CAEC CESAR ESPINOZA Flores Galindo Historia y Socialismo 1

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    ALBERTO FLORES GALINDO: HISTORIA, HISTORIOGRAFIA YSOCIALISMO EN EL PERU DEL SIGLO XX.

    CESAR ESPINOZA CLAUDIO.1

    "La ciencia social trata de problemas debiografa, de historia y de susintersecciones dentro de estructurassociales y esas tres cosas, biografa,historia y sociedad, son los puntoscoordenados del estudio propio delhombre." C. Wright Mills.2

    INTRODUCCION

    Las Universidades Catlica y San Marcos fueron el escenario privilegiado para eldesarrollo de la historiografa marxista entre 1970 y 1990. Las Facultades deCiencias Sociales se transformaron en el espacio relevante para la investigacincualitativa y cuantitativa de la investigacin historiogrfica. Asociados a lasherramientas de la sociologa y la antropologa combatieron el pensamientoespeculativo, impulsaron marcos tericos diversos y sus generaciones de

    jvenes tuvieron la oportunidad de realizar trabajos de campo para conocer loscambios que ocurran en el pas. Se proyectaba la voluntad de que la teora,

    aunque existi mucha resistencia, debera estar fundamentada en la realidad ysera objeto de constante debate, clima intelectual propio de jvenes queconquistaban la ciudad de Lima.

    En el principio se trataba de unas ciencias sociales humanistas y crticas cuyosvalores posteriormente fueron abandonados. Se trataba de una posicinhumanista que implicaba construir una ciencia social no desde el exterior de losactores, independientemente de ellos. Se plante con urgencia rescatar laperspectiva individual de los actores sociales: su palabra, su vida subjetivaindividual si es un actor particular, la vida del grupo, si es un actor plural ocolectivo.3

    1 Magster en Historia (PUCP), Licenciado en Sociologa (UNMSM). Profesor Principal en laEAP de Sociologa, Facultad de Ciencias Sociales, Universidad Nacional Mayor de SanMarcos. Miembro de Historia a Debate (Galicia, Espaa). El presente ensayo es parte de uninforme monogrfico presentado al Dr. Cristbal Aljovn de Losada en el SeminarioPensamiento Histrico, Doctorado en Ciencias Sociales (Historia), 2002, Lima, Per.2 Writht Mills, La Imaginacin Sociolgica. Fondo de Cultura Econmica, 1964, Mxico, p.157.3 Vase: Hugo Neira, 2001, Pasado Presente. Del tiempo aleve: crnicas de los 60. FondoEditorial SIDEA, Per. Miriam Laqui, 2000, San Marcos, Ciencias Sociales e Historia: un

    balance y dos entrevistas. Manuel Burga y Carlos Lazo. En: Per Contemporneo,UNMSM, N 1, pp. 421-65, Lima. Manuel Burga, 1993, Para qu aprender historia en el Per.Editora Magisterial, Lima, Per.

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    Quienes se dedicaban a las ciencias sociales en los 70s buscaban construir unaversin moderna de la Historia desde la Universidad. El principal hiloconductor en los procesos de investigacin fue la centralidad del trabajoetnogrfico, de observar y penetrar en la vida de los actores en su medio. En SanMarcos se priorizaron las salidas de campo y desde all s aperturaron nuevas

    trincheras de investigacin, se revisaron los procesos de confiabilidad de lainformacin y de la representatividad estadstica de la muestra elegida paraefectos de reconstruir la historia de una regin, de una hacienda/cooperativas ode una comunidad indgena.

    Se afin la herramienta de la observacin participante para poder recoger conlujo de detalles la vida social de los actores, los grupos y las instituciones que vaacompaada de fuentes de informacin como son los documentos personales,los estudios de caso, la informacin biogrfica en razn de que son escritura delo social, que como marca y como grafa registran y simbolizan las interaccionesque deben leer los historiadores.

    Los investigadores de la historia son conscientes de que sus objetos de estudiono son agentes histricos pasivos sino tambin personas que saben leer, sereshumanos reflexivos de escenarios sociales, transentes de la cultura, forjadoresde mundos, constructores, artesanos de estructuras de vida, etc. y que si se

    buscaba penetrar en sus escenarios, en sus vidas, en sus pensamientos, en susilusiones, deseos y palabras, era para rescatarlos y si es posible para crearmejores condiciones de su vida social.

