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Y el santuario será purificado. Segunda Parte. Por: Samuel Saldaña
Puntos de interés especial
Historicidad bíblica del
Santuario
Detalles en el libro de
Daniel
¿Qué postura al Santuario
tenían los pioneros ASD?
Gráfica de Otis Nichols
Luz otorgada a Crosier
¿Nichols .vs. Crosier?
I n t e r p r e t a c i ó n d e l
Santuario, las Fiestas
Solemnes y su aplicación
profética
Contenido:
Visión del profeta y la posición
del hno. O.R.L. Crosier
1
El Tamid o Continuo 2
Day Star Extra, 7 de feb. 1850 5
Gráfico de Otis Nichols 17
Asociaciones entre Nichols,
Hasting y Crosier
18
Preguntas y posturas en torno
al Continuo
20
Postura tradicional de los ASD 21
Manuscrito de Ellen G. White
señala que los 1335
terminaron
22
La palabra Sacrificio del
Continuo de Daniel 8, 11 y 12
es un agregado…
23
Receta licuado frutas 13
¡Un Ministerio que profesa la Verdad Presente!
enero, 2009
Volumen 1, nº 2
La Voz del Heraldo
"El Señor me mostró en visión hace más de
un año que el Hno. Crosier tenía la verdadera
luz en cuanto a la purificación del santuario…
y que era su voluntad que el Hno. Crosier escribiera la explicación que nos había dado
en el “Day-Star Extra” del 7 de febrero de
1846. Me siento plenamente autorizada por el
Señor para recomendar ese artículo Extra a
cada santo.
Oro para que estas líneas puedan ser una
bendición para usted, y para todos los
queridos hermanos que puedan leerla.
Firmado por: Ellen G. White". AWLF.
A través de los años, el pueblo Adventista del
Séptimo Día ha sido portador de grandes ver-
dades, entre estos, la capacidad de la interpre-
tación profética ha sido uno de los dones otor-
gados desde sus inicios por Dios a través del
profeta.
Consideramos al profeta por fe, dado que sus
palabras han sido de aliento, amonestación y
esperanza. Confiamos que los sucesos en el
futuro aún pendientes por cumplir, pues ha sido la evidencia cumplida de la historia la
cual Dios habló por medio de los hechos mis-
mos.
Una experiencia que ha de tener cada indi-
viduo que confía en la profecía revelada, es
que la profecía cumplida en los eventos del
futuro se ven en el mismo cumplimiento. Es
decir, que las profecías se irán revelando para
este tiempo conforme ocurran.
De manera tal que podemos confiar en que
existen aún profecías pendientes, pero estas
son el desenlace tanto de personajes y per-
sonificaciones revelados en grandes eventos.
Las profecías cumplidas son consecuencia de
lo que se vió en las profecías pasadas desde la
vision larga. Hoy es la culminación del desar-
rollo de estos personajes proféticos y los últi-
mos desenlaces giran en torno a éstos.
Uno de los elementos del cual Dios insistió
para que la humidad dispusiera de una ex-
periencia vivida por tanto por las obras como
por la fe, fue la comprensión plena, absoluta
en torno al Santuario.
La doctrina del Santuario quizás para
nosotros no es tan comprensiva como para
los mismos israelitas que experimentaron
todos los detalles que conllevaron el servicio
dentro del Santuario. Tanto la obra en la
figura del cordero, el sacerdote común, el
sumo sacerdote, el candelabro, los panes de
la proposición, el tabernáculo o urna, los
querubines, las tablas de la Santa Ley de
Dios, la vara de Aarón, el maná, la importan-cia de los rollos manuscritos de la ley cere-
monial, no menos importante, y la consti-
tución misma de la infraestructura y diseño
departamental del Santuario, era una reve-
lación para la humanidad y su relación con
YHWH.
En su manera singular de ser enseñanzada la
doctrina del Santuario, todos sus detalles son
provistos definitivamente por Dios con tal de
alcanzar nuestras mentes. La gran aplicación
del Servicio Sacerdotal y vínculo con el tema de salvación es particular porque Dios se
revela como Creador, Redentor y Sostenedor
de la vida.
Dentro del servicio del sacerdote en el santu-
ario, estaba la práctica del Continuo o Tamid
como medio justificatorio. Y, aunque difer-
encial en detalle con la santificación, era un
proceso que estaba íntimamente ligado al
otro. La santificación o purificación del san-
tuario nos revela la faz de Dios, la luz profé-tica de los eventos a futuro y el Plan de Sal-
vación que Dios dispuso para la raza caída,
los Mandamientos y Preceptos, así como
también la revelación del carácter de Dios se
pueden ver y sentirse.
Este material pretende compartir la
comprensión del hermano O.R.L. Crosier
concerniente al Santuario que publicada en el
Day Star-Extra del 7 de febrero de año 1846
y considerada según Ellen G. White como
www.alaluzdelabiblia.org
una luz revelada por Dios.
Existe mucha especulación sobre el Servicio
Sacerdotal, entre las más dominantes o significativas están aquellos que indican que
la luz del Continuo o Tamid no fue revelada
y no había o ha de ser tema de discusión,
pero por otra parte, señalan algunos que el
Continuo es una aplicación profética que se
ha divulgado para el futuro, y otros
finalmente consideran se obtuvo una luz del
Continuo que opaca toda oscuridad del
pasado.
Como consecuencia de un pasaje particular donde Elena G. White indica que el capítulo
12 de Daniel había sido para el fin del
tiempo.
Si recordamos que el Continuo o Tamid era
el servicio departamental que se hacía tanto
de mañana como por la tarde, sin
desconsiderar que el holocausto continuaba
humeante hasta el día siguiente; y se
alcanzaba este servicio por medio de
sacerdotes regulares que se turnaban para
accesar tanto el Atrio como el primer departamento conocido como el Lugar Santo
donde se lograba la justificación del pecado
confesado y arrepentido, aunque no
necesariamente este segundo elemento
contemplara una condición satisfactoria, ni
que tampoco se volviera a pecar. Si no más
bien la posibilidad de disponer del derecho a
un indulto.
El servicio del Tamid o Continuo, se
contemplan detalles como lo ya mencionado, y en contra posición, la Abominación
Asoladora viene a constituirse como un
evento o figura que eliminaría esta
disposición a ser perdonado.
Los que señalan el Continuo o Tamid está en
el pasado, apoyan la primera y tradicional
posición de que el Continuo era la nación de
Israel (Judá) y la Abominación Desoladora
era el Paganismo, dado que desde el año 508
d.C. Clodoveo se organizó para eliminar las
tres tribus arrianas y la caída de los Ostrogodos marcaban un hito que otorgaba
libertad plena a la Iglesia Católica de
propagar sus falsas enseñanzas por el mundo
conocido.
El año 508 D.C. es el resultado de la resta del
año 1798 con el período de tiempo de 1290
años estos manifiestos en la profecía de
Daniel.
Por otra parte, aquellos que colocan la profecía de Daniel 12 al futuro como una
repetición de eventos semejantes a los del
pasado conforme al Tamid, se apoyan en una
cita de Elena G. White:
"Leamos y estudiemos el capítulo 12 de
Daniel. Es una advertencia que todos
necesitaremos comprender antes del tiempo
del fin". 15MR.228. (1903).
Sin embargo, no vemos detalles que comprometan tal posición en este manuscrito
del profeta.
La posición que coloca el capítulo 12 del
libro de Daniel en el futuro y la completa
aplicación del Continuo enmarcados en estos
eventos, no están considerando el todo,
porque también la hermana White señaló que
el versículo primero del mismo capítulo
comprende la liberación de la continua lucha
angustiante.
¿Cómo se logra armonizar que el verso doce
es la Abominación Asoladora por el
cumplimiento de la imposición de una Ley
Dominical pero el verso primero nos traslada
al momento en que Cristo liberará a los que
padecen por el Tiempo de Angustia?
Veamos:
“Usted también piensa, que el levantarse de
Miguel, y el tiempo de angustia ya
comenzado en la primavera de 1844.
El Señor me ha mostrado en visión, que Jesús
se levantó, y cerró la puerta, y entró en el
Lugar Santísimo, en el séptimo mes de 1844;
pero el levantarse de Miguel (Dan. 12:1) para
liberar a su pueblo, está en el futuro.
Esto no sucederá, hasta que Jesús haya
terminado su oficio sacerdotal en el santuario
celestial, y se saque sus atuendos
sacerdotales, y se ponga sus ropas reales, y la
corona, para salir sobre el carruaje que está sobre la nube, para "trillar a los paganos
airadamente", y liberar a su pueblo”.
WLF.11.
Una de las faltas de esta posición es que
consideran el capítulo doce de Daniel como
una serie de sucesos desde el versículo
... Continuación del artículo anterior
“Adán daba muerte a
la víctima inocente, le
parecía que estaba
derramando con su
propia mano la sangre
del Hijo de Dios”
Página 2 La Voz del Heraldo
Página 3 Volumen 1, nº 2
primero hasta el final, porque de lo contrario, se
contradicen los sucesos, porque primero es la imposición
de la Ley Dominical y luego la liberación del pueblo de
Dios que padeció por el Tiempo de Angustia de Jacob.
La cita continúa detallando eventos del verso 1:
“Entonces Jesús tendrá su afilada hoz en su mano, (Apoc.
14:14) y entonces los santos clamarán de día y de noche a
Jesús que está sobre la nube, para que meta su afilada hoz
y coseche.
Este será el tiempo de angustia de Jacob, (Jer. 30:5-8) al
término del cual, los santos serán liberados por la voz de
Dios”.
Yo creo que el santuario que será purificado al término de
los 2300 días, es el Templo de la Nueva Jerusalén, del
cual Cristo es el ministro. El Señor me mostró en visión,
hace ya más de un año atrás, que el hermano Crosier posee
la verdadera luz, a respecto de la purificación del
santuario; y que había sido su voluntad, que el hermano
Crosier pudiese escribir la visión que nos dio en el Day-
Star, Extra, del 7 de Febrero de 1846. Me siento
plenamente autorizada por el Señor, a recomendar ese
Extra, a cada santo.
Oro para que estas líneas puedan ser una bendición para
usted, y para todos los queridos hijos que vengan a leerla”.
WLF.12.
La segunda postura del Continuo considerada en los días
pioneros como la “posición nueva” donde el Servicio
Sacerdotal de Cristo en el Santuario Celestial y considera
que la Abominación Asoladora es la imposición del
servicio sacerdotal de la Iglesia Católica al emplazar el
Servicio Sacerdotal de Cristo en el Santuario Celestial.
Dentro de la misa semanal o diaria, usted puede según la
doctrinal Católica recibir literalmente el sacrificio de
Cristo en el cuerpo y la sangre en el Vino –fermentado– y la
Hostia -sin leudar– cuando el sacerdote en toda su potestad por
medio de la Transubstanciación pueden convertir los en el
“cuerpo y la sangre” de Cristo y se logra un sacrificio diario en forma literal, es decir, que Cristo muere en cada ocasión que se
realice esta ceremonia en cada iglesia del mundo.
Al ser reemplazada la función actual que es menester tener claro
Cristo realiza “en estos momentos” en el Reino de los Cielos a
favor de la humanidad y de los seres creados que a su tiempo, ya
sucedido, se percataron del amor inefable de Dios con todas Sus
criaturas.
La Verdad Presente es esta: “que Cristo se desempeña como
Mediador delante del trono de Dios el Padre como parte del proceso final de la expiación de los pecados el cual no terminó en
la cruz del Calvario, sino que dio inicio al proceso de mediación
conforme a las enseñanzas previstas en el servicio sacerdotal y la
institución del Santuario del Señor en el primer y segundo
departamento”.
Por tanto, cualquier consideración acerca de la purificación del
Santuario no podría haberse realizado antes en la Tierra, y al
tiempo de las profecía paralelamente ocurría la transición de
Cristo como Sumo Sacerdote del Santo al Lugar Santísimo
(juicio investigativo, mensaje del tercer ángel y la conformación
de un pueblo que lo esparciera a toda nación y lengua) y este evento es consecuente con el pasaje Daniel 8.14, nótese:
“Y no por sangre de machos cabríos ni de becerros, sino por su
propia sangre, entró una vez para siempre en el Lugar Santísimo
[ta agía], habiendo obtenido eterna redención.”. Hb. 9.12.
El evento solemne anti-típico se consumaba en la figura del
Señor en el Cielo, pero el proceso de purificación ocurría única y
exclusivamente en el segundo departamento [Santísimo], pero,
hemos de excluir cualquier idea mal concebida de la
imposibilidad de Cristo de acercarse a la Gloria de YHWH y la posibilidad de desplazarse y desempeñarse en la función que el
Padre había previsto y hecho solícito a nuestro Señor.
La tercera postura acerca del Continuo o Tamid, es la que considera el Sábado como el Tamid y la imposición de la Ley
Dominical como la Abominación del Asolamiento del cual habló el profeta Daniel y Cristo lo reitera en Mateo 24.15.
“En lugar de rendir a Dios los medios que Él ha puesto en sus manos, muchos los invierten en más terrenos. Éste mal se está desarrollando entre nuestra hermandad. Antes tenían todo lo que era menester, pero el amor al dinero -o el deseo que se los
considerara tan bien como a sus vecinos- los lleva a enterrar sus recursos en el mundo y no rendir a Dios lo que bien le
corresponde. ¿Podemos sorprendernos si no son prosperados?; ¿si Dios no bendice sus cosechas y quedan chasqueados? Si
nuestros hermanos recordaran que Dios puede bendecir veinte acres de tierra y hacerlos tan productivos como cien, no
continuarían hundiéndose en la compra de tierras, sino que permitirían que sus recursos fluyeran hacia la tesorería del Señor.
“Guardaos,” dijo Cristo, no sea que vuestros corazones sean sobrecargados con glotonería y embriaguez, y los cuidados de esta
vida”. A Satanás le agrada veros prosperar en vuestras fincas e invertir vuestros recursos en empresas mundanas, pues al
proceder así no sólo retrasáis el avance de la causa, sino que mediante la ansiedad y el trabajar en demasía, se disminuye
vuestra esperanza de la vida eterna.
Hoy debiéramos acatar el consejo de nuestro Salvador: “Vended lo que tenéis, y dad a los pobres; proveer para vosotros bolsas
... Continuación del artículo anterior
que no envejecen, tesoro en los cielos que no se corrompe”. Es ahora cuando nuestra
hermandad debiera estar reduciendo sus posesiones en lugar de aumentarlas. Estamos por
mudarnos a una patria mejor, aun la celestial. Entonces no trabajemos para moradas
terrenales, sino hagamos de todo lo nuestro lo más compacto posible.
Viene el tiempo cuando no podemos vender a ningún precio. El decreto pronto saldrá
prohibiendo a los hombres comprar o vender a cualquier hombre que no tenga la marca de
la bestia. Estuvimos cerca de esta realización en California hace poco tiempo; pero esto
sólo fue una amenaza del soplo de los cuatro vientos. Aun son sostenidos por los cuatro
ángeles, pues nos falta preparación. Hay una obra que ha de hacerse, y entonces los ángeles
recibirán la orden de desatar los vientos para que soplen sobre la tierra. Ese será un tiempo
decisivo para el pueblo de Dios, un tiempo de angustia tal como nunca hubo. Ahora es
nuestra oportunidad de trabajar”. 5T .151-152.
“(Se cita a Daniel 12:1). Cuando llegue este tiempo de angustia, cada caso ya está decidido; no hay más tiempo de gracia, no más misericordia para el impenitente. El sello del Dios
viviente está sobre su pueblo. Este pequeño remanente, incapaz de defenderse en el fatídico
conflicto con los poderes del mundo que son dirigidos por la hueste del dragón, hace de
Dios su defensa. El decreto ha sido promulgado -por la más alta autoridad terrenal- para que
se adore a la bestia y se reciba su marca so pena de persecución y muerte. Que Dios ayude a
Su pueblo ahora, pues ¿qué puede este hacer en tan temible conflicto sin Su apoyo?
