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Técnicas Gráfico-Plásticas. I.E.S. ITACA (Alcorcón) Inés Martín Masa, 2011 1 GRABADO EN HUECO. GRABADO A BURIL O TALLA DULCE INTRODUCCIÓN El grabado a buril o talla dulce se realiza con un instrumento llamado buril que corta la plancha y va levantando una pequeña viruta de metal a medida que se trazan las líneas. Otra posibilidad consiste en tallar puntos diminutos. Es una técnica de estampación en hueco, en la que se coloca la tinta en los surcos incisos, quedando la superficie de la plancha limpia. Aparecen en la estampa por lo tanto, las líneas y texturas marcadas en la matriz. La plancha ha de tener la dureza y resistencia suficientes para conservar la incisión de forma duradera. Para la talla dulce se emplean y se han empleado distintos metales, siendo los más usados: el acero, el zinc y preferentemente el cobre. Se pueden emplear también plásticos duros como metacrilato y acetatos. Mover la plancha es imprescindible tanto para cortar líneas curvas como para abordar la imagen desde distintas direcciones. El grabado a buril sobre metal es el más directo de todos los procesos en hueco, pero también el más intratable y el que exige más control y disciplina. Es una técnica de difícil ejecución, que requiere un largo aprendizaje y exige mucha meticulosidad y paciencia durante la realización de la plancha o matriz. Con esta técnica se logran bellos efectos y una rica extensión de matices, que van desde los blancos apagados a los negros intensos, profundos o aterciopelados. Las sombras se consiguen por entrecruzamiento de líneas: cuanto más cercanas, más sombreada estará la imagen. HISTORIA DE LA TÉCNICA El grabado al buril ha sido y sigue siendo una técnica poco utilizada a lo largo de la historia. Fue desbancada por el aguafuerte. El origen de la talla a buril es muy antiguo. Se han registrado al menos veinte tipos de buriles del Paleolítico, confeccionados a partir de lajas de pedernal. El descubrimiento de los metales es un hito fundamental en el desarrollo de la técnica, ya que posibilita la fabricación de buriles metálicos. Los orfebres, fabricantes de armaduras y nieladores realizan grabados ornamentales sobre objetos de lujo (siglos XV y XVI). La presencia de un grabado certificaba, y casi celebraba, la valía del objeto.

Buril

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GRABADO EN HUECO. GRABADO A BURIL O TALLA DULCE

INTRODUCCIÓN

El grabado a buril o talla dulce se realiza con un instrumento llamado buril que corta la plancha y va levantando una pequeña viruta de metal a medida que se trazan las líneas. Otra posibilidad consiste en tallar puntos diminutos.

Es una técnica de estampación en hueco, en la que se coloca la tinta en los surcos incisos,

quedando la superficie de la plancha limpia. Aparecen en la estampa por lo tanto, las líneas y

texturas marcadas en la matriz.

La plancha ha de tener la dureza y resistencia suficientes para conservar la incisión de forma duradera. Para la talla dulce se emplean y se han empleado distintos metales, siendo los más usados: el acero, el zinc y preferentemente el cobre. Se pueden emplear también plásticos duros como metacrilato y acetatos. Mover la plancha es imprescindible tanto para cortar líneas curvas como para abordar la imagen desde distintas direcciones. El grabado a buril sobre metal es el más directo de todos los procesos en hueco, pero también el más intratable y el que exige más control y disciplina. Es una técnica de difícil ejecución, que requiere un largo aprendizaje y exige mucha meticulosidad y paciencia durante la realización de la plancha o matriz. Con esta técnica se logran bellos efectos y una rica extensión de matices, que van desde los blancos apagados a los negros intensos, profundos o aterciopelados. Las sombras se consiguen por entrecruzamiento de líneas: cuanto más cercanas, más sombreada estará la imagen.

HISTORIA DE LA TÉCNICA

El grabado al buril ha sido y sigue siendo una técnica poco utilizada a lo largo de la historia.

Fue desbancada por el aguafuerte.

