Cabo de palos fototurismo org magazine mensual num 11 marzo 2014

□ Edita: Gabinete de Prensa y Comunicación de Fototurismo.org

□ Director Editorial: Vicente Cepeda Celdrán Lugar de edición: Punta Casablanca 30370 Cabo de Palos (España)

□ ISSN: 2255-0984 □ Depósito Legal: MU 998-2012

© Fototurismo.org Printed in Spain

© Los derechos de cada colaboración corresponden a cada autor.

Fototurismo.org Magazine Mensual Año MMXIII - Número 11 - Marzo de 2014

Fotografía, cultura y sociedad

►Fototurismo.org MAGAZINE MENSUAL trata de ser un oasis para el solaz, la inteligencia y el buen gusto. La revista que más y mejor hace mención y difusión de los valores plásticos y literarios del mundo del Mar, Cabo de Palos y otros enclaves marítimos en el marco de sus raíces, historia, naturaleza, tradiciones y cultura. ►Fototurismo.org MAGAZINE MENSUAL impulsa el valor y las excelencias del mar, fomenta las oportunidades educativas y brinda unespacio privilegiado para reflexionar sobre el valor humano de la historia y las tradiciones mediterráneas a través de la literatura y las artes plásticas. Para colaborar pueden enviar sus trabajos al correo:

[email protected]

Colaboran en ésta revista: - Azucena Carmen Nicolás Sánchez - Carlo de Verona, duque de Toscana - Cristina Roda Alcantud - Domingo Pedreño y Ros - Francisco Conesa López - Javier Gómez Bueno - Jero Crespí Matas - Jesús Andrés López Bayardo - Jesús Rodríguez Rubio - José Sánchez Conesa - Juan Antonio Carreras Espallardo - Juan Antonio Pellicer Nicolás - Juan Mediano Durán - Juan Tomás Frutos - Lola Gutiérrez Sánchez - Marcelino Menéndez González - María José Valenzuela Cánovas - María Teresa Cervantes Gutiérrez - Teo Revilla Bravo y Karym Huberman - Vicente Cepeda Celdrán

Portada: Fotografía de Vicente Cepeda Celdrán, Campo del Mar Menor y monte Carmolí.

Consejo de Redacción: Caridad Maciá Heredia Blanca Benedetti Harrington Marta Sofía Cepeda Maciá Director Editorial: Vicente Cepeda Celdrán

Fototurismo.org Magazine Mensual –Nº 11-Marzo 2014 - ISSN 2255-0984 /DL MU-998-2012




Jesús Rodríguez Rubio Académico Numerario de la Real Academia de

Bellas Artes

Juan Tomás Frutos Doctor en Periodismo y

Profesor de la Universidad de Murcia

Cristina Roda Alcantud Doctora en Historia y

Profesora de la Universidad de Murcia

Domingo Pedreño y Ros Pedagogo, Profesor e

Investigador, DEA de la Universidad de Murcia.

José Sánchez Conesa Doctor en Antropología

Social y Cultural, Presidente de la Liga Rural del Campo de Cartagena

Javier Gómez Bueno Doctor en Periodismo por la Universidad de

Murcia; Profesor e Historiador



Juan Mediano Durán Escritor y Poeta

Jero Crespí Matas Lda en Criminolog

Máster en Seguridad

Carlo de Verona, duque de Toscana.

María Teresa Cervantes Gutiérrez

Escritora, Poeta y Pintora

Francisco Conesa López Ldo. en Periodismo y Médico

titular del Centro de Salud Cabezo de Torres

Juan Antonio Carreras Espallardo, Policía Local, Ldo en Periodismo y

Criminólogo, Ciencias Forenses

Marcelino Menéndez González Escritor y Presidente (H) de la Asociación de Escritores de la

Región de Murcia

Lola Gutiérrez Sánchez Escritora

Azucena Carmen Nicolás Sánchez, Profesora de

Música y escritora

Jesús Andrés López Bayardo Ldo en Historia, DEA en Historia Contemporánea Policía Local de Cartagena

María José Valenzuela Cánovas

Escritora y Poeta



Juan Antonio Pellicer Escritor, Poeta, Fotógrafo

Teo Revilla Bravo Poeta, Pintor y Escritor

Karyn Huberman R. Fotógrafa, Escritora y

Pintora

Vicente Cepeda Celdrán Ldo en Periodismo, DEA en Documentación, Profesor de la Universidad a Distancia de Madrid

© Los derechos de autor corresponden al de cada colaboración, así como la responsabilidad sobre sus opiniones.

ISSN: 2255-0984Depósito Legal: MU 998-2012

©: Fototurismo.org - Printed in Spain



ISSN: 2255-0984 Depósito Legal: MU 998-2012

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© Los derechos de autor corresponden al de cada colaboración, así como la responsabilidad sobre sus opiniones.

Vicente Cepeda Celdrán Director editorial

Marta Sofía Cepeda Maciá Consejo editorial

Caridad Maciá Heredia Consejo editorial

Blanca Benedetti Harrington Consejo editorial

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Revista “Fototurismo.org Magazine Mensual” Número 11, Marzo de 2014 ISSN 2255-0984 /Depósito Legal MU-998-2012

◘ Palabra de Descartes (Editorial). Por Vicente Cepeda Celdrán Pág. 05

◘ Cartagena: gentes, hechos y fechas.- Un ejemplo de propaganda comercial: el logotipo de la casa “Nicolás Biale”. Por Jesús Rodríguez Rubio Pág. 10

◘ Próxima conferencia: La Arqueología Submarina en Cartagena. Seis décadas de investigación. Por Daniel Alonso Campoy. Librería Alfonso XIII Editorial Pág. 15

◘ Fototurismo.org Magazine Mensual, un lujo para la Región de Murcia. Por Vicente Cepeda Celdrán Pág. 17

◘ Cabo de Palos, flora y fauna (II). Padina Pavonica. Por Vicente Cepeda Celdrán Pág. 22

◘ Medina Siyasa: el encanto islámico en Cieza. Por Javier Gómez Bueno Pág. 24

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◘ Actitudes de superación. Por Juan Tomás Frutos Pág. 31

◘ Diálisis Renal. Por Francisco Conesa López Pág. 33

◘ La esclavitud en el siglo XVII Y EL Campo del Concejo de Murcia. Esclavos en la Casa de Pedreño de El Jimenado. Por Domingo Pedreño y Ros Pág. 36

◘ Las ermitas del monte Miral. Por José Sánchez Conesa Pág. 41

◘ Tipologías de casualidad y causalidad. Por Jesús Andrés López Bayardo Pág. 44

◘ No hay mal que por bien no venga. Por María José Valenzuela Cánovass Pág. 51

◘ ¿Dónde leemos?. Por Lola Gutiérrez Sánchez Pág. 55

◘ El pez Colorín (cuento para niños). Por Azucena Carmen Nicolás Sánchez Pág. 58

◘ Cabo de Palos. Un Faro muy bien alimentado(misceláneas). Por Vicente Cepeda Celdrán Pág. 61

◘ De la celotipía a una obsesión mortal. Por Jero Crespí Matas Pág. 63

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◘ Como un silencio único de luna (poema). Por María Teresa Cervantes Pág. 65

◘ Embrujo (poema). Por Juan Tomás Frutos Pág. 66

◘ Maravilloso y único en los confines del Yo (poema). Por Juan Antonio Pellicer Nicolás Pág. 67

◘ Entre las sombras, la luz (poema). Por Marcelino Menéndez González Pág. 69

◘ Cabo de Palos. Versos en el Paseo de La Barra (III). Arturo Pérez Reverte Por Vicente Cepeda Celdrán Pág. 70

◘ “Cien verdades y una mentira” preámbulo del libro y noticia de su reciente conversión digital. Redacción Pág. 71

◘ La gobernanza del medio marino. Redacción Pág. 73

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Palabra de Descartes.- Por Vicente Cepeda Celdrán

ueridos lectores, distinguidos colaboradores, un número más de Fototurismo.org Magazine

Mensual preludia cuando, apenas unos días atrás comenzábamos el anterior, el anterior,....el que acabamos de concluir y así sucesivamente sin solución de continuidad, divididos en diferentes frentes, enfrascados en estos y otros temas que también debemos atender. Esa es la realidad común de quienes nos tratamos y acompañamos en esta revista, ocupados continuamente en la gimnasia que nos ejercita para pensar, enseñar, aprender y administrar un bien tan preciado como es el tiempo.

Aunque siguiendo a los estoicos, si va-loramos las cosas importantes y esen-ciales, si lo que deseamos y depende de nosotros lo reconducimos de una for-ma calmada y temperada por la razón, sin dejarnos arrastrar por los impulsos, las prisas o el buen o mal humor de los acontecimientos diarios, veremos cómo nuestro tiempo se alarga y da para mu-cho más de lo que habíamos imagina-do. Al final, la máxima victoria es la que se gana sobre uno mismo, y en lo que uno mismo creía dominado en-

cuentra que no todo está dicho, y que no todo lo dicho está bien. Existen co-sas muy diferentes a cómo las imaginá-bamos, y también muchas confusiones como aquella que parafraseaba PuYi ante su maestro inglés diciendo: tú piensas, que yo pienso, que tú piensas...y sobre esas entelequias se construyen a veces auténticos muros. Murallas que hay que derribar y para hacerlo a veces tan solo son necesarias unas palabras, un contacto respetuoso y sincero, una auténtica aproximación.

Los filósofos y estudiosos del pasado decían: nunca consideres el estudio como una obligación, sino como una oportuni-dad para penetrar en el sorprendente y

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maravilloso mundo del saber, una obser-vación tan acertada como que todos hoy tenemos, por el simple hecho de haber sido estudiantes primero y ense-ñantes después, un compromiso con nuestros contemporáneos que excede con mucho otro tipo de consideracio-nes, circunscritas a ámbitos o intereses más particulares y restringidos. Pues si algo hay que me parezca poco discul-pable en esa vida que se da a los demás es el cálculo personal excesivamente interesado en los esfuerzos que se reali-zan; los pretextos que dan la espalda a la grandeza que encierra escribir y hacer arte para los demás, porque el utilitarista normalmente decide que todo cuanto hace deben tener una re-percusión inmediata, tangible, efectiva y favorable. Mide en erróneos y equí-vocos índices de impacto, escudriña a

niveles insospechados la vida de los demás y para hacerlo usa su particular calidoscopio, donde cualquier avance ajeno le supone un paso atrás y como cualquier vacío literario se le antoja la expresión concreta de una injusticia manifiesta, sin reparar en el hecho de que así resulta imposible progresar ade-cuadamente en la aventura del cono-cimiento, y que procurando sólo su propia trascendencia se dificulta la tra-vesía.

El utilitarismo de búsqueda especiali-zada escrita en esos percentiles que los universitarios conocemos es a veces de una artificialidad completa, de una in-moralidad absoluta porque poco o na-da valen cuando el progreso se mide al miligramo en la balanza existencial, sa-crificando a los mínimos en los máxi-

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mos y sometiéndolo todo a un minu-cioso sesgo, cuando la realidad de la vida que conocemos se abre a lo con-trario.

La perspectiva correcta es no olvidar que nos hallamos embarcados en la apasionante aventura del conocimien-to, del progreso, cualquiera que sea la ciencia que cada cual cultive en su res-pectivo campo del saber y el nivel al que sea capaz de hacerlo. Hace unos días pedía a un pequeño grupo de es-tudiantes universitarios asistentes a la presentación de la Revista, algunos de ellos apasionados por el arte, otros por la Historia, que empezaran a escribir y no dejaran de hacerlo; me respondie-ron con ilusión por sus estudios y dije-ron que lo intentarían...desconozco si calculando su tiempo y aquello del cos-te beneficio....pero olvidé decirles que escribiendo se aprende, que pensando, analizando y escribiendo se harán exac-tos. Grande es la ilusión de quien estu-dia, todavía mayor a unas edades y cir-cunstancias donde aprender cosas grandes creemos que nos desviará de nuestra obligación diaria de producir también cosas pequeñas, que nos resta-rá tiempo. Después descubrimos que las cosas pequeñas nutren lo grande, y que si amplia era nuestra ilusión mas espaciosa era nuestra ignorancia, por-que el conocimiento, cuanto más com-pleto resulta, menos espacio deja para aquella ilusión en la parte que resultaba ingenua, cediendo el paso, muy lenta-mente, a la verdadera erudición.

Ante estos y otros muchos vaivenes vuestra revista sigue dando avante hacia la sociedad del conocimiento, hacia eso

que la Comisión Europea dicta que ha de satisfacer cuatro características esen-ciales: investigar y como resultado in-mediato producir conocimiento; transmitirlo a través de la educación y la formación; difundirlo gracias a las modernas técnicas de información y comunicación; y en todo el proceso acelerar la innovación.

Investigar-conocer-difundir lo que se conoce se hace una fórmula esencial, el hilo que siguen los profesores e investi-gadores que aquí publican, secuencia obligada para todos los que se conside-ran parte de la sociedad, para todos los que saben aprovechar o quieren apro-vechar la oportunidad que en este sen-tido se les brinda. Recuerden: tú pien-sas, que yo pienso, que tú piensas... de-masiado complicado ante tantas ten-dencias, direcciones, probabilidades y posibilidades. Por si esto fuera poco, he de recordar que una cosa son los datos y otra la información, es decir, por un lado están los datos y por el otro la se-mántica que los datos conlleva,...que siendo generosos llamaremos la infor-mación. Información que cada cual en-tiende a su modo según sea la codifica-ción del lenguaje, representación, pro-cesamiento y significado conjunto, de lo que finalmente recordaremos sólo una mínima parte.

¿Demasiado enrevesado? pensemos ahora en la más pura y simple relación de comunicación, en aquella fórmula del emisor-receptor con una flechita que une a ambos...pues si ésta se rompe por cualquiera de los sentidos la comu-nicación no existe, esto quiere decir, que por ejemplo un problema muy

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complejo de determinado grupo que actúa mal o cuyo comportamiento no entendemos puede ser resultado, sim-plemente, de no haber conectado efi-cazmente la humilde pero indispensa-ble relación de E-R.

Pongo otro ejemplo, ahora visual, nuestros ojos sólo pueden recibir los estímulos visuales que entren por una ventana de entre 400 y 700 nanome-tros,....y sólo esto es lo que podemos ver....aunque naturalmente existen otras muchas regiones espectrales y otras muchas otras cosas en el universo, ante las que yo me pregunto: ¿Somos realmente tan capaces como nos supo-nemos? ¿Creen de veras que podemos comprender todas las cosas y que las percibimos correctamente?

En este número nuestro nuevo colabo-rador don Jesús Andrés López Bayardo, al que damos la bienvenida, habla de casualidad y causalidad ante el objeto de su estudio, reconociendo cuantas cosas suelen quedar dentro y fuera de nuestro alcance. La ciencia en sentido pasivo es, Jesús lo sabe, un conjunto de conocimientos ya contrastados y pre-suntamente ciertos, un almacenamien-to donde a veces penetramos para que-dar asombrados ante lo que se dice y lo que en realidad fue, porque, suele ocu-rrir, una cosa es la historia real y otra la que después se ha contado, la que se conoce; rota una y otra vez gracias al flujo de personas como Javier Bueno, quien mes a mes, de modo sistemático y asomado a ese enorme espacio abierto al mundo que llama desde mi balcón, es capaz de generar conocimientos nuevos sobre una actividad que se realiza cons-

tante y rutinariamente a través de un método, de un procedimiento que su-pera el valor del almacenamiento y que además ofrece eso que llaman el valor añadido, el valor añadido de su óptica, de su razonamiento, de su discurso, de su interpretación luminosa y clara.

