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Breve historia de los colores Autor: Michel Pastoureau, Dominique Simonnet Editorial: Paidós Año de edición: 2006 ISBN: 84-493-1947-1 Cant. de páginas: 112 Por Alejandro Piscitelli Prelados cromófilos y cromófobos. Hacia una antropología simbólica de los colores Hay un ranking de los colores, aunque usted no lo crea Desde 1890, época de cuando datan las primeras encuestas de opinión, el azul ocupa el primer puesto de aceptaciónen términos de color en todo Occidente, tanto entre los hombres como entre las mujeres, y con prescindencia de su clase social. Hoy toda la civilización occidental le da preeminencia al azul. Lo sorprendente no es esto sino su novedad. Durante muchísimos siglos, sino milenios, el azul fue un color kelper. Por más que sea omnipresente en la naturaleza y especialmente en el Mediterráneo, era muy difícil de fabricar y por esa razón en parte no tuvo ningún papel en la vida social, religiosa o simbólica ni de Grecia ni de Roma, al punto tal que la ausencia del azul en los textos antiguos intrigó tanto a algunos filólogos del siglo XIX que llegaron a creer que los ojos de los griegos no lo percibían. En la Biblia, a excepción del zafiro, no hay espacio para el azul. La situación perduró hasta la Alta Edad Media, los colores litúrgicos de la era carolingia aún lo ignoraban, pero... algo pasó en los siglos XII y XIII y de pronto el azul, que era un paria en la paleta de colores, fue rehabilitado al punto de que muchos siglos más tarde se convertiría en el más amado y oficial de todos los colores. Técnicas, poder de los símbolos y operaciones retóricas

Breve Historia de Los Colres

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Page 1: Breve Historia de Los Colres

Breve historia de los colores

Autor: Michel Pastoureau, Dominique Simonnet

Editorial: Paidós

Año de edición: 2006

ISBN: 84-493-1947-1

Cant. de páginas: 112

Por Alejandro PiscitelliPrelados cromófilos y cromófobos. Hacia una antropología simbólica de los coloresHay un ranking de los colores, aunque usted no lo creaDesde 1890, época de cuando datan las primeras encuestas de opinión, el azul ocupa el primer puesto de aceptaciónen términos de color en todo Occidente, tanto entre los hombres como entre las mujeres, y con prescindencia de su clase social. Hoy toda la civilización occidental le da preeminencia al azul. Lo sorprendente no es esto sino su novedad.Durante muchísimos siglos, sino milenios, el azul fue un color kelper. Por más que sea omnipresente en la naturaleza y especialmente en el Mediterráneo, era muy difícil de fabricar y por esa razón en parte no tuvo ningún papel en la vida social, religiosa o simbólica ni de Grecia ni de Roma, al punto tal que la ausencia del azul en los textos antiguos intrigó tanto a algunos filólogos del siglo XIX que llegaron a creer que los ojos de los griegos no lo percibían.En la Biblia, a excepción del zafiro, no hay espacio para el azul. La situación perduró hasta la Alta Edad Media, los colores litúrgicos de la era carolingia aún lo ignoraban, pero... algo pasó en los siglos XII y XIII y de pronto el azul, que era un paria en la paleta de colores, fue rehabilitado al punto de que muchos siglos más tarde se convertiría en el más amado y oficial de todos los colores.Técnicas, poder de los símbolos y operaciones retóricasEllo no se debió –como algún tecno-reduccionista imagina de modo facilista– a que de un día a otro se dominaran las técnicas de la fabricación del color azul, sino a una resimbolización profunda del color en función de las creencias religiosas. Porque en esa época el Dios de los cristianos se convirtió precisamente en un dios de luz. Y la luz se volvió... ¡azul! Por primera vez en Occidente empezaron a pintarse los cielos de azul.

