Bartolomé Mitre y el acuerdo de reconocimiento español

8/7/2019 Bartolom Mitre y el acuerdo de reconocimiento espaol

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Bartolom Mitre y el Tratado de Reconocimiento,Paz y Amistad con Espaa

Las negociaciones para lograr el reconocimiento de la Independencia Argentinapor el Reino de Espaa y la consecuente normalizacin de las relacionesdiplomticas entre ambos pases, se realizaron durante un perodo que abarcadesde la cada de Rosas hasta la ratificacin del Tratado definitivo durante lapresidencia de Bartolom Mitre en el ao 1864. En este trabajo nos ocuparemosde la ardua y conflictiva negociacin que concluy en elTratado deReconocimiento, Paz y Amistad con Espaa. Las gestiones diplomticas paralograr la concrecin del convenio se entrecruzan con la complicada relacin deBuenos Aires y la Confederacin Argentina despus de Caseros. Tanto laConfederacin como Buenos Aires haban nombrado representantesdiplomticos en Europa. La disputa se centraba en las ideas acerca de lanacionalidad sostenidas por Mitre y Vlez Sarsfield desde Buenos Aires y las deJuan Bautista Alberdi, representante de la Confederacin en Europa, junto conJuan Mara Gutirrez, Ministro de Relaciones Exteriores de la Confederacin,desde Paran. Lo que estaba en juego era la cuestin de la nacionalidad, o seaquines eran argentinos. La importancia de esta cuestin para los hombres deBuenos Aires se manifiesta en que fue uno de los puntos exigidos por laProvincia para reformar la Constitucin Nacional en 1860 y unificar la Nacin.En Espaa, y en toda Europa, se sostena que los hijos de europeos nacidos en elextranjero eran considerados de la nacionalidad del pas de sus padres, lo queexpresado en trminos de derecho es conocido como elius sanguinis , mientrasque en Amrica se sostena que los hijos de extranjeros nacidos en el territorioamericano eran considerados como ciudadanos del pas de su nacimiento, eliussolis . Veremos en este trabajo como se lleg a normalizar las relacionesdiplomticas con Espaa, consagrando la doctrina delius solis , en el marcohistrico del conflicto entre la Provincia de Buenos Aires y el resto de lasprovincias agrupadas en la Confederacin Argentina.

Isidoro Ruiz Moreno, en el libroRelaciones Hispano-Argentinas. De la guerraa los tratados ,[1] hace un extenso estudio de la gestin de la Confederacin yde la misin de Alberdi ante el Reino de Espaa para lograr la firma del Tratado

y el reconocimiento de la Independencia Argentina. Pero de cualquier modo, noquedan claro en el texto las ideas sustentadas por Mitre, Alsina, Vlez Sarsfieldy en general de la Provincia de Buenos Aires y por consiguiente no se explica elporqu de la insistencia de la Provincia en cuestionar primero y luego modificar los acuerdos logrados por Alberdi con Espaa.
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Comenzamos por esbozar el complejo panorama poltico argentino dentro delcual se desarroll la negociacin. Victorioso Justo Jos de Urquiza frente aRosas en la batalla de Caseros, la legislatura de la Provincia de Buenos Aireseligi como gobernador, a instancias del mismo Urquiza, al doctor VicenteLpez y Planes, quien asumi sus funciones el 1 de mayo de 1852. Urquizaestableci la sede del gobierno provisorio en Palermo, la antigua residencia deRosas. Algunas medidas adoptadas por el vencedor de Caseros disgustaron a lapoblacin portea, en especial la obligatoriedad de usar la divisa punz, quepara Urquiza era un smbolo federal pero para los porteos, especialmente parael grupo de exiliados que haba regresado despus de Caseros, era smbolo de latirana. Tampoco haba causado buena acogida la propuesta de Urquiza alproponer a Vicente Lpez al frente de la Gobernacin de Buenos Aires, en lugar de Valentn Alsina, lder natural, en ese momento, de los porteos.[2]

Urquiza, impaciente por organizar a la Nacin, llam a una reunin degobernadores con el objeto de acordar la convocatoria a una ConvencinConstituyente que redactara una Constitucin y de esta forma lograr lanormalizacin institucional del pas.[3]Los gobernadores de las provincias sereunieron en el mes de mayo en la ciudad de San Nicols de los Arroyos yfirmaron un pacto, conocido como el Acuerdo de San Nicols, donde sedesignaba a Justo Jos de Urquiza como Director Provisorio para conducir losasuntos del pas hasta que se reuniera un Congreso Constituyente y establecieralas pautas para normalizar la Repblica. El Acuerdo firmado en San Nicolscontena algunas clusulas que contrariaban los intereses de la Provincia deBuenos Aires. En especial la del nmero de delegados de las provincias a laConvencin Constituyente; el acuerdo estableca que cada provincia enviarados diputados, en lugar de una representacin proporcional al nmero dehabitantes, como pretenda Buenos Aires.[4]Al regresar el gobernador Lpez aBuenos Aires, los diputados de la Legislatura, entre los que se encontraba Mitre,desconocieron lo que se haba acordado en San Nicols.

Comenz entonces un duelo periodstico. Por un lado Bartolom Mitre habafundado el peridicoLos Debates y Vlez Sarsfield, haba creadoEl Nacional ,ambos defendan la causa de Buenos Aires. Por el otro lado, Diego Alvear,Delfn Huergo y Jos Luis Bustamante escriban enEl Progreso y defendan laposicin de Urquiza.[5] El 18 de junio de 1852 apareci enEl Nacional unaprimera noticia, fechada en Buenos Aires el 12 de junio y firmada por Uno de

nuestros corresponsales , donde el autor sealaba la profunda impresin dedesagrado que haba producido en sta el conocimiento de los clebresacuerdos de San Nicols .[6]El 21 de junio se realiz la sesin de la Sala deRepresentantes que deba considerar el acuerdo. Mitre abri el debate con unfogoso discurso diciendo estas palabras:Mi voto ser por la no admisin del tratado que va a discutirse. Y ms adelante aclara, refirindose a ladesignacin de Urquiza como Director Provisorio:He dicho que el acuerdocreaba una dictadura irresponsable y que esa dictadura constitua lo que sellama un poder desptico. [7]

Este rechazo de la Legislatura portea al Acuerdo provoc la inmediata renunciadel gobierno provincial que lo haba aceptado. En consecuencia, asumi lagobernacin interina el presidente de la legislatura, general Manuel Guillermo
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Pinto. En vista de estos sucesos, Urquiza, el 24 de junio, disolvi la Legislaturay coloc nuevamente en la gobernacin a Vicente Lpez, quien renunci a lospocos das. Entonces Urquiza asumi en su persona la gobernacin de BuenosAires y decret la clausura de todos los peridicos de la ciudad con excepcinde El Progreso . Mitre, Vlez Sarsfield, Ireneo Portela, y otros porteos fueron

deportados.[8]En los primeros das de septiembre de 1852, Urquiza debi viajar desde BuenosAires a Santa Fe para inaugurar el Congreso Constituyente, dejando comogobernador interino de Buenos Aires a Jos Miguel Galn.[9] Pocos das mstarde, el 11 de Septiembre, se produjo en la ciudad de Buenos Aires unalzamiento armado en contra de Galn, inspirado por Valentn Alsina, estando ala cabeza de las tropas el general Jos Mara Pirn.[10]El general Pinto asumicomo gobernador y Alsina como Ministro de Gobierno y Relaciones Exteriores.Mitre regres del destierro el 14 de septiembre, y ese mismo da fue nombradojefe de la Guardia Nacional.[11]

La revolucin del 11 de septiembre encontr en Mitreel intrprete de susmotivos y el redactor de su programa .[12]Estas ideas fueron expuestas en laspginas deEl Nacional pues el peridicoLos Debates no pudo superar el cierreimpuesto por Urquiza en el mes de junio y Mitre no continu con supublicacin.[13]El 16 de septiembre public enEl Nacional un artculo dondejustificaba la revolucin. Entre las causas que mencionaba para explicarlasealaba: la imposicin por Urquiza de usar nuevamente el cintillo punz, quehaba caracterizado al derrocado gobierno de Rosas, el rechazo del acuerdo deSan Nicols por parte de la legislatura de Buenos Aires, la disolucin de laLegislatura, la asuncin de Urquiza como gobernador de Buenos Aires y,finalmente, que los delegados a la Convencin Constituyente de Santa Fe nohaban sido electos en forma legal.[14]

El 19 de septiembre la Sala de Representantes de la Provincia de Buenos AiresAprob un Manifiesto, redactado por Mitre, publicado el da 21 enEl Nacional.Est dirigido a los Gobiernos y Ciudadanos de las Provincias hermanas de laConfederacin Argentina . En l se explican los motivos que provocaron larevolucin del 11 de septiembre. Luego de exponer las causas que motivaron larevolucin agrega un prrafo donde Buenos Aires asuma un compromiso antelas dems provincias:

Para cuando llegue el caso de reunir la gran familia Argentina, con las manosligadas como se ve en el escudo de nuestras armas simbolizando la fuerza de launin, la Provincia de Buenos Aires promete solemnemente a sus hermanas antela faz del Mundo que pondr su influencia y todos los elementos que puedadisponer al servicio de la organizacin nacional.[15]

El 20 de septiembre, Mitre public enEl Nacional algunas ideas acerca de laNacin que marcarn su conducta en los aos por venir. Bajo el ttulo:El sentimiento de nacionalidad , escribe:

La falta del sentimiento de nacionalidad, ha hecho tanto mal a la RepblicaArgentina como la tirana.
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El idioma y la religin comn, el haber pertenecido a una misma metrpoli, lasglorias adquiridas con la sangre de todos, no ha sido bastante para mantenerlaunida.

La Provincia de Buenos Aires acaba de levantar una bandera que es la de todos.

Ha repulsado al general Urquiza, y no la organizacin del pas.

Ha defendido sus derechos provinciales sin atacar los de la Nacin.

Aislarnos sera perdernos, si no por el momento, para el porvenir.

La fuerza verdadera consiste en la unin, y la unin bien entendida, es aquellaque hace un Estado de todos sus hijos.

Necesitamos ser Estado y Estado organizado, para no sentir delante de lasNaciones extranjeras la ausencia del general Urquiza.

Necesitamos ser Nacin porque despus de un despotismo de veinte aos, seradoloroso que disemos al mundo el ejemplo de una disolucin como la deCentro-Amrica de Mjico.

La Repblica Argentina se halla en el caso de los hroes. No le sentara biencualquier muerte.[16]

El 22 de septiembre la Sala de Representantes sancion una ley propuesta por Vlez Sarsfield quedispona el cese del encargo de las relaciones exterioresdelegadas por la provincia al general Urquiza .[17] El 30 de noviembre laLegislatura proclam a Valentn Alsina Gobernador y ste nombr a MitreMinistro de Gobierno y Relaciones Exteriores.[18]Buenos Aires se habaseparado del resto del pas.

Mientras tanto, en los primeros das de octubre, el Gobierno de Buenos Airesenvi al general Paz en una misin destinada a difundir las ideas de laRevolucin del 11 de Septiembre entre las dems provincias. Esta misin, queen un principio era pacificadora, debi transformarse en militar al no permitirleel paso hacia Crdoba por la provincia de Santa Fe. Por otro lado, Buenos Aires

haba apoyado al general Madariaga que intent invadir la provincia de EntreRos desde Corrientes.[19]El 1 de diciembre, el general Lagos, que debaunirse a las tropas del general Paz, se pronunci contra Buenos Aires y sedirigi a la ciudad para ponerle sitio. El 6 de diciembre Alsina debi renunciar ala gobernacin ante la grave situacin militar producida por el fracaso de lasmisiones del general Paz y del general Madariaga. Entonces asumi lagobernacin nuevamente el general Pinto. Mitre organiz la Guardia Nacional yprepar las defensas de la ciudad.[20]

En abril de 1853, tropas de la Confederacin sitiaron Buenos Aires y una flotillabloqueaba su puerto. Se produjeron diversos encuentros y combates pero laciudad resisti. Finalmente, las fuerzas de Urquiza se retiraron en el mes de juliode 1853 ante la imposibilidad de derrotar a la ciudad sitiada. En agosto, el
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Congreso General Constituyente declar a Buenos Aires como capital de laRepblica, sin el consentimiento ni la presencia de los diputados de laProvincia, actitud que profundiz el conflicto. Pastor Obligado ocup lagobernacin de Buenos Aires luego del fallecimiento del general Pinto.[21]

En Buenos Aires haba dos tendencias o facciones: la faccin aislacionista,liderada por Valentn Alsina, y la posicin nacionalista de Mitre y VlezSarsfield. Carlos Heras y Enrique Barba definen la situacin de las faccionesporteas con el siguiente prrafo:Mitre aspiraba a consolidar la uninnacional y se esforzaba para eliminar las barreras que se oponan al acercamiento de todas las provincias; los otros, en cambio, sembraban el camino de escollos. [22]Por el momento haba triunfado la faccin de Alsina yMitre haba quedado en minora. De cualquier modo, Mitre haba sidopromovido a coronel de artillera y ocup el puesto de redactor en jefe deEl Nacional , cuyo propietario segua siendo Vlez Sarsfield.[23] Buenos Aires y laConfederacin Argentina iniciaron de esta forma diez aos de desencuentros,conflictos y guerra.

Las relaciones diplomticas tambin fueron parte del conflicto entre BuenosAires y la Confederacin Argentina. El gobierno de la Confederacin era elgobierno Nacional y tena el derecho, de acuerdo a la Constitucin votada en laConvencin Constituyente de 1853, de representar a las provincias ante lasdems naciones. Sin embargo, el gobierno de Buenos Aires, cuyosrepresentantes no haban estado presentes en esa Convencin, pretendiestablecer sus propios cnsules con el objetivo de imponer sus criterios, y enalgunos momentos, sabotear las iniciativas que partan de Paran. Esta batallatuvo como protagonistas a dos de las inteligencias ms brillantes de su poca.Por el gobierno de la Confederacin, Juan Bautista Alberdi, inspirador de laConstitucin Nacional y en la Provincia de Buenos Aires, Bartolom Mitre,joven periodista, escritor, militar y poltico.

En el mes de junio de 1854, el general Urquiza, Presidente de la ConfederacinArgentina, design a Juan Bautista Alberdi como Encargado de Negocios enFrancia, el Reino Unido y Espaa.[24]Recin en abril de 1855, zarpaba Alberdidesde Valparaso para dirigirse a Europa.[25]Como reaccin ante estosmovimientos diplomticos de la Confederacin, el Gobierno de Buenos Airesnombr a Mariano Balcarce y a Juan Thompson como Agentes Confidencialesdel gobierno de la Provincia. Comenzaba la batalla diplomtica. En efecto, el 28de septiembre de 1854, el ministro de Gobierno y Relaciones Exteriores de laProvincia de Buenos Aires, Ireneo Portela, nombr a Mariano Balcarce comoagente confidencial ante el Emperador de Francia, Napolen III. Con la mismafecha le envi a Balcarce una carta comunicndole esta decisin del Gobierno,

indicndole los objetivos y alcances de su misin. Comenzaba informndole delnombramiento de Juan Bautista Alberdi comoEncargado de Negocios de la


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Confederacin ante los gobiernos de Inglaterra, Francia y Espaa,Aunque enel decreto de su nombramiento se da una razn especial sobre la que nada tieneque ver el Gobierno de Buenos Aires, sin embargo ste tiene muy poderososmotivos para creer que esa razn es un pretexto ostensible, y bajo su amparo setratar nicamente de daar los derechos de soberana y propiedad del

Estado. Continua la misiva diciendo que la Confederacin haba acordado conlos gobiernos de Francia e Inglaterra el protectorado de la Isla de Martn Garca,siendo esta isla la llave de seguridad de los ros interiores . Agregaba ademsque otro de los propsitos de la misin de Alberdi era obtener mediosfinancieros para derrotar a Buenos Aires. Para evitar estos males Balcarce debaseguir los pasos de la misin Alberdi,vigilarle de cerca en cuanto a losintereses de Buenos Aires concerniera; cruzar sus manejos y dar cuenta del resultado de los pasos de aquel, y del curso de la poltica de los Gabinetes deInglaterra y Francia, respecto a este asunto. [26]

Un mes ms tarde, el 31 de octubre de 1854, Portela design a Juan Thompsoncomo agente confidencial ante Su Majestad Catlica, Isabel II, enviandoinstrucciones similares a las dadas a Balcarce. En la misma fecha le comunic aBalcarce de ese nombramiento y le pidi que se ponga de acuerdo conThompson yque mutuamente se instruyan de su marcha a fin de alcanzar aquellos objetivos. [27] Estos dos representantes de la Provincia de BuenosAires, hijos de patriotas de la Independencia, sern los protagonistas en Europadel conflicto diplomtico.

El 20 de diciembre de 1854 se firm un tratado de paz entre la Provincia deBuenos Aires y la Confederacin Argentina, con la mediacin de loscomerciantes Jos Mara Cullen y Daniel Gowland, en el que Urquiza secomprometa a retirar las tropas de Buenos Aires y ambas partes acordabanresolver sus diferencias en forma pacfica ya arreglar por medios amistosossus mutuas relaciones. [28] En enero de 1855, Mitre fue nombrado Ministro deGuerra y Marina por el gobernador Obligado.[29]

En Espaa se consideraba muy importante el restablecimiento de relacionesdiplomticas con las Provincias del Plata. Con este propsito, la reina Isabel II,hija de Fernando VII, el 9 de enero de 1855, design a Jacinto Albistur comoEncargado de Negocios en el Ro de la Plata.[30]Dos cuestiones eran las que elreino de Espaa y el Gobierno Argentino diferan. La primera eran los reclamos

espaoles por deudas del antiguo Virreinato del Ro de la Plata con la Pennsulaantes y despus de Revolucin de Mayo. La segunda y conceptualmente msimportante, era el problema de la nacionalidad. La postura de Espaa erafavorable al llamadoius sanguinis , los hijos de espaoles nacidos en tierrasextranjeras eran considerados como espaoles. En cambio, en el Ro de la Plataprevaleca la doctrina deius solis : el hijo de extranjero que naca en laRepblica era considerado como de nacionalidad argentina.[31]

El 5 de mayo de 1855 el Ministro de Estado de Espaa, Claudio AntnLuzuriaga, recibi a Juan Thompson en el Palacio de Aranjuez, quien le entreglos documentos que lo acreditaran como Agente confidencial de la Provincia de

Buenos Aires. Durante la entrevista, el Ministro le manifest que ambos Estadosestaban de acuerdo enpreparar las vas para una franca y abierta
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reconciliacin . Que para ello haba nombrado al Caballero Albistur comoRepresentante de la Reina de Espaa cerca de los estados del Ro de la Plata.Ante estas palabras, Thompson le expres que pactar Buenos Aires slo no eraconveniente pueslas circunstancias especiales de que es un teatro laRepblica, aguarda mejores das en beneficio de todos, Espaoles y Argentinos,

para que tan solemne acto reciba su debido cumplimiento; que en la ocasinpresente pactar por s equivaldra a dar un desaire a Estados hermanos [...][32]

En junio de 1855, Albistur, desde Montevideo, envi al Ministro Portela supatente de Cnsul General ente el estado porteo. Luego de una corta estada enesa ciudad, Albistur parti hacia Paran, capital provisoria de la ConfederacinArgentina, sin pasar por Buenos Aires, en la goleta de guerra espaolaCartagena en noviembre de 1855. Fue recibido por el Ministro de RelacionesExteriores de la Confederacin, Juan Mara Gutirrez.[33]Comenzaron a tratar las cuestiones pendientes entre ambas naciones con el objeto de firmar untratado de reconocimiento y establecer relaciones diplomticas formales. Encuanto a la cuestin de la deuda. Espaa pretenda que la Argentina reconocieratoda la deuda de Tesorera que pesase sobre las cajas espaolas de Amricaen cambio Gutirrez insista en reconocer las deudas incurridas por el Virreinatopero no las emanadas directamente por las autoridades peninsulares.Estadivergencia marc el fracaso de la misin de Jacinto Albistur, quien a pocoretorn a Montevideo. [34]

Valentn Alsina reemplaz a Ireneo Portela en el Ministerio de Gobierno yRelaciones Exteriores de la Provincia de Buenos Aires,[35]y, el 28 de julio de1855 reiteraba a Thompson la posicin de Buenos Aires diciendo que manifiestelo inconveniente que sera que el Estado de Buenos Aires entrase en pactos yarreglos por s solo .[36] Meses ms tarde, en noviembre de 1855, ValentnAlsina informaba a los Agentes Confidenciales, Balcarce y Thompson del envode la misin de Juan Bautista Pea[37] como representante de Buenos Aires encomisin ante el gobierno de la Confederacin con importantes instrucciones.Deban transmitir a los gobiernos ante los que estaban acreditados que losobjetivos de la misin eran: acordar acerca de la doctrina de la libre navegacindel ro Paran; que de llegar a un acuerdo, Buenos Aires se abstendra denombrar agentes diplomticos en el exterior; que propugnaba la reincorporacinde Buenos Aires a la Confederacin. Luego Alsina pasa al punto que considero

ms importante para nuestro relato, que transcribo completo pues aclara laposicin del Gobierno de Buenos Aires en el conflicto:

El Gobierno del Paran, por s y por medio de varios agentes que ha despachadopara Europa ha contrado y procura contraer compromisos polticos, comercialesy financieros, los cuales, si se realizan, vendrn a ser despus otros tantosinvencibles obstculos a la reorganizacin nacional. Como en Europa no setiene una idea clara y exacta del modo de ser actual de la nacin; como durantela larga dictadura de Rosas, inventor de la falsa expresin ConfederacinArgentina, sta tiene un significado fijo, segn el cual incluye a Buenos Aires enla Confederacin; y como desde 1810, siempre que en Europa se ha hablado de

las Provincias Unidas del Ro de la Plata, o de la Repblica Argentina, o de laConfederacin Argentina, o de Gobierno Nacional, o de Encargado de las
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Relaciones Exteriores, se ha entendido no slo incluido a Buenos Aires, sinofigurando en primera lnea, o como parte principal de la Nacin, o mspropiamente, no se ha visto en esta sino a Buenos Aires; por todo esto, es muyde temerse que los gobiernos europeos, o alguno de ellos, y sobre todo losbanqueros, negociantes, empresarios, proyectistas, y en general los individuos

particulares, estn muy en la misma creencia; supongan que un gobierno que seapellida nacional, y expide agencias diplomticas, es gobierno de toda la naciny por consiguiente de Buenos Aires tambin y que en su virtud contraiganpactos y entren por convenios o arreglos, contando con la respetabilidad ygaranta que imprima a tales actos el solo nombre de Buenos Aires.

As, es de absoluta necesidad que el S. S. procure, aunque con pulso y cautela,desvanecer aqul concepto equivocado, si l existiese, especificando y haciendoentender bien claramente lo anmala y extraordinaria, aunque provisoria,situacin actual de la Nacin; y que, por tanto, los tratados, convenios uobligaciones que hoy puedan contraer los agentes del Gobierno de Paran, seanellos los que fueren, no ligan ni obligan en modo alguno a Buenos Aires; salvoque en adelante este quiera libremente aceptarlos o reconocerlos.

Sin embargo, cree el Gobierno que estas ideas no deben propagarse por laprensa ni oficialmente, a no llegar a ser absolutamente necesario; pues aquelgobierno podra mirar tal proceder como una hostilidad o contrariedad a susproyectos, y originar el escndalo de una polmica o lucha en el exterior entreagentes todos argentinos. [38]

Pero en el ao 1856, en Europa, la misin de Alberdi ya comenzaba a dar susfrutos para la Confederacin. Obtuvo del Gobierno Francs el retiro de surepresentante en Buenos Aires y el nombramiento de un nuevo Encargado deNegocios en Paran. Tambin hicieron lo mismo Prusia, la Santa Sede y laCorte italiana en Turn.[39]

En vista de ello, el Gobierno de Buenos Aires inici una campaa en la prensaeuropea para informar a la opinin pblica de la posicin de la Provincia conrespecto a las autoridades de la Confederacin Argentina. El 30 de junioDalmacio Vlez Sarsfield remiti a Thompson y a Balcarce un artculo deEl Nacional referente a la situacin de Buenos Aires con el objeto de que sucontenido sea divulgado para contrarrestar los dichos de Alberdi. Se trataba de

una nota firmada por Domingo Faustino Sarmiento relatando los progresos y laslibertades para el comercio y la inmigracin en Buenos Aires luego de la cadade Rosas.[40]Tambin en dicha carta, Vlez Sarsfield anunciaba que enviaraun folleto impreso que contiene todas las liberales disposiciones del Estado deBuenos Aires. [41]El 3 de octubre, Thompson comunicaba al Ministro lasrepercusiones del artculo que hizo llegar a la prensa espaola.[42]

En enero de 1857, Juan Bautista Alberdi arribaba a Madrid con instruccionesms flexibles del gobierno de Paran de las que haba sostenido en lasnegociaciones frustradas con la misin de Albistur con la Confederacin dosaos antes.[43] Las intenciones de Alberdi fueron escritas en sus apuntes

privados, citados por Ruiz Moreno.[44]Su primer objetivo era elreconocimiento de la integridad territorial de la Confederacin Argentina, lo que
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inclua a la Provincia de Buenos Aires. En cuanto a la deuda del Virreinato, lalimitara a la del territorio Argentino, excluyendo a Bolivia, Paraguay yUruguay. El punto de la nacionalidad espaola para los nacidos en Argentina,para Alberdi, era de secundaria importancia frente al de la unidad nacional antela separacin de Buenos Aires, y, segn Ruiz Moreno:esta preocupacinnacida de la lucha civil, llev a don Juan Bautista a contrariar sin vacilacionessus terminantes instrucciones oficiales. Entonces cometi el error msgrande de su brillante trayectoria pblica... El error consisti en regalar a losfuncionarios de la Cancillera del Reino la solucin de un problema queconsideraban insoluble. [45]

En carta de fecha 6 de febrero de 1857, Balcarce inform al Gobierno deBuenos Aires las noticias que posea de la misin de Alberdi en Espaa.Indicaba que en la primera entrevista con el Canciller espaol, Alberdi se habalimitado a exponer las diferencias entre la Confederacin y Buenos Airesachacando las culpas a esta ltima por las exageradas pretensiones depredominio y monopolio que atribuye a nuestro Estado y proponiendo por ltimo un tratado de comercio con la Espaa, igual a los que dice haber ajustado recientemente con Inglaterra y Francia. [46]

Finalmente, luego de arduas gestiones de Alberdi, el 29 de abril de 1857 sefirmaron dos tratados con el Reino de Espaa: un tratado consular y elTratadode Reconocimiento, Paz y Amistad entre Espaa y la ConfederacinArgentina .[47] Comenzaba el Tratado con el reconocimiento de laIndependencia Argentina por el Reino de Espaa:

Artculo 1) Su Majestad Catlica reconoce como Nacin libre, soberana eindependiente a la Repblica o Confederacin Argentina, compuesta de todaslas Provincias mencionadas en su Constitucin federal vigente, y los demsterritorios que legtimamente le pertenecen o en adelante le pertenecieren; yusando la facultad que le compete con arreglo al decreto de las Cortes generalesdel Reino de 4 de diciembre de 1836, renuncia a toda forma y para siempre, por s y sus sucesores, la soberana, derechos y acciones que le correspondan sobreel territorio de la mencionada Repblica.

En cuanto al punto de la nacionalidad, el artculo 8) deca textualmente:

Los hijos de espaoles nacidos en el territorio de la Repblica Argentinaseguirn la nacionalidad de su padre durante la menor edad. En saliendo de lapatria potestad, tendrn derecho a optar entre la nacionalidad espaola yargentina.[48]

El artculo primero era ofensivo para Buenos Aires. Si bien Espaa reconoca laindependencia Argentina, que era algo anhelado por todos, el tratado inclua a laProvincia de Buenos Aires, segn lo dispuesto en la Constitucin de 1853,donde la provincia no haba participado. Alberdi reconoca este hecho pues enuna carta a Urquiza citada por Ruiz Moreno deca:Buenos Aires acaba deobtener su independencia de Espaa gracias a V. E., como obtuvo tambin su

libertad, a su pesar, cuando V. E. derroc a su tirano de 20 aos en el campode batalla. [49]
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Para Ruiz Moreno,triunfaba el ius sanguinis, contra todas las convenienciasde un pas poco poblado que deba recibir grandes contingentes de inmigrantescomo elemento bsico para su progreso. El caso era doblemente grave: era laprimera vez que un tratado rioplatense recoga esta doctrina, y adems suproyeccin era infinita, puesto que por la clusula de la Nacin ms favorecidainsertada en otros convenios internacionales, inmediatamente otros paseseuropeos reclamaran idntico privilegio. [50]

En Buenos Aires, en marzo de 1857 fue electo Valentn Alsina Gobernador dela Provincia de Buenos Aires y en junio nombr a Mitre como Ministro deGobierno y Relaciones Exteriores de la Provincia.[51]

En septiembre de 1857, el gobierno de la Confederacin sancion la Ley denacionalidad y extranjera, con el nmero 145. En su artculo segundo deca:

Art. 2) Son argentinos:

I) Todas las personas nacidas en el territorio argentino;

II) Los hijos de padre o madre argentinos nacidos en el extranjero a menos queprefieran la nacionalidad del pas de su nacimiento;

III) Los extranjeros que obtengan carta de naturalizacin, de conformidad alartculo 20 de la Constitucin.

Hasta aqu se consagraba elius solis , pero a continuacin, el artculo tercerodeca:

Art. 3) Se excepta de lo dispuesto en el inc. I del artculo anterior, los hijos deextranjeros que prefieran la nacionalidad de su origen.

Entonces la ley dispona de un sistema eclctico donde por norma generalinstitua elius solis , pero permita a los hijos de extranjeros adoptar lanacionalidad de su origen.[52]

Los tratados firmados por Alberdi fueron rechazados por el gobierno de Urquizaen septiembre de 1857, objetando el artculo 4 y en especial el artculo 8 que

consagraba elius sanguinis . El Tratado Consular tampoco fue aprobado por noestar de acuerdo con el tratado principal.[53]En agosto de 1858 el Consejo deMinistros del Gobierno de Paran hizo una revisin del Tratado y nuevamentefue rechazado. En vista de esto, Espaa dio por terminadas las gestiones de suMinistro Plenipotenciario, Albistur, reduciendo la categora de la legacin enMontevideo a la de Encargado de Negocios y haciendo regresar a Albistur aEspaa.[54]

Mientras la misin de Alberdi fracasaba en Espaa, en Francia las gestiones deBalcarce parecan que tomaban mejor rumbo para los deseos de Buenos Aires.El 16 de diciembre de 1857, el Canciller de Francia, Conde de Walewskyrecibi a Balcarce quien hizo entrega sus credenciales de Encargado deNegocios de Buenos Aires. El Canciller le comunic que Francia reconoca
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Mariano Balcarce como Encargado de Negocios de Buenos Aires y a BuenosAires como Estado Independiente. Luego Walewsky pas a considerar lascuestiones pendientes entre Pars y Buenos Aires. Se trat el problema delenrolamiento en la Guardia Nacional de ciudadanos hijos de padres franceses.Balcarce explic queLa Constitucin del Estado declaraba ciudadanos atodos los nacidos en l pues era tan crecido el nmero de extranjeros residentesen Buenos Aires y la inmigracin se desarrollaba con tal rapidez que lanacionalidad correra riesgo de convertirse en colonia extranjera. El Canciller estuvo de acuerdo con este criterio. Luego pregunt acerca del motivo queimpeda la unin de la Provincia y la Confederacin. Balcarce respondi que enprimer lugar se trataba de la persona de Urquiza, que no era de la confianza deBuenos Aires, en segundo lugar, que la Constitucin de la Confederacin se hadado sin que Buenos Aires la hubiera votado.[55]Das despus fue recibidooficialmente por el Emperador, Napolen III, quien se interioriz por losasuntos del Plata.[56]

Pocos das ms tarde, el 4 de enero de 1858, Balcarce envi a Buenos Aires unanota donde relataba un incidente ocurrido en la Corte Imperial de Francia quepone un toque de humor a este conflicto diplomtico pero que a su vez ilustra laconfusin que haba en Europa acerca de los Estados del Plata. El Emperador reciba al Cuerpo Diplomtico por la festividad del Ao Nuevo en el Palacio delas Tulleras. Cuando Balcarce entr en el saln vio acercrsele rpidamente alConde de Walewsky, Ministro de Relaciones Exteriores de Francia. Leamos laspalabras del propio Balcarce al describir la escena:

Apenas me hubo apercibido vino hacia m y dirigindome la palabra con tonoimperativo que manifestaba muy a las claras su enfado me dijo: Ud. me hadirigido ayer una protesta que le ser devuelta maana mismo, el Gobierno de S.M. el Emperador no puede permitir ni tolerar semejante proceder; el Estado deBuenos Aires es un Estado independiente; Ud. Puede imaginarse mi sorpresa alor tal declaracin; interrumpiendo entonces al Sr. Ministro, le observ quepadeca un error, que yo no le haba escrito ninguna nota ni protesta, y que yoera el Encargado de Negocios de Buenos Aires. Volviendo en s S. E., y conms calma me dijo: Crea hablar al Representante de la ConfederacinArgentina, disimule Ud. Esta distraccin, y quiera Ud. reservar un incidente queUd. ha sabido involuntariamente.

Cuando lleg Alberdi, el Ministro se dirigi hacia l y por los gestos queBalcarce observ, fue reprendido airadamente. Concluye la misiva con lasiguiente reflexin:

De todos modos, Sr. Ministro, por ventajosa que haga mi posicin el proceder irreflexivo e impoltico del Dr. Alberdi, no puedo menos de deplorarlo, puesincidentes de esta naturaleza perjudican siempre el buen crdito externo denuestros pases.[57]

El 24 de mayo de 1859, Juan Thompson, cumpliendo fielmente su misin, enviuna carta al Ministro de Estado de Su Majestad Catlica, Saturnino Caldern

Collantes, manifestando que un Plenipotenciario de la Confederacin llegara aMadrid para celebrar un tratado de reconocimiento por Espaa. Explica la
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inconveniencia de celebrar un tratado con la Confederacin sin la presencia deBuenos Aires con las siguientes palabras:

Un tratado con la Confederacin Argentina creara quizs gravescomplicaciones entre esas mismas provincias y el Estado de Buenos Aires.

En Buenos Aires reside de antiguo la gran mayora de la poblacin espaola,mientras es limitado su nmero en las dems provincias.

El gobierno de S. M. ha procedido desde un principio con gran mesura ycircunspeccin, admitiendo, sin previo compromiso, Agentes comerciales deuna y otra parcialidad.

En breve debe ser renovado el poder ejecutivo, as en la ConfederacinArgentina como en Buenos aires. Esta circunstancia hace esperar que los nuevosgobernantes alleguen los medios de un arreglo definitivo entre partes hoydivididas.[58]

El 1 de junio de 1859, Thompson inform a Mitre que el 22 de mayo haballegado a Madrid Juan Bautista Alberdi, quienfue presentado en el sitio deAranjuez al Ministro de Estado, Don Saturnino Caldern Collantes y lecomunic que haba enviado una nota de protesta al ministro espaol el del 24de mayo. Finalmente opinaba quela falaz perspectiva de un tratado puedams en el nimo de este Sr. Ministro que las juiciosas inspiraciones de unprudente aplazamiento hasta ver bien ovilladas entre Buenos Aires y laConfederacin las graves cuestiones pendientes. [59]

En efecto, Alberdi haba recibido nuevas instrucciones del Gobierno de Paranfechadas el 18 de febrero de 1859 y firmadas por el canciller interino de laConfederacin, Juan Francisco Segu. En ellas se proponan otras variantes parala redaccin de los dos artculos que provocaban el rechazo del tratado deEspaa y la Confederacin: el artculo 4 deba consignar claramente que lasdeudas de la Confederacin seran solamente las contradas con Espaa por Buenos Aires antes del 25 de mayo de 1810 y exclusivamente referentes a losterritorios que hoy se llaman Confederacin Argentina.[60]En cuanto al artculo8, sera aceptado siempre y cuando los hijos de espaoles nacidos en el territoriode la Confederacin sern argentinos hasta los 21 aos de edad, luego de lo cual

podrn optar por la nacionalidad de su origen.[61] Con estas instrucciones,Alberdi, incansable, emprendi una nueva misin en Madrid arribando a finesde mayo de 1859. Las conversaciones se iniciaron de inmediato entre Alberdi yel Ministro de relaciones Exteriores Espaol, Saturnino Caldern Collantes. Elartculo 4 qued finalmente redactado de acuerdo a las instrucciones de Paran,aceptando la Confederacin Argentina las deudas contradas por el Virreinatodel Ro de la Plata antes del 25 de mayo de 1810 en los territorios queformanactualmente o constituyan en lo sucesivo el territorio de la RepblicaArgentina, evacuado por aquellas el 25 de mayo de 1810. [62]

En cuanto al punto de la nacionalidad, deca el artculo que cambi su nmerodel octavo al sptimo:


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Art.7) Con el fin de establecer y consolidar la unin que debe existir entre losdos pueblos, convienen ambas partes contratantes en que para fijar lanacionalidad de espaoles y argentinos, se observen las disposicionesconsignadas en el artculo primero de la Constitucin Poltica de la MonarquaEspaola y en la ley argentina de 7 de octubre de 1857.[63]

Como vimos en prrafos anteriores, la ley argentina consagraba comoargentinos a los nacidos en territorio argentino y en su artculo tercero permitaoptar por la nacionalidad de sus padres. Esto dejaba en claro lo que no estabaexpresamente consignado en el tratado anterior.

En cuanto al tema de las posibles deudas, Ruiz Moreno cita el siguiente prrafode un despacho al Ministro de Relaciones Exteriores de la Confederacin:Nuevas pesquisas hechas recientemente en Madrid sobre la existencia deexpedientes o reclamos contra la Confederacin Argentina puntualizabaAlberdi han confirmado la creencia anterior de que tales reclamaciones noexisten, o si existen deben ser rarsimas e insignificantes [64]

Mientras esto suceda en Europa, a fines de 1858 recrudeca el conflicto entre laConfederacin y Buenos Aires como consecuencia del asesinato del exgobernador de San Juan y comandante de la divisin Oeste del EjrcitoNacional, general Nazario Benavdez, atribuida a maquinaciones de BuenosAires. Ante la posibilidad de un ataque, Mitre fue nombrado ministro de Guerray Marina con retencin de su cartera de Gobierno y Relaciones Exteriores. ElCongreso Nacional autoriz a Urquiza, en mayo de 1859, a buscar la integridadnacional por medio de negociaciones o por la guerra. Comenzaban entonces lospreparativos militares[65]

La lucha armada no pudo ser evitada: el choque entre los ejrcitos de laConfederacin y Buenos Aires se produjo el 22 de octubre en la batalla deCepeda. Urquiza, con su caballera entrerriana derrot a Mitre quien debiemprender la retirada embarcando su ejrcito en San Nicols luego de sufrir importantes prdidas.[66]Ante esta derrota, el 8 de noviembre renunci Alsinaa la gobernacin de Buenos Aires por pedido de la Legislatura. El da 10 sefirm el Pacto de Unin Nacional, tambin conocido como Pacto de San Jos deFlores, donde Buenos Aires se declaraba parte integrante de la Confederacin,renunciaba al manejo de las relaciones exteriores, se nacionalizaba la Aduana, y

se acord que sera convocada una Convencin Provincial para revisar laConstitucin de 1853, para que luego, si este organismo propona reformas, elCongreso Nacional convocara una Convencinad hoc para discutir las reformaspropuestas por Buenos Aires.[67]Buenos Aires se reservaba la representacinconsular hasta que se enmendara la Constitucin y se incorporasedefinitivamente a la Confederacin.[68]Esto satisfaca a las autoridades deBuenos Aires que de este modo podan incorporarse a la Nacin sin resignar susprincipios.

En la ciudad de Paran, el Congreso Nacional se reuni en sesionesextraordinarias con el fin de ratificar el tratado que haba firmado Alberdi con

Espaa. Luego de ser aprobado por ambas cmaras, fue promulgado, con lafirma del Vicepresidente, Salvador Mara del Carril y refrendado por el Ministro


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de Interior, Derqui, el 26 de febrero de 1860, pocos das antes del final de lapresidencia de Urquiza.[69] En efecto, el 5 de marzo finaliz el mandato delgeneral Urquiza y asumi la presidencia Santiago Derqui.[70]

En Buenos Aires creca el disgusto por la ratificacin del tratado con Espaa

antes de que los diputados por la provincia se incorporasen al CongresoNacional. En el peridicoEl Nacional , Mitre escribi una serie de artculos quecomenzaron el da 28 de enero de 1860, donde planteaba las objeciones deBuenos Aires a la Constitucin Nacional de 1853. En cuanto al tema de lanacionalidad, Mitre consideraba que, mientras que la Constitucin de losEstados Unidos le otorgaba al Congreso facultades para legislar en cuanto anaturalizacin y no sobreciudadana , en cambio en la Constitucin Nacional de1853, en el artculo 11, se le otorgaba al Congreso la facultad de dictar leyesgenerales sobreciudadana y naturalizacin .[71]Por estos motivos, Mitreentenda que era necesario reformar el correspondiente artculo de laConstitucin, justificando sus ideas de la siguiente forma:

Buenos Aires por su Constitucin ha establecido el principio universalmentereconocido, de que al hijo de extranjero nacido en el pas, debe ser y esciudadano natural.

La Confederacin ha sostenido la doctrina contraria.

Si la doctrina de la Confederacin predominase, estos pases, y Buenos Airesespecialmente, estaban perdido[s] para siempre.

En un pas como Buenos Aires, donde la quinta parte de la poblacin esextranjera, a nadie puede ocultarse que dentro de pocos aos preponderara lamasa extranjera; y resulte as una de las dos cosas: o una minora, en posesinexclusiva de los derechos polticos, gobernara a la mayora, o la mayora sesobrepondra a los nativos o los hara servir de instrumentos. En ambos casos eldesorden y la decadencia del pas sera segura.[72]

El nico recurso que le quedaba a la Provincia de Buenos Aires para modificar esta situacin era plantear sus reservas en la reforma constitucional que sellarasu incorporacin definitiva a la Repblica Argentina.

La Convencin Examinadora de la Constitucin se reuni en Buenos Aires enabril de 1860. Entre su propuesta de enmienda a la Constitucin de 1853 figuraen el artculo 31, un agregado que dejaba a salvo la responsabilidad de laprovincia en el aspecto de la nacionalidad:

Art. 31) Esta Constitucin, las leyes de la Confederacin que en su competenciase dicten por el Congreso, y los tratados con las potencias extranjeras, son la leysuprema de la Nacin; y las autoridades de cada Provincia estn obligadas aconformarse a ella no obstante cualquiera disposicin en contrario quecontengan las leyes o constituciones provinciales; salvo en los tratados,aquellas Provincias que no hubiesen tenido representacin en el Congreso al

tiempo de su aprobacin, y que no se la otorguen posteriormente por medio desu Legislatura .[73]
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ligada con la Espaa, no atacaran el Tratado sino que lo reforzaran. No creoque en la Convencin emitan una opinin contraria.

En mi concepto el artculo citado no admite ms interpretacin que la de dar fuerza de Ley Internacional a la que promulgaron en 17 de agosto de 1857 los

poderes constituidos de la Confederacin Argentina que regulariza lanacionalidad de los hijos de los extranjeros nacidos en su territorio.[81]

La respuesta del representante espaol fue clara, entonces comenz a apreciarseen las autoridades de la Confederacinque para los espaoles tambin obrabael convencimiento de que el tratado de 1859 y la ley de 1857 consagraban el principio del ius sanguinisen la cuestin de la nacionalidad... Por ese motivo,Urquiza envi a Mitre una carta asegurando que en la Convencin Constituyenteempleara su influencia con sus amigos para excluir el artculo 7 del tratadocon Espaa.[82]

En el mes de septiembre se reuni la Convencin Reformadoraad hoc de laConstitucin Nacional en la ciudad de Santa Fe. Las enmiendas propuestas por Buenos Aires fueron ratificadas por unanimidad, aprobndose todos los tratadosinternacionales firmados por los representantes de la Confederacin, menos elde Espaa.[83]Se haba agregado al final del artculo 31 que declara lostratados internacionales como laley suprema de la Nacin , la frase:salvopara la Provincia de Buenos Aires, los tratados ratificados despus del Pactode 11 de noviembre de 1859 . En el Art. 64, inciso 11, que trata acerca de laciudadana se agreg: con sujecin al principio de ciudadana natural .[84] Con esta modificacin, el tratado firmado por Alberdi dejaba de tener efecto. Enconsecuencia, el gobierno de la Confederacin decidi enviar como AgenteDiplomtico en Madrid a Mateo J. Luque, con la misin de modificar elcuestionado artculo del Tratado con Espaa.[85]

La Constitucin Nacional fue jurada en Buenos Aires el 21 de octubre de 1860conformando a partir de ello a la tan ansiada unin nacional.[86]El nombreRepblica Argentina fue el elegido entre los distintos nombres que autorizaba elartculo 35 de la Constitucin recientemente reformada.[87]Das ms tarde,Urquiza retribuy las atenciones de Mitre invitndolo, junto con Derqui, alpalacio de San Jos, en Entre Ros. Se pens que la paz entre las provinciasargentinas estara asegurada y que se iniciara una era de unin y prosperidad.

Lamentablemente no fue as.Los diputados de Buenos Aires al Congreso Nacional, que haban sido electoscon la Ley Electoral de la Provincia, cuando se presentaron en Paran en abrildel ao 1861 para integrarse al Congreso Nacional, les fueron rechazados susdiplomas por el cuerpo con el pretexto de que no haban sido electos con lasdisposiciones de la Ley Nacional.[88] En julio, el Congreso determin queBuenos Aires haba roto el pacto de Unin Nacional del 11 de noviembre de1859, en consecuencia fue declarada como provincia en rebelda y se decret elestado de sitio en su territorio.[89]Para Buenos Aires era una nueva declaracinde guerra.
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Estos acontecimientos decidieron al presidente Derqui la suspensin de lamisin de Luque a Espaa que todava no haba partido.[90]Mientras que en elRo de la Plata comenzaban nuevamente aprestos blicos, la polmica por eltema de la nacionalidad continuaba del otro lado del Atlntico, en Espaa,Jacinto Albistur escribi en marzo de 1861 una serie de artculos en la revistaLa Amrica , para ilustrar a la opinin pblica de la importancia de los pasesamericanos y por elevacin sin decirlo preparar el nimo favorable del Ministerio de Asuntos Exteriores para recibir nuevas propuestas argentinas..[91] En un segundo escrito, contestando a Juan Bautista Alberdi que defenda elTratado que l haba firmado, refirindose al artculo 7 del Tratado de lasiguiente forma:Con el artculo que se ha insertado, cada una de las partes seha reservado in pectoreel interpretarlo a su manera. Ha habido acuerdo en laspalabras, no ha habido acuerdo en el pensamiento. [92] Albistur coincida conla tesis de Buenos Aires sustentada por Mitre y Vlez Sarsfield y no respaldabalas opiniones de Alberdi. De cualquier forma, el Tratado haba sido rechazadopor la Constitucin reformada en 1860 y debera ser salvado por un nuevoacuerdo.

En el Ro de la Plata comenzaron nuevamente los aprestos blicos. Mitre sedirigi con su ejrcito hacia el norte mientras Urquiza avanzaba hacia BuenosAires al frente del ejrcito de la Confederacin Argentina. El 17 de septiembrede 1861 ambos ejrcitos se encontraron para dar batalla en las inmediaciones delarroyo Pavn, al sur de la Provincia de Santa Fe, que le dio nombre a la batalla.La infantera portea prevaleci esta vez frente a la caballera entrerriana yUrquiza se retir del campo abandonando su artillera y el parque deprovisiones, regresando con sus tropas a Entre Ros.[93]Mitre continu suavance hacia el Norte ocupando la ciudad de Rosario mientras que el generalPaunero marchaba hacia Crdoba consiguiendo derrotar al Chacho Pealoza,alejndolo hacia el Norte. El presidente Derqui se encamin a Paran aconferenciar con Urquiza y como no logr el apoyo, present su renuncia y serefugi a bordo de un barco ingls que lo llevara hacia Montevideo. El 5 denoviembre asumi la presidencia de la Repblica el vicepresidente Pedernera.[94]Urquiza, en nombre del Gobierno Nacional intent negociaciones conMitre pero ste exigi que su intencin era tratar directamente con la Provinciade Entre Ros como provincia independiente y no con el Gobierno Nacional.Para ello Urquiza y la Provincia de Entre Ros deberan desconocer al GobiernoNacional. El 1 de diciembre la Legislatura entrerriana asumi su soberana y

desconoci al Gobierno Nacional.[95]El 12 de diciembre de 1861, el Poder Ejecutivo Nacional se declar en receso dejando a Mitre la posibilidad de quelas provincias delegaran su autoridad en l.[96]

En los primeros meses del ao 1862 las provincias comenzaron a delegar enMitre la facultad de ejercer como encargado del Poder Ejecutivo Nacional. El 12de abril de 1862 Mitre acept el encargo del Poder Ejecutivo Nacional delegadopor las provincias, a los fines de convocar al Congreso Nacional.[97]Serealizaron elecciones en toda la Repblica para diputados y senadores y el 25 demayo de 1862 se instal el Congreso Nacional en Buenos Aires. Se convoc aelecciones para presidente y vicepresidente y Mitre fue electo por unanimidadde votos en el Colegio Electoral mientras Marcos Paz era electo vicepresidente.[98]
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El 12 de octubre de 1862 Mitre asumi como Presidente de la RepblicaArgentina.[99]Rufino de Elizalde fue nombrado Ministro de RelacionesExteriores[100]y Mariano Balcarce fue el encargado de realizar las gestiones enMadrid para un nuevo Tratado.[101] La enemistad que exista entre Alberdi yBalcarce se puso de manifiesto por la demora del primero en entregar los

archivos de lo actuado en Europa en su misin como enviado de laConfederacin. Recin en octubre de 1863, luego de reiterados, pedidos Alberdientreg los archivos diplomticos a Balcarce.[102]

Se inici entonces una nueva gestin para modificar el tratado con Espaa. El 8de Febrero de 1863 Balcarce comunic a Mitre que el general Concha, que tienemucho influjo en Espaa,es pariente de mi seora, y sus ideas son muyfavorables al principio de nacionalidad que sostenemos. Agrega que Sucooperacin puede ser muy til, sin desconocer por esto lo grave y difcil de lareclamacin pendiente que est en oposicin con lo que establece laConstitucin espaola. [103]

El 8 de junio de 1863, Balcarce le comunic a Mitre que:

Tengo motivos para creer que el nuevo Ministerio espaol, presidido por elmarqus de Miraflores, y del que es miembro el general Concha, a quienpersonalmente conozco, est bien dispuesto para el arreglo de las cuestiones conlos Estados sudamericanos; en este mismo sentido se ha expresado el caballeroAlbistur, actual director poltico en el departamento de Estado.[104]

El 24 de junio, Balcarce recibi el anuncio de Mitre de su nombramiento comoministro plenipotenciario de la Repblica Argentina por acuerdo del SenadoNacional.[105]El 24 de julio, Balcarce comunic desde Pars a Mitre las buenasperspectivas para su misin en Espaa con las siguientes palabras:

Segn me lo ha hecho saber el caballero Albistur, y lo que yo haba habladoanteriormente con el general Concha, hay probabilidad que mi misin a Espaatenga buen resultado; as lo deseo, para corresponder a la confianza que usted yel gobierno depositan en m, y tambin, debo confesarlo, porque me sera muyhalageo lograr enderezar los entuertos que hizo el doctor Alberdi.[106]

Ya en Madrid, Balcarce da cuenta a Mitre, en carta fechada el 22 de agosto, de

sus primeros contactos con el Subsecretario de Estado Toms Ligues y Bardaj ycon el ahora Director de Poltica de la Cancillera espaola, Don JacintoAlbistur.[107]Todas las discusiones a que dio lugar la reforma del artculo 7del Tratado estn relatadas por Balcarce en una nota dirigida al Ministro deRelaciones Exteriores Argentino, Rufino de Elizalde. En ella le dice que el 25de agosto fue recibido por el Ministro Miraflores quien opuso cierta resistenciaa firmar un nuevo tratado pero finalmente estuvo de acuerdo en la modificacindel artculo sptimo del Tratado de Amistad y Reconocimiento y le comunicque lo sometera al consejo de Ministros.[108]El 7 de octubre de 1863,Balcarce comunic a Mitre que haba firmado el nuevo Tratado el 21 deseptiembre y que lo remita por el vapor de Burdeos a Buenos Aires.[109]
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Mientras tanto en Buenos Aires la Cmara de Diputados, en agosto de 1863, diomedia sancin a una nueva ley de ciudadana que deca lo siguiente:

1) son ciudadanos argentinos:

Los que hayan nacido y nacieran en cualquier punto del territorio de larepblica, sea cual fuere la nacionalidad de sus padres;

Los hijos de padre y madre argentinos que habiendo nacido en un pasextranjero, manifiesten al juez nacional o provincial del distrito en que se hallen,su intencin de ser ciudadanos.[110]

Esta Ley consagraba sin lugar a dudas elius solis . Sin embargo, la Ley no fuetratada por el Senado y sigui rigiendo la cuestionada ley de la Confederacindel ao 1859 hasta que se modific en 1869 durante la presidencia deSarmiento.[111]

El Tratado con Espaa fue aprobado por ambas cmaras del Congreso ypromulgado por Mitre el 5 de noviembre de 1863.El Nacional public el 7 denoviembre los detalles de la firma del nuevo tratado. El artculo 7 quedredactado de la siguiente forma:

Con el fin de establecer y consolidar la unin que debe existir entre los dospueblos, convienen ambas partes contratantes en que para determinar laNacionalidad de Espaoles y Argentinos, se observen respectivamente en cadapas las disposiciones consignadas en la Constitucin y las leyes del mismo.

Aquellos Espaoles nacidos en los actuales dominios de Espaa que hubiesenresidido en la Repblica Argentina y adoptado su nacionalidad, podrn recobrar la suya primitiva si as les conviniere, para lo cual tendrn un plazo de un aolos presentes y dos los ausentes.

Pasado ese trmino se tendr definitivamente adoptado la nacionalidad de laRepblica.

La simple inscripcin en la matrcula de Nacionales que deber establecerse enlas Legaciones y Consulados de un y otro Estado ser formalidad suficiente para

hacer constatar la nacionalidad respectiva.Los principios y las condiciones que establece este artculo, ser igualmenteaplicable a los ciudadanos y a sus hijos en los dominios espaoles.[112]

Faltaba entonces la ratificacin espaola para que el Tratado entrara en vigor.Balcarce recibi de Albistur una nota anuncindole queya est allanado el camino para que venga usted a presentar sus credenciales y hacer el canje.Esta operacin es la nica que falta para que yo emprenda mi viaje. .[113]Jacinto Albistur aspiraba a ser nombrado como Ministro ante el GobiernoArgentino. Pero esto no pudo ser. Espaa pasaba por un perodo agitado de suhistoria institucional y los ministerios tenan una duracin precaria. Por estemotivo, en carta fechada en Madrid el 26 de diciembre de 1863, Albistur urga
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nuevamente a Balcarce para que se trasladara a Espaa para ratificar el tratadopues exista una gran oposicin en la prensa.[114]Tambin recibi una nota delMarqus de Miraflores quien instaba a Balcarce para que apurase su llegada aMadrid.[115]Los pedidos de urgencia tenan sus razones, el 24 de febrero de1864, Balcarce comunic a Mitre desde Madrid que:La cada que yo temadel gabinete Miraflores ha dejado en suspenso el canje de las ratificaciones del tratado con la Espaa. [116]

En Espaa hubo dificultades para ratificar el Tratado pero el 7 de junio de 1864,Balcarce le comunic a Mitre que finalmente las Cortes de Espaa habanaprobado el Tratado y que estaba todo listo paraverificar el canje de lasratificaciones y presentar mis credenciales, pues conviene no perder tiempo,porque si ocurriese algn nuevo cambio en el Gabinete espaol (cosa que nosera de extraar en aquel pas de lo imprevisto), nos veramos quiz expuestosa otro aplazamiento. [117]

El 22 de junio de 1864, Balcarce escribi a Mitre exultante lo siguiente:Albricias, mi querido General y amigo; ayer he canjeado el tratado, dandocima a la honrosa y delicada comisin que usted me confi. En la misma cartacomenta que elEl seor Creus ser nombrado ministro residente en BuenosAires, mientras que nuestro amigo Albistur se le dar otra misin, pues lasintrigas del seor Caldern Collantes y de otros enemigos personales suyos hanimpedido a este Gobierno enviarlo a Buenos Aires. [118]

En efecto: el 28 de julio de 1864 la reina Isabel II nombraba a Carlos Creuscomo Ministro Residente ante el gobierno de la Repblica Argentina. Creus seembarc hacia Buenos Aires y el 4 de octubre de ese ao present suscredenciales ante el Ministro de Relaciones Exteriores de la RepblicaArgentina. [119]Albistur fue enviado en misin al Per y poco tiempo despusfij su residencia en Montevideo.

De esta manera se termin de completar el trmite del reconocimiento de laIndependencia de la Argentina por el Reino de Espaa y sus pretensiones sobreel territorio del antiguo Virreinato del Ro de la plata. Las relacionesdiplomticas tomaron un cauce normal al haber designado ambos pases susembajadores. Como vimos en el desarrollo del trabajo este logro no fue sencillopor las dificultades inherentes a la diferencia de criterios entre Espaa y la

Argentina en la cuestin de la nacionalidad: elius sanguinis que sostenan losEspaoles y elius solis que sostena la Argentina y especialmente BartolomMitre. A su vez la diferencia de criterios entre Mitre y Alberdi, donde el primerosostena que no era posible resignar el hecho que los nacidos en territorioargentino fueran argentinos, ni siquiera que hubiera una ligera diferencia deinterpretacin, mientras que para Alberdi este punto no era de capitalimportancia frente al logro del reconocimiento de la Independencia y lanormalizacin de las relaciones diplomticas. Todo esto en el difcil contextopoltico rioplatense con la Provincia de Buenos Aires escindida de laConfederacin y la inestabilidad de los gabinetes espaoles en los momentos dela ratificacin del Tratado. De esta forma, el criterio delius solis , qued

definitivamente incorporado en la Constitucin Nacional luego de la reforma de
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1860 y las leyes de nacionalidad dictadas posteriormente, sin dar lugar a dudas oa diferentes interpretaciones.

Pablo A. ChamiJulio de 2004

[1]Isidoro J. Ruiz Moreno,Relaciones Hispano-Argentinas. De la guerra a lostratados , Buenos Aires, 1981.

[2]Ramn J. Crcano, Despus de Caseros, la reorganizacin del pas, Vol. VIII, p.33, enHistoria de la Nacin Argentina , Ricardo Levene director general, 2 edicin,Editorial El Ateneo, Buenos Aires, 1947.

[3]Ibidem, p. 39.

[4]Ibidem, p. 48.

[5]Miguel ngel De Marco,Bartolom Mitre, Biografa , p. 119-120 y 127, EditorialPlaneta, Buenos Aires, 1998.

[6] El Nacional , 18 de junio de 1852.[7] El Nacional , 22 de junio de 1852.

[8]Miguel ngel De Marco, op. cit. p.134.

[9]Ramn J. Crcano, op. cit. p. 69.

[10]Carlos Heras, La Revolucin del 11 de septiembre de 1852, enHistoria de laNacin Argentina , op. cit. P. 76.

[11]Ibidem, p. 84.[12]Ibidem, p. 87.

[13]Miguel ngel De Marco, op. cit. p.145.

[14] El Nacional , 16 de septiembre de 1852.

[15] El Nacional , 21 de septiembre de 1852.

[16] El Nacional , 20 de septiembre de 1852. (Transcrib los prrafos que me parecieronms importantes)
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[17]Carlos Heras, op, cit. p. 91.

[18]Ibidem, p. 115-116.

[19]Ibidem. p. 116.

[20]Miguel ngel De Marco, op. cit., p. 148-149.

[21]Ibidem, p. 156.

[22]Carlos Heras y Enrique Barba, Relaciones entre la Confederacin y el Estado deBuenos Aires, (1854-1858), enHistoria de la Nacin Argentina , op. cit. p. 207.

[23]Miguel ngel De Marco, op. cit., p. 157.

[24]Isidoro Ruiz Moreno, op. cit., p. 80.

[25]Ibidem, p. 85.

[26]A. M. R. E. Archivo del Ministerio de Relaciones exteriores de la RepblicaArgentina, Estado de Buenos Aires, caja 19, borrador autgrafo de Ireneo Portela.

[27]A. M. R. E. Estado de Buenos Aires, Caja 16.

[28] La Tribuna , 28 de diciembre de 1854.

[29]Miguel ngel De Marco, op. cit., p. 174.[30]Isidoro Ruiz Moreno, op. cit., p. 94

[31]Ibidem, p. 94.

[32]A. M. R. E. Caja 16, nota firmada por Thompson el 6 de mayo de 1855.


[34]Ibidem, p. 104-105.

[35]Carlos Heras y Enrique Barba, op. cit., p. 222.

[36]A. M. R. E., Caja 16, 23 de julio de 1855, borrador autgrafo de Alsina.

[37]Esta misin estaba destinada al fracaso. Carlos Heras y Enrique Barba, op. cit., p.223.

[38]A. M. R. E., caja 16, 9 de noviembre de 1855, borrador autgrafo de Alsina paraThompson, con la indicacin de enviar instrucciones iguales a Balcarce.

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[40] El Nacional , 30 de junio de 1856.

[41]A. M. R. E., caja 16, 30 de junio de 1856.

[42]A. M. R. E., caja 16.

[43]Isidoro Ruiz Moreno, op. cit., p. 107-108.

[44]Ibidem, p. 130-131.

[45]Ibidem, p. 131.

[46]A. M. R. E., caja 20.


[48]Ibidem, p. 141.

[49]Ibidem, p. 148.

[50]Ibidem, p. 148-149.



[53]Ibidem, p. 156.[54]Ibidem, p. 179.

[55]A. M. R. E., Estado de Buenos Aires, caja 19, carta fechada el 22 de diciembre de1857.

[56]A. M. R. E. caja 19, carta fechada el 30 de diciembre de 1857.

[57]A. M. R. E., Estado de Buenos Aires, caja 21.

[58]A. M. R. E., caja 16.[59]Ibidem.


[61]Ibidem, p. 184.

[62]Ibidem, p. 202

[63]Ibidem, p. 203.

[64]Ibidem, p. 205.
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[65]Miguel ngel De Marco, op. cit., p. 202-204.

[66]Ibidem, p. 206-207.

[67]Ibidem, p. 211.

[68]Isidoro J. Ruiz Moreno, op. cit., p., p. 220.

[69]Ibidem, p. 227.

[70]Ibidem, p. 228.

[71]En realidad, Mitre se refiere al inciso 11 del artculo 67 de la Constitucin queregula las atribuciones del Congreso.

[72]El Nacional, 28 de enero de 1860.


[74]Ibidem, p. 255.

[75]Ibidem, p. 237.

[76]A. M. R. E., caja 16, Madrid, 6 de enero de 1860, el acuse de recibo de estacomunicacin fue en Buenos Aires, 20 de julio de 1860, con las firmas de Mitre ySarmiento.


[78]Ibidem, p. 257.



[81]Archivo General de la Nacin, Sala VII, Urquiza, legajo 206, folio 68. (El resaltadoes mo).


[83]Ibidem, p. 268.

[84]Rodolfo Rivarola, Del Pacto del 11 de Noviembre de 1859 a la ConstitucinNacional del 1 de Octubre de 1860. EnHistoria de la Nacin Argentina , op. cit. p.387.


[86]Ibidem, p. 236.
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[87]A. M. R. E. Caja 42, Confederacin, Presidencia de Derqui.


[89]Ibidem, p. 247.


[91]Idem, Ibidem.

[92]Ibidem, p. 287.

[93]Enrique Rottjer, Campaa de Pavn, enHistoria de la Nacin Argentina , op. cit.p. 446.


[95]Mariano de Vedia y Mitre, Mitre y la Unin Nacional, enHistoria de la NacinArgentina , op. cit. p. 530.


[97]Mariano de Vedia y Mitre, op. cit., p. 538-539.

[98]Miguel ngel de Marco, op. cit., p. 282-283.

[99]Ibidem, p. 283.[100]Ibidem, p. 290.


[102]A. M. R. E. Misin Balcarce en Pars, caja 34.

[103]A. G. M. Tomo XIII, p. 44 45.

[104]A. G. M. Tomo XIII, p. 49.

[105]A. G. M. Tomo XIII, p. 50.

[106]A. G. M. Tomo XIII, p. 52.

[107]A. G. M. Tomo XIII, p. 53.

[108]A. M. R. E., caja 34.

[109]A. G. M. Tomo XIII, p. 62.

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