    Para el desarrollo de la historiografa marxista se usaron los recursos pblicos,del Estado, va las Universidades y tambin los recursos financieros

    proporcionados por ONGs internacionales. La vida poltica partidaria se cruzen esta aventura de muchos jvenes que soaban conquistar el cielo con suslibros y conferencias, con sus utopas y pesadillas, finalmente el dogmapositivista no pudo ser vencido y renaci despus de la cada del muro de Berln(1989) a pesar de haber experimentado tibiamente una alternativa con laspropuestas de la Escuela francesa de los Annales y la escuela historiogrfica

    britnica de Hobsbawn-Thompson.4

    Cundo empezamos a revisar los materiales de AFG nos preguntamos queelementos y perspectivas utilizaramos para encontrar el significado sustantivode la vida de un hombre del siglo XX Qu investigar desde un modelo de

    historias de vida? La vida de grupos, los movimientos sociales alternativos enparticular, estudiar la cultura local, los comportamientos crticos. Examinar elcomportamiento de los actores son tiles y significativos para la reconstruccin

    4 Manuel Burga, Cambio de rumbo para retomar el pasado?. En Rev. Que Hacer, N 94,pp. 18-21, 1995. Augusto Ruiz Zevallos, El discurso histrico ante la crisis de la poltica.En: Buscando un centro. La crisis de la modernidad y el discurso histrico en el Per. p. 15-16,Edit. Univ. UNFV, Per, 1998. Carlos Barros, Defensa e ilustracin del Manifiestohistoriogrfico de Historia a Debate, Universidad de Santiago de Compostela (www.h-debate.com), 2003.

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    de lo social? Durante el predominio del marxismo se privilegi el estudio de lasestructuras, se erradic el examen del sujeto y su peso en la reflexin histrica.Con el pretexto de combatir el positivismo se difundi la idea de que el sujetoera un estorbo para entender lo social, es decir, una desviacin hacia el mundode las tinieblas. Se impuso la frmula de ver en lo social estructuras sin sujetos.

    Las historias de vida slo lleg a ser un apndice, un punto de la muestra, a losumo un dato, y con una significacin dudosa; las historias de vida estabandescartadas, no eran recomendables en trminos estadsticos y econmicos.

    AFG es un intelectual peruano atravesado por una subjetividad singular lamisma que podemos captar mediante el recurso del lenguaje, de sus escritos,ahora compilados en sus Obras Completas. En este sentido cuando intentohacer este ejercicio de historias de vida me oriento en la bsqueda de lossentidos de lo social y mediante el examen del juego del lenguaje conocer suspropuestas historiogrficas durante el ltimo tercio del siglo XX. Pero cmoiniciar este trabajo? De lo macro social a la vida cotidiana o partir de los

    microactos a las estructuras sociales? Son los dos caminos que encontramospara descifrar y esclarecer los enigmas de la vida social de AFG.5

    Lo social se construye y reconstruye a cada momento y a una velocidadincontenible, los procesos sociales son constantes y en su interior nos movemoslos sujetos individuales que estamos obligados a pensar qu pasa en cadasituacin que vivimos, hasta aprender a manejarla para luego incorporarla anuestras rutinas y mapas mentales. Para examinar la vida y la obra de AFG lohacemos desde hoy, y desde nuestro lugar en la escena contempornea.Sin embargo, debemos advertir que en cualquier historia de vida es ms lo que

    se escapa, lo que huye que lo que se aprende y captura, este es un asuntopeligroso de lo que soy consciente cuando lanzamos las redes del recuerdo o dela imaginacin hacia el pasado.

    Examinar un actor social, un sujeto es aperturar una ventana para mirar elmundo social, ms claramente, objetos que se mueven en ese mundo y loconstituyen. En esta perspectiva buscamos conocer las instituciones, susregularidades conductuales, sus lecturas de lo social. Por tanto, tratamos deexaminar sus herramientas como artesano de la historiografa, sus sueos demisionero intelectual; su participacin en los movimientos sociales, el examensingular de la temtica de las mentalidades, es decir, las articulaciones

    complejas de cmo se viven y se piensan y se sienten las macroestructuras y losmacroprocesos, el Estado y sus instituciones. En suma, las complejasasociaciones entre el nicho de la vida cotidiana y las macroestructuras sociales,esto es entrecruzar espacios y tiempos de la vida social.6

