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El Bautismo

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El BautismoIntroduccion

Hay algunas ocasiones en nuestra vida en Cristo que son tan especiales, tan oportunas, tan importantes, que Dios ha dicho que las utilizará, aprenderá de ellas, recibirá más información durante nuestra vida. Además el Señor me ha enseñado que estas revelaciones “toques del Cielo” no serán solamente para hoy sino que son experiencias que nos seguirán toda la eterni-dad.

Muchas de estas experiencias en el Señor vienen a mi mente. No podemos excluir nuestra salvación, el gran milagro de nuestras vidas. Pero también creo que el Bautismo en el Es-píritu Santo es otro evento importante en nuestras vidas.

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Pienso en los patriarcas de nuestra fe, los Santos del Viejo Testamento. Ellos tan pronto tenían un encuentro con Dios le construían un altar, en ese mismo momento para conmemorar la ocasión.

En Génesis 35: 9-15, Jacob tuvo una de esas experienecias. Jacob era obediente e inmediatamente se fue a Bethel. Él vio a Dios allí. Allí es donde Dios cambió su nombre de Recibidor a Donante, (de Jacob a Israel) “Una nación y una compañía de naciones estará contigo y muchos reyes estarán a tu dis-posición”. El mundo tuvo tal impacto que Jacob construyó un altar. Así siempre podía volver y recordar la ocasión.

El volvía allí años después para ganar mayor conocimiento y ver con más claridad lo que Dios le había dicho. Continuó adorando a Dios por lo que le había revelado. Durante toda su vida siguió aprendiendo de la experiencia. Allí comenzó a darse cuenta de la profundidad de lo que tenía que hacer con esa nación prometida.

Sabemos que cuando recibimos a Cristo, nosotros recibimos la medida de fe que necesitamos y también recibimos los men-sajes y revelaciones del Espíritu Santo. Es la experiencia más importante y relevante en la vida. Después de esta experiencia nuestra vida cambia y nos convertimos en candidatos para encuentros más profundos con nuestro Padre.

Nuestra herencia Judía (ver Romanos 11:17) muestra que Abraham, Isaac y Jacob no solamente construyeron un altar sino varios altares de prominencia. Cuando nosotros recibi-mos a Cristo, comenzamos a avanzar en nuestro camino y recibir los mensajes que Dios ha ordeando para nosotros. Es la manera de introducirnos a la intimidad con nuestro Señor.Yo te digo, mi lector, que el Bautismo en el Espíritu Santo es

tan importante para nosotros como Cristianos como la misma Salvación. (No descuento la importancia del trabajo de Dios en nosotros pero eso es una transformación diaria) Esta ex-periencia nos conecta tanto con nuestro Padre que digo, sin vergüenza, que si quieres ser lo “mejor de ti”, estarás muy dispuesto a recibir este encuentro especial.

Este libro demuestra mi obediencia a Dios que me ha llamado para escribirlo. Es un testimonio y también una enseñanza. Me encanta como Dios hace las cosas. Él me dijo que lo escribiera y antes de eso me dijo que debo traducirlo al Español. (Siem-pre nos da una idea de lo que quiere que hagamos en el futuro)

Ojalá que esta historia te inspire y que las Escrituras te edi-fiquen. Si nos sabes del Bautismo en el Espíritu Santo o nunca has sido bautizado permite que el Espíritu Santo trabaje en ti. Te dará la sabiduría para conocerlo y recibirlo. El bautismo del Espíritu Santo es la promesa de Dios para ti y tus hijos y para los demás que están tan lejos que el mismo Señor los puede encontrar. (Hechos 2:39)

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Índice

Parte I: El Testimonio

Mi Historia Mi Salvación El Bautismo

Parte Ii: La Enseñanza

¿Qué es el Bautismo en el Espíritu Santo? ¿Cómo recibimos el Bautismo en el Espíritu Santo? Seis pasos Debes nacer de nuevo Tu Deseo Tu Aprendizaje Tus Preguntas Tú desarrollas la Fe Tú recibes; comienzas a hablar por Fe iete respuestas acerca del Bautismo ¿De dónde viene el Bautismo por el Espíritu Santo? ¿Es el Espíritu Santo para hoy?

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¿Dónde recibes el Bautismo?

¿Es hablar en lenguas una señal de la presencia del Espíri-tu Santo?

¿De dónde viene el Espíritu Santo?

¿La diferencia de hablar en lenguas y hablar con el Espíri-tu

¿Por qué debemos hablar en lenguas?

Escrituras del Bautismo que debemos memorizar

Apéndices

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PARTE I:

El Testimonio

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PARTE I:

El Testimonio

Capítulo 1

Mi Historia

Esta es mi historia. No es una historia feliz, pero como Cris-tianos sabemos que Dios tiene una manera de hacer nuestras experiencias importantes. Es por eso que no tengo remordi-mientos. Dios nos maneja de acuerdo a nuestra historia y no hay dos historias completamente iguales.

Cuando lo miramos Él siempre sabe lo que necesitamos y como otorgárnolos. Este testimonio no es acerca de mí mismo. Es acerca de la Gracia de Dios que viene a nosotros si nosotros la pedimos. Es un testimonio acerca de la gracia y amor de Jesús.

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Yo tuve cinco padres y cinco madres y eso no fue en el sistema de adopciones. Sé que esto es una revelación increíble. Sin embargo, es verdad. Yo tenía seis meses cuando mis padres naturales, que no estaban casados, nos abandonaron a mí y a mi hermano mayor. Mi hermano mayor era un poco lento intelectualmente, con un cociente intelectual de 80. El rumor decía que había sido descuidado nutricionalmente cuando era bebé.

Como consecuencia de este descuido nos mandaron a un orfa-natorio en Los Angeles por un tiempito y después nos enviaron a Saint Paul, Minnesota, con mi abuela Gerti.

Como creyentes podemos ver el pasado y ver la divina Provi-dencia. Para mí, esta era una de esas ocasiones. Mi abuela y mis parientes en Minnesota eran Bautistas. Íbamos a la iglesia cada domingo, cada semana.. No solamente me enseñaron la palabra de Dios sino ellos creían en el plan de Salvación de Dios, con sus retos. Por cinco años fui feliz y sintiéndome muy seguro. Sin embargo los problemas económicos forzaron a mi abuelita a mandarnos con nuestra madre natural a Los Angeles.

Mi madre Lonny, estaba casada con un hombre llamado Hal. Él era muy abusivo fisicamente y un alcohólico. A veces la gente está tan perdida que está buscando la realidad de sí mis-mos. Están confundidos, su vida está muy fragmentada y no pueden hacer bien a nadie.

Así era el estado en esa casa. Cuando Hal se daba cuenta nos castigaba y me forzaba a comer colillas de cigarrillos con cer-veza hasta que comenzaba a sentirme enfermo.

Yo no sabía entonces que había una pareja que no podía tener hijos y andaban buscando niños para adoptar.

La señora Laura, era una compañera de infancia de mi mamá. Ella también era una hija adoptada por una pareja de viejitos. Cuando era niña le gustaba ir una cuadra y media a visitar a mi mamá y su “familia hermosa” para jugar con mi madre y mi tía Ginny.

Después de visitarnos, Mac y Laura decidieron adoptarnos a mi hermano y a mí. Sin embargo considerando los problemas intelectuales de mi hermano ellos decidieron adoptarme sola-mente a mí. A la edad de nueve años, en 1957, fui a vivir de una zona pobre en Watts a una zona buena al sur de Los An-geles. En ese tiempo ese area era referido como el “pequeño Beverly Hills”.

