dioses paganos. Es sabido que los dioses son hechuras humanas, es decir, que no existen en realidad. Pero cuando se consume la carne que ya ha sido sacrificada en honor de los dioses con la conciencia de que estos dioses son reales, como hacían algunos miembros de la comunidad, se entran en comunión con ellos, y esto es ya idolatría. Esta actitud va en contra de su pertenencia total a Cristo y de la comunión plena con él significada en la eucaristía. Injertados en Cristo por el bautismo, los cristianos hemos de vivir la misma vida de Cristo resucitado, vida que se alimenta en la participación del cuerpo y de la sangre de Cristo en la eucaristía.

La participación en la eucaristía nos pone en comunión con la Trinidad, porque es Dios entero quien se nos da por Cristo en el Espíritu Santo, y con el resto de los cristianos; dos realidades inseparables, que hacen de la eucaristía el quicio de la vida cristiana y el culmen de la vida sacramental. Por eso, la participación en la eucaristía nos hace más solidarios y nos da una sensibilidad para salir al encuentro de los otros; para acercarnos a los demás a través del diálogo; para abrir nuestros oídos a aquellos a quienes nadie escucha. Si somos un árbol, como escuchamos en el evangelio de hoy, con las raíces puestas en Dios, esa bondad de Dios que recibimos en cada eucaristía ha de expresarse en el trato que damos a nuestros hermanos, especialmente a pobres, enfermos y abandonados.

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Jesús nos pone ante el tema de la coherencia: el árbol bueno da frutos sanos, quienes edifican sobre roca hacen una construcción firme. Las personas de corazón limpios producen palabras limpias y actúan con limpieza en todo lo que hacen. Mucha gente no nos ven a nosotros, portadores de la palabra de Dios, porque no siempre vivimos a la altura de lo que predicamos a los demás. La gente nos quiere más auténticos. La parábola de Jesús sobre el hombre que edificó su casa sobre roca es una llamada a la atención a los que escuchamos la palabra y luego no la vivimos; es que existen tres modos concretos de escuchar la palabra: una escucha intelectual, que se da cuando la palabra se queda en el cerebro pero no pasa a la vida real; una escucha existencial y cordial, que se da cuando tomamos en serio la palabra, haciéndola vida y comunicándola con gozo a los demás; y una escucha indiferente, que se da cuando nada nos mueve; por un lado entra la palabra y por otro sale; la vida no queda implicada.

14 Fiesta: Exaltación de la Santa Cruz

Domingo XXIV del Tiempo Ordinario Rojo34º Aniversario de la Dedicación de la Catedral Santa Cruz,

de la Diócesis de Mao- Montecristi.

El que escucha y contempla al Hijo crucificado se salva

Orientaciones para este domingo: Colocar el lema de este domingo y la cruz se trae en procesión y se coloca al lado del ambón o atril adornado con luces y flores. También la cruz debe estar adornada. Se puede llevar la Palabra en procesión y cantando ya sea en la procesión o antes de iniciar la Liturgia de la Palabra. Se puede hacer al final una veneravión de la Cruz o pasearla en alto en medio de la Asamblea.

Munición ambiental:Hermanos y hermanas: En esta Eucaristía de hoy celebramos la

Exaltación de la Santa Cruz, fiesta instituida para destacar a Cristo Jesús, que levantado en alto en la Cruz, atrae a todos hacia Él y hacia su Padre. La Cruz es el trono de Cristo en el que es glorificado, porque fue en ella donde Él demostró su amor obediente al Padre y donde Él manifestó su amor a nosotros hasta el extremo, dando la vida para que tuviéramos vida en abundancia.

La tradición litúrgica nos dice que la fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz se celebraba en Jerusalén ya en el siglo V. Su título contiene la finalidad de la misma: enaltecer y glorificar la cruz de Cristo. Porque la cruz, señal del discípulo de Jesús, no es signo de muerte sino de vida, no de infamia y derrota sino de salvación y victoria; no de perversión sino de amor.

La sociedad nos predica que lo importante es ganar y ser el primero. La Palabra de Dios nos predica otra victoria, la victoria de la cruz, es decir de la

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entrega generosa a Dios que va marcada del sufrimiento y del dolor.Aclamemos a Jesucristo Crucificado y Resucitado quien viene a presidir esta Celebración a través de su ministro.

PRIMERA LECTURA: Números 21,4-9En esta lectura se da un diálogo entre las quejas y los gritos del pueblo

por un lado, y Dios que habla a Moisés, quien escucha, obedece y levanta la serpiente que al mirarla traía sanación. Es un anuncio de Jesucristo que levantado en la Cruz salva a todo el que lo escucha.

Lectura del libro de los NúmerosEn aquellos días, el pueblo estaba extenuado del camino, y habló contra

Dios y contra Moisés: “¿Por qué nos has sacado de Egipto para morir en el desierto? No tenemos ni pan ni agua, y nos da náuseas ese pan sin cuerpo.” El Señor envió contra el pueblo serpientes venenosas, que los mordían, y murieron muchos israelitas.

Entonces el pueblo acudió a Moisés, diciendo: “Hemos pecado hablando contra el Señor y contra ti; reza al Señor para que aparte de nosotros las serpientes.” Moisés rezó al Señor por el pueblo, y el Señor le respondió: “Haz una serpiente venenosa y colócala en un estandarte: los mordidos de serpiente quedarán sanos al mirarla.” Moisés hizo una serpiente de bronce y la colocó en un estandarte. Cuando una serpiente mordía a uno, él miraba a la serpiente de bronce y quedaba curado. Palabra de Dios

Salmo Responsorial: 77. R/ “No olviden las acciones del Señor.”

Escucha, pueblo mío, mi enseñanza, inclinen el oído a las palabras de mi boca: que voy a abrir mi boca a las sentencias, para que broten los enigmas del pasado. R.

Cuando los hacía morir, lo buscaban, y madrugaban para volverse hacia Dios; se acordaban de que Dios era su roca, el Dios Altísimo su redentor. R.

Lo adulaban con sus bocas, pero sus lenguas mentían: su corazón no era sincero con él, ni eran fieles a su alianza. R.

Él, en cambio, sentía lástima, perdonaba la culpa y no los destruía: una y otra vez reprimió su cólera, y no despertaba todo su furor. R.

SEGUNDA LECTURA: Filipenses 2,6-11Obedecer es realizar lo que se ha escuchado. Es lo que Jesús con el Padre hizo, hasta rebajarse hasta la muerte en cruz. Obedecer hoy a Dios es escuchar a su Hijo y seguir su testimonio de amor al Padre y a los hermanos, hasta darlo todo aunque implique sufrimiento. Escuchemos.

Lectura de la Carta del Apóstol San Pablo de los Filipenses 2,6-11Cristo a pesar de su condición divina, no hizo alarde de su categoría de

Dios; al contrario, se despojó de su rango y tomó la condición de esclavo, pasando por uno de tantos. Y así, actuando como un hombre cualquiera, se rebajó hasta someterse incluso a la muerte, y una muerte de cruz.

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Por eso Dios lo levantó sobre todo y le concedió el «Nombre-sobre-todo-nombre»; de modo que al nombre de Jesús toda rodilla se doble en el cielo, en la tierra, en el abismo, y toda lengua proclame: Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre. Palabra de Dios.

EVANGELIO: San Juan 3,13-17La serpiente levantada por Moisés fue “señal de salud”. Esta acción de

Moisés adquieren su sentido pleno y total en Cristo Jesús: sólo mirando, escuchando y creyendo en Jesús, se alcanza la salud, la vida en plenitud, la vida eterna. Escuchemos.

Lectura del santo Evangelio según san Juan 3,13-17En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo: “Nadie ha subido al cielo, sino el

que bajó del cielo, el Hijo del hombre. Lo mismo que Moisés elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser elevado el Hijo del hombre, para que todo el que cree en él tenga vida eterna. Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único para que no perezca ninguno de los que creen el él, sino que tengan vida eterna. Porque Dios no mandó su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo se salve por él.” Palabra del Señor.

Meditación

Este domingo celebramos una fiesta del Señor: la exaltación de la Santa Cruz, fiesta que nos ayuda a recordar que hizo de su vida una entrega, voluntaria y amorosa, hasta la muerte y una muerte de cruz.

La primera lectura de hoy nos cuenta que el pueblo de Israel, en el camino por el desierto, va alcanzando pequeñas victorias, gracias al favor de Dios que lo acompaña. Una de estas victorias, quizás de las más significativas, fue aquella sobre las serpientes de fuego o venenosas enviadas por Dios cuya mordedura producía inflamación y en algunos casos la muerte. A este pueblo que no deja de murmurar ni quejarse, Dios lo va moldeando a través de pequeñas y duras pruebas, como la de las serpientes venosas. Pero por intercesión de Moisés, el Señor viene en ayuda de su pueblo para orientarlo por el camino de la vida. Le ordena a Moisés que haga una serpiente de bronce y la presente al pueblo, para que los mordidos por las serpientes de fuego queden curados.

La imagen de aquello que produce la muerte, en respuesta de Dios al pecado del pueblo, produce ahora la salvación y la vida. Dios no quiere la muerte sino la vida. Por eso donde tuvo origen el pecado, que deshumaniza y destruye, ha hecho que surja la vida. San Pablo en un himno antiquísimo que leemos hoy como segunda lectura nos dice que Jesús se hizo obediente hasta la muerte. El pueblo, por la desobediencia en el desierto, no hizo más que atraer la muerte, en cambio, Jesús por su entrega obediente en la cruz, nos introdujo en la gloria que comparte con el Padre.

El pasaje evangélico de hoy recoge en una síntesis apretada las ideas fundamentales del evangelio de San Juan. Jesús, en un diálogo con Nicodemo, le deja bien claro que su misión tiene origen en el amor del Padre, que quiere ofrecer la salvación a todo el mundo. Pero esta oferta de

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Jesús requiere de la acogida voluntaria de los seres humanos, es decir, de la disposición fundamental de la fe; cerrarse a creer en Jesús, el enviado del Padre, es el mayor obstáculo, para que Dios pueda entrar en nuestra vida y transformarla. Por eso, el evangelio constituye una invitación a abrir el oído y acoger la palabra que se nos proclama; una invitación a escuchar a Dios en los acontecimientos de la vida diaria; una invitación a escuchar a Dios en los que sufren y aquello que claman justicia y misericordia. Este día de la Santa Cruz, nos debe animar a ver y escuchar a tantos hermanos y hermanas que llevan una cruz tan pesada, y a convertirnos en Cirineos, porque les ayudamos a llevar esa cruz de pobreza, miseria y sufrimiento de cualquier tipo.

Oración de los fielesEl que preside: Señor, te presentamos nuestras cruces y las de los

hermanos y hermanas que nos rodean diciéndote: Ayúdanos a llevar nuestra propia cruz.

1. Tú que fuiste levantado sobre la tierra, atrae hacia ti los corazones de todos, Roguemos al Señor.

2. Tú que fuiste clavado en la cruz, da a todos los oprimidos la libertad verdadera. Roguemos al Señor.

3. Tú que derramaste tu sangre, ven en ayuda de las personas que están sufriendo por enfermedad, abandono, pobreza, desigualdad y abusos de poder, y que nosotros seamos solidarios. Roguemos al Señor.

4. Tú que entregaste tu espíritu, concede el don de tu Espíritu a todos los que creen en ti, Roguemos al Señor.

5. Tú que traspasado por la lanza, eres manantial de agua viva, purifica y renueva a tu Iglesia, Roguemos al Señor.

6. Tú que fuiste hecho prisionero, haz que los privados de libertad, sean tratados con justicia, se respeten todos sus derechos, y que ellos sepan cargar con su responsabilidad. Roguemos al Señor.

7. Tú que sufriste violencia, te pedimos por nuestros gobernantes, para que combatan la violencia y la corrupción, que podamos vivir en mayor paz, se eviten tantas muertes y sufrimientos inútiles. Roguemos al Señor.El que preside: Escucha Padre nuestras oraciones. Haznos comprender que

tu proyecto del Reino implica la cruz dolorosa, pero que la victoria es tuya. Haz que sepamos descubrir que dentro de la cruz esta la resurrección si permanecemos fieles a ti y no nos dejamos seducir por el mal. Por Jesucristo nuestro Señor.

15 Memoria Obligatoria: Nuestra Señora, La Virgen de los Dolores

Lunes Blanco

IV Semana Liturgia de las Horas

Lectura de la Carta a los Hebreos 5, 7-9 Cristo, en los días de su vida mortal, a gritos y con lágrimas, presentó

oraciones y súplicas al que podía salvarlo de la muerte, cuando en su angustia

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fue escuchado. Él, a pesar de ser Hijo, aprendió, sufriendo, a obedecer. Y, llevado a la consumación, se ha convertido para todos los que le obedecen en autor de salvación eterna. Palabra de Dios

Salmo Responsorial: 30.R/ “Sálvame, Señor, por tu misericordia”

A ti, Señor, me acojo: no quede yo nunca defraudado; tú, que eres justo, ponme a salvo, inclina tu oído hacia mí. R.

Ven aprisa a librarme, sé la roca de mi refugio, un baluarte donde me salve, tú que eres mi roca y mi baluarte; por tu nombre dirígeme y guíame. R.

Sácame de la red que me han tendido, porque tú eres mi amparo. A tus manos encomiendo mi espíritu: tú, el Dios leal, me librarás. R.

Pero yo confío en ti, Señor, te digo: “Tú eres mi Dios.” En tus manos están mis azares: líbrame de los enemigos que me persiguen. R.

Qué bondad tan grande, Señor, reservas para tus fieles, y concedes a los que a ti se acogen a la vista de todos. R.

