Bases Conceptuales y Teã“Ricas Para Una Convivencia Democratica en La Familia (1)

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    BASES CONCEPTUALES Y TERICAS PARA UNACONVIVENCIA DEMOCRTICA EN LA FAMILIA

    Beatriz Schmuklery Mara del Rosario Campos

    INTRODUCCIN

    Este marco terico es resultado del trabajo participativo para la formulacin conceptualque orienta la construccin del enfoque de democratizacin familiar en el marco deejecucin de las Propuestas parauna Convivencia Democrtica en la Familia, proyecto quebusca cambiar aquellas maneras de relacionarnos que no nos satisfacen; al mismo tiempopretende modificar los autoritarismos y encontrar mecanismos para que las distintas vocesde las y los integrantes de las familias se expresen, escuchen y reconozcan sobre unabase de igualdad de derechos.1En el trabajo que presentamos convergen numerosas trayectorias y discusionesefectuadas durante tres talleres que llev a cabo la Unidad de Coordinacin del Proyecto.2

    El mismo es un ejemplo claro y palpable de que es posible desarrollar polticas pblicashorizontales, en dondelos interesados e implicados en el diseo e implementacin de lapoltica pueden convertirse en agentes proactivos que participen en la construccin detodo el proceso del proyecto, incluso aquella de orden conceptual que comnmente sedeposita por completo en manos de expertas y expertos.Por ello, queremos manifestar nuestro reconocimiento a las y los integrantesde la Unidad de Coordinacin en los diez estados en que se desarrollael proyecto, quienes con su participacin en la discusin y con las propuestasplanteadas enriquecieron el proyecto. Agradecemos a Noem Ales Gatti, MaribelArellanes, Margot Loustaunau, Tatiana Ramos, Rosario Romn Prez,Thelma Pedroza Vargas y Gisela Snchez Daz de Len por sus contribuciones.A Cristina Ravazzola, quien ley y coment la primera versin de este documento

    y a Xosefa Alonso Sierra, cuyos aportes y sugerencias enriquecieron demanera sustantiva la ltima versin del marco terico.Lo anterior permiti establecer el intercambio y la instauracin dela reflexin grupal como el proceso metodolgico que habra de orientar eldesarrollo de las propuestas.El proyecto trabaja con ejecutores y diseadores de polticas sociales,propiciando caminos que tiendan a procurar la equidad de gnero en las relacionesfamiliares, as como relaciones de convivencia, de respeto, cooperacin yjusticia entre las generaciones. El Instituto Nacional de las Mujeres (INMUJERES)impuls esta iniciativa en coordinacin con los programas e institutos estatalesde la mujer o de equidad y gnero, que fueron las instancias articuladoras delproyecto en cada estado.3Cabe sealar que dicho impulso se sustent en la funcin que desempeael INMUJERES en la defensa de los derechos de la mujer, lo cual apoyla decisin de que la poltica de familia tambin sera un eje de accin paraluchar por la equidad de gnero en la vida privada.De acuerdo con los datos de la Encuesta Nacional sobre la Dinmicade las Relaciones en los Hogares (ENDIREH) 2003 realizada por el InstitutoNacional de Geografa e Informtica (INEGI), el INMUJERES y el Fondo deDesarrollo de las Naciones Unidas para la Mujer (UNIFEM), el porcentaje demujeres con al menos un incidente de violencia en 2003 fue de 46.55%. Sihacemos una distincin entre el rea urbana y la rural se obtiene 48.09% parala primera y 40.96% para la segunda. Es decir, al menos cuatro de cada diezmujeres en el pas sufrieron un hecho violento durante 2003, lo cual ilustrala importancia de que existan polticas pblicas especficas para prevenir y

    modificar esta problemtica.La violencia familiar,4 vista desde una mirada sistmica, implica que

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    no se puede erradicar el abuso hacia las mujeres en las familias sin eliminarlas relaciones abusivas entre los miembros de diferente sexo y edad.5 Unsegundo concepto bsico es que los abusos de poder se instalan en sistemasde autoridad jerrquicos, unipersonales y basados en concepciones naturalizadasde las diferencias sexuales y generacionales.La extensin del fenmeno nos indica que las races de dicha violencia

    deben buscarse en prcticas de la autoridad y de relaciones entre los gnerosque se fundamentan en valores e ideologas, legitimados socialmente,que justifican el derecho al golpe y al maltrato por parte de seres queridos,de quienes se espera proteccin, amor y cuidado.La transformacin de las fuentes de proteccin en fuentes de terror esla caracterstica central de la violencia en la intimidad de la familia y en lasrelaciones interpersonales. La gravedad del fenmeno tambin se basa en lasinterrelaciones existentes entre la violencia en la vida privada y en la vidapblica. Los micro y macrocosmos de la violencia tienen races comunes, valorativasy econmico-sociales, que son las concepciones sociales de gneroy de autoridad; al igual que la tolerancia y justificacin ante la desaparicinde los mecanismos de proteccin social, agudizado en las ltimas dcadas

    con las polticas neoliberales y de ajuste econmico.Las preguntas que nos hacemos es por qu intervenir desde polticassociales gubernamentales en la vida familiar?, y si la intervencin conllevauna invasin de la privacidad?

    Existen por lo menos tres aspectos por los cuales creemos que la intervencines necesaria:1. El Estado debe garantizar que se aplique la ley a quienes violan losderechos humanos en el rea de la intimidad. La familia ha sido identificadacomo una de las instituciones en donde se ejerce con mayor frecuenciaviolencia emocional, fsica y sexual hacia las mujeres, nias y nios.2. Se requiere fortalecer la capacidad de las familias para formular,articular y manejar sus propios recursosmateriales y humanos, particularmenteen aquellas reas en que la vulnerabilidad de las familias es mayory las instituciones privadas y pblicas no estn cumpliendo su funcin degarantizar la seguridad social.63. Hay un mandato internacional para erradicar la violencia contra lasmujeres que ha sido asumido por nuestro pas.7Por otro lado, las modificaciones que han tenido las familias en lasltimas tres dcadas plantean un aumento de la vulnerabilidad econmica,social y emocional en algunas de ellas. Los cambios estructurales, demogrficosy de relaciones de gnero e intergeneracionales explican el incrementoen la demanda de ayuda y la necesidad de intervencin en materia depolticas pblicas. Como seala Jusidman:8

    La mayora de las polticas gubernamentales e institucionales se han construidoa partir de un concepto de familia funcional donde hay presencia depadre y madre vinculados por matrimonio con perspectiva de convivenciade larga duracin, hijos e hijas propios y en donde los papeles de gneroestn perfectamente definidos: las mujeres responsabilizadas de los trabajosdomsticos y los hombres de los extradomsticos.La disminucin en el tamao de las familias y el aumento en la esperanzade vida hacen que se reduzca el tiempo dedicado a la crianza de las hijas e hijosy que las parejas tengan ms tiempo de vida en comn sin hijos dependientes.Eso ha permitido que las mujeres incrementen su participacin econmicaextradomstica. Poco ms de la mitad de hogares mexicanos (11 600 000)recibe ingresos de una o ms mujeres. En casi la mitad de ellos (5 600 000),la mujer es la contribuyente nica o principal de los ingresos hogareos. Lo

    anterior establece un aumento de la vulnerabilidad econmica en los hogaresencabezados por mujeres y la necesidad de que se replantee la redistribucin

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    de la carga domstica para que el peso no recaiga en las mujeres que trabajanfuera del hogar. No obstante, an 63% de mujeres sigue dedicndose a lalimpieza de la casa y 54% al cuidado de las hijas e hijos. Si bien estas cifrasreflejan que ya hay un sector de hombres que participa en tareas del hogar,tambin omiten que muchos lo hacen en funcin de ayuda a la mujer, ni tampoco dan cuenta de valores ms profundos que hacen que los mexicanos

    todava sigan pensando que las mujeres no tienen derecho a manejar con independencialos recursos del hogar, a pesar de que trabajen y tengan ingresospropios. Slo ocho de cada 100 mexicanos (mujeres y hombres) piensan quelas mujeres deben decidir sobre los gastos fuertes del hogar.9Experiencias de investigacin en Mxico10 nos han llevado a proponerprogramas preventivos de riesgos psicosociales vinculados con relaciones desubordinacin de las mujeres. Aunque dichas relaciones todava persistenen las familias, no reproducen los mismos patrones tradicionales porque lasmujeres estn transformando sus identidades de gnero, lo cual origina nuevosconflictos a menudo resueltos con violencia. Las causas de esto ltimose encuentran en las reacciones de los hombres frente a los cambios de lasmujeres y en que estas suelen afirmar su autonoma con culpa, a veces sin defender

    con tranquilidad sus derechos a ser autoridad frente a las hijas e hijosy a participar equitativamente con los hombres en las decisiones familiares.En estos casos, es frecuente que el intento de cambio provoquerupturas y separaciones conyugales. La violencia del hombre puede debersemuchas veces a su deseo de afirmar la necesidad de que la mujer semantenga en el lugar predeterminado segn una concepcin tradicionalde familia; en cuyo caso, el sistema autoritario se mantiene pese a losintentos de transformacin en algunos de los miembros.11Proponemos que las polticas pblicas favorezcan los procesos de transformacinfamiliar fortaleciendo los recursos emocionales de la familia paraenfrentar la transformacin y apoyando en los hombres aquellos cambios quepuedan facilitar la autonoma femenina, su mayor participacin extradomsticay la equidad en el control de recursos familiares. Es decir, facilitar la redefinicinde los contratos de pareja de modo que reconozcan una reciprocidad en lascargas, responsabilidades y derechos de ambos miembros. Asimismo, es necesariopropiciar una relacin de justicia con las ancianas y ancianos para que noabsorban las cargas que se generan por la salida laboral de las mujeres.Tambin deseamos tender a una mayor comunicacin entre padres,madres, hijas e hijos de diferentes edades, para que los miembros del grupofamiliar se hagan cargo de manera responsable del compromiso de contribuir enlas tareas del hogar sin abandonar sus propias obligaciones escolares y laboralesni sus deseos e intereses propios. Esto implica la construccin de acuerdos yreglas que tengan en cuenta los elementos anteriores y que sirvan para regularla convivencia. Las relaciones democrticas se basan en obligaciones y derechosque buscan garantizar la equidad para todas y todos en la familia.

    El contexto anterior constituye el punto de inicio del marco tericodel que parte el proyecto Propuestas para una Convivencia Democrticaen la Familia, que a continuacin ser desarrollado a partir del cruce entreel sistema de gnero y el sistema de autoridad y poder. Dicha relacinnos permite abordar las relaciones en las familias a la luz de las transformacionesfamiliares actuales; distinguiendo, por un lado, los rasgos de lasfamilias autoritarias y de las familias democrticas y, por otro, posibilitandola diferenciacin entre democracia pblica y democracia privada.

    SISTEMA DE AUTORIDAD, PODER Y GNEROEN LAS RELACIONES FAMILIARESLa democratizacin familiar parte de un principio relacional que retoma

    el enfoque de gnero como la base que permite identificar los mecanismosa travs de los cuales las estructuras del sistema de gnero y del sistema

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    de autoridad se traducen en desigualdades en las relaciones familiares. Lamirada es relacional porque identificamos los autoritarismos y los abusosque se dan en las relaciones familiares no slo entre hombres y mujeres,sino entre madres, padres, hijas e hijos, adultos mayores y jvenes, entrequien tiene una condicin de discapacidad y quien no la tiene.12El sistema de autoridad subyace en toda la vida familiar: las relaciones

    cotidianas de la vida en pareja; las relaciones entre madres, padres, hijas e hijos;las relaciones con parientes, ya sea en unidades familiares extensas o nucleares;dentro de las unidades domsticas residenciales o entre diferentes unidades domsticas.Los sistemas de autoridad organizan las pautas o reglas de la organizacinfamiliar que definen los contratos implcitos de las relaciones familiares, loscuales legitiman la divisin sexual del trabajo domstico, los criterios de crianzay educacin de las hijas e hijos, y los permisos, obligaciones y responsabilidadespara ambos gneros.13Este sistema es el mecanismo mediante el cual las relaciones familiaresse constituyen en funcin de creencias y valores acerca del gnero y la autoridad.A travs de esos mecanismos se establecen jerarquas entre hombresy mujeres, y se valoran diferencialmente sus aportes a la vida familiar. Por

    ejemplo, existe la tendencia a visualizar con mayor claridad el aporte econmicoy a valorarlo ms que al cuidado afectivo. Estas diferencias afectan elgrado de influencia que tiene la madre y el padre en el control de los recursosfamiliares, particularmente en lo que se refiere a recursos materiales.El poder es un elemento clave para comprender la violencia en lasrelaciones interpersonales. Est presente en las diversas relaciones en que seinvolucran las personas, a menudo sin tener conciencia de ello. Se entiendepor poder la capacidad para lograr algo de s misma o de s mismo, e inclusode otras personas, tanto por autoridad como por influencia emocional, afectivao espiritual. El poder proviene de fuentes tan diversas como el sexo, elgnero, el grupo tnico, la edad, la clase social, el color de la piel, el dinero, lainteligencia, la belleza, la fama.14Las relaciones de poder coexisten con los sistemas de autoridad y configuranconductas de imposicin, de afirmacin personal, rechazos, resistenciasa la autoridad; como, por ejemplo, la resistencia por parte de la mujer o de lashijas o hijos adolescentes hacia la autoridad masculina, o de las hijas o hijoshacia la autoridad femenina que repite los mismos modelos autoritarios. Elsistema de autoridad define quin es la autoridad legtima, la reconocida porel grupo familiar y por la sociedad. Por lo general, el padre, el hombre adultoque ejerce sus funciones, sigue siendo reconocido como autoridad, tanto porel grupo familiar como por la sociedad, aun cuando deje de cumplir consus obligaciones. El contexto social y cultural refuerza constantemente loscriterios de legitimidad, de reconocimiento de la autoridad y de las jerarquasentre las figuras de autoridad femeninas y masculinas.Siguiendo el trabajo de Gabriel Townsend15 y otras autoras, identificaremos

    cuatro formas de poder:poder sobre,poder desde dentro,poder para ypoder con; y tres niveles de relaciones de poder: empoderamiento personal,poderen las relaciones cercanas ypoder colectivo.

    Formas de poderPoder sobre: se ejerce para que otra u otras personas hagan algo contra suvoluntad. A veces se hace efectivo a travs de la violencia o el miedo.16Poder desde dentro: se genera cuando reconocemos que no estamos indefensos,que no somos la fuente de todos los problemas que tenemos sino queestos tienen que ver tambin con estructuras externas y ajenas a nosotros.Poder con: es la capacidad de lograr junto con los(as) dems lo que nosera posible conseguir solo(a).17

    Poder para: es creativo y busca el acceso a toda la gama de capacidadesy potencial humano. Es un poder para hacer.

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    Relaciones de poderEmpoderamiento personal: lo ubicamos como un proceso que se inicia dentrode la persona y que la capacita para autovalorarse, cambiar, crecer y buscarmayor autonoma.18Poder en las relaciones cercanas: se define como la capacidad para cambiardichas relaciones en la direccin que se desea (por ejemplo, para hacerlas

    ms equitativas).Poder colectivo: las personas trabajan juntas para alcanzar metas que nopueden lograr por s solas. Este tipo de poder busca la cooperacin y organizacinconjunta para solucionar problemas, y se puede dar en el mbitocomunitario, regional, nacional e internacional.19

    El poder en la familia puede estar determinado por factores como laedad, el sexo, el parentesco y los ingresos. En nuestra sociedad de valorespatriarcales se reconoce a la autoridad masculina como superior.20 Estaautoridad puede ser ejercida por el padre, por los abuelos maternos o paternos,por los tos, por los hermanos de la madre o por el hijo mayor delgrupo domstico, segn la cultura en que est inserto el grupo familiar.

    Lo que importa es que esa autoridad adquiere legitimidad y reconocimientohacia afuera y hacia dentro de la vida privada. Si bien la dinmicade poder puede socavar esa legitimidad cultural y burlar sus mandatos,reglas o pautas establecidas, un cambio profundo del sistema de autoridadentraa un cambio cultural; es decir, la modificacin en los criterios delegitimidad y en la valoracin diferencial sobre los aportes de mujeres yhombres al grupo familiar.

    De acuerdo con Oliveira,21 la asimetra en las relaciones de poder enlas familias puede ser enfrentada a travs de tres tipos de situaciones: sumisin(por ejemplo, la esposa, hijas e hijos aceptan y obedecen el ejerciciode la autoridad masculina como algo natural); imposicin (por ejemplo, eldominio masculino se sostiene mediante el uso de la fuerza, como violenciafsica, econmica o psicolgica contra la mujer, hijas e hijos); y cuestionamiento(por ejemplo, resistencia a la dominacin masculina a travs demanipulacin, negacin, negociacin o conflicto abierto, y/o los jvenesa la autoridad femenina). En cualquiera de estas situaciones se presentanambivalencias. Esto se debe a que el conflicto no resuelve los sentimientosafectivos de odio y amor entre la pareja y los dems integrantes de lafamilia, y a que la identidad de gnero pesa en los contratos implcitos quearman las familias para la convivencia cotidiana y tiene mucho impactoen el tipo de relacin amorosa que crean y recrean cotidianamente.

    Es dentro de este marco del sistema de autoridad y de las identidadesde gnero de mujeres y hombres que se establecen las desigualdades entre

    la autoridad femenina y la masculina, y entre las hijas e hijos, por sexo ypor edad. Las desigualdades tienen que ver con los puntos siguientes:1. Respecto al valor que tiene lo que hacen mujeres y hombres en ladivisin del trabajo. Esta diferente valoracin es cultural, lo cual significaque aunque las mujeres han ingresado masivamente a la fuerza de trabajoy en la actualidad aportan al mundo familiar ingresos crecientes, a vecessecundarios y otras veces principales, este cambio no ha generado automticamenteun reconocimiento cultural que pueda afectar su jerarqua comoautoridad.22A pesar de contribuir de forma similar al gasto, las mujeressuelen seguir cumpliendo las funciones tradicionales de cuidado: hacerla comida, comprar, limpiar, ocuparse de las nias y los nios; mientrasque los hombres continan siendo legitimados como autoridad mxima y

    gozando de las prerrogativas que esta les confiere.23 Estos aspectos culturalesexplican la discriminacin que se instituye hacia las mujeres para el

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    ejercicio de la autoridad legtima dentro del grupo familiar.2. Otra pauta de jerarqua entre las autoridades dentro del grupofamiliar se refiere a la desigualdad entre mujeres y hombres respecto delvalor de los temas y problemas a regular. El hombre goza del derecho aotorgar permisos a su mujer, tomar decisiones acerca del lugar de residenciay sobre las compras importantes para la economa familiar, etc. Hay

    diferencias jerrquicas respecto del tipo de decisiones familiares que tomacada uno. No es lo mismo ayudar a las hijas e hijos a vestirse y elegir suropa, o decidir cundo se los llevar al mdico, que definir la colonia o laciudad donde se va a vivir. Aunque ambas decisiones afectan por igual algrupo familiar, implican un diferente control sobre los recursos materialesy en relacin con el derecho a apropiarse de lo que supuestamente perteneceal conjunto.3. No existe una correspondencia entre generacin de ingresos ycontrol de recursos monetarios y simblicos para la toma de decisiones,como tampoco en cuanto a la distribucin entre trabajo y placer o descanso.24 Es decir, aunque las mujeres generen ingresos, eso no significa que automticamente tengan el control de sus vidas ni que puedan gozar de

    su tiempo libre como quieran.Por otra parte, es importante sealar que en las familias no se dauna uniformidad de valores en relacin con lo que es adecuado o no enla convivencia familiar. Los hijos pueden tener valores diferentes y otrosmodelos de autoridad.25Adems, hay diferencias entre los valores quelas familias dicen tener y los que expresan en sus interacciones, por loque es importante conversar acerca de los valores y por qu adquirirlossin imponerlos.

    Familias autoritariasEn las familias autoritarias no existe una prctica de escucha y atencin alo que cada cual dice y opina; las normas de convivencia son impuestas sin

    ms; los conflictos se atajan imponiendo el silencio con la fuerza y, a veces,con la violencia fsica; no se reconoce ni valora lo que hacen, dicen y sientenlas mujeres ni las nias porque se las considera inferiores a los hombres. Porlo tanto, es un tipo de familia donde no hay dilogo, predomina el machismoy la violencia media muchas de las conductas del grupo familiar.26En Mxico ha prevalecido en las familias una cultura autoritaria conlas caractersticas siguientes:A. Una autoridad y un poder unipersonales, casi siempre masculino.27B. Relaciones de dominacin y subordinacin entre las autoridadesen el caso de que la mujer tambin ocupe un lugar de autoridad.C. La resolucin de conflictos en una familia autoritaria no es satisfactoriapara la mayora del grupo, porque no se toman en cuenta los deseos eintereses de cada uno de los miembros.

    D. En los integrantes del grupo existe frustracin y temor de plantearsus deseos e intereses para que los mismos puedan tener una repercusinen las decisiones que se toman dentro del grupo familiar.E. La autonoma de cada individuo es escasa y hay gran dependenciade la autoridad. Es decir, una mujer que tiene posibilidades de mejorar sucarrera laboral e ir a trabajar en una zona diferente a la que el marido decidicomo lugar de residencia, suele tener dificultades de desarrollo a causa de lasdecisiones que toma la autoridad masculina en funcin de permisos implcitos,incluso cuando la necesidad de pedir permiso no aparezca explcitamente. Estose suma a la dificultad que tienen las mujeres, a causa de su socializacin degnero, para identificar sus propios deseos y para la formulacin de intereses.F. La autoestima de cada miembro del grupo es baja, sobre todo en la

    esposa-madre y en las nias. Es habitual que a las nias se las eduque con laidea de que son tontas, que no saben resolver las cuestiones intelectuales, las

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    cuestiones tcnicas, etc., y eso tiene que ver con la socializacin diferenciadade nias y nios que a veces es devaluatoria para las nias.28G. Las mujeres estn haciendo en la actualidad un proceso de cambioque implica mayor autoestima, comprensin de sus derechos y nuevosideales. En muchas ocasiones, el intento de cambio origina rupturas y separacionesconyugales, como cuando el compaero o la pareja de la madre

    no entiende y no apoya los procesos de transformacin. Es posible que laviolencia del hombre se deba a su deseo de afirmar la necesidad de quela mujer permanezca en el lugar predeterminado segn una concepcintradicional de familia. En ese caso, el sistema autoritario se mantiene pese alos intentos de transformacin en alguno de los miembros.29 Incluso puedehaber mujeres que replican modelos autoritarios aprendidos.H. Debido a las transformaciones en los modelos de desarrollo, existenhoy en da nuevos tipos de familias.30 No obstante, el sistema tradicionalautoritario incide de alguna manera para impedir los cambios. Este es un problemaque requiere una atencin central, viendo cmo las transformacionesfamiliares dificultan la autonoma femenina y el desarrollo de una feminidadplena. Dificultad que se da tanto a partir de las demandasconscientes e

    inconscientesde los hombres, hijas e hijos, como de las propias mujerespara volver a la normalidad que supuestamente conllevan los papeles de lafamilia tradicional.

    En relacin con el papel de las mujeres en un ejercicio de poder autoritario,Noem Ales Gatti nos ofrece algunas reflexiones que se presentan acontinuacin.En el modelo familiar autoritario, las mujeres desempean una funcindoble: dominadas frente a los hombres, dominantes frente a las hijase hijos. En realidad, son quienes se ocupan en la cotidianidad del espacioprivado de introyectar de manera permanente en la nueva generacin labase valorativa que sustenta todo el modelo: hay un ms y hay un menos,en trminos valorativos, en trminos de poder. Al ser menos frente a loshombres y ms frente a las hijas e hijos, las mujeres ejercen en toda suintensidad la violencia del modelo como dominantes de su descendenciadominada.En este sentido, su papel social-familiar es ms complejo que el delos hombres. Ellos pueden ser menos frente a otros hombres en el espaciopblico, pero nunca sern menos, en tanto hombres, frente a una mujer en elespacio pblicoaunque tengan que aceptar su autoridad laboral o socialysiempre sern ms en el espacio privado.Por el contrario, las mujeres slo son ms frente a las hijas e hijos enel espacio privado, espacio en el cual, simultneamente, son menos frente alos hombres. Mientras tanto, en los espacios pblicos tendrn que soportary sobrellevar las mil evidencias de ser valuadas como menos por lo mismos

    hombres que deben aceptarles porque no les queda otra alternativasuautoridad laboral o profesional.La carga que genera en las mujeres vivenciarse genricamente comomenos, las frustraciones que se acumulan aun en la hegemona del modelopor la postergacin o negacin de sus deseos y necesidades, son altamentefuncionales a la reproduccin del modelo: las madres dominantesson violentas, por dominantes, por ms, y porque utilizan todas las formasde violencia como modo de vinculacin con su descendencia. De igualmanera, para los hombres es una carga vivirse como dominantes y fuertes,esto les exige que se muestren permanentemente como enrgicos ydecididos.31Al decir madres dominantes, Ales Gatti no se refiere a una caracterizacin

    de la forma en que llevan a cabo su relacin materna, sino al hechode ocupar la posicin de dominio frente a sus dominadas y dominados.

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    Este tipo de madre puede ser apapachadora, alcahueta, consentidora,fallarle los lmites, abnegada y servicial hasta el sacrificio personal msextremo y, empero, ocupar la posicin de dominio, que es en definitiva lasocializacin bsica para la reproduccin del modelo.

    En el modelo autoritario, por muy permisiva que una madre sea

    siempre es dominante frente a sus hijas e hijos. Cuando adems no es muypermisiva porque arrastra cargas pesadas de su propia socializacin, cuandoest cargada de frustraciones, cuando la desequilibran las exigenciascontradictorias de su condicin de mujer-esposa y madre, su violencia noslo es implcita sino que se vuelve explcita en la cotidianidad: grita, insulta,pega, castiga. Socializa y educa para el autoritarismo, con los refuerzosespordicos de las intervenciones explcitas del padre.El pasaje de gnero inequitativo a gnero equitativo es, de acuerdocon Ales Gatty, la condicin necesaria para lograr que los conflictosdejen de ser vividos como problemas que hay que evitar; ya que enla inequidad genrica y el autoritarismo, el conflicto realmente es unproblema porque cuestiona la aceptacin del estatus vigente, es un riesgo

    para el statu quo.A esta reflexin podemos agregar que en el modelo autoritariotambin los hombres experimentan prdidas; como por ejemplo, nodisfrutar de su paternidad al centrarse slo en ser proveedores de lafamilia.

    Xosefa Alonso seala al respecto que se trata de un modelo querequiere cuidadoras y proveedores para sostenerse. Por lo que unproyecto de prevencin y modificacin ha de trabajar en estos niveles,lo cual implica pensar ms all del modelo establecido.

    Conflicto y violencia

    Ejercer violencia es imponer pensamientos o valores con la fuerza, es hacersevaler con el miedo, es no entrar a dialogar, es excluir e infravalorartodo lo que pone en cuestin el poder de quien la pone en marcha y lautiliza.32Como contrapartida, un conflicto es aquella situacin en que laspartes estn en desacuerdo o tienen posiciones encontradas respecto ala distribucin de los recursos materiales y/o simblicos determinados yactan movidas por su percepcin de que los intereses de cada uno estncontrapuestos.33

    La resolucin de los conflictos debe encararse mediante negociacionesentre iguales, ya que si ambas partes no son iguales no hay negociacinverdadera posible, slo existen las incontables maneras en que el dominado

    le busca la vuelta al dominante (acumulando ms desgaste) para tratar deobtener algo y raramente lo logra; o la manipulacin del dominante parareencauzar las solicitudes del dominado hacia soluciones que refuercen supropia posicin de dominio (vase cuadro 1).Detallando lo anterior, las posturas tericas en cuanto a la resolucinde conflictos se ubican como sigue:a) El conflicto como amenaza. Desde esta postura, los conflictos se evitany rechazan; se consideran disfuncionales y perturbadores de la vida social;las personas o los grupos conflictivos son vistos como desviados de losfines aceptados por el sistema.b) El conflicto es inherente a las relaciones humanas y sociales y potencia el desarrollode los seres humanos al permitirles vencer obstculos. Aqu, el conflicto se ve

    como una oportunidad para aumentar nuestra comprensin de la realidad.No se considera ruptura del orden sino un cambio.34

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    El conflicto no puede ser considerado como algo bueno o malo, loque est en discusin es la forma en que lo enfrentamos. No se trata deeliminarlo sino de regularlo para que tenga una solucin justa y no violenta.La violencia es una de las posibles maneras de reaccionar ante l, pero noes la nica.Por ello, el enfoque de democratizacin familiar retoma la segunda

    postura que hemos mencionado pues esta posibilita la resolucin de conflictosde una manera no violenta. En una sociedad democrtica, se necesitanespacios de dilogo para que los actores puedan dirimir sus diferencias yanalizar cules mecanismos institucionales han fracasado sin poder regularlo.Pero sobre todo que estos espacios no sean monopolizados por el poder,o mejor dicho, que un grupo no est en desventaja con otro.35Las negociaciones se dificultan cuando hay desequilibrios de podermuy grandes mediando las relaciones familiares, lo cual abre la puerta alabuso de poder y a la violencia como mecanismos para enfrentar los conflictos.El enfoque de democratizacin familiar busca generar procesos reflexivosque permitan desnaturalizar las relaciones abusivas, con vistas a equilibrarel poder de los integrantes de la familia en contacto con sus emociones y

    limitaciones propias, posibilitando as salidas negociadas. Por equilibrio depoder nos referimos a que las partes con menos poder conozcan y asumansus posibilidades de influir y tengan la misma oportunidad para negociar.

    Cuadro 1. Alternativas y tipos de resolucin de conflictos

    I. Alternativas no violentas paraenfrentar los conflictos

    Modo de resolucin del conflicto

    Colaboracin: se realiza una

    negociacin entre las partes. Ya seaque haya una simetra de poder en larelacin o que un tercero funja comomediador por acuerdo de las partes.

    Negociacin: Las partes resuelven por

    s mismas sus diferencias a travs dela conversacin; se busca una solucinjusta para ambas partes. Cada cual sepreocupa por si mismo, pero toma enconsideracin a la otra persona.

    Mediacin: Un tercero neutral apoya laresolucin del conflicto por acuerdo dequienes estn involucrados en elmismo.

    Acudir a una autoridad superior. Arbitraje: Es un procedimiento a travsdel cual una autoridadinstitucionalizada (con regulacinjurdica de su funcin) analiza el caso ydictamina una resolucin a la que sesometen las partes en conflicto. Puedeser voluntario u obligatorio.

    II. Alternativas violentas paraenfrentar los conflictos

    Modo de resolucin del conflicto

    Evitacin /huida: aislarse del problemaesperar a ver qu pasa.

    Las dos partes involucradas pierden.

    En tanto pasa el tiempo, el conflictopuede crecer e incidir negativamente

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    para que haya una salida negociada.

    Competir: cada cual se preocupa slode s misma o de s mismo, no sepiensa en los dems.

    Alguien pierde y alguien gana.

    Recurso unilateral a la fuerza. El conflicto se resuelve sometiendo alotro.

    Acomodar /ceder /acatar: no haypreocupacin por s misma o por smismo, slo se desea satisfacer alotro.

    La solucin est en funcin de lanegacin de una de las partes.

    Fuente: Tomada de Montes, Manual, s. a., y Gonzlez, Mtodos, 1997.

    TRANSFORMACIONES FAMILIARESLa conformacin de la familia nuclear moderna implic el encuentro conlas instituciones del mercado y el Estado capitalista. Conceptualmente seidentific a la esfera econmica (mercado) con la produccin y a la familiacon la esfera de la reproduccin social. Esta idea representa en general ala tradicin parsoniana y supone una concepcin prekeynesiana. Se afirmay difunde con el florecimiento del Estado de bienestar despus de la segundaguerra mundial. El modelo de familia nuclear implcito era que lasmujeres casadas se haran cargo de la familia y slo excepcionalmente secontemplara su participacin en la estructura ocupacional. Dicho modeloencajaba con el objetivo global de hacer funcionar un sistema ocupacionalde previsin y asistencia capaz de garantizar a los hombres pleno empleo,ingreso adecuado y cobertura para los dependientes; es decir, para losmiembros de la familia, incluida la esposa-ama de casa. Se diseaba as unargida definicin de papeles, un modelo de familia asimtrica.36

    Xosefa Alonso enfatiza en las familias denominadas funcionales37aquellas en las que existe un hombre proveedor y una mujer cuidadora.Esta divisin sexual del trabajo ser aprovechada y fomentada por el capitalismo.El hombre recibe un salario por su trabajo, puesto que al tenereste un valor de cambio se puede medir en el mercado cunto cuesta. Peroadems, el proveedor necesita de un entorno favorable que lo cuide y loasista en el mbito de lo ntimo, y para eso est la mujer, a la cual no se leotorga ningn salario porque sus actividades son subjetivas, tienen un valorde uso. Esto lleva a preguntarse: cmo ponerle un valor al cuidado de lafamilia?, quin lo valorara?, quin sera su patrn?En la segunda mitad del siglo xx se experimentaron numerosos cambiossociales y demogrficos que han modificado los arreglos y estructuras

    familiares, replanteando las identidades de gnero basadas en el modelo defamilia nuclear.Respecto a los cambios sociodemogrficos se destacan:38 la disminucinen el nmero de hijos promedio de cada familia, que pas de 7.5 a 2, yla reduccin en la tasa de mortalidad infantil. Por otra parte, en relacin conlas uniones no hubo variaciones importantes a lo largo de las generaciones:las bisabuelas, abuelas y madres de las jvenes actuales se unieron pocoantes de los 20 aos. No obstante, la participacin de las jvenes es hoymayor en la eleccin de su pareja; adems, se ha extendido la prctica delnoviazgo y se ha reducido la diferencia de edad entre los cnyuges. Ms dedos terceras partes de las mujeres urbanas y con escolaridad posprimariausan o han utilizado mtodos anticonceptivos y desean tener dos o treshijas o hijos. Las mujeres han reducido en una tercera parte el tiempoen aos destinado al embarazo y a la crianza. Actualmente, cerca de lamitad de las mujeres entre 20 y 45 aos de edad tiene una participacin

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    econmica en actividades extrahogareas.Tambin se ha demostrado que la reduccin de la fecundidad y lamortalidad en algunos pases de Amrica Latina, el aumento de poblacinen edad reproductiva y el incremento en la esperanza de vida han coadyuvadopara que las mujeres tengan ahora mayor tiempo para s mismas yrealicen otras actividades diferentes a la crianza de las hijas e hijos.

    Desde la dcada de los ochenta, los cambios demogrficos se han vistoacompaados por un crecimiento en las desigualdades socioeconmicas,enmarcado en procesos masivos de precarizacin en los empleos.39Antela crisis econmica han aumentado los proveedores de ingreso por hogar,debido al hecho de que el salario del padre como proveedor principal yano es suficiente, o bien porque el aumento en la desocupacin masculinaha golpeado en muchos casos al trabajo del padre de familia. Esto planteaque el trabajo femenino, que es relativamente peor remunerado que eldel hombre, ya no constituye en muchos casos un ingreso secundario enlas familias nucleares, sino que el salario nico del proveedor est siendoreemplazado por el trabajo de la cnyuge o por un conjunto de ingresos demadre, padre, hijas e hijos.40

    Esta situacin tiene un impacto en las identidades de gnero femeninasy masculinas, en las relaciones de poder y autoridad en la pareja conyugal yparental y en el conjunto de la dinmica familiar. Simultneamente, los cambiossocioeconmicos, demogrficos, culturales y de las identidades degnero se manifiestan en la aparicin cada vez ms frecuente de nuevasestructuras familiares, adems de la tpica familia nuclear conyugal.41Dichos cambios han significado una prdida de certezas en variosaspectos: hoy en da no se puede garantizar que la frase juntos hasta quela muerte nos separe pueda ser el eje de una relacin, ms bien se habla de juntos hasta que queramos compartir. A su vez, al deteriorarse lossistemas de seguridad social, la idea de tener un trabajo para toda la vida ydisfrutar de una pensin durante los aos de vejez, se vuelve muy remota.De hecho, hay familias que entran en ciclos de empobrecimiento momentneos,asociados con la prdida de alguno de sus miembros, desempleotemporal o una enfermedad grave. La nocin de siempre ser de estamanera est siendo modificada por el contexto socioeconmico, lo cuallleva tambin a contradicciones familiares y a cambiar los valores quesustentaban el proyecto familiar e individual, as como a la aoranza derevivir tiempos idos que fuerzan patrones de conducta superpuestos con lastransformaciones sealadas.42

    De acuerdo con Xosefa Alonso, los cambios apuntados definen laemergencia de un nuevo tipo de familia que Izquierdo43 denomina familiaasociativa, o en transicin hacia lo que desde el proyecto de democratizacinfamiliar llamaramos familias con rasgos democrticos. En este tipo de

    familias cada cual tiene un proyecto de vida propio, van en la misma direccinpero no caminan pegados (son dos naranjas enteras, no una naranjafruto de dos medias naranjas); las mujeres y los hombres son cuidadores yproveedores; y cada uno de los miembros es autnomo y responsable, noexisten en funcin del otro, sino como sujetos con deberes y derechos.44Segn datos del Consejo Nacional de Poblacin (CONAPO), publicadosel mes de noviembre del 2001 por Gabriela Rodrguez, en el peridicoLa Jornada, en Mxico tenemos 52% de hogares con familias conyugalesen las que vive la pareja con sus hijas o hijos solteros, el porcentaje restanteha construido una serie de arreglos residenciales muy diferentes:7% corresponde a parejas sin hijos; 8% a hogares monoparentales; 24.4%vive en hogares extensos, que son hogares nucleares ms otras personasemparentadas con lneas de parentesco vertical o colateral; y 1.3% habita enhogares compuestos, que son hogares nucleares o extensos con una o dospersonas no emparentadas. Los hogares no familiares, aquellos en que las

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    personas deciden compartir el mismo techo sin estar emparentadas ya seapor casamiento o vnculos consanguneos, han pasado de 3.9 a 6.9% entre1982 y 2000, lo que representa 76% de incremento en estos hogares.En la dcada de los setenta haba en Mxico 17.35% de familias conjefatura femenina y 82.65% con jefatura masculina. En los noventa, elporcentaje se mantiene casi igual: la jefatura femenina representa 17.31por

    ciento.

    En cambio, en 2000 hay 20.64% de familias con jefatura femenina. Esdecir, que entre 1997 y 2000 se registr 15% de aumento en las jefaturasfemeninas, lo cual determina uno de los cambios fundamentales en lasestructuras familiares.45En cuanto a la nupcialidad, los cambios son importantes: se haincrementado la soltera en la poblacin masculina y se ha elevado elnmero de uniones legales en menoscabo de las religiosas y consensuales.Asimismo, el aumento que se observa en la proporcin de mujeres divorciadases menor que en el caso de los hombres, ya que estos tienen mayorpropensin a establecer nuevas uniones.46Las familias en reas urbanas han sufrido modificaciones talescomo:47a) Crecimiento del tamao familiar (5.6 en promedio, encuesta de 1993realizada por Leero). Este incremento responde a que las nuevas parejasque se constituyen carecen de recursos para establecer su propio hogar,con lo que se reincide en el modelo de familia consangunea extensa.b) Modificacin drstica en los niveles de escolaridad y de cultura formal. Deuna generacin a otra se duplican o triplican los niveles de escolaridad.Esto vulnera el entendimiento y las concepciones de unos y otros en lasfamilias.c) Disociacin y recomposicin familiar. Las hijas e hijos pueden tenerdistintos padres, las familias se separan y reconstruyen, el lugar de trabajono siempre coincide con la zona en que se vive.

    Con el ingreso masivo de las mujeres al mercado laboral se incrementla demanda de guarderas y servicios asistenciales para el cuidado de lashijas e hijos, sobre todo en la clase media. Este aspecto se contrapone con latendencia estatal de reducir sus funciones y con la restriccin presupuestaldel modelo econmico en el gasto pblico. Mientras tanto, en las familiasurbanas ms pobres se refuerzan los mecanismos parentales para resolverdiversas necesidades de subsistencia y cuidado de las hijas e hijos, o seacude a la fragmentacin de la vida familiar.48

    TRANSFORMACIONES DE GNERO EN LAS FAMILIASLas preguntas que surgen ante esta temtica son: cmo se estn constituyendoo hacia dnde van los cambios en las relaciones de gnero en lafamilia?, tienden hacia una mayor democracia familiar?, o, por el contrario,se reproducen relaciones autoritarias a pesar de los cambios individualesde las mujeres?Poco se sabe acerca de las transformaciones en la dinmica y estructurasfamiliares y su impacto en las relaciones de gnero. A partir dealgunas evidencias empricas obtenidas de estudios cualitativos realizadosen Mxico,49 en relacin con las parejas puede sealarse lo siguiente:a) La familia se caracteriza por presentar relaciones asimtricas depoder entre los cnyuges, en donde las mujeres-esposas, sobre todoaquellas de mayor edad, baja escolaridad, que no trabajan, y pertenecena los sectores ms pobres, son ms propensas a ocupar una posicin desubordinacin frente a sus cnyuges.50b) En las mujeres ms jvenes, las que han alcanzado mayor escolaridad,

    desempean actividades salariales, aquellas que controlan mayores recursosy que son proclives a comprometerse con actividades extradomsticas, es

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    mayor la propensin a establecer relaciones de gnero ms igualitarias. Encambio, cuando las mujeres de sectores populares perciben ingresos igualeso superiores a los varones, ello puede ser motivo de violencia masculinapuesto que los hombres se sienten heridos en su masculinidad, en su papelde proveedores y de autoridad en la familia, con lo cual las relaciones familiarespueden tomar a veces un sentido ms opresivo para las mujeres.

    c) En cuanto a las cargas del trabajo domstico, en su mayora siguensiendo responsabilidad de las mujeres; cuando los varones se incorporanlo hacen en funcin de ayuda, por enfermedad de la esposa, los fines desemana o en vacaciones, pero no lo asumen como una obligacin. Las mujeresque trabajan enfrentan grandes dificultades para modificar las pautasde la divisin del trabajo domstico tradicional; entre ellas, ambivalenciaspersonales que las llevan a actuar con poca firmeza (fundamentalmente enel papel de madre).Por otra parte, la migracin se ha convertido en una opcin de empleoy residencia para muchas familias que han visto transformadas muchas desus circunstancias. En este sentido, ha sido ampliamente documentada lafuncin que desempea la cultura en la reapropiacin identitaria de las y

    los migrantes en los procesos migratorios,51 cuya reproduccin se convierteen un soporte individual/comunitario para enfrentar los retos que entraala residencia en un medio diferente al de origen y ha resultado ser una basefundamental para el desarrollo de iniciativas organizativas. No obstante,esta reproduccin cultural no est exenta de desventajas para los migrantes,sobre todo en el caso de las mujeres.Un estudio que aborda la situacin que enfrentan las y los migrantespoblanos de San Miguel Acuexcomac,52 seala la forma en que, segn elcontexto, se reafirman o no papeles de gnero tradicionales. Cuando losvarones viven en Estados Unidos en casas de hombres solos, se alternanpara realizar el trabajo domstico, pero el sistema tradicional se reproducecuando se incorporan las mujeres. La condicin de gnero da particularidadesdiferentes a la experiencia de vida de las mujeres jvenes, solteras,casadas o unidas.Sara Poggio53 ha trabajado este tema con migrantes salvadoreas deWashington y Baltimore, dedicadas en su mayora al trabajo domstico yal cuidado de nias y nios. En su investigacin encontr que las mujeressalvadoreas identificaban algunos cambios en sus compaeros: son msparticipativos en las tareas domsticas y en el cuidado de las hijas e hijos.Esto lo atribuyen a que ellas tienen mayores posibilidades de empleo quesus compaeros y a que ganan salarios ms altos, lo que las consolidacomo jefas de hogar. Sin embargo, patrones de este tipo son ms difciles deobservar en sectores indgenas mexicanos, en donde los papeles de mujeresy hombres estn claramente estipulados y se establece que el padre es quientoma las decisiones por todos los integrantes de la unidad domstica.54

    Estos elementos son reforzados por las redes comunitarias, tanto por las delpas de destino como por las del de origen, en el proceso de retorno.Resulta difcil establecer pautas de regularidad en las transformacionesde la identidad de gnero que puedan abarcar a cualquier grupo social,ya que estas se ligan tambin con variables como clase, zona de origen yresidencia (rural, urbana), etnicidad, ciclo vital, nivel educativo, entre otras.

    El estudio de Mdena y Mendoza,55 realizado en 1996 a travs deentrevistas efectuadas en una colonia del sur de la ciudad de Mxico,describe a lo largo de tres generaciones algunas de las representaciones yprcticas en las relaciones entre hombres y mujeres respecto al significadoque dan a la familia, la pareja y las hijas e hijos. Dicho estudio nos muestra

    constantes cambios generacionales en las configuraciones de gnero, entrelos que destacan los siguientes:

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    A. En los varones de las tres generaciones aparecen como diferenciadoslos papeles asignados a mujeres y hombres dentro de la familia y lapareja. En la primera generacin, la separacin entre lo domstico para lamujer y el trabajo remunerado para el hombre es mucho ms tajante enlas representaciones masculinas.56 Para los hombres, el trabajo femeninoremunerado queda fuera no slo de la maternidad sino tambin de la

    capacidad de la pareja para funcionar: porque una mujer que trabaja ygana dinero implica el riesgo de disentir y discutir sobre la distribucin delpoder. La segunda y tercera generaciones tienen una visin similar a laprimera, pero aceptan que las mujeres solteras tengan espacios de estudioy trabajo, y que las casadas trabajen mientras no sean madres. La visinde ambas generaciones vislumbra un conflicto entre el mundo de la madreque trabaja y la visin tradicional de la madre como cuidadora del hogary encargada de la crianza, pues atribuyen a que las mujeres se dediquen atrabajar el que las hijas e hijos tengan problemas.B. En las mujeres de las tres generaciones sucede una situacin similarcon la asuncin de papeles y las representaciones de gnero: las mujeresdeben ser madres, cuidadoras de la familia y de la casa, del esposo y los

    hijos, y deben hacerse respetar mediante el recato. El hombre debe serel responsable de mantener econmicamente el hogar y de darle fuerza yrespetabilidad a su familia.57 La autoridad familiar es del hombre y las decisionesimportantes las toma el varn. No obstante, en la segunda y tercerageneraciones se reconocen discursos y prcticas que implican la discusin ynegociacin de algunos aspectos de la vida cotidiana entre ambos miembrosde la pareja, es decir, la toma de acuerdos. Pero tambin se presenta el usode recursos para convencer o retener al varn a quien la parte femeninadevalapara asegurar el sustento de la mujer.58

    FAMILIAS DEMOCRTICASAun cuando la idea de familias democrticas es todava utpica,59 es la utopala que nos inspira para darle a dicha idea la forma de propuesta real y

    posible.60 Lo que sucede en realidad es que muchas familias estn transitandohacia nuevos conflictos, vinculados con cambios contextuales y con lasidentidades de gnero, que todava se resuelven de manera contradictoria;es decir, a veces con mayor violencia hacia la mujer y las nias y nios, yotras veces con nuevas soluciones, en algunos casos ms democrticas.Quiz desde el movimiento de mujeres, las polticas de gnero y laaccin de la sociedad civil podamos incidir hacia una familia ms democrtica,inspirada por la equidad de gnero y por un trato respetuoso entremadres, padres, hijas e hijos.61 En esta concepcin de familia democrticase podra compartir la autoridad y el poder de madre/padre o de las autoridadesadultas que constituyan el sistema de autoridad familiar. Este procesosignificara:

    a) Simetra en las relaciones de pareja.62b) Consulta entre las autoridades y los miembros del grupo.c) Divisin de responsabilidades y deberes entre las autoridades.d) Coordinacin, comunicacin, apoyo y respeto entre quienes ejerzanla autoridad.e) Aceptacin de la diferencia de autoridad y de las disparidades entrecada una de las personas que la ejercen.La aceptacin de la diferencia implica, por ejemplo, que la crianza delas hijas e hijos no tenga menos valor que la provisin econmica del hogaro la decisin acerca de dnde residir; o que un tema importante, que ataaa la inversin econmica del grupo familiar, no va a ser jerarquizado.Es decir, la diferencia de autoridad no se regira por la diferencia de gnero,

    no habra temas ms jerarquizados que otros segn las reas de competencia porgnero. Como contrapartida, se daran las situaciones siguientes:

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    a) Resolucin de conflictos ms satisfactoria para los miembros delgrupo. Los intereses de cada integrante tendran derecho a ser respetados.Esto constituye asimismo, una posibilidad para la transformacin y el cambiode aquello que no es satisfactorio.63b) Autonoma de cada individuo del grupo, lo que supone que esta nova en desmedro de la estabilidad familiar sino que significa afianzamiento de

    la solidaridad grupal basada en la confianza y el respeto.c) Un posible desarrollo individual de cada miembro. Esto se asociacon la idea de autonoma e incremento de la autoestima.d) Sistema de autoridad ms flexible que en las familias autoritarias.La flexibilidad consiste en:e) Reconocer los intereses de cada miembro frente a los conflictos.f ) Intentar generar acuerdos de pareja escuchando los intereses delas hijas e hijos.g) Establecer reglas de convivencia que contemplen los acuerdos delos miembros en condiciones de equidad.

    h) Posibilidad de que las nias y los nios crezcan hacia una total autonomay condicin de sujetos, lo que les permitir gozar de derechos plenos.

    DEMOCRATIZACIN POLTICAY DEMOCRATIZACIN FAMILIAR64Si partimos de la simple definicin de lo que significa la palabra democracia,nos encontraramos algo muy cercano a el poder que emana del pueblo.Para sostener este hecho existe una serie de valores que pueden identificarsecomo democrticos: la libertad, la responsabilidad, la igualdad, la tolerancia, lajusticia, el pluralismo y la participacin. Es as como en este sistema, los valoresantes mencionados garantizan la democracia y esta a su vez los confirma. El serciudadana y ciudadano conlleva un compromiso en el ejercicio de derechos y elcumplimiento de obligaciones que se basan en dichos valores.La mayora de los tericos de la democracia liberal se ha abocado a los

    principios y procedimientos ms adecuados para un gobierno democrtico.65Sin embargo, no han puesto su atencin en cuestiones como:661. Los derechos formales y los reales.2. La distancia entre los compromisos de ciudadana libre e igual y lasprcticas que no hacen posible este compromiso o donde este no se cumple.3. Las nociones de Estado que, como autoridad independiente de la vidaprivada, favorecen a travs de su no injerencia la reproduccin de desigualdadesen la vida cotidiana.Estas tres omisiones nos permiten fundamentar la necesidad de ampliarel concepto de democratizacin hacia la vida cotidiana, puesto que la democraciapoltica liberal no garantiza condiciones reales de equidad. Asumir estaposibilidad implica repensar los modelos de democracia desde un punto de

    vista en donde lo poltico no est distanciado de lo social.David Held67 ofrece un modelo alternativo con esta orientacin: la autonomademocrtica. Dicho modelo pretende que los individuos sean librese iguales para determinar de las condiciones de su propia vida, con base enigualdad de derechos y obligaciones para especificar el marco que genera ylimita las oportunidades a su disposicin; siempre y cuando no empleen estemarco para negar a los dems sus derechos.68Lo anterior nos lleva a pensar la democracia ms all de una forma degobierno y verla como un modo devivir asociado, de experiencia comunicadaconjuntamente en donde cada persona refiere su propia accin a losdems y considera la accin de las otras como una pauta para dar direccin asu propia accin.69De esta manera, la familia como agente socializador se convierte en unespacio social que deja de ser privado. Es el espacio de aprendizaje relacionalprimario por excelencia.

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    Las relaciones sobre una base democrtica conllevan la generacin deacuerdos y consensos. Las relaciones sobre una base autoritaria tienden a laimposicin, al abuso y al empleo de la fuerza.Como seala Giddens:70 los discursos democratizadores hacen visibley legible al poder, lo desmitifican y permiten revisar y deconstruir los viejoscontratos y acuerdos autoritarios de la sociedad en los niveles macro y micropolticos.

    Estos discursos incorporan el reconocimiento de las diferencias, labsqueda de la dignidad, la desmitificacin de las relaciones de poder establecidasy la construccin de interdependencias entre actores y organizaciones,permitiendo la democratizacin de la democracia.Para aprender a equilibrar poderes se requieren procesos de transicin,as como el desarrollo de capacidades71 en los cuatro aspectos siguientes:72a) Simetra de poderes (apoderar).b) Autonoma.c) Derechos humanos.d) Conversacin.La convivencia democrtica en la familia invita en principio a unareestructuracin de los esquemas que la cultura ha definido como lo que

    debe ser una familia, y convoca al desarrollo de valores encaminados al reconocimiento y respeto de la diversidad.As, el fomento al ejercicio de la libertad, acompaado de los lmites adecuadossegn la edad y capacidad de responsabilidad de cada una y cada unode los elementos del grupo familiar, adiestra en la toma de decisiones y alientaen la mujer la apropiacin de su vida y su cuerpo para que pueda verse contodo su potencial de desarrollo, dentro y fuera del espacio hogareo y no sloen funcin del servicio a los dems, como esposa, madre o como hija. A suvez, incita en los varones la expresin plena de toda la gama de emociones ysentimientos que los lleve al crecimiento integrado y pleno que puede originarsu empata.Promover la responsabilidad conduce a la capacidad de responder pornuestros actos asumiendo sus consecuencias, lo que bien puede provocaruna reflexin previa a aquello que se va a hacer. La responsabilidad presumemadurez, tomar las riendas del destino propio. Su aplicacin puede beneficiarel crecimiento emocional e intelectual de las personas: en las madres y lospadres inspira la confianza en sus hijas e hijos, y en ellas(ellos) la seguridaden s mismos y en sus progenitores. Asimismo, favorece la paternidad plenay comprometida en todos los aspectos y no slo como proveedor, aun en loscasos de separacin.Si nos referimos a la igualdad y la justicia, utilizarlas en la familia desde unapostura democrtica significa el respeto de la diferencia, para no traducirla eninequidades que favorezcan la fuerza, edad o poder econmico mediante loscuales se somete a las dems personas o se privilegia a alguien. Este reconocerel derecho de los miembros de la familia a ser iguales, sin agredir o abusar

    de sus diferencias sexuales, fsicas, generacionales o econmicas, exige unacongruencia entre el discurso y los actos, en la aplicacin justa y puntual delreconocimiento o la sancin, eliminando cualquier tipo de violencia. Conducea valorar de manera equitativa la opinin, el hacer y el deseo de cada elemento,fomentando la integracin y laparticipacin.La tolerancia en la familia se vislumbra como el reconocimiento del derechode cada cual a ser, hacer, pensar y sentir, aun cuando no coincida conel total del ser, hacer, pensar y sentir propio, abriendo as la posibilidad de ladiversidad y el derecho a la diferencia. Ello puede enriquecer el crecimientoen una coexistencia pacfica y el ejercicio del dilogo y la negociacin, mediantelos cuales es posible una comunicacin clara y explcita de las reglas acordadasque lleve a la renegociacin de aquello que no funcione y a establecerpactos

    familiares. De esa forma es posible erradicar el temor, la desconfianza y elresentimiento. Si bien es muy probable que surjan dificultades y conflictos, su

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    resolucin se basara en una forma ms enriquecedora y pacfica puesto que,por medio de la conciliacin, el esquema ganar-perder se rompe y se sustituyepor el de ganar-ganar.Como puede leerse, son muchas las ventajas que ofrece la convivenciademocrtica: un semillero de ciudadanas y ciudadanos en toda la extensinde la palabra. Porque entonces hablamos de hombres y mujeres que crecen

    con valores que los impulsan a participar socialmente, que se apropian desus derechos y, por lo tanto, no conciben una cultura autoritaria que los invisibilice.Hablamos de una sociedad que abandona la minora de edad, quees ms consciente de su ciudadana y est dispuesta a ejercitar plenamentela toma de decisiones.La convivencia democrtica en la familia implica una coexistencia reguladapor la reflexin, en contacto con los sentimientos y deseos, no violenta,sin importar el tipo de relaciones ni de familias.Los obstculos que existen para el cambio que permita arribar a estetipo de familia democrtica no slo estn presentes dentro de la familia, sinotambin en el marco contextual econmico y sociocultural en el que esta sedesenvuelve. Estamos viviendo una transicin profunda que involucra tanto

    lo poltico como la vida privada, y esto conlleva tomar en consideracin todoslos obstculos que impiden el desarrollo de la democracia familiar. El gran hallazgodel movimiento de mujeres consisti en extender hacia la vida privada,y no slo pblica, la democracia y la lucha poltica, mediante la concepcin deque lo personal es poltico.Estos sistemas contextuales que estn impidiendo las transformacioneshacia una democracia familiar tienen que ver tanto con los sistemas legales,religiosos, culturales y morales, como con las creencias de gnero e incluso conel papel que tienen los medios de comunicacin. A su vez, las polticas pblicashan reproducido concepciones de vulnerabilidad e invalidez de las mujeres, nolas han considerado ciudadanas de primer nivel ni les han brindado proteccinadecuada.La generacin de contradicciones y nuevos conflictos en los sistemasde autoridades familiares tiene una diversidad de efectos. Los sistemas deautoridad se modifican a partir de los nuevos arreglos familiares emergentes,y nuestra lucha tendra que ser, en gran medida, para que las jefaturas femeninassean de verdad jefaturas de autoridad y no simplemente jefaturas dondelas mujeres tienen la principal carga y menos herramientas para enfrentar lascrisis econmicas y sociales.

    Con base en lo anterior, es necesario destacar que los cambios en ladivisin sexual del trabajo y en las creencias de gnero son frenados pornuevos procesos de violencia familiar que impiden modificaciones realmenteefectivas y progresivas, puesto que la violencia atenta contra la vida.

    La violencia familiar se plantea muchas veces como resistencia de loscnyuges ante los progresos de las mujeres a partir de su ingreso al mercadolaboral; respecto al desarrollo de su proyecto de vida personal; a los intentosde las mujeres de confrontar nuevos desafos educativos; as como tambinfrente a la masculinidad en crisis y en relacin con los cambios de crecienteautonoma en nias y nios. Estos se enfrentan con mtodos disciplinariostodava muy primitivos y represores. Por otro lado, la socializacin de gnerotodava conforma identidades masculinas basadas en mandatos culturalesdonde la agresividad y el dominio son esperados desde la infancia. Cabe sealarque las mujeres tienen an que superar durante toda su vida expectativastradicionales, internalizadaspasadas y presentes, de padres y parientes.Como seala Xosefa Alonso, abolir dichos esquemas implica que mujeres

    y hombres no seamos objetos dentro de una arcaica cultura patriarcal, sinosujetos activos, dueos de nuestro presente y futuro.

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    Por lo tanto, impulsar las relaciones equitativas en la familia, o lo queaqu hemos llamado democratizacin de las relaciones familiares, se convierteen una tarea que debe atravesar las polticas pblicas con el enfoque de gnero,buscando reducir, en cualquier mbito de las relaciones sociales y familiares,la diferenciacin social que establece la inequidad de gnero, raza, edad yclase social. La democratizacin de las relaciones familiares requiere llevar la

    poltica social ms all de la atencin a la marginalidad econmica, asumiendoel compromiso de promover mayor justicia social.En esta tarea se tiene que replantear la poltica pblica orientada hacialas familias. Si las polticas pblicas continan sin mirar los cambios que seestn operando en las relaciones familiares, la diversidad de formas familiaresque coexisten con la familia nuclear tradicional y la necesidad de fomentarprocesos que conduzcan al respeto de los derechos de las nias y los nios, allogro de mayor equidad y comunicacin entre mujeres y hombres, as comoentre los miembros de la familia, los resultados continuarn siendo sesgados yno incidirn en el tema de fondo: la desigualdad social.Asumir una poltica de democratizacin familiar implica formar promotorasy promotores sociales que trabajen por transformar las relaciones del

    sistema de autoridad y de poder en un sentido de equidad en las familias, sinimportar el tipo y estructura que estas tengan.

    NOTAS:

    1 Las relaciones son la base de la interaccin humana e implican intercambios de informacino de cosas materiales, as como de gestos, sentimientos, miradas y afectos. Las relaciones puedenestar mediadas por la colaboracin o el conflicto.2 Este marco terico recupera un trabajo previo presentado como ponencia en el ColoquioNacional para el Anlisis del Protocolo Facultativo de la Convencin sobre la Eliminacin de todaslas Formas de Discriminacin contra la Mujer (CEDAW), Mxico, D. F., 22 y 23 de noviembre (Schmukler,Democratizacin, 2001), as como los aportes de Rosario Campos y de las y los integrantes de la unidad de coordinacin del proyecto durante las discusiones realizadas en tres encuentroscon los diez estados participantes: el taller que tuvo lugar del 14 al 16 de noviembre de 2001 en laciudad de Mxico; el efectuado del 27 al 31 de agosto de 2002 en la ciudad de Quertaro, y el que

    se llev a cabo en Hidalgo del 17 al 21 de noviembre de 2003.

    3 El Proyecto se desarroll en Baja California Sur, Distrito Federal, Guanajuato, Nuevo Len,Puebla, Quertaro, Veracruz, Sinaloa, Sonora y Yucatn

    4 Por violencia familiar entendemos toda violencia fsica, sexual y psicolgica que tengalugar dentro de la familia o unidad domstica o en cualquier otra relacin interpersonal, ya sea queel agresor comparta o haya compartido el mismo domicilio que la mujer, y que comprende, entreotros, violacin, maltrato y abuso sexual (INMUJERES, Programa, 2003, p. 17, tomado de la ConvencinInteramericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer).5 Una vertiente del enfoque sistmico de la violencia, relacionado con la teora de gnero ylas pautas autoritarias que sigue el ciclo de la violencia familiar, ha sido desarrollado por CristinaRavazzola (Ravazzola, Historias, 1997), quien ubica que las relaciones de abuso se mantienen a partirde la interaccin de diversos componentes del sistema: a) los actores del circuito que comprendena la persona abusadora, a la persona abusada y a las personas testigo o contexto, y b) los contextossocioculturales del abuso que integran tanto al sistema autoritario como al sistema de gnero.

    6 Villasmil, Familia, 2003.7 Fruto de la fuerza del Movimiento de Mujeres, en la Conferencia Internacional sobre la Mujercelebrada en Beijing, en 1995, se destaca la prevencin de la violencia y se les recomienda a los gobiernos:Adoptar todas las medidas necesarias, especialmente en el mbito de la enseanza, para modificarlos modelos de conductas sociales y culturales de la mujer y el hombre, y eliminar los prejuicios y lasprcticas consuetudinarias y de otro tipo basadas en la idea de la inferioridad o la superioridad de unode los sexos y en funciones estereotipadas asignadas al hombre y la mujer (I NMUJERES,Acciones, 2001).En la Convencin de Belm do Par, en el marco de la OEA (junio de 1994), se reconoce el derecho dela mujer a ser valorada y educada libre de patrones estereotipados de comportamientos y prcticas socialesy culturales basadas en conceptos de inferioridad o subordinacin. Asimismo, se establece en elinciso b, artculo 8 del captulo III, que los Estados parte establecern medidas especficas y programaspara modificar los patrones socioculturales de conducta de hombres y mujeres, incluyendo el diseode programas de educacin formales y no formales apropiados a todo nivel del proceso educativo, paracontrarrestar prejuicios y costumbres y todo otro tipo de prcticas que se basen en la premisa de lainferioridad o superioridad de cualquiera de los gneros o en los papeles estereotipados para el hombrey la mujer que legitimizan o exacerban la violencia contra la mujer (INMUJERES, Programa, 2003).8 Jusidman, Presentacin, 2003, p. 9.

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    9 Villasmil, Familia, 2003, con datos tomados de la Encuesta Nacional de Valores en PlanificacinFamiliar, 1995, y la Encuesta Nacional de Actitudes y Valores, 1994.10 Schmukler, Polticas, 2000, y Diagnstico, 2000, y Campos, Programas, 2000.11 En un estudio realizado por Oliveira y Garca (Trabajo, 1994) a travs de la reconstruccin dehistorias de vida de mujeres de sectores medios y urbano populares de las ciudades de Mxico, Ti-juana y Mrida, las mujeres jefas de hogar estudiadas contribuyen en mayor proporcin que sus compaerosa los gastos de su familia o, incluso, los asumen en su totalidad. Esta contribucin se convierteen punto constante de discusin y conflicto con sus parejas. Sin embargo, la autoridad en la familia la

    delegan en sus compaeros. Las mujeres entrevistadas coincidieron en presentar antecedentes de abusoy maltrato en sus familias de origen, en vivir la unin con una pareja como una opcin no elegida y enno contar con redes de apoyo para la crianza y cuidado de las hijas e hijos mientras trabajan.

    12 Campos, Retos, 2004.13 [...] el proceso de diferenciacin de los sexos se da dentro de un esquema jerrquico que sita a los varones en una situacin de poder [...] (Magalln, Sostener, 1998, p. 98).14 Banda, Nosotras, 2002.

    15 Townsend, Contenidos, 2002, pp. 44-55.16 El poder sobre tiene como contraparte el poder como resistencia. Ninguno de los dos existepor s solo.17 Towsend, Contenidos, 2002, p. 51.18 Zapata, Niveles, 2002, p. 192.

    19

    Ibid., pp. 196-205.20 El reconocimiento a la autoridad masculina est ligado con un tipo de ejercicio de la masculinidadque asocia lo masculino con el ejercicio de la autoridad, con el arrojo, el valor, la fuerza, entreotros elementos. Esta temtica ha sido ampliamente tratada desde los estudios de la construccinde la masculinidad. Vanse, entre otros, Corsi, Violencia, 1995; Kauffman, Construccion, 1998;Ramrez, Violencia, 1999, y Gutmann, Ser, 2000.21 Oliveira, Familia, 1998.

    22 Tatiana Ramos resalta el hecho de que en varios pases latinoamericanos se ha informado unincremento de la violencia domstica a medida que las mujeres se convierten en la fuente principalde mantenimiento familiar, debido a que este hecho altera los papeles tradicionalmente masculinos.Sin embargo, Mummert (Mummert, 1999) report, en un estudio realizado en zonas rurales deMxico, que las mujeres que ingresan en la agricultura comercial consiguen ms poder en la tomade decisiones en el mbito domstico y son menos propensas a obedecer a sus padres.23Algunos datos del Instituto Nacional de Estadstica, Geografa e Informtica (INEGI, Mujeres,2001, pp. 273-275) ejemplifican esta situacin. En 1996, las mujeres dedicaban al trabajo remunerado

    un promedio de 35 horas y 45 minutos a la semana, en contraste con los varones que dedicaban46 horas y 45 minutos. La diferencia es ms marcada cuando se mide el tiempo semanal dedicadoal trabajo domstico para su hogar: las mujeres dedicaron un promedio de 48 horas y 45 minutosy los hombres tan slo trece horas.

    27 Gisella Snchez destaca que esa autoridad masculina se refleja en algunas tradiciones familiaresmexicanas como son: ser el primognito, la herencia de la tierra a los hombres, inscribir las propiedades(casa, terrenos, bienes) a nombre del jefe de familia varn. Estos son casos concretos en dondela legitimidad de la autoridad masculina se refuerza culturalmente. Adems, hay algunos crculosviciosos, como el que algunas mujeres consideren que tener en casa a un hombreal padre de lashijas e hijosda prestigio, lo cual las lleva a soportar relaciones de abuso con tal de no perderlo. Sinembargo, esa dinmica del poder puede perder legitimidad cuando el desgaste o resistencia acumuladaen las mujeres genera cambios, rupturas o nuevas relaciones. Es muy importante que las mujeres seden autoridad a s mismas y legitimen sus propias decisiones. En este proceso, una fuente importantede autolegitimacin est en asumir que se tiene derecho a tomar tal o cual decisin.28Al respecto, Maribel Arellanes destaca el papel de la familia como inductora del conformismo

    en los individuos, a travs de la socializacin de nias y nios y de la aceptacin de los papeles establecidospara una y otro. De tal suerte que: 1. en la familia se produce un estado de ser incompleto. Como ejemplo est la madre que considera a sus hijos como extensin de s misma; 2. la familia seespecializa ms en la formacin de papeles para sus miembros que en preparar las condiciones para lalibre asuncin de la identidad. Adoctrina a las hijas e hijos en el deseo de convertirse en determinadotipo de hija o hijo, luego esposa, madre, marido, padre, dotndolos de una libertad minuciosamenteestablecida. En lugar de la temida posibilidad de que actuemos desde un centro de nosotras o nosotrosmismos, libremente elegido e inventado, nos ensea la sumisin; 3. la familia como socializador primariopone controles sociales a nias y nios, pues les ensea no tanto cmo sobrevivir en la sociedadsino cmo someterse a ella, y 4. la familia deposita en nias y nios un elaborado sistema de tabesque desempearn un importante aspecto para el mantenimiento de los papeles asignados.29Adems, como lo seala Rosario Romn, los hombres tambin estn viviendo procesos defrustracin ligados a la sobrevivencia econmica que pueden ser generadores de violencia.30 El reto actual es lograr que cada familia, y cada persona que componga dicha familia, se sienta de primera. Hay miles de individuos felices y bien adaptados en todas las formas familiares.Tambin existen miles de personas que viven en familias que no funcionan bien. La diferencia no radica

    en la forma, sino en las relaciones que se establecen dentro de la familia. Necesitamos reemplazarespecficamente, el estilo de relacin dominante-sumiso (Lora, Reconociendo, 1997, pp. 42-43).

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    32 INMUJER-Madrid, Tratar, 2002, p. 13.33 Gonzlez, Mtodos, 1997, p. 17.

    34 El orden en toda sociedad humana no es otra cosasino un arreglo normalizado del conflicto;el orden dispone los procedimientos de distribucin de recursos, como la riqueza, el prestigio ola autoridad, y define, de ese modo, las formas del conflicto (Montes, Manual, s. a.).35 Montes, Manual, s. a., pp. 6-7.

    36 Esteinou, Familia, 1993.37 Izquierdo,Amores, 2000.

    38 Szasz, Presentacin, 2001, pp. 11-13.39 Boltvinik (Familia, 1996, pp. 77-80) establece una clara asociacin entre el tamao dela familia y la pobreza: cuanto ms pobres, ms grandes son los hogares. A su vez, seala que lapresencia de pobreza es mayor en los hogares ampliados que en los nucleares: una diferencia significativade diez puntos porcentuales, 73 contra 63%; y que la pobreza afecta a 55.4% de los hogarescon jefatura femenina y a 65.3% de los hogares con jefatura masculina.

    40 De no incidir en la modificacin de esa dinmica, nos enfrentaremos en pocos aos a retoscomo los que nos plantea Ivonne Szasz: De continuar las tendencias actuales, hacia mediados delpresente siglo Mxico se habr transformado en un pas de adultos, viejos y pobres. Las mujereshabrn reemplazado el trabajo domstico de cuidar a sus hijos por la atencin a los ancianos de lafamilia. Hombres y mujeres, jvenes y adultos, accedern a empleos escasos, precarios y mal remunerados

    y se enfrentarn, con ms o menos conflicto, por la distribucin de los recursos, privilegios,tareas y responsabilidades en el hogar y en la sociedad (Szasz, Presentacin, 2001, p. 12). Se trata no slo de incidir en la dinmica demogrfica y en la poltica econmica sino de generar estrategiasque ayuden a enfrentar el conflicto social y familiar en situaciones de mayor equidad.41 En Mxico predominan los arreglos familiares nucleares con jefes varones y las uniones legales.Las familias extensas, las dirigidas por mujeres y las formadas mediante uniones consensualesrepresentan proporciones importantes, las cuales varan entre regiones, reas rurales o urbanas yentre sectores sociales. La dcada de los noventa marc varios contrastes en las familias respecto aaos anteriores: menor tamao, las parejas se unen a edades ms tardas, ha disminuido la diferenciaen las edades de los cnyuges y las pautas nupciales se han vuelto ms complejas. Las familias residencialesestn compuestas por personas que comparten una vivienda y un gasto comn destinadosobre todo a alimentacin. Este tipo de familias ha recibido gran atencin en los ltimos aos. Porotra parte, Steinou (Esteinou, 1999, p. 73) nos llama la atencin acerca de la emergencia de unanueva forma de unin, distinta al matrimonio y la cohabitacin, que denomina relaciones LAT (LivingApart Together). Se definen por una pareja que no comparte la misma vivienda, en la cual cada miembrode la pareja vive en su propia casa en donde otras personas tambin pueden vivir. Las personas

    que viven en una relacin LAT se definen como pareja y piensan que su entorno inmediato tambinlas define as. Tambin podemos hablar de las familias reconstituidas integradas por hijas e hijos

    que no son biolgicamente propios, sino de matrimonios o uniones anteriores (Lora, Reconociendo,1997, p. 41). Otra variante familiar de reciente anlisis es la familia multicultural, derivada de lamigracin. En ella, algunos de sus miembros alternan su vida entre dos o ms culturas (por ejemplo:mexicoestadunidense, afroamericano, argentinomexicano) (Beck-Gernsheim, Reinvencin, 2003).42 Beck-Gernsheim (Reinvencin, 2003) aborda esta temtica para el caso de la Unin Europea,destacando la formacin de redes de amigas y amigos que, derivado del descenso en la fecundidad,sustituyen a los familiares en el cuidado y acompaamiento durante la tercera edad.43 Izquierdo,Amores, 2000.44 Segn ese razonamiento, Alonso destaca que cuando hablamos de rupturas en este tipode familias, los lazos de solidaridad no se rompen, uno no siente que quiere morirse porque ha sidoabandonado por su pareja ni se siente mutilado porque su otra mitad desaparece y necesita de ellapara poder seguir viviendo.

    45 INEGI, Indicadores, 2000, p. 225.46 Oliveira, Familia, 1998, pp. 23-24.47 Leero, Familia, 1996.48 Inchustegui, Poltica, 1996.

    49 Oliveira, Familia, 1998, pp. 23-24.50 Ibid., p. 25.

    51 Montes, Cultura, 2000, y Snchez, Identidad, 2000.52 DAuberrete, Tiempos, 1995.53 Poggio, Cambios, 2000.54 En su ausencia, suele ser el hijo, el to, el abuelo o el cuado quien toma las decisiones o sele consulta directamente por telfono llamndolo a Estados Unidos.

    55 Mdena y Mendoza, Gneros, 2001, pp. 131-135.56

    Ya sea como maridos, como padres o como hijos, los varones consideran que la autoridadltima en la familia es del hombre. Permisos, castigos, normas y decisiones, emanan del varn jefede familia, quien se muestra investido con la autoridad. Sin embargo, algunos de los fragmentos de

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    lo dicho por ellos mismos nos indican que, al menos a partir de la segunda generacin, la autoridadse reparte entre varn y mujer segn los espacios, momentos y situaciones. Pero que, adems,aparecer actuando la autoridad no es sinnimo de una decisin aislada del hombre respecto a supareja (ibid., p. 132).57 Slo una mujer, de todas las entrevistadas, asumi el trabajo como un proyecto propio; elresto lo considera como una actividad que se cubre cuando el marido no cumple con su obligacinde manutencin. En las tres generaciones coinciden en cuestionar que las mujeres trabajen porqueeso pone en tensin al mundo familiar, descuidan a los hijos pequeos, los adolescentes pueden

    inclinarse al mundo de las drogas, el alcohol o embarcarse en embarazos tempranos. Las mujeresque trabajan se hacen esas recriminaciones y sus compaeros las responsabilizan.58 Mdena y Mendoza, Gneros, 2001, p. 135.59 Es pertinente aclarar que hablamos de familias autoritarias y democrticas en el sentido demodelos ideales, al estilo weberiano, pero es slo una mera distincin analtica. En los hechos, losrasgos que suelen presentarse en las familias corresponden a una mezcla de ambos tipos.60 Es preciso introducir el conceptode democratizacin, que implica respeto humano dentrode las familias, con las familias y entre las familias. Pero nos cuesta mucho trabajo porque heredamosuna cultura, un ethos autoritario, vertical, donde los valores estn determinados de arriba haciaabajo... (Leero, Familia, 1996, p. 60).61 Incidir en los procesos democrticos nacionales, creando un ambiente democrtico desde elhogar, requiere como prctica cotidiana que las experiencias familiares tomen en cuenta todas lasopiniones de sus miembros para la toma de decisiones y que exista un aprendizaje de colaboracinpara construir objetivos comunes. Se requiere encaminar el ambiente familiar a la resolucin deproblemas, permitiendo la experimentacin, el riesgo, el descubrimiento y el cuestionamiento, apartir de documentarse e informarse. La confianza se convierte entonces en el valor esencial, como

    confianza en las capacidades y responsabilidad del otro. De tal forma que todos puedan apoyarsemutuamente tomando en cuenta las habilidades de cada cual y asumiendo la responsabilidad queimplica contar con esas habilidades. Esto conlleva a formar familias que permitan la bsqueda personaly la autodefinicin (Morales, Familia, 1996).62 Martnez, Mujer, 2001, p. 128.63Al respecto, Noem Ales Gatti seala que las mujeres requieren dar un salto que les permitadejar de vivenciarse como menos frente a sus compaeros y como ms frente a sus hijas e hijos; delo contrario, la negociacin de conflictos se transforma en un artificio de apariencia muy civilizadapero que no construye una democratizacin familiar. Este proceso de cambio en las mujeres puededarse a travs de grupos teraputicos, de desarrollo humano o de deconstruccin del gnero.

    64 Esta seccin fue desarrollada con los aportes de Thelma Pedroza Vargas, y retomando partede un trabajo presentado recientemente (Campos, Retos, 2004).65 Held, Modelos, 1991, pp. 59-60.66 Entre las excepciones que podemos encontrar se ubica la postura de J. S. Mill en su Ensayosobre la igualdad sexual, donde seal que consideraba imposible la vida democrtica si no existe una

    completa igualdad entre mujeres y hombres (legal, poltica y socialmente) (ibid.).67 Ibid., pp. 348-349.

    68 Detrs de este modelo hay una nocin de autonoma que connota la capacidad de los sereshumanos de razonar conscientemente, de ser reflexivos y autodeterminantes. Implica cierta habilidadpara deliberar, juzgar, escoger y actuar entre los distintos cursos de accin posibles en la vidaprivada al igual que en la pblica (ibid., p. 325).69 Dewey, Democracia, 1995, p. 82.70 Giddens, Intimidad, tomado de Di Marco, Convivir, 2003.71 Papadimitriou, Democracia, 2004.72 En los Cuadernos de Reflexin-Accin. Recursos para una Convivencia Democrtica en la Familiaque hemos elaborado, a fin de realizar acciones de sensibilizacin que promuevan las relaciones democrticasen las familias, abordamos mecanismos especficos para reducir las asimetras de poder entremujeres y hombres, entre madres, padres, hijas e hijos, y entre todos los miembros del grupo familiar

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