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AGRUPACIÓN DE HISTORIADORES FEDERADOS DEL SURESTE DE CÓRDOBA Y SUROESTE DE SANTA FE XXII Encuentro. Rufino 5 de octubre de 2013 La Colonia Artagaveytia. Vida y trabajo de los colonos alemanes y suizos en el sur de Córdoba Alberto Arnoldo Bischoff Libertad 384 (2661) Isla Verde CÓRDOBA 03468-496169/400169 03468-15569546 [email protected]

Bischoff, Alberto. 2013. Colonia Artagaveytia

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A mediados de la década de 1860 el gobierno de la provincia de Córdoba mandó mensurar la tierra pública de los actuales departamentos Unión y Marcos Juárez, para luego venderla. Surge así la suerte 45 A, una superficie de algo más de diez mil ochocientas hectáreas que será adquirida por el inglés Charles Brehner Krabbé, de quien la herederá su hija María Elena Krabbé de Williamson, quien la venderá a Manuel y Ramón Artagaveytia en 1884. En 1892 Artagaveytia Hnos. funda la "Colonia Artagaveytia", que empezará a vender los campos en 1893, haciendo publicidad en el departamento Las Colonias, provincia de Santa Fe, por lo cual los compradores serán suizos, alemanes o descendientes de primera generación de estas colectividades. En el presente trabajo se desarrolla la historia de la fundación y la vida en dicha colonia, incluyendo aspectos culturales, de seguridad, comerciales, costumbres cotidianas, actividades religiosas, etc hasta aproximadamente 1940, en la primera parte. En la segunda parte se desarrolla una breve historia de cada una las familias pioneras y otras familias italianas que se radicaron antes de 1910.

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Page 1: Bischoff, Alberto. 2013. Colonia Artagaveytia

AGRUPACIÓN DE HISTORIADORES FEDERADOS DEL

SURESTE DE CÓRDOBA Y SUROESTE DE SANTA FE

XXII Encuentro.

Rufino

5 de octubre de 2013

La Colonia Artagaveytia. Vida y trabajo de los

colonos alemanes y suizos en el sur de Córdoba

Alberto Arnoldo Bischoff

Libertad 384

(2661) Isla Verde

CÓRDOBA

03468-496169/400169

03468-15569546

[email protected]

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COLONIA ARTAGAVEYTIA

Vida y obra de colonos alemanes y suizo-alemanes

en el sur de la Provincia de Córdoba y la historia de

uno de los fundadores, un náufrago del Titanic

Ing. Agr. ALBERTO A. BISCHOFF

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PRÓLOGO

Yo por bien tengo que cosas tan señaladas y por ventura nunca oídas ni

vistas, vengan a noticia de muchos y no se entierren en la sepultura del olvido,

pues podría ser que alguno que las lea, halle algo que le agrade, y a los que no

ahondaren tanto, los deleite. Y a este propósito dice Plinio, que no hay libro, por

malo que sea, que no tenga alguna cosa buena; mayormente que los gustos no

son todos unos; mas lo que uno no come, otro se pierde por ello; y assí vemos

cosas tenidas en poco de algunos, que de otros no lo son. Y esto, para que

ninguna cosa se debía romper ni echar a mal, si muy detestable no fuese, sino

que a todos se comunicase, mayormente siendo sin perjuicio y pudiendo sacar de

ella algún fruto, porque, si así no fuese, muy pocos escribirían para uno solo, pues

no se hace sin trabajo, y quieren, ya que lo pasan, ser recompensados, no con

dineros, mas con que lean y vean sus obras, y, si hay de qué, se la alaben. Y a

este propósito, dice Tulio: La honra cría las artes

Prólogo del Lazarillo de Tormes,

España, de autor anónimo, mediados del

Siglo XVI

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INTRODUCCIÓN

En la década de 1860 el gobierno de la provincia de Córdoba decide lotear

y vender la tierra pública. Aparentemente el objetivo de ello, más que colonizar,

era recaudar dinero y por ello se acudió a la liquidación de esa vasta cantidad de

campos. ¡Nihil novum sub sole!

Se procedió, a través de profesionales, a medir el terreno y dividirlo en

parcelas de dos leguas de lado, que daban una superficie de cuatro leguas

cuadradas, es decir, unas 10.800 hectáreas.

Cada una de dichas extensiones de suelo recibía el nombre de “suerte”,

denominación que proviene de la época de la Colonia, cuando se dividieron las

tierras de panllevar aledañas a Buenos Aires y, para evitar disputas, los

adquirientes compraban los terrenos para hacer agricultura, sin saber si les tocaría

el más próximo a la ciudad o el más alejado. Luego se procedía al sorteo, o dicho

en un lenguaje más llano, “se iba a suerte”. De allí que a las parcelas para

agricultura o ganadería se las llame “suertes”.

El Superior Gobierno de la Provincia de Córdoba, a través de la Mesa de

Hacienda vendía las suertes en remates públicos. De esa manera se enajenaron

gran parte de las tierras del departamento Unión que, en 1888 sería dividido en

dos, quedando la fracción occidental con el nombre de Unión y tomando la oriental

el de Marcos Juárez, en homenaje a un político cordobés, hermano de Juárez

Celman.

Gran parte de esas suertes fueron compradas por súbditos británicos que

se asentaban generalmente en ellas para explotarlas.

El primero en radicarse al sur del río Saladillo fue el inglés Richard

Seymour, quien había comprado una suerte al norte de la actual localidad de

Monte Maíz. Él y su socio se asientan allí en 1865. Le siguen varios ingleses con

iguales objetivos: colonizar y explotar la tierra.

La guerra con el Paraguay conduce al gobierno nacional al retiro de

soldados de los fuertes del sur, quedando la línea desguarnecida y los indios

aprovecharon esa debilidad de la frontera sur y se adentraron a los territorios

colonizados sin oposición, molestando a los estancieros ingleses incesantemente,

llevándose para sus tolderías caballos, vacunos y hasta majadas de ovejas.

Acosaron a los colonos y hasta llegaron a darle muerte a algunos en el

departamento Unión.

Todo ello condujo a que estos hombres, pioneros de la colonización del

sureste de Córdoba, se fueran retirando de la zona para radicarse en sitios más

seguros, en otras provincias argentinas. Richard Arthur Seymour decide regresar a

su Inglaterra natal en 1869.

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De nuevo en su patria, basándose en un diario que llevó durante casi un

lustro en el que vivió en su estancia Monte Molina o Monte Molino, escribe un libro

que fue traducido en la década de 1940 por el escritor Justo P. Sáenz y cuyo

título en castellano es “Un poblador de las Pampas”.

En esa obra describe la vida en la estancia, las tareas rurales, habla sobre

la población de Saladillo, sobre la vida social de los ingleses, los malones, la flora,

la fauna, la idiosincrasia del criollo, las localidades de La Carlota y de Fraile

Muerto (hoy Bell Ville), etc. Es una minuciosa narración de la vida de un estanciero

en la frontera sur de Córdoba en la década de 1860 y de todo aquello que sucedía

en la zona. Vale la pena leer el libro.

LA SUERTE Nº 46 SERIE A

El 7 de diciembre de 1866, en remate público, el Superior Gobierno de la

Provincia de Córdoba, a través de la Mesa de Hacienda, compuesta por el Ministro

General, Don Ramón Bouquet; el Señor Fiscal de Estado en el Ramo de Tierras

Públicas, Dr. Don Ángel Sosa y el Contador de Hacienda, Don Cristian Achával,

venden a Don Santiago Temple, vecino de Córdoba, el lote 46 de la serie A del

plano de la provincia de Córdoba, en el departamento Unión, pedanía Saladillo.

Santiago Temple compra esta suerte para Carlos Brehner Krabbé. Ella se

ubica a seis leguas al sureste de la población de Saladillo. Fue rematada por el

importe de 1.320 pesos bolivianos la legua cuadrada, que da un valor total de

5.280 pesos bolivianos recibidos en Tesorería. Se escritura ante el

Escribano Carlos M. Valladares de la ciudad de Córdoba.

Al fallecer Don Carlos Brehner Krabbé, hereda la tierra su hija María Elena

Krabbé de Williamson, a quien se le adjudica judicialmente la propiedad el 5 de

diciembre de 1876.

El 23 de diciembre de 1883 María Elena K. de Williamson, representada por

su esposo, Don Archivaldo Williamson, ambos con domicilio en la calle Maipú

número 46 de la Capital Federal, vende la propiedad a Ramón Artagaveytia,

soltero, domiciliado en calle Cangallo número 92 de la citada ciudad, por la suma

de $22.733, recibiendo en el acto $5.166, 66 y quedando pendiente para la

escritura el resto de $17.566, 71.

A fines de 1883 se presenta Don Diego Mc. Crie, vecino de Bell Ville, ante

el Juez de Primera Instancia de la ciudad de Córdoba, Don Simeón Aliaga, quien

presenta un poder otorgado por Don Archivaldo Williamson, esposo de Doña

María Elena Krabbe de Williamson, para promover juicio de mensura, deslinde y

amojonamiento del terreno de propiedad de la citada.

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Para llevar a cabo dicho cometido el Sr. Diego Mc. Crie solicita al Juez

Aliaga que ordene se practiquen las operaciones enunciadas, para la cual

presenta en calidad de perito al Agrimensor Don Félix María Olmedo. Agrega el

Sr. Don Diego Mc. Crie que la suerte 46 A linda por el norte con las número 55 y

56, de propiedad de Francisco Gebbie y de otro cuyo nombre ignora; por el oeste

con la suerte 45, propiedad de los Sres. Campbell, Vivanco y viuda de Banfield,

por el sur con las suertes 40 y 41 que fueron del Sr. Carlos Casado y por el este

con la número 47 del Sr. Tiburcio Zaldarriaga en parte y el resto de dueño

desconocido.

Por otro lado, el Sr. Diego Mc. Crie ruega al Juez Don Simeón Aliaga que

solicite al Escribano de Hipotecas una constancia de que la propiedad está libre de

todo gravamen hipotecario.

En vista de este pedido el Juez de Primera Instancia de Córdoba ordena la

mensura, deslinde y amojonamiento solicitados, acepta al perito propuesto,

Agrimensor Félix María Olmedo, “quien deberá aceptar i jurar el cargo en cualquier

hora de audiencia”.

Además, el Juez Don Simeón Aliaga ordena: “Dése noticia al

Departamento Topográfico i publíquese en ‘El Eco de Córdoba’ los edictos

ordenados por el artículo 490 C. de Ptos. al otrosi, como se pide, notificándose al

efecto al Escribano de Hipotecas”.

Córdoba, 28 de diciembre de 1883.

Firman: Aliaga y Justiniano Achával, secretario.

El 29 de diciembre se presenta el Perito Agrimensor Félix María Olmedo y

acepta el cargo, jurando en la forma de ley, desempeñarlo fiel y legalmente.

El 12 de febrero de 1884 el Agrimensor Olmedo cursa una nota para que

sea firmada por los propietarios de las suertes vecinas o por sus representantes.

Mediante ella se invita a los linderos o a sus apoderados legales a que concurran

a presenciar las operaciones de mensura, deslinde y amojonamiento, llevando

consigo los documento o títulos correspondientes a fin de ver si se sobreponen o

no con los límites de la propiedad territorial conocida bajo el nombre de suerte

número 46, serie A, Departamento Unión.

Firman la constancia de recepción de la nota: por la viuda de Banfield, Geo

Cooper; por poder de Francisco Gebbie, Diego T. Ramsay; Eudocio L. Rodríguez;

Segundo Vibanco y por las suertes del sud, hallándose ausente Don Eugenio

Terrasón, firma su encargado y administrador, Luis R. Guinazú.

La escrituración definitiva de la suerte de 10.799 hectáreas,

aproximadamente cuatro leguas cuadradas, tiene lugar el día 4 de noviembre de

1884 ante el Escribano José Victoriano Cabral, de la Capital Federal, acto en el

que Ramón Artagaveytia declara que efectúa la compra para sí y para su hermano

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Manuel, casado, vecino de la ciudad de Montevideo y que el campo será de

ambos en partes iguales.

La protocolización es realizada en Córdoba por el Escribano Félix M.

Rodríguez con fecha 2 de noviembre de 1889.

FUNDACIÓN DE LA COLONIA ARTAGAVEYTIA

En 1892 Artagaveytia Hermanos funda la colonia.

La suerte 46 A había sido dividida en sesenta y cuatro lotes de cien cuadras

cada uno, restándole luego a cada uno de ellos la superficie necesaria para calles

públicas.

Cien cuadras equivalen a 168,74 hectáreas que, restadas las calles

públicas dan una superficie neta de 163,58 has.

Por versiones orales se sabe que Artagaveytia tuvo un encargado de hacer

publicidad: Juan Diehl, quien se encargó de difundir entre los habitantes del

departamento Las Colonias, provincia de Santa Fe que había tierras para vender

en la Colonia Artagaveytia.

Diehl, además de las bondades de la tierra y del clima, del precio más bajo

de la tierra que en zonas ya pobladas, usó como argumento la existencia de la

vecina estancia Isla Verde donde había un mayordomo alemán. Ésto era atractivo

para los alemanes y suizo-alemanes o sus descendientes por la afinidad étnica y

lingüística que podían hallar en dicho mayordomo, el Señor Eduardo Suhr, nacido

en Belgard, distrito de Lauenburg, Pomerania, quien se había casado con una

alemana, Ottilie Rautenkranz.

El Sr. Juan Federico Könekamp, de Cruz Alta tenía a su cargo la venta de

los lotes. Él esperaba a los candidatos que llegaban en tren hasta aquella villa y

los llevaba en carruaje hasta la colonia para mostrarles los terrenos, llevándolos

luego de regreso a Cruz Alta. Muchas familias de la provincia de Santa Fe

acudieron a comprar campos.

Las primeras escrituras se realizan a partir del 16 de marzo de 1893 en la

villa de Cruz Alta, ante el Escribano Emilio Díaz. El apoderado de Artagaveytia

Hermanos para tal efecto fue Don Ángel Ordeñana, según acreditaba el poder

otorgado por Ramón Artagaveytia ante el Escribano Eusebio Emilio Giménez de

Buenos Aires el 9 de marzo de 1893.

Los lotes se vendían al precio de $3.500, pagándose el 50% al firmar la

escritura y el 50% a un año de plazo, con hipoteca a una tasa de 7% anual.

Algunos compradores asistieron personalmente a la escrituración en Cruz

Alta, mientras que otros, bajaron a esta localidad y ante el Juez de Paz, le

otorgaron sus respectivos poderes a Adolfo Seiler (hermano de Emilio Eduardo

Seiler, ambos suizos) el día 15 de marzo de 1893.

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En el cuadro siguiente se puede apreciar alguna información sobre este

tema. Aquellos nombres acompañados de asteriscos indican que no estuvieron

presentes en la escribanía y que fueron representados por Adolfo Seiler, de

Colonia Esperanza.

COMPRADOR LUGAR DE ORIGEN Nº DE LOTE/S Nº DE FECHA DE

RESIDENCIA COMPRADOS ESCRITURA ESCRITURA

Reinhardt, Felipe Hijo alemanes 8 53 16/03/1893

Bischoff, Alejandro Colonia Humboldt suizo-alemán 44, 45, 46, 51, 52 y 53 54 16/03/1893

Fritz, Felipe hijo alemanes 7 55 16/03/1893

Zehnder, Domingo suizo-alemán 20 y 21 56 16/03/1893

Schneiter, Luis Colonia Humboldt suizo-alemán 47, 48, 49 y 50 57 16/03/1893

Sigrist, Adolfo Colonia Humboldt suizo-alemán 43 y 54 58 16/03/1893

Blume, Conrado alemán 12 y 13 59 16/03/1893

Jappert, Emilio Colonia Humboldt suizo-alemán 9 y 10 60 16/03/1893

Boll, Adolfo 41 62 16/03/1893

Schneider, Santiago Colonia Rivadavia alemán 35 72 19/03/1893

Dickenscheid, Pedro * alemán 19 73 20/03/1893

Clerici, Félix * italiano 61 76 20/03/1893

Friedrich, Santiago * alemán 60 78 20/03/1893

Chatelain, Alberto * suizo-alemán 57 80 20/03/1893

Seiler, Emilio * suizo-alemán 58 y 59 83 20/03/1893

Sieber, María Gut de * hija de suizos 42 y 45 85 21/03/1893

Schuhmacher, Pedro * alemán 1 lote ¿Nº? 87 21/03/1893

Stegmayer, Quirino * Cavour, Sata Fe alemán 30 89

21/03/1893

Suhr Eduardo Ea. IslaVerde alemán 25, 26, 27, 38, 39 y 40 249 2008/1893

Blume Conrado Colonia Humboldt alemán 4 y 5 358 20/11/1893

Algunos de estos colonos comenzaron a arribar a la colonia a poco de

haber adquirido el campo, generalmente sin sus familias y acompañados por un

peón, para fabricar los ladrillos o adobes y levantar un dormitorio y una cocina

para traer luego a su grupo familiar, si lo tenían.

Otros se radicaron en la colonia y, luego de un tiempo decidieron retornar

hacia sus lugares de procedencia porque la colonia Artagaveytia estaba lejos de

centros poblados importantes, no había escuela, ni médico, ni religión católica ni

protestante, había cierta inseguridad debido a la presencia de malhechores y

cuatreros, pero no hubo malones.

También hubo casos de compradores que no se radicaron nunca en la

colonia, estando los campos en mediería o a cargo de un familiar o de una

persona de confianza.

LOCALIDADES

La colonia Progreso fue fundada por Juan Gödeken en 1891, pero por

tradición se tomó como fecha fundacional del pueblo de Colonia Progreso al año

1893. Por ello estamos refiriéndonos a un pueblo incipiente, con algún boliche,

venta de comestibles y punto.

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Cruz Alta rondaba a la sazón sus dos cientos años. Era una localidad

importante, pero estaba casi a ochenta kilómetros. Ir de compras y regresar

implicaba salir a la madrugada para arribar a casa al atardecer. Si se trataba de

llevar un carro colono con bolsas de cereal, la travesía de ida y vuelta requería dos

días.

Ninguna otra localidad fue mencionada por los primitivos colonos como

centro importante al que ellos acudieran, ni siquiera aquellas poblaciones que

figuran en mapas, como “Cruz del Eje”, según el Mapa de la Provincia de Córdoba

levantado por el agrimensor Santiago Echenique, vocal encargado del

Departamento Topográfico de la Provincia, en 1866. La “Población de Cruz del

Eje” (y no pueblo o localidad) es mencionada en 1882 al venderse la Merced de

Arrascaeta como una “población”, si bien ese mapa la ubicaba en la suerte 45 A,

(hoy sería al oeste o noroeste del cementerio de Isla Verde). El agrimensor

Albano M. de Laberge al realizar la mensura de la suerte 41, serie A (luego

constituyó la mitad este de la Estancia Isla Verde) el 24 de mayo de 1864 cita el

camino “de Melincué” y la “cañada de la Cruz del Eje”, pero no menciona al paraje

o población homónima, por lo que se infiere que para entonces esa población no

existía.

Para dilucidar mejor el significado de la palabra “población”, veamos los

siguientes conceptos de diversos autores que se refieren a población como

sinónimo de casa.

“Las poblaciones, en verdad, no eran otra cosa que algunos ranchos

aplastados y pajizos, rodeados por una zanja”.1

También se entendía por población, según el Historiador Evaristo Aguirre,

de Casilda, a un grupo de dos a cuatro casas levantadas en los rincones de

diversas propiedades, camino de por medio, todas juntas para brindarse mutua

protección entre los diversos propietarios. (Comunicación personal, 2005)

Gastón Torres Calderón se refiere a la “población de los Carreras” cuando

su abuelo, Miguel Torres, llega al casco de la estancia de esta familia.

