22
187 Boletín Antropológico. Año 22, Nº 61, Mayo-Agosto, ISSN: 1325-2610. Universidad de Los Andes. Mérida. Religión, modernidad y globalización: Otras formas de observar los saberes y prácticas médicas de indígenas tenejapanecos inmigrados a un contexto de diversidad médica y religiosa  Jorge Magaña Ochoa *  Universidad Autónoma de Chiapas  México Resumen En los últimos años del siglo pasado comenzaron a ocurrir proces os de cambio importantes en la región conocida como los Altos de Chiapas, México, que no se manifestaron de manera uniforme en los diferentes municipios que la conforman. El propósito de este ensayo es hacer un breve ejercicio reflexivo que permita rediscutir ciertas posiciones sobre la forma de interpretar saberes y prácticas médicas en un grupo indígena específico: tzeltales tenejapane cos 1 , en función de los procesos de pluralismo religioso y de nuevas tendencias fundamentalistas y ecumenistas que afectan actualmente a esta población y que en su momento quedaron como elementos para futuras reflexiones. Palabras claves:  Tenejapanecos, lo médico, fundamentalismos, integrismos, religión.  Abstra ct In the last years of the past century important processes of change began to occur in the region known as «Altos de Chiapas», Mexico. The changes however are not homogeneous but show differences in the many municipalitie s of the region. Some of the aspects that produce this diversity are: the mexican state politics concerning the indians, especially of Chiapaneco, the presence of new political and religious groups, the immigration towards new sources of work,and the «assumption» that the better health services for the indian population are to be found in other towns. All these aspects allow us to observe these changes and their consequences in the conformation of new social- cultural processes in the region. It is the purpose of this paper to make a brief analysis in order to discuss certain positions about the way to interprete knowledge and medical practices in an indian group, specifically theTzeltales Tenejapanecos. We will consider the processes of religious pluralism and the new fundamenta lism and oecumenical tendencies that are affecting this population. Key words: Tenejapanecos, medicine, fundamentalism, integralism, religion.  Jorge Magaña Ochoa. Religión, modernidad y globalización. ..pp. 187-208.

Articulo 2

Embed Size (px)

Citation preview

  • 187

    Boletn Antropolgico. Ao 22, N 61, Mayo-Agosto, ISSN: 1325-2610. Universidad deLos Andes. Mrida.

    Religin, modernidad y globalizacin:Otras formas de observar los saberes y prcticasmdicas de indgenas tenejapanecos inmigradosa un contexto de diversidad mdica y religiosa

    Jorge Magaa Ochoa*

    Universidad Autnoma de Chiapas Mxico

    Resumen

    En los ltimos aos del siglo pasado comenzaron a ocurrir procesos de cambioimportantes en la regin conocida como los Altos de Chiapas, Mxico, que no semanifestaron de manera uniforme en los diferentes municipios que la conforman. Elpropsito de este ensayo es hacer un breve ejercicio reflexivo que permita rediscutirciertas posiciones sobre la forma de interpretar saberes y prcticas mdicas en un grupoindgena especfico: tzeltales tenejapanecos1, en funcin de los procesos de pluralismoreligioso y de nuevas tendencias fundamentalistas y ecumenistas que afectan actualmentea esta poblacin y que en su momento quedaron como elementos para futuras reflexiones.

    Palabras claves: Tenejapanecos, lo mdico, fundamentalismos, integrismos,religin.

    Abstract

    In the last years of the past century important processes of change began tooccur in the region known as Altos de Chiapas, Mexico. The changes however arenot homogeneous but show differences in the many municipalities of the region. Someof the aspects that produce this diversity are: the mexican state politics concerning theindians, especially of Chiapaneco, the presence of new political and religious groups,the immigration towards new sources of work,and the assumption that the betterhealth services for the indian population are to be found in other towns. All theseaspects allow us to observe these changes and their consequences in the conformationof new social- cultural processes in the region.

    It is the purpose of this paper to make a brief analysis in order to discusscertain positions about the way to interprete knowledge and medical practices in anindian group, specifically theTzeltales Tenejapanecos. We will consider the processesof religious pluralism and the new fundamentalism and oecumenical tendencies thatare affecting this population.

    Key words: Tenejapanecos, medicine, fundamentalism, integralism, religion.

    Jorge Magaa Ochoa. Religin, modernidad y globalizacin...pp. 187-208.

  • 188

    Boletn Antropolgico. Ao 22, N 61, Mayo-Agosto 2004, ISSN: 1325-2610. Universidad deLos Andes. Mrida.

    IntroduccinEn la actualidad, los estudios sobre la globalizacin y, en espe-

    cfico, de los sistemas mundiales (economa, poltica, poder, etc.,)han estimulado un vivo debate sobre la manera en que los procesosreligiosos (neos, fundamentalismos, integrismos, tradicio-nalismos, etc.) y socio-culturales (hegemonas, subalternidades,cohesin, control, etc.) resultan modificados por las variables histri-cas locales para producir los diversos modos de desarrollo de regio-nes concretas. En ese sentido, el presente ensayo tiene la intencinde rediscutir, desde otro punto de vista, los resultados obtenidosdurante la investigacin sobre lo mdico en la poblacin indgenatenejapaneca inmigrada, realizado en 1999 como trabajo de Gra-do; e intenta comprender la compleja realidad mdica contempor-nea de este grupo tnico a partir de los cambios religiosos operadosen la regin; sobre todo, tomando en cuenta que los cambios obser-vados en las comunidades indgenas, si bien pueden parecer respues-tas a las influencias del mundo moderno, resultan ms bien de unproceso de reconstitucin y reinvencin de la identidad tnica ennuevos contextos sociales.

    El objetivo de ese trabajo de Tesis fue el de analizar la construc-cin y el ejercicio de prcticas mdicas en un grupo indgenainmigrado a la ciudad de San Cristbal de Las Casas. Se reflexionsobre aspectos como la construccin de lo mdico, la diversidad dealternativas de atencin a la salud, enmarcadas en procesos de hege-mona/subalternidad, conflicto, competencia y poder. As mismo, elanlisis busc la comprensin de los diversos factores que intervienenmodificando los esquemas de percepcin, representacin y por con-siguiente de explicacin de los casos de enfermedad y a su proceso detratamiento y curacin entre los tenejapanecos inmigrados; y desta-c, entre otras cosas y para el caso que aqu nos ocupa, una crtica alas interpretaciones tericas socio antropolgicas del proceso salud/enfermedad/atencin que limitaban la concepcin de las enfermeda-

    Jorge Magaa Ochoa. Religin, modernidad y globalizacin...pp. 187-208.

