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Derrida en castellano Cómo hacer cosas con palabras John Langshaw Austin

Austin - Cómo hacer cosas con palabras

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  • Derrida en castellano

    Cmo hacer cosas con palabras

    John Langshaw Austin

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    NDICE

    CONFERENCIA I ............................................................................................................................ 3

    CONFERENCIA II ........................................................................................................................ 10

    CONFERENCIA III....................................................................................................................... 18

    CONFERENCIA IV....................................................................................................................... 27

    CONFERENCIAV......................................................................................................................... 36

    CONFERENCIA VI....................................................................................................................... 45

    CONFERENCIA VII ..................................................................................................................... 55

    CONFERENCIA VIII.................................................................................................................... 62

    CONFERENCIA IX ....................................................................................................................... 71

    CONFERENCIA X......................................................................................................................... 78

    CONFERENCIA XI ....................................................................................................................... 86

    CONFERENCIA XII...................................................................................................................... 96

    APNDICE DEL COMPILADOR ............................................................................................ 110

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    CONFERENCIA I

    Lo que habr de decir aqu no es difcil ni polmico; el nico mrito quequisiera reivindicar para mi exposicin es que es verdadera, por lo menos en parte.El fenmeno que examinar es muy difundido y muy obvio, y sera imposible queotros no lo hubieran advertido, al menos ocasionalmente. Sin embargo, no he vistoque se le preste atencin de manera especifica.

    Durante mucho tiempo los filsofos han presupuesto que el papel de unenunciado slo puede ser describir algn estado de cosas, o enunciar algnhecho, con verdad o falsedad. Es cierto que los gramticos han sealado siempreque no todas las oraciones son (usadas para formular) enunciados1:tradicionalmente, junto a los enunciados (de los gramticos) hay tambinpreguntas y exclamaciones, y oraciones que expresan rdenes o deseos opermisiones. Y los filsofos no se han propuesto negarlo, pese a algn empleo pocoriguroso de oracin para significar enunciado. Sin duda, tambin, tanto losgramticos como los filsofos han cado en la cuenta de que ni siquiera es en modoalguno fcil distinguir las preguntas, las rdenes, etc. de los enunciados por mediode los escasos e insatisfactorios criterios gramaticales disponibles, tales como elorden de las palabras, el modo verbal, etc., aunque quiz no ha sido comndetenerse en las dificultades que este hecho obviamente suscita. Porque, cmohabremos de decidir cul es cul? Cules son los lmites y las definiciones de cadagrupo?

    Pero en los ltimos aos, muchas cosas que anteriormente habran sidoaceptadas sin objeciones como enunciados, tanto por los filsofos como por losgramticos, han sido examinadas con renovada atencin. Este examen, en ciertomodo, surgi en forma indirecta, al menos en el campo de la filosofa. Primeroapareci el punto de vista, no siempre expuesto sin un infortunado dogmatismo,de que un enunciado (fctico) debe ser verificable, y esto llev a pensar quemuchos enunciados slo son lo que puede denominarse seudo enunciados. Enprimer trmino, y en forma ms obvia, se mostr que muchos enunciados son,

    1 Por supuesto, nunca es realmente correcto decir que una oracin es un enunciado. Mas bien locorrecto es decir que la oracin es usada al hacer un enunciado. El enunciado mismo es unaconstruccin lgica a partir de las formulaciones de enunciados.

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    como Kant fue quizs el primero en sostener sistemticamente, sinsentidosestrictos, pese a su forma gramatical impecable. El continuo descubrimiento denuevos tipos de sinsentidos ha sido, en conjunto, beneficioso, por poco sistemticaque haya sido la clasificacin de ellos, y por misteriosa que haya seguido siendo suexplicacin. Sin embargo, aun los filsofos establecemos ciertos lmites a la dosisde sinsentido que estamos dispuestos a reconocer que decimos; de tal modo fuenatural preguntar, en una segunda etapa, si muchos que parecan seudo enunciados eran en realidad enunciados. Ha llegado a sostenerse corrientemente quemuchas expresiones, que parecen enunciados, o bien no son formuladas enabsoluto para registrar o suministrar informacin directa acerca de los hechos, otienen ese propsito slo en parte. Por ejemplo, las proposiciones ticas quizpersiguen manifestar emociones, exclusiva o parcialmente, o bien prescribirconducta o influirla de maneras especiales. Tambin aqu Kant se cuenta entre lospioneros. A menudo, tambin usamos expresiones en modos que, por lo menos,estn ms all del mbito de la gramtica tradicional. Se ha llegado a advertir quemuchas palabras especialmente desconcertantes, incluidas en enunciados queparecen ser descriptivos, no sirven para indicar alguna caracterstica adicional,particularmente curiosa o extraa, de la realidad, sino para indicar (y no pararegistrar) las circunstancias en que se formula el enunciado o las restricciones a queest sometido, o la manera en que debe ser tomado, etc. Pasar por alto estasposibilidades, tal como antes era comn, es cometer la llamada falaciadescriptiva. Quizs esta no sea, empero, una buena denominacin, puesto quedescriptiva es, en s misma, una palabra especfica. No todos los enunciadosverdaderos o falsos son descripciones; por esta razn prefiero usar la palabraconstatativo*. Siguiendo esta lnea se ha mostrado, fragmentariamente hastaahora, o por lo menos se lo ha presentado como probable, que muchas perplejidades filosficas tradicionales han surgido merced a un error: el error detomar como enunciados fcticos lisos y llanos a expresiones que son sinsentidos demaneras interesantes, aunque no desde un punto de vista gramatical, o bien quehan sido formuladas con un propsito diferente.

    Cualquiera sea nuestra opinin acerca de alguno de estos puntos de vista ysugerencias, y por mucho que podamos lamentar la confusin inicial en que ladoctrina y el mtodo filosfico fueron sumergidos, no se puede dudar que aqullosestn produciendo una revolucin en filosofa. Si alguien desea llamarla la mayor yms saludable revolucin en toda su historia, esta no sera, despus de todo, unapretensin desmesurada. No debe sorprender que los comienzos hayan sido

    * Constatativo es, por supuesto, un neologismo derivado del galicismo constatar. Austin usaconstative que, en ingls tambin es un neologismo. (T.)

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    fragmentarios, con parti pris y guiados por fines diversos. Esto es comn en todaslas revoluciones.

    Delimitacin preliminar del realizativo* 2

    El tipo de expresin lingstica que hemos de considerar aqu, no es engeneral un tipo de sinsentido; aunque, como veremos, el mal uso de ella puedeoriginar variedades especiales de sinsentido. Ms bien pertenece a la segundaclase: a la de las expresiones lingsticas que se disfrazan. Pero en modo alguno sedisfraza necesariamente de enunciado fctico, descriptivo o constatativo. Sinembargo, es bastante comn que as lo haga y, curiosamente, que ello ocurracuando asume su forma ms explcita. Creo que los gramticos no han visto lo quehay detrs del disfraz, y los filsofos, en el mejor de los casos, slo lo han hechoen forma incidental3. Ser conveniente, en consecuencia, estudiar primero dichotipo de expresin lingstica en esta forma engaosa, para poner de manifiesto suscaractersticas contrastndolas con las de los enunciados fcticos que imitan.

    Comenzaremos, pues, poniendo como ejemplos algunas expresioneslingsticas que no pueden ser subsumidas en ninguna categora gramatical admitida hasta ahora, excepto la de enunciado. Dichas expresiones no son unsinsentido, y no contienen ninguna de esas seales de peligro verbales que losfilsofos han descubierto, o creen haber descubierto. Me refiero a palabras curiosascomo bueno o todos, a verbos sospechosos tales como poder o deber, y aconstrucciones dudosas tales como la de los enunciados hipotticos. Todosnuestros ejemplos tendrn, como se ver, verbos en la primera persona del singulardel presente del indicativo en la voz activa4. Se pueden hallar expresiones quesatisfacen estos requisitos y que, sin embargo:

    A) no describen o registran nada, y no son verdaderas o falsas; yB) el acto de expresar la oracin es realizar una accin, o parte de ella, accin

    que a su vez no sera normalmente descripta como consistente en decir algo. * Realizativo es un neologismo derivado de realizar. Lo mismo ocurre, en el original ingls, conperformative, derivado del verbo to perform. Austin aclara, ms adelante, por qu ha elegido esaexpresin. Esas mismas razones pueden extenderse a realizativo. (T.)2 Todo lo que digo en estos apartados es provisional, y debe ser revisado a la luz de lo que seexpresa ms adelante.3 Los juristas debieran ser, entre todos, los ms conscientes del verdadero estado de cosas. Algunos,quiz, ya lo son. Sin embargo estn dispuestos a entregarse a su medrosa ficcin de que unenunciado de derecho es un enunciado de hecho.4 Esto no es casual: todos ellos son realizativos explcitos y pertenecen a esa clase avasalladoraque ms adelante llamaremos la de los ejercitativos.

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    Esto dista de ser tan paradjico como puede parecer, o como, no sin malaintencin, he tratado de presentarlo. En realidad los siguientes ejemplos puedenparecer decepcionantes.

    E.a) S, juro (desempear el cargo con lealtad, honradez. etc.), expresadoen el curso de la ceremonia de asuncin de un cargo5.

    E.b) Bautizo este barco Queen Elizabeth, expresado al romper la botella dechampaa contra la proa.

    E.c) Lego mi reloj a mi hermano, como clusula de un testamento.E.d) Te apuesto cien pesos a que maana va a llover.En estos ejemplos parece claro que expresar la oracin (por supuesto que en

    las circunstancias apropiadas) no es describir ni hacer aquello que se dira que hagoal expresarme as6, o enunciar que lo estoy haciendo: es hacerlo. Ninguna de las expresiones mencionadas es verdadera o falsa; afirmo esto como obvio y no lodiscutir, pues es tan poco discutible como sostener que maldicin no es unaexpresin verdadera o falsa. Puede ocurrir que la expresin lingstica sirva parainformar a otro, pero esto es cosa distinta. Bautizar el barco es decir (en lascircunstancias apropiadas) la palabra Bautizo... Cuando, con la mano sobre losEvangelios y en presencia del funcionario apropiado, digo S, juro!, no estoyinformando acerca de un juramento; lo estoy prestando.