Para hacer realidad el proyecto, el 9 de febrero de 1915 llegó a El Durazno

el Ingeniero Enrique E. Stutz, enviado desde Buenos Aires para hacer un

relevamiento de “las poblaciones” y arboledas existentes en el casco de la

Estancia, y poder avanzar después en el plano definitivo.

“Las primeras poblaciones de (la estancia) El Durazno fueron las típicas

de una estancia criolla. El gran galpón, flanqueado por las piezas y cocina del

personal, y a corta distancia la casa de los patrones y del mayordomo, separado

un sector del otro por la acequia principal. Detrás y casi encima: los corrales.

Adelante la huerta. El monte escaso.”

1 Cunninghame Grahan, Roberto B.- Cuentos Gauchescos del Río de la Plata. 4º Edición. Buenos Aires. Letemendia, 2004. p. 37

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Del Bajo. Elegido por Ambrosio Olmos para levantar sobre la terraza fluvial

“las casas” de la estancia. Contra el río poseía vertientes y bañados. Lo cruzaban

las dos acequias, cuyas boca – tomas estaban río arriba, regando una la quinta y

abasteciendo de agua la otra a la población”.2

“Por fin, después de veintiocho días de marcha llegamos a destino. Ya

frente al pueblo de Trenel y a menos de dos mil metros del mismo me puse a

contemplar el panorama. Allí, en un pequeño declive del suelo, de este a oeste,

había cuatro poblaciones, un galpón de zinc (o fierro canaleta) con almacén de

artículos generales, una fonda……”3

Para el autor Justo P. Sáenz (h) “una población es un rancho o casa”. 4

Arnoldo Bischoff, en el libro de administración del establecimiento La

Victoriosa 1949 – 1959, en el inventario correspondiente a 1949 describe, entre

otras cosas: “una población 1927, $ 14.000.-, galpón y garaje 1935, $ 2.000.-

poblaciones 1936 y 1937 en $ 1.000.- cada una”5. Se refiere a la casa principal,

construída por el constructor Primo Brunatto en 1927 y a dos casas de peones de

1936 y 1937.

“Además, dado que el polémico agrimensor Urban había duplicado las

superficies mensuradas, se impartió la orden de dar sólo cien varas a las quintas y

dos cientas a las chacras; habría así más poblaciones y se duplicarían los

derechos”6.

Según la opinión del historiador Evaristo Aguirre, de Casilda, carta personal

del 18 de noviembre de 2007, “una población criolla del siglo XIX de la región

pampeana es una ranchada conformada por habitantes que se nucleaban

propiciados por la instalación de un fortín o cantón militar, un casco o un puesto

de estancia o una posta, cuya presencia les otorgaba una relativa seguridad

cuando se ubicaban “tierra adentro” y ante la inminencia de los malones”.

El historiador venadense Dr. Roberto Landaburu expresa: “Una forma

ingeniosa y muy sólida de construir los ranchos, era cortar “chapas” de tierra con

pasto del ancho de la pared que se iba encofrando y apisonando hasta levantarla.

De igual forma en los corrales. Cuando llega Casey al Venado Tuerto, el vasco

Román Urteaga, poblador intruso que criaba ovejas en campos que luego compró

J. J. Murphy, tenía su población construída en esa forma”7.

“En efecto, alrededor del establecimiento militar, fue creciendo un caserío:

el pueblo de la Punta del Sauce. En 1764 una inspección deja constancia que,

2 Mayol Laferrère, Carlos. Estudios de la Infraestructura Agropecuaria y Explotación de una Estancia Argentina en el decenio 1906 – 1915: Estancia El Durazno, Río Cuarto, Cba. 1ª Ed. Córdoba: Báez Ediciones, 2008. p. 44, 54 y 553 Memorias inéditas de Alfonso Camerlinckx, colono en el Campo. Fresco de 1901 a 1906, luego emigrado a La Pampa.Trenel, 1956. Gentileza de Rik Camerlinckx, Lovaina, Bélgica4 Sáenz, Justo P. Vocabulario y Refranero Criollo, 4ª Ed. Azul. 1943. p. 298.5 Libro de administración La Victoriosa 1949 – 1959. Museo y Archivo Histórico Isla Verde, p. 256 Salaberry, Ignacio. Brazos Poderosos (Pueblo del Baradero). 1ª ed., Buenos Aires, de los Cuatro Vientos, 20097 Landaburu, Roberto Esteban. Los Irlandeses en la Pampa Gringa: curas y ovejeros. 1ª. Ed.

Buenos Aires. Corregidor, 2006

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además del personal del fuerte, hay ‘inmediatas a dicho Presidio y fuerte

veintitrés poblaciones (viviendas) que son…’ y aquí enumeran las veintitrés

familias”8.

Debemos observar que las localidades sobre el ramal Firmat – Río Cuarto

del Ferro Carril Central Argentino surgieron, excepto Chañar Ladeado, casi

simultáneamente con la construcción de la línea férrea.

General Baldissera no existía al radicarse los colonos en Artagaveytia y, al

surgir, algunos años mas tarde, sería seguramente un villorrio de poco movimiento

comercial hasta que alcanzara cierta trascendencia.

Para entonces ya había aparecido Isla Verde, incipiente al principio, pero

con un desarrollo sostenido desde que llega la vía férrea y comienza a

desarrollarse un comercio importante.

Anita Bischoff de Schneiter comentaba: “estuvimos ocho años sin pueblo”.

Si consideramos que Alejandro Bischoff y su familia se radicaron en Artagaveytia a

principios de 1895, esos ocho años llegan hasta los últimos meses de 1902.

Aunque Isla Verde surgiera en 1901, sólo hubo unas pocas familias y tal vez algún

comercio antes de la llegada del ferrocarril. No había hoteles, ni fondas, ni

comercio trascendente sino hasta los finales de 1902 y por eso los colonos decían

que el pueblo había “surgido” en dicho año, “cuando vino el tren”.

El primer tren llega a nuestro pueblo el 1º de Julio de 1902. A partir de ese

momento empieza el movimiento económico de la localidad con la instalación del

primer hotel, de la casa de comercio de ramos generales de Ernesto

Regensburger, tal vez en septiembre; con la instalación de la estafeta postal el

mismo mes, etc.

ALGUNOS ASPECTOS DE LA VIDA EN LA COLONIA

Veremos en este capítulo los aspectos más comunes a todos los colonos,

dejando para otro las costumbres y quehaceres de cada familia en particular.

COMPRAS

Siguiendo la idea del capítulo anterior, cabe mencionar que las compras se

hacían en Cruz Alta. Por razones de seguridad solían viajar dos jefes de familia en

sendos carros colono o carros iguana, por ser finos y largos, o en los berner

Wageli (carritos berneses en el lenguaje de los suizo-alemanes). Iban con algún

otro miembro de la familia y generalmente llevaban las listas de provisiones de

algunos vecinos, trayendo al regresar una vasta cantidad de mercaderías para que

alcanzara para un mes. A los efectos de que el esfuerzo del viaje no recayera

8 Cantón, Aldo Hugo. El Regalo del Rey. Revista Junta Municipal de Historia. Río Cuarto. Nº 10, sept. 2008, p. 23

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Page 12: Bischoff, Alberto. 2013. Colonia Artagaveytia

siempre en las mismas personas, iban alternando mes a mes quienes iban de

compras.

El trayecto se hacía cortando campo, siguiendo el bajo de Schneiter y de

Scheker, hacia el noreste. Podían hacerlo debido a que al principio pocos campos

estaban alambrados. Algunas veces pasaban por el almacén “Las Tablas” de

colonia Elisa, zona de Camilo Aldao.

Para la entrega de cereales se recorría el mismo camino, con descanso

para los caballos. Pernoctaban en Cruz Alta y regresaban al día siguiente.

SEGURIDAD

Iban armados mayormente con fusiles Vetterli por si se cruzaban con algún

bandolero por el camino.

Los fusiles Vetterli eran las armas largas oficiales de las fuerzas armadas

suizas. En la colonia todas las familias los poseían, a veces había varios en cada

casa. El creador de este sistema de armas de repetición fue el suizo Friedrich

Vetterli (1822 – 1882), quien desarrolló su reconocido modelo en la década de

1860.

Los colonos llevaban armas en todo momento. Cuando salían a trabajar al

campo portaban alguna arma larga colgando. A la hora de almorzar tenían los

fusiles apoyados al lado de la mesa, pues a esa hora, aprovechando el descuido

de los chacareros, aparecían ladrones de ganado o de caballos. Por lo tanto,

mientras comían, estaban atentos a cualquier movimiento en el campo y con las

armas a mano.

DEPORTE

Si hablamos de la seguridad, hablamos de las armas y, al hablar de armas,

tocamos el tema del deporte favorito de los suizos: el tiro.

Antes de la aparición de la población de Isla Verde, había en la colonia

Artagaveytia una carnicería y boliche en el lote 57, de Alberto Chatelain. En ese

mismo campo había un simple polígono de tiro que constaba de una fosa y un

poste sobre el que había atornillado un travesaño que pivotaba sobre aquél y que

en cada extremo tenía un blanco. Mientras un tirador disparaba sobre un blanco,

el otro estaba en la fosa, donde un jovencito tapaba los impactos con papel y

engrudo. Al terminar su turno se hacía girar el travesaño, elevándose el blanco

reparado y entrando a la fosa el que se terminaba de usar.

Si bien se dijo que el tiro era el deporte favorito de los colonos suizos, no

quedan excluidos los alemanes, que lo practicaban con igual interés, agregándose

a esta disciplina algún inmigrante de otro origen.

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Ya surgido el pueblo de Isla Verde, se crea, el 7 de Noviembre de 1903, el

Club Flobert cuya primera comisión directiva se integraba así:

Presidente: Federico Schneiter

Vicepresidente: Humberto Deangelis

Director de Tiro: José Leonz Birchmeyer

Tesorero: Carlos Suhr

Secretario: Adolfo Haschke

Comisario de Tiro: Carlos Schneiter

Vocales: José Martegani, Fernando Cafiel, Lucas

Guemberena

En el año 1910 por primera vez la institución está representada en un

certamen nacional de tiro. Una delegación participa del campeonato “Centenario

de la Revolución de Mayo”. La formaban: Arnoldo Bischoff, José Leonz

Birchmeyer, Eduardo Schneiter y Felipe Fritz.

Previamente a la fundación del Club Flobert, los colonos también

practicaban tiro en la Sociedad Cosmopolita de Tiro del pueblo de colonia

Progreso.

VIDA SOCIAL

Con poca frecuencia se organizaban bailes en algún galpón, que podían

durar hasta el amanecer. Se le atribuye al galpón de Adolfo Sigrist, que tenía en

su mampostería el número “1895”, el haber sido testigo de numerosas veladas.

Bailaban polcas y valses. Los músicos eran pocos: Emilio Seiler tocaba la flauta y

Alejandro Dreyer, de colonia Progreso, el acordeón, al que Dreyer llevaba en una

bolsa durante sus travesías a caballo. Alguien pudo haber ejecutado una cítara.

Si los bailes se hacían en Artagaveytia, asistía la gente de la estancia Isla

Verde y viceversa, mientras que los bailes organizados por el francés Raimundo

Elperdin en su boliche de Colonia Progreso fueron muy frecuentados por los

habitantes de Artagaveytia.

Este señor poseía un cañoncito, tal vez de fabricación casera. Cuando él

deseaba avisar que organizaba un baile, cargaba el cañón de trocitos o bolitas de

vidrio y los disparaba. El estruendo alertaba a los colonos sobre la fiesta, algunos

de los cuales alcanzaban a ver los destellos de los vidrios por efecto de la luz

solar.

Los picnics eran una manera muy común de compartir y divertirse. Se

realizaban tanto en la colonia Artagaveytia como en la estancia Isla Verde, de

riguroso traje aún al mediodía de un tórrido verano. Se bailaba, siendo los músicos

los mismos que en los bailes nocturnos.

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El Boliche “La Mariposa”

Si bien este boliche de campo se ubicaba físicamente en la Colonia

Baldissera, varios de los habitués eran de la Colonia Artagaveytia. Fueron ellos los

protagonistas de anécdotas inefables, que le dan vida a la historia de este capítulo

fundamentalmente en las décadas de los ´30 y los ´40.

El boliche pertenecía a Genaro y a su esposa. Y no sólo era boliche para

chupar y jugar a las cartas, sino que se organizaban partidos de bochas, de fútbol

y bailes con orquestas contratadas, convirtiéndose así en un centro de la vida

social y deportiva para los vecinos de Artagaveytia, Colonia Baldissera y el

“Campo Vasco”, como llamaban algunos a la colonia de los Jaureguialzo (al norte

de Artagaveytia, al sur de las Playas, al este del Campo Fresco y al oeste de

Colonia Baldissera).

Entre los mas asiduos concurrentes de Artagaveytia estaban Arnoldo

Bischoff, Quirino Stegmayer (h) y los hermanos Karl, hijos de Enrique Karl y María

Kieffer, siendo estos hermanos los gestores de las bromas más pesadas,

pintorescas y recordadas. Queda excluído de estas hazañas el estudiante y luego

Dr. Abelardo Guillermo Karl, por haber estado desde niño estudiando en el Colegio

del Sagrado Corazón en Rosario, luego en la Facultad de Medicina, en esa

localidad y más tarde en la Universidad de Córdoba. Alguno de estos hermanos, o

todos, solían ir al boliche armados con revólveres.

Debo reconocer que los relatos que nos van a deleitar en las próximas

líneas son siempre atribuidos a los Karl, pero no se debe descartar la autoría de

otros, que no eran ángeles.

Explotando la ingenuidad de ese matrimonio gringo, se divertían

sanamente…..; bueno, no siempre tan sanamente!

Desde las anécdotas simples como:

- Don Genaro, tiene grapa abierta?

- Sí.

- Entonces tapelá que le van a entrar moscas.

ó

- Señora tiene caramelos sueltos?

- ¡Ma, sí que tengo!

- Entonces atelós, que se le van a ir.

Pasando por las intermedias

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- (señalando desde lejos al estante de bebidas) Don Genaro, ¿me sirve de

aquella bebida?

- (Don Genaro, arrimándose a la estantería, y señalando con el índice) ¿De

questa?

- No, de la que está mas a la derecha.

- (Don Genaro señala otra) ¿De questa?

- No, no, esa no.

- (Don Genaro, sin entender y señalando una tercera botella) ¿”Ma cuala”

(sic), de questa?

- No, no, no, mire, de esa. Y sacaban el revolver y un tiro que daba en la

botella indicaba la que supuestamente seseaban.

Algunas veces, alguien se iba al fondo (letrina, excusado, fondín o fundín

para los piamonteses) y exprofeso demoraba un rato en el patio.

Se iniciaba un diálogo entre los parroquianos que estaban adentro:

- ¿che, qué pasa con fulano, que no vuelve?

- No sé, si fue a “mear” (sic) y volvía

- ¿Le habrá dado un ataque?

- No, anda lo mas bien, yo creo que se cayo por el “aujero” del fondo… anda

medio en “pedo” (sic)

- ¿Señora, Usted qué opina?

- Ma, yo no sé, Usté cree que se cayó por el auquero del fondo?

- Mire, haganós el favor, fijesé si con una escoba le toca la cabeza en el pozo

del excusado, para mí que se cayó nomás.

- (al rato vuelve la pobre gringa, escoba en mano). Yo no encuentro niente,

con la escoba non toco nada.

Pasando por fechorías más pesaditas, como la usual costumbre de cambiar

los caballos de un sulky a otro, con lo que, el dueño, en la oscuridad, con neblina y

algo pesado después de un baile, sin darse cuenta, aparecía en una chacra ajena.

Llegamos al chiste – tragedia que no fue, por allá, en la década del ´40. Se

organizó un baile con carpa y orquesta en La Mariposa. La carpa se amarró a los

paraísos y a una chata rastrojera, que oficiaba de escenario para la orquesta. Para

alumbrar el baile, faroles de querosén, es decir, “soles de noche”, colgados en

diversos lugares de la carpa. Los Karl tuvieron la buena idea de atar un alambre

largo al paragolpes de un camioncito International, ruedas macizas. Cuando el

propietario del vehículo arrancó, hizo varios metros y sintió un tirón.

Simultáneamente se enteraron de la “joda” los músicos, ya que ante el tirón se

cayeron de la chata-escenario, y todos los asistentes quedaron atrapados debajo

de la carpa que colapsó.

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“Tuvimos suerte”, decía Arnoldo A. Bischoff, el “Nusel”, “ya que Dios fue

grande y no agarró fuego la lona con los faroles de querosén. Hubiéramos muerto

quemados”.

Otra hazaña se dio cuando los muchachos de La Mariposa jugaban de

locales un partido de fútbol que no les resultaba favorable. Entonces el Nucho (o

quizá el Emilio) sacó su revólver de la cintura, tiró un tiro al aire, quitó el casquillo

usado del tambor del revólver, sacó al árbitro a punta de arma y lo mantuvo

apuntado el resto del partido, mientras él dirigía a su gusto, usando como silbato el

casquillo de la bala.

SALUD

No hubo en la colonia ni en los alrededores ningún médico, sino hasta

después de surgidos los pueblos. No quedaba más alternativa que recurrir a la

medicina casera y a la oración.

Tampoco había partera pero sí una persona experimentada que, haciendo

de “madama”, ayudó a muchas parturientas de la colonia para que sus hijos

llegaran bien a este mundo: se trata de Elisabeth Heiniger, casada con David

Schneiter, ancestros de todos los Schneiter de la zona.

Hay una anécdota memorable sobre el tema de salud y que, además,

refleja la idiosincrasia de estos colonos: en 1895, a poco de residir en la colonia,

Arnoldo Bischoff, de dos años recibe una patada de caballo en la cabeza. Sus

padres deciden consultar a un médico, para lo cual van en carro colono hasta Cruz

Alta, donde ya había médicos. Sin embargo, ellos toman el tren hasta Rosario. Allí

había médicos, sin duda. Ellos siguen a Santa Fe y luego a Humboldt, a consultar

al Dr. Juan Schneiter, médico suizo, conocido de la familia Bischoff y de habla

alemana. ¿Sería confiable un médico desconocido y de otra lengua?

RELIGIÓN

Al hablar de una colonia formada por alemanes y suizo-alemanes queda

claro que había una mayoría evangélica (es decir, protestante) y una minoría, no

tan pequeña de católicos.

Los católicos podían asistir a los fines de los sacramentos principales a la

parroquia de Cruz Alta, hasta que, ya instalados los curatos de colonia Italiana y

luego el de Isla Verde, tenían una asistencia religiosa a mano.

Los protestantes pertenecían al Sínodo Evangélico Alemán del Río de la

Plata (Iglesia Luterana Reformada), que surge a fines del siglo XIX como resultado

de la unificación de las “congregaciones evangélicas alemanas” y otras de

confesiones similares en Argentina, Uruguay y Paraguay, teniendo su sede central

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en Buenos Aires. El Sínodo estaba estrechamente vinculado a la Iglesia

Evangélica de Alemania (Evangelische Kirche in Deutschland) de la cual se recibía

ayuda económica y pastores, hasta que, formado el Instituto Superior Evangélico

de Estudios Teológicos, los pastores pudieron empezar a formarse en Buenos

Aires. Con el tiempo el Sínodo Evangélico Alemán del Río de la Plata (Deutsche

Evangelische am La Plata Synode) cambia su nombre por el de “Iglesia

Evangélica del Río de la Plata”.

¿Cómo lograban los protestantes de la colonia una atención espiritual?

Algunos aprovechaban los viajes de visita a sus familiares en Esperanza o

Humboldt para bautizar y confirmar a sus hijos. Otros viajaban a Rosario y

recibían el bautismo o la confirmación en la Congregación Evangélica Alemana de

Rosario. Escasas personas fueron a Buenos Aires para recibir su atención

religiosa, aunque sucedió con bautismos y con alguna bendición nupcial de un

habitante de la colonia que se casó con una persona residente en la Capital

Federal.

