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ASOCIACION DE MEDICINA DEL TRABAJO Sesión del día 7 de enero de 1964 VALORACION FUNCIONAL DE LA REGION LU MBOSACRA EN MEDICINA DEL TRABAJO A. FERNÁNDEZ SABATÉ INTRODUCCIÓN. - La experiencia sobre patología lumbosacra y trabajo proviene de tres fuentes relaeionadas con la misma base problemática: los trabajadores sometidos a previo a contrato laboral, aqué· llos que son asistidos p or un lumbago de esfuerzo en un Servicio de acci· dentes de trabajo y los pacientes que acuden a una consulta de ortopedia por aquejar una lumbalgia crónica. De esta triple tarea preventiva, tera- péutica y diagnóstica, ha nacido la necesidad de una ordenación y de una sistematización conceptuales del valor y eJ<igencias de la región lumbosacrn en la medicina laboral. CoNCEPTO DE REGIÓN LUMBOSACRA. -Entendemos poJ región lumbsacra el paralelepípedo limitado, por arriba, por el nivel de la apófisis espi· nasa de L4; por abajo, por la recta que une las espinas ilíacas posterosupe· riores; lateralmente, por la vertical a la línea basilíaca en el punto más elevado de las crestas. En profundidad alcanza desde la superficie cutánea hasta la cara antelior de los cuerpos vertebrales. En su interior quedan comprendidas tanto las estructuras osteoarticulares y musculoligamentosns como los elementos nerviosos. LUMBAGO E INSUFICIENCIA LUMBOSACUA. -Este conjunto osteoarticular y musculoligamentoso actúa coordinadamente para producir el equilibrio estático-dinámico de la región lumbosacra suficiente y estable. De dos m<r dos puede realizarse la ruptura de esta armonía: l. El trauma brusco e intenso de un esfuerzo desproporcionado oca· siona el cuadro agudo del lumbago de esfuerzo, con el sustxato tol6gico de lesiones discales, ligamentosas y musculares de estiram1en to, ruptura, desinserci6n o arrancamiento. 2. El trauma cr6nico y leve produce el fracaso de uno de Jos elemen· tos de la mecánica lumbosacra. El fallo repercute sobre los demás Y lleg a

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ASOCIACION DE MEDICINA DEL TRABAJO

Sesión del día 7 de enero de 1964

VALORACION FUNCIONAL DE LA REGION LU MBOSACRA EN MEDICINA DEL TRABAJO

A. FERNÁNDEZ SABATÉ

INTRODUCCIÓN. - La experiencia sobre patología lumbosacra y trabajo proviene de tres fuentes relaeionadas con la misma base problemática: los trabajadores sometidos a ~-econocimiento previo a con trato laboral, aqué· llos que son asistidos por un lumbago de esfuerzo en un Servicio de acci· dentes de trabajo y los pacientes que acuden a una consulta de ortopedia por aquejar una lumbalgia crónica. De esta triple tarea preventiva, tera­péutica y diagnóstica, ha nacido la necesidad de una ordenación y de una sistematización conceptuales del valor y eJ<igencias de la región lumbosacrn en la medicina laboral.

CoNCEPTO DE REGIÓN LUMBOSACRA. -Entendemos poJ región lumbo· sacra el paralelepípedo limitado, por arriba, por el nivel de la apófisis espi· nasa de L4; por abajo, por la recta que une las espinas ilíacas posterosupe· riores; lateralmente, por la vertical a la línea basilíaca en el punto más elevado de las crestas. En profundidad alcanza desde la superficie cutánea hasta la cara antelior de los cuerpos vertebrales. En su interior quedan comprendidas tanto las estructuras osteoarticulares y musculoligamentosns como los elementos nerviosos.