Mi padre adoptivo cuyo nombre todavía llevo, era un con-structor que se dedicaba a diseñar y construir casas y centros comerciales. Tenía relación con el fundador de la cadena Denny’s de restaurantes, (que entonces era la cadena de donuts Danny’s).

La pobreza no trae la felicidad pero tampoco lo hace la rique-za. Mi padre aoptivo tenía sus propios problemas y buscando realizarse se convirtió en un galán y comenzó a tomar demasi-ado. Siempre estaba metido en fiestas con la gente con la que se involucraba.

Ellos tenían dinero y poder y estaban acostumbrados a “vivir bien” con mujeres y fiestas continuas. Esto causaba muchos problemas en la casa con su esposa. Finalmente ellos se divor-ciaron. Él, entonces, se casó con la mujer quien ya era su aman-te y se fue de la casa. Yo me quedé con mi madre adoptiva.

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Ella obtuvo una pensión decente de Mac y continuó viviendo en la misma casa. Ella comenzó a salir con un hombre que para ella era un “genio musical” y que trabajaba con los Es-tudios Disney y Warner Brothers. Se casó con él y después de poco tiempo se dio cuenta que la estaba robando todo lo que tenía y que todo lo que le había dicho era una mentira. Obtuvo un anulamiento del matrimonio y él terminó en la cárcel fed-eral en Leavenworth donde murió unos años después.

Entretanto mi padre adoptivo también se había divorciado y estaba libre otra vez. Él nos visitaba y me llevaba a su casa para quedarme una noche con él. Él había empezado un nego-cio de café que se llamaba Van’s pero que no había comenzado bien y terminó entrando en bancarrota.

De todos modos, una vez cuando le visitaba, nos fuimos a pes-car en su barco y se puso muy borracho. Yo tenía quince años y quería tener un carro. Su nueva esposa Gloria, me apoyaba. El carro que yo quería era muy grande, poco práctico pero como él vio que Gloria estaba apoyándome se puso violento y la golpeó. Mientras la estaba golpeando ella me comenzó a pedir ayuda, él la arrastró al suelo con su cara contra el piso y finalmente yo tuve la valentía de ayudarle y detenerlo. Básica-mente le salvé la vida. Él la llevó al hospital y a pesar que él decía que no se acordaba y que no sabía lo que había hecho, terminó en la cárcel por asalto.

Ella no lo demandó pero para entonces la relación ya había terminado. Mi madre adoptiva tuvo que vender la casa porque su segundo marido la dejó sin los fondos necesarios para con-tinuar viviendo allí. Para entonces yo estaba en Junior High School y comencé a asociarme con “jóvenes indeseables.” Empecé a fumar, tomar y a tener una vida sexual activa.

Un día mi madre me confrontó y terminé empujándola contra el refrigerador. Fue entonces que me di cuenta que yo necesi-taba hacer un cambio.

Tenía un amigo a quien le estaban forzando a ir al servicio militar y yo convencí a mis padres que me dejaran ir allí. Estuve por dos años inscrito en la escuela Naval y Militar en Carlsbad, California. Alli aprendí a tener una auto-disciplina y a conseguir objetivos. Mis calificaciones mejoraron y en gen-eral me sentí mejor hacia mí mismo. Muchas de esas cuali-dades las he conservado durante mi vida.

Pero eso no era bastante. En 1967, durante mi último año de escuela secundaria comencé a fumar marihuana y tuve mi primer encuentro con LSD.

En el tiempo que estuve en la escuela militar mis padres se volvieron a casar con diferentes parejas. Mi padre se casó con una mujer Cristiana llamada Rosemary.

Mi madre se casó con un desviado sexual.

Después de graduarme de la secundaria volví con mi madre y su nuevo marido. Ellos vivían en una casa grande y yo me quedaba en una casa móvil detrás de la propiedad.

Ellos no querían que me quede en la casa porque tenían cos-tumbres de intercambios de parejas con otras parejas.

Mi padre empeoró con su hábito de tomar alcohol. Tomaba todas las noches y se volvió más amargado por haber perdido todo lo que tenía. En ese tiempo yo también me puse peor y comencé a vender marijuana y LSD y empecé a tomar pastil-las para excitarme o para deprimirme. Esto tuvo el resultado

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de ponerme peor y de acrecentar mis problemas personales. Era un esfuerzo de encontrar respuestas a mis cuestionamien-tos. O quizás estaba tratando de aliviar mi propio dolor. No estoy seguro. Pero debido a esto comcencé a usar LSD cada día por meses y a sentir que estaba perdiendo mi mente. Sabía que nadie podía ayudarme, ni psiquiatras, ni ningún médico. Contemplé suicidarme pero recordé al Jesús de mi juventud y lo invoqué: “Señor, necesito ayuda. No sé qué hacer, con quién ir. Si verdaderamente eres real, ayúdame”

Capítulo 2:

Mi Salvación

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Capítulo 2:

Mi Salvación

Toda mi vida el Señor estuvo esperando que lo llame. Y cu-ando lo hice sentí que las ruedas comenzaron a girar. Mi vida comenzó a ser la que estaba diseñada por Él.

Poco tiempo después de mi llamado a Dios estaba viviendo con mi padre en Anaheim, California, quizás como resul-tado de las oraciones de Rosemary la esposa de mi padre. (acuérdense que ella era una mujer Cristiana) Conseguí un trabajo en Southwest Forest Industries en Santa Fe Springs, California.

Mi padre adoptivo y su nueva esposa comenzaron a tener problemas acerca de su alcoholismo. Entonces decidieron que debían ir a la iglesia.

Comenzamos a asistir a una iglesia cerca de la casa y en una de las invitaciones a la Salvación el Espíritu Santo me dijo que yo debía ir hacia adelante al altar. Yo tenía miedo de hacer un espectáculo si lo hacía, pero, cuando dieron la señal de acer-carse al altar no podía creerlo pero me paré, me sentí paral-izado y respondí. Creo que ellos mismos estaban sorprendidos que yo me levantara. Creo que esta no era la manera ordinaria que la gente respondiera. Mientras yo caminaba hacia aldel-ante de la iglesia el pastor pidió a los feligreses que rezaran

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por mí. A medida que ellos oraban por mí uno por uno, yo me sentía un poco desilusionado que no sentía nada.

(Ahora entiendo que no es por sentir sino por Fe que uno sabe) Ellos rezaron conmigo hasta que ya todos se fueron. Todavía recuerdo, aun después de cuarenta años, que cuando me salí de la iglesia, el Señor me permitió sentir que un peso se había bajado de mi espalda. Sentía que estaba flotando unos centí-metros sobre el piso. Cuando me metí en el carro, mi padre adoptivo, mi madre adoptiva, mi medio hermano, mi media hermana, estaban todos esperándome. Recuerdo que mi padre me dijo que estaba orgulloso de mí.

Durante la cena yo no podía concentrarme en el tema de con-versación porque todas las Escrituras inundaron mi espíritu. Y ahora las entendía. Recuerdo diciéndome a mí mismo “este es el sentido de la vida”. Esa noche me sentí muy bien. Al día siguiente toda la ola de negatividad, miedo y sufrimiento que había sentido antes de ser salvado me invadió y pareció hac-erse peor. Pensé que quizás mi experiencia no estaba siendo real. El enemigo me estaba atacando con todo su empeño.

Pero el Señor me había colocado en esa casa con la madrastra Cristiana, quien conocía la Palabra y ella era la que me an-imaba. De una manera instintiva yo sabía que había algo más que yo necesitaba hacer y Dios comenzó a moverme en esa dirección.