El origen de la talla a buril es muy antiguo. Se han registrado al menos veinte tipos de buriles

del Paleolítico, confeccionados a partir de lajas de pedernal.

El descubrimiento de los metales es un hito fundamental en el desarrollo de la técnica, ya que

posibilita la fabricación de buriles metálicos. Los orfebres, fabricantes de armaduras y

nieladores realizan grabados ornamentales sobre objetos de lujo (siglos XV y XVI). La presencia

de un grabado certificaba, y casi celebraba, la valía del objeto.

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El grabado de planchas de metal para imprimir comenzó en Alemania e Italia a mediados del

siglo XV con grabadores prácticamente anónimos que usaban exclusivamente líneas, algún

punteado ocasional, y texturas y tonos muy limitados.

El primer artista conocido fue Martin Schongauer (1440-1491). Su técnica, comparada con la

de anteriores grabadores, es compleja. Pronto queda eclipsado por Durero y Lucas van

Leyden. Con ellos el grabado a buril alcanza su cumbre.

El genio de Durero (1471-1528) se reconoció incluso en su tiempo. Muestra una intensa

preocupación típicamente nórdica por la expresión detallada y meticulosa y por el dramatismo

de la composición. Logra expresar esa observación próxima y exacta de la naturaleza de

manera extraordinaria. Nacido en Nuremberg e hijo de un orfebre, se inició como tal en el

taller de su padre. Profundiza también en la xilografía llegando a ser el primer gran maestro

gráfico. Sus efectos lumínicos y su dominio del claroscuro ejecutado a través de las variaciones

del espesor lineal causaron la admiración de sus contemporáneos.

Lucas van Leyden (1494-1533), grabador holandés, representa paisajes holandeses y escenas

de interior con mano diestra y sensibilidad. Su obra influye en la fundación de la escuela

holandesa de pintura en el siguiente siglo.

En Italia (Florencia) el grabado con buril también tuvo su desarrollo en dos estilos conocidos

como "manera fina" y "manera amplia" desarrollados especialmente por artistas como Andrea

Mantegna (1431-1506) y Antonio Pollaiuolo (1431-1498). La técnica de Mantegna se encuadra

en la manera amplia; se trata de un modo de grabado que casi es modelado, con líneas

paralelas abiertas y espaciadas que hacen un uso pleno y positivo del blanco del papel. La

manera fina se caracteriza por un uso menor del espacio y la luz y por el recurso a trazos

breves, próximos y débiles y al rayado cruzado.

Ya en el siglo XV se detecta una tendencia a encargar parte del trabajo a ayudantes hábiles, de

manera que el artista idea y dibuja el motivo, y delega el laborioso trabajo de tallarlo a un

grabador “profesional”. En el siglo XVI eran pocos los artistas que seguían grabando sus

propias planchas. El francés Jean Duvet fue una excepción. Técnicamente no aportó casi nada,

pero hay que destacar la originalidad de su visión. Su obra es similar a la obra de Durero en

cuanto a temática, mientras que su estilo es muy diferente. Tras Duvet, y hasta William Blake,

es casi imposible encontrar artistas-grabadores de originalidad comparable.

En el siglo XVII, el grabado a buril se había convertido en un método aceptado de reproducción

de ilustraciones y obras de arte. Surgen nuevas aplicaciones: ilustraciones de portadas de

libros, retratos, mapas, vistas arquitectónicas o planos de jardines.

El grabado punteado surgió en Francia en el siglo XVIII. Fue muy utilizado por los ingleses.

Decadencia:

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En el siglo XVIII el artista creativo abandona el grabado a buril y prefiere la técnica del

aguafuerte, que ofrece resultados comparables y es menos laboriosa. William Blake (1737-

1827) es una notable excepción. Su técnica de buril no aporta ninguna novedad destacable,

pero su visión es la de un genio. Sin embargo su obra no tuvo influencia por ser demasiado

personal y excepcional.

En el siglo XIX el grabado a buril con fines industriales es reemplazado por la xilografía, la cual

sucumbe más adelante ante la aparición de los procesos fotomecánicos.

