Baltar Rosalía - Arte, Saberes y Política en Carlos Zucchi y Sus Corresponsales Del Plata (1827-1849)

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    Arte, saberes y poltica en Carlos Zucchi y sus corresponsales del Plata (1827-1849)1

    Rosala Baltar

    En el primer tomo de Historia de los intelectuales en Amrica Latina se plantea una serie defiguras de los hombres de ideas desde la colonia hasta el modernismo en el mbito local ycontinental: el letrado colonial, el letrado patriota, el erudito coleccionista, el artista comointelectual.2 Algunas de estas nomenclaturas comportan subdivisiones: el publicista, elintelectual jurista, el cronista, entre otras. Las figuras mencionadas se conforman en relacincon su contexto poltico, el ncleo de ideas que domina cada modalidad y los rasgos estilsticos.

    En este marco, nos interesa trabajar, en primer lugar, una modalidad de letrado que ensu conjunto no es examinada en el volumen editado por Myers, aunque se tome en formaparticularizada la figura de Pedro de Angelis, dentro de los letrados coleccionistas, eruditos yamericanistas3; omisin que, desde luego, no estamos objetando, sin duda, debida a muchasrazones, entre ellas, el hecho de que los artistas estudiados aqu no pertenecieron al estrictomundo de las letras arquitectos, astrnomos, tipgrafos, porque no dejaron un significativoaporte en torno a las ideas de su tiempo, porque no incidieron o participaron de algn modo

    decisivo en el espacio poltico o simplemente porque su escritura privada y pblica sedesenvolvi en otras lenguas o ellos mismos fueron emigrados de regiones hoy italianas.4Lasposibles causas de su no mencin, ledas en su revs, ya nos acercan a esta clase de letrado,actor concreto en el Plata a lo largo del perodo rivadaviano y rosista: son artistas que piensansus oficios dentro del mundo de lasBelle arti, un mundo acaso extrao al Plata. No son letradosjuristas, ni tampoco enteramente publicistas (aunque como Cuneo o de Angelis se volcaran aesta realizacin con mucha energa); guardan una relacin ambivalente y dismil con el espaciopoltico rioplatense. Algunos actuaron menos, otros ms y de formas diversas; el aprendizajelingstico es a la vez un costo ya que los muestra insolventes en sus primeros tiempos; suextranjera en ese sentido es decisivamente constitutiva y una forma diferente de expresarciertas reflexiones respecto de la tierra a la que sus destinos de exiliados polticos fueronllevados. Sin embargo, todos ellos encarnan perfectamente la definicin que propone Myers

    para intelectual: expertos en el manejo de los recursos simblicos.5

    Carlo Zucchi, GiuseppeVenzano, Ottaviano Fabricio Mossotti, etc. sern para nosotros letrados rivadavianos,6ya quearribaron a estas tierras por iniciativa de Bernardino Rivadavia, durante la llamada felizexperiencia.

    1Este artculo es una revisin global de un captulo de mi tesis doctoral. Agradezco a Mara Coira y aGraciela Batticuore, mis directoras, por sus comentarios y sugerencias y a los compiladores del presentevolumen por su inclusin en l. Tal captulo conforma hoy una zona de Letrados en tiempos de Rosas,

    publicado por Eudem, 2012. Aspectos parciales fueron publicados en Baltar (2007) y (2010).2Altamirano (2008).3Crespo (2008), 290-311.4Tambin de otras regiones y lenguas, franceses o espaoles, por ejemplo. Un caso interesantes el del

    espaol Jos Joaqun de Mora cuya semblanza es til comparar con Zucchi y de Angelis, ya que sevislumbra, as, que en toda Europa exista una formacin de tendencia universalista, basada en lasolvencia lingstica: Jos Joaqun de Mora conoce y traduce (se desempea en varias etapas de su vidacomo traductor) al ingls y al francs y, en sus inicios, emprende con de Angelis distintas experienciaseducativas junto a sus esposas, ambas francesas. Vase Baltar (2012).5Myers (2008), 30.6Si en el artculo de scar Mazn (2008) se seala la necesidad de sustituir el trmino intelectuales porgente de saber para los escritores virreynales y define, en ese contexto, al letradocomo aquel que sededicaba a las letras, pero que especficamente se aplic a los juristas abogados, decimos aqu queutilizaremos la voz letrado porque nos parece adecuada para marcar la justa distancia entre sectoresilustrados que ya contaban con una profesin definida (Zucchi, de Angelis, etc) y las gentes de sabercoloniales, por un lado, pero tambin la que va desde un letrado cualquiera sea su profesin, relacionadofuertemente con el estado o con emprendimientos privadosa la supuesta independencia del intelectual

    en su posicin crtica respecto del estado-nacin. La complejidad de las modalidades que adoptan lasautoras de los letrados que examinamos en los dos primeros captulos importa tambin la necesariavinculacin con los modos de agenciamiento no siempre deseados que tuvieron que adoptar o aceptar.

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    Podemos sealar que el perodo en el que el arquitecto reggiano Carlo Zucchi trabaj enambas orillas del Ro de la Plata y en Brasil, conjuntamente con el dilatado derrotero queimplic su regreso, constituye el tiempo de las cartas entre l y sus connacionales (1827-1849),lapso en el que surgen e incluso conviven varios tipos de letrados, desde los publicistasrivadavianos al escritor romntico o los ejecutores de la prensa federal. Por ello, aunque aqu sepuntualice en un grupo en especial, es preciso no perder de vista que las intersecciones,prstamos y derivas entre estas modalidades son permanentes y no se trata de observar cada unacomo compartimentos estancos.7

    1. El dominio de los bienes simblicos en el PlataBuena parte de la produccin escrituraria presente en tiempos de la colonia y en los

    primeros momentos revolucionarios e independentistas estuvo en manos de los ilustradosclrigos.8En el perodo revolucionario comenzaron a insinuarse otras formas, la de los letradospatriotas Mariano Moreno, Bernardo de Monteagudo, Manuel Belgrano y tambin losprimeros publicistas de la prensa peridica desde la fundacin del Telgrafo Mercantil a ElArgos,rgano de difusin de las ideas rivadavianas. En ese contexto se dieron varios debates,como lo muestra la fuerte discusin en la universidad de Buenos Aires en torno a las cuestiones

    relacionadas con la inclusin, en los cursos regulares, de nuevas teoras por ejemplo entreCastaeda y Juan Crisstomo de Lafinur9 los ataques entre peridicos debido a las reformasrivadavianas respecto de la situacin del clero (a partir de 1820) lo que permita laamplificacin del discurso polmico y el lenguaje satrico a otros espacios de recepcin, lasmanifestaciones estticas de poesa cvica con respecto a las llamadas invasiones inglesas,primero, a la revolucin y las guerras de la independencia, despus. De hecho, podemos decirque a la llegada de los emigrados italianos la inestabilidad poltica era acompaada por unacierta circulacin de prensa escrita, discusiones filosficas y pedaggicas, tipos de poesa cvica,en fin, publicistas, clrigos, profesores y polticos en disputa. Ese clima, acaso desparejo yfragmentario, justifica en cierta medida la contratacin de Rivadavia; as, los emigrados partirnde un desfasaje entre el proyecto por el cual haban sido contratados y este contextopolticamente incierto que los afectar de lleno. Su erudicin no se corresponder con las

    prerrogativas del gobierno de Rosaso, mejor dicho, cuando no le sea funcional a aquellas, nisus motivaciones cultas, neoclsicas y de ordenamiento obtendrn una buena recepcin o almenos libre de resquemores entre los jvenes de la generacin romntica: el Ro de la Plata serpara ellos un puro campo de lucha, de modo que en muchos sentidos son sujetos excntricosinteractuando decisivamente en el espacio local.

    Por todo esto, echar una mirada a la composicin, podramos llamar generacional, dede Angelis y sus connacionales. A travs de la correspondencia privada podemos advertir variascuestiones para resaltar. En primer lugar, que el coleccionista lleg a estas tierras con unahistoria previa comn a otros letrados peninsulares, amigos, colegas, recomendados, conocidos,etc. La biografa que lo antecede revela un mundo europeo de suma complejidad, donde lainterseccin de las maneras y la formacin del antiguo rgimen con ciertos ideologemasrepublicanos, sumada a la experiencia napolenica, confluyen en un tipo de artistaexcntrico

    con respecto a ciertas modalidades y perspectivas ms ampliamente difundidas en el Ro de laPlata, o quizs, para mayor precisin, excntrico por el hecho mismo de pensar que su tareaintelectual constitua una herramienta esttica, sea cual fuere el instrumento material de suejecucinla arquitectura, la historia, la pintura, la crtica literaria e historiogrfica, etctera.

    Ese relato precedente revela una condicin adicional al conjunto de eruditos quecontratara Rivadavia en su gestin, con el fin de exportar la cultura iluminista al Plata: lacondicin del exiliado. Esta circunstancia impone una visin del mbito de recepcin como unrefugio, como un empezar de nuevo, una nueva oportunidad y, por otra parte, la herida de laprohibicin, que estimula una mirada ciertamente especfica del lugar de origen.

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    Baltar (2012), (2010) y (2007).8Existe numerosa e importante bibliografa al respecto, por ejemplo Peire (2003); Di Stefano (2005).9Gallo (2008).

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    El examen de estas cuestiones se tratar a partir de la correspondencia privada entre losexiliados italianos. No todos vinieron a Amrica, de modo que podr contrastarse tambincmo era estar exiliado en esta parte del Plata y cmo lo era en la propia Europa. Hablaremos delas condiciones epistolares del siglo XIX, del arte de viajar, de las representaciones de Europa yde Amrica y de las concepciones de arte, lengua, tradicin y cultura que se desprenden de estecorpus.

    2. Los corresponsales de Carlo Zucchi y la representacin de Amrica (1827-1849)

    Lettere dai due mondi. Pietro de Angelis ed altri correspondenti di Carlo Zucchi(1999)es una antologa de cartas que compil Gino Badini al descubrirse e inventariarse el ArchivoZucchi, en Reggio Emilia. El descubrimiento de los papeles de Zucchi cartas, dibujos,proyectos, diseos, documentos, etctera ha resultado de gran inters para la culturaarquitectnica de esa zona de la Italia actual as como tambin para aproximarse a una idea msfehaciente del funcionamiento urbanstico y arquitectnico del neoclasicismo en el Plata,espacio en el que actu el arquitecto reggiano Carlo Zucchi.

    Como se desprende del ttulo de la publicacin que hemos de trabajar, el acento estpuesto en sus corresponsales y esto se debe, en parte, a la gran prolijidad con la que el arquitecto

    atesoraba sus papeles; de hecho, se conservan menos cartas de l que de sus interlocutoresepistolares.10El arco que va desde la llegada del arquitecto a Montevideo y Buenos Aires hastael regreso a Reggio Emilia abarca el perodo de los gobiernos de Rivadavia y Rosas, entre losaos 1827 y 1849, fecha de su muerte. La antologa incluye algunas cartas propias, uno de sustestamentos y la correspondencia de otros eruditos italianos cuyo contacto fue cotidiano, laboraly familiar, aun en la distancia.

