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El Acto de Fe Buscando la Verdad Notas Sobre La Transformación Emocional por Leandro Stitzman Buenos Aires - octubre MMI Consideraciones previas Los cuestionamientos que el psicoanálisis ha recibido en su primer siglo de vida, tanto internos como externos al movimiento, han sido más producto de desencuentros que de miramientos a su corpus. Por tal, resulta fundamental esclarecer el vértice particular con el que se asocia la transformación desde la cual se realiza la formulación. Esto permite desvelar cuales serán las visibilidades y los conos de sombra que se producen desde el hecho seleccionado específico que sea objeto de discusión. Así, este es un trabajo psicoanalítico que desde un vértice kleiniano intentará nominar la transformación emocional que se experimenta al analizar la Ternura en su evolución por la Fe en la existencia de una Verdad capaz de mitigar el dolor mental provocado por la Mentira. Ternura: revisión sobre artificios y herencias En el marco de las VI Jornadas de Investigación, dijimos que la Ternura [i] en sentido extenso (1999) es la emoción producto de actos reparatorios y gratitud, posibilitadora de la corriente tierna y erótica. Sabemos que es la

Bion - El Acto de Fe - Buscando La Verdad - Notas Sobre La Transformación Emocional Por Leandro Stitzman

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Los cuestionamientos que el psicoanálisis ha recibido en su primer siglo de vida, tanto internos como externos al movimiento, han sido más producto de desencuentros que de miramientos a su corpus.Por tal, resulta fundamental esclarecer el vértice particular con el que se asocia la transformación desde la cual se realiza la formulación. Esto permite desvelar cuales serán las visibilidades y los conos de sombra que se producen desde el hecho seleccionado específico que sea objeto de discusión.Así, este es un trabajo psicoanalítico que desde un vértice kleiniano intentará nominar la transformación emocional que se experimenta al analizar la Ternura en su evolución por la Fe en la existencia de una Verdad capaz de mitigar el dolor mental provocado por la Mentira.

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El Acto de Fe Buscando la Verdad Notas Sobre La Transformacin Emocional por Leandro Stitzman

El Acto de Fe Buscando la Verdad Notas Sobre La Transformacin Emocional por Leandro Stitzman

Buenos Aires - octubre MMI

Consideraciones previas

Los cuestionamientos que el psicoanlisis ha recibido en su primer siglo de vida, tanto internos como externos al movimiento, han sido ms producto de desencuentros que de miramientos a su corpus.

Por tal, resulta fundamental esclarecer el vrtice particular con el que se asocia la transformacin desde la cual se realiza la formulacin.

Esto permite desvelar cuales sern las visibilidades y los conos de sombra que se producen desde el hecho seleccionado especfico que sea objeto de discusin.

As, este es un trabajo psicoanaltico que desde un vrtice kleiniano intentar nominar la transformacin emocional que se experimenta al analizar la Ternura en su evolucin por la Fe en la existencia de una Verdad capaz de mitigar el dolor mental provocado por la Mentira.

Ternura: revisin sobre artificios y herencias

En el marco de las VI Jornadas de Investigacin, dijimos que la Ternura [i] en sentido extenso (1999) es la emocin producto de actos reparatorios y gratitud, posibilitadora de la corriente tierna y ertica. Sabemos que es la posibilitadora del surgimiento de la Capacidad de Amor desde la Gratitud y que se presenta en tres voces: activa, pasiva y reflexiva.

Desde ella pensamos en la posibilidad del desarrollo de una Posicin Transicional de Ternura (PTT) sobre la que parece interesante detenerse unos instantes, a efectos de realizar algunas transformaciones a nuestros pensamientos.

En este momento, si bien no podemos afirmar, tal como lo hiciramos, que la PTT presenta una vertiente de desarrollo natural en el chico de temprana edad; s podemos sostener su profundo inters como estado emocional teleolgico de un anlisis.

Evolutivamente, diremos que no basta para la terminacin de un anlisis lograr la evolucin de O hasta el punto de hacerse sensorialmente aprehensible en K (O -> K) (Bion; Meltzer); sino que ser necesario que este K, devenido real mediante la evolucin de O, sea contenido en una mente dispuesta en PTT (O -> KPTT).

Es decir que dejaremos de lado la presuncin de la existencia de una PTT natural y sostendremos la PTT como la marca mental de la transformacin emocional (como cambio catastrfico, en el mejor de los casos) que significa un anlisis.

Diremos en este punto que, as como el Supery es el heredero del complejo de Edipo por introyeccin de la figura combinada de los padres, la PTT es la heredera del atravesamiento trascendental que implica un psicoanlisis.

Sin embargo, y en este sentido, es que decidimos revisar la nominacin de este particular estado de la mente.

Entendemos que luego de los desarrollos hechos por Melanie Klein en relacin a Posiciones del psiquismo, podra llevar a confusiones seguir llamando as a algo que, de hecho, ha dejado de serlo. Por tal proponemos re-pensar la forma en la que la Ternura es operacionalizada dentro de la clnica (suerte de transformacin en K de un pensamiento que nos brindaba seguridad [ii] ).

La re-formulacin viene de la mano de pensar a la Ternura Transicional no ya como una Posicin, sino ms bien como una conjuncin conjugada de un estado mental particular, al que en adelante nominaremos como Estado TT, o simplemente TT.

Este estado mental ser el ptimo para atravesar la cesura por la que nos conduce el cambio catastrfico, sirviendo de continente mental para la dispersin de Ps D asegurando una ideal [iii] tolerancia a la frustracin (con todas las salvedades clnicas que lo ideal trae aparejado).

Resumiendo, la TT ser una conjuncin conjugada que determinar un particular estado mental, cuya emocin caracterstica ser la Ternura.

No obstante estas primeras notas, ms adelante veremos la forma en la que la TT entra en interjuego con la Fe y el Acto de Fe para posibilitar, facilitar y contener (es posible?) el cambio catastrfico (cfr. ut infra).

.El Acto de Fe: armando continentes para tiburones

Pero, y cmo acompaar al analizante, desde el lugar de analista, en su O -> KTT? Bion (1970) propone hacerlo desde un estado particular de la mente: el F.

F implica un Acto de Fe til para emprender el combate esencial al que se enfrenta todo analista: l debe combatir a tres grandes demonios que obstruyen la disposicin de su mente en un continente apropiado para albergar los contenidos del analizado: la memoria (contenido-pasado), el deseo (continente-futuro) y la comprensin (en K) [iv] .

Es decir que se trata de renunciar a recordar, a desear y a comprender: debe renunciar a K, o, mejor dicho, subordinar las transformaciones en K a las transformaciones en O.

Entendamos a F como a un Acto-de-Fe y no ya como una mera atencin flotante, dado que implica un renunciamiento a todo lo que de humanos-sujetos tenemos (K) para flotar libremente en un agua infestada de tiburones (Bion).

Los tiburones de Bion seran el espritu maligno, el odio al crecimiento y al desarrollo, la ansiedad catastrfica relacionada con el cambio catastrfico y nosotros podramos agregar las formulaciones en Phi (columna 2 de la Tabla) que tienden a evitar la transformacin K -> O.

De esta forma, disponer la mente en un estado F significa la capacidad de admitir que los fenmenos pueden no tener significados.

Diremos pues, que F es condicin de posibilidad para el analista de advenir O (ser-O y no ser-en-O), implicando despojar a K de la memoria-contenido y el deseo-continente.

( Bion compara, en Atencin e Interpretacin, este estado particular con el pnico psictico en el que contenido despoja a continente de su facultad de receptivo y continente despoja a contenido de su cualidad de penetrante)

F, como Acto-de-Fe, no es un estado neurtico en el que disponer la mente como sujetos. Muy por el contrario, es la especificidad de la mente del psicoanalista que es O, la Verdad ltima, el infinito de origen slo conocible en su evolucin a K, pero nunca en su s-mismo.

Sobre O, Bion dice (in extenso):

Representa la verdad absoluta contenida en cualquier objeto y propia de este; se supone que no puede ser conocida por ningn ser humano; puede saberse acerca de ella, puede reconocerse y sentirse su presencia, pero no puede conocrsela. Es posible ser uno con ella. El hecho de que existe es un postulado esencial de la ciencia, pero no se la puede descubrir cientficamente. Ningn descubrimiento psicoanaltico es posible sin el reconocimiento de su existencia, la unificacin con ella y la evolucin. Los msticos religiosos son quienes tal vez se hayan aproximado ms ntimamente a la expresin de la experiencia de ella. Su existencia es tan esencial para la ciencia como para la religin. A su vez, el enfoque cientfico es tan esencial para la religin como lo es para la ciencia y tan eficaz para una como para otra mientras no se realiza una transformacin de K -> O.

Por esto es que Bion entiende como fundamental el anlisis previo del analista, como una forma de soportar (?) el terror que significa sostener en amplitud mxima el dimetro de Ps D y abandonar la seguridad de K (por las transformaciones en O) para aumentar la receptividad (continente) de las fantasas del analizante (contenido) y desde su dispersin poder proveer el ambiente en el que se pueda dar con la nominacin de lo obvio (Sor y Senet de Gazzano, 1988) que precipite el cambio catastrfico.

As, entiende Bion al Acto-de-Fe como la capacidad de renunciar a K para advenir (el) O desde donde proveer de continentes en reverie a los contenidos que el analizante pone en juego para alcanzar la transformacin emocional.

Hasta ac, lo sabido.

.Fe, Transferencia y Verdad

El estado F de la mente que propone Bion es til, necesario y fundamental para el analista. Es ms, Meltzer aventura que es la contrapartida de la regla fundamental para el analizante, en el analista.

Diremos que no hay psicoanlisis posible sin psicoanalista; y que no hay psicoanalista ms all de F.

Pero la pregunta que surge, que se desprende como un precipitado de estos desarrollos, es de qu forma la Fe trabaja en el analizante? Cul es el Acto-de-Fe que es condicin de posibilidad del surgimiento de un psicoanlisis?

Ms all del pretendido y aparente vrtice mstico que enmarca al ttulo de este pargrafo, intentaremos dar razones (o sinrazones, si es que aspiramos a que el O de lo dicho cobre experiencia emocional en quien escucha) para hacer de la Fe una aproximacin psicoanaltica en la perspectiva antes discutida.

Entendemos que el dispositivo analtico debe proveer de continente al contenido del paciente, debe proveer de una sensacin envolvente, como la de estar rodeado de una piel que protege y abraza (E. Bick).

Esta oferta de continente propicia la aparicin de los contenidos fantsticos del paciente, poblando el espacio de objetos bizarros que intentarn ser aprehendidos por la piel mental (funcin alfa) de la que habla Bion.

Diremos que esto es posible en tanto F, pero tambin y como consecuencia, en tanto el establecimiento de una Transferencia (ya sea sta positiva o negativa).