Desde la década de 1920 Joseph Hecht y Stanley William Hayter han investigado las

posibilidades técnicas y creativas del grabado con buril.

AUTORES:

Martin Schongauer

Durero

Lucas van Leyden

Andrea Mantegna

Antonio Pollaiuolo

Jean Duvet

William Blake

Nielado: Grabado de líneas en metal (plata o cobre y a veces bronce y oro) y su ennegrecimiento posterior para obtener un efecto de contraste. Esta técnica, desarrollada en Italia, formaba parte del trabajo de ornamentación de piezas de orfebrería, pero los motivos eran en gran parte de contenido pictórico.

SOPORTE

El papel debe ser grueso, fuerte y sin aparejar. Se corta con ayuda de un abrecartas, regla, etc, de manera que saca rebabas en los borde. Es incorrecto cortar el papel de grabado con cutter o tijeras. Esto es así porque las rebabas aportan información sobre la calidad del papel (a un ojo experto permite descubrir el porcentaje de algodón o “trapo” que tiene en su composición). Cuanto más trapo, más calidad tiene el papel, y más rebaba “saca”.

UTENSILIOS Y MATERIALES

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El buril. Es una varilla de sección cuadrangular de acero o hierro dulce, acoplada a un mango. La punta está cortada en un ángulo de 45 grados, lo cual proporciona una punta aguda. Los hay de distintos tamaños, según la profundidad y grosor con que se desee incidir.

El rascador o desbarbador. Es una herramienta de tres aristas terminada en punta, con mango cilíndrico de madera, y se utiliza para quitar las virutas levantadas que deja el buril en el metal ya que es muy fácil cortarse con ellas. Es mejor eliminarlas antes de que se acumulen en la plancha.

El bruñidor. Se utiliza para atenuar o hacer desaparecer tallas en las partes grabadas mediante frotamiento. Es una lámina de acero de sección ovalada que termina en punta roma y está montada en un mango cilíndrico de madera. Hay bruñidores de forma de punta cilíndrica y de forma de espátula curvada de modelar.

La tinta. Debe ser intensa, fluída, no dura ni pesada. Puede añadírsele al prepararla un poco de aceite de linaza crudo.

Saquito de arena. Se utiliza para apoyar en él la plancha y poder girarla con comodidad.

Tórculo, plancha de metal o de plexiglás, papel, tarlatana y entenalla. La tarlatana es un tejido de trama abierta, perecido a la gasa, y ligeramente encolado. La entenalla se emplea para sujetar las planchas cuantas veces sea necesario calentarlas en el curso del trabajo, para poderlas mover sin dificultad y evitar posibles quemaduras en las manos.

TÉCNICAS Y PROCEDIMIENTOS

Preparación de la plancha

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Biselado: Se trata de limar los bordes de la plancha en un ángulo de 45 grados para que no

corten el papel o las mantillas del tórculo.

Frotar con polvos no arenosos la superficie de la plancha sirve para matar el brillo, el cual

distrae y deslumbra. También se puede morder brevemente la plancha con una solución

diluida de ácido nítrico. Otra posibilidad es frotar la plancha con plastilina.

Para afilar los instrumentos: Los buriles han de estar bien afilados. Las cinco caras cortantes

deben ser rigurosamente planas, pero muy en particular las dos inferiores y la frontal. El punto

de corte crucial es la confluencia de los dos planos inferiores con la cara frontal. Hay que afilar

con regularidad la cara frontal y de cuando en cuando las dos caras y las aristas inferiores. Para

hacerlo se pone un poco de aceite en la piedra de afilar y se pasan por ella los planos de la hoja

del buril.

Dibujo preliminar: Hay que tener en cuenta que las líneas de lápiz o de plumilla apenas tienen

nada que ver con las grabadas. Se puede dibujar directamente en la plancha con un lápiz de

cera, un rotulador, tinta china o rayando ligeramente la plancha con una punta metálica. Si se

desea un dibujo fiel a un modelo, se puede transferir con un papel recubierto de blanco, un

papel encerado o con papel carbón.