Valor, fortaleza, fe, y confianza implícita en el poder de Dios para salvar no llegan en un
momento. Estas virtudes celestiales se adquieren por la experiencia de años. Mediante una
vida de consagrado esfuerzo y firme apego a lo recto los hijos de Dios estaban sellando su
destino. Rodeados por un sin número de tentaciones, ellos sabían que debían de resistir con
firmeza o ser vencidos. Sentían que tenían una gran obra a realizar, y a cualquier hora se les podría pedir que entregasen la armadura; y si llegaran al final de la vida con su obra aun por
terminar, sería una pérdida eterna. Ansiosamente recibieron la luz del cielo, al igual como
los primeros discípulos la recibieron de los labios de Jesús. Cuando esos primeros cristianos
fueron exiliados a las montañas y desiertos, cuando dejados en las mazmorras para morir
con hambre, frío, y tortura, cuando el martirio parecía ser la única salida para su angustia, se
regocijaban que eran considerados dignos de sufrir por Cristo, quien fue crucificado por
ellos. Su digno ejemplo será consolación y ánimo para el pueblo de Dios que estará en pie
durante el tiempo de angustia como nunca lo hubo”. 5T213.
“Al iniciarse el santo sábado, 5 de enero, 1849, nos involucramos en la oración con la
familia del hermano Belden en Rocky Hill, Connecticut, y el Espíritu Santo cayó sobre nosotros. Fui llevada en visión al lugar Santísimo, donde miré a Jesús aun intercediendo por
Israel. En el borde de su indumentaria había una campana y una granadilla, una campana y
una granadilla; y eso se repetía por todo el borde de su vestimenta. Entonces observé que
Jesús no saldría del lugar Santísimo hasta que cada caso fuera decidido ya sea para
salvación o destrucción; y que la ira de Dios no llegaría hasta que Jesús terminara Su obra
en el lugar Santísimo, se desatara Su vestimenta sacerdotal, y se vistiera con el atavío de
venganza. Entonces Jesús ya no intercederá entre el Padre y el hombre, y Dios no más se
mantendrá en silencio, sino que derramará Su ira sobre los que han rechazado Su verdad.
Miré que las guerras de las naciones, la ira de Dios, y el tiempo para juzgar a los muertos,
eran asuntos separados y distintos, pero que se desarrollaban en cadena uno en seguida del
otro; y que también Miguel aun no se levantaba, y que el tiempo de angustia, tal cual nunca
hubo, aun no había empezado. Las naciones ahora se están airando, pero cuando nuestro Sumo Sacerdote ha terminado Su obra en el santuario, Él se levantará, vestirá Sus atavíos de
venganza, y entonces las siete últimas plagas serán derramadas”. LS. 116-117.
“En aquel tiempo se levantará Miguel, el gran Príncipe que protege a tu pueblo. Y será
tiempo de angustia, cual nunca fue desde que hubo gente hasta entonces. Pero en ese
tiempo será librado tu pueblo, todos los que se hallen escritos en el libro”. Dn. 12.1.
... Continuación del artículo anterior
“En aquel tiempo se
levantará Miguel, el
gran Príncipe que
protege a tu pueblo. Y
será tiempo de
angustia… en ese tiempo
será librado tu pueblo...”
Página 4 La Voz del Heraldo
Copia fiel de la edición The Day Star Extra del 7 de febrero de 1846. Canandaigua, New Yor,
United State. O.R.L. Crosier.
“Yo creo que el santuario que será purificado al término de los 2300 días, es el Templo de la
Nueva Jerusalén, del cual Cristo es el ministro. El Señor me mostró en visión, hace ya más de
un año atrás, que el hermano Crosier posee la verdadera luz, a respecto de la purificación del
santuario; y que había sido su voluntad, que el hermano Crosier pudiese escribir la visión que
nos dio en el Day-Star, Extra, del 7 de Febrero de 1846. Me siento plenamente autorizada
por el Señor, a recomendar ese Extra, a cada santo. Oro para que estas líneas puedan ser una
bendición para usted, y para todos los queridos hijos que vengan a leerla”. WLF.12.
Los que deseen definir una posición acerca de la Purificación del Santuario, han de
familiarizarse con otros pasajes del profeta: Este artículo, „El Santuario‟, se imprimió en el
'Day-Star Extra', en 1846. En relación con él, E. White escribió en una carta dirigida al
hermano Eli Curtis, fechada el 21 abril 1847:
"Creo que el Santuario que ha de ser purificado al final de los 2300 días es el templo de la
Nueva Jerusalem, del que Cristo es ministro. El Señor me mostró en visión, hace más de un
año, que el hermano Crosier tenía la verdadera luz sobre la purificación del Santuario; y que
era su voluntad que el hermano C. escribiese la exposición que nos hizo en el Day-Star Extra
del 7 de febrero de 1846. Me siento plenamente autorizada por el Señor para recomendar ese
Extra a todo santo" ('Una palabra a la manada pequeña', publicado en 1847).
En la Review & Herald de septiembre de 1850 se reimprimió el artículo, aparentemente en su
totalidad. Volvió a ser reimpreso en un par de ocasiones, en los dos años sucesivos.
Reproducimos aquí el artículo en su totalidad, tal como aparece en la Review and Herald de
septiembre de 1850. Las referencias bíblicas se han convertido de la numeración romana a la
árabe. Se han corregido algunos errores muy evidentes en las referencias bíblicas”. William
C. White, 9 octubre 1931.
... Continuación del artículo anterior
“Yo creo que el santuario
que será purificado al
término de los 2300 días, es
el Templo de la Nueva
Jerusalem… El Señor me
mostró en visión hace más de
un año que el Hno. Crosier
posee verdadera luz…”
Página 5 La Voz del Heraldo
Artículo de O.R.L. Crosier en el Day Star Extra de
1846
John, "Thou most prophecy again". Whatever
CANANDAIGUA, N. Y. Jan. 7, 1846.
El Santuario era el corazón del sistema típico (simbólico).
Allí puso el Señor su nombre, manifestó su gloria y
conversó con el sumo sacerdote, en relación con el bien de
Israel. Al preguntar a las Escrituras en qué consiste el
Santuario, expulsemos de la mente todo prejuicio
educacional. La Biblia define con claridad cuál es el
Santuario, y responde a toda cuestión razonable que quepa
hacer sobre él.
El nombre "Santuario" se aplica a diversas cosas en el
Antiguo Testamento, y el Todopoderoso no dijo a Daniel
qué Santuario había de ser purificado al final de los 2.300
días, pero lo denominó Santuario, como si Daniel
comprendiese bien a qué se estaba refiriendo. El hecho de
que Daniel no le preguntase en qué consistía, confirma lo
anterior. Pero dado que la identificación del Santuario ha
venido a ser tema de discusión, nuestra única seguridad
consiste en buscar en el Nuevo Testamento, que es el
comentario divino sobre él. Su decisión debiera poner fin a
toda controversia entre cristianos.
Pablo se refiere ampliamente a ese asunto en la epístola a
los Hebreos, a quienes pertenecía el pacto típico. "El
primer pacto tenía reglas para el culto, y también un
Santuario terrenal" (Heb. 9:1-5).
"Se levantó una tienda. En su primera parte, llamada
Lugar Santo (hagia), estaban las lámparas, la mesa y los
panes de la Presencia.
"Tras el segundo velo estaba la parte llamada Lugar Santísimo (hagia hagion).
"Este tenía el incensario de oro y el Arca del Pacto cubierta de
oro. Esta Arca contenía una urna de oro con el maná, la vara de
Aarón que reverdeció y las tablas del pacto.
"Sobre ella los querubines de gloria cubrían el Propiciatorio. De
estos objetos no hablaremos ahora en detalle".
Encontramos una descripción detallada en los últimos cuatro
libros del Pentateuco. "Santuario" fue el primer nombre que el
Señor le dio. En Éxodo 25:8 abarca, no solamente el Tabernáculo
con sus dos departamentos, sino también el atrio (o patio), así
como todos los utensilios del ministerio. A todo ello Pablo lo
denomina el Santuario del primer pacto, que "es símbolo para el
tiempo actual, según el cual se ofrecen presentes y
sacrificios" (Heb. 9:9).
"Pero Cristo ya vino, y ahora es el Sumo Sacerdote de los bienes
definitivos. El Santuario donde él ministra es más grande y más
perfecto; y no es hecho por mano de hombre, es decir, no es de
este mundo" (vers. 11).
Los sacerdotes entraban en lo que era "símbolo" o "copia de las
realidades" que constituían los "lugares celestiales mismos" en
los que entró Cristo, cuando "entró en el mismo cielo" (vers. 23 y
24). Cuando Cristo ascendió a la diestra del Padre, a "las
realidades celestiales mismas", vino a ser "ministro del
Santuario, de aquel verdadero Santuario que el Señor levantó, y no el hombre" (Heb. 8:1 y 2). Ese es el Santuario del "pacto
mejor (nuevo)" (vers. 6).
El Santuario que ha de ser purificado al final de los 2300 días es
también el Santuario del nuevo pacto, ya que la visión del
Santuario echado por tierra hace referencia a un período posterior
a la crucifixión. Vemos que el Santuario del nuevo pacto no está
en la tierra, sino en el cielo. El verdadero Tabernáculo que forma
parte del Santuario del nuevo pacto, fue hecho y construido por
el Señor, en contraste con el del primer pacto, que fue hecho y
levantado por el hombre en obediencia al mandamiento de Dios (Éx. 25:8).
Ahora, ¿qué dice el mismo apóstol que el Señor ha construido? "Porque esperaba la ciudad con fundamentos, cuyo arquitecto y
constructor es Dios" (Heb. 11:10). ¿Cuál es su nombre? La "Jerusalén celestial" (Heb. 12:22; Apoc. 21). "Un edificio celestial,
una casa eterna, hecha no por manos humanas" (2 Cor. 5:1). "En la casa de mi Padre hay muchas moradas" (Juan 14:2).
Cuando nuestro Salvador estuvo en Jerusalén, y declaró su casa desierta, los discípulos le señalaron el edificio del templo. Él
dijo entonces: "Os aseguro que no quedará piedra sobre piedra, que no sea derribada" (Mat. 24:1 y 2). El templo era su
Santuario (1 Crón. 22:17-19; 28:9-13; 2 Crón. 29:5, 21; 36:14, 17). Una sentencia como la que pronunció habría de llenarles de
temor y congoja, como premonición del quebranto, cuando no de la total caída de su sistema religioso por completo. Pero a fin
de darles ánimo e instrucción, les dijo: "En la casa de mi Padre hay muchas moradas" (Juan 14:1-3).
Estando, como era el caso, en la línea divisoria entre el pacto típico y el anti-típico, y habiendo acabado de declarar que la casa
del primero dejaba de estar vigente en vista de su anunciada destrucción, cuán lógico era que dirigiera la atención de sus
discípulos al Santuario del segundo, en el que habrían de centrarse sus afectos e intereses tal como lo hicieran antes con el
primero. El Santuario del nuevo pacto está relacionado con la Nueva Jerusalén, de igual forma en que lo estaba el del antiguo
pacto con la antigua Jerusalén. De igual forma en que ese era el lugar en donde ministraban los sacerdotes de ese pacto, así sucede en el cielo, lugar en donde ministra el Sacerdote del nuevo pacto. A ese lugar, y sólo a ese, aplica el Nuevo Testamento
el término de "Santuario", lo que debiera zanjar toda discusión al respecto.
... Continuación del artículo anterior
Página 6 Volumen 1, nº 2
Pero dado que se nos ha instruido repetidamente a mirar hacia la tierra al pensar en el Santuario, es apropiado preguntarse, ¿bajo
la autoridad de qué Escritura hemos sido así enseñados? Yo no puedo encontrar ninguna. Si alguien lo logra, que lo haga saber.
Es necesario recordar que la definición de Santuario es "un lugar santo o sagrado". ¿Es la tierra, es Palestina, un lugar tal? La
única respuesta es: ¡No! ¿Se instruyó así a Daniel? Analicemos su visión.
"Y el lugar de su Santuario fue echado por tierra" (Dan. 8:11). Ese ser echado por tierra fue en los días –y por intermedio– del
poder Romano; por lo tanto, el Santuario al que señala ese texto no era la tierra ni Palestina, ya que el primer Santuario fue
destruido en la caída, y el posterior en la cautividad, más de 4.000 y 700 años respectivamente antes del evento al que apunta ese
texto, y ninguno de ellos por intermedio de Roma.
El Santuario que fue echado por tierra es aquel contra el que Roma se había exaltado, aquel al que pertenecía el Príncipe de los
príncipes, Jesucristo; y Pablo enseña que su Santuario se halla en el cielo. También Daniel 11:30 y 31, "Porque vendrán contra él
naves de Quitim, y él se desalentará. Entonces volverá, y se enojará contra el pacto santo (la cristiandad). Volverá, pues, y
favorecerá a los que abandonen el santo pacto (sacerdotes y obispos). Sus fuerzas (civiles y religiosas) profanarán el Santuario
de la fortaleza (Roma y los que olvidan el pacto santo), quitarán el continuo, y pondrán la abominación asoladora".
¿Qué fue eso que Roma y los apóstoles del cristianismo habrían de contaminar con su abominación asoladora? Esa combinación
se formaría contra el "santo pacto", y fue el Santuario de ese pacto el que contaminarían (asolarían), cosa que harían igualmente
con el nombre de Dios (Jer. 34:16; Eze. 20; Mal. 1:7). Eso equivalía a profanar o blasfemar su nombre. En ese sentido, esa bestia
político-religiosa desoló el Santuario (Apoc. 13:6), y lo echó por tierra, desde su lugar en el cielo (Sal. 102:19; Jer. 17:12; Heb.
8:1 y 2) al llamar a Roma la santa ciudad (Apoc. 21:2) e instalar allí al Papa bajo los títulos: "Señor Dios el Papa", "Cabeza de la
iglesia", etc. Y esa falsificación del "templo de Dios" profesa realizar aquello que Jesús hace en su Santuario (2 Tes. 2:1-8). El
Santuario ha sido echado por tierra (Dan. 8:13), lo mismo que el Hijo de Dios (Heb. 10:29).
Daniel oró: "Haz que tu rostro resplandezca sobre tu Santuario asolado" (Dan. 9:17). Se trataba del Santuario típico edificado por
Salomón. "Ahora que el Eterno te ha elegido para que edifiques una casa que sea su Santuario. ¡Esfuérzate y hazla!" (1 Crón.
28:10-13). El Santuario compartió la suerte con Jerusalén en sus setenta años de desolación (Dan. 9:2; 2 Crón. 36:14-21). Fue re-edificado tras la cautividad (Neh. 10:39). A Moisés se le dio el modelo del Santuario, edificado al pie del Sinaí tras haber estado
con el Señor cuarenta días en la nube, sobre el monte; y a David se le dio el modelo del que edificó Salomón, que superaba al de
Moisés, con sus cámaras, porches, atrios de los sacer-dotes y levitas, y todos los utensilios del servicio, según "los planos que el
Espíritu había puesto en su mente" (2 Crón 28:10-13).
Es un hecho manifiesto que tanto Moisés como David tuvieron visiones proféticas de la Nueva Jerusalén con su Santuario y con
Cristo, el Sacerdote oficiante. Cuando el Santuario edificado por Moisés resultó superado por el de Salomón, se trasladó el Arca
del uno al otro (2 Crón. 5:2-8). El Santuario comprendía, no sólo el Tabernáculo, sino también los utensilios del ministerio, y
también el atrio en cuyo recinto se levantaba el Tabernáculo (Núm. 3:29-31; 10:17, 21). Así, el patio (o atrio) donde el
Tabernáculo se asentaba, era llamado con propiedad el Santuario ([según el historiador] Prideaux). Podemos ver lo mismo en 2
Crón. 29:18, 21. "Ya hemos limpiado toda la casa del Señor, el altar del holocausto, todos sus instrumentos, y la mesa de la Presencia con todos sus utensilios".
El altar de los holocaustos con sus utensilios estaba ante al Tabernáculo, en el atrio. En el versículo 21 a todo eso se lo denomina
"Santuario". Bien, dirá alguno, ¿acaso no constituye Palestina el Santuario? No lo creo. Éxodo 15:17: "Tú los introducirás y los
plantarás en el monte de tu herencia, en el lugar de tu habitación que tú has preparado, oh Eterno, en el Santuario que afirmaron
tus manos".
¿Cuál es la "habitación que [el Señor ha] preparado", la que afirmaron [sus] manos? Pablo afirma que se trata de una
"ciudad" (Heb. 11:10), de un "Santuario" (Heb. 8:2), de "un edificio celestial, una casa eterna, hecha no por manos humanas" (2
Cor. 5:1). Y el Señor ha elegido el monte Sión, en Palestina, como el lugar para su morada definitiva (Sal. 132:13 y 14). "El
Eterno eligió a Sión, la quiso para su morada. Este es siempre el lugar de mi reposo, aquí habitaré, porque la he preferido".