  • 189

    Boletn Antropolgico. Ao 22, N 61, Mayo-Agosto 2004, ISSN: 1325-2610. Universidad deLos Andes. Mrida.

    des en el mundo indgena, a elementos propios de su cosmovisin(Hermitte 1992; Holland 1990 (1963); Metzger y Williams 1970,etc.), al hacer corresponder toda prctica mdica como un sistemacultural particularizado, homogneo y unitario (Kleinman 1977;Fbrega y Silver 1973); o la conciben como reguladora de un ordensocial y legal determinado, coherente y completo (Hermitte 1992).En ese sentido, las prcticas mdicas de los tzeltales inmigrados y susconcepciones sobre la enfermedad corresponderan a un sistemacosmolgico, sustentado en la preponderancia de una concepcinmgico-religiosa que la explicara, y en el que la mayora de los pade-cimientos se clasifican etiolgicamente como sobrenaturales ypersonalsticos (Magaa 2002: 215 217)1.

    Pero, como menciona Pilar Sanchiz (1993: 255), motivo por elcual se rediscuten estas posiciones: El componente animista o espiritista,sustrato importante de la religiosidad popular, se refuerza en uno y otrocampo religioso [tradicionalismo, costumbre, cristianismopentecostal o neopentecostal, catolicismo]; una y otra creencia hacenposible la libre expresin del mundo religioso popular, habitado por demo-nios y espritus en el que abundan las revelaciones y curaciones divinas.

    Sin embargo, antes de continuar considero de importancia parala lectura e interpretacin de las subsecuentes lneas reflexivas a par-tir de una serie de conceptos y/o nociones en torno a los cuales girarla discusin:

    Qu entendemos por religin. Qu entendemos por secularizacin y modernidad en una si-

    tuacin de revitalismo religioso. Qu entendemos por movimientos nacionalistas en el marco

    de revitalismos religiosos.

    Definiendo religinEn los ltimos aos la religin ha vuelto a ser un tema de gran

    importancia para la comprensin del mundo actual y, por ende, para

    Jorge Magaa Ochoa. Religin, modernidad y globalizacin...pp. 187-208.

  • 190

    Boletn Antropolgico. Ao 22, N 61, Mayo-Agosto 2004, ISSN: 1325-2610. Universidad deLos Andes. Mrida.

    las ciencias sociales. Muchos de los problemas contemporneos: comopor ejemplo, las mediaciones impuestas por un mundo globalizado alo local, el surgimiento de movimientos nacionalistas y regionalistasde esto ltimo: el caso de las expulsiones chamulas en Chiapas,Mxico2-, etctera, piden una comprensin del fenmeno religiosoque observa un proceso de revitalizacin y cambio (Garma 2002).En ese sentido, a partir de fechas relativamente recientes, losantroplogos problematizan la especificidad y legimitidad del poderen la construccin religiosa de un mundo moderno y postmoderno;la relacin entre contexto social y produccin de conocimiento (Ro-bles 1998) emerge en la continua inclusin de nuevos sujetos y pro-blemas socio-mundiales: fundamentalismos, nacionalismos eintegrismos, es decir: las guerras religiosas por el control del mundohoy da. Por tales motivos y como menciona Carolina Rivera Farfn(s/f: 67): Pensar la religin se ha vuelto necesario e imprescindible si sequiere abordar las cuestiones ms importantes del hombre, de la cultura,de la dinmica poltica y de la prctica religiosa en que estn involucradaslas sociedades contemporneas (Rivera s/f: 67).

    Pero qu es religin o mejor dicho, cmo podramos definirla?Para el caso de este ensayo entendemos religin ms all de las defini-ciones expuestas por la teora sociolgica clsica (Casanova 1994;Estruch 1994) aunque se toman muy en cuenta para la discusingeneral, fundamentalmente la de Durkheim, Marx y Weber. Mien-tras que Durkheim la entiende como una respuesta a las necesida-des de legitimacin e integracin social o como prototipo por excelencia delproceso de simbolizacin intrnseco de toda sociedad;[Marx pretende]ubicar a la religin en una regin refleja (superestructura) de la organi-zacin material de la sociedad, aunque viese en ella alguna conexin conla resistencia a las miserias de una sociedad de clases; [y, Weber bus-ca] hacer de la sociologa de la religin un captulo de la historia de laracionalizacin de la vida, de la modernizacin rumbo a un mundodesencantado (Burity s/f: 9).

    Jorge Magaa Ochoa. Religin, modernidad y globalizacin...pp. 187-208.

  • 191

    Boletn Antropolgico. Ao 22, N 61, Mayo-Agosto 2004, ISSN: 1325-2610. Universidad deLos Andes. Mrida.

    Sin embargo, la definicin aqu propuesta busca entender a lareligin como un sistema de prcticas y creencias que se relacionan conel mbito de lo sagrado y trascendente, expresndose por medio de ritos yceremonias donde participan creyentes: [rituales establecidos] segncdigos precisos que limitan la variacin (Garma op cit: 4). Esta parti-cipacin de creyentes llega a significar, a su vez, la pertenencia a unaiglesia institucionalizada, as como tambin de conocimientos elabo-rados en una teologa (Ibidem).

    Esta comunidad de creyentes, esta iglesia institucionalizada quecomparte y construye prcticas y creencias: teologas, como por ejem-plo: el cristianismo-protestante, el catolicismo, el judasmo, el isla-mismo; comparten una identidad, una identidad religiosa que parti-cipa en un contexto social en el que jams podr ser ejercida o repre-sentada de forma integral. Deber negociar sus condiciones deaceptabilidad y de realizacin frente a muchas otras formas de iden-tificacin presentes en ese contexto o subordinadas, incluso, a con-textos ms amplios (Burity op cit). De esta manera, como mencionaGarma: , las concepciones de lo sagrado tienen una gran diversidadentre las distintas culturas humanas, por tanto, las creencias y las prcti-cas tienen una clara tendencia hacia la diversificacin y complejidad, loque posibilita el crecimiento de diferentes expresiones religiosas (Garmaen Rivera op cit: 67) en un mismo espacio territorial.

    Secularizacin y modernidad: Subsiste la religin?Como menciona Pilar Sanchiz3, en esta era de globalizacin se

    puede observar un gran auge del fenmeno religioso que coexiste,paradjicamente, con la tendencia general de secularizacin del mundomoderno. Esto ha generado, entre otras cosas, una prdida de la fun-cin pblica de la religin: representando un proceso de privatizaciny especializacin religiosa (Berger 2002), brindndole un campo fr-til a la revitalizacin.