Conceptualizamos la transferencia desde los procesos de identificacin proyectiva e identificacin introyectiva propuestos por Klein y ampliados por Bion, en los que el paciente introyecta la figura del analista como persecutorio-malo o reparador-bueno (determinando esto la valencia de la misma).

Esta Transferencia estara por tanto introyectando una dimensin particular de O, a la que llamaremos situacionalmente O persecutorio-malo o un O reparador-bueno en tanto el analista es el resultante del sujeto des-sujetado de K, el sujeto de K transformado (o transformndose) en O. A efectos axiomticos, nos resulta interesante pensar al O persecutorio en tanto Mentira y al O reparatorio en tanto Verdad.

De esto se desprende que slo ser O (en trminos estrictos), el O reparatorio; mientras que el O persecutorio, si bien originar una transferencia negativa con la que se deber de trabajar (Klein), no podr ser conceptualizado como tal (cfr. ut supra) en tanto Mentira.

Es desde este vrtice que pensamos a la Fe en el analizante.

Fe es siempre Fe en algo. La Fe ser espacio mental sin pensamientos. El espacio mental es caracterizado como una cosa-en-s que es incognoscible, pero que es factible de ser representado por pensamientos. En la lgica bioniana, el pensamiento es una formulacin de deseo (futuro?) y, probablemente, los objetos que representamos mediante el trmino deseo (1970).

En este sentido, y desde un punto de vista topogrfico, decimos que la Fe es espacio mental sin pensamientos (continente sin contenido) porque entra del lado de lo irrepresentable, de lo que es imposible de ser pensado, pero que existe sin producir dolor mental (cfr. con el pnico psictico, en el que la realizacin mental del espacio se vuelve tan vasta que provoca una explosin irrepresentable de tal violencia y terror que el paciente lo expresa mediante el silencio total y repentino).

La Fe (desde el lado del analizante, o por extensin, desde cualquier lugar distinto al de analista) no produce dolor mental a pesar de ser no apta para ser pensada, porque es siempre Fe en (la existencia de) la Verdad.

Desde esta conjuncin constante, y en el desarrollo de un anlisis, entendemos que la Fe acta como motor hacia el cambio catastrfico desde el momento en que adviene Fe en esa Verdad (O reparatorio, como expresin mental de la Verdad que el psicoanalista es en F), en el continente surgido de la dinmica transferencial total (Identificacin Proyectiva e Introyectiva, Transferencia y Contratransferencia).

.Dinmica de la Fe: el Acto de Fe

Definimos al Acto de Fe como el proceso a travs del cual la Fe se hace acto. Ms all de la aparente tautologa de la enunciacin, esta afirmacin tiene sus implicancias.

La Fe es un espacio mental sin pensamiento (imposible de ser pensado) porque no se corresponde con la experiencia sensorial (no hay sensualidad en la Fe) sino con la experiencia emocional, campo de accin del psicoanlisis. Al proceso en el que este espacio singular se pone en juego como escenario de fondo de las operaciones entre objetos (sean de integracin o de clivaje) lo denominaremos, en adelante, Acto de Fe.

En el analista, como vimos, el Acto de Fe es asequible en K como formulacin realizada desde el renunciamiento al deseo, la memoria y la comprensin.

Por su parte, en el analizante, el Acto de Fe toma la forma de trans-fe-rencia, en tanto contenidos en dispersin en busca de la Verdad capaz de mitigar al dolor mental producido por la Mentira, en tanto certeza saturada y sobredeterminada por la conjuncin constante en D.

En este estado, la mente se encuentra en trnsito desde un vrtice inicial a un vrtice final. Esta traslacin de la mente, este proceso de cambio (catastrfico) que lleva a la mente de una conjuncin constante a otra, en dispersin, manteniendo en apertura el dimetro Ps D se encuentra impregnado por la Trans-Fe-rencia.

Daro Sor denomina zona Trans a este espacio plagado de obstculos y turbulencias por el que se traslada la mente.

De esta forma, el Acto de Fe para el analizante ser la capacidad para controlar las turbulencias que ocultan lo-obvio dificultando el vertimiento de los contenidos fantasmticos en el continente F (espacio mental singular llamado Analista) fomentando la apertura de Ps D en busca de la nueva nominacin que precipite el cambio catastrfico (ver Sor y Senet de Gazzano, 1988).

Este Acto de Fe que implica abandonar la seguridad de K (en D) encuentra su continente en el espacio mental al que dimos en llamar Fe.

Vemos as como la Fe del analizante requerir de ambientes suficientemente buenos (receptivos, sostenedores) para poder hacerse acto. Y estos ambientes estn/son determinados por F y TT.

.Experiencia emocional: Un mundo en transformacin

Hablar de experiencia emocional implica hablar de un vnculo [v] que sufre una transformacin y es captado, impregnado por emociones visibles o implcitas.

Las transformaciones que sufren experiencia emocional en un analizante guardan la especificidad del aqu-ahora-conmigo (estemedio-estemomento-estepaciente).

El medio-continente de las transformaciones emocionales del analizante en contacto con el analista (F) configura el continente al que denominamos Situacin Analtica.

As, la situacin analtica es el medio en el que se lleva a cabo la transformacin emocional que se realiza como contenido del continente formado por el encuentro del Acto-de-Fe del analista y el analizante.

A la luz de lo desarrollado, de lo formulado arriba, estamos en condiciones de entender la forma en la que se da la transformacin emocional que conduce a O -> KTT y cules son sus condiciones de posibilidad.

Como dijimos antes, no basta con que se produzca en el paciente la transformacin O -> K, sino que debe realizarse O -> KTT.

Dijimos que hablar de analista es hablar de F; que hablar de analizante es hablar de un sujeto de la Fe en transformacin y que hablar de psicoanlisis es hablar del encuentro de Actos-de-Fe.

Dijimos tambin que la TT es la marca que queda en la mente del analizante luego de haber pasado por un psicoanlisis: es la introyeccin en Reverie de F (dimensin reparatoria de O); es decir, como proceso en el espacio mental sin pensamiento al que dimos en llamar Fe.

En este sentido es que podemos decir que no hay posibilidad de psicoanlisis ms all del marco emocional que se produce del encuentro de Actos de Fe. Decir tambin que hay un inefable en la transformacin emocional que tiene lugar en el medio analtico: es una transformacin que, dadas las caractersticas de la Fe (tanto del analista como del analizante) no es aprehensible por la sensualidad sino por un aprender de la experiencia (emocional) precipitando as los cambios catastrficos.

En esta perspectiva entendemos que es funcin del anlisis el precipitar los cambios catastrficos que conducen a la integracin de la personalidad con preponderancia en la mente de su parte no-psictica, de sus estados sexuales polimorfos y de la disminucin de las operaciones de clivaje que permitan mantener la ansiedad en estados tolerables e intensificar la tolerancia a la frustracin.

Pero sabemos tambin que para esto es necesario abandonar la integracin de D (la seguridad de K) y atravesar todo el sinuoso, incierto y bellsimo camino trans de cesuras rumbo a la dispersin del nuevo hecho seleccionado (cfr. con el modelo de surtidor de Sor y Senet de Gazzano, 1988) que posibilite el cambio D -- Ps --- c -- D.

Sin embargo, este proceso de transformacin mediante el cual la Fe se hace acto, puede realizarse en alucinosis, malogrando, desviando, desvirtuado el fin de dicha T.

La transformacin esperable es una Transformacin en pensamiento, dado que una T en alucinosis, con su consecuente odio a la verdad, jugara el papel de dogmatizar la Fe (ubicada en las mrgenes iridiscentes de O), destruyndola en el oximorn gestado [vi] .

Ser as importante proveer de ternura, dentro de los cuales puedan controlarse los distintos elementos a ser dispersados/en dispersin [vii] , evitando la degeneracin de los elementos para pensar (alfa) en beta, con la imposibilidad de seguir contenindolos en la mente y su consecuente expulsin de la misma.

De esta forma concluimos que la Fe que se transforma en alucinosis para hacerse acto producir (mediante el engolfe de objetos reales) un mundo bizarro con ausencia de pensamiento, hecho que resulta antagnico a la verdad que persigue.

La TT dar el continente necesario para que la frustracin de no encontrar significados inmediatos durante el transito de la mente por la cesura, no produzca la creacin de elementos beta.

Ahora bien, qu es lo que posibilita que la mente abandone el cmodo parnaso de su actual conjuncin constante, que es lo que permite la evolucin, la transformacin emocional? Y adems, cmo es que se pueden contener los objetos (contenedores del dolor mental) en una mente en dispersin?

.Transformaciones clnicas de la Fe (O -> KTT)

Sostenemos que para poder trabajar con la Fe en un psicoanlisis es perentorio tener en cuenta que la Fe no es objeto de interpretacin sino objeto de construccin.

Ubicamos evolutivamente la Fe como el espacio sin pensamiento que se forma en la mente como consecuencia de la experiencia de Ternura [viii] en su manifestacin pasiva: la Fe es el lugar de la mente en el que por primera vez se experiment (emocionalmente) Ternura.

De igual forma, y en la perspectiva en que supimos definir la Ternura como emocin secundaria (1999), la consideramos como condicin de posibilidad de la Capacidad de Amor y posibilitadora de los vnculos K y L.

Ahora bien, cmo construir en anlisis desde este espacio mental sin pensamiento un Estado Transicional de Ternura que posibilite abrir las puertas hacia el campo de la salud mental (Klein, 1960)?

Se construye, no en trminos de la lgica del significante, para llenar lagunas mnmicas como sostena Freud (1937), sino que se construye desde la experiencia emocional facilitando las transformaciones de O en K.

Se construye desde el Acto de Fe. Se construye en Reverie.

En el devenir de un anlisis, lo que se busca es quebrantar la Mentira (en tanto certeza en la columna 2 de la tabla, como significante saturado de significacin) productora de dolor mental (-K). O dicho en otros trminos, asumir, tanto analista como analizante, la cada del semblant que tienda a la desfantasmatizacin del Yo del paciente, y del lugar de Sujeto Supuesto Saber del analista.

En este camino se arriba al maravilloso momento en el que el analizante declama: Yo no s quien soy en oposicin a la certeza narcisista con la que suele llegar a la consulta.

En este sentido es que, de la mano de la cada del semblant, Ferreyra pone al Acto de Fe del lado de la forclusin del sentido por la orientacin de lo Real (Lacan, J.: Seminario XXIII).

Esta forclusin de sentido de la que hablan los franceses, es lo que nosotros entendemos como la dispersin pre-catastrfica, en la que D se atomiza en cientos, miles de hechos en el sentido de D -> Ps perdiendo la seguridad que brinda K, por lo que encontramos ciertas coincidencias en este punto aunque en sus desarrollos se lo trabaje con otras vistas, con otras implicancias y no se encuentra caracterizada la Fe en la manera en que nosotros lo hacemos.

Esta dispersin que conduce al cambio catastrfico, dando con un nuevo hecho seleccionado que posibilite el advenimiento de una nueva conjuncin constante, da lugar al enunciado S que (Yo no s quien soy) [ix] .