    5 Jaime Ochoa Angel, 1996-97, Las historias de vida: un balcn para leer lo social. Rev.Elect. Razn y Palabra, N 5, Ao 1, diciembre-enero, Mxico. Pablo F. Luna (Universit dePars, Sorbonne) Itinerario de un Historiador. Resea del libro de Pierre Vilar, Pensarhistricamente. Barcelona Editorial Crtica, 1997. En: Biblio 3W, Revista Bibliogrfica deGeografa y Ciencias Sociales, N 248, 14/08/2000, Universidad de Barcelona6 Vase: Carlos Barros. Manifiesto Historia a Debate. Santiago de Compostela, Galicia,

    Espaa (www.h-debate.com), 11/09/2001. Josep Fontana. La Historia despus del fin de lahistoria. Reflexiones acerca de la situacin actual de la ciencia histrica. Editorial Crtica,Barcelona, 1992.

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    Ahora bien, las historias de vida son un proceso de investigacin que tiene tresniveles: exploratoria, descriptiva y explicativa.7 La primera, laExploracin es el punto de partida. Nosotros hemos seleccionado y revisadoartculos y ensayos escritos sobre historiografa, teora de la historia,compilaciones de textos sobre autores de las dos grandes corrientes

    historiogrficas que animaron el siglo XX: el marxismo y la Escuela de losAnnales. Finalmente, exploramos una seccin del libro Los Mineros de laCerro de Pasco: 1900-1930, para conocer sus propuestas analticas acercadel proceso de reclutamiento de la fuerza de trabajo y el debate acerca de laformacin del proletariado en los Andes centrales.

    La segunda, la Descripcin. En esta etapa buscamos dibujar una silueta de AFG,es decir ensayamos un primer ordenamiento de elementos de composicin delactor en tomo al objeto de estudio: la historiografa marxista practicada por

    AFG. De esta forma mediante la descripcin construimos una radiografa quenos permitiera penetrar en la lectura de sus propuestas de trabajo terico e

    historiogrfico. Es a partir de esta perspectiva que obtuvimos una primeraimagen sobre la escritura de la historia y de la cultura que practicaba AFG. Enefecto, buscamos precisar una Etnografa de los espacios pblicos y privados endonde transcurre su vida AFG: su casa, universidad, partidos polticos, viajes,ONGs, lugares de trabajo en revistas y peridicos, etc.2. Lo ms difcil, y todava incompleto, es la tarea de reconstruir los escenariospor los cuales AFG deambul en el pasado y a los cuales les atribuyeimportancia personal (por ejemplo, La Habana, Pars, Cusco, Lambayeque).

    Aqu tenemos muchos huecos y vacos. Se trata de conocer un recorrido quealgunos llaman: dime dnde vives y dnde has vivido y te dir quien eres.8

    3. Otra lnea de trabajo planteado es: dime con quin andas y con quin hasandado y te dir quin eres. En el cementerio de Surquillo (Lima,1990) nosencontramos con miembros de su generacin (Javier Diez Canseco, HumbertoRodrguez Pastor, Marco Martos, etc. Se trata de avanzar en una historiarelacional y organizacional, conocer cmo fue el trnsito de un grupo a otro, lasrupturas?, cortes?, conflictos? distanciamientos con el grupo del InstitutoRiva Agero? Necesitamos conocer que tipo de situaciones vitales tuvo queenfrentar, cules fueron sus decisiones cruciales, que tipo de cambios realiz ensu vida?

    Finalmente, la tercera, pasar de la descripcin al anlisis. Todava no me atrevotransitar a esta dimensin ya que las historias de vida tienen un movimientomuy complejo; pasar del anlisis de la historia individual al anlisis de la vidasocial en movimiento, dibujada sobre un objeto social, que tiene una historia,requiere la compulsa de mayores fuentes documentales, el registro de

    7 Fanni Muoz y Osmar Gonzles utilizan un esquema clsico para ubicar a Alberto FloresGalindo: base familiar, vida universitaria, obras, el tema de utopa andina y aos finales. Vase:Revista Memoria, N 108, febrero, 1998, Mxico.8Vase: Alberto Flores Galindo, Testamento (26/03/1990). Carlos I. Degregori (?). Del mito

    mariateguista a la utopa andina. Borrador de trabajo sobre el libro Buscando un Inca,Identidad y Utopa en los Andes, (1987), UNMSM, Antropologa, Lima, s/f. Ricardo LunaVegas. Flores Galindo y el Socialismo. En: La Repblica, p. 39, Lima, 14/04/1990.