Otra alternativa era la del “Pastorado Itinerante”, una institución de la

“Iglesia Alemana” a cargo de pastores que recorrían Argentina, Uruguay y

Paraguay, reuniendo los fieles de cada zona en alguna chacra, estancia o casa de

localidades que se visitaban, sabiendo que allí había miembros de la Iglesia. El

pastorado itinerante se aprobó en la asamblea sinodal de 1902 en Buenos Aires

para brindar atención pastoral a los protestantes alemanes y suizos dispersos por

el país. La Iglesia Escocesa de Argentina lo había puesto en marcha un año antes

y en ella se inspiraron los pastores alemanes y lo instituyeron.

Así, en 1903, Wilhelm Nelke empezó su actividad como primer pastor

itinerante. En 1905 brindó un informe sobre sus dos años y medio de trabajo:

había visitado a evangélicos de habla alemana en Coronel Suárez, Tucumán,

Patagones, Colonia Iris, General Cabrera, Canals, Olavaria, Tres Arroyos, Bella

Vista y Hohenau (Paraguay), Río Cuarto, Bahía Blanca y las estancias San Juan

(Uruguay) e Isla Verde. Destaca el pastor Nelke que en la estancia había cinco

familias alemanas evangélicas y en la vecina colonia Artagaveytia, siete familias

suizo-alemanas evangélicas.

Los colonos de Artagaveytia asistían a las reuniones religiosas en la

estancia Isla Verde y los empleados de la estancia iban a Artagaveytia cuando la

visita del pastor itinerante congregaba allí a los fieles.

En 1908 pasó por estos pagos el pastor Arnold Richter, dato confirmado por

los certificados de confirmación de Arnoldo y Anna Bischoff, expuestos en el

Museo y Archivo Histórico. En 1925 es bautizado Arnoldo Alejandro Bischoff en

una celebración realizada en Arias, a cargo del pastor B. Krause (certificado

expuesto en Museo y Archivo Histórico). En 1934 es bautizado Germán Kempter

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en un culto llevado a cabo en “Isla Verde” (certificado archivado en Museo y

Archivo Histórico) por el pastor Wilhelm Mirus.

En cuanto a los servicios funerales, muchas veces se careció de ellos por

no haber pastores disponibles o porque el día del sepelio no había servicio

ferroviario desde Rosario, ciudad más próxima con pastor alemán. En

oportunidades vinieron ministros de otras denominaciones evangélicas a realizar

el servicio.

COSTUMBRES

COMBUSTIBLE : uno de los primeros problemas que debieron sortear fue la

ausencia de árboles y, por ende, de leña para cocinar.

Adoptaron el uso de la “leña de vaca”, que era bosta de vaca bien seca y

tenía el inconveniente de que se consumía enseguida y hacía mucha ceniza,

aunque poseía la ventaja de hacer buena llama.

A arar los campos vírgenes solían sacar a superficie raíces de “alpataco”,

que eran un buen combustible.

Para calentar los hornos de pan usaban atados de malezas duras. Estos

atados eran denominados “Bedali” por los suizos.

Se plantaron paraísos en cantidad, a los efectos de tener, al cabo de

algunos años, leña buena. Además, los paraísos crecían rápido, daban buena

sombra y no eran devorados por las mangas de langostas.

Una costumbre muy arraigada y que llamaba la atención de los italianos era

la de cortar la leña en trozos de similar longitud y estibarla prolijamente entre dos

postes o árboles o bien en una “marlera”.

CAZA : en el primer tiempo no había carnicería. Para reemplazar la carne

vacuna cazaban “gamas”, que abundaban, liebres, perdices y patos. Lógicamente

disponían de aves de corral, ovejas y cerdos.

NAVIDAD : se festejaba con villancicos y repostería centroeuropea, pero no

armaban el árbol de navidad, siendo que en Alemania nace esta costumbre,

mezcla de paganismo y cristianismo, debido a que los pueblos germánicos

deidificaban a los árboles.

En la estancia Isla Verde y luego en el pueblo, los Suhr armaban el

tradicional árbol, pero en la colonia Artagavaytia es probable que el

“Weihnachtsbaum” haya estado presente recién en la década de 1920 por

iniciativa de Frida Warnecke de Bischoff, que provenía de Buenos Aires y le pedía

a su esposo, Arnoldo, que cortara una rama grande de alguna conífera y la

plantara en una lata de nafta. Luego se adornaba el árbol y se le ponían velitas

medianas con unos soportes metálicos. Las velas se encendían durante la

nochebuena.

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PASCUA : era habitual la preparación de sorpresas con huevos de aves de

corral, que los adultos escondían en algún lugar del jardín para que los niños los

buscaran. La preparación de los huevos consistía en colocarles sobre la

superficie, hojas de alfalfa, flores de violetas, etc. y luego envolverlos con las hojas

externas de cebollas (catáfilas), atarlos bien con hilo y hervirlos. Al sacarles los

envoltorios, los huevos mostraban las improntas pigmentadas de los vegetales, en

distintos colores, sobre un fondo más oscuro dado por la piel de las cebollas.

CONSERVAS : la mayoría de las familias poseía equipos Weck´s para envasar

dulces, escabeches, frutas en almíbar, etc. Dichos equipos eran de origen alemán

y consistían de un recipiente galvanizado para hervir, frascos con tapas de vidrio y

guarniciones de goma para que la conservación fuera al vacío y un termómetro en

el que figuraban las temperaturas que debía alcanzar cada tipo de alimento.

Para guardar dulces se usaban también frascos grandes con tapas esmeriladas

para lograr un buen cierre. Una vez que el frasco estaba lleno, se lo golpeaba

suavemente para evitar que quedaran burbujas y se echaba alcohol fino sobre el

dulce, para evitar la proliferación de gérmenes.

Lógicamente, al destapar el frasco era imprescindible descartar la capa

superior de dulce impregnado con alcohol.

CONFITURAS Y REPOSTERÍA : se elaboraba una amplísima gama de ellas.

Era común que en cada casa hubiera masitas caseras guardadas en grandes

latas. ¡Y que no faltaran nunca! Cada familia tenía su receta de masitas preferida.

La torta más difundida fue la “alemana”, que se hacía y se sigue haciendo

con levadura. Se cocinaba en asaderas en los hornos de pan o, a veces, en los

hornos de las cocinas de leña. Esta torta no es de origen alemán, sino una

creación de los colonos de Esperanza que, ante la abundancia de leche y de

crema, idearon poner sobre la masa leudada crema de leche batida con azúcar y

luego cocinarla.

En la huerta se cultivaba ruibarbo. Luego lo preparaban en almíbar.

En cuanto a la comida diaria, no difería mucho aquellas habituales en las

chacras argentinas.

Si bien mucha gente piensa que el chucrut se comía por doquier, no es así.

Se lo hacía muy esporádicamente y en algunas casas, nunca. Si bien este plato

es tradicional de varios países europeos, en Alemania y en Suiza se lo prepara

ocasionalmente y, a veces, para fiestas populares (quizás podríamos compararlo

con lo que sucede con nuestro tradicional locro criollo).

Las carneadas eran como en la mayoría de los campos. Tal vez se

diferenciaban en que estos colonos ahumaban algunas de sus facturas. Para eso

tenían una piecita herméticamente cerrada, en la que se colgaban las piezas por

ahumar, se cerraba la puerta y se la sellaba con barro. La habitación, apartada de

la vivienda, tenía un orificio en la pared, a nivel del suelo. Antes de cerrar la puerta

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esparcían aserrín por el suelo, que luego sería encendido a través del citado

boquete. Así el aserrín ardía durante varios días impregnando los productos.

Un embutido que difundieron estos colonos fue la “Leberwurst”, que

significa embutido de hígado y a la que se conoce en nuestro ámbito como

morcilla blanca, elaborada hoy por la mayoría de quienes facturan como tradición

o por los que lo hacen comercialmente.

IDIOMA : la conservación de la lengua fue muy importante. En general dos

generaciones nacidas en Argentina hablaron el idioma alemán con suma fluidez y

lo escribieron correctamente, cayendo en desuso en la década de 1940.

El castellano se aprendía entre los seis y los ocho años de edad, cuando

los niños tomaban contacto con vecinos de otras nacionalidades o cuando

empezaban a frecuentar el pueblo, pero hubo casos de personas que lo

aprendieron en su adultez y conservaron siempre un acento extranjero.

Los alemanes manejaban el alemán en la familia y entre sus amistades,

mientras que los suizo-alemanes hablaban su dialecto en casa y aprendían la

lengua de Goethe en la escuela de la colonia. Todos aprendían el castellano en

su contacto con el resto de la sociedad.

Las mujeres dominaban menos el castellano debido a que salían poco de la

casa y, cuando lo hacían era para visitar familiares o amigos de la misma etnia o

para fiestas de la comunidad germano-hablante.

PLANTAS Y JARDINES : fueron la delicia y pasatiempo preferido. Los jardines

estaban poblados con las más diversas especies de flores y las galerías

engalanadas con bellísimas plantas de interior colocadas en macetones de

terracota, de hormigón imitando tallos y ramas de árboles y algunas revestidas con

mayólicas importadas, de coloridos diseños.

Las huertas se desarrollaban como en todas las chacras, con una diferencia

de que podía haber alguna especie extra como el ruibarbo o los espárragos.

Muchos pedían catálogos a semillerías, entre otras, a la Semillería Alemana

de Buenos Aires. Luego hacían por carta los pedidos de semillas, bulbos, papas,

etc., que eran remitidos por ferrocarril.

TAREAS RURALES: trabajaban en ellas hombres y mujeres, especialmente en los

primeros años, en que no había en la zona cantidad suficiente de peones. Había

matrimonios que dejaban encerrados a sus niños en sus casas y se iban armados

a trabajar la tierra. Sucedía que el esposo araba y la esposa rastreaba; o bien él

sembraba y ella rastreaba.

Si el cereal trillado tenía humedad lo desparramaban sobre las chapas del

techo durante el día y lo juntaban a la noche para evitar que se humedeciera con

el rocío. Cuando los propietarios no tenían hermanos ni hijos en edad de trabajar,

eran las mujeres quienes hacían esa pesada tarea junto a sus esposos.

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INGRESOS EXTRAS : además de agricultura y ganadería había quienes

pretendían hacer algo más para mejorar la situación.

Poseer una trilladora era una buena fuente de trabajo y de ingresos extras

por trillas a terceros. En 1897 había dos trilladoras en la colonia. En 1898 llegan

los Birchmeyer de Humboldt con una “Foster”, inglesa. En el Anuario Kraft de

1908 figura Schneiter Hermanos como propietarios de trilladora. En la publicación

homónima de 1910 figuran Augusto Birchmeyer, Birchmeyer y Bischoff, José

Birchmeyer, Santiago Friedrich, David Schneiter y José Conti (arrendatario del lote

16 de Bianchetti). Años más tarde Stegmayer Hermanos tuvo una “Ruston”.

Agricultores como Santiago Stutz, Adolfo Seiler, Adolfo Suhr y Federico

Scheker (padre) tenían vacas lecheras y fabricaban quesos que vendían en el

pueblo y alrededores. Santiago Stutz enviaba quesos a Colegiales (Capital

Federal) y a los Quirquinchos (Provincia de Santa Fe).

Se hacían sótanos para guardar los quesos. Galerías o túneles

subterráneos conectaban a los sótanos con pozos de agua para que la

temperatura fuera mas fresca, encontrándose generalmente un tejido o reja al final

del túnel para evitar que alguien, desprevenidamente, cayese a los pozos.

VIVIENDAS : al principio fueron casas precarias, algunas de adobes, otras de

ladrillos, con pisos de tierra y techos de chapas.

Transcurrido el primer lustro del siglo XX, muchos propietarios habían

adquirido más campo, sus empresas estaban sólidas y por ello comenzaron a

agrandar sus casas y a mejorarlas en calidad. De esta manera llegaron a existir

amplísimas casas con pisos y cielorrasos de pino tea, varias galerías, algunas

cerradas para tener plantas, cuatro o cinco dormitorios, etc.

Entre las casas más grandes y cómodas se destacaron las de Quirino

Stegmayer que heredó luego Santiago Stegmayer; la de Quirino Stegmayer (hijo);

la de Enrique Karl; la de Alejandro Bischoff; la de Arnoldo Bischoff; la de Carlos

Schneiter, y la más amplia, con seis galerías, cinco dormitorios, etc., fue la de

David Schneiter, que heredó Federico Schneiter(p).

Hacia mediados de la década de 1930 comenzaron a instalarse usinas con

generadores de 32 volts movidos por motores nafteros, para proveer de

electricidad a las casas. En algunos campos los equipos fueron instalados en

galpones, en un rincón donde no molestaran y sin demasiada tecnología. En otras

chacras se construyeron piezas especiales para instalar usinas con generador,

motor, baterías (para que haya posibilidad de tener alguna luz durante el día y

escuchar radio, ya que el motor se ponía en marcha a la noche hasta la hora de ir

a dormir), tableros de mármol con instrumental, tableros para herramientas, etc.

En este grupo se pueden ubicar las usinas de Carlos Schneiter, Federico

Schneiter, Quirino Stegmayer (hijo), Santiago Stegmayer, Enrique Karl, Carlos

Bischoff, Arnoldo Bischoff, y Eduardo Suhr.

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Page 22: Bischoff, Alberto. 2013. Colonia Artagaveytia

EDUCACIÓN

LA ESCUELA ALEMANA: a pesar de que el contingente inmigratorio germano

parlante fue minoría frente a otros grupos étnicos, nadie lo igualó en cantidad de

escuelas fundadas en el territorio nacional. .Entre 1900 y 1939 hubo diecinueve

escuelas alemanas en Buenos Aires y gran Buenos Aires y ciento ochenta y una

en el interior del país (del libro Die Deutschen in Lateinamerika, Schiksal und

Lesitung-Herausgegeben von Hartmut Fröschle-Horst Erdmann Verlag, Tübingen

und Basel, 1979, pág. 120).

Probablemente esto sea la consecuencia de dos características bien definidas

de esta gente de origen alemán, suizo-alemán, alsaciano, loreno e incluso

austríaco: primero, el apego a sus tradiciones y lengua y, segundo, la importancia

que le daban a la formación educacional de sus descendientes.

Los habitantes alemanes y suizos de la Colonia Artagaveytia imbuidos en ese

afán de superación, crean en 1899 la “SOCIEDAD ESCOLAR ARTAGAVEYTIA”

que comenzó a impartir una sólida educación apenas cuatro años después de

poblada la zona y antes de la aparición de la mayoría de las localidades

inmediatas a la colonia. Esta escuela constituyó una avanzada civilizadora en una

región que comenzaba a surgir y fue una institución pionera en varias leguas a la

redonda.

ORIGEN DE LA ESCUELA

Estos colonos deciden, en 1899, crear una escuela para proveer de

educación a sus hijos, ya que hasta ese momento no había en varias leguas a

la redonda ninguna escuela, ni maestro particular. Tampoco pueblos, que surgirían

ya iniciado el nuevo siglo, al influjo del ferrocarril que empezó a trazarse en 1901,

partiendo de Firmat y llegando a Río Cuarto en 1904. Los pocos pueblos,

relativamente distantes para la época, eran villorrios incipientes que poseían

algunas casas dispersas y un boliche donde se expendían unas pocas

mercaderías.

Ante este panorama, los colonos se reúnen en la casa de Alejandro Bischoff

el 18 de noviembre de 1899 para formar una escuela, en lo que dan en llamar

primera asamblea general.

Una segunda asamblea general tiene lugar el 18 de marzo de 1900. En ella

se aprueban los estatutos. Asisten a esta reunión: Santiago Friedrich, Emilio

Seiler, Adolfo Sigrist, Alejandro Bischoff, Luis Schneiter, David Schneiter, Alberto

Chatelain, José León Birchmeyer, José Hermann, Augusto Birchmeyer, Teófilo

Zehnder, Rodolfo Wettstein, Santiago Zoller, Alberto Bertram, Santiago Schneider,

Quirino Stegmayer, Antonio Zoller, Federico Scheker, Guillermo Karl y Félix

Clerici.

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ESTATUTOS

Establecen que el objetivo de la Sociedad Escolar Artagaveytia es crear una

escuela pública para ambos sexos en la Colonia Artagaveytia. Se impartirá

educación de acuerdo con los preceptos nacionales y siguiendo los lineamientos

de la pedagogía alemana y sin carácter confesional.

Son requisitos para ser socio contar más de veinte años de edad, disfrutar

de buena reputación, pagar una cuota de ingreso de $5.- moneda nacional

(excepto para los socios fundadores) y oblar una cuota mensual de $0,50 moneda

nacional que se pagarán al principio de cada trimestre.

El Comité Directivo se compone de siete miembros: presidente primero,

presidente segundo, secretario, tesorero y tres vocales.

El Comité Directivo determinará planes de estudio, fijará la relación con el

profesorado, contratará profesores por dos años, pudiendo renovar el contrato por

dos años más, se encargará de la compra de útiles y de material de enseñanza,

fijará las mensualidades que pagarán los alumnos, admitirá socios a simple

mayoría de votos, etc.

El director deberá ser, dentar de lo posible, maestro normal.

En sus treinta y ocho artículos se establece, además, cómo funcionará

dicho comité, sus atribuciones, convocatoria a asambleas, destinos de fondos, etc.

Finalmente se establece el destino de los bienes de la institución en caso

de que ocurra su disolución.

PRIMEROS TRES AÑOS:

La primera comisión directiva estaba compuesta de la siguiente manera:

Presidente: Santiago Friedrich

Secretario: Emilio Seiler

Tesorero: Adolfo Sigrist

Vocales: Federico Scheker

Alejandro Bischoff

David Schneiter

Quirino Stegmayer

Los ciclos lectivos de 1900, 1901 y hasta julio de 1902 se dictaron en un

galpón en el campo de Adolfo Sigrist. Este galpón era famoso por ser el único en

los alrededores hecho con ladrillos cocidos.

Los maestros en este período vivieron en el campo de Sigrist y fueron los

siguientes por orden cronológico: Brendli (suizo), Teodoro Rau, Pietraskewitsch

(austriaco) y Schreiner.

NUEVO LOCAL ESCOLAR:

Desde un principio se previó la construcción de un edificio escolar con casa

para el maestro y su familia y se fueron juntando los fondos para el proyecto.

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El 2 de marzo de 1902 se firma un boleto de compra-venta entre Guillermo

Bischoff, que dona el terreno para la escuela, y David Schneiter como delegado de

la institución. El boleto se hace a favor de Schneiter por carecer la escuela de

personería jurídica. Se indica que el Sr. Schneiter queda facultado para transferir

el predio a la Sociedad Escolar cuando así se determine. Firman como testigos

Adolfo Sigrist y Federico Scheker (p).

El terreno tiene una superficie de 150 varas por 150 varas y está ubicado en

el rincón sureste del lote Nº 45 de la Colonia Artagaveytia.

Luego se inicia la construcción del edificio, que consta de un gran salón

para clases y dependencias para casa-habitación del maestro y su familia.

La Estancia Isla Verde, vecina a la Colonia Artagaveytia dona los ladrillos

necesarios. Esta estancia era propiedad de la firma Engelbert Hardt y Cía.,

radicada en Buenos Aires. Su mayordomo era Eduardo Suhr, un alemán de

Pomerania, quien tenía muy buenas relaciones con el embajador de Alemania,

que solía pasar algunos días en la Estancia Isla Verde. Debido a este vínculo se

consiguió un subsidio de Alemania.

Una vez concluido el edificio, se estipula la fecha de inauguración. Se

decide que sea el día en que se conmemora la independencia de la Confederación

Helvética (Suiza): el 1º de agosto de 1902.

El día fijado se congregan todas las familias de la Colonia Artagaveytia y el

personal jerárquico de la Estancia Isla Verde, todos ataviados con sus mejores

galas.