    Jorge Magaa Ochoa. Religin, modernidad y globalizacin...pp. 187-208.

  • 192

    Boletn Antropolgico. Ao 22, N 61, Mayo-Agosto 2004, ISSN: 1325-2610. Universidad deLos Andes. Mrida.

    Este retorno de lo sagrado o de lo religioso se encuentra asociadoa partir, quiz de algunas situaciones asociadas a la modernidad [des-tacando]: la no-desaparicin gradual de la religin de la escena pblicadebido a la institucionalizacin de esferas laicas de participacin y repre-sentacin social y poltica [cuando se cree en la oposicin entre religiny modernidad, se deja de lado el competente mercado y formas deadministracin creadas por las iglesias actuales para actuar comoempresarios autnticos de complejos religiosos (Berger op cit; Burityop cit)]; el fracaso de las utopas secularizadas en su intento de construiralternativas histricamente victoriosas y aseguradoras de la libertad [comola idea del progreso econmico para todos] (Burity op cit: 3).

    Las preocupaciones con la eficiencia de la competencia religiosalleva a diversificar las formas de inversin de lo religioso en formasseculares (Berger op cit), utilizando tcnicas de administracin ymercado que coexisten con elementos especficamente religiosos sintransmutarlos en pura mistificacin (Burity op cit: 10); lo que ocurrees simplemente que los grupos religiosos dejan de ser monopolios yse vuelven en competitivas agencias de mercado.

    Pero, tambin, todo ello debemos entenderlo como un procesoque se ha dado o beneficiado gracias a un mundo globalizado en elque: actualmente la rapidez y la profundidad de las interconexionestransnacionales han tenido un impacto sin precedentes en todo el orbe(Garma op cit: 1); reconociendo, con ello, el papel fundamental queen la sociedad moderna juegan los Mass Media (medios masivos decomunicacin) como instrumento de homogeneizacin de la culturamundial (Berger op cit; Dorraj 1999), en la que los valores culturalesde las grandes Metrpolis se han introducido indiscriminadamente alos pases perifricos, destruyendo las races histricas nativas y cau-sando una gradual erosin a la fragilidad de los sistemas econmicosy polticos de los subordinados pases (Dorraj op cit).

    Nuestro mundo es un mundo global pero plural, en el que sebusca la unicidad de la verdad y se le somete a encontrarla en el

    Jorge Magaa Ochoa. Religin, modernidad y globalizacin...pp. 187-208.

  • 193

    Boletn Antropolgico. Ao 22, N 61, Mayo-Agosto 2004, ISSN: 1325-2610. Universidad deLos Andes. Mrida.

    pasmoso poder tecnolgico de un particular tipo de conocimiento: elde la ciencia y sus aplicaciones. A su vez, la centralizacin poltica yeconmica impuesta por las condiciones modernas ha dogmatizadoy mitificado a la ciencia y al desarrollo tecnolgico como los nicosmedios para alcanzar la armona de la vida: en trminos weberianosestaramos viviendo la desencantacin del mundo (Casanova op cit).Sin embargo, paradjicamente, la globalizacin, el desarrollo, la cien-cia, la racionalidad tambin han provocado un desencantamientosocial, por lo que no se han abandonado las ideas y prcticas religio-sas en la modernidad; sino que, por las mismas condiciones crticas-estructurales del, si as podemos llamarle, programa de la moderni-dad: el cada vez mayor nmero de desplazados y pobres que provocao crea en este mundo global requieren de garantas, aunque seanespirituales, para soportar el peso de la vida. Por tal motivo la religinsigue siendo una importante fuente, puesto que les permite acceder aun mundo que no los violenta, que los democratiza y trata en condi-ciones igualitarias y de equidad, porque les da una esperanza: ya seaen esta vida o en la creencia en otra. Porque les explica su ubicacin yacceso al mundo.

    Por estas y otras razones se considera a la modernidad, perosobre todo al perodo de la modernidad en su fase crtica, como ungran alicate en la revitalizacin religiosa. La fe como espacio o prcti-ca liberadora busca realizar una reforma religiosa [en este perodo] degran alcance una reinvencin de la Iglesia resultante de unredescubrimiento de las fuentes contestatarias de la fe (Burity op cit: 5;Asad 1983); como seran los casos de la Teologa de la Liberacin olos Neopentecostales, ambos movimientos en Amrica Latina.

    Movimientos nacionalistas y revitalismos religiososLas crisis del capitalismo y de su razn lgica ilustrada: la

    modernidad, han desencadenado una serie de efectos econmicos,polticos, culturales y religiosos en el mundo globalizado que se su-

    Jorge Magaa Ochoa. Religin, modernidad y globalizacin...pp. 187-208.

  • 194

    Boletn Antropolgico. Ao 22, N 61, Mayo-Agosto 2004, ISSN: 1325-2610. Universidad deLos Andes. Mrida.

    ceden y concatenan destruyendo: la mstica y la utopa del cambio[debido al progreso econmico de los pueblos], de la raznemancipadora universal, y la idea de confluencia de todos los oprimidosbajo un solo megaproyecto histrico (Burity op cit: 6).

    Bajo esa dimensin, dominada por una sola visin de lo quedebe ser el desarrollo, el progreso econmico, predominan las in-certidumbres, la permanencia de profundas desigualdadessocioeconmicas y de prejuicios morales que favorecen las ideas deque hay que hacer algo para preservar el mnimo de marcosreferenciales de estabilidad de la vida personal y colectiva; pero tam-bin favorece la idea de buscar estos marcos referenciales en la reli-gin y en su moralidad. Como menciona Garma (op cit: 2):

    Ante la imposicin vertical de los modelos de globalizacin han surgido,diversos movimientos sociales que exigen el retorno o el apego a formas deinteraccin a una escala donde los vnculos entre los integrantes del gruposocial o comunidad imaginada son ms estrechos. Con frecuencia se apela auna construccin ideolgica de la tradicin como depositaria de importan-tes valores que deben ser defendidos. Como resultado aparecen los movi-mientos religiosos, tnicos y nacionalistas en todo el mundo.