LUMBAGO E INSUFICIENCIA LUMBOSACUA. -Este conjunto osteoarticular y musculoligamentoso actúa coordinadamente para producir el equilibrio estático-dinámico de la región lumbosacra suficiente y estable. De dos m<r

dos puede realizarse la ruptura de esta armonía: l. El trauma brusco e intenso de un esfuerzo desproporcionado oca·

siona el cuadro agudo del lumbago de esfuerzo, con el sustxato anato~opa· tol6gico de lesiones discales, ligamentosas y musculares de estiram1ento,

ruptura, desinserci6n o arrancamiento. 2 . El trauma cr6nico y leve produce el fracaso de uno de Jos elemen·

tos de la mecánica lumbosacra. El fallo repercute sobre los demás Y llega

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FERNÁ...-.,'DEZ. REGIÓN LUMBOSACRA 255

a superar las posibilidades de sustitución vicariante con que unos puedan compensar a los otros. Con ello se aboca al fracaso de las condiciones nor­males de equilibrio y, finalmente, a la inestabilidad e insuficiencia lumbo­sacta.

RELACIÓN ENTRE TRABAJO F.ÍS!CO E INSUFICIENCIA LUMBOSACRA.- El ejercicio físico que com¡:>Ortan los llamados trabajos pesados se relaciona genéticamente con la lumbosacralgia, ya aguda, ya crónica, según dos modos:

l. Como circunstancia extrh¡seca que incide sobre un individuo con trastornos estáticos y estructmales lumbosacros, pélvicos o de extremida­des inferiores; con afecciones musculares degenerativas; con alteraciones endocrinas, como osteoporosis, laxitudes ligamentosas, hipotonías muscula­res; con enfenneclades generales o infecciosas que repercuten sobre los ele­mentos lumbosacros; con procesos degenerativos de osteocondrosis o espón­dilo-disco-artrosis; en fin, con cualquier factor de aminoración del valor funcional de la unidad vértebra-disco-vértebra, la llamada "zona dinámica de la columna". ·

2. Como circunstancia extrínseca consistente en traumatismos, sobre­carga, hiperfunción y esfuerzos desproporcionados en intensidad, duración Y carácter, para la capacidad o hábito del paciente conceptuado previa­mente como sano y sin alteraciones morfológicas de los elementos osteo­articulares lumbosacros.

TRABAJO FÍStCO Y PATOCRONÍA DEL LUMBAGO. - El b:auma Jabora1 ini­cial y los trat1mas laborales posteriores, que se repi~n sobre la región ya lesio11ada y con procesos ele reparación, debilitan el eq1.1ilibrio estático-di­námico lumbosacro y alteran su capacidad funcional El desequilib1io se traduce en una respuesta dolorosa a esfuerzos de intensidad subnormal o en ~111 dolor continuo y rebelde. La insuficiencia y la inestabilidad dolorosas COI1'esponden a una fase funcional en la que el sufrimiento recae directa­m;n~e sobre el disco, sin que haya traducción radiológica. Si bien la tera­peutJca puede vencer el cuadro úlg1co y devolver la estabilidad a la co­lumna, otras veces la persistencia de las noxas sobre el terreno predispo­n~nte .lanza al proceso hacia la cronicidad y aparecen lesiones de espón­dilo-diSco-artrosis, ya objetivables en las radiografías.

El primer estadio es funcional y reversible, en tanto que el último es or?ánico e irreversible. Pero en uno y otro caso debe recordarse que no enste proporción directa en la .relación entre síntoma -la sensación sub­jetiva de dolor lumbosacro- y signos - los datos objetivos obtenidos de la exploración-. Así se dan cuadros de lumbalgia intensa con escasos datos objetivos, frente a otros con gran cortejo de hallazgos exploratorios y me­nor repercusión subjeliva.