Lectura del Santo Evangelio según San Juan 19,25-27 En aquel tiempo, junto a la cruz de Jesús estaban su madre, la hermana

de su madre, María, la de Cleofás, y María, la Magdalena. Jesús, al ver a su madre y cerca al discípulo que tanto quería, dijo a su madre: “Mujer, ahí tienes a tu hijo.” Luego, dijo al discípulo: “Ahí tienes a tu madre.” Y desde aquella hora, el discípulo la recibió en su casa Palabra del Señor.

Meditación

No podíamos menos que contemplar a la Virgen María compartiendo la ofrenda de su hijo a la humanidad en el altar de la cruz. Por eso hoy recordamos a la Madre de Dios, y Madre Nuestra, la Virgen de los Dolores, que vivió en carne propia el sacrificio de Jesús en la cruz por amor a la humanidad. Es como si estuviéramos prolongando la celebración de ayer, pero contemplando la actitud de María, que en representación de toda la Iglesia, se une, debajo de la cruz, al dolor salvador de Cristo.

La muerte de Jesús en la cruz no tiene que ver nada con la tortura; él va a la cruz voluntariamente, por obediencia; pasó el sufrimiento, pero fue escuchado, porque Dios confirmó el valor salvador de su sacrificio resucitándolo. Y María como mujer de fe vivió este acontecimiento desde la esperanza en la resurrección. Por eso su dolor no es expresión de derrota, sino una manifestación de amor a su hijo, que carga sobre sí el dolor de la humanidad pecadora.

María, debajo de la cruz, como nos la presenta el evangelio de este día, en cuanto nueva Eva, se convierte en primicia de la nueva humanidad que surge con la resurrección de Cristo. Representa como Madre a todos los seres vivientes, que han de acoger la salvación ofrecida por Dios en el madero redentor de la cruz de su Hijo; ella representa sobre todo a la Iglesia, que nace debajo de la cruz y que acoge a todos los discípulos de Jesús, representados en el apóstol Juan; Juan, por su parte, representa a toda la

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Iglesia, que acoge a María como Madre como el mejor tesoro que le dejara el Hijo de Dios. Las palabras de Jesús: “Madre, ahí tienes a tu hijo; hijo, ahí tiene a tu Madre, nos recuerdan, pues, que no debemos separar a María de la Iglesia y a la Iglesia de María. Ella fue la que mejor escuchó la palabra de Dios, manteniendo su sí hasta el final, porque en cuanto discípula de Jesús supo hacer suyas las palabras de su hijo: “Si alguno quiere venir detrás de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame”.

16 Memoria Obligatoria: San Cornelio, Papa y San Cipriano, Obispo, Mártires

Martes Rojo

Lectura de la Primera Carta del Apóstol San Pablo a los Corintios 12,12-14.27-31ª Lo mismo que el cuerpo es uno y tiene muchos miembros, y todos los

miembros del cuerpo, a pesar de ser muchos, son un solo cuerpo, así es también Cristo. Todos nosotros, judíos y griegos, esclavos y libres, hemos sido bautizados en un mismo Espíritu, para formar un solo cuerpo. Y todos hemos bebido de un solo Espíritu. El cuerpo tiene muchos miembros, no uno solo. Pues bien, ustedes son el cuerpo de Cristo, y cada uno es un miembro. Y Dios los ha distribuido en la Iglesia: en el primer puesto los apóstoles, en el segundo los profetas, en el tercero los maestros, después vienen los milagros, luego el don de curar, la beneficencia, el gobierno, la diversidad de lenguas, el don de interpretarlas. ¿Acaso son todos apóstoles? ¿O todos son profetas? ¿O todos maestros? ¿O hacen todos milagros? ¿Tienen todos don para curar? ¿Hablan todos en lenguas o todos las interpretan? Ambicionen los carismas mejores. Palabra de Dios

Salmo Responsorial: 99.

R/ “Somos un pueblo y ovejas de su rebaño”Aclama al Señor, tierra entera, sirvan al Señor con alegría, entren en su

presencia con vítores. R. Sepan que el Señor es Dios: que él nos hizo y somos suyos, su pueblo y

ovejas de su rebaño. R. Entren por sus puertas con acción de gracias, por sus atrios con

himnos, dándole gracias y bendiciendo su nombre. R. «El Señor es bueno, su misericordia es eterna, su fidelidad por todas las

edades.» R.

Lectura del Santo Evangelio según San Lucas 7,11-17 En aquel tiempo, iba Jesús camino de una ciudad llamada Naín, e iban

con él sus discípulos y mucho gentío. Cuando se acercaba a la entrada de la ciudad, resultó que sacaban a enterrar a un muerto, hijo único de su madre, que era viuda; y un gentío considerable de la ciudad la acompañaba. Al verla el Señor, le dio lástima y le dijo: «No llores.» Se acercó al ataúd, lo tocó (los que lo llevaban se pararon) y dijo: «¡Muchacho, a ti te lo digo, levántate!» El muerto se incorporó y empezó a hablar, y Jesús se lo entregó a su madre. Todos, sobrecogidos, daban gloria a Dios, diciendo: «Un gran Profeta ha surgido entre nosotros. Dios ha visitado a su pueblo.» La noticia del hecho se divulgó por toda la comarca y por Judea entera. Palabra del Señor.

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Meditación

San Pablo sigue ayudándonos a reflexionar algunos temas relativos a la vida eclesial. En el texto de hoy nos habla sobre la unidad de la Iglesia de Jesús; unidad que es producto de la acción del Espíritu Santo que la anima y conduce. El Apóstol parte de la imagen del cuerpo humano, para decirnos que en la comunidad cristiana hay diversidad de miembros y carismas, pero todos, y cada uno según el carisma recibido del Espíritu, constituyen en el cuerpo de Cristo. La razón es que todos los bautizados en Cristo, que forman una sola cosa con él, han bebido de un mismo Espíritu, y este Espíritu, del que procede la gran variedad de carismas que edifican y enriquecen la Iglesia, hace del cuerpo eclesial una comunidad unida, armónica y bien cohesionada, procurando que todos los carismas concurran al bien de todos los creyentes.

Con ello Pablo quiere hacerles ver a los corintios que los dones suscitados por el Espíritu no pueden ser un pretexto para dar paso al desorden ni para justificar las divisiones que existen entre ellos. Recordemos que la unidad, la armonía y la paz, dones del Espíritu Santo, es el mensaje principal de los que nos congregamos en la Iglesia de Jesús. La primitiva comunidad fue elogiada por la gente sobre todo por su testimonio de unidad y por su ejemplo de caridad fraterna. Esta armonía querida por Dios nace de la escucha de la palabra y de la escucha recíproca entre los miembros de la comunidad, tomando en cuenta las diferentes sensibilidades y los dones que cada uno ha recibido del Espíritu Santo. El evangelio de este día va en esta misma línea. Jesús se muestra sensible ante el dolor humano, se conmueve y actúa en consecuencia; entra en el mundo afectivo del otro, escucha, comprende y obra.

En este relato evangélico de hoy se nos muestra de forma gráfica como se cruzan en el camino de los seres humanos la vida y la muerte. Jesús, sin que nadie se lo pida, ve el sufrimiento de una madre y de la gente, y se compadece y llama de nuevo a la vida al joven fallecido. Los ojos de Jesús no se llenan por la grandeza del milagro, sino por el dolor de la madre. Jesús es hombre y tiene corazón. Por eso se compadece ante el dolor de los sencillos y pobres; él está en nuestro camino y no contempla de manera fría lo que nos acontece a los humanos, sino que pone el signo de que la muerte no tiene la última palabra. El milagro de la resurrección que acaba de realizar no es más que el anuncio de la resurrección futura; pero no será un mero regreso a la vida pasada, sino el comienzo de una vida sin fin junto a Dios. La sola palabra de Jesús: “¡Muchacho, a ti te lo digo, levántate!” transforma la realidad y la abre a la eternidad.

17 Feria o Memoria Libre: San Roberto Belarmino, Obispo y Doctor de la Iglesia

Miércoles Verde o Blanco

Lectura de la Primera Carta del Apóstol San Pablo a los Corintios 12,31–13,13 Ambicionen los carismas mejores. Y aún les voy a mostrar un camino

excepcional. Ya podría yo hablar las lenguas de los hombres y de los ángeles; si no tengo amor, no soy más que un metal que resuena o unos platillos que

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aturden. Ya podría tener el don de profecía y conocer todos los secretos y todo el saber, podría tener fe como para mover montañas; si no tengo amor, no soy nada. Podría repartir en limosnas todo lo que tengo y aun dejarme quemar vivo; si no tengo amor, de nada me sirve. El amor es paciente, afable; no tiene envidia; no presume ni se engríe; no es mal educado ni egoísta; no se irrita; no lleva cuentas del mal; no se alegra de la injusticia, sino que goza con la verdad. Disculpa sin límites, cree sin límites, espera sin límites, aguanta sin límites. El amor no pasa nunca. ¿El don de profecía?, se acabará. ¿El don de lenguas?, enmudecerá. ¿El saber?, se acabará. Porque limitado es nuestro saber y limitada es nuestra profecía; pero, cuando venga lo perfecto, lo limitado se acabará. Cuando yo era niño, hablaba como un niño, sentía como un niño, razonaba como un niño. Cuando me hice un hombre acabé con las cosas de niño. Ahora vemos confusamente en un espejo; entonces veremos cara a cara. Mi conocer es por ahora limitado; entonces podré conocer como Dios me conoce. En una palabra: quedan la fe, la esperanza, el amor: estas tres. La más grande es el amor. Palabra de Dios.

Salmo Responsorial: 32, R/ “Dichoso el pueblo que el Señor se escogió como heredad”

Den gracias al Señor con la cítara, toquen en su honor el arpa de diez cuerdas; cántenle un cántico nuevo, acompañando los vítores con bordones. R

Que la palabra del Señor es sincera, y todas sus acciones son leales; él ama la justicia y el derecho, y su misericordia llena la tierra. R.

Dichosa la nación cuyo Dios es el Señor, el pueblo que él se escogió como heredad. Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros, como lo esperamos de ti. R.

Lectura del Santo Evangelio según San Lucas 7,31-35 En aquel tiempo, dijo el Señor: «¿A quién se parecen los hombres de

esta generación? ¿Con quién los compararemos? Se parecen a unos niños, sentados en la plaza, que gritan a otros: “Tocarnos la flauta y no bailan, cantamos lamentaciones y no lloran.” Vino Juan el Bautista, que ni comía ni bebía, y dijeron que tenía un demonio; viene el Hijo del hombre, que come y bebe, y dicen: “Miren qué comilón y qué borracho, amigo de publicanos y pecadores.” Sin embargo, los discípulos de la sabiduría le han dado la razón.» Palabra del Señor

Meditación

Después de la exhortación a buscar ardientemente los mejores carismas, San Pablo dedica todo un capítulo a hablar del amor. En efecto, el amor es el carisma, el don del Espíritu Santo más importante que cualquier otra cosa. El texto de hoy es un hermoso himno a este carisma singular del amor. Todos los demás carisma carecen de valor si no están penetrados del don de la caridad, pues nada hay más excelente que la caridad, alma de la vida fraterna en comunidad. Para Pablo, el amor viene de Dios y en último análisis es Dios mismo que, por la acción del Espíritu habita en el corazón humano.

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De aquí que las cualidades del amor que van desfilando en este hermoso himno hagan referencia indirecta a Dios mismo, porque no es posible amar de esta manera si no es Dios quien ama y actúa en nosotros. En efecto, el verdadero amor fraterno exige sacrificios y renuncias en muchos aspectos hasta llegar a la entrega de la vida. Por eso quien se arriesga a amar de esta manera ha de estar dispuesto a aceptar las consecuencias, pues amar en serio puede incluir incomprensiones y, curiosamente, soledad.

Cuando Pablo habla de que el amor todo lo cree y todo lo acepta, hay que estar también abiertos al sufrimiento y a todo aquello que nos quieran dar los hermanos, a veces sin proponérselo. Escribe San Francisco de Asís a un superior de los hermanos: “No pretendas de ellos [los hermanos] nada más de lo que el Señor te conceda obtener por ellos. Y ámalos como son y no pretendas que sean mejores cristianos para ti”. Este amor limpio de todo egoísmo supone morir gradualmente a uno mismo, en lo que hay de egoísmo, envidia, celo, deseo de dominio, de tendencia a la posesión y a toda conducta individualista. El amor expuso a Jesús a toda clase de incomprensiones y lo llevó incluso a la muerte. Pero Jesús, aunque no consigue ser comprendido, a veces ni siquiera por sus mismos discípulos, lleva adelante su obra, animado por el amor a la humanidad. Porque el verdadero amor no busca gratificaciones humanas. Es lo que de alguna manera contemplaremos en la escena evangélica de hoy.

Jesús se dirige a sus adversarios y los califica de caprichosos. Porque ni responden a las aspiraciones y expectativas de Juan el Bautista, pues están cerrados a la sabiduría de Dios, que es la que da el verdadero discernimiento para comprender las palabras y las obras de Jesús. Jesús, en efecto, se pone de parte de los pecadores y les presenta un Dios de como misericordia, siempre dispuesto al perdón, cosa que no entienden sus adversarios. En el fondo, Jesús nos hace una invitación a cambiar la imagen de Dios como padre verdugo y caprichoso por la de un padre que ama y acoge indistintamente a todos sus hijos, para hacer de todos testigos y propagadores de su amor.