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    testimonios orales de maestros y discpulos universitarios, dirigentes vecinales ycampesinos, de partidos y ONGs.9

    En el captulo 1, AFG y la historiografa estructuralista, tratamos deprecisar el encuentro de un historiador peruano con las dos grandes tradiciones

    historiogrficas europeas: el marxismo y los Annales (Francia). AFG proyectabafundar en el Per una nueva historia, sus escritos y obras constituyen unareaccin contra el paradigma tradicional del positivismo y del marxismodogmtico.

    En el captulo 2, AFG (1949-1990): historia y socialismo, buscamosprecisar su itinerario como historiador profesional; usando el marxismo para eldebate AFG cuestiona las explicaciones deterministas, plantea la necesidad depasar de la historia poltica a la de las mentalidades, explora lasrepresentaciones del imaginario colectivo, extiende el campo de la historia a la

    vida cotidiana y al examen de la complejidad y la relevancia de los factores

    inconscientes. En esta direccin, plantea ya algunas pinceladas crticas a lavisin del marxismo estructural que ambicionaba disponer de una cienciaobjetiva y sistemtica de la historia. Al final de su vida empezaba a revisar estacapacidad explicativa de las estructuras y la desconfianza en los actores quehaba marcado a su generacin: Sartre-Althusser sern reemplazados porE.Thompson-G. Rud-Jacques Le Goff.

    El captulo 3, Los Mineros de la Cerro de Pasco: 1900-1930, buscasistematizar sus ideas centrales sobre mineros y partido poltico. Proyectaestudiar la condicin minera, como sistema de clase y parte de una totalidadsocial. En particular trabajamos la primera parte sobre los sistemas de

    reclutamiento de la fuerza laboral y el proceso de formacin del proletariadominero. Aqu AFG revisa una serie de tesis sobre el sistema de enganche yplantea que se debe construir una explicacin que incluya no slo una variablesino mltiples variables que permitan explicar el porqu de la resistencia de loscampesinos de los andes centrales a proletarizarse durante el primer tercio delsiglo XX.10

    1. ALBERTO FLORES GALINDO Y LA HISTORIOGRAFIAESTRUCTURAL.11

    Casi a finales de los 70s del siglo XX Alberto Flores Galindo se preguntaba Ques lo que se ha escrito sobre el movimiento obrero peruano? Qu libros, qutextos podramos consultar? Desde la Universidad Catlica contesta que es muypoco lo escrito sobre el proletariado. Los temas fundamentales como el procesode formacin de la clase obrera, el desarrollo de su ideologa, la evolucin del

    9 Sobre la Utopa Andina encontramos el testimonio oral de Jurgen Golte en una entrevistarealizada por el antroplogo Pedro Jacinto Pazos. Ver: 2001, La Historia nacional y el ordensocial. Entrevista a Jurgen Golte. En: Historia e historiadores. Universidad Ricardo Palma.pp. 201-216, Lima, Per.10En el presente ensayo no se incluye este captulo por ser muy extenso.11 Los materiales usados en este informe provienen de: Alberto Flores Galindo (AFG), Obras

    Completas, Tomos IV y V, 1996.-1997, Edic. Sur, Per. Vase: Manuel Burga, Quince aosde historiador completo. Editan las obras de Alberto Flores Galindo. En: La Repblica, p.17, Lima, 05/06/1992.

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    sindicalismo, sus relaciones con los partidos polticos y con el Estado no habansido abordados por la naciente ciencias sociales en el Per. En San Marcos lacomunidad de historiadores jvenes, en su mayora provincianos (AnbalQuijano (Ancash), Ernesto Yepes (Tacna), Wilson Retegui (Amazonas), ManuelBurga (Chepen), Wilfredo Kapsoli (Ancash), Manuel Valladares (Ancash), etc)

    haban optado por estudiar al campesinado y sus movilizaciones sociales frenteal Estado republicano. Los historiadores se haban convertido en cuadros deintelectuales y cuadro polticos para impulsar los cambios en un pasconvulsionado por las movilizaciones impulsadas desde el Estado vaSINAMOS, a quienes combatan y actuaban como aliados de otro sector dehistoriadores (Tauro del Pino, Ella Dunbar Temple, Carlos Daniel Valcrcel)quienes apoyaban a la dictadura militar de Velasco y eran integrantes de laComisin del Sesquicentenario de la Independencia del Per.