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.>u'<ALES. SECCIÓN MEDICINA

Esquema de la evolución d e l desequilibrio lumbosacro y de la patocronia de l lumbago

Equilibrio de lo Regiór

Lumbosacro

Estótico·dinómica

estable y suficiente

1 ~Individuo sano • Sin f lteroc. lu mbosocro

/individuo no sano • ~on olte roc. lumbosocra

l r rofq

Fraca so del _Equili brio

Os teoorticulo r

brusco / /y Músculoligoment\oso_ jleve

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tumbaga Agudo Lumbago C rónico

Descompensoción Dese.qui libri o de lo unidad funcio· y Desequilibrio: no l vértebro ·disco·vériebro

· inestabilidad Espóndilo disco-artrosis - insuficiencia

(esión di scal: Le sión osteoa rlicu lar:

.. esiiramien,to • dege nerocién · ruptura . -cica trización - desinserción • pro li feración .. orroncamiento - a rtrosis

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FERNÁNDEZ. HEGIÓN LUMBOSAC:RA 2.57

LA E.'l:PLORACIÓN LUiviBOSACRA EN UN RECONOCIMIENTO PREVIO. - Al rea­Üzar un reconocimiento previo, la pauta a segtm· en la e>:ploración h1mbo­sacra de las personas que se contratan para trabajos pesados viene condi­cionada por los conceptos que presiden la fisiopatología de esta región en su relación con el trabajo. Frente al criterio excesivamente radiológico de la exploración hLmbosacra debe alzarse un módulo más amplio, habida cuenta de la importancia de factores no óseos y de la existencia de des­arreglos funcionales y psíquicos. Tengamos también en cuenta que w1 obrero sin trabajo puede tener interés en simular un buen estado de salud para obtener el contrato y por ello negar todo antecedente doloroso. Una exploración rigurosa debe sacar ele eludas ante un simulador tanto efe salud lumbosacra como de lumbago.

Hay que orientar convenientemente el interrogatorio para descubrir cualquier proceso o factor que pueda actuar como causa predisponente al lumbago.

Luego orientamos la ex:ploración del modo siguiente:

l. Exploración física (inspección, palpación, maniobras especiales) . II. Exploración radiológica (varias incidencias).

LA EXPLORACIÓN FÍSICA DE LA REGIÓN LUMDOSACRA. - Inspección: Mo-vimientos y actitudes al desnudarse.

Postura y actitud de la columna vertebral. Actitudes antiálgicas. Línea de la plomada desde la apófisis espinosa de C7.' ~ivel de las crestas illacas. Palpación: Medición de extremidades inferiores (longitud y perímetros). Palpación del subcutáneo de la 1·egión Iumbosacra (tumores, .fibrositis). Percusión de apófisis espinosas y movilización lateral. Valoración de la musculatura del tl'Onco y de extremidades inferiores. Maniobras exploradoras especiales.

l. Exploración de la a1'ticuk1ción saaoilíaca. Enfermo en decúbito supino: Maniobras de Erichsen I y II. Maniobra de Gaenslen. Maniobra de Laguere. Maniobra de Patrick o de Fabere. Enfetmo en dect1bito prono: Maniobra de Lel'i. Maniobra de El y.

. (Las maniobras ele Eriksen, Laguere y Fabere producen separación al·­hcular. Las de Leri, Ely y C¡tenslen producen deshzamiento.)

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258 ANALES. SECCIÓN MEDICINA

2. Exploración lumbosacra. Enfermo de pie: Pmeba de Schober y signo de la cuerda de Forestier. Hiperflexión e hiperextensión. Hiperflexión lateral. Rotación . Enfermo sentado: Concusión sobre cabeza y hombros. Maniobra de Bertolotti. Enfermo en decúbito supino: Maniobra de Goldwait.

3. Exploración del tronco ciático y del plexo sacro. LA EXPLORACIÓN RADIOLÓGICA DE LA REGIÓN LUMllOSACRA. -Inciden·

cía antera-posterior: - oblicua ascendente con foco en L5-Sl. - simple con foco sobre L4-L5. (Enfermo de pie. Deben abarcarse crestus ilíacas y articulaciones coxo·

femorales.) Incidencia lateral simple. Incidencia lateral en máxima flexión y en máxima extensión. Incidencias oblicuas de 3/4. Incidencias oblicuas para articulaciones sacroiliacas: . a) Enfermo en decúbito supino: Radiografía antera-posterior oblicua

de 45• de abajo arriba y con foco en pubis (método de Barsony). b) Enfermo en decúbito ventral oblicuo de 30•: Radiografía pastero·

anterior con foco sobre sacroiliaca del lado que se apoya (método de La· groscino).