"Los llevó después a los términos de su tierra santa, a ese monte que ganó su mano derecha" (Sal. 78:54), que era su lugar
elegido, pero no propiamente el Santuario; no más de lo que el monte Moria, sobre el que se edificó el templo, era el templo
mismo. ¿Considera-ron ese lugar como el Santuario? Si ellos no lo hicieron, tampoco nosotros debiéramos hacerlo. Una mirada
al texto en donde aparece [el Santuario] mostrará: "Y me harán un Santuario, y habitaré entre ellos" (Éx. 25:8).
"El siclo del Santuario" (Éx. 30:13) y unos veinte más similares. "Así, Bezaleel, Aholiab y todo hombre diestro, a quien el Señor
dio sabiduría e inteligencia para ejecutar toda la obra del Santuario, realizaron todo lo que había mandado el Eterno" (Éx. 26:1-6;
36:1). "El velo del Santuario" (Lev. 4:6). "Sacad a vuestros hermanos de delante del Santuario" (Lev. 10:4).
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Página 7 La Voz del Heraldo
"Ni vendrá al Santuario" (Lev. 12:4). "Expiará el Santuario" (Lev. 16:33). "Reverenciad mi Santuario" (Lev. 19:30; 26:2). "Para
no profanar el Santuario de su Dios" (Lev. 21:12). "Los útiles del Santuario" (Núm. 3:31). "Cuidarán del Santuario" (Núm. 3:32,
38). "Utensilios del servicio que se usan en el Santuario" (Núm. 4:12). "Se encargarán del Santuario y de todo lo que hay en
él" (Núm. 4:16). "Y cuando Aarón y sus hijos acaben de cubrir el Santuario y todos sus enseres, cuando se haya de mudar el campamento, vendrán los coatitas para transportarlos" (Núm. 4:15; 7:9; 10:21). "Para que no haya plaga en ellos cuando lleguen
al Santuario" (Núm. 8:19). "Tú y tus hijos, y la casa de tu padre contigo, cargaréis el pecado cometido contra el
Santuario" (Núm. 18:1). "Contaminó el Santuario del Eterno" (Núm. 19:20). Josué "tomó una gran piedra y la levantó allí debajo
de una encina que estaba junto al Santuario del Eterno" (Josué 24:26). "Todos los utensilios del Santuario" (1 Crón. 9:29).
"Edificad el Santuario de Dios" (1 Crón. 22:19). "Príncipes del Santuario" (1 Crón. 24:5). "El Eterno te ha elegido para que
edifiques una casa que sea su Santuario" (1 Crón. 28:10; 2 Crón. 20:8). "Sal del Santuario" (2 Crón. 26:18; 29:21; 30:8).
"Purificado según el rito del Santuario" (2 Crón. 30:19; 36:17).
He presentado casi todos los textos y creo que cada una de las diferentes expresiones en las que aparece la palabra, hasta llegar a
los Salmos, de forma que cual-quiera pueda ver lo que ellos entendían por "Santuario". De entre los cincuenta textos citados, ni
uno sólo se aplica a la tierra de Palestina, o a alguna otra tierra. A ese Santuario, aunque hecho con cortinas, se lo llamaba "la casa de Dios" (Jueces 18:31; 1 Sam. 1:7-24), y fue erigido en la ciudad de Silo con ocasión del re-parto de la tierra (Jueces 18:1,
10), por lo tanto, se lo llamó "el Santuario de Silo" (Sal. 78:69). El Señor lo abandonó cuando los filisteos tomaron el Arca (1
Sam. 3-11) y cambió su fuerza en cautividad, y entregó su gloria en manos de su enemigo (1 Sam. 4:21).
Fue devuelta a Quíriat Jearim (1 Sam. 7:1), y luego a la casa de Obed Edom, por entonces ciudad de David, que es Sión (2 Sam.
6:1-19; 5:9), y después, por indicación de Salomón, el Arca fue depositada en el lugar santísimo del templo (1 Rey. 8:1-6),
edificado en el monte Moria, cerca del monte de Sión (2 Crón. 3:1). El Señor había escogido a Sión como lugar de su repo-so
para siempre (Sal. 132:13 y 14), pero hasta entonces no había morado allí sino por un breve período, y entre cortinas hechas a
mano; pero al volver en gloria tendrá "piedad de Sión" y la re-edificará; entonces Jerusalén será una "morada de quietud, tienda
que no será desarmada" (Sal. 102; Isa. 33:20). Entonces el pueblo de Sión vivirá en Jerusalén (Isa. 30:18 y 19). El cántico de
Moisés (Éx. 15) es evidentemente profético y se explaya en las felices escenas del Edén Sión. Así lo hizo también Ezequiel. El
Señor traerá a toda la casa de Israel desde sus tumbas hasta la tierra de Israel, para establecer entonces su Santuario y Tabernáculo en medio de ellos para siempre. El Santuario no es "la tierra de Israel" ni su pueblo, ya que está instalado en medio
de él, y está edificado y forma parte de esa ciudad cuyo nombre es "el Eterno está allí" (Eze. 48:35).
El sacerdocio de Cristo
El sacerdocio del Santuario terrenal del primer pacto pertenecía a los hijos de Leví; pero el del celestial, el del mejor pacto, al
Hijo de Dios. Él encarna ambos, el sacerdocio de Melquisedec y el de Aarón. En ciertos aspectos el sacerdocio de Cristo es
semejante al de Melquisedec, y en otros, al de Aarón o Leví. (1) fue "hecho Sumo Sacerdote para siempre, según el orden de
Melquisedec" (Heb. 6:20). "Orden" significa sucesión o dinastía. Cristo, como Melquisedec, no tenía ascendencia sacerdotal
(Heb. 7:3). Ni sucedió, ni fue sucedido por otro sacerdote en su oficio; y dado que "permanece para siempre, tiene un sacerdocio
inmuta-ble" (7:24), en el sentido de que no pasa de uno a otro.
El sacerdocio de Leví, siendo ininterrumpido, estaba caracterizado por una sucesión de sacerdotes, "porque la muerte les impedía
continuar" (vers. 23). (2) Dado que fue según el orden de Melquisedec, Cristo es supe-rior a los hijos de Leví, ya que los bendijo
y recibió de ellos los diezmos, en Abraham (vers. 1, 7, 9 y 10). (3) Cristo es Rey y Sacerdote. Es Rey por nacimiento, puesto que
es de la tribu de Judá, y Sacerdote por el juramento de su Padre (vers. 14, 21). (4) Siendo él mismo perfecto, y su sacerdocio
eterno, es capaz de "salvar eternamente a los que por medio de él se acer-can a Dios, ya que está siempre vivo para interceder
por ellos" (vers. 25). No fue llamado según el orden de Aarón; esto es, no según la sucesión propia de éste; pero eso de ningún
modo niega que el sacerdocio de Aarón fuese un tipo del sacerdocio de Cristo. Pablo demuestra por encima de toda duda que lo
es.
(1) Tras habernos exhortado a considerar "al Apóstol y Sumo Sacerdote de la fe (o religión) que profesamos, a Jesús",
fundamenta la investigación evocando la analogía de Moisés sobre su casa (olkos, gente) y Cristo sobre la suya (Heb. 3:1-6) y declara: "A la ver-dad, Moisés fue fiel sobre toda la casa de Dios, en calidad de servidor, para testificar de lo que se había de
anunciar en el futuro". Eso muestra claramente que la economía mosaica era un tipo de la divina. (2) De-muestra que fue
llamado por Dios para ser sacerdote "como Aarón" (Heb. 5:1-5). (3) De igual manera en que Aarón y sus hijos, tomó sobre sí la
carne y la sangre, la simiente de Abraham, "fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado", fue perfeccionado
"mediante aflicciones", y hecho "en todo semejante a sus hermanos, para venir a ser compasivo y fiel Sumo Sacerdote ante Dios,
para expiar los pecados del pueblo" (Heb. 2 y 4).
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Página 8 Volumen 1, nº 2
(4) Ambos fueron elegidos entre los hombres, a fin de que pudiesen presentar ante Dios ofrendas y sacrificios por los
pecados" (Heb. 5:1; 8:3). (5) Sin duda Pablo consideró el sacerdocio levítico como un tipo del de Cristo, como denota el
esfuerzo que dedica a explicar las analogías y contrastes entre uno y otro. (6) "Los otros sacerdotes llegaron a ser muchos,
porque la muerte les impedía continuar. Pero como Jesús permanece para siempre, tiene un sacerdocio inmutable" (Heb. 7:23 y 24). (7) "Que no tiene necesidad cada día, como los otros sumos sacer-dotes, de ofrecer primero sacrificios por sus propios
pecados, y luego por los del pueblo. Esto lo hizo una vez para siempre, cuando se ofreció a sí mismo" (vers. 27). (8) "Porque la
Ley constituye sumos sacerdotes a hombres débiles, pero la palabra del juramento poste-rior a la Ley, constituyó al Hijo, hecho
perfecto para siempre" (vers. 28). (9) "Pero ahora tanto mejor minis-terio es el de Jesús", que el de ellos, (10) "por cuanto es
mediador de un mejor pacto, basado sobre mejores promesas" (Heb. 8:6). (11) "Pero Cristo ya vino, y ahora es el Sumo
Sacerdote de los bienes definitivos. El Santuario donde él ministra es más grande y más perfecto" que el de ellos (Heb. 9:11).
(12) "Cristo entró en ese Santuario una vez para siempre, no con sangre de machos cabríos ni de becerros, sino con su propia
sangre" (vers. 12). (13) "Porque si la sangre de los toros, los machos cabríos y la ceniza de la becerra rociada a los impuros,
santifican para purificar la carne, ¡mucho más la sangre de Cristo, quien por el Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a
Dios, purificará vuestras conciencias" (vers. 13 y 14). (14) "Porque Cristo no entró en el Santuario hecho por mano de hombre,
que era sólo copia del Santuario verdadero, sino que entró en el mismo cielo (vers. 24). (15) "Tampoco entró para ofrecerse muchas veces a sí mismo, como entra el sumo sacerdote en el Lugar Santísimo [Santuario: ta hagia] cada año con sangre ajena",
"pero ahora, al final de los siglos, se presentó una sola vez para siempre, para quitar el pecado, por medio del sacrificio de sí
mismo" (vers. 25 y 26). (16) "Así como está ordenado que los hombres mueran una vez, y después enfrenten el juicio, así
también Cristo fue ofrecido una sola vez, para quitar los pecados de muchos. Y la segunda vez, sin relación con el pecado,
aparecerá para salvar a los que lo esperan" (vers. 27 y 28). (17) "La Ley es sólo una sombra de los bienes venideros, no las
realidades mismas. Por eso, nunca puede, por los mismos sacrificios que se ofrecen de continuo cada año, dar la perfección a los
que se allegan" (Heb. 10:1), pero "con una sola ofrenda, Cristo llevó a la perfección para siempre a los santificados" (vers. 14).
(18) "Porque la sangre de los toros y de los machos cabríos no puede quitar los pecados", "pero me preparaste un cuerpo" (vers.
4 y 5). Esta es una parte de los contrastes o comparaciones señaladas por el Apóstol, entre el sacerdocio levítico y el de Cristo; y
hay una semejanza a todo respecto, pero el de Cristo siempre es superior al de Leví. Añadiré uno más: Hebreos 8:4 y 5: "Si
estuviera sobre la tierra, ni siquiera sería sacerdote, habiendo aún sacerdotes que ofrecen los presentes según la Ley. Estos
sacerdotes sirven en un Santuario que es copia y sombra de lo que hay en el cielo".
Los rasgos de la sustancia guardan una semejanza con su sombra, de ahí que "lo que hay en el cielo" del texto analizado, ha de
ser sacerdocio "en el cielo" (vers. 1 y 2) llevado a cabo por nuestro Sumo Sacerdote en su Santuario. Si en la sombra se trataba
de ministerio, en la sustancia ha de tratarse también de ministerio.
Dado que los sacerdotes según la ley servían de ejemplo y sombra del ministerio celestial, a partir de su ministerio podemos
aprender algo sobre la naturaleza del ministerio celestial. "Dios dijo a Moisés cuando iba a levantar el Santuario: 'Haz todas las
cosas conforme al modelo que te fue mostrado en el monte'" (Heb. 8:5).
Nadie puede negar que, en obediencia a esa orden, Moisés instituyó el sacerdocio levítico; lo instituyó "conforme al modelo" que
el Señor le había mostrado, y era "copia de las realidades celestiales" (Heb. 9:23). Si no existiera ningún otro texto demostrativo de que el sacerdocio levítico era un tipo del divino, con ese habría suficiente. Sin embargo, algunos niegan esa implicación tan
obvia a propósito del sacerdocio. Pero si no consiste en eso, no veo en qué otra cosa podría consistir. En sí mismo no era más
que un cúmulo de vanas ceremonias sin sentido ni utilidad, puesto que no podía perfeccionar a aquellos en cuyo beneficio se
efectuaban. Pero al considerarlo como un tipo de las realidades celestiales, resulta cargado de la más importante instrucción.
Puesto que esa es la aplicación que hace el Nuevo Testamento, así debemos contemplarla, mientras examinamos la expiación
efectuada bajo el sacerdocio levítico.
"Estas cosas eran ordenadas así: En la primera parte entraban siempre los sacerdotes a cumplir los oficios del culto" diariamente
(7:27 y 10:11).
"Pero en la segunda entraba solo el sumo sacerdote, una vez en el año, no sin llevar sangre, que ofrecía por sí mismo, y por los
pecados de ignorancia del pueblo" (Heb. 9:6 y 7).
Aquí Pablo divide los servicios del sacerdocio levítico en dos clases: una diaria, en el lugar Santo, y la otra anual, en el
Santísimo. Establecieron servicios diarios, llevados a cabo en el lugar Santo y en el altar de bronce que estaba situado en el atrio,
frente al Tabernáculo, consistiendo en la ofrenda ardiente (holocausto continuo) de dos corderos, uno por la mañana y otro por la
tarde, junto al presente constituido por la décima parte de un efa de harina amasada con la cuarta parte de un hin de aceite de
olivas machacadas, y una libación consistente en la cuarta parte de un hin de vino. El presente se ofrecía junto al cordero, y la
libación se derramaba en el Santuario (Éx. 29:38-42; Núm. 28:3-8). En relación con eso, quemaban incienso en el altar de oro
... Continuación del artículo anterior
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santo en suave olor, cuando aderezaban las lámparas por la tarde y por la mañana (Éx. 30:34-38; 31:11; 30:7-9). Lo mismo se
efectuó posteriormente en el templo (1 Crón. 16:37-40; 2 Crón. 2:4; 13:4-12; 31:3, Esdras 3:3).
Eso no expiaba los pecados, ni de forma individual ni colectivamente. El servicio diario descrito era algo así como una intercesión continua; pero la expiación era una obra especial para la que se proporcionaron directivas específicas. Tanto en el
Antiguo como en el Nuevo Testamento se emplean muchos y diferentes nombres para expresar la misma idea de expiación: de
una sola mente.
Ejemplos (las palabras en cursiva son sinónimos de expiar o expiación): Éx. 29:36, "Purificarás el altar mediante la expiación".
Lev. 12:8, "El sacerdote hará expiación por ella, y quedará limpia". Lev. 14:2, "Esta será la ley para la purificación del leproso".
Lev. 14:20, "El sacerdote hará expiación por él, y quedará limpio". La expiación no sería para él posible, sino hasta después de
haber sido sanado de la lepra (Lev. 13:45 y 46). Hasta que fuese sanado, tenía que habitar solo, fuera del campamento. Lev. 14:3
y 4, "[el sacerdote] saldrá fuera del campamento y lo examinará. Si ve que el leproso está sano, mandará traer para el que se
purifica dos avecillas vivas y limpias..." La ley era similar para la purificación de la lepra que afectaba a una casa (vers. 33-57).
Las piedras afectadas por la plaga se arrancaban y se echaban fuera de la ciudad, debiendo sustituirlas por otras nuevas.