Esto genera una nueva integracin en un punto D novedoso con un aprender de la experiencia en la existencia de la Verdad, provocando el (re)surgimiento de K como sntesis del proceso catastrfico de transformacin emocional.

Esta incertidumbre en relacin al Ser slo puede ser sostenida, contenida por una mente que disponga de una adecuada apertura del dimetro Ps D. Y esta apertura se alcanza mediante una adecuada construccin de la Fe en la existencia de la Verdad en un ambiente/ continente tierno (TT).

Por eso, y a la luz de los conocimientos tcnicos de los que disponemos, preferimos reservarnos la TT para caracterizar la marca que el paso por el psicoanlisis deja en la mente del analizante.

Pero, por qu decimos que la evolucin debe ser del orden de O -> KTT? Pues entendemos que la generacin de continentes de Ternura en dispositivos analticos (encuentros de Actos-de-Fe en los que tiene lugar la transformacin emocional) es la mejor herramienta clnica-tcnica de que disponemos para favorecer la apertura mental que requiere Ps D para favorecer el surgimiento del escenario de la Fe en la Verdad capaz de mitigar el dolor mental (Acto de Fe), llevando al analizante en la evolucin que contbamos antes (-K -> O -> K).

La experiencia de abandonar la seguridad de K, tolerando la frustracin del no-saber, del no-entender sostenido por una experiencia emocional de Ternura incrementa la Fe del analizante, disminuyendo las ansiedades de aniquilacin sustentadas por la voracidad y la envidia.

Este incremento de la Fe, esta (re)construccin emocional de la Fe en anlisis, da las bases para la constitucin/introyeccin de la TT permitiendo la salida y el fin de anlisis, as como lo hubimos propuesto anteriormente (1999).

Estos dos fenmenos clnicos, estas dos transformaciones (la construccin emocional de la Fe y la introyeccin de la TT) posibilitarn una mayor apertura mental y las posibilidades de enfrentarse al cambio catastrfico con el mnimo de ansiedades persecutorias y de aniquilacin, gracias a la experiencia emocional que nos significa la Fe en la existencia en esa nueva Verdad, que simbolizamos como DK (D -> Ps -> Dk).

Nuestra propuesta es, entonces, centrar el anlisis en un espacio, una emocin y una entidad: Fe, Ternura y Verdad, como trpode saludognico a travs del cual se lleva a cabo la transformacin emocional.

El resto es un Acto-de-Fe.

.Notas

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[i] Stitzman, L.: Ternura: La Tercera Posicin en Psicoanlisis. VI Jornadas de Investigacin en Psicologa. Instituto de Investigaciones. Universidad de Buenos Aires, 1999

[ii] Quiero agradecer la contribucin de Daro Sor en la transformacin de esta conjuncin constante que sostenamos.

[iii] Utilizamos la razn de ideal en el sentido de la conceptualizacin de lmite para las matemticas. En este sentido es que es tendencia y no acto, por definicin

[iv] Vase que es la memoria de lo sensorial, el deseo de curar y la comprensin de lo escuchado

[v] Vnculo en el estricto sentido que Bion le da al trmino

[vi] Quizs quede pendiente para futuras investigaciones pensar la relacin existente entre el Fanatismo y la degeneracin de la Fe en Dogmatismo a travs de una No-Transformacin Autstica. Por lo pronto es slo una hnide, suerte de tmido pensamiento en busca de su pensador.

[vii] Ntese que se trata de tiempos lgicos y no cronolgicos. El acto de dispersin es en casos tan fugaz e indeterminado que resulta imposible considerarlo con un antes y un despus, por eso lo tomamos como una totalidad. Tomando prestado un principio de cintica qumica, el de Indeterminacin de Pauli, y utilizndolo desde un vrtice psicoanaltico, diremos que es imposible de determinar el momento, lugar y velocidad con el que ocurre un cambio catastrfico o una transformacin de la Fe en estado receptivo a un Acto de Fe.

[viii] Bion toma la nocin de espacio de la geometra para definir su espacio mental. La geometra dice que es espacio el lugar en el que antes hubo algo. En este sentido, el espacio mental sin pensamiento Fe es el lugar en el que antes y por primera vez, hubo Ternura

[ix] Como pensamiento (Yo no s quien soy) que encuentra un pensador capaz de pensarlo y contenerlo en una mente post-catastrfica

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Alfa-Beto Binico

Leandro Stitzman

[email protected]

Para definir el espacio mental, Bion se vale de la definicin geomtrica de la nocin de espacio, en tanto cualquier lugar en el que antes hubo algo. Es decir que para que se pueda crear espacio, algo que ocupe lugar, debe previamente salir.

Utilicemos un modelo de base kleiniana para poder entender mejor algunas implicancias de esto.

Cuando el bebe nace, en el primer aullido que da al mundo, expulsa mediante un mecanismo de identificacin proyectiva instinto de muerte permitiendo que en aquel lugar en el que antes hubo Muerte, ahora se genere el espacio adecuado para contener Vida (en forma de instinto de Vida) que debe ser capaz de entrar.

Si el bebe es incapaz de llorar, entonces es incapaz de crear el espacio suficiente como para contener Vida, y muere.

A esto que el bebe expulsa, Bion lo llama elementos beta. Defina a los elementos beta como aquello que es incapaz de ser procesado por la mente, son experiencia emocional pura sin metabolizar e inmetabolizable.

Al salir dejan un espacio vaco que debe ser llenado con pensamientos que puedan ser pensados y tolerados. Estos pensamientos que traen el material para la vida (mental, anmica) lo hacen en forma de otro tipo de elementos a los que Bion llama alfa.

Los llama elementos alfa y beta como un intento de evitar la penumbra de asociaciones que cualquier otro nombre podra tener dando cuenta de un intento de llevar la abstraccin del modelo un paso ms all de las metforas habituales en psicoanlisis (Complejo de Edipo, castracin, perversin, etc...).

Pero, cul es el proceso mediante el cual estos elementos beta expulsados con violencia vuelven transformados en elementos alfa?

Pues bien, estos elementos beta son contenidos por la mente de la madre (ms evolucionada), que los metaboliza y transforma en elementos alfa mediante una funcin particular: la funcin alfa.

( Mucho se ha discutido este nombre entre los bionianos: se corresponde con los elementos que crea, se llama as por ser la funcin original del pensamiento y sus elementos fundamentales, ...

Creo que para tener un respeto adecuado por el intento de Bion, bien vale entender que son nombres elegidos justamente con el afn de evitar este tipo de especulaciones. )

El trmino funcin alfa, al igual que el de elementos alfa y beta, se halla intencionalmente desprovisto de significado, de un significado que es esencial aprender a tolerar dejar de lado.

Estos elementos alfa devueltos al bebe dan la matriz adecuada para que se forme dentro de su mente una funcin homloga a la de la madre que le permita comenzar a pensar sus propios pensamientos.

Esta idea en principio bsica contiene en s una gran originalidad: implica que no es el pensar lo que origina los pensamientos sino que por el contrario son los mismos pensamientos los que desarrollan dentro de la mente la capacidad de pensar (estudiaremos este fenmeno en detalle en futuras entregas).

A la capacidad de la madre de devolverle al bebe su experiencia emocional sin metabolizar (elementos beta) en forma de pensamientos adecuados para ser contenidos y pensados por l (elementos alfa), Bion la llama Capacidad de Reverie (reverie: del francs, ensueo).

La llama Reverie en alusin al estado mental requerido en la madre para estar en sintona con las necesidades del beb.

Si la madre falla en esta sintona, es decir, si es incapaz de metabolizar la experiencia emocional y la devuelve en forma de beta (incapacidad de reverie) la madre producir un bebe psictico.

Pero hay otra forma de incapacidad de reverie tanto peor, un madre incapaz de contener la experiencia emocional de su bebe, por lo que el contenido proyectado por este queda literalmente perdido en el aire: estas madres crueles producen bebes fanticos o autistas.

Veamos un ejemplo cotidiano con el objeto de poder clarificar un poco ms estos conceptos y procesos.

El bebe, hambriento, llora reclamando al pecho que lo frustra por no estar en este momento dentro de su boca. La madre llega con el pecho gratificando las necesidades de su bebe. Cuando ste deja de tener hambre, como el pecho sigue estando all, lo vivencia como persecutorio con ansiedades de aniquilacin y se defiende del ataque fantaseado mordindolo (con proyeccin de esta experiencia emocional en forma de beta).

Si la madre abraza al bebe permitindole aferrarse a ella visualmente y envolvindolo mentalmente con un piel protectora que lo protege y abraza (al decir de Bick) y lo sostiene en su ansiedad (Winnicott), entonces el bebe comprende que era un hecho que se corresponda slo-una-fantasa y vuelve a sentirse a salvo.

Ahora bien, si la madre en cambio aleja al bebe gritndole, lo que hace es reafirmar su fantasa de aniquilacin y lo deja inerme ante su ansiedad.

La primera es una madre con capacidad de reverie; una madre suficientemente buena capaz de devolverle al nio en forma de alfa lo que l expuls en forma de beta. Por su parte, la segunda madre, con incapacidad de reverie, deja en el nio una sensacin de vaco que alimenta sus ms atroces fantasas rellenndolo de infinitas cantidades de nada.

Digamos entonces uno de los pilares del pensamiento binico: el espacio mental es el continente adecuado para contener pensamientos. El espacio formado en el lugar en el que antes hubo beta ser el continente de alfa.

De esta forma, Bion realiza una analoga con el sistema digestivo. Dice que si la mente no se alimenta adecuadamente de elementos que puedan ser digeridos, muere de inanicin. Este alimento, el alimento mental, es para Bion la Verdad.

Como vimos en la entrega anterior, no podemos tener conocimiento directo de la Verdad tal-cual-es, slo podemos tener noticia de dimensiones evolucionadas de ella o de lo contrario nos veramos cegados por su iridiscencia.

Dijimos tambin que Bion llama O a esta Verdad desconocida e incognoscible.

El proceso mediante el cual diversas dimensiones de O evolucionan de manera de poder ser captadas por nuestras mentes recibe el nombre de Transformacin. Bion describe tres tipos bsicos de transformaciones: transformacin en pensamiento, transformacin en alucinosis y transformacin en sabidura.

Vamos a dedicar las prximas columnas a estudiar los procesos matriciales y elementales que subyacen y posibilitan cada una de stas. En esta oportunidad estudiaremos las transformaciones en pensamiento.

Llamamos transformaciones en pensamiento a aquellas transformaciones que guardan amor y respeto por la Verdad como alimento mental. Son aquellas que nos permiten construir modelos, armar analogas, pensar pensamientos abstractos y desarrollar la capacidad figurativa.

Las mismas se producen cuando la iridiscencia de O entra en contacto con una barrera (que bien puede ser la funcin alfa de la mente en cuestin) desprendiendo cierto tipo de elementos de su impacto: los alfa.