Ü BJETIVO DE LAS EXPLORACIONES RADIOGRÁFICAS. -Las radiografías lum.bosacras deben practicarse en posición vertical porque ésta es la posi­ción natural para estudiar los trastornos vertebrales lumbosacros y obtener imágenes radiográficas fieles, comparables a sí mismas y referidas a los ejes hori7.ontal y vertical. La posición. horizontal presenta inconvenientes para el estudio de la dinámica lumbosacra : nó es normal en la función lo­comotora del hombre ser erecto; en los .desequilibrios por asimetrias de las extremidades inferiores por hiperlordosis y otras causas, la posición del pa­ciente sobre la mesa es variable, sobre todo en función de las extremidades inferiores.

En la placa de p er.Bl se valorarán los ángulos .discales y los desliza­mientos vertebrales y se referirán a los ejes horizontal y vertical la obli­cuidad de las plataformas ve1tebrales y del sacro, así como el grado de lordosis lumbar,

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FERNÁNDEZ. REGIÓN LUMilOSACRA 259

El grado de inclinación del disco lumbosa.cro da el grado de inclina­ción ascendente de los rayos para la radiografía antera-posterior sobxe L5-Sl.

En la radiografía simple antera-posterior y en la oblicua sobre L5-Sl debe prestarse atención a la existencia de anomalías óseas lumbosacras. En la pelvis deberán medirse con líneas tangentes de referencia los nive­les de los fondos acetabulares de las cabezas femorales y de las crestas ilíacas.

El estudio funcional lo proporciona la prueba de inclinación antera­posterior. Más que nunca se exigirá la máxima rectitud de los miembros inferiores y la estricta fijación de la pelvis para conceder valor a este examen de la dinámica lumbosacra. Así serán válidos los gradientes de movilidad vertebral entre una y otra película, ya sea m1a pérdida de mo­vilidad, ya sea una movilidad anormal por inestabilidad lumbosacra.

Con las incidencias oblicuas de 3/ 4 se examinará la estructura de los istmos y de las apófisis articulares, en busca de w1a lisis o de Ul1a olistesis ístmica, o bien de una artrosis o una dismOl'fogénesis articular.

En la radiografía simple de pelvis se superponen en cada articulación sacrolíaca dos contornos articulares sacros y dos iliacos; esto dinculta en algunos casos la interpretación de las imágenes.

La técnica de Barsony ofrece en estos casos imágenes mucho más eví~ dentes. Sólo en casos que escapan a dicha técnica se recmrirá a la doble incidencia oblicua de Lagroscino. La atención se dirigirá a descubrir signos de carácter incipiente correspondientes a artritis, art1·osis u osteítis conden-sante. ·

ExPLOR<\CIÓN Y DOLOR LUM130SACRO REFERIDO. - Si, terminados el int~ rrogatorio y la exploración, los datos obtenidos no so11 suficientes para conJ seguir tma garantía sobre el estado de una región lumbosacra o p ara cata­logar de realmente osteoatticular un dolor lumbosacro, entonces debere­n:os extremar el interrogatorio y la exploración y dirigú· la atención espe­cmlmente a la búsqueda de semiología correspondiente a aquellos procesos no recayentes en los elementos locomotores lumbosacros, psro que se pro­yectan en la conciencia del paciente en forma de dolor lumbosacro.