    Cmo llamaremos a una oracin o a una expresin de este tipo?7 Propongodenominarla oracin realizativa o expresin realizativa o, para abreviar, unrealizativo. La palabra realizativo ser usada en muchas formas yconstrucciones conectadas entre s, tal como ocurre con el trmino imperativo8.Deriva, por supuesto, de realizar, que es el verbo usual que se antepone alsustantivo accin. Indica que emitir la expresin es realizar una accin y que stano se concibe normalmente como el mero decir algo. 5 En el original ingls se alude a una ceremonia nupcial y se ejemplifica con las palabras I dodichas por el novio. J. O. Urmson incluy all la siguiente nota: Austin advirti demasiado tardeque la expresin I do no se usa en la ceremonia nupcial; ya no poda enmendar su error. Nohemos modificado su ejemplo porque el error carece de importancia filosfica. Nosotros hemosreemplazado, aqu y en el resto del libro, los ejemplos referentes al acto de casarse porque loscontrayentes no emplean, entre nosotros, expresiones realizativas ni otras que puedan confundirsecon ellas. (T.)6 Menos an algo que ya he hecho o que no he hecho todava.7 Las oraciones forman una clase de expresiones lingsticas. Esta clase debe ser definida, segnpienso, en forma gramatical. Tengo mis dudas. empero, de que se haya dado ya una definicinsatisfactoria. Las expresiones realizativas son contrastadas, por ejemplo y esencialmente, con lasexpresiones constatativas. Emitir una expresin constatativa (es decir, emitirla con una referenciahistrica) es hacer enunciado. Emitir una expresin realizativa es, por ejemplo. hacer una apuesta.Ver infra lo relativo a alocuciones.8 En otras ocasiones us la palabra realizatoria (performatory), pero ahora prefiero realizativaporque es menos fea, ms manejable, y porque su formacin es ms tradicional.

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    Hay otras palabras que pueden presentarse como candidatas, cada una delas cuales cubrira adecuadamente esta o aquella clase ms o menos amplia derealizativos. Por ejemplo, muchos de stos son expresiones contractuales (teapuesto) o declaratorias (declaro abierta la sesin). Pero no conozco ningunapalabra en uso corriente que tenga amplitud suficiente como para abarcarlos atodos. La palabra que ms se aproxima a lo que necesitamos es, quizs, el trminotcnico ingls operative (operativo) en el sentido estricto que le dan losabogados para aludir a aquellas clusulas de un instrumento que sirven pararealizar la transaccin (transferencia de un inmueble o lo que sea) que constituye elobjeto principal de aqul, mientras que el resto del mismo simplemente refiere lascircunstancias en que el acto se lleva a cabo9. Perooperative tiene otras acepciones,y hoy en da se usa a menudo para significar poco ms que eficaz oconducente. Me he decidido por una palabra nueva; aunque su etimologa no esirrelevante, quizs no nos sintamos tentados a atribuirle algn signifcalopreconcebido.

    Decir y hacer

    Cabe preguntar entonces si habremos de afirmar cosas como estas:

    Bautizar es decir unas pocas palabras, oApostar es simplemente decir algo.

    En un principio tal idea suena rara o aun impertinente, pero puede llegar ano serlo si adoptamos suficientes precauciones. Una objecin inicial de peso, queno carece de importancia, puede ser sta. En muchos casos es posible realizar unacto exactamente del mismo tipo, no con palabras, escritas o habladas, si no de otramanera. Por ejemplo, puedo apostar colocando una moneda en la ranura de unamquina automtica. Podramos entonces transformar la correspondienteproposicin anterior de algunas de estas maneras: decir ciertas pocas palabras esapostar o apostar, en algunos casos, es simplemente decir unas pocas palabras,o decir simplemente algo determinado es apostar.

    Pero probablemente la verdadera razn que hace que tales observacionesparezcan peligrosas reside en otro hecho obvio, al que tendremos que volver conms detalle ms adelante. Se trata de lo siguiente: expresar las palabras es, sinduda, por lo comn, un episodio principal, si no el episodio principal, en larealizacin del acto (de apostar o de lo que sea), cuya realizacin es tambin la

    9 Debo esta observacin al profesor H. L A. Hart.

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    finalidad que persigue la expresin. Pero dista de ser comnmente, si lo es algunavez, la nica cosa necesaria para considerar que el acto se ha llevado a cabo.Hablando en trminos generales, siempre es necesario que las circunstancias en quelas palabras se expresan sean apropiadas, de alguna manera o maneras. Adems, deordinario, es menester que el que habla, o bien otras personas, deban tambin llevara cabo otras acciones determinadas fsicas o mentales, o aun actos queconsisten en expresar otras palabras. As, para bautizar el barco, es esencial que Yosea la persona designada a esos fines; para asumir el cargo es esencial que Yo renalos requisitos correspondientes, etc.; para que tenga lugar una apuesta, esgeneralmente necesario que haya sido aceptada por otro (el que tiene que haberhecho algo, por ejemplo, haber dicho aceptado); y difcilmente hay un obsequiosi digo te doy esto pero jams entrego el objeto.

    Hasta aqu no hay problemas. La accin puede ser llevada a cabo sin usarexpresiones realizativas, y en todos los casos las circunstancias, que incluyen otrasacciones, deben ser las adecuadas. Pero al formular la objecin podemos estarpensando en algo completamente distinto y, esta vez, equivocado. Ello puedeocurrir, al considerar algunos de los realizativos ms intimidatorios, tales como Teprometo Claro est que las palabras deben ser dichas con seriedad y tomadasde la misma manera. No es as? Esto, aunque vago, en general es verdadero:constituye un importante lugar comn en toda discusin acerca del sentido de unaexpresin cualquiera. Es menester que no est bromeando ni escribiendo unpoema. Nos sentimos inclinados a pensar que la seriedad de la expresin consisteen que ella sea formulada ya por conveniencia, ya para fines de informacincomo (un mero) signo externo y visible de un acto espiritual interno. De aqu hayun solo paso a creer, o dar por sentado, que en muchas circunstancias la expresinexterna es una descripcin, verdadera o falsa, del acaecimiento del acto interno. Laexpresin clsica de esta idea puede hallarse en el Hyppolytus (1. 612). dondeHippolytus dice:

    gljj' mmoc', frn nwmotj,

    es decir: mi lengua lo jur, pero no lo jur mi corazn (o mi mente u otroprotagonista oculto)10. As, te prometo, me obliga: registra mi adopcinespiritual de una atadura espiritual.

    Es interesante observar en este ejemplo cmo el exceso de profundidad, oms bien de solemnidad, allana el camino a los irresponsables. Porque quien diceprometer no es meramente cuestin de expresar palabras, se trata de un acto 10 No me propongo excluir a todos los otros participantes que no aparecen en el escenario, losiluminadores, el director, ni siquiera el apuntador. Slo objeto a algunos oficiosas actoresreemplazantes.

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    interno y espiritual! puede parecer un slido moralista erguido frente a unageneracin de tericos superficiales. Lo vemos como l se ve a s mismo, oteandolas profundidades invisibles del espacio tico, con toda la prestancia de unespecialista en lo sui generis. Sin embargo, nuestro moralista proporciona unaescapatoria a Hippolytus, una excusa al perjuro que ha dicho S, juro, y unadefensa al tramposo que ha dicho te apuesto. La precisin y la moral estnigualmente en favor de la expresin comn segn la cual la palabra empeada nosobliga.

    Si excluimos actos internos ficticios tales como ste, cabe preguntar sipodemos suponer que alguna de las otras cosas que, por cierto, normalmente serequieren como complemento de expresiones del tipo de te prometo que, oS, juro (desempear el cargo) son en realidad cosas descriptas por estasexpresiones y que, por lo tanto hacen que, cuando esas cosas se dan, la expresinsea verdadera, y falsa cuando ocurre lo contrario. Empezando por esto ltimo,consideremos ahora qu es lo que efectivamente decimos acerca de la expresin enjuego cuando uno u otro de los hechos normalmente concomitantes con ella estausente. En ningn caso decimos que la expresin es falsa, sino que ella, o ms bienel acto11 (por ejemplo, la promesa), es nulo, o hecho de mala fe, o incompleto, o cosasemejante. En el caso particular del prometer, como ocurre con muchos otrosrealizativos, es apropiado que la persona que expresa la promesa tenga unadeterminada intencin, a saber, cumplir con su palabra. Y quizs este parece ser,entre todos los episodios concomitantes, aquel que mejor resulta descripto oregistrado por la expresin te prometo. Acaso cuando tal intuicin falta nohablamos de una promesa falsa? Sin embargo, hablar as no es decir que laexpresin te prometo que es falsa, en el sentido de que aunque el que enunciaeso dice que promete, en realidad no lo hace, o que aunque describe, describefalsamente. Porque quien usa la frmula te prometo que, promete, la promesano es siquiera nula, aunque es hecha de mala fe. La expresin es quizs equvoca,probablemente engaosa y sin duda moralmente incorrecta, pero no es unamentira ni un enunciado errneo. Lo que ms podemos argumentar es que implicao insina una falsedad o un enunciado errneo (a saber, que el promitente sepropone hacer algo); pero eso es una cosa totalmente distinta. Adems, nohablamos de una apuesta falsa o de un bautismo falso; y el hecho de que realmentehablamos de una promesa falsa no tiene que comprometernos ms que el hecho deque hablamos de una accin falsa. La palabra falso no slo se usa respecto deenunciados.

    11 No intentar aqu distinguir esto de manera precisa porque la distincin no tiene relevancia paralo que estamos examinando ahora.

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    CONFERENCIA II

    bamos a considerar, se recordar, algunos casos y sentidos (slo algunos,Dios nos asista!) en los que decir algo es hacer algo; o en los que porque decimos algoo al decir algo hacemos algo. Este tpico constituye un desarrollo hay muchosotros dentro del reciente movimiento que cuestiona una vetusta suposicinfilosfica: la suposicin de que decir algo, al menos en todos los casos dignos deser considerados, esto es, en todos los casos considerados, es siempre enunciar algo,y nada ms que eso. No hay duda de que esta suposicin es inconsciente y errnea,pero al parecer es completamente natural en filosofa. Debemos aprender a correrantes de poder caminar. Si nunca cometiramos errores, cmo podramoscorregirlos?