Cuando la Transformacin se da en pensamiento (es decir, con amor por la Verdad y utilizando elementos alfa) el vnculo que se entabla con la Verdad se llama de Conocimiento y Bion lo simboliza con la letra K (del ingls, knowledge).

El vnculo necesario para crecer mentalmente, segn la analoga del sistema digestivo, es el vnculo K que guarda amor por la Verdad, alimento de la mente por excelencia.

En este sentido, la capacidad de reverie implica la capacidad del bebe y la madre de establecer vnculos de conocimiento K.

Es interesante explorar un poco el sentido que la palabra vnculo tiene dentro de la obra de Bion. Usa el trmino vnculo con la idea de describir una relacin con la funcin ms que con el objeto en s. En este sentido, el vnculo K se refiere a la relacin particular que el sujeto tiene con la Verdad.

Pero esto son solo los primeros pasos de un largo flanur En nuestro prximo encuentro, profundizaremos un poco ms en la inteligencia de las transformaciones en pensamientos y de la capacidad de reverie con sus mltiples implicancias.

Trans-formand-O

Leandro Stitzman

[email protected]

Dijimos que Bion parte del estudio de los hechos para realizar abstracciones. Dicho de otra manera, podramos decir que parte de una verdad absoluta, desconocida e incognoscible para transformarla en modelos.

Bion llama O a esta verdad ltima y la define, segn el vrtice o punto de vista, como Dios, cosa-en-s o inconsciente.

Esta verdad O es iridiscente, y tal como el sol, resulta imposible de ser mirado de manera directa sin enceguecerse, sin perder la capacidad de ver. Por tal es importante permitir que dimensiones evolucionadas de O puedan ser accesibles a lo tolerable por el ojo mental humano.

Bion propone en los primeros captulos de su libro Transformaciones (1968), un modelo para poder pensar estos pensamientos.

Un pintor se enfrenta a un campo de amapolas del que no sabe nada, del que nada puede decir en esencia, pero an as, decide pintarlo. Muido de un pincel y un lienzo empieza a trazar lneas que le permitan plasmar en otro plano la imagen mental que tiene del campo.

Ese dibujo no es el campo de margaritas (como la paradojal serie de cuadros de Magritte, Ceci nest pas une...), pero hay algo en l que hace que nos sea posible reconocer que se trata de una imagen correspondiente.

Esta diferencia, Bion la expresa en trminos de cambio e invariancia y los define como contenidos dentro del nombre transformacin.

La forma en la que se realice la transformacin, va a determinar la forma que el cuadro tenga.

Si la transformacin es un proceso continuo de cambios caracterizado por la sucesin de estados de integracin y desintegracin de elementos, la forma depender de la manera en la que se conjuguen o no los diversos elementos.

Hay bsicamente dos tipos de procesos transformacionales: en pensamiento y en alucinosis. Y un tercer tipo al que Bion llama at-one-ment, que merecera una traduccin cercana a unicidad, del que nos vamos en encargar en futuras entregas.

Si la transformacin es en pensamiento, el contenido del cuadro (ya que el cuadro es, en s, slo un instrumento) va a resultar adecuado para reconocer la evolucin.

Si la transformacin es en alucinosis, la forma no ser adecuada al hecho campo-de-amapolas. Posiblemente el resultado sea creativo, pero con la creatividad propia de la psicosis, esa creatividad excesivamente florida.

Estas dimensiones evolucionadas de O mediante procesos transformacionales, hacen que la verdad contenida en los hechos sean asequibles por la mente y se conviertan en elementos con los que se pueda operar (pensar, crear, expulsar, condensar, etc...).

Desde un vrtice mstico-poltico, Bion dice que es esta la funcin del establishment, la de hacer que el brillo, la iridiscencia de la que hablaba al principio de la verdad de ciertas ideas se aminore y pueda ser tolerado por la mente del grupo; caso contrario, el mstico o genio no tendra posibilidad de brindar sus pensamientos para que puedan ser pensados.

Bion equipara el rol del mstico con el trabajo del analista, que debe brindar interpretaciones que puedan ser comprendidas por el paciente de manera adecuada (ya pensaremos, ms adelante, qu quiere decir con manera adecuada).

Es importante volver a remarcar que la verdad O no puede ser conocida de manera directa, sino slo a travs de dimensiones evolucionadas de s mismo mediante procesos transformacionales.

As el analista debe captar y comunicar lo que ve. La verdad que ve contenida en los hechos clnicos que el paciente le presenta. Es por esto por lo que debe estar bien atento a los procesos transformacionales que se presentan, de manera de poder inteligir cul es el O de origen del hecho transformado, y decidir cul es el proceso transformacional en juego.

Lo que Bion interpreta no son significantes o fantasas inconcientes, sino transformaciones. Procesos transformacionales que pueden bien darse a nivel del significante o a nivel de fantasa inconciente pero, como l bien dice, se necesitan por lo menos dos hechos para poder realizar una interpretacin.

Dicho de otra forma, es necesario tener un campo de amapolas, un pintor y un cuadro, para poder hablar de la realizacin de la obra de arte. Podemos no estar en presencia de alguno de ellos, que ser el factor a traer con la interpretacin.

Las consecuencias de este descubrimiento son radicales para la metapsicologa, la clnica, la prctica y la teora de la tcnica psicoanaltica.

De las implicancias y los procesos matriciales que subyacen a los cambios transformacionales vamos a empezar a hablar en la prxima columna.

NOTAS PARA UNA CLINICA DEL ANALISTA

Jorge Rodrguez

[email protected]

No hay sol sin sombra, y es preciso conocer la noche.

A. Camus

Lo heredado

Participar de grupos de formacin es una experiencia necesaria de nuestra vida profesional.

Comenzamos leyendo y poco a poco dejamos de hacerlo. Esperamos del coordinador, no lo confrontamos. La asociacin libre fuera de contexto es uno de los mtodos mas frecuentes

Oscilamos entre escuchar e interpretar y dar clase, al leer o desplegar los textos en cuestin. Insensiblemente se promueve cierto monopolio de una palabra que sabe. Junto con el conocimiento, no siempre con disimulo, aparece lo que conocemos como bajada de lnea: clasificacin poltica del saber ajeno, de las teoras de los otros. Siempre a punto de encontrarnos con algn viga de occidente que nos diga eso no es psicoanlisis.

As prometen a su audiencia el psicoanlisis que no encontrarn en otra parte. Con ellos lo atesoraremos, solo tenemos que seguirlos.

Estudiar se desplegara entre dos experiencias: la de leer y de hablar. El hablar nos plantea el problema del lenguaje comn y del especializado. Cmo se pasa de uno al otro sin perder el originario, el encarnado? Qu es hablar en jerga? Un producto de la educacin, una contrasea, uniforme, mscara, cuya funcin es posibilitar la circulacin del portador.

La sumisin es activa en la medida en que uno se esfuerza en decir aquello que se espera deba ser dicho. No debemos olvidar la palabra adecuada. Es pasiva cuando quedamos en silencio?

La experiencia de leer, en el mejor de los casos, nos permite creer que lo que el autor dice, es o fue pensado por nosotros: ejercicio de omnipotencia. Un riesgo; perderse en el autor, ser el autor, y en secreto, un poco dios. Riesgo y condicin: ser el autor y dejar de serlo. Cmo ser uno mismo?

La experiencia de escribir, desde copiar hasta ser escrito, por lo general es marginal, queda en los apuntes. Esa escritura disimulada, pocas veces es leda, menos aun en grupo

Escribir es separarse, objetivarse, extraarse, hacerse real, a pesar de la inanidad de la letra impresa. Si somos escritos escuchamos alguna de nuestras voces, en todo caso debemos esperar que alguna logre permanecer como para hacerse letra.

El valor del escribir lo palpamos en las resistencias que promueve. Escribir qu? Cualquier cosa; criaturas recin nacidas, recin llegadas de la noche, desvalidas, vacilantes, ridculas, locas, ingenuas, en todo caso debemos recordar que tienen una cualidad: somos ellas.

Vestir la criatura, garabatear: desafo necesario.

Embarcarse en la aventura psicoanalitica implica ir del lenguaje comn al psicoanaltico, conocimiento terico y experiencial. Si perdemos, olvidamos u ocultamos el lenguaje de nuestros orgenes somos presa del otro, al consolidarse empezamos hablar en jerga, la que puede llegar a adoptar la forma del dogma.

En este punto, el conocimiento no slo es peligroso para los otros, sino que ya se cobr la primera victima, aunque tardemos en darnos cuenta. El que lo sostiene es el que sabe, los otros estn equivocados, fcilmente se transforman en extraos a eliminar salvo que aparezcan como potenciales adeptos. Tambin en nuestro campo las posiciones dogmticas promueven conversiones o eliminaciones. El dogmatismo, cientfico o empirista, es uno de los rostros de la dominacin, una forma de ejercer poder. Por lo general, oculta el afn de lucro. Su mtodo preferido es proponer convicciones. Uno de sus efectos es el silencio, tanto ms audible cuanto enorme sea el auditorio. Articular palabra, tarea difcil. Siempre es enorme lo que hay que aprender, lo que no se sabe es infinito. Uno siempre termina siendo menos, siempre, otro, sabe, es ms. De ah la importancia de los grupos de estudio, conferencias, congresos, de los libros por venir. Es mejor recibir que dar. Escuchar y leer que escribir y decir. La enseanza al acercarse al adoctrinamiento produce desazn y apata; formas sordas del sometimiento. Pero no aprendemos de lo que nos dan, sino de aquello que tomamos

Cmo usamos lo que heredamos?

Por lo menos de tres formas

Perversa

Plagiamos. Usamos el poder ocupar el lugar del autor repitindolo sin comillas gracias a la irremediable ausencia de ste y de la supuesta inocencia del lector o del que escucha. Se trata de una forma abusiva de apropiacin de otro, ante otros.

Imitamos

Cuando desplegamos las diversas formas del copiar, desde las citas textuales hasta las citas parafraseadas o comentadas, ya sea, desde el propio autor, desde otros autores o...desde uno mismo.

Innovamos

Al atrevernos a partir de nuestra experiencia, nos dejamos hablar, escribir, habitar por aquello que, aunque extrao, presenta algo propio; por aquello que nos atemoriza, conmueve o inquieta.

As nos enfrentamos a la paradoja de la originalidad: podemos ser originales slo a expensas de la tradicin. Al mismo tiempo, no hay copia posible, no hay dobles, slo originales. Al usar la tradicin somos otro, otros, y al mismo tiempo, uno mismo. Aunque no seamos demasiado ni lo uno ni lo otro.

Lo ledo ya no nos habita. Lo dicho yace en silencio. Lo escrito busca un lector.

* * * *

No hay nada para lo cual el hombre sea menos apto

que para el psicoanlisis

S. Freud

Tendencia a la especulacin

El analista y sus instituciones constituyen, hoy, uno de los mayores obstculos para el desarrollo del psicoanlisis.