Habiendo quitado la impureza física, cabría esperar que el objeto quedara limpio, pero no era así. De acuerdo con la ley, no había
hecho más que ponerse en la condición idónea para ser purificado. Vers. 49: "Entonces, para limpiar la casa, tomará dos
avecillas..." Vers. 52 y 53: "Y purificará la casa con la sangre de la avecilla... Así expiará la casa, y quedará limpia". Levítico
16:18 y 19:
"Entonces Aarón saldrá hacia el altar que está ante el Eterno, y lo expiará", "Y con su dedo esparcirá de la sangre siete veces
sobre él. Así lo purificará y lo santificará de las impurezas de los israelitas". Lev. 8:15, "Y Moisés lo degolló. Tomó la sangre y
puso con su dedo sobre los cuernos del altar; y echó el resto de la sangre al pie del altar. Así lo consagró para ofrecer sobre él el
sacrificio expiatorio". 2 Crón. 29:24, "Entonces los sacerdotes... esparcieron la sangre sobre el altar por ofrenda por el pecado,
para reconciliar a todo Israel". Jer. 33:8, "Los limpiaré de toda la maldad" y "perdonaré todos los pecados que cometieron".
Rom. 5:9-11, "Hemos sido justificados por su sangre", "hemos recibido ahora la reconciliación". 2 Cor. 5:17-19, "Nos reconcilió consigo por medio de Cristo". Efe. 2:16, "Reconciliar con Dios a ambos". Heb. 9:13 y 14, "Si la sangre de los toros, los machos
cabríos... santifican para purificar la sangre, mucho más la sangre de Cristo... purificará vuestra conciencia". Cristo es el
Mediador, para "perdonar los pecados" (Heb. 9:15) y para llevar "a la perfección para siempre a los santificados" (Heb. 10:14).
Efe. 1:7, "En él tenemos redención por su sangre, el perdón de los pecados". Hech. 3:19, "Convertíos, para que sean borrados
vuestros pecados".
Esos textos nos muestran que los términos expiar, limpiar, purificar, perdonar, santificar, justificar, redimir, borrar y algunos
otros, son empleados para significar lo mismo: llevar a una situación de favor para con Dios. Y en todos los casos la sangre es el
medio; en algunas ocasiones la sangre y el agua. La gran idea de la ley es la expiación, tanto como lo es del evangelio; y dado
que el objeto de la ley era enseñarnos el evangelio, es muy importante su comprensión. La expiación que el sacerdote efectuaba
en favor del pueblo en su ministerio diario, era diferente de la que llevaba a cabo el décimo día del mes séptimo. En la primera no iba más allá del lugar Santo; pero para efectuar la segunda llegaba hasta el lugar Santísimo –la primera trataba de los casos
individuales, mientras que la segunda trataba de forma colectiva a toda la nación de Israel–. La primera tenía por objeto el
perdón de los pecados, la segunda el borramiento de los mismos –la primera podía efectuarse en cualquier momento, pero la
segunda sólo en el décimo día del mes séptimo. Por lo tanto cabe referirse a la primera como a la expiación diaria, y a la segunda
como a la anual. También se puede llamar a la primera la individual, y a la segunda la nacional.
La expiación individual para el perdón de los peca-dos era efectuada en favor de una sola persona, o bien de toda la
congregación, en caso de ser esta culpable de algún pecado, de forma colectiva. El primer capítulo de Levítico da instrucción
sobre la ofrenda encendida u holocausto, el segundo sobre los presentes, el tercero sobre los sacrificios de paz, el cuarto sobre
los sacrificios por el pecado que, como su nombre indica, permitían obtener perdón por sus pecados a quien los ofrecía. La
ofrenda por el pecado (Lev. 5; 6:1-7) era equivalente al sacrificio por el pecado, "cuando alguien peque por inadvertencia
[ignorancia]" (Lev. 4:2), "si después llega a saberlo, queda culpable" (Lev. 5:3), "el que peque en alguna cosa de estas, confesará aquello en que pecó" (vers. 5).
Según Números 5:6-8, en todos los casos son necesarios la confesión y la restitución antes de que se pueda efectuar la expiación
por el individuo. "El hombre o la mujer que cometa alguno de los pecados con que ofenden a otro y al Eterno, esa persona
confesará el pecado que cometió, y compensará enteramente el daño. Añadirá la quinta parte sobre ellos, y lo dará a aquel contra
quien pecó".
... Continuación del artículo anterior
Página 10 Volumen 1, nº 2
Entonces, él (o los ancianos si trataba de un
pecado de la congregación), traía la víctima u
ofrenda por el pecado a la puerta del
Tabernáculo de reunión, a la parte norte del altar de los holocaustos que estaba situado en
el atrio (Lev. 4:24; 1:11; 17:1-7) y entonces él
o los ancianos ponían sus manos sobre la
cabeza de la víctima y la degollaban (Lev. 4:2
-4; 13-15; 22-24; 27-29). Tras haber sido
presentada y degollada la víctima, el sacerdote
ungido llevaba parte de la sangre al lugar
santo, y con su dedo la asperjaba ante el velo
del Santuario, y parte de ella la llevaba a los
cuernos del altar del incienso, derramando el
resto de la sangre al pie del altar. Con ello había efectuado una expiación por el
individuo, y su pecado era perdonado (Lev.
4:5-10, 16-20, 25, 26, 30-35). Los cadáveres
de las ofrendas por el pecado eran llevados
fuera del campamento y quemados en "un
lugar limpio" (Lev. 4:11, 12, 21).
Es necesario prestar cuidadosa atención al
hecho de que el sacerdote no iniciaba sus
obligaciones sin haber obtenido antes la
sangre de la víctima, y de que todo ello se
realizaba en el atrio (en el recinto del Santuario), y que la expiación se efectuaba
solamente para el perdón de los pecados. Se
enseñan expresamente esos puntos en este
capítulo y en el siguiente, relativos a los
sacrificios por el pecado. Hay aquí una
expiación, para la realización de la cual los
sacerdotes entraban sólo hasta el lugar Santo,
cosa que podían hacer "siempre", "cada día".
"Pero en la segunda parte entraba sólo el sumo
sacerdote, una vez en el año, no sin llevar
sangre, que ofrecía por sí mismo, y por los pecados de ignorancia del pueblo" (Laos,
nación). Eso caracteriza el servicio anual.
Así es la Expiación Nacional de la que el
Señor habla "en particular" en Levítico 16: "El
Señor dijo a Moisés: 'Di a tu hermano Aarón,
que no entre en todo tiempo en el Santuario,
detrás del velo ante el Propiciatorio que está
sobre el Arca, para que no muera; porque yo
apareceré en la nube sobre el
Propiciatorio" (vers. 2). ¿Con qué propósito y
cuándo podía entrar? Para hacer "la expiación por todos los pecados de los israelitas" (la
nación entera), "el día diez del séptimo
mes" (vers. 34, 29).
Se trataba del día más importante del año. Una
vez que a la nación le habían sido perdonados
previamente todos los pecados mediante la
expiación efectuada en el lugar Santo, se reunía
ahora en el Santuario, donde entraba el sumo
sacerdote ataviado con su santo vestido de gloria
y primor (Éx. 28:4), con sus campanillas de oro en la orilla inferior, a fin de que se oyese su
sonido cuando compareciese ante el Señor; con el
pectoral del juicio, con los nombres de los hijos
de Israel a fin de que llevase el juicio de los
israelitas sobre su corazón. En él estaba también
el Urim y el Tumim (luz y perfección), y la
plancha de oro fino, la santa diadema (Lev. 8:9;
Éx. 28:36) con la inscripción "Santidad a Jehová"
grabada en ella, sujeta sobre el frente anterior de
la mitra donde había de llevar el pecado de las
cosas santas. Ataviado así, entraba en el lugar Santísimo a fin de hacer una expiación para
purificarlos, a fin de que quedaran limpios de
todos sus pecados ante el Señor (vers. 30). Las
víctimas para la expiación de ese día eran, para el
propio sacerdote, un becerro como sacrificio de su
expiación, y para el pueblo, dos machos cabríos;
uno como sacrificio expiatorio, y el otro como
chivo expiatorio, además de un carnero para el
holocausto (Lev. 16:3-8). Mataba o hacía matar al
becerro ofrecido como sacrificio por sí mismo
(vers. 11). "Después tomará el incensario y lo
llenará de brasas tomadas del altar que está ante el Eterno. Tomará dos puñados de incienso
aromático molido, y lo llevará al interior detrás
del velo. Pondrá el incienso sobre el fuego, ante el
Eterno, y la nube del incienso cubrirá el
Propiciatorio que está sobre el Testimonio. Así no
morirá. Luego tomará un poco de la sangre del
becerro, y con su dedo rociará al lado oriental del
Propiciatorio, y con su dedo esparcirá la sangre
siete veces sobre el Propiciatorio" (vers. 12-14).
Todo eso como preparación para expiar al pueblo,
cosa que queda descrita como sigue:
"Después degollará para el sacrificio de la
expiación, el macho cabrío por el pecado del
pueblo. Llevará la sangre al interior, detrás del
velo, y hará con la sangre como hizo con la sangre
del becerro, la esparcirá sobre el Propiciatorio y
delante de él. Así purificará el Santuario de las
impurezas de los israelitas, de sus rebeliones y de
todos sus pecados. De la misma manera hará
también con la Tienda de la Reunión que reside
entre ellos, en medio de sus impurezas" (vers. 15
y 16). "Entonces Aarón saldrá (del lugar Santísimo) hacia el altar que está ante el Eterno
(en el lugar Santo), y lo expiará. Tomará sangre
del becerro (por sí mismo), sangre del macho
cabrío (por el pueblo), y untará todos los cuernos
del altar. Y con su dedo esparcirá de la sangre
siete veces sobre él. Así lo purificará y lo
santificará de las impurezas de los
“Los pecados que
habían sido
confesados mientras él
estuvo en el Lugar
Santísimo, los colocó
sobre el diablo, el
originador del pecado”
Página 11 La Voz del Heraldo
... Continuación del artículo anterior
Santo, sobre el que era asperjada la sangre de las expiaciones individuales durante el ministerio diario. Recibía de ese modo las
inmundicias de las que quedaría ahora purificado (Éx. 30:1-10). "Sobre los cuernos del altar Aarón hará la expiación una vez al
año, con la sangre del sacrificio por el pecado, para expiación". A partir del versículo 20 vemos que en este punto había
"acabado de expiar el Santuario, la Tienda de la Reunión y el altar", el lugar Santísimo, el Santo, y el altar que había en este último.
Hemos visto ya que expiar, reconciliar, purificar, etc, significan lo mismo; por lo tanto podemos concluir que en ese punto el
sacerdote había completado la purificación de esos lugares. Dado que la sangre de las expiaciones para el perdón de los
pecados no era asperjada en el atrio, sino sólo en el Tabernáculo (o "Tienda de la Reunión"), la totalidad de la obra de purificar
el Santuario tenía lugar dentro del Tabernáculo. Se trataba de objetos santos, y aún así, se los purificaba cada año. El lugar
santo [Santísimo] que había más allá del velo contenía el Arca del pacto, cubierta por el Propiciatorio, a quien daban sombra
los querubines, entre los cuales hacía morada el Señor, en aquella nube de gloria divina. ¿Quién osaría llamar impuro algo así?
Pues bien, el Señor dispuso, ya desde antes de su construcción, que efectivamente fuese purificado cada año. Era mediante
sangre, y no mediante fuego, como se purificaba ese Santuario, que era un tipo del Santuario del nuevo pacto.
El sumo sacerdote, en aquel día "llevará el pecado de las cosas santas, que los israelitas consagren en todas sus santas
ofrendas" (Éx. 28:38). Esas cosas san-tas constituían el Santuario. Núm. 18:1: "Jehová dijo a Aarón: 'Tú, tus hijos y tu casa
paterna cargaréis con el pecado del Santuario'". El "pecado del Santuario" hemos visto que no era el suyo propio, sino el de los
hijos de Israel, el del pueblo de Dios que él había recibido de ellos. Y esa transferencia de iniquidad desde el pueblo hasta el
Santuario no era una emergencia accidental o inesperada ante la rebelión e impiedad, derramamiento de sangre o idolatría en su
seno, ni ante los eventuales estragos causados por un enemigo, sino que formaba parte del plan original que se había dispuesto
como la operación regular propia de ese sistema típico. Es necesario recordar aquí que todas las instrucciones les fueron dadas
a Moisés y Aarón antes de la edificación del Santuario. Se había hecho previsión para expiar los pecados cometidos en la
ignoran-cia, pero no antes de que fuesen conocidos (Lev. 4:14, 5:3-6). Entonces, por supuesto, se convertían en peca-dos
conocidos. En ese momento el individuo llevaba su iniquidad (Lev. 5:1-17; 7:1-8) hasta que presentaba su ofrenda al sacerdote
y la mataba, el sacerdote hacía expiación con la sangre (Lev. 17:11) y era perdonado. Quedaba así libre de su iniquidad.
¿En qué momento dejaba de llevar la iniquidad? Evidentemente, cuando presentaba su víctima sacrificada; había hecho
entonces su parte. ¿Por qué medio se transfería su iniquidad al Santuario? Mediante su víctima, o mejor dicho, mediante la
sangre de ella, cuando el sacerdote la tomaba y asperjaba ante el velo y sobre el altar. La iniquidad era así transferida al
Santuario. Lo primero que se hacía en favor del pueblo, en el día décimo del mes séptimo, era purificarlo por el mismo medio:
la aplicación de la sangre. Una vez hecho eso el sumo sacerdote llevaba "la iniquidad de la congregación" "para hacer
expiación por ellos" (Lev. 10:17, KJV). "Cuando haya acabado de expiar el Santuario, la Tienda de la Reunión y el altar
(cuando haya purificado el Santuario), Aarón hará llegar el macho cabrío vivo. Aarón pondrá sus dos manos sobre la cabeza
del macho cabrío vivo, y confesará sobre él todas las iniquidades, rebeliones y pecados de los israelitas, y los pondrá sobre la
cabeza del macho cabrío. Y lo expulsará al desierto por medio de un hombre asignado para eso. Ese macho cabrío llevará sobre
sí todas las iniquidades de ellos a tierra deshabitada. Y el hombre soltará el macho cabrío por el desierto" (Lev. 16:2-22). Esta
era la única función del chivo expiatorio, quien recibía finalmente y cargaba fuera de Israel todas las iniquidades a un desierto deshabitado para depositarlas allí, dejando a Israel en su Santuario, y al sacerdote completando la expiación del día al quemar
la grasa de los sacrificios por el pecado, y ofreciendo los dos carneros como ofrenda encendida, sobre el altar de bronce en el
atrio (vers. 24 y 25). Clausuraba los servicios de ese importante día la quema, fuera del campamento, de los cadáveres de los
sacrificios por el pecado (vers. 27).
El anti-tipo
Dado que ese sistema legal que hemos estado considerando no era más que la "sombra", una "figura" o "modelo" que carecía
en sí mismo de valor, y que tenía por fin enseñarnos la naturaleza de ese sistema perfecto de redención que es la sustancia, la
realidad celestial misma que fue dispuesta en los concilios celestiales, y que es llevada a cabo por "el Unigénito del Padre",
aprendamos, guiados por el Espíritu de la verdad, las solemnes realidades allí representadas. Mediante esos modelos, finitos
como somos, podemos, lo mismo que Pablo, extender nuestra investigación más allá de los límites de nuestra visión natural, hasta "las realidades celestiales mismas". Encontramos aquí todo el ministerio de la ley cumplido en Cristo, quien fue ungido
por el Espíritu Santo y entró por su propia sangre en el Santuario, en el cielo mismo, cuando ascendió a la diestra del trono de
la Majestad en los cielos, como "ministro del Santuario (hagion)" (Heb. 8:6, 2). Pablo, después de haberse referido al
ministerio diario en el lugar Santo, y al anual en el Santísimo, afirma (Heb. 9:8): "Con esto el Espíritu Santo da a entender que
mientras que la primera Tienda estaba en pie, el camino al Santuario (hodon hagion) no estaba aún abierto. Esto es símbolo
para el tiempo actual, según el cual se ofrecen presentes y sacrificios..." "hasta el tiempo de la renovación. Pero Cristo ya vino,
y ahora es el Sumo Sacerdote de los bienes definitivos. El Santuario donde él ministra es más grande y más perfecto; y no es
hecho por mano de hombre, es decir, no es de este mundo. Y Cristo entró en ese Santuario (eis hagia) una vez para siempre
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sangre" (Heb. 9:8-12). La expresión eis hagia del versículo 12 es la misma que la del versículo 24 (Santuario). En ambos
versículos, hagia está en acusativo neutro plural, y gobernado por la preposición eis, que significa sobre, en o entre. Dado que
hagia es un adjetivo neutro, se lo traduce correctamente como "cosas santas", o Santuario. Sin embargo, en el versículo 2,
hagia está en nominativo femenino singular, por lo que debe traducirse como "lugar Santo" (o primer departamento del Santuario). El artículo definido "los", que precede a "bienes definitivos" en el versículo 11, como también en Hebreos 10:1,
hace que la expresión signifique "cosas buenas en sí mismas, o buenas en abstracto".