En este sentido Javi, Jesús, Paco y tan-tos otros se me antojan en el papel que antes asumieron Bacon o Descartes en la combinación de lo inductivo y lo sintético, porque por sus métodos con-cluye en algo que podemos leer y dis-frutar; no tanto por la ocasión del gran hallazgo, que como tal tantos buscan plantear en esas publicaciones científi-cas en lucha por su nivel de impacto de las que más arriba contaba, sino porque nos descubren que lo más excelso es des-cubrir aquello por lo que todo lo demás puede ser descubierto con facilidad, sen-tencia que no es mía sino del bueno de Descartes, según lo escribió en 1628 para sus Reglas para la Dirección del Es-píritu, que se publicaron póstumamen-te y en las que también escribió: “(...)

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entiendo por método reglas ciertas y fáci-les, mediante las cuales el que las observe exactamente no tomará nunca nada falso por verdadero, y no empleando inútil-mente ningún esfuerzo de la mente, sino aumentando siempre gradualmente su ciencia, llegará al conocimiento verdade-ro de todo aquello de que es capaz”.

Aquí concluyo porque no creo que exista un espíritu más claro,...ni una verdad tan remota que no quepa llegar a ella, ni tan oculta que no se la pueda descubrir. Palabra de Descartes.

□ Vicente Cepeda Celdrán Capitán de la Armada. Ldo. en Periodismo, DEA en Biblioteconomía y Documentación y Docto-rando por la Universidad de Murcia, Profesor de la Universidad a Distancia de Madrid. Presidente Fundador del Círculo de Historia y Cultura de la Región de Murcia.

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CARTAGENA: GENTES, HECHOS Y FECHAS.-

Un ejemplo de propaganda comercial: el logotipo de la casa “Nicolás Biale”.- Por Jesús Rodríguez Rubio

ntre los trabajos que tengo abiertos desde hace muchos años. y que espero alguna vez

terminar, se encuentra el estudio de los logotipos comerciales en Cartagena. La gran cantidad de datos sobre el tema ha ido prolongando este estudio.

Detrás de cada logotipo hay una histo-ria. Algunas de fácil interpretación y otras que muestran una gran dificultad para su desarrollo y posibilidad de des-entrañar su historia. Durante siglos han ido apareciendo gran cantidad de estos logotipos que van desde cabeceras de periódicos, a marcas de farmacias, compañías teatrales, etc., en definitiva comercio de toda clase de nuestra Ciu-dad.

El siglo XIX, es sin duda el siglo de oro de los logotipos, su cantidad es impre-sionante. El haber desaparecido los creadores de los mismos que intenta-

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ron, la mayoría de las veces con éxito, interpretar los deseos de los patrocina-dores hacen que esta labor sea muy di-fícil.

Uno de los logotipos más representati-vos es, sin duda, el de los Biale. Esta empresa propiedad de Nicolás Biale, realizaba fundamentalmente el comer-cio por mar entre las plazas de Orán, Cartagena, Marsella y Nápoles.

La actividad comercial más importante de la familia Biale se realizó desde me-diados del siglo XVIII, llegando a su punto álgido en las primeras décadas del XIX.

Procedentes de Celle, obispado de Sa-bona en el ducado de Génova, llegaron a Cartagena Francisco Pascual Biale y su es-posa María Gertrudis Baro a finales del siglo XVIII. Sus hijos, Ma-nuel y Nicolás, se de-dicaron al comercio en diversas partes de España.

Crearon a tal fin una ruta comercial marítima apoyados por los más impor-tantes capitanes de la Marina Mercante del momento como Scotto, Tiscarnia y Puyol. Como referencia apuntaremos que en el año 1842, fecha de la muerte de Manuel Biale sus beneficios en el comercio marítimo alcanzó la nada despreciable suma de 305.746 reales de vellón. A su muerte, por ser soltero, dejo su inmensa fortuna a Gertrudis y Librada Biale Valarino hijas de su her-mano Nicolás. Eran estas para Nicolás como hijas y las había mimado siempre haciéndoles valiosos regalos en vida.

Importó de Italia gran cantidad de obras de arte, especialmente cuadros de los mejores pintores italianos, que les regalaba en los principales aconteci-mientos familiares.

Entre las grandes aportaciones de los hermanos Biale a la causa nacional es-pañola, cosa nunca lo suficientemente agradecida y muy poco investigada por los historiadores, encontramos su ayu-da desinteresada con carbón, leña y aceite a las tropas que luchaban contra los franceses en la Guerra de la Inde-pendencia. La ciudad de Cartagena de-bería de alguna forma agradecer lo mu-cho que hicieron por “la causa nacio-nal” y en particular por nuestra ciudad dedicándoles una calle. Sus posesiones

fueron lugar de refu-gio para los cartage-neros perseguidos por los franceses. Les dieron sustento y

apoyo económico para que pudieran huir.

Nicolás Biale escogió como logotipo de su empresa un grabado realizado en Marsella, ciudad en donde tenía im-portantes negocios. La idea original del mismo fue un dibujo realizado por el mismo Nicolás y que fue confiada su realización a la Litografía Griolet, si-tuada en el número 24 de la calle Pará-dis de Marsella.

Es una vista del puerto de Cartagena que pone en primer término la isla de Escombreras. La Ciudad aparece en el fondo mostrando su característica fiso-nomía que la distingue de cualquier otra. En un primer plano encontramos

Este logotipo ha sido infinidad de veces reproducido en publicaciones sobre historia de Cartagena, pero nunca suficientemente explicado.

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una de las embarcaciones propiedad de Biale. En la parte central superior y presidiendo el logotipo aparece el sím-bolo tradicional del comercio: el cadu-ceo griego.

Todo ello rodeado por una recargada orla muy al estilo del gusto del siglo XIX.

Diferentes historiadores han discutido sobre si el islote que aparece en primer término con una cruz es o no la isla de Escombreras. El propio Biale lo dejaba bien claro en su correspondencia per-sonal, su dibujo quería hacer referencia a dicha isla. No es la famosa “losa” que se encuentra en la entrada de nuestro puerto. Intencionadamente puso la Cruz sobre ella.

En la costa de levante del puerto de Cartagena, se situaban los denomina-dos “muelles comerciales de Santa Lu-cia” por su cercanía a este barrio. Im-portantes empresas, con capital fun-damentalmente cartagenero, pusieron sus fábricas en los aledaños del mismo. Eran estos muelles la salida natural del mercado de plata, plomo, esparto, car-bones, etc. de la comarca.

Destacaremos los más importantes:

- Muelle de Biale, que desde el siglo XVIII fue sede de una línea naviera entre los puertos de Orán, Marsella, Nápoles y Génova. Gestionado al principio por Nicolás Biale paso con los años, por política matrimonial, a los descendientes de Valarino.

- Muelle de Francisco Buergo, cedido posteriormente a Andrés Pedreño que tenía ya otra concesión denominada “Cerro de la Cruz”.

- Muelle de Rolandi que contaba con un embarcadero especial de gran calado.

- Muelle de los Sres. Herederos de Valarino, que daban salida a los productos de sus fábricas de loza y cristal. Importante y simbólica para la fabrica de cristal fue un barco bombarda denominado “Amable afortunada”. En el inventario de bienes realizado a la muerte de Librada Gattorno, esposa de Ángel Valarino, el 10 de febrero de 1841, se hacia referencia a los movimientos de dicho barco desde el 16 de marzo de 1834 hasta el 24 de abril de 1840 que zozobró en nuestro puerto con una carga de leña que traía desde Ibiza. El capitán de la misma Jaime Badino relataba los incesantes viajes realizados con productos de las fábricas de Valarino a Málaga, Cádiz, Sevilla, Argel, Alicante, Valencia, Barcelona, Marsella, Ibiza, Mallorca, etc, con detallada nota de los beneficios obtenidos en cada uno de ellos. Otras fábricas de esta familia se situaron en los alrededores de Santa Lucia. Eran fábricas de minio, de salitre, de nitro, de carbonato de sosa, etc.

- Separado del anterior por la denominada “rambla de Lavandería”, se situó desde 1875 el muelle de Ignacio Figueroa, con su fábrica.

- Existían también los muelles de Pedro y Juan Casciaro.

El movimiento comercial de estos muelles fue importantísimo llegando a ser superior a los producidos en los muelles del Estado. Esto creaba una considerable problemática para el tráfi-co marítimo comercial. Dado que al-

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gunas concesiones eran antiguas su re-cuperación por parte del Estado fue larga y costosa.

Ya en 1889, la Cámara de Comercio de la Ciudad expresaba ante el Ministro de Fomento la conveniencia de que desaparecieran las concesiones de mue-lles a particulares. Se imponía la nece-sidad de un control por parte del Esta-do del tráfico marítimo. Después de varios intentos fallidos, la Ley General de Presupuestos de 28 de junio de 1898 atacó el problema, en un intento de darle solución al asunto. Decía: “El Ministerio de Fomento podrá autorizar a la Junta de Obras del Puerto de Car-tagena para adquirir directamente los muelles y concesiones de terrenos otor-gados a particulares en dicho Puerto”.

Se especificaban que los pagos se reali-zarían con cargo a los arbitrios, sub-venciones y demás recursos del Puerto. Este largo proceso terminaría en 1975 con la caducidad de la concesión de Figueroa.

Volviendo al tema del logotipo “Nico-lás Biale”, éste describía lo que había querido expresar concretando en los cuatro factores para él eran importantí-simos: en primer lugar la Cruz caracte-rística de su acendrado cristianismo. Famosa era en la Ciudad la religiosidad de esta familia. En su casa tenia un ora-torio particular con Licencias Papales, lo que se conoce como bulas, que le daban permiso para celebrar en el la Santa Misa.

En segundo lugar aparece un buque comercial, símbolo de sus negocios, En tercer lugar aparece la ciudad de Carta-

gena centro de sus negocios y por ulti-mo el camafeo griego tradicional sím-bolo del comercio.

Este logotipo ha sido infinidad de veces reproducido en publicaciones sobre historia de Cartagena, pero nunca sufi-cientemente explicado.

Cartagena, 1 de marzo de 2014

□ Jesús Rodríguez Rubio

Académico Numerario de Bellas Artes. Director Técnico (E) de la Biblioteca Naval de Cartagena.

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“LOS JUEVES DE ALFONSO XIII” Librería-Papelería Alfonso XIII, en colaboración con la Revista Fototurismo.org Magazine Mensual

Ofrece sus selectos ciclos de Conferencias

“La Arqueología Submarina en Cartagena, seis décadas de investigación”

Cartagena ha estado desde su fundación sólidamente ligada al puerto desde su fundación y los estudios marítimos son básicos para el conocimiento de cualquier período de la Historia de la ciudad y su entorno.

Las aguas de Cartagena son un inmenso yacimiento arqueológico, como se conoce desde los siglos XVII y XVIII, siendo en 1947 cuando los buceadores de la Armada efectuaron en Cartagena la primera campaña arqueológica submarina de España.

Desde entonces las instituciones científicas y los medios técnicos han evolucionado notablemente, al nivel de que Cartagena se ha convertido en la capital española de la Arqueología Submarina. En la conferencia explicaremos el pasado, presente y futuro de los principales trabajos que se realizan, y de cuanto está atrayendo el interés de los especialistas a nivel mundial.

Daniel ALONSO CAMPOY

Librería-Papelería Alfonso XIII, 6 de MARZO de 2014 7,30 de la tarde. Libre acceso hasta completar aforo

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Fototurismo.org magazine Mensual, un lujo para la Región de Murcia.- Por Vicente Cepeda Celdrán

l martes 11 de febrero el Direc-tor General de Comunicación y Portavoz Adjunto al Gobierno

de la Comunidad Autónoma de la Re-gión de Murcia presentó oficialmente la Revista Fototurismo.org Magazine Mensual, en coincidencia con la edi-ción numero 10. El acto se celebró en la Librería-Papelería Alfonso XIII de Cartagena y al mismo acompañaron

algunos colaboradores de la Revista, alumnos de la carrera de Historia en la UNED y diferentes autoridades locales como el Jefe del Cuerpo de la Policía Local de Cartagena; a todos muchas gracias por el esfuerzo que hicieron pa-ra acudir, por concedernos el honor de su presencia y por el calor humano que dieron al acto, sabiamente dispuesto por la diseñadora Cristi Juaneda y plasmado, como decíamos más arriba, en el acogedor espacio de una librería con clase, calidad y oficio en unos tiempos difíciles para poder poner en marcha y sostener casi cualquier cosa.

Vivimos un instante en el que afortu-nadamente para todos pasó el tiempo

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de los fondos públicos dilapidados con alegría, las francachelas y las expectati-vas turbias de muchos asuntos que inti-tulaban pelotazos, sueño para algunos y vigilias para todos, porque han llegado unos tiempos recios, como decía mi ancestro santa Teresa de Cepeda para referirse a los suyos, un tiempo donde muchos que son buenos ya no tendrán oportunidad de sobresalir pero en el que seguirán ejerciendo quienes verda-deramente sienten y viven el valor de la cultura, tratando de llevarla siempre adelante y de la mejor forma posible, actuando con sinceridad y como en es-te caso en conjunción con modelos de empresa que tratan de vivir como lo intenta hacer ahora todo el mun-do...luchando, sacrificando comodida-des propias y dándolo todo con valor y la mayor honestidad. Este es el ánimo que mueve a la gente que colabora con nosotros y el de la gente con la que co-laboramos, el ánimo del que me honro

en la pequeña parte que me toca como director editorial y lo que necesitamos percibir cada vez que nos encontramos frente a personas auténticas, gente con experiencia en las cuestiones principa-les de la vida, personas que ahora se asoman a la universidad y personas también que han vivido en ella casi to-da su existencia, dando una porción de esos tropecientos años de vida que tie-nen nuestras instituciones y que son la suma de tantas almas como han senti-do que estaban haciendo algo, cada una desde su puesto, en un océano formado por un inmenso conjunto de gotas de agua, donde todas son importantes y ninguna imprescindible. Digo esto porque cada vez que se vive el cierre, la marcha o el cambio de algo como si viniera el fin del mundo, digo aquello de que los cementerios están llenos de imprescindibles, sobrecogido para mis adentros cada vez que alguien periódi-camente se ensalza y se escribe despa-

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chos de él mismo hacia sí mismo fin-giendo ser otro y adoptando la actitud de un césar...probablemente sin saber que los verdaderos césares mantenían detrás, mientras daban esa vuelta triun-fal sobre la cuadriga siendo aclamados bajo una lluvia de vítores y aplausos, a un esclavo que les elevaba sobre la ca-beza la corona de laurel y, cada cierto tiempo, les repetía al oído: ”recuerda que eres mortal”. La anécdota es real y creo que suficientemente explicativa como para entender que las personas pueden obnubilarse ante cosas vanas hasta perder el sentido, confundir y confundirse hasta límites insospecha-dos, cada vez que la envidia y la sober-bia pueden más que la razón.

Hace unos días el Director General de Comunicación decía que vamos a ser una revista útil a la Comunidad Autó-noma de la región de Murcia, útil al Turismo y útil también a la Educación porque somos una revista aventajada, esto es, una revista que se sale de lo or-

dinario porque es provechosa, digna, interesante y completa incluso en el decir, que evoca el canto a la vida y ese conocimiento enciclopédico del XIX, actualizado y modelado para una pu-blicación del siglo XX. La observación creo que es acertada, tan atinada como otras muchas que en el mismo lugar se hicieron, porque gracias a nuestros co-laboradores somos una Revista huma-nista y moderna, con un hacer y un de-cir asimismo de nuestro tiempo pero sin perder la sustancia, sin olvidar que tras cada frase debe quedar la esencia; una Revista con una fuerza y una vi-sión de admirado respeto también hacia nuestro pasado que en este ins-tante me trae a la memoria las palabras

de Blasco García: (...) siglo XIX, siglo inmortal, rey de la historia, heraldo del progreso, a cuyo nombre el corazón del hombre palpita lleno de esperanza y glo-ria”.