    AFG concluye que los culpables de esta desidia para estudiar al proletariadoson los marxistas dogmticos y los apristas (quienes planteaban que en el Per

    la clase obrera era casi inexistente), de igual forma, los historiadores positivistasinteresados en la biografa de personajes de la clase dominantes y en difundir latesis de que la historia se encontraba 50 aos atrs. Constata que lo poco que seha podido avanzar ha sido realizado no por historiadores de profesin sino porperiodistas y socilogos.12

    Plantea que Martnez de la Torre (1928-1959) fue quien inici la tarea deescribir sobre el movimiento proletario en el Per con su libro Apuntes parauna interpretacin marxista de la historia social del Per (4 tomos).Segunda edicin, 1957.13

    A finales de los 60s crece el proletariado, se produce la crisis del APRA y laemergencia de la izquierda marxista. En los 70s aparecen los textos de CsarLvano (la verdadera historia de la jornada de las 8 horas en el Per.).

    Wilfredo Kapsoli tambin edita un folleto sobre esta temtica. Peter Klaren(EE.UU) en su libro sobre La formacin de las haciendas azucareras ylos orgenes del APRA describe la historia del proletariado agrcola de lacosta norte. Pablo Macera en Historia de la Compaa Administradoradel Guano (1900-1945) muestra la realidad que atraviesan los trabajadorescaeros y los peones eventuales de las islas guaneras. Manuel Burga realiza unestudio sobre el valle de Jequetepeque que permite conocer por dentro lashaciendas arroceras y al proletariado norteo. Dennis Sulmont y Roelfien

    inician el estudio del movimiento obrero minero peruano. Alberto Flores

    12 El ciclo de auge y crisis de la hegemona de la sociologa en las ciencias sociales serexaminado por AFG en su texto El boom de las Ciencias Sociales pp. 279-282.13 AFG apunta que entre 1935 y 1965 son muy pocos los estudios sobre el movimiento obrero.;durante esos aos encontramos apenas escritos autobiogrficos, como los de Haya, Sabrosoy Ravines, notas polmicas como las de Ciro Alegra sobre la revolucin de Trujillo, los trabajosbiogrficos de Luis Alberto Snchez sobre Haya de la Torre y Gonzles Prada, en los que porla trayectoria de sus biografiados se vio obligado a tratar el tema p. 190. Otros ensayos sobre laclase obrera son: 1982, Aos decisivos? La clase obrera entre 1919 y 1930.Crtica acortometraje, Once aos decisivos (16 minutos) de Francisco Adrianzen y otros.CIDIAG;(tomo V, O.C, 1997, pp. 287-289; 1980, Prlogo a El P.C y el APRA en la crisis

    revolucionaria de los aos 30. Carmen Rosa Balbi, p.165; El Periodismo Obrero, p. 241-242; Dennis Sulmont y Alberto Flores Galindo, Bibliografa sobre la Historia del movimientoobrero peruano, pp. 227-238.

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    Galindo estudia Los mineros de la Cerro de Pasco. Heraclio Bonillapublica su texto sobre el Minero de los Andes.

    Desde la sociologa Dennis Sulmont impulsa trabajos de larga duracin sobre unsector de la clase trabajadora: Dinmica actual del movimiento obrero y

    Desarrollo de la clase obrera en el Per. En San Marcos, Ernesto Yepesdel Castillo escribe su tesis titulada: Per: un siglo de desarrollocapitalista: 1820-1920. Agustn Barcelli public Historia delSindicalismo peruano.

    Finalmente, en el departamento de Sociologa de la Universidad Catlica, en elTaller Urbano-Industrial, se despliega numerosas entradas al estudiosociolgico e histrico del tema. Paralelamente se organiza un Centro deDocumentacin que concentra donaciones importantes de documentos detrabajadores y dirigentes sindicalistas del siglo XX. AFG es consciente de que lainformacin escrita es insuficiente y que para avanzar en la construccin de la

    historia de la clase trabajadora en el Per ser necesario recurrir a la historiaoral de sus lderes y obreros.