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Aunque hoy nos cueste imaginarlo, hasta ese momento los cielos eran negros, rojos, blancos o dorados. En esta inversión cromático valorativa jugó también un rol adicional el frenesí por la clasificación, que buscaba establecer jerarquías de individuos, atribuyéndoles señas de identidad a los distintos estamentos del orden social. No casualmente es la época en que aparecen los apellidos y los escudos de armas. Para tanta variedad y ansias clasificatorias no alcanzaba con los tres colores tradicionales (negro, blanco, rojo); por ello se incorporaron a la paleta el amarillo, el verde y el azul.Mientras tanto, el azul se convirtió en el contrario del rojo. Las iglesias se llenaron de azul. Asistimos así a batallas culturales inéditas como la guerra entre los prelados cromófilos como Suger , que creía que el color era luz, una manifestación divina y por ello lo utilizaba por doquier, mientras que en el otro extremo nos encontramos con San Bernardo, abad de Clairvaux, que consideraba que el color era materia y por lo tanto vil y execrable.Las tabas de la historia

Varios siglos más tarde el azul se ha convertido en un color consensual, tanto para las personas físicas como para las morales. Reina omnipresente en los organismos internacionales, la Unesco, el Consejo de Europa, la Unión Europea.Todos han elegido el azul. Hemos regresado así a una situación próxima a la de Antigüedad: de tan omnipresente y consensuado el azul volvió a ser un color discreto, el más razonable de todos los colores.Esta historia del azul es apenas un capítulo, combinado con la de los otros cinco colores principales, desplegado por el heraldista medievalista Michel Pastoureau, quien con el formato amable de la conversación va aportando curiosos datos de sus descubrimientos que proceden y derivan de una certeza: nada es tan natural como parece y los colores no son ingenuos ni casuales.Esta no es una obra –como las que abundan– que proponen divertidas (o no) pero seguramente esotéricas historias del color. Lo que seguimos en la excursión del autor no son meras anécdotas. Pastoureau ocupa una cátedra deHistoria de la simbólica occidental, es autor de más de treinta libros dedicados a la historia de los colores, de los animales y de los símbolos, y miembro de la Academia Internacional de Heráldica y de la Sociedad Francesa de Heráldica.Por si eso fuera poco, se trata de un historiador, archivista y paleógrafo francés, graduado en 1972 e la École des Chartes con una tesis sobre el bestiario heráldico en la Edad Media, que nos regala unas entretenidas conversaciones con la redactora jefe de la revista L'Express.De las rayas del diablo a los colores puros de los santosEsta obra en clave de divulgación dialogada tiene un correlato en otra anterior Las vestiduras del diablo: breve historia de las rayas en la indumentaria (Océano Losada, 2005), recientemente traducida al castellano.Si algo tienen en común los trabajos de Pastoureau es mostrar cómo los temas más inesperados y las creencias más afincadas revelan siempre una profunda razón social, al mejor estilo de los esquemas de análisis de la tradición durkheiniana y más específicamente de la gran antropóloga Mary Douglas.Ya sea que trate con textos literarios o didácticos, los nombres propios, las imágenes y las obras de arte, en todos esos terrenos Pastoureau nos descubre el modo en que esta historia simbólica de los animales y los vegetales, de los signos y de la heráldica (en otras obras),

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de los colores y de las imágenes (en este caso), lejos de oponerse a la realidad social, económica o política, son uno de sus componentes esenciales: el imaginario siempre es parte de la realidad.Si bien los trabajos sobre la historia de los colores recién comienzan y resultan muy difíciles de llevar a cabo ¬–sobre todo porque ya no podemos verlos como se los veía antes, desde la luz de la luna o de las velas–¬, este estudio demuestra una fuerte vocación hermenéutica y una capacidad especial para el difícil arte de divulgar los juegos de la academia.Quien jamás se acercaría a una tratado de heráldica o a un vocabulario de las instituciones indoeuropeas, podrá encontrar en estas charlas llenas de ejemplos ilustrativos, de descubrimientos semánticos inesperados y fundamentalmente de una vocación impiadosa por recuperar el sentido histórico de las palabras, una luz estruendosa sobre el presente.SOBRE LOS AUTORESDominique Simonnet es Redactora jefe de L’Éxpress, además de autora de novelas y ensayos.Michel Pastoureau es Historiador y antropólogo, es una eminencia mundial de los colores y de los símbolos y es asimismo autor de un buen número de obras dedicadas a este tema.