Existen y existirán siempre cosas a me-jorar porque somos humanos y como

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decía el filósofo nada de lo humano nos es ajeno, pero por idéntica razón somos un sitio vivo y lleno de gente que estudia y enseña, que investiga y trabaja,...que para nosotros es un lujo. Un lujo del que no apartamos a nada ni a nadie, un lujo al alcance de quie-nes quieren y tienen capacidad, un lujo para la Región de Murcia.

□ Vicente Cepeda Celdrán Capitán de la Armada. Ldo. en Periodismo, DEA en Biblioteconomía y Documentación y Docto-rando por la Universidad de Murcia, Profesor de la Universidad a Distancia de Madrid. Presidente Fundador del Círculo de Historia y Cultura de la Región de Murcia.

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Cabo de Palos, flora y fauna (II): Padina Pavonica.- Por Vicente Cepeda Celdrán

l artículo anterior sobre los vo-races y exquisitos salmonetes me conduce casi directamente a

escribir del alga que en las fotografías observaban a su lado, tan interesante o más que la especie que ocupaba la re-vista anterior: la extraordinaria Padina pavonica.

La Padina pavonica o cola de pavo es un alga de la clase Phaeophyceae muy abundante y fácil de ver en Cabo de Palos; un alga parda que se distribuye desde las islas Británicas hasta Mauri-tania y desde el Mediterráneo hasta el mar Negro, colonizando los substratos rocosos y suelos duros.

Para instalarse este alga prefiere las zo-nas del infralitoral superior, mareales e infra mareales, sumergida pero aprove-chando la luz solar, desde escasos cen-tímetros superficie hasta los 20 metros de profundidad.

Su tamaño suele rondar los cinco cen-tímetros aunque puede alcanzar los 15 centímetros de diámetro. Característi-camente presenta un talo laminar de

consistencia rígida y color blanquecino o pardo amarillento según la forma en que reciba la luz pero siempre en forma de abanico o embudo abierto, a su vez formado por varias láminas superpues-tas.

El talo está constituido por ejes polísti-cos o ramificaciones de crecimiento simultáneo que originan su forma ca-racterística, como más arriba decía en forma de abanico, embudo abierto o cola de pavo asimismo abierta en re-dondo. Aunque lo más original, como más adelante explicaré, es que su super-ficie se encuentra calcificada por sales de carbonato cálcico, junto a cilios o pelos oscuros que a su vez van forman-do filas horizontales y concéntricas. Son las únicas algas pardas calcáreas conocidas

Se reproduce en verano, por esporofito y gametofito, utilizando los órganos reproductivos que tiene situados en es-pacios llamados soros, sobre las bandas concéntricas de los pelos. Crece desde el estolón o formación más básica hasta sucesivas agrupaciones mucho más grandes y complejas. En todos los casos su belleza es admirable, aunque más admirables son aún sus propiedades, como a continuación explicaré.

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La Padina pavonica es un alga de sor-prendentes propiedades cuando se des-tina a fines dermatológicos. Aplicada de forma local actúa como precursor natural de la elastina humana e incen-tiva de forma cuasi milagrosa la pro-ducción del colágeno también en humanos, en otras palabras, mejora la calidad, el tono y la elasticidad de la piel.

La farmacia, la parafarmacia y en gene-ral toda la etnobotánica lo resume ex-poniendo que mantiene saludable y re-juvenece la piel, al nivel de haber sido considerada elixir de la juventud. Ya lo ven, un alga bella y extraordinaria, co-mo lo es Cabo de Palos.

□ Vicente Cepeda Celdrán

Fototurismo.org - asesor. Profesor de la Univer-sidad a Distancia de Madrid.

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Medina Siyasa1: el encanto is-lámico en Cieza. Por Javier Gómez Bueno

a ciudad perdida durante 500 años, fue la puerta de entrada de la meseta a la Cora de Tudmir

y, de ella, al legendario Valle de Ricote.

Enclavada en un risco poco accesible al lado de la emblemática Atalaya ciezana, donde se celebra la romería en honor a la Virgen del Buen Suceso, la patrona 1 Fotografías facilitadas por Don Joaquín Salmerón Juan; Director del Museo de Siyasa, erudito del arte y gran conocedor de la historia de Cieza, en la tam-bién experta opinión del Dr. Javier Gómez B.

del municipio. Fue hasta la época mu-déjar del Reino de Murcia la joya islá-mica de mayor esplendor de la zona.

La existencia de una Medina islámica en el Monte del Castillo era conocida por todos, pero fue el azar el que quiso que fuera descubierta por unos niños cuando encontraron unos fragmentos de cerámica en 1980. Se comenzó a ex-

cavar en 1981, sucediéndose las cam-pañas hasta 1988.

Dejando volar la imaginación podemos vislumbrar un enclave paradisíaco. A la vera del romano río Thader, actual Se-gura, en lo alto de la montaña, se en-contraba la Medina. Jalonada en su

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descenso de pinares mediterráneos has-ta llegar a la vega, donde los ingenios árabes inundaban de agua y vida los frutales y la huerta; uno de los motores económicos de la comarca, y donde ca-da primavera asistimos al majestuoso frenesí floral de los frutos traídos de Oriente por nuestros antepasados.

Cieza ha estado habitada desde el Pa-leolítico. Existen más de un centenar de yacimientos de diversas épocas y culturas. Pinturas rupestres en El Ba-rranco de los Grajos y en Almadenes, y asentamientos ocupados, sin cesar, a lo largo de la historia, como en Bolvax.

Allí, a un par de kilómetros de la Me-dina, en la otra margen del río, se en-cuentra la milenaria Segisa. La ciudad fue fundada por los iberos y colonizada con posterioridad por romanos y visi-godos. El toponímico, de origen celta (Seg significa Victoria), con el transcu-rrir de los siglos y las civilizaciones de-rivó en Siyasa (pronunciado Siasa en árabe coloquial), después, con la caste-llanización, en Cieça, para llegar a la época moderna como Cieza.

Nos adentramos, por tanto, en un re-corrido histórico donde encontramos una amalgama, un crisol de razas y cul-turas que habitaron la denominada Perla del Segura. Hombres del Paleolí-tico; del Neolítico; íberos; romanos; visigodos; árabes y castellanos dejaron sus huellas, indelebles, en un enclave único y privilegiado. Un enclave que, por su historia y belleza, merece un mayor reconocimiento del que posee.

La Medina

“El asentamiento, que alcanzó su ma-yor apogeo durante los siglos XI y XIII, estaba compuesto por una alcazaba que ejercía la función de fortaleza, una me-dina o caserío, compuesto por unas 780 casas de las que se han desenterra-do 19 y una muralla, de unos tres ki-lómetros, que rodeaba todo el poblado. El yacimiento en su conjunto ocupa una extensión de diez hectáreas”, ase-gura Joaquín Salmerón, director del Museo de Siyasa y erudito de la histo-ria de Cieza.

La alcazaba estaba compuesta por dos recintos: el superior donde se encon-traba una torre cuadrada y el inferior, posiblemente un albacar de dimensio-nes más amplias que el anterior. En és-te, las defensas de mampostería se

Cortesía de D. José Antonio Hellín Martínez

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adaptaban al terreno aprovechando las irregularidades escarpadas de la zona. La alcazaba se encontraba regida por una autoridad y un grueso de soldados de carácter permanente. Era en este re-cinto donde se refugiaban los habitan-tes de la zona en caso de ataques, ya que las alquerías de los alrededores habían sido abandonadas por su difícil defensa en el siglo XI.

Se eligió este asentamiento tan escar-pado por su difícil acceso y fácil defen-sa en caso de asedio. En el siglo XII, el emplazamiento ya había logrado la ca-tegoría de hisn o fortificación, despla-zando a Rikut (Ricote) como capital de la comarca. Se estima que en su mo-mento culmen la habitaron alrededor de 4000 personas de diversa índole so-cial. Esto viene atestiguado en las di-mensiones de las casas descubiertas, que oscilan entre los 234 y los 29 m2 construidos. El poblado poseía las ca-racterísticas irregularidades que le son

propias a las Medinas árabes, confor-mando una impresión estructural caó-tica. Además, debido al aumento po-blacional, muchas casas fueron dividi-das para albergar a los nuevos miem-bros de la familia con lo cual se aumen-tó dicha impresión estructural.

En él también se encontraba un zoco, foco de la actividad social en las ciuda-

des islámicas, una mezquita y un ce-menterio donde los habitantes eran en-terrados de la manera tradicional islá-mica, es decir, de costado y orientados a La Meca en la misma tierra, sin ata-úd. El cementerio ha sido la zona más saqueada a lo largo del tiempo por los ladrones de tumbas, que se verían de-cepcionados ya que el Islam dicta que las personas marchen a la otra vida de la misma forma en que vinieron, sin ningún tipo de objeto de valor.

Se han documentado dos tipos de construcciones en las casas: las de tipo

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complejo y las de tipo elemental. Las primeras, de mayores dimensiones, po-seían un zaguán; un patio central, a través del que se articulaba la vida de la casa hacia el interior de la misma y al que daban todas las estancias siguiendo la función de recogimiento propia de la cultura árabe; un salón principal; otro secundario, no siempre existente; una cocina; el tinajero, para almacenar el agua; una letrina; escaleras que comu-nicaban con la planta superior y el es-tablo. Estas son las características de las casas 6 y 10 que se encuentran recons-truidas en el Museo de Siyasa. Otras diez de las casas descubiertas responden a la tipología de tipo elemental y no solían sobrepasar los 50 m2.

Las casas poseían yeserías talladas, principalmente arcos, siendo los más antiguos de estilo almohade y protona-zarí; aunque también se conservan elementos decorativos de época más antigua: prealmohade, procedentes del exterior de la zona excavada o que fue-ron reutilizados.

“El modo de vida de estos pobladores estaba basado en la agricultura propia de la zona. Aunque los restos encon-trados de ovejas también nos aporta que se dedicaban al ganado o pastoreo. Además, se ha documentado que obte-nían ingresos mediante los aranceles de paso al comercio en la ruta que unía la Cora de Tudmir con el exterior”, ase-vera el historiador ciezano Joaquín Salmerón.

El ocaso de esta magnífica civilización se produjo veinte años después de la conquista castellana. Desde 1264 a

1266 se produce la sublevación mudé-jar en el Reino de Murcia y Alfonso XIII recurre a su suegro, Jaime I de Aragón, para apaciguar el reino. Éste devuelve el reino a la Corona de Casti-lla, pero lleva a cabo una brutal repre-sión. Siyasa, junto con Lorca, pagarán las más terribles consecuencias. Al no someterse mediante un pacto, toda la población es expulsada de la Medina. En un documento notarial de finales del siglo XV en Granada aparece la mención de una persona denominada Al-Siyasí (El Ciezano), lo cual indica que uno de los puntos geográficos a los que se dirigieron los antiguos morado-res de Siyasa fue éste. Aunque la fecha (cercana a la conquista de Granada por los Reyes Católicos y la posterior con-versión forzosa de los musulmanes) in-dica que le auguraba un destino toda-vía peor que el destierro de Siyasa.

Posteriormente, a partir de 1272, Al-fonso XIII, facilita el repoblamiento con población castellana. Su presencia se halla documentada con varios grafi-tis, entre los que destacan el de un ca-ballo que se puede contemplar en el Museo de Siyasa. Finalmente, Pedro de Fajardo, en 1457, destruye el castillo debido a los enfrentamientos que aso-laban Murcia entre los bandos cristia-nos y la población se traslada al actual emplazamiento de Cieza, en la vega del río. Sin embargo, el gran peligro pro-venía de los ataques nazaríes del Reino de Granada. En el último de estos ata-ques, el 6 de abril de 1477, la villa fue incendiada, gran parte de la población asesinada y la restante marchó cautiva a Granada hasta su liberación por la to-

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ma del último reducto musulmán de la Península por parte de los Reyes Cató-licos.

El museo de Siyasa

Ubicado en el edificio del emblemático Casino de Cieza, en el casco histórico de la ciudad, el Museo de Siyasa se en-cuentra dividido en 4 niveles en su más de 1500 m2 de superficie. Fue fundado el 12 de mayo de 1999 y recibe entre 18000 y 24000 visitantes anuales. Dis-pone de guías en Braille y maquetas táctiles para los usuarios con deficiencia visual, algo único en el patrimonio mu-seístico de la Región de Murcia. En su interior se disponen recreadas las casas 6 y 10 del yacimiento. “El museo es único en toda Europa al albergar una representación a escala real de las casas con su arcos originales”, afirma el di-rector. Además, en estos arcos, era habitual la siguiente inscripción: “La felicidad y la prosperidad”, con la fina-lidad de que verdaderamente se atraje-sen para la casa estos conceptos.

También se muestran en él numerosos objetos encontrados en el yacimiento como restos de caracoles y huesos de frutales, molinos, vasijas, hebillas, ja-rras, multitud de fragmentos de cerá-mica, objetos de vidrio y amuletos que nos indican el modo de vida de sus po-bladores. Entre los amuletos destaca la Mano de Fátima, donde se pueden apreciar sus creencias espirituales y su-persticiosas, lo cual nos dice que la fé-rrea doctrina medieval religiosa no im-pidió que los creyentes siguieran con supersticiones paganas. En realidad, la Mano de Fátima es una representación

árabe muy común en el Norte de Áfri-ca, adaptada a las creencias coránicas, de un amuleto de origen babilónico.

Se expone, además, un pórtico de la casa 10 compuesto por un arco polibu-lado de hojas sobre el que se desarrolla hasta el techo un paño de sebka. Este pórtico es la pieza de decoración arqui-tectónica más monumental de la ar-quitectura almohade en Al-Ándalus después de La Giralda y Los Reales Al-cázares de Sevilla.

Finalmente, posee espacios dedicados a la Paleontología y Arqueología preis-lámica en el cual se puede disfrutar de la Prehistoria, de la Cultura Ibérica, de la Romanización y de la Época Visigo-da de Cieza. Un recorrido fascinante por la milenaria historia ciezana.

Las iniciativas del Museo de Siyasa no cesan y mensualmente acoge exposi-ciones de gran interés cultural. Ac-tualmente y hasta el 2 de marzo, se ofrece al visitante una exposición de 176 periódicos (El Sol, La Voz, El País, Crónica o La Verdad entre los más des-tacados) en los que se refleja la dilatada historia de Cieza y de España en los últimos 150 años, recogiendo los mo-mentos más importantes de la historia hispana como la proclamación de la II República, la muerte de Franco y nu-merosos acontecimientos del mundo del espectáculo y de la crónica negra.

A modo de conclusión

El yacimiento arqueológico de Medina Siyasa es uno de los más importantes de Europa, y único por su recreación

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museística a escala real y con las estruc-turas arquitectónicas originales, algo que le otorga un indudable valor aña-dido. Con él se puede documentar el modo de vida de sus antiguos morado-res y ofrece una visión excepcional para reconstruir el periodo medieval islámi-co en la Península desde los XI al XIII.