Eso subraya la perfecta armonía entre Heb. 9:11, 12, 23, 24 y Heb. 10:1. Los "bienes" que son buenos en sí mismos, santos,
celestiales, son "el mismo cielo" en el que Cristo entró como Sumo Sacerdote para ministrar en nuestro favor en relación con el
Santuario "más grande y más perfecto", "aquel verdadero Santuario que el Señor levantó, y no el hombre"; lo mismo que las
cosas sagradas del primer pacto estaban en relación con su Santuario (Heb. 9:1-5), y que el conjunto de todas esas cosas santas
constituía el Santuario. El Santuario, los lugares santos (los dos, vers. 8), el camino a los cuales no estaba aún descubierto hasta
el tiempo de la renovación, cuando Cristo derramó su propia sangre, pertenece al "Santuario... más grande y más perfecto"
referido en el versículo 11. Traduzco literalmente los términos, ya que en nuestra versión común no están así traducidos. La
Biblia de Douay los enumera tal como hacemos aquí. El término griego, en Hebreos 9:8 y 10:19, es hagion: "Santuario" o lugares santos, y no "lugar Santísimo". Eso muestra que la sangre de Cristo es el medio por el que él, nuestro Sumo Sacerdote,
había de entrar en ambos departamentos del Santuario celestial. Si sólo hubiera un lugar en el cielo, como muchos sostienen,
¿por qué había dos en la figura? Y ¿por qué, al aplicar la figura, Pablo habla de los dos? Quizá los que desprecian la ley y
violan el pacto puedan explicar esto; de no ser así, les recomendamos permanecer en la exposición que hace Pablo sobre la
materia.
Se supone que Hebreos 6:19 y 20 prueba que Cristo entró en el lugar Santísimo en su ascensión, ya que Pablo afirma que
penetró "más allá del velo". Pero el velo que separa el lugar Santo del Santísimo es el "segundo velo" (Heb. 9:3), de lo que se
deduce que hay dos velos. Dado que en Hebreos 6 se está refiriendo al primer departamento, ha de tratarse también del primer
velo, que pendía ante el lugar Santo, y que Éxodo llama "cortina". Al entrar más allá del velo, entró en su Tabernáculo, por
supuesto al lugar Santo, ya que es el primer departamento, y nuestra esperanza, como segura y firme ancla de nuestra vida,
entra más allá del velo, significando la expiación de ambos departamentos, que incluye tanto el perdón como el borramiento de los pecados.
Los que sostienen que Cristo entró en el lugar Santísimo, y ha estado ministrando allí desde su ascensión, creen también –y
ciertamente no les queda otro reme-dio– que la expiación de la dispensación evangélica es el anti-tipo [realidad o sustancia] de
la expiación realizada el día décimo del mes séptimo bajo la ley. Si eso es así, los eventos de ese décimo día preceptivo han
tenido su anti-tipo en la dispensación evangélica. Lo primero que ocurría en el ministerio de la expiación era la purificación del
Santuario, tal como hemos visto en Levítico 16. Por lo tanto, según su teoría, el Santuario del nuevo pacto fue purificado al
principio de la dispensación evangélica.
No falta evidencia de que ni la tierra ni Palestina, sus santuarios, fueron entonces purificadas. Les llamo expresamente sus
santuarios, puesto que no son el Santuario del Señor. Pero si el Santuario del Señor del nuevo pacto fue purificado entonces, los 2300 días terminaron allí. Ahora bien, tratándose de años, como todos creemos, han de extenderse 1810 años después de las
70 semanas, y la última de esas semanas fue la primera del nuevo pacto o dispensación evangélica. El hecho de que esos días
se extiendan 1810 años más allá de las 70 semanas, y de que el Santuario no podía ser purificado sino hasta el final de ellos,
demuestra que el anti-tipo del décimo día según la ley no es la dispensación evangélica. Además, si la expiación efectuada en
ese día [décimo del mes séptimo] es un tipo de la expiación efectuada en la dispensación evangélica, entonces la expiación
realizada en el lugar Santo (Heb. 9:6) previa a ese día, terminó antes de que comenzara la dispensación evangélica. Se ha dicho
que esa expiación se hacía para el perdón de los pecados, pero yo no encuentro evidencia alguna de que una tal expiación se
realizara en el día décimo del mes séptimo. La dispensación evangélica comenzó con la predicación de Cristo, y si es el anti-
tipo del décimo día preceptivo [bajo la ley], tiene que ser cierta una de estas dos cosas: o bien el Salvador, más bien que
cumplir, ha destruido la parte sustancial de la ley: el ministerio diario en el lugar santo que ocupaba todos los días del año con
excepción del día décimo del mes séptimo; o bien cumplió toda la ley con la excepción de una tres-cientos sesentava parte de
ella antes de la dispensación evangélica, y antes de ser ungido Mesías para cumplir la ley y los profetas. Es inevitable una de esas dos conclusiones, si se asume que la dispensación evangélica y la expiación en ella realizada constituyen el anti-tipo del
día décimo ordenado por la ley, y de la expiación en él efectuada. ¿A cuál de esos dos cuernos se aferrarán los defensores de
esa teoría? Si al primero, la declaración "No penséis que he venido para abolir la Ley o los profetas. No he venido a invalidar,
sino a cumplir" los atraviesa; pero si se adhieren al segundo, tienen que demostrar que la ley, que era sombra y fi-gura de los
bienes definitivos, se cumplió en sí misma, que la sombra y la sustancia se dieron en el mismo tiempo y lugar. Tienen
igualmente que demostrar que la totalidad de la expiación para el perdón de los peca-dos fue efectuada antes de que fuera
sacrificado el Cordero con cuya sangre había de realizarse la expiación. Ha de quedar claro para todos que si el anti-tipo del
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anterioridad. Y puesto que la expiación para el perdón tenía lugar en ese servicio diario, no pueden escapar a la conclusión de
que no ha habido perdón de los pecados bajo la dispensación evangélica. Una teoría tal está en abierta contradicción con el
espíritu de la dispensación evangélica, y resulta rebatida, no sólo por Moisés y por Pablo, sino por la enseñanza y obras de
nuestro Salvador y su comisión a los apóstoles, así como por la enseñanza e historia subsecuentes de la iglesia cristiana. Además, sostienen que la expiación fue hecha y terminada en el Calvario, cuando expiró el Cordero de Dios. Así nos han
enseñado los hombres, y así cree el mundo y la iglesia; pero eso no lo hace más cierto ni más sagrado, desprovisto como está
del apoyo de la autoridad divina. Quizá pocos o ninguno de los que sostienen esa opinión hayan comprobado cuál es el
fundamento sobre el que descansa.
1. Si la expiación fue hecha en el Calvario, ¿por quién fue hecha? El hacer expiación es la obra de un sacerdote, pero ¿quién
oficiaba en el Calvario? –soldados romanos y judíos impíos.
2. Hacer expiación no consistía en el sacrificio de la víctima: el pecador mataba a la víctima (Lev. 4:1-4; 13-15, etc). Tras
ello, el sacerdote tomaba la sangre y hacía la expiación (Lev. 4:5-12; 16-21).
3. Cristo era el Sumo Sacerdote elegido para hacer expiación, y ciertamente no pudo actuar como tal sino hasta después de su
resurrección, y no tenemos constancia de que hiciera algo sobre la tierra, tras su resurrección, que pueda llamarse expiación. 4. La expiación se efectuaba en el Santuario, pero el Calvario no es un lugar tal.
5. Según Hebreos 8:4, Jesús no podía hacer expiación mientras estuviese sobre la tierra. "Si estuviera sobre la tierra, ni
siquiera sería sacerdote". El sacerdocio levítico era el terrenal; el divino, el celestial.
6. Por lo tanto, no comenzó la obra de hacer expiación, consista ésta en lo que consista, hasta después de su ascensión,
cuando por su propia sangre entró en su Santuario celestial por nosotros.
Examinemos ahora unos pocos textos que parecen hablar de la expiación como de algo pasado. Rom. 5:11: "Hemos recibido
ahora la reconciliación [expiación]". Ese texto enseña claramente la posesión presente de la expiación en los días en los que
escribió el apóstol, pero de ninguna forma demuestra que la totalidad de la expiación hubiese ocurrido ya en el pasado.
Estando el Salvador a punto de serles arrebatado a sus apóstoles, "les mandó que no se fueran de Jerusalén, sino que
esperasen la promesa del Padre". Ésta llegó en el día de Pentecostés, momento en el que serían "bautizados con el Espíritu
Santo" (Hech. 1:4 y 5). Cristo había entrado en la casa de su Padre, el Santuario, como Sumo Sacerdote, y comenzó su intercesión a favor de su pueblo rogando al Padre que les diera otro Consolador (Juan 14:15), y habiendo "recibido del Padre
la promesa del Espíritu Santo" (Hech. 2:33), lo derramó sobre sus expectantes apóstoles. Entonces Pedro, en armonía con la
comisión evangélica, comenzó a predicar en la hora tercera del día: "Arrepentíos, y sed bautizados cada uno de vosotros en el
nombre de Jesucristo, para perdón [remisión] de vuestros pecados". El término perdón significa literalmente quitar los
pecados. Relacionemos ahora ese texto con otro tomado de su discurso en la hora novena de ese mismo día (Hech. 3:19): "Arrepentíos
y convertíos, para que sean borra-dos vuestros pecados, y vengan los tiempos del refrigerio de la presencia del Señor". Aquí
exhorta al arrepentimiento y conversión (apartarse de los pecados); ¿con qué propósito? "para que sean borrados (futuro)
vuestros pecados". Salta a la vista que el borramiento de los pecados no tiene lugar en el arrepentimiento y la conversión,
sino con posterioridad, y debe necesaria-mente ser precedido por ellos. El arrepentimiento, la conversión y el bautismo se habían convertido en deberes imperativos en el tiempo presente; y una vez que habían tenido lugar, sus protagonistas
resultaban lava-dos de sus pecados (Hech. 22:16), es decir, les eran remitidos o quitados (Hech. 2:38). Por supuesto, habían
sido perdonados y habían recibido la expiación (reconciliación), pero no de una forma plena en aquel tiempo, ya que sus
pecados todavía no habían sido borrados.
¿Hasta dónde habían alcanzado en el proceso de la reconciliación? Precisamente hasta aquel punto en el que el individuo –
bajo la ley– confesaba su pecado, traía su víctima a la puerta del Tabernáculo, colocaba su mano sobre ella y le daba muerte,
y el sacerdote entraba con la sangre en el lugar santo y la asperjaba ante el velo y el altar, haciendo así expiación por él, quien
resultaba perdonado. La diferencia es que este era el tipo, y aquellos la realidad [anti-tipo]. Eso prepa-raba para la
purificación del gran Día de la Expiación, para el borramiento de los pecados, al venir "los tiempos del refrigerio de la
presencia del Señor". Por lo tanto, Aquel "por medio de quien hemos recibido ahora la reconciliación [expiación]" (Rom.
5:11) es el mismo "en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de los pecados" (Efe. 1:7; Col. 1:14). En ese punto, los seres humanos son "liberados del pecado" (Rom. 6:18, 22). El Cordero en la cruz del Calvario es la víctima sacrificada
por nosotros. "Jesús, el Mediador del nuevo pacto", "en los cielos" es nuestro Sumo Sacerdote intercesor, que hace expiación
con su propia sangre, por la cual y con la cual entró allí. La esencia del proceso es la misma que en la "sombra": primero,
convicción de pecado; segundo, arrepentimiento y confesión; tercero, presentación del sacrificio divino con derramamiento
de sangre. Habiendo seguido ese proceso en fe y sinceridad, no podemos hacer más. Nada más se requiere de nosotros.
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Así, en el Santuario celestial, nuestro Sumo Sacer-dote hace la expiación con su propia sangre y somos perdonados. 1 Ped.
2:24: "Él mismo llevó nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero" (ver también Mat. 8:17; Isa. 53:4-12). Su cuerpo es ese
"un sacrificio" para los mortales arrepentidos, al que le son imputados los pecados de ellos, y mediante cuya sangre, en las
manos de un Sacerdote oficiante son transferidos al Santuario celestial.
Fue ofrecido "una vez por todas", "en el madero"; y todos cuantos quieran apropiarse de sus méritos deben, por la fe,
apropiarse personalmente de ese sacrificio, sangrando en las manos de mortales como ellos mismos. Tras haber obtenido así la
expiación por los pe-cados, "procuren ocuparse en buenas obras" (Tito 3:8), no "las obras de la ley", sino "morir a los pecados
y vivir a la justicia" (1 Ped. 2:24). Todos entendemos que esa obra es peculiar de la dispensación evangélica.
Se suscita aquí una objeción basada en una inferencia, que en muchas mentes contrarresta cualquier cantidad de evidencia
bíblica acerca de lo dicho. Es esta: la Nueva Jerusalén no puede contaminarse, de forma que no necesita purificación, por lo
tanto la Nueva Jerusalén no es el Santuario. Un proceso muy sumario de deducción por inferencia, especialmente para aquellos
que tanto han dicho sobre la insuficiencia de un testimonio meramente basado en lo que se infiere. A quienes así razonan les
recomendamos revisar el fundamento de su fe, y ver cuántos argumentos poseen y de cuánta solidez, para identificar el Santuario con la tierra de Palestina, y cuántas objeciones para ubicar el Santuario del nuevo pacto allí donde está su Sacerdote,
que no sean meramente inferencias; y entonces, en lugar de sus inferencias les invitamos a aceptar y enseñar el claro
testimonio de la Palabra. Pero ¿cómo se contaminaba el Santuario?
El Santuario del Antiguo Testamento, estando sobre la tierra, podía contaminarse y se contaminaba de varias maneras: Cuando
una persona impura entraba en él: "Ninguna cosa santa tocará, ni vendrá al Santuario, hasta que cumpla los días de su
purificación" (Lev. 12:4). Podía ser profanado si el Sumo Sacerdote salía del Santuario llevando sobre sí el aceite consagrado
de la unción (Lev. 21:12). También quedaba contaminado por aquel que rehusaba purificarse (Núm. 19:20). Los príncipes de
los sacerdotes y el pueblo lo contaminaban al proceder según las abominaciones de los paganos (2 Crón. 36:14). "Por haber
profanado mi Santuario con tus abominaciones (idolatría), yo te quebrantaré" (Eze. 5:11).
"Aún más hicieron, contaminaron mi Santuario, y profanaron mis sábados. Pues, habiendo sacrificado sus hijos a sus ídolos, entraban en mi Santuario el mismo día para contaminarlo" (Eze. 23:38 y 39). "Sus sacerdotes contaminaron el Santuario,
falsearon la Ley" (Sof. 3:4). Antíoco lo contaminó ofreciendo carne de cerdo en su altar, según cuenta 1 Macabeos 1:20-24, y
47. A partir de esos textos podemos ver claramente que a los ojos del Señor era la impureza moral, más bien que la física, lo
que contaminaba el Santuario. Es cierto que venían a ser físicamente im-puros, pero esa impureza había de ser quitada antes de
que pudiera efectuarse la expiación mediante la cual se obtenía la reconciliación o purificación (ver 2 Crón. 29). Y esa, hemos
visto, era la ley de la purificación (Levítico, capítulos 14 y 15). El sujeto había de mostrarse limpio de forma visible, por así
decirlo, a fin de que se lo pudiese considerar limpio, y estuviese así dispuesto para su purificación real por la sangre. Nadie
supone que la Nueva Jerusalén sea impura, o que lo haya sido nunca, en el sentido en que lo fue el tipo [Jerusalén terrenal]
cuando fue profanada por los sol-dados Asirios, Caldeos o Romanos, o cuando fue pisoteada por sacerdotes malvados. Si lo
hubiera sido, el quitar una contaminación tal no constituiría la purificación que había de experimentar al final de los 2300 días.