Un gran cartel rezaba “WILLKOMMEN” (bienvenidos). Sobre ese cartel y

sobre el mojinete del edificio flameaban banderas alemanas, suizas y argentinas.

Estuvo presente el embajador de Alemania, Sr. Keppler, quien recibe las

llaves de la escuela de manos de la niña Ana Sigrist.

¡Hasta hubo un cañón para hacer estruendos! (¿le habrán pedido en

préstamo el cañón a Raimundo Elperdín, el bolichero de Progreso?)

El edificio es de ladrillos asentados en barro, con pisos de pino tea en todas

las habitaciones, excepto en la cocina, posee techo de chapas y debajo, tejuelas.

El salón de clases posee una profusa iluminación natural, ya que cuenta con cinco

ventanas con vidrio repartido y postigones externos de tablones y una puerta

doble de iguales características, además de una pequeña puerta ciega que sale

hacia la parte posterior.

ACTIVIDADES EN EL NUEVO LOCAL

Luego de la inauguración empiezan a desarrollarse las clases en el

flamante edificio que, aunque sencillo y al estilo de las casas de campo de la

época, cumplía con las necesidades de la comunidad escolar.

24

Page 25: Bischoff, Alberto. 2013. Colonia Artagaveytia

El primer maestro que dicta clases allí es el Sr. Schreiner. Le siguen, el Sr.

Rodolfo Luder,(nacido en Büren o en Fraubrunnen, cantón de Berna, Suiza el 6 de

marzo de 1846, casado el 14 de mayo de 1875 con María Clotilde Insinger, nacida

en Esperanza. Antes de estar en Artagaveytia fue maestro en escuelas privadas

del departamento Las Colonias, Santa Fe). En 1874, Rodolfo Luder figura en los

registros de la Iglesia Evangélica de Esperanza como maestro, sin especificar

dónde. En el acta de casamiento declara ejercer el magisterio en San Carlos,

Santa Fe (datos obtenidos de los registros de la Iglesia Evangélica de Esperanza,

Sta. Fe, Libro de casamientos, año 1875, página 85). Siguen en orden cronológico

el Sr. Albert, el Sr. Emilio Huber, el maestro “Dicinove”, llamado así por todo el

mundo por ser italiano y pronunciar mal el “diecinueve” y cuyo verdadero nombre

era Augusto Virginio Vernizzi, siguiéndole el Sr. Scuaglia.

El comité directivo dispuso que los maestros debían saber alemán,

castellano, música, educación física y que fueran casados. Para conseguirlos se

publicaban anuncios en los diarios de la colectividad alemana de la época.

Las actividades variaban según las aptitudes de cada maestro.

En la época de los maestros alemanes la educación era bilingüe. Durante el

magisterio del Sr. Luder se daban clases alternadas, un día en alemán y un día en

castellano. En el período del maestro Huber las clases en alemán se dictaban día

por medio a la tarde.

El maestro Huber estuvo a cargo de la escuela desde aproximadamente

mediados de la década de 1910 y hasta pasado 1920. En este lapso asistían a la

escuela niños del pueblo de Isla Verde, que habían culminado con su tercer año y

cuyos padres querían que se preparasen algo más. La “Escuela Alemana” tenía

hasta 4º ó 5º grado y por eso algunos habitantes del pueblo enviaban a sus hijos a

esta escuela, especialmente los comerciantes, entre otros Alfredo Rigoni, José

Bianchetti y Alfredo Delsoglio. Estos hombres eran de origen italiano y no venían

con buenos ojos que sus vástagos incursionaran en la lengua germana, por eso

durante el dictado de clases en alemán los niños quedaban en libertad de retirarse

a jugar al amplísimo patio de más de dieciséis mil metros cuadrados. (Una vara

equivale a 0,866 m., por lo que 150 varas son 129,90 m., que es una cuadra. Una

cuadra cuadrada tiene 16.874 metros cuadrados. Esa es la superficie del predio).

Ya en la época del maestro Luder acudían a la escuela chicos de otras

colonias. Los niños Casinotti y Susso de Colonia Progreso asistieron a clase

durante algún tiempo. Los niños Carlos Germán y Adolfo Jakob Scheitlin de la

zona de Cavanagh concurrían a esta escuela y estaban en pensión en el campo

de Schneiter durante el ciclo lectivo, según datos de Guillermo Sigrist y de Adolfo

Scheitlin, respectivamente.

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Page 26: Bischoff, Alberto. 2013. Colonia Artagaveytia

El colegio tenía un coro con repertorio en alemán y en castellano. La

participación en el coro era optativa.

El maestro Emilio Huber enseñaba violín a quienes tuvieran interés y letra

cursiva alemana para todo lo que se escribiera y, en educación física, daba

gimnasia con barras. Otro maestro enseñaba mandolina. El maestro Luder

enseñaba poesías en castellano antiguo

Esta formación permite ver que la preparación de los niños se hacía muy

esmeradamente.

Cuando ya no resultó fácil encontrar maestros alemanes, suizos o

austríacos, se optó por dejar de impartir alemán y contratar buenos maestros que

enseñaran sólo en castellano.

Llega así “Dicinove”, un siciliano que había estudiado sacerdocio, muy

preparado, buscador de excelencia en sus alumnos y no menos cruel.

Este personaje era tan exigente que a sus alumnos no les alcanzaba el día

para estudiar y hacer deberes. En cuanto al aseo personal, propinaba reglazos

sobre las uñas de los alumnos que presentaran indicio de suciedad y mandaba a

algunos niños a lavarse debajo de una bomba de mano en pleno invierno.

Además, tenía la costumbre de llevar una navaja en la manga del saco, la

que esgrimió en más de una oportunidad cuando el padre de algún alumno iba a

quejarse por sus métodos inflexibles.

Siempre hubo doble escolaridad. Las clases empezaban a las 8 u 8.30 hs. y

terminaban a las 18. Había una pausa al mediodía para comer. Los alumnos que

vivían en chacras cercanas volvían a almorzar a sus casas. Aquellos que residían

a mayor distancia se llevaban comidas frías. Se solía comer en el mismo pupitre.

En días lindos se comía en el patio, como si fuese un picnic.

Con respecto a las comidas existían diversas modalidades: algunas madres

preparaban mayor cantidad de comida para la cena y así quedaba el almuerzo

preparado para llevar al día siguiente; otras se levantaban a las cuatro de la

mañana para preparar las viandas; otras preparaban sandwiches de fiambres,

manteca queso, dulces, etc. Fue muy usual preparar pan untado con “manteca de

cerdo”, sin tapa. Dicha manteca era grasa de cerdo filtrada hasta tres veces, en

caliente, con un paño blanco.

Cuando estaba a cargo del colegio el maestro Huber los alumnos que

llevaban la vianda comían en la casa del maestro y a los niños Schneiter les

suministraban el almuerzo, en devolución de la atención que esta familia había

tenido para con él, dándole casa y comida hasta que llegó su familia a la colonia y

se fue a vivir a la casa escolar.

Otro maestro tenía una hermana que se ofrecía para calentar los

comestibles de los alumnos.

FONDOS

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Page 27: Bischoff, Alberto. 2013. Colonia Artagaveytia

Cada socio debía pagar una cuota de ingreso de $ 5 m/n como ya se dijo, a

excepción de los fundadores. Además, los estatutos establecían una cuota

mensual de $ 0,50 m/n por socio. Socio era el jefe de familia. Luego había una

cuota mensual por alumno, la que alrededor de 1920 ascendía a $ 10 m/n.

También se hacían picnics en los campos de Federico Schneiter y de

Federico Scheker. Para tales ocasiones, Federico Schneiter preparaba

sandwiches sin tapa, untados con jamón del diablo Underwood de origen

norteamericano y con pasta de anchoas también importada. Además de vender

estos peculiares emparedados, había expendio de chopp. A estos acontecimientos

asistía gente de la colonia y del pueblo.

A pesar de que esta institución cumplió con la función de educar, función a

la cual es estado debiera haber acudido desde un principio, y, a pesar de haber

recibido niños descendientes de inmigrantes de diversos orígenes y de no haber

tenido nunca discriminaciones políticas, religiosas ni étnicas, jamás recibió ayuda

oficial de ninguna especie.

FIESTAS DE FIN DE CURSO

Próxima a Navidad se hizo durante varios años la fiesta de finalización del

ciclo lectivo.

Los alumnos y sus padres se congregaban a la mañana. En el aula el

maestro examinaba a sus alumnos ante la presencia de toda la comunidad.

Mientras, afuera, algunos preparaban corderos asados. Al mediodía, ya concluido

el examen, se almorzaba.

A la tarde se festejaba la Navidad. Para ello el comité directivo había

preparado un “WEIHNACHTSBAUM” (árbol de Navidad) con ramas de pinos,

cedros o cipreses. Las señoras se encargaban de llevar las tradicionales

confituras, tortas y masitas de Navidad centroeuropeas.

redonda.

CESIÓN DE LA ESCUELA AL MINISTERIO DE EDUCACIÓN DE LA NACIÓN

En la década de 1930 el comité directivo consideró conveniente que la

escuela pasara a la órbita oficial.

Hay varios factores que condujeron a esta decisión:

1. Dificultad para conseguir maestros de buen nivel, de habla alemana,

dispuestos a radicarse con sus familias en el campo.

2. Asimilación por parte de los colonos a la cultura nacional y,

consecuentemente, caída en desuso del idioma alemán como lengua

materna.

3. Existencia de una localidad a sólo tres kilómetros de la escuela

donde ya había dos escuelas oficiales.

4. Incipiente aparición de escuelas rurales diseminadas por todas las

colonias.

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Page 28: Bischoff, Alberto. 2013. Colonia Artagaveytia

Así la “Escuelita Alemana”, como se llamaba comúnmente pasa a funcionar

como escuela Auxiliar de la Escuela Nacional Nº 51.

Fueron sus primeros docentes: Marta Cerrutti de Bonet y María Ofelia

Zamudio de Rojas.

En 1943 se transforma en Escuela Nacional Nº 433. Es nombrado director

el maestro Enrique Pérez, hasta su jubilación en 1958.

En 1962 se festejan los sesenta años del edificio. Se realiza una gran fiesta,

a la que asisten alumnos y ex alumnos, entre ellos hijos de los fundadores y

primeros alumnos como Adolfo Seiler, Guillermo Sigrist, José Birchmeyer, Arnoldo

Bischoff, Enrique Suhr.

A fines de la década de 1960 la escuela corre la misma suerte que otras

escuelas de campo: se cierra por falta de alumnos.

Los productores agropecuarios emigran al pueblo y algunas escuelas

rurales no tienen razón de ser.

Junto a la estación del ferrocarril son las únicas construcciones de Isla

Verde y sus colonias que conservan su diseño inalterado, a casi un siglo de vida

en ambos casos. Allí se yerguen solitarias como mudos testigos de tiempos

superados, que tal vez diciéndonos que no las dejemos desaparecer, que son las

únicas reliquias arquitectónicas originales que aún poseemos.

LAS FAMILIAS

Tal vez nunca lleguemos a saber quiénes fueron los primeros en instalarse

en la colonia. Siempre hubo disputas al respecto. En los años ’40 se quiso festejar

el cincuentenario de la colonia. Ya no se sabe si el cincuentenario de la fundación,

en 1942; el de las primeras escrituraciones, en 1943 o el de la radicación del

grueso de las familias en 1945.

En aquel momento se estableció una diferencia de ideas al respecto entre

Federico Schneiter (padre) y Santiago Stegmayer. Sostenía el primero que los

Bischoff fueron los primeros en radicarse, mientras que el segundo decía que

habían sido los Stegmayer. No llegaron a ponerse de acuerdo y no hubo festejo.

De niño escuché a mi abuelo Arnoldo decir que los Bischoff fueron los

primeros y cuando empecé a investigar la historia local, en 1987, Doña Emilia

Klingler de Stegmayer me dijo que su suegra sostenía que primero llegaron los

Stegmayer.

Creo que todos tienen razón, pero toman distintos parámetros.

La familia Stegmayer llegó a la zona en 1893, pero Quirino, su esposa e hija

se radican en la Estancia Isla Verde. Él era herrero. Un hermano menor, Teobaldo

Stegmayer de veintiún años, se va al lote 30 de la colonia con una casilla a arar el

campo. No hay dudas de que los Stegmayer se radican más tarde en

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Page 29: Bischoff, Alberto. 2013. Colonia Artagaveytia

Artagaveytia, pero lo de Teobaldo no fue una radicación en una casa y con una

familia, sino la instalación provisoria en una casilla rodante de madera para

laborear el suelo. Porque muchos memoriosos lo dijeron y porque la misma familia

Stegmayer lo sostiene, no quedan dudas que Teobaldo Stegmayer fue el

hombre que abrió el primer surco en la colonia Artagaveytia.

Quirino y familia se radican dos años más tarde, es decir, en 1895.

Alejandro Bischoff viene con un peón de Humboldt, hace los ladrillos,

levanta pieza y cocina y en 1895 trae a su familia. El también estuvo dos años en

la colonia antes del arribo de su compañera e hijos.

Entretanto se levantan sus piezas los Stegmayer y se asientan en la

colonia.

Hablamos de distintos hechos: una instalación provisoria de un hombre solo

en una casilla móvil, la radicación en una casa de un hombre que trae luego a su

familia y la radicación de un matrimonio y sus hijos en una casa (todos

simultáneamente), a la que se agrega un hermano que ya estaba en una casilla.

Según datos de María Scheker las primeras familias en radicarse fueron

Bischoff, Schneiter y Sigrist.

Por eso creo que no se puede hablar de “primeros” sin aclarar “cómo”.

Hay familias que compraron campos y no se radicaron en la colonia,

mientras que otras lo hicieron por períodos de pocos años, vendiendo luego la

tierra y regresando a la provincia de Santa Fe. Hay quienes fueron inquilinos,

medieros o peones, figuran en la historia pero por cortos períodos. Finalmente de

algunos se tienen pocos datos. Entre todos ellos podemos mencionar a Santiago

Zoller, Felipe Reinhardt, Pedro Dickenscheid, Alberto Bertram, Adolfo Boll,

Domingo y Teófilo Zehnder, Emilio Jappert, Santiago Schneider, Félix Clerici y

Pedro Schumacher.

FAMILIA STEGMAYER: Quirino (1866 – 1915) y Teobaldo (1872 – 1961),

nacidos en Gau- Algesheim, Renania. Llegaron con sus padres a la Argentina. Se

radicaron en Cavour, provincia de Santa Fe. Quirino se casa con Clara Mergen

(1870 – 1941), descendiente de alemanes. Deciden comprar campo en

Artagaveytia y su padre tenía el dinero guardado en un libro, pero no se los dio

porque sostenía que venir a estos pagos era una locura, que se iban a fundir y que

volverían a la casa paterna. Ellos cumplieron su sueño y los hijos de Quirino

llegaron a tener, sumados los distintos campos, más de mil hectáreas.

Quirino y Clara tuvieron cuatro hijos: Gertrudis, Quirino, Catalina y Santiago.

Teobaldo no se casó y fue, como se dijo, el primero en trabajar la tierra de

la colonia y el último alemán de la colonia en morir.

Una tragedia se grabó a fuego en la memoria de esta familia. En la

mudanza de Cavour a Isla Verde, traían enseres y caballos. Una noche durante la

travesía acamparon cerca de Armstrong. Jorge Mergen, hermano menor de Clara,

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Page 30: Bischoff, Alberto. 2013. Colonia Artagaveytia

soltero, venía a quedarse con ellos. Mientras la familia dormía, él cuidaba la

caballada, para que no se disperse. Al amanecer encontraron su caballo atado a

un durmiente de la vía y el cuerpo de Jorge arrollado por un tren. Nunca se supo

que sucedió. Debieron sepultarlo en el cementerio de Armstrong y seguir su

itinerario.

Gertrudis se casó con Charlet, de Cruz Alta, murió joven sin tener hijos y

está sepultada en el cementerio de Disidentes en Rosario.

Quirino padre, enfermo, fue llevado en tren a Rosario en 1915. Falleció y

fue enterrado en el Cementerio de Disidentes. En la década de 1990 sus restos

fueron traídos al cementerio de Isla Verde.

Catalina, enferma, se suicidó a los treinta años, en 1926.

Quirino (h) se casó con Teresa Sassia de Monte Maíz; Santiago Felipe se

casó con Emilia Elisa Klinger, descendiente de suizos de Dättlikon, cantón de

Zurich, cuyos antepasados se radicaron en Progreso, Santa Fe.

En el campo de Stegmayer vivió durante uno o dos años Albert Meinert,

extripulante del Acorazado de Bolsillo Admiral Graf Spee, tal vez a partir de 1940.

Cuando este buque alemán es hundido en el Río de la Plata en diciembre de

1939, los tripulantes sobrevivientes quedan alojados en el Hotel de Inmigrantes,

en Buenos Aires. Con el correr de los meses, un grupo queda a cargo del

Consulado Alemán en Córdoba, el que, a la vez, intenta que los “internados” sean

derivados a distintas familias en el territorio de Córdoba, ya que el mantenimiento

de los marinos era difícil para una nación en guerra. Fue así que Alberto, llegó al

campo de Stegmayer. Cuando se encuentra con Teobaldo Stegmayer, éste le

formula una pregunta en su dialecto, que resultó ser el mismo que el del

muchacho alemán. Sus respectivos pueblos están a escasos kilómetros uno del

otro, en Renania, Alemania. Alberto estuvo en ese campo hasta que se cayó de

un caballo y se fracturó una pierna. Luego de su recuperación se alojó en el

pueblo, en la casa de Ernesto Karl, con quien ejerció su oficio de técnico

electromecánico.

Teobaldo volvió a visitar su patria en 1938. Falleció en Isla Verde en

1961.Fue el primer alemán en radicarse en Artagaveytia y el último en morir.

FAMILIA ALEJANDRO BISCHOFF: Alejandro nació en Thun, Cantón de

Berna, Suiza, en 1865. Llegó con sus padres Albrecht y Elisabeth Siegenthaler y

varios hermanos, a Argentina en 1871.

Se casó con una argentina, Anna Bárbara Sieber (1872 – 1953), hija de

Guido (oriundo del cantón de Zurich, Suiza) y de María Gut (nacida en Esperanza

en 1856).

Tuvieron tres hijos: los mellizos Arnoldo y Anita, nacidos en Humboldt en

1893 y, trece años después, a Eduardo, nacido en Artagaveytia en 1906.

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Page 31: Bischoff, Alberto. 2013. Colonia Artagaveytia

En 1893 compra tres lotes para sí y tres para su hermano Guillermo ($

20,74 m/n. /ha.). En 1904 compra 225 hectáreas a Juan y Federico Blume (lotes 4

y parte del 5). Valor de la hectárea $ 37,77 m/n.

En 1909 compra 84 hectáreas del lote 3 a l matrimonio Barrera ($ 142,86

m/n. ha.); En 1912 compra 41 hectáreas ($ 121,95 m/n /ha.) a Calixto Barrera y en

1917 el último cuarto: 41 hectáreas ($ 195,12 m/n. /ha.) a los herederos de Calixto

Barrera y de su esposa

También compró parte del lote 64, pero por temor a no poder pagarlo, lo

vendió.

Su esposa lo acompañó con esfuerzo en todos los trabajos. Ella fue amante

de las plantas al punto de que hizo construir un invernáculo en subsuelo, con

techo de vidrios a dos aguas.

Por ese mismo amor a las plantas el campo original de los Bischoff, que

heredó Eduardo, se llama “Las Rosas”, en tanto que el campo heredado por

Arnoldo se llama “La Victoriosa” y no sabemos el origen del nombre.

A pesar de que en Humboldt lo tacharon de loco por la decisión de “irse a

un desierto” y le pronosticaron un seguro fracaso, ello no ocurrió. Tan al contrario

se dio todo que, al morir dejó 800 hectáreas y otros bienes.

Alejandro Bischoff murió en 1921 al estrangulársele una hernia cuando

sacaba un poste.