En Siyasa floreció una próspera urbe árabe, trágicamente fenecida, que ba-saba su existencia en la agricultura, la ganadería y el comercio. Conocer nues-tra historia, además de suponer un pla-cer artístico, erudito y espiritual, es co-nocernos a nosotros mismos. Como ya hemos mencionado en artículos ante-riores, debemos ser capaces de apreciar y deleitarnos con nuestro majestuoso patrimonio histórico. En nuestra Re-gión, y en España, poseemos un am-plio patrimonio en relación con otros países que carecen de las huellas deja-das en el tiempo por las civilizaciones

que han habitado esta tierra a lo largo de milenios: nuestros propios antepa-sados

Podemos relajarnos y disfrutar de unos días en Cieza. Pasear por su casco his-tórico, por el Paseo Ribereño a la vera del Segura, visitar el Museo de Siyasa y aprovechar para hacer escapadas. Entre ellas destacan la del poblado árabe; la del Barranco de los Grajos y Almade-nes con su majestuoso cañón horadado por el río, visitando las cuevas prehistó-ricas y las pinturas rupestres; y el yaci-miento íbero-romano de Bolvax, al mismo tiempo que se practica sende-rismo en estas excursiones. Todo ello al amparo de un paisaje único donde se mezclan, cadenciosamente, la vegeta-ción mediterránea (pinares, olivos y frutales), con la historia milenaria de nuestra Región. Un remanso de paz y erudición histórica, porque lo que nos rodea, nuestro patrimonio histórico, es

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maravilloso. En ocasiones buscamos maravillas fuera de nuestras fronteras sin percatarnos de que están ante nues-tros ojos.

□ Javier Gómez. Bueno

Doctor en Periodismo por la Universidad de Murcia. Profesor de Geografía e Historia.

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Actitudes de superación.- Por Juan Tomás Frutos

e encanta ver las muestras efusivas de felicidad. El ser humano, a menudo metido

en innecesarios problemas, es capaz, de vez en cuando, de escapar de la desidia, del hastío y de la torpeza, para mostrar lo mejor de sí mismo. La dicha, que llega a cuentagotas, nos oferta ocasio-nes para vivir mo-mentos de tránsito dichoso: sin duda, los aprovechamos con interesantes y suaves muestras de cariño, con guiños, con saltos, con imágenes de profunda amistad, de amores hermosos. Son una lección vital: es lo que anhelo mostrar en esta ocasión.

No sé si el tiempo, si la meteorología, si la posibilidad de salir a la calle ayuda, o si contribuyen en positivo los calores con sus planteamientos indelebles. Lo cierto es que, a veces, los astros se con-jugan y los verbos que aparecen son maravillosos. Nos planteamos, en al-

gunas oportunidades, que la vida es be-lla, que lo es en lo sencillo, y sencilla-mente la palpamos en esa intrahistoria que no tiene nombres de brillo y sí si-tuaciones de auténtica heroicidad. Lo cotidiano, con dosis de entusiasmo, hace la existencia más justificada y ex-plicada. Al final, y al principio, lo ni-mio es, si se basa en la franqueza, lo que nos arregla el corazón y nos expe-rimenta en equilibrio.

En los momentos, más o menos efíme-ros, en los que vemos la belleza de un abrazo, de unos besos, de unas lágrimas por compartir la felicidad de un instante también breve, en esos momentos o

etapas nos decimos sentirnos orgullosos, porque lo estamos, del ser humano, de una raza que no siempre es capaz de sacar lo mejor de sí misma, pero que tiene gestos claramente deli-ciosos. Son los casos que referimos aquí. Si hacemos balance, entiendo que hay más bueno que malo, y así lo de-bemos sostener buscando dinámicas de

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progreso social desde el respeto indivi-dual.

Cada jornada nos brinda oportunida-des de existir, de resistir a lo negativo y de imponernos ciclos de avances senci-llos y plácidos, colmados de jovialidad y de estilos genuinos. El ser humano vive de la pureza de relacionarse con sus conciudadanos, que, asimismo, cuentan entre sí (deben). Somos refe-rencias de ilusión.

Los encantos de cada segundo suman futuro. Éste viene de la maravilla de entender que la historia la hacemos disponiendo lo más lindo. Hagamos, por favor, que las escenas que se suce-den se expriman en el mejor de los sen-tidos para aprender y para compartir. Desarrollemos los cimientos sociales, económicos, culturales... Comparta-mos con gratitud nuestros destinos de-licadamente insuperables.

Me deleito perennemente con esas acti-tudes de alegría, de jovialidad, que, a su vez, compartimos con los convecinos, incluso con gentes a las que no cono-cemos, y con las que no tenemos trato, pero que vemos, en la inmensidad del océano, como hermanos de una reali-dad que necesita, en determinados tre-chos, de un cierto descanso. El ingenio que fraguamos, en algunas oportuni-dades, lo gestamos también en las de-mostraciones de una entrega que, por no poner condiciones, nos regala pa-sión y entusiasmo por haber estado ahí, a una hora determinada, sin darle más vueltas, porque sí. Esos instantes, sin duda, valen todo. Frente a lo que dicen algunos, entiendo que somos capaces

de lo mejor partiendo de una carga de franqueza y optimismo. Superaremos la crisis con estas posturas.

□ Juan Tomás Frutos

Profesor Doctor en Periodismo de la Universidad de Murcia y Escritor.

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Diálisis Renal.- Por Francisco Conesa López

l 9 de marzo es el Día de la en-fermedad renal en España. El presente artículo es una llamada

de atención para concienciar a la po-blación sobre la problemática de esta enfermedad y también de la necesidad de la donación altruista de órganos.

Los riñones sanos eliminan de forma continua sustancias tóxicas, sales y otros elementos que son dañinos para el organismo. Disueltas en el agua con-tenida en el cuerpo, estas sustancias son excretadas en forma de orina. Cuando por enfermedad o trauma los dos riño-

nes dejan de cumplir esta función, se hace necesario reemplazar la función de los riñones mediante un proceso artifi-cial llamado diálisis, palabra que signi-fica depuración, en la que se saca la sangre del paciente, se limpia en una máquina destinada para este propósito para devolverla después al torrente san-guíneo. Los pacientes son sometidos a un programa de diálisis, que finaliza cuando se procede a un trasplante re-nal. Hasta que no se encuentre un ri-ñón idóneo, el paciente debe seguir el tratamiento, que puede realizarse sin excesivas complicaciones durante un periodo de tiempo prácticamente ilimi-tado.

¿Cuáles son las patologías que pueden conducir a una insuficiencia renal?

Las patologías que pueden conducir a una insuficiencia renal son múltiples, desde patologías agudas a crónicas que llevan a una insuficiencia renal crónica como son la glomerulonefritis, las en-fermedades quísticas renales, las infec-ciones urinarias de repetición, las litia-sis, la patología vascular y otras.

¿Y los síntomas incipientes que nos hagan sospechar que estamos ante una I. R.?

La insuficiencia renal no da síntomas hasta que la enfermedad está avanzada,

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pero hay algunos síntomas que nos pueden hacer sospechar que nos encon-tramos ante una I.R., como son la anemia, la astenia, la nicturia (pérdida de orina por la noche), los edemas o la hipertensión arterial.

¿Qué dieta deben llevar los pacientes?

La dieta que deben llevar los pacientes varía según el estadío de la enfermedad renal crónica, en los casos avanzados han de ser muy estrictos con los ali-mentos de alto contenido en potasio, vigilar la ingesta de fósforo, limitar el consumo de proteínas y controlar la ingesta de líquidos. Es un tratamiento individualizado según la patología y características de cada paciente.

¿Cómo cambia la vida de un paciente en hemodiálisis?

La vida de un paciente medio en hemodiálisis cambia bastante porque la mayoría se dializan 3 veces a la semana durante 4 horas cada vez, lo que supone un cambio importante para adaptar su actividad cotidiana a este tratamiento. Otros pacientes se dializan menos tiempo, pero 6 días a la semana, que es la hemodiálisis diaria. Se intenta en los pacientes que trabajan o estudian adecuar los turnos de diálisis para que su actividad normal se vea lo menos afectada posible. La diálisis peri-toneal, al realizarse en casa por el propio paciente, crea bastantes menos interferencias en la vida de cada uno. La diálisis supone un cambio en la vida de las personas por lo que se debe abordar desde un punto de vista multidisciplinar ofreciendo apoyo

psicológico tanto al paciente como a su familia.

¿Cuándo está indicada la diálisis peri-toneal?

Las indicaciones de la diálisis perito-neal son en general las mismas que la hemodiálisis; el paciente tras ser infor-mado elige que tratamiento prefiere seguir, siempre que no exista una con-traindicación para la diálisis peritonea, como puede ser la cirugía previa ab-dominal, la presencia de divertículos intestinales y la enfermedad pulmonar severa entre otras.

¿Cuáles son las complicaciones más frecuentes en el paciente dializado?

Las complicaciones más frecuentes en el paciente dializado son: la anemia, las alteraciones del metabolismo mineral-

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óseo, el acceso vascular en los pacientes en hemodiálisis y las peritonitis en los pacientes en diálisis peritoneal.

¿Cuándo se aconseja el trasplante re-nal?

El trasplante renal es otro tratamiento sustitutivo para la enfermedad renal crónica y se aconseja siempre que el paciente quiera y no exista una contra-indicación para poder realizarse como, por ejemplo, la patología arterioescle-rótica severa, una afectación cardiaca importante, algunos tumores, enfer-medades víricas activas… en general cualquier enfermedad o patología que pueda empeorar tras recibir un tras-plante renal.

¿Existen líneas nuevas de investigación que lleven a curar la insuficiencia re-nal?

Lo más importante en el tratamiento de la insuficiencia renal es evitar su progresión con control de los factores de riesgo como son la tensión arterial, la diabetes, la obesidad, el tabaco y el alcohol. Hay diferentes líneas de inves-tigación y avances en todos los campos de la Nefrología que seguro en años próximos nos depararán nuevas tera-pias esperanzadoras.

□ Francisco Conesa López

Licenciado en Periodismo y Médico titular del Centro de Salud Las Torres.

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La esclavitud en el siglo XVII y el Campo del Concejo de Murcia. Esclavos en la Casa de Pedreño de El Jimenado.- Por Domingo Pedreño y Ros

n los siglos XVII y XVIII la vi-da y el trabajo en casa de los más pudientes estaba organiza-

do por el empleo de personas de distin-to origen social. Así, existían en las haciendas y casas distintos tipos de tra-bajos y diferentes tipos de trabajadores.

- Arrendatarios o colonos, en fincas de labranza. - Trabajadores y empleados, contratados a sueldo. - Criados/as de la casa. - Esclavos del “amo” o señor/a de la casa.

En el presente estudio conoceremos del servicio de la Casa: Los esclavos y sus circunstancias.

Para concretarlo mejor vamos a partir de una situación conocida y concreta: el inventario de bienes a la muerte de Don Juan Pedreño y Almagro en 1685, donde, entre otros bienes deja la pro-piedad de dos esclavos:

1. Un esclavo llamado Juan Bautista, de color blanco, herrado en sus dos carrillos, de edad de dieciséis años.

2. Una esclava negra atizada, llamada Susana María, de edad de veinte y cuatro años, la cual empeño por 1.568 reales.

Para conocer el valor económico que representaría hoy esta propiedad recu-rrimos a los siguientes documentos:

De la hijuela a su hijo Juan José Pedre-ño Carrión y Mula, (A.H.P.M. Proto-colo nº 2.059, Notario: Alfonso Santi-llán, 1.685) obtenemos el valor defini-tivo de uno de ellos “un esclavo llama-do Juan Bautista, de color blanco, herrado en los carrillos, de edad de die-ciséis años”. A su hijo Juan José Pedre-ño Carrión y Mula, “como adjudica-ción por el pago de 1.500 reales”. Se anota el valor en maravedís = 51.000. En otra parte del documento dice que un (1) real son 34 maravedís. (Doc. 2) De la hijuela a su hijo Juan José Pedre-ño Carrión y Mula, mismo protocolo.

Para poder establecer el valor de los 1500 reales, tenemos el valor de tierras, donde el mismo inventario establece el valor monetario de una fanega de tierra buena en 72 reales, y de una mala, en 58 reales, por lo que tenemos un valor

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medio de: 65 reales/fanega de tierra, al final de la centuria del s. XVII. Lo que nos da el valor del esclavo, igual a 27 fanegas de tierra, lo que nos da una idea actual, del valor económico de la propiedad de un esclavo, en 1685.

Haciendo una valoración actual, en va-lor de tierras de esa época y familia, comparándola con las tierras de la misma familia en la actualidad y te-niendo en cuenta que las mismas tie-rras corresponden al mismo pueblo “El Jimenado”, a fecha de hoy se están vendiendo a precio medio de fanega rustica a 50.000 euros, tendríamos el valor de un esclavo en: 1.350.000 eu-ros.

¿Cómo se ha llegado a esta situación de heredar como bienes muebles la pro-

piedad de PERSONAS, valoradas co-mo mercancía, en dinero de curso le-gal?

1. La esclavitud en las escrituras públicas: la legalidad.

Junto a las disposiciones testamentarias y cartas de libertad, las escrituras de compra-venta están reglamentadas, en tanto que constituyen una operación mercantil más, realizándose normal-mente entre propietarios particulares. Así en las escrituras se hace referencia al nombre del propietario que lo ven-der, su cargo o profesión…., inmedia-tamente se indica el nombre del escla-vo, porque puede ser ya como cristia-no. Se menciona también la posible procedencia, origen, raza o color y

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formas de obtención del esclavo.

La mercancía debe venderse sin ningún tipo de defecto o tacha “sano de todos sus miembros”, exento de cualquier en-fermedad y libre de cualquier carga o hipoteca sobre él. (Peñafiel, R. 1992, pág. 31 y siguientes). Finalmente de señalarse en la escritura el precio esti-pulado, distinto según las circunstan-cias al respecto, haciendo constar la po-sibilidad de haber recibido ya el dinero o de hacerlo en ese preciso momento, entregándose a tal efecto la correspon-diente carta de pago. (Peñafiel, R. 1992, pág. 35)

a. Edad

El primer problema que se plantea es la edad, por la falta rigurosa de su exacti-tud, por lo que se utiliza frecuentemen-te la formula “más o menos” acompa-ñada de la edad próxima y no certera.

Problema mucho mayor es el del cono-cimiento de su procedencia, ya que se trata de una población desarraigada de sus lugares de origen, arrancada a la fuerza, por la general, de su mundo y sus costumbres, y trasladada a una nueva mentalidad y una nueva( por supuesto radicalmente distinta) manera de ver y entender las cosas.

El predominio de la edad es fundamen-tal, para valorar su precio. De este mo-do, el grueso de lo constituyen hom-bres y mujeres de 16 a 30 años, es decir una mano de obra joven y por lo tanto fuerte, en su mejor momento para ser capaz de desarrollar el trabajo a que normalmente se destina, y de suponer una inversión, a través precisamente de ese trabajo, para el capital desembolsa-

do. Alcanzando el máximo para los hombres entre los 21-25 años y las mu-jeres entre los 16-20 años. (Peñafiel, R. 1992, pág. 55)

b. Sexo

Las mujeres eran más adecuadas, por lo general, para las tareas y funciones de tipo domestico para las que solían ser adquiridas las esclavas, su mayor longe-vidad y menos propensión a la huida. Al tiempo se podía, igualmente, servir de concubina al dueño, aportando así el llamado “salario del placer” de forma que esta alegraba las noches de los amos y añadía. Al mismo tiempo, al-gunos futuros esclavos suplementarios (Bennassar, B. 1978, pág.108).

De esta forma, la compra y venta de una esclava podía llegar a suponer, también una forma para aumentar progresivamente el número de esclavos. Además en algunos casos se contaba con la posibilidad de a cambio de unas compensaciones económicas, de lograr cierta libertad para ganarse la vida. Lle-gando incluso a poder alquilarlos y vi-vir de las rentas (Torres, Rafael, 1986, pág. 98).

c. Color.

Está muy generalizada la inscripción del color, así que a veces se indica el color claro o blanco, que induce a error, al tratarse generalmente de mo-ros o berberiscos, sin olvidar que tam-bién se denominan esclavos blancos a fin de distinguirlos precisamente de los negros (Franco, Alfonso, 1979, pág. 74).