18 Feria

Jueves Verde

Lectura de la Primera Carta del Apóstol San Pablo a los Corintios 15, 1-11 Les recuerdo, hermanos, el Evangelio que les proclamé y que ustedes

aceptaron, y en el que están fundados, y que los está salvando, si es que conservan el Evangelio que les proclamé; de lo contrario, se ha malogrado su adhesión a la fe.

Porque lo primero que yo les transmití, tal como lo había recibido, fue esto: que Cristo murió por nuestros pecados, según las Escrituras; que fue sepultado y que resucitó al tercer día, según las Escrituras; que se le apareció a Cefas y más tarde a los Doce; después se apareció a más de quinientos hermanos juntos, la mayoría de los cuales viven todavía, otros han muerto; después se le apareció a Santiago, después a todos los apóstoles; por último, como a un aborto, se me apareció también a mí.

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Porque yo soy el menor de los apóstoles y no soy digno de llamarme apóstol, porque he perseguido a la Iglesia de Dios.

Pero por la gracia de Dios soy lo que soy, y su gracia no se ha frustrado en mí. Antes bien, he trabajado más que todos ellos. Aunque no he sido yo, sino la gracia de Dios conmigo. Pues bien; tanto ellos como yo esto es lo que predicamos; esto es lo que han creído. Palabra de Dios

Salmo Responsorial: 117. R/ “Den gracias al Señor porque es bueno.”

Den gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia. / Diga la casa de Israel: eterna es su misericordia. R. “La diestra del Señor es poderosa, la diestra del Señor es excelsa.” No he de morir, viviré para contar las hazañas del Señor. R.

Tú eres mi Dios, te doy gracias; Dios mío, yo te ensalzo. R.

Lectura del Santo Evangelio según San Lucas 7, 36-50 En aquel tiempo, un fariseo rogaba a Jesús que fuera a comer con él. Jesús,

entrando en casa del fariseo, se recostó a la mesa. Y una mujer de la ciudad, una pecadora, al enterarse de que estaba comiendo en casa del fariseo, vino con un frasco de perfume y, colocándose detrás, junto a sus pies, llorando, se puso a regarle los pies con sus lágrimas, se los enjugaba con sus cabellos, los cubría de besos y se los ungía con el perfume. Al ver esto, el fariseo que lo había invitado se dijo: “Si éste fuera profeta, sabría quién es esta mujer que lo está tocando y lo que es: una pecadora”. Jesús tomó la palabra y le dijo: “Simón, tengo algo que decirte”. El respondió: “Dímelo, maestro”. Jesús le dijo: “Un prestamista tenía dos deudores: uno le debía quinientos denarios y el otro cincuenta. Como no tenían con qué pagar, los perdonó a los dos. ¿Cuál de los dos lo amará más?”. Simón contestó: “Supongo que aquel a quien le perdonó más”. Jesús le dijo: “Has juzgado rectamente”.

Y, volviéndose a la mujer, dijo a Simón: “¿Ves a esta mujer? Cuando yo entré en tu casa, no me pusiste agua para los pies; ella, en cambio, me ha lavado los pies con sus lágrimas y me los ha enjugado con su pelo. Tú no me besaste; ella, en cambio, desde que entró, no ha dejado de besarme los pies. Tú no me ungiste la cabeza con ungüento; ella, en cambio, me ha ungido los pies con perfume. Por eso te digo: sus muchos pecados están perdonados, porque tiene mucho amor, pero al que poco se le perdona, poco ama”. Y a ella le dijo: “Tus pecados están perdonados”. Los demás convidados empezaron a decir entre sí: “¿Quién es esté, que hasta perdona pecados?” Pero Jesús dijo a la mujer: “Tu fe te ha salvado, vete en paz”. Palabra del Señor

Meditación

En la primera lectura de hoy, Pablo nos habla de la resurrección de Cristo como garantía de nuestra propia resurrección. Lo primero que hace Pablo es asegurar que la fe en la resurrección de Cristo no es un invento suyo, sino que constituye el núcleo de la fe transmitida por los apóstoles anteriores a él; fe que constituye el fundamento de la vida y de la predicación cristiana. Pablo sólo es un eslabón en la gran cadena de los transmisores de esta fe. Pero

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como a él se le apareció también Cristo resucitado, es igualmente testigo de la resurrección, por lo que puede hablar también desde su propia experiencia.

La parábola que Jesús nos cuenta hoy, sugiere que el fariseo que lo invita a comer con él tenía clara su condición de maestro, pero ponía en duda de que Jesús fuera un profeta, porque el profeta sabe discernir quiénes están o no con Dios, y esta mujer, sin duda alguna, así como se presenta, no es aceptada por Dios. Por eso, los comensales (invitados) se extrañan de que Jesús termine declarando libre de pecado a esta mujer de la vida disoluta. Jamás se esperaban que Jesús pudiera situarse a nivel de Dios, obsequiando el perdón e introduciendo a la pecadora en una verdadera experiencia de salvación.

La venida de Jesús a casa del fariseo equivale una acción salvadora de Dios, lo mismo que aconteció en casa de Zaqueo; una ocasión que el anfitrión no supo aprovechar. A su paso, Jesús va haciendo partícipes de esta salvación a todos los que a ella se abren con sinceridad: “Todos verán la salvación de Dios”. No tenemos, pues, permiso para juzgar las acciones de nadie a la ligera, por la simple apariencia; a nosotros sólo nos toca acoger la salvación y proponerla a los demás.

19 Feria o Memoria Libre: San Jenaro, Obispo y Mártir

Viernes Verde o Rojo16º Aniversario de Ordenación Episcopal de Mons. Freddy Antonio

de Jesús Bretón Martínez, Obispo de la Diócesis de Baní

Lectura de la Primera Carta del Apóstol San Pablo a los Corintios 15, 12-20 Hermanos: Si anunciamos que Cristo resucitó de entre los muertos, ¿cómo

es que dice alguno de ustedes que lo muertos no resucitan? Si los muertos no resucitan, tampoco Cristo resucitó; y, si Cristo no ha resucitado, nuestra predicación carece de sentido y su fe lo mismo.

Además, como testigos de Dios, resultamos unos embusteros, porque en nuestro testimonio le atribuimos falsamente haber resucitado a Cristo, cosa que no ha hecho, si es verdad que los muertos no resucitan.

Porque, si los muertos no resucitan, tampoco Cristo resucitó; y, si Cristo no ha resucitado, su fe no tiene sentido, siguen con sus pecados; y los que murieron con Cristo se han perdido. Si nuestra esperanza en Cristo acaba con esta vida, somos los hombres más desgraciados. ¡Pero no! Cristo resucitó de entre los muertos: el primero de todos. Palabra de Dios.

Salmo Responsorial: 16R/ “Al despertar me saciaré de tu semblante, Señor.”

Señor, escucha mi apelación, / atiende a mis clamores, / presta oído a mi súplica, / que en mis labios no hay engaño. R.

Yo te invoco porque tú me respondes, Dios mío; / inclina el oído y escucha mis palabras. / Muestra las maravillas de tu misericordia, /tú que salvas de los adversarios /a quien se refugia a tu derecha. R.

Guárdame como a las niñas de tus ojos, / a la sombra de tus alas escóndeme. / Pero yo con mi apelación vengo a tu presencia, / y al despertar me saciaré e tu semblante. R.

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Lectura del Santo Evangelio según San Lucas 8, 1-3 En aquel tiempo, Jesús iba caminando de ciudad en ciudad y de pueblo en

pueblo, predicando el Evangelio del reino de Dios; lo acompañaban los Doce y algunas mujeres que él había curado de malos espíritus y enfermedades: María la Magdalena, de la que habían salido siete demonios; Juana, mujer de Cusa, intendente de Herodes; Susana y otras muchas que le ayudaban con sus bienes. Palabra del Señor

Meditación

Hoy bendecimos a Dios, con Mons. Freddy Antonio de Jesús Bretón, por el decimosexto aniversario de su Ordenación Episcopal. Pedimos al Señor que haga fecundo su ministerio episcopal y que le siga dando el don de la fidelidad.

En la primera lectura de hoy nos damos cuenta por qué Pablo habla de la resurrección. Entre los corintios había hermanos que negaban la resurrección de los muertos; fácilmente aceptaban la resurrección de Cristo, pero ponían en dura el hecho de que los hermanos en Cristo volvieran a la vida. Pero para Pablo, la vinculación entre Cristo y los creyentes, que se da a través del bautismo, es tan profunda que no se puede disolver ni con la muerte. Por eso, a la resurrección de Cristo sigue como algo natural la resurrección de los creyentes. Además, de no ser por la fe, queda sin profundidad y carece también de sentido la predicación, que es fundamentalmente anuncio de la resurrección de Cristo, fundamento y garantía de nuestra propia resurrección. Desde esa certeza, los cristianos estamos llamados a impregnar el mundo de esperanza, conscientes de estar ya viviendo en esta tierra aquello que anhelamos: estar eternamente con Cristo.

Leyendo el evangelio de hoy nos damos cuenta de que Jesús no es selectivo; no ha llamado a su seguimiento a los santos, sino a pecadores que experimentan el perdón de Dios y están en la mejor disposición de colaborar en su obra. Entre estas personas están algunas mujeres, a quien Jesús había curado de malos espíritus y enfermedades. Jesús, a diferencia de los rabinos de su tiempo, admite mujeres en su compañía e incluso, cosa inaudita, las convierte en testigos de su resurrección. Estas son las personas que han sabido escuchar el evangelio y han sabido poner en juego incluso sus propios bienes para ponerse al servicio de la causa de Jesús. Hemos de aprender de Jesús a no discriminar a nadie, a ser acogedores y a dejar aquellos prejuicios que nos indisponen para escuchar a los que no piensan ni viven como nosotros.

20 Memoria Obligatoria: San Andrés Kim, Presbítero, y San Pablo Chong y Compañeros Mártires

Sábado Rojo

Lectura de la Primera Carta del Apóstol San Pablo a los Corintios 15, 35-37. 42-49 Hermanos: Alguno preguntará: “¿Y cómo resucitan los muertos? ¿Qué clase de

cuerpo traerán?” ¡Necio! Lo que tú siembras no recibe vida si antes no muere. Y, al sembrar, no siembras lo mismo que va a brotar después, sino un simple grano, de

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trigo, por ejemplo, o de otra planta. Igual pasa en la resurrección de los muertos: se siembra lo corruptible, resucita incorruptible; se siembra lo miserable, resucita glorioso; se siembra lo débil, resucita fuerte; se siembra un cuerpo animal, resucita cuerpo espiritual. Si hay cuerpo animal, lo hay también espiritual. En efecto, así es como dice la Escritura: “El primer hombre, Adán, fue un ser animado.”

El último Adán, un espíritu que da vida. No es primero lo espiritual, sino lo animal. Lo espiritual viene después. El primer hombre, hecho de tierra, era terreno; el segundo hombre es del cielo. Pues igual que el terreno son los hombres terrenos; igual que el celestial son los hombres celestiales. Nosotros, que somos imagen del hombre terreno, seremos también imagen del hombre celestial. Palabra de Dios

Salmo Responsorial: 55R/ “Caminaré en presencia de Dios a la luz de la vida”

Que retrocedan mis enemigos cuando te invoco, y así sabré que eres mi Dios. R. En Dios, cuya promesa alabo, en el Señor, cuya promesa alabo, / en Dios

confío y no temo; ¿qué podrá hacerme un hombre? R. Te debo, Dios mío, los votos que hice, los cumpliré con acción de gracias;

porque libraste mi alma de la muerte, mis pies de la caída; para que camine en presencia de Dios a la luz de la vida. R.

Lectura del Santo Evangelio según San Lucas 8, 4-15 En aquel tiempo se le juntaba a Jesús mucha gente y, al pasar por los

pueblos, otros se iban añadiendo. Entonces les dijo esta parábola: “Salió el sembrador a sembrar su semilla. Al sembrarla, algo cayó al borde del camino, lo pisaron, y los pájaros se lo comieron. Otro poco cayó en terreno pedregoso, y, al crecer, se secó por falta de humedad. Otro poco cayó entre zarzas, y las zarzas, creciendo al mismo tiempo, lo ahogaron. El resto cayó en tierra buena, y, al crecer, dio fruto el ciento por uno”. Dicho esto, exclamó: “El que tenga oídos para oír, que oiga”. Entonces le preguntaron los discípulos: “¿Qué significa esa parábola?” Él les respondió: “A ustedes se les ha concedido conocer los secretos del Reino de Dios; a los demás, sólo en parábolas, para que viendo no vean y oyendo no entiendan.

El sentido de la parábola es éste: La semilla es la palabra de Dios. Los del borde del camino son los que escuchan, pero luego viene el diablo y se lleva la palabra de sus corazones, para que no crean y se salven. Los del terreno pedregoso son los que, al escucharla, reciben la palabra con alegría, pero no tienen raíz; son los que por algún tiempo creen, pero en el momento de la prueba fallan. Lo que cayó entre zarzas son los que escuchan, pero con los afanes y riquezas y placeres de la vida se van ahogando y no maduran. Lo de la tierra buena son los que con un corazón noble y generoso escuchan la palabra, la guardan y dan fruto perseverando”. Palabra del Señor.

Meditación

Hoy recordamos a los santos Andrés Kim, Pablo Chong y compañeros mártires, que prefirieron a Cristo y no a las glorias de este mundo; prefirieron

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la muerte antes que claudicar, porque para ellos la promesa de vida era mayor que todas las riquezas del mundo.

Para Pablo la resurrección implica una trasformación total del ser humano; transformación que él explica haciendo la comparación entre Adán, el primer hombre, el hombre caduco, y Cristo, el nuevo. Quien muere es el hombre viejo, ligado al pecado, pero quien resucita el hombre nuevo ligado a Cristo.