    Estos movimientos enarbolan estandartes reivindicativos quefundamentan su prctica y accionar en la unidad y solidaridad delcolectivo y no ya en el individuo, como fueron los viejos criterios desalvacin enraizados en el catolicismo ortodoxo o el protestantismohistrico, generando modelos de identificacin grupal, por ejem-plo: la pastoral de la Teologa de la Liberacin (Dorraj op cit). EnChiapas, la Iglesia catlica redefini sus mtodos de accin pastoral.La teologa de la liberacin y la teora de la inculturacin (que propo-ne que el Evangelio debe propagarse respetando las formas cultura-les) sustentaron una nueva accin misionera desde la dicesis de SanCristbal de las Casas, para la cual fue nombrado monseor Samuel

    Jorge Magaa Ochoa. Religin, modernidad y globalizacin...pp. 187-208.

  • 195

    Boletn Antropolgico. Ao 22, N 61, Mayo-Agosto 2004, ISSN: 1325-2610. Universidad deLos Andes. Mrida.

    Ruiz Garca, a fines de 1959 (Viqueira, 1995: 232), uno de los mxi-mos representantes de esta Teologa.

    El xito de estos movimientos, sobre todo en el campo religioso,parece descansar en la satisfaccin de reivindicaciones y participacio-nes no saciadas por la lgica de la modernidad; como argumentaCarolina Rivera (s/f: 85) -para lo sucedido en Chiapas con la integra-cin de poblacin indgena a denominaciones protestantes: los gru-pos religiosos no catlicos ofrecen una reivindicacin espiritual y un cami-no de esperanza a ncleos de poblacin en donde la individualidad pare-ciera carecer de alternativas para transformar sus condiciones de existen-cia Dichos grupos brindan amplias posibilidades de participacin, su-madas al reconocimiento personal y al prestigio social que es posible obte-ner. A su vez, este referente identitario religioso se vuelve, tambin,un interlocutor de negociaciones e interacciones entre distintos gru-pos sociales, por ejemplo: el Sionismo y el Fundamentalismo Judoen el Estado de Israel (Dorraj op cit; Rivera op cit).

    De esta manera podemos observar que la unin entre naciona-lismo y religin muestra una fuerte crtica al proceso de modernidady un rechazo hacia la secularizacin del mundo moderno (Galeano1998), la cual exige una disminucin del peso religioso en la vidasocial, poltica, econmica y cultural, pero sin respuesta alguna a ladeplorable y crtica vida de grandes grupos humanos (Garma op cit).Sin embargo, lo que escapa an es la comprensin de lo que lleva adeterminados grupos religiosos, en condiciones de recuperacin na-cionalista o de nacionalismos, a incorporar perfiles agresivos y noconciliatorios aunque se amolden ya sea a aspectos del espritu de lapoca, ya sea a las reglas del juego en determinados espacios deaccin colectiva, sobre todo poltica y militar: el cristianismo-sionis-mo del padre Bush, por ejemplo.

    Las guerras de religin como las llama Burity (op cit), no sonsolamente disputas por sectores del mercado de consumidores debienes de salvacin, sino que son tambin luchas por la libertad: de

    Jorge Magaa Ochoa. Religin, modernidad y globalizacin...pp. 187-208.

  • 196

    Boletn Antropolgico. Ao 22, N 61, Mayo-Agosto 2004, ISSN: 1325-2610. Universidad deLos Andes. Mrida.

    la justicia, de la democracia y de la comunidad de fieles. No debe-mos olvidar que as como menciona Hans Kng (1993) que las reli-giones tiene un doble rostro, que hay religiones para la guerra y reli-giones para la paz y que esto hace imposible la paz mundial, y que laintolerancia religiosa no slo es un error de los grupos mayoritarios, sinoque tambin hay minoras religiosas que difcilmente aceptan la convi-vencia social pluralista con los conversos (Garma op cit: 6), la hu-manidad finca en nuevos valores (de cara a la religin), ideales y con-cepciones comunes la posibilidad de una nueva tica que trace uncamino ecumnico de reconciliacin que comienza por establecer lapaz religiosa4.

    Discusiones y reformulaciones: Otras formas de observar lossaberes y prcticas mdicas de inmigrados tenejapanecos enun contexto de diversidad mdica y religiosa5.

    Recurrir a los servicios mdicos oficiales, aun cuando pudira-mos pensar que no es coherente con las prcticas mdicas de los tzeltalesinmigrados por los estigmas creados alrededor de los saberes mdi-cos indgenas-, es cada vez ms una opcin: Ya no se puede creernaturalmente las cosas, la enfermedad simplemente tiene que basarte conun doctor, para que te diga o te saca psicolgicamente lo que haya queentender. Y aunque yo acudo a la clnica (), me gusta ms la tradicin,la creencia en el alma (entrevista a Petul Najera, en Magaa 2002:200). Esto puede ser observado en las reas rurales a partir del im-pacto de los cambios en los programas de atencin y, tambin, puedeser ms claramente estudiado en la situacin de los migrantes, porsus condiciones de vida y su acercamiento a los servicios mdicos.

    Cuando en el proceso de investigacin y anlisis me encontrcon narraciones como las que a continuacin describir6, me surgie-ron una serie de interrogantes para su anlisis que sern expuestasdespus de las narraciones:

    Jorge Magaa Ochoa. Religin, modernidad y globalizacin...pp. 187-208.

  • 197

    Boletn Antropolgico. Ao 22, N 61, Mayo-Agosto 2004, ISSN: 1325-2610. Universidad deLos Andes. Mrida.

    Caso (1)Amelia Gmez, profesora de preescolar, madre de un hijo, sepa-

    rada de su marido y originaria de Chixaltontic, desarroll toda unaserie de estrategias que le permitieran comprender y solucionar unproblema de enfermedad que le aquej durante casi 10 aos, con unavariedad extraordinaria de significados que se desplazaban desde undao arrojado por envidia (diagnstico elaborado segn los mo-delos mdicos indgenas) hasta un problema de vescula (diagns-tico elaborado desde el modelo mdico-hegemnico).

    Un da como de 1990 estando en su trabajo, todava en unaescuela de su localidad de origen, siente un dolor muy fuerte en laespalda a la altura del bajo vientre que le impide moverse y es pron-tamente socorrida por dos compaeras. Al expresarles su dolor y lazona de donde provena, ellas le mencionan que escucharon decir auna mam de sus alumnos, que el marido de Amelia tena otra mujery que sta haba ido con un brujo para causarle dao y separarla de sumarido. Le recomendaron ir con el Ilol del pueblo, el cual le diagnos-tic dao arrojado por envidia y le hizo una limpia recomendndoleoraciones, rezos y quema de velas. Sin embargo, los dolores persistie-ron, aunque ya no tan fuertes, ni tan seguidos, me comentaba.