    Otra de preocupaciones de AFG es que el anlisis histrico ha sido retomadocrecientemente por los profesionales de las ciencias sociales como antroplogos,socilogos y economistas. Cada exponente busca plantear y desarrollar susproblemticas desde una perspectiva histrica y comparativa. Este tipo deejercicio le sorprende a AFG ya que en general estas investigaciones han sidoemprendidas incluso a espaldas de la propia Historia. Existe un propsito nodeclarado de negarle la existencia de una tradicin terica, de un aparatoconceptual, del uso de determinadas tcnicas de anlisis, etc. y se toma a la

    Historia como si fuera slo un campo de estudio o reducindola a unaperspectiva para pensar los hechos sociales.

    Constata que bajo este tipo de ejercicio se ha desarrollado una tendencia de lahistoria positivista que mantiene incluso una fuerte propensin de los propioshistoriadores para definir la Historia como un simple relato deacontecimientos (339). En consecuencia, se trata de una historia queprivilegia la descripcin y margina el anlisis, un relato que se apega a ladocumentacin erudita, anulando la inteligencia del investigador.14Frente a estaconcepcin de la Historia como ciencia de lo concreto AFG postula laHistoria como ciencia. Esta apuesta implica desarrollar un ejercicio terico que

    examine los procesos estructurales y coyunturales, el estudio de los sistemas

    14 Esta es una lnea temtica insistente en AFG, el contraste entre la historiografa tradicional(una historia entendida como un recuento de nombres y fechas, como una descripcin deacontecimientos conducida a exaltar a los grandes personajes) frente a un nuevo tipo dehistoria que pretende enrumbarse por parajes afines a la sociologa y a la economa, a la parque reconoce una evidente influencia marxista (146). Rodrigo Montoya, Dennis Sulmont ySinesio Lpez expresan este acercamiento de las ciencias sociales a la Historia; se trata deautores que practican la Antropologa y la Sociologa estructural sin perder de vista el tiempohistrico. Este ejercicio tiene un significado profundo: es l reinicio de la tradicinhistoriogrfica iniciada por Basadre, Maritegui y Valcrcel durante el primer cuarto del siglo

    XX, la misma que fue interrumpida a partir de 1930 cuando Riva Agero y un grupo deintelectuales conservadores recuperan la hegemona poltica perdida dcadas atrs. En: Unahistoriografa a la deriva. Marxismo e Historia en el Per, p.146.

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    sociales y un anlisis de su lgica interna. Frente al empirismo15 propone elanlisis histrico como fuente del conocimiento cientfico. En esta direccin losaportes de las ciencias sociales, del materialismo histrico y un conjunto deacontecimientos histricos contemporneos (1917,1929, 1949) han sidodecisivos. En suma, a pesar de que los historiadores de profesin buscaron

    ignorar el marxismo y la lucha de clases, la difusin de esta ideologa terminpor transformar el oficio del historiador.16

    En 1975 se publica La Historia como Ciencia Social (tomo I),17 se trata deuna antologa que contiene 12 textos que buscan presentar la evolucin de laciencia histrica contempornea. Esta vez se ha compilado un paquete demateriales que representan a la escuela marxista, la escuela francesa de los

    Annales y la New Economic History de EE.UU. Los textos de Fernand Braudel(Historia y Sociologa) y de Pierre Vilar (La Historia despus de Marx) registrandos perspectivas diferentes. A estos se suman los materiales de Emilio Sereni(Italia) y de Witold Kula (Polonia). La ltima escuela est representada por

    Gerchenkron y Fogel. Completa este conjunto una serie de materiales deMarcelo Carmagnani y Ruggiero Romano quienes revisan problemas concretosde investigacin sobre la historia colonial latinoamericana.

    15 La historiografa tradicional de los 80s no tiene una personalidad que los represente y loslidere con un perfil definido y distinguible. Practican una historia como dilogo con los muertos(Guillermo Lohmann Villena), viven atosigados con la erudicin y practican un estilo arcaico quedesalientan a los lectores. Su gnero representativo es la monografa. Entre los 40s y 50s sedescuida el estudio de los problemas generales, la discusin de conceptos y las visiones deconjunto. En el Per la historiografa cae en un provincianismo mutilante, el Per se encuentraaislado de los problemas mundiales. Nadie consigue reconstruir una imagen total de laevolucin histrica peruana. Basadre busca construir una historia del Per que se remite a la