Nunca regresó a su patria.

FAMILIA GUILLERMO BISCHOFF: mayor que Alejandro, en 1893, al comprar

el campo, era soltero. Luego se casó con la madre de su cuñada (la esposa de

Alejandro) María Gut viuda de Sieber y tuvo dos hijos: Juan y Emilio Carlos.

Guillermo no se radicó nunca en Artagaveytia, quedó en Humboldt.

Mientras tanto se hizo cargo del campo el yerno de su esposa, Pablo Müller,

casado con Josefina Sieber.

En 1924 su hijo Emilio Carlos, casado con Juana Keller, decide dejar

Humboldt y radicarse en Artagaveytia, treinta años más tarde que su tío Alejandro.

Ya tenía cuatro de sus nueve hijos cuando llegó a la colonia: Hortencia (Tency),

Lucía (Lucy), Juana (Schadzi), y Nélida (Nela). Nacen aquí Emilio, Carlos, Ofelia,

Elvira y Remigio.

En 1923 Guillermo viaja a visitar su patria. Falleció en Humboldt en 1928.

FAMILIA SIGRIST: Adolfo, natural de Obfelden, Cantón de Zurich, llegó a

nuestro país con sus padres en 1872. En Humboldt se casa con Margarita

Bischoff, (Thun, cantón de Berna, Suiza, 1858) tienen sus siete hijos mayores en

aquella colonia, nacen los dos menores en Artagaveytia: Berta, Matilde, Rosina,

Gustavo, Guillermo, Ana, María, Ernesto y Luisa.

Margarita, natural de Thun, cantón de Berna, declara en la Iglesia

Evangélica que nació en Steffisburg. Esta localidad está a dos kilómetros de Thun,

31

Page 32: Bischoff, Alberto. 2013. Colonia Artagaveytia

que a la vez es cabecera del distrito de Thun, dentro del que se hallan las

localidades de Steffisburg y de Amsoldingen ( (flia. Schneiter). En todo el resto de

la documentación, incluso en la ciudad de Thun, en el Archivo Local, figura como

nacida allí.

Adolfo vino a Artagaveytia con un peón y fabricaron ladrillos e hicieron el

horno para cocinarlos. Con ellos levantaron las primeras habitaciones y luego un

galpón, en el que se hacían, a veces, reuniones y se dictaron clases desde 1900

hasta el 31 de Julio de 1902, pues la “Escuela Alemana” ya estaba fundada, pero

el local escolar se inauguró el 1º de Agosto de 1902.

La familia llegó en tren a Cruz Alta el 9 de Marzo de 1895. Adolfo fue a

buscarla con un break prestado por Don Eduardo Suhr, mayordomo de la estancia

Isla Verde.

La vivienda era conocida como la “casa colorada” pues decían que en un

principio era la única de ladrillos cocidos, en la colonia.

Como eran frecuentes las visitas de malhechores, que pedían fósforos,

cigarros, cigarrillos etc., Adolfo tenía la costumbre de poner el objeto solicitado

sobre una escopeta de dos caños y apuntar al sospechoso para que la retirara de

allí, manteniendo una distancia prudencial.

Una vez llegaron unos matones, entraron a la casa y pidieron comida.

Adolfo arrinconó a sus hijos, su esposa sirvió la mesa, pero él apuntó a los

prepotentes durante toda la permanencia con un arma larga, sin perderles pisada.

Un hijo de ellos, Ernesto, fue a estudiar ingeniería a Alemania. Fue el primer

habitante de la colonia Artagaveytia que obtuvo un título universitario. Lo

acompañaron sus padres, que, de paso, visitaron su Suiza natal. Fue en el año

1914, poco antes de comenzar la Primera Guerra Mundial, que estalló durante el

viaje.

Adolfo trajo a su madre, Anna Schneebeli, a vivir a la colonia. Ella falleció

en 1920.

Su esposa, Margarita Bischoff, fue trasladada por enfermedad a Rosario,

donde murió en 1925.

El Álbum Gráfico Suizo – Argentino, Ed. Basilio Chiesa, Rosario, 1914, lo

menciona como agricultor de cuarenta y dos años de edad.

Adolfo Sigrist vivió sus últimos años en la localidad e Isla Verde, junto a su

hija Luisa Sigrist de Aramburu. Falleció en 1932.

Antes de que llegue a Artagaveytia su familia, Adolfo vivía con su

empleado, Alberto Bertram. Siempre merodeaban indios. Un día Adolfo concibió

una estratagema para ahuyentarlos: cortó dos trozos de madera exactamente

iguales. A uno le disparó cinco balazos con un Vetterli y le ordenó a su empleado

que lo dejara entre la maleza a una distancia lejana de la casa, pero al alcance de

las balas del Vetterli y que se grabara bien el lugar en la mente. Cuando volvieron

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los indios, Bertram empezó a alardear sobre la puntería de Adolfo. Los indios

mordieron el anzuelo y Adolfo Sigrist ordenó a Bertram que tomara un pedazo de

madera y se fuera a caballo lejos, que él iba a disparar. Se hicieron los cinco

disparos y lógicamente que Sigrist desvió el arma para no herir a Bertram, quien

escondió muy bien y disimuladamente la tabla que había llevado y retiró la

perforada previamente y llevándola a la casa. Los indios quedaron boquiabiertos y

no regresaron más.

FAMILIA SCHNEITER: origen suizo-alemán, de Amsoldingen, Cantón de

Berna, luego vivieron en el Cantón de Vaud, en la Suiza francesa.

David: nació el 20 de Diciembre de 1844. Bautizado en Roll el 14 de Marzo

de 1845. Según su libreta de servicio militar, nació en Amsoldingen en 1844 y, al

momento de su incorporación a las armas, 1875, residía en Gland, cantón de

Vaud. Juan (el médico) según datos del Museo de Humboldt nació en Gland,

cantón de Vaud, el 28 de Octubre de 1840. Llegó a Argentina en 1871.

A lo largo de los registros de la Iglesia Evangélica de Esperanza, distintos

miembros de la familia declaran haber nacido en Mont Clon, cantón de Vaud, y en

Pont – Farbee (sic), en el mismo cantón. En 1875.

En Humboldt había tres hermanos Schneiter: Juan, médico, se quedó allí;

David y Luis compraron cuatro lotes en Artagaveytia y se instalaron en 1895. Luis

era soltero. David, casado con Elisabeth Heiniger (Affoltern, Zurich, 13 de Mayo de

1855), vino a la colonia con sus hijos ya grandes: Carlos, Federico, María, Berta y

Eduardo. Los hijos, argentinos, se casaron así: Federico, con Hermina Herrmann,

nacida en Basilea, Suiza; Carlos, con Herminia Scheitlin, nacida en la colonia

suiza “del Baradero”; María, con Adolfo Baumann, nativo del cantón de San Gall

(Sankt Gallen, San alemán); Bertha, con Neumeyer, de Morteros y Eduardo, con

Anita Bischoff, nacida en Humboldt, Santa Fe.

El establecimiento se llamaba “El Ombú” y en él se hicieron varios mítines

políticos y, se dice que en uno de ellos estuvo Hipólito Irigoyen

La primera construcción estaba a unos tres cientos metros al oeste del

casco que se levantó luego. La casa fue heredada por Federico hijo y por Federico

nieto.

Federico y Carlos Schneiter donaron el terreno para cementerio en 1910, en

una esquina del lote 49. Mucho se ha dicho sobre la ubicación de un cementerio

en un bajo y de la mala acción de parte de los Schneiter al donar un terreno

anegadizo.

Dado a que la climatología actual conoce que hay ciclos que duran varias

décadas con mayores precipitaciones y otros en los cuales llueve menos, es

posible ver que en 1910 ese bajo no era anegable.

Además, viejos habitantes del pueblo me relataron otra historia. Asi, doña

Matilde Fornasari de Antoine sostenía que los Schneiter habían pedido a la

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Page 34: Bischoff, Alberto. 2013. Colonia Artagaveytia

Comisión Municipal que elija una de las cuatro esquinas de los lotes 49 y 50, hoy

cementerio, exferia de Manuel Rey,hangar de Traverso y casaquinta de Spat. La

gente del pueblo sostenía que esta última esquina estaba muy próxima al pueblo y

que los “malos olores” iban a llegar a la localidad. Los integrantes de la Comisión

ante este clamor popular, agregaron: “encima de que nos regalan un terreno, no

les saquemos el mejor, elijamos el bajo”. Así se decidió la ubicación del

cementerio en 1910, que recién se escritura en 1924, un año después de surgir la

Comisión de Fomento de Isla Verde.

Una versión de José “Pepe” Keller decía que un cochero, sabiendo que a

mayor recorrido, mayor tarifa, y, que a tres lotes del pueblo la gente no iba a ir

caminando, forzó la decisión en favor de su interés lucrativo.

David Schneiter falleció en 1915 y su esposa en 1929.

MARÍA GUT VIUDA DE SIEBER: nació en Esperanza en el mismo año de la

fundación de esa colonia, 1856. Compró dos lotes, nunca se radicó en

Artagaveytia. Hija de suizos del cantón de Zurich. Luego se casó con Guillermo

Bischoff. Se genera con esta unión un conjunto de enredos de parientes, pues

Alejandro Bischoff se había casado con la hija de María Gut viuda de Sieber. Es

decir, dos hermanos se casan con la madre viuda uno, y con la hija, el otro. De la

unión María Gut viuda de Sieber – Guillermo Bischoff nacen Juan Bischoff y Emilio

Carlos, medio hermanos de Anna Sieber de Bischoff que es en definitiva cuñada

de su propia madre y medio hermana y tía política de Juan y Emilio Carlos.

¡Bueno, es cuestión de entenderlo, con paciencia, lápiz y papel!

FAMILIA BLUME: de origen alemán, Conrado Blume se casa con Bertha

Widder, (alemana de Vesser, Turingia). Son sus hijos: Luis, José, Juan Antonio,

Federico, Otto y Ema. Compró los lotes 4, 5, 12 y 13 y no se radicó en Isla

Verde, sólo tres de sus hijos lo hicieron: Luis, Otto y José.

Juan Antonio y Federico vendieron su herencia a Alejandro Bischoff en

1904 y Ema Blume de Lorenz, a Arnoldo Bischoff en 1926.

Otto fue el famoso “inventor” del movimiento continuo, tema que se tratará

en otra oportunidad.

FAMILIA ALBERTO CHATELAIN: suizo-francés por apellido, pero

provenientes de Treuselan, cantón de Berna. Casado con María Karl, se radica en

1895. En su campo hubo carnicería y boliche. Su hijo Hugo fue a realizar estudios

técnicos a Europa. El campo, lote 57 está en una parte muy marcada del bajo de

“Cruz del Eje”

Alberto volvió de visita a Suiza en 1905, dato confirmado por una tarjeta

postal archivada en el Museo y Archivo Histórico, que fue escrita en alemán y

enviada a Alejandro Bischoff.

34

Page 35: Bischoff, Alberto. 2013. Colonia Artagaveytia

En ese viaje trajo de regalo unos cencerros de bronce fabricados en el

Cantón de Berna, para Federico Scheker. Fueron donados al Museo por Amelia

Karl de Piatti y Elsa Sigrist.

FAMILIA SEILER: originaria de Wohlenschwil, cantón de Argovia (Aargau, en

alemán) salió de Suiza en 1881. Si bien Adolfo, hermano de Emilio Eduardo y de

maría Juliana S. de Knüssel, declaró al apadrinar un niño en la Iglesia Evangélica

de Esperanza, que había nacido en Baden, hay que interpretar que esta ciudad es

cabecera del distrito de Baden, en el cual se hallan Wohlenschwil y Würenlingen,

ciudad ésta última de origen de la familia Birchmeyer.

En el barco que los traía de Europa venían Gaspar Seiler, su esposa y

cuatro hijos: Emilio Eduardo, Adolfo, Alfredo y María Juliana. Gaspar bajó en un

puerto de Brasil y la familia quedó a bordo. A la hora de zarpar el barco, él no

había regresado. Nunca más supieron de él.

La familia se radicó en Entre Ríos y luego en Humboldt, donde Emilio

Eduardo se desempeñó como zapatero.

Llegó a Artagaveytia para fabricar los ladrillos de la casa, trajo las aberturas

de Humboldt y cuando todo estuvo listo trajo a su esposa, Babeta Fenech y a sus

hijos: Julia, Adolfo, Alberto y Emilio, el 1º de Marzo de 1895.

En los comienzos trabajaban sólo un poco de campo cercano a la casa. El

resto no se trabajaba ni con agricultura ni había ganadería por falta de capital.

En 1905 construyen una nueva casa.

En 1912 Emilio Eduardo viaja a Suiza, distanciándose de su familia, donde

lo sorprende la muerte en 1914, probablemente en Müselbach, cantón de San

Gall, según puede deducirse de una tarjeta postal enviada a Margarita Bischoff de

Sigrist por la familia que lo alojaba. (Museo y Archivo Histórico).

La viuda queda en el campo con la sola compañía de su hija Julia, ya que

Alberto estaba trabajando en un banco en Chile, Emilio trabajaba en las oficinas

del feriero Luchini en Corral de Bustos y Adolfo cumplía con el servicio militar, por

lo que Babeta Fenech de Seiler decidió alquilar el campo a Valerio Azcurra,

carnicero de Isla Verde que compraba invernada y la terminaba en dicho campo.

Adolfo Seiler fue alumno de la “Escuela Alemana” de la colonia, donde

aprendió bien el alemán. En aquella época muchos militares argentinos eran

enviados a Alemania a perfeccionarse. Por esa razón Adolfo fue retirado de las

filas y designado como instructor de idioma alemán para los oficiales. Al terminar

el servicio militar y estando el campo alquilado, Adolfo se fue a la provincia de

Santa Fe a trabajar en varias cremerías, entre ellas la “Guillermo Tell”

Cuando terminó el contrato de arrendamiento con Azcurra, Adolfo volvió y

se hizo cargo de una parte del campo, y alquilaron el resto a los Storani que, hasta

entonces habían sido arrendatarios de Könekamp.

35

Page 36: Bischoff, Alberto. 2013. Colonia Artagaveytia

Emilio Eduardo había vendido dos fracciones de diez cuadras (16,5 ha.)

cada una a dos hermanos Birchmeyer (Agustín y José) entre los años 1906 y

1910.

Años mas tarde su hijo Adolfo compró esas dos fracciones. Al morir Adolfo,

hereda ese sector del campo su hijo Alfredo, que fallece años más tarde. Sus

herederos venden el mismo sector a Jorge Seiler.

Menciono este caso porque pocas veces sucede que un campo sea

comprado tres veces por distintas generaciones de la misma familia, además de

pasar por manos de terceros y de otros dos familiares.

Adolfo forma su familia y, años más tarde, su madre anciana decide

hacerse una casa pequeña y apartada para vivir más tranquila. Babeta Fenech de

Seiler Falleció en 1940.

FAMILIA FRIEDRICH: originaria de Lindenholzhausen, Hesse, Alemania. Esta

familia se radica en la colonia en 1895.

Santiago Friedrich,se casó con Elisabeth Stegmayer, nacida en Gau –

Algesheim, hoy estado Federado de Renania Palatinado (Rheinland-Pfalz). Hijos:

Carlos, Santiago, Teodoro, Guillermo, Margarita, Magdalena y Amalia.

Margarita, casada con el uruguayo, descendiente de suizos, Santiago

Christian Stutz, hereda el lote 63; Amalia, casada con el descendiente de suizos

Juan Santiago Weilenmann, hereda el lote 60; Guillermo se casa con una

Caramelino y le corresponde un lote en Colonia Barge; Carlos y Teodoro heredan

sendos lotes en Chazón/ Santa Eufemia y Magdalena (“Helena”), casada con

Alejandro Dreyer, hereda un campo en Las Higueras. Santiago falleció de

“repentina” a los quince años mientras jugaba un partido de fútbol

Santiago Friedrich fue también durante un tiempo administrador de la

colonia Artagaveytia, según se desprende de un informe sobre la situación dela

colonia, del año 1897 firmado por él.

Santiago Friedrich, en su ancianidad, viudo, decidió regalarle muebles,

adornos, mantelería, vajilla, etc,. a sus hijos. Para hacerlo de manera justa

organizó un remate entre todos sus hijos. A cada uno le dio una cantidad igual de

dinero. Cada cual ofrecía, corría y pagaba según su interés o afecto por los

diversos objetos. Luego del remate se quedó él con algo de dinero y el resto lo

repartió en partes iguales entre los hijos.

FELIPE FRITZ: Nació en Esperanza el 18 de diciembre de 1859. Hijo de

Philipp Fritz y de Katharina Reinheimer, originarios de Ulrichstetten, Hesse,

Alemania

Se radicó en la colonia en 1895 o 1896, trayendo a su familia un año

después. Luego compró el lote 8 a Felipe Reinhardt (hijo de alemanes), que

vendió su lote sin haberse radicado en Artgaveytia

36

Page 37: Bischoff, Alberto. 2013. Colonia Artagaveytia

Felipe Fritz estaba casado con Magdalena (“Helena”) Knippenberg. .El

padre de ella, de visita en la colonia, fue sorprendido por la muerte en 1921. Se

llamaba Federico Knippenberg. La placa de bronce en el cementerio local dice

“Fritz Knippenberg”. Vale aclarar que Fritz en este caso significa Federico, nombre

de pila que no debe confundirse con el apellido Fritz. Hijos de Felipe Fritz y

Magdalena Knippenberg: Felipe, casado con Magdalena Hunzicker, de

Esperanza; Gaspar, con una Fauda, de Colonia Italiana; Carlos, con Isabel

Guisasola; Catalina, con Juan Bautista Birchmeyer; Magdalena, con Otto Blume,

“el inventor del movimiento continuo” y Filipina, con Gut, de Esperanza.

OSVALDO KNÜSEL: el apellido en la Argentina derivó en “Knüssel”

originarios de Meierskappel. cantón de Lucerna. Compró a Artagaveytia el lote Nº

62 el 24 de Marzo de 1895. Se radicó con su esposa María Juliana Seiler

(hermana de Emilio Eduardo), pero años más tarde, por no haber pueblo cercano,

decidieron vender el campo y volver al departamento Las Colonias, porque

extrañaban. Vendieron a Eduardo Suhr, mayordomo de la estancia Isla Verde, el

25 de Octubre de 1899, ante el Escribano Benjamín Garzón Funes, de Cruz Alta.

CALIXTO BARRERA: casado con Felipa Barroso en San Lorenzo el 28 de

Noviembre de 1875. Hijos: Magdalena Barrera de Pérez, Adelaida Barrera de

Giménez, Pastora Barrera de Castro, Teresa Barrera de Murúa, Victoriana Barrera

de Villarreal, Octaviana Barrera de Barrera, Justina Barrera de Riera y Carlos

Barrera.

Compró el lote Nº 3 el 22 de Julio de 1896. A los efectos de esta compra-

venta, el apoderado de Ramón y Manuel Artagaveytia, fue Don Juan Federico

Könekamp de Cruz Alta. Importe $4.300.- moneda nacional. ($ 25,48/ha.).

Obsérvese que tres años antes los lotes se vendían a $ 3.500.- El aumento

de valor era real, no inflacionario.

A la muerte de su esposa, venden la mitad del lote a Alejandro Bischoff,

luego Don Calixto Barrera le vende al antedicho un cuarto de lote y, con la muerte

de Don Barrera, los herederos venden, en 1917, el último cuarto a Alejandro

Bischoff.

BIRCHMEYER: esta familia se establece en la zona en 1898. Luego le

compran a Emilio Eduardo Seiler dos parcelas (ver familia Seiler).

La actividad principal de ellos eran las trilladoras, como ya se expresó.

Provenían de Würenlingen, Cantón de Argovia (Aargau en alemán). En

1868 Josef Leonz Birchmeyer nacido en 1823, emigra a la Argentina con su

esposa Katharina Bächli y su Hijo Josef Leonz nacido en 1862.