    Su abuela confirma el diagnstico del curandero pero no as lacausa del problema: Ella me dijo: tu fuiste montada por tu maridopero el semilla del Jos no iba para ti sino para la otra () El semilla yaiba cargando la envidia (). Sin embargo, ante la fuerza de losdolores acude a la clnica (en San Cristbal) donde le diagnosticanun simple problema de gastritis.

    Ante la persistencia del dolor y las no respuestas diagnsticas,sus vecinos le recomendaron ir a la iglesia Pentecosts para pedir aDios que la curar a travs de la imposicin de manos de los feligre-ses: Porque segn me decan los vecinos yo estaba enferma por el pecadocometido por mi marido cuando agarr otra mujer (Magaa op cit:202-203).

    Jorge Magaa Ochoa. Religin, modernidad y globalizacin...pp. 187-208.

  • 198

    Boletn Antropolgico. Ao 22, N 61, Mayo-Agosto 2004, ISSN: 1325-2610. Universidad deLos Andes. Mrida.

    Caso (2)Petrona Guzmn, representa todo un itinerario teraputico que

    va de las prcticas mdicas indgenas a las de la medicina oficial. Haintroyectado el discurso mdico oficial sobre las causales de ciertasenfermedades sin entender el verdadero significado de los signos ysntomas de lo padecido y desviando la comprensin resolutiva delproceso morboso. Ella inicia la bsqueda de una solucin a su pro-blema en la farmacia junto a su casa, solicitndole al dependientealgn medicamento para el dolor de vescula, el cual no le hizoefecto. Su marido, entendido de las formas de curar, me dio algunashierbas, quem velas e hizo algunos rezos para que el chawaj se me quita-ra, pero al continuar los dolores decidi llevarla a la clnica de laSSA. Estando ah, el mdico familiar le asegura que tiene un proble-ma de vescula y que es necesario operarla de inmediato. Petrona seangustia y comienza en ella un proceso depresivo ante la inseguridadde salir viva de la operacin: Ahora quien se va a encargar de mis hijosy mi marido. Ella, por miedo y recomendaciones de familiares yvecinos se acercar a la iglesia Pentecosts en busca de ayuda parasolucionar sus problemas de vida y salud (Ibid: 203 204).

    Caso (3)Otro caso tomado como referencia es el de la muerte del pap

    de Petul Najera. l comparte representaciones sobre las enfermeda-des con los casos anteriormente expuestos. Durante el tiempo de mitrabajo de campo falleci su pap y me narr la trayectoria.

    Petul me coment que el problema por el cual muere su papcomenz desde que el era nio all en su comunidad (Caada Grande,Municipio de Tenejapa, Chiapas): simplemente comenz una cosa conmuchos aos. Le creci una cosa en la nariz, en su lengua y en su pierna y,mis abuelos dijeron que eso era cosa de brujera. Por lo que lo llevaron conel curandero del pueblo, el cual confirm el diagnstico. El tratamien-

    Jorge Magaa Ochoa. Religin, modernidad y globalizacin...pp. 187-208.

  • 199

    Boletn Antropolgico. Ao 22, N 61, Mayo-Agosto 2004, ISSN: 1325-2610. Universidad deLos Andes. Mrida.

    to recomendado consisti en rezos, quema de incienso y velas, as comola aplicacin de un ungento elaborado por el mismo.

    Pero yo no creo en eso, para mi que era otra cosa. En el caso de loque le creci a mi pap pues yo pienso que no haba curacin, no habacmo los curanderos y todo eso lo curaran, me deca Petul; sin embar-go, no puede explicarse cmo es que pasaron muchos aos para queesa cosa le resurgiera a su pap y lo matara. A partir de ese inciden-te, Petul ahora es miembro de la iglesia Pentecostal (Ibid: 205).

    Caso (4)Alfonso H., esposo de Petrona Guzmn, me explic el significado

    de los procesos morbosos y sus prcticas curativas segn una doble re-presentacin: Por un lado, los considerados naturales y por el otro, losconsiderados verdaderos. Las enfermedades naturales afectan el cuer-po de todos los humanos por igual y se les vincula con factores ambien-tales (basura, contaminacin, humo, etc.), condiciones de trabajo y con-diciones de marginacin econmica: diarreas, gripes, calenturas.

    En cambio, las enfermedades verdaderas afectan directamenteal espritu. stas adquieren una connotacin etiolgica diferente a lasenfermedades naturales. Las explicaciones sobre estas representa-ciones se ubicaran en lo que los antroplogos llaman sobrenatural:males echados por brujera, envidia, mal de ojo, empacho, interven-cin de Satans y otras fuerzas malignas, o castigos inflingidos porDios a consecuencia de delitos o faltas cometidas por el enfermo osus familiares con respecto a su comunidad: Veo dos clases de enferme-dades, la que llamo natural (), nadie escapa de esta manera; perotambin estn las enfermedades verdaderas, las que dan al espritu. Estasenfermedades son arrojadas por algn mal que se quiere hacer, son bruje-ra y no puede detectar el mdico, slo el curandero, ese s (Ibid: 216).Alfonso, como los otros referidos, ahora es miembro de la iglesiaPentecostal; sin embargo, antes de la enfermedad de su mujer era unfiel ms de la iglesia Catlica.

    Jorge Magaa Ochoa. Religin, modernidad y globalizacin...pp. 187-208.

  • 200

    Boletn Antropolgico. Ao 22, N 61, Mayo-Agosto 2004, ISSN: 1325-2610. Universidad deLos Andes. Mrida.

    Ante las narraciones anteriormente expuestas, y tratando de ob-servar el papel del fenmeno religioso en este nuevo anlisis, se puedeobservar que este grupo social, a pesar de mantener sus prcticas m-dicas originales?, utilizan los servicios de salud oficiales y la medi-cina comercial como alternativa de solucin?, me provocaron unaserie de interrogantes para un intento de acercamiento a la compren-sin del fenmeno rescatando para este ensayo: cules son los refe-rentes culturales en las prcticas mdicas utilizadas por esta pobla-cin inmigrada?, los casos descritos nos muestran que hay una con-tinuidad cultural en las prcticas mdicas de los inmigrados o unaimposicin de prcticas que obedecen a una estructura de poder, ensu nuevo asentamiento? Partiendo de las interrogantes planteadas,considero importante, como lo fue en su momento para el trabajo deTesis, rediscutirlas en relacin con la forma en la se encuentra cons-truido el campo de lo mdico7 en San Cristbal y el (los) fenmeno(s)religioso(s) descritos lneas arriba.

