Upload
carlos-adanero-osle
View
212
Download
0
Embed Size (px)
DESCRIPTION
Estudio sobre diferentes asociaciones de farmacéuticos a lo largo de la historia.
Citation preview
ALBARELO 3030 !"!#$%&'()"$*(+"!
!"#$%&'#&'%('$)%"*+"!%$",#-)#&./0'&%$"#"0-#1.$"*+!"0'+)2%
, "&- '- . */ +%0 "%1 "0 *. *+- %2 %3 - '!- . *-
Siem pre m e ha gustado poner el caso de Claudio Galeno (130-
200), com o ejem plo de la dualidad m édico-farm acéutico, com o la
llam aba el historiador alem án Schelenz, era un m édico que poseía
una o$cina de farm acia en la que elaboraba sus propios m edica-
m entos en la Vía Sacra.
Con el paso de los siglos, di-
ferentes m otivos hacen que
am bas profesiones se separen:
religiosos (se prohibe el ejerci-
cio de la M edicina a los clérigos,
especialm ente tras el Conci-
lio de Clermont, en 1130),
económ icos y especialm ente
cientí$cos (con el aum ento de
conocim ientos, era m uy difícil
que la m ism a persona pudiera
atender y sanar a los enferm os
y preparar y cuidar los m edica-
m entos).
Los expertos en H istoria de la Farm acia señalan un hito: las Ordenan-
zas M edicinales de Federico II, en 1240, em piezan una corriente que
ya no se cortará de separación paulatina de am bas profesiones. H ay
antecedentes com o las Ordenanzas M unicipales de Arlés (Francia),
de alrededor de 1160, pero parece claro que la época clave para esta
tendencia es de m ediados del siglo XIII.
En estas fechas encontram os disposiciones de Fernando III el San-
to y de su hijo Alfonso X el Sabio, por ejem plo la del Código de las
Siete Partidas (1263), en las que aparece el térm ino apothecarius en
el sentido de preparador de m edicinas exclusivam ente.
Apunta Puerto que, probablem ente, las prim eras norm as de sepa-
ración de las profesiones fueron dictadas por Alfonso IV el Benig-
no de Aragón, en 1329, en unas norm as para la ciudad de Valencia.
M ucho m ás contundente es Pedro IV el Ceremonioso, que dicta
en 1349 unas norm as para todo el Reino de Aragón, donde prohí-
be de m anera explícita la asociación de m édicos y boticarios. Los
m édicos quedan en sus facultades universitarias y los boticarios em -
piezan su andadura com o artesanos junto con los cereros, pastele-
ros, especieros e incluso los cocineros. N o obstante, siem pre con un
toque especial por la m ateria con la que trabajan. Esto les lleva a la
asociación de tipo grem ial característica de la Baja Edad M edia. Toda
su actividad va a quedar tutelada por los m édicos hasta el siglo XIX
cuando se produce la entrada del farm acéutico en la universidad y
la progresiva incorporación al m undo de la ciencia.
H ay que llam ar la atención sobre el hecho de que la paulatina sepa-
ración de las profesiones es m ucho m ás acusada en la zona m edite-
rránea. Los m édicos abandonan la elaboración de m edicam entos y
tom an a los boticarios com o interlocutores, com o señala Esteva de
Sagrera. Se llega al establecim iento de pactos para uni$car criterios
en la elaboración de los m edicam entos, lo que hoy llam am os far-
m acopeas y que analizarem os en profundidad en otro capítulo de
Amemus Profesionem.
1 (4*5 ($%0 "%6- %- $(. *- . */ +%)- '!- . 7 #4*. - %
Podem os decir que cada autor consultado da una razón para la
súbita irrupción en la historia de las asociaciones profesionales de
farm acéuticos en la Baja Edad M edia.
Unos se m uestran partidarios de explicar este hecho con la tenden-
cia generalizada de los profesionales de asociarse en grem ios para
unir fuerzas contra un poder civil y eclesiástico (ya en decadencia,
pero todavía estim able) cada vez m ás establecido y organizado, tan-
to a nivel m unicipal com o a nivel de cada reino.
Otros consideran que esta congregación grem ial es debida al in-
trusism o de los profesionales cercanos, com o pueden ser los espe-
cieros, tratantes de droguerías, m ercaderes e im portadores y a los
sim ples im postores. En m uchos pueblos aislados, está claro que
im peraba el m undo de los em píricos, tanto en M edicina com o en
Farm acia, y fue necesario garantizar de alguna m anera, siquiera rudi-
m entaria, la salud de las gentes que a ellos acudían.