En cierto sentido el Santuario estaba contaminado, de otro modo no habría necesitado purificación; y de alguna forma tiene que haber resultado contamina-do a causa de los hombres. Apartado, tal como está el Santuario celestial de entre los mortales,
y siendo visitado únicamente por nuestro Precursor, Jesús, hecho Sumo Sacerdote, puede únicamente resultar contaminado por
los mortales a través de Él, y ciertamente purificado en favor de ellos por Él mismo. Ya hemos examinado el proceso por el
cual el Santuario del tipo resultaba contaminado y purificado a través del sacer-dote. Teniendo eso en nuestras mentes,
vayamos al Nuevo Testamento. Pablo dice en Colosenses 1:19 y 20: "Por cuanto agradó al Padre que en él habitase toda
plenitud, y por medio de él reconciliar consigo todas las cosas, así lo que está en la tierra como lo que está en los cielos,
haciendo la paz mediante la sangre de su cruz". Cuando se pone en contraste "lo que está en la tierra" con "lo que está en los
cielos", nadie puede entender que ambas cosas estén en el mismo lugar. Y "lo que está en los cielos" ha de ser reconciliado,
tanto como "lo que está en la tierra".
Si necesitaban reconciliación, es porque estaban irreconciliadas; por lo tanto, contaminadas en algún sentido a los ojos de Él.
El medio es la sangre de Cristo; Cristo mismo. Él reconcilia con el Padre tanto las cosas del cielo como las de la tierra. En general se tiene la idea de que en el cielo a donde fue nuestro Salvador, todo es y fue siempre perfecto, sin posibilidad alguna
de cambio o mejoramiento. Pero Cristo dijo: "En la casa de mi Padre hay muchas moradas. Si así no fuera, os lo hubiera dicho.
Voy, pues, a preparar lugar para vosotros". Fue al cielo, y Pablo afirma que hay "un edificio celestial, una casa eterna, hecha no
por manos humanas" (2 Cor. 5:1).
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¿A qué fue a la casa de su Padre? "A preparar lugar para vosotros". Por lo tanto, ese lugar no estaba antes preparado, y una
vez que haya terminado su preparación, vendrá otra vez y nos tomará a sí mismo. Hebreos 9:23: "Fue, pues, necesario que la
copia de las realidades celestiales fuese purificada con esos sacrificios. Pero las realidades celestiales mismas requieren
mejores sacrificios que éstos". ¿En qué consistía esa "copia"? En "el Santuario y todos los objetos del culto" (vers. 21), o "Santuario terrenal" (vers. 1). ¿En qué consisten las "realidades celestiales mismas"? En el Santuario más grande y más
perfecto donde Cristo ministra los bienes definitivos (vers. 11 y 12). Estos están en el cielo mismo. "Porque Cristo no entró
en el Santuario hecho por mano de hombre, que era sólo copia del Santuario verdadero, sino que entró en el mismo cielo,
donde ahora se presenta por nosotros ante Dios" (vers. 24). Pablo muestra aquí que era necesario purificar las cosas
celestiales, tanto como lo era purificar la copia, las terrenales.
El Chivo expiatorio
El evento siguiente en ese día, tras haber sido purificado el Santuario, era poner todas las iniquidades y transgresiones de los
hijos de Israel sobre la cabeza del chivo expiatorio y enviarlo a tierra deshabitada, que equivalía a separarlo. Comúnmente se
supone que ese chivo expiatorio tipificaba a Cristo en alguna de sus funciones, y que el tipo halló su cumplimiento en la primera venida de Cristo. Pero esa opinión es inaceptable debido a lo siguiente: (1) Ese macho cabrío no era enviado sino
hasta después que el Sumo Sacerdote hubiese terminado de purificar el Santuario (Lev. 16:20 y 21); por lo tanto ese evento
no pudo encontrar su anti-tipo [cumplimiento] sino hasta el final de los 2300 días. (2) Se lo enviaba fuera de Israel a la
maleza, a una tierra desierta que lo recibía. Si nuestro bendito Salvador es su anti-tipo, ha de ser igualmente enviado afuera;
no sólo su cuerpo, sino alma y cuerpo, ya que el macho cabrío era enviado vivo fuera del pueblo, no al pueblo ni con el
pueblo. "Afuera" no puede ser el cielo, ya que éste ni es desértico, ni está deshabitado. (3) Recibía y retenía todas las
iniquidades de Israel. En contraste, Cristo, vendrá "la segunda vez, sin relación con el pecado" (Heb. 9:28). (4) El macho
cabrío recibía las iniquidades de manos del sacerdote, y éste lo enviaba afuera. Dado que Cristo es el Sacerdote, el macho
cabrío ha de ser alguien distinto a Cristo, alguien a quien Cristo pueda enviar afuera. (5) Se trataba de uno de los dos machos
de cabrío elegidos para ese día; uno era para el Señor y se lo ofrecía como ofrenda por el pecado, pero al otro no se lo
llamaba "del Señor", ni se lo ofrecía como sacrificio. Su función consistía sólo en recibir las iniquidades de manos del
sacerdote una vez que este había purificado el Santuario de ellas, llevándolas así a tierra despoblada, abandonando al Santuario, al sacerdote y al pueblo, y dejándolos limpios de sus iniquidades (Lev. 16:7-10, 22). (6) El término hebreo para
chivo expiatorio, tal como aparece en el versículo 8, es "Azazel". Wm. Jenks, en su Comentario completo, dice a propósito
de ese versículo: "(Chivo expiatorio): Ver Bochart para explicaciones alternativas. Spencer, siguiendo la más antigua opinión
de hebreos y cristianos, piensa que Azazel es el nombre del diablo; así piensa también Rosenmire. El siríaco habla de Azazel,
el ángel que se rebeló (Strongone)". (7) Cuando Cristo venga, como enseña Apocalipsis 20, Satanás será encadenado y
arrojado al abismo, circunstancia y lugar presentados en símbolos [en el servicio del Santuario terrenal], cuando el sumo
sacerdote enviaba al chivo expiatorio a un lugar apartado, deshabitado y desértico. (8) Así, disponemos de la Escritura, de la
definición del nombre en dos lenguas antiguas que se hablaban contemporáneamente, y de la opinión histórica de los
cristianos consistente en ver en el chivo expiatorio un tipo de Satanás. En la acepción común del término, lo solemos asociar
siempre a algo ruin; llamamos chivos expiatorios a los más grandes villanos y huidos de la justicia. Sólo ignorando la ley y
su significado, es posible su-poner que el chivo expiatorio fuese un tipo de Cristo.
Debido a que Levítico 16:22 dice: "Ese macho cabrío llevará sobre sí todas las iniquidades de ellos a tierra deshabitada" y
Juan 1:29: "Este es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo", algunos concluyen sin mayor reflexión que el
primero era el tipo del segundo. Pero según lo establecido por la ley, los pecados eran traspasados del pueblo al sacerdote, y
de éste al macho cabrío. Primeramente le eran impartidos a la víctima. En segundo lugar, el sacerdote los llevaba mediante la
sangre de la víctima al Santuario. En tercer lugar, después de haber purificado al pueblo de ellos en el día décimo del mes
séptimo, los colocaba sobre el chivo expiatorio. Y por último, el chivo expiatorio los llevaba fuera del campamento de Israel,
al desierto.
Ese era el proceso que la ley prescribía, y una vez realizado, el autor de los pecados los recibirá de nuevo sobre sí (mientras
que los impíos llevarán sus propios pecados), y su cabeza habrá sido ciertamente herida por la simiente de la mujer; el
hombre fuerte habrá resultado atado y vencido por otro más fuerte que él, y su casa (el sepulcro) despojada de sus bienes (los san-tos) (Mat. 12:29; Luc. 11:21 y 22; Lev. 16:21 y 22). Habrán comenzado mil años de prisión para Satanás, y los santos
habrán entrado en el reino milenario con Cristo.
El Santuario ha de ser purificado antes que Cristo venga, ya que:
1. Cristo "fue ofrecido una sola vez, para quitar [llevar] los pecados de muchos. Y la segunda vez, sin relación con el pecado,
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aparecerá para salvar a los que lo esperan" (Heb. 9:28). Dado que su última labor como portador de los pecados consiste en
llevarlos fuera del Santuario una vez que lo ha purificado, y puesto que no "aparecerá" sin haber quitado antes los pecados de
muchos, y puesto que lo hará "sin relación con el pecado", queda claro que el Santuario ha de ser purificado antes de que él
aparezca.
2. El ejército sigue en su indignación [ultrajado], una vez que el Santuario ha sido purificado (Daniel 8). Tanto el Santuario
como el ejército fueron pisoteados. "Hasta dos mil trescientos días de tarde y mañana. Entonces el Santuario será purificado
[justificado]". Este es el primer punto en la explicación. Después de eso, Daniel aún "trataba de comprenderla" (Dan. 8:14 y
15) y Gabriel vino "y dijo: 'Voy a explicarte lo que ha de venir al fin de la ira [indignación]'". En la explicación que sigue, no
dice nada sobre el Santuario, puesto que eso ya había sido explicado por Aquel que revela los misterios. Se refiere ahora al
ejército, sobre quien queda aún por venir "el fin de la ira [indignación]", tras haber sido purificado el Santuario.
"El fin de la ira" se refiere sin duda a las fieras persecuciones, y a la severa y amarga prueba que aguarda al pueblo de Dios,
tras haber sido purificado el Santuario, y antes de que llegue el fin de la ira en la destrucción del "cuerno pequeño", fruto y
sucesor de Asiria (Dan. 8:25; Isa. 10:12). Es necesario que el Santuario sea purificado antes de la resurrección, ya que el Señor da un mensaje de ánimo a su pueblo, asegurándole que ha sido consumado: "Consolad, consolad a mi pueblo –dice vuestro
Dios–. Hablad al corazón de Jerusalén, decidle a voces que el tiempo de su milicia [o su tiempo señalado] ha terminado, que su
pecado está perdonado, que ha recibido de la mano del Eterno el doble por todos sus pecados" (Isa. 40:1 y 2).
Se cita aquí a Jerusalén y al pueblo de Dios, de forma paralela a como se citan el Santuario y el ejército en Daniel 8. Su pueblo,
tras haberse cumplido el tiempo señalado para Jerusalén, está siendo atribulado, y necesita al consuelo de saber que su
iniquidad le ha sido perdonada. Tiene que referirse a la Nueva Jerusalén, ya que jamás existió un tiempo señalado para
perdonar la iniquidad de la antigua Jerusalén. Siendo así, la Nueva Jerusalén tiene que haber llevado iniquidad de una cierta
clase y con un cierto origen, ya que en caso contrario no podría ser perdonada de ella. El hecho de que el Señor ha ordenado
que se consuele a su pueblo asegurándole que la iniquidad de Jerusalén es perdonada, es prueba inequívoca de que tuvo
iniquidad, y de que será quitada antes de que su pueblo sea liberado y entre en ella con cantos y gozo perdurable. El mensaje es
similar al de Isaías 52:9. Después de haber proclamado las nuevas de paz y gozo, diciendo a Sión: "Tu Dios reina", leemos la afirmación: "El Señor ha consolado a su pueblo, a Jerusalén ha redimido" (vers. 8 y 10). Jerusalén había estado, pues, con
anterioridad, en un estado del que necesitaba ser redimida, y eso antes de tener lugar la resurrección, ya que el versículo
siguiente declara: "Todos los términos de la tierra verán la salvación de nuestro Dios" .
Como pueblo, podemos apreciar la autoridad del profeta, y comprender una serie de sucesos en torno al desarrollo del
Santuario y su aplicación profética, nos relaciona con la sencillez con que los siervos de Dios se vinculan, pero, la ignorancia a
los mismos hechos, nos impide muchas veces, ser bendecidos, aunque Dios se complacería hacerlo.
Será necesario comprender algunos eventos que ocurrieron sobre el Santuario en la figura anti-típica y los elementos que la
componen.
Gráfico del hermano Otis Nichols
“Desde la última vez que les escribimos, hemos estado en Fairhaven para asistir a la conferencia que se daba allí. El hermano Bates estuvo presente. Tuvimos una reunión bastante interesante. Jaime bautizó a dos. Ambos fueron llenados con el Espíritu
Santo.
El lunes regresamos a Dorchester donde vive el querido hermano Nichols y su familia. Allí, durante la noche, Dios me dio una
visión muy interesante, la mayor parte de ella la verán en el periódico. Dios me mostró la necesidad de sacar un gráfico. Vi
que se necesitaba y que la verdad presentada en forma sencilla en cuadros tendría mucho más efecto y haría que las almas
llegaran al conocimiento de la verdad…
Hemos recibido una carta excelente del hermano Rhodes. Es valiente en la verdad y Dios lo ha estado haciendo poderoso.
Muchas almas han ingresado en la verdad mediante su trabajo”. Carta 26, 1850, p. 3 (al hermano y la hermana Loveland de
Johnston, Vermont; escrita en Paris, Maine).
“En nuestro regreso al Hermano Nichols el Señor me dio una visión y me enseñó que la verdad debiese estar grabada „bien
clara en tablas‟… El trabajo para el diagrama nuevo comenzó inmediatamente… Un diagrama cronológico de las visiones de
Daniel y Juan, calculado para ilustrar claramente la verdad presente”. The Early Years, tomo 1, pág. 184, 185.
Página 17 La Voz del Heraldo
... Continuación del artículo anterior
“Yo vi que Dios estaba en la publicación del diagrama
por el Hermano Nichols. Yo vi que había una profecía
de este diagrama en la Biblia”. Manuscript Releases,
tomo 13, pág. 359.
A la suposición de la idea en que Otis Nichols estaba en
lo correcto en cuanto a la preparación del gráfico, para
colocarlo en contradicción con la luz concedida al
hermano Crosier acerca del tema de la Purificación del
Santuario… y la evidencia tangible de la familiaridad o
relación estrecha entre los White, Nichols y Hasting.
Hemos de ser consecuentes de que la amonestación
hecha al hermano Hewitt en casa de los Hastings nos
revela que el profeta amonestaba y encontraba apoyo
con los hermanos sobre los eventos de la luz del Santuario Purificado, las profecías aplicativas al pasado
o futuro, los eventos que giran alrededor de Otis
Nichols, las visitas y familiaridad en casa del hermano
Hasting, la luz revelada a Crosier sobre el Santuario
Purificado y la aprobación tanto de Elena como de
Jaime White.
“Nuestra siguiente conferencia fue en Fairhaven. El
hermano Bates y su esposa estaban presentes. Fue una
muy buena reunión. A nuestro regreso a la casa de los
Nichols, el Señor me dio una visión y me mostró que la
verdad debe ponerse claramente en cuadros y haría que
muchos se decidan por la verdad mediante el mensaje de los tres ángeles con los dos primeros poniéndolos
claramente en tablas.
Vi también que era tan necesaria la publicación del
periódico como que los mensajeros salgan, porque los
mensajeros necesitan un periódico para que lleven con
ellos y que contenga la verdad presente para colocarla en las manos de los que escuchen. Entonces la verdad no se
desvanecerá de sus mentes y el periódico llegará donde los mensajeros no puedan ir”. Elena G. de White, Carta 28, 1850, pp.
1, 2 (a la iglesia de la casa del hermano Hastings, en New Ipswich, N.H.; escrita en Paris, Maine). 7 de noviembre de 1850.
Por un lado no veo por dónde tomar dos hechos separados. Aquí se está refiriendo del mismo evento profético, pero no se ve
un diagrama cronológico aplicativo al futuro.
Parte, pretender que por el hecho de que Ellen G. White refiere como: “un diagrama… calculado para ilustrar claramente la verdad presente” es válido para indicar apunta a que tenemos fechas pendientes (1335) para calcular las profecías en el
futuro… es colocar la palabra inspirada en sometimiento a cualquier idea que divaga y hace contradictoria a Elena G. White,
pues ella claramente nos dejó un trazo en el camino y su aplicación profética:
"¿Qué señal habrá de tu venida, y del fin del mundo?" Jesús les dio las señales, y les dijo: "Cuando viereis todas estas cosas,
sabed que está cercano, a las puertas". No debe interpretarse una declaración del Salvador en forma que venga a anular otra.
Aunque nadie sepa el día ni la hora de su venida, se nos exhorta y se requiere de nosotros que sepamos cuando está cerca. Se
nos enseña, además, que menospreciar su aviso y negarse a averiguar cuándo su advenimiento esté cercano, será tan fatal para
nosotros como lo fue para los que viviendo en días de Noé no supieron cuándo vendría el diluvio. Y la parábola del mismo
capítulo que pone en contraste al siervo fiel y al malo y que señala la suerte de aquel que dice en su corazón: "Mi señor se tarda
en venir", enseña cómo considerará y recompensará Cristo a los que encuentre velando y proclamando su venida, y a los que la
nieguen. "Velad pues", dice, y añade: "Bienaventurado aquel siervo, al cual, cuando su señor viniere, le hallare haciendo así". (S. Mateo 24:3, 33, 42-51). "Y si no velares, vendré a ti como ladrón, y no sabrás en qué hora vendré a ti. (Apocalipsis 3:3)”.