El cristiano, vinculado a Cristo por el bautismo, el día de la resurrección viene a la vida con un cuerpo espiritual semejante al cuerpo glorioso de Cristo. Dicho más textualmente, cuando el ser humano muere, se sepulta el cuerpo animal, ligado a Adán, pero cuando vuelve a la vida, resucita un cuerpo espiritual, transformado a imagen y semejanza de Cristo. Pero notemos que cuerpo espiritual no es lo mismo que cuerpo desencarnado, sino que se trata de un cuerpo donde ya domina el espíritu, porque ha sido liberado del peso del hombre viejo, ligado más al pecado. En fin, aunque no conozcamos los pormenores sobre el cómo acontecerá nuestra resurrección, el hecho de vivir unidos a Cristo y en comunión con los hermanos es ya un anticipo de lo que esperamos; además, lo más importante es estar con Cristo, aunque no tengamos todos los detalles de cómo se dará el paso de este mundo caduco a la gloria eterna.

En el evangelio de hoy, Jesús nos trae una parábola, centrada no en el sembrador sino en la semilla, en la palabra de Dios. El anuncio de la palabra de Dios pide sólo una respuesta, la fe, que nace de la escucha del mensaje. Pero una fe transformadora y creadora del hombre nuevo que veíamos en la primera lectura. Cuando la palabra es acogida en fe, cuando es escuchada con piedad sincera, la persona va cambiando; se vuelve más solidaria, más comprometida y entiende su vida desde Dios. Creer y no cambiar de vida, no producir frutos de buenas obras, es indicio de una fe superficial, por no decir muerta.

Queda claro que la iniciativa viene de Dios, que nos sale al encuentro con su palabra, que esparce la semilla en el campo, pero la semilla requiere de la receptividad de la tierra para germinar, de la misma manera que la palabra requiere de la disposición de quien la recibe, es decir, de la escucha obediente. Porque el ser humano es alguien para Dios, es un sujeto en diálogo con él, que puede abrirse o cerrarse a la Palabra. Dicho de otra manera, para que la palabra penetre en nuestra vida y la transforme, es necesario que colaboremos con Dios. Por eso hay que orar por los que en la Iglesia tienen una responsabilidad más directa en la tarea de la evangelización, a fin de que Dios disponga los corazones para la escucha.

21 XXV Domingo del Tiempo Ordinario

Primera Semana Liturgia de las Horas Verde

Escuchar y seguir a Cristo es nuestra mayor gananciaOrientaciones para esta Cele bración: Se hace la Procesión con el

Leccionario o con el Evan geliario. Se coloca en un lugar visible el lema de este domingo, debajo del lema del mes. Colocar a los dos lados del ambón dos velas encendidas. Se invita a que todos lleven su Biblia y la levanten en

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alto al finalizar el Evangelio y todos la besan. Se puede llevar junto al pan y al vino un pequeño árbol que quiere significar el campo y la viña, mundo al que somos enviados como profetas. Se puede dramatizar el Evangelio.

Monición ambiental:Nos reúne el Señor, queridos hermanos y hermanas, para celebrar la

Eucaristía, fuente y culmen de nuestra vida cristiana. Estamos en el Vigésimo Quinto Domingo del Tiempo Ordinario y continuamos en este mes dedicado a la Biblia viviendo y fomentando la actitud de escucha que favorezca el dialogo iluminado por la Palabra.

Hoy la Palabra de Dios nos va a decir “Busquen al Señor mientras se le encuentra, invóquenlo mientras está cerca”. ¡Sí, busquemos con sinceridad a Dios y aceptemos su plan de salvación para cada persona y para el mundo!

¡Abrámonos a la acción del Espíritu Santo para que en esta Eucaristía podamos experimentar el amor de un Dios clemente y misericordioso, lento a la cólera y rico en piedad”. Abramos el corazón de par en par para que aceptemos las palabras del Señor, aunque sean tan diferentes a nuestros pensamientos y a nuestros planes y que podamos descubrir que su gran salario es su Reino, brindado a todos y a todas por igual.

Con esa disposición recibamos a Jesucristo que llega a nosotros a través de su ministro. Nos ponemos de pie y lo aclamamos con el canto de entrada.

Primera Lectura: Isaías 55, 6-9El profeta Isaías nos invita a buscar al Señor, a escucharlo y a convertirnos,

abandonando nuestros planes y esquemas para acoger los criterios y los caminos de Dios, nuestra vida. Escuchemos.

Lectura del libro de IsaíasBusquen al Señor mientras se le encuentra, invóquenlo mientras esté cerca;

que el malvado abandone su camino, y el criminal sus planes; que regrese al Señor, y él tendrá piedad; a nuestro Dios, que es rico en perdón. Mis planes no son sus planes, sus caminos no son mis caminos -oráculo del Señor-.

Como el cielo es más alto que la tierra, mis caminos son más altos que los de ustedes, mis planes, que sus planes. Palabra de Dios

Salmo responsorial: Sal 144, R/. Cerca está el Señor de los que lo invocan.

Día tras día, te bendeciré y alabaré tu nombre por siempre jamás. Grande es el Señor, merece toda alabanza, es incalculable su grandeza. R.

El Señor es clemente y misericordioso, lento a la cólera y rico en piedad; el Señor es bueno con todos, es cariñoso con todas sus criaturas. R.

El Señor es justo en todos sus caminos, es bondadoso en todas sus acciones; cerca está el Señor de los que lo invocan, de los que lo invocan sinceramente. R.

Segunda Lectura: Filipenses 1, 20c-24.27ª Como Pablo, estamos llamados a escuchar la voz del Hijo del Padre

de tal modo que podamos decir cada uno de nosotros: “Para mí la vida es

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Cristo” y desde ahí analizar el vivir, el anuncio del Evangelio y hasta la propia muerte. Escuchemos.

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Filipenses Hermanos: Cristo será glorificado abiertamente en mi cuerpo, sea por mi

vida o por mi muerte. Para mí la vida es Cristo, y una ganancia el morir. Pero, si el vivir esta vida mortal me supone trabajo fructífero, no sé qué escoger.

Me encuentro en ese dilema: por un lado, deseo partir para estar con Cristo, que es con mucho lo mejor; pero, por otro, quedarme en esta vida veo que es más necesario para ustedes. Lo importante es que ustedes lleven una vida digna del Evangelio de Cristo. Palabra de Dios

Aleluya Cf. Hch 16, 14bÁbrenos el corazón, Señor, para que aceptemos las palabras de tu Hijo. Evangelio según San Mateo 20, 1-16

Entrar en su Reino es el gran salario que Dios nos ofrece a todos y a todas los que escuchan la voz de su Hijo y la ponen en práctica. Lo importante no es el tiempo de llegada ni el trabajo realizado sino la bondad grande de Dios que acoge a todos y a todas por igual. Escuchemos.

Lectura del santo evangelio según san Mateo En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola:-«El reino

de los cielos se parece a un propietario que al amanecer salió a contratar jornaleros para su viña. Después de ajustarse con ellos en un denario por jornada, los mandó a la viña.

Salió otra vez a media mañana, vio a otros que estaban en la plaza sin trabajo, y les dijo: “Vayan también ustedes a mi viña, y les pagaré lo debido.” Ellos fueron. Salió de nuevo hacia mediodía y a media tarde e hizo lo mismo-. Salió al caer la tarde y encontró a otros, parados, y les dijo: ¿Cómo es que están aquí el día entero sin trabajar?”

Le respondieron: “Nadie nos ha contratado.” Él les dijo: “Vayan también ustedes a mi viña.”

Cuando oscureció, el dueño de la viña dijo al capataz: “Llama a los jornaleros y págales el jornal, empezando por los últimos y acabando por los primeros.”

Vinieron los del atardecer y recibieron un denario cada uno. Cuando llegaron los primeros, pensaban que recibirían más, pero ellos también recibieron un denario cada uno.

Entonces se pusieron a protestar contra el amo: “Estos últimos han trabajado sólo una hora, y los has tratado igual que a nosotros, que hemos aguantado el peso del día y el bochorno.”

Él replicó a uno de ellos: “Amigo, no te hago ninguna injusticia. ¿No nos ajustamos en un denario? Toma lo tuyo y vete. Quiero darle a este último igual que a ti. ¿Es que no tengo libertad para hacer lo que quiera en mis asuntos? ¿O vas a tener tú envidia porque yo soy bueno?” Así, los últimos serán los primeros y los primeros los últimos. Palabra del Señor

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Meditación

En la primera lectura de hoy, el profeta exhorta al pueblo, que vuelve del destierro, a buscar a Dios, mediante la conversión y una sincera disposición a abandonar el pecado. Dios se hace ciertamente encontradizo cuando se le busca sinceramente, cuando uno se decide de verdad a seguir sus caminos, porque él está siempre dispuesto a acoger y perdonar. Ahora bien, los que regresan del exilio han de entender que los caminos y los planes de Dios no coinciden con los nuestros. Sobrepasan a nuestras capacidades y escapan a nuestros controles humanos. Dios obra de forma imprevisible y viene a nosotros por unos caminos inimaginables, de modo que nadie puede controlarlo. Por eso, como los desterrados que vuelven a su patria, sin tener seguridad plena de lo que va a acontecer, hemos de estar muy atentos al obrar de Dios, con el oído abierto a su palabra y en constante discernimiento, porque no sabemos cómo ni por donde viene, aunque paradójicamente es un Dios cercano, que camina con nosotros.

San Pablo, en la segunda lectura de hoy percibe esta paradójica realidad. Por un lado anhela estar con Cristo y por otro ve también conveniente estar con los hermanos de Filipos. Pero tiene cierto una cosa: que Cristo será glorificado en su cuerpo, sea por su vida o por su muerte, porque para él la vida es Cristo, y la muerte una ganancia.

En el evangelio de este domingo, en consonancia con la primera lectura, Jesús, a través de la parábola de los jornaleros contratados a diversas horas, deja bien claro cómo la pretensión de los seres humanos choca con la libertad y la soberanía de Dios, cuyo obrar no está sometido a los cálculos humanos. La parábola pone de manifiesto que Dios es bueno y abre sus tesoros a todas las personas, especialmente a los pecadores y excluidos, a quienes nadie toma en cuenta, es decir, a aquellos obreros que nadie ha contratado, porque no califican ni tienen mérito alguno.

Dios contrata al inicio de la historia de la salvación al pueblo judío y es justo con él, pues le ofrece la bendición prometida a Abrahán. Por eso, los judíos no deben calificar de injusto el comportamiento de Dios, que por su bondad y misericordia infinita, que nadie puede controlar, también ofrece esta bendición a los que han llegado más tarde, es decir, a los gentiles. Nadie tiene el monopolio de la salvación; nadie puede sentirse con derecho a ella por el mero hecho de haber llegado primero a la Iglesia y quizás por haber trabajado más que los demás. A Dios hay que dejarlo ser Dios; hay que dejarlo ser bueno, porque en resumidas cuentas todos estamos en sus manos y recibimos la salvación, no tanto como premio, sino como don. Pero este modo de actuar de Dios no debe quitar seriedad a nuestro compromiso. Dios sabe poner cada cosa en su lugar, porque, aunque no se someta a nuestra lógica, su obrar no es caprichoso.

Oración de los FielesQuien preside: oremos al Padre bueno, al Padre que nos paga más

de lo que merecemos y pidámosle diciendo: Padre, danos un corazón bondadoso como el tuyo.

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• Por la Iglesia, para que lleve el mensaje del amor y la generosidad de Dios a todos los rincones del mundo. Oremos

• Por los gobernantes de República Dominicana y por quienes tienen el poder económico en nuestro país, para que se preocupen de crear puestos de trabajo y sean justos y bondadosos con los trabajadores y trabajadoras. Oremos.

• Por todas esas personas que no tienen trabajo, o trabajan en lo informal, para que encuentren la manera de ganarse la vida con dignidad. Oremos

• Por los niños y los menores que están trabajando para ganarse la vida o para colaborar con sus familias, que sean ayudados para vivir una infancia normal y en paz. Oremos

• Por los migrantes en nuestro país, y de todo el mundo, para que sean respetados en sus derechos y encuentren la posibilidad de llevar una vida digna. Oremos

• Por nuestros grupos y comunidades eclesiales, especialmente por esta Asamblea, para que reconozcamos que el gran salario es el Reino de Dios que el Padre ofrece a todos y a todas por igual.

Oremos El que preside: Padre lleno de bondad que acoges con amor a todos y

a todas por igual recibe nuestras súplicas y ayúdanos a descubrir que Tú eres nuestro gran salario que nos llena de vida y felicidad. Por Jesucristo nuestro Señor.

22 Feria

Lunes Verde

Lectura del Libro de los Proverbios 3, 27-34 Hijo mío, no niegues un favor a quien lo necesita, si está en tu mano

hacérselo. Si tienes, no digas al prójimo: “Anda, vete; mañana te lo daré.” No trames daños contra tu prójimo, mientras él vive confiado contigo; no pleitees con nadie sin motivo, si no te ha hecho daño; no envidies al violento, ni sigas su camino; porque el Señor aborrece al perverso, pero se confía a los hombres rectos; el Señor maldice la casa del malvado y bendice la morada del honrado; se burla de los burlones y concede su favor a los humildes; otorga honores a los sensatos y reserva baldón para los necios. Palabra de Dios.

Salmo Responsorial: 14 R/ “El justo habitará en tu monte santo, Señor.”

El que procede honradamente / y practica la justicia, / el que tiene intenciones leales / y no calumnia con su lengua. R.

El que no hace mal a su prójimo /ni difama al vecino, /el que considera despreciable al impío /y honra a los que temen al Señor. R.