Algo que aprendimos de Freud y siempre est por abandonarnos: el obstculo constituye el instrumento. Cmo permanecer vulnerables a nuestras resistencias?

Entonces, lo que impide posibilita; pero aceptamos, que aquello que posibilita, impide?

Una obviedad, analista y paciente producen significados.

Aunque el analista se ocupe de los fenmenos psquicos de una manera rigurosamente cientfica no puede impedir que le suceda algo anlogo al poeta.

Al decir de Freud, los poetas gozan de ciertos privilegios que le brinda la libertad potica. No pueden representar la realidad sin modificarla, as es como que destruyen relaciones molestas, aslan fragmentos, atemperan o suavizan el conjunto. Las modificaciones apuntan a lograr placer intelectual y esttico.

Tanto el analista como el paciente, estn determinados por su funcionamiento psquico, tambin modifican. Es aqu donde anudamos obstculo e instrumento o mejor dicho al instrumento con el obstculo. Esto lo podemos observar en lo cotidiano del trabajo analtico

Al hablar, leer, escribir...

Nuestro modo de ser promueve ciertos funcionamientos:

forzamos unidad al escribir, teorizar...

forzamos verdad en nuestras convicciones

forzamos facilidad y simplicidad al buscar ahorrarnos esfuerzo y complejidad.

Vamos a pensarlos desde tres conceptos de Freud: elaboracin secundaria, formacin de sistemas y conviccin.

Mediante la elaboracin secundaria tratamos los sueos como al contenido de nuestras percepciones. Se trata de un conjunto de operaciones con las que quitamos lo que nos resulta incoherente y absurdo; rellenamos las lagunas que aparecen; seleccionamos o aadimos elementos. De esta manera modificamos en todo o en parte el conjunto que se nos presenta, tambin introducimos nuevas conexiones.

No siempre tenemos presente en el proceso de la significacin, establecimiento de relaciones y bsqueda de coherencia, la presencia e intervencin de la elaboracin secundaria.

La necesidad de formar sistemas Freud la encuentra tanto en los sueos, las fobias, obsesiones, paranoia, como en el animismo y en la teorizacin.

Encuentra que la elaboracin secundaria es un excelente ejemplo de la naturaleza y exigencias de la formacin de sistemas. Aclara que se trata de un funcionamiento que nos es inherente, que es comn a todos. Lo importante est, adems, en lo que nos exige

exige de todos aquellos objetos de nuestra percepcin o pensamiento de los que llega a apoderarse un mnimo de coherencia, de unidad y de inteligibilidad...

Hasta aqu, parece no haber demasiada sorpresa, veamos lo que dice a continuacin

y que no teme establecer relaciones inexactas, cuando por circunstancias

especiales no consigue aprehender las verdaderas

Al sacrificar verdad se est forzando otra, la de quin?, la de qu?

Creo que estamos de acuerdo en considerar dentro del campo de accin del analista el problema de la conviccin

Al trabajarla, Freud, nos aporta elementos para nuestra tarea. Es curioso que sostenga que no existe diferencia entre la conviccin normal y la delirante.

Es interesante el anlisis de cmo opera. La conviccin se basa en ideas y pensamientos en los cuales lo verdadero se combina con el error; entonces su primer movimiento es extender al error la conviccin de lo verdadero: lo falso asociado a lo verdadero tambin es verdadero.

El segundo movimiento consiste en proteger lo falso de la critica que se merece; silenciar la crtica produce efectos: facilita impunidad intelectual, favorece omnisciencia, robustece renegacin (lo que sucede no sucede y sucede lo que no sucede).

Protegemos lo falso al no ejercer critica. Fcilmente establecemos relaciones aunque sean errneas o falsas. Necesitamos relacionar, buscar coherencia, inteligibilidad a cualquier precio. Estamos cerca de la compulsin a significar.

En tanto analistas, constituimos una parte del problema, la otra la constituyen nuestros pacientes, que tambin buscan con los mismos medios. Muy frgil es la lnea que nos une y separa.

Desde aqu quizs podamos observar y pensar las convicciones demasiado rpidas, las conversiones instantneas y esos rechazos impulsivos de aquello que nos contradice. Tambin nos posibilita escuchar los tonos del dogmatismo y palpar las adhesiones incondicionales.

Cmo escuchar algo nuevo?

De ah la insistencia de Freud: el psicoanlisis no es un sistema especulativo, se trata de una experiencia viva. Es producto de los problemas que intenta resolver, problemas planteados en la inmediatez de la observacin, en presencia del objeto. Los analistas, al decir de Bion, y en este punto, quizs tambin en otros se enfrentan a dificultades equivalentes a las del psictico, les resulta difcil trabajar en ausencia del objeto.

Un sistema exige definir con rigor y precisin, en tanto el anlisis avanza a tientas por el camino de la experiencia al decir de Winnicott alejndonos, paso a paso, de la oscuridad, sin un objetivo claro que nos gue.

De ah, que tengamos que contentarnos, aunque por lo visto, no se da con facilidad, con conceptos fundamentales que en contacto con el paciente se tornan, al decir de Freud, nebulosos, evanescentes, apenas aprensibles.

La clnica es una enigmtica y particular combinacin de concepto y experiencia. Se torna

Nebulosa al no presentar limites netos, claros; evanescente al ser fugaz como un sueo; apenas aprensible, casi inaprensible.

Uno no es psicoanalista, en rigor, lo fue cuando lo fue, y no es seguro que vuelva a serlo con la misma solvencia, se tratar de otras circunstancias, de otras exigencias.

un buen y leal neurtico no se arriesga

a llevar a su analista a la enfermedad,

al suicidio o la locura

J.-B. Pontalis

Experiencia viva

Diversas fuentes procuran ideas y plantean problemas que pueden generar interrogantes

en aquellos que estn ejerciendo el psicoanlisis. Proponemos este texto como un modo de buscar, de encontrar zonas de superposicin de problemas. Nos asoma a los riesgos que aparecen fcilmente cuando hablamos de los casos clnicos, pero que resultan casi inevitables cuando encontramos nuestra implicacin con alguno de esos extraos afines, a los que no termino de entender por qu llamamos pacientes.

WINNICOTT

Fuente

Son nuestros pacientes esquizoides los que nos obligan a prestar atencin a este tipo de problema bsico qu es la vida?.

qu es el vivir? Independientemente del estado de salud o enfermedad.

Nos encontramos con individuos que sienten que la vida vale la pena y con otros que presentan un sentimiento de futilidad, donde nada importa y encuentran que la vida no vale la pena vivirla

Ahora entendemos que no es la satisfaccin instintiva lo que hace que un individuo empiece a ser, sienta que la vida es real, que la encuentre digna de ser vivida.

Problemas

Con qu nosografa trabajamos? Cules son nuestros criterios de salud-enfermedad?

Qu enigma sostiene nuestra prctica? Qu es el vivir? Es uno de los enigmas fundamentales en Winnicott. Cul es mi lugar? Es el otro.

Provienen de la especulacin o de la observacin psicoanaltica?

Sus pacientes se lo impusieron, no pudo desconocerlos, yo tampoco.

BION

Fuente

El desarrollo psquico sano depende de la verdad de la misma manera que el organismo depende del alimento.

La verdad siempre es contingente a alguna circunstancia o idea, que, en si misma, es contingente.

En las personalidades esquizoides lo moral se impone a la verdad, hay inanicin y un desarrollo trunco; un SUPER-yo usurpa el lugar del super-yo y yo.

Problemas

Los mismos pacientes: esquizoides; vistos desde otro sesgo, qu es verdad es su enigma fundamental.

Diferencia moral de lo moral y una nueva tpica para estos caso. El SUPER-yo produce significados morales -propios de una moral sin moral- originados en un narcisismo que constituye lo que se conoce como parte psictica de la personalidad.

PONTALIS

Fuente

Los casos y estados lmites (forma de nombrar lo esquizoide) pueden presentar un sesgo obsesivo o esquizoide. Comportamientos mentales muy catectizados, muy organizados y resistentes al cambio. En un caso presentan una actividad compulsiva de pensamiento, en el otro, intentan dominar el psiquismo del otro. El psiquismo se acerca a una mquina (Bion habla de lo inanimado). Lo ausente es la realidad psquica. Ms que encontrarla, el analista tiene que darle vida, hacerla nacer.

Problemas

Encontrar sentido, es todo el trabajo analtico?

Dnde se aloja la simbolizacin posible? Cual es el valor de hacer la experiencia de... En muchas ocasiones se producen fenmenos de sentido pero no se hace la experiencia de...Hay actividad mental pero la palabra no se encarna, no tiene cuerpo, no tiene vida. La actividad mental ocupa el lugar del cuerpo y funciona disociadamente como un aparato de hablar, mental, sexual.

El enigma sostenido por Pontalis es Cul es mi tpica subjetiva? Siempre a la bsqueda de esos lugares efmeros y secretos que uno va ocupando.

Si la actividad mental ocupa el lugar del cuerpo, la mentalizacin excluye al vivir, la dimensin de la experiencia. El trabajo analtico pasa por encontrar el cuerpo que los que no estn en ellos o viven fuera de s adquieran vida. De ah el valor de cierta contratransferencia querer hacer nacer al otro a s mismo.

Constituir el espacio psquico personal es toda la tarea, puede hacerse posible si en la relacin analista-paciente se constituye el espacio potencial analtico, lugar que permite simbolizar el ncleo de verdad contenido en el deseo de hacer nacer al otro.

Me atrever a perturbar el universo

T.S.Eliot

Sesgos

Criterios

Aunque no llegue a tener una teora de la cura, de la salud o del cambio psquico, todo analista, con su prctica, sostiene ciertos criterios. Cules son y qu problemas pueden implicar, es lo que interesa presentar.

a.- la bsqueda de satisfaccin? (militante del placer)

b.- que logre interrogarse? (militante de la inteligencia)

c.- elaborar todo lo que pueda? (militante del racionalismo)

d.- no ser muy ansioso ni muy agresivo? (militante de la no-agresin

e.- no ser demasiado loco? (militante de la cordura)

Junto con Pontalis, siguiendo a Winnicott, decimos que dormir y soar por las noches, trabajar durante el da, tener relaciones sexuales satisfactorias, no padecer de sntomas, no es suficiente para ser y sentir que la vida vale la pena

Connivencia

En Bion y Winnicott me encontr con un problema que aparece disimulado-perdido por su traduccin, como si el traductor lo hubiera reprimido por el analista y sus instituciones.

Se produce ms frecuentemente cuando se trabaja con pacientes esquizoides o en situaciones llamadas psicticas. Se trata de la connivencia (collusion: fraudulent secret understanding esp. Between ostensible opponents as in law-suit.). Se trata de un pacto fraudulento y secreto entre paciente-analista o analista-paciente. El acuerdo no es consciente.