CS.421.
Página 18 La Voz del Heraldo
... Continuación del artículo anterior
Se comparte la carta de Ellen G. White concerniente a los Hastings y Nichols. Lo que sigue, demuestra por una parte que el
triple angelical es tema fundamental aquí. Por otra parte, que en 1850 Crosier había recibido luz clara sobre la Purificación del
Santuario y Otis Nichols estaría en armonía perfecta, dado que tenemos registros trabajaron juntos al profeta y reunieron en
más de una ocasión. Otis Nichols por medio de Ellen G. White unía un lazo muy estrecho con la familia Hastings.
¿Tendremos que omitir el hecho de que Otis Nichols estaba amonestado de que los 1335 días estaban ya en el pasado como
para sugerir o pensar que la gráfica contempla la posibilidad de que en el futuro hay 1335 pendientes y que han de aplicarse
como días literales? Recordemos que existe inconsistencia en “aplicar día por año” porque la profecía abarca también este
período y no puede deslindarse de esta interpretación y colocar paralelamente “día por día” o si deriva de una continuidad de la
interpretación de “día por año”, entonces aplicar “año por día”; pero sabemos que no existe apoyo bíblico para llegar a tales
conclusiones.
Concerniente a los 1335 y la luz dada a Crosier en 1850, fue el mismo que sostuvieron los pioneros más allegados a Ellen G.
White, empezando con su esposo James White y colaboradores del mensaje que había de amonestar y cerrar el Tiempo de la
Gracia: “Justificación y Santificación por la Fe en Cristo” en manos de los pioneros Alonzo T. Jones y Ellet J. Wagonner.
Un cuadro que muestre el Mensaje del Tercer Ángel
“A mediados de septiembre James White dejó a un lado la publicación de la Advent Review, ya que había de asistir a
conferencias en Sutton, Vermont, 26 de septiembre a 29; en Topsham, Maine, 12 de octubre y 13, y en Fairhaven,
Massachusetts, 19 de octubre y 20. Los White no pudieron visitar Massachusetts sin malgastar el tiempo en la casa Otis
Nichols, en Dorchester, cerca de Boston. Así que el lunes, el día después de la conferencia Fairhaven, hicieron su camino. Esa
noche, mientras que en la casa de un hombre cuya compañía de litografía, Elena de White le dio instrucción en la visión. Ella
escribió Reuben Loveland y su esposa, a quien había conocido recientemente en una visita a Vermont: (1 BIO 184.6) 185.
Allí, en la noche Dios me dio una visión muy interesante, la mayoría de los cuales podrá ver en el documento”. Carta 26,
1850. {1BIO 185.1} (1 BIO 185.1)
“En su carta a la familia Hastings entró en más detalles con respecto a esta visión y su petición de un paso de avance en la
proclamación del tercer mensaje del ángel: (1 BIO 185.2)
“A nuestro regreso a la casa del hermano Nichols el Señor me dio una visión y me mostró que la verdad debe ponerse claro en
tablas y causaría que muchos se decidan por la verdad mediante el mensaje del tercer ángel, con los dos primeros
exponiéndolos claramente en tablas”. Carta 28 de 1850. {1BIO 185.3} (1 BIO 185.3)
“En esta visión a ella también se le mostró lo que daría valor a James White de seguir publicándolo: (1 BIO 185.4)
También vi que era necesario se publicará en papel en cuanto a los mensajeros que viajan, para los mensajeros que necesitan un documento para llevar la verdad presente con ellos, para poner en las manos de aquellos que oyen, y luego la verdad no se
desvanecería de la mente. Y que el documento iría donde los mensajeros no podían ir”. -- Ibíd.) (1 BIO 185.5
El trabajo sobre la nueva gráfica se inició en seguida y se le dio oportunidad de decirle a los hermanos de ella en la cuestión de
la Verdad Presente que James publicó en el siguiente mes: (1 BIO 185.6).
El Gráfico. Un cuadro cronológico de las visiones de Daniel y Juan, calculado para ilustrar con claridad la verdad presente,
está litografiada bajo el cuidado de Hermano Otis Nichols, de Dorchester, Massachusetts. Los que enseñan la verdad presente
será de gran ayuda en su poder. Las notificaciones futuras de la carta se reproduce a continuación”. PT, noviembre de 1850.
{1BIO 185.7} (1 BIO 185.7).
A finales de enero de 1851, la carta estaba lista y la publicidad por $2. James White estaba muy contento con él y se lo ofreció gratis a "aquellos a quienes Dios ha llamado a dar el mensaje del tercer ángel". (Review & Herald, enero de 1851). Algunas
generosas donaciones habían contribuido a los gastos de publicación. 186) (1 BIO 185.8).
Cabe destacar que a las palabras: “Un cuadro cronológico de las visiones de Daniel y Juan” no tiene necesariamente que ser
considerado como la incitación de buscar una profecía que apunta al futuro. ¿Razones? Al menos cuatro de suma
consideración.
Página 19 La Voz del Heraldo
... Continuación del artículo anterior
1.- Porque pueden tratarse de profecía de tiempo mirando hacia el pasado, esta era la posición de Crosier, James White, Jones,
Wagonner, Hasting y Ellen G. White que por visión enunció que era así desde 1850 y no cabe duda de que en una fecha pronta
a finales de 1851 siguiera con la misma “visión de Dios”.
2.- Porque claramente sabemos que no habría más profecías de tiempo:
“Cuídense todos nuestros hermanos y hermanas de cualquier persona que quiera fijar una fecha para que el Señor cumpla su
palabra con respecto a su venida, o con respecto a cualquier otra promesa de especial significación que haya hecho. "No toca a
vosotros saber los tiempos o las sazones que el Padre puso en su sola potestad". Falsos maestros pueden parecer muy celosos
por la obra de Dios, e invertir recursos para presentar sus teorías delante del mundo y de la iglesia; pero por cuanto mezclan el
error y la verdad, su mensaje es un mensaje de engaño, e inducirá a las almas por senderos falsos. Hemos de hacerles frente y
oponernos a ellos, no porque sean hombres malos, sino porque enseñan falsedades y se esfuerzan por colocar sobre la falsedad
la estampa de la verdad”. TM.52-53.
3.- Que las profecías graficadas por Otis Nichols en 1850 no señalan los 1335 días/años y por esta razón hemos de considerar estaban aún en el futuro. Sin embargo, es cosa liviana y atrevida defender dicha postura porque al ser prudentes y de vista
detallada, podremos ver los 1335 en esta gráfica como consecuencia de la justificación y explicación que hizo este pionero
concerniente a la suma de eventos importantes de los días/años: 45 + 30 + 1260 = 1335. También sucede con los 1290: 30 +
1260; lo mismo con los 2300 tardes y mañanas: 965 + 30 + 1260 + 45. Aún incluso, el año 508 d.C. aparece en esta última
gráfica que los pioneros con aprobación tanto de James y Ellen White pero que para muchos no es prudente porque William
Miller empleó el año en que el Cuerno Pequeño eliminó [Abominación Asoladora] las tres tribus bárbaras arrianas
particularmente a los últimos y acérrimos combatientes Ostrogodos. No podemos tomar de ninguna manera una postura bajo
esta primicia.
4.- Porque la cita donde se refiere al gráfico de Otis Nichols está basado también en el Mensaje del Tercer Ángel (note las
referencias de los Hastings), Ellen G. White indica que no “habrá un mensaje en torno a fijar fechas”, y guiarse por fiestas o
ver los acontecimientos o sucesos para fijar una fecha, descarta la posibilidad. El Mensaje Triple Angelical no está ni en medio, ni por debajo al cálculo de fechas, incluso a las estimaciones:
“Vez tras vez se me ha amonestado acerca de fijar fechas. Nunca más habrá un mensaje para el pueblo de Dios que se base en
el tiempo. No hemos de saber el tiempo definido, ya sea del derramamiento del Espíritu Santo o de la venida de Cristo… El
señor me mostró que el mensaje debe avanzar, y que no debe depender del tiempo, pues éste no será nunca más una prueba. Vi
que algunos estaban siendo objeto de una falsa excitación provocada por predicar fechas, que el mensaje del tercer ángel puede
permanecer sobre su propio fundamento y que no necesita de fechas para fortalecerse… Jesús ha dicho a sus discípulos que
velen, pero no fijándose en una fecha definida”. 2MS.123.
¿De qué nos sirven las profecías? Los eventos se cumplen, corroboramos la profecía, consolidamos nuestra fe, y nos anuncian
por una vida práctica confirmada en nuestra relación con Cristo, que Su Venida es inminente y nos toma por alerta fijar nuestras miradas hacia arriba, esperándole.
Tristemente al aplicar la siguiente cita de Ellen G. White a las personas que incitan posiciones particulares alejadas de la Sana
Doctrina fomentan un carácter inadecuado de la especulación y la conjetura, alimentando una deformación en el carácter que
se mezcla entre el intelectualismo y las emociones vanas:
"En nuestros días, como en los días de Cristo, se entenderá e interpretará erróneamente la Escritura. Si los judíos las hubieran
estudiado con corazones piadosos, fervientes y humildes, su escudriñamiento habría sido recompensado no solamente con un
verdadero conocimiento del tiempo, sino también de cómo se produciría la primera aparición de Cristo. No habrían atribuido
las glorias de la segunda venida de Cristo a la primera. Tenían el testimonio de Daniel, de Isaías y de otros profetas; tenían las
enseñanzas de Moisés; Cristo mismo estaba en medio de ellos, y continuaban escudriñando las Escrituras en busca de alguna
evidencia de su venida. Al mismo tiempo, hacían con Cristo lo que se había profetizado que harían. Estaban tan enceguecidos que no conocieron el tiempo de su visitación ni lo que estaban haciendo. Así cumplieron la Escritura.
Muchos hacen lo mismo hoy... debido a que no han experimentado el mensaje de los tres ángeles. Hay quienes escudriñan las
Escrituras en busca de pruebas de que estos mensajes están todavía en el futuro. Reconocen la veracidad de los mensajes, pero
fracasan en ponerlos en el lugar que les corresponde en la historia profética y confunden a la gente. No perciben ni
comprenden el tiempo del fin, ni dónde colocar estos mensajes. El día de Dios se aproxima con pasos furtivos, pero los
hombres supuestamente sabios y grandes hablan de una "educación superior", que suponen se origina en las mentes finitas. No
Página 20 La Voz del Heraldo
... Continuación del artículo anterior
distinguen las señales de la venida de Cristo o del fin del mundo. El centinela debe conocer en qué momento de la noche está.
Todo se reviste ahora con una solemnidad que los que creen la verdad deben percibir y sentir...
En este tiempo, las pequeñeces de la vida no son sino una mota. Lo que atañe a la eternidad es de la mayor importancia". Manuscrito 41a, del 20 de diciembre de 1896.
Repasemos detalles históricos que los Pioneros Adventistas sostuvieron sobre las profecías de Daniel y Apocalipsis.
La mayoría de los pioneros Adventistas --incluyendo a Elena de White, así como la mayoría de los dirigentes principales del
Movimiento Millerita estaban de acuerdo que la interpretación correcta de las profecías principales de Daniel son las
siguientes:
Daniel 2
Los cuatro metales (oro, plata, bronce y hierro) representaban los cuatro reinos: Babilonia, Medo-Persia, Grecia, y Roma.
Los pies y dedos de hierro y barro representaban las diez divisiones o reinos de Europa.
La piedra cortada de la montaña sin manos representaba la segunda venida de Cristo.
La montaña representaba el reino eterno de Dios.
Daniel 7
Los diez cuernos representaban las diez divisiones/reinos de Europa.
Los Hérulos, Vándalos y los Ostrogodos representaban a los tres cuernos que fueron arrancados.
El cuerno pequeño representaba al papado.
Las escenas finales representaban el juicio.
Daniel 8
El carnero representaba a Medo-Persia.
El macho cabrío representaba a Grecia.
El cuerno que creció representaba a Roma.
El continuo representaba al paganismo.
Los 2300 días representaban 2300 años. - de 457 a.C. a 1844 d.C.
Las setenta semanas fueron cortadas de la primera parte de los 2300 años.
Daniel 9
Las setenta semanas representaban 490 años - de 457 a.C a 34 d.C.
La Septuagésima semana representaba siete años - de 27 al 34 d.C.
La mitad de esta última semana representaba la muerte de Cristo en 31 d.C.
Daniel 11
El alcance de esta profecía cubrirá la historia de Persia, Grecia y Roma.
Página 21 La Voz del Heraldo
... Continuación del artículo anterior
El rey voluntarioso representaba el papado.
Elena de White indicó que “la mayoría de Daniel ya era historia” (13.MR.394 - Carta 103, 1904), "y que ya casi había llegado
a su pleno cumplimiento" (9T:14). Aunque los pioneros Adventistas nunca pudieron llegar a un acuerdo completo de que quien representaba a el Rey del norte, James White y los dirigentes principales Milleritas creían que representaba al Papado.
Daniel 12
Los tres tiempos y medio representaban 1290 años de persecución Papal - de 538 a 1798.
Los 1290 días representaban 1290 años de 508 a 1798.
Los 1335 días representaban 1335 años de 508 a 1843.
No sólo Elena de White estaba de acuerdo con lo mencionado, diciendo "que los 1335 años habían terminado" (ver 5MR.203 - Carta 28, Noviembre 7, 1850), sino también la mayoría de los principales dirigentes Milleritas.
A continuación citamos del Manuscrito 5, página 203:
“We told him [Brother H] of some of his errors in the past, that the 1335 days were ended, and numerous [other] errors of his”.
Letter 28, 1850, pp. 1-3 (To "The Church in Brother Hastings' House," November 7, 1850.) {5MR 203.2}
Aunque partiéramos de la suposición que estas declaraciones fueran verdad. No podríamos colocar al profeta en una posición
contradictoria porque el 27 de noviembre de 1850 ella escribió que "los 1335 días fueron terminados":
“One week ago, last Sabbath, we had a very interesting meeting. Brother Hewit from Dead River was there. He came with a
message to the effect that the destruction of the wicked and the sleep of the dead was an abomination within a shut door that a woman Jezebel, a prophetess had brought in and he believed that I was that woman, Jezebel. We told him of some of his errors
in the past, that the 1335 days were ended and numerous errors of his. It had but little effect. His darkness was felt upon the
meeting and it dragged”. {16MR 208.3}.
Compartiré la cita completa para que podamos ver algunos detalles:
"TENGO palabras que presentar a mis hermanos de los cuatro puntos cardinales. Pido que mis escritos no sean usados para
definir cuestiones sobre las cuales ahora hay mucha controversia. Ruego a los pastores H, I, J y otros de nuestros hermanos
dirigentes que no hagan referencia a mis escritos para sostener sus puntos de vista sobre "el continuo".
Se me ha presentado que no es un tema de importancia vital. Se me ha instruido que nuestros hermanos están cometiendo un error al magnificar la importancia de la diferencia en los puntos de vista que se sostienen. No puedo consentir que ninguno de
mis escritos sea tomado para definir este asunto. El verdadero significado de "el continuo" no ha de convertirse en una piedra
de toque. Ahora pido que mis hermanos del ministerio no usen mis escritos en sus argumentos en cuanto a esta cuestión [el
continuo], pues no he recibido instrucción sobre este punto en discusión y no veo necesidad de la controversia. El silencio es
elocuencia acerca de este asunto en las condiciones actuales.
Se agrada al enemigo de nuestra obra cuando puede usarse un tema de menor importancia para distraer la mente de nuestros
hermanos de las grandes cuestiones que debieran ser el corazón de nuestro mensaje. Como éste no es una piedra de toque, rue-
go a mis hermanos que no permitan que triunfe el enemigo al tratar el tema como si fuera Importante". 1MS.194.
¿Podemos ver como aparece inconsistencia en este punto?
¿Por qué hemos de pensar que si el Continuo es el sábado, porque las profecías de Daniel 12 están al futuro; si la hermana Ele-
na G. White indicó habíanse cumplido con excepción el Cierre de la Gracia y la Liberación del pueblo de Dios? ¿No fue para
los días de ella un suceso de terminación de la Tierra también, y sólo bastaba el Cierre de la Gracia y la Liberación de los San-
tos?
¿Cómo se titula este pasaje de Mensajes Selectos tomo 1?: "El Continuo de Daniel Ocho”.