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El sello de la esclavitud viene represen-tado por marcas o expresiones de su existencia de la condición de esclavo, como los hierros “en los dos carrillos”, como sello o mercancía de esclavitud o propiedad fácilmente identificable, pa-ra que todos lo sepan así y no quede ninguna duda acerca de su condición. Y en caso de llegar a ser libre, quede señalado para siempre con el doloroso y lacerante recuerdo de sus orígenes y vida anterior.

d. Precio

Hay una amplia oscilación entre los 240 (una esclava de 35 años) reales de vellón a los 2980, (una esclava negra de 16 años) produciéndose la mayor fre-cuencia entre los 1000 y 1600, en un 47 % de los casos, y más concretamen-te un 5% de 1500. Es pues un artículo de lujo caro. Se constata también los precios más elevados en los esclavos negros, considerados un artículo de lu-jo de la época. Por tanto para la valora-ción de los precios de los esclavos in-fluirán una serie de factores a destacar, tales como el sexo, la edad, presencia física, docilidad, raza, etc. (Peñafiel, R. 1992, pág. 65)

e. Los propietarios

Encontramos así a la nobleza como la propietaria de los esclavos, situación comprensible si tenemos presente que una de las funciones del esclavo, ade-más de servir, es la de dar prestigio. Una función que podríamos llamar de-corativa, (como relata Larquie, C. 1970, pág. 67).

“Hay que tener un negro en su pala-cio… Los esclavos llenan la casa y pala-

cios, participan de las actividades coti-dianas, aseguran los trabajos más pesa-dos y las tareas más duras sirven de confidentes dóciles y complacientes”. , sí, los esclavos son, ante todo lujo ( Bennassar, B. 1978, pág.98).

La nobleza como estamento privilegia-do por excelencia, de ahí el “cursus honorum” del antiguo régimen, y una serie de indicios que puedan servir Para acreditar el grado o nivel de hidalguía; como por ejemplo la ostentación de escudos, exención de alojamientos, co-fradías nobiliarias, etc. La nobleza con-sidera la propiedad de esclavos como legítima y natural (Domínguez, A. 1973).

Dándose igualmente dentro de esta nobleza casos de libertad a alguno de sus esclavos, como ocurre con D. Ale-jandro Fontes de Albornoz, hijo de los marqueses de Torre pacheco, en 1718, al disponer la libertad inmediata de sus esclava Luisa María y da otra Ana tras-curridos cuatro años a partir de la fecha de su fallecimiento. También Doña Nicolasa María Ferro, viuda de D. Juan Bautista Ferro, al liberar a su es-clava Teresa de Jesús.

Junto a la nobleza, también se com-prueban como propietarios de esclavos los cargos, oficios y dignidades de la Murcia del momento (Hidalgo, F. 2013, pág. 242). También los miem-bros de la Iglesia como D. Luis Belluga y Vargas, Deán de la Catedral y sobri-no del Cardenal Belluga, que compra una esclava llamada Juana de la Cruz “ de buen cuerpo” y de edad de 19 años, en 1722.( Peñafiel, R. 1992, pág. 92)

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Para terminar añado que la esclavitud puede seguir existiendo, aunque no sea social sino económica, a menudo lleva-da de la mano de mafias y de unos problemas que estos días tenemos a las puertas, llevado del nuevo signo de los tiempos. Yo seguiré dándole vueltas al asunto, pero eso será ya otro día, si Dios quiere, si no, no.

□ Domingo Pedreño y Ros.

Profesor, Pedagogo, investigador histórico del ámbito local. Máster UMU en Historia Familiar. Doctorando en Didáctica de la Historia..

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Las ermitas del monte Miral- Por José Sánchez Conesa.

l sábado 8 de febrero tuvo lugar una excusión a las ermitas del monte Miral, frente al

monasterio de San Ginés de la Jara. Desde la iglesia de El Estrecho de San Ginés salieron unas 130 personas para subir al monte Miral, convocadas por la Asociación de Amigos de San Ginés, la Liga Rural del Campo de Cartagena y la Federación de Asociaciones de Vecinos de Cartagena y comarca. Estaban presentes los respectivos

presidentes de estos colectivos: Javier Lorente, José Sánchez y Leandro Sánchez. Un acto en defensa de nuestro patrimonio cultural que contó con las explicaciones del arqueólogo Pedro Huertas Sánchez.

Hoy día podemos contemplar cinco ermitas pero la tradición nos indica que llegaron a ser nueve, construidas en el siglo XVII, aunque al lado de algunas encontramos cavidades de tierra que sugieren una ocupación anterior de la zona. Sobre el topónimo del monte, Antonino González Blanco, catedrático emérito de Historia Antigua de la Universidad de Murcia, propone su origen en LARIM, a los dioses lares. Alfonso Grandal, archivero del Archivo Municipal de Cartagena, ofrece otra explicación, quizá más plausible y más simple pues procedería de mirar. Es hermosísima su vista sobre el Mar Menor.

SOS Salvemos San Ginés

Las ermitas del monte Miral son BIC y de ellas, la de más mayor dimensión es la de los Ángeles, llamada así porque la leyenda nos dice que la construyeron los ángeles del cielo para que San Ginés orara en su recinto. Su decoración pictórica interior narra otro relato legendario: la procedencia real de Ginés, sobrino del gran Carlomagno. En el exterior de la ermita, en la que se cuenta que fueron guardadas las reliquias del santo hasta su desaparición, podemos ver unas letras en su muro: AVE MARIA. Las ermitas y el monasterio forman parte de un interesante entorno histórico-

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arqueológico como señala el arqueólogo Pedro Huertas Sánchez, miembro de los Amigos de San Ginés y de la Liga Rural. No le falta razón porque muy cerca está la cueva Victoria de más de un millón de años, en el propio Miral existieron pobladores del Paleolítico Superior, unos 8000 años, un poblado ibérico en Los Nietos (siglos V-II Antes de Cristo), y de época romana tenemos la calzada de El Beal, una villa en Los Belones, otra en El Estrecho de San Ginés, una zona de explotación minera en Lo Poyo y posiblemente allí un destacamento militar. Toda esta información y la que falta por aflorar nos indica claramente que fueron muchas las culturas que por allí pasaron y que posiblemente hicieron del enclave un lugar sagrado, ligado a la trascendencia. Sobre el monasterio se ha barajado la hipótesis de una anterior iglesia visigoda y una rábida islámica, es decir, una instalación de doble uso como fortaleza militar y como monasterio. Con la conquista cristiana llegan en 1260, de la mano del infante Alfonso, rey Alfonso X el Sabio, los agustinos. A esta orden le sucederán en 1491 los franciscanos, larga presencia hasta la desamortización de Mendizábal en 1836, en que pasa a

manos privadas y comienza su lento y progresivo declive. La construcción del primer monasterio moderno data de 1591, un monasterio con torre defensiva.

El licenciado Cascales nos refiere que las ermitas adscritas al monasterio contaban con bellos cuadros, jeroglíficos pintados en

sus muros y canciones en varias lenguas.

La primera de ellas dedicada a San Pablo de Tebas, considerado el primer eremita, otras a San Hilarión, San Antonio Abad, San Jerónimo, San Juan Bautista Niño, San Onofre y San Francisco de Asís. Melchor de Huélamo, franciscano y cronista, arremete a principios del siglo XVII contra los eremitas que van por libre y pueblan las ermitas del monte Miral. Allí se encontrarían con los frailes de San Ginés que se retiraban un tiempo prudencial a los oratorios, por unos días o semanas incluso. Clérigos y autoridad eclesiástica no aprecian a estos eremitas que van por libre, ya que compiten con ellos en la obtención de limosnas de los vecinos y de quienes se acercaban por la zona.

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Dios elige la ruralía

A este entorno le han dedicado sus investigaciones Juan Torres Fontes, Alejandro Egea, Carmen Berrocal, José Antonio Zapata o Francisco Fernández Matallana. Francisco Henares, que celebró allí misas como franciscano, ha escrito una magnífica obra, ya agotada, sobre el enclave: San Ginés de la Jara. Merece la pena su reedición y en ello se empeñan quienes defienden nuestro patrimonio como los Amigos de San Ginés. Asensio Sáez nos relató los milagros del santo, muchos de ellos en favor de los moriscos, que lo tenían como algo propio. Henares, compañero de la Liga Rural y de los Congresos Etnográficos del Campo de Cartagena, presentó en el primero de ellos una comunicación harto interesante sobre la ermita desde una visión multidisciplinar, publicado en la Revista Murciana de Antropología de la Universidad de Murcia, nº 11. La ermita es punto de encuentro con la Divinidad, espacio de comunión con la Naturaleza (monte, fuente, campo), lugar alejado del espacio urbano y de lo cotidiano donde se manifiesta Dios. El terruño configura la ermita y la ermita configura el terruño y los lugareños se identifican con su ermita. En sus atrios se facilita el encuentro vecinal como escribe Paco: “(…) el atrio, a la salida del culto, se torna en periódico de noticias, y acercamiento de preocupaciones de ayuda por los demás”. Es centro privilegiado de rogativas por la sequía y las plagas, concentración de promesas o exvotos, romerías que exigen caminar juntos,

gozar y divertirse en grupo, repartir el pan, representar la Iglesia peregrina. La Divinidad escoge el campo. Henares finaliza citando a Vilá Valentí, prestigioso catedrático de Geografía: “El campo prorrumpe violentamente contra su ciudad; quizá, dicho con más exactitud, contra los gobernantes de la ciudad. Hay siempre en esta confrontación implicaciones de toda suerte, económicas, sociales, incluso estrictamente políticas”.

□ José Sánchez Conesa

Doctor en Antropología Social y Cultural; Presi-dente de la Liga Rural del Campo de Cartagena.

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Tipologías de casualidad y causalidad1.- Por Jesús Andrés López Bayardo

n estos tiempos en los que la coherencia y la responsabilidad es un hándicap, qué mejor cosa

que adecuarnos a la calidad del pensa-miento y adentrarnos en el tiempo his-tórico.

Referenciado a la tipología de la causa-lidad y la causalidad, puede ser atípico que dentro de este punto de inflexión profundice sobre este tema, pero qué mejor que el presente texto para que a través de hechos verídicos y debida-

1 Pueden encontrar las citas en el libro del mismo autor: LÓPEZ BAYARDO, Jesús Andrés. Histo-riografía de la Guardia Municipal de Cartagena. Cartagena, 2006.

mente contrastados con fuente heme-rográficas, bibliográficas, documentales y orales, podamos tener una valoración más objetiva y conocer mejor nuestra historia.

Sobre la primera referencia histórica de la Guardia Municipal de Cartagena, consta en textos históricos desde 1570, atribuidos a los Alguaciles y Caballeros de la Santa Hermandad de Cartagena.

Es en tiempos del Rey Carlos III de Borbón, cuando el día 6 de Octubre de 1768 a propuesta de Pedro Pablo Abarca de Bolea, (Conde de Aranda) aprueba la Real Cédula en Madrid de la División en 8 Cuarteles con un Al-calde de Barrio para cada Cuartel, y un Alcalde de Casa y Corte; por un perio-do de un año. Con fecha 13 de Agosto de 1769, el citado Rey mediante una Real Cédula establece los Alcaldes de Cuartel y de Barrio en todas las ciuda-des de España. Hasta la fecha la prime-ra referencia biográfica sobre los Sere-nos de Cartagena es de fecha 24 de Ju-nio de 1789, en la que según el libro de Actas Capitulares del Excmo. Ayunta-miento de Cartagena de 1789, había una Comisaría de Serenos, compuesta por el Comisario Diego Hernández y sus demás componentes: Lino García Campero, Juan García Campero, José Pérez, Antonio Pérez, Tomás Cispade-ro, Manuel Siles y Antonio Valdivieso.

Como misión tenían vigilar la impuni-dad de la noche, y encender al anoche-cer y apagar al amanecer las lámparas de aceite existentes en las calles de la ciudad.

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Durante más de 120 años el cuerpo de Serenos fue el encargado de velar por la seguridad de la noche pasando a de-nominarse Guardia Municipal noctur-na con fecha 09 de Agosto de 1911, cuando se produce el punto de in-flexión en un solo colectivo con la Guardia Municipal diurna. El decreto fue firmado por el Alcalde de la Ciu-dad Manuel Más Gilabert, realizándose al efecto un Reglamento que constaba de 136 artículos y 14 capítulos.

La citada unificación formada por unos 125 entre mandos y Guardias, estable-ció solo una Jefatura, ya que existían

dos, y reseñaba una serie de requisitos para el ingreso, derechos y deberes.

Esta estructura orgánica que desarro-llaba la unificación de Serenos, Celado-res y Guardia Municipal, son las raíces históricas de la actual Policía Local, de Cartagena.

Los comienzos de la Guardia Munici-pal de Cartagena datan de la 2ª Ins-trucción del Real Decreto de 28 de Noviembre de 1851, sobre las atribu-ciones de los Alcaldes de los Ayunta-mientos en referencia a la creación y nombramiento de los empleados Mu-nicipales encargados de la vigilancia y

seguridad de la pobla-ción.

El 10 de Septiembre de 1862 se hace referencia a la renuncia de su pla-za de Guardia Munici-pal, Federico Martínez. Con fecha de 21 de Octubre de 1862 cons-ta en el Libro de Actas Capitulares del Excmo. Ayuntamiento de Car-tagena que, había en la ciudad 16 Guardia Municipales, trabajan-do durante el alba, has-ta el anochecer, que en-traban de servicio los Serenos.

En base a los datos his-tóricos referenciados, se puede aportar la si-guiente cronología.

Con fecha 09 de Agos-to de 2014, haría cien-

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to tres años de la unificación de los Se-renos y la Guardia Municipal en un solo cuerpo, englobándose también los celadores municipales, con un total de unos 125 componentes.

El día 24 de Junio de 2014, sería cro-nológicamente 225 años de la existen-cia de la Comisaría de Serenos.

Con fecha 10 de septiembre y 21 de Octubre de 2014, haría 152 de la Guardia Municipal, y en virtud de la 2ª Instrucción del Real Decreto de 28 de noviembre de 1851, se ampliaría hasta una definitiva de 163 años.

Desde la primera referencia histórica en 1570, hasta la fecha; Caballeros de la Santa Hermandad, Serenos, Guar-dias Municipales, Policía Municipal y Policía Local, siempre han estado cuando han sido necesitados, prestado su servicio a los ciudadanos de Carta-gena, ante epidemias, guerras, catástro-fes, inundaciones, hambrunas, etc., evolucionado hasta nuestros días con una formación adecuada ante las de-mandas sociales, con un total de 444 años de historia.

Setenta y cuatro años en la oscuridad. Primera parte.

Sobre las cinco de la tarde del diez de marzo de 2010, había quedado citado en el portal de su domicilio de Plaza de España de Cartagena, con Francisco Blázquez Soriano. Mientras llegaba al lugar, me venía a la memoria las prime-ras palabras que había tenido telefónica con este señor dos días antes, ya que además de ser muy educado, no le sor-

prendió mi llamada; todo lo contrario, es como si me conociera o esperara que contactara con él. La verdad es que fue emocionante haber podido llegar a este punto de la investigación, pero esto era solamente el comienzo de esta increíble historia.

Puntualmente se abrió la puerta del edificio, y apareció un hombre delgado de 1´70 metros de estatura y de unos setenta y pocos años. Inmediatamente nos saludamos, y nos dimos la mano con la impresión de antes como si nos conociéramos, y empezamos a hablar.

Tengo que reconocer que estaba muy contento, había logrado localizar des-pués de mucho tiempo, al hijo del jefe de la Guardia Municipal de Cartagena durante la guerra civil; Francisco Bláz-quez Sánchez. No solamente era im-portante con objeto de obtener infor-mación para confeccionar la tesis doc-toral que estaba realizando; además se da la circunstancia que como agente de la Policía Local de Cartagena, me sen-tía todavía más en la obligación de co-nocer la historia de mi colectivo.