Winnicott lo encuentra en anlisis interminables, se deben a la connivencia entre analista y paciente por la cual se dedican a pasar buenos ratos haciendo anlisis psiconeurtico cuando en rigor la enfermedad es psictica (Exploraciones psicoanaliticas I p. 116). Tambin lo encontramos cuando habla del esquizoide...en tales casos es posible que el analista est en connivencia durante aos con la necesidad del paciente de ser neurtico (como estado opuesto al de loco) y que se lo trate como tal (Realidad y juego p. 118)

Con acidez y ternura seala la omnipotencia e inocencia que hacen a nuestra prctica.

Al estudiar una forma de resistencia, Bion, curiosamente, formula la misma idea que Winnicott. Existen pacientes que aceptan las interpretaciones que le permiten conocer algo mas acerca de algo, pero no aceptan las que le tocaran su ser, por las cuales llegara a ser... algo que no tiene ganas de experimentar, de enterarse, no quiere averiguarlo.

al estar de acuerdo con las interpretaciones que aumentan el conocimiento, el paciente espera seducir al analista y establecer una relacin de connivencia en ese punto, as preservan el vinculo alrededor del conocer y no de otra cosa. (Transformaciones, p.186, la itlica es ma)

Interpretacin

La interpretacin esta rodeada de silencios: el del escuchar, del no entender, del no interpretar... y de riesgos.

En estos reconoceremos sus acechanzas: su ineficacia, al consagrarse al sentido y descuidar la dimensin de la experiencia; su soberbia, cuando se torna autoritaria y se acerca al adoctrinar; su secreto, que se produzca solo por necesidad del analista; su peligrosidad, que encuentre sentido donde no lo hay; su locura, que intente ordenar el caos tratando de ser un analista como hay que serlo: muy inteligente.

Ser lo ms inteligente posible aparece como una exigencia planteada al analista por la complejidad de las teoras que lo aguardan y las difciles e imprevisibles situaciones clnicas que lo solicitan.

Cuando se anuda cierto uso de la inteligencia y la interpretacin se ocasionan mas problemas de los que se resuelven. Querer ser sagaz, astuto, lcido, penetrante, entre nosotros piola, son formas en las que la inteligencia se vuelve contra s misma, y produce efectos indeseados: agrandar la cabeza de ambos y alejar al paciente un poco ms de s. Escuchemos a Winnicott ruego a los analistas que permitan al paciente exhibir su capacidad de jugar en el anlisis. Esa creatividad puede, fcilmente, ser robada por un terapeuta que sabe demasiado...no importa cuanto sepa, siempre que se abstenga de divulgarlo.. (Realidad y juego p. 85)

La psicoterapia no consiste en dar interpretaciones inteligentes y adecuadas (Realidad y juego p. 167) y Me aterra pensar cuantos profundos cambios imped en pacientes esquizoides debido a mi necesidad personal de interpretar. Si sabemos esperar el paciente llega a una comprensin en forma creadora...ahora disfruto de eso, mas de lo que sola gozar con el sentimiento de haber sido inteligente (Realidad y juego p. 167, la itlica es ma)

Para Winnicott interpretar es mostrarle al paciente los limites de mi comprensin, mas que intentar ser inteligente para s, para el supervisor, para el lector, para los colegas...

Si a la necesidad personal de interpretar y de ser inteligente se le agregan la necesidad de significar del paciente y de cierto cdigo interpretativo del analista nos acercamos a fenmenos de omnisciencia (Bion).

Tengamos en cuenta que al indicar la regla fundamental de la asociacin libre. el decir todo puede favorecer ese funcionamiento mental en la medida que el trabajo interpretativo tienda a sostenerlo.

Aqu la dimensin de la experiencia adquiere su pleno valor.

Aprendizajes

En la superficie, una sesin puede parecernos buena o mala, aburrida, alarmante, sin inters. Si vamos ms all nos encontramos con una experiencia intensa. Bion nos recuerda que no debe haber ocasin alguna en que esto deje de ser evidente para un analista.

El anlisis es, para nosotros, una aventura azarosa y peligrosa? Existen actividades en las que los peligros son evidentes y dramticos; nuestra profesin, carece de esa evidencia?

Junto a las ideas de riesgo y peligro crecen las de riqueza y aprendizaje

Aprender del paciente? Parece un contrasentido, uno esta all para otra cosa. Sin embargo, Winnicott dedica Realidad y Juego a mis pacientes que me pagaron por ensearme

Aprender qu? Para adquirir ms experiencia para otros casos, para los casos ms difciles; para estar ms tranquilo en otras circunstancias: para ampliar la gama de respuestas posibles. S, pero tambin para aprender del paciente para la vida del analista.

En qu momento un paciente se transforma en mi paciente? Y el analista en mi analista? Como dice Pontalis, cuando llegamos a lo mas vivo de cada uno.

Existen pacientes que obligan a su analista a escribir, incluso a escribir un libro, esto ocurre, slo por las cosas nuevas de ese paciente? Necesitamos a los pacientes, no slo profesionalmente. Con algunos soamos, con otros nos analizamos, otros nos ayudan en situaciones lmites, otros nos acercan a zonas de nuestra vida, a las que de otra forma no tendramos acceso. Reducir nuestra necesidad a razones de orden profesional es producto de cierta educacin, pero no respeta la verdad.

Nombre

Si pensamos la salud en trminos de crecimiento psquico y riqueza personal, podemos valorar a Masud Khan cuando dice que la cura consiste en cierto crecimiento impredecible. En el mejor de los casos los pacientes se curan y siguen su vida, o la empiezan. A los analistas, qu les pasa? Existe algo que se acerque a ese crecimiento impredecible? Cmo nombrarlo?

Bibliografa

Bion, W. Transformaciones, CEDAL. Bs. As, 1972

Bion, W. Atencin e interpretacin, Paids, Bs. As. 1977

Freud,S. Charcot OC.Biblioteca Nueva, Madrid, 1948

Freud, S Gradiva idem.

Freud, S. Ttem y Tabu, idem

Freud, S. Revisin a la teora de los sueos. Idem.

Freud, S. Pulsiones y sus destinos. Idem

Freud, S. Conferencias de introduccin al psicoanlisis. Idem

Freud, S. Psicoanlisis y teora de la libido, idem.

Freud, S. Mltiple inters del psicoanlisis, idem.

Freud, S. Un tipo particular de eleccin de objeto en el hombre, idem.

Freud, S. Ms all del principio del placer, idem.

Masud Khan, MR, The Privacy of the Self, Hogarth, London, 1974.

Masud Khan, MR Locura y soledad, Lugar, Bs. As. 1992.

Pontalis, JB Entre le reve et la douleur, Gallimard, Paris, 1977

Pontalis, JB El amor a los comienzos. Gedisa, Barcelona, 1992

Winnicott, DW. Playing and Reality. Penguin, London. 1980

Winnicott, DW, Psycho-Analytic Explorations, Karnac, London, 1989

EFECTOS DOGMATICOS DE LACAN EN LA ARGENTINA

Por Alejandro Vainer

I- POSTALES ARGENTINAS

Buenos Aires-Facultad de Psicologa (UBA). Dcada del 80

1-La Facultad de Psicologa de los 80 estaba orientada por las ideas de Lacan. Qu quiere decir orientada? Que todas las materias -por accin u omisin-nos llevaban hacia sus ideas. Desde la poca auto y hetero/valoracin de ciertas materias (Estadsticas, Psicoterapias o Neuroanatoma, por ejemplo), hasta la forma y contenido explcito de otras.

Dos materias, Psicologa Comprensiva y Psicologa Psicoanaltica II, tenan una cursada de prcticos al menos extraa para ojos curiosos: a cada texto de un fenomenlogo, o psicoanalista no lacaniano-llamado socarronamente "posfreudiano", como si fuera un insulto-, se lo haca seguir por un texto de Lacan, que refutaba el texto anterior. Por supuesto, la eleccin dependa de que Lacan hubiera hablado en uno de sus Seminarios de cierto texto de Biswanger, Klein y Hartmann, por ej.

El objetivo del programa era transparente: la "posta" estaba en Lacan, y todos sus "antecesores" eran revisitados por l, para decir la palabra autorizada sobre ese tema. As, el alumno iba tomando pleno conocimiento de los errores de esos "viejos" autores, y adonde deba enfocar su predileccin terica si tena algo de sabidura en sus venas.

2-Un docente de un Seminario sobre Psicoanlisis de Nios, al hacer la historia del mismo, comentaba burlonamente ciertas ideas de Arminda Aberastury. Ella deca que para ser buen analista de nios haba que ser una buena madre, por lo tanto enviaba a analistas varones a aprender a tejer . Este episodio y una fotocopia de un captulo de su texto con Mauricio Knobel fue todo lo que un alumno de los 80 supo de esta psicoanalista.

Sin lugar a dudas este "bombardeo" de significantes situaba LA VERDAD en las letras lacano/francesas (lo cual era sinnimo).

Las Residencias de Salud Mental: Fines de los 80/ dcada del 90:

Mi exceso de optimismo me hizo suponer que la Residencia (y si era Interdisciplinaria y de Salud Mental, ms an) iba tener la heterogeneidad que la Facultad no haba sostenido.

1-El primer da de la Residencia coincidi con un clsico Ateneo Clnico. Era sobre una paciente psictica internada en el Hospital Borda, y se aplicaba la letra del Seminario III de Lacan (nico texto que ilumina sobre el tema de la Psicosis, segn "aprend", porque corrige los errores de los otros autores)

El Ateneo tuvo una estructura que luego me encontr repetidas veces: epgrafe de Freud o Lacan/material del paciente/cita de Lacan que explicaba el material/nuevo material del paciente/nueva cita de Lacan/...as hasta el eplogo que era...una mejor y contundente ...cita de Lacan. Incluso la mayor parte de los trabajos posteriores-(fueran tericos o clnicos) repetan este modelo, pero en muchos casos, an sin la vieta clnica. Un caso aparte era el tipo de trabajos en que se tomaban "tericamentes" los significantes del paciente, como si explicaran la teora: todo paciente que osara hablar de "deseo", o bien que algo le "faltaba", hablaba del Deseo y la Falta, por deslizamiento significante hacia la teora.

Aos despus un grupo de compaeros -hastiados por esta clase de escritura-imaginamos docenas de Ateneos y trabajos imaginarios. Al leer "El Antiyoyo" de Emilio Rodrigu y Marta Berln, descubr que ellos haban imaginado trabajos cliss para la Asociacin Psicoanaltica Argentina, ms desopilantes que los nuestros. "La plvora estaba inventada", me dije con melancola. Sin embargo, duelo mediante, pudimos escribir un trabajo (no de ese estilo) llamado "La mquina de Procusto".