    Comenc llamando la atencin, a manera de ejemplo, sobre unas pocasexpresiones lingsticas simples del tipo que llam realizatorias o realizativas. Ellasmuestran en su rostro la apariencia o por lo menos el maquillaje gramatical deenunciados; sin embargo, cuando se las mira ms de cerca, no son obviamenteexpresiones lingsticas que podran calificarse de verdaderas o falsas. Serverdadero o falso, empero, es tradicionalmente el signo caracterstico de unenunciado. Uno de nuestros ejemplos fue la expresin s juro (desempear fiel ylealmente el cargo) formulada durante la ceremonia de asuncin de un cargo.En este caso diramos que al decir esas palabras estamos haciendo algo: a saber,asumir un cargo y no dando cuenta de algo, o sea, de que estamos asumiendo elcargo. Y el acto de asumir el cargo, al igual, por ejemplo, que el de apostar, puedeser por lo menos preferiblemente descripto (aunque no con total correccin) como elacto de decir ciertas palabras, ms que como el acto de realizar una accin diferente,interna y espiritual, de la cual esas palabras seran simplemente el signo externo yaudible. Quiz sea muy difcil probar esto, pero me atrevera a afirmar que es unhecho.

    Es interesante sealar que en el derecho procesal norteamericano se admitecomo prueba la referencia a lo que otro ha dicho, si lo que ste ha dicho es unaexpresin de tipo realizativo. No se considera que esa referencia apunta a algo quela otra persona dijo porque si fuera as la declaracin sera considerada untestimonio de segunda mano (hear say), no admisible como prueba sino ms biencomo algo que esa persona hizo, esto es, como una accin de ella. Esto coincideperfectamente con nuestro primer enfoque acerca de los realizativos.

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    Hasta aqu slo hemos sentido que el terreno firme del prejuicio se tornaresbaladizo. Pero ahora, en tanto que filsofos, cmo habremos de proseguir? Unacosa que, por supuesto, podramos hacer sera empezar de nuevo. Otra, seraadentrarnos, por etapas lgicas, en el tembladeral. Pero todo esto llevara tiempo.Comencemos, por ahora, por concentrar nuestra atencin en una cuestin mencionada al pasar: la de las circunstancias apropiadas. Apostar no es simplemente,como hemos dicho, pronunciar las palabras te apuesto, etc.. Alguien podrapronunciarlas y, sin embargo, no estaramos dispuestos a aceptar que haconseguido hacer una apuesta o, al menos, hacerla cabalmente. Para probar esto,basta considerar por ejemplo el caso de la persona que anuncia su apuestacuando la carrera ya ha terminado. Adems de pronunciar las palabrascorrespondientes, al realizativo, es menester como regla general, que muchas otrascosas anden bien y salgan bien para poder decir que la accin ha sido ejecutadacon xito. Esperamos descubrir cules son estas cosas examinando clasificandotipos de casos en los que algo sale mal y, como consecuencia de ello, el acto asumir un cargo, apostar, legar, bautizar, o lo que sea es un fracaso o, por lomenos, lo es en cierta medida. Podemos decir entonces que la expresin lingsticano es en verdad falsa sino en general, desafortunada. Por tal razn, llamaremos a ladoctrina de las cosas que pueden andar mal y salir mal, en oportunidad de talesexpresiones, la doctrina de los infortunios.

    Tratemos primero de enunciar esquemticamente y no pretendo atribuircarcter definitivo a este esquema alguna de las cosas que son necesarias para elfuncionamiento afortunado o sin obstculo, de un realizativo (o, al menos, de unrealizativo explcito altamente elaborado tales como los que hasta ahora hemostenido en cuenta). Luego pondremos ejemplos de infortunios y de sus efectos. Metemo, pero al mismo tiempo espero, que las siguientes condiciones necesariasresultarn obvias.

    A.1) Tiene que haber un procedimiento convencional aceptado, que posea cierto efectoconvencional; dicho procedimiento debe incluir la emisin de ciertas palabras porparte de ciertas personas en ciertas circunstancias. Adems,

    A.2) en un caso dado, las personas y circunstancias particulares deben ser las apropiadaspara recurrir al procedimiento particular que se emplea,

    B.1) El procedimiento debe llevarse a cabo por todos los participantes en forma correcta, yB.2) en todos sus pasos,G.1) En aquellos casos en que, como sucede a menudo, el procedimiento requiere que

    quienes lo usan tengan ciertos pensamientos o sentimientos, o est dirigido a quesobrevenga cierta conducta correspondiente de algn participante, entonces quienparticipa en l y recurre as al procedimiento debe tener en los hechos tales

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    pensamientos o sentimientos, o los participantes deben estar animados por elpropsito de conducirse de la manera adecuada1, y, adems,

    G.2) los participantes tienen que comportarse efectivamente as en su oportunidad.

    Ahora bien, s violamos una (o ms) de estas seis reglas, nuestra expresinrealizativa ser (de un modo u otro) infortunada. De ms est decir que haydiferencias considerables entre estas formas de ser infortunadas. Las letras ynmeros elegidos para identificar cada uno de los apartados, precedentes seproponen poner de manifiesto estas formas diversas.

    La primera distincin importante se da entre las primeras cuatro reglas A yB, tomadas conjuntamente, en oposicin a las dos reglas G (de ah el uso de letrasromanas y griegas). Si transgredimos algunas de las primeras (las reglas del tipo Ao B), esto es si por ejemplo emitimos la frmula incorrectamente, o si porejemplo no estamos en situacin de asumir el cargo porque ocupamos ya uncargo incompatible con aqul, o porque quien nos recibe el juramento es elordenanza y no el ministro, entonces el acto en cuestin, esto es, asumir un cargo,no es realizado satisfactoriamente, no tiene lugar, no se lleva a cabo. Por oposicin,en los dos casos G el acto es llevado a cabo, aunque llevarlo a cabo en esascircunstancias como, por ejemplo, cuando somos insinceros, constituye un abusodel procedimiento. As, cuando digo prometo sin intencin de cumplir, heprometido pero Necesitamos nombres para referirnos a esta distincin general.Por ello llamaremos desaciertos a los infortunios del tipo A.1 a B.2, en los que no seconsigue llevar a cabo el acto para cuya realizacin, o en cuya realizacin, sirve lafrmula verbal correspondiente. Y, por otra parte, llamaremos ABUSOS a aquellosinfortunios (los del tipo G) en los que el acto es llevado a cabo. (No hay quesubrayar demasiado las connotaciones normales de estos nombres.)

    Cuando la expresin es un desacierto, el procedimiento al que pretendemosrecurrir queda rechazado (no autorizado) y nuestro acto (jurar, etc.) resulta nulo ocarente de efecto, etc. Nos referimos a l llamndolo un acto intentado o, quiz, unintento, o nos valemos de una expresin tal como slo us una frmula dejuramento, por oposicin a jur. Por otra parte, en los casos G nos referimos anuestro acto desafortunado llamndolo pretendido o hueco, ms queintentado, o tambin calificndolo de no perfeccionado, o no consumado, ms quede nulo o carente de efecto. Quiero apresurarme a aadir, sin embargo, que estasdistinciones no son firmes y ntidas; en especial, que no han que atenerse endemasa a palabras tales como intentado y pretendido. Har dos observaciones finales respecto de la calidad de nulos o de carentes de efecto que puedenpresentar los actos. Predicarles estas calidades no significa decir que no hemos 1 Ms adelante se explicar por qu el tener estos pensamientos, sentimientos e intenciones no seincluye como una ms de las otras circunstancias a que nos referimos en (A).

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    hecho nada; podemos haber hecho muchas cosas por ejemplo, podemos habercometido el delito de usurpar un cargo, pero no habremos hecho el actointentado, esto es, asumir el cargo. Adems, carente de efecto no significa aqusin consecuencias, resultados, efectos.

    En segundo lugar, debemos tratar de poner en claro la distincin generalentre los casos A y los casos B, esto es, entre los dos tipos de desaciertos. En los doscasos rotulados A se da una mala apelacin a un procedimiento. Sea porque hablando vagamente no hay tal procedimiento o porque el mismo no puedehacerse valer en la forma en que se intent. En consecuencia, los infortunios de laclase A pueden ser denominados Malas Apelaciones. Entre ellos, podemosrazonablemente bautizar al segundo tipo (A.2) esto es, al caso en que elprocedimiento existe pero no puede aplicarse como se intenta hacerlo MalasAplicaciones. No he podido encontrar una buena denominacin para la clase A.1. Enoposicin a los casos A, ocurre que en los casos B existe el procedimiento y esaplicable a la situacin, pero fallamos en la ejecucin del rito con consecuenciasms o menos calamitosas. Por ello, los casos B, por oposicin a los casos A, puedenllamarse Malas Ejecuciones, en oposicin a las Malas Apelaciones: el acto que seintent est afectado, ya sea porque hay un vicio en la realizacin de la ceremonia oporque sta no se llev a cabo en forma completa. La clase B.1 es la de los Actos Viciados y la clase B,2 la de los Actos Inconclusos.

    Obtenemos, as, el cuadro siguiente2:

    2 Cabe hacer notar que a veces Austin us otros nombres para los distintos infortunios. As, porejemplo, llam a los casos G.1 Simulaciones y a los G.2, entre otros nombres, Incumplimientos.J.O.U.

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    Supongo que pueden surgir algunas dudas respecto de A.1 y G.2, peropospondremos un poco su consideracin detallada.

    Antes de entrar en detalles, permtaseme formular algunas observacionesgenerales acerca de los infortunios. Podemos preguntar:

    1) A qu variedad de actos se aplica la nocin de infortunio?2) En qu medida es completa la clasificacin de infortunios?3) Estas clases de infortunios, son mutuamente excluyentes?

    Ocupmonos de estas preguntas en (ese) orden.

    1) Hasta dnde se extiende el radio de accin de los infortunios?

    En primer lugar, parece claro que aunque los infortunios nos han atrado (ono han logrado atraernos) en conexin con ciertos actos que en todo o en parteconsisten en emitir palabras, son una afeccin de la que son susceptibles todos losactos que poseen el carcter general de ser rituales o ceremoniales, esto es, todoslos actos convencionales. Por cierto que no todo rito est expuesto a todas y cadauna de estas formas de infortunio (pero esto tampoco ocurre con todas lasexpresiones realizativas). Esto resulta claro ya por el mero hecho de que muchosactos convencionales, tales tomo apostar o transferir el dominio de una cosa,pueden ser realizados por medios no verbales. Los mismos tipos de reglas debenser observados en todos estos procedimientos convencionales: basta con omitir enA la referencia especial a la expresin verbal. Todo esto es obvio.