    experiencia republicana pero sin conseguir mayores seguidores o impulsar una generacin derelevo. Ver: Alberto Flores Galindo, Para quin se escribe la Historia? pp.246-248.16 AFG constata en la dcada de los 80s el predominio del marxismo en la historiografaperuana. Pero siente desconfianza de la abundancia y la heterogeneidad de trabajos realizadosbajo la perspectiva del materialismo histrico; se pregunta sobre cuales son verdaderamentelos aportes slidos de esta tendencia historiogrfica. Encuentra que en general se haprivilegiado el estudio de los movimientos sociales, es decir se prioriza el estudio de los quese encuentran abajo, de los vencidos, segn Nathan Wachtel. Es una historia alternativa quese forja frente a la historiografa oficial que privilegia el mestizaje, el nacionalismo y la biografade los grandes hroes. Desde San Marcos se impulsan estudios sobre las sociedades ruralestradicionales; Manuel Valladares, Antonio Rengifo y Wilfredo Kapsoli difunden la revistaCampesino, examinan la naturaleza de las rebeliones indgenas y la persistencia de suesperanza mesinica (146). AFG encuentra virtudes y deficiencias en esta lnea de trabajo

    historiogrfico. Examina la persistencia de la descripcin de los acontecimientos ( no se analizani se incorpora propuestas tericas de otras escuelas); los hroes de la historia oficial han sidoreemplazados por los hroes populares. Se ha cambiado los nombres pero no los mtodos deanlisis ni la perspectiva terica. En efecto, la historia de las clases populares tiende a serinterpretado con sistemas mecanicistas. Se aplica la teora de los reflejos frente a laexplotacin ( a ms explotacin ms rebeliones). Otras de las limitaciones de los historiadoresmarxistas es el abandono de la crtica de las fuentes. Al concluir los aos 60s para AFG loshistoriadores tradicionales se enclaustran para terminar en un inevitable recesointelectual(147). La excepcin parece encontrarse en Guillermo Lohman Villena (quien publicageneralmente en revistas espaolas). Este no es el caso de Pablo Macera quien renuevasustantivamente sus mtodos de investigacin histrica: evoluciona de la historia de las ideas,a los temas agrarios y se aproxima al estudio del marxismo. Otro ejemplo singular, es elpensamiento y la obra de Jorge Basadre. La hegemona de la historiografa marxista es

    indiscutible, incluso llega a la situacin de no encontrarse con quien enfrentarse y debatir.17 Para la seleccin de los textos AFG agradece el apoyo de Orlando Plaza, Manuel Burga yWilfredo Kapsoli.

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    Luego de presentar un panorama general de la evolucin de las tendenciashistoriogrficas en el mundo se incluye la revisin de un bloque de conceptosque utilizan los historiadores para el examen de sus realidades especficas. Estees el caso de Pierre Vilar18quien ensaya algunas definiciones conceptuales sobreestructura y coyuntura. Fernand Braudel19precisa el contenido del concepto de

    larga duracin y los diversos tiempos que contiene un hecho histrico. Deigual forma, Ernest Labrousse explica sobre el significado del estructuralismo ysu importancia para el estudio de la conciencia social y la comprensinhistrica. Estamos pues frente a una muestra que presenta el debate existenteen dos temticas: el uso de las tcnicas cuantitativas en la Historia(R.Romano) y las relaciones entre Historia y Marxismo (P.Vilar y

    W.Kula).

    AFG recuerda que en el Per tambin existe una reflexin sobre estos temas dela teora y la metodologa en la Historia. Uno de los ms preocupados es JorgeBasadre quien ha escrito En torno a la teora de la Historia y las pginas

    iniciales de sus Bases Documentales para la Historia de la Repblicacon algunas reflexiones. De igual forma, Pablo Macera tambin hareflexionado sobre la evolucin de la historiografa peruana en La Historiaen el Per: ciencia e ideologa. A todo esto se suma pequeos ensayosescritos por quienes buscan expresar el marxismo en el pensamiento socialperuano. Son los casos de Luis Lumbreras (La arqueologa como cienciasocial), Heraclio Bonilla (Historia y lucha de clases, Economa ehistoria) y Jos I. Lpez Soria. 20