2-Me sorprenda la resistencia encarnizada de varios colegas hacia diferentes sectores del aprendizaje (llamense Grupos, Salud Pblica, Familias, etc.). Pero mucho ms me sorprendan los argumentos y ciertas preguntas. Por ejemplo, la franca oposicin hacia cualquier actividad o contenido de Prevencin, o Atencin Primaria de la Salud. "Eso no es psicoanlisis" (vaya novedad), "El deseo no se previene"(holofrase que justificaba descartar toda prctica y hasta aprendizaje de dichos contenidos). Una pregunta dilemtica (y nunca problemtica) volva una y otra vez : "Puede hacerse anlisis en la institucin?", como si nunca hubiera habido psicoanalistas trabajando en las instituciones; y adems, como si hubiera algn anlisis posible "fuera" de alguna institucin. Est de ms decir que La Respuesta haba que encontrarla en la letra de Lacan.

II-HISTORIA

Volvamos sobre la Historia del Psicoanlisis en nuestro pas. Las teoras de M. Klein eran dominantes en las dcadas del 50 y 60. La lectura pasaba por sus textos, olvidando a Freud, pero con dos particularidades:

1-una cierta banalizacin y simplificacin del psicoanlisis en pocos conceptos de la doctrina kleiniana

2- la posibilidad de algunos autores argentinos para usar de plataforma de sus pensamientos y acciones esas ideas (y otras), alejndose no solamente de la simplificacin, sino de la ortodoxia kleiniana (Pichon Riviere y Bleger, por ej.)

Una visin crtica del primer fenmeno la encontramos en el texto de Juanqui Indart "...Porque (Por qu) la "taza" es un "pecho"(?)", en el que recalca como "se interpreta mecnicamente", tomando un caso de Hanna Segal, cuyo estilo de trabajo describe. Aclara "...no nos ocupa directamente el status terico de la doctrina kleiniana, sino solamente las propiedades de un estilo interpretativo que le est asociado". Al terminar su texto advierte: "Tengase en cuenta que si no se modifica el mecanismo interpretativo, no hay teora que escape a sus requerimientos. Todo Freud, pero tambin Lacan puede transformarse ah en historieta. Se trata, sin duda de una suerte de lastre".

Segn los que vivieron esa poca, el furor hacia Lacan reproduce en parte esa "pasin" sobre Klein. Pero en vez de convertirse en "simplificacin", se transform en una complejidad creciente, para la cual uno jams estara preparado.

El pensamiento de Lacan es "la verdad", pero lleva muchos aos, con un preconcepto: "ya entenders despus de mucho tiempo/ a m me pas lo mismo que a vos". Anatema fundamental de todo estudiante, que se soluciona con aos , y se corona al poder repetir el mismo circuito sobre las prximas generaciones.

Sera impensable no tomar la situacin general del pas para comprender parte de estos fenmenos como una variable, aunque sera errneo tomarlo mecnicamente. Tambin las intrnsecas diferencias tericas entre kleinianos y lacanianos estn en juego. Las ideas de Klein son usadas en los frtiles 50/60; mientras que las de Lacan comienzan como un retorno a la complejidad de Freud, para sacarlo de la banalizacin, desde los 60,-el texto de Indart confirma este primer momento-. Pero su crecimiento global se da durante la dictadura (76/83), para llegar a la hegemona descripta al retorno de la Democracia. Excede los lmites del del trabajo el anlisis de estos fenmenos.

III-DOGMATISMO:

Abordar este tema que supongo central en el pensamiento de Lacan en la Argentina ,dando por descontado la inmensa riqueza de sus aportes al psicoanlisis, y con la aclaracin que me refiero a escuelas e instituciones hegemnicas. Para ello explicitar mi Esquema Conceptual Referencial y Operativo, al decir de Pichon Riviere. Partir desde los desarrollos de W.R. Bion acerca del pensamiento, profundizados en la Argentina por Daro Sor, en sus textos "Cambio Catastrfico" y "Fanatismo".

Desde este punto de vista, se diferencian los contenidos de los pensamientos de sus diferentes usos posibles. Para esto mismo, Bion construye "La Tabla" en la que clasifica pensamientos y usos.

Es fundamental, en este caso, la diferenciacin de los usos variados que podemos hacer de ideas, "independientemente" de las mismas. Ideas, y hasta teoras mismas pueden utilizarse para muy distintos cosas.

El mismo concepto psicoanaltico, la transferencia, por ejemplo, puede ser a la vez: resistencia en una sesin; motor del pensamiento; excusa para seducir alumnos/as; una buena arma para agredir, descalificando a un Sujeto o Grupo; una justificacin para hacer "lo que se me da la gana"; un generador de impotencia en un otro que no conoce y menos entiende; herramienta para (no) pensar lo social; instrumento para planificar acciones transformadoras, etc.

La posibilidad no es infinita pero el lector puede hacer varios juegos de como una misma idea puede emplearse de las formas ms inusitadas en muy diferentes contextos.

Me centrar en dos usos descriptos por D. Sor (en "Fanatismo"), que revisten particular importancia para este trabajo.

Un uso cientfico, que se podra definir como el que considera a las ideas en relacin con su contexto, como no absolutas y en proceso de transformacin.

Un uso fantico, que se caracteriza por transformar a las ideas en Ideas Mximas, nicas, que no admiten convivir con otras. "La Idea Mxima es una idea alienada, causalista, que no se articula con otras ideas, ni admite transformaciones, de extrema coherencia, homognea, igual a s misma..."(P.268). No permiten ni la duda, ni el cambio, ni las diferencias (a las que se inferiorizan en funcin del dogma). "El fanatismo aniquila el problema, vuelve dilemtico lo problemtico...El enunciado autocrtico desaloja el misterio de la mente".(P.263). El autor extiende el uso fantico desde la clnica hacia diferentes campos:

"Cuando el fanatismo se aloja en el pensamiento cientfico lo dogmatiza."(P.262). "El campo cientfico est (paradjicamente) lleno de usos fanticos. As, por ejemplo, es comn el uso de la figura lgica llamada "falacia de poder", que consiste en apoyar un argumento con una cita autoritaria, diciendo: "Freud lo dijo" o "Bion lo dijo". La falacia est en constituir una cita en un argumento vlido" (P.268)

La divisin usos/contenidos en nuestro campo se torna compleja, porque a la vez se transmiten usos y contenidos. En cada teorizacin se transmite (no como quisiera cierto positivismo) como un contenido "infectado", porque los usos son inseparables en la transmisin misma, tanto que se convertien en contenidos. En la historia del psicoanlisis, considero a esta transmisin esencial, en sus dos vertientes:

1- formas de pensar, que van desde la posibilidad de tomar riesgos en poder ir ms all del maestro, a rigideces y hasta excomuniones(usar a Freud como La Biblia, en la falacia de poder, buscando la cita de Dios como toda justificacin).

2-formas de trabajo, que se adquieren, en su mayor parte, por identificacin con maestros y analistas. Eje central en la prctica, que excede siempre a los contenidos, aunque se los reduzca a Teora de la Tcnica.

Esto nos permite entender cierto uso que han tenido los grupos hegemnicos lacanianos con las ideas de Lacan en el Psicoanlisis Argentino. Este uso predominante tiende a alimentar la teora mxima, -que se convierte en dogma, ms que a generar diferentes producciones y transformaciones de la misma.

Es factible comprender as los distintos episodios relatados al principio del trabajo en funcin del dogmatismo: plantear las ideas de Lacan como el punto final de todo desarrollo en psicoanlisis (no admitiendo otros psicoanlisis, u otras teoras, inferiorizndolas); forzar la clnica, la historia, el arte, la poltica, etc. a ser simples "demostraciones" de una teora inmodificable; descalificar cualquier otro punto de vista (pues TODO debe ser comprendido en funcin de ella).

Una teora que sea sometida a este uso ir convirtindose en letra muerta con-sagrada ms que en un trampoln para nuevas generaciones de infieles discpulos.

IV-ALGUNAS CONCLUSIONES

1-Hay teoras que en su estructura interna (contenidos, en trminos bionianos) dan ms posibilidad al uso dogmtico?

S. Supongo que una teora que contenga formulaciones de ideas mximas como postulados incuestionables es tierra frtil del dogmatismo. Mucho ms si no se posiciona para la comprensin de cierta porcin de la realidad (en sentido amplio), sino que empieza a ser una "Visin del Mundo". Explica todo. En ese caso en s misma tiene grandes posibilidades dogmatizantes.

El propio "estilo" (de escritura y formulaciones) del autor en cuestin provocar mayor o menor nivel de apertura a posibilidades de dudas y preguntas.

A esto se le agrega la actitud de los propios "cabeza de escuela" frente a las ideas, cosa que es objeto de diversas identificaciones en sus discpulos. Si se tiende a la denigracin de otros que piensan diferente, este rasgo viajar en discpulos (para ello valen las ancdotas del principio).

En el caso del psicoanlisis la transferencia y sus abusos especficos, complican este punto, como abordar ms adelante.

En el caso de Lacan es evidente en formulaciones crpticas y cerradas -muy seductoras, por cierto-, inferiorizaciones, genera en el lector la imposibilidad de la duda. El esfuerzo simplemente es entender, pues uno ser un dbil mental si no lo hace.

Para la duda, las ideas nuevas, estarn la vejez, la prxima vida.

Un ejemplo algo notable y actual de hasta donde pudo llegar este dogmatismo, es el realizado por el fsico Alan Sokal en Francia, (con su texto "Imposturas intelectuales"), quien seala los errores en los usos de trminos cientficos (matemtica, topologa, etc.) de la primera lnea de la intelectualidad francesa (Lacan entre ellos). Recin tantos aos despus? Claro, tuvo que ser fsico, y no es difcil suponer que las defensas posibles para considerar que, -como en el viejo caso de Galileo-, "el telescopio est equivocado, Aristteles nunca".

2-Qu formas de transmisin (usos) lo potencian?

Si nos circunscribimos al Psicoanlisis creo que en la trada clsica de anlisis personal, supervisin y formacin, en ciertas instituciones pueden favorecer usos dogmatizantes en cada uno de los casos:

-El abuso de la transferencia. Un anlisis que no cuestione la relacin del futuro analista con sus propias teoras, las idealizaciones de las teoras supuestas al analista, y hasta apoye abiertamente la "comunin" entre ambos crea un punto ciego en el que puede germinar fanatismo. As, la cadena de anlisis ir ampliando zonas de cegueras de idealizaciones. En este caso, el propio estilo del maestro es fundamental. Para ello me remito solamente a la biografa de Roudinesco.

-Supervisores (con abuso de transferencia, tambin),que apunten al adoctrinamiento de fieles en cierta teora ms que al aprendizaje y desarrollo que permitan -lentamente- ir construyendo el propio estilo trabajo de quien supervisa.

-Docentes que (de)formen ferreos "recitadores" de sus propias teoras.

-Instituciones ms cercanas a Iglesias, Sectas y Ejrcitos, que formen analistas monaguillos o buenos soldados de la Causa (que aunque sea freudiana, no deja ser dogmtica).