    Vale la pena sealar, o recordar, cuntos actos de los que se ocupan losjuristas son o incluyen la emisin de realizativos o, por lo menos, son o incluyen larealizacin de algunos procedimientos convencionales. Y, por cierto, se apreciarque de una u otra forma los autores de derecho han sido conscientes en formaconstante de las variedades de infortunio e incluso, a veces, de las peculiaridadesde la expresin realizativa. Slo la obsesin todava difundida de que lasexpresiones jurdicas y las expresiones usadas en los llamados actos jurdicostienen que ser de algn modo enunciados verdaderos o falsos ha impedido quemuchos juristas vean esto con mayor claridad, ni siquiera me animara a sostenerque algunos de ellos no lo han hecho ya. Sin embargo, tiene un inters ms directopara nosotros advertir que, de la misma manera, muchos de los actos que caendentro del dominio de la tica no son simplemente y en ltimo extremo, tal comolos filsofos dan por sentado con demasiada facilidad, movimientos fsicos. Muchosde ellos tienen el carcter general, en todo o en parte, de ser actos convencionales orituales, y por ello, entre otras cosas, estn expuestos a infortunios.

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    Por ltimo, podencos preguntar y aqu tendr que poner algunas de miscartas sobre la mesa si la nocin de infortunio se aplica a expresiones que sonenunciados. Hasta aqu hemos presentado a los infortunios como caractersticos dela expresin realizativa, que fue definida (si es que podemos decir que dimos unadefinicin) contraponindola a la clase supuestamente familiar de los enunciados.Me limitar por ahora a sealar que una de las cosas que los filsofos han hechorecientemente ha sido examinar detenidamente enunciados que, si bien no sonexactamente falsos ni contradictorios, resultan sin embargo chocantes, porejemplo, enunciados que se refieren a algo que no existe, tales como El actual Rey.de Francia es calvo. Podramos sentirnos tentados a asimilar este caso al delintento de legar algo que no nos pertenece. No hay acaso en uno y otro ejemplouna presuposicin de existencia? No podemos decir que un enunciado que serefiere a algo que no existe es nulo, y no que es falso? Y cuanto ms consideramos aun enunciado no como una oracin (o proposicin) sino como un acto lingstico(del cual aqullos sor construcciones lgicas), tanto ms estamos estudiando todoel problema en cuanto acto. Adems, hay obvias similitudes entre una mentira yuna promesa falsa. Ms adelante volveremos sobre el particular.

    2) Nuestra segunda pregunta fue: En qu medida es completa estaclasificacin?

    i) Lo primero que hay que recordar es que, como al emitir nuestrosrealizativos estamos sin duda, y en un sentido correcto, realizando acciones,entonces, en cuanto tales, esas acciones estarn expuestas a toda la gama dedeficiencias a que estn expuestas las acciones en general. Esas deficiencias sondistintas o distinguibles de las que aqu examinamos bajo el rtulo de infortunios.En otras palabras, las acciones en general (aunque no todas) estn expuestas, porejemplo, a ser realizadas por la fuerza, o por accidente o debido a este o a aqueltipo de error, o en otras circunstancias que permitirn calificarlas de nointencionales. En muchos de estos casos nos resistimos, ciertamente, a afirmar quese ha hecho tal acto o bien que el sujeto lo hizo. No desarrollar aqu la doctrinageneral correspondiente: en muchos de esos casos podemos incluso decir que elacto fue nulo (o anulable por violencia o por influencia indebida), etc. Supongoque una concepcin de muy alto nivel podra abarcar en una sola doctrina los quehe llamado infortunios y estas otras caractersticas desdichadas que se puedenpresentar en la ejecucin de acciones, en nuestro caso, de acciones que contienenuna expresin realizativa. Pero no nos ocuparemos de este otro tipo dedesdichas. Tendremos que recordar, sin embargo, que en todos los casos queestamos examinando pueden presentarse caractersticas de este tipo y que, dehecho, se presentan en forma constante. Las caractersticas de este tipo podran ser

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    normalmente rotuladas circunstancias atenuantes o factores que reducen oeliminan la responsabilidad del agente, etctera.

    ii) En segundo lugar, en tanto que expresiones nuestros realizativos sontambin susceptibles de padecer otros tipos de deficiencias que afectan a todas lasexpresiones. Aunque estas deficiencias podran a su vez ser englobadas en unaconcepcin ms general, no nos ocupamos de ellas deliberadamente. Me refiero,por ejemplo, a lo siguiente: una expresin realizativa ser hueca o vaca de un modopeculiar si es formulada por un actor en un escenario, incluida en un poema o dichaen un soliloquio. Esto vale de manera similar para todas las expresiones: encircunstancias especiales como las indicadas, siempre hay un cambio fundamentalde ese tipo. En tales circunstancias el lenguaje no es usado en serio, sino en modoso maneras que son dependientes de su uso normal. Estos modos o maneras caendentro de la doctrina de las decoloraciones del lenguaje. Excluiremos todo esto ennuestra consideracin. Las expresiones realizativas, afortunadas o no, han deentendidas como emitidas en circunstancias ordinarias.

    iii) Es en parte para dejar a un lado momentneamente este tipo deconsideraciones que no he mencionado hasta ahora un tipo de infortunio podra realmente llamrselo as que nace de la mala comprensin.Obviamente para que pueda decirse que he hecho una promesa es normalmentenecesario.

    A) que yo haya sido odo por alguien, quiz por el destinatario de la promesa;B) que el destinatario de la promesa haya entendido que hice una promesa.

    Si no se satisfacen una u otra de estas condiciones surgen dudas acerca de sihe prometido realmente, y podra sostenerse que mi acto fue slo un intento o quefue nulo. En el campo del derecho se adoptan precauciones especiales para evitareste y otros infortunios, por ejemplo, en materia de notificaciones. Ms adelante, enotro contexto, tendremos que volver sobre esta consideracin particular, quereviste gran importancia.

    3) Estas clases de infortunios, son mutuamente excluyentes?

    La respuesta es obvia.a) No, en el sentido de que podemos fallar de dos maneras a la vez

    (podemos prometer insinceramente a un burro darle una zanahoria).b) No, y esto es ms importante, en el sentido de que las maneras de fallar

    no se distinguen entre s ntidamente y se superponen; decidir entre ellas esarbitrario de distintas maneras.

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    Supongamos, por ejemplo, que veo un barco en el astillero, me dirijo hacia ly rompo la botella que cuelga de la proa al par que exclamo bautizo a este barcoStalin y, adems, retiro las cuas. El problema es que no soy la persona designadapara bautizarlo (se agregue o no la complicacin adicional de si Stalin era elnombre elegido; en cierto modo empeorara las cosas si lo fuera). Podemos estar deacuerdo en que:

    1) el barco no ha sido bautizado3;2) todo esto es una calamidad.

    Podra decirse que slo en las formas bautic el barco pero que miaccin fue nula o sin efecto por cuanto yo no era la persona indicada, notena capacidad para realizar el acto. Pero tambin podra decirse, en formaalternativa, que cuando, como sucede en nuestro caso, no hay siquiera unaapariencia de capacidad, o una pretensin mnima de ella, entonces no existe unprocedimiento convencional aceptado; el acto es una farsa como sera casarse conun mono. Tambin podra decirse que forma parte del procedimiento hacersedesignar para bautizar el buque. Cuando el santo bautiz los pinginos, este acto,fue nulo porque el procedimiento del bautismo no se aplica a los pinginos oporque no hay un procedimiento aceptado. para bautizar nada que no sea un serhumano? No creo que estas cuestiones tengan importancia en teora, aunque seaagradable investigarlas y resulte conveniente en la prctica tener a mano, como losjuristas, una terminologa para lidiar con ellas.

    3 El caso de bautizar nios es aun ms complicado. Podra darse la situacin de que el nombre estequivocado y que el sacerdote no es el que deba intervenir en la ceremonia. Esto es, que se trate dealguien autorizado a bautizar nios, pero que no tena que bautizar a ste.

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    CONFERENCIA III

    En la primera conferencia caracterizamos la expresin realizativa, en formapreliminar, como aquella expresin lingstica que no consiste, o no consistemeramente, en decir algo, sino en hacer algo, y que no es un informe, verdadero ofalso, acerca de algo. En la segunda conferencia sealamos que aunque laexpresin realizativa no es nunca verdadera o falsa, puede sin embargo sersometida a crtica: puede ser desafortunada. Hicimos una lista de seis de esos tiposde Infortunio. Cuatro de ellos son tales que convierten a la expresin en unDesacierto, y al acto que se intent hacer en nulo y sin valor, esto es, en un acto queno tiene efecto; los otros dos, por el contrario, slo hacen que el acto que sepretendi realizar configure un abuso de procedimiento. De tal manera, pareceraque nos hemos armado de dos nuevos y relucientes conceptos para abrir el arca dela Realidad (o, quizs, de la Confusin); dos llaves nuevas en nuestras manos, y,por supuesto, junto con ellas, un patn en cada pie. En Filosofa pertrecharse deantemano debera significar prevenirse de antemano. Luego me entretuve untiempo examinando algunas cuestiones generales relativas al concepto deInfortunio, y lo ubiqu en su emplazamiento general dentro de un nuevo mapa dela regin. Sostuve: 1) que esa nocin se aplica a todos los actos ceremoniales, no sloa los actos verbales, y que aqullos son ms frecuentes de lo que se cree. Reconoc:2) que nuestra lista no era completa, y que hay por cierto otras dimensionesntegras de lo que podra razonablemente llamarse infortunio, que afectan losactos ceremoniales en general, y las expresiones lingsticas en general,dimensiones que son ciertamente de inters para los filsofos; y 3) que, porsupuesto, pueden combinarse o superponerse diferentes infortunios, y que lamanera de clasificar un caso particular dado, puede ser una cuestin ms o menosoptativa.

    Nos disponamos despus a dar algunos ejemplos de infortunios; esto es, deviolacin de nuestras seis reglas. Recordar ante todo la regla A.1, que expresa quetiene que existir un procedimiento convencional aceptado que posea un ciertoefecto convencional, y que ese procedimiento debe incluir la expresin de ciertaspalabras por ciertas personas en ciertas circunstancias; y la regla A.2, que, porsupuesto, complementa la anterior, y establece que en un caso dado las personasparticulares y las circunstancias particulares deben ser las apropiadas para recurriro apelar al procedimiento particular al que se recurre o apela.

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    A.1: Tiene que existir un procedimiento convencional aceptado, que posea cierto efectoconvencional, y que debe incluir la expresin de ciertas palabras por ciertaspersonas en ciertas circunstancias.