Tallado: Para líneas rectas se aplica la punta del buril contra la plancha en un ángulo bastante

bajo y se empuja. Para una entalla curva hay que ir girando la plancha, que estará apoyada en

el saquito de arena, ayudándose de la otra mano. En este caso el ángulo de incidencia se

aumenta un poco.

La viruta de metal se quita con un rascador, cuidando de no rayar la plancha.

Para definir una zona uniforme de negros densos se trazan varias líneas paralelas regulares y

bien marcadas. El tono se intensifica cortándolas con otras oblicuas.

Es aconsejable tirar una prueba al término de cada una de las secciones de la plancha para

observar la evolución del trabajo. No debe dejarse que la tinta tipográfica se seque en las

líneas. Para que la prueba sirva para algo ha de sacarse en un papel similar al usado en la

tirada definitiva.

Correcciones: Las líneas finas y superficiales se borran fácilmente bruñendo, es decir aplicando

una presión firme y repetida con el bruñidor hasta que la línea se cierra por completo.

Estampación o impresión: La estampación en hueco se hace comprimiendo con una presión muy fuerte una hoja de papel totalmente humedecida y reblandecida, contra las líneas llenas de tinta de la plancha.

Preparación del papel: El papel debe estar mojado desde un par de horas antes, así nos aseguraremos de que el agua ha penetrado en su interior. Justo antes de estampar, se extrae el papel de la cubeta y se extrae el agua con un rodillo, un paño, etc. (es importante observar el papel desde distintas inclinaciones y asegurarse que no quedan “charquitos” de agua en su superficie).

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Se ajusta la presión del tórculo y se colocan las mantillas sobre el rodillo de éste.

Entintado: Se entinta la plancha con una almohadilla o con rodillo. Se puede calentar la plancha para que resulte más fácil entintarla. El exceso de tinta se elimina con una espátula.

Se frota la plancha lentamente con una almohadilla de tarlatana o algodón. Así se introduce la tinta en los surcos. Todas las líneas han de llenarse por completo. No hay que frotar fuerte para no sacar la tinta de las entallas. Con una segunda almohadilla de tarlatana se quita la tinta de la superficie pero no de los cortes, hasta limpiarla del todo.

Se puede eliminar el velo (débil película de aceite que recubre la plancha) o mantenerlo, según deseemos o no una estampa de blancos purísimos y bordes de definición máxima. Hay que cuidar que no quede ningún resto de tinta en los biseles.

Registro: para que el papel quede siempre bien centrado sobre la plancha entintada hay que marcar primero la posición correcta sobre la platina (la cama de la prensa). Se puede pegar sobre ésta una hoja en la que se han dibujado las posiciones de la plancha y el papel.

Tirada: Se coloca la plancha boca arriba entre las marcas del registro y el papel sobre la plancha, con la guía del registro para centrarlo. Para no ensuciar el papel se maneja con dos pinzas de papel o lata (entenalla) . Se cubre el papel con las mantillas. Se pone el tórculo en movimiento.

Se coge la estampa con las pinzas y se pone a secar.

Limpieza. La plancha y demás instrumentos se limpian con trementina. No se debe dejar que la tinta se seque en los surcos de la plancha. Para evitar su oxidación o corrosión se recubren de vaselina, grasa, barniz, o se envuelven en papel parafinado. Las mantillas se ponen a secar.

BIBLIOGRAFÍA WALTER CHAMBERLAIN Manual de aguafuerte y grabado. Editorial HERMAN BLUME,

Madrid, 1988

JOHN DAWSON Guía completa de grabado e impresión. Técnicas y materiales. Editorial HERMAN BLUME, Madrid, 1982

Blog “Arte y comunicación visual” Lola Petit, 2010

Blog “El maravilloso mundo del grabado”

Blog “Facultad de Bellas Artes. Técnicas de grabado” María del Mar Bernal

Web Gallery of Art, Emil Krén y Daniel Marx.

Blog “Historia y Grabado”, Ignacia Mesa

Web El Gravat Calcográfic, Pilar Lloret y Jordi i Milena Rosés