Agustín y José son los dos hermanos que llegan a la zona en 1898. Primero

fueron medieros de Alejandro Bischoff, mientras que Juan Bautista, que llega en

1906 fue inquilino de Alejandro Bischoff, de los Schneiter, y de Sigrist hasta que,

37

Page 38: Bischoff, Alberto. 2013. Colonia Artagaveytia

en 1922, le compra 25 cuadras (42 has.) a Ernesto Könekamp por la suma de $

11.000 m/n., precio aparentemente muy elevado para la época..

Agustín tuvo una trilladora de vapor hasta avanzada la década de 1920. En

1914 el Álbum Gráfico Suizo-Argentino, Ed. Basilio Chiesa, Rosario, lo menciona

como herrero. La herrería estaba en la Colonia Artagaveytia, como lo confirma un

papel para cartas con su membrete que expresa: “Herrería La Suiza, Colonia

Artagaveytia”, archivado en el Museo y Archivo Histórico.

Cuando ya habían aparecido las cortitrillas de arrastre (tiradas por 10 ó 12

caballos o por tractores), Don Agustín (padre) compró otro motor de vapor Case,

porque deseaba ampliar su empresa, basándose en la idea de que las cortitrillas

no iban a andar. Le falló el pronóstico y ello le produjo la bancarrota.

CHRISTIAN RUFFNER: suizo de Maienfeld, cantón de Grisones (Graubünden,

en alemán) casado con Rosina Bischoff. Quería estar cerca de los campos de sus

cuñados por lo que les insistió para que le vendieran un lote. Por eso Guillermo y

Alejandro Bischoff le venden el lote Nº 44, quedándose estos hermanos con cinco

de los seis lotes escriturados el 16 de marzo de 1893.

Él no viene a Artagaveytia. En 1898 su hija María Ruffner, con su esposo,

Federico Scheker y la hija recién nacida, Rosa, se radican en ese campo, donde

viven hasta 1911.

FEDERICO SCHEKER: Federico (padre) era hijo de un alemán y de una suiza

originaria del cantón de Berna, de apellido Stettler Antes de venir a Artagaveytia

había sido carnicero en San Carlos Sud y su esposa, María Ruffner (argentina,

hija de Christian y de Rosiana Bischoff), modista. Luego de establecerse en

Artagaveytia nacen Federico y María.

En 1904 le compra a Rudolf Wettstein (suizos del cantón de Dättlikon,

Zurich) el lote 35, quien lo vendió porque era soltero y quería volver al

departamento Las Colonias, Santa Fe. Siguen viviendo en el lote 44 hasta 1911,

año en que se mudan a su propio campo. En 1920 adquiere a Könekamp el lote

36, que heredará su hijo Federico, quien lo venderá en la década de 1960 a Don

Patricio García.

El primer molino en dicha propiedad fue colocado por Carlos Suhr (padre).

Federico Scheker padre fue presidente de la Comisión de Fomento de Isla

Verde entre 1923 y 1925, por la Unión Cívica Radical. La Comisión de Fomento

se creó en 1923 por disposición del Gobierno de Córdoba. y duró hasta 1925,

cuando se crea la Municipalidad de Isla Verde, también por ley provincial que

transforma a varias Comisiones de Fomento en Municipios. Su hijo, Federico, fue

intendente municipal por la U.C.R en 1958.

María Ruffner fallece en 1937 y Federico Scheker, en 1943.

EDUARDO SUHR: Nació en Belgard, provincia de Pomerania, Alemania y de

niño emigró a Uruguay con sus padres. Casado con Otilia Rautenkranz, se

38

Page 39: Bischoff, Alberto. 2013. Colonia Artagaveytia

desempeñaba como mayordomo de la estancia Isla Verde. Por escritura número

249 compra el 20 de agosto de 1893 seis lotes: 25, 26, 27, 38, 39 y 40. El precio

de $ 14.000.- indica que obtuvo un importante descuento, ya que los demás

compradores pagaron $ 3.500.- por lote ese año. El apoderado de Artagaveytia en

esta escritura es Leandro Gómez, vecino de Cruz Alta. No se sabe la razón de

esta compra, ya que los lotes no permanecen de su propiedad. El 25 de octubre

de 1899 le compra el lote Nº 62 a Osvaldo Knüsel. Parte de este lote es vendido

al Ferro Carril Central Argentino el 28 de noviembre de 1901 para formar la parte

norte de estación y cambios y sector norte del futuro pueblo de Isla Verde.

Eduardo Suhr no tuvo hijos carnales, pero sí una hija adoptiva, Ana Waller.

La madre de Ana, llamada probablemente Ludovina de Waller, era viuda con un

hijo casi adolescente y la pequeña niña. Era cocinera en la Estancia Isla Verde

cuando la sorprendió la muerte. El varón emprendió su camino y la niña fue criada

por el matrimonio Suhr. Hizo sus estudios primarios en el Colegio Alemán

Cangallo (Cangallo Schule) en Buenos Aires. En la década de 1910 se casa con

Meyers y se instalan en el lote número 41, llamado en su honor “Villa Anita”,

propiedad de Eduardo Suhr. Enviuda y se casa con el suizo-italiano Julio Celio,

gerente de la Ferretería Francesa, de Buenos Aires. Ella hereda las “Villa Anita” y

“Villa Otilia”.

En 1908 hace construir una hermosa casa en su campo Villa Otilia o Villa

Ottilie. Se retira de sus tareas de mayordomo en 1910 y se instala en la propiedad

de la Colonia Artagaveytia. Una foto del matrimonio Suhr en la casa de ese campo

figura en el Álbum de la República Argentina Ganadería, Agricultura y Notas

Edilicias, Tomo 1, año 1910. (Museo y Archivo Histórico).

En 1910 integra la Comisión Pro Escuela Nacional, que gestará la creación

de la Escuela Nacional Nº 51 y dona el terreno para la escuela y en 1925 colabora

con una importante suma de dinero para la construcción de la misma.

Fallece en 1936 y su esposa, en 1944.

FAMILIA KARL: nacidos en Esperanza y descendientes de alemanes, cuatro de

los hermanos se radicaron en esta zona.

María se casó con Alberto Chatelain; Babeta, con Scarabelli. Los varones

Enrique y Guillermo pelearon en la revolución de 1890 y trabajaron un año como

hacheros en el norte de Santa Fe o en el Chaco.

Llegan a estos pagos antes de 1900. Fueron empleados de la estancia Isla

Verde para tareas de ganadería. Guillermo era un excelente jinete.

Enrique y Guillermo compran luego cien cuadras en la colonia Artagaveytia

a Zehnder. Guillermo se casa con Berta Sigrist argentina, hija de Adolfo, suizo y

de Margarita Bischoff, suiza. Enrique vive con ellos hasta que se casa con María

Kieffer, argentina,,descendiente de alsacianos, de Esperanza. Viven las dos

familias juntas en una casa chica ubicada al poniente del lote 20.

39

Page 40: Bischoff, Alberto. 2013. Colonia Artagaveytia

Luego compran otro lote a Zehnder y cada uno se construye una nueva

casa.

Hijos de Guillermo: Luisa, Manuel, Ernesto, Elvira, Olga, Ricardo, Fanny,

Leopoldo y Osvaldo (Purrete)

Hijos de Enrique: Alfonso, Octavio, Emilio, Waldemar (Nucho), Eugenia

(Ñata), Amelia (Morocha), y Abelardo (Poio) Los cuatro mayores nacieron en

Esperanza pues María iba a dar a luz a su tierra natal. Después del parto de

Nucho, de vuelta en su casa en el campo, sufrió una fuerte hemorragia y se salvó

gracias al boticario español Don Tomás Rodríguez Ruiz, padre del conocido

Diógenes Rodríguez. Por ello decidió quedarse en Isla Verde para los siguientes

partos.

Guillermo muere en 1947 y Enrique en 1963.

Abelardo se recibió de médico en Córdoba en 1945 y ejerció en Isla Verde

hasta su muerte en 1982. El 29 de Abril de 1965 es nombrado Enviado

Extraordinario y Ministro Plenipotenciario de la República Argentina en la Colonia

Británica de Hong Kong. Obra en el Museo el nombramiento firmado por el Dr.

Arturo Illia y el plácet firmado por la Reina Isabel II de Inglaterra (gentileza de su

hijo, Legislador Abelardo Karl)

DOMINGO, PEDRO Y CARLOS DELSOGLIO: nacidos en Revello, Provincia

de Cuneo, Piamonte, Italia. Llegaron a la Argentina en 1882.

Desarrollaban la actividad agrícola en Maggiolo cuando, a través de Boyle

se enteran de que había campos disponibles en la colonia Artagaveytia.

Compraron un lote cada uno en seis mil pesos moneda nacional. ($ 35,56

m/n./ha.). Más tarde Domingo compró otro lote en doce mil moneda nacional. ($

71,12 m/n./ha.). Domingo pudo comprar un lote más que sus hermanos debido a

que ellos, en reconocimiento a los cuidados que él le brindó a su padre, Chiaffredo

Battista Delsoglio, en su casa y hasta su muerte, decidieron que fuera el único

heredero de los bienes del progenitor.

El 1 de marzo de 1913 zarpó del puerto de Buenos Aires el vapor

Principessa Mafalda, del Lloyd Italiano Génova. Viajaban en él, de visita a su

patria, Pedro y Domingo Delsoglio. Faltaban años para el trágico final de esta

nave frente a Brasil, en 1927. De regreso, trajeron para consumo noventa metros

de tela para sábanas, dos bicicletas Bianchi, dos escopetas y dos jaulas con

faisanes y, para “salvar los gastos”, doce mil litros de vino blanco, tinto y rosado en

bordelesas. Así su hermano Alfredo, con comercio en Isla Verde, se encargó de la

venta y el pequeño Luis, de diez años, hijo de Alfredo, del reparto de las barricas

por las chacras

Domingo, casado con Antonia Fauda. De esta unión nacieron: Juan,

Teresa, María, Juana, Ludovico, Catalina, Antonia, Domingo, Margarita, José y

40

Page 41: Bischoff, Alberto. 2013. Colonia Artagaveytia

Amalia. Domingo se quedó con los lotes 33 y 34. Falleció trágicamente en 1918 y

su esposa murió el 1 de junio de 1957.

Carlos, casado con María Davico. Sus hijos fueron: Teresa, Inés, Clara,

Juana, Clementa, Bautista y Antonio. Se quedó con el lote 31. Falleció en 1926.

Pedro, tuvo con su primera esposa, María Scabini, a Juan Bautista,

“Giovanín”, en dialecto piamontés. En segundas nupcias se casó con Magdalena

Cucotti, que había nacido el 14 de octubre de 1888 en la estancia Isla Verde. De

ese matrimonio nacieron: Pedro Rico, Ema Teresa, Ángela Pascuala, Delia

Carlota, Segundina María, Segundo Aldo, Bettina Dorina, Pedro Felipe, Carlos, Ida

Magdalena, Armando Fermín, Nils Ramona, Roberto Primo y Elsa Segundina

(éstos últimos mellizos). Fue propietario del lote 32. Pedro falleció en 1936 y

Magdalena el 10 de abril de 1974.

Vale comentar que las familias Cucotti, Fava, Paccotto, Grandis y Bertello,

todas de origen piamontés, y varios de ellos emparentados entre sí, estuvieron

muy tempranamente vinculados a la estancia Isla Verde como colonos. Un

estudio minucioso de los registros civiles de Cruz Alta desde 1894 a 1910 y de

Camilo Aldao de 1897 a 1910 echa bastante luz sobre este tema.

BIANCHETTI EUGENIO, JOSÉ Y OTROS: originarios de Casarsa della

Delizia, provincia de Udine, Región del Friuli, Italia. Antes de establecerse en Isla

Verde fueron agricultores en Cruz Alta, donde José registra el nacimiento de tres

hijos, Antonio Anselmo, Humberto, futuro intendente de Isla Verde por dos

períodos y Aída. También vivía en esa villa Vegilia Bianchetti, casada con Isidoro

Fantin y Antonio Bianchetti, casado con Luisa Mussio. Los padres de José,

Antonio y Vergilia eran Mateo Bianchetti o Bianchet y Regina Siol o Ciol o Chiol o

Chion o Scioll o Sciolli o Civel, según distintas actas del registro civil de Cruz Alta.

Ellos también habían emigrado a la Argentina y vivían en Cruz Alta. José

Bianchetti tuvo la primera o segunda carnicería de Isla Verde, en las actuales

Rivadavia 9 de Julio. Fueron propietarios de los lotes 1, 2, 15 y 16 de

Artagaveytia

El Bianchetti que era propietario del lote 1 estaba en Italia y deseaba

venderlo. Otro hermano, titular del lote 16, quería vender para volverse a Italia.

Por el lote 1 pretendían $ 16.000 m/n. Por no tener mejoras y por el 16, $

19.000 m/n. por tener casa y galpón. En este lote era inquilino José Conti, que

también tenía trilladora y su maquinista era un hermano de Genaro Palena.

El 8 de Diciembre de 1908 hubo un tornado en el lote 16 y arrasó con casa

y galpón.

En 1909 vendieron los predios 1 y 16 a Yanni y Palena respectivamente.

GENARO PALENA: originarios de Atessa, provincia de Chieti, Región de

Abruzzos, Italia.

41

Page 42: Bischoff, Alberto. 2013. Colonia Artagaveytia

Compraron a Bianchetti el lote 16 en $ 19.000 m/n. el 8 de agosto de 1908

($ 112,60 m/n./ha.), ya que los Bianchetti pusieron como condición que se

vendiera primero el lote 16 en $ 19.000 m/n. y luego el 1 en $ 16.000 m/n.

Entonces los Palena adquirieron el más caro y luego le avisaron a Yanni

que estaba dispuesto para la venta el Nº 1, ya que éstos tenían algo menos de

dinero para gastar.

Genaro Palena y familia se radicaron en la colonia del 25 de Mayo de 1910.

Genaro falleció en Isla Verde el 17 de julio de 1931, a los sesenta y nueve años.

Su esposa, Águeda, murió el 17 de febrero de 1951 a los ochenta y nueve años.

JOSÉ YANNI: originario de Atessa, provincia de Chietti, región de Abruzzos,

Italia, del mismo pueblo que los Palena. Llegaron juntos a la Argentina en 1890,

trabajaron juntos cerca de Rosario, siempre en chacras vecinas, compraron

herramientas, caballos y campos vecinos, tanto en Inriville como, finalmente, en

1908, en Isla Verde. José Yanni llegó al país casado con Carolina Alberico y con

tres hijos: Francisco, Rosa y Luis. Juan y Domingo nacieron en Argentina.

Compraron el lote 1 porque, como se dijo, preferían uno sin mejoras, ya que

disponían del importe justo para ello, $16.000.- ($ 94,82 m/n./ha.).

Francisco se casó con Filomena, se radicaron en María Susana y fueron

sus hijos: Antonio, Carmen, Magdalena, José, Nicolás, Rosa, Salvador y Ana.

Rosa se casó con Domingo Di Yenno, de Inriville y tuvieron a Carmelo, Atilio,

Carlos, Jacinta, José, Octavio y Nicolás. Luis se casó con Edelmira Menna y sus

hijas fueron Carolina y Ana. Juan se casó con Carmen Cinalli, hija de inmigrantes

del pueblo de Atessa, y tuvieron a Lucía, Luis, Donato, Nicolás, Roque, Carolina y

Emilio. Domingo se casó con una hermana de Carmen, María. Fueron sus hijos:

José, Carolina, Angelita, Rosa, Roque, Nicolás, Francisco y Roberto.

En 1938 Juan vendió sus veinte cuadras en en lote 1 de la colonia y otra

fracción que poseía en Inriville y le compró ochenta y cuatro hectáreas a cinco

herederos de Domingo Delsoglio en el lote 33. El precio fue de $49.000.- Se

radicó en ese campo con su familia.

Carolina Alberico de Yanni falleció en 1929; José, en 1936; Domingo en

1953; María Cinalli de Yanni, en 1963; Juan, en 1976 y Carmen Cinalli de Yanni

en 1990. Luis, viajando en tren a Rosario, falleció en Firmat y fue sepultado en el

cementerio de esa localidad, al lado del panteón de Mattioni, alrededor de 1915.

TOMÁS CIAPPINI: originario de la región de Lombardía, Italia (información oral

de sus nietos Catalina y Adrián). Según su partida de defunción, 1929, nació en

Valmofino (¿?). Casado con Dominga Yobizzi, nacida en Morbegno, provincia de

Sondrio, Lombardía, Italia, quien falleció en Isla Verde en 1926 a los sesenta y

seis años. Hijos: Pedro, Máxima y Santiago. Pedro se casó con María Bocconi y

tuvieron a Dominga, Ambrosio, Alberto, Pedro, Máxima, María, Adela, Rosa,

Juan, Alejandro y Palmira. Santiago se casó con María Cristina Canclini. Hijos:

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Page 43: Bischoff, Alberto. 2013. Colonia Artagaveytia

Catalina, Adrián, Esteban, Teresa y Agustín. Máxima se casó con Juan Yobizzi.

Hijos: Pedro, Carlos y María.

Compraron el lote 61 a Félix Clerici en 1901. Cuando ellos llegaron a

Artagaveytia estaba en construcción la línea férrea. El pueblo de Isla Verde era

incipiente y sólo había casas dispersas. No había comercio. Hacían sus compras

en Progreso. Según un artículo de la revista Lealtad de septiembre de 1943,

llegaron a ésta en 1904. La casa original, ubicada al noreste de la actual, fue

destruida por un tornado. En el rincón sureste de ese lote se hicieron los ladrillos

para el primer templo de Isla Verde, año 1910.

MISCELANEAS

Pedro Delsoglio expresaba en una revista Deering de 1930: “tengo el

agrado de comunicarles que he tenido el resultado más satisfactorio con la

espigadora – trilladora Deering N° 11, habiendo cortado y trillado 130 cuadras,

haciendo más o menos 550 bolsas diarias en un trigo que rindió el 33% por

cuadra y haciendo un trabajo inmejorable, estando muy conforme con dicha

máquina.

Saludo a Uds. muy atentamente.

S.S.S.

Pedro Delsoglio

Isla Verde, F.C.C.A.

Febrero 4 de 1929”9.

Felipe Reinhardt nació en Esperanza el 9 de agosto de 1859 y se casó el 13

de marzo de 1879 con Adelina Meier, nacida el 12 de junio de 1862 en

Würenlingen, cantón de Argovia, Suiza, el mismo pueblo de origen de los

Birchmeyer y cercano a Wohlenschwil, pueblo de los Seiler. En la primera década

del siglo XX ya no tenía campo en Artagaveytia, entonces inventó y patentó un

“aparato alimentador de trilladoras, sistema Reinhardt”, patente S. G.N. 6.863.

Este dispositivo permitía el ahorro de nueve peones, según lo expresa el manual

donado al Museo y Archivo Histórico por su bisnieto, el Contador Carlos Doval, de

Esperanza, Santa Fe.

Santiago Zoller figura entre los fundadores de la Escuela Alemana, pero no

entre los primeros propietarios. Nació en Alemania el 1 de mayo de 1870 y falleció

en Esperanza el 5 de enero de 1950. Su esposa, Catalina Mauer, nació en

Alemania el 14 de abril de 1882 y falleció en Esperanza el 1 de febrero de 1962,

según datos aportados por Elisa Klaus, de Esperanza.

9 Revista donada al Museo y Archivo Histórico por el Dr. Gustavo Delsoglio.

43

Page 44: Bischoff, Alberto. 2013. Colonia Artagaveytia

El maestro Rodolfo Luder, declara en la Iglesia Evangélica de Esperanza

que su lugar de origen era Büren, pero en otra oportunidad dice Fraubrunnen.

Ambas localidades están a un kilómetro y medio de distancia, además de que

Fraubrunnen es un distrito con cabecera en la localidad de Fraubrunnen.