    La ltima parte, por supuesto, slo procura restringir la regla a casos deexpresiones lingsticas, y, en principio, carece de importancia.

    Nuestra formulacin de esta regla contiene las dos palabras existir yaceptado, pero es razonable preguntar si puede haber algn sentido de existirque no sea ser aceptado, y preguntar tambin si no es mejor utilizar la frmulaestar en uso (general). Si fuera as no tendramos que decir: 1) existir, 2) seraceptado. Para tomar en cuenta esta razonable objecin comencemos poraceptado.

    Si alguien emite una expresin realizativa, y sta es clasificada como undesacierto porque el procedimiento al que se recurre o apela no es aceptado,presumiblemente quienes no lo aceptan son otros individuos, no el que emiti laexpresin (por lo menos si ste habla en serio). Cul sera un ejemplo de esto?Consideremos Me divorcio de ti, dicho por un marido a su mujer en unacomunidad cristiana, cuando ambos son cristianos y no mahometanos. En este casopodra decirse, sin embargo el marido no se ha divorciado (realmente) de lamujer; slo admitimos para ello otro procedimiento verbal o no verbal; o quiz,posiblemente, nosotros no admitimos ningn procedimiento para divorciarse: elmatrimonio es indisoluble. Esto puede llevarse tan lejos que se llegue a rechazarlo que puede denominarse todo un cdigo de procedimientos, v. gr.: el cdigo delhonor que incluye la prctica del duelo. As, por ejemplo, nos pueden dirigir undesafo dicindonos mis padrinos le visitarn, que equivale a lo reto a duelo, ynosotros podemos limitarnos a encogernos de hombros. La situacin general esexplotada en la triste historia de Don Quijote.

    Resultar evidente, por supuesto, que esto es comparativamente simple sijams admitimos tal procedimiento, esto es, cualquier procedimiento para hacerese tipo de cosa. O bien si, en todo caso, no admitimos dicho procedimiento parahacer eso en particular. Pero igualmente son posibles los casos en los que algunasveces en ciertas circunstancias o aplicado por ciertas personas aceptamos unprocedimiento, pero no lo aceptamos en ninguna otra circunstancia o aplicado porotras personas. Y aqu podemos dudar a menudo (como en el ejemplo delbautismo usado antes) si un infortunio debe ser incluido en nuestra clase A.1, oms bien en la A.2 (o aun en la B.1 o en la B.2). Supongamos que en una reuninsocial se decide jugar a un juego en el que, por turno, se eligen compaeros deequipo; uno de los encargados de hacerlo dice: elijo a Jorge, Jorge grue: yo nojuego. Ha sido elegido Jorge? Sin duda la situacin es desafortunada. Se podradecir que Jorge no ha sido elegido, ya sea porque no hay una convencin que

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    permita elegir a personas que no desean jugar, ya sea porque, en las circunstancias,Jorge no es un objeto apropiado para aplicarle el procedimiento de eleccin. O enuna isla desierta otro puede decirme: vaya a buscar lea, y yo contestarle norecibo rdenes suyas, o usted no tiene derecho a darme rdenes, con lo quequiero significar que no recibo rdenes del otro cuando ste pretende afirmar suautoridad (cosa que yo podra aceptar o no) en una isla desierta, encontraposicin al caso en el que el otro es el capitn de un barco y por ello tieneautoridad genuina.

    Podramos decir, ubicando el caso en A.2 (Malas Aplicaciones): elprocedimiento expresar ciertas palabras, etc. era correcto y aceptado, pero loque estaba mal eran las circunstancias en que se apelaba o recurra a l o laspersonas que apelaban o recurran al mismo. Elijo slo funciona bien cuando elobjeto del verbo es un jugador, y una orden slo es tal cuando el sujeto del verboes una autoridad.

    O tambin podramos decir, incluyendo el caso bajo la regla B.2 (y quizdeberamos reducir la sugerencia anterior a esto), que el procedimiento no ha sidoejecutado ntegramente, porque es parte necesaria del mismo, digamos, que lapersona a quien se dirige la expresin te ordeno que tenga que haberpreviamente constituido en autoridad a la persona que da la orden, mediante unprocedimiento tcito o verbal, por ejemplo, diciendo te prometo hacer lo que meordenes. Esta es, por supuesto, una de las incertidumbres de carcterpuramente general que subyacen en el debate que se presenta en el campo de lateora poltica cuando discutimos si hay o no, o si debiera haber, un contrato social.

    Me parece que no interesa en principio cmo vamos a decidir los casosparticulares, aunque podamos concordar, sea en los hechos o mediante laintroduccin de definiciones adicionales, en preferir una solucin a otra. Lo queinteresa es tener en claro lo siguiente:

    1) con respecto a B.2, que por muchas que sean las adiciones que hagamos alprocedimiento, siempre ser posible que alguien lo rechace en su conjunto;

    2) que la aceptacin de un procedimiento supone mucho ms que el merohecho de que sea efectiva y generalmente usado, aun por las personas que estnrealmente involucradas; y supone tambin que est abierta a cualquiera, enprincipio, la posibilidad de rechazar cualquier procedimiento o cdigo deprocedimientos aun cuando el que lo rechaza lo haya aceptado hasta esemomento. Esto puede ocurrir, por ejemplo, con el cdigo del honor. Quien rechazael procedimiento se halla expuesto, claro est, a sanciones; los otros puedenrehusarse a jugar con l, o pueden decir que no es un hombre de honor. Por encimade todo, no debemos expresar estas cosas en trminos de puras circunstanciasfcticas, porque estaramos expuestos a la vieja objecin de haber derivado un

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    deber de un ser. (Ser aceptado no es una circunstancia fctica en sentidoestricto.) Con muchos procedimientos, tal, por ejemplo, el caso de los juegos,ocurre que por muy apropiadas que puedan ser las circunstancias relativas a unapersona, podra ser el caso que sta no estuviera jugando. Ms an, podrasostenerse que, en definitiva, es dudoso que ser aceptado (un procedimiento)pueda ser definido como siendo habitualmente empleado. Pero sta es unacuestin ms difcil.

    En segundo lugar, cabe preguntar qu podra significar la sugerencia de quea veces puede ocurrir que un procedimiento ni siquiera existe, como cosa distintadel problema de si es o no aceptado por este o aquel grupo1.

    i) Tenemos el caso de procedimientos que ya no existen, simplemente enel sentido de que aunque fueron alguna vez generalmente aceptados, ya no lo son,o que ya ninguno los acepta, v. gr.: como ocurre en muchos pases con el duelo; y

    ii) tenemos tambin el caso de procedimientos que alguien estinaugurando. A veces puede salirse con la suya, como ocurri, en el ftbol, con eljugador que por primera vez tom la pelota con las manos y corri. Que uno sesalga con la suya es esencial para estos fines, cualquiera sea la terminologa que seuse para describir el acto. Consideremos otro caso posible: decir actuaste cobardemente puede ser una censura o un insulto, y puedo dar a mi acto un carcterexplcito diciendo censuro tu obrar, pero no puedo darle carcter explcitodiciendo te insulto. Las razones de esto ltimo no interesan aqu2. Todo lo queinteresa aqu es que si alguien efectivamente dice te insulto, puede presentarseuna variedad especial de actos de la familia, A.1, porque si bien insultar es unprocedimiento convencional, y sin duda de tipo primordialmente verbal, demanera que ciertamente no podemos menos que entender el procedimiento al quetrata de recurrir o apelar quien dice te insulto, nos inclinamos sin embargo a notomarlo en serio, no simplemente porque no se acepta tal convencin, sino porquesentimos en forma vaga la presencia de algn impedimento, cuya naturaleza noresulta inmediatamente clara, que obstar siempre a que sea aceptada.

    1 Si se objetara aqu la afirmacin de que es dudoso que existe el procedimiento objecinposible porque la palabra existir produce una desconfianza muy en boga que, en general, esindudablemente legtima podra responderse que la duda se refiere ms bien a la naturalezaprecisa o a la definicin o al campo de aplicacin de un procedimiento que sin duda existe y esaceptado2 Sera desventajoso si se aceptaran muchos de tales procedimientos y frmulas. Por ejemplo, quizno debamos admitir la frmula Te prometo que te romper los huesos. Me han informado, sinembargo, que cuando el duelo entre estudiantes estaba en su apogeo en Alemania era costumbreque los miembros de una agrupacin desfilaran ante los miembros de una agrupacin rival, y quecada uno de los primeros se dirigiera, al pasar, al contendor elegido, y le dijese muy cortsmente:Beleidigung, que significa te insulto.

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    Son mucho ms comunes, sin embargo, los casos en los que es incierto hastadnde llega el procedimiento, esto es, qu casos comprende o qu variedadespodra hacrsele comprender. Es inherente a la naturaleza de cualquierprocedimiento que los lmites de su aplicabilidad y, con ellos, por supuesto, ladefinicin precisa del mismo, queden vagos. Siempre se darn casos difciles omarginales respecto de los cuales nada habr en la historia anterior de unprocedimiento convencional que permita decidir en forma concluyente si el mismoes o no correctamente aplicado a uno de ellos. Puedo bautizar a un perro si ste esreconocidamente racional? O ello sera un desacierto del tipo A.1? En el derechoabundan tales decisiones difciles, en las que, por supuesto, resulta ms o menosarbitrario determinar si estamos decidiendo (A.1) que no existe una convencin o(A.2) que las circunstancias no son apropiadas para recurrir a una convencin queindudablemente existe. De una u otra manera, nos inclinaremos a sentirnosobligados por el precedente que establecemos. Los juristas por lo generalprefieren aceptar la segunda decisin, pues ella importa aplicar derecho y nocrearlo.

    Puede presentarse otro tipo de casos, susceptibles de ser clasificados dedistintas maneras, que merecen una atencin especial.

    Todas las expresiones realizativas que he puesto como ejemplo son muydesarrolladas; corresponden al tipo de las que ms adelante llamar realizativosexplcitos, en oposicin con los realizativos implcitos. Todas ellas incluyen unaexpresin altamente significativa y libre de ambigedad, tal como apuesto,prometo, lego, expresiones que muy comnmente tambin se usan paradesignar el acto que realizo al emitir tal expresin, por ejemplo, apostar, prometer,legar, etc. Pero por supuesto es al mismo tiempo obvio e importante que a vecespodemos usar la expresin lingstica vaya para obtener prcticamente lo mismoque obtenemos mediante la expresin le ordeno que vaya, y en ambos casosdiremos sin vacilar, al describir posteriormente lo que hicimos, que ordenamos aotro que se fuera. Sin embargo puede de hecho ser incierto, y si nos atenemos a lamera expresin lingstica siempre lo es cuando se usa una frmula tan pocoexplcita como el mero imperativo vaya, si mi interlocutor me est ordenando (opretende ordenarme) que vaya, o simplemente me est aconsejando, suplicando,etc., que vaya. Del mismo modo hay un toro suelto puede o no ser unaadvertencia, porque al decir eso uno podra estar meramente describiendo lo queve; y estar all puede o no ser una promesa. Aqu hallamos realizativosprimitivos, como cosa distinta de los realizativos explcitos; y puede ocurrir que lascircunstancias no nos permitan decidir si la expresin es o no realizativa. De todosmodos, en un caso dado, puedo tener la posibilidad de tomarla sea de un modo ode otro. Quiz fue una frmula realizativa, aunque el procedimiento en cuestin no

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    fue suficientemente explcito. Tal vez no tom la expresin como orden o en todocaso no tena que tomarla as. La persona a quien dije estar all no lo tom comouna promesa, esto es, en las circunstancias del caso no acept el procedimiento, enrazn de que ste fue ejecutado por m en forma incompleta.

    Podramos asimilar esto a una realizacin defectuosa o incompleta (B.1 aB.2), si no fuera porque es en realidad completa, aunque no est libre deambigedad. (En el derecho, por supuesto, este tipo de realizativo no explcito sernormalmente incluido en B.1 o B.2 porque de acuerdo con las reglas, por ejemplo,legar en forma no explcita es realizar un acto incorrecto o bien incompleto. Pero enla vida ordinaria no somos tan estrictos.) Podramos asimilar esto a los MalosEntendidos (que todava no hemos examinado), pero se tratara de una claseespecial, relativa a la fuerza de la expresin como algo opuesto a su significado. Yla cuestin no es aqu simplemente que el auditorio no entendi sino que no tenaque entender, as, por ejemplo, tomar a la expresin como una orden.

    Por cierto que incluso podramos asimilarla a A.2. diciendo que elprocedimiento no ha de ser usado a menos que resulte claro que se lo est usando,y si no ocurre as el uso es absolutamente nulo. Podra sostenerse que elprocedimiento slo ha de Ser usado en circunstancias tales que resulte claro y sinambigedad alguna que se lo est usando. Esto sera recomendar la perfeccin.

    A.2: En un caso dado, las personas y circunstancias particulares deben ser las apropiadaspara apelar o recurrir al procedimiento particular que se emplea.

    Pasemos ahora a las violaciones de la regla A.2, esto es, al tipo de infortunioque hemos llamado Malas Aplicaciones. Los ejemplos son aqu numerosos: Lodesigno para tal cargo, expresado cuando el interlocutor ya ha sido designado ocuando algn otro lo ha sido anteriormente, o cuando el que pretende designarcarece de facultades para ello, o cuando se pretende designar un caballo; Te regaloesto, expresado cuando la cosa no es ma o cuando es una parte de mi cuerpo.Contamos con diversas palabras especiales para usar en distintos tipos de casos:ultra vires, incapacidad. objeto (o persona, etc.) inadecuado o inapropiado,ausencia de facultades, etctera.

    La lnea divisoria entre personas inapropiadas y circunstanciasinapropiadas no es, necesariamente, ntida y fija. Por cierto que las circunstancias pueden claramente extenderse hasta abarcar en general la naturaleza detodas las personas que participan en el acto. Pero debemos distinguir entreaquellos casos en los que el carcter inapropiado de las personas, objetos, nombres,etc., es cuestin de incapacidad, y, aquellos otros ms simples en los que el objetoo el protagonista no es del tipo adecuado. Esta, a su vez, es una distincin tosca yelusiva, aunque no carece de importancia (por ejemplo, en el derecho). Debemos

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    distinguir as los casos en que un sacerdote bautiza con el nombre quecorresponde, a un nio que no es el que debe bautizar o que bautiza a un nioAlberto en lugar de Alfredo, de aquellos otros en que el sacerdote dicebautizo a este nio 2704 o alguien expresa te prometo que te dar una paliza, oalguien designa Cnsul a un caballo. Los ltimos casos incluyen algo inadecuadoen cuanto a clase o tipo, mientras que en los otros el carcter inadecuado es slocuestin de incapacidad.

    Ya hemos mencionado algunas superposiciones de A.2 con A.1 y B.1. Sitenemos dos situaciones, (i) una en que la persona como tal es inapropiada, y nadaningn procedimiento o designacin anteriores, etc. habra podido regularizarlas cosas y (ii) otra en la que slo se trata de que la persona no ha sido debidamentedesignada, entonces es ms probable que hablemos de Mala Apelacin (A.1) parareferirnos al primer caso que para referirnos al segundo. Por otro lado, si tomamosliteralmente lo de la designacin (cargo, por oposicin a status), podramos clasificaral infortunio como un caso de ejecucin inadecuada ms que un caso de procedimiento inadecuadamente aplicado. Por ejemplo, si votamos a un candidato antesde haber sido reconocido oficialmente como tal. El problema consiste aqu endeterminar hasta dnde hemos de remontarnos en el procedimiento.

    A continuacin consideraremos ejemplos de B llamados Malas Ejecuciones,ya tomados en cuenta someramente.

    B.1: El procedimiento debe llevarse a cabo por todos los participantes en forma correcta.

    Estos son actos viciados. Consiste, por ejemplo, en usar frmulasinadecuadas. En estos casos hay un procedimiento que resulta apropiado respectode las personas y de las circunstancias, pero que no ha sido llevado a cabo enforma correcta. Los ejemplos son ms fciles de hallar en el derecho. En la vidaordinaria no son tan claros, pues en ella hay ms tolerancia. Podramos colocarbajo este rtulo el uso de frmulas poco explcitas. Tambin el uso de frmulasvagas y de referencias imprecisas. como por ejemplo si digo mi casa cuandotengo dos casas, o si digo, te apuesto que hoy, no se correr la carrera, cuando elprograma contempla la realizacin de ms de una.

    Este es un problema diferente del que plantea la mala comprensin o lacomprensin lenta por parte del auditorio. En nuestro caso hay un vicio en elprocedimiento, cualquiera sea la actitud del auditorio. Una de las cosas queproduce especial dificultad es determinar si es necesario consensus ad idemcuando hay dos personas de por medio. Es esencial asegurarse que, adems deotras cosas, ha habido una comprensin correcta? Sea como fuere resulta claro queesta cuestin cae bajo las reglas B y no bajo las reglas G.

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    B.2: El procedimiento debe llevarse a cabo por todos los participantes en todos sus pasos.

    Estos son los actos inconclusos. Intentamos llevar a cabo el procedimientopero el acto no se completa. Por ejemplo: mi intento de concertar una apuestadiciendo te apuesto cien pesos fracasa a menos que mi interlocutor diga aceptou otras palabras adecuadas. Mi intento de retar a duelo a una persona fracasa si melimito a decir lo reto a duelo y omito enviar a mis padrinos; mi intento de inaugurar una biblioteca pblica fracasa si digo declaro inaugurada esta biblioteca,pero la llave se atranca en la cerradura; a la inversa, el bautismo de un barcofracasa si retiro las cuas antes de decir bautizo a este barco Tambin aqu, enla vida ordinaria se admite una cierta flexibilidad en el procedimiento. De otramanera no se podra hacer marchar una universidad.

    Por cierto que a veces surgirn dudas acerca de si es menester o no agregaralgo ms. Por ejemplo, es necesario que mi interlocutor acepte el obsequio paraque pueda decirse que le he obsequiado algo? Es indudable que cuando se trata desituaciones formales la aceptacin es necesaria, pero, lo es en la vida ordinaria?Surgen dudas similares si se efecta una designacin sin el consentimiento de lapersona designada. El problema consiste aqu en saber hasta qu punto los actospueden ser unilaterales. De modo similar, cuando un acto est concluido surge elproblema de determinar qu es lo relevante para considerarlo terminado3.

    En relacin con esto quiero hacer presente que no hago referencia adimensiones adicionales de infortunio tales como las que pueden surgir, digamos,de un simple error de hecho cometido por el protagonista del acto, o dedesacuerdo respecto cuestiones de hecho o de opinin. Por ejemplo, no existe unaconvencin que me autorice a prometer hacer algo en detrimento de miinterlocutor crendome as la obligacin de hacerlo, pero supongamos que digo teprometo encerrarte en un convento cuando considero, a diferencia de lo quepiensa mi interlocutor, que eso ser para su bien, o cuando es mi interlocutor quienpiensa esto ltimo, pero yo no, o incluso cuando ambos concordamos en ello pero,en los hechos, es evidente que ambos estamos equivocados.

    He apelado o recurrido aqu a una convencin no existente o a unaconvencin existente pero en circunstancias inapropiadas? De ms est decir, comoprincipio general, que no puede haber una eleccin satisfactoria entre estasalternativas, pues ellas no tienen bastante sutileza para adecuarse a casos sutiles.No hay atajos que conduzcan a exponer en forma simple la plena complejidad dela situacin, pues sta no encaja exactamente en ninguna clasificacin comn.

    3 Podra as ponerse en duda s no hacer entrega del objeto que manifestamos obsequiar dejaincompleto el acto de obsequiar o es un infortunio del tipo G.

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    Todo esto podra dar la impresin de que hemos estado simplementedesdicindonos de nuestras reglas. Pero no es as. Existen claramente esas seisposibilidades de infortunio aun cuando a veces resulte dudoso cul de ellas se daen un caso particular; y si quisiramos podramos llegar a definirlas, por lo menospara ciertos casos. Debemos evitar a toda costa las simplificaciones excesivas, queestaramos tentados de considerar como la enfermedad profesional de los filsofos.s no fuera su profesin.

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    CONFERENCIA IV

    En la conferencia anterior nos ocupamos de casos de Infortunio.Examinamos casos en los que no haba procedimiento o no haba un procedimientoaceptado; en los que se haba recurrido o apelado al procedimiento encircunstancias inapropiadas; y, por ltimo, en los que el procedimiento haba sidollevado a cabo defectuosamente o en forma incompleta. Sealamos que en los casosparticulares esos tipos de Infortunio pueden superponerse, y que, por lo general,ellos se superponen con los Malos Entendidos un tipo de infortunio al queprobablemente estn expuestas todas las expresiones y con los Errores.

    El ltimo tipo, dentro de nuestra clasificacin, es el de los casos G.1 y G.2: losactos insinceros y los que podramos quiz llamar incumplimientos1. Decimos aquque el acto no es nulo aunque sigue siendo desafortunado.

    Repitamos la definicin:

    G.1: En aquellos casos en que, como sucede a menudo, el procedimientorequiere que quienes lo usan tengan ciertos pensamientos o sentimientos, o estdirigido a que sobrevenga cierta conducta correspondiente de algn participante,entonces quien participa en l y recurre as al procedimiento debe tener en loshechos tales pensamientos o sentimientos, o los participantes deben estaranimados por el propsito de conducirse de la manera adecuada; y

    G.2: Los participantes tienen que comportarse as en su oportunidad.

    1. Sentimientos

    Los siguientes son ejemplos de casos en los que no se tienen los sentimientosrequeridos:

    Te felicito, dicho cuando no me siento en absoluto complacido y, quiz,me siento fastidiado.

    Te doy mi psame, dicho cuando en realidad no me solidarizo con la penade mi interlocutor.

    1 Ver Nota 2, de la segunda conferencia.

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    Las circunstancias estn aqu en regla y el acto ha sido realizado, esto es, noes nulo, pero sin embargo es insincero; sintiendo lo que senta, yo no tena quefelicitar a mi interlocutor o darle el psame.

    2. Pensamientos

    Los siguientes son ejemplos de casos en los que no se tienen lospensamientos requeridos:

    Te aconsejo hacer tal cosa, dicho cuando no pienso que el acto o actitudaconsejados sern los ms beneficiosos para mi interlocutor.

    Lo declaro inocente o lo absuelvo dicho cuando creo que la persona encuestin es culpable.

    Estos actos no son nulos. He dado un consejo y he dado un veredicto,aunque en forma insincera. Aqu se presenta un paralelo evidente con un elementode la mentira, la que tiene lugar en ocasin de llevar a cabo un acto lingstico detipo asertivo.

    3. Intenciones

    Los siguientes son ejemplos de casos en los que no se tienen las intencionesrequeridas:

    Te prometo, dicho cuando no me propongo hacer lo que prometo:Te apuesto, dicho cuando no tengo intenciones de pagar.Declaro la guerra, dicho cuando no tengo intenciones de luchar.

    No estoy usando las palabras sentimiento, pensamientos eintenciones de modo tcnico, como opuesto a una manera imprecisa. Son indispensables, empero, algunos comentarios.

    1) Las distinciones son tan imprecisas que los casos no son necesariamentedistinguibles con facilidad. De todos modos, ellos pueden, por cierto, sercombinados y usualmente lo son. Por ejemplo, si digo lo felicito, qu debo tenerrealmente, el sentimiento o el pensamiento de que el otro se merece la felicitacin?Tengo un pensamiento o un sentimiento de que lo que motiva la felicitacin esaltamente meritorio? En el caso del prometer, debo tener la intencin de cumplir,pero adems tengo que pensar que lo que prometo es practicable y pensar, quiz,

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    que el acto prometido resultar ventajoso para el destinatario de la promesa, o queste considera que dicho acto ser ventajoso para l.

    2) No debemos confundir la exigencia de pensar realmente que las cosas sonas por ejemplo, que la persona a quien se refiere el veredicto es culpable, quefue l quien cometi el hecho, o que la persona felicitada fue quien realiz laproeza con el requisito de que lo que pensamos que es as sea realmente as, esdecir, con la exigencia de que el pensamiento sea correcto (por oposicin a equivocado). Del mismo modo podemos distinguir: a) entre el hecho de sentirrealmente lo que sentimos y el hecho de que eso que sentimos est justificado, y b)entre proponernos realmente hacer algo y la circunstancia de que lo que nosproponemos hacer sea practicable. Pero los pensamientos constituyen un caso muyinteresante (esto es, una fuente de confusin): se da aqu la insinceridad, queconfigura un elemento esencial en el mentir y que es una cosa distinta del merodecir algo realmente falso. Por ejemplo: pensar, cuando digo lo absuelvo, que elhecho fue cometido por la persona a quien absuelvo, o pensar, cuando digo lofelicito, que no fue la persona felicitada quien realiz la proeza. Pero de hechopuedo estar equivocado al pensar as.

    Si algunos por lo menos de nuestros pensamientos son incorrectos (comocosa opuesta a insinceros), esto puede traducirse en un infortunio de tipo diferente.

    a) Puedo obsequiar algo que en realidad no es mo, aunque creo que lo es.Podramos decir que esto es una Mala Aplicacin, que las circunstancias, objetos,personas, etc., no son apropiados para el procedimiento de hacer un regalo. Pero esmenester recordar que dijimos que no bamos a ocuparnos de toda la dimensin decasos que bien podan llamarse Infortunios pero que surgen del error y delequvoco. Habra que hacer notar que en general el error no hace que el acto seanulo, aunque puede volverlo excusable.

    b) Te aconsejo hacer X es una expresin realizativa. Consideremos el casode que alguien aconseje a otro hacer algo que en realidad no es beneficioso para elltimo, aunque el primero piense que lo es. Este caso es totalmente distinto de 1)2,pues aqu no existe la tentacin de pensar que el acto de aconsejar podra ser quiznulo o anulable, y, del mismo modo, no existe la tentacin de pensar que esinsincero. Ms bien cabe introducir aqu una dimensin completamente nueva decrtica: diremos que es un mal consejo. Que un acto sea afortunado o feliz en todoslos aspectos que hemos analizado no lo exime de toda crtica. Volveremos sobreeste particular.

    3) Ms difcil que los casos precedentes es un caso sobre el que tambinvolveremos ms adelante. Hay una clase de realizativos que llamo los judicativos

    2 Esto se refiere, presumiblemente, a los ejemplos del punto 1. Sentimientos, y no a los de la pg.siguiente. El manuscrito no orienta al respecto. J.O.U.

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    (veredictives); por ejemplo cuando decimos Declaro al acusado culpable, osimplemente culpable, o cuando el rbitro dice fuera de juego. Cuandodecimos culpable, esto es afortunado, desde un punto de vista, si pensamossinceramente, con base en la prueba, que la persona imputada cometi el hecho.Pero, por supuesto, lo fundamental del procedimiento, en cierto modo, es que elmismo sea correcto, puede incluso no ser una cuestin opinable. As, cuando elrbitro dice fuera de juego su palabra es definitiva. Pero podemos estar frente aun mal veredicto; ste puede ser injustificado (en el caso de un jurado), o bienincorrecto (en el caso de un rbitro). Es as que aqu nos damos con una situacinmuy desdichada. Pero con todo no es infortunada en ninguno de los sentidos quehemos visto: el acto no es nulo (si el rbitro dice fuera de juego, es fuera dejuego; su decisin es definitiva), ni insincero. Sin embargo no nos preocupan ahoraestos otros problemas, sino distinguir la insinceridad.

    4) Tambin en los casos de intencin hay ciertas dificultades especiales:a) Hemos sealado ya lo dudoso que es distinguir entre lo que constituye

    una accin subsiguiente y lo que simplemente configura la consumacin de unaaccin nica o total. Por ejemplo, es difcil determinar la relacin entre

    Te doy esto y entregar la posesin del objeto.Vendo esto y perfeccionar la venta

    aunque la distincin es fcil en el caso de las promesas. Hay posibilidadessemejantes de trazar distinciones de diferentes maneras acerca de cul es laintencin requerida cuando se trata de realizar una accin subsiguiente, y cul es laintencin requerida cuando se trata de completar la accin presente. Esto, sinembargo, no suscita en principio dificultad alguna en cuanto al concepto de insinceridad.

    b) Hemos distinguido toscamente aquellos casos en los que es menestertener ciertas intenciones, de aquellos otros, ms particulares, en los que es menester llevar a cabo cierto comportamiento adicional. En estos ltimos, elprocedimiento tena precisamente por mira inaugurar, por as decir, esecomportamiento adicional (ya sea hacindolo obligatorio o permitido). Comoejemplo de este procedimiento ms especializado podemos mencionar elcompromiso de realizar una accin, y, probablemente, tambin el bautizar. Lofundamental del hecho de poder recurrir a tal procedimiento es precisamentehacer que cierta conducta subsiguiente est en regla y que otra no lo est. Paramuchos fines, como ocurre, por ejemplo, con las frmulas del derecho, esta metaest muy cercana. Pero otros casos no son tan sencillos. Por ejemplo, puedo expresar mi intencin diciendo simplemente estar all; es menester que en elmomento de decir eso tenga la intencin de ir para que mi acto no sea insincero.

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    Pero, cul es exactamente el grado o el tipo de infortunio si despus no voy? O,para poner otro ejemplo, cuando digo le doy la bienvenida, con lo cual estoydando la bienvenida, las intenciones de cierto tipo son, cabe presumir, vagamentenecesarias. Pero, qu ocurre s despus me comporto groseramente? O si no,supongamos que doy un consejo a un amigo y ste lo acepta, pero luego lo atacopor haber hecho lo que le aconsej, en qu medida es obligatorio para mi nocomportarme as? O slo no se espera de m que me conduzca de esa manera?,o forma parte, sin duda, del pedir y dar consejo que esa conducta subsiguiente seconvierta en un comportamiento fuera de lugar? Igualmente, s le ruego a miinterlocutor que haga algo, ste accede, y luego protesto, estoy haciendo algofuera de lugar? Probablemente s. Pero hay una tendencia constante a poner msen claro este tipo de cosas, como, por ejemplo, cuando en lugar de decir lo hardigo prometo.

    Con esto concluimos las observaciones referentes a las maneras en que lasexpresiones realizativas pueden ser desafortunadas en el sentido de que el actoen cuestin es simplemente intentado o pretendido, etc. En general esto importdecir, para usar una jerga tcnica, que si la expresin ha de ser afortunada tienenque satisfacerse ciertas condiciones. Ciertas cosas tienen que ser de una determinada manera. Y parece claro que esto nos compromete a decir que para que unadeterminada expresin realizativa sea afortunada es menester que ciertosenunciados sean verdaderos. Esto, en s mismo, es sin duda un resultado muy trivialde nuestras investigaciones. Para evitar por lo menos los infortunios que hemosconsiderado,

    1) cules son los enunciados que es menester que sean verdaderos?, y2) podemos decir algo de inters acerca de la relacin que hay entre ellos y

    la expresin realizativa?