Página 22 La Voz del Heraldo
... Continuación del artículo anterior
Existe otro punto importante, Elena G. White misma trató que Daniel 8 (el tema que usted trajo a colación: errores de la gráfica
de Haskell, Lougborough, Urias Smith....) era un asunto por considerar, dado que la palabra “sacrificio” había sido añadido al
término “Tamid o Continuo”.
La palabra “sacrificio” fue provista por la sabiduría humana (la Iglesia Católica)
“Entonces vi en relación con el "continuo" (Dan. 8:12) que la palabra "sacrificio" había sido provista por la sabiduría humana,
y no pertenece, al texto, y que el Señor dio el sentido correcto a los que proclamaron que había llegado la hora del juicio.
Mientras existió la unión, antes de 1844, casi todos aceptaban la opinión correcta acerca del "continuo"; pero en la confusión
reinante desde 1844 se han aceptado otras opiniones, y como consecuencia han entrado tinieblas y confusión. La cuestión de
las fechas no ha sido una prueba desde 1844, y nunca volverá a ser una prueba.
El Señor me ha mostrado que el mensaje del tercer ángel debe progresar y ser proclamado a los hijos dispersos de Dios, pero
no debe depender de una fecha. Vi que algunos están creando una excitación falsa al predicar fijando fechas; pero el mensaje
del tercer ángel es más poderoso de lo que puede serlo una fecha. Vi que este mensaje puede subsistir sobre su propio funda-
mento y no necesita ser reforzado con fechas; que irá adelante con gran poder, hará su obra y será abreviado en justi-cia”. PE.75.
¿Qué dice la cita anterior? ¿Nunca volvería a ser una prueba el asunto del Continuo después de 1844 y la fijación de fechas?
¿Cuál era la posición correcta entonces del Continuo que “casi todos aceptaban”?
La hermana White si pudo escuchar a los pioneros incluyendo su esposo James White, acerca de la “nueva posición interpreta-
tiva del Continuo” como “el Servicio Sacerdotal de Cristo en el Santuario Celestial” corroborado por la edición publicada por
O.R.L. Crosier. Ella señaló enérgicamente en más de una ocasión que las profecías habían terminado en 1844.
Ahora entre mucho visto aquí, no podemos dejar de excluir el papel interpretativo que sostienen los guardadores contemporá-
neos de la Fiestas Solemnes de YHWH. ¿Tiene esta cita de PE.75 alguna replicación con el tema cuando la hermana White refiere?: “Los cálculos de fecha han terminado y desde 1844 no habría más una profecía de tiempo… no sería una prueba
más”.
Es cierto que existen Fiestas Solemnes por guardar pero en forma Conmemorativa (recuerdo), este tema fue tratado en otras
edición del año 2007 de este boletín. Sin embargo, por la razón que nos encontramos desde 1844 en la Expiación hasta el Cie-
rre de la Gracia, y luego un Jubileo por consumarse, no podemos dejar de mencionar también que si manejáramos los tiempos
que nos obligan guardar las Fiestas Solemnes, nos tendríamos que hacer la siguiente honesta pregunta: ¿si estamos en Yom
Kippur o Expiación, cómo puede ser que paralelamente nos encontramos en los tiempos del sonar de las Trompetas, y que en
ocasión al Cierre de la Gracia, previo el Derramamiento del Espíritu del Señor ocasión de la Fiesta del Pentecostés?
¿En qué fiesta nos encontramos? ¿Cuándo será la imposición de la Ley Dominical? ¿Cuál será el siguiente suceso del Señor?
Los hechos mismos históricos (concerniente al servicio en el Santuario) nos indican que el Continuo estaba enfocado a la Me-
diación Sacerdotal Celestial más no al día propiamente, se rescata el hecho de que los errores de la “posición nueva luz pione-
ra" era correcta. Urias Smith (cuya postura encontraba apoyo con Haskell, Loughborough....) había adoptado la nueva postura
interpretativa, pero regresó nuevamente a la antigua creencia que había propuesto William Miller de que la Abominación De-
soladora era el Paganismo. Sin embargo, siendo que se conocía la Mediación de Cristo como Continuo, en una ocasión el pro-
feta refirió que: "la mayoría aceptaban esta posición correcta". PE.75. Esto confirma que las palabras de la hermana Elena G.
White apoyaron la idea como inspirada (Continuo = Mediación de Cristo en el Santuario Celestial) al expresar que la posición
de O.R.L. Crosier era divinamente correcta.
Ahora entre lo mucho visto aquí, no podemos dejar de excluir el papel interpretativo que sostienen los guardadores contem-
poráneos de la Fiestas Solemnes de YHWH. ¿Tiene esta cita de PE.75 alguna replicación con el tema cuando la hermana Whi-te refiere?: “Los cálculos de fecha han terminado y desde 1844 no habría más una profecía de tiempo… no sería una prueba
más”.
Es cierto que existen Fiestas Solemnes por guardar pero en forma Conmemorativa (recuerdo), este tema fue tratado en otras
edición del año 2007 de este boletín. Sin embargo, por la razón que nos encontramos desde 1844 en la Expiación hasta el Cie-
rre de la Gracia, y luego un Jubileo por consumarse, no podemos dejar de mencionar también que si manejáramos los
Página 23 La Voz del Heraldo
... Continuación del artículo anterior
tiempos que nos obligan guardar las Fiestas Solemnes, nos tendríamos que hacer la siguiente honesta pregunta: ¿si estamos en
Yom Kippur o Expiación, cómo puede ser que paralelamente nos encontramos en los tiempos del sonar de las Trompetas, y
que en ocasión al Cierre de la Gracia, previo el Derramamiento del Espíritu del Señor ocasión de la Fiesta del Pentecostés?
¿En qué fiesta nos encontramos? ¿Cuándo será la imposición de la Ley Dominical? ¿Cuál será el siguiente suceso del Señor?
El Servicio Sacerdotal de Cristo en el Lugar Santísimo del Santuario Celestial ha de tomar toda nuestra atención:
"Las mentes de los creyentes habían de ser dirigidas al santuario celestial, donde Cristo ha entrado para hacer expiación por su
pueblo". 1MS.77.
Por tanto, conociendo que O. R. L. Crosier, Hiram Edson, James White, Alonzo T. Jones, Ellet J. Wagonner, FB Hannan ten-
ían esta posición, la hermana White apoyo esta posición. Nótese lo que venimos presentando:
"El Señor me mostró en visión hace más de un año que el Hno. Crosier tenía la verdadera luz en cuanto a la purificación del santuario... y que era su voluntad que el Hno. Crosier escribiera la explicación que nos había dado en el Day-Star Extra del 7
de febrero de 1846. Me siento plenamente autorizada por el Señor para recomendar ese artículo Extra a cada santo". WTF.12.
"El transcurso del tiempo en 1844 estuvo marcado por grandes eventos que abrieron ante nuestros asombrados ojos la com-
prensión de la purificación del santuario que se estaba verificando en el cielo, y que tiene una definida relación con el pueblo
de Dios en la tierra". Manuscrito 13, 1889.
Por otra parte, el hecho de que ella hablara de que Daniel 12 tenía que llamar nuestra atención, no indica en nada que las pro-
fecías pendientes a futuro dependan de un tiempo o tengan un evento diferente al pasado, siendo que la profecía de Cristo en
Su Santuario no había sido cumplido anteriormente.
Es un agregado particular especular no sólo en las profecías, sino en muchas doctrinas, incluso en aquellas decisiones adminis-trativas, y el pueblo sufre las consecuencias de semejantes acciones.
Los eventos proféticos pueden captar mi atención por los mismos hechos y personajes involucrados los cuales están activos no
han desaparecido con todo lo sucedido y el tiempo avanzado donde nos encontramos en las profecías: El Papado, los EE.UU.,
El Protestantismo Apóstata…
Elena G. White claramente indicó que los 1335 días quedaron atrás, no veo por qué ha de considerar aún están en el futuro y su
aplicación literal de días:
"Hace una semana, el sábado pasado, tuvimos una reunión muy interesante. El hermano Hewit, de Dead River, estaba allí. Vi-
no con un mensaje al efecto de que la [doctrina de la] destrucción de los malvados y el sueño de los muertos eran una abomina-ción en una puerta cerrada, que había introducido una mujer, una profetisa Jezabel, y él creía que yo era esa mujer. Le habla-
mos acerca de algunos de sus errores en el pasado, que los 1335 días habían terminado, y numerosos errores suyos. Sirvió de
bien poco. Sus tinieblas se hicieron sentir en la reunión”. Carta 28, 1850.
¿Quizás puedan considerar que al referirse EGW "que los 1335 días habían terminado" es una afirmación? ¿Dónde cabe la
duda y la confusión? Este punto es fundamental y no podemos pasarlo por alto como si no existiese... de lo contrario, hemos
de considerar que se está forzando y desprecian lo que Dios reveló a un pueblo que se levantaría para amonestar al mundo.
El matar la víctima, el sábado, el santuario, el candelabro, los panes de la proposición, el pectoral del sacerdote, incluso el mis-
mo Shekinah no era efectuar la expiación; el pecador mataba la víctima: Lev. 4:1-4, 13-15, después el Sacerdote tomaba la
sangre y efectuaba la expiación en el tiempo correcto. Lev. 4:5-12, 16-21 portando los pecados en sí y transmitirlos luego al
Macho Cabrío de perdición.
Cristo fue el sumo Sacerdote escogido para efectuar la expiación según la orden de Melquisedech. Él ciertamente no pudo ac-
tuar de acuerdo con esa capacidad sino hasta después de haber resucitado, y no tenemos descripción de alguna obra efectuada
por Él en la Tierra después de Su resurrección que pudiera ser considerado como expiación. Él no pudo, de acuerdo a Heb. 8.4
efectuar la expiación mientras estaba en la Tierra. “Si hubiese estado en la tierra, no podría haber sido Sacerdote”. El descen-
diente de la tribu de Leví era el sacerdocio terrestre; el Divino, era el celestial y no de esta tribu, sino de la tribu de Judá.
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... Continuación del artículo anterior
Y si Él no comenzó la obra de efectuar la expiación, cualquiera que haya sido la naturaleza de esa obra, hasta después de Su
ascensión cuando a través de Su propia sangre entró en el santuario celestial por nosotros”.
Por tanto:
1.- Si se indica que el Continuo es el Sábado (posición moderna [el sábado quitado por la abominación asoladora de la Ley
Dominical] posterior a la nueva posición que le coloca como indefendible ante la interpretación de los pioneros ASD) Bajo la
primicia moderna preguntamos: ¿Cristo estaría en el Lugar Santo o en el Atrio -en la cruz-?
Si Cristo está en el Lugar Santísimo, cualquier día de nuestra era apunta hacia la Fiesta de la Expiación... ¿Dónde está realizan-
do entonces Cristo esta expiación si nuestras mentes están dirigidas aquí en la Tierra -atrio-? La opción que nos queda es consi-
derar que Cristo debería estar en el Santísimo Celestial ejerciendo una labor mediadora según Zac. 6.12-13.
"Estas palabras proceden de los labios de Alguien que no puede mentir. La descripción revela eterna vigilancia. Cristo está en
medio de los siete candeleros de oro, caminando de iglesia en iglesia, de congregación en congregación, de corazón en co-razón. El que guarda a Israel no duerme ni descansa. Si el candelero fuera dejado al cuidado de agentes humanos, cuán a me-
nudo la luz titilaría y se extinguiría. Pero Dios no ha puesto a la iglesia en manos de hombres. Cristo, el que dio su vida por el
mundo para que todo aquel que en El cree no se pierda mas tenga vida eterna, es el genuino Guardián de la casa. Es el Vigilan-
te fiel y verdadero de los atrios del templo del Señor. Tenemos motivos para agradecer a Dios porque no dependemos de la
presencia de sacerdotes o ministros terrenales. Somos guardados por el poder de Dios. La presencia y la gracia de Cristo es el
secreto de toda vida y luz.
Cada negación del yo, cada manifestación de un espíritu mezquino y codicioso, se registra en los libros del cielo. Un Guardián
santo toma nota de cada palabra y acción de nuestras vidas y pesa cada motivo que mueve a la práctica. La mano que trazó las
letras en la pared de palacio de Belsasar está en todas partes, escribiendo: "Dios está aquí". El está presente en cada lu-
gar. Todas nuestras palabras, todos nuestros planes, todos nuestros motivos secretos son pesados en balanzas de infinita justi-
cia y verdad.
¿Nos hallará el Salvador compasivo y abnegado carentes de ternura, amor y compasión por aquellos por quienes El dio su vi-
da? Dios nos ha otorgado gratas oportunidades de servicio. Nos ha provisto de preciosos talentos, y somos responsables ante
El por el uso que hagamos de ellos. Si los empleamos sabiamente, el Señor nos llamará colaboradores de El. Si nos limpia-
mos de toda impureza, de sentimientos egoístas, algún día oiremos la bendición: "Bien, buen siervo fiel" (Mat. 25:21).
Bajo la inspiración del Espíritu Santo, Ana, la madre de Samuel, dijo: "Porque el Dios de todo saber es Jehová, y a él toca el
pesar las acciones" (1 Sam. 2:3). David afirma: "Por cierto, vanidad son los hijos de los hombres, mentira los hijos de varón;
pesándolos a todos igualmente en la balanza, serán menos que nada" (Sal. 62:9). Isaías declara: "Tú, que eres recto, pesas el
camino del justo" (Isa. 26:7). Y Salomón escribe: "Todos los caminos del hombre son limpios en su propia opinión; pero Je-
hová pesa los espíritus" (Prov. 16:2). No hay en el corazón motivo alguno que el Señor no léa. Lée cada propósito, cada pensa-miento"”. Manuscrito 99, del 12 de julio de 1902, "Un pueblo santo".
Un evento solemne al Cierre del Tiempo de la Gracia en el Reino de los Cielos
"Antes que la obra de Cristo para la redención del hombre se complete, queda por hacer una obra de expiación para quitar el
pecado del Santuario. Este servicio que empezó cuando terminaron los 2300 días. Al fin de los 2300 días en 1844 Cristo entró
entonces en el lugar Santísimo del Santuario Celestial para cumplir la obra final de la expiación preparatoria para su veni-
da, Cristo sólo ha completado una parte de su obra como Intercesor nuestro para empezar otra, y sigue aún ofreciendo Su San-
gre ante el Padre en favor de los pecadores". El Gran Conflicto. pp. 421, 422, 429.
"¿Cuándo se hicieron los días finales? Las evidencias son concluyentes de que los 1335 días terminó con el 2300, con el cla-
mor de medianoche en 1844. Entonces el ángel [Rev. X, 1-6] Juró que el tiempo no debe ser más. Tiempo aquí no puede sig-nificar la duración, medido en meses y años, para 1000 años después de esta medida, pero debe referirse al tiempo profético,
que era el tema central del mensaje del tercer ángel. Cuando estaba de pie en la parte final del día, debemos concluir que la
sentencia de los justos muertos comenzó en ese momento, y ha avanzado más de doce años. ¿Cuándo los casos de los santos
que viven se pasará revista en la sentencia de investigación de la casa de Dios? Esta es una pregunta sincera y digna de la más
solemne de la consideración de todos los que tienen un caso pendiente en el tribunal de los cielos, y la esperanza de superar.
En el orden del cielo, debemos buscar su criterio a seguir que el de los muertos, y que se produzca cerca del final de su libertad
condicional". Review and Herald, 1857. James White.
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... Continuación del artículo anterior
Licuados de frutas: Contra
el Acné
De piña, pepino, manzana
y jengibre
1 porción
Ingredientes
2 rebanadas de piña picada
1 /2 pepino picado
½ manzana picada
1 trocito de jengibre
Agua necesaria
Preparación
Licuar los ingredientes perfectamente hasta que
desaparezcan los grumos y beberlo en el momen-
to.
Función
Por sus propiedades depurativas y diuréticas, este
jugo ayuda a combatir el acné, favorece el proce-
so de eliminación de grasas de la piel.
Tomar un vaso de jugo en la mañana dos o tres
veces por semana
Recetas de Plantas Medicinales. Por: María A. Villalobos
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to, pregonar la Verdad Presente dado desde lo Alto del
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gado a toda nación, tribu, lengua y pueblo.
Estamos gustosos que Dios bendiga al mundo por me-
dio de Su Verdad, ésta no debe permanecer oculta como
si tuviese algo por qué temer, más bien, debe ser exalta-
da como joyas preciosas y lucida a un mundo que pere-
ce en tinieblas.
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