    San Cristbal como espacio productor y reproductor de saberesy prcticas mdicas

    San Cristbal de Las Casas se encuentra configurado por unadiversidad de servicios y prcticas mdicas conformadas a partir deuna pluralidad de sistemas mdicos, medicinas alternativas (Lee 1982),populares (Aguirre 1987) y tradicionales (Landy 1978). Configura-cin en la que las distintas prcticas mdicas que interactan en estecampo, muestran (a escala local) el entrecruzamiento de mundos dediferente significacin y pugna por establecer la hegemona de susexplicaciones sobre el origen de las enfermedades y sus consecuentestratamientos y recomendaciones de hbitos cotidianos. El mbito dela salud se vuelve el objeto de una lucha simblica, en el que lasdistintas medicinas son oponentes desiguales.

    Jorge Magaa Ochoa. Religin, modernidad y globalizacin...pp. 187-208.

  • 201

    Boletn Antropolgico. Ao 22, N 61, Mayo-Agosto 2004, ISSN: 1325-2610. Universidad deLos Andes. Mrida.

    El modelo mdico oficial, a su vez, se encuentra en ntima rela-cin con el sector educativo, el cual se ha convertido, junto con lasdenominaciones cristianas, en uno de los vehculos reproductores desus planes y programas; jugando un papel de gran importancia en lareproduccin de este sistema mdico.

    Las diversas iglesias se han apegado a los discursos e innovacio-nes de la medicina oficial, induciendo cambios estructurales en losesquemas de percepcin de los procesos morbosos de sus feligreses:Una parte de la utilizacin de los hospitales fue porque la religin se fueintroduciendo en nuestra mente, fueron muy represivos, nunca permitanque nos curramos de acuerdo a la costumbre (Antn Kojtom). En esesentido, y a diferencia del grueso de la comunidad, los conversosreligiosos y los jvenes educados prefieren regularmente las tcni-cas mdicas occidentales, solapando una ruptura comunicacional consu cultura de origen (Magaa op cit: 213-214).

    Muchos de los estudios realizados en este contexto, han docu-mentado las profundas diferencias de significado e interpretacin delas prcticas y saberes mdicos indgenas con relacin a la medicinaoficial. Trabajos como los de Ayora 1996; Nash 1967; Vogt 1969; yFernndez 1992, muestran que las prcticas y saberes mdicos estnclaramente vinculados a otros mbitos de la cultura, como el de lareligin que genera formas de organizacin social y enmarca dentrode una tica particular al resto de las experiencias cotidianas, de ma-nera que el marco de interpretacin de un padecimiento implica,tambin, un entendimiento de esta esfera. As, la enfermedad es de-terminada como un fenmeno en el que se cruzan lo mismo causasambientales-estructurales que sobrenaturales.

    Fernndez Liria (op cit) argumenta que este universo cultural estan fuerte, que an y con el desplazamiento de familias indgenas aun nuevo contexto social como el de la ciudad de San Cristbal deLas Casas, no se presentan procesos abruptos de cambio o transicinen las concepciones mdicas indgenas. Y lo interesante de sus ar-

    Jorge Magaa Ochoa. Religin, modernidad y globalizacin...pp. 187-208.

  • 202

    Boletn Antropolgico. Ao 22, N 61, Mayo-Agosto 2004, ISSN: 1325-2610. Universidad deLos Andes. Mrida.

    gumentaciones, radica en que no las est viendo en funcin de unchoque con las posiciones biomdicas imperantes en este espacio, sinoa partir de los fenmenos que se producen con el cambio a nuevasadscripciones religiosas, como las evanglicas. El creciente contactocon esta visin del mundo implicara para las familias indgenas unproceso de transicin, con el consiguiente abandono progresivo de susconceptos de enfermedad y la adopcin de nuevas categoras cognitivasy simblicas. Sin embargo, para el autor referido, a pesar de la conver-sin religiosa, la concepcin de la enfermedad indgena, su forma deentenderla y practicarla, no ha sufrido ms que un desplazamiento enel espacio con respecto a ella, estructurando una dinmica combina-cin de categoras con su sistema mdico. Es decir, siguiendo estosargumentos se podra afirmar que la manera en que se concibe la enfer-medad entre estos inmigrados se puede explicar por las continuidadeso resistencia de las concepciones indgenas sobre lo mdico.

    Pero realmente es ste un proceso de desplazamiento, como lointerpreta Fernndez? Yo creo que no. Pienso que es una fuente deeste cambio, como la define Garma (op cit), en el que en situacionesde contacto y pluralidad cultural: lo mismo cohabitan mayas: tzeltales,tzotziles, tojolabales, choles, que mestizos (de diferentes partes deMxico), franceses, ingleses, espaoles, etctera, las nuevas religiones-Pentecosts, Presbiteriana, Neopentecosts y ahora tambin, unamodalidad indgena del Islam, a la par de la Teologa de la Libera-cin- y sus procesos de interaccin cambian los significados y lossmbolos religiosos pero en donde el grupo puede escoger, o mejordicho reformularlos y/o readaptarlos a la cultura que poseen: Es cla-ro que ninguna religin puede ser realmente pura, porque tanto el contac-to con otras culturas y sistemas de creencias es inevitable, como lo es tam-bin la gradual evolucin de creencias y prcticas de creyentes a travs deltiempo (Ibid: 4), concurriendo la misma explicacin para con lamedicina: no es la medicina oficial la que desplaza las prcticas mdi-cas indgenas, sino que stas se reformulan a travs de las estrategias

    Jorge Magaa Ochoa. Religin, modernidad y globalizacin...pp. 187-208.

  • 203

    Boletn Antropolgico. Ao 22, N 61, Mayo-Agosto 2004, ISSN: 1325-2610. Universidad deLos Andes. Mrida.

    vertidas para la solucin de los procesos morbosos que les aquejen.Como argumenta Sanchiz (op cit: 263) haciendo referencia al cultode San Simn en Guatemala: Todo es vlido, nada es contradictorio;las adiciones a la costumbre indgena, sean de cualquier procedencia,vienen a reforzar los ritos -- de curacin de almas y cuerpos,.

    Esto ltimo podemos verlo reflejado en la parte final de lo na-rrado por Amelia, cuando nos dice que despus de ser operada enuna clnica de los servicios de salud- qued bien de sus problemas,pero todava sigo quemando velas y rezando. O en lo que me refiriAlfonso H. sobre su esposa: Con doctor no se ubica ste, nunca sepresente, nunca van a llegar a saber, pero el dao, el echado que te hacennunca se demuestra con los mdicos. Ah bueno si son enfermedades nor-males s con doctor si se cura, pa que vamos a dudar mi hijo, dice as.Entonces es obra de Dios, pero lo que te hicieron es obra del Diablo,nunca con algunas recetas y todo eso, aunque te operan, nunca va apare-cer en tu enfermedad. Por eso hasta a veces orita dudamos con la Petrona,que el mdico especialista no alcanz a ver si sigue el padecimiento () eldolor, entonces orita ah es donde ve que si hay otra entonces, no es enfer-medad normal que tenga. Entonces tendra que yo irme con unos que sisaben curar.

    Entre los doctores [me deca Petrona] hay religin y tambin uni-versidad; algunos son entendidos y curan, nada ms hay que encontrar alque lo sabe de mi enfermedad (Magaa op cit: 218).

    Adems, la diversidad de agrupaciones indica que no es posiblereferirse a una entidad homognea ni en lo religioso ni en lo mdico,sino a diversas prcticas y saberes particulares que pretendenhegemonizarse.

    Por ltimoEstamos viviendo un nuevo encantamiento del mundo en el

    que se manifiesta con fuerza el debate relativo a la secularizacin delmundo moderno y a la revitalizacin religiosa y que obedece a

    Jorge Magaa Ochoa. Religin, modernidad y globalizacin...pp. 187-208.

  • 204

    Boletn Antropolgico. Ao 22, N 61, Mayo-Agosto 2004, ISSN: 1325-2610. Universidad deLos Andes. Mrida.

    una lgica antiesencialista que se manifiesta en un fenmeno de com-petencia, por establecer la legitimidad de prcticas y representacio-nes religiosas, contra prcticas y representaciones seculares eninteracciones y relaciones sociales de poder que les cruzan.

    La religin renovada puede ser un vehculo de integracin yprctica liberadora. En Chiapas, a partir de la dcada de 1970 empe-zaron a cobrar fuerza movimientos de asentamiento y expansin denuevos grupos religiosos se registraron ms de 100 denominacionesreligiosas8-, incluyendo la nueva accin pastoral catlica en las co-munidades indgenas de la regin de los Altos. La conversin religio-sa en este contexto se convirti en un cuestionamiento al poder caciquily a las acciones polticas gubernamentales y en una nueva forma deorganizacin socio-cultural y poltica: por ejemplo, hoy en da pode-mos observar en San Cristbal a grupos indgenas conversos, tam-bin, al islamismo.

    Notas

    * Profesor/Investigador Titular de la Licenciatura de Antropologa Social en laUniversidad Autnoma de Chiapas. Antroplogo y Maestro en Ciencias.Doctorante de Antropologa Social por la Universidad de Sevilla.

    1 Posiciones que fueron presentadas originalmente como parte de mi trabajo deMaestra denominado: Enfermedad y tratamiento entre la poblacin indgenainmigrada en la ciudad de San Cristbal de Las Casas, Chiapas. Lo mdicocomo campo social; el cual fue realizado con apoyo de beca por el ConsejoNacional de Ciencia y Tecnologa (CONACyT Mxico) en 1999 ypublicados sus resultados en la revista Relaciones 2002 del Colegio deMichoacn.

    2 Por medicina indgena entiendo: como una metfora de formas que dan sentidospolismicos, ambiguos e interrogativos a la ruptura o desequilibrio enrelacin al cuerpo biolgico, al cuerpo social y al mundo onrico y susinterrelaciones, con una profunda influencia del saber hispano-colonial.

    3 En los Altos de Chiapas, la mayor presin sobre la tierra comienza a hacer evidenteslos problemas de carcter poltico, econmico y religioso. Los municipios

    Jorge Magaa Ochoa. Religin, modernidad y globalizacin...pp. 187-208.

  • 205

    Boletn Antropolgico. Ao 22, N 61, Mayo-Agosto 2004, ISSN: 1325-2610. Universidad deLos Andes. Mrida.

    de Chamula, Chenalh, Larrinzar enfrentan severos conflictos al respecto.De esta forma, los principales procesos de organizacin social en esta zonatienen su origen en las expulsiones que sufren grupos que se habanconvertido a diferentes doctrinas protestantes. Este proceso se radicalizaen San Juan Chamula (bastin plenamente controlado por la ConfederacinNacional Campesina, CNC, del PRI) desde hace aproximadamente 30aos, cuando inician las expulsiones masivas de grupos que no aceptabanlos mecanismos de control establecidos por los caciques locales, obligandoa los expulsados a ubicarse en la periferia de la ciudad de San Cristbal deLas Casas, principalmente en la zona norte de la ciudad.

    4 Programa del curso de doctorado Pluralismo religioso y accin poltica. Tendenciasfundamentalistas y ecumenistas en Amrica Latina. Universidad de Sevilla,Espaa (2004).

    5 Entrevista personal con Don Samuel Ruiz, Obispo emrito de la Dicesis de SanCristbal de Las Casas, Chiapas y Telogo de la liberacin. Marzo de 1998.

    6 Discusin, que como se dijo en la parte introductoria de este escrito, a partir dealgunos postulados establecidos en el trabajo de Grado de Maestra:Enfermedad y tratamiento entre, de quien escribe este ensayo.

    7 Por cuestiones relacionadas con el espacio y profundidad de la temtica de esteensayo, slo se recurre a extractos de las narrativas expuestas que se consideranrelevantes para el anlisis; para mayor informacin recurrir a la RevistaRelaciones, Vol. XXIII, No. 92, 2002, en donde fueron publicadas en sutotalidad.

    8 Por campo de lo mdico se entienden las relaciones de subordinacin y de luchaque orientan diversas estrategias, comprendidas como prcticas mdicas,en la solucin a problemas de enfermedad. Identifica la presencia de distintospolos de coherencia cultural de sistemas o prcticas mdicas en interaccindesigual. En ese sentido, el campo de lo mdico es una abstraccin, unacategora de anlisis que posibilita el acercamiento al entendimiento decmo puede ser objetivado el proceso salud/enfermedad/atencin encontextos locales complejos a partir de las formas de interaccin que emergende los contactos y negociaciones entre individuos [resultantes] de los recursos depoder y de las interpretaciones que tienen los grupos de sus respectivas posicionesen el orden social (Bourdieu en Magaa 2002: 196).

    Jorge Magaa Ochoa. Religin, modernidad y globalizacin...pp. 187-208.

  • 206

    Boletn Antropolgico. Ao 22, N 61, Mayo-Agosto 2004, ISSN: 1325-2610. Universidad deLos Andes. Mrida.

    9 Para mayor informacin al respecto consultar los trabajos de Andrs FabregasPuig y el Centro de Investigacin y Estudios Superiores de AntropologaSocial (CIESAS-Sureste).

    Bibliografa

    AGUIRRE BELTRN G (1987) La asistencia mdica primaria y el retorno a lamedicina popular. En: G. Aguirre Beltrn et al. Medicina tradicionaly Atencin primaria. CIESAS, Mxico.

    ASAD T (1983) Anthropological conceptions of religin: reflections on Geertz.En: Man. The Journal of the Royal Anthropological Institute. Vol. 18,No. 2. Pp. 237 259.

    AYORA S. I (1996) Healing with the help of spirits in a secular World: Themedical expression of iloletic in the Highlands of Chiapas. Documentopresentado a la American Anthropology Association, San Francisco.

    BERGER P. L y S. HUNTINGTON (2002) Introduccin: Las dinmicas culturalesde la globalizacin. En: Globalizaciones mltiples. Paidos, Barcelona. Pp.13 30.

    BOURDIEU P (1982) Una economa de las formas simblicas. Sao Paulo, Brasil.BURITY J (s/f ) Religin, mercado y poltica: Tolerancia, conformismo y activismo

    religioso. http://www.clacso.edu.ar/libros/brasil/nabuco/joan.rtf. Pp. 1- 21.

    CASANOVA J (1994) Captulo 10: El revival poltico de lo religioso. En: DazSalazar et al: Formas Modernas de Religin. Alianza, Madrid. Pp. 227 265.

    DORRAJ M (1999) The Crisis of Modernity and Religious Revivalism: Acomparative study of Islamic Fundamentalism, Jewish Fundamentalismand Liberation Theology. En: Social Compass, 46 (2). Pp.225 240.

    ESTRUCH J (1994) Captulo 11: El mito de la secularizacin. En: Daz Salazar etal: Formas Modernas de Religin. Alianza, Madrid. Pp. 266 -279.

    FBREGA H Jr y D. B. SILVER (1973) Illnes and shamanistic curing Zinacantan.An ethnomedical analysis. Stanford, Satanford University Press.

    FERNNDEZ C (1992) Enfermedad, familia y costumbre en el perifrico deSan Cristbal de Las Casas. En: Anuario 1992. Instituto Chiapanecode Cultura, Gobierno del estado de Chiapas.

    Jorge Magaa Ochoa. Religin, modernidad y globalizacin...pp. 187-208.

  • 207

    Boletn Antropolgico. Ao 22, N 61, Mayo-Agosto 2004, ISSN: 1325-2610. Universidad deLos Andes. Mrida.

    GALEANO A (1998) Desafos de la postmodernidad a la teologa en AmricaLatina. En: Revista Cristianismo y Sociedad. No. 137. Guayaquil,Ecuador. Pp. 67 85.

    GARMA C (2002) Preguntas y Respuestas para una Discusin sobre MovimientosNacionalistas y Religiosos. En: Anuario de Investigaciones 2. Centro deInvestigaciones, Universidad Dr. Jos Matas Delgado, El Salvador, C.A. Pp. 1 9.

    HERMITTE E (1992) Poder sobrenatural y control social en un pueblo mayacontemporneo. Instituto Chiapaneco de Cultura, Tuxtla Gutirrez.

    HOLLAND R. W (1990) Medicina maya en los Altos de Chiapas. Consejo Nacionalpara la Cultura y las artes/Instituto Nacional Indigenista. Mxico.

    KLEINMAN A (1977) Depresin, somatizacin and the new cross-culturalpsychiarty. Social Science and Medicine 11:3 10.

    KNG H (1993) Proyecto de una tica mundial. Trotta, Madrid.LANDY D (1978) Role adaptation: tradicional curers Ander the impact of Western

    medicine. En: M. H. Logan y E. H. Hunt Jr. eds, Health and theHuman Condition. Perspectives on medical Anthropology, WadsworthPublishing Company.

    LEE P. L (1982) Comparative studies of health care systems. Social Science andMedicine. Vol. 16.

    MAGAA J (2002) Enfermedad y tratamiento entre la poblacin indgenainmigrada en la ciudad de San Cristbal de Las Casas, Chiapas. Lomdico como campo social. En: Revista Relaciones, Vol. XXIII, Colegiode Michoacn, Mxico. Pp. 195 226.

    METZGER D y G WILLIAMS (1970) Medicina tenejapaneca. En: Ensayos deantropologa en la zona central de Chiapas. N. McQuown y J. Pitt-Rivers. INI, CONACULTA.

    NASH J (1967) Bajo la mirada de los antepasados. Presencias. Mxico.RIVERA C (s/f ) Expresiones del cristianismo en Chiapas. En: Revista Pueblos y

    Fronteras, Vol. 1, UNAM-IIA-PROIMMSE, Mxico. Pp. 67 91.ROBLES J. A (1998) Postmodernidad y teologa de la liberacin. En: Revista

    Cristianismo y Sociedad. No. 137. Guayaquil, Ecuador. Pp. 49 66.SANCHIZ P (1993) Sincretismos de ida y vuelta: el culto de San Simn en

    Guatemala. En: Revista Mesoamrica. Cuaderno 26. Ao 14.Publicacin de Plumsock Mesoamerican Studies y Centro deInvestigaciones Regionales de mesoamrica. Pp. 253 265.

    Jorge Magaa Ochoa. Religin, modernidad y globalizacin...pp. 187-208.

  • 208

    Boletn Antropolgico. Ao 22, N 61, Mayo-Agosto 2004, ISSN: 1325-2610. Universidad deLos Andes. Mrida.

    VOGT E (1969) Zinacantan: A maya community in the Highlands of Chiapas.Cambridge, Harvard University Press.

    VIQUEIRA J. P. (1995) Los Altos de Chiapas: una introduccin general En:Juan Pedro Viqueira y Mario Humberto Ruz (coords.), Chiapas: losrumbos de otra historia, Mxico, UNAM, CIESAS, CEMCA y U deGuerrero.

    Jorge Magaa Ochoa. Religin, modernidad y globalizacin...pp. 187-208.