    Recordemos que en la primera conferencia sealamos que cuando decimoste prometo podamos en algn sentido implicar que se dan muchas cosas, peroesto es completamente distinto de afirmar que la expresin te prometo es unenunciado, verdadero o falso, que dice que tales cosas son as. Me ocupar ahora dealgunas cosas importantes que es menester que sean verdaderas para que elrealizativo sea afortunado. (No me ocupar de todas ellas, pero las que abordarparecern ahora bastante aburridas y triviales. Espero que sea as porque ellosignifica que parecern obvias, por ahora.)

    Por ejemplo, si cuando digo le pido disculpas pido disculpas, de maneratal que puede afirmarse sin duda que eso es lo que he hecho, entonces,

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    1) es verdad, y no es falso, que estoy naciendo (de hecho) algo; en realidadestoy haciendo numerosas cosas, pero en particular estoy pidiendo disculpas (hepedido disculpas);

    2) es verdad, y no es falso, que se dan ciertas condiciones, en particular lasdel tipo especificado en nuestras reglas A.1 y A.2;

    3) es verdad, y no es falso, que se dan otras condiciones de nuestro tipo G, enparticular que estoy pensando algo; y

    4) es verdad, y no es falso, que estoy comprometido a hacer algosubsiguientemente.

    Hablando estrictamente, el sentido en el que le pido disculpas implica laverdad de que cada una de esas cosas ha sido explicada ya. Eso precisamente es loque hemos estado explicando. Pero lo que tiene inters es comparar estasimplicaciones de expresiones realizativas con ciertos descubrimientoscomparativamente recientes acerca de las implicaciones de un tipo de expresinprivilegiada y opuesto a aquellas expresiones. A saber, el enunciado, o expresinconstatativa que, a diferencia de la realizativa, es verdadera o falsa.

    Para comenzar con 1): cul es la relacin entre la expresin le pidodisculpas y el hecho de que estoy pidiendo disculpas? Es importante advertir queesto es distinto de la relacin entre estoy corriendo y el hecho de que estoycorriendo (o en caso de que ste no sea un mero informe genuino, entre l estcorriendo y el hecho de que est corriendo). La diferencia se marca en ingls porel uso del presente no continuo en las frmulas realizativas. Sin embargo, no essiempre necesariamente marcada en todos los idiomas que pueden carecer de unpresente continuo ni siquiera lo es siempre en ingls.

    Podramos decir: en los casos comunes, por ejemplo el de correr, es el hechode que alguien est corriendo lo que hace que el enunciado de que est corriendosea verdadero; o si no, que la verdad de la expresin constatativa l est corriendodepende de que est corriendo. Mientras que en nuestro caso es la fortuna delrealizativo le pido disculpas lo que constituye el hecho de que estoy pidiendodisculpas, y m realizacin satisfactoria del acto de pedir disculpas depende de lafortuna de la expresin realizativa le pido disculpas. Esta es una manera en laque podramos justificar la distincin realizativo constatativo, esto es, la distincin entre hacer y decir.

    Consideraremos seguidamente tres de las muchas formas en las que unenunciado implica la verdad de ciertos otros enunciados. Una de las que mencionar ha sido conocida desde mucho tiempo atrs. Las otras han sidodescubiertas recientemente. No expondremos la cuestin de manera demasiadotcnica, aunque se podra hacerlo. Me refiero al descubrimiento de que las manerasen que podemos errar, hablar abusivamente, al formular conjunciones de

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    enunciados fcticos son muchas ms que la mera contradiccin (la que, de todosmodos, es una relacin complicada que exige ser definida y tambin explicada).

    1. implica lgicamente (Se sigue)

    De todos los hombres se sonrojan se sigue algunos hombres se sonrojan.No podemos decir todos los hombres se sonrojan pero algunos hombres no sesonrojan, o el gato est debajo del felpudo y el gato est sobre el felpudo, o elgato est sobre el felpudo y no est sobre el felpudo. En todos estos casos, de laprimera clusula se sigue la contradictoria de la segunda.

    2. Implica

    El hecho de que yo diga el gato est sobre el felpudo implica realmenteque yo creo que est all, en un sentido de implica que ya advirti G. E. Moore.No podemos decir el gato est sobre el felpudo pero yo no lo creo. (Este en realidad no es el uso ordinario de implica, en el sentido de da a entender.Implica o da a entender es en realidad ms dbil, como cuando decimosfulano dio a entender que yo no saba, o usted dio a entender que saba tal cosacomo algo distinto de que simplemente crea tal cosa.)

    3. Presupone

    Todos los hijos de Juan son calvos presupone que Juan tiene hijos. Nopodemos decir todos los hijos de Juan son calvos pero Juan no tiene hijos, oJuan no tiene hijos y todos sus hijos son calvos.

    Frente a todos estos casos existe un sentimiento comn de que se incurre enun abuso. Pero para abarcarlos no podemos usar un trmino general comoimplica o contradiccin porque hay grandes diferencias. Hay muchas otrasmaneras de matar a un gato que ahogndolo en manteca, pero este es el tipo decosas (como lo indica ese proverbio ingls) que pasamos por alto. Hay msmaneras de abusar del lenguaje que la de incurrir simplemente en contradiccin.Las preguntas principales son: cuntas son esas maneras?; por qu ellas sonabusos del lenguaje?, y en qu consiste el abuso?

    Contrastemos estos casos apelando a procedimientos familiares:

    1. Implica lgicamente. (Se sigue)

    Si de p se sigue q, entonces de q se sigue p. Si de el gato est sobre elfelpudo se sigue el felpudo est debajo del gato, entonces de el felpudo no est

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    debajo del gato se sigue el gato no est sobre el felpudo. Aqu, de la verdad deuna proposicin se sigue la verdad de otra, o la verdad de una proposicin esincompatible con la verdad de otra.

    2. Implica

    Esto es diferente: si el hecho de decir que el gato est sobre el felpudoimplica que creo que es as, no es el caso que si no creo que el gato est sobre elfelpudo ello implica, en lenguaje ordinario, que el gato no est sobre el felpudo.Aqu no nos ocupamos de la incompatibilidad de proposiciones; ellas sonperfectamente compatibles. Puede ser el caso de que el gato est sobre el felpudopero que yo no crea que est. Pero en el otro caso no podemos decir puede ocurrirque el gato est sobre el felpudo pero que, al mismo tiempo, el felpudo no estdebajo del gato. Aqu lo que no es posible es decir el gato est sobre el felpudoy aadir pero yo no lo creo. La asercin implica una creencia.

    3. Presupone

    Tambin aqu la situacin es distinta de los casos en que podemos afirmarque de una proposicin se sigue otra. Si los hijos de Juan son calvos presuponeque Juan tiene hijos; no es verdad que el hecho de que Juan no tenga hijospresuponga que los hijos de Juan no son calvos. Adems, tanto los hijos de Juanson calvos como los hijos de Juan no son calvos presuponen por igual que Juantiene hijos. Pero no es el caso de que tanto de el gato est sobre el felpudo comode el gato no est sobre el felpudo se sigue que el gato est debajo del felpudo.

    Consideremos implica y presupone otra vez.

    Implica

    Supongamos que digo el gato est sobre el felpudo cuando no es el casoque creo que el gato est sobre el felpudo. Qu diramos entonces? Claramente esun caso de insinceridad. En otras palabras, aqu el infortunio est afectando unenunciado, exactamente de la misma manera en que el infortunio infecta teprometo cuando digo esto y no tengo la intencin, no creo, etc. La insinceridad deuna afirmacin es la misma que la de una promesa. Prometo pero no tengo laintencin de hacer lo prometido es paralelo a esto es as pero yo no lo creo.Decir prometo sin tener la intencin, etc., es paralelo a decir esto es as sincreerlo.

    Presuposicin

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    Consideremos los casos de presuposicin. Qu habremos de decir delenunciado de que todos los hijos de Juan son calvos cuando Juan no tiene hijos?Hoy da es usual decir que el enunciado no es falso, porque carece de referencia; lareferencia es necesaria tanto para la verdad como para la falsedad. (Careceentonces de significado? Esto no es as en todos los sentidos; no es como unaoracin carente de significado, gramaticalmente mal construida, incompleta,disparatada, etc.) Se dice que la cuestin de la verdad o de la falsedad no surge.Dir aqu que la expresin es nula.

    Comprese esto con nuestro ejemplo de infortunio cuando decimosbautizo, pero no estn satisfechas algunas de las condiciones A.1 y A.2(especialmente A.2, quiz, pero en realidad en el caso de los enunciados existetambin una presuposicin paralela a A.1). Aqu podramos haber usado lafrmula presupone; podramos decir que la frmula acepto presupone muchascosas. Si ellas no son satisfechas la frmula es desafortunada, es nula. Ella no llegaa configurar un contrato cuando la referencia fracasa, o es ambigua, tal como en elotro caso lo que digo no llega a ser un enunciado. Del mismo modo, la cuestinrelativa a si un consejo es bueno o malo no surge si quien pretende aconsejar noest en posicin de hacerlo.

    Por ltimo, podra ocurrir que la manera en la cual de una proposicin sesigue otra no difiere de la manera en que de prometo (me comprometo) sesigue yo debo. No es lo mismo pero es paralelo: prometo pero no debo esparalelo a es y no es. Decir prometo pero no realizar el acto prometido esparalelo a decir simultneamente es y no es. Tal cono el propsito de laafirmacin se frustra por una contradiccin interna (cuando a la vez equiparamos ycontraponernos y de esa manera anulamos o neutralizamos el procedimiento) astambin el propsito de un contrato se frustra si decimos prometo y no debo.Esta expresin me compromete y cancela el compromiso. Es un proceso que seauto anula. Una afirmacin compromete a otra afirmacin, una realizacincompromete a otra realizacin. Adems, si de p se sigue q, entonces de q se siguep; as de no debo se sigue no prometo.

    En conclusin, vemos que para explicar qu es lo que puede andar mal conlos enunciados no podemos limitar nuestra atencin a la proposicin en juego (sealo que esto fuere), tal como se ha hecho tradicionalmente. Tenemos que considerarla situacin total en que la expresin es emitida el acto lingstico total parapoder ver el paralelo que hay entre los enunciados y las expresiones realizativas, ycmo unos y otros pueden andar mal. Quizs, en verdad, no hay una grandiferencia entre los enunciados y las expresiones realizativas.

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    CONFERENCIAV

    En la parte final de la conferencia anterior estbamos reconsiderando elproblema de las relaciones entr