El que no presta dinero a usura / ni acepta soborno contra el inocente. / El que así obra nunca fallará. R.

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Lectura del Santo Evangelio según San Lucas 8, 16-18 En aquel tiempo dijo Jesús a la gente: “Nadie enciende un candil y lo tapa

con una vasija o lo mete debajo de la cama; lo pone en el candelero para que los que entran tengan luz. Nada hay oculto que no llegue a descubrirse, nada secreto que no llegue a saberse o a hacerse público. A ver si me escuchan bien: al que tiene se le dará, al que no tiene se le quitará hasta lo que cree tener”. Palabra del Señor

Meditación

Durante estos días leemos como primera lectura algunos fragmentos de los llamados libros sapienciales, en particular de Proverbios, Eclesiastés y Job. Son llamados “sapienciales” porque recogen la sabiduría de un pueblo que entiende la existencia humana desde Dios. Los sabios, hombres de fe, contemplan a Dios desde la experiencia cotidiana, y desde esta experiencia nos ofrecen sus consejos y orientaciones para la vida práctica. Hoy empezamos a leer el libro de los Proverbios, compuesto por una serie de refranes e instrucciones que nos enseñan el arte del buen vivir, que consiste en el temor de Dios, es decir, en hacer cuanto Él nos sugiere en la vida ordinaria, y en vivir en armonía con los que nos rodean, haciendo cuanto Dios haría por ellos.

Hoy leemos concretamente una serie de consejos de cómo hemos de comportarnos con nuestro prójimo. Se nos recomienda en primer lugar estar siempre dispuestos a ofrecer nuestra ayuda a los más necesitados. Sabemos que nuestro amor a Dios, nuestra relación él, encuentra su mejor comprobante en el trato que dispensamos a nuestros hermanos, especialmente a los más pobres y menos atractivos. El prójimo no es una piedra de tropiezo en mi camino, sino una persona en quien yo puedo encontrar a Dios y una ocasión privilegiada para practicar la misericordia. No existe separación alguna entre el amor a Dios y amor al prójimo. Quien ama a su hermano, ofreciéndole su ayuda, presentándole el rostro caritativo del Padre, está también amando a su Dios plenamente. Detenernos a escuchar al otro, sin rehuirlo, es la mejor manera de escuchar a Dios. La Palabra de Dios pasa por la palabra de aquellos que claman y buscan mi ayuda. El evangelio nos recordará que nuestra fe, aquella que recibimos por el anuncio de la palabra, es luz, y como tal ha de resplandecer en las obras, es decir, ha de traducirse en la práctica de la caridad.

La imagen de la lámpara que arde, empleada por Jesús en el evangelio de hoy, se refiere a la escucha de la palabra. Los cristianos no buscamos hacer alarde de nada, no buscamos brillar ni llamar la atención. Pero a nosotros se nos ha entregado el evangelio como luz y lo más natural es que la luz alumbre y se manifieste espontáneamente. Por tanto, la escucha de la palabra ha de llevarnos a las buenas obras, que brillan y dan luz a los que viven en la oscuridad, los otros, atraídos por el buen olor de nuestras obras, vengan a la luz. Dicho más claramente, las buenas obras son la mejor garantía de haber escuchado bien la palabra y de haber digerido adecuadamente el mensaje que se nos ha entregado. Jesús dice que si

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dilapidamos aquello que nos ha entregado, la palabra, porque no la vivimos ni la damos a los demás con nuestro testimonio, nos será quitada, porque no tiene sentido que un tesoro tan grande lo tengamos engavetado, cuando otros lo están necesitando y quizás puedan valorarlo mejor que nosotros.

23 Feria

Martes Verde

Lectura del Libro de los Proverbios 21, 1-6.10-13 El corazón del rey es una acequia en manos de Dios, la dirige adonde

quiere. Al hombre le parece siempre recto su camino, pero es Dios quien pesa los corazones. Practicar el derecho y la justicia Dios lo prefiere a los sacrificios. Ojos altivos, mente ambiciosa, el pecado es el distintivo de los malvados. Los planes del diligente traen ganancia, los del atolondrado traen indigencia. Tesoros ganados por boca embustera son humo que se disipa y lazos mortales. Afán del malvado es buscar el mal, no mira con piedad a su prójimo. Cuando el cínico la paga, aprende el inexperto, pero el sensato aprende con la experiencia. El honrado observa cómo la casa del malvado precipita al malvado en la ruina. Quien cierra los oídos al clamor del necesitado no será escuchado cuando grite. Palabra de Dios

Salmo responsorial 118. R/ “Guíame, Señor, por la senda de tus mandatos”.

Dichoso el que, con vida intachable, camina en la voluntad del Señor. R Instrúyeme en el camino de tus decretos y meditaré tus maravillas. R. Escogí el camino verdadero, deseé tus mandamientos. R. Enséñame a cumplir tu voluntad y a guardarla de todo corazón. R. Guíame por la senda de tus mandatos, porque ella es mi gozo. R. Cumpliré sin cesar tu voluntad, por siempre jamás. R.

Lectura del Santo Evangelio según San Lucas 8, 19-21 En aquel tiempo, vinieron a ver a Jesús su madre y sus hermanos, pero

con el gentío no lograban llegar hasta él. Entonces lo avisaron: «Tu madre y tus hermanos están fuera y quieren verte.» Él les contestó: «Mi madre y mis hermanos son éstos: los que escuchan la palabra de Dios y la ponen por obra.» Palabra del Señor

Meditación

El libro de los Proverbios nos presenta de nuevo una serie de refranes sueltos. Entre otras cosas, el texto trata el tema del culto o de los sacrificios que ofrecemos a Dios. En línea con los grandes profetas, que ya habían predicado al pueblo, que a Dios le agrada más la obediencia, la misericordia que los sacrificios, el sabio nos recuerda que a Dios no le agradan nuestras ofrendas si no van acompañadas de la práctica del bien. Dios lo que quiere de sus hijos es que se conduelan de los pobres; que se muestren sensibles ante el sufrimiento

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y el dolor de sus hermanos; que practiquen la justicia; no se puede pagar salarios de miseria y aprovechándose del sudor ajeno. No podemos caminar de cara a Dios y de espalda a los hermanos; dando lo mejor de nosotros a Dios y negando a veces una migaja de lo que tenemos a los necesitados.

El evangelio de hoy, afortunadamente, nos introduce en la celebración de la fiesta de Nuestra Señora de las Mercedes, que tendremos mañana. El evangelista Lucas, en este breve pasaje, busca poner de relieve que todos los que siguen a Jesús forman la gran familia de los creyentes, que se constituye en torno a la escucha y a la práctica de la palabra de Dios. Por eso, cuando Jesús dice a los que le hacen saber que su madre y sus hermanos le buscan: “Mi madre y mis hermanos son aquellos que escuchan la palabra y la cumplen”, no está en modo alguno rechazando a su madre. Todo lo contrario, la está elogiando, porque está afirmando que los lazos que la unen a él son más de carácter espirituales que sanguíneos. Ella, en efecto, es su madre por su sí total y absoluto dado un día a la Palabra de Dios: “He aquí la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra”. Además, ella llevó la palabra de Dios hecha carne en sus entrañas y no se la apropio, sino que la entregó al mundo, y esta misma donación la convierte en madre y hermana de todos aquellos que siguiendo su ejemplo, dan un sí incondicional a la Palabra, escuchándola y viviéndola plenamente. Dicho con otras palabras, María es verdadera madre de Jesús, porque nadie como ella escuchó y vivió la palabra de Dios con tanta seriedad, subordinando a ella toda su existencia. Toda su vida estuvo marcada por la escucha, la meditación y la práctica de la palabra; palabra que en su boca se convierte en alabanza; palabra que ella medita y guarda en su corazón.

24 Solemnidad: Ntra. Sra. de las Mercedes, Patrona del Pueblo Dominicano

Miércoles Blanco o Azul

Hagamos siempre lo que Jesucristo nos digaOrientaciones para esta Celebración: En

la procesión de entrada se lleva un cuadro o imagen de la Virgen, una biblia y una bandera Dominicana y se colocan cerca del atril o ambón donde tenemos entronizada durante todo el mes la Biblia. Se pueden colocar en varios lugares cadenas rotas, y presentar una de ellas en el Ofertorio. Se puede hacer una colecta para la Pastoral Penitenciaria. Se recuerda, presentando sus nombres en las intenciones, a las personas de la Comunidad que están internas en la cárcel. Se puede al final entonar el Himno Nacional.

Monición ambiental: En este día celebramos con alegría la Solemnidad de Nuestra Señora

de las Mercedes, declarada Patrona de la República Dominicana desde la Independencia Nacional en 1844, aunque la devoción se remonta casi al

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descubrimiento de la Isla, ya que en el 1615 es declarada Patrona de la Española, a raíz de un fuerte terremoto acaecido.

La devoción a ella está ligada a la Orden de La Merced que tiene por finalidad liberar a los cautivos. Por este motivo, en este día también recordamos a los internos en nuestras cárceles, rogando al Señor con su Madre para que los libere de toda cadena interior, y puedan prepararse y renovarse como personas cuando les toque integrarse a la sociedad.

Oramos por todos los servidores de la Pastoral Penitenciaria para que el Señor los haga profetas del Reino dentro de la dolorosa realidad de nuestras cárceles.

Es un día patrio, ya que Ella es patrona de la República. Por eso hoy es día de celebrar, de pedir por nuestra patria y de comprometernos en trabajar por un país mejor. Para llegar a esta meta Ella nos indicó el camino que es hacer lo que su Hijo nos dice en el Evangelio.

Llenos de alegría, junto a nuestra Madre liberadora de los cautivos, celebremos con su Hijo esta acción de gracias al Padre que nos liberó de las cadenas de la muerte y del pecado. Aclamemos a Jesucristo junto con María y recibámoslo a través de su ministro. Oración Colecta

Dios, Padre de misericordia, que en tu admirable providencia, hiciste que la Madre de tu Hijo participase de las angustias y sufrimientos humanos, concede, por la intercesión de la Bienaventurada Virgen María de las Mercedes, consuelo de los afligidos y liberadora de cautivos, que los que sufren cualquier forma de esclavitud, consigan la verdadera libertad de los hijos de Dios. Por nuestro Señor Jesucristo…

Primera Lectura: Jeremías 30, 8-11ªA través de Jeremías el Señor se presenta como el gran liberador de su

pueblo y lo invita a escuchar su voz y a servirle solo a El. Escuchemos.

Lectura del libro de Jeremías Acontecerá aquel día - oráculo de Yavé Sebaot - que romperé el yugo

de sobre tu cerviz y tus coyundas arrancaré, y ya no servirán más a los extranjeros, sino a Yavé su Dios y a David su rey, que yo les suscitaré.

Pero tú no temas, siervo mío Jacob - oráculo de Yavé - ni desmayes, Israel, pues mira que yo acudo a salvarte desde lejos, para sacarte a ti y a tu linaje del país de tu cautiverio; volverá Jacob, se sosegará y estará tranquilo, y no habrá quien le inquiete, pues contigo estoy yo - oráculo de Yavé - para salvarte: pues acabaré con todas las naciones entre las cuales te dispersé. Pero contigo no acabaré; aunque sí te corregiré como conviene, ya que impune no te dejaré. Palabra de Dios.

Salmo Responsorial: 14.R/ ¿Quién puede habitar en tu casa, Señor?

El que anda sin tacha, y obra la justicia; que dice la verdad de corazón, y no calumnia con su lengua; que no daña a su hermano, ni hace agravio a su prójimo; R.

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El que con menosprecio mira al malvado, más honra a los que temen a Yavé; que jura en su perjuicio y no retracta, R.

Quien no presta a usura su dinero, ni acepta soborno en daño de inocente/ Quien obra así jamás vacilará. R.

Segunda Lectura: Gálatas 5, 1.13-25Haciendo lo que Jesús nos dice alcanzamos la libertad verdadera que

conduce al amor y al bien y podemos dar los frutos del Espíritu Santo.. Escuchemos.

Lectura de la Carta de San Pablo a los Gálatas Para ser libres nos libertó Cristo. Manténganse, pues, firmes y no se dejen

oprimir nuevamente bajo el yugo de la esclavitud. Porque, hermanos, ustedes han sido llamados a la libertad; sólo que no tomen de esa libertad pretexto para la carne; antes al contrario, sírvanse por amor los unos a los otros.

Pues toda la ley alcanza su plenitud en este solo precepto: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. Pero si se muerden y se devoran mutuamente, ¡miren no vayan mutuamente a destruirse!

Por mi parte les digo: Si viven según el Espíritu, no darán satisfacción a las apetencias de la carne. Pues la carne tiene apetencias contrarias al espíritu, y el espíritu contrarias a la carne, como que son entre sí antagónicos, de forma que no hacen lo que quisieran.

Pero, si son conducidos por el Espíritu, no están bajo la ley. Ahora bien, las obras de la carne son conocidas: fornicación, impureza, libertinaje, idolatría, hechicería, odios, discordia, celos, iras, rencillas, divisiones, disensiones, envidias, embriagueces, orgías y cosas semejantes, sobre las cuales les prevengo, como ya les previne, que quienes hacen tales cosas no heredarán el Reino de Dios.

En cambio el fruto del Espíritu es amor, alegría, paz, paciencia, afabilidad, bondad, fidelidad, mansedumbre, dominio de sí; contra tales cosas no hay ley. Pues los que son de Cristo Jesús, han crucificado la carne con sus pasiones y sus apetencias. Si vivimos según el Espíritu, obremos también según el Espíritu. Palabra de Dios.