    Aspectos de la biografa intelectual de Carlo Zucchi pueden servirnos de marco dereferencia. Naci y muri en Emilia Reggio (1789-1849). Se form en Miln y obtuvo el ttulode ingeniero-arquitecto.11Su relacin con la esfera del poder fue compleja y dispar: antes delexilio, fue entusiasta partidario de Napolen, form parte de los grupos carbonarios y fuecondenado a muerte por la Restauracin, lo que provoc la salida del pas y su ausencia por msde treinta aos. En el Ro de la Plata pas de ser el arquitecto de la provincia, de proyectar el

    mausoleo de Dorrego y organizar las escenografas de las Fiestas Mayas durante el rosismo, atrabajar para Oribe y Fructuoso Rivera en Montevideo, donde varios de sus proyectos fueronejecutados con xito. Luego sirvi al emperador de Brasil. A excepcin de este ltimo caso,Zucchi tuvo problemas econmicos ya fuese porque no le pagaran los honorarios, porque lerealizaran descuentos arbitrarios o porque directamente le encargaran los trabajos a otros.12Sums importante corresponsal es Pedro de Angelis (Npoles, 1784-Buenos Aires, 1859),biblifilo, traductor e historiador, quien se constituy en uno de los ms sobresalientesperiodistas del sector federal ilustrado. Las sucesivas colecciones de documentos que publicaray sus colecciones cartogrficas, numismticas y de objetos varios, as como tambin una enorme

    10Existe una cincuentena de cartas escritas por Livia, la mujer de Zucchi y tambin otras de una amante

    del arquitecto, peruana ella, de las que he tomado conocimiento gracias a la gentileza de Fernando Aliata,pero que no sern analizadas aqu. All aparece otra imagen de Zucchi y de de Angelis en relacin con lavida privada y familiar. Todo este valioso corpus ha sido estudiado por el arquitecto Aliata, quien, junto asu equipo, ha trabajado y contina en la recuperacin patrimonial de la produccin de Zucchi y elmovimiento neoclsico en el Plata desde una perspectiva historiogrfica, urbanstica, esttica yarquitectnica. Al respecto vase Aliata (1998), (2006) y (2008); Aliata y Munilla La Casa (1996). Desdeotra perspectiva, resultan fundamentales los aportes de Irina Podgorny respecto del mundo comercialestablecido a partir de la transaccin de huesos, papeles, etc. Vase Podgorny (2011). Otras cartas deZucchi son conservadas en otros archivos, por ejemplo en el de su cuado, el abogado Bongiovanni.11No existe documentacin fehaciente acerca de esta afirmacin. S se sabe que emigr de Europa luegode haber ejercido el oficio de grabador y escengrafo teatral y que cuando llega al Ro de la Plata sedeclara ingeniero arquitecto. Sin embargo, por los estudios proyectuales realizados por Aliata, se sabeque, ms all de la titulacin, Zucchi tena los conocimientos tcnicos, estticos y urbansticos propios de

    tal disciplina y una gran solvencia en cuanto al saber abstracto y material del arte de construir. Parareconstrucciones de la vida de Zucchi y en especial este punto, vase Aliata (2008).12Aliata (1998).

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    cantidad de escritos, cartas, minutas, biografas y traducciones, amn de lo producido al calor desu pluma polgrafa y oficialista constituyen una produccin importante. La compilacin deBadini contiene 230 cartas del historiador napolitano al arquitecto. Otros corresponsales sonGiuseppe Venzano (93 escritos), Ottaviano Fabricio Mossotti (12), Giovanni Grilenzoni (22),Giovan Battista Cuneo (6).

    Ottaviano Fabricio Mossotti (Novara 18/04/1791, Pisa 20/03/1863) emigr de Italia, en1827, y fue designado consejero del departamento Tipogrfico de Buenos Aires en calidad deingeniero astrnomo. En la incipiente coleccin de propuestas culturales que Rivadavia tuvo abien impulsar, el astrnomo fue uno de los primeros en desarrollar actividades cartogrficas decierta importancia. A Mossotti se le debe el dar a conocer la exacta ubicacin de Buenos Airesen las coordenadas geogrficas de los meridianos y puntos cardinales. De Giuseppe Venzanoconocemos aquellos datos que proporcionan sus cartas a Zucchi y que aparecen sintetizadas enpalabras de Gino Badini: el genovs Giuseppe Venzano, el tipgrafo-editor cuyoestablecimiento se encontraba en la plaza 25 de mayo13y que desde 1843 public El ArchivoAmericano, el diario oficialista dirigido por Pietro de Angelis.14La calidad tipogrfica de stey otros escritos de de Angelispor ejemplo la biografa de Rosas, publicada por la Imprenta delEstado, en 1830deja advertir el profesionalismo del tipgrafo, su destacada labor. Tambin

    podemos observar en las cartas que ahora analizamos, el afn literario de su escritura culta ypulida. Otro de los corresponsales nos es ms conocido: el propagandista Giovanni BattistaCuneo (Oneglia/Imperia Levante, 1809-Firenze, 1875), activo participante de las primeraspublicaciones de Alberdi y Lamas en Montevideo en las que difunde sus ideas revolucionarias ymazzinianas. En la correspondencia privada se desprende que fue de algn modo protegido deZucchi y que ste lo recomend a Venzano y de Angelis para que aprendiera el arte tipogrfico;el entonces muchacho pareci no estar del todo interesado en los artilugios de la impresin ytanto por sus propias cartas como por lo que de l dicen sus connacionales, se esboza el perfil deun militante que intenta, en todo momento, comprometer con la causa libertaria y la unidaditaliana a sus compatriotas, no siempre con el xito esperado (en especial con Zucchi y deAngelis). Por ltimo, Giovanni Grilenzoni Fallopia, a veces Grillenzoni, (Reggio Emilia, 1796-Lugano, 1868), fue un poltico y activo participante en los acontecimientos de su patria.

    Condenado a muerte, como Zucchi, en 1822, huye a Suiza, donde se convierte en un fielcolaborador de Giuseppe Mazzini. Se conservan en diferentes archivos epistolarios de supertenencia, del cual se han escogido aqu las cartas que le escribiera a Zucchi desde Lugano,halladas en el archivo del arquitecto.

    Es de notar el estrecho mundo de relaciones que los eruditos establecen con losprotagonistas rioplatenses del perodo. Por sus oficios en general tcnicos o literarios, loscircuitos vinculares sustanciados tanto con federales como con unitarios y romnticos, laspblicas adhesiones y rechazos y, fundamentalmente, por las acciones concretas que llevaron acabo, estudiar quines fueron, qu hicieron, cmo se insertaron en el mundo americano y lostrabajos que ejecutaron resulta de suma importancia y conduce, con certeza, a refrendar laafirmacin de Gino Badini respecto de la seccin del epistolario de Angelis-Zucchi que puedeextenderse al corpus total:

    un epistolario que podra transformarse no solamente en una fuente derelevante inters por lo que se refiere a las vicisitudes artsticas y humanasde Carlo Zucchi, sino tambin una nueva fuente crtica sobre los eventos delperodo rosista y un instrumento textual para profundizar acerca de lacompleja y discutida personalidad del histrico talo-argentino.15

    La lectura de esta correspondencia permite mostrar, completar e invertir muchos de losprejuicios extendidos merced a las ideas que se privilegiaron con el 80 cuando se construye la

    13Venzano cuenta en carta a Zucchi los avatares de la mudanza al establecimiento de la calle 25 de Mayo.

    Vase Badini (1999), 10.14Badini (1998), 102.15Badini (1998), 103.

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    historia mitrista y se arrojan a las llamas del infortunio las letras, proyectos y empresas de loscolaboradores que actan durante el perodo de Rosas. En este sentido, aqu se resignifica lasituacin frente al poder concebida por los emigrados; pese al carcter republicano que muchasveces asoma, dista de ser el que propugnaban los romnticos. Consecuentemente, esto llevtambin a la distancia con ellos, sus mutuas incomprensiones y vaco. Los emigrados italianosllegan al Ro de la Plata con esta triple condicin: refugiados,en uno de los ltimos reductosliberales del mundo en tiempos de la brbara Restauracin y experimentados caballeros respectode la guerra y la inestabilidad; eruditos, con una formacin casi inconcebible en esos aos en elPlata y, por ltimo, sujetos ambivalentes, con una idea muy fuerte de nacionalismo y unidadnacional en el nivel del discurso ilustrado y abstracto y no tanto desde la experiencia y ejecucinde decisiones personales, doble movimiento que ser fundamental no slo en sus acercamientoscon las figuras federales sino con las simpatas o antipatas frente a los integrantes de lageneracin del 37.

    Otra hiptesis que precisamos tener en cuenta es la que sostiene Fernando Aliatarespecto de la llamada Gran Aldea, Buenos Aires, construida as con los ojos de memoralistase historiadores del ltimo cuarto de siglo XIX Antonio Wilde, Vicente Fidel Lpez, Santiagode Calzadilla. Dice el investigador:

    Una lectura comparativa ms precisa acerca de la estructura material deBuenos Aires en la primera mitad del siglo XIX pone an ms en crisis lanocin de aldea. Desde el punto de vista poblacional la ciudad no ocupabaun lugar menor. Su nmero de habitantes, que va de 40.000 a 60.000aproximadamente, si tomamos como base el perodo 1800-1830, no era nadadespreciable en comparacin con algunos centros europeos de entonces: laTurn de mediados del siglo XVIII, capital de uno de los principales reinosde Italia, no superaba los 60.000 habitantes; Padua, importante ciudaduniversitaria con una rica historia institucional y urbana, tena slo 35.000 en1800. En Espaa, por ejemplo, ciudades intermedias como Granada oCrdoba tenan en los inicios del siglo XIX 55.000 y 41.000,respectivamente. Para dar una idea relativa de la poblacin urbana podemos

    precisar, finalmente, que las ciudades ms importantes de la pennsula,Madrid y Barcelona, no superaban en ese momento los 167.000 y los115.000 habitantes.16

    Sin considerar la estructura material de las ciudades aspecto que me excede porcompletos puedo advertir leyendo las cartas que al menos las condiciones de circulacin de lainformacin largas epstolas enviadas en lentas embarcaciones y sinuosos caminos y lasituacin de inestabilidad a la que estaban sometidos letrados y profesionales en cuanto a lasdependencias econmicas y laborales con respecto a determinados centros de poder resultan, encierta medida, semejantes en ambos continentes. Con la ida y vuelta de las cartas a partir detodo el saber historiogrfico que hay acerca de las condiciones sociales, polticas, culturales dela Europa decimonnicaponemos en contexto la experiencia americana de la enfermedad y laguerra, la sociabilidad y el clima, la produccin cultural, periodstica, las comunicaciones, etc.

    Abordaremos concretamente algunas representaciones del viaje y de Amrica diseadas a lolargo de la escritura de quienes llegaron al Plata urgidos por las desavenencias polticas en suslugares de origen.

    2.1. Viaje y poltica como incertidumbreQu es viajar sino el arte de la incomodidad? No se trata de que la incomodidad

    aparezca cuando se viene hacia estas tierras ignotas y sean los europeos los que viajan. Lamolestia del viaje se hace manifiesta en cualquier viajero. En 1835, Fabrizio Mossotti hallegado al Havre desde Buenos Aires en un viaje rpido (de 53 das) y que l mismo califica deexitoso. Sin embargo, anota que los aspectos simblicos han compensado la precariedad:

    El capitn, de carcter excelente y bueno, se hizo querer entre los pasajeros;en vistas de sus buenas cualidades le perdonamos la omisin de no haber

    16Aliata (2006), 32.

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    procurado buenas y bastantes provisiones. El trato fue un poco mezquino yse habra puesto malo si hubiramos tenido la desgracia de quedarnos en elmar ms largo tiempo.17

    Carlo Zucchi, decididamente, es quejumbroso: no le gusta el ambiente de Amrica,embarcarse y navegar, no le gusta la gente, la comida, el trato. El clima es un sntoma porquearticula, dira Ramos Meja, la neurosis del personaje. En Brasil, el caldo infernarle parecaminar su salud: aquel clima de horno no lo creo apropiado para mi salud18; el aire esirrespirable en la Galia y luego, pensando en Reggio Emilia, asegura:

    Estoy todava entre los vivos, pero soy un viviente al que no le queda muchoms por vivir; y, sin embargo, me ha sido concedida una larga existencia,que comenz por dejar estos galos y venir a respirar el buen aire de nuestroLpido! Pero pienso que tambin en Reggio hace un fro diablico. Oh, qupases tristes! Bendita Amrica! Pero no hablemos de esto porque haymucha distancia 2.500 leguas martimas!19

    Se anota la lejana espacial entre un territorio y otro como extrema: el carcter expresivodel pasaje va en aumento a partir de la enumeracin de clusulas de predicacin psicolgicaemotiva (signos de admiracin, uso de puntos suspensivos, la onomatopeya).20 El juego

    opositivo de construccin hiperblica (fro diablico vs bendita Amrica) se construye comoinversamente proporcional a la factibilidad (el fro est cerca, Amrica a 2500 leguasmartimas); sin embargo, y teniendo en cuenta que el fragmento carece de la impresin oexperiencia de que la comunicacin consigue acercar los territorios, s existe una percepcin dela distanciaen tanto situacin mensurable, no mgica. Pese a las dificultades e incomodidades,en la primera mitad del siglo XIX, el viajar, con distintas finalidades, es una situacin que pocoa poco se ha de volver natural entre las lites.

    Ahora, el viaje de los cuerpos es acompaado por una fluida correspondencia en la quese trasladan y deambulan, tambin, largos itinerarios de saludos, de recuerdos, de negocios ytransacciones comerciales de objetos, libros de arquitectura y de teatro, las listas de impresos ylibreras, para transitar por lenguas que se pegan unas otras a otras, pasajes del idioma de la altacultura (francs), a la lengua en comn (el italiano o la lengua regional), a la lengua adoptiva, el

    castellano, en la que se mezcla tambin lo peninsular con lo local, con el sabor de todos los das,entre el recadoy losfederaleso los cajetillas.Los viajes materiales estn, en general, sujetos a avatares polticos o a circunstancias

    laborales y contratos de trabajo, aspectos que dan lugar a imaginar un ambiente sometido a lacontingencia. La correspondencia confirma cmo las relaciones de los artistas empleadosestaban completamente ligadas a los destinos polticos favorables o no de otros, de modo quequizs sea bastante impertinente juzgar desde un mundo asentado en la velocidad de lacomunicacin las formas en las que se conducan los hombres cuyas cartas tardaban lo que unhombre a pie. El 24 de julio de 1836un ao despus de la ltima carta que le enviara a Zucchi(atenindonos siempre a la compilacin de Badini) Fabricio Mossotti le cuenta muy porextenso al arquitecto los avatares que ha sufrido desde su partida de Buenos Aires y se justificautilizando una metfora relacionada graciosamente con su profesin, como suele hacer en su

    correspondencia; de paso, explicita el anticlericalismo que se aprecia en los emigrados en

    17Il capitano un carattere eccellente e proprio per farsi amare dai passeggeri, ed in vista di queste suebuone qualit li perdoniamo lommissione di non aver procurato buone e bastanti provvisioni, di modoche il trattamento fu un po meschino, e sarebbe divenuto cattivo, se avessimo tenuto la disgrazia direstare in mare pi lungo tempo. (La traduccin es nuestra). Carta de Mossotti a Zucchi, 17 de julio de1835, en Badini (1999), 322.18Quel clima di fornace non lo credo proprio per il mio fisico. Carta de Zucchi a su hermana Carolina,6 de julio de 1842, en Badini (1999), 18.19 Sono ancora tra il numero dei vivi, ma un vivente che non ha molto a vivere; solo che mi fosseaccordata pi lunga esistenza cominciando dal lasciare questi Galli e venire a respirare laria bu ona delnostro Lepido! Ma penso che anche a Reggio fa un freddo diablico! Oh, che tristi paesi! Benedetta

    America! Ma non ne parliamo perch a troppa distanza... 2500 leghe maritime! . Carta de Zucchi a deAngelis, 4 de abril de 1848, en Badini (1999), 21.20Leech (1983).

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    general (en parte, por el poder de los sacerdotes de decidir sobre sus destinos profesionales, enparte por negacin de la fe o filiaciones a otras convicciones ideolgicas):

    Es verdad que la carta ha tardado mucho, pero he estado de tal modo fuerade mi rbita (para hablarte astronmicamente) que por no saber decirtehacia dnde me habra conducido la perturbacin, he debido esperar da trasda hasta ahora para escribirte. Estos curas me han jugado una mala, mala,pasada.21

    Mossotti desembarca, pues, en el Havre; despus, pasa un tiempo en Pars, Turn,Novara, Miln, Gnova, Livorno, Florencia en todos los lugares haciendo cuarentena por elcleray llega a Roma el 9 de diciembre!, cuando el clima poltico ya no le es favorable (tenapreviamente una recomendacin para el cardenal Zurla, prefecto del Centro de EstudiosAstronmicos del Vaticano; a lo largo del extenso viaje, los amigos le aconsejarn ir a Roma adisipar l mismo los rumores que se han presentado en su contra):

    El cardenal Zurla, antiguo prefecto de los Estudios, quien haba concertadomi encuentro con el cardenal Oppizzani,muri un tiempo antes de que yopartiera de Buenos Aires. Algunos aspirantes malintencionados deben haberhecho comentarios a los nuevos empleados de la Congregacin y stos al

    Papa referidos a mi abrupta salida de Miln a causa de sospechas polticas, amis estancias en Suiza, Francia, Inglaterra y Amrica, en correspondenciacon todos los revolucionarios del mundo.22

    La inestabilidad poltica en el Plata plante dificultades concretas en los emigrados, deAngelis, Zucchi y otros; la cita expresa que un letrado en Europa no las tena todas consigo yesto tiene que ver con la relacin contractual necesaria entre el poder poltico y el artista, por unlado, y con las circunstancias que le imprima la distancia y la comunicacin a cualquiervnculo: entre una y otra carta, el contacto ha muerto; Mossotti, ignorante de su nueva situacin,contina un viaje que cree lo llevar a destino seguro.

    Arribar a Amrica desde tierras europeas fue en muchsimas ocasiones la carta depresentacin ms conspicua pensemos en Paul Groussac, aos ms tarde, abrindose paso consu nacionalidad francesa; ahora, ser un europeo que ha estado en Amrica arroja sospechas

    polticas, constituye una amenaza y soslaya el valor profesional. Por ello, un anhelado retornono siempre podr concretarse:Deseas saber si tendras esperanzas de poder regresar a Miln para dedicartea tus prstinos trabajos. Te dir que con el sistema que aplica aquella policame parece bien difcil; es abusivo con los extranjeros que no han generadonunca la ms mnima sospecha, as que imagnate con alguien que ha sidocondenado y que viene de Amrica. Esto es tambin para m una granmancha. He sido he sido declarado persona sospechosa y peligrosa.23

    21

    E vero ella [la carta] ha tardato molto, ma io sono stato talmente fuori della mia orbita(per parlartiastronomicamente) che prima di saperti dire dove le perturvazioni mi avrebbero condotto ho dovutoaspettare di giorno in giorno finora a scriverti. Questi preti me ne han giocato una brutta, brutta, brutta.Carta de Mossotti a Zucchi, 24 de julio de 1836, en Badini (1999), 323-324. (El nfasis pertenece a laautora).22Il cardinale Zurla, anterior prefetto degli Studi, che aveva accordato col cardinale Oppizzoni la miachiamata, mor qualche tempo prima che io partissi da Buenos Ayres.Alcuni aspiranti e malevoli devonoaver fatto osservare ai nuovi impiegati della Congregazione, e questi al papa, che io ero scomparso daMilano sotto la prevenzione di sospetti politici, che ero stato doppo in Svizzera, in Francia, in Inghilterra,in America in corrispondenza con tutti i rivoluzionari del mondo. Carta de Mossotti a Zucchi, 24 de juliode 1836, en Badini (1999), 324. (El nfasis pertenece a la autora).23 Tu desideri di sapere se vi sarebbe speranza che potresti ritornare a Milano per dedicarte ai tuoi

    pristini lavori. Nel sistema che segue quella polica ci mi pare ben difficele; vessante con tutti i

    forestieri, che non hanno mai dato il minimo sospetto, immaginati con uno che condanato e v iene dallAmerica. Questo pure per me una gran macchia. Sono stato dichiarato individuo sospettoso epericoloso. Carta deMossotti a Zucchi, Roma, 24 de julio de 1836, en Badini (1999), 325.

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    Podramos decir que la escritura del epistolario est reponiendo el tiempo de la espera:esperar materiales, esperar informacin, esperar el peridico que no llega.24Y, su contraparte, laprdida: prdida de documentos, las cartas que se envan por duplicado, por las dudas, endistintos barcos, las confusiones acerca de quin trajo el libro, dnde lo dej, los objetos que seextravan o se recuperan, hombres que dan su palabra y mueren, polticos que comprometen afuncionarios e intempestivamente caen, etc. En un contexto de permanente cambio eintercambio, de incertidumbre y fragmentacin se hace imperativo que amigos y colegas, quecompatriotas y connacionales conformen redes sociales muy slidas, puesto que el nico bienque se tiene es la confianza en el otro; a lo largo de los aos, las amistades que se conservan sonaquellas que se someten a la prueba del negocio y salen indemnes, llevando a la prctica esaexpresin tan usada, cuentas claras conservan la amistad. Por ello, cuando no se contesta unacarta, cuando no se recibe una respuesta, comienzan los reclamos, las dudas, las insistencias: eldevolver un recibido adopta un sentido moral.

    As, los personajes en cuestin se ayudan con una colaboracin intelectual y profesionalque podra pensarse como propia del imaginario neoclsico. En primer lugar, porque las bellearti son arte y comercio al mismo tiempo; despus, porque el oficio del coleccionista, delbibligrafo, del compilador de sus propias obras, caracteriza parte de una visin de

    ordenamiento a la que consideran tambin una clase de contribucin esttica; porque laconcepcin de autora no necesariamente se vincula a un hombre sino que el espritu decolaboracin va ms all, en muchos casos, del nombre propio; por ltimo, porque la cultura deltrato es un ejercicio casi cortesano que evoca la deferencia y la imagen de los sujetos en tantojugadores de un ajedrez de toques delicadospara decirlo en la bella imagen de San Juan de laCruzen el que un agradecimiento, una dedicatoria, un recuerdo, el cumplimiento de un pedido,el acto mismo de pedir o aconsejar o mandar son los medios de los sujetos para mostrarse delmodo en el que desean ser vistos, percibidos y lograr as sus metas.

    Adems del espritu de colaboracin entre ellos, la concepcin del trabajo y comerciocolectivo a travs de los cuales subsisten, estas cartas y el Archivo Zucchi en generaldemuestran las redes que haba en muchos trminos entre los emigrados italianos y quienesgobernaban o quienes participaban de la vida pblica. No todos los lazos eran meramente

    comerciales o de subordinacin sino que existan vnculos de admiracin y respecto, lo quevislumbra una sociabilidad no slo sujeta por el terror: De las corteses manos del seorTornquist recib vuestra carta del...;Conoc y trat al seor Bonpland;y que mis amigosWright y el seor de Angelis, etc. Incluso, se ve el contraste entre los modos de armar esasociabilidad ms sencilla pero cotidiana y las formas europeas, puesto que en el viejo continentese viven crisis importantes: Dars esta primera noticia a los amigos en comnque se renen enla Farmacia Ferraris25y

    Escribo en la misma ocasin a Sprungly; sin embargo, no dejo de enviar misrecuerdos a la sociedad que se rene en aquel grato tugurio detrs de lafarmacia. Dales tambin mis respetos al Sr. Jos Mara Roxas y al Sr. DonM. J. Anchorena, hacia los cuales renuevo mi agradecimiento por lasbondades que me demostraron, y cuenta con tu amigo Mossotti.26

    El respeto y el recuerdo alcanzan a personajes federales o comprometidos con la polticade su tiempo como Vicente Lpez, Toms Anchorena, Toms Guido. Por el contrario, lasociabilidad en Europa ha sido ahuyentada por la enfermedad y el temor al contagio:

    24La espera es tambin incomodidad y por lo tanto presin. Pedro de Angelis quien, entre otras cosas,comercia huesos y animales prehistricos, mientras aguarda la concrecin de la venta de un gliptodonteno tiene ms remedio que ubicar al animal de museo en su propio y estrecho living, lo que en parte obligaa acelerar la transaccin.25Darai questa prima noticia ai communi amici che si riuniscono nella Farmacia Ferraris . Carta de

    Mossotti a Zucchi, 17 de julio de 1835, en Badini (1999), 322.26 Scrivo colla stessa occasione a Sprungly. Ci nonostante non ommettere di fare I miei ricordi allasociet che si riunisce in quell grato tugurio dietro la bottega farmaceutica. Presenta anche i miei rispetti

    al signor donJose Maria Roxase al signor don M. J. Anchorenaai quail rinovo le mie grazie per le bontdimostratemi, e conta sul tuo amico Mossotti. Carta de Mossotti a Zucchi, 13 de agosto 1835, en Badini(1999), 323. (El nfasis pertenece a la autora).

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    En el Piamonte se declar el clera asitico, las personas de Turn y deGnova escapan de a miles, todo es un desorden. Los amigos me dicen quees imprudente continuar mi viaje, qu haris yendo a aquellos lugaresahora?, me dicen. En vez de encontrar a los amigos y pasar con ellosalgunos das de alegra y felicidad por el placer de volverlos a abrazar unavez ms, los encontrara dispersos, afligidos y con temor a reunirse. Por lotanto, para tener un momento festivo es forzoso que espere a que estamaldita peste siga su curso y pase la alarma que es siempre ms grande queel verdadero mal. Quizs me tocar estar aqu uno o dos meses.27

    Los emigrados italianos se relacionaron necesariamente con el poder de turno,Rivadavia, Dorrego, Rosas y no se podra, sin ms, hablar de adhesiones totales en torno a loideolgico por el hecho de que Zucchi fuera contratado para las escenografas de las FiestasMayas o que Pedro de Angelis sustentara sus autnticos intereses de coleccionista e historiadorcon el oficio que l mismo consideraba menor pero necesario medio de subsistencia como elperiodismo pro-rosista. Aun teniendo en cuenta los grados de compromiso entre estos artistas yel poder de Rosas y las posibilidades concretas de identificar esa adhesin a travs de su obra, elepistolario pone en evidencia la incertidumbre y el inestable vnculo que exista entre letrados y

    gobiernos, a uno y otro lado del extenso mar. Se les ha atribuido una actitud acomodaticiarespecto de Rosas aunque podemos pensar, adems, la existencia de elementos compartidosentre los italianos y el gobernador por ciertos caracteres de sensibilidad esttica. Los emigradoscreen en la vieja escuela neoclsica y no guardan respeto por las novedades romnticas; asumenuna tradicin fuerte, uno de cuyos rasgos es la monumentalidad. Innegable la antipata de Rosaspara con las ideas romnticas y el uso que le dio a lo monumental como expresin del poder,pese a ser sin duda un personaje romntico en s mismo.28 En este sentido, los emigradositalianos mostraron un distanciamiento espontneo con la generacin romntica, no slo porcuestiones ideolgicas sino fundamentalmente estticas: en las cartas se observa este rechazopor el romanticismo. Dice Venzano:

    Que los ingleses y franceses nos pisoteen, paciencia! Son grandes y fuertesy para ser iguales a ellos nos falta nacionalidad, ciencia y genio, no? Pero

    un espaol por Dios!, esto es demasiado! En cuanto al drama moderno ya la escuela romntica y sin poseer yo mismo un gran saber literario, unirmi parecer al vuestro para decir que son miserias humanas. Vale ms unatragedia de vuestro Alfieri, de Racine y Voltaire que cuantas produccionesha parido la lela mente romntica, sin contar con su inmoralidad. Que unamujer adltera haga alarde en nuestra sociedad de su corrupcin y venalidadse ve y se desprecia todos los das, pero que un Dumas nos la presente en elteatro para ser interpretada por una honesta e inocente seorita, no se puedetolerar. Y esto se hace con el fin de corregir las costumbres?29

    27In Piemonte si spiegato il cholera asitico, le persone a Torino e a Genova scappano per migliaia;

    tutto in disordine. Gli amici mi dicono che una improdenza il continuare il mio viaggio. Nfatti chefarei andando in quiei paesi adesso? Invece di trovare gli amici e pasare alcuni giorni di allegria econgratulazione pel piacere di averli riabbracciati un altra volta, li troverei dispersi, afflitti e intimoriti diqualunque riunione. E dunque forza che, per aver il gusto di un incontro festivo, aspetti che questamaledetta peste faccia il suo corso, e passi lallarme che sempre pi grande del mal vero. Forse mitocher star qui uno o due mesi. Carta de Mossotti a Zucchi, 13 de agosto de 1835, en Badini (1999),323.28Por ejemplo, la monumental ceremonia para con las exequias de Dorrego examinada por Munilla LaCasa (2008).29Che glinglesi e francesi ci calpestino, pazienza! sono grandi e forti, e per esser pari loro ci manca chenazionalit; scienza, e genio no'! Ma uno spagnuolo... per dio questo poi troppo! Cuanto ai drammamoderni ed alla scuola romantica senza far pompa di gran sapere litterario, unir il mio parere al vostro

    per dire che son miserie umane. Vale pi una tragedia del vostro Alfieri, di Racine e Voltaire, che quante

    produzioni abbia partorito la scimunita mente romntica lasciando anche a parte limmoralit. Che unadonna adultera faccia pompa nelle nostre societ della sua corruzione e venalit, si vede e si disprezzatutti i giorni, per que un Dumas ce lo presenti in teatro per essere intese da una honesta ed inocente

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    Y, en otra ocasin, criticando el vaco de sentimientos que ha notado en los funerales deEncarnacin Ezcurra, Venzano seala: Ayer fueron los funerales de la seora DoaEncarnacin; fueron esplndidos: mucho se hizo, se dijo y se ha escrito. Pero viste en elcorazn? Mundo sucio!!.30Dnde lo esplndido de los funerales si carecan de corazn? Enla monumentalidad, cara a estos emigrados y, desde luego, al poder de Rosas, como smbolo desu majestad.

    2.2. Amrica, Eur opa, I tal ia: pasado y presente de hombr es en trnsitoLas miradas sobre el territorio, los personajes polticos y sus propias circunstancias

    vitales varan en los emigrados y en muchos casos dependen del humor y del estilo de cada uno.Giovanni Grilenzoni, que no conoce Amrica, slo piensa en estas tierras a partir de sus ideaspolticas y las noticias que recibe por parte de Zucchi:

    Me imagino el estado de las regiones en las que vivs. Qu puedes pedir deun pas en el cual reina la supersticin, el despotismo y, en consecuencia, lams grande ignorancia? Sin embargo, el mundo camina, si bien lentamente,hacia su mejora. El mal est en que estas mejoras sobrevendrn cuandonosotros estemos bajo tierra.31

    El mundo americano es visto como un espacio sometido a la ignorancia pero al mismotiempo se inserta en un occidente en el que la utopa de la liberacin, si bien ciertamente lejana,tambin ser alcanzada. Un presente problemtico y un futuro republicano son los parmetrosque regirn las visiones de los letrados emigrados para ambos continentes.

    Esta mirada se matizar entre quienes habitan por aos el Ro de la Plata y desarrollansus profesiones. Giuseppe Venzano, por ejemplo, goza del arte de escribir y de leer; descree delas perspectivas polticas permanentes; siente respeto y admiracin por Zucchi y acusa recibodel malhumor de ste. Mossotti juega con las estrellas y, a su regreso a Europa, atraviesa lasvicisitudes por las que Zucchi y sus corresponsales emigrados han vivido al llegar a ladestemplada tierra americana. Veamos algunas imgenes.

    En agosto de 1836, Giuseppe Venzano le escribe a Carlo Zucchi acerca de la vida msbien apacible al menos para l y poco abundante desde el punto de vista material que

    experimenta en Buenos Aires:En cuanto a m, estoy como me dejaste, vegetando, no del todo verde y salgo marchito por falta de un poco de riego de aquel saludable manantial,como aquel cerro del Potos que fecundaba en otros tiempos la Europa. Deda, me la paso sentado en mi cansada sillita escribiendo, corrigiendo ybostezando; de noche se hace alguna visita, no amorosa, pero s bienamigable. As de amigable regalo ser la cajita que te ha gustado tanto y contal eximia aprobacin ser, en su momento, obsequiada con ms nimoan.32

    Como otros testimonios, Venzano describe un da de trabajo y un atardecer desociabilidad, no demasiado formal, de encuentro con los amigos; en el fragmento se expresa la

    ragazza non si pu tolerare: e questa per corregere i costumi?. Carta de Venzano a Zucchi, 16 de junio de1840, en Badini (1999), 283-284.30Ieri furono i funerali della signora donna Encarnacion; furono splendidi: molto si fece, si disse, e si scritto. Ma vedeste in cuore? Mondo porco!!. Carta de Venzano a Zucchi, 22 de noviembre de 1838, enBadini (1999), 282.31 Mi immagino lo stato dei paesi che tu abiti; ma che vuoi che sia un paese in cui regna sempre lasuperstizone, il despotismo, e per conseguenza la piu crassa ignoranza. Il mondo pero cammina, benchelentamente, e migliorera in seguito. Il male sta, che questi miglioramenti verranno quando noi baremosotterra. Carta de Grilenzoni a Zucchi, 25 de enero de 1832, en Badini (1999), 337.32Quanto a me, come mi lasciaste, no vegettando, no del tutto verde, ma algo marchito, por fatta de un

    poco se riego de aquel saludable manantial, con ci cual cerro de Potor secundisaba en otros tempos laEuropa. Di giorno seduto nella stancata mia seggiolina, scrivendo correggendo e sbadigliando; e di notte

    si fa qualche visita, non amorosa, ma bens amicale; come amical dono sar pure la scatolina che fu a voipiaciura, e che con tale esimio voto sar a suo tempo presentata con pi coraggio. Carta de Venzano aZucchi, 6 de agosto de 1836, en Badini (1999), 275.

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    figuracin que se da de Amrica en esa vida actual sujeta a privaciones materiales: la falta deun poco de riego de aquel saludable manantial, con el cual el Cerro del Potos fecundaba enotros tiempos la Europaes una afirmacin que expresa la fuerza que a ms de trescientos aosan conservaban las imgenes estatuidas de Amrica como el Paraso y la tierra del deseo. Elpasado remoto de Amrica propone un cuadro mitolgico, colorido de accin, y oficia decontraste con la vida cotidiana de un presente quieto, de inaccin, de simple vegetar. Aqu seaprecia una mezcla de sentimientos ya romnticos con ciertos parmetros estticos propios delneoclasicismo: las metforas de la naturaleza con sentido utilitario no se trata de un simplemanantial que se contempla, sino una fuente de recursos para la vida del hombre se venreforzadas cuando se aprecia la decepcionante recepcin de los bienes estticos en el mundoamericano, un mundo frvolo donde el dinero podra haber creado ms bienestar y fama que elpropio arte:

    Pero dejando aparte todo esto, aqu estamos entonces pisando la tierra deColn, en medio de los litigios del gran Ro de la Plata y bien os puedoasegurar que si hubiramos tenido el talento de llenar la bolsa con aquelmetal que a manos llenas ofrecan las sirenas que se movan en el plateadoro en tiempos de Sols y de Gaboto, no seramos para los mundanos ojos de

    menor virtud que si hubiramos alcanzado con dificultad la cima delParanaso, del Pindo o del Ellicone. Y quizs quizs debilidad humana!Teniendo aquello se creera tambin que Apolo y Minerva cenaran connosotros todas las noches.33

    El espritu neoclsico se ve en la seleccin de las citas pero lo romntico aparecejuntamente en la Amrica dibujada por el tipgrafo: si para Zucchi, Amrica es la tierra de mieisavaggien definitiva, ese espacio virginal que est a la espera de ser domesticado, que an noha sido creadopor la cultura, para Venzano, ms resignado y menos juez, es la de Coln y losnavegantes subyugados por las imposibles sirenas, los Solis y los Gaboto. Un esprituamericanista y nacional la tierra de Colnes el que surge en las cartas de Venzano, quiensiempre llama a su destinatario compatriota.

    Otro elemento romntico en Venzano es la teatralizacin de la melancola, el

    aburrimiento, cierto cansancio y abulia. Estas emociones son reconstruidas ms a modo delspleen romntico, de tono literario, que de la vida real a la que parece sentir plena y de la quesugiere vivir en conformidad; no es irnico, criticn y alegre como de Angelis, no es afortunadoy feliz como Mossotti; no es activamente poltico como Cuneo; no es prudente y hastaconveniente como el mismo Zucchi. El estilo, el apego al tono, al arte y la esttica de la citapredomina por sobre la escritura de los otros corresponsales y encuentra en una teatralizacin decierta queja su huella romntica, donde esta sensibilidad se filtra y se entrevera en su modo dever, sentir y describir la experiencia que atraviesan. Este tono busca encontrar belleza y la hallaen la escritura de los dems. A propsito de una carta de Zucchi, Venzano se exalta con elrecuerdo ideal del pas de origen:

    Como se vea, en aquel lugar donde la alegre Ceres inunda de doradasespigas los bellos campos reggianos, en dulce noche estaban

    relampagueando en el vasto firmamento las errantes estrellas. Qu agradablese vuelve a la vista y como despierta sublimes pensamientos, as,queridsimo seor Zucchi, placentera me lleg vuestra bella carta del 18 delcorriente en la cual brillan bien quedamente en reciprocidad con las estrellas

    33Ma lasciando a parte tutto questo; eccoci dunque caplestando la terra di Colombo, su i liti del gran Riode la Plata: e ben vi posso assicurare che se avessimo avuti il talento di riempire il sacco di quel metalloche a piene mani offivano nei tempi dei Solis e de Gaboti le sirene che guizzavano in questargentatofiume, a mondani occhi non ne saressimo di minor pregio che se avessimo montato a stento sul Parnasso,

    sul Pindo od Ellicone. E forse forse; debolezza umana! Avendo quello si crederebbe pure che Apollo eMinerva cenassero con noi tutte le notti. Carta de Venzano a Zucchi, 26 de agosto de 1836, en Badini(1999), 275.

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    decir de los telogos, igualmente agudas, aquellas primeras no duran tanto yas espero que tambin con rapidez seas arrojado fuera de tal castigo. ()Me maravilla que ni siquiera tengas diarios para leer.37

    En muchas cartas se comprueba que salir de Buenos Aires es ir a unpurgatorioy que elno recibir noticias o el peridico un pedido constante de de Angelis a Zucchi cuando ste seencuentra ya en Montevideoes cosa de muerte. Pero tambin, salir de Buenos Aires es aliviarlas tensiones que acarrea una ciudad y hallar la salud y el reposo en la campaa:

    Aqu estoy solo en esta nuestra antigua casa, madame se ha finalmentedecidido a pasar un par de meses en el campo y el seor de Angelis la haacompaado a cuatro leguas de distancia a una bella casita vecina a SantaCatalina. Hace ya unos cuantos das que viven en esa villa, y la estimadaenferma se siente de maravillas. Me dice que come bien y duerme mejor yhace mucho ejercicio a caballo, as que no dudo de que si bien no se repongadel todo no podr menos que fortalecer su fsico y procurarse una existenciamejor.38

    As, conviven el imaginario de la ciudad como el mbito privilegiado de la cultura y lavisin de la huida de sta, como espacio para concretar una ceremonia entre la naturaleza y el

    yo. La imagen de esa Amrica remota del tiempo de la Conquista que recrea Venzano,como un episodio de bienestar nunca alcanzado, viene a cuajar en las reiteradas versiones que leotorgan los emigrados como la tierra de promesas y proyectos incumplidos. Los corresponsablesde Zucchi ponen de manifiesto la escenografa de lo incompleto: Aqu las cosas estn siempreigual, se hacen proyectos polticos, financieros y administrativos, pero todo queda en proyectos;porque siempre se encuentran dificultades invencibles en la ejecucin.39 Y Venzanopregunta insistentemente a Zucchi: Se har o no se har el teatro? Se har sobre vuestroproyecto o se har uno como aquel hecho ltimamente aqu?.40

    En el caso de Zucchi, interesado ms que otros en la configuracin de un buen nombrecomo artista, su inconformismo es ms que evidente y soslaya las geografas: cuando est enAmrica, el territorio ser percibido como un espacio de queja; en la distancia, adopta las

    visiones clsicas del continente como la zona virginal y salvaje. As, la percepcin de Amricaser construida a veces desde la fuerte crtica y a veces desde un discurso melanclico eidealizado. La primera modalidad conlleva la impronta del anlisis y descripcin pormenorizadade la realidad circundante que conduce a remarcar la ignorancia para valorar el arte y los saberesde los profesionales, la desidia frente al esfuerzo por aprender, el costo de la vida diaria encomparacin con las escasas remuneraciones para los maestros, etc. La conformacin de unaItalia neoclsica, idealizada y modlica que, vista a la distancia, corresponde a la segundamodalidad. Estas imgenes se expresan, entonces, en estilos diferentes dentro del mismocarcter neoclsicola mirada correctora, jerrquica, pedaggica, por una parte, la ms abstractay que apela a los valores grecolatinos por la otra- pero tambin un gesto de Zucchi, cuya

    37

    Amico carissimo: Nello stesso giorno che avea mezo alla posta una lettera per te, ho ricevuto la tua dei19, che mi d una idea del purgatorio in che ti han mezo, dico purgatorio e non inferno, perchquantunque le pene, al dir dei teologi, siano egualmente acute, quelle del primo non durano tanto e cosspero che tu sarai pure presto tirato fuori da cotesto purgatono. Mi fa meraviglia che neppure teniategornali da leggere. Carta de Mossotti a Zucchi, 27 de agosto de 1832, en Badini (1999), 321.38Eccomi solo in questa nostra antica casa. Madama si finalmente decisa a passare un pajo di mesi incampagna, ed in signor de Angelis la sta accompagmnando a cuattro leghe di distanza in una bella casetavicino a Santa Caterina. Sono alquanti giorni che gi abitano in questa villa, e la stimabile ammalata se nesente a meraviglia. Mi dice che mangia bene dorme meglio, e fa molto esercizio a cavallo, onde nondubito che, ancorch non rizan del tutto, non pu a meno di fortificare il suo fisico e procurarsi unamigliore esistenza. Carta deVenzano a Zucchi, 21 de marzo de 1840, en Badini (1999), 283.39Qui le cose vanno sempre lo stesso, si fanno proggetti politici, finanziari ed amministrativi ma tuttofinisce in proggetti perch sempre sincontrano difficolt invicibili nell esecuzione.... Carta de Mossotti

    a Zucchi, 27 de agosto de 1832, en Badini (1999), 321.40Si far o non si far il teatro? Si far sul vostro progetto, o se ne far uno come quello fattoltimamente qui?.Carta de Venzano a Zucchi, 7 de agosto de 1841, en Badini (1999), 290.

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    escritura ambivalente suele adaptarse a las expectativas de los destinatarios.41Ms all de estaidea lo cierto es que el espritu insatisfecho de Zucchi propone una bifurcacin de registrosprecisos la correccin y el juicio para el Ro de la Plata, por un lado, y la idealizacin de lapatria, por el otroque denota el carcter neoclsico desde donde se examinan los territorios.

    En este sentido, Italia como totalidad e, incluso, la lengua italiana tal como laconocemos42forma parte de otro nivel en el discurso. Representa el espacio de la utopa, idealque une el pasado revolucionario con un futuro imaginario de repblica que ha vencido lafragmentacin y la desunin y se ha consolidado como nacin. Marca as un quiebre entre eldiscurso cotidiano, de un registro crtico sustentado en el detallismo puntilloso de nombres, defechas, de cuentas, de accionesy un discurso claramente neoclsico, idealizado y general, queutiliza metforas heroicas y desplaza al sujeto insatisfecho que se queja, agradece, reclama,interpela, ordena, aconseja, recuerda y critica es decir, que encarna acciones tendientes acuestionar o exhibir por parte del destinatario algn tipo de accin o responsabilidad43hacia unsujeto heroico, inmaterial, patritico que se ve a s mismo en el campo de lucha aunque se halleen su gabinete de estudio. La expresin potr rivedere la bella Italia! es el cierre de una largaparrafada de especulacin acerca de los recaudos, problemas, inconvenientes fsicos,econmicos y los retardos inevitables que llevara arribar al suelo patrio y luchar por la

    unificacin: Se ha necesitado toda la lgica persuasin de algunos de mis amigos parahacerme suspender la determinacin de partir inmediatamente y abandonarel honorable empleo que ocupo, que en cierto modo me proporciona paravivir sino con holgura al menos cubriendo mis necesidades. He transigido encambiar lo poco que poseo en papel moneda y embarcarme a la vuelta deEuropa para dirigirme all donde el deber de ciudadano italiano parecallamarme y si mis amigos pudieron con justas reflexiones hacerme suspenderla precipitada partida no he, sin embargo, renunciado al propsito, estosiempre podr corroborarse, y quin sabe si las ulteriores noticias que contanta ansiedad se aguardan no me hagan definitivamente decidirme.Reflexiono que nuestra patria requiere de sacrificios: por mi parte me parece

    que no podr hacerlos dado el momento superior y al mismo tiempo msmeritorio por el que atravieso sin renunciar a mi brillante futuro de bienestar.Quisiera alcanzar las filas de tantos valerosos que estn defendiendo a costade su sangre el primer bien del mundo, la libertad. Y si el destino lo hubieradecretado, perecer, sucumbir, pero con la esperanza de saber sustradanuestra bella regin de la contaminacin austraca y fundada con basesirremovibles la Independencia italiana, causa sacrosanta que nos tienedispersos, tirados en playas remotas, ya que es el patrimonio de todosaquellos que tienen la espiritualidad de sentir que sin libertad la patria no esms que una quimera.44

    41

    Badini (1999), 7.42 Los que en s mismos son conceptos todava inexistentes y no sern materializados en vida de lamayora de estos emigrados. Luego de mltiples avatares, cuando se reuni el primer Parlamento delEstado nacional italiano en Turn en 1861, los oradores hablaron en francs. Vase Schulze (1997), 138,lo que evidencia la lejana de una posible unidad lingstica.43Haverkate (1984).44Ci ha voluta tutta la pesuasiva logica di alcuni miei amici per farmi sospendere la determinazione di

    partire inmediatamente; abandonar lonorevole impiego che occupo, che in certo e qual modo misomministra da che vivere se non con agiatezza al meno al campare di tutta necesita, transigererealizzando il poco che posseggo in carta monetaed imbarcarmi alla volta dEuropa per col dirigermidove il dovere di cittadino italiano sembra chiamarmi. Se potettero li miei amici con giuste riflessionifarmi sospendere la precipitevole partenza non ho pertanto rinunziato al divisamento; questo sempre pisi corrobora, e chi sa, se le ulteriori notizie che con tanta ansiet si attendono non mi faccian

    definitivamente risolvere. Rifletto che la Patria da tutti noi richiedeva dei sacrifici; dal canto mio parmiche non potrei fargliene per il momento, maggiore e nello stesso tempo pi meritevole, rinunziando ad unlusinghiero futuro benestare correndo a raggiungere le file di tanti prodi che stanno difendendo a costo del

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    El amor patrio tambin se relaciona con el arte, en el nivel, claro est, de la idealizacin:Italia, nuestra querida patria, que es y ser la cuna de las ciencias de las bellas artes tanto delsaber como del bello hacer, y ninguno puede ser ni lo uno ni lo otro, si no visita, si no estudiasino trae de Italia el saber!.45 En cambio, la descripcin de la Buenos Aires de entoncesmuestra una tierra carente de estilizacin, roda por la triste realidad cotidiana. El idealpatritico se manifiesta en esa Italia modelo que no slo oficia de contraste con la vivencia deBuenos Aires sino que opaca la tierra natal. En el plano de lo real, Zucchi y los emigradosescinden dos visiones de la tierra natal (que no es, de ningn modo, el suelo patrio). 46Porun lado, es el hogar que los vio nacer, al que aman, pero al que tambin critican en lo que al artey progresos pueda referirse; por otro lado, el domicilio artstico, Miln, para Carlo Zucchi,casi la moderna referencia de la oficina, un lugar amado por el arquitecto ya que ah haaprendido a ser quien es, un artista, y donde ha vislumbrado posibilidades concretas de vivir desu arte a travs de los negocios que podra generar habitar el mundo de una gran ciudad.47

    3. Arte y negociosEstamos en los inicios de 1828. Hace poco ms de un ao que Carlo Zucchi trabaja en

    Amrica y al calor de la intensa red de relaciones personales y comerciales que lo ligan conEuropa recibe una carta de Vittorio Pedretti, artiste, quien le pide consejo respecto de laposibilidad de instalarse en el Plata y hacer de su arte un negocio productivo para el buen vivir.Zucchi no desea otorgar una respuesta absoluta, no desea que la decisin de Pedretti estdominada por una opinin taxativa, de modo que emprende una pintura del Ro de la Plata quetendr, quizs, por s misma, el peso de la realidad. As, el arquitecto reggiano deja constanciano slo de una atmsfera y un espacio, sino de la constitucin cultural diferente de su mirada ylas distancias y acercamientos que su ojo guarda con este mundo extico.

    3.1 Desde dnde mirar: la Europa del letradoLas fechas de Carlo Zucchi son significativas. Naci en 1789, ao de la Revolucin

    Francesa y muri un ao despus de la Revolucin de 1848, en la Emilia Reggio de 1849. Es

    decir que su vida se vio inmersa en el perodo de sesenta aos... que supuso la mayortransformacin en la historia humana desde los remotos tiempos en que los hombres inventaronla agricultura y la metalurgia, la escritura, la ciudad y el Estado.48Esto no quiere decir, desdeluego, que Zucchi hubiera podido percibir junto con sus contemporneos todo el vibrantecimbronazo que esta afirmacin encierra, ya que, de hecho, esta larga revolucin no fue vividaen todos lugares del mundo del mismo modo porque hubo focos destacados y escenariosmenores, ni participaron de ella todos los estratos sociales. Y adems, si bien habra que buscartransformaciones que cimentaron esta doble revolucin, tambin habra que tener en cuenta, nosdice el historiador, no pasar por alto, el hecho innegable de que los trajes, modales y prosa deRobespierre y de Saint-Just no habran estado desplazados en un saln delAncien regime.49Sin

    loro sangue il primo bene del mondo; la libert. E se il destino lo avesse decretato, perire soccombere,per colla speranza di saper sottratta la nostra bella contrada dalla contaminazione austriaca, fondata conbasi irremovibili, lIndependenza italiana, causasacrosanta che ci ha dispersi, gettati in spiaggie remoteche ci appartiene, che il retaggio di tutti coloro che hanno anima di sentire che senza libert la Patrianon che una cimera. Carta de Zucchi a Grillenzoni, (1832), en Badini (1999), 41. Las cartas de losexiliados romnticos durante el rosismo son coincidentes con las de los emigrados italianos en lo que a larepresentacin del exiliado que peregrina respecta. Tanto unos como otros coinciden en el sentimiento ylas sensaciones nostlgicas de la patria, aunque, paradjicamente, los italianos sientan desinters por laesttica romntica.45L Italia, la nostra cara patria, fu, e sar la culla delle scienze, delle belle arti, che del sapere, che del

    bel fare, e nessuno pu essere n luno n laltro, se non visita, se non studia se non ripoirta dall Italia ilsapere!.Vase Badini (1999), 30.46Badini (1999), 46.47

    Aliata (2008).48Hobsbawm (1999), 9.49Ibdem, 10.

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    embargo, existieron cambios sbitos y profundos que evidenciaron el triunfo de esta novedadrevolucionaria.

    Los aos de esplendor napolenico se hicieron sentir en la Italia de la primera infancia yjuventud de Zucchi. Como tantos otros, l mismo acogi la invasin napolenica conentusiasmo y despert sus sentimientos nacionales. En sus cartas de adulto, Napolen se haconvertido en una figura mitolgica: Y es fuerza confesarlo que un Bonaparte no nace todoslos siglos. Napolen nico genio del cual por conviccin fui y ser siempre un vivoadmirador.50En las de de Angelis, Napolen Bonaparte establecer un antes y un despus en laconsideracin ahora depreciada que tiene de los franceses, de quienes se sorprende continenmirando en alto, cuando en verdad no entiende porqu, dado que no tienen nada de lo que estarorgullosos.51 La clave de esos primeros aos est dada por la formacin. Observemos, porejemplo, la siguiente circular (Miln, 18 de septiembre de 1804, ao III) firmada por el Ministrodel Interior en la que se especifica el programa de estudios necesario de los Institutos, Liceos yGimnasios, para alcanzar los grados acadmicos que se detallan y homologar as estos estudiosa los universitarios.

    Qu deba saber en forma elemental un ingegnere-archittetoal estilo Carlo Zucchi?:Eloquenza Italiana, e Latina; Lingua, e Letteratura Greca, Analisi delle idee, Elementi di

    Geometria e dAlgebra, Principi del Disegno.

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    Estas asignaturas dan una idea de laformacin humanstica, universal y completa que procuraba la enseanza llamada superior enEuropa, una enseanza dominada por los principios de la imitacin, del aprendizaje en funcinde modelos o, para decirlo con Zucchi, el conocimiento basado en tres reglas elementales: ver,comparar y hacer, todas las cosas que os conducirn un da a ser artista y poder as honrarvuestra Patria.53 En este protocolo de homologacin podemos observar que el ttulo mselemental, farmacutico, comparta con el de mayor desarrollo, abogado, dos materiasconcebidas como centrales: el arte del buen decir (Elocuencia italiana y latina) y el del buenpensar (Anlisis de las ideas). La preocupacin por la escritura y el estilo es constante en Zucchiy en de Angelis. Esta concepcin netamente neoclsica ofrecer un punto de contraste ineludiblefrente a los romnticos rioplatenses y en virtud del desarrollo de las bellas artes en el Plata.54

    La Restauracin, por fin, los convierte en exiliados forzosos y Carlo Zucchi deja

    explcito el carcter trgico que adquiere la condicin de forneo. Zucchi construye as laimagen de exiliado que experimenta, como tal, una doble condicin. Por una parte, con undiscurso exhortativo, pide ayuda a de Angelis porque de hecho se siente apremiadoeconmicamente: Aprovecho para escribiros y encomendarme calurosamente a vuestraintervencin para ver si es posible ir donde ustedes, ya que mi situacin es insoportable, igual aaquella de un exiliado bajo la directa vigilancia de un sinvergenza.55

    Pero, como la misma cita pone en evidencia, esta situacin de incomodidad no espercibida con resignacin sino con indignacin. No se sienten exiliados polticos que debanagradecer al pas que los acoge esa suerte de proteccin ante la adversidad sino que es el pasreceptor quien debiera estar agradecido de poder recibirlos, de manera que las negativas eimposibilidades en el terreno profesional y laboral acrecientan el desasosiego. Hasta aqu elexiliado en situacin real. Asoma, de vez en cuando, otro exiliado en el mismo Zucchi, el

    exiliado que, con un estilo enaltecido y abstracto, aora la patria, siente la lejana, aun si lascondiciones de existencia reales fueran buenas. En la figura del exiliado que ama la patria y la

    50Ed duopo confesarlo che dei Buonaparte non ne nascono tutti i secoli. Napoleone, unico genio, delquale per convinzione fui e sar sempre vivo estimatore... Carta deZucchi a Grilenzoni, 1832, en Badini(1999), 42.51perch, dato che non hanno nulla di cui essere orgogliosi. Carta de De Angelis a Zucchi, 13 de juniode 1839, en Badini (1999), 141.52Badini (1999), 34.53 vedere e comparare, e fare; cose tutte che vi condurranno un giorno ad essere artista e potre cosonorare la vostra patria.Carta de Zucchi a Paolo Aleotti, 9 de abril de 1847, en Badini (1999), 30.54Munilla La Casa (2008b).55

    Ne approfitto per scrivervi e raccomandarmi calorosamente alla vostra intervenzione per vedere se possibile tirarmi da cost, giach la mia situazione insopportabile, simile a quella di un esiliato sotto ladiretta sorveglianza di un mascalzone.Carta de Zucchi a de Angelis, 1833, en Badini (1999), 43.

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    extraa, el estar lejos se justifica por la bsqueda de mejores condiciones para el desarrollo desu profesin y de su arte como un derecho inalienable del individuo, ms all, incluso, de losintereses patrios. Se trata de una visin de la individualidad no siempre ni necesariamenteasociada o justificada por el espritu patritico y quizs esto me hace pensar en una concepcindel yo ms distante de la valoracin romntica y ms cercana a lo que Norbert Elas sealacomo mundo cortesano, en la construccin de los individuos como entidades interpenetradas derelaciones, abiertas a las redes sociales, individuos en tanto su posicin social. 56De hecho,cuando Zucchi se ve acorralado por las insistentes palabras de Grilenzoni o Cuneo, se excusade salir al instante en busca del fusil a travs de una serie de especulaciones acerca de losrecaudos, problemas, inconvenientes fsicos y econmicos que llevara arribar a Italia y laconsecuente tardanza que hara intil todo ese esfuerzo.57

    3.2 Pobres de lasbelle artien el Plata!En la carta que habamos mencionado, escrita a Vittorio Pedretti en abril de 1828,

    Zucchi, entonces, pinta Buenos Aires. Uno de los elementos que une a los corresponsales es lanecesidad de noticias, tanto del mundo que han dejado como del que ahora habita. Lainformacin se encuentra directamente vinculada con las posibilidades concretas de mantener

    las posiciones logradas, la de conocer las incidencias de tomas concretas de decisin. En estesentido, los corresponsales se aconsejan y piden informacin. Zucchi, as, visualiza lasimpresiones del nuevo mundo, el estado general de la ciudad y de las artes aqu.

    Utilizando la cortesa extrema en lo que toca al destinatario, donde el tono es siemprerespetuoso y formal, aunque tambin familiar, el lenguaje de Zucchi adopta una sensibilidadconcreta y material cuando se refiere a Amrica. El primer contraste que enfoca el marcocultural se da justamente en el tratamiento, donde los corresponsales especifican, cada vez, latitulacin o el cargo: Vittorio Pedretti, artiste; Carlo Zucchi, architteto-ingegnero, Al noblehombre, el seor ingeniero Carlo Zucchi, a travs del Sr. Aboccato Biongiobanni, architteto,impiegatto, etc. Esta titulacin convive hasta cierto punto con la nobiliaria, pero es claramentesignificativa como ligamento entre los participantes, cuyo valor radica en el ejercicio de estossaberes y estas prcticas y en el reconocimiento del rango, en claro contraste con los espaoles

    de Amrica, en donde pareciera que, antes como ahora, se prefera el albail al arquitecto:La arquitectura que no es slo aquella hecha por necesidad, de laarquitectura simplemente civil sino de aquella que sirve para distribuir yhacer cmoda una habitacin la descuidan: se prefiere un albail a unarquitecto o un ingeniero. Esto es propiamente el pas de los artesanos.58

    El pas de los artesanos es, por otra parte, la terra dOttentotti, de los godos, es decir,de salvajes, un territorio nuevo pero con costumbres lamentablemente coloniales. No hay nadaque hacer, por ello, en Amrica en cuanto al comercio y el entendimiento de las bellas artes. Susconnacionales tienen, segn Zucchi, una confianza excesiva en la bendita paz y en lo que staacarrear:

    Por el momento estn de acuerdo en que nada hay para hacer en este pas encuanto al comercio y las relaciones de las bellas artes. Se confan y sientan

    todas sus esperanzas en la bendita paz, como si los habitantes de BuenosAires se volvieran de repente sabios e instruidos, y que la necesidad intensay el buen gusto por la belleza les tuvieran que entrar en el cuerpo pormilagro.59

    56Elas (1993), 486.57Carta de Zucchi a Grilenzoni, 1832, en Badini (1999), 41.58 Larchitettura che non solo quella che avrebbero di bisogno ma necesita, parlo dellarchit etturasemplicemente civile, quella che serve a distribuire, a render comoda unabitazione, la trascurano in modoche un muratore preferito ad un architetto, ad un ingegnere. (...) Questo propriamente il paese degliartigiani. Carta de Zucchi a Pedretti, 17 de abril de 1828, en Badini (1999), 38.59

    per il momento mi accordano che niente c da fare in questo paese e pel commercio e sul rapportodelle belle arti; si affidano e formano tutte le loro congetture sulla ventura pace, come se gli abitanti diBuenos Aires dovessero divenire tutti ad una volta sapienti, istruiti, e che la smania, ed il buon gusto per

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    Ostensiblemente funciona aqu el concepto neoclsico de cmo la educacin, latradicin y la formacin aseguran una combinacin que deviene en letrado. El artista esproducto de un saber acumulado, el gusto se cultiva, no surge a travs de un milagro.60Zucchicritica la designacin de un maestro de arquitectura para la Academia de Belli Arti de ReggioEmilia diciendo Este muchacho, dnde ha estudiado, qu ha visto?61, una pregunta retricaque cuestiona la validez de la juventud y la imposibilidad de la experiencia y el saber mscompleto en ella. Por otra parte, el respeto y el recuerdo por los maestros son constantes: Ah, siestuviera vivo todava el seor Giovanni Paglia le dira bien de mi parte miles y miles decosas. Recuerdo siempre con placer y gratitud que es por l que he aprehendido las primerasnociones de las bellas artes. Sin stas y aquel quin sabe qu habra sido de m!.62

    Esta concepcin de estar inmersos en una tradicin, del valor de pertenecer a ella, dereconocerse en un cdigo bendecido por la transmisin y la imitacin es desconocida entre losromnticos argentinos. Aunque el siempre gentil Vicente Fidel Lpez recuerde con cario en suAutobiografa al inefable Diego Alcorta, la generacin romntica establece un corte con losmaestros y presenta como dadores de saber a sus compaeros y amigos de generacin. Este esun primer el elemento de distancia entre estos eruditos y los proscriptos, verificado con notablevirulencia en las crticas que unos y otros se han dispensado.

    En un sentido, los eruditos de marras se sintieron maltratados por estos jvenes. Fuerondifamados en la prensa por sus relaciones con el poder rosista, acusados de ser espas,desatendidos en lo poco o mucho que tuvieran para dar y en las formas del trato y las relacionescortesanas que gustaban practicar y caricaturizados:

    He visto mi ritrattoen un nmero de El Nacional de junio pasado, me handicho que Navarro lo ha hecho; debo felicitarlo por la facilidad con que sabecalumniar a su prjimo; me hace caminar por las calles de Buenos Aires conponcho balandrn, gorro colorado en la cabeza, bigotes y cuchillo a lacintura, todas cosas que me son extraas. Es todo falso como el hbito desans culotte con el que se me haba apodado al comienzo de la revolucin yla vida de devoto que se me atribua durante mi permanencia en Pars.Vereis, entonces, que hay suficientes razones para detestar, yo primero, a la

    gente de este tipo. Preferira ms bien tener que depender de un cacique de lapampa que de estos doctores cuya ignorancia es slo igual a su inmoralidad.Al diablo con todos estos canallas sin excepcin alguna, son todos iguales!63

    En la correspondencia, se ve a de Angelis frecuentando la librera de Sastre; busca allalgunos libros de arquitectura que puedan serle tiles al amigo. En carta de 6 de mayo de 1837

    le altri belle gli dovesse entrare in corpo per miracolo. Sul rapporto commercio forse ci sarebbe a farqualche cossa, ed anche ne dubito. Carta de Zucchi a Pedretti, 17 de abril de 1828, en Badini (1999), 35.60Bourdieu (1998).61Questo ragazzo dove ha studiato, che ha veduto?. Carta de Zucchi al cuado Jacobo Bon giovanni, 4de marzo de 1844, en Badini (1999), 57.62

    Ah, se foie ancora in vita il signor Giovanni Paglia... digli bene da parte mia mille e mille cose.Ricordo sempre con piacere e gratitudine ch da esso che ho attinto le prime nozioni di belle arti. Sensaquegli e queste chi sa che sarebbe divebuto di me!. Carta de Zucchi a Paolo Aleotti, 9 de abril de 1847,en Badini (1999), 30. En su estudio, Gino Badini indica que los personajes a los que se refiere Zucchiintegran la Academia dei Belli Arti de Emilia Reggio y que fueron transformndose en los artistas msimportantes de la regin. Badini (1999), 20-22.63Ho visto un mio ritrattosu un numero deEl Nacionaldel gennaio scorso. Mi hanno detto che stato

    Navarro a farlo; mi devo proprio complimentare con lui per la facilit con cui riesce a calunniare il suoprossimo. Mi fa camminare per le strade di Buenos Aires con poncho balandran, gorro colorado en lacabeza, bigotes, y cuchillo la cintura todas cosas que me son estraas. E tutto falso, come labito dasanculotto che mi aveva affibbiato allinizio della rivoluzione, e la vita de devoto che mi attribuivadurante la mia permanenza a Parigi. Vedete dunque che ci sono tutte le ragioni per detestare, io per primo,la gente di questo tipo. Preferirei piuttosto dover dipendere da un cacicco della pampa, piuttosto che da

    questi dottori, la cui ignoranza pari solo alla loro immoralit. Al diavolo tutte queste canaglie, senzaeccezione alcuna, tanto sono tutti uguali!. Carta de de Angelis a Zucchi, 24 de febrero de 1842, enBadini (1999), 196.

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    le hace saber al arquitecto que ha conseguido dos libros para l y que los ha encargado a Sastre;en la carta siguiente, fechada el 20 de junio de 1837, un de Angelis indignadsimo cuenta cmoha ido a comprar el libro reservado y se ha encontrado con que Sastre lo haba vendido, sinconsiderar su reserva.

    Se advierte, por otra parte, el rechazo de de Angelis por el espritu revolucionario engeneral, ya que arremete en ms de una ocasin contra la Giovene Italia que acta desde elexilio. Sin embargo, esto no obsta para que se imponga en l el erudito y trate de conseguirmateriales para sus compilaciones: Se dice que Alberdi ha publicado una obra dramtica sobrela revolucin del 25 de mayo, dedicada a los habitantes de Ro Grande. De qu se trata? Seraposible verla? A propsito, buscad de completar mi recopilacin de peridicos y de panfletos:para m tienen mucha importancia.64

    Volviendo al estado de las belli arti en el Plata, Zucchi cifra alguna esperanza en eljoven pas, donde estara todo por hacer, aunque ese anhelo tiene un horizonte ms realista queel de propio de Angelis segn el entender de su connnacional:

    Me dices que el seor de Angelis tiene poder en esta ciudad. No s e ignoro,en efecto, de cules poderes goza. Vive como un particular que busca elmodo de ganar algunos miles (piastras) lo ms rpido que puede, es decir, lo

    que cualquier individuo busca hacer, especialmente nosotros, los europeos,para mandar al diablo, si lo quisiera, este paraso terrestre lo ms rpidoposible. El seor de Angelis ha hecho como hacen tantos otros: estudian elpas estando en sus gabinetes y all se engaan con toda clase deespeculaciones. Nuestro compatriota quisiera convertir a Buenos Aires en elParnaso de Europa; quisiera formar eruditos, sabios, cosa inverosmil ya quela juventud de estos lugares no tiene, en absoluto, ningn deseo de estudiar yes enemiga de la aplicacin. Su empresa es encomiable pero el resultado nocorona ni coronar su buena visin ni su fatiga, Pecado! Porque es unhombre de bien! Si tantas penas que se toma no costaran ms que laspalabras, paciencia se tiran tantas al viento! Pero lo que es peor es que poney vuelve a poner de su dinero. De Angelis aport a estas luchas con algunas

    sumas y gast todo en la fundacin de un colegio de seoritas. Lo que ltrajo no fue bastante ni siquiera para cubrir, supongo, la tercera parte de losgastos. Necesit recurrir a los prstamos judos que se usan entre nosotros(por ejemplo al 62% anual). Abierto su instituto se encontr que adems delos numerosos gastos ya hechos tena un dficit de 250 a 300 piastras (lapiastra vale 5 francos). Sin embargo, este triste suceso no lo desanim: ahoraest abriendo un nuevo ateneo para varones. Gasto sobre gasto, prstamosobre prstamo. Y, el resultado cul ser? Se ignora. Al decir suyo la pazacomodar todo; cree y se ilusiona que con ella deber venir todo de unavez, la voluntad de estudiar y de aplicar lo estudiado, etc. Pero cunto seengaa! A decir verdad siento pena de su situacin y no quisiera estar en suszapatos.65

    64Si dice che Alberdi abbia pubblicato un opera dramtica sulla rivoluzione del 25 di Mayo, dedicataagli abitanti di Rio Grande. Di che cosa si tratta? Sarebbe possibile vederla? A propsito, cercate dicompletare la mia raccolta di giornali e di pamphlet: Per me hanno molta importanza . Carta de DeAngelis a Zucchi, 21 de julio de 1840, en Badini (1999), 163.65Mi dite che il sig. De Angelis ha dei poteri in questa citt: non so, e ignoro affato quali poteri goda.Egli vive come un particolare che aveva il modo di guadagnare qualche mille piastre il pi presto che lavenga fatto, operazione che qualsiasi individuo cerca de fare, in particolare noi europei, per indi lasciarquesto paradiso terrestre al diavolo se pure lo volesse. Il Sig. de Angelis ha fatto come fanno tantaltri;studiano il paese stando nel loro gabinetto ed dove singannano sulla specie de speculazioni. Il nostrocompatriota vorrebbe ridurre sul Pindo dEuropa Buenos Aires. Vorrebbe fare dedotti, desapienti; cosainverosimilisima, mentre la giovent di cost non ha niuna voglia di studiare, nemica dellapplicazione.

    La lui intrapresa lodevolissima, ma leffetto non corona ne coroner le sue buone viste n le sue fatiche.Peccato perch un uomo dabbene! Se tante pene che si d non costassero che delle parole, pazienza. Sene gettano tante al vento! Ma quel ch peggio si che vi rimette e rimetter di borsa. De Angelis approd

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    Advierte tempranamente Zucchi que la falta de medios para desarrollar las bellas artesse subsana en el camino de la educacin; pero como no se trata de una sociedad civilizada quevalore este tipo de saber, el conocimiento del arte no es dignamente remunerado, no hay unacorrespondencia entre la docencia y lo que la sociedad est dispuesta a dar por su aprendizaje.As, el artista que quiera desarrollarse ac encontrar una suerte desafortunada, porque no slose trata de llevar adelante una vida honorable sino de consolidar una fortuna asociada a laposicin del artista, con su reconocimiento y su fama, prestigio y reputacin. Por qu no aqu?Porque aqu se desconocen las formas elementales de la pintura de modo que nadie podraapreciar el dominio del artista: no se tiene idea de las tcnicas del fresco, la tmpera, el calco;tampoco se sabe lo que es un pintor de historia y de la litografa se tiene una idea menos que0.66 Para Zucchi, la posesin de un arte que trajera consigo la fortuna en los trminos dereputacin y dinero va de la mano del conocimiento acabado de una tcnica disciplinar,concepcin del arte y del hacer del artista, propiamente neoclsicos. Esta magnfica pinturadelestado del arte concluye:

    De todas las ciencias, de todas las artes bellas los habitantes del Buenos

    Aires tienen un conocimiento tan limitado, tan lejano que es imposibledescribir: y es en ello que fundo la opinin de que an cuando sobrevinierala paz, no se volvern ni cientficos, ni inteligentes ni adquirirn el gusto.67

    El comentario contina con un anlisis de la situacin de la tcnica del retrato y de losretratistas, por dems interesante, porque esta especialidad tiene que ver con la sociabilidad y lacultura del trato y tambin con la imagen, concepcin inherente a la prctica de la cortesa,ambos elementos muy trabajados tanto por Zucchi como por de Angelis y que los vinculanecesariamente al antiguo rgimen, por una parte, y al espritu neoclsico, por otra.

    La idea de fortuna en el arte convive con un sentido de la honorabilidad asociado con laimagen de los otros, la posicin social, y la dignidad de la vida cotidiana. Vivir honorablementees tambin pasarlo con ciertas comodidades. Este aspecto es manifiesto en este territorio dondeun artista sin duda no vivira honorablemente por la forma en la que el arte guarda

    correspondencia con la remuneracin:Aqu el recurso para un arquitecto es el de dar clases de dibujo; se pagan nopor el mrito del maestro sino segn la costumbrea razn de 8 a 10 pesosal mes, lo que significa, en papel moneda, cerca de 20 francos al da de hoy.Las lecciones deben ser tres a la semana de dos horas (vale decir 12 al mes),as que cada leccin se paga menos de 2 francos con 35 centavos. Un da elpapel tomar su valor, algo tan factible como que un asno vuele, y aunqueeso sucediera las lecciones no seran pagadas ms que a 50 centavos cadauna. Cosa muy miserable, si se calcula que todo es caro, carsimo. El alquilerde una habitacin sin muebles, slo las cuatro paredes, cuesta 20 pesos almes (100 francos); 30 pesos mensuales por un almuerzo sin pan ni vino, lo

    in questi lidi con qualche somma. Lo spese tutto alla fondazione di un Collegio di giovine; la Osma cheseco trasse non fu bastante nemmeno a coprir supongo la terza parte delle spesse. Bisogn ricorrere agliimprestiti giudaici che si usano da noi. Un esempio: si imprestato al 62 per 100 allanno. Aperse il di luiIstituto. Si trov, che oltre alle numerose spesse fatte, che ogni mese eravi un dficit di 250 in 300 piastre(la piastra vale 5 franchi). Non scoraggiato da s triste successo, ora sta aprendo un nuovo Ateneo per limaschi. Spese sopra spese, imprestiti sopra imprestiti, ed il resultato quale sar? Signora. Al dir sua la

    pace debe tutto accomodare, credendo e lusingando: s che a tal epoca a costoro debba venire tutto in unavolta la volont di studiare di applicare ecc. ma quanto singanna! A dirvi il vero in confidenza, mi fa

    pena la di lui situazione e non vorrei esser ne suoi pani. Carta de Zucchi a Pedretti, 21 de julio de 1840,en Badini (1999), 36.66Carta de Zucchi a Pedretti, 21 de julio de 1840, en Badini (1999), 35.67 Di tutte le scienze di tutte le arti belle gli abitanti di Buenos Aires ne hanno delle conoscenze s

    circoscritte s lontane ch impossibile describere: ed perci che fondo la mia opinione, che ancheaccadeno la pace, costoro tutto ad un tratto non diverranno n scientifici, n intelligenti n aquisteranno ilgusto. Carta de Zucchi a Pedretti, 21 de julio de 1840, en Badini (1999), 35-36.

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    que ser una compra aparte para el que vive alquilando. Son 150 francos almes. Despus se necesita tener en cuenta la merienda y la cena, otra compratotalmente necesaria; el mobiliario, por simple y humilde que sea no puedecostar menos de 500 pesos (2500 francos). Pasemos a la vestimenta: un trajeordinario, 200 pesos; un par de pantalones, 60; un chaleco, entre 20 a 25pesos; un par de zapatos que no durarn ms de diez das, 12 pesos; un parde botas cortas, entre 26 y 30. Estas son las necesidades indispensables paravivir; despus estn los gastos de la ropa blanca y tantas otras cosasimportantes que pinto en este cuadro como las que un hombre debe mantenerpor simple necesidad animal. Una vez que hayas hecho las cuentas, me diriscuntas lecciones de 10 pesos se necesitan para estar en pie.68

    De alguna manera esta cuestin era compartida por los romnticos: tambin ellosqueran vivir de su arte.69Sin embargo, esta conjuncin consciente entre arte y negocio no es talentre los romnticos y aparece ms vinculada con la concepcin de autor: no se tratara de artecomo negocio, sino del derecho de autor de ser honrado por su arte con los smbolos de lagloria, la sancin social y el bienestar econmico. As, el dinero es un tema obsesivo entre los

    emigrados, no slo en lo que respecta a la supervivencia sino para la realizacin de sus asuntosartsticos y mercantiles. En este sentido, se ve tambin esta necesidad en Echeverra, y que sibien tiene que ver con el merecimiento de la obra, tambin, lgicamente con el cotidiano vivir:lo nico que quiero por ahora es plata, trabajo, y plata tendr si la fortuna no me burla.70

    Para Zucchi, vivir no es cubrir las necesidades animales, tal como l las llama, sinosatisfacer una sociabilidad que, ciertamente, un maestro descripto en tales trminos, en suhabitacin de alquiler, con su mesa arrendada, no poda di