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BENEDICTO XVI AUDIENCIA GENERAL Plaza de San Pedro Miércoles 16 de noviembre de 2011 Salmo 110 (109) El color amarillo en letras o de fondo indica texto de la catequesis. http://www.vatican.va/holy_father/benedict_xvi/audiences/2011/index_sp.htm Adaptación a diapositivas, 14 marzo 2012. Emilio Perucha Herranz Salmo 110 (109) 1 Oráculo del Señor a mi Señor: «Siéntate a mi derecha, y haré de tus enemigos estrado de tus pies». 2 Desde Sión extenderá el Señor el poder de tu cetro: somete en la batalla a tus enemigos. 3 «Eres príncipe desde el día de tu nacimiento, entre esplendores sagrados; yo mismo te engendré, como rocío, antes de la aurora». 4 El Señor lo ha jurado y no se arrepiente: «Tú eres sacerdote eterno, según el rito de Melquisedec». 5 El Señor a tu derecha, el día de su ira, quebrantará a los reyes. 6 juzga las naciones, las llena de cadáveres, Aplasta cabezas por toda la tierra 7 En su camino beberá del torrente, por eso levantará la cabeza.

Benedicto16 oracion(18)salmos110

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BENEDICTO XVIAUDIENCIA GENERAL

Plaza de San PedroMiércoles 16 de noviembre de 2011

Salmo 110 (109)

El color amarillo en letras o de fondo indica texto de la catequesis. http://www.vatican.va/holy_father/benedict_xvi/audiences/2011/index_sp.htm

Adaptación a diapositivas, 14 marzo 2012. Emilio Perucha Herranz

Salmo 110 (109)

1Oráculo del Señor a mi Señor:

«Siéntate a mi derecha,

y haré de tus enemigos

estrado de tus pies».2Desde Sión extenderá el Señor

el poder de tu cetro:

somete en la batalla a tus enemigos.3«Eres príncipe desde el día de tu

nacimiento,

entre esplendores sagrados;

yo mismo te engendré, como rocío,

antes de la aurora».4El Señor lo ha jurado y no se arrepiente:

«Tú eres sacerdote eterno,

según el rito de Melquisedec».5El Señor a tu derecha, el día de su ira,

quebrantará a los reyes.

6 juzga las naciones,

las llena de cadáveres,

Aplasta cabezas por toda la tierra7En su camino beberá del torrente,

por eso levantará la cabeza.

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Queridos hermanos y hermanas:

Quiero concluir hoy mis catequesis

sobre la oración del Salterio

meditando uno de los famosos

«Salmos reales»,

un Salmo que Jesús mismo citó

y que los autores del Nuevo

Testamento retomaron ampliamente

y leyeron en relación al Mesías, a

Cristo.

Se trata del Salmo 110 según la

tradición judía,

109 según la tradición greco-latina;

un Salmo muy apreciado

por la Iglesia antigua y

por los creyentes de todas las épocas.

Esta oración, en los comienzos, tal

vez estaba vinculada a la entronización

de un rey davídico;

sin embargo, su sentido va más allá de

la contingencia específica del hecho

histórico, abriéndose a dimensiones

más amplias y

convirtiéndose de esta forma en

celebración del Mesías

victorioso, glorificado a la derecha de

Dios.

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El Salmo comienza con una declaración solemne: «Oráculo del Señor a mi Señor: “Siéntate a mi derecha, y haré de tus

enemigos estrado de tus pies”» (v. 1).

Dios mismo entroniza al rey en la gloria, haciéndolo sentar a su derecha, un signo de grandísimo honor y de absoluto

privilegio.

De este modo, el rey es admitido a participar en el señorío divino, del que es mediador ante el pueblo.

Ese señorío del rey se concretiza también en la victoria sobre los adversarios, que Dios mismo coloca a sus pies;

la victoria sobre los enemigos es del Señor, pero el rey participa en ella y su triunfo se convierte en testimonio y signo

del poder divino.

Page 4: Benedicto16 oracion(18)salmos110

La glorificación regia expresada al inicio de

este Salmo fue asumida por el Nuevo

Testamento como profecía mesiánica;

por ello el versículo es uno de los más

usados por los autores neotestamentarios,

como cita explícita o como alusión.

Jesús mismo menciona este versículo a

propósito del Mesías para mostrar que el

Mesías es más que David,

es el Señor de David

(cf. Mt 22, 41-45; Mc 12, 35-37; Lc 20, 41-

44);

y Pedro lo retoma en su discurso en

Pentecostés anunciando que en la

resurrección de Cristo se realiza esta

entronización del rey

y que desde ahora Cristo está a la

derecha del Padre, participa en el señorío

de Dios sobre el mundo (cf. Hch 2, 29-35).

Page 5: Benedicto16 oracion(18)salmos110

En efecto, Cristo es el Señor

entronizado, el Hijo del hombre

sentado a la derecha de Dios que

viene sobre las nubes del cielo,

como Jesús mismo se define

durante el proceso ante el

Sanedrín

(cf. Mt 26, 63-64; Mc 14, 61-62; cf.

también Lc 22, 66-69).

Él es el verdadero rey que con la

resurrección entró en la gloria a

la derecha del Padre

(cf. Rm 8, 34; Ef 2, 5; Col 3, 1; Hb8, 1; 12, 2),

hecho superior a los

ángeles, sentado en los cielos por

encima de toda potestad y con

todos sus adversarios a sus pies,

hasta que la última enemiga,

la muerte, sea definitivamente

vencida por él

(cf. 1 Co 15, 24-26; Ef 1, 20-23; Hb1, 3-4.13; 2, 5-8; 10, 12-13; 1 P3, 22).

Page 6: Benedicto16 oracion(18)salmos110

Y se comprende inmediatamente que este

rey,

que está a la derecha de Dios y participa de

su señorío,

no es uno de estos hombres sucesores de

David,

sino nada menos que el nuevo David,

el Hijo de Dios,

que ha vencido la muerte y participa

realmente en la gloria de Dios.

Es nuestro rey, que nos da también la vida

eterna.

Entre el rey celebrado por nuestro Salmo y

Dios existe, por tanto, una relación

inseparable;

los dos gobiernan juntos un único gobierno,

hasta el punto de que el salmista puede

afirmar que es Dios mismo quien extiende el

cetro del soberano dándole la tarea de

dominar sobre sus adversarios,

come reza el versículo 2:

«Desde Sión extenderá el Señor el poder de

tu cetro: somete en la batalla a tus

enemigos».

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El ejercicio del poder es un encargo

que el rey recibe directamente del

Señor,

una responsabilidad que debe vivir

en la dependencia y en la obediencia,

convirtiéndose así en signo,

dentro del pueblo,

de la presencia poderosa y

providente de Dios.

Page 8: Benedicto16 oracion(18)salmos110

El dominio sobre los enemigos, la gloria y la victoria son dones recibidos, que hacen del soberano un

mediador del triunfo divino sobre el mal.

Jesús en la resurrección vence a la muerte Marcos 5. Jesús, en Gerasa, expulsa muchos demonios –Legión-

que piden ir a una piara de cerdos.

Page 9: Benedicto16 oracion(18)salmos110

Él domina sobre sus enemigos,

transformándolos, los vence con su amor.

Conversión de

san Pablo

Page 10: Benedicto16 oracion(18)salmos110

Por eso, en el versículo siguiente, se celebra la grandeza del rey.

El versículo 3, en realidad, presenta algunas dificultades de interpretación.

En el texto original hebreo se hace referencia a la convocación del ejército, a la cual el pueblo responde generosamente

reuniéndose en torno a su rey el día de su coronación.

En cambio, la traducción griega de los LXX, que se remonta al

siglo III-II antes de Cristo, hace referencia

a la filiación divina del rey, a su nacimiento o generación por parte

del Señor, y esta es la elección interpretativa de toda la tradición

de la Iglesia, por lo cual el versículo suena de la siguiente forma:

«Eres príncipe desde el día de tu nacimiento entre esplendores

sagrados; yo mismo te engendré, desde el seno, antes de la

aurora».

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Este oráculo divino sobre el rey afirmaría,

por lo tanto,

una generación divina teñida de

esplendor y de misterio,

un origen secreto e inescrutable,

vinculado a la belleza arcana de la

aurora y a la maravilla del rocío que a la

luz de la mañana brilla sobre los campos y

los hace fecundos.

Se delinea así, indisolublemente

vinculada a la realidad celestial,

la figura del rey que viene realmente de

Dios,

del Mesías que trae la vida divina al

pueblo y es mediador de santidad y de

salvación.

También aquí vemos que todo esto no lo

realiza la figura de un rey davídico, sino el

Señor Jesucristo, que viene realmente de

Dios;

él es la luz que trae la vida divina al

mundo.

Con esta imagen sugestiva y enigmática

termina la primera estrofa del Salmo.

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A la primera estrofa anterior, la sigue otro oráculo, que abre una nueva perspectiva, en la línea de una

dimensión sacerdotal conectada con la realeza.

El versículo 4 reza:

«El Señor lo ha jurado y no se arrepiente: “Tú eres sacerdote eterno, según el rito de Melquisedec”».

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Melquisedec era el sacerdote rey de Salem que había bendecido a Abrán y había ofrecido pan y vino después de la

victoriosa campaña militar librada por el patriarca para salvar a su sobrino Lot de las manos de los enemigos que lo

habían capturado (cf. Gn 14).

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En la figura de Melquisedec convergen

poder real y sacerdotal,

y ahora el Señor los proclama en una

declaración que promete eternidad:

el rey celebrado por el Salmo será

sacerdote para siempre, mediador de la

presencia divina en medio de su pueblo,

a través de la bendición que viene de

Dios y que en la acción litúrgica se

encuentra con la respuesta de

bendición del hombre.

La Carta a los Hebreos hace referencia

explícita a este versículo (cf. 5, 5-6.10;

6, 19-20) y en él centra todo el capítulo

7,

elaborando su reflexión sobre el

sacerdocio de Cristo.

Jesús —así dice la Carta a los Hebreos a la luz del Salmo 110 (109)—

es el verdadero y definitivo sacerdote,

que lleva a cumplimiento los rasgos del

sacerdocio de

Melquisedec, haciéndolos perfectos.

Adoración eucarística Jerónimo Jacinto de Espinosa. Museo de Bellas Artes. Valencia. España.

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Melquisedec, como dice la Carta a los Hebreos,

no tenía «ni padre, ni madre, ni

genealogía» (cf. 7, 3a);

por lo tanto,

no era sacerdote según las reglas

dinásticas del sacerdocio levítico.

Así pues, «es sacerdote perpetuamente»

(7, 3c),

prefiguración de Cristo,

sumo sacerdote perfecto

«que no ha llegado a serlo en virtud de

una legislación carnal,

sino en fuerza de una vida imperecedera»

(7, 16).

En el Señor Jesús,

que resucitó y ascendió al cielo,

donde está sentado a la derecha del

Padre,

se realiza la profecía de nuestro Salmo y

el sacerdocio de Melquisedec llega a

cumplimiento, porque se hace absoluto y

eterno, se convierte en una realidad que

no conoce ocaso (cf. 7, 24).

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Y el ofrecimiento del pan y del vino, realizado por Melquisedec en tiempos de Abrán,

encuentra su realización en el gesto eucarístico de Jesús,

que en el pan y en el vino se ofrece a sí mismo y, vencida la muerte, conduce a la vida a todos los creyentes.

Sacerdote perpetuamente, «santo, inocente, sin mancha» (7, 26), él,

como dice una vez más la Carta a los Hebreos,

«puede salvar definitivamente a los que se acercan a Dios por medio de él,

pues vive para siempre para interceder a favor de ellos» (7, 25).

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«En lo temporal, Jesucristo es Rey de todo el mundo.

Gravemente erraría quien lo negase, puesto que Él ha recibido

del Padre un dominio absoluto sobre toda la creación.

Pero siendo Rey de derecho, de hecho no ha querido fundar

sino un reino espiritual:

la Iglesia, cuya cabeza invisible es Él,

y tiene por lugarteniente a San Pedro y sus sucesores.

Cristo ejerce su potestad real;

sobre las almas, a las cuales gobierna por la fe y por la caridad;

sobre la Iglesia, a la cual gobierna por la jerarquía; y

sobre la sociedad civil, por cuanto debe ser gobernada

acatando los principios de la ley natural, evangélica y canónica.

Proclamemos hoy la realeza de Cristo, la única que puede

salvar a los pueblos, instaurando en el mundo el imperio de la

justicia y la caridad.»

Misal de los Fieles (1967).

Después de este oráculo divino del versículo 4, con su

juramento solemne, la escena del Salmo cambia y el poeta,

dirigiéndose directamente al rey, proclama:

«El Señor está a tu derecha» (v. 5a).

Si en el versículo 1 quien se sentaba a la derecha de Dios,

como signo de sumo prestigio y de honor, era el rey,

ahora es el Señor quien se coloca a la derecha del soberano

para protegerlo con el escudo en la batalla y salvarlo de todo

peligro.

El rey está a salvo, Dios es su defensor y juntos combaten y

vencen todo mal.

El símbolo más

antiguo de Dios

Padre es una

mano que sale de

una nube.

También es la

representación

figurada más

importante de

Dios Padre desde

el siglo IV al VIII.

Nota: No he

encontrado imagen

del versículo 5a

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El rey está a salvo, Dios es su defensor

y juntos combaten y vencen todo mal.

Como pruebas de esta afirmación se

recuerdan en cuatro diapositivas tres de las

muchas batallas en las que la Historia tiene

datos que evidencian la ayuda de Dios. Por

orden cronológico son: La batalla del Puente

Milvio en el año 312; el encuentro de san León

Magno con Atila en el año 452 y la batalla de

Lepanto en 1571.

Constantino I el Grande tuvo una visión que se

produjo en dos partes:

En primer lugar, mientras marchaba con sus

soldados vio la forma de una cruz frente al Sol.

Tras esto, tuvo un sueño en el que se le

ordenaba poner un nuevo símbolo en su

estandarte, ya que vio una cruz con la

inscripción «In hoc signo vinces» («Con este

signo vencerás»).

Mandándolo pintar de inmediato en los

escudos de su ejército, venció a Majencio en la

batalla del Puente Milvio, el 29 octubre 312.

Lábaro, estandarte militar de

Constantino tras su conversión.

http://es.wikipedia.org/wiki/Constantino_I_(emperador)

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Encuentro de León Magno con Atila, fresco de Rafael Sanzio en las estancias del Vaticano (1514).

Representa el triunfo de la Iglesia, cuando el papa León el Grande, hizo frente a Atila, que amenazaba su propia sede en

el año 452.

El papa lleva una escolta de cardenales a caballo y logra la retirada de los hunos en el río Mincio, cerca de Mantua.

Incluye las figuras de san Pedro y san Pablo en el cielo sosteniendo espadas. http://es.wikipedia.org/

Así los versículos finales del Salmo comienzan con la visión del soberano triunfante que, apoyado por el Señor,

habiendo recibido de él poder y gloria (cf. v. 2),

se opone a los enemigos dispersando a los adversarios y juzgando a las naciones.

La escena está dibujada con colores intensos, para significar el dramatismo del combate y la plenitud de la victoria real.

El soberano, protegido por el Señor, derriba todo obstáculo y avanza seguro hacia la victoria. Nos dice:

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La Batalla de Lepanto y el rezo del Santo Rosario:

En tiempos de Santo Padre Pío V (1566 - 1572),

los musulmanes controlaban el Mar Mediterráneo y

preparaban la invasión de la Europa cristiana.

El Papa pidió ayuda a los reyes católicos de Europa.

El 17 de septiembre de 1569 pidió que se rezase el Santo

Rosario.

El 7 de octubre de 1571 se encontraron las dos flotas, la

cristiana y musulmana, en el Golfo de Corinto, cerca de la

ciudad griega de Lepanto.

Antes del ataque, las tropas cristianas rezaron el Santo

Rosario

La flota cristiana, compuesta de soldados de los Estados

Papales, de Venecia, Génova y España y comandada por

Don Juan de Austria entró en batalla;

duró hasta altas horas de la tarde pero, al final,

los cristianos resultaron victoriosos.

sí, en el mundo hay mucho mal, hay una batalla permanente entre el bien y el mal, y parece que el mal

es más fuerte.

No, más fuerte es el Señor, nuestro verdadero rey y sacerdote Cristo, porque combate con toda la

fuerza de Dios y, no obstante todas las cosas que nos hacen dudar sobre el desenlace positivo de la

historia, vence Cristo y vence el bien, vence el amor y no el odio.

Page 21: Benedicto16 oracion(18)salmos110

Mientras la batalla transcurría,

en Roma el Papa recitaba el Rosario en su capilla;

tuvo una revelación y cuando salió, anunció a los presentes que la Santísima Virgen le había concedido la victoria a los

cristianos.

Semanas mas tarde llegó finalmente el mensaje de la victoria de parte de Don Juan de Austria, quién, desde un

principio, atribuyó el triunfo cristiano a la poderosa intercesión de Nuestra Señora del Rosario.

El Pontífice envió un mensaje felicitando a los ejércitos vencedores. Dice así:

"No fueron las técnicas, no fueron las armas, las que nos consiguieron la victoria.

Fue la intercesión de la Santísima Virgen María, Madre de Dios". (a la que atribuía el triunfo por habérselo

encomendado, a fuer de buen dominico, mediante el rezo del rosario)

Agradecido con Nuestra Madre, el Papa Pío V instituyó la fiesta de Nuestra Señora de las Victorias y agregó a las

Letanía de la Santísima Virgen el título de "Auxilio de los Cristianos".

Más adelante, el Papa Gregorio III cambió el nombre de la fiesta a la de Nuestra Señora del Rosario.

Pintura representando a Batalla de Lepantoconvocada por S.S. Pio V.San Pío V recibe la visión de la victoria católica en Lepanto

Page 22: Benedicto16 oracion(18)salmos110

Es aquí donde se inserta la sugestiva imagen con

la que se concluye nuestro Salmo,

que también es una palabra enigmática:

«En su camino beberá del torrente;

por eso levantará la cabeza» (v. 7).

En medio de la descripción de la batalla,

se perfila la figura del rey que, en un momento de

tregua y de descanso,

bebe de un torrente de agua, encontrando en él

fuerza y nuevo vigor,

para poder reanudar su camino triunfante, con la

cabeza alta, como signo de victoria definitiva.

Es obvio que esta palabra tan enigmática era un

desafío para los Padres de la Iglesia por las

diversas interpretaciones que se podían hacer.

Así, por ejemplo, san Agustín dice: este torrente

es el ser humano, la humanidad, y Cristo bebió de

este torrente haciéndose hombre, y así,

entrando en la humanidad del ser humano,

levantó su cabeza y ahora

es la cabeza del Cuerpo místico,

es nuestra cabeza,

es el vencedor definitivo

(cf. Enarratio in Psalmum CIX, 20: pl 36, 1462).

Page 23: Benedicto16 oracion(18)salmos110

Queridos amigos,

siguiendo la línea

interpretativa del Nuevo

Testamento, la tradición de la

Iglesia ha tenido en gran

consideración este Salmo como uno de los textos mesiánicos más

significativos.

Y, de forma eminente, los

Padres se refirieron

continuamente a él en clave

cristológica: el rey cantado por

el salmista es, en definitiva:

* Cristo, el Mesías que

instaura el reino de Dios y vence las potencias del

mundo;

* es el Verbo engendrado por el Padre antes de

toda criatura, antes de la aurora;

* el Hijo encarnado,

muerto, resucitado y elevado a los

cielos;

* el sacerdote eterno que, en el misterio del pan y del vino, dona la remisión de

los pecados y la reconciliación

con Dios;

* el rey que levanta la cabeza triunfando sobre la muerte con su

resurrección.

Page 24: Benedicto16 oracion(18)salmos110

Bastaría recordar una vez más un pasaje también del

comentario de san Agustín a este Salmo donde

escribe:

En el ámbito de estas promesas se inserta este Salmo, el cual profetiza, en términos tan seguros como explícitos, a

nuestro Señor y Salvador Jesucristo, que nosotros no podemos dudar ni siquiera mínimamente que en él está realmente

anunciado el Cristo» (cf. Enarratio in Psalmum CIX, 3: pl 35, 1447).

Todo esto, por lo

tanto, tenía que ser

profetizado, tenía que ser

anunciado, tenía que ser

indicado como destinado a

suceder, para que, al

suceder de improviso, no

provocara temor, sino que

más bien fuera aceptado con

fe.

«Era necesario conocer al

Hijo único de Dios, que estaba

a punto de venir entre los

hombres, para asumir al

hombre y para convertirse en

hombre a través de la

naturaleza asumida: él murió,

resucitó, subió al cielo, está

sentado a la derecha del

Padre y realizó entre las

naciones cuanto había

prometido...

Triunfo de la doctrina

católica y santo

Tomás de Aquino con

las artes liberales

Page 25: Benedicto16 oracion(18)salmos110

CATECISMO I.C. TÍTULOS DE CRISTO Abogado, 519 Amén de Dios, 1065Cabeza del Pueblo de Dios, Cabeza del Cuerpo, 747 753 782 792-95 807 947 1698 Camino que lleva al Padre, 2609Centro de la Escritura, 112 117 122 124 126 129 133-34 139 158Centro del mundo de los ángeles, 331 333 351Centro dela vida cristiana, 1618 Corazón de la catequesis, 426-29Cordero de Dios, 608 Cristo, 436-40 453 486 629 690 695 727 745 783 1289Cumplimiento de la voluntad del Padre, 2824 Ejemplo, 564 896 1477 2740 2825 2862Ejemplo de amor, 782 1616 1825 Ejemplo de pureza, 2345 2348 2394Enviado de Dios, 422 437 Fin de la Ley, 1953 1965 1977Fuente de la evangelización y de la predicación, 49 74-76 Fuente de la esperanza, 1820Fuente de la gracia, 1642 Heraldo del Reino, 567 865

Hijo de David, 439 559 Hijo de Dios, 423-24 441-45 454 1286 2783Hijo del Hombre, 440 460 Intercesor, mediador, camino hacia Dios, 51 65-67 257 294 2574 2634Jesús, 430-35 452 2666 Juez, 1051 1059Liberador del hombre de todo pecado, 360 420-21 549 976 981-82 987 2637 Luz de las gentes, de los hombres, 280 748 1243Maestro de oración, 2601 2607-15 2621 2674 2707 2722 2759 2765-66 2773 2775 Maestro, experto en enseñar, 108 561Mediador único y verdadero, 65-67 480 667 771 846 Médico de cuerpos y almas, 1421 1458 1484 1503-05 1509Mesías, 440 453 547 Misterio de salvación, 774Nuestra paz, 2305 Nuevo Adán, 359 411 504Palabra, 241 456-60 Pan de vida, 1338 1406 2837Pastor de los hombres, 160 754 Plenitud de las Escrituras, 2763

Primogénito de la humanidad, 381 2790 Profeta, 783 904Reconciliación de Dios con el mundo, 433 620 1449 2795 2839 Redentor, 401 616 622 679 1026 1069 1235 1476 1992Resurrección y vida, 994 Revelación de Dios, 50 53 151 240 272 385 2583 2812Revelación del Padre, 73 221 238-42 2798 Rey, 783 786 908 2105Sacerdote, 783 1141 Salvador, 389 846 1019 1359 1507 1584 1741 1846Santificación de los hombres, 2813 Señor, 202 209 446-51 455 668-69Siervo, 565 623 608 Templo de Dios, 1197Ungido, 453 Única Palabra de la Sagrada Escritura, 101-04Verdad, 2466 Vid, 755 2074Vida, 2697 Viviente, 625-26 640 662

El acontecimiento pascual de Cristo se convierte de este modo en la realidad a la que nos invita a mirar el Salmo:

mirar a Cristo para comprender el sentido de la verdadera realeza, para vivir en el servicio y en la donación de uno

mismo, en un camino de obediencia y de amor llevado «hasta el extremo» (cf. Jn 13, 1 y 19, 30).

Una mirada a Cristo a través de los títulos que aparecen en el Catecismo Iglesia Católica http://www.mercaba.org/

Page 26: Benedicto16 oracion(18)salmos110

Rezando con este Salmo, por tanto, pedimos al Señor:

poder caminar también nosotros por sus sendas, en el seguimiento de Cristo, el rey Mesías,

dispuestos a subir con él al monte de la cruz para alcanzar con él la gloria,

y contemplarlo sentado a la derecha del Padre, rey victorioso y sacerdote misericordioso que dona perdón y salvación a

todos los hombres.

Y también nosotros, por gracia de Dios convertidos en «linaje elegido, sacerdocio real, nación santa» (cf. 1 P 2, 9),

podremos beber con alegría en las fuentes de la salvación (cf. Is 12, 3) y proclamar a todo el mundo las maravillas de

aquel que nos «llamó de las tinieblas a su luz maravillosa» (cf. 1 P 2, 9).

Page 27: Benedicto16 oracion(18)salmos110

Queridos amigos,

en estas últimas catequesis quise

presentaros algunos

Salmos, oraciones preciosas que

encontramos en la Biblia

y que reflejan las diversas situaciones

de la vida

y los distintos estados de ánimo que

podemos tener respecto de Dios.

Por eso,

quiero renovar a todos la invitación a

rezar con los Salmos,

tal vez acostumbrándose a utilizar la

Liturgia de las Horas de la Iglesia,

Laudes por la mañana,

Vísperas por la tarde,

Completas antes de ir a dormir.

Nuestra relación con Dios se verá

enriquecida en el camino cotidiano

hacia él

y realizada con mayor alegría

y confianza.

Gracias.

Page 28: Benedicto16 oracion(18)salmos110

Saludo cordialmente:

a los peregrinos de lengua española,

en particular

a los fieles de la Diócesis de San Cristóbal,

Venezuela, acompañados por su Obispo,

Monseñor Mario Moronta,

a las religiosas Hijas de María Inmaculada,

así como a los grupos provenientes de

España, México, Chile, Colombia, El Salvador y

otros países latinoamericanos.

Invito a todos a enriquecer vuestra relación

con Dios con el rezo piadoso de los salmos,

especialmente en la liturgia de las horas.

Muchas gracias por vuestra visita.