Acto seguido caminamos unos minutos hasta llegar a una cafetería, donde mientras nos tomábamos un café, co-menzamos a hablar. Aunque en la lla-mada telefónica con la que contacte con el, ya le indique someramente quien era yo, y el motivo de la misma, le volví a indicar que debido a un tra-bajo de investigación histórica con el fin de realizar el doctorado en historia contemporánea, y sin poderle decir el porque del interés, llevaba tiempo in-tentando esclarecer porque ponía en un

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libro antiguo de jefes de la guardia municipal, que estaba en el despacho de mi jefe, que el responsable que estu-vo a cargo de los guardias municipales durante casi la totalidad de la contien-da civil, fue fusilado.

Este señor me pidió que lo llamara Pa-co, y volvió a indicarme que su madre nunca dudo en la inocencia de su pa-dre, y así se lo transmitió a sus hijos, y por tal motivo su madre luchó mucho para sacarlos adelante. La verdad es que no salía del asombro ante la enteraza, sabiduría y paz que transmitía Paco. Yo no llevaba el sumario de su padre, solo llevaba una libreta para tomar notas, y le pregunte sobre qué recordaba de su padre. Paco me indicó que, tenía poco más de tres años y medio cuando detu-vieron a su padre el 30 de marzo de 1939; no obstante tenía un entrañable recuerdo, sobre todo cuando su padre lle-gaba a ca-sa a comer y lo cogía poniéndo-lo sobre sus rodi-llas. Tam-bién a pesar de tantos años, se acordaba de aquel día 30 de marzo de 1939, cuando sobre el medio día un hombre de uniforme y armado, llego a su do-micilio llevándose a su padre el cual no lo volvió a ver más.

Cuando me comunicó esto me quedé callado y ante ese silenció súbito le di un sorbo a la taza de café, mientras lo relacionaba con lo leído en el sumario de que sobre el medio día del 30 de marzo de 1939, Antonio Albaladejo Meca, cabo de la Guardia Municipal, se desplazó hacia el domicilio de Fran-cisco Blázquez Sánchez, donde en cali-dad de detenido se lo llevo hacia la cár-cel de San Antón, dejándolo ingresado sin cargo alguno. No le dije a Paco na-da sobre esto de momento y le pregun-te sobre sus hermanos, ya que en el sumario se reseñaban de la existencia de cuatro menores cuando procesaron a su padre.

Quizás iba demasiado deprisa, pero inmediatamente comenzó a relatarme los datos de sus hermanos. El era el ter-

cero, siendo el

mayor Andrés, después

María, y la menor

Ángeles. Andrés

nació en Cartagena el tres de junio de 1927; cin-co días

antes de cumplir catorce años fusilaron a su padre. Como hermano mayor no dudo en ponerse inmediatamente a trabajar para ayudar a la familia. En poco tiempo consiguió ser un eficiente trabajador de la construcción, estando

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en las obras de canalización que se rea-lizaban en los Canales del Taibilla; pe-ro en la primavera de 1949, Andrés comenzó a sentirse mal, tenía dolores y fiebres muy altas. Fue ingresado en el Hospital de Los Pinos, y durante varios meses su estado fue agravándose; ante lo irreversible de su situación, su madre y sus tíos se lo llevaron al domicilio familiar, dos días después el jueves 14 de julio de 1949, Andrés fallecía como consecuencia de una peritonitis. Para la familia fue un duro golpe, en ocho años había muerto el padre y su pri-mogénito.

Francisca desde el término de la Guerra Civil, estuvo trabajando en la fábrica de la Algodonera situada en calle 18, conocida también como Ramón y Ca-jal.

Se levantaba todos los días a las cuatro de la mañana para irse a trabajar; no obstante nunca estuvo sola, su familia y la de su marido nunca dejaron de ayu-darla en todos los malos momentos que paso en su vida. Paco recordaba perfec-tamente como su madre después de venir de trabajar en la fábrica, se iba por las tardes a limpiar casas y ayudar en tareas domésticas. Su tío Sebastián que era hermano de su madre, después de salir del penal militar por haber sido cabo de la marina republicana, estuvo siempre al cuidado de el y sus herma-nos, ayudando a su madre en todo lo que podía. Paco comenzó a trabajar de fontanero con apenas trece años, aun-que tuvo que madurar rápidamente la perdida de su hermano Andrés fue para el muy difícil de superar y durante su vida, constantemente lo recordaba y le

echaba de menos, huérfano de padre y marcados por la sociedad del momen-to, no fue fácil poder ingresar como aprendiz en la Constructora Naval, co-nocida posteriormente como Empresa Nacional Bazán. Paco consiguió una beca para estudiar dibujo técnico, lo-grando superar todos los exámenes in-gresando en la Escuela de Ingenieros de Minas, aprobando todos los cursos sin repetir y a los pocos años termino sus estudios, empezando inmediatamente a trabajar en las minas de la Unión. Numerosas veces arriesgó su vida en el interior de la mina, pero siempre tuvo la suerte de salir ileso en tres despren-dimientos y explosiones, a lo que agra-decía con una bondadosa sonrisa a su ángel de la guarda que lo referenciaba a su hermano Andrés.

Paco siguió ampliando sus conocimien-tos de ingeniería, con los que monto una empresa de construcción y servi-cios, realizando grandes obras a nivel nacional e internacional. Su hermana María, trabajo toda su vida de costure-ra hasta que se jubilo, y su otra herma-na Ángeles, se caso con un ingeniero de minas, compañero de estudios de Paco.

Miré el reloj, y eran más de las seis y media de la tarde y apenas le había comentado a Paco el sumario de su pa-dre, la verdad es que desde el primer momento que lo vi. Quería decirle las irregularidades que había en el proce-dimiento, y la línea de investigación que había llevado, pero como si lo su-piera de antemano me hablaba de su familia y me dejaba a mi criterio que le fuera informando del juicio de su pa-dre. Sobre esto le indiqué cómo había

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buscado por los archivos de Cartagena, librerías, bibliotecas y rastros, cualquier documento relacionado con su padre, pero solamente había localizado algu-nos documentos en el Archivo Muni-cipal de Cartagena, y causalmente el sumario en el Archivo Naval, que se encuentra en el Arsenal Militar de Car-tagena. Paco volvió a citarme que él tenía la certeza que su padre no había realizado ningún tipo de hecho delicti-vo, y que su madre le indicó que un tal Raja, declaró acusando a su padre fal-samente. Efectivamente en el proceso como testigo de la acusación figuraba un tal Rafael Raja Mula.

Cerca ya de las ocho de la noche, nos marchamos de la cafetería y lo acom-pañe hasta la puerta del edificio donde vive, antes de despedirnos nos facilita-mos los números de teléfonos móviles con objeto de concertar otra cita, pero esto no fue todo; con mucha naturali-dad y sin darle importancia me dijo que el no creía en la casualidad, pero si en la causalidad, y que yo había sido el elegido en sacar a la luz la verdad sobre su padre; que tendría muchos proble-mas y dificultades en todos los ámbi-tos, ya que era un tema muy sensible. Por supuesto que me quede perplejo, y solo le pude decir que yo era un simple guardia municipal, que intentaba su-perarme y me hacía mucha ilusión sa-carme el doctorado, y que efectivamen-te me habían cerrado las puertas en muchos sitios, incluido mi trabajo, pe-ro la constancia, el respeto y la honra-dez me eran innatos. No le di más im-portancia y seguí recabando datos en

relación a los implicados que figuraban en la trama.

Días más tarde comunique telefónica-mente con Paco, con objeto de volver a vernos y hablar del tema, y si era posi-ble obtener alguna información que tuviera su familia sobre su padre, como fotos, cartas, etc. Debido a mis turnos de trabajo, y aunque Paco esta retirado, es una persona muy activa, y siempre tiene cosas que hacer, por lo que, la ci-ta se demoro varios meses, en los que yo seguí analizando y leyendo una y otra vez el procedimiento.

Empezaban los primeros días de vera-no, y sobre la misma hora que la vez anterior volvimos a quedar, y la verdad que fue un encuentro maravilloso el conocer a la hermana de Paco, María. Nos desplazamos hasta su domicilio que esta cerca del Hospital Santa María del Rosell. María no cabe duda que es hermana de Paco, ya que se parecen mucho, es encantadora y sin duda una gran mujer de carácter, que dedico to-da su vida a su trabajo y familia. No llegó a casarse pero siempre estuvo ro-deada de sus sobrinos y hermanos de los que constantemente esta con ellos. María estaba con muchas ganas de oír las palabras que durante muchos años esperaba, ya que durante varios años visito al Alcalde que estaba a principio de los años noventa en Cartagena, con objeto de que sacara a la luz la causa de su padre y la verdad. Igualmente fue al Regimiento de Artillería de Cartagena exponiendo lo mismo al Coronel del arma, no recibiendo nunca ningún tipo de respuesta, y ahora como venido del cielo un desconocido estaba sentado en

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el sofá de su casa dando respuesta a los interrogantes que durante toda su vida habían estado ocultos.

He de reconocer que antes de nada fui yo el que le pedí que indagara en sus sentimientos y memoria con objeto de que me contara cosas de sus padres. María nunca llego a entender el porque odiaban tanto a su padre, y el rencor que guardaban a su familia. Ella toda-vía no lo tenía claro que en ocaso de su vida fuera tan sencillo que se supiera toda la verdad y estaba impaciente y ante ello no dudo a requerimiento de su hermano en entregarme varias fotos de sus padres.

Fue un momento no solo emocionante sino de respeto y atención, Paco y Ma-ría me miraban en silencio, mientras yo analizaba al detalle las fotos que de su madre y padre estaba viendo, pero esto no fue todo, María me dejo la cartilla militar, y dos postales que escribió su padre cuando se encontraba en la pri-sión de Murcia, días antes de ser ejecu-tado, y datos de su familia: su padre era natural de Pozo Estrecho y nació el martes 12 de septiembre de 1899, su madre era de Cartagena y nació el mar-tes 18 de marzo de 1902, contrajeron matrimonio en Cartagena el jueves 29 de abril de 1926, Andrés nació el vier-nes tres de junio de 1927, María el domingo 30 de abril de 1933, Paco el miércoles 24 de julio de 1935 y Ánge-les el domingo 12 de febrero de 1939. En la cartilla militar de su padre se in-dicaba que había ingresado de recluta el 10 de marzo de 1920, en el Regi-miento de Infantería Cartagena núme-ro 70, pasando a segunda situación de

servicio activo el 9 de marzo de 1923; como señas especiales constaba: frente deprimida, pelo castaño, cejas castañas, color de los ojos pardos, nariz mediana, boca regular, labios regulares, barbilla ancha, estatura 1´69 m, perímetro to-rácico 86. Religión cristiano practican-te.

Acto seguido saqué de la carpeta que llevaba una serie de documentos que prácticamente me los sabía de memoria y comencé a narrarle a ambos los hechos que originaron el proceso de su padre, por lo que nos remontamos a julio de 1936.

□ Jesús Andrés López Bayardo

Ldo en Historia, DEA en Historia Contemporá-nea, Policía Local de Cartagena.

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No hay mal que por bien no venga- Por María José Valenzuela Cánovas.

n algunas ocasiones el viejo re-frán español ha sido tan certero como con el naufragio del Sirio.

La terrible desgracia del hundimiento de un transatlántico frente a las costas de Cabo de Palos, se convirtió en una

bendición para muchas familias que malvivían en los alrededores, pues los víveres que contenía el barco fueron como un maná para ellos, ya que tapó su hambre durante algún tiempo.

Como es natural, en tiempos en los que en la Europa de la revolución in-dustrial, el paro y el hambre azotaba naciones enteras, y las Américas eran la nueva tierra de promisión, la coloniza-ción del Oeste norteamericano, la re-población de grandes extensiones de Argentina, Brasil y otros grandes esta-dos del Sur, que se habían independi-zado, requirieron ingentes cantidades de mano de obra sin cualificación al-guna, a la par que técnicos en todas las materias. La emigración europea al Nuevo Continente llenaba todos los vapores que surcaban el Océano Tene-broso. Las compañías de navegación encargaban nuevos vapores de gran to-nelaje para poder cubrir la ruta cada vez más demandada por la gente que quería partir a un mundo prometedor, para escapar del hambre y llegar a

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aquella opulencia de la que tenían no-ticias a través de lo que sus parientes les contaban en las cartas. Al ser tierras de nueva colonización, el acceso a la pro-piedad era inmediato y gratuito, lo que hizo que familias enteras trabajaran de sol a sol hasta lograr la primera cosecha en aquellas tierras vírgenes. La constan-te subida de precios en los productos agrícolas hizo que en dos cosechas al-gunos lograran ya fortuna, lo que les permitía asentar la propiedad, adquirir los productos que necesitaban y poder remesar dinero a sus pobres familias europeas.

Y uno de aquellos vapores, el Sirio, transatlántico de 7000 toneladas, per-teneciente a la Compañía General de Navegación Italiana La Veloce, de Gé-nova, dedicado a transportar pasajeros desde el puerto de Génova hasta Bue-nos Aires, sufrió un terrible siniestro. Fue el 9 de agosto de 1.906 cuando el trasatlántico que había hecho escala en Barcelona na-vegaba, demasiado cerca de la costa murciana enca-llando en una serie de islotes llamados Islas Hormigas. El balance fue terri-ble, 200 pasajeros muertos y el resto en las playas de Ca-bo de Palos desprovisto de documenta-ción, dinero y equipaje.

Resultó imposible determinar el núme-ro de viajeros del Sirio, ya que la pica-resca de los carabineros italianos, de algunos marineros y el mismo capitán

cobraron pasajes ficticios. De hecho se demostró que en algún lugar indeter-minado de la costa valenciana subieron a bordo un número indeterminado de pasajeros ilegales procedentes de Alcira. Se supo igualmente que el capitán tenía previsto hacer escalas no declaradas en los puertos de Águilas, Almería y Má-laga con el fin de recoger a nuevos pa-sajeros. Hay que tener en cuenta que el pasaje hasta América era muy caro, prohibitivo para las familias pobres, pero a los de Alcira se sabe que les co-bró cien pesetas a cada uno.

Probablemente, la tripulación del va-por carecía de cartas de navegación fia-bles o hubo un simple error humano, lo cierto es que en un pequeño con-glomerado de islotes, las citadas Hor-migas, encalló el barco en aquella ama-necida que le llevó a un rápido hundi-miento. Tal vez la visión de una albufe-ra tan atrayente como debía ser en

aquellos años lo que hoy se llama La Manga del Mar Menor, invitara al ca-pitán a acer-carse dema-siado a la cos-ta sin tener en cuenta las

posibles dificultades. Puede que aquel fuera el canto de sirenas que Ulíses u Odiseo escucharan en su interior. La investigación posterior, hecha por las autoridades italianas, aduce como causa del naufragio la posibilidad de que el capitán quisiera embarcar nuevos pasa-

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jeros ilegales, pues en las cartas de na-vegación del vapor figuraban perfecta-mente marcadas las islas Hormigas.

La contemplación de un mastodonte marino naufragando hizo que todos los habitantes y veraneantes fueran a la playa llevados por la curiosidad. Ante tamaña desgracia, afloraron en unos los mejores sentimientos solidarios y en otros hizo acto de presencia la posibili-dad de saciar el hambre endémica que padecían.