R. / Aleluya, Aleluya V. / Tú eres la puerta del Rey Altísimo. / Trono resplandeciente del que es luz, /

Pueblos redimidos, aplaudan, / Por María se nos ha devuelto la libertad. R. / Aleluya, Aleluya

Evangelio: Juan 2, 1-11 María nos indica que hacer lo que Jesús nos diga es lo que nos libera y

nos hace liberadores de los demás en sus necesidades como la de los novios de Caná. Escucharlo y obedecerlo es el único camino para la liberación de nuestro pueblo. Escuchemos.

Lectura del Santo Evangelio según San Juan Tres días después se celebraba una boda en Caná de Galilea y estaba allí

la madre de Jesús. Fue invitado también a la boda Jesús con sus discípulos.

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Y, como faltara vino, porque se había acabado el vino de la boda, le dice a Jesús su madre: «No tienen vino.» Jesús le responde: «¿Qué tengo yo contigo, mujer? Todavía no ha llegado mi hora.»

Dice su madre a los sirvientes: «Hagan lo que él les diga.» Había allí seis tinajas de piedra, puestas para las purificaciones de los

judíos, de dos o tres medidas cada una. Les dice Jesús: «Llenen las tinajas de agua.» Y las llenaron hasta arriba. «Sáquenlo ahora, les dice, y llévenlo al maestresala.» Ellos lo llevaron.

Cuando el maestresala probó el agua convertida en vino, como ignoraba de dónde era (los sirvientes, los que habían sacado el agua, sí que lo sabían), llama el maestresala al novio y le dice: «Todos sirven primero el vino bueno y cuando ya están bebidos, el inferior. Pero tú has guardado el vino bueno hasta ahora.» Así, en Caná de Galilea, dio Jesús comienzo a sus señales. Y manifestó su gloria, y creyeron en él sus discípulos. Palabra del Señor.

Meditación

Hoy estamos celebrando la solemnidad de Nuestra Señora de las Mercedes, patrona del pueblo dominicano, una advocación de la Virgen asociada a la redención de los cautivos, precisamente porque ella nos dio a Cristo, el autor de nuestra libertad, que en la cruz entregó su vida por nuestra salvación.

El profeta anuncia, de parte de Dios, que el sufrimiento toca ya a su fin, que Dios va a sacar a su pueblo de la esclavitud, que lo va a liberar del yugo de Babilonia. Dios no se había olvidado de su pueblo desterrado en Babilonia, sino que por un momento, para ayudarlo a escarmentar, le había ocultado su rostro. Ahora le promete su compañía y le asegura aquella salvación que le había anunciado por boca del profeta: “Porque yo estoy contigo para salvarte – oráculo del Señor”. El Dios al que escuchamos en la Biblia no está a favor de la opresión de los seres humanos; antes bien, se pone de parte de los que sufren, de aquellos que están sometidos a todo tipo de esclavitud y viven subyugados a los poderosos y poderes de este mundo. La peor de las esclavitudes, que denigran y deshumanizan a los seres humanos, es el pecado, en todas sus manifestaciones.

María representa a los que aguardaban la nueva alianza, a los que escuchan la Palabra, a los que esperaban el cumplimiento de la promesa. Por eso estaba en la boda, pero no como una persona pasiva, ajena a lo que está pasando. Ella es la que advierte la falta de vino y sin formular súplica alguna, espera confiada la intervención de Jesús, indicando que ahora es el tiempo de la obediencia.

Pero para sorpresa nuestra, con el vino nuevo y mejor que el anterior, empieza algo nuevo. Ya el tiempo antiguo ha pasado. Jesús se desposa con la nueva comunidad, en la cual la Virgen tiene el primer lugar y un protagonismo singular. Ella no es la que obra el milagro de la conversión del agua en vino, pero su intervención fue necesaria para que ocurriera, para que Jesús, entregando su vida en la cruz, nos diera el vino de su sangre mezclado con el agua de su costado. Por eso, la Virgen, unida a su Hijo, participa activamente en la obra de la redención de los hombres.

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A nosotros no nos toca resolver los problemas que hay en muchos, ni remediar las necesidades de todos los pobres, pero sí debemos poner la parte que nos corresponde y, además nos toca advertir las necesidades y acudir a los que pueden ayudar a solucionarlas. No podemos vivir al margen de la realidad en que vive una gran parte de nuestros hermanos dominicanos, como si su suerte no nos importara, igual, como la Virgen, podemos “estar allí” para escuchar el dolor de nuestros hermanos, darnos cuenta de lo que les sucede, sonar la alarma y hasta proponer y realizar soluciones concretas.

Oración de los fieles: El que preside: Elevemos nuestras súplicas al Padre, por medio de Jesucristo, y con la intercesión de la Virgen María de las Mercedes; a cada oración respondemos: Padre, por intercesión de María, escúchanos.• Por la Conferencia Episcopal Dominicana, para que el Señor, por la

intercesión de la Santísima Virgen María, ilumine a nuestros obispos para que guíen a la Iglesia dominicana por los caminos de la nueva Evangelización. Oremos.

• Por el Gobierno de nuestro país, para que el Señor, por intercesión de nuestra Patrona, la Virgen de Las Mercedes, le conceda la inteligencia, la fuerza y la voluntad para buscar soluciones a los mayores problemas nacionales. Oremos.

• Por los pobres, los huérfanos y las viudas, por los enfermos, los encarcelados y los que están esclavizados por el pecado, para que por intercesión de Nuestra Señora de las Mercedes, y nuestra solidaridad, consigan solucionar sus problemas. Oremos.

• Por nosotros, los que nos confesamos católicos, para que por la intercesión de nuestra Madre de las Mercedes, tengamos un encuentro personal con Cristo y nos comprometamos en sacar adelante el Plan Nacional de Pastoral, llevándolo a la práctica en las comunidades y sectores de nuestras parroquias. Oremos.

• Por todos los que trabajan en la Pastoral Penitenciaria para que sean verdaderos instrumentos de la liberación que solo Dios puede dar. Oremos.

• Por el pueblo dominicano, que celebra hoy con gozo la solemnidad de Nuestra Señora de las Mercedes, para que se esfuerce en vivir la unidad, el bien común, la justicia, la paz, y la alegría. Oremos

• Para que a ejemplo de María nos pongamos a la escucha de Dios que nos habla en su Palabra y en la realidad que nos rodea. Oremos

El que preside: Padre, ponemos ante ti todas estas peticiones, las necesidades de nuestras familias y del país, lo hacemos por intercesión de Nuestra Señora de las Mercedes, pero sobre todo por Jesucristo nuestro Señor.

Oración de las Ofrendas: Recibe, Señor, las ofrendas de tu pueblo y concede, que los que

celebramos la obra inmensa de la caridad de tu Hijo, nos afiancemos, por la intercesión de la Bienaventurada Virgen María, en el amor a Dios y al prójimo. Por Jesucristo nuestro Señor.

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Prefacio: IV de Santa María Virgen: “María, Signo de Consuelo y de Esperanza”.

Antífona de la Comunión: Cantares 8, 7

Las aguas torrenciales no podrán apagar el amor, ni los ríos extinguirlo.

Oración después de la Comunión: Habiendo recibido, Señor, el sacramento de redención y vida, te pedimos

por intercesión de la Bienaventurada Virgen María de las Mercedes, Madre solícita y celestial Patrona nuestra, que podamos servir con todas nuestras fuerzas al misterio de la salvación, y merezcamos ser admitidos en el Reino Eterno. Por Jesucristo nuestro Señor.

25 Feria

Jueves Verde

Lectura del Libro del Eclesiastés 1, 2-11 ¡Vanidad de vanidades, dice Qohelet; vanidad de vanidades, todo es

vanidad! ¿Qué saca el hombre de todas las fatigas que lo fatigan bajo el sol? Una generación se va, otra generación viene, mientras la tierra siempre está quieta. Sale el sol, se pone el sol, jadea por llegar a su puesto y de allí vuelve a salir. Camina al sur, gira al norte, gira y gira y camina el viento.

Todos los ríos caminan al mar, y el mar no se llena; llegado al sitio adonde caminan, desde allí vuelven a caminar.

Todas las cosas cansan y nadie es capaz de explicarlas. No se sacian los ojos de ver ni se hartan los oídos de oír. Lo que pasó, eso pasará; lo que sucedió, eso sucederá: nada hay nuevo bajo el sol.

Si de algo se dice: “Mira, esto es nuevo”, ya sucedió en otros tiempos mucho antes de nosotros. Nadie se acuerda de los antiguos y lo mismo pasará con los que vengan: no se acordarán de ellos sus sucesores. Palabra de Dios.

Salmo Responsorial: 89. R/ “Señor, tú has sido nuestro refugio de generación en generación”

Tú reduces el hombre a polvo, diciendo: “Retornen, hijos de Adán.” Mil años en tu presencia son un ayer, que pasó; una vela nocturna. R.

Los siembras año por año, como hierba que se renueva: que florece y se renueva por la mañana, y por la tarde la siegan y se seca. R.

Enséñanos a calcular nuestros años, para que adquiramos un corazón sensato. Vuélvete, Señor, ¿hasta cuándo? Ten compasión de tus siervos. R.

Por la mañana sácianos de tu misericordia, y toda nuestra vida será alegría y júbilo. Baje a nosotros la bondad del Señor y haga prósperas las obras de nuestras manos. R.

Lectura del Santo Evangelio según San Lucas 9, 7-9 En aquel tiempo, el virrey Herodes se enteró de lo que pasaba y no sabía

a qué atenerse, porque unos decían que Juan había resucitado, otros que

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había aparecido Elías, y otros que había vuelto a la vida uno de los antiguos profetas. Herodes se decía: “A Juan lo mandé decapitar yo. ¿Quién es éste de quien oigo semejantes cosas? Y tenía ganas de verlo. Palabra del Señor

Meditación

Hoy leemos, como primera lectura, un texto del libro del Eclesiastés, obra que trata, entre otras cosas, de las vanidades de las cosas humanas y pone la atención en la valoración de las cosas de la vida como don de Dios, por lo que conviene disfrutarlas. El libro se abre con el célebre pensamiento: “¡Vanidad de vanidades, todo es vanidad!”, con el que el autor se refiere a todas aquellas cosas que prometen a los seres humanos la felicidad pero que en realidad todo se queda en apariencia. Es cierto que los bienes que nos da Dios hemos de apreciarlos y administrarlos de modo responsable, pero sin olvidarnos que estas cosas son transitorias y que al final sólo Dios, dador de todo, permanece. En el fondo hay una invitación a buscar a Dios antes que a las cosas; porque quien pone su afecto en las cosas de este mundo sólo encuentra una felicidad pasajera; sentimos alegría mientras las estamos disfrutando y luego experimentamos un vacío tan profundo que fácilmente nos lleva a la depresión y nos coloca al borde del suicidio; a veces incluso cuando estamos rodeados de todas las cosas que queremos, terminamos cansados y aborreciendo todo. Es la monotonía de la que quiere preservarnos la palabra de Dios que hoy escuchamos; y el único camino que nos lleva a salir de esta rutina en que nos sumerge la vida diaria es desapegar nuestro corazón de las cosas, para ponerlo en Dios, cuyo amor nos renueva constantemente y da sentido a todas las cosas.

El evangelio de hoy, un fragmento narrativo que sigue al relato del envío de los discípulos, nos plantea el tema de la identidad de Jesús. El tetrarca Herodes está interesado en saber quién es ese Jesús, cuyas palabras y acciones cautivan al pueblo, pero movido más bien por la curiosidad. Son muchos los curiosos, que como Herodes, se interesan por saber cosas sobre Jesús, pero no están dispuestos a dejarse seducir por él ni a seguir sus huellas. La verdadera identidad de Jesús la descubrimos, no a través de informaciones, sino siguiéndolo y compartiendo su vida. No es lo mismo conocer a Jesús partiendo de las ideas que nos hacemos de él, que desde un encuentro directo con su persona y su proyecto. A Jesús le conocemos realmente estando con él y compartiendo su misión como sus discípulos.

26 Feria o Memoria Libre: San Cosme y San Damián, Mártires

Viernes Verde o Rojo

Lectura del Libro del Eclesiastés 3, 1-11 Todo tiene su tiempo y sazón, todas las tareas bajo el sol: tiempo de

nacer, tiempo de morir; tiempo de plantar, tiempo de arrancar; tiempo de matar, tiempo de sanar; tiempo de derruir, tiempo de construir; tiempo de

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llorar, tiempo de reír; tiempo de hacer duelo, tiempo de bailar; tiempo de arrojar piedras, tiempo de recoger piedras; tiempo de abrazar, tiempo de desprenderse; tiempo de buscar, tiempo de perder; tiempo de guardar, tiempo de desechar; tiempo de rasgar, tiempo de coser; tiempo de callar, tiempo de hablar; tiempo de amar, tiempo de odiar; tiempo de guerra, tiempo de paz. ¿Qué saca el obrero de sus fatigas? Observé todas las tareas que Dios encomendó a los hombres para afligirlos: todo lo hizo hermoso en su sazón y dio al hombre el mundo para que pensara; pero el hombre no abarca las obras que hizo Dios desde el principio hasta el fin. Palabra de Dios

Salmo Responsorial: 143R/ “Bendito el Señor, mi Roca.”

Bendito el Señor, mi Roca, mi bienhechor, mi alcázar, baluarte donde me pongo a salvo, mi escudo y mi refugio. R. Señor, ¿qué es el hombre para que te fijes en él?; ¿qué los hijos de Adán para que pienses en ellos? El hombre es igual que un soplo; sus días, una sombra que pasa. R.