    18Vilar, Pierre (1906-VVVV). Historiador francs, naci en Frontignan, Herault, en 1906. Se

    doctor en Historia por la Universidad de la Sorbona en Pars, donde fue compaero de

    promocin de Jean Paul Sartre. En 1929 se traslad a Espaa y ejerci como profesor delInstituto francs de Barcelona durante los aos 1934 a 1936 y de 1945 a 1947. Durante lasegunda guerra mundial estuvo prisionero en un campo de oficiales y durante el cautiveriodaba cursos y conferencias a sus compaeros. En 1965 fue nombrado catedrtico de laSorbona, en Pars. Pierre Vilar lleg a su teora de la Historia total entendida como unainvestigacin cientfica del pasado que, basada en la metodologa marxista, sea capaz deenlazar dialcticamente los diversos niveles de la actividad social y de explicar los mecanismosdel devenir progresivo de la humanidad. En este aspecto terico destacan Historia marxista,historia en construccin de 1975, Introduccin al vocabulario del anlisis histrico de1980. Ha dedicado gran parte de sus estudios a la Pennsula Ibrica y, dentro de ella, aCatalua. Algunas de sus obras son Historia de Espaa, de 1947, Crecimiento y desarrollo,de 1965, Ensayos sobre la Catalua del siglo XVIII , de 1975, Catalua en la Espaamoderna, de 1962, y La guerra civil espaola, de 1986. Otras obras suyas son Oro y

    moneda en la historia, de 1969, e Hidalgos, amotinados y guerrilleros. En octubre de 1979fue investido doctor honoris causa por la Universidad de Barcelona, y en 1985 fuehomenajeado por la Editorial Crtica por su labor en el libro Espaa en el siglo XVIII. Enfebrero de 1987 obtuvo el premio internacional Ramn Llull, dotado con un milln de pesetas,por su constante dedicacin a la historia de Catalua. Pierre Vilar ha dictado diversasconferencias entre las que cabe sealar Cultura individual y cultura nacional y Procesohistrico y cultura catalana, y est considerado como el maestro directo o indirecto dehispanistas, historiadores, como J. Fontana y G. Tortella, y economistas.

    19 Puede consultarse los textos de Carlos Aguirre Rojas: 1996, Fernand Braudel y lasCiencias Humanas. Novagrfik, Barcelona; 1997, Braudel a Debate. Ensayos sobre suitinerario intelectual. JGH editores, Mxico.20 Para AFG la historia marxista no es la quinta maravilla. Si la lite de historiadores

    tradicionales desplazados gozaba de una solvencia econmica familiar ahora los historiadoresmarxistas gozan de los beneficios que otorgan las becas, las donaciones extranjeras, los viajesal exterior, el turismo de los Congresos y las reuniones peridicas de los historiadores. Se trata

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    AFG advierte que no toda Historia cientfica moderna debe identificarse con lahistoria econmica y menos la Historia tradicional con la Historia Poltica.Existe un malentendido y una confusin entre materialismo histrico yeconoma. En efecto, en el Per la crtica fundamental contra los historiadorestradicionales es por su apego al relato, a la biografa de los grandes hombres y

    a los hechos polticos. Es una crtica de contenido. Sin embargo, existe un grupode crticos radicales que plantean partir de cero, y que sin embargo, lo que hanhecho es desarrollar una historiografa que slo ha desplazado unos contenidosa favor de otros conservando el descriptivismo (relato) y no ingresando alanlisis, privilegiando el estudio de los acontecimientos y marginando elexamen de las estructuras, sumndose a todo esto la liquidacin de todo elaparato crtico-erudito que haba construido la vieja historia (manejo y crticade fuentes documentales. AFG no seala quienes son pero en verdad se trata deuna tendencia historiogrfica marxista fundada en San Marcos y liderada porManuel Valladares (estudioso de Atusparia), de Wilfredo Kapsoli (que estudia aHugo Blanco y el movimiento campesino en la selva del Cusco), y a Antonio

    Rengifo (estudia a Teodoro Gutirrez (a) Rumi Maqui). Esta generacin dejvenes historiadores han desplazado de la ctedra y del poder en CienciasSociales a la generacin de Tauro del Pino (sustent una tesis sobre Echenique),Ella Dunbar Temple (tesis sobre Huayna Capac), Carlos Daniel Valcrcel (librosobre Tupac Amaru). En buena cuenta, los hroes de la antigedad y de laRepblica han sido reemplazados por el examen de lderes campesinos, obreros,movimientos y motines populares del siglo XIX y XX.

    Para AFG la nueva historia no basta con diferenciarse en el cambio de las lneastemticas sino en la utilizacin de nuevos mtodos y la apuesta por unrazonamiento cientfico.21 Plantea la necesidad de construir una Historia

    Poltica cientfica que aborde el estudio de los acontecