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3603 Biblia Comentada. Texto de la Nácar-Colunga Parte Va Evangelios. Por Manuel de Tuya, O. P. — Para Usos Internos y Didácticos Solamente — Adaptacion Pedagogica: Dr. Carlos Etchevarne, Bach. Teol. Contenido: Evangelio de San Μ ate ο . Introducción. Datos biográficos. El autor del primer evangelio. Lengua del Evangelio primitivo. Fecha de composición. La versión griega del texto aramaico. Destinatarios. Finalidad. Evangelio del Mesías. Evangelio del Reino. Evangelio eclesial. Evangelio sistemático. Capitulo 1. La “genealogía” de Cristo, 1:1-17. El “modo sobrenatural” de la concepción de Cristo, 1:18-25. Angustias de san José, 1:18-21. La Profecía del Emmanuel, 1:22-23. José Acepta la Paternidad “Legal” de Jesús, 1:24-25. Capitulo 2. La visita de los Magos, 2:1-12. La huida a Egipto y matanza de niños en Belén, 2:13-18. La huida a Egipto, 2:13-15. El retorno a Nazaret, 2:19-23. Historia y “midrash” en los capítulos 1-2 de Mateo. ¿Qué Influjo han podido tener todos estos factores en el relato de Mt? El tema del c.2 de Mt. Capitulo 3. La predicación del Bautista preparando a Israel a la recepción del Mesías. 3:1-12 (Mc 1:1-8; Lc 3:1-18; Jn 1:19-36). Con este capítulo comienza la vida “pública” de Cristo. El Escenario. Descripción del Bautista. El oficio del Bautista. La Predicación “Escatológica” del Bautista. El bautista proclama la excelsa dignidad del Mesías sobre él. El bautismo de Cristo por el Bautista, 3:13-17 (Mc. 1:9-11; Lc 3:21-22; Jn 1:32-34). El hecho del bautismo. El modo descriptivo del mismo. Los elementos de los relatos. Capitulo 4. La tentación de Cristo en el desierto, 4:1-11 (Mc L:12-13; Lc 4:1-13). Origen y finalidad de estas tentaciones. Vuelta de Jesucristo a Galilea, 4:12-17 (Mc 1:14.-15; Lc 4:14-15). Llamamiento de los primeros discípulos, 4:18-22. (Mc 1:16-20; Lc 5:1-11). Jesucristo predica y cura en Galilea, 4:23-25 (Mc. 1:39).

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  • 3603

    Biblia Comentada. Texto de la Ncar-Colunga

    Parte Va

    Evangelios. Por Manuel de Tuya, O. P.

    P a r a U s o s I n t e r n o s y D i d c t i c o s S o l a m e n t e

    Adaptacion Pedagogica: Dr. Carlos Etchevarne, Bach. Teol. Contenido:

    E v a n g e l i o d e S a n a t e . Introduccin.

    Datos biogrficos. El autor del primer evangelio. Lengua del Evangelio primitivo. Fecha de composicin. La versin griega del texto aramaico. Destinatarios. Finalidad. Evangelio del Mesas. Evangelio del Reino. Evangelio eclesial. Evangelio sistemtico.

    Capitulo 1. La genealoga de Cristo, 1:1-17. El modo sobrenatural de la concepcin de Cristo, 1:18-25. Angustias de san Jos, 1:18-21. La Profeca del Emmanuel, 1:22-23. Jos Acepta la Paternidad Legal de Jess, 1:24-25.

    Capitulo 2. La visita de los Magos, 2:1-12. La huida a Egipto y matanza de nios en Beln, 2:13-18. La huida a Egipto, 2:13-15. El retorno a Nazaret, 2:19-23. Historia y midrash en los captulos 1-2 de Mateo. Qu Influjo han podido tener todos estos factores en el relato de Mt? El tema del c.2 de Mt.

    Capitulo 3. La predicacin del Bautista preparando a Israel a la recepcin del Mesas. 3:1-12 (Mc 1:1-8; Lc 3:1-18; Jn 1:19-36). Con este captulo comienza la vida pblica de Cristo. El Escenario. Descripcin del Bautista. El oficio del Bautista. La Predicacin Escatolgica del Bautista. El bautista proclama la excelsa dignidad del Mesas sobre l. El bautismo de Cristo por el Bautista, 3:13-17 (Mc. 1:9-11; Lc 3:21-22; Jn 1:32-34). El hecho del bautismo. El modo descriptivo del mismo. Los elementos de los relatos.

    Capitulo 4. La tentacin de Cristo en el desierto, 4:1-11 (Mc L:12-13; Lc 4:1-13). Origen y finalidad de estas tentaciones. Vuelta de Jesucristo a Galilea, 4:12-17 (Mc 1:14.-15; Lc 4:14-15). Llamamiento de los primeros discpulos, 4:18-22. (Mc 1:16-20; Lc 5:1-11). Jesucristo predica y cura en Galilea, 4:23-25 (Mc. 1:39).

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    Capitulo 5. Introduccin, 5:1-2. Las bienaventuranzas, 5:5-72 (Lc 6:20-23). Bienaventurados los pobres de espritu, (Lc 6:20). Bienaventurados los mansos, porque ellos poseern la tierra. Bienaventurados los que lloran (Lc 6:21). Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia (Lc 6:21). Bienaventurados los misericordiosos. Bienaventurados los puros de corazn. Bienaventurados los Hacedores de Paz. Bienaventurados los que padecen persecucin por la Justicia, Porque de Ellos es el Reino de los Cielos. Oficio de los discpulos, 5:13-16 (Mc 9:50; 4:21; Lc 14:34-35; 8:16; 11:33). Jess y la Ley antigua, 5:17-20. Valoracin cristiana del quinto precepto del Declogo, 5:21-26. Valoracin cristiana del sexto precepto del Declogo, 5:27-30 (Mc 9:42-48). Condenacin del divorcio, 5:31-32 (Mt 19:3-9; Mc. 10:2-12; Lc 16:18). Valoracin cristiana del segundo precepto del Declogo, 5:33-37. La ley del talin ante la moral cristiana, 5:38-42 (Lc 6:29-30). El amor cristiano a los enemigos, 5:43-48.

    Capitulo 6. Doctrina general sobre la rectitud de intencin, 6:1. Modo cristiano de practicar la limosna, 6:2-4. Modo cristiano de hacer oracin, el Pater noster, 6:5-15 (Lc 11:24). El Pater noster, 6:9-13 (Lc 11:25-26). Introduccin: Captatio benevolentiae (v.9, Lc 11:2). Peticiones relativas a la gloria de Dios (v.9c-10). Peticiones relativas a los hombres (v. 11-13). Modo cristiano de ayunar, 6:16-18. La actitud ante las cosas temporales, 6:19-24 (Lc 11:34-36; 12:33-34). Confianza en la Providencia, 6:25-34 (Lc 12:22-31).

    Capitulo 7. No se ha de juzgar a los otros, 7:7-5 (Lc 6:37-42). No profanar las cosas santas, 7:6. Eficacia de la oracin, 7:7-77 (Lc 11:9-13). La regla de oro de la caridad, 7:12 (Lc 6:31). Los dos caminos y las dos puertas, 7:13-14 (Lc. 13:23-24). Los falsos profetas, 7:15-20 (Mt 3:10; 12:33-35;. Lc 6:43-45). La sabidura del verdadero discpulo, 7:21-27 (Lc. 6:47-49; 13:25-27). La Doctrina Sobre la Verdadera Sabidura (v.21-23). Confirmacin e ilustracin parablica de esta enseanza (v.24-27). Reaccin de las turbas ante estos discursos, 7:28-29.

    Capitulo 8. Curacin de un leproso, 8:1-4 (Mc 1:40-45; Lc. 5:12-16). Curacin del siervo del centurin, 8:5-13 (Lc 7:2.-10; cf. Jn 4:46-53). Curacin de la suegra de Pedro, 8:14-15 (Mc. 1:29-31; Lc 4:38-39). Curacin de muchos, 8:16-17 (Mc 1:32-34; Lc. 4:40-41). Condiciones de los seguidores de Jess, 8:18-22. (Lc 9:57-62). Primer ofrecimiento a seguirle. El Ttulo de Hijo del Hombre. Cul es el sentido de esta expresin en labios de Cristo? Segundo ofrecimiento a seguirle. Calma una tempestad en el mar, 8:23-27 (Mc 4:35-40; Lc 8:22-25). Curacin de dos endemoniados, 8:28-34 (Mc 5:1.-20; Lc 8:26-39).

    Capitulo 9. Curacin de un paraltico, 9:1-8 (Mc 2:1-12; Lc. 5:17-26). Vocacin de Mateo y banquete con pecadores. 9:9-13 (Mc 2:13-17; Lc 5:27-32). Cristo en un Banquete de Pecadores (v.10-13). Discusin sobre el ayuno, 9:14-17 (Mc 2:18-22;. Lc 5:33-39). Curacin de la hemorrosa y resurreccin de una nia, 9:18-26 (Mc 5:21-43; Lc 8:40-56). Cf. Comentario a Mc 5:21-43. Curacin de dos ciegos, 9:27-31. Curacin de un endemoniado mudo, 9:32-34 (Mt 12:24-30; Mc 3:22-30; Lc 11:14-26). Cf. Comentario a Mt 12:24-30. Actividad misional de Cristo, 9:35-38 (Mt c.10; Mc 6:7-13; Lc 9:1-6).

    Capitulo 10.

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    La lista de los apstoles, 10:1-4 (Mc 3:14-19; 6:7;. Lc 6:13-16; 9:1; Act 1:13). Instruccin y poder dados a los apstoles, 10:5-15 (Mc 6:8-11; Lc 9:2-5; 10:3-11). 1) Cristo les Confiere Poder sobre los Espritus y las Enfermedades (Mc 6:7-13; Lc 9:1-2). 2) Misin Limitada a Palestina (v.5). 3) El tema de su predicacin (v.7 = Lc 9:2; Mc 6:12). 4) pobreza misional (v.9-15, Mc 6:8-11, Lc 9:3.5). El hospedaje del apstol (v.11-15, Mc 6:10-11, Lc. 9:4-5). Nueva instruccin a los apstoles, 10:16-42 (Mt 24:9-13; Mc 13:9-13; Lc 12:2.9-11; 14:26-27; 21:12-19). La Persecucin Contra los Apstoles (v. 16-23, Mc 13:9-13; Lc 3:10; 21:12-18). La Asistencia que Tendrn del Espritu Santo (v. 19-20, Mc 13:11; Lc 12:11-12; 21:14-15). Motivos para tener Optimismo y Deponer el Temor (v.24-33, Lc 12:2-9). Exigencia del supremo amor a Cristo (v. 34-39, Lc. 12:51-53; 14:25-27; 17:33). Premio del que recibe al apstol (v.40-42).

    Capitulo 11. Introduccin. El Bautista provoca ante sus discpulos una declaracin mesinica de Cristo, 11:2-6 (Lc 7:18-23). Cristo confirma la grandeza y misin del Bautista, 11:7-15 (Lc 7:24-30; 16:16). La Expectacin Creada en Israel por el Bautista (v.7-9). El Bautista es el precursor anunciado por Malaquas (v. 10). Cristo da la Valoracin Exacta de la Misin del Bautista (v.11-15). Censura a la generacin contempornea, 11:16-19 (Lc 7:31-35). Se anuncia el castigo de varias ciudades, 11:20-24 (Lc 10:13-15). Cristo proclama la fe como don del Padre y revela Su Naturaleza, 11:25-27 (Lc 10:21-22). Invitacin a venir a El, 11:28-30.

    Capitulo 12. Con ocasin de una cuestin sabtica, 12:1-8 (Mc 2:23-33; Lc 6:1-5). El Precepto del Reposo Sabtico Tiene Excepciones. Cristo Se Presenta como Superior al Templo. B). Segunda Cuestin Sabtica a Causa de Curar la Mano de un Hombre, 12:9-14 (Mc 3:1-6; Lc 6:6-11). La Obra Benfica de Cristo: Su Mansedumbre y Humildad Predichas por Isaas, 12:15-21 (Mc 3:7-12). Calumnia de los Fariseos Contra Cristo 12:22-30 (Mc 3:22-27; Lc 11:14-26). El Milagro. La Calumniosa Maldad contra Cristo (Mc 3:22-27; Lc 11:15-20). El Pecado Contra el Espritu Santo (Mc 3:28-30; Lc 12:10, 12:31-32). Las malas obras de fariseos, 12:33-37 (cf. Mt 7:16-20; Lc 6:43-44). Amenaza contra la generacin presente 12:38-45 (Mt 16:4; Mc 8:11-12; Lc 11:29-32). La familia de Jess, 12:46-50 (Mc 3:31-35; Lc 8:9-21).

    Capitulo 13. Parbola del sembrador, 13:1-9 (Mc 4:1-9; Lc 8:4-8). Razn de las parbolas, 13:10-17 (Mc 4:10-12; Lc. 8:9-10). Explicacin de la parbola del sembrador, 13:18-23 (Mc 4:13-20; Lc 8:11-15). Parbola de la Cizaa, 13:24-30. Parbola del grano de mostaza, 13:31-32 (Mc. 4:30-32; Lc 13:18-19). Parbola del fermento, 13:33 (Lc 13:20-21). Reflexin del evangelista, 13:34-35 (Mc 4:33-34). Explicacin de la parbola de la cizaa, 13:36-43. Parbola del tesoro, 13:44. Parbola de la perla, 13:45-46. Parbola de la red, 13:47-50. 1) Conclusin de las parbolas, 13:51-52. 11) Jess, en su tierra. Los hermanos de Jess, 13:53-58 (Mc 6:3; 3:32).

    Capitulo 14. Juicio de Herodes sobre la fama que tiene de Jess, 14:1-2 (Mc 6:14-16; Lc 9:7-9). La muerte del Bautista, 14:3-12 (Mc 6:17-29; Lc. 3:19-20). c) Primera multiplicacin de los panes, 14:13-21 (Mc 6:30-46; Lc 10:17; Jn 6:1-15). Cf. Comentario a Jn 6:1-15. Jess camina sobre las aguas, 14:22-33 (Mc 6:45-52; Jn 6:16-21). Jess hace curaciones en la regin de Genesaret, 14:34-36 (Mc 6:53-56).

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    Capitulo 15. Disputa con los fariseos y enseanza sobre la verdadera pureza, 15:2-20 (Mc 7:12-23). Curacin de la hija de una mujer cananea, 15:21-28 (Mc 7:25-30). Diversas curaciones cerca de Galilea, 15:29-31 (Mc 7:31-37). Segunda multiplicacin de los panes, 15:32-39 (Mc 8:1-9).

    Capitulo 16. Peticin de los fariseos de una seal del Cielo, 16:1-4 (Mc 8:11-13). El fermento de los fariseos y saduceos, 16:5-12 (Mc 8:14-21). La confesin de Pedro en Cesrea, 16:13-20 (Mc 8:27-30; Lc 9:18-21). La interrogacin y respuesta de Pedro. Primer anuncio de la pasin, 16:21-23 (Mc 8:31-33; Lc 9:22). Condiciones para seguir a Cristo, 16:24-27 (Mc. 8:34-35; Lc 9:23-26). Anuncio de la venida del Reino, 16:28 (Mc 9:1; Lc 9:27).

    Capitulo 17. La transfiguracin de Jess, 17:1-8 (Mc 9:2-13; Lc 9:26-36). La cuestin de Elias, 17:9-13 (Mc 9:11-13). La curacin de un nio luntico, 17:14-21 (Mc 9:14-29; Lc 9:37-43). Segundo anuncio de la Pasin, 17:22-23 (Mc 9:30-32; Lc 9:43). El tributo pagado, 17:24-27.

    Capitulo 18. El ms grande en el Reino de los cielos, 18:1-5 (Mc 9:33-37; Lc 9:46-48). Gravedad del escndalo, 18:6-9 (Mc 9:42-48; Lc 9:49-50). Dignidad de los nios, 18:10-11. El amor salvfico del Padre por los pequeos, 18:12-14 (Lc 15:3-7). La correccin fraterna, 18:15-17 (Lc 17:3). Los poderes de la Iglesia, 18:18. La oracin colectiva, 18:19-20. El perdn de las ofensas, 18:21-35.

    Capitulo 19. Pequea indicacin geogrfica y milagrosa, 19:1-2 (Mc 1:1; Lc 16:18). La indisolubilidad del matrimonio, 19:3-9 (Mc 10:2-12; Mt 5:31-32; Lc 16:18). La guarda voluntaria de la continencia, 19:10-12. Jess bendice a los nios, 19:13-15 (Mc 10:13-16; Lc 18:15-17). El peligro de las riquezas, 19:16-26 (Mc 10:17-27; Lc 18:18-27). El premio del desprendimiento apostlico, 19:27-30 (Mc 10:28-30; Lc 18:28-30).

    Capitulo 20. Parbola de los obreros enviados a la via, 20:1-16. Tercer anuncio de a pasin, 29:17-19 (Mc 10:32-34; Lc 18:31-34). La peticin de la mujer del Zebedeo, 20:20-23 (Mc 10:35-45). Protesta de los apstoles y leccin de servidumbre, 20:24-28 (Mc 10:41-45; cf. Lc 22:24-30). Curacin de dos ciegos, 20:29-34 (Mc 10:46-52; Lc 18:35-43; cf. Mt 9:27-31).

    Capitulo 21. Entrada mesinica en Jerusaln, 21:1-11 (Mc 11:1-10; Lc 19:29-40; Jn 12:12-18). La purificacin del Templo, 21:12-13 (Mc 15:15-19; Lc 19:39; Jn 2:13-22). Curacin y aclamaciones en el Templo, 21:14-17. La maldicin de la higuera, 21:18-20 (Mc 11:12-21). El poder de la fe, 21:21-22 (Mc 11:21-23). Los Poderes de Jess, 27:23-27 (Mc 11:27-33; Lc 20:1-8). Parbola de los dos hijos, 21:28-32. Parbola de los viadores homicidas, 21:32-46 (Mc 12:1-12; Lc 20:9-19).

    Capitulo 22. Parbola de los invitados a la boda del hijo del rey, 22:1-14 (Lc 14:16-24). Contenido doctrinal de estas alegoras. Sentencia doctrinal final (v.14). Sentido primitivo de esta alegora. Pago de los Tributos, 22:75-22 (Mc 12:13-17; Lc 20:20-26). La resurreccin de los muertos, 22:23-33 (Mc 12:18-27; Lc 20:27-40). El primer mandamiento de la Ley,

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    22:34-40 (Mc 12:28-34; Lc 10:25-27). Cuestin sobre el origen del Mesas, 22:41-46 (Mc 12:35-37; Lc 20:41-44).

    Capitulo 23. Se describe el carcter de los fariseos y se exhorta a huirles, 23:1-12. Siete anatemas contra los fariseos, 23:13-33 (Lc 11:44-52). Prediccin del castigo de los escribas y fariseos, 23:32-39 (Lc 13:34-35). Introduccin. El Vaticinio Sobre el Castigo de los Fariseos y de Jerusaln.

    Capitulo 24. Ocasin de pronunciarse el discurso, 24:1-3 (Mc 13:1-2; Lc 21:5-6). Seales dolorosos precursoras, 24:4-14 (Mc 13:5-13; Lc 21:8-11). La gran tribulacin, 24:15-31 (Mc 13:14-27; Lc 21:20-28). 1) Seales de da Ruina de Jerusaln, 24:15-22 (Mc 13:14-20; Lc 21:20-24). 2) seales de la venida de Cristo, 24:23-28 (Mc. 13:21-23). 3) La Venida del Hijo del Hombre, 24:29-31 (Mc 13:24-27; Lc 21:25-28). Parbola de la higuera, 24:32-41 (Mc 13:28-32; Lc 21:29-33). Necesidad de vigilar, 24:42-51 (Mc 13:33-37; Lc 21:34-36).

    Capitulo 25. Parbola de las Diez vrgenes, 25:1-13. Parbola de los Talentos, 25:14-30. El juicio final, 25:31-46.

    Capitulo 26. El Sanedrn acuerda condenar a Cristo, 26:1-5 (Mc 14:1-2; Lc 22:1-2; Jn 11:45-53). La uncin en etaa, 26:6-13 (Mc 14:3-9; Jn 12:1-8). El pacto traidor de Judas, 26:14-16 (Mc 14:10-11; Lc 22:3-6). Preparacin para la cena pascual, 26:17-25 (Mc 14:12-21; Lc 22:7-13; Jn 13:21-30). Comienzo de la Cena Pascual. Institucin de la Eucarista, 26:26-29 (Mc 14:26-26; Lc 22:19-20). Predicciones a los apstoles, 26:30-35 (Mc 14:26-31; Lc 22:31-32; Jn 13:36-38). Cristo en Getseman, 26:36-46 (Mc 14:32-42; Lc. 22:40-46). Prisin de Cristo, 26:47-56 (Mc 14:43-52; Lc 22:47-53; Jn 18:1-12). El proceso ante el Sanedrn, 26:57-68 (Mc 14:53-65; Lc 22:54-65; Jn 18:12-24). Escena de injurias. Las negaciones de Pedro, 26:69-75 (Mc. 14:66-72; Lc 22:55-62; Jn 18:15-25).

    Capitulo 27. Cristo es conducido a Pilalo, 27:1-2 (Mc 15:1; Lc 22:66-71; 23:1; Jn 18:28). Final desastroso de Judas, 27:3-10 (Act 1:18-19). Proceso ante Piloto, 27:11-26 (Mc 15:2.-15; Lc 23:2-25; Jn 18:28-40). Flagelacin y escena de burla, 27:27-31 (Mc 15:15;16:1-20; Lc 23:32; Jn 19:1-3). Va Doloroso y crucifixin, 27:32-44 (Mc 15:21-32; Lc 23:26-43; Jn 19:16-24). La Muerte de Cristo, 27:45-56 (Mc 15:37-41; Lc 23:44-49; Jn 19:28-30). Sepultura de Cristo, 27:57-66 (Mc 15:42-47; Lc 23:50-56; Jn 19:31-42).

    Capitulo 28. La visita de las mujeres al sepulcro, 28:1-7 (Mc 16:1-11; Lc 24:1-11; Jn 20:1-2). La aparicin de Cristo resucitado a las mujeres, 28:8-10 (Mc 16:8; Lc 24:9). Los sanedrtas se enteran de la resurreccin de Cristo, 28:11-15. Aparicin de Cristo resucitado en Galilea, 28:16-20 (Mc 16:15-18). Cuatro enseanzas de Cristo (v. 16-20).

    E v a n g e l i o d e S a n M a r c o s . Introduccin.

    La Persona del Autor. Marcos, autor del segundo Evangelio. Anlisis interno del libro. Fecha de composicin. Destinatarios. Finalidad. El secreto mesinico. El Evangelio de Marcos y sus fuentes. El paulinismo de Marcos. Algunos elementos literarios de redaccin. Esquema evanglico de Mc.

    Capitulo 1.

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    La Misin del Bautista, 1:1-8 (Mt 3:1-12; Lc 3:1-17; Jn 1:19-36). El bautismo de Cristo. 1:9-11 (Mt 3:13-17; Lc 3:21-22). La tentacin de Cristo en el desierto. 1:12-13. (Mt 4:1-11; Lc 4:1-13). Cristo comienza su predicacin, 1:14-15 (Mt 4:12-17; Lc 4:14-15). Vocacin de los primeros discpulos, 1:16-20. (Mt 4:18-22). Curacin en la sinagoga de Cafarnam, 1:21-28 (Lc 4:31-37). Curacin de la suegra de Pedro, 1:29-31 (Mt 8:14-15; Lc 4:38-39). Curaciones mltiples, 1:32-39 (Mt 8:16-17; 4:23; Lc 4:40-44). Curacin de un leproso, 1:40-45 (Mt 8:2-4; Lc 5:12-16).

    Capitulo 2. Curacin de un paraltico, 2:1-12 (Mt 9:2-8; Lc 5:17-26). Vocacin de Lev, 2:13-17 (Mt 9:9-13; Lc 5:27-32). Cuestiones sobre el ayuno, 2:18-22 (Mt 9:14-17; Lc 5:32-39). Defensa de los discpulos por una obra hecha en sbado, 2:23-28 (Mt 12:1-8; Lc 6:1-5). Cf. Comentario a Mt 12:1-8.

    Capitulo 3. Curacin en sbado del hombre de la mano seca, 3:1-6 (Mt 12:9-14; Lc 6:6-11). Cf. Comentario a Mt 12:9-14. Las multitudes siguen a Cristo, 3:7-12 (Mt 4:24-25; 12:15-16; Lc 6:17-19). Eleccin de los Doce, 3:13-19 (Mt 10:1-4; Lc 6:12-16). Juicio desfavorable de las gentes. 3:20-21. Calumnia de los escribas y su refutacin, 3:22-30. (Mt 12:22-32; Lc 11:14-26). Cf. Comentario a Mt 12:22-29. Las dos familias de Cristo. 3:31-35 (Mt 12:46.-50; Lc 8:19-21). Cf. Comentario a Mt 12:46-50.

    Capitulo 4. Parbola del sembrador, 4:1-20 (Mt 13:1-9.18-23; Lc 8:4-8.11-15). Parbola de la lmpara, 4:21-23 (Mt 5:15; Lc 8:16-18). Parbola de la medida, 4:24-25 (Mt 7:2; Lc 6:38). Parbola de la semilla que crece por s misma, 4:26-29. Parbola del grano de mostaza, 4:30-32 (Mt 13:31-32; Lc 13:18-19). Conclusin sobre las parbolas. 4:33-34 (Mt. 13:10-17.34.35). La tempestad calmada, 4:35-41 (Mt 8:18; 23-27; Lc 8:22-25).

    Capitulo 5. Curacin de un poseso, 5:1-20 (Mt 8:28-34; Lc 8:26-39). Resurreccin de la hija de Jairo y curacin de la hemorrosa, 5:21-43 (Mt 9:18-26; Lc 8:40-56).

    Capitulo 6. Cristo en Nazaret, 6:l-6 (Mt 13:53-58; Lc 4:16-30). La misin de los apstoles, 6:6-13 (Mt 10:1-42; Lc 9:1-6-10). Juicio de Herodes sobre Cristo y muerte del. Bautista. 6:14-29 (Mt 14:1-12; Lc 9:7-9). Cf. Comentario a Mt 14:1-12. Retorno misional de los apstoles y multiplicacin de los panes. 6:30-44 (Mt 14:13-21; Lc 9:10-17; Jn 6:1-15). Cf. Comentario a Mt 14:13-21. Cristo camina sobre el mar. 6:45-52 (Mt 14:22-33; Jn 6:16-21). Curaciones en la regin de Genesaret. 6:53-56. (Mt 14:34-36).

    Capitulo 7. Discusin sobre las tradiciones rabnicas. 7:1-13 (Mt 15:1-20). La verdadera pureza. 7:14-23 (Mt 15:10-20). Curacin de la hija de una sir-fenicia. 7:24-30 (Mt 15:21-28). Volviendo a Galilea, cura a un sordomudo. 7:31-37.

    Capitulo 8. Segunda multiplicacin de los panes. 8:1-9 (Mt. 15:32-38). Los fariseos piden un prodigio del cielo, 8:10-13. (Mt 16:1-4; Lc 11:29-30). La levadura de los fariseos y de Herodes. 8:14-21 (Mt 16:5-12). Curacin de un ciego, 8:22-26. La confesin de Pedro en Cesrea. 8:27-30 (Mt 16:13-20; Lc 9:18-21). Primera Prediccin de Su Muerte. 9:31-33 (Mt 16:21-23; Lc 9:22). Condiciones para seguir a Cristo. 8:34-38 (Mt. 16:24-28; Lc 9:25-27).

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    Capitulo 9. La Transfiguracin. 9:1-13 (Mt 17:1-13; Lc 9:28-36). La Curacin de un epilptico. 9:14-29 (Mt 17:14-20; Lc 9:37-43). Segunda Prediccin de Su muerte. 9:30-32 (Mt 17:21-31; Lc 9:44-45). Quin sea el mayor. 9:33-37 (Mt 18:1-5; Lc 9:46-48). La Invocacin del nombre de Jess. 9:38-40 (Mt 12:30; Lc 9:49-50). Caridad y escndalo. 9:41-50 (Mt 18:6-9).

    Capitulo 10. La Cuestin del Divorcio. 10:1-12 (Mt 19:1-12). Jess Bendice a los Nios. 10:13-16 (Mt 19:13-15; Lc 18:15-17). Peligro de las Riquezas. 10:17-27 (Mt 19:16-26; Lc 18:18-28). Premio a lo que se renuncia por Cristo. 10:28-31 (Mt 19:27-30; Lc 18:28-30). Tercera prediccin de Su muerte. 10:32-34 (Mt 20:17-19; Lc 18:31-34) Peticin de los hijos del Zebedeo. 10:35-45 (Mt 20:20-28). Curacin del ciego Bartimeo. 10:46-52 (Mt 20:29-34; Lc 18:35-43).

    Capitulo 11. Entrada triunfal en Jerusaln. 11:1-11 (Mt 21:1-11; Lc 19:20-40; Jn 12:12-19). Cf. Comentario a Mt 21:1-11. Maldicin de la higuera. 11:12-14 (Mt 21:18-19). Expulsin de los vendedores del templo, 11:15-19 (Mt 21:12-16; Lc 19:45-48; Jn 2:13-22). Cf. Comentario a Jn 2:13-22. La higuera seca, 11:20-26 (Mt 21:20-22). Cuestin sobre los poderes de Jess. 11:27-33 (Mt 21:23-27; Lc 20:1-8).

    Capitulo 12. Parbola de los viadores. 12:1-12 (Mt 21:33-46; Lc 20:9-19). El Tributo al Cesar, 12:13-17 (Mt 22:15-22; Lc 20:20-26). Cuestin de la Resurreccin. 12:18-27 (Mt 22:23-33; Lc 20:7-20). El primer mandamiento. 12:28-34 (Mt 22:34-40; Lc 10:25-28). El origen del Mesas. 12:35-37 (Mt 22:41-46; Lc 20:41-47). Censura a los fariseos. 12:38-40 (Mt 23:6-8; Lc 21:1-4). El bolo de la viuda. 12:41-44 (Lc 21:1-4).

    Capitulo 13. Anuncio de la destruccin del Templo. 13:1-2 (Mt 24:1-3; Lc 21:5-7). Cf. Comentario a Mt 24:1. La cuestin del fin. 13:3-4 (Mt 24:1-3; Lc 21:5-6). Tiempos de angustia. 13:5-8 (Mt 24:4-14; Lc 21:8-19). Persecuciones contra el Evangelio. 13:9-13 (Mt 24:9-14; Lc 21:12-19). Desolacin de Judea. 13:14-18 (Mt 24:15-31; Lc 21:20-27). La tribulacin suprema. 13:19-23 (Mt 24:21-25). La venida del Hijo del hombre, 13:24-27 (Mt 24:29-31; Lc 21:25-28). Parbola de la higuera. 13:28-32 (Mt 24:32-35; Lc 21:28-33). Exhortacin a la vigilancia. 13:33-37 (Lc 21:34-36; 12:35-38).

    Capitulo 14. La conspiracin de los judos, 14:1-2 (Mt 26:1-5; Lc 22:1-2). La uncin de Betania. 14:3-9 (Mt 26:6-13; Jn 12:1-8). La traicin de Judas. 14:10-11 (Mt 26:14-16; Lc 22:3-6). Preparacin de la ltima Cena. 14:12-16 (Mt 26:17-20; Lc 22:7-18). Anuncio de la traicin. 14:17-21 (Mt 26:21-28; Lc 22:21-23; Jn 13:18-20). Institucin de la Eucarista. 14:22-25 (Mt 26:26-29; Lc 22:19-20). Tristes predicciones. 14:26-31 (Mt 26:30-35; Lc 22:31-39). La Agona en Getseman. 14:32-42 (Mt 26:33-46; Lc 22:40-46). La prisin de Cristo. 14:43-52 (Mt 26:47-56; Lc 22:47-53; Jn 18:2-12). Cristo ante el Sanedrn. 14:53-65 (Mt 26:57-68; Lc 22:54-65; Jn 18:14). Las negaciones de Pedro. 14:66-72 (Mt 26:69-75; Lc 22:55-62; Jn 18:15-18; 25-27). Cf. Comentario a Mt 26:69-75.

    Capitulo 15. Cristo ante Pilato. 15:1-20 (Mt 27:1-2. 11-31; Lc 23:1-25; Jn 18:28-38; 19:1-16). Cf. Comentario a Mt 27:1-2.11-31. La crucifixin. 15:21-37 (Mt 27:32-44; Lc 29:26-49; Jn

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    19:26-37). Muerte de Cristo. 15:38-41 (Mt 27:51-56; Lc 23:45-49; Jn 19:31-37). La sepultura de Cristo. 15:42-47 (Mt 27:57-61; Lc 23:50-56; Jn 19:38-42).

    Capitulo 16. Las mujeres visitan el sepulcro. 16:1-8 (Mt 28:1-10; Lc 24:1-11; Jn 20:1-18). Aparicin a Magdalena. 16:9-11 (Mt 28:1-10; Lc 24:1-12; Jn 20:1-2.11-18). Aparicin a unos caminantes. 16:12-13 (Lc 24:12). Aparicin a los Once. 16:14-18. La ascensin del Seor. 16:19-20.

    Advertencia Previa.

    Como el objeto principal de esta Biblia comentada es la exposicin doctrinal del Texto Sagra-do, los lugares paralelos de los evangelios sinpticos son tratados en el comentario al evangelio de San Mateo. De este modo se evita, bastantes veces, la repeticin de conceptos equivalentes.

    Junto con el enunciado de cada pasaje, a la cabeza de cada percopa, se indican en letra negrita los lugares paralelos correspondientes de los otros evangelistas y, en letra cursiva, el lu-gar preciso del Comentario en el que se han estudiado los elementos necesarios para la inteligen-cia del relato evanglico contenido en la misma.

    Evangelio de San ate .

    Introduccin. Datos biogrficos.

    El nombre de Mateo deriva del hebreo matnyah, abreviado en matay, de la raz natn, y significa don de Dios o Dios hizo gracia. Era hijo de Alfeo (Mc 2:14) y publicano (), recaudador de las contribuciones que Roma impona al pueblo judo. Cuando est ejerciendo su oficio, Cristo lo llama al apostolado (Mt 9:9-13; par.) y fue hecho apstol (Mt 10:3; par.). Su telonio lo tena en Cafarnam. All debi de conocer a Cristo, y probablemente haba presenciado algn milagro. En el primer evangelio se le llama Lev. Acaso el nombre de Mateo se lo dio Cristo (Dufour). Por ello, el gnstico Heraclen, Clemente de Alejandra l y Orgenes 2 admitieron dos personas distintas. Pero los relatos son tan parecidos que se admite la identidad de personas. Adems, en la antigedad neotestamentaria aparecen personas con dos nombres: Juan Marcos (Act 15:37), Jos, por sobrenombre Bernab (Act 4:36), y Caifas, que era sobre-nombre de Jos 3.

    Despus de la ascensin del Seor predic la fe a los judos palestinos algunos aos 4. Luego se narra su predicacin en lugares muy dispares. El autor del primer evangelio.

    La tradicin cristiana sostiene unnimemente que el autor del primer evangelio cannico

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    es el apstol San Mateo. Ya aparecen citas del mismo en la Didaje (c.8-100), San Clemente Ro-mano (92-101), San Policarpo (70-156), etc. Desde fines del siglo I ya es conocido, y unnime-mente citado a partir del siglo II 5.

    El primer testimonio que atribuye explcitamente este evangelio a San Mateo es el de Pa-pas, obispo de Hierpolis, en Frigia. Eusebio, en su Historia eclesistica, cita un pasaje de Pap-as, de su obra perdida, en cinco libros, Explicacin de las enseanzas () del Seor. El tex-to de Papas citado por Eusebio dice: Mateo orden (o escribi) en lengua hebrea los sermones ( ), que cada uno interpret () como pudo. 6

    Se lo atribuyen ya explcitamente San Ireneo 7, Clemente A. 8, Orgenes 9, Eusebio 10. Posteriormente es unnime la atribucin.

    Los argumentos internos del libro llevan a lo mismo. Al narrar su conversin cita su nombre vulgar de Mateo, mientras que Mc-Lc, en el lugar paralelo, lo llaman Lev. En esto lti-mo se ha querido ver un modo de disimular el nombre con el que el publicano Mateo era cono-cido. En este mismo pasaje no se dice que l dio un banquete a Cristo en su casa, lo que dicen Mc-Lc. En el catlogo de los apstoles se pospone a Toms, y se llama con el nombre, odioso para los judos, de publicano. A ello se une el fuerte carcter antifarisaico de su evangelio 11.

    Pero, en 1832, Schleiermacher 12 al que siguieron algunos otros, Lachmann, Meyer sostuvo, basndose en lo que dice Papas, que el evangelio actual de Mateo no corresponde al original, puesto que, segn Papas, Mateo haba ordenado los discursos ( ) del Seor. Sin embargo, esta sentencia de Schleiermacher, as interpretada, no es exacta. Ya sera inexpli-cable que toda la antigedad cristiana desconociese este evangelio de Mateo, hasta el punto de no haber quedado memoria de l, y que, adems, hubiese sido suplantado por el actual sin protestas en personas tan vinculadas a la tradicin como un San Ireneo.

    Por otra parte, todos los Padres primeros que tuvieron en sus manos la obra de Papas (v.gr., San Ireneo, Eusebio), lo mismo que los que no la tuvieron (v.gr., Clemente A., Orgenes, Tertuliano, Prlogo Monarquiano), todos afirman que Mateo es autor de todo el evangelio, no slo de los discursos.

    Adems, la palabra lgion, aunque significa de suyo un dicho o palabra, se usa en los LXX, en el N.T. (Act 7:38; Rom 3:2), en Filn y Josefo en un sentido ms amplio: por la divina revelacin, y para designar los libros de la Sagrada Escritura. En el mismo San Ireneo, significa todo el evangelio 13.

    Ms an, en el mismo Papas, esta expresin significa toda la vida de Cristo. Precisamen-te unas lneas antes en que Eusebio cita estos datos de Mateo, da otros de Marcos, y dice que ste escribi lo que recordaba de las palabras o hechos ( ) del Seor. Y aade luego que daba su enseanza segn las necesidades, pero sin cuidarse de establecer una unin entre las sentencias () del Seor. Por lo que se ve que, para Papas, los dichos y hechos de Cristo son equivalentes a la predicacin que Marcos haca de ellos, y que Papas ex-presa luego con la sola palabra logion 14. La traduccin siriaca de Eusebio lo traduce por evange-lio.

    Algunos autores (Schmidtke, Grandmaison, Lagrange, Huby) quieren conservar el senti-do primitivo de la palabra de Papas. Y as Mateo slo orden los discursos, por ser la parte que a l le interesaba para componer sus cinco libros de Explicacin de los discursos del Seor 15. Lengua del Evangelio primitivo.

    Los antiguos autores testifican con unanimidad que el evangelio de Mt fue escrito

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    (Papas), en ecg (San Ireneo), ) (Eusebio), (Eusebio), hebraeo sermone (San Jernimo).

    Algunos autores modernos (Belser, Delitzsch, Gchter, etc.) sostienen que fue escrito en hebreo, como la mayor parte del A.T. Krainger interpreta el testimonio de Papas diciendo que, en su ambiente, el dialecto hebreo significa el estilo hebreo y no el arameo. Pero este hebreo de la poca en que escribe Mateo era el arameo. Los judos haban perdido como lengua el hebreo desde la cautividad y haban aprendido el arameo. Hasta tal punto que, en la sinagoga, la lectura de los libros sagrados se haca en hebreo, que qued como lengua litrgica; pero, como el pueblo no la entenda, se le haca a continuacin la versin al arameo.

    Esta misma expresin dialecto hebreo significa el arameo, pues en unos pasajes se citan como hebreas palabras que son arameas (Jn 5:2; 19:17), y en otros pasajes se habla al pueblo en hebreo, que ha de ser el arameo, ya que, de lo contrario, no lo entenderan (Act 21:40; 22:2).

    A lo mismo lleva la estilstica: as, el uso de en principio de sentencia sin precederle ; se establece la relacin por medio de en lugar de (8:21; 12:13); se usa pleo-nsticamente el participio (13:28-46; 18:30). Todo lo cual se explica por una traduccin material del arameo. Igualmente la lexicografa lo hace ver en varias palabras; as se lee el aramaico reqa' por el hebreo req; aba' por ab; kefa' por kef; qorba-na' por qorban etc. Fecha de composicin.

    Se dan varias fechas sobre la composicin del evangelio aramaico de Mateo. La tradicin eclesistica (San Ireneo, Orgenes, San Epifanio, San Jernimo, etc.) unnimemente sostiene que el evangelio de Mateo es el primer escrito de los evangelios cannicos. Tratando de precisar ms, se han propuesto diversas hiptesis:

    a) Segn Eusebio de Cesrea, Mateo escribi el evangelio despus de predicar en Palesti-na a los judos, antes de marcharse a predicar fuera 16. Los apstoles habran marchado de Pales-tina sobre el ao 42, bajo la persecucin de Agripa I (Act 12:17) contra los cristianos. Vendra a confirmar esto lo que dice el antimontanista Apolonio (c. 190), que Cristo haba ordenado a los apstoles no salir de Jerusaln hasta despus de doce aos 17. Se llegara as sobre el ao 42.

    El testimonio de Eusebio no indica cundo hayan marchado de Palestina los apstoles. El 58 ya no estaban all (Act 21:18). Tampoco estaban sobre el 40, segn cuenta San Pablo en Gal 1:18-19.

    b) Otra hiptesis est basada en un texto, muy discutido, de San Ireneo: Mateo dio su evangelio en la lengua hebrea cuando Pedro y Pablo evangelizaron y fundaron la iglesia de Ro-ma. 18 Habra que suponer que Pedro vino a coincidir con Pablo en la primera cautividad (61-63), y predicar entonces ambos el Evangelio en Roma. Esto llevara la composicin del evange-lio de Mateo sobre el 61-67.

    El texto de San Ireneo es muy oscuro y se presta a varias interpretaciones. Algunos no lo refieren a la composicin del evangelio, sino a su divulgacin. Pero el verbo usado no tiene este sentido. Probablemente signifique este texto de San Ireneo que, sobre el tiempo que se fun-daba la iglesia de Roma, sin matizar ms, Mateo escribi su evangelio. No sera, pues, compues-to antes del 60, primera cautividad romana de San Pablo. Podra tambin significar que Mateo escribi el evangelio cuando Pedro y Pablo, pero en pocas muy distintas, fundaban la iglesia de Roma. Si se acepta la poca del primer viaje de San Pedro a Roma, se podra llegar al ao 42-44 (Bisping, Belser, Gutjahr, Buzy).

    No ser improbable suponer una fecha relativamente pronta para la composicin del

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    mismo. El cristianismo naciente, con sus primeros afiliados judos, haba de tener inters en conocer ms detenidamente la misma enseanza catequtica recibida. Tal es el motivo que Lucas alega a Tefilo para justificar la composicin de su evangelio (Lc 1:4). Y el evangelio avanzaba cada vez ms. Interesaba divulgarlo por escrito: No tenemos ningn indicio que nos permita decir en qu momento se compuso. Sin embargo, los datos probables de los evangelios cannicos y el espacio necesario para la gnesis literaria que hemos bosquejado invitan a colocar pronto la redaccin del evangelio arameo. Poco se errar si se lo supone escrito entre los aos 40 al 50. l9 La versin griega del texto aramaico.

    El original aramaico del evangelio de Mateo desapareci. Pero ya de muy antiguo se usa la versin griega del mismo. Papas ya deca que, en el uso del texto aramaico, cada uno lo in-terpret () como poda. Probablemente se refiere a versiones griegas. Si de stas hubo varias escritas, cosa no segura, al menos una lleg a imponerse. Esta versin griega es ya muy antigua. Es conocida por la Didaje (s.l), Epstola de Bernab (s.l), San Clemente Romano (s.l), San Ignacio (+ 107), San Policarpo (+ 155-156). Est, pues, hecha antes de fines del siglo I. Parecera que lo est antes del 70, ya que no describe la destruccin de Jerusaln ni saca el parti-do que se esperara para hacer ver el cumplimiento del vaticinio de Cristo. Se ignora quin haya sido su autor.

    Algunos pensaron que el original de Mateo haba sido este texto griego, basndose en la pureza de estilo y en las citas del Antiguo Testamento hechas de los LXX. Pero esto va contra la enseanza de la tradicin, que afirma haber sido escrito en arameo. Cuanto a la pureza del estilo, se ve que est calcado en un original semita: se ve el fondo hebraico, el uso paralctico, parale-lismo y dems elementos estructurales literarios hebreos. Y, aunque fuese verdad, se explicara por el buen griego del traductor. En cuanto a las citas del A.T., stas estn ms cerca del texto masortico que de los LXX, sobre todo las que trae slo Mateo (2:15; 8:17; 13:35).

    Pero el concepto de versin en la antigedad es distinto del actual. Un traductor poda amplificar los pasajes que vierte, introducir alguna percopa, citas del A.T. hechas por alguna versin ya en curso, interpretacin de nombres, alteracin del orden e incluso aadir grandes par-tes.

    Mas crticamente, entre el evangelio primitivo aramaico de Mateo y el de Mtg, hay no s-lo una versin, sino una reelaboracin del primero. La crtica comparativa hace ver la dependen-cia de Mtg del evangelio de Marcos y de otras fuentes. Los autores no han llegado todava a re-construir el evangelio aramaico primitivo, aunque se han hecho hiptesis en un problema, por otra parte, tan complejo. Pero el acuerdo de la reelaboracin y amplificacin del evangelio griego de Mateo con relacin al primitivo aramaico es generalmente admitido 20.

    La iglesia cree que ambos evangelios el Mateo aramaico y el Mateo griego son substancialmente idnticos 21. Esta sola exigencia substancial hace ver cmo se admite, salva-da la inclusin del Mateo aramaico vertido al griego, una reelaboracin y complementacin.

    Por otra parte, el Mateo aramaico no fue conocido ms que en los comienzos de la Iglesia primitiva. De hecho, el Mateo cannico es el Mateo griego, pues es el que la Iglesia sancion como inspirado, ya que tiene por tales los libros que cita en su catlogo, pero aadiendo: tal co-mo estn en la Vulgata latina y como ha sido costumbre leerlos en la Iglesia. 22 Y el que est en la Vulgata y el que se us en la Iglesia fue el Mtg. De ah que toda esta reelaboracin y com-plementacin que el Mtg tenga sobre el Mateo aramaico estn inspiradas, como lo est, por lo menos en el estado de versin, el primitivo evangelio aramaico de Mateo.

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    Este concepto de versin tan amplio, y la poca tarda en que es citado el Mtg, hace que la crtica moderna d una fecha de composicin y versin al Mtg mucho ms tarda.

    Se admite en l, frecuentemente, diverso material: a) el original aramaico; b) gran parte del evangelio de Mc ms de la mitad con algunos retoques, y que debe de proceder de un original griego; c) otra fuente que utiliz Lucas, desconocida de Mc y acoplada por el Mtg; d) otras fuentes; e) su aportacin personal y de adaptacin ante la polmica judeo-cristiana de su medio ambiente.

    Todo esto condiciona ya la fecha de composicin del Mtg, y supone, con toda probabili-dad, la redaccin por otra persona o varias; diversas fuentes, que le dan el nombre de Mt, por trabajar sobre el Mt aramaico. Siendo posterior a Mc, que se le suele fechar algo antes del 70, Mtg tiene que ser posterior.

    En Mtg se acusa muy fuerte el antifarisesmo y antijudasmo oficial (Mt 23 y Mt 8:5-11 comparado con Lc 7:1-9; 13:28-29). Acaso pudiese sugerir esto el ataque del judaismo oficial al cristianismo, incluyndose en las 18 bendiciones el ataque a los cristianos. Esto llevara hacia el ao 80.

    Si Mtg y Lc no se conocieron, es que debieron de tener una salida muy cercana. Y se sue-le poner Lc sobre el 80.

    Sin embargo, no deja de extraar que no se hable de la destruccin de Jerusaln, el ao 70, ya que una descripcin post eventum hubiese sido mucho ms matizada, y se hubiese saca-do partido del vaticinio que de ella hizo Cristo (Mt 23:38; 24:2).

    Tambin parece, como algunos sostienen, que la parbola del banquete de bodas reales supone la destruccin (Mt 22:6ss) por decirse que el rey envi sus ejrcitos y prendi fuego a la ciudad. Pero, de suyo, es un clis ordinario, con el que se habla en el A.T. ms de treinta veces, e incluso a propsito de Jerusaln (1 Mac 1:30-33; 2 Re c.25; Is 29:3-7). Es que se quiso utilizar este clis? O se incorpor una fuente premateana, o es del Mt aramaico?

    De hecho, salvado el ncleo mateano de la tradicin, en su estado actual, y la redaccin final krigma y fuentes y problemas ambientales de su iglesia en una poca muy avan-zada del siglo i, si la redaccin final tiene un solo autor acaso un escriba convertido al cristia-nismo, por su erudicin bblica , el medio ambiente en que nace, seguramente haya que atri-buirlo a una escuela rabnica cristiana. 22 Destinatarios.

    Tanto por la lengua en que primitivamente fue escrito arameo como por la estructu-ra del mismo, el evangelio de Mateo fue escrito para cristianos convertidos del judasmo. La tra-dicin con Orgenes sostienen que fue dirigido a los creyentes venidos del judasmo (H.E. VI, 25:4). A ello llevan las citas frecuentes del A.T. con que quiere probar su tesis; lo mismo que el no explicar numerosos usos judos conocidos de sus lectores (1:21; 15:1-3; 27:62; 24:15; 10:6; 15:24; 4:5; 27:53; 5:47), trminos o costumbres inusitados para no judos, y que, por lo mismo, los otros sinpticos explican.

    Ms precisiones no son fciles. Se alega a veces que el uso que hace de los LXX podra sugerir una comunidad juda, pero no palestinense.

    Dnde haya sido compuesto no se sabe. La falta de contactos paulinos posiblemente pos-tulara una localidad fuera de los crculos de San Pablo, y hasta se pens en Fenicia, donde haba una floreciente comunidad juda (Act 11:19; 21:3-6), o Siria.

    Esto mismo lo testifican San Ireneo 23, Eusebio 24, Orgenes 25 y San Jernimo 26.

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    Finalidad.

    El objetivo de Mateo en su evangelio es claro: probar que Cristo es el verdadero Mesas prometido. Para ello hace ver, juntamente con toda la obra prodigiosa de Cristo, en doctrina y milagros, y de una manera sistemtica, cmo en El se cumplen las profecas del Antiguo Testa-mento. Pero, para Mt, en Cristo no slo se cumplen las profecas mesinicas, sino que en su per-sona se cumple y se expande en riqueza el A.T.

    De esta finalidad y destinatarios sale la estructura propia de su evangelio. Sus caracters-ticas temtico-fundamentales son:

    Evangelio del Mesas.

    Es la tesis de su evangelio. Ya lo comienza afirmando en el principio del mismo: Genea-loga de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abraham (1:1). Luego utiliza con frecuencia textos mesinicos del A.T., haciendo ver su cumplimiento en Cristo. As al hablar de la concepcin vir-ginal (1:22), lo mismo que en diversos pasajes de la infancia (2:15-17:23), con motivo de esta-blecerse en Cafarnam (4:14-16), a propsito de ciertas curaciones (8:17; 11:5; 12:17ss), a pro-psito de ser rechazado Israel (13:14ss; 15:7-9; 21:42), y de su pasin (26:54-56; 27:9ss.35). Lo mismo se ve al aclamrsele como Mesas e Hijo de David en diversos pasajes (9:27; 12:23, etc.). Igualmente lo hace ver destacando su superioridad sobre personajes e instituciones del A.T.

    Pero no slo es presentado como Mesas, sino como Dios. Acaso Mateo sea, de los sinp-ticos, el que ms datos, escenas y alusiones da de Cristo como Dios. As es superior al templo y dueo y seor del sbado (12:6.8); el conocimiento excepcional que tiene del Padre (11:25ss); El enva sus ngeles; es proclamado Hijo de Dios en el bautismo, lo mismo que confiesa ser Hijo de Dios ante el sanedrn. A esto conducen varios pasajes, alusiones y ttulos, que se indi-can en el comentario. Evangelio del Reino.

    Sentada esta tesis de una manera directa, se destaca muy fundamentalmente a Cristo co-mo fundador, legislador y doctor del nuevo reino. De ah los grandes discursos en que se expone la justicia del nuevo reino (c.5-7); y los miembros jerrquicos apstoles con el primado de Pedro (16:13-20; 18:1-10); ndole y crecimiento del mismo (c.13); su misin universal (28:16-20); consumacin del reino (c.25).

    Como consecuencia se expone cmo el pueblo judo es rechazado, por su obstinacin, del privilegio de pueblo del Mesas, para venir a ser universal (21:18ss.28-32.33-46; 27:25). Esto mismo lleva a ver su carcter antifarisaico (c.23), haciendo ver que los fariseos no pueden ser los jefes espirituales, puesto que apartaron al pueblo del Mesas (7:15ss.29; 15:12-14, etc.). Evangelio eclesial.

    Es el evangelio en el que se manifiesta ms acusadamente el valor eclesial. As, al que es transgresor, se lo acusar a la Iglesia; la Iglesia apstoles tiene el poder de atar y desatar (cf. 1 Cor c.6; Act 15:2.4.6.22.23.28); la oracin colectiva (v. 19-20) tiene la garanta de ser oda y tiene la presencia de Cristo en ese grupo orante. Tanto por el valor sinagogal que hereda, como por el antecedente literario de la Iglesia, posiblemente evoque esto, si no exclusi-vamente, s de hecho la oracin litrgica.

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    Evangelio sistemtico.

    De los tres sinpticos, es en el evangelio de Mateo en el que se ve inmediatamente que est sistematizado, no slo en el sentido de ir sistematizadamente haciendo ver el cumplimien-to en Cristo de las profecas mesinicas, sino que tiene una particular sistematizacin en todo l, hecha con un clculo especial, para presentar la obra de Cristo Mesas.

    Una primera sistematizacin que se percibe en Mt es un artificio literario que consiste en dividir en cinco secciones acaso para evocar los cinco libros de la Ley? su evangelio. Unas son narrativas y otras de discursos. Aqullas preceden, alternativamente, a stas, y se distinguen, aparte de su contenido, por terminar las frmulas narrativas por una frase ambiental paleotestamentaria fundamentalmente igual (cf. Mt 7:28; 11:1; 13:53; 19:1). Las secciones narrativas son: a) c.3-4; b) c.8-9; c) c.11-12; d) c.l3:53-c.17; e) c.19-23. Las seccio-nes de discursos son: a) c.5-7; b) c.10; c) c.13; d) c.18; e) c.24-25.

    Pero hay otra sistematizacin dentro de su evangelio, y es la misma estructuracin l-gica de una temtica que claramente se percibe. Se omite el esquema detallado, para hacer unas consideraciones sobre el mismo.

    El esquema con que Mt desarrolla su evangelio es artificioso. No significa ello que no sean autnticos los hechos, sino que los utiliza, a veces, fuera de su marco cronolgico, para in-cluirlos, como enseanza y prueba, dentro del marco calculado de su afirmacion: Cristo es el Mesas.

    Todo l est haciendo ver esto, pero que la obra de Cristo es constantemente boicoteada por los fariseos, los culpables de estorbar su obra, de desacreditarle y apartarle las gentes, y, por ltimo de llevarle a la muerte.

    Son tan reiterados estos ataques fariseos, y estn en su esquema tan calculados, estructu-rados y situados, que vienen a ser como uno de los centros-clave que van, con su motivo, agluti-nando la doctrina y el desarrollo y prueba del autntico mesianismo isaiano de Cristo. Otro de los temas-eje: Cristo, que no responde al mesianismo ambiental, est respondiendo al mesianismo proftico del plan de Dios.

    Autentificado su mesianismo bautismo y tentaciones reiterativa y alternativamente, va presentando la obra mesinica de Cristo.

    En ello se atiene a un esquema que, si es artificioso, est sometido a una lgica destacad-sima, y en cuyo entorno de sus puntos clave se agrupan hechos pedidos por una nueva lgica.

    Esto le hace sistematizar hechos de Cristo o sentencias colecciones , y anticipar-los o alterarlos de su situacin histrico-cronolgica, pero, recogindolos en autenticidad, los coloca como piezas lgicas para este gran mosaico de Cristo-Mesas.

    Las fuentes que utiliza quedan sometidas y encuadradas en este procedimiento de tc-nica temtico-estructural. En alguna ocasin parecera percibirse, como excepcionalmente, sin especial desajuste, el respeto de algn relato fontal.

    Todo este centrar el tema sobre el eje del autntico mesianismo de Cristo, y la cons-tante y estratgicamente situada lucha farisaica, hace ver que en el ambiente de la iglesia ma-teana haba importantes polmicas judeo-cristianas. Y a ellas corresponde Mt con su evangelio.

    Tambin Mt le da una finalidad asctica en orden a sus fieles. De ah el que etice en ocasiones su evangelio. Es Cristo que habl y sigue hablando a los cristianos. Por eso, el cui-dado de proyectarlo hacia sus hermanos, sus discpulos. No tiene la sola presentacin objeti-va de su momento histrico, sino la redaccin con proyeccin homognea vivencial deliberada a sus cristianos. Es el Evangelio para leerlo y vivirlo como vida eterna. En este sentido es

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    verdad que: el primer evangelio actualiza para los cristianos lo que Jess dijo para sus con-temporneos. El insiste sobre la repercusin prctica de las sentencias de Jess dichas a sus con-temporneos (X. L. dufour).

    La estructura numrica de estas secciones. Es interesante ver cmo estas secciones estn estructuradas bajo el nm. 5. Son cinco discursos y cinco secciones narrativas. Ello est basado en uno de los nmeros tradicionales bblicos, v.gr., son cinco los libros de la Ley, cinco las colecciones de Salmos, cinco los me-guilloth en el canon judo de las Escrituras (Cantar de los Cantares, Rut, Lamentaciones, Eclesistico, Ester).

    Este nmero es predilecto, entre otros, de Mateo. As, pone cinco Pero yo os digo. (5:22.28.34.39.44); cinco panes para cinco mil personas, en la primera multiplicacin; cinco te-mas de discusin con los fariseos en los ltimos das que preceden a la pasin; cinco vrgenes necias y cinco prudentes; cinto talentos, etctera. Esta predileccin en la redaccin por este n-mero, de la que se citaron algunos ejemplos, junto con el valor ambiental tradicional de esta ci-fra, hace pensar que Mateo dio, deliberadamente, a esta parte del evangelio esta doble divisin pentagonal.

    Otro de los nmeros tradicionales es el nmero 7. As, unido el evangelio de la infancia (c.1-2) y el relato, que ya formaba cuerpo aparte, de la pasin y resurreccin, se obtiene en su evangelio la cifra 7, de abolengo bblico. Tambin Mateo tiene predileccin por l. As destaca-rn siete bienaventuranzas, siete peticiones en el Padrenuestro, siete parbolas (c.13), perdonar setenta veces siete, siete recriminaciones a los fariseos. Tambin usa la cifra 3: tres tentaciones de Cristo; tres enseanzas agrupadas en temas: la limosna, la oracin, el ayuno, etc. Igualmente utiliza el 2: dos endemoniados, dos ciegos de Jeric, dos ladrones que insultan a Cristo, dos fal-sos testigos en su proceso, etc. Y, en general, la forma plural27.

    Utiliza tambin, en ocasiones, el procedimiento redaccional de la inclusin semita, ms en contraste con los otros sinpticos (cf. 6:19 y 21; 7:16 y 20, etc.), y el paralelismo sin-nimo o antittico; v.gr., 7:24-27. Lucas, en el lugar paralelo, lo evita.

    Tiene frecuentes repeticiones de las mismas frmulas, en gran contraste con Marcos, que slo las usa tres veces, y Lucas dos (9:4 = 12:25; 4:17 = 16:21, etc.).

    Otras Caractersticas. Los discursos van encuadrados por una misma frmula; los re-latos reflejan el mismo procedimiento de composicin; busca la brevedad en los mismos, e igualmente la claridad; tiene formas estereotipadas de unin de unos pasajes con otros, sin que tengan otro valor que el de una soldadura literaria cronolgica o topogrfica, v.gr., entonces, en aquel tiempo, acercndose, etc. 28

    1 Clem. A., MG 8:1281. 2 MG 11:773. 3 Josefo, Antiq. XVIII 2:7. 4 Ireneo.Av. haer. 3:1:1; Clem. A., MG 8:406; Eusebio C., Hist. Eccl II 24:6. 5 Massaux, Influence de l'vange de St. Matthieu sur la littrature chretienne avant Saint Ire'ne (1950). 6 MG 20:300. 7 MG 7:884ss. 8 MG 8:887. 9 MG 14:288ss. 10 MG 20:265. 11 Hpfl-Gut, Introd. spec. in N.T. (1938) p.35. 12 Ueber die Zeugnisse des Papias von unseren beiden ersten Evangelien: Theol. St. K. (1832) p.735-768. 13 MG 7:437. 14 Donovan, The logia in ancient and recent literature (1924); Xote en the Eusebian use of Logia: Bib (1926) p.301-310. 15 Ench. Bib. n.388. 16 MG 20:265. 17 Eusebio, mg 20:480; clemente A., mg 9:264. 18 MG 7:844. 19 , L'vang. s. St. Matth. en La Sainte Bible de Jrusalem (1950) p.30. 20 Benoit, o.c., p. 12-29. 21 Ench. Bib. n.39222 Ench. Bib. n.45. 22 Cf. Krister Stendahl, The School of St. Matthew (1954); L. Goppelt, Christentum und Judentum im ersten una zweiten Jahrhundert (1954). 23 MG 7:124. 24 Eusebio, Hist. Eccl. III 24:6. 25 MG 20:265. 26 ML 26:18. Una exposicin de ellos cf. W. D. Davies, Dictionary of the Bible (1963) p.631ss. 27 benoit, L'vangile s. S. Matth.: Introducan, en La Sainte Bible de Jrusa-lem (1950) p.7-12. 28 Introducan a la Bible (Robert-Feuillet) (1959) II p. 164-172; Huby, vang. s. S. Matth. (1946) p.XIV-XVII.

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    Capitulo 1. La genealoga de Cristo, 1:1-17.

    1 Genealoga de Jesucristo; hijo de David, hijo de Abraham: 2 Abraham engendr a Isac, Isac a Jacob, Jacob a Jud y a sus hermanos; 3Jud engendr a Fares y a Zara de Tamar; Fares engendr a Esrom, Esrom a Aram; 4 Aram a Aminadab, Amina-dab a Naasn, Naasn a Salmn, 5 Salmn a Booz de Rahab; Booz engendr a Obed de Rut, Obed engendr a Jes, 6 Jes engendr al rey David, David a Salomn de la mujer de Uras; 7 Salomn engendr a Roboam, Roboam a Abas, Abas a Asa, 8 Asa a Josafat, Josafat a Joram, Joram a Ozas, 9 Ozas a Joatam, Joatam a Acaz, Acaz a Ezequas, 10 Ezequas a Manases, Manases a Amn, Amn a Josas, Josas a Jeconas y a sus hermanos en la poca de la cautividad de Babilonia. 12 Despus de la cautividad de Babilonia, Jeconas engendr a Salatiel, Salatiel a Zorobabel, 13 Zoro-babel a Abiud, Abiud a Eliacim, Eliacim a Azor, 14 Azor a Sadoc, Sadoc a Aquim, Aquim a Eliud, 18 Eliud a Eleazar, Eleazar a Matan, Matan a Jacob, 16 y Jacob en-gendr a Jos, el esposo de Mara, de la cual naci Jess, llamado Cristo. 17 Son, pues, catorce las generaciones desde Abraham hasta David, catorce desde David hasta la cautividad de Babilonia y catorce desde la cautividad de Babilonia hasta Cristo.

    Mateo limita la genealoga de Cristo a los antecesores del pueblo elegido: a las dos series que derivan de Abraham y David, en un orden descendente. Recoge as la gran promesa mesinica hecha a Abraham y fijada en la estirpe de David: Jesucristo, hijo de David, hijo de Abraham. Este evangelio es, pues, el de Jesucristo Mesas. En la poca neotestamentaria, la expresin hijo de David era usual para denominar al Mesas 1.

    La conservacin y uso de las genealogas es algo muy caracterstico del mundo semita. La Biblia conserva muchas (Gen c.4-11; 1 Crn c.1-9; Esd 2:61-63; Neh 7:63-65). Josefo re-cuerda el esmero con que se conservaban por escrito las de los sumos sacerdotes desde dos mil aos, con sus nombres y los de sus padres. 2 Y l mismo sac de estas listas pblicas su doble genealoga, regia y sacerdotal 3. San Pablo citar con orgullo su propia genealoga (Rom 11:1; Flp 3:5). Y, al decir de Julio el Africano (170-240 d.C.), Herodes, de baja estirpe, hizo quemar las listas genealgicas de los hebreos para que nadie se pudiera gloriar de su origen. Algunas, sin embargo, se salvaron, entre las cuales cita a las de los parientes de Cristo 4. As, pues, es histricamente cierta la gran solicitud de los orientales y judos por conservar sus ge-nealogas.5

    Esta genealoga de Cristo en Mateo es, en su contenido, histrica; pero en su redaccin literaria, artificiosa. La reduce a tres grupos de catorce generaciones cada una, cuando son ms, y omite a veces nombres de personajes conocidos. As, omite los tres reyes que existieron entre Jorn y Ozas (1 Re 8:24; 1 Crn 3:11; 4 Re 14:1), y entre Fares y Naasn, slo cita a tres perso-nas Esrom, Aram y Aminadab , cuando la permanencia en Egipto sera de cuatrocientos treinta aos (Ex 13:40); entre Salomn e Isa, padre de David, pasaron unos tres siglos, y slo cita dos generaciones; y tambin hubo ms entre Zorobabel, de la cautividad, y San Jos, y slo cita nueve. Lucas mismo, en este espacio de tiempo, cita dieciocho.

    Sin embargo, Mateo, al reducirlas a tres grupos de catorce cada una, tena un propsito particular al que subordin estos problemas. El mismo dice explcitamente: van catorce genera-

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    ciones de Abraham a David, y catorce de David a la Cautividad, y catorce de sta a Cristo. Dos son las razones que pudieran explicar su propsito. La primera, la simetra. El conte-

    ner la primera serie, de Abraham a David, oficialmente en la Biblia, catorce generaciones, pudo inclinar al autor a caracterizar las otras pocas por el mismo nmero, dada la divisin tripartita de fondo, Abraham-David-Cristo 6.

    La segunda, el gusto oriental por los acrsticos. Las tres radicales que componen el nom-bre de David tienen el valor numrico 4 + 6 + 4 = 14. As el nmero 14 viene a ser, en acrstico, el nombre de David. Tendra as una intencin mesinica, que terminaba en Cristo, al que se llamaba, por antonomasia, el Hijo de David. 7

    Esta solucin fue propuesta por Chrz. Fr. Ammon (1849), G. Surenhusio (s.XVII-XVIII), A. Gr. Gfrorer (1838) y, ms recientemente, por A. Bisping 8.

    As, pues, Mateo es el autor de esta genealoga. Le bastaba para su fin citar, como ani-llos de la cadena, el que estos antepasados lo fuesen en un sentido natural o legal. La palabra padre puede tener entre los orientales un sentido muy amplio.

    Es extrao, sin embargo, que cite en ella cuatro nombres de mujeres: Tamar (Gen 38:14-24), Rahab (Jue 2:1), Rut (Rut 1:4) y la mujer de Uras (I Sam 1:11-31), cuando los derechos mesinicos legales se hacan por lnea paterna y, adems, aparecen algunas de ellas como desfa-vorables en su conducta moral. San Jernimo pens acusar con ello la universalidad salvadora mesinica; sin embargo, la opinin comn es que las incluy porque eran extranjeras a Israel. Esto sugerira que en la lnea del Mesas haba tambin influencias extranjeras e, indirectamente, podra verse un cierto sentido de universalidad en la obra mesinica. Sin embargo, en 1 Crnicas (1:33; 2:3.4.16.17, etc) se citan mujeres de condicin diversa y sin intencin especial. Acaso, hipotticamente, hayan podido ser en Mt anotaciones marginales al texto primitivo que despus pasasen al Mtg. Hasta se piensa que algunas hayan sido proslitas 8. Alguna tradicin rabnica considera a Tamar en la lnea mesinica. En los nueve primeros captulos del libro I de las Cr-nicas las divergencias son cosa corriente 9.

    Mateo termina su genealoga con estas palabras: Y Jacob engendr a Jos, el varn de Mara, de la cual naci Jess, el llamado Cristo (Mcsas). Pero la expresin varn de Mara debi de parecer algo fuerte a algunos lectores, como si ello supusiese alguna relacin matrimo-nial entre Jos y Mara, lo cual dio origen a otras dos lecturas en algunos cdices 10. Sin embar-go, esta primera lectura es la genuina, con lo que se acusa la generacin legal de Jos. Al explicitar que Jess naci de Mara, el evangelista prepara el tema de la segunda parte: la con-cepcin virginal de Cristo. El modo sobrenatural de la concepcin de Cristo, 1:18-25.

    18 La concepcin de Jesucristo fue as: Estando desposada Mara, su madre, con Jo-s, antes de que conviviesen, se hall haber concebido Mara del Espritu Santo. 19Jos, su esposo, siendo justo, no quiso denunciarla y resolvi repudiarla en secreto. 20 Mientras reflexionaba sobre esto, he aqu que se le apareci en sueos un ngel del Seor y le dijo: Jos, hijo de David, no temas recibir a Mara, tu esposa, pues lo concebido en ella es obra del Espritu Santo. 21 Dar a luz un hijo, a quien pondrs por nombre Jess, porque salvar a su pueblo de sus pecados. 22 Todo esto sucedi para que se cumpliese lo que el Seor haba anunciado por el profeta que dice: 23 He aqu que la virgen concebir y parir un hijo, Y le pondr por nombre Emma-nuel, Que quiere decir Dios con nosotros. 24 Al despertar Jos de su sueo, hizo como el ngel del Seor le haba mandado, recibiendo a su esposa. 25 Y sin haberla

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    conocido dio a luz un hijo, y le puso por nombre Jess. Angustias de san Jos, 1:18-21.

    Al regreso de su visita a Isabel, Mara volvi a su casa, la de sus padres, familiares, o la de su esposo. Depende de si haban celebrado las bodas o slo los desposorios.

    Se plantea a este propsito un problema clsico: Cuando se descubre la concepcin virgi-nal milagrosa de Jess, Mara estaba slo desposada con Jos o era ya su verdadera esposa? Qu valor tienen las expresiones que se usan aqu para narrar esto?

    Tres trminos entran aqu en juego: son los siguientes: El verbo : casar o desposar; el verbo : cohabitar, vivir juntos en una

    casa, o tambin, aunque raramente, relaciones conyugales; el tercer verbo es , que significa recibir, y, segn algunos, retener.

    Ante todo, conviene destacar que la tradicin cristiana se divide al precisar el estado de Mara a la hora de la concepcin virginal de su Hijo. As, se encuentran representantes que inter-pretan el verbo convenir del uso matrimonial, y que, en este caso, sera la afirmacin por el evangelista de no haber mediado en esta concepcin ni antes del nacimiento relacin conyugal alguna. Tales San Juan Crisstomo 11, San Ambrosio 12 y San Jernimo 13.

    No habiendo unanimidad en la tradicin sobre este punto, parece lo ms probable con-cluir, por la lectura del texto, que se trata del desposorio, por las razones siguientes:

    a) El sentido normal del verbo es el de recibir. En la lengua griega pro-fana se usa tambin para expresar el matrimonio. Si se quiere suponer que Mara ya estaba casa-da, el verbo debiera entenderse en el sentido de retener, conservar, mantener; pero tal sentido no lo tiene este verbo. 14

    b) En Mateo, el verbo siempre se usa en el sentido de tomar a uno por so-cio; no de retener.

    c) El verbo , tanto en el griego clsico como en el de la koine, puede significar indistintamente casar o desposar. Es el contexto el que ha de decidir.

    d) El verbo no parece que pueda significar, en este pasaje de Mt, relaciones matrimoniales, pues Mt mismo, o el traductor, expresa stas en el mismo pasaje por el conocido eufemismo matrimonial hebreo de conocer. As dice, probando la virginidad de Mara en la concepcin y parto: Y (Jos) no la conoci hasta que dio a luz su hijo. Por qu suponer que lo que es un trmino tcnico hebreo, conocer, para indicar las relaciones conyugales, es expresa-do en el v.18 por un verbo que no es normal, cuando unos versculos despus, y hablando del mismo tema, lo expresa por la traduccin material del eufemismo hebreo (yada') (yoda') = cono-cer) tcnico por relaciones conyugales? Ni en contra de eso estara el que se llame a Jos varn de Mara si estuviese desposada. Ya que los desposorios (qiddushn) en Israel tenan casi el valor jurdico de matrimonio, por lo que varn puede traducir indistintamente a marido o despo-sado 15. Ni tampoco, por lo mismo, es objecin el que Jos piensa repudiar a Mara. Pues este trmino, si bien es tcnico para indicar la disolucin de un matrimonio; como el desposorio tena unas caractersticas tan especiales en Israel, no se poda repudiar a una desposada si no era me-diante el libelo de repudio.

    As, pues, antes de que Jos llevase a Mara a su casa el matrimonio se sola celebrar al ao siguiente del desposorio 16 , antes de que conviviesen, en cuyo acto consista el acto ju-rdico matrimonial (nissun), se hall que Mara haba concebido por obra del Espritu Santo, expresin que evoca el A.T. y donde se indica la accin ad extra de Dios. Expresin post fac-tum; acaso pudiese aludir por apropiacin al E. S. persona.

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    Este hecho produjo un desconcierto en Jos, pues su desposorio era ya un cuasi con-trato formal de matrimonio. Qu hacer?

    Podra denunciarla ante un tribunal para que anulase legalmente el desposorio; retener-la, celebrando el matrimonio y llevarla a su casa; repudiarla, bien en pblico, excusndola y sin pedir castigo, o privadamente, mediante libelo de repudio ante dos testigos y sin alegar motivo 17. Y por fin, dejarla ocultamente marchndose de Nazaret y dejando que las cosas se olvida-sen.

    Jos, porque era justo (), es decir, porque era recto en su conducta ante Dios y ante los nombres aunque en este trmino caben muchos matices 18 , determina repudiarla en secreto, darle el libelo de repudio secretamente y sin fecha para que ella pudiese salvar mejor su honor. Jos ante los hechos cree en el honor de Mara; si no, hubiese obrado de otra manera.

    Sin embargo, por un sentido de honor, socialmente redundante en su Hijo, se pensara que el matrimonio, jurdicamente, ya se hubiese celebrado.

    Cuando pensaba realizarlo, despus de fuertes dudas y reflexiones, lleg la intervencin divina a travs de un ngel del Seor. Fue en sueos. En Mt estas manifestaciones son, como en el documento elohsta del A.T., en sueos; en Lucas, con apariciones. En l se le re-vela el misterio que se ha realizado en Mara. No debe temer en tomarla por esposa, pues no es ningn mal, sino un gran privilegio para l la obra de la accin divina. Y se le ordena que le pon-ga por nombre Jess. Mara dar a luz un hijo, pero t le llamars Jess. Es Jos quien va a transmitir al nio legalmente los derechos mesinicos, pues es de la casa de David (v.20). Je-ss, que es su nombre propio y el que contiene la misin que viene a realizar, transcripcin del arameo Yeshu, es decir, Dios salva, porque salvar a su pueblo de sus pecados. Inter-pretacin del evangelista o su fuente. Obra eminentemente espiritual, frente al mesianismo po-ltico y nacionalista esperado. La frmula con que Mateo transmite esta obra del Mesas es la misma con la que se habla de Yahv en los Salmos: El (Dios) redimir a Israel de todos sus pe-cados (Sal 130:8). Jess, el Mesas, realizar lo que se esperaba en el A.T. que hara el mismo Dios. Sugerencia muy fuerte, ya en el comienzo del evangelio, de que ese nio era Dios. La Profeca del Emmanuel, 1:22-23.

    Mateo ve en este hecho de la concepcin de Jess el cumplimiento del vaticinio de Isaas sobre el Emmanuel (Is 7:10-16). Precisamente sucede para que se cumpliese lo que el Seor haba anunciado por el profeta. Mateo da aqu una interpretacin de esta profeca, bastante olvi-dada en la tradicin juda, pues sobre el origen del Mesas, unos sostenan una cierta preexis-tencia divina en Dios, con una aparicin gloriosa, y otros un Mesas puramente humano aunque de origen oculto. Sin embargo, es una profeca mesinica19. El mismo Mateo, al citar esta profeca, pone en lugar de la 'Almah, que significa de suyo mujer casada, virgen, por de-pender en su versin de los LXX, que ya usan esta palabra y porque es exigida por el contexto y paralelos verbales del A.T. 19 Jos Acepta la Paternidad Legal de Jess, 1:24-25.

    Resueltas todas las dudas, Jos recibe a Mara por esposa, llevndola oficialmente a su casa, y acepta la paternidad legal de Jess. Y aade el evangelista que no la conoci hasta que dio a luz a su hijo. El verbo conocer (yada') es usado normalmente por las relaciones conyugales, y tambin es de sobra conocido el hebrasmo hasta que ('ad-ki), con el que slo se significa la relacin que se establece a un momento determinado, pero prescindiendo de lo que despus de l suceda. As, Micol, mujer de David, no tuvo ms hijos hasta el da de su muerte

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    (2 Sam 6:23; Gen 6:7; 2 Re 15:5). Cuando la expresin intenta sugerir un cambio posterior, se explcita en el contexto (Gen 24:33; Act 23:12.14.21). A veces, la frase, perdiendo su sentido subordinado, introduce un nuevo e imprevisto suceso (Dan 2:34; 7:4.11). As interpretado el tex-to de Mt no intentara tanto expresar la inviolabilidad de Mara sobrentendida su fecundacin sobrenatural , cuanto subrayar la paternidad legal de Jos. Adems es conocido el uso fre-cuente de esta frmula para indicar una exclusin. Entonces su sentido sera: Mara dio a luz sin relacin conyugal con Jos. 20

    1 Strack-Billerbeck, Kommentar. I p.640. 2 Contra Ap. I 7. 3 Vita I. 4 Epist. ad Arist.: Mg 20,96ss. 5 Strack-B., Kommentar. I p.1-6; Vost, De duplici geneahgia Domini (1933) p.110; Obernhumer, Die menschliche Abstammung Jesu: Theol. Prakt. Qschr (1938) 524-527; A. Vgtle,Di Genealogie Mt 1:2-16 und die matthaische Kindheitsgeschichte (I Teil), en Bibl. Zeitschrift (1964) p.45-58; ibd. (1965) p.32-48. 6 Para otro grupo de problemas de esta genealoga, cf. M. De Tuya, Biblia Comentada c.5 (BAC, 1.a edic.) p.21-25. 7 Lagrange, vang. s. St. Matth. (1927) p.2-3. 8 strack-b., o.c., i p.640. 8 Bonnard, L'vang. s. St. Matth. (1963) p.16; R. Bloch, en Melanges Roben p.381-389; Troadec, Com. a los evang. sinpt. (1972) p.32-34. 9 Erklarung des Evang. nach Matth. (1864). 10 Nestl, N.T. graece et latine (1928) ap. crt. a Mt 1:16; R. T. Hoqod, The Genealogies of Jess, en Early Christian Origins (1961); J. Dupont, La genealoga di Ges secando Matteo 1:1-17, en Biblia e Oriente (1962) p.3-6. 11 MG 57:42-44. 12 ML 15:16-35. 13 ML 26:25. 14 A. Fern. truyols, Vid. Jes. (1954) p.36. Ni los tres pasajes que se citan del N.T. (Flp 4:9; 1 Cor 1:3; Jn 1:11) tienen en el contexto este sentido. 15 Zorell, Lexicn col. 114-115. 16 Strack-B., o.c., II p.303-398; Bonsirven, Textes. n.1250 p.731, ndice sistemtico, palabra fiancailles. 17 strack-b., o.c., i p.805. 18 Zorell, Lexicn col.315-316; C. Spicq, Joseph, son mari etant juste (Mt 1:19): Rev. Bibl. (1964) p.206-214, contra Len-Dufour, L'annonce bjosrph, en Mlanges A. Robert (1957) p.390-397, en que sostiene quejse, por modestia, no quera pasar por el padre del Nio divino, cuyo origen saba por Mara. Tema engaar a la gente hacindolo pasar por su hijo. Por eso el ngel le dice que lo acepte. Esto tiene en contra el contexto y el porqu del v.20. Por eso hace torturas en la traduccin. 19 Strack-B., o.c., I p.74; Ceuppens, De proph. messian. in A.T. (1935) p.188- 19 ceuppens, o.c., p.192-196. 20 Joon, L'vang. compte tenu du subst. semit. (1930) p.4-5; W. Vischer, Com-ment arriva la naissance de Jesus-Christ: Eludes Tholog. et Relig. (1962) p.365-370; F. Sottocornola, Tradition and the Doubt of St.Joseph concerning Mary's Virginity: Ma-rianum (1957) p.127-141; M. De Tuya, Mara en la Biblia: Enciclopedia mariana po-sconciliar (1975) p.303-304.

    Capitulo 2. La visita de los Magos, 2:1-12.

    1 Nacido, pues, Jess en Beln de Jud en los das del rey He-rodes, llegaron del Oriente a Jerusaln unos magos, 2 diciendo: Dnde est el rey de los judos, que naci? Porque hemos visto su estrella en el Oriente y venimos a adorarle. 3 Al or es-to el rey Heredes, se turb, y con l toda Jerusaln, 4 y, reuniendo a todos los prnci-pes de los sacerdotes y a los escribas del pueblo, les pregunt dnde haba de nacer el Mesas. 5 Ellos contestaron: En Beln de Jud, pues as est escrito por el profeta: 6 Y t, Beln, tierra de Jud, no eres ciertamente la ms pequea entre los prnci-pes de Jud, porque de ti saldr un jefe que apacentar a mi pueblo Israel. 7 En-tonces Herodes, llamando en secreto a los magos, les interrog cuidadosamente so-bre el tiempo de la aparicin de la estrella, 8 y, envindolos a Beln, les dijo: Id a in-formaros sobre ese nio, y cuando le hallis, comunicdmelo, para que vaya tam-bin yo a adorarle. 9 Despus de or al rey, se fueron, y la estrella que haban visto en Oriente les preceda, hasta que, llegada encima del lugar en que estaba el nio, se detuvo. 10 Al ver la estrella, sintieron grandsimo gozo, 11 y, entrados en la casa, vie-ron al nio con Mara, su madre, y de hinojos le adoraron, y, abriendo sus cofres le ofrecieron dones: oro, incienso y mirra. 12 Advertidos en sueos de no volver a Herodes, se tornaron a su tierra por otro camino.

    El evangelista precisa que el nacimiento de Cristo fue en Beln de Jud para diferenciarlo de otro Beln situado en la tribu de Zabuln (Jos 19:15). La escena es introducida bajo una indicacin

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    cronolgica amplia: sucede en los das del rey Herodes. Se refiere a Herodes el Grande, que rein del 37 al 4 antes de Cristo, ya que la cronologa sobre el nacimiento de Cristo est mal fija-da. En esta poca narra la venida de unos magos de Oriente a Jerusaln.

    De las investigaciones hechas por G. Messina 1 ex profeso sobre este tema, la palabra mago parece derivarse de la forma persa maga, don, que es la revelacin del Sabio del Se-or, anunciada primeramente a Zoroastro. Aparecen en su primera poca como una casta sacer-dotal de Media y Persia. Es trabn dice de ellos que eran celosos observadores de la justicia y de la virtud. 2 Y Cicern aade que son la clase de sabios y doctores en Persia. 3 En una se-gunda poca tarda, despus de la conquista de Babilonia, degeneraron y pasaron a ser nigroman-tes y astrlogos en el sentido peyorativo. San Jernimo dice: La costumbre y lenguaje popular toma los magos por gente malfica. 4 Los magos que aqu presenta el evangelio aparecen como personajes importantes y hombres dedicados al estudio, principalmente de los astros.

    No eran, por tanto, reyes. Ni por su nombre, ni por su origen, ni por el modo como Hero-des los recibe y marchan a Beln. El llamarles as nace por influencia del salmo 72, en que se dice que los reyes de Tarsis y de las islas le ofrecan dones (al Mesas). El primero que lo afir-ma es San Cesreo de Arles, en el siglo V, en un sermn falsamente atribuido a San Agustn 5. El arte los representa como tales desde el siglo VIII 6. En las pinturas de las catacumbas de Santa Priscila, de comienzos del siglo II, se los representa como nobles persas.

    Sobre su nmero y nombre no hay nada cierto. Las pinturas de las catacumbas y antiguos monumentos los representan a veces en nmero de dos (siglo III), cuatro en las catacumbas de Domitila (siglo IV) y llegan a veces al nmero de seis y hasta doce en algunas representaciones sirias y armenias 7. Los nombres son legendarios y les son dados en el siglo VII o principios del VIII. Los hoy corrientes se los da, en el siglo IX, el historiador Agnello en su obra Pontificalis Ecclesiae Ravennatis.

    De dnde proceden? El texto dice que de Oriente, o mejor an, de las regiones orien-tales. Ellos mismos dirn que vieron su estrella en Oriente. Sin embargo, al tratar de precisar la regin, surgen las divergencias. Pudiera ser Persia, pas originario de los magos. Esta es la opinin de la mayora de los Padres y as son representados en varias catacumbas y aun en la iglesia de Beln, del siglo IV. Caldea Babilonia , adems de ser pas de magos, estuvo en contacto con Israel y pudo conocer sus esperanzas mesinicas. Sin embargo, no parece que sea este pas, pues es considerado ms bien como el septentrional (Jl 2:20). Y est, por fin, Arabia, pas del Este por excelencia, porque su comercio y las invasiones a Palestina se hacan por Moab y el Jordn. En estas regiones se encontraba el pas de los nabateos, donde residan gran nmero de judos con frecuentes relaciones con Palestina. Es probable, pues, que el relato de Mateo se refiera a esta gran zona de Arabia. As lo afirman San Justino 8 y San Epifanio 9.

    La llegada de los Magos a Jerusaln fue diversamente interpretada en la tradicin. La opinin ms frecuente en los Padres es que fue poco despus del nacimiento de Cristo. Sin embargo, la opinin ordinaria es que se pone sobre ao y medio despus, ya que Herodes da la orden de matar a los nios de dos aos abajo. La razn que alegan para su venida es para ado-rar al nacido Rey de los judos, pues han visto su estrella en Oriente. En el mundo de la astro-loga los hombres se consideraban regidos por los astros. En la antigedad estaba difundida la creencia de que el nacimiento de los hombres principales iba precedido de un signo celeste.

    Varias fueron las teoras propuestas sobre esta estrella que vieron los Magos. Kepler 10, en 1603, sostuvo que esta estrella no fue otra cosa que la conjuncin de los planetas Jpiter con Saturno el 21 de mayo del 747 de Roma, tres aos antes de la muerte de Herodes. Orgenes propona que se trataba de un cometa. Casualmente, el nacimiento de Mitrdates y Augusto fue

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    precedido por la aparicin de un cometa. Todas estas interpretaciones estn al margen del texto, en el cual, o se trata de un recurso

    literario, o, de lo contrario, el evangelista presenta esta estrella con un carcter sobrenatural. Pues se les aparece y desaparece; les va guiando y camina delante de ellos; llegada sobre el lugar don-de estaba el Nio, se par. Su semejanza puede encontrarse en lo que se lee en el xodo: que una columna de fuego, en la noche, iba delante de ellos en el camino de Israel por el desierto (Ex 13:21).

    El que los Magos conocieran que aquella estrella anunciaba el nacimiento del Rey de los judos, adems de la ilustracin y mocin sobrenaturales que haba que suponer, se realiz por algo que estaba en el ambiente. Era entonces esperado el Mesas, expectacin que difundieron los judos en su cautividad de Babilonia y en la Dispora, y que reflejan los evangelios en la pre-dicacin del Bautista y los escritos de Qumrn y Flavio Josefo. Hasta en el mundo pagano haba trascendido. Suetonio escribe: Era una antigua y firme creencia difundida por todo el Oriente que el imperio del mundo lo alcanzara hacia esta poca un hombre salido de Judea. 11

    Habiendo visto la estrella del Rey de los judos, se encaminan a Jerusaln. Pensaban que el acontecimiento era del dominio pblico. Por ello preguntan, sin ms, dnde estaba el Rey de los judos que haba nacido y venimos para adorarle. Lo que evoca el salmo 72:11. Y, a pesar de que su presencia en Jerusaln no debi de llamar la atencin, acostumbrada a diversas carava-nas, la noticia lleg a Herodes, quien temi que pudieran crearle revueltas y peligros polticos. Como su polica y espionaje estaban montados en todas partes 12 y nada haba de particular, te-mi an ms por si esta conjura estuviera organizada desde fuera. Por eso se turb, y toda Jeru-saln con l. Fue por creerse que haba nacido ya el Mesas por lo que se turb Jerusaln? Unos catorce aos despus de esta escena, a la muerte de Arquelao, surgieron varios pseudome-sas 13. Probablemente esta turbacin era debida a un complejo de causas: el anuncio inslito del nacimiento del Mesas, el temor, con ello, a los dolores mesinicos y el miedo a las feroces represalias de Herodes.

    Ante este hecho, Herodes convoca a todos los prncipes de los sacerdotes y a los escri-bas del pueblo. El Sanhedrn era el Gran Consejo de la nacin. Constaba de 71 miembros, divi-didos en tres grupos: prncipes de los sacerdotes, que eran los ex sumos sacerdotes, y representa-ban a las grandes familias sacerdotales; los escribas, cultivadores e intrpretes de las Escrituras, y los ancianos, representantes de los sectores importantes de la nacin. El Consejo estaba presidido por el sumo sacerdote. Haca tiempo que Herodes (a.30 a.C.) haba prescindido del Sanhedrn para evitar oposiciones, y convocaba consejos particulares a la medida. Pudo ser as slo cita a sacerdotes y escribas lo que a veces est por todo l, o por haberlo convocado con habilidad poltica. Y, reunidos, les pregunta dnde haba de nacer el Mesas. Le contestaron con el texto de Miqueas: Y t, Bethlehem Efrata, eres pequea entre los miles de Jud: de ti saldr para m (un prncipe) que sea dominador en Israel (Miq 5:2). La palabra miles (be'alpe) puede signifi-car que Beln no llega a mil habitantes, o que es pequea entre las de mil. Por un procedimiento conocido, Mt slo cita la sustancia del texto, modificndolo y destacando lo que le interesa: el nacimiento all del Mesas y la gloria que se le seguira a Beln.

    Entonces Herodes mand llamar en secreto a los Magos y les interrog cuidadosa-mente sobre el tiempo de la aparicin de la estrella. Lo hizo en secreto, personalmente, como era su costumbre. Josefo cuenta que Herodes mismo, frecuentemente disfrazado con traje de hombre privado, en las noches, se mezclaba entre las turbas para experimentar y saber por s mismo lo que sentan de su reinado 14. Cerciorado de este dato, le interesaba actuar con astucia, temiendo pudiera ser un enredo poltico, tramado contra l desde fuera. En su mismo palacio se

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    haban urdido conjuras, bajo el pretexto de la aparicin prxima del Mesas, que terminaron en sangre 15.

    Con el consejo que les da de volver a l para poder ir a adorarlo, no en el sentido reli-gioso, sino de acatamiento externo, se pusieron en camino hacia Beln y vieron de nuevo la es-trella, que les gui hasta la casa donde estaba el Nio. No es probable que fuese la gruta, como afirma San Justino 16. Al ao y medio del nacimiento de Cristo, lo natural es que hubiesen ocu-pado una modesta casa. All, postrndose en tierra al estilo oriental, que revesta varias formas 17, le adoraron. Y abriendo sus cofres, le ofrecieron sus dones, oro, incienso y mirra, dones principescos, como en otro tiempo la reina de Saba ofreci a Salomn (1 Re 10:12-13; Is 60:6). Hecho esto, y advertidos en sueos que no volviesen a Herodes, se volvieron a su tierra por otro camino; frase vaga, usual (1 Re 13:9.10) usada, sea por ignorarse esa ruta, sea por un simple cierre literario 18. La huida a Egipto y matanza de nios en Beln, 2:13-18.

    13 Partido que hubieron, el ngel del Seor se apareci en sueos a Jos y le dijo: Levntate, toma al nio y a su madre y huye a Egipto, y estte all hasta que yo te avise, porque Herodes buscar al Nio para quitarle la vida. '4 Levantndose de no-che, tom al Nio y a la madre y parti para Egipto, 15 permaneciendo all hasta la muerte de Herodes, a fin de que se cumpliera lo que haba pronunciado el Seor por su profeta, diciendo: De Egipto llam a mi hijo. 16 Entonces Herodes, vindose burlado por los magos, se irrit sobremanera y mand matar a todos los nios que haba en Beln y en sus trminos de dos aos para abajo, segn el tiempo que con diligencia haba inquirido de los magos. 17 Entonces se cumpli la palabra del profe-ta Jeremas, que dice: 18 Una voz se oye en Rama, lamentacin y gemido grande: es Raquel, que llora a sus hijos y rehusa ser consolada, porque no existen.

    La huida a Egipto, 2:13-15.

    Cuando haban partido los Magos, el ngel del Seor se apareci a Jos en sueos y le ordena que tome al Nio y a su madre y huya a Egipto. Huye, le dice. Trmino expresivo que condena por s mismo toda literatura apcrifa basada en milagros para hacer ms fciles las cosas. Jos, con toda prontitud, se levant, en la noche, y parti para Egipto. En Mt las aparicio-nes son en sueos, como en el documento elohsta.

    Egipto era el pas clsico de refugio poltico por ser provincia romana. Haba all muchos judos, colonias florecientes y barrios habitados por ellos y prestaban socorro a sus conciudada-nos. J. Juster 19 enumera una larga lista de ciudades egipcias en las que moraban colonias judas.

    El camino posible para ir era doble. Uno, el ms fcil, por la va de la costa, hasta llegar al Waddi el-Arish, que era el lmite de Egipto. Pasaba por Ascaln y Gaza y segua por Rapha hasta Casium y Pelusa. El otro, por el desierto.

    Nada se sabe sobre su establecimiento, aunque se sealan diversos lugares, como El Cai-ro, Koshm y hasta Hermpolis, en el, alto Egipto. All permanecieron hasta el nuevo aviso del ngel. Cuando ste lleg, Mateo dir que se cumpla lo que el Seor haba pronunciado por su profeta: De Egipto llam a mi hijo (Os 11:1). Aunque el profeta lo refiere a Israel, mi hijo, esto mismo lo poda decir Dios de su verdadero Hijo. Hay adems en todo el episodio un tras-fondo del xodo. matanza de nios en beln. 2:16-18

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    Herodes, considerndose burlado por los Magos, se irrit grandemente y, temiendo una conjura solapada de tipo mesinico, dio la orden brutal de que se matase en Beln y su trmino a todos los nios de dos aos para abajo, segn el tiempo que con diligencia haba inquirido de los Magos.

    Esta reaccin era normal en Herodes. Segn cuenta Josefo, mand matar a su yerno Jos, a Salom, al sumo sacerdote Hircano II, a su mujer Mariamne, al hermano de ella Aristbulo, a la madre de stos, Alejandra; a los mismos hijos de l: Alejandro, Aristbulo y Antpater; a Kos-tobaro, noble idumeo; y hasta hizo que se encerrasen en el anfiteatro de Jeric a todos los nobles judos y dio la orden de que, a su muerte, se los matara a flechazos, aunque la orden no se cum-pli 20. Nada, pues, significaba para este tirano el matar a un grupo de pequeos aldeanos de Be-ln y sus suburbios.

    No se sabe cuntos seran. Tomando por base un Beln de mil personas y teniendo en cuenta todos los datos demogrficos, ndice de natalidad y mortalidad, etc., se pueden calcular en unos veinte nios 21. La Iglesia los venera como santos y como mrtires, ya que, como dice be-llamente San Agustn, con razn pueden llamarse primicias de los mrtires los que, como tier-nos brotes, se helaron al primer soplo de la persecucin, ya que no slo por Cristo, sino en vez de Cristo, perdieron su vida. 22 As se cumpli lo que dice Jeremas (Jer 31:15), aade Mateo: Una voz se oy en Rama, lamentacin y gemido grande: es Raquel que llora a sus hijos y rehu-sa ser consolada, porque no existen. Aunque esta cita se refiere a las concentraciones de judos que Nabucodonosor hizo en Rama, a unos nueve kilmetros al norte de Jerusaln 23, para ser de-portados a Babilonia (Jer 40:1), y que Raquel llora al partir, Mateo la evoca aqu de nuevo. Ra-quel gran antepasado de Israel podra llorar a estos hijos suyos inocentes, pues su sepulcro se encontraba en el camino de Efrata, que es Beln (Gen 35:19). En esta evocacin se quiere personificar el duelo nacional ante aquel crimen.

    Sin embargo, el conjunto del texto presenta dificultades histrico-exegticas muy serias. El retorno a Nazaret, 2:19-23.

    19 Muerto ya Herodes, el ngel del Seor se apareci en sueos a Jos en Egipto 20 y le dijo: Levntate, toma al nio y a su madre y vete a la tierra de Israel, porque son muertos los que atentaban contra la vida del Nio. 21 Levantndose, tom al Nio y a su madre y parti para la tierra de Israel. 22 Mas, habiendo odo que en Judea rei-naba Arquelao en lugar de su padre Herodes, temi ir all, y, advertido en sueos, se retir a la regin de Galilea, 23 yendo a habitar en una ciudad llamada Nazaret, para que se cumpliese lo dicho por los profetas, que sera llamado Nazareno.

    Herodes muri poco antes de la Pascua del 750 de Roma. El decir Mateo que haban muerto los que atentaban contra la vida del nio es una reminiscencia del libro del xodo. All se dice a Moiss, que estaba escondido en Madin: Ve, retorna a Egipto, pues ya han muerto los que bus-caban tu vida (Ex 4:19), que era, como el texto dice, el faran (Ex 2:15-23).

    Sin embargo, como Herodes nombr heredero del trono a su hijo Arquelao (aunque el Csar slo le concedi el ttulo de etnarca), y ste mostr una crueldad semejante a la de su padre, por lo que nueve aos ms tarde fue desterrado a Viena de Gala 24, Jos temi ir all y vi-no a establecerse en Nazaret. Caa as bajo la jurisdiccin de Antipas, que, aunque sensual y astu-to, se mostr benvolo en su gobierno. As la ida a Nazaret, villorrio insignificante que no es ci-tado nunca fuera de los documentos cristianos hasta el siglo VIII, en una elega juda de Kabir 25, sirvi, segn Mateo, para que se cumpliera lo dicho por los profetas: que Jess sera llamado

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    Nazareno. Esta profeca no est en la Escritura, por lo que el problema se centra en saber si es una

    interpolacin, una profeca perdida o la palabra nazareno estara como sinnimo de despreciable, por lo insignificante de Nazaret, o de la raz netser, retoo 26. Parece ms bien indicar el retoo mesinico de Isaas o el retoo de los profetas, dado el gusto oriental por el juego de palabras. Aqu, entre Nazaret y Nazoraios. All iba a crecer este retoo y de all saldra para su obra me-sinica.

    Tambin se ha puesto en relacin con el Santo de Dios (Mc 1:24; Lc 4:30). Los LXX, en Jueces (16:17), traducen nazir por santo de Dios. En Is (4:3) al resto se lo llama santo. Cristo sera nazireo, santo, por salvar como resto a la matanza de los Inocentes27. Zolli, basndose en Jeremas (31:6), en los notzerim, vigas para ir a Sin, ve en Cristo el gran notzer de la Buena Nueva 28. Tambin se lo quiere poner en relacin con el hebreo nazur = guardado por Dios de estas matanzas; guardado por Dios para su alto destino 29. Historia y midrash en los captulos 1-2 de Mateo.

    Los evangelios de la infancia captulos 1-2 de Mt y Lc han sido muy cuestiona-dos en su valoracin. La abundancia de milagros e intervenciones sobrenaturales, en contraste con la moderacin de los mismos en el resto de los relatos de la vida de Cristo excepto en ten-taciones y Getseman , hace pensar. El milagro existe, pero sometido a una economa de ex-cepcin. Sin duda que a fortiori han de estar al servicio de Cristo, pero los datos evanglicos los presentan en forma moderada y con una finalidad muy especfica, frente al maravillosismo de estos captulos, aunque tambin moderados en comparacin con los apcrifos.

    Una lectura cuidadosa de los mismos da la impresin de ver que la finalidad primordial de ellos no es cronstica, sino preferentemente teolgica y edificante, sin que ello niegue lo que haya de histrico. Se piensa en narraciones afines a las narraciones judas midrshicas.

    La concepcin midrshica. El midrash no exige ser una ficcin. Es frecuentemente una interpretacin libre y adornada con fines didcticos, de ncleo histrico sobre la Biblia. Es ordinariamente una historia narrada libremente en funcin de una finalidad concreta, mejor pene-tracin del A.., un enfoque teolgico o parentico. Es, por ello, una actualizacin de la Escri-tura en forma muy libre. A veces el midrash se compone, no ya de un comentario partiendo de un dato del A.T., sino que es un mosaico ms o menos compacto de textos bblicos. El uso judo de este procedimiento era normal y abundante.

    El evangelio de la infancia y el krigma primitivo. El evangelio de la infancia, en general, no depende del krigma primitivo. Este tena por esquema la vida pblica de Cristo, comenzando por la predicacin del Bautista, como se ve en los sinpticos y en los Hechos de los Apstoles. Adems, si se hubiese predicado la infancia de Cristo en el krigma oficial, pronto se hubiese formado un esquema ms o menos fijo en su exposicin y se hubiese percibido en estos relatos de Mt-Lc. Sin embargo, no exige esto que los evangelios de la infancia sean tardos. Se ve su diferencia con el maravillosismo exuberante e inverosmil de los apcrifos. Ya desde prime-ra hora tuvo que tener el mximo inters el conocer los orgenes e infancia de Cristo por di-versos grupos cristianos, tales como sus familiares, mujeres cristianas, y los apstoles mis-mos, especialmente San Juan, que se encarga de la custodia de la Virgen. Mara y Jos fueron seguramente las fuentes de varios de estos datos (Lc 2:51). La historicidad fundamental de va-rios de ellos se impone incluso como exigencia apriorstica.

    Relacin entre los evangelios de Mt-Lc. Manifiestamente, ni Mt ni Lc se conocieron en sus obras. De haber sido as, hubiese habido interdependencia entre ellos: v.81., en Lc no

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    hubiese faltado el episodio de los Magos o escenas siguientes, lo mismo que en Mateo se percibi-ra otra forma de relatar, probablemente, la anunciacin, etc. Ms an, se hubiesen armonizado mejor sus relatos, pues Mt lleva al Nio de Beln a Nazaret, pasando por el destierro con una re-lativa larga permanencia all, mientras Lc lo lleva directamente de Beln a Nazaret en seguida de la purificacin.

    Sin embargo, hay datos coincidentes del mximo inters entre ambos lados: 1) Una virgen llamada Mara (Mt 1:18-20; Lc 1:27). 2) Desposada con un varn llamado Jos (Mt 1:18-20; Lc 1:27), que era de la estirpe de David (Mt 1:16.20; cf. Mt 1:1; Lc 1:27; cf. 1:31; 2:4; 3:23-31). 3) Mara concibi virginalmente por obra del Espritu Santo (Mt 1:18.20; Lc 1:35). 4) El Nio, conforme a indicacin del ngel, se llamar Jess (Mt 1:21.25; Lc 1:31; 2:21). 5) Es concebido cuando an no convivan juntos (la interpretacin es discutida, pues se discute si Mara estaba slo desposada o casada). El Nio nace cuando ya vivan en la misma casa (Mt 1:24-25; Lc 2:5). 6) El nacimiento es en tiempo de Herodes el Grande (Mt 2:1; Lc 1:5; cf. 2:2). 7) Nace en Beln de Jud (Mt 2:1-5.6-8; Lc 2:4-5.11.15). 8) Luego establecen su residencia en Nazaret (Mt 2:23; Lc 2:39.51). Estos datos indepen-dientes de Mt-Lc hacen ver que son anteriores a ellos. Y que se recogen como histricos se ve a travs de los evangelios , y alguno de ellos es de fe: la concepcin virginal.

    Los dos captulos de Mt. Estos son tambin independientes entre s. Las escenas del

    c.2 son autnomas con relacin al primero; no necesitaran de l para tener su personalidad. No necesitan depender del c.l. Adems tienen una homogeneidad compacta, aunque no hubieran si-do todas las escenas primitivas; la escena de los Magos explica todas las escenas siguientes, y stas sin la de los Magos no tiene explicacin de enmarque lgico.

    Mt 1:1 es la tesis de estos dos captulos. Pero en l se altera el esquema rgido de tal en-gendr a tal al llegar al Jacob del v.16. No dice: Y Jacob engendr a Jos, y Jos engendr a Jess, sino que, para destacar la concepcin virginal de Mara, dice: Jacob engendr a Jos, el varn de Mara, de la cual naci Jess, el cual es llamado Cristo (Mesas). Lo que viene a con-firmar, segn su procedimiento, el hacer ver que las profecas rubrican el mesianismo de Cristo.

    Mt en el c.2 quiere probar tambin que Cristo es el Mesas. Para ello utiliza una geo-grafa cristolgica (K. stendahl). Va a describir el viaje