Registro Civil de Cruz Alta, 1897 y 1898: comparece reiteradamente Juan

F. Schreiner, alemán, comerciante en esa villa y declara nacimientos de hijos

propios y de habitantes de Artagaveytia, como el de Emilia Schneider, hija de

Santiago y el de Marta Clara Birchmeyer, hija de Augusto. Su nacionalidad y su

vínculo con la colonia hacen pensar que puede ser el maestro contratado en 1901

o 1902, cuyo nombre de pila se desconoce.

Registro Civil de Isla Verde, 1930: comparece Rodolfo Albert, veintiséis

años, herrero y declara el fallecimiento de Carlos Albert, nacido en Balkhausen,

Alemania, maestro, sesenta y ocho años. Este hombre fue maestro en la Escuela

Alemana, pero se ignora si al momento del deceso estaba en ejercicio

Identidad postal de la Colonia Artagaveytia

El nombre de “Colonia Artagaveytia” no solo se usó en escrituras y

cedulones fiscales, sino en el lenguaje corriente y en la correspondencia hasta

aproximadamente 1930.

Así podemos ver que se usaba en membretes, en el encabezamiento de

cartas, tarjetas postales y en otros documentos, como lo corrobora la

documentación obrante en el Museo y Archivo Histórico. Hasta el "llovió en

“Artagaveytia?”, frase de una vieja postal demuestra cuán usual era el toponímico

Artagaveytia o Colonia Artagaveytia. Y es entendible. Artagaveytia no era Isla

Verde, ya que a finales del siglo XIX y principios del XX no existían ni la estación

Isla Verde ni el pueblo homónimo, por lo que, decir Isla Verde significaba pura y

exclusivamente Estancia Isla Verde.

Luego, con el establecimiento de una estación ferroviaria habilitada el 1° de

julio de 1902 y de una estafeta postal en funcionamiento desde el 5 de septiembre

de 1902, es dable pensar que la correspondencia llegara a la Estación Isla

Verde.

Y hay más! Más tarde, con el surgimiento de una Comisión Municipal, luego

Comisión de Fomento y luego Municipalidad se crean los límites rurales de la

localidad (radio municipal), entonces ciertas colonias quedan abarcadas por el

área de influencia del pueblo de Isla Verde, sin perder su identidad, pero ya se

podía decir en “la zona rural de Isla Verde”.

No fue menor el tema de la identificación postal de las colonias. Cuando se

crea la codificación postal en la década de 1970, a Isla Verde se le asigna el

código postal 2661. Una recorrida por una guía permite ver que el mismo número

44

Page 45: Bischoff, Alberto. 2013. Colonia Artagaveytia

se le adjudica a “Artagaveytía” (sic), campo Fresco, Colonia Águila Cautiva, El

Pilar (?), Las Lonjas, Las Playas, Cortaderas, Las Cortaderas; Campo Nata y

Santa Florentina (debe tratarse de Santa Florinda, de Laiseca), lo que indica que

la correspondencia postal de esas estancias y colonias llegaba por ten a la

estación Isla Verde.

Datos de la Guía Kraft 1908

Lechería: Suhr, Carlos

Trilladoras: S. Sassia, J. Cornaglia, Schneiter Hnos.

Datos de la Guía Kraft 1910

Chacareros: Calixto Barrera, Alejandro Bischoff, Biancone Hnos; José

Bianchetti; José Blume, B. Ciappini, Santiago Custo, Alberto Chatelain,

Domingo Delsoglio, Delsoglio Hnos., Santiago Friedrich, Felipe Fritz, José

Gay, Genaro Palena, Emilio Seiler, Adolfo Sigrist, Federico Scheker , David

Schneiter.

Establecimientos de ganadería: Cap. Evatson, “La Virginia” ; J. Cavanagh, “San

Eduard”; Engelbert Hardt y Cía., “Isla Verde”; Guillermo Helmrich, “Äguila Cautiva”;

Dr. Mariano J. Paunero, “Las Playas”; Juan Pinasco, “Santa Florinda”; E.

Runciman, “La Zelandia”; Uranga Hnos, “Las Cortaderas”; Antonio Zarantonello,

“Sauce Melú”. Nuevamente vale aclarar que estas guías tenían errores

ortográficos y la zona asignada a Isla Verde era aquella que cubría el servicio de

la estación ferroviaria Isla Verde.

Trilladoras: Pedro Aillond (?), Augusto Birchmeyer, Birchmeyer y Bischoff,

José Birchmeyer, José Conti, Conti y Perinelli, J. Cornaglia, Santiago Friedrich

y Cía., S. Sassia, David Schneiter.

Datos de la Guía Kraft 1915

Chacareros: Alejandro Bischoff, José Bianchetti, José Blume, Luis

Blume,Tomás Ciappini, Domingo Delsoglio, Delsoglio Hnos., Santiago

Friedrich, Felipe Fritz, José Gay, Enrique Karl, Pablo Müller, Emilio Seiler,

Federico Scheker, Adolfo Sigrist, David Schneiter, Quirino Stegmayer.

Colonizadores: Eduardo Fresco; Juan Pinasco, “Santa Florinda”; Uranga Hnos.

“Las Cortaderas”; Antonio Zarantonello, “Sauce Melú”

Lechería: Carlos Suhr.

Quesería: Alejandro Dreyer.

45

Page 46: Bischoff, Alberto. 2013. Colonia Artagaveytia

Datos de la Guía Berizzo 1918

Figuran como estancieros en Isla Verde: Engelbert Hardt y Cía; Uranga

Hnos; Antonio Zarantonello; E. Tompson; Eduardo Suhr; Schneiter Hnos.;

Alejandro Bischoff. Evidentemente los últimos tres no son estancieros.

Lecherías, queserías y mantequerías: Carlos Suhr; Eduardo Schneiter y

Santiago Stutz.(Nota: los quesos que fabricaban Augusto Suhr y sus

descendientes iban a Venado Tuerto en vagoneta. Los de Stutz solían llegar en

tren a la ciudad de Buenos Aires).

Agricultores: S. Sassia,, D. Bertero, Costamagna Hnos., Jaureguialzo Hnos.,

Emilio Dressino, Domingo Cucotti, Domingo Delsoglio, Pedro Delsoglio, Carlos

Delsoglio, David Schneiter, Federico Schneiter. (Nota: algunos de ellos son de

Artagaveytia, otros no corresponden a Isla Verde, pero seguramente figuran por el

área de influencia de la estación ferroviaria).

Datos de la Guia Kraft 1928 – 1929 (p. 1.856)

Chacareros: Arnoldo Bischoff, Guillermo Sigrist, Antonio Carón, Felipe Fritz,

Guillermo Karl, Juan Lorenzatti, Pablo Müller, Genaro Palena, Domingo Sorge,

Santiago Stutz, José Blume, Tomás Ciappini, Santiago Friedrich, Enrique

Karl, Andrés Lanfranco, (Nota autor: Colono Campo Fresco), Eugenio Montechiari

(Nota: Colonia Manfredi y Terré), Federico Scheker, Sgolastra Hnos, Juan Yanni.

Colonizadores: Engelbert Hardt y Cía.; M. J. Paunero; Roberto Laiseca Hnos. y

Cía.; Uranga Hnos.

Estabecimientos de ganadería: Aramburu Hnos.; José Bianchetti; Pedro

Desoglio; Pablo Müller; Adolfo Baumann; Arnoldo Bischoff, Engelbert Hardt y

Cía, “Estancia Isla Verde”; Roberto Laiseca Hnos.; Dr. Mariano J. Paunero, “Las

Lonjas”.

Lechería: Adolfo Baumann, Santiago Stutz, Adolfo Suhr (Nota autor: puede ser

que ya estuviera tomando en alquier el establecimiento Villa Anita, de Eduardo

Suhr, en el lote 41).

Queserías: Adolfo Seiler, Santiago Stutz.

Trilladoras: Bertero Hnos; Augusto Birchmeyer, Birchmeyer Hnos., Gay Hnos.

Datos del Anuario – guía del diario Córdoba 1938 (pp. 473 a 475)

Chacareros: Arnoldo Bischoff, Emilio C. Bischoff, Luis Blume, Pedro Ciappini,

Santiago Ciappini, Pedro Clua, Pedro Delsoglio, Garín Hnos.,Enrique Karl,

Guillermo Karl, Meneguzzi Hnos., Pablo Müller, Roque Palena, Federico

46

Page 47: Bischoff, Alberto. 2013. Colonia Artagaveytia

Scheker, Carlos Schneiter, Federico Schneiter, Guillermo Sigrist, Stegmayer

Hnos., Santiago Stutz, Pedro Tuá, Ramón Tuá, Yanni Hnos.

Establecimientos de ganadería: Arnoldo Bischoff, Emilio Carlos Bischoff,

Pedro Delsoglio, Engelbert Hardt y Cía., Pablo Müller, Federico Scheker,

Antonio Zarantonello.

Colonizadores: Bancalari y Benvenuto, Engelbert Hardt y Cía., Uranga Hnos.

Lecherías: Emilio Carlos Bischoff, Pablo Müller, Guillermo Sigrist, Adolfo

Suhr.

Trilladoras: Bertero Hnos., Birchmeyer Hnos., Alfonso Gay, Francisco Storani.

Queserías: Garín Hnos., Adolfo Suhr, Santiago Stutz.

Algunos datos de los registros de la Iglesia Evangélica de Esperanza:

(recordar que los datos de los declarantes no siempre coinciden en las distintas

actas)

Libro de casamientos: 1890 – 1922

• Kellenberger, Johann Jakob: hijo de Johann Jakob y de Berta. Nació en

Walzenhausen, cantón de Appenzell, Suiza. (Luis Blume se casó con

Lisette Kellenberger).

• Reinhardt, Felipe: se casó con Adelina Meier. Comprador lote 8 Colonia

Artagaveytia. Ya tenían hijos al momento de la compra, en 1893. María

Adelina Meier nació en Würenlingen, cantón de Argovia, Suiza, en 1862. Es

el mismo pueblo de origen de la familia Birchmeyer.

• Kieffer, Nicolaus: nació en Alsacia. Alternativamente este territorio, al igual

que Lorena, estuvo bajo dominio francés y alemán. Enrique Karl se casó

con María Kieffer.

Libro de casamientos, 1864

• Knippenberg, Kaspar: nació en Selzen, Rheinhessen, Alemania

Magdalena. Knippenberg se casó con Felipe Fritz, comprador del lote 7.

• Chatelain, Marta: Hija de Jacob August y de Agustine. Nació en Treuselan,

cantón de Berna, Suiza.

• Luder, Rudolf: nació en Büren, cantón de Berna, Suiza, el 06/03/1846. Hijo

de Daniel y de Elisabeth Lehner. Se casa el 14/05/1875 con María Insinger.

Al momento del casamiento era maestro en la localidad de San Carlos. A

principios del siglo XX fue maestro en la Escuela de Artagaveytia.

• Egli, Johann: casa con Julie Schneiter, hija de Jean y Magdalene Ischi.

Nació en Pont-Farbee, Pranguins, cantón de Vaud (Waadt, en alemán y

Vaud, en francés).

Julie era hermana de David y de Luis, compradores de cuatro lotes. Tam-

47

Page 48: Bischoff, Alberto. 2013. Colonia Artagaveytia

bién era hermana del Dr. Juan Schneiter, fallecido en Humboldt, Sta.Fe,

Argentina, en 1905.

• Wettstein, Johann Georg: nació en Dättlikon, cantón de Zurich, Suiza.

Rodolfo Wettstein tuvo un lote, que vendió en 1904 a Federico Scheker

padre.

• Sigrist, Adolfo: hijo de Jakob y de Anna Schneebeli, nació Obfelden, cantón

de Zurich, Suiza. Casa con Margaretha Bischoff, nacida 01/08/1858 en

Thun, cantón de Berna, Suiza, hija de Albrecht y de Elisabeth Siegenthaler.

Casamiento 24/11/1881 en Esperanza, Sta. Fe.

• Fritz, Phillip: hijo de Kaspar y de Kathatina Reinheimer, nació en

Esperanza, Santa Fe, Argentina el 18/12/1859. Casa el 30/07/1885 con

Magdalene Knippenberg, nacida en Esperanza el 18/07/1863. Felipe Fritz

compró el lote 7 y luego el 8 a Felipe Reinhardt.

Libro de bautismos, tomo I

• Sieber, Anna Barbara: nació 25/10/1872 en Esperanz.: Hija de Guido

Sieber, de Zurich, Suiza y de María Gut, nacida en 1856 en Esperanza.

Bautizada el 02/12/1872. Padrinos: Jacob Sieber y Barbara Wintsch de Gut.

Ella se casará con Alejandro Bischoff.

Libro de bautismos, tomo III

• Wettstein: son de Dättlikon, cantón de Zurich, Suiza. Rodolfo Wettstein es

el primer dueño del lote de Scheker.

• Reinhardt, Phillip: comprador del lote 8. Nació en Esperanza.

• Fritz, Phillip: comprador lote 7 y luego 8. Ël y su esposa, Hellene

(Magdalene) Knippenberg nacieron en Esperanza.

• Stettler: son del canton de Berna, Suiza. Clara Stettler era la madre de

Federico Scheker (padre) .El padre de Federico era alemán.

• Ruffner: originario de Maienfeld, cantón de Grisones, Suiza. Christian

Ruffner casó con Rosina Bischoff, de Thun, cantón de Berna, Suiza. Son

los padres de María Ruffner de Scheker y abuelos de Rosa, Federico y

María.

• Ischi: de Mudier, cantón de Berna, Suiza. Apellido materno de David y Luis

Schneiter.

• Scheitlin, Carl Friedrich: del cantón San Gallo ó San Gall (Sankt Gallen,

en alemán) y Catharine Hermine Oettli, nacida en Esperanza, Santa Fe.

Abuelos maternos de Luis, Otilia, Elisa y Lilian Schneiter.

• Luder, Rudolf: maestro. Fraubrunnen, Berna, Suiza. En un párrafo anterior

se dijo que era de Büren, Berna. Son dos localidades cercanas.

• Boll, Carlos: Cantón de Berna. Probable parentesco con Adolfo Boll,

comprador del lote 41.

48

Page 49: Bischoff, Alberto. 2013. Colonia Artagaveytia

Libro de bautismos, 1857 – 1890

• Schneiter, Charles Joseph: hijo de David (Mont Clon, Vaud, Suiza,

24/12/1845 y de Elisabeth Heiniger (Urdenen, cantón de Berna, Suiza,

13/05/1855). Carlos nació Esperanza el 11/11/1878. Bautizado

06/05/1879. Padrinos: Johann Schneiter y Magdeleine Ischi. Aclara algo:

“…..Amsoldingen, Amtsbezirk (distrito) de Thun, cantón Berna, Suiza.”

• Schneiter, Friedrich Ferdinand: hijo de David y de Elisabeth Heiniger.

Nació Esperanza. 20/11/1879. Bautismo: 18/08/1880. Padrinos Jakob

Lanz y María Schleppi de Lanz.

• Schneiter, Gottlieb Emil: hijo de David y de E. Heiniger. Nacido:

11/02/1881. Humboldt. Bautismo: 16/03/1882, Esperanza. Padrinos

Gottlieb Schleppi y Marie Seppy.

• Schneiter, Anna Bertha: hija de David y de E. Heiniger. Nació

09/06/1882, Humboldt. Bautismo: 05/01/1883, Esperanza. Padrinos:

Friedrich Urfer y Anna Urfer.

• Sigrist, Bertha Emilie: hija de Adolfo y de Margaretha Bischoff. Nació

09/03/1883 en Humboldt. Bautismo: 28/10/1883, Esperanza. Padrinos:

Ernst Sigrist y Emilie Reutemann, de San Carlos. Bertha se casó con

Guillermo Karl.

• Schneiter Emile Henry: hijo de David y E. Heiniger. Nació: 20/10/1883,

Humboldt. Bautismo: 11/01/1884, Esperanza. Padrinos : Henry

Chappuis, Humboldt y Marianne Chappuis.

• Sigrist, Mathilde: hija de Adolf y de Margarethe Bischoff. Nació en

Humboldt, 06/11/1884. Bautismo: Esperanza, 26/08/1885. Padrinos:

Wilhelm Bischoff y Mathilde Gut.

• Schneiter, María: Hija de David (de Amsoldingen) y de E. Heiniger (de

Affoltern, canton Bern). Nació: 15/04/1885. Bautismo: 23/09/1885.

Padrinos Henry Vionnet, francés y María Amigiarde de Vionnet, italiana.

María se casará con el suizo Adolfo Baumann, del cantón de San Gall.

• Seiler, Adolf: nació en Baden, cantón de Argovia, Suiza. (hermano de

Emilio Eduardo y apoderado de varios compradores ante el Escribano

Emilio Díaz de Cruz Alta).

Censo Nacional de 1869

(Ya se encuentran en Esperanza apellidos que estarán vinculados a la historia de

la Colonia Artagaveytia) S: suizo; A: alemán; Ar: argentino)

Stettler, Carlos, S, agric. (familia materna de Federico Scheker padre).

Friedrich, Santiago, 8, Ar (error. Era alemán).

Schuhmacher, Juan, 37, S, agric. (No era alemán?) y flia. (Pedro

Schuhmacher comprará un lote en Artagaveytia).

49

Page 50: Bischoff, Alberto. 2013. Colonia Artagaveytia

Gutt (apellido correcto es Gut),Enrique, 59, A, labrador (error. Era suizo), esposa

Bárbara e hijos: María, 13, Ar; Samuel, 9; Jakob, 14; Isabel, 21; Andrés, 3;

Andrés, 2. (María se casará con Guido Sieber y será madre de Anna Sieber.

Comprará los lotes 42 y 45).

Reinhard (correcto es Reinhardt), Antonio, 42, A, y esposa Cristina, 43, A e hijo

Felipe, 10, Ar, que comprará el lote 8.

Fritz, Caterina, 6, Ar; Felipe, 9, Ar; y Luisa, 2, Ar. (Felipe comprará el lote 7).

Jappert, José, 33, S, carpintero. Esposa Antonia Erdin, 25, S. Hijos: José, 4, Ar y

Emilio, 2, Ar (que comprará los lotes 9 y 10).

Zerhnder, Domingo, 24, S, carpintero (comprará lotes 20 y 21).

Dickenscheid, Juan, 38, A. (Pedro Dickenscheid comprará el lote 19).

Chatelin (será Chatelain???), Carlos Augusto, 51, S, relojero. Esposa Agustina,

40, S. Hijos: Marta, 16, S y Carlos Augusto, 14, S. (Alberto Chatelain comprará el

lote 57).

Bertram, Juan, 25, A, labradory familia. (Alberto Bertram será peón de Adolfo

Sigrist).

Mergen, Guillermo, 33, A, labrador y esposa Ana María Hilgert, 24, A. Hijos:

Catalina, 20, A; Roberto, 20, A; Margarita, 4, Ar; María, 2, Ar. (Catalina se casará

con Félix Clerici, que comprará el lote 61 y Clara, aún no nacida, se casará con

Quirino Stegmayer).

Knippenberg, Federico, 33, A, labrador. Esposa Isabel Kienen, 32, A. Hijos:

Felipe, 10, Ar; Enrique, 7; Magdalena, 5; Isabel, 1. (Magdalena se casará con

Felipe Fritz y comprarán el lote 7). (Federico Knippenberg falleció en Isla Verde.

Su lápida dice “Fritz Knippenberg”).

Sieber, Santiago, 50, S, carpintero. Esposa Esther Scheller, 40, S. Hijo: Guido,

17, S, que se casará con María Gut y serán suegros de Alejandro Bischoff. Su

viuda comprará los lotes 42 y 45).

Jappert, Antonio39, S, labrador. Esposa, Susana, 28, S. Hijos: José, 4, S; Emilio

¾, S; y María, 2, S. (Será éste el –Emilio Jappert que comprará los lotes 9 y 10 o

será el otro, ya visto?).