En aquel pandemónium todos se echa-ron al agua ayudando a sacar a tierra a los náufragos, los secaron y arroparon llevándolos a sus propias casas, dándo-les de comer y facilitándoles, para ves-tirse, hasta las ropas propias. Nunca se vio en la zona una solidaridad tan pa-tente, tal vez aquella tragedia abrió el grifo de amor en los corazones de los veraneantes y se privaron de sus como-didades para hacer más fácil la existen-cia a personas que habían perdido todo lo que llevaban en el barco, aunque al-guno de ellos no tuvieran más posesio-nes que la magra maleta que se hundió en el mar.

La tragedia tuvo una repercusión me-diática internacional, dada la naciona-

lidad del vapor y las de sus pasajeros. Probablemente tal siniestro pudiera ser comparado al naufragio del famoso Ti-tanic al chocar contra un iceberg en plena noche, que tan en candelero ha puesto últimamente la industria cine-matográfica.

La prensa internacional se hizo eco de tan gran calamidad y no escatimaron páginas para narrar al mundo el suceso. Salió, no sólo el número de fallecidos, heridos y lesionados, sino entrevistas con las víctimas de distintas nacionali-dades.

Pero aquella terrible tragedia llevó apa-rejada una bendición para los pobres agricultores y pescadores de la zona. Una vez rescatadas las víctimas, utili-zando para ello las escasas barcas de pesca o paseo que se encontraban vara-das en el puerto de Cabo de Palos, ante el inminente hundimiento de aquella mole de acero y madera, prestaron atención a vaciar las bodegas de la in-gente cantidad de alimentos que con-tenían, pues debían dar de comer a 822 pasajeros amén de la tripulación. Según otras informaciones, el total de perso-nas que viajaban a bordo pasaba del millar, la gente que se afanó en el resca-te cargaron cuanto pudieron de conser-vas, frutas, pescado y carne en salazón, patatas, harina, leche condensada o en polvo y gran cantidad de sacos de le-gumbres.

Una enorme reata de burros, mulas, carros y gentes cargadas hasta no poder más, salió por la atardecida de la playa y se fueron recogiendo en sus humildes y cercanas casas.

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Los campos cercanos al mar, las casas de los agricultores que malvivían co-miendo lo poco que podían cultivar, recibieron el maná del cielo en forma de víveres del Sirio. Algunas familias pudieron vivir más de dos meses con lo almacenado.

Aquellas pobres gentes se dolieron de la catástrofe y se solidarizaron con ellos, se volcaron completamente en su resca-te y cuidado, les aportaron lo que pu-dieron, si bien, los veraneantes eran familias más acomodadas y pudieron dar mucho más. Pero para ellos, aque-llo fue una bendición. Los víveres que habrían de consumir mil personas en quince días les dieron para comer casi dos meses

Probablemente no haya mejor forma de narrar el naufragio que con la in-igualable y poética prosa de Pedro Jara Carrillo, que lo describía así en el pe-riódico La Ola Negra:

“Por las azules playas del tranquilo Mediterráneo, corrió como un ave co-losal de alas negras la ola fatídica que canta al besar en las rocas el triste Mi-serere de los náufragos.

Cuando llega la noche, el rumor de esa ola llega a los balnearios con cadencias fúnebres, con gemidos de moribundos, con lamentaciones de seres expatriados, pobres y miserables.

Este coloso del mar forma hoy el con-traste tremendo de un monstruo que mezcla sus risas con sus rugidos; que acaricia en la arenosa playa cuerpos de nácar pura y ahoga en sus profundida-des a infinidad de seres inocentes que

llevaban la esperanza en sus corazo-nes…

...Ha sido testigo de la tragedia terrible, que ha sepultado en el mar centenares de víctimas; ha recogido el último beso de dos enamorados que comenzaban un idilio de dichas y de ilusiones; ha sentido el suspiro postrero que los hijos han lanzado pensando en sus madres, ha besado los cadáveres flotantes, tes-timonios de la pesadumbre del mar, y todo eso forma las alas impulsoras del judío errante de la ola negra."

□ María José Valenzuela Cánovas

Escritora y poeta

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¿Dónde leemos?- Por Lola Gutiérrez Sánchez

e todos es sabido que el cuar-to de baño es un buen sitio para la lectura. Entras al escu-

sado y si no te ha dado tiempo para coger el periódico, revista o tebeo, echas mano al armario cercano para sacar el champú, gel, agua de colonia o cualquier cosa con etiqueta para leer el compuesto, parece tonto pero eso nos distrae y nos hace pasar el tiempo. Otra opción es entrar con el móvil para mi

rar el correo o los comentarios del Fa-cebook. Si te decides a hablar con al-guien esperas a colgar para tirar de la cadena en señal de respeto. Otro sitio donde la lectura fluye son en las con-sultas medicas, sobre todo en los den-tistas, como al odontólogo le gusten los coches ya sabes lo que toca, también abundan las revistas científicas aunque las ojeas con cara de pez. Tengo un hermano fuera de la región de Murcia y me ha pedido el favor de que le saque la partida de bautismo de mi sobrina pequeña para que pueda hacer la pri-mera comunión en al ciudad donde vive. Sobra decir qué tipo de lectura encontrar en las iglesias, mientras aguardo a que el párroco me reciba pa-seo la vista sobre una pequeña mesita

llena de folletos, todos más o menos dicen el mismo mensaje, evangelios, Cristo, fe. Sin ánimo de agarrar nada sigo buscando algo que sacie el tedio que produce la espera.

A pesar de ser bastante escéptica en es-tos temas un libro muy fino de un rojo brillante llama poderosamente mi aten-ción, abandono mi silla y avanzo hacía la estantería que tengo justo en frente.

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“Santa Florentina” leo para mí, de re

greso a mi asiento abro el libro al azar y me encuentro en mitad de una boda. Teodosia, la hermana mayor de los cuatros santos cartageneros se casa con Leovigildo, o lo que es lo mismo, un noble visigodo se casa con una hispa-noromana. Leyendo el rico atuendo con el que se describe a la novia viene a mi recuerdo la figura de la dama de El-che. Leovigildo, el novio, usa armadu-ra, arnés, cuero, y como buen soldado godo luce abundante cabellera. Mmmmm… eso me gusta, por mo-mento intento imaginar al tal Leovigil-do y lo comparo con un musculoso Hércules de cine.

-¿Deseaba usted una partida de Bau-tismo no?

¡Que oportuno el cura! Pensé en cursiva, creo que las mujeres siempre pensamos en cursiva

-Pues sí- Sonreí, pese a la interrup-ción, el cura se fijó en el libro que aun conservaba entre las manos y lo señaló

-¿Le interesa la vida de Santa Floren-tina?

-Conozco a los cuatro santos de pa-sada, prácticamente no se nada de ellos, pero me ha sorprendido Teodosia, no la vinculaba a esta familia.

¡Mentirosa, mentirosa! Me acusó la conciencia, a ti te interesa el godo

-Teodosia murió muy joven-Explicó el sacerdote- Aun así vivió años muy felices en su matrimonio, en ese tiempo alumbró a dos varones Herme-negildo y Recadero.

-Caray con los nombrecitos-Me reí, sin poderlo evitar

-El padre de los chicos se volvió a casar ¿leyó esa parte?

-¿Cómo?

-¿Cuándo murió el rey Liuva Leo-vigildo subió al trono, Liuva y Leovi-gildo eran hermanos. Al enviudar, to-mó por esposa a su cuñada Godsuinta.

Menudo nombre, Seguro era una arpía, pensé, tratando de imaginarla.

El sacerdote cambió de tercio de golpe, yo no entendía nada de santos pero si que soy una gran aficionada a los toros y supe ver un buen capotazo.

-Deme los datos de la niña, además

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del nombre y apellidos sería de mucha utilidad que supiera la fecha exacta del bautismo.

Parpadeé varias veces para centrarme en lo que realmente necesitaba y por lo que estaba allí

-Si, claro, aquí lo tengo todo anota-do-Respondí desilusionada, yo quería seguir con la historia y don sotana cor-tó la narración de un plumazo, claro está, soy tenaz y no me rindo con faci-lidad - ¿Cómo puedo conseguir este libro? Sería tan amable de indicarme.

El sacerdote me miró intrigado

-Es una edición para iglesias

-OH, vaya

-Quédeselo, tengo varios ejemplares en el despacho

-¿En serio? Gracias padre, mil gracias.

El cura me sonrió y entonces me acor-dé del Fary, no sé por qué pero a mi memoria vino el Fary con sotana can-tando el torito.

-Señorita, señorita, despierte, ¿usted venía a por una partida de bautismal no?

Que vergüenza más grande, me he quedado dormida dentro de una igle-sia, eso pasa por no tener lectura inte-resante.

� Lola Gutiérrez Sánchez. Escritora.

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El pez Colorín.- Por Azucena Carmen Nicolás Sánchez

xistió una vez un pececito que se llamaba Colorín, que iba a la escuela como todos los pececi-

tos de su edad, pero él y sus padres se empezaron a dar cuenta que no apren-día al mismo ritmo que los demás, porque se distraía mucho con cualquier alga, caracol o medusa que pasara, y por esto siempre era el último en ter-minar sus tareas.

Los profesores siempre estaban llamán-dole la atención para que no se distraje-se y el pececito reaccionaba al instante ante sus llamadas, pero al cabo de unos minutos volvía a su mundo.

Colorín era un pececito tranquilo, bueno, responsable, se llevaba muy bien con sus compañeros y era muy querido por todos; pero a la hora de hacer los deberes sus padres se desespe-raban porque tardaba mucho tiempo en aprender las cosas, en terminar sus deberes…se podían pasar horas y horas.

Por recomendación de la profesora sus papás decidieron hablar con el maestro delfín, que era muy sabio, y pedirle que le hiciera a su hijo un estudio para co-

nocer si Colorín tenía algo o era un poco “tontito”.

El maestro delfín, que era muy sabio, estuvo toda una semana haciéndole pruebas y más pruebas mientras el pe-cecito se preguntaba qué sería todo aquello. Colorín se sentía también un

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poco triste, porque se llevaba muchas regañinas y muchas veces no entendía por qué.

Pasadas dos semanas el maestro delfín citó a su consulta a los papas del pece-cito colorín para explicarles los resulta-dos obtenidos:-¡Miren ustedes! Co

menzó a decir con voz alegre, su hijo no es “tontito” ni nada parecido, su coeficiente intelectual es bueno, lo que ocurre, simplemente, es que procesa la información de una manera más lenta que otros peces, pero no es él único que es así porque hay muchos otros pe-ces a los que les ocurre lo mismo. Co-lorín lleva un ritmo diferente, todos no somos iguales.

¿Pero nuestro hijo podrá hacer carre-ra?- preguntó la mamá pez un poco an-gustiada. -¡Su hijo podrá estudiar lo que desee! le respondió el maestro del-fín con voz rotunda. Él mismo se irá dando cuenta de lo que le gusta y para lo que tiene facilidad, ustedes sólo de-ben tener paciencia y seguir ayudándo-le, prosiguió diciendo el maestro delfín. -¡ Nuestro hijo dice que quiere ser maestro como usted, pero de peces pe-queñitos para poder ayudarles y que no les riñan tanto como a él!. –comentó muy orgulloso el papá pez. –Y así será, dijo el maestro delfín. Las leyes del mar son muy distintas a las leyes de la tie-rra, aquí no hay tantas prisas para con-seguir unas metas impuestas por los al-tos cargos terrenales, sino que hacemos pruebas como las que hemos realizado a su hijo y nos damos cuenta qué for-ma de enseñanza hay que darles a los alumnos pececitos, porque no todos tienen que entrar por el mismo aro, ni

ir al mismo ritmo, por lo que debemos ir respetando el ritmo de aprendizaje de cada pez. A Colorín le encanta es-cribir cuentos para poder contarlos después a sus compañeros, siguió di-ciendo el maestro delfín. Tan solo hay que ayudarle a que cuando esté en clase se concentre en lo que hace, y sepa dar-se cuenta de que sus viajes son buenos pero debe hacerlos fuera del aula. Sus padres sonrieron un poco aliviados, a partir de aquel día tanto padres como profesores se unieron para tomar las medidas necesarias y sacar su pececito adelante. Y así con todos los peces de la escuela.

Pasaron los años y el pez Colorín con-siguió su objetivo, fue maestro, quiso a todos sus alumnos por igual y siempre un día a la semana les contaba un cuento que los animaba para que ellos hiciesen lo mismo, y todos los pececi-tos, unos más otros menos, contaban las pequeñas historias que con tanta ilusión escuchaban de su maestro Co-lorín.

El mar quiere y respeta a cada una de las criaturas que viven en sus confines, para él todos sus hijos son igual de va-liosos, todos valen lo mismo; cada uno sabe hacer una cosa admirable, cada uno hace su función, y junto a los de-más ocupa un espacio en ese lugar úni-co en ese lugar maravilloso que es el mar.

□ Azucena Carmen Nicolás Sánchez.

Profesora de Música y escritora de cuentos para niños.

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Cabo de Palos. Un Faro muy bien alimentado.- Por Vicente Cepeda Celdrán

l faro de Cabo de Palos y los faros en general son siempre un tema sorprendente, algo que da

mucho tema cuando se conocen bien. El sistema de Faros y la creación del Cuerpo que los habría de servir se ini-ciaron en tiempos de Isabel II, quien a su vez se vio obligada por una serie de acuerdos internacionales y en concreto

por el naufragio de un buque escuela ruso en el que murieron cerca de 300 personas. No tengo constancia de la queja diplomática pero puedo también señalar que pasado el tiempo, por las nuevas circunstancias políticas, el en-cargo del farero pasó a ser el de apagar la luz cuando se observaba la presencia de un barco ruso.... y de encenderla cuando era propio o de un país amigo. Esto forma parte de esas veleidades de la vida, donde las razones de la diplo-macia y la política en general nos hacen pasar por circunstancias que, bien pen-sadas, no dejan de ser tan azarosas y absurdas como la propia subsistencia de las personas.

Pero la anécdota que en esta ocasión les vengo a referir no es esta, sino una mu-cho más trivial y graciosa, una miscelá-nea que de hecho es desconocida o ha pasado siempre desapercibida, como otras tantas que en su momento les contaré: la columna cilíndrica que for-ma el núcleo interior del Faro es hueca, y la roldada que aún se conserva es lo que queda del polipasto, del aparejo que servía para subir y bajar del pozo aceite de oliva a granel con el que se alimentaba el mechero, también los útiles de trabajo y, por supuesto, el propio mecanismo multiplicador de

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fuerza para que girara la óptica en la torre. Durante la noche el farero se en-contraba arriba, junto a la lámpara propiamente dicha, cuidando de pro-veerla de aceite y observando la nave-gación. Cuando le era necesario abría la trampilla de madera y, sin abandonar su puesto, auxiliado por un cubo de cinc y un cabo elaborado con fibra de manila o abacá, subía pacientemente y por el mismo aparejo un nuevo cubo de aceite de oliva; por esa razón les di-go que era una linterna ...muy bien alimentada.

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De la celotípia a una obsesión mortal.- Por Jero Crespí Matas

omo decía William Shakespea-re “los celos son un monstruo que nace y se alimenta de sí

mismo”.Nos vamos encontrando en muchas ocasiones personas que sufren o padecen de celos enfermizos, con un alto contenido paranoico. Estas perso-nas tienen un convencimiento total que la situación es real siendo muy di-

fícil, por no decir casi imposible el con-vencerles de lo contrario.

Generalmente la celotípia suele ser úni-camente eso, unos celos enfermizos que quien los padece suele ver la sombra de la infidelidad por parte de su pareja, como si fuera real. Pero puede llegar al caso de convertirse en una obsesión hasta el punto de peligrar la vida de la persona objeto de dicha obsesión.

En la percepción de las personas celotí-picas aparecen una serie de ilusiones o ideas que se van filtrando en su reali-dad, resultando que nadie sea capaz de

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hacerle entender que es irreal, suce-diendo además cada vez que se encuen-tre con la persona con la que tiene la fijación se reafirmará en su idea -un gesto, una mirada, una palabra, etc.- todo ello no hará más que reforzar su creencia que esta persona está enamo-rada de él o ella y ninguna explicación con una negativa o una lógica, que un saludo, una sonrisa es neutra para cual-quiera que se va a encontrar. El celotí-pico o celotípica siempre tendrá una percepción distinta: “esa sonrisa es es-pecial”, “nadie más mira de esa mane-ra”, etc.

Una persona celotípica puede llegar a fijarse u obsesionarse con cualquiera, poco importa que sea una persona fa-mosa –de hecho conocemos muchos casos de personajes famosos que han padecido un acoso por parte de ciertas personas incluso intentos de asesinato, como es el caso de un admirador faná-tico de Steffie Graf que intento asesinar a Mónica Seles con el objetivo de que su ídolo no tuviese una rival; también conocemos el caso de Sara Casanovas actriz española que fue acosada por un individuo obsesionado con ella, intentó asesinarla con una ballesta, siendo el último caso que hemos conocido el del periodista deportivo Paco González, cuando una mujer que estaba obsesio-nada con él (seguramente ella creía que estaba enamorada), intentó asesinar a la esposa con la finalidad de estar con es-te- estos son solo unos ejemplos de lo que puede llevar a cabo una persona obsesionada por otra. No es condición indispensable ser famoso, cualquiera puede cruzarse en su vida con una per-

sona celotípica y eso puede ser el inicio de una verdadera pesadilla, que, sin te-ner ningún interés por ella ni ninguna pretensión, dará lugar a un acoso que permanecerá a lo largo del tiempo siendo imposible hacerlo desaparecer por medio de razonamientos lógicos. En estos casos la celotípia suele ir aso-ciada a un trastorno de personalidad, donde los celos le causaran angustia e infelicidad que pueden llevar a una respuesta desmedida pudiendo derivar en un secuestro, una agresión física o incluso el asesinato.

Como he comentado con anterioridad el no ser pareja no es óbice para que un sujeto pueda tener una obsesión de ce-los, creyendo que tal persona debe ser su pareja y no lo es porque existe un obstáculo –aquella otra con la que comparte su vida real- sin dejar por ello de ser su objeto de deseo. Llegando a acosar, insultar, perseguir en el trabajo, en lugares de ocio, incluso llegando a chantajear con contar hechos concretos “negativos” a todo su círculo de amis-tades –generalmente imaginarios-, a fin de extender la mala imagen y mala condición de persona que es.

Este tipo de personas generalmente si-guen un tratamiento de terapia psico-lógica, a pesar de ello tendrán una difí-cil solución, incluso en ocasiones será improbable la superación de dicho problema.

� Jero Crespí Matas. Lcda en Criminología, Máster en Seguridad

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Como un silencio único de luna.- Por María Teresa Cervantes

Tristeza pensativa.

Entre las olas Tú como un silencio único de luna.

Y, quién fuera cual Tú, Señor, sus-tancia eterna

y volar como un ave en plenitud de brisa. Decir

al mar: “detente” y caminar sin miedo entre las olas.

El horizonte ahora, con su luz en mis ojos.

No, no te vayas de mí, no me dejes sin nadie

que la marea sube y temo hundirme, Señor.

� María Teresa Cervantes. Escritora, poeta y pintora.

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Embrujo - Por Juan Tomás Frutos

urges de un océano de sensacio-nes, y me expresas como nadie lo que siempre he experimentado.

Eres realidad largamente esperada. Lle-gas entre pareceres y entendimientos que me colocan donde la ilusión alber-ga sus mejores fragancias. Vamos a ser. Podemos entendernos bien.

Los espíritus de la Naturaleza se suman a los buenos augurios con los que que-remos y podemos iniciar una etapa car-gada de buena simbología. Hay mucho

que contar. Hemos de reseñar presen-cias y espacios con los que nos regala-remos influencias divinas. Nos aporta-remos mucho.

Inevitablemente hacemos balances, y observamos querencias con las que nos brindaremos lo más importante, que ha de aparecer con ópticas y divinidades. Hemos preferido esperar, y hoy vemos que ha merecido la pena.

El embrujo de las primeras horas del encuentro en el que estamos nos invita a ir por los vericuetos más señalados y hermosos. Construyamos un buen pre-sente, sin prisas, con contentos, con ayudas al prójimo, sin romper inten-ciones loables.

Tomemos de la mano a nuestros con-géneres, a los vecinos, a los amigos y familiares, y no perdamos ni un segun-do en la búsqueda de la belleza interior, que ha de aflorar si queremos salvar-nos. Este día indica que sí. Ahora toca que sigamos la senda del hechizo mila-groso.

□ Juan Tomás Frutos

Doctor en Periodismo, Profesor de la Universidad de Murcia y escritor.

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Maravilloso y único en los confines del Yo - Por Juan Antonio Pellicer Nicolás

e pierde la voz en los confines del tiempo

-que sientes no pasa-

confundida y enredada como hiedra de lamentos;

se pierde la voz y con ella la vida que se sufre

entre los laberintos del interior que se sueña,

imaginando azules huérfanos de cielos radiantes

y soñando con noches de Lunas por amor robadas..

Se pierde la voz y no queda nada,

no queda la fuerza, perdida en la in-sistencia,

ni la paz, arrebatada en la batalla,

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tampoco la razón que esclava de la ceguera del corazón

huyó sin destino buscando otro justo y noble motivo.

Los pasos del hombre oyendo su voz,

mirando cada día el amanecer que no llega,

soñando despierto entre nubes de promesas

y acompañado de todas las creencias;

los pasos del hombre por sentir y vivir su interior

sin terminar de comprender

que vivir en una cárcel, aunque suya y de oro,

es la peor de todas las condenas.

Cuando el hombre pierde la voz

comienza a hablar con el corazón;

cuando desiste de luchar por la razón

comienza a ganar la batalla que lo hace grande,

maravilloso y único en ese mundo que tanto buscó.

□ Juan Antonio Pellicer Nicolás

Poeta, escritor y fotógrafo

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Entre las sombras, la luz - Por Marcelino Menéndez González

ue distinta es la luz, cuando emerge de las sombras…

Cada vez que acaricio un pensamien-to positivo,

algo grato surge dentro de mi.

Como cuando la espiga añora la luz del sol,

y éste surge ganando un sitio entre las nubes,

así deseo serenar mi alma apaciguan-do

la inquietud, entrando en un remanso

preciso de aguas tranquilas plenas de armonía,

y que me permitan olvidar, los sueños del ayer

que me entristecen.

Buscar y encontrar el sentido de las cosas,

su significado y esencia, y, hallándolo,

situarlo en la razón y el equilibrio adecuados,

para sentir la vida, tal como anhelo vivirla.

Es una bella parte intangible, que sin duda

enriquece nuestro interior y nos aleja de lo material,

y que nos acerca a la caricia adornada de ternura,

al amor en la mirada ante cualquier otra, o el gesto

de la bondad que surge en el momen-to adecuado.

Será, como una luz que emerge entre las sombras…

□ Marcelino Menéndez González

Poeta y escritor.

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Cabo de Palos. Versos en el Paseo de La Barra (III).- Ar-turo Pérez Reverte. Por Vicente Cepeda Celdrán

scritor y periodista español, académico de la Real Academia española de la Lengua y autor

de diferentes sagas de enorme éxito, Arturo Pérez Reverte es un apasionado del mar, el lugar donde mejor brilla la

personalidad de este cartagenero y su mundo interior, unido muchas veces a pasiones semejantes como las aventuras de espadachines y soldados de tierra y mar, en unas travesías casi siempre des-garradoras a la par que nostálgicas.

Sus textos son fuertes, hilarantes cuan-do utiliza su bis gamberra, iconoclasta, sujeta a las diatribas que le suscitan las pugnas con potencias extranjeras o la lucha por la misma subsistencia. El tex-to que recogemos y presentamos en es-ta ocasión contiene grabadas unas lí-neas de su novela “La Carta Esférica”

□ Vicente Cepeda Celdrán

Fototurismo.org - asesor. Profesor de la Univer-sidad a Distancia de Madrid.

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“Cien verdades y una mentira“, preámbulo del libro y noticia de su reciente conversión digital. Redacción.-

uestro amigo y colaborador don Juan Antonio Carreras Espallardo anuncia que en

amazon-kindle tienen su libro “Cien verdades y una mentira”, del que envía esta noticia y publica lo siguiente:

“LA HISTORIA DE UN HOMBRE CUALQUIERA.-

Existen tantas historias como millones de habitantes pueblan nuestro mundo, todas merecen respeto y atención pues atesoran cientos de anécdotas y curiosidades. Hasta el más malvado y villano de los hombres tiene una historia que contar. Todos tenemos algo que decir, al-go que mostrar.

Esta es la historia de un joven con ilusio-nes, plagada de momentos emocionantes y otros un tanto preocupantes, pero que con el apoyo de otras personas, las que forma-rían su círculo más cercano, el de la

unión de la familia y de los fabulosos se-res que nos encontramos en el camino, es la que relato. Y es que todos necesitamos el apoyo de aquellos que nos rodean, no nos engañemos, la soledad no es buena consejera.

Nadie nace enseñado, con la lección aprendida. Los viejos son muy sabios cuando dicen eso de que les gustaría reju-venecer, pero sin que les arranquen la sa-biduría que atesoran y que se refleja en sus arrugas. La vida no es más que un trámite, un paso fugaz que en el mejor de los casos durará poco más de cien años. No existe una meta, cada cual labra su camino, y la virtud está en percatarse de que cada paso, cada suspiro, vale. Nos

marcan diversas sendas para que escojamos el recorrido adecuado, el que se ajuste más a lo que deseamos construir para

nosotros. Somos libres de elegir.

A lo largo de nuestra vida nos vamos a encontrar con situaciones en las que ten-dremos que decidir. La senda se dividirá en dos. En nuestra mano está la virtud de escoger el camino adecuado, el sendero certero. Nos pondrán zancadillas, ten-dremos que sortear contratiempos, pero si

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logramos el equilibro del corazón y la ra-zón podremos decir que somos felices.

Este hombre creció en un ambiente de respeto y educación, marcado por el amor, su infancia fue demasiado fácil, el camino estaba marcado. No comprendió en ese momento de pubertad y juventud alocada que los estudios son fundamenta-les para sacarle el máximo provecho unos cuantos años más tarde, aunque bien que lo superó con creces cuando se hizo adul-to. Anhelaba convertirse en futbolista, habría dado su vida por ello, pero no basta con quererlo y desearlo, es necesaria esa pizca de suerte que tienen los que no han nacido Mesis ni Ronaldos. Si bien tuvo una oportunidad no se materializó por circunstancias del destino. Segura-mente no estaba llamado a ser futbolista. Las lesiones tampoco le ayudaron mucho.

Sin apenas cumplir los dieciocho años, los que teóricamente te otorgan la madurez de un adulto, aunque en realidad solo te convierten en mayor de edad, se apasionó con la idea de convertirse en policía, ser-vidor de la ley, pistolero de la justicia, terror de los delincuentes, protector de indefensos y débiles. Fue llamado por la conocida vocación policial. Admiraba a los policías, le parecía asombroso poder ayudar a los demás y hacerlo trabajando, pero además que le pagasen por ello. Du-rante cuatro largos años, los que duraron las oposiciones congeladas, a cuentagotas, se empapó de todas las leyes habidas y por haber. Cuanta más legislación conocía se daba cuenta de que su desconocimiento era mayor. Nunca podría llegar a saber todo lo que está escrito para regir nuestros comportamientos. Su forma física era en-

vidiable, mantenía el crédito de tantos años de deporte.

Consiguió su sueño, luchó mucho por ello, pero no lo hizo solo, a su lado esta-ban esas personas tan importantes en su vida que a cada paso le aconsejaban lo mejor. Su padre le apoyó en todo momen-to. Compartió su vida con la mujer más maravillosa del mundo, a la que amaba, ama y amará con una locura desmesura-da. El azar la puso en su destino siendo muy joven y no la dejó escapar. Com-prendió que hay personas que no hay que dejarlas marchar nunca y esforzándose cada día para ello fue feliz. Fruto de esa unión nació el mejor regalo, una vida desde cero, con mucho que aprender, con una gran responsabilidad educativa, en definitiva una recobrada ilusión por la vida.

Hoy, el hombre de nuestra historia es fe-liz, lo conozco muy bien y puedo decir que su pasión por la vida y su empeño por todo lo que hace ya tiene su recom-pensa. La felicidad no es una meta, es un camino.

Espero que disfruten con la lectura de es-ta obra, dirigida a multitud de públicos: policías, criminólogos, periodistas, educa-dores viales... pues este compendio de ver-dades las he realizado con el corazón, sin dejar de lado la razón”.

El mismo autor indica que “Cien ver-dades y una mentira” lo pueden encon-trar en la dirección de Kindle Amazon siguiente:

https://www.amazon.es/dp/B00IHEZ5L0

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La gobernanza del medio marino.- Redacción.-

l establecimiento en el Medite-rráneo de zonas marítimas y de zonas económicas exclusivas

(ZEE) favorecería el crecimiento azul de la Unión Europea y en general sus agendas de sostenibilidad. Europa ana-liza los costes y beneficios de la implan-tación de zonas en el Mediterráneo y efectúa un análisis del impacto que tendría en las actividades marítimas la creación de ZEE porque permitirían una política de ordenación territorial más eficaz, y esto a su vez contribuiría a atraer inversiones y nuevas activida-des económicas.

La estrategia de crecimiento azul de la UE tiene por objeto lograr que en la economía marina y marítima se impul-se un crecimiento económico sosteni-

ble y se creen puestos de trabajo que contribuyan a la recuperación econó-mica de Europa. En la actualidad esos sectores económicos dan empleo a 5,4 millones de personas y aportan un va-lor añadido bruto total de unos 500000 millones de euros. El objetivo es que antes de que concluya 2020 esas cifras se hayan elevado, respectivamen-te, a 7 millones de personas y cerca de 600000 millones de euros. La estrate-gia destaca los cinco sectores que ofre-cen mayor potencial de crecimiento, concretamente, la energía azul, la acui-cultura, el turismo marítimo, costero y de crucero, los recursos minerales ma-rinos y la biotecnología azul.

Los Estados ribereños del Mediterrá-neo, al igual que los de otras cuencas marinas, tienen la responsabilidad de regular las actividades humanas y de desarrollar de forma sostenible su eco-nomía azul. Parte del Mediterráneo no está sujeta actualmente a la jurisdicción o soberanía de los Estados ribereños, y el entorno marino de esa vasta zona y sus recursos acuáticos vivos se mantie-nen así en gran medida desprotegidos. Además, en un marco reglamentario incierto como el actual, resulta difícil la consecución del desarrollo económico que se precisa.

En palabras de Maria Damanaki, comi-saria europea de Asuntos Marítimos y Pesca, “Hay en el Mediterráneo enormes oportunidades que todavía no se han ex-plotado y que podrían hacerse realidad con el establecimiento en él de zonas eco-nómicas exclusivas (ZEE). La proclama-ción y el establecimiento de zonas marí-timas siguen siendo facultad exclusiva de

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cada uno de los Estados ribereños, pero es responsabilidad conjunta de la UE ga-rantizar que se den las condiciones ade-cuadas para que la economía azul pueda florecer. Los Estados ribereños del Medi-terráneo podrían acordar sus zonas marí-timas respectivas en el marco de la Con-vención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (CNUDM)”.


Fototurismo.org Magazine Mensual –Nº 11 Marzo 2014 - ISSN 2255-0984 /DL MU-998-2012

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