~ste dolor referido puede tener su causalidad en el extremo gastroin­testinal (estreñimiento, visceropt0si¡¡, úlcera gastroduodenal, apendicitis, proctitis, ileítis, neoplasias); en el apa1·ato génito-w·inario (protatitis, litiasis ren~: absceso perinefrítico); en los elementos gentiales femeninos (retl'O­vers!On, parametritis, menstruación, embarazo). Estos procesos pueden ser tratados y, l,lna vez c1.nados, no contraindican la ejecución de trabajos pesados.

Recabamos el valor del examen neurológico porque la lumbosacralgía puede ser debida a la lesión .de las estructuras pew·ológicas que transitan

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260 ANALES. SECCIÓN MEDI:ClNA

por la región lumbosacra: de tipo disembriogénico (malformaciones del fon­

do de saco dural), tumoral (quiste de Tarlov, quiste meníngeo), inflamatolio

(aracnoiditis); o bien a lesión suprasegmeutaria tumoral que irrita las vías aferentes del dolor (fascículo espinotalámico) y es causa del llamado dolor

lumbosacro central.

CONTRAIJ\'DICACIÓN DE LOS TRABAJOS PESADOS. - Terminado el reconoci­

miento consideramos contraindicados los trabajos pesados en los obreros que se encuentran afectos de un proceso recayente sobre los elementos no

osteoarticulares o sobre huesos y articulaciones de la región lumbosacra,

qu pueda ser conceptuado como factor excluyente de ejercicio físico fuerte o como predispouente a la inestabilidad e insuficiencia lumbosacras y al

lumbago. Hemos intentado ordenar estos procesos y los clasificamos, según se

expone a continuación, en:

I. Causas no osteoarticulares. II. Causas osteoarticulares. I. CAUSAS NO OSTEOARTICULARES. -A. Alteraciones psíquicas. - Per­

sonaHdades neuróticas con tendencia a la sinistrosis y a las actitudes de

renta y de reivindicación.

13. Alteraciones generales.-Todos aquellos procesos -humorales,

endocrinos, nettrovegetativos, infecciosos, degenerativos, tumores- que por su repercusión sobre los elementos locomotores lumbosacros disminuyan

su estabilidad y su suficiencia.

C. Alteraciones musculolígamentosas. - Miositis, fibrositis, hipotonías

musculares, laxitudes ligamentosas, contracturas musculares, contractura

iliotibial. D. Alteraciones neurológicas.- a) Las del segmento lumbosacro Y

de sus raíces, sean tumorales, disembriogénicas, degenerativas o inflama­torias.

b) Las compresiones suprasegmentarias.

E. Procesos ttvmorales de partes blandas de la Tegión lumbosacra.- En

los casos en que un tratamiento adecuado consiga la desapalición del do· lor lumbosacro y del proceso causal, un nuevo examen, que demuestre el

estado de salud del obrero y la suficiencia y estabilidad de su 1·egi6n lum­bosacra, puede llevarnos a conceptuar al h·abajador corno apto para labores

pesadas si no existe ninguna lesión o alteración osteomticular de las citadas

a continuación:

II. CAUSAS OSTEOARTICUL ARES. - A. Defectos de desarrollo.- Es­pondilolisis, hemjvértebras, defectos del arco neural, diastematomielia.

B. Defectos estáticos y postu1·ales. - Escoliosis, cifosis, hiperlordo~!~.

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Asimetrías pélvicas, coxofemorales y de ex.tremidades inferiores. C. Desplazamientos de las vé1tebras. - Espondilolistesis, pseudoes­

pondilolistesis, retrolistesis. Desplazamientos laterales. D. Alteraciones tra·umátícas, degene-rativas e inflamator·ias. - Ostear­

tritis y osteoartrosis. Fractw·as y secuelas de fractmas. Compresión y acuñamiento de cuerpos vertebrales sin evidencia de

fractura. Anomalías discales: pinzamientos y pérdida del espacio. Osteítis condensante sacroillaca. E. Procesos tumorales vertebrales. F. Defectos congénitos. - Sacralización y lumbarización, Vértebras de transición. Megaapófisis, calcificación del ligamento iliolumbar. Hiperbasalias e hipobasalias acentuadas. Alteraciones de las carillas de peql'!eñas articulaciones. Las alteraciones que hemos incluido en el grupo de los defectos con­

génitos deben evaluarse siempre en relación con la edad, el biotipo y la calidad del trabajo.