Lectura del Santo Evangelio según San Lucas 9, 18-22 Una vez que Jesús estaba orando solo, en presencia de sus discípulos,

les preguntó: “¿Quién dice la gente que soy yo?” Ellos contestaron: “Unos que Juan el Bautista, otros que Elías, otros dicen que ha vuelto a la vida uno de los antiguos profetas”. Él les preguntó: “Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo?” Pedro tomó la palabra y dijo: “El Mesías de Dios”. Él les prohibió terminantemente decírselo a nadie.

Y añadió: “El Hijo del hombre tiene que padecer mucho, ser desechado por los ancianos, sumos sacerdotes y letrados, ser ejecutado y resucitar el tercer día”. Palabra del Señor

Meditación

De nuevo el libro del Eclesiastés nos sitúa ante la vanidad de las cosas humanas. Los seres humanos vivimos en un mundo de cosas que vienen y van; cosas de las que no tenemos control alguno. Nos movemos en un mundo donde todo es temporal y transitorio, donde nada tiene consistencia en sí mismo. Y en este tiempo en que las cosas y hasta los valores cambian tan rápido, se confirma más eso de la vanidad. Pero para el sabio existe una certeza: todo depende de la libre voluntad de Dios, que ordena y conduce todas las cosas según sus inescrutables designios. Ante esta misteriosa voluntad de un Dios que todo lo ha hecho con sabiduría, los seres humanos no podemos más que contemplar con humildad todas sus obras, recibir con gratitud las cosas que él quiera darnos, aprovechar el tiempo que pone a nuestra disposición, hacer cuanto nos permita para gloria suya y abandonarnos confiadamente en sus manos. Podemos llegar hasta dónde nuestra inteligencia humana, que es don de Dios, lo permita, pero a fin de cuentas tendremos que confesar con humildad nuestra ignorancia y aceptar los límites propios de nuestra condición humana.

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Afirma el autor de Eclesiastés: “El hombre no abarca las obras que hizo Dios desde el principio hasta el fin”.

El evangelio de hoy nos relata el episodio de la profesión de fe de Pedro. Ya decíamos que Jesús se pone en oración cuando tiene que tomar decisiones importantes y en todos los momentos más cruciales de su misión. En este contexto de oración, Pedro confiesa que Jesús es el Mesías de Dios, una confesión muy importante que marca el camino de Jesús hacia la cruz; camino que Jesús va a recorrer con plena decisión, porque es un camino que corresponde a la voluntad de Dios que Jesús ya ha meditado en su oración. El anuncio de pasión que sigue a esta confesión de Pedro es una enseñanza que tiene como objetivo preparar a los discípulos para que comprendan que el seguimiento del Mesías es un camino de entrega y de renuncia.

Los discípulos, que como todos los judíos de su tiempo, esperaban un mesías tipo imperial, lleno de poder, que venía a derrotar a los romanos, deben comprender ahora que el mesianismo de Jesús no tiene nada que ver con el poder. Jesús es el siervo de Dios que viene a cargar con los pecados del pueblo y dar su vida en la cruz por amor a la humanidad. Ahora bien, nadie puede hacer lo que hace Jesús sin una relación personal con él y sin entrar en comunión con su destino. Sólo desde la escucha y aceptación de la palabra de Dios, los discípulos de hoy, podemos acompañar a Jesús en el camino de su entrega, viviendo en solidaridad con los que sufren y haciéndonos servidores de los más pobres.

27 Memoria Obligatoria: San Vicente de Paúl, Presbítero

Sábado Blanco

Lectura de la primera carta de San Pablo a los Corintios 1,26-31

Hermanos, fíjense en su asamblea, no hay en ella muchos sabios en lo humano, ni muchos poderosos, ni muchos aristócratas; todo lo contrario, lo necio del mundo lo ha escogido Dios para humillar a los sabios, y lo débil del mundo lo ha escogido Dios para humillar el poder. Aún más, ha escogido la gente baja del mundo, lo despreciable, lo que no cuenta para anular a lo que cuenta, de modo que nadie pueda gloriarse en presencia del Señor. Por él ustedes son en Cristo Jesús, en este Cristo que Dios ha hecho para nosotros sabiduría, justicia, santificación y redención. Y así -como dice la Escritura- “el que se gloríe, que se gloríe en el Señor”. Palabra de DiosSalmo Responsorial: 111 R/”Dichoso quien teme al Señor”

Dichoso quien teme al Señor y ama de corazón sus mandatos. Su linaje será poderoso en la tierra, la descendencia del justo será bendita. R/.

En su casa habrá riquezas y abundancia, su caridad es constante, sin falta. En las tinieblas brilla como una luz el que es justo, clemente y compasivo. R/.

Dichoso el que se apiada y presta, y administra rectamente sus asuntos. El justo jamás vacilará, su recuerdo será perpetuo; no temerá las malas noticias. R/.

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Su corazón está firme en el Señor. Su corazón está seguro, sin temor, hasta que vea derrotados a sus enemigos. R/.

Reparte limosna a los pobres; su caridad es constante, sin falta, y alzará la frente con dignidad. R/.

Lectura del Santo Evangelio según San Mateo 9,35-38En aquel tiempo, Jesús recorría todas las ciudades y los pueblos, enseñando

en sus sinagogas, proclamando la Buena Noticia del Reino y curando todas las enfermedades y dolencias. Al ver a la multitud, tuvo compasión, porque estaban fatigados y abatidos, como ovejas que no tienen pastor. Entonces dijo a sus discípulos: «La cosecha es abundante, pero los trabajadores son pocos. Rueguen al dueño de los sembrados que envíe trabajadores para su cosecha». Y llamando a sus doce discípulos, les diò autoridad para expulsar espíritus inmundos y curar toda enfermedad y dolencia. Palabra del Señor.

Meditación

Hoy recordamos a San Vicente de Paúl, fundador de la Congregación de la Misión (también llamados Paules o Vicentinos), destinada a la formación de los sacerdotes, a la evangelización y al servicio de los pobres. También, con Santa Luisa de Marillac, funda la Congregación de las Hijas de la Caridad. Se propuso vivir y anunciar el evangelio, especialmente a los pobres, en las circunstancias concretas, sin pretender otra cosa que estar siempre abierto a la voluntad de Dios.

Meditamos las lecturas escogidas para este día de San Vicente. Según el texto de la primera lectura, Pablo constata que Dios ha escogido especialmente a los humildes y los pobres para revelarles su plan de salvación contenido en el evangelio. Actuando de esta manera, Dios quiere mostrar que todo es obra suya, de su poder, de su gracia. Con ello Pablo nos está diciendo que Dios obra la salvación de forma misteriosa, prefiriendo a los últimos, a los excluidos, a los que son desechados por el mundo, no necesariamente porque tengan mayor disposición que los otros para acoger el evangelio, sino porque se abren a su acción y se dejan conducir por él. Ahora bien, no es que Dios rechace a los sabios ni desprecie a los ricos; ellos no están excluidos de la salvación. Lo que quiere decirnos Pablo es que Dios puede obrar allí donde aparentemente no hay condiciones; que nadie está humanamente equipado para recibir el evangelio; y que la salvación es obra suya, de su misericordia, y no un premio o una conquista humana. Ante Dios nadie tiene mérito alguno; todos somos pecadores. Su amor y su misericordia nos preceden y acompañan.

Jesús nos habla de Dios con palabras y gestos. Los destinatarios de sus gestos misericordiosos son los ignorantes y marginados; los ignorantes y los que son menos tomados en cuenta por los responsables del pueblo judío. Esos hombres y mujeres de todos los tiempos, ante los que Jesús siente una compasión que le conmueve las entrañas, y a los que hace destinatarios privilegiados de su evangelio, necesitan recibir el cariño de Dios y escuchar su palabra alentadora. Por eso, Jesús envía a sus

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discípulos, que son los continuadores de su obra, para que prolonguen sus gestos misericordiosos, mediante la acogida y el anuncio del evangelio. En cuanto seguidores suyos y testigos de su amor, ellos han de dirigirse a las ovejas abandonadas, a las que nadie cuida, a las que nadie quiere, para mostrarles, con palabras y gestos, la acción misericordiosa de Dios, que siente compasión especialmente por las personas cansadas, las que han perdido la esperanza y las que no le encuentran sentido a la vida.

Hacen falta personas, que como Jesús, quieran llevar la presencia de Dios a este tipo de personas; hacen falta personas cuya vida hable de Dios y cuyos gestos sean un mensaje para quienes la vida es una carga que no están dispuestos a llevar.

28 XXVI Domingo del Tiempo Ordinario

II Semana Liturgia de las Horas Verde

Obedecer es realizar lo que se ha escuchado.

Orientaciones para esta Celebración: Se hace la Procesión con el Evangeliario o el Leccionario. Se coloca en un lugar visible el lema de este domingo, debajo del lema del mes. A los lados del ambón se ponen dos velas encendidas. Después de la proclamación del Evangelio se hace una veneración del Evangelio con cantos, paseándolo en medio de la Asamblea, aplaudiendo y tirándole pétalos de flores. En la presentación de las ofrendas doce hermanos, 6 hombres y 6 mujeres: Dos niños, cuatro jóvenes y seis adultos, llevan sus biblias en alto y después que las llevan al Altar, se depositan hasta el final de la celebración cerca del Ambón. Al final de la celebración se invita, por familia y por comunidad, que vayan a besar el Evangelio como signo de su decisión de seguir a Jesús.

Monición de EntradaQueridos hermanos y hermanas: En este Vigésimo Sexto Domingo del

Tiempo Ordinario, nos congrega el Señor para celebrar esta Eucaristía en la que escucharemos a Dios Padre en la Palabra de su Hijo Jesucristo. EL nos invita a examinar en verdad nuestra actitud de cara a su Palabra y nos recuerda que no bastan las palabras ni nuestros rezos y celebraciones, sino que a Él le importan más las acciones con las que practicamos esta Palabra

Jesús quiere que seamos cristianos de los pies a la cabeza, durante todas las horas del día, y durante toda nuestra vida, en todo lo que hagamos y digamos, en las buenas y en las malas. Celebremos la resurrección de Jesucristo y escuchemos su palabra para ponerla en práctica. Nos ponemos de pie para recibir cantando al Señor que llega a presidir esta fiesta a través de su ministro.

Primera Lectura: Ezequiel 18, 25-28El profeta Ezequiel, nos recuerda que no basta el título de justo y de santo,

sino de serlo siempre. De lo contrario un malvado que escuche la Palabra y la viva se nos puede adelantar. Escuchemos.

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Lectura de la profecía de Ezequiel Así dice el Señor: «Comentan: “No es justo el proceder del Señor. Escuchen,

casa de Israel: ¿es injusto mi proceder?, ¿o no es su proceder el que es injusto? Cuando el justo se aparta de su justicia, comete la maldad y muere, muere por la maldad que cometió. Y cuando el malvado se convierte de la maldad que hizo y practica el derecho y la justicia, él mismo salva su vida. Si recapacita y se convierte de los delitos cometidos, ciertamente vivirá y no morirá. » Palabra de Dios.

Salmo responsorial: Sal 24, R/. Recuerda, Señor, que tu misericordia es eterna.

Señor, enséñame tus caminos, instrúyeme en tus sendas: haz que camine con lealtad; enséñame, porque tú eres mi Dios y Salvador, y todo el día te estoy esperando. R/

Recuerda, Señor, que tu ternura y tu misericordia son eternas; no te acuerdes de los pecados ni de las maldades de mi juventud; acuérdate de mí con misericordia, por tu bondad, Señor. R/

El Señor es bueno y es recto, y enseña el camino a los pecadores; hace caminar a los humildes con rectitud, enseña su camino a los humildes. R/

Segunda Lectura: Filipenses 2, 1-11Pablo recuerda que a quienes han escuchado al Hijo se les reconoce

porque viven un mismo amor, un mismo espíritu, un mismo sentir que implica la humildad tal como la vivió El.

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los FilipensesHermanos: Si quieren darme el consuelo de Cristo y aliviarme con su

amor, si nos une el mismo Espíritu y tienen entrañas compasivas, denme esta gran alegría: manténganse unánimes y concordes con un mismo amor y un mismo sentir. No actúen por rivalidad ni por ostentación, déjense guiar por la humildad y consideren siempre superiores a los demás. No se encierren en sus intereses, sino busquen todos el interés de los demás.

Tengan entre ustedes los sentimientos propios de Cristo Jesús. Él a pesar de su condición divina, no hizo alarde de su categoría de Dios; al contrario, se despojó de su rango y tomó la condición de esclavo, pasando por uno de tantos. Y así, actuando como un hombre cualquiera, se rebajó hasta someterse incluso a la muerte, y una muerte de cruz.

Por eso Dios lo levantó sobre todo y le concedió el «Nombre-sobre-todo-nombre»; de modo que al nombre de Jesús toda rodilla se doble en el cielo, en la tierra, en el abismo, y toda lengua proclame: Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre. Palabra de Dios.

Aleluya Jn 10, 27Mis ovejas escuchan mi voz -dice el Señor- y yo las conozco, y ellas me siguen.

Evangelio según San Mateo 21, 28-32 Obedecer es realizar lo que se ha escuchado. No bastan las palabras

huecas sino las acciones verdaderas. Aquí no caben los puestos ni la

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antigüedad en la fe. Lo que importa es la sinceridad que se ve en la realización de la voluntad del Padre manifestada en su Hijo. Escuchemos.

Lectura del santo evangelio según san Mateo 21, 28-32 En aquel tiempo, dijo Jesús a los sumos sacerdotes y a los ancianos del

pueblo: «¿Qué les parece? Un hombre tenía dos hijos. Se acercó al primero y le dijo: «Hijo, ve hoy a trabajar en la viña. «Él le contestó: «No quiero.» Pero después recapacitó y fue.