8 9 $%0 *):. *6;%- . - $(%*!&($*< 6";%'". (+$4'#*'%"6%&- $- 0 (=%, *%> #"'"!($%. (!&'"+0 "'6(;%0 "< "!($%*+4"+4- '%$*4#- '+($%"+%$#$%
. (('0 "+- 0 - $%*+4"6". 4#- 6"$;%$"+4*!"+4- 6"$%2 %$(. *- 6"$%&- '- ;%0 "%"$4- %!- +"'- ;%. (!&'"+0 "'%!"?('%+#"$4'(%&'"$"+4"@ =
!"#$%&'("()"!!*%*+,"-*'*.(!+$,"A B B C =%D- 5 *"'%E #"'4(=
3#-!%$"4*#(+-%"5$!. F (4*. - '*(%G - !"!#$&'()"$*(+"!H I !- *6=. (!J
ALBARELO 30 31
Adem ás, bajo esta organización grem ial, se podía establecer m ejor el
sistem a de m aestro-aprendiz. Cada m aestro establecido tenía uno o
dos m ancebos. Estos eran entrenados directam ente por él durante un
período de entre dos y ocho años,
dependiendo de la ciudad en la que
se hallase el m aestro. Luego, eran
exam inados por alguna autoridad
civil (alcalde exam inador o sim ilar),
acom pañado por m édicos y botica-
rios, en núm ero variable, según las
épocas y localizaciones.
Com o los otros grem ios, tenían su
estructura jerárquica, su vocabula-
rio o jerga propia y eso di$cultaba el
acceso a los ajenos al m ism o.
Este sistem a hizo de los boticarios un colectivo cada vez m ás apre-
ciado. A pesar de su lento cam inar, de una profesión m anual, llega-
ron por su esfuerzo y unión a ser universitarios, si bien este esfuerzo
tropezó no pocas veces con m últiples fuerzas contrarias interesadas
en tener a los farm acéuticos supeditados a sus designios, com o un
arte m eram ente auxiliar de la M edicina. En el siglo XVII reciben un
gran espaldarazo por parte de Felipe IV, al ser o$cialm ente elevada
la Farm acia a la categoría de Arte Cientí#ca. Pero es durante el siglo
XVIII, cuando los farm acéuticos logran una m ayor in*uencia en la
Ciencia en general.
N o obstante, este periplo de nuestra profesión dura en España des-
de el prim er Collegium Apothecariorum de Barcelona, de m ediados
del siglo XIV, al siglo XIX en el que se abren las Facultades de Farm a-
cia de M adrid y de Barcelona.
K ('&('- . *(+"$%0 "%)- '!- . 7 #4*. ($
En lo que se re$ere a España, las prim eras asociaciones se crean en
el Reino de Aragón. En este cam ino le seguirían N avarra y Cas-
tilla, si bien, esta últim a tuvo una institución sin igual en Europa
que fue el Real Tribunal del Protomedicato, que fue aplicada de un
m odo peculiar en N avarra y luego en los otros reinos peninsulares.
Barcelona registra en 1302 una agrupación de Candelers, tenders
y especiayres que daría lugar a m ediados del siglo XIV al Collegium
Apothecariorum. Valencia tiene una institución sim ilar desde 1329.
En 1441 ya aparece la palabra colegio en una concesión hecha por
la Reina M aría a los boticarios. En Zaragoza nace en 1391 la Cofra-
día de San M iguel y San Amador, que al principio acogía a varias
profesiones, pero que en 1506 ya es exclusivam ente farm acéutica.
Por su parte, Gerona tiene la Cofradía de los diez m il Santos M ártires,
desde 1366, que agrupaba a boticarios, especieros y barberos. En
H uesca, desde 1480, se crea la Cofradía de San Lucas, San Cosme
y San D amián. En M adrid, existía la Cofradía de San Lucas y la de
N uestra Señora de la Puri$cación, que era exclusivam ente de farm a-
céuticos. En el siglo XVII, se constituye la de N uestra Señora de los
D esamparados. Am bas eran exclusivam ente de farm acéuticos. El
colegio de Sevilla es posterior, de 1625, con el nom bre de Colegio
de boticarios de San José.
N os encontram os pues, citando la m agistral clasi$cación de Javier
Puerto, con dos tipos de corporaciones en lo que se re$ere al ori-
gen de las m ism as:
• Colegios procedentes de grem ios, con origen profesional desde
un principio: Barcelona, Valencia y M allorca.
• Colegios procedentes de Cofradías que evolucionan de un origen
religioso a tener interés cientí$co-profesional: Gerona, Calata-
yud, H uesca, Tarragona, Teruel, Pamplona, Reus y Vic. (Puerto
cita tam bién Tudela, pero discrepam os, porque fue una creación
del Protom édico). Q ue agrupaban tam bién a m édicos y cirujanos.
Zaragoza, M adrid y Sevilla eran exclusivas para farm acéuticos.
K (+. 6#$*(+"$
Podem os ver que provenim os de una asociación que cuenta con
m ás de 500 años de historia. Con sus luces y con sus som bras, ha
sido re*ejo de las personas que form aban parte de ella. El conoci-
m iento de su evolución a lo largo de los años, nos enseña que el se-
creto del éxito está en la unión de sus m iem bros y en el pacto leal y
justo con las autoridades sanitarias de cada m om ento. Alrededor de
setecientos años de historia no pueden tener un signi$cado nulo.
Sin em bargo, tam bién es cierto que en la utilidad para sus m iem -
bros está la razón de su pervivencia.
E - '- %$- < "'%!L $
Se puede obtener m ás inform ación sobre el tem a en blog
historiafarmacia.blogspot.com