Birchmeyer, José, 49, S, talabartero. Esposa Catalina Bächli, 29, S. Hijos: José,

7, S; María, 6, S; Rosina, 5, S; Paulina, 2, S.

Censo Provincial de Santa Fe, 1887

(S: suizo; A: alemán; Ar: arg.; C: cat.; P: prot.) Atención: los datos que

consignan los censistas adolecen a menudo de errores!!! La copia es textual.

Negrita: nombres relacionados con Colonia. Artagaveytia.

Esperanza, zona urbana

50

Page 51: Bischoff, Alberto. 2013. Colonia Artagaveytia

Luder; Rodolfo: 41, S, carpintero, P; esposa María, 27; hijos: Ángela, 10;

Leonor, 8; Carlos, 6; Carmen, 4; Otto, 2.

Karl, Guillermo, 48, A, talabartero,; esposa Ana María, 46; hijos: Felipe, 18; Ana

María, 15; Enrique, 13; Carolina, 12; Guillermo, 10; Margarita, 6; Pabla, 3.

Friedrich, Santiago, 23, A, pulpero; esposa Elisa, 20, A.

Esperanza, zona rural

Stegmayer, Santiago, 56, A, agricultor, C; esposa Margarita Dickenscheid, 53, A,

C; hijos: Filipina, 17, A; Quirino Teobaldo, 15, A.

Mergen, Guillermo, 51,A, agricultor, C; esposa Ana María Hilgert, 42, A, C; hijos:

Catalina, 23, Ar; Clara, 21, Ar; Gertrudis, 20, Ar; Guillermo, 18, Ar; Jorge, 17, Ar;

Martín 13, Ar; Antonio, 12, Ar; Miguel, 10, Ar; Josephine, 9, Ar. Jorge, con final

trágico en la mudanza; Catalina, casará con Félix Clerici. Clara casará con

Quirino Stegmayer):

Müller, Carlos, 40, A, agricultor, P; esposa María, 27, A,P; hijos: Carlos, 8, Ar;

Catalina, 7, Ar; Elisabeth, 6, Ar; Pablo, 5, Ar; Susana, 4, Ar; Guillermo, 0, Ar.

Pablo casará con Josefina Sieber).

Humboldt, zona urbana

Seiler, Emilio, 31, S, zapatero, C; esposa Bárbara, 23, S, C.

Hermann, José, 35, S, molinero, C; esposa Juana, 30, S, C; hijos:

Ermina, 7; Florentina, 4; Alfredo, 0. (Hermina se casará con Federico Schneiter)

Humboldt, zona rural

Sieber; Guido, 35, S, agricultor, P; esposa maría, 30, ar; hijos: Ana, 14; Roberto,

13; María, 19; Sofía, 19; Josefina, 7; Juan, 2. (Ana casará con

Alejandro Bischoff).

Jappert, Antonio, 57, S, agricultor, C; esposa Susana, 46, S, C; hijos: José, 22;

Emilio, 18; Elisa, 17; Juan, 15; Verena, 14; Emerencia, 10; Cesárea, 8; Cristina, 7;

Sofía, 4; Santiago, 1. (Emilio comprará lotes 9 y 10).

Schneiter, David, 42, Ar, agricultor, C; esposa Elisabeta, 32, Ar, C; hijos: Carlos,

8; Federico, 7; Ana, 5; María, 2; hermano, Luis, 40.

Bischoff, Elisa, 60, S, agricultora, P; hijos: Adolfo, 30, SP; Guillermo, 27, S, P;

Alejandro, 20, S, P. (Guillermo y Alejandro comprarán seis lotes).

Sigrist, Santiago, 56, S, agricultor, P; esposa, Ana,53, S, P; hijos: Emilio, 28,S;

Adolfo, 27, S y esposa Margarita, 28, S, P e hijas: Berta, 4, Ar; Matilde, 2, Ar;

Rosa, 0, Ar.

Jappert; José, 50, S, agricultor, C; esposa, 44, S, C; hijos: José, 22, Ar; Emilio,

20; Ar; Juan, 17,Ar; Felipina, 9, Ar; María, 7, Ar; Francisca, 5, Ar.

Birchmeier(así los escribían también en Suiza), José, 64, S, agricultor, C; Esposa

Catalina, 46, S, C; Hijos: José, 25, S y su esposa Lena, 20, S, C; Paulina, 19, S;

Juan, 16, Ar; Agustín, 11, Ar; Juana, 7, Ar; María, 5, Ar.

51

Page 52: Bischoff, Alberto. 2013. Colonia Artagaveytia

Zehnder, Domingo, 42, S, C; esposa María, 53, S, C; hijos: María, 16, Ar; Elena,

16, Ar; Teófilo, 12, Ar.

Reinhardt, Felipe, 29, Ar, P; esposa María, 25, S, C; hijos: Pedro, 8, Ar; Alberto,

5, Ar; Magdalena, 3, Ar; Andreas, 2, Ar.

Fritz, Felipe, 27, Ar, agricultor,P; esposa Elena, 24, Ar; P; hijos: Felipe, 1, Ar;

Caspar, 0, Ar; Cuñada: Knippenberg, Cristina, 12, Ar, P.

Censo Nacional de 1895. Levantado el 10 de mayo de 1895

Colonia Artagaveytia

Bis, Federico,32, A, colono, soltero; Bis; Juan, 20, A, colono, soltero y Martínez,

18, Ar, jornalero, soltero.

Friedrich, Santiago, 31, A, colono; Elisa, 28, A, esposa. Hijos: Guillermo, 8, Ar;

Margarita, 6, Ar; Elena, 4, Ar; Leonor, 2, Ar; Teodoro, 1, Ar.

Bischoff, Alejandro, 29, S, Colono. Esposa Ana, 23, Ar; Hijos: Olga, 4 (nadie la

conoce ni tiene noción de quién es), Arnoldo, 2 y Ana, 2. Rosses, Roberto, Ar,

jornalero.

Sigrist, Adolfo, 35, S, colono: Esposa Margarita Bischoff, 36, S. Hijos: Berta, 12,

Ar; Matilde, 10; Rosina, 8; Adolfo, 6; Guillermo, 5; Ana, 3; María 1. Soiller,

Santiago, 25, A, jornalero (Será Santiago Zoller, que figura como cofundador de la

escuela de la colonia?).

Stegmayer, Quirino, 28, A, colono. Esposa Clara Mergen, 25, A (era Argentina).

Hijos: Gertrudis, 5 y Quirino, 1. Hermano Teobaldo, 23, A, colono.

Esperanza, zona rural

Dickenscheid, Pedro, 44, A, agricultor.

Schuhmacher, Pedro, 54, A, comerciante

Müller, Pablo, 13, Ar.

Con los resultados arrojados por el censo vemos que no todos los colonos

estaban ya radicados para mediados de 1895 en la colonia. De cualquier manera

faltan varios, que tampoco se encuentran en el censo de Esperanza del mismo

año. En 1895 se radican también Fritz, Seiler, Schneiter, Chatelain. Queda para

dilucidar a futuro.

Saladillo, zona rural

Barrera, Calisto, 52, hacendado, Ar. Esposa Felipa, 40, Ar. Hijos: Octaviana, 24;

Teresa, 22; Victoria, 20 (se casará con Celestino Villarreal); Magdalena, 16;

Pastora, 14; Adelaida, 11; Calisto, 8.

52

Page 53: Bischoff, Alberto. 2013. Colonia Artagaveytia

Información estadística, 1897

Pedanía Caldera. Fundada por Artagaveytia Hermanos en 1892. Propietarios:

Artagaveytia Hermanos y otros. Administrador: Santiago Friedrich. Extensión:

10.824 has. Superficie cultivada: 2.200 has.

POBLACIÓN

Familias: 22

Habitantes: 112

Construcciones

de material: 9

Construcciones

de barro: 14

NACIONALIDAD

Familias argentinas 1

Familias italianas 1

Familias francesas: 4

Familias alemanas 4

Familias suizas 12

EXTENSIÓN DE LOS CULTIVOS

Árboles 65

Trigo, has. 1.500

Lino, has. 300

Maíz, has. 200

Alfalfa, has. 200

MÁQUINAS Y ÚTILES

Arados 65

Espigadoras 11

Rastras 35

Rodillos 3

Sembradoras 3

Desgranadoras 1

Carros, zorras o chat 30

Trilladoras 2

Motores a vapor 2

Carruaj/tilburys/jardiner 3

53

Page 54: Bischoff, Alberto. 2013. Colonia Artagaveytia

GANADERÍA

Bueyes de labor 200

Caballos o mulas 400

Vacas lecheras 300

Otros vacunos 600

Cerdos 80

COSECHAS

Trigo 9.800 q. $6 68.600

Lino 200 q. $7 1.400

Maíz no cosecha.

Alfalfa para las haciendas

de la colonia _______

total $70.000

VARIOS

Tierra vegetal, centímetros 35.

Agua a 11 m, buena.

Extensión de las concesiones: 168 has.

Valor de la hectárea: $20.

Dista: 55 Km al norte de la estación

Arias del F.C.G.S.S.F. y C., con puerto

de embarque en Villa Constitución.

LÍMITES

Norte: colonia Baldissera; Sud: colonia Isla Verde; Este: colonia Progreso;

Oeste: Campo Florinda.

PROPIETARIOS: 25

OBSERVACIONES: las sementeras de trigo y lino han sufrido bastante por

langostas y heladas. Las familias colonas son propietarias de la tierra que cultivan.

Esta colonia ha enajenado hasta el presente 3.600 has. de terreno y restan por

vender 7.224 has. No hay familias arrendatarias. No está acogida a la ley de

colonias. Firmado: Santiago Friedrich

CHARLES BREHNER KRABBÉ

Nacido el 12 de Junio de 1818 en Falmouth, Cornwall, Inglaterra, hijo del

cirujano Charles Frederick Herman Krabbé. Se casó en 1847 con Sarah Isabella

Dale. Tal vez llegó por primera vez a Buenos Aires en 1849. Conocido

comerciante de dicha ciudad, fundador de la firma Jordan y Krabbé, fue director

54

Page 55: Bischoff, Alberto. 2013. Colonia Artagaveytia

del Banco de la Provincia de Buenos Aires. Murió el 22 de enero de 1875 y fue

sepultado en el cementerio protestante de la calle Victoria, en Buenos Aires.

Deja a sus hijos las siguientes propiedades: la mitad de Negrete; la estancia

San Carlos, de 1 ½ legua, en 9 de Julio; una quinta y casas que construyó en la

antigua quinta Waterloo; casas en Barracas sobre terrenos comprados a la viuda

del Almirante Brown; dos casas en la calle Viamonte; una estancia de cuatro

leguas en Fraile Muerto, Córdoba, comprada al gobierno en 1866; terrenos en

Temperley y en Lomas de Zamora; acciones del Banco Nacional y del F.C.C.A..

La estancia descripta como en Fraile Muerto, hoy Bell Ville, es la suerte

número 46, serie A de la provincia de Córdoba, que heredó su hija Mary Helen,

nacida en Río de Janeiro el 27 de Agosto de 1849, probablemente en la Legación

Británica de dicha capital, y bautizada en Montevideo.

María Helena o Mary Helen se casó el 13 de marzo de 1867 con el escocés

de Fifeshire, Archivald Williamson (1836 – 1885), arribado al país en 1860.

El 4 de noviembre de 1884, las tierras de Fraile Muerto son vendidas a

Manuel y Ramón Artagaveytia.10

RAMÓN ARTAGAVEYTIA

Nació en 1840 en Montevideo. Hijo de Ramón Fermín y de María Josefa

Narcisa Gómez y Calvo. Su familia estaba vinculada al mar. Justo antes de morir

su abuelo regaló a su padre un remo dedicado, con las siguientes palabras:

“sabiendo como usarlo, nunca tendrás hambre. Tus ancestros han sobrevivido

siempre gracias al mar. Este es tu destino. Síguelo”

Horacio Artagaveytia, hacendado, ingeniero agrónomo, piloto civil y padre

de seis hijos publicó en1996 un libro llamado Raíces y Memorias, en el que narra

la historia de su tío abuelo. Horacio es hijo de Enrique y nieto de Manuel.

Manuel y Ramón eran socios. Nacieron en medio de la Guerra Grande, en

el Cerrito. Se criaron en plena revolución. Su padre fue el jefe del “Batallón de los

Vascos” que servía a Oribe. Su madre era hermana de Leandro Gómez, el héroe

de Paysandú.

El 24 de diciembre de 1871 Ramón sobrevivió el incendio y naufragio del

“América” frente a Punta Espinillo, Uruguay. De 164 pasajeros sólo sobrevivieron

65. Ramón escapó saltando al agua y nadando hasta la costa. Muchos pasajeros

murieron calcinados. Esto dejó a Ramón emocionalmente afectado.

En 1905, Ramón decide que su sobrino Enrique comience a administrar la

estancia que tenían en Guaminí, provincia de Buenos Aires y un haras de caballos

de carrera. Los campos tenían diez mil hectáreas. Les fueron entregados por

Avellaneda y Roca en 1881 y estaban en la zona fronteriza con los indios. La

10 Hanon, Maxine. Diccionario de Británicos en Buenos Aires.- 1ª. Ed.-Buenos Aires: el autor, 2005

55

Page 56: Bischoff, Alberto. 2013. Colonia Artagaveytia

familia había colaborado en la campaña al desierto. Ramón era un pionero

autoritario y muy querido. Al no tener hijos, luego de cierta edad se dedicó a viajar.

Enrique contaba que luego de un par de días en la estancia, no podía con

su genio y comenzaba a planear algún viaje. Ramón y Manuel eran

tremendamente unidos, al punto que se escribían todos los días. Una vez Ramón

le avisa a Enrique que viajaba para la estancia, pero como había huelga de trenes,

decide viajar a Europa y luego participar del viaje inaugural del Titanic. En

Europa quería visitar a una hermana en París y a su sobrino Aurelio Arocena,

cónsul de Uruguay en Berlín.

El 9 de Febrero de 1912 le escribió a Enrique Artagaveytia: “Finalmente voy

a viajar y, sobre todo, dormir tranquilo. El naufragio del América fue terrible!... Las

pesadillas aún me atormentan. Aún en los viajes más tranquilos, me despierto en

el medio de la noche con terribles sueños y sintiendo siempre las mismas fatídicas

palabras: fuego! fuego! fuego! He llegado al punto de encontrarme en la cubierta

con el salvavidas puesto”.

“No puedes imaginarte, Enrique, la seguridad que brinda el telégrafo.

Cuando el América se hundió nadie respondió a las luces pidiendo ayuda. Los

que nos vieron desde el barco Villa del Salto no respondieron a nuestras señales

luminosas. Ahora, con telégrafo a bordo, aquello no volverá a suceder. Podemos

comunicarnos instantáneamente con todo el mundo”.

Abordó el Titanic en Cheburgo el 10 de Abril de 1912. Su numero de

cabina no se conoce.

Carta a su hermano Adolfo:

“11 de Abril de 1912

Cerré mis ojos y me embarqué en este enorme buque. Un

camarero tomó mi valija y la llevó al tercer piso. Fuimos al comedor,

salón C.

Mi cabina es muy confortable, calefaccionada con electricidad. Está

puesta toda la noche pues hace mucho frío. Conocí a un diplomático

mejicano y al señor Amingo Díaz.

12 de Abril de 1912

Recorrí todos los corredores para ver todas las habitaciones.

Algunos accesorios están hechos de madera. Las sillas verdes eran

muy lindas. Ahora puedo visualizar Irlanda y estoy terminando esta

carta”.

Existen dos versiones opuestas respecto de la postura que habrían

adoptado Artagaveytia y los Carrau, también uruguayos, en el momento en el que

se preparaban para abandonar el Titanic. Un pasajero de segunda clase dijo que

los Carrau y Artagaveytia lo tomaron en broma cuando él estaba por abordar un

bote salvavidas, diciéndole que era tonta tal actitud y que solo lograría resfriarse.

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Por el contrario, un pasajero de primera dijo haberlos visto apoyados contra la

balaustrada, con más apariencia de muertos que de vivos.

Ramón Artagaveytia rehusó subirse a un bote salvavidas, como le hubiera

correspondido por su rango de pasajero de primera clase.

Su cuerpo fue hallado una semana después por la nave Mackay-Bennett,

enviada al lugar del desastre por la White Star Line, la compañía naviera

propietaria del Titanic

Al recuperar su cuerpo congelado, se llenó una ficha con los siguientes

datos:

Nº 22-Masculino-Edad estimada, 60-Cabellos grises

Vestimenta: sobretodo azul, traje azul, chaleco blanco, botas negras, medias

púrpura, dos gemelos con las iniciales “R. A.”, calzoncillos rosados marcados “R.

A.” Efectos: reloj, cadena y medallas con el nombre grabado, llaves, peine,

navaja, estuche de lentes, 27 libras en oro, 20 dólares en oro y 64 en billetes.

Sus restos fueron enviados a Nueva York. Desde allí el Cónsul Uruguayo

en Halifax los remitió a Montevideo, donde llegaron el 18 de Junio de 1912 en una

caja de cinc. Fueron sepultados en el Cementerio Central de Montevideo.

Hasta ahora no he hallado datos acerca de si Carlos Brehner Krabbé o si su

hija María Elena K. de Williamson con su esposo Archivaldo Williamson hollaron

alguna vez la suerte 46 A que compraron y poseyeron durante casi dos décadas.

Tampoco sé si ellos explotaron esta tierra. Es casi seguro que sólo fueron

propietarios, sin llegar a la explotación de la suerte 46 de la Provincia de Córdoba,

ya que no hay ninguna referencia de ellos en la zona, ni rastros de un casco que

ellos hubiesen fundado a los efectos de llevar adelante una explotación ganadera

En cuanto a la presencia de Ramón Artagaveytia en esta zona no hay

datos. Su familia no tenía información de que Ramón y Manuel hubieran fundado

una colonia que lleva su apellido. Es probable que los Artagaveytia crearan la

colonia como un negocio inmobiliario y que no desarrollaran en ella una

explotación rural.

Artagaveytia Hermanos pagó por la suerte 46 A $22.773 m/n y vendió 68

lotes, a $3.500 los primeros y a mayor valor años más tarde, con lo cual obtuvo

más de $240.000 m/n, a lo que hay que deducirles todos los gastos de

escrituración, mensura de lotes, publicidad, etc. Esto indica que fue un buen

negocio.

PARAFRASEANDO A SARMIENTO

De la obra “Facundo” de Domingo Faustino Sarmiento, deseo transcribir

unos párrafos, no para censurar el estilo de vida del gaucho, sino para rescatar la

idiosincrasia de los inmigrantes alemanes. Así escribía Sarmiento en el capítulo

primero de dicha obra:

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Page 58: Bischoff, Alberto. 2013. Colonia Artagaveytia

“Da compasión y vergüenza en la República Argentina comparar la colonia

alemana o escocesa del sur de Buenos Aires y la villa que se forma en el interior:

en la primera, las casitas son pintadas; el frente de la casa, siempre aseado,

adornado de flores y arbustillos graciosos; el amueblado, sencillo, pero completo;

la vajilla, de cobre o estaño, reluciente siempre; la cama, con cortinillas graciosas,

y los habitantes, en un movimiento y acción continuos. Ordeñando vacas,

fabricando mantequilla y quesos, han logrado algunas familias hacer fortunas

colosales y retirarse a la ciudad, a gozar de las comodidades.

La villa nacional es el reverso indigno de esta medalla: niños sucios y

cubiertos de harapos, viven con una jauría de perros; hombres tendidos en el

suelo, en la más completa inacción; el desaseo y la pobreza por todas partes; una

mesita y petacas por todo el amueblado; ranchos miserables por habitación, y un

aspecto general de barbarie y de incuria los hacen notables.”

FIN

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