Se acercó al segundo y le dijo lo mismo. Él le contestó: «Voy, señor». Pero no fue. ¿Quién de los dos hizo lo que quería el padre?» Contestaron: -«El primero.» Jesús les dijo: -«Les aseguro que los publicanos y las prostitutas les llevan la delantera en el camino del reino de Dios. Porque vino Juan a ustedes enseñándoles el camino de la justicia, y no le creyeron; en cambio, los publicanos y prostitutas le creyeron. Y, aun después de ver esto, ustedes no recapacitaron ni le creyeron.» Palabra del Señor.

Meditación

Al profeta Ezequiel le tocó acompañar al pueblo de Dios en el momento crítico del destierro y tuvo que ayudarle a comprender que la dura situación que está viviendo, lejos de Dios y de su patria, no es consecuencia de los pecados de sus antepasados. Lo que ha acontecido es más bien el resultado de los pecados y rebeldías de cada uno. Cada persona es responsable ante Dios de sus propios hechos. Por tanto, la única alternativa válida es que cada uno abandone su pecado y se decida a convertirse sinceramente, para que Dios le perdone y salve. De lo contrario, el pecado lo hundirá más en la depresión y en la muerte. La voluntad de Dios es que nadie camine lejos de él, sino que cada uno se convierta y viva.

En el evangelio de hoy, Jesús pone de relieve la actitud de los cumplidores de la ley, a quienes representa aquel hijo aparentemente justo, que sin pensárselo mucho dice al padre “heme aquí”, “estoy a tus órdenes”, pero se queda sólo en palabras. Ellos, como los fariseos, dicen y no hacen. Ellos, como el hijo que, mintiendo al padre, no fue a la viña, se refugian en huecas palabras. Su brusca sinceridad (“voy, señor”) les manifiesta abiertamente pecadores, y lo peor, renuentes a todo género de conversión; totalmente indispuestos a entrar en la justicia del reino, que para Mateo encuentra su cristalización en “hacer la voluntad del Padre”. Es importante tomar en cuenta que para Mateo, la salvación no es respuesta a esta perfecta conformidad entre el decir y el hacer, sino el resultado del arrepentimiento, que ha de convertirse en una fuente inspiradora de todas nuestras decisiones. Dicho de otro modo, lo que Mateo resalta aquí es la grandeza del arrepentimiento, la valentía de repensar la opción primera, para entrar en obediencia y en un constante discernimiento de la voluntad del Padre, que ha de orientar la búsqueda de los seguidores de Jesús y convertirse en su criterio de vida y de acción. Queda, pues, descalificado el camino de la mentira y del “poner buena cara” de los dirigentes judíos, y con ello se les advierte a los seguidores de Jesús que la única postura válida

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ante Dios es el arrepentimiento; el no tener miedo a decir “sí” después de haber dicho “no”; el repensar las opciones y las decisiones tomadas a la luz de la voluntad de Dios y de la justicia propuesta por Jesús. Es mejor situarse en lugar los publicanos y las prostitutas (pecadores) que sentarse en el banco de los justos, que dicen pero no hacen; hablan bonito pero no se comprometen.

Oración de los fieles

Quien preside: Presentamos nuestras oraciones de petición al Padre Dios pidiendo por nosotros y por todo el mundo. A cada oración respondemos: Ayúdanos a obedecerte de verdad, Señor. • Por el Papa Francisco, nuestros obispos y todas las personas que dentro

de la Iglesia tienen la misión de anunciar la Palabra, para que seamos los primeros que cumplamos la Palabra escuchada Oremos

• Por nuestros gobernantes para que con obras manifiesten que escuchan la voz de Dios y de su pueblo solucionando los grandes problemas de la Republica Dominicana. Oremos

• Para que pongamos en práctica la solidaridad, la justicia y la caridad con los más pobres y no nos quedemos en buenas palabras. Oremos

• Para que en nuestras familias se predique y se viva la Palabra de Dios cada vez más. Oremos

• Para que seamos cristianos y cristianas de verdad, no nos quedemos con el nombre o con ciertas celebraciones, sino que con nuestra vida testimoniemos la presencia de Dios en nuestra realidad. OremosQuien preside: Padre, atiende nuestras súplicas y concédenos obedecer

la Palabra de tu Hijo cada día más. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

29 Fiesta: Santos Arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael

Lunes Blanco

Lectura del libro del profeta Daniel 7,9-10.13-14 Durante la visión, vi que colocaban unos tronos, y un anciano se sentó; su

vestido era blanco como nieve, su cabellera como lana limpísima; su trono, llamas de fuego; sus ruedas, llamaradas. Un río impetuoso de fuego brotaba delante de él. Miles y miles le servían, millones estaban a sus órdenes. Comenzó la sesión y se abrieron los libros.

Mientras miraba, en la visión nocturna vi venir en las nubes del cielo como un hijo de hombre, que se acercó al anciano y se presentó ante él. Le dieron poder real y dominio; todos los pueblos, naciones y lenguas lo respetarán. Su dominio es eterno y no pasa, su reino no tendrá fin. Palabra de Dios

Salmo Responsorial: 137. R/ “Delante de los ángeles tañeré para ti, Señor”

Te doy gracias, Señor, de todo corazón; delante de los ángeles tañeré para ti, me postraré hacia tu santuario. R.

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Daré gracias a tu nombre: por tu misericordia y tu lealtad, porque tu promesa supera a tu fama; cuando te invoqué, me escuchaste, acreciste el valor en mi alma. R.

Que te den gracias, Señor, los reyes de la tierra, al escuchar el oráculo de tu boca; canten los caminos del Señor, porque la gloria del Señor es grande. R.

Lectura del Santo Evangelio según San Juan 1,47-51 En aquel tiempo, vio Jesús que se acercaba Natanael y dijo de él: “Ahí

tienen a un israelita de verdad, en quien no hay engaño.” Natanael le contesta: “¿De qué me conoces?” Jesús le responde: “Antes de que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera, te vi.” Natanael respondió: “Rabí, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel.” Jesús le contestó: “¿Por haberte dicho que te vi debajo de la higuera, crees? Has de ver cosas mayores.” Y añadió: “Yo les aseguro: verán el cielo abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre.” Palabra del Señor

Meditación

Hoy estamos celebrando la fiesta de los Santos Arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael. Los ángeles son mensajeros, enviados de Dios al servicio de los seres humanos. Cuando Dios, conforme a su plan de salvación, quiere confiar una misión especial y decisiva a algunas personas, se sirve de los ángeles; ellos, son, pues ministros de su voluntad, mediadores entre él y los hombres. Por eso hemos de apreciar su servicio y acogerlos como enviados y representantes de Dios, que según su voluntad, puede en cualquier momento, venir a nuestro encuentro a través de personas concretas, para confiarnos alguna misión especial, o sencillamente, para pedirnos que colaboremos con él en su obra salvadora.

El evangelio de este día nos presenta el encuentro de Jesús con Natanael. Jesús toma la iniciativa en este encuentro y describe a Natanael como un verdadero israelita en quien no hay engaño, es decir, como un hombre que aguarda con fidelidad las promesas de Dios contenidas en su palabra y por eso viene a Jesús con la disposición de ingresar al círculo de sus seguidores. Como vemos, Natanael facilita el encuentro acercándose a Jesús, es decir, saliendo a su encuentro. Pero Jesús antes le conocía por dentro y había fijado los ojos en él, o lo que es lo mismo, lo había elegido, cuando estaba debajo de la higuera, donde los judíos tenían la costumbre de estudiar la Escritura. El verdadero judío es el que busca los caminos de su vida en la Escritura; caminos que culminan en el encuentro con Jesús. Por eso, a penas se encuentra con Jesús, Natanael termina confesando su fe en él: “Rabí, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel”.

Jesús, en efecto, realiza la presencia de Dios en la tierra; él es su Palabra viviente. Por eso se muestra dispuesto a seguir su vida y su enseñanza. Pero Jesús calma el entusiasmo de Natanael, diciéndole que lo que ha visto es muy poco al lado de lo que significa su misión

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mesiánica. Más adelante, sobre todo cuando Jesús realice sus grandes obras milagrosas, podrá contemplar que la salvación ofrecida por él va mucho más allá de la frontera de Israel: “Verán el cielo abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del Hombre”. El Hijo del Hombre sobre el que los ángeles suben y bajan, como ya veíamos en la primera lectura, es el Mesías que viene con la gloria del Padre, a quién los ángeles adoran y están eternamente a su servicio. Jesús da cumplimiento a la esperanza de Israel. Él es el Hijo del Hombre, el Mesías prometido en la Escritura. En él se encuentran el cielo y la tierra; en él, hombre como nosotros, podemos encontrar a Dios; él es la escala de Jacob por la que podemos subir al cielo; nadie va al Padre si no por él.

30 Memoria Obligatoria: San Jerónimo, Presbítero y Doctor de la Iglesia

Martes Blanco

Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a Timoteo 3,14-17Querido Hermano: Permanece en lo que has aprendido y se te ha

confiado, sabiendo de quién lo aprendiste y que desde niño conoces las Sagradas Escrituras; ellas te darán la sabiduría que lleva a la salvación mediante la fe en Cristo Jesús. Toda Escritura está inspirada por Dios y es útil para enseñar, rebatir, corregir y guiar en el bien; así el hombre de Dios se hace un experto y queda preparado para toda obra buena. Palabra de Dios.

Salmo Responsorial: 118 “Enséñame, Señor, tus leyes”

¿Cómo podrá un joven andar honestamente? Cumpliendo tus palabras. R Te busco de todo corazón, no consientas que me desvíe de tus

mandamientos. R/. En mi corazón escondo tus consignas, así no pecaré contra ti. R/. Bendito eres, Señor, enséñame tus leyes. R/. Mis labios van enumerando los mandamientos de tu boca. R/. Mi alegría es el camino de los preceptos, más que todas las riquezas. R/.

Lectura del Santo Evangelio según San Mateo 13,47-52 En aquel tiempo dijo Jesús a la gente “El reino de los cielos también

es semejante a la red que echan en el mar, y recoge toda clase de peces cuando se llena, la sacan a la playa; se sientan y recogen los peces buenos en canastas, pero echan fuera los malos. Así será en el fin del mundo; los ángeles saldrán, y sacarán a los malos de entre los justos, y los arrojarán en el horno de fuego; allí será el llanto y el crujir de dientes. “¿Han entendido ustedes todas estas cosas?” “Sí,” Le dijeron ellos. Entonces Jesús les dijo: “Por eso todo letrado que se ha convertido en un discípulo del reino de los cielos es semejante al padre de familia que saca de su tesoro cosas nuevas y cosas viejas.” Sucedió que cuando Jesús terminó estas parábolas, se fue de allí. Palabra del Señor

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Meditación

Hoy la liturgia recuerda a San Jerónimo, uno de los hombres más eruditos del siglo IV, sobre todo en materia de Sagrada Escritura. A él le debemos la traducción de la Biblia del hebreo y del griego al latín así como diversos comentarios exegéticos de los libros bíblicos.

Las lecturas de hoy están tomadas de la fiesta de San Jerónimo. En la primera lectura, Pablo exhorta a su discípulo Timoteo a permanecer fiel a la palabra de Dios y al depósito de la fe que ha recibido, que son la garantía de la verdad y que pueden darle la sabiduría que conduce a la salvación. Timoteo recibió ese depósito de unos testigos seguros y lo aceptó con plena convicción, y ahora, que pululan tantas doctrinas extrañas, el Apóstol le recomienda mantenerse firme en lo que ha aprendido, sin hacer caso a los propagadores de falsas doctrinas. Pablo está seguro de que la Sagrada Escritura es y contiene la palabra de Dios, porque quienes escribieron los libros sagrados estaban inspirados por el Espíritu Santo. Por eso, quien escucha y vive la palabra de Dios, proclamada por la Iglesia, encuentra sin duda alguna la salvación, es decir, se encuentra verdaderamente con Dios.

El evangelio elegido para este día recoge una pequeña parábola de Jesús y una breve conclusión a todas las parábolas anteriores. Es la parábola de la red que recoge peces malos y buenos. Es una llamada a evitar toda discriminación prematura entre buenos y malos y a tener paciencia. La comunidad de Jesús está compuesta por santos y pecadores. Se nos invita a evitar las dos tentaciones más comunes entre los seguidores de Jesús: la intolerancia y el juicio. A veces, en vez de reconocer nuestras faltas con humildad, nos damos a murmurar y condenar a los demás.

En la conclusión a las parábolas narradas por Jesús, dirigida a los discípulos, han de tomar en cuenta lo antiguo y lo nuevo. La palabra de Dios, es decir, las tablas de la ley, era antiguamente depositada en el arca; ahora esta arca contiene lo antiguo y lo nuevo, es decir, la ley judía, que Jesús y los cristianos acogen como palabra de Dios, y lo nuevo, que se refiere a la enseñanza de Jesús sobre la palabra de Dios, o mejor dicho, la herencia judía a la luz de la interpretación de Jesús. Es lo que está haciendo el evangelista Mateo, el escriba cristiano autor de este evangelio. Por eso, los cristianos no podemos separar el Antiguo del Nuevo Testamento. En uno y otro habla el mismo Dios. Dice la Constitución sobre la Palabra de Dios del Concilio Vaticano II: “Dios es el autor que inspira los libros de ambos Testamentos, de modo que el Antiguo encubriera el Nuevo, y el Nuevo descubriera el Antiguo” (DV, 16).

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