Baldivieso FALLO resumen

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  • Resumen de los fallos Baldivieso y Natividad Fras clase Garanta contra la Autoincriminacin Forzada

    1 Garantas Constitucionales del Derecho Penal y Procesal Penal -comisin 376

    CSJN, Baldivieso (20/4/2010, Fallos 333:405)

    Hechos: El imputado fue condenado por el delito de transporte de estupefacientes.

    Para su condena, se utiliz como prueba lo sucedido en un hospital pblico, al que

    haba concurrido luego del estallido de 13 cpsulas de cocana que transportaba en

    su aparato digestivo. La defensa interpuso un recurso de casacin contra esa

    condena que, rechazado, dio lugar a un recurso de queja ante la CSJN.

    Fallo de la Corte: La Corte Suprema de Justicia de la Nacin revoc la sentencia

    apelada. Para as resolver, revirti su precedente Zambrana Daza (de 1997)

    (segn el cual deba prevalecer el deber de denunciar de los mdicos por sobre el

    de guardar el secreto profesional) y convalid la doctrina que surge del plenario de

    la Cmara del Crimen Natividad Fras (de 1966) (en el que la Cmara del

    Crimen dispuso que deba prevaler el secreto profesional por sobre el deber de

    denunciar en aquellos casos en los que una mujer acuda a un hospital pblico y

    solicitaba asistencia mdica a raz de una complicacin derivada de un aborto mal

    hecho).

    Principales aspectos de la discusin: Las posturas en torno a la tensin entre el

    deber de los mdicos de guardar secreto profesional, su deber de denunciar delitos

    contra la vida y la integridad fsica, y el deber del Estado de perseguir delitos,

    pueden ser sistematizadas en tres grupos:

    La prohibicin de autoincriminacin: Segn esta postura, los procesos que se

    inician a raz de una denuncia de un mdico deben anularse porque el disparador

    de la investigacin sera la prueba involuntariamente producida por el imputado al

    exhibir su propio cuerpo (ya sea por rastros de un aborto o porque contiene bolsas

    con cocana, por ejemplo). El proceso es nulo, entonces, porque la persona que,

    ante el peligro para su vida o salud no tuvo alternativa que la de acudir a un centro

    mdico y revelar la comisin de un delito, no hizo esa revelacin con

    consentimiento sino porque la alternativa era privarse de la atencin.

    Proteccin de la intimidad: Segn esta postura, debe prevalecer el secreto

    profesional ante la obligacin de denuncia de los mdicos a la luz de la proteccin

    de la intimidad del art. 19, CN y de sus equivalentes de la CADH y del PIDCP. A

    la luz de esta postura, los mdicos no slo estn amparados por el secreto

    profesional, sino que tienen prohibido denunciar a las personas que se acercan al

    sistema de salud. Beneficios de esta postura: Esta proteccin es ms amplia que

    la que se funda exclusivamente en la prohibicin de autoincriminacin, porque

    esta ltima podra ser descartada en ciertos casos, como cuando la evidencia es de

    ndole material y producto de la libre voluntad del procesado. Adems, esta

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    postura, en cuanto infiere que los mdicos tendran prohibido hacer denuncias en

    casos como estos, permite fortalecer uno de los fines de la proteccin del secreto

    profesional, que es el de la salud pblica, ya que incentiva a que las personas se

    atiendan libremente y sin temores en los centros de salud. Adems, esta proteccin

    amplia protege tambin el principio de igualdad, ya que las personas que tienen los

    medios suficientes para acceder a la medicina privada no se ven sometidas al

    riesgo de ser denunciadas al que s se ven las personas ms desaventajadas

    econmicamente que tienen que acudir al sistema pblico de saludo.

    Prevalencia del deber de denunciar: Esta postura se sostena con el fallo

    Zambrana Daza de la CSJN, que ha sido revertido por Baldivieso.

    Consideraciones sobre el fallo: El fallo dej de lado la doctrina de Zambrana

    Daza, que versaba sobre hechos similares a estos. Adems, convalid el plenario

    Natividad Fras y lo complement, lo cual era necesario teniendo en cuenta que

    ese plenario era slo vinculante para la justicia penal nacional de la ciudad de

    Buenos Aires, y fue dictado en 1966, con anterioridad incluso a la reforma

    constitucional. La fundamentacin de la Corte, adems, no se limit a la

    prohibicin de la autoincriminacin, sino que tambin entendi en forma amplia el

    alcance del secreto profesional. As, sostuvo que el inters del Estado en la

    persecucin de los delitos, cualquiera sea la gravedad de estos ltimos, tena que

    ser ponderado a la luz del derecho a la confidencialidad que le asiste a todo

    habitante de la Nacin que requiere asistencia a un profesional de la salud una

    accin privada incluso para quien se encuentra realizando una conducta delictiva,

    en tanto parte integrante de su mbito de autonoma individual (art. 19 de la

    Constitucin Nacional), y el derecho a la vida de la persona en particular. El

    principio republicano de gobierno, segn la Corte, proscribe que el Estado persiga

    delitos valindose de medios inmorales a saber, el aprovechamiento de un peligro

    de muerte inminente sobre la persona que acude a la atencin mdica, mediante la

    imposicin de un deber al mdico que lo convierta en un agente de la persecucin

    penal del Estado. Finalmente, la Corte tambin tuvo en cuenta que en el caso no

    mediaba ningn otro inters en juego, pues no mediaba peligro alguno ni haba

    ningn proceso lesivo grave en curso que fuese necesario detener para evitar daos

    a la vida o a la integridad fsica de terceros.

    Partes pertinentes

    [C]orresponde hacer lugar a la queja y revocar la sentencia recurrida, reafirmando

    la antigua lnea jurisprudencial sentada por la Cmara de Apelaciones en lo

    Criminal y Correccional en el fallo plenario "Natividad Fras" del 26 de agosto de

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    1966.

    En efecto, cualquiera sea el entendimiento de las normas infraconstitucionales y,

    en concreto, de naturaleza procesal, aplicables al caso, stas nunca podran ser

    interpretadas pasando por alto el conflicto de intereses que se halla en la base del

    caso concreto de autos. En abstracto puede entenderse que se trata de la

    ponderacin entre el derecho a la confidencialidad que le asiste a todo habitante de

    la Nacin que requiere asistencia a un profesional de la salud -una accin privada

    incluso para quien se encuentra realizando una conducta delictiva, en tanto parte

    integrante de su mbito de autonoma individual (art. 19 de la Constitucin

    Nacional)- y el inters del Estado en la persecucin de los delitos; pero, en

    concreto y en el caso, se trata nada menos que del derecho a la vida de una persona

    y ese inters del Estado.

    Es este mismo conflicto sobre el que se debati en el antiguo plenario

    mencionado, pues ms all de que en aqul conjunto de casos la concurrencia al

    hospital haba sido precedida por la realizacin de maniobras abortivas, fue el

    peligro de muerte y el dilema al que se vea expuesto quien haba delinquido y

    demandaba auxilio para su vida, el argumento central para su resolucin...

    ()

    Siendo claro que la dignidad de la persona es un valor supremo en nuestro orden

    constitucional, que es claramente personalista y que, por ende, impone que

    cualquier norma infraconstitucional sea interpretada y aplicada al caso con el

    entendimiento sealado por ese marco general, cabe agregar que, en consonancia

    con ste, el principio republicano de gobierno impide que el Estado persiga delitos

    valindose de medios inmorales, como sera aprovecharse del inminente peligro de

    muerte que pesa sobre el procesado que acude a la atencin mdica, mediante la

    imposicin de un deber al mdico que lo convierta en un agente de la persecucin

    penal del Estado.

    ()

    Los argumentos en que se apoya el plenario [Natividad Fras, de la CCC] no

    pueden ser aislados del contexto en que fueron desarrollados, a saber, las

    especiales circunstancias que rodean a la prctica clandestina del aborto, as como

    las serias dudas que se abren, en el marco de imputaciones concretas, sobre la

    razonabilidad de su persecucin penal Ha sido, entonces, la comn percepcin

    que tuvieron jueces, de ideas y formaciones diversas, de que la potestad

    persecutoria del Estado se vea debilitada, contrarrestada, por la magnitud de la

    tragedia que enfrenta una mujer al decidir y luego practicarse un aborto

    clandestino, as como del riesgo al que ella expona su vida lo que determin al

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    mismo tiempo el pronunciamiento del plenario "Natividad Fras" y sus alcances.

    Es en la desproporcin tan patente del dao que enfrenta la mujer que se practica

    un aborto y no en las expresiones generales contenidas en sus fundamentos donde

    radica la autoridad y permanencia del precedente "Natividad Fras", al punto de

    contar con seguimiento inclusive por tribunales que no estn formalmente

    obligados por l (del voto de la ministra Carmen Argibay).

    ()

    81) Una derivacin necesaria del principio mencionado en el prrafo anterior

    [proteccin a la vida privada, art. 18, CN] es la afirmacin de la prerrogativa que

    las personas tienen a realizar todas aquellas acciones orientadas al cuidado y

    preservacin de la integridad y salud fsica. Este cuidado de s es, entonces,

    originaria y primordialmente un comportamiento que se lleva a cabo en el marco

    de privacidad la que, como se ha visto, encuentra la misma proteccin

    constitucional que, en general, se reconoce a la vida privada y a sus diversas

    manifestaciones. Cuando los cuidados del cuerpo son realizados por las personas

    con el auxilio de un tercero, como es el caso del mdico, no cabe presumir, al

    menos sin un fundamento razonable, que ha mediado una renuncia a la

    exclusividad o reserva garantizada por la Constitucin Nacional contra las

    invasiones gubernamentales. Es en este mbito de privacidad en el que debe

    situarse la figura del secreto mdico, en cuanto exige a los profesionales de la

    salud mantener la confidencialidad sobre la informacin obtenida a travs del

    vnculo profesional con su paciente, deber que es definido y reglamentado en el

    artculo 11 de la ley 17.132, sobre Ejercicio de la Medicina (del voto de la ministra

    Carmen Argibay)

    CCC, plenario Natividad Fras, 26/8/1966

    No puede instruirse sumario criminal en contra de una mujer que haya causado su

    propio aborto o consentido en que otro se lo causare, sobre la base de la denuncia

    efectuada por un profesional del arte de curar que haya conocido el hecho en

    ejercicio de su profesin o empleo oficial o no-, pero s corresponde hacerlo en

    todos los casos respecto de sus coautores, instigadores o cmplices.