Con el tiempo se teorizarn los usos, convirtindolos en nuevos contenidos, cerrando cada vez ms la posibilidad de cambios.

Para terminar, hago mas las palabras de Fernando Ulloa (P.171):"Cuando los analistas se asumen militantes...suelen ir a la guerra; estos combatientes terminan por perder las mejores pertenencias de su propio equipamiento personal, para pasar a pertenecer, consensual y annimamente, a los ritos tribales de la fraccin que los posee militantes. Bien apartados, por cierto, de aquel ya consignado aforismo, que define la produccin de inteligencia, desde el punto de vista del psicoanlisis, como dos o muchos que antes de entenderse, entienden sigular y deseantemente. Aqu la produccin de inteligencia marcha al ritmo de alguien a seguir, se lo entienda o no, con funcin de marcapaso. Una jefatura transferencial que nada bueno pronostica. Tal vez algn oportuno "parricidio"."

BIBLIOGRAFIA:

-Arn, C.; Berenstein, P., Czerniuk, R. y Vainer A. "La mquina de procusto". Jornadas de Residentes de Salud Mental de la Pvcia. de Buenos Aires, 1991.

-Baln, E. "Cuntame tu vida. Biografa Colectiva del Psicoanlisis argentino"........

-Indart, Juanqui: "...Porque (Por qu) la "taza" es un "pecho"(?)", Ficha. Bs. As.

-Sor, Daro y Senet de Gazzano, Mara Rosa: Cambio Catastrfico. Kargieman. Bs. As.1988

- " " Fanatismo. Anank. Bs. As. 1992

-Rodrigu, Emilio y Berln, Marta: El Antiyoy. . Ed. Fundamentos. Madrid, 1974

-Roudinesco, Elisabeth: Lacan. Esbozo de una vida, historia de un sistema de pensamiento. Fondo de Cultura Econmica. Bs. As. 1994

-Ulloa, Fernando: "Novela Clnica Psicoanaltica". Paids. Buenos Aires.1995

-Suplemento Futuro , Pgina 12. 11/10/1997

Postales de Crueldad

Notas De Gravedad Infinita

Leandro Stitzman

buenos aires - julio mmii

sp: crueldad / en: cruelty (harshness) / fr: cruaut / gr: grausamkeit

.Consideraciones Previas

Al atravesar momentos de plena incertidumbre corremos el riesgo de, atemorizados, ceirnos a seguras nominaciones desde las que el mundo se nos presenta conocido.

Seguramente encontremos seguridad, pero igualmente seguro es que no vamos a encontrar por esas sendas la aventura de crecimiento.

Nuestro objetivo es acercarnos a esos enemigos tan acrrimos de la transformacin emocional, asesinos de todo intento de evolucin y crecimiento del pensamiento: lo cruel y lo dogmtico, como pares de la Fe y la Ternura.

As, posicionados en un vrtice psicoanaltico, y buscando encontrar el laborioso y esquivo camino a Crecimiento, nos armamos de Fe para adentrarnos en el denso y devastado territorio en el que Lo Cruel es Rey: el espacio mental Dogma.

.Postales del Parnaso: Actualizando preguntas

Pensamos [i] a la Ternura como una conjuncin habitualmente conjugada de un estado emocional particular al que nominamos Estado de Ternura Transicional (TT).

Entendemos que el psicoanlisis es el lugar en el que se da el encuentro del Acto-de-Fe del analista (F) y del analizante (Trans-Fe-rencia) y que el mismo nos ensea a evolucionar y transformar en nuestra mente un peculiar espacio psquico (Fe) en el que nuestros elementos (objetos) podan libremente asociarse y relacionarse desarrollndose desarrollndonos.

Hasta aqu, nuestro actual D.

Sin embargo, al enfrentarnos a la evolucin de una hnide que dejamos (2001) flotando en las turbulentas aguas de los pensamientos que buscan pensador, encontramos trazas que tornasolan lo templado.

Propusimos sin desarrollar [ii] que la Fe, si se no-transformaba de manera autstica-fantica, se degenerara en Dogma.

Hoy entendemos que no.

Creemos que el Dogma es un espacio mental distinto a la Fe, y que, como su par antagnico, coexiste en tensin esencial con ella.

Es objeto del presente trabajo entender la compleja dinmica que subyace y posibilita la existencia de un espacio mental llamado Dogma e intentar nominar el estado emocional asociado.

Esta es una invitacin al Hades, a los oscuros y horrorosos estratos de los jardines del Ogro: el reino de lo Cruel, las extensiones del Dogma.

.Lo Cruel: paseando entre Ogros

Diversos autores psicoanalticos [iii] han recorrido los lindes carpidos de la Crueldad (Cr), mas ninguno se ha adentrado en la espesura de la tenebria en busca de los elementos ah conjugados.

La complejidad de nominar una conjuncin constante de manera certera aumenta aqu por el sinfn de usos que tiene el nombre del que partimos.

Por eso, proponemos dejar a un lado la seguridad que lo conocido presta y, apostando a nuestra tolerancia a la sensacin de infinito, enfrentarnos al nombre Crueldad creativamente, dejndola advenir el HS1 [iv] que nos permita encontrar nuevos significados.

Tengamos Fe en nuestra capacidad de tolerar la duda.

Partiremos de un acuerdo bsico: as como la Ternura es la Empata investida de instinto de vida, la Crueldad es la Empata investida de instinto de muerte.

Si bien la Crueldad es una emocin netamente vincular (dirigida hacia un otro) prescinde del objeto, llevndolo metonmicamente a una contingencia extrema. Es esta una diferencia sustancial en cuanto al sadismo se refiere, que inexorablemente requiere del objeto-de-amor para ejercitarse [v] .

As, la Crueldad activa no apuntar al objeto sino al vnculo entablado con l.

Pero, a diferencia de los ataques al vnculo descritos por Bion, la Crueldad no apunta a la destruccin del vnculo sino a la devastacin del mismo. La diferencia radica en que lo buscado no es la anulacin o suspensin de ste, sino el congelamiento emocional que estanque al objeto arrancndole toda Fe en la existencia de una Verdad (con todas las implicancias ya estudiadas), colapsando el espacio mental Fe.

Por tal, y para dejar constancia conceptual de esa diferenciacin, proponemos el nombre de Ataques Crueles (ACr) [vi] al acto del ejercicio activo de la Crueldad.

Pensamos a la Crueldad como una conjuncin constante de un estado mental particular. Al estado emocional en el que se encuentra la mente al ser invadida por la Crueldad lo denominaremos lo-Cruel.

En este sentido, decimos que la Crueldad despoja, arranca al odio su capa tica, su estra moral. Sea quizs por eso que es una emocin tan devastadoramente ominosa y daina.

William James (1890) [vii] dijo que en muchos aspectos, el hombre es la ms cruelmente feroz de las bestias. Y ms adelante dice que se puede ver en los ogros la ms acabada personificacin de la feroz crueldad de que el hombre es capaz.

Nosotros tomamos esta metfora, hecha casi al pasar, para pensar en las implicancias que lo-Cruel tiene para la mente: la gigantiza hasta el asesinato de la personalidad, hasta que la personalidad colapsa en una especie de agujero negro, volviendo infinito [viii] el espacio.

Conforme en que la personalidad no tiene chance alguna de sobrevivir a una inundacin de Cr dado que su resultado es el advenimiento de un Ogro Cruel dentro de la mente.

Pero la pregunta que resta es de no poca importancia: cul es el resultado, la consecuencia mental de la invasin de Ogros? Qu es lo que queda como traza en la mente una vez que la Crueldad haya sido (en el mejor de los casos) mitigada por la Ternura?

Retengamos estos pensamientos en la mente esperando que evolucionen. Quizs ms adelante podamos encontrar tranquilizadores reparos en la seguridad de K.

.Lo Cruel y los Objetos Duros

Cuando hablbamos de la Ternura, la expresbamos en forma de Ternura Transicional (TT) en relacin directa a ese espacio poblado de objetos homnimos propuesto por Winnicott.

Sin embargo, al enfrentarnos al yermo territorio de la Crueldad, nos encontramos con otro tipo de objetos: los objetos duros [ix] .

Huberman y Rodrguez (1993) describen como objetos duros a aquellos a los que el nio se siente igualado por ecuacin adhesiva en un mundo de bidimensionalidad. Son objetos usados no por su funcionalidad (simblica y concreta) sino por la sensacin de dureza, hecho que les permite mantener la ilusin de continuidad del existir.

Dichos objetos son objetos-yo a diferencia de los objetos transicionales que son propuestos por la madre a travs del canal de reverie como objetos yo-no yo.

Desde este vrtice, y tomando esta conjuncin constante como punto de partida desde el que transformar nuestros pensamientos, proponemos que la incorporacin (sdica?) de estos objetos externos, contribuye a la gnesis de los objetos duros internos [x] , que no son otros que aquellos con los que la Crueldad (y el Autismo y el Fanatismo y el Dogma) opera.

De esta forma, diremos que cuando la mente experiencia lo-Cruel, el escenario del devastado espacio interno estar poblado de objetos duros internos entablando (con el exterior) vnculos crueles.

.El Dogma: Espacio de Gravedad Infinita

Volvamos ahora sobre las preguntas que habamos dejado evolucionando arriba.

Definimos al Dogma como el espacio mental formado en el lugar en el que por primera vez se experiment Crueldad.

La marca que la Cr deja en la mente devasta generando un espacio muerto de gravedad infinita que atrae hacia s, pieza a pieza, todo el resto de partes de la personalidad (tanto psicticas y no psicticas, como autsticas y fanticas) a manera de agujero negro [xi] .

Nos vemos tentados a suponer algn tipo de relacin entre estas fuerzas centrpetas y la angustia de precipitacin [xii] , segn la describi Didier Houzel (1993).

As, los lindes del espacio mental de gravedad infinita Dogma, estn sembrados de las conjunciones conjugadas a las que llamamos Crueldad cuyos frutos son los objetos duros internos.

En el Dogma mueren las transformaciones. Los pensamientos se colapsan en ideas nicas, fras, quietas y aisladas. Estas ideas, invistiendo los objetos internos duros, constituyen los pensamientos duros o dogmticos.

Amontonados e infinitamente separados, casi como la paradoja del punto [xiii] , los pensamientos duros habitan lo-Cruel.

Estas no-transformaciones, que Daro Sor llama autsticas o fanticas y que nosotros encontramos no-existiendo en el espacio del Dogma, son las que devastan los vnculos con el objeto.

Los vnculos crueles detienen los objetos, quitndoles transicin, convirtindolos en duros, sin vida, sin emocin.

Esto nos ayuda a explicar una tentacin que tomamos como verdadera momentos ms arriba: la relacin existente entre el Dogma y la angustia de precipitacin.

Como estos son objetos-yo producto de la crueldad proyectada, al ser absorbidos por el Dogma, arrastran con s a la t