Sólo se considerarán contraindicados los trabajos pesados cua11do el de­fecto congénito se acompañe de dolor o de signos _incipientes de artrosis. En los restantes casos se permitirá el contrato para trabajos pesados previo informe al trabajador.

Se informará ·con prudencia al obrero de la existenci'a de unas alte­rac¡ones estructmales congénitas que predisponen a una d.isminución de la capacidad funcional de su columna llln'lbosacra. Si no se iDforma con prudencia existe el peligro de originar una perturbación psíquica y una so­breestimación de las lesiones, y, en el futuro, patomimia y sinistrosis.

G. Anomalías quirú1•gicas. - Restos de material liposoluble de con­traste para mielograffas en el fondo de saco dura!.

Exéresis cliscales. Artrodesis lumbosacras.

VALORACIÓN DE LA A'f\TRODESIS LUM130SACRA EN EL RECONOCIMIENTO DE UE~Ol\No AL TRABAJO. - Al practicar un reconocimiento de retorno al tra­bal~ en un obrero que aquejaba dolor lumbosacro y que fue sometido a te­rapeutica quirúrgica artrodesante, debemos valorar ante todo el resultado de la fusión y del bloqueo óseos, tanto clínica como radiológicamente.

a) La valoración cHnica interpretat·á la desaparición o la persistencia de dolor. Las secuelas dolorosas no son raTas en el postoperatorio lejano de las artrodesis lumbosacras, incluso cuando falta toda complicación local

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262 ANALES . SECCIÓN MEDICL'IA

o general inmediata a Ja operación que explique el dolor I"esidual. En la mayoría de estos casos, el dolor es debido a falta de fusión ósea en e1 lecho injertado, a atrofia de los músculos de los canales vertebrales por inmo­vilización o a trastornos estáticos y a sobrecarga de los niveles discales in­mediatamente superiÓres al inje1tado.

b) La valoración radiológica de la artrodesis lumbosacra se lleva a cabo con la prueba de doble inclinación -Biplane Bending Test-, con­sistente en radiografiar el área injertada en máximas Bexiones anterior y posterior y en máximas inclinaciones laterales derecha e izquierda. Deberá descubrirse en Jos clisés la ausencia o presencia de movilidad del injerto y la objetividad de incorporación del mismo en el lecho receptor, o bien la existencia de pseudoartrosis o de reabsorción en uno de sus extremos.

El resultado de esta valoración clSnica y radiológica de la artrodesis lumbosacra nos ofrece cuatro posibilidades interpretativas:

l. Curación clínica con fusión ósea: resultado totahnente satisfactorio. 2. Curación clínica sirl fusión ósea: resultado totalmente satisfactorio,

pero incompleto; la fijación la ejerce la anquilosis fibrosa del área artro­desada.

3. Sin curación clínica, pero con fusión ósea: resultado malo; posible error de diagnóstico y de indicacíón quirúrgica o insuficiencia dolorosa por atrofia muscular debida a la inmovilización.