Capítulo 3:

El Bautismo

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Capítulo 3:

El Bautismo

Jesús dijo, “aquellos que tienen hambre y sed por hacer bien las cosas serán saciados” (Mateo 5:6) Había algo en mí que sabía que Dios tenía algo más para mí.

Me guié por ese deseo. Desesperadamente necesitaba liber-arme de los ataques demoníacos. Ahora sabía que una vez que estaba salvado el demonio tenía que cambiar su táctica y tenía que hacer lo necesario para mantenernos lejos de Dios.

No me sorprendió que Dios me había puesto un hombre en mi trabajo, que podía hablarme y atestiguar mi bautismo en el Espíritu Santo. Él me dijo que no era la inmersión en el agua lo que era importante sino la inmersión en el Espíritu Santo.

Y boom! Supe de inmediato que eso era para mí. Comencé a aprender acerca del bautismo. Devoré todo lo que había de leer acerca del bautismo en el Espíritu Santo.

Finalmente, un mes después de que el Señor se había reve-lado a mí, acerca del regalo del bautismo en el Espíritu Santo (quizás dos meses después de haber sido salvado), me encon-tré en una iglesia en Paramount, California.

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Se llamaba La Asamblea de Dios de Bethel. Estaban teniendo sesiones de renacimiento. Una mujer “llena del Espíritu” se convirtió en una amiga de mi madre adoptiva. Me dijo acerca de las sesiones. Esa noche era la última y el tema era y estoy serio acerca de esto, “El Bautismo en el Espíritu Santo”.

Yo ya conocía las Escrituras. Muchas de ellas ya estaban impresas en mi mente de tanta lectura. La presencia de Dios estaba allí de una manera muy marcada mientras el evangelista hablaba acerca del bautismo en el Espíritu Santo.

El lugar estaba lleno de gente. El pastor llamó a las personas que querían ser bautizadas en el Espíritu Santo. Era la única dirección en la que podía caminar. Una vez que llegué me puse de rodillas, levanté mis brazos, y comencé a rezar, “Dios mio, lléname con tu Espíritu”. Traté de hablar en otras lenguas como había oído a otras personas pero no sucedía nada. En-tonces una señora ya de edad se acercó a mí, puso su mano en mi hombro y me dijo, “Tengo un palabra de Dios para ti”, me dijo, “El Señor dice que estás tratando demasiado fuertemente y que necesitas relajarte y dejar que el Espíritu lo haga”. Esas palabras me golpearon como una carga de piedras.

Las Escrituras dicen “La verdad te hará libre” (Juan 8:32). Immediatamente comencé a hablar en lenguas. Esta vez supe que estaba bajo la inspiración del Espíritu Santo. Lo prim-ero que sucedió es que el Espíritu Santo se posesionó de mi espíritu. Que era un hombre nuevo, por dos meses me dio una habilidad nueva de alabar a Jesús. Esta alabanza no era una alabanza cualquiera sino que cada palabra que yo decía lle-gaba a su objetivo.

Cada alabanza era bien recibida. No estaba hablando en inglés. Estaba alabando en diferentes lenguas, “el lenguaje celestial”.

Y de alguna manera yo sabía lo que estaba diciendo. “Te amo Jesús, gracias por venir a mi vida; gracias por salvarme. Te veo en tu gloria. Eres hermoso. Eres maravilloso. Sé que tú eres la respuesta, sé que eres mi solución. Te amo, eres mi Dios”. Era tan hermoso alabar a mi Dios de una manera tan libre como nunca. Era como que estaba delante del trono y que no había limitaciones terrestres.

Al mismo tiempo que el Espíritu me llevaba más y más pro-fundamente en la alabanza, un fuego comenzó dentro de mí. Era como si alguien pusiera un fuego en mi hombre interior. El Señor me mostró más tarde que me estaba liberando de toda la “basura” (ver Mateo 3:12) . Era parte de mi sanación en mi mente y en mi espíritu.

Fue entonces cuando tuve una visión; fue una visión de di-mensiones Bíblicas. Mientras estuve alabando en el Espíritu y estaba siendo liberado vi a Jesús. Estaba parado delante de mí. Primero pensé que era un ángel. Su túnica era más blanca que lo blanco. Su cara era como el sol. Y aun así yo podía recon-ocerlo. Era como si yo estuviese arrodillado delante de Él. Yo continuaba alabándole; una sensación radiante me invadió y penetró mi espíritu. No salió ninguna palabra de sus labios, sin embargo, Él comenzó a decirme que me amaba; Él me dijo que yo valía la pena, que Él me necesitaba. (Que Él me queria tanto como yo le quería, esa es la manera como Él me quería)

Hubo un intercambio celestial durante ese momento que cambió toda mi vida. Era como si Dios abriera mi corazón y derramase un “recipiente de amor”. La basura fue quemada y mi vacío fue llenado con amor. Me dio la habilidad de alabarle sin límites. Él sanó mi mente y sanó mi corazón herido. Fui liberado completamente de los ataques del enemigo.

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No sé cuánto tiempo pasó pero cuando abrí mis ojos todos se habían ido y yo estaba exhausto. Estaba completamente mojado. Era como si hubiera estado sentado bajo una lluvia de agua. Nunca más dudé acerca de la realidad de Dios.

PARTE 2:

La Enseñanza

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Capitulo 4:

¿Qué Es El Bautismo En El Espíritu Santo?

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Capitulo 4:

¿Qué Es El Bautismo En El Espíritu Santo?

El Bautismo en el Espíritu Santo es la experiencia con Dios en la cual su Espíritu se une con tu espíritu y te permite alabarle con una intensidad que no podrías conseguir sin Él y sin este encuentro.

Bautismo literalmente quiere decir “inmersión”. Ser bautizado significa ser inmerso, rodeado y saturado por el Espíritu Santo. Te empodera. Es otro nivel de experiencia en el Espíritu Santo.Siempre es acompañado por hablar en lenguas, como una señal que da la habilidad de hablar con Dios de manera dife-rente.

Cuando has sido salvado, tú recibes al Espíritu Santo para creer en Él. De hecho tú no puedes creer que Jesús es Dios si no te lo revela el Espíritu Santo.

Corintios 1: 12-13

dice “y nadie puede decir, ‘Jesús es el Señor’ excepto por medio del Espíritu Santo”

En este nuevo nacimiento tú recibes el Espíritu que te conduce a la verdad. Es Él en ti. La Biblia dice que estás destinado al

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día de la redención por la promesa del Espíritu Santo. Él siem-pre nos permite entender su palabra por el poder del Espíritu Santo. En verdad la redención esta completa por el trabajo del Espíritu Santo el día que comenzamos a creer. Los discípulos sabían que Jesús era el Señor.

Jesús les preguntó,

“¿Quién dicen ustedes que soy yo?” y Pedro contestó “Tú eres Cristo, el Hijo de Dios Vivo” Y Jesús le dijo, “Bien-aventurado tú, Simón-Barjona, porque eso no te lo reveló la carne y la sangre, sino mi Padre que está en el cielo”. (Mateo 16:17)

Eran creyentes confesados, nacidos otra vez de acuerdo a los requerimientos Bíblicos, y todavía Jesús les dijo que espe-ren en Jerusalen hasta que recibiesen el poder que necesita-ban para cumplir con su Misión Grandiosa. Jesús les dijo, “... pero ustedes recibirán el poder sólo cuando el Espíritu Santo venga sobre ustedes; ustedes serán mis testigos en Jerusalén y en Judea y Samaria y en los lugares más remo-tos de la tierra.” (Hechos 1:8)

De hecho, les ordenó no dejar Jerusalén hasta que reci-bieran el Bautismo en el Espíritu Santo. “Reuniéndoles a todos juntos les ordenó no salir de Jerusalén sino esperar lo que les prometió el Padre porque Juan les bautizó con agua pero ustedes serán bautizados en el Espíritu Santo en los siguientes días a venir”. (Hechos 1:4-5)

En ese día designado que era el día de la fiesta Judía de Pente-costés, ellos recibieron el poder para poder ser testigos.

Es por eso que ellos necesitaban otro nivel del Espíritu de Dios. Tenían una tarea muy grande y necesitaban el poder de dinamita para poder hacerla.

Incidentalmente, vemos más tarde, en Hechos 17:6, que el poder del Espíritu Santo era manifiesto el día después de Pen-tecostés porque las autoridades de Tesalónica dijeron, “Esos que vinieron han hecho cambios que afectan a todo el mundo. En Hechos 2:1-4 los 120 que habían obedecido a Jesús estaban en el “cuarto de arriba”. Era como si el Espíritu Santo se había “desbordado” en ellos.

Hechos 2:1-4“Cuando el día de Pentecostés llegó, ellos estaban en un mismo lugar y de pronto un rugido como de viento invadió el lugardonde estaban y aparecieron como lenguas de fuego que se distribuyeron alrededor de la habitación y se situaron encima de cada uno de ellos. Y fueron llenados del Espíritu Santo y comenzaron a hablar en diferentes lenguas, como si el Espíritu se los estuviera inspirando”.

Pedro se puso de pie y proclamó

“ Arrepiéntanse y cada uno de ustedes será bautizado en el nombre de Jesucristo para ser perdonados por sus pecados; recibirán el don del Espíritu santo.

Porque la promesa es para ustedes y sus hijos y por los que están lejos y por todos los que Dios quiera llamar a su lado” (Hechos 2:39)

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Capítulo 5:

¿Cómo Se Recibe El Bautismo En El Espíritu Santo?

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Capítulo 5:

¿Cómo Se Recibe El Bautismo En El Espíritu Santo?

Dios quiere que recibamos todo lo que nos da en el momento que Él decida. Aquí podemos decir, Dios mío, yo quiero recibir todo lo que quieras darme” y comenzar a hacer planes para recibirlo. El Bautismo en el Espíritu Santo no es diferente de recibir buenas o malas noticias o quizás una sanación que necesitamos. Todo es hecho por medio de la Fe.

“Y sin esta fe es imposible agradar a Dios” (Hebreos 11:6)

Cuando yo comencé a buscar a Dios para recibir el Bautismo por el Espíritu Santo, literalmente absorbí todo lo que me dije-ron acerca del bautismo, lo que leí acerca del bautismo, lo que la gente me decía del bautismo y lo que la Biblia decía acerca de él.

Estaba hambriento de recibir el Bautismo en el Espíritu Santo.El apóstol Pablo decía, “...deseen fuertemente regalos espiritu-ales” (1 Corintios 14:1)

Con esto en mente he delineado seis pasos para recibir el Espíritu:

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Paso 1. Debes Renacer.

Jesús dijo que debes “...nacer del agua y del Espíritu” (Juan 3:5) Lo que estaba diciendo es que hay dos clases de nacimientos, un nacimiento natural y un nacimiento espiritual. Debes nacer de las dos maneras para poder ver el Reino de Dios.

Pablo dice “Que si confiesas con tu boca ‘Jesús es el Se-ñor y crees verdaderamente que fue resucitado de entre los muertos, serás salvado porque si lo crees en tu corazón y lo confiesas con tu boca, resultará en tu salvación. (Romanos 10:9-10)

Cuando tú haces lo que dice la Biblia, el Espíritu Santo viene contigo y se asienta en ti. Cuando reside en ti, te trae todo lo necesario para vivir una vida Cristiana. En ese momento de confesión Dios renueva tu carácter. En Galateo 5:22-23 dice, “Pero el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, bon-dad, fidelidad, gentileza y auto-control...” Cuando recibimos a Cristo, Dios inmediatamente comienza a desarrollar estas cu-alidades en nosotros. Con el tiempo y esfuerzo desarrollamos el fruto del Espíritu. Si el Espíritu no está allí, sería imposible desarrollar estas cualidades divinas. Por otra parte, es después de la Salvación que uno es candidato a recibir los regalos que vienen con los frutos en tu vida.

La Salvación y el Bautismo en el Espíritu Santo son dos tra-bajos diferentes del Espíritu Santo. Un ejemplo de esto está en Hechos, 10:10 y 11, donde explica lo que sucedió en lacasa de Cornelio. Dios habló con Pedro por medio de una visión en la que le mostró una lista de cosas que él y los He-breos nunca deberían comer. Sin embargo Dios le dijo tres veces que debería “matar para comer” (Hechos 10:13)

Al mismo tiempo, un ángel habló con Cornelio y le dijo que llamase a Pedro porque él, Pedro, tenía un mensaje para él. Así Pedro fue a la casa y le comunicó a Cornelio todo lo que el Evangelio le ordenaba hacer (Hechos 10:22,33).

Cornelio era un Gentil y las nuevas de la salvación solamente eran dadas a los Judíos. Pero Pedro obedeció al Espíritu Santo y a la visión que tuvo de Dios y fue y predicó todas las bue-nas nuevas a la casa de Cornelio. Ellos creyeron todo lo que se les dijo, fueron renacidos y fueron bautizados en el Espíritu Santo. Pedro no terminó de hablar acerca de Jesús, y de los planes de Dios y explicando la Cruz.

“Y a medida que yo hablaba el Espíritu Santo descendió so-bre ellos como con nosotros al principio. Y recuerdo la pal-abra de Dios como Él lo decía: “Juan los bautizó con agua pero ustedes serán bautizados por el Espíritu Santo. “Enton-ces si Dios les dio ese regalo, después de que ellos creyeran en Jesucristo, ¿quién soy yo para ponerme en medio de sus deseos?” (Hechos 11:15-17 énfasis añadido)

“Mientras Pedro estaba diciendo estas palabras el Espíritu Santo cayó en la gente que oía el mensaje. Todos los hom-bres circumcizados se llenaron de sorpresa porque el regalo de Dios se había derramado también entre los Gentiles. Y ellos también estaban oyendo la palabra y hablando en len-guas y alabando a Dios” (Hechos 10:44-46)

La salvación y el bautismo sucedieron uno tras otro. Yo he sabido de experiencias similares. Pero más frecuentemente es la Salvación primero y después de un tiempo tenemos más hambre por Dios y luego recibimos el Bautismo en el Espíritu Santo. Pero no importa cuando o cuantos meses o años pasen después de haber creído, tenemos que renacer para recibir el

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Bautismo de Dios.

Paso 2: Tú Deseas

Las Escrituras dicen que debemos desearlo ardientemente. (1 Corintios 14:1) En Santiago 1:17 dice, “Cada cosa buena y cada regalo perfecto viene de arriba del Padre de la luz con quien no hay cambios o vacilaciones o sombras cam-biantes” El Bautismo en el Espiritu Santo es un regalo del cielo. Necesitamos desear ese regalo. La palabra de Dios dice “aquellos que desean lo que es bueno, lo recibirán” La Biblia promete que se te concederá lo que tu corazón desea. Jesús dice que te concederá las cosas divinas que desees.

“Deléitate en el Señor y Él te otorgará lo que deseas en tu corazón. Comprométete con Él, confía en Él y te lo otor-gará” (Salmo 37:4-5)

“Por eso les digo ‘lo que desees, cuando rezas, cree que lo recibirás y obtendrás lo que quieres’” (Marcos 11:24, KJV).

Es mejor desear un encuentro con Jesús que una experiencia de hablar enlenguas. Ser bautizado en el Espíritu Santo es acerca de alabar a Jesús. El encuentro que pedimos es la habi-lidad de alabar a Jesús con la ayuda del Espíritu Santo.

Paso 3: Tú Aprendes

Necesitas tener fe cuando intentas recibir algo de Dios, in-cluyendo el Bautismo en el Espíritu Santo. Y la fe viene de escuchar (aprender) la palabra de Dios (Romanos 10:17). La Escritura dice que perecemos por falta de “sabiduría” (Hosea

4:6). Podemos padecer de las bondades de Dios por nuestra falta de conocimiento y sabiduría.

Debes educarte acerca del Bautismo en el Espíritu Santo así sabes lo que dice el Libro acerca de ello. Además ayuda el saber, memorizar y practicar las Escrituras una y otra vez. El-las necesitan encontrar un camino de tu cabeza a tu corazón. Allí es donde se convierten en eficientes. Nosotros somos muy lentos para comprender las cosas pero si somos diligentes con su palabra Él nos premiará. Y más que eso, el enemigo no qui-ere que nosotros recibamos premios de Dios por eso debemos armarnos con la palabra poderosa de Dios para combatir hasta que la palabra penetre en nuestro espíritu y haga la diferencia.

Paso 4: Tú Preguntas

Debes preguntar todo. Con Dios todo es preguntar. “tú no ob-tienes porque no pides” dice Jesús en (Juan 14:13-14) “Lo que sea que pidas en mi nombre te lo otorgaré” Dios está esper-ando que le pidamos para darnos.

“Así que pide y se te dará, busca y lo encontrarás, toca la puerta y se te abrirá. Porque quien pide, recibe, quien busca, encuentra y quien toca la puerta se le abre.” (Lucas 11:9-10)

Paso 5: Tú desarrollas la Fe

Las Escrituras dicen que tú desarrollas la fe escuchando la voz de Dios. Es importante entender que por escuchar se entiende “recibir la revelación” . Nosotros desarrollamos la fe medi-tando en la palabara de Dios. Cuanto más estudias las Escritu-ras concernientes al Bautismo en el Espíritu Santo obtienes más fe en tu capacidad de aprender y creer. El msimo Espíritu

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Santo te enseñará y Él aplicará la fe que necesitas revelando la palabra de Dios para ti.

“Bendito el hombre que no camina de acuerdo a los conse-jos de los perversos, ni está en la senda de los pecadores, o no se sienta con los corruptos sino que se deleita en estar en la ley de Dios y medita en esa ley día y noche. Él será como un árbol plantado en un arroyo de agua y dará frutos en la estación debida y sus hojas no se marchitarán y prosperará en todo lo que haga. (Salmo 1:1-3)

Paso 6: Tú Recibes Por fe empiezas a hablar

Mucha gente se derrumba cuando comienza a recibir. Ellos alaban en su lenguaje (Inglés, español, etc.) y esperan que llegue un rayo del cielo. Están esperando que el Espíritu Santo se meta en ellos y comience a controlar su lengua. Yo he visto al Espíritu Santo venir a bautizar a algunos, y ellos esperan y esperan y la bendición del bautizo con el Espíritu Santo se va. ¿Por qué? porque Dios siempre responde a la Fe.

“Cuando Él entró a la aldea, diez leprosos que estaban a distancia se acercaron a Él y levantaron la voz diciendo ‘Jesús, Maestro, ten misericordia de nosotros’ Cuando Él los vio les dijo ‘Vayan y preséntense a los sacerdotes’.Mientras ellos iban en camino ellos se curaron’” (Lucas 17:12-14)

Ser bautizado en el Espíritu Santo no es lo mismo de ser sanado de la lepra pero ambos requieren de fe. Ustedes deben tratar de hablar en el lenguaje divino (lenguas), basados en fe. Cuando el celebrante venga a bautizarlos en el Santo Espíritu, ustedes lo sabrán que es Él el que lo está haciendo.

Puede pasar un tiempo antes de “sentir” que es el Espíritu

Santo y no tú. Quizás tengas que pasar por ese proceso varias veces y ser persistente hasta que estés en el lugar que Dios quiere que estés para recibirlo. Como dijo Pedro, “No se sien-tan raro cuando las cosas salen bien” (Galateo 6:9).

Cuando estás buscando el Bautismo en el Espíritu Santo no te sientas mal de expresar tus alabanzas, emociones y sentimien-tos a Dios. No trates de refrenar nada. Si tienes miedo de que alguien oiga tus alabanzas al Señor ese miedo será un obstá-culo para recibir porque el Espiritu Santo responde a la fe y no al miedo”.

Yo estaba determinado a recibir el bautismo y no me iba a rendir. Fui al “altar” varias veces. Hablé de cosas que había oído a otros hablar, cuando estaban hablando en lenguas (no era una mala idea) pero no estaba recibiendo. No me rendí tampoco. Finalmente, Dios me dio una palabra de “sabiduría” por medio de una señora muy buena. Ella me dijo, “Relájate, estás tratando de hacerlo demasiado tensamente. Tranquilízate y deja que el Espíritu Santo lo haga.”

Dios conoce nuestro corazón mejor que nosotros mismos. Si no te rindes, Él te mostrará lo que debes hacer. Créeme, el Bautismo en el Espíritu Santo es lo bastante importante y nunca debes cansarte de pedir hasta que recibas. Preguntarás, “Y ¿cómo sé que ya recibí?”

Tú lo sabrás. Lo sabrás por seguro!! Y si no lo sabes necesitas continuar persiguiendo al Espíritu Santo hasta que lo sepas claramente en tu “conocedor”. Una nota más: quiero animarte que cuando estás siendo bautizado en el Espíritu Santo no te des demasiado rápido; te lo aconsejo, mientras estás recibi-endo, recibe todo lo que puedas. Yo creo que si te detienes antes de recibir el fuego de Dios, no recibirás todo lo que Dios

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quiere que tengas. Juan el Bautista dijo bajo la inspiración del Espíritu Santo que Jesús nos iba a bautizar con el Espíritu Santo y con el fuego.

Capítulo 6:

Siete Respuestas Acerca Del Bautismo En El Espíritu Santo

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Capítulo 6:

Siete Respuestas Acerca Del Bautismo En El Espíritu Santo

¿El Bautismo en el Espíritu Santo viene de Dios?

El Bautismo en el Espíritu Santo viene de Dios. Cuando oramos no debemos temer que la experiencia es de otro lado, excepto del trono de Dios.

Cuando estás siendo bautizado en el Espíritu Santo, tú estás alabando a Jesús, estás exaltándole como Dios. De hecho teestán dando la habilidad de hacerlo todavía más que anteri-ormente. La verdad es que el Espíritu Santo se posesiona de tu espíritu y juntos alabas a Dios en un lenguaje divino. Eso viene en las Escrituras.

“Yo le pediré al Padre y Él te dará un ayudante y Él estará contigo para siempre: es el espíritu de la Verdad, que el mundo no puede recibir.porque no lo ve, no lo conoce pero tú lo conoces porque Él reside en ti y está en ti”. (Juan 14:16-17).

Si tú pides a Dios el Bautismo en el Espíritu Santo, Él nunca te dará otro espíritu.

En Lucas 11:11-13, Jesús dice: “Ahora supongan que un

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hijo le pide a su padre un pescado, él no le dará una serpi-ente, verdad? o si le pide un huevo, no le dará un alacrán, ¿no es así? Si ustedes siendo demonios saben como dar obsequios, ¿cómo no te dará el Padre al Espíritu Santo si se lo piden?”

¿De dónde viene el Espíritu Santo?

El celebrante viene de adentro de nosotros mismos. La se-milla, (el potencial) fue plantado por el Espíritu Santo en el nuevo nacimiento. Cuando el celebrante viene a bautizar con el Espíritu Santo, viene de dentro. La experiencia puede pa-recer que viene de fuera pero recuerden que el Espíritu Santo está siempre conectado con el cielo pero vive dentro de ti. Y entonces el Espíritu Santo flota de dentro afuera como dice la Escritura en Juan 7:38, “El que cree en mí, desde el fondo de su alma fluirá ríos de agua viva”.

¿Es el Espíritu Santo para hoy?

Algunos dicen que el Bautismo en el Espíritu Santo era sola-mente para el tiempo cuando se escribía el libro de los Hechos. Yo nunca he encontrado ninguna Escritura que hable de esa posibilidad. Es solamente una teoría y está basada en infideli-dad.

Jesús vivió y murió para que las cosas que nosotros recibamos estén basadas en un fundamento fuerte de rocas. Pablo dijo que Jesucristo “es el mismo ayer, hoy y para siempre”.

La Biblia también nos dice que Dios no es un respetador de las personas. Lo que hizo por la gente en el libro de los Hechos lo hará por nosotros si creemos. Como los incrédulos Israelitas

que no pudieron entrar a la Tierra Prometida, los que no creen en las promesas de Dios no entrarán en lo que Dios les ha preparado en esta vida.

¿Dónde recibes el Bautismo en el Espíritu Santo?

La Biblia dice, “...donde está Espíritu del Señor hay libertad” (2 Corintios 3:17). No tienes que estar en una iglesia para recibir el Bautismo en el Espíritu Santo.

Todo lo que necesitas es un lugar donde alabar a Dios. La palabra dice que Dios está donde la gente lo alaba. Necesitas estar en un lugar donde no te distraerás.

Necesitas estar a disposición de Dios totalmente para que Él pueda vaciar todo lo que desea darte. Por eso necesitas estar en mente y en espíritu y tu cuerpo enfocado en Jesús y nada más.

¿Es hablar en lenguas evidencia que que uno está recibi-endo el Bautismo en el Espíritu Santo?

Marcos 16:15-17 dice, “Estas señales acompañarán a los que creen, en mi nombre, sacarán los demonios de la gente, también ellos hablarán en lenguas”.

Hay cinco ejemplos en el libro de Hechos acerca de creyentes que estaban recibiendo el Bautismo en el Espíritu Santo que dan evidencia que la primera señal del Espíritu Santo es hablar en lenguas.

El primer reporte es en Hechos 2:1-4 cuando los 120 fueron bautizados en el Espíritu Santo el día de Pentecostés. El verso 4 dice, “Y todos fueron llenados del Espíritu Santo y comen-

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zaron a hablar en lenguas, porque el Espíritu les estaba inspi-rando”.

Los 120 creían en Cristo y lo habían recibido como el Mesías y confesado con su boca y sus acciones que Él es el Señor. Ellos habían renacido. En este relato de Pentecostés podemos ver que ellos recibieron el poder de ir al mundo y “cambiarlo completamente”.

La primera señal de que recibieron el Espíritu Santo era que pudieron hablar en lenguas.En este caso era el Espíritu Santo que estaba hablando en lenguas. Era una experiencia única pues ellos conocían a Jesús en carne y también en su Espíritu. Ellos eran candidatos para ser bautizados en el Espíritu Santo porque creian en Él.

El segundo ejemplo es en Hechos 8:12-19. Es cuando Felipe va a Samaria a predicar el Evangelio.

“Pero cuando Felipe declaró las buenas noticias del Re-ino de Dios y en nombre de Jesucristo, hombres y mujeres fueron bautizados”. (Hechos 8:12).

Las escrituras dicen en Hechos 8:14-17, “Ahora, cuando los apóstoles en Jerusalén oyeron que Samaria había reci-bido la palabra de Dios, les enviaron a Pedro y Juan, que vinieron y rezaron por ellos para que recibieran el Espíritu Santo porque Él no había descendido en ellos todavía; ellos habían sido simplemente bautizados en el nombre de Jesús. Entonces Pedro y Juan impusieron sus manos en ellos y el-los recibieron el Espíritu Santo.

Vemos que ellos habían recibido la palabra de Dios y fueron bautizados en agua, en el

nombre de Jesucristo, por eso nacieron otra vez. Pero ellos no habían sido bautizados en el Espíritu Santo porque, dice el Libro, “Él no había descendido en ellos todavía”.

Entonces cuando Pedro y Juan impusieron sus manos en ellos, ellos recibieron el Bautismo en el Espíritu Santo.

El libro de Hechos dice “Ahora, cuando Simón vio que el Espíritu había bajado por medio de la imposición de manos de los apóstoles les ofreció dinero diciendo, ‘Dame esa autoridad de modo que cualquier persona a quien le ponga mis manos pueda recibir el Espíritu Santo”. (Hechos 8:18)

La Biblia no habla de lenguas directamente pero en esta histo-ria Simón el Mago vio algo que lo impresionó mucho por eso quizo comprar la habilidad de imponer manos en los demás para que reciban el Espíritu Santo. Como Simón fue testigo de lo maravilloso que sucedió a la gente cuando fueron bautiza-dos en el Espíritu Santo, es razonable deducir que el don de hablar en lenguas fue lo que lo impresionó más.

La tercera instancia del bautismo en el Espíritu Santo es la conversión de Saúl (Pablo). El estaba viajando a Damasco con cartas de acusación para encarcelar a creyentes cuando Jesús habló con él.

“Mientras estaba viajando se estaba acercando a Damasco cuando un rayo cayó del cielo, él se cayó al suelo y oyó una voz que le decía “Saúl, Saúl, por qué me persigues?. Y él respondió, ‘¿Quién eres tú Señor?’ Y Él le contestó, ‘Soy Jesús a quien persigues pero párate y entra en la ciudad y se te dirá lo que debes hacer’”. (Hechos 9:3-6).

Pablo oyó la voz de Jesús, creyó en Él y obedeció la palabra;

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entró en la ciudad y esperó instrucciones. En ese momento Saúl estaba salvado; estaba actuando por fe.

El Señor había hablado a un discípulo llamado Ananías en una visión y se le dijo ir a Pablo e imponerle las manos para que recobre su visión y que así recibiría al Espíritu Santo. (Saúl había perdido la vista durante su conversión)

Lo que dice la Escritura es “Así, Ananías partió y entró en la casa y después de imponer sus manos sobre él le dijo, ‘Hermano Saúl, el Señor Jesús que se te apareció en tu camino me ha enviado para que recobres tu visión y seas llenado con el Espíritu Santo’ Inmediatamente cayeron de su ojos algunas cosas como escamas de pescado y recobró su visión, se puso de pie y fue bautizado”. (Hechos 9:17-18)

Es fácil inferir que Pablo recibió al Espíritu Santo por la im-posición de las manos. Él fue bautizado en el Espíritu Santo y habló en lenguas porque más tarde en la Escritura Pablo dice, “Te agradezco Dios, yo hablo en lenguas más que nadie” (1 Corintios 14:18)

El cuarto ejemplo del Bautismo en el Espíritu Santo es en Hechos 10. A Pedro le habían enviado a la casa de Cornelius y en medio del mensaje el Espíritu Santo descendió sobre ellos y fueron bautizados en el Espíritu Santo”.

Hechos 10:44-48 lo explica así: “Cuando Pedro todavía estaba hablando el Espíritu Santo descendió sobre todos los que estaban oyendo el mensaje. Todos los circumcisados que vinieron a ver a Pedro estaban admirados porque el regalo del Espíritu Santo había sido dado también a los Gentiles, porque ellos también estaban hablando en lenguas y ala-bando a Dios. Entonces Pedro contestó “Pues nadie puede

rehusar el agua del bautismo a estos, porque han recibido al Espíritu Santo como nosotros lo hemos recibido y ordenó que fueran bautizados en el nombre de Jesucristo.”

Ellos creyeron en lo que estaba predicando e inmediatamente fueron bautizados en el Espíritu Santo, hablaron en lenguas y alabaron a Dios.

El quinto ejemplo de creyentes que recibieron el Bautismo en el Espíritu Santo es en Hechos19 cuando Pablo estaba viaja-ndo a traves de Éfesus. Él se encontró con otros discípulos y les preguntó si habían recibido al Espíritu Santo desde que se convirtieron en creyentes. Ellos le explicaron que ellos ni siquiera habían oído de ese Espíritu Santo (Hechos 19:2)

Pablo les preguntó ‘Entonces ¿qué bautismo recibieron?’ y ellos dijeron ‘El bautismo de Juan Bautista’. Pablo en-tonces les explicó que el bautismo de Juan Bautista era un bautismo de arrepentimiento y que debían creer en el que venía detrás de él que era el bautismo en el nombre del Señor Jesús” (Hechos 19:3-5)

Y cuando ellos confesaron su fe y confianza en Jesús (fueron salvados) y fueron bautizados en agua (bautizados en el nombre del Señor Jesús) Pablo impuso sus manos y fueron bautizados en el Espíritu Santo porque los oyeron hablar en lenguas.

“Cuando oyeron eso fueron bautizados en el nombre del Señor Jesús. Y cuando Pablo impuso sus manos sobre ellos, ellos comenzaron a hablar con lenguas y profecías. Eran como doce hombres. (Hechos 19:5-7)

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La Diferencia entre Hablar en Lenguas y el Don de Lenguas.

1 Corintios 14:1-5 “Persigue el amor, pero desea regalos espirituales especialmente el don de profecía. Porque al-guien que habla en lenguas no habla a los hombres sino a Dios; pues nadie entiende, pero en su Espíritu Él habla misterios. Pero alguien que habla en profecías habla a los hombres por edificación, exhortación y consuelo. Uno que habla en lenguas se edifica a sí mismo; pero alguien que habla en profecías habla a la iglesia. Ahora yo puedo desear que ustedes hablen en lenguas pero más que eso que hablen en profecías; y mayor es quien profetiza que alguien que hable en lenguas a no ser que el interprete para que la igle-sia reciba edificación.”

Quisiera hacer una distinción aquí, como Pablo hace en las Escrituras mencionadas, entre“El don de las lenguas” y las “lenguas celestiales” con las que Dios nos regala cuando somos bautizados en el Espíritu Santo y el Fuego. Pablo dice que las profecías son superiores porque ellas sirven al Cuerpo de Cristo. El Espíritu Santo habla por medio de nosotros (por medio de profecias) a los hombres para su edificación (dando apoyo), exhortación y consuelo.

Hay que notar que en verso cinco Pablo desea que “todos hablen en lenguas”. Sin embargo, él mismo dice que hablar en profecías es mejor que hablar en lenguas a no ser que haya una interpretación de las lenguas. Hay “lenguas proféticas” que tán combinadas con una interpretación y son efectivas para edifi-car la iglesia.

También hay lenguas que no hablan a los hombres sino a Dios.

Esas lenguas son las lenguas personalizadas que Dios nos da cuando somos bautizados en el Espíritu Santo.

Pablo dice que cuando hablamos en lenguas nos edificamos nosotros mismos. Cuando está el Espíritu Santo Él nos edifica, (nos hace más fuertes) Es bueno edificarnos pero es mejor edificar la iglesia. Así debemos desear al Espíritu Santo que es el otorgador de los “regalos espirituales”.

Pablo dijo, “no todos hablan en lenguas”, (1 Corintios 12:13) pero lo dijo en el contextod e los regalos espirituales men-cionados en 1 Corintios 12:7-11. Esas lenguas son “lenguas proféticas” y deben ser interpretadas debidamente para la edificación de la iglesia.

Las lenguas que son el resultado del bautismo en el Espíritu Santo son un regalo pero no son el “Don de lenguas” men-cionados como los nueve regalos que Pablo menciona en 1 Corintios, capítulo 12

¿Por qué debemos orar en lenguas?

Cuando nos sentimos débiles espiritualmente o el enemigo nos ataca, es el momento de utilizar un lenguaje celestial. Edifica, construye, lo que el enemigo está tratando de destruir.

Pablo lo dijo, “Yo hablo en lenguas más que todos ustedes”. Pablo no era muy diferente del resto de nosotros y el enemigo también trataba de desanimarle, mentirle y disuadirle de hacer las cosas que Dios estaba haciendo por medio de él.

Creo que mientras el llamado es más grande, la tentación es más grande, por eso necesitamos “rezar más en el Espiritu”.

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Personas fuertes en Dios saben que no deben hablar de la negatividad que vienedel diablo y no creerle nada; pero eso no significa que porque están cerca de Dios el enemigo no los atacará. Pablo se fortaleció por medio del mismo ataque. Y creo que una manera como lo hizo es la siguiente, “Yo hablo en lenguas más que todos ustedes”

Cuando rezamos en el Espíritu nos volvemos más espiritu-ales. En Judas 1:20 la Escritura dice, “Pero ustedes, amigos, edifíquense en su fe y recen en el Espíritu Santo”. Cuando tú hablas en lenguas, tú ignoras tu mente y el Espíritu Santo quien está en ti, quien te conoce mejor que tú mismo te cono-ces, informa a Dios de todas tus necesidades. Cuando alguien habla en lenguas no es que está hablando con su mente sino con su espíritu.

1 Corintios 14:14-15, “Porque cuando hablo en lenguas, mi espíritu habla pero mi mente no da frutos. Entonces ¿cuál es el resultado? Rezaré con el espíritu y rezaré también con la mente; cantaré con el espíritu, pero también cantaré con la mente”.

Cuando estás hablando en lenguas has sido bautizado en el Espíritu Santo pues hablar en lenguas es la evidencia. Cuando estás hablando en lenguas es una oración que sale de tu es-píritu. Tú sobrepasas la mente y rezas del espíritu. Lo que te hace más efectivo es el Espíritu Santo que conoce el interior de nuestros corazones (el ser interior, el espíritu) y que ayuda a nuestro espíritu a conectarnos con Dios.

2 Corintios 5:11, dice, “Teniendo en cuenta el temor de Dios, ponemos las cosas delante de los hombres pero Dios ve nuestros corazonesy es mi esperanza que nos veamos bien delante de tus ojos”

Como Romanos 8:26 dice, “Y no sabemos orar como debe-riamos, pero el mismo Espíritu intercede por nosotros con gritos profundos más allá de las palabras”.

Cuando rezamos desde nuestro espíritu, el Espíritu Santo quien es el que nos ayuda, hace saber de nuestras necesidades y las necesidades de los demás. Yo creo que el Espíritu Santo comunica respuestas a nuestro espíritu que nos edifican y con-struyen espiritualmente.

APÉNDICES:

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APÉNDICES: Escrituras que debemos memorizar.

Aquí menciono un número de Escrituras que se refieren al Bautismo en el Espíritu Santo. Debes leerlas, meditar en el-las. Puede haber algunas que toquen tu espíritu; memorízalas. Al mismo tiempo de pronunciar de memoria las promesas de Dios respecto a ti, encontrarán un corazón abierto, fértil e inmediatamente pedirás el Bautismo en el Espíritu Santo “de dentro de tu estómago fluirán ríos de agua viva”. (Juan 7:38)

Mateo 3:11, “Yo los bautizo en agua para el arrepen-timiento; mas el que viene detrás de mí, más poderoso es que yo; los zapatos del que no soy digno de llevar. Él los bautizará en el Espíritu Santo y en fuego. Su aventador en su mano está y aventará su eray, allegará su trigo en el alfolí y quemará la paja en fuego que nunca se apagará.

Marcos 16:17, “Y estas señales se quedarán y seguirán a los que creen. En mi nombre echarán fuera demonios;

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hablarán nuevas lenguas.Quitarán serpientes, y si bebieren cosas mortíferas, no les dañará, sobre los enfermos pon-drán sus manos, y sanarán.”

3. Lucas 11:11-13, “Y ¿cuál padre de vosotros si su hijo le pidiera pan, le dará una piedra, o si pescado, en lugar de pescado le dará un piedra. O si le pidiera un huevo le daría un escorpión? Pues si vosotros siendo malos, saben dar buenas dádivas a sus hijos, cuánto más vuestro padre ce-lestial dará el Espíritu Santo a los que lo pidieran de Él?”

4. Juan 1:33 “Y yo no le conocía mas Él me envió a bauti-zar con agua, aquel me dijo ‘sobre quien vieres descender el Espíritu y que reposa sobre Él, este es el que bautiza en el Espíritu Santo”.

5. Juan 7:37-38, “…Jesús se puso de pie y dijo en voz alta, ‘si alguien tiene sed, venga a mí y beba. Quienquiera que

cree en mí, como dice la Escritura, ríos de agua fluirán de mí’” (se refería al espíritu que iban a recibir más tarde)

6. Hechos 1:4-5, “…les ordenó ‘No salgan de Jerusalén, sino esperen por el regalo que mi Padre ha prometido, del que me han oído hablar. Porque Juan bautizó con agua, pero en unos días ustedes serán bautizados en el Espíritu Santo”

7. Hechos 1:8, “Ustedes recibirán la fuerza cuando el Es-píritu Santo descienda sobre ustedes; ustedes serán mis testigos en Jerusalén y en toda Samaria y Judea y hasta en los fines de la tierra”.

8. Hechos 2:1-4, “Cuando el día de Pentecostés llegó, esta-ban todos en el mismo lugar, de pronto un sonido como un

viento violento llegó del cielo y llenó toda la habitación donde estaban. Ellos vieron como lenguas de fuego que se dividían y se colocaba encima de cada uno de ellos. Todos fueron llenados del Espíritu Santo y comenzaron hablar en lenguas a medida que el Espíritu les inspiraba”.

9. Hechos 2:38-39, “Pedro contestó, ‘arrepiéntanse y sean bautizados cada uno de ustedes en el nombre de Jesucristo para que se les perdonen su pecados y ustedes recibirán el regalo del Espíritu Santo. La promesa es para ustedes, sus hijos, y todos los que aun están lejos, tantos como quiera el Señor Dios llamar”

10. Hechos 8:14-19, “Cuando los apóstoles oyeron que Sa-maria había aceptado la palabra de Dios, enviaron a Pedro y Juan . Cuando llegaron,ellos rezaron por ellos para que pudieran recibir el Espíritu porque todavía el Espíritu San-to no había descendido en ellos. Simplemente ellos fueron bautizados en el nombre del Señr Jesús. Entonces Pedro y Juan impusieron sus manos en ellos y ellos recibieron el Espíritu. Cuando Simón vio que el Espíritu era dado con la imposición de manos, él ofreció dinero y dijo ‘Dame la habilidad para que cualquiera a quien le imponga mis manos reciba el Espíritu Santo’”.

11. Hechos 9:17-19. “Entonces Ananías entró en la casa. Colocando su manos sobre Saúl dijo ‘Hermano Saúl, el Señor Jesús que se te apareció en el camino, al venir, me ha enviado para que puedas ver otra vez y para que recibas el Espíritu Santo’ Inmediatamente cosas como escamas de pescado cayeron de los ojos de Saúl y pudo ver otra vez. Se paró y fue bautizado y después de comer algo, reganó su fortaleza”.

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12. Hechos 10:44-46, “Mientras Pedro hablaba esas palabras

el Espíritu Santo descendió y todos oyeron su mensaje. Los que eran circuncisados estaban muy sorprendidos que el mensaje del Espíritu Santo había descendido aun sobre los Gentiles. Porque ellos los oyeron hablando en lenguas y alabando a Dios”.

13. Hechos 11:16, “Así recordé lo que el Señor había dicho ‘Juan bautizó con agua,pero ustedes serán bautizados en el Espíritu Santo”

14. Hechos 19:2-7, “…allí encontró unos discípulos y les preguntó ‘¿Recibieron el Espíritu Santo al momento de creer?’ Ellos contestaron ‘No, ni siquiera sabemos que hay tal Espíritu Santo’. Pablo preguntó, ‘entonces qué bautismo recibieron?’ ‘El bautismo de Juan’ , contestaron. Pablo les dijo, ‘El bautismo de Juan era un bautismo de arrepentimiento. les dijo que creyeran en el que venía después de él, que es Jesús. Oyendo esto ellos fueron bau-tizados en el nombre del Señor Jesús.

Cuando Pablo impuso sus manos, el Espíritu Santo de-scendió sobre ellos y ellos hablaron en lenguas y pro-fecías. Eran como doce hombres en total”.

15. 1 Corintios 14:2, “Porque el que habla en lenguas, no habla a los hombres sino a Dios; porque nadie le entiende, aunque en espíritu hable misterios. Mas el que profetiza habla a los hombres para edificación y exhortación y con-suelo. ‘Porque el que el que habla en lengua extraña, a sí mismo se edifica, mas el que profetiza edifica a Dios.”

16. 1 Corintios 14:4-5, “El que habla lenguas extrañas se

edifica a sí mismo. Quisiera que todos ustedes hablaran lenguas porque mayor es el que profetiza que el que habla lenguas a sí mismo. El que habla en lenguas edifica a Dios para edificar a la iglesia”.

17. 1 Corintios 14:18, “Doy gracias a Dios que hablo len-

guas más que todos ustedes”.

18. Efesios 5:18, “No se embriaguen de vino, en lo cual hay disolución, sino tengan sed y sáciense del Espíritu”.

19. Efesios 6:18, “Oren en todo tiempo con toda depre-cación y súplica en el Espíritu y velando en ello con toda instancia y súplica por todos los santos.”

20. Santiago 3:5, “Igualmente la lengua es una parte peque-ña del cuerpo, pero tiene grandes resultados. Consideren como una chispa pequeña puede producir un incendio enorme. Cuidado con el demonio dentro de las partes de su cuerpo. Corrompe toda la persona, puede desviar toda la vida con fuego y puede consumir la vida en el infierno. (es por eso que Dios nos da lenguas espirituales)

21. Judas 1:20, “Pero ustedes, queridos amigos, edifíquense en su fe y recen en el Espíritu Santo”.

22. Isaías 28:11, “Obviamente, Él le hablará a esta gente por medio de unos labios firmes y en un lenguaje extranjero”.

23. Joel 2:28, “Y luego, derramaré mi Espíritu sobre toda la gente. Sus hijos e hijas hablarán con profecías, sus ancia-nos soñarán sueños, sus jóvenes verán visiones”.

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NOTAS

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