4. Sin curación clínica y con pseudoartrosis: fracaso total.

ARTRODESlS LUMBOSACRA Y CAPACIDAD LABORAL.- Creemos que un tra­bajador que haya sufrido una arh·odesis lumbosacra debe ser relevado de los puestos de trabajo pesados, aunque la fusión haya conseguido una per­fecta inmovilización de la zona patológica y haya desaparecido ]a lurnbo­sacralgia. Basamos este concepto en las nuevas condiciones de la estática y de la dinámica de los niveles vertebrales que conservan su movilidad Y que se encuentran irlmediatamente por encima del bloqueado con el in­jerto. Estos niveles deben soportar una movilización suplementaria para compensar la falta de movilidad lumbosacra, sin que estén ni anatómica JlE funcionalmente preparados para ello. La excesiva sobrecarga funcional de dichos túveles oeasioua la aparición Je dolores ante ciertos esfuerzos o por fatiga al cabo de la jornada. Primero intermitentes, con el tiempo devienen crónicos y en último término aparecen signos de artrosis. El esfuerzo que requieren los trabajos pesados no hace otra cosa que desencadenar y acele­rar la descompensación de los dos niveles superiores adyacentes al artrode­saclo. "La selección para estas personas de puestos de trabajo ligero les co· Iocará en condiciones más idóneas para las posibilidades funcionales de su columna lumbar operada.

VALORACIÓN m.; LA nEGIÓN LU1vffiOSACRA ESTABILIZADA CON CORSÉ 0Il1'0·

PÉDICO EN .t::.L RECONOCIIvflENTO DE RETORNO A.L TRABAJO.- Un trabajador

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FEI\NÁNDEZ. iiEói6N LUMB()SACRA 263

que ha aquejado lumbago puede verse obligado, por exigencia terapéutica, a tener que utilizar un -corsé mtopédico temporal o definitivamente para conferir, mediante soporte externo, mayor estabilidad a su Jegión lumbo­sacra. Diferirá el caso según que el paciente haya sido operado o no.

a) Cuando se trata de un trabajador que después de una artrodesis lumbosacra debe utilizar lumbostato dw·ante un período largo, la presencia del soporte o fijador ortopédico no añade ningún factor nuevo a la valora­ción de la charnela lumbosacra operada. Las conclusiones del reconoci­miento se ¡·eferirán al 1·esultado de la fusión ósea y a la desaparición del dolor, como decíamos al hablar de esta cuestión. El criterio sobre capacidad funcional tampoco sufre alteración; el lumbostato no capacita para reali- -zar trabajos fuertes que las estructmas osteoarticulares y musculoligamen­tosas no puedan soportar por sí mismas en la nueva situación estática y me­cánica en que se hallan después ele Ja artrodesi$.

b) El corsé ortopédico que utiliza el trabajador que ha sufddo lumba­gos repetidos y que piesenta alteraciones osteoarticulares objetivables ra­diológicamcHte tiene como misión inm9vilizal' la zona patológica o al me­nos frenarla. Ocmre con los corsés altos que alcanzan el mango esterna1, que inmovilizan las regiones dorsal y lumbar alta, pero actúan desfavora­blemente sobre la lumbosacra; sobre ella se concenb-a la acción del raquis bloqueado dw-ante la flexión anterior y se entreabre, actuando a modo de pivote, a pesar del apoyo del corsé sobre el pubis. En cambio, los corsés bajos y los lumbostatos dejan libre el raquis dorsal y el movimiento se re­parte y no se sobrecarga la mecánica lumbosacra, siempre. que el paciente se limite a realizar movimientos ligeros sin resistencias elevadas ni exten­siones o flexiones forzadas.

No obstante, la experimentación demuestra que, en los movimientos de extensión y flexión extremas del tronco .fijado con corsé ortopédico, la mo­vilidad lumbosacra aumenta en vez de disminuir, debido a la fijación que el corsé ejerce sobre las vértebras h.tmbares altas; la mecánica se concentra en las bajas. La conclusión es negativa para la pretendida acción estabiliza­d?ra de los corsés sobre la charnela lmnbosacra. De abi que neguemos tam­bién la posibilidad de vor aumentada la capacidad laboral de aquellos pacientes que los utilizan. Además, en virtud del amnento de movilidad hlm­bosacra dmante el ejercicio forzado utilizando corsés, comprendemos que la_ práctica de cualquier trabajo que exija pleno rendimiento ele la mecá­l'llca ele dicha Tegión será más r1ocivo de lo que por sí mismo sería sobre un raquis patológico no fijado con corsé. Aquí, al igual que con los casos de trabajadores artrodesados, basaremos e~ juicio del reconocimiento ele re­tor~o al trabajo únicamente en los datos de las exploraciones clínica y radio­lógiCa, y la capacidad funcional del bajo raquis del b-abajador vendrá dada por el resultado de tales exámenes sin conceder valor ninguno al soporte ortopédico.

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264 ANAL)T,$. SECC16N MEDlCINA

RESUMEN. - La patología lumbosacra tiene su protagonismo en trau­matología, en ortopedia y en medicina laboral. Delimitaremos la región lumbosacra en las cuatro dimensiones, en forma de paralelepípedo. Dicha región actúa con un equilibrio estático y dinámico que puede ser 1·oto ya por el trauma bmsco e intenso, ya por el trauma crónico. El trauma agudo o crónico de m1 ejercicio físico laboral puede incidir sobre un individuo sano o con trastornos· que aminoren la capacidad fm1cional lumbosacra. El des­equilibrio tiene 1a traducción dolorosa del lumbago, que en una primera fase corresponde a un insuficiencia y una fuestabilidad dolorosa por lesión discal -fase ftmcional reversible-; en una fase tardía de cronicidad existe artrosis -fase 01·gánica irreversible.

l.a exploración lumbosacra en un reconocimiento previo precisa de módulos amplios que tengan en cuenta los factores no osteoarticulares. La exploración física comprende la inspección, la palpación y las maniobras exploradoras especiales de las articulaciones sacroilíaca y lumbosacra y del tronco ciático y el plexo sacro. La exploración radiológica exige varias inci­dencias para los distintos elementos de la l'egión, practicadas con un criterio funcional. En el interrogatorio y en la exploración se prestará atención a los procesos no lumbosacros que se traducen con dolor lumbosacro y que pue­den tener su causalidad en el tramo gastrointestinal, en el aparato génito­urinario, en los elementos genitales femeninos o eu las estructuras neuro­lógicas.

La contraindicación de los trabajos pesados por alteraciones lurnbosa­cras puede depende¡· de causas no osteoarticulares -psíquicas, generales, musculoligamentosas, neurológicas o tumorales- y de causas osteoarticu­lares -defectos de desarrollo, defectos estáticos, traumatismos, degenera­ciones, il1flamaciones, tumores, defectos congénitos, anomalías quidu·gicas.

La valoración de la artrodesis lumbosacra en el reconocimiento de re­torno al trabajo reqtliere un cliterio clínico para interpretar la desaparición o persistencia de dolo!' y un criterio radiográfico -BBT o prueba de doble inclinación- para descubrir la presencia o ausencia de fusión del injerto en su lecho lumbosacro.

La artroclesis lumbosacra elimina la movilidad de dicha región y los niveles inmediatamente superiores deben asumir su función sin estar pre­parados para ello; la excesiva sobrecarga funcional a que los someterían los trabajos pesados desencadenaría y aceleraría la descompensación. Por esto están contraindicados los trabajos pesados en tales individuos cuando el paciente artrodesado se incorpora ali:J.·abajo utilizando un corsé ortopédico. La presencia de este soporte externo no añade ningún factor nuevo a la valoración lumbosacra, que se referirá solamente al dolor y a la fusión.

En el individuo no artrodesado, el corsé alto anula la movilidad de la columna, pero no en el sector lumbosacro, donde se concentran a modo

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de pivote los movimientos de los segmentos altos fijados; la e}.-perimenta­ción en estas condiciones demuestra movilidad lumbosacra mayor de lo nor­mal. En el corsé bajo este efecto, aunque presente, no es tan acusado. La conclusión es negativa para la p retendida acción estabilizadora de estos corsés. También aqui basamos la valoración en el resultado de las ex­ploraciones clínica y radiológica y no concedemos valor al soporte orto­pédico.

La selección de puestos de trabajo ligero para estas personas les colo­cará en condiciones más idóneas para las posibilidades funcionales de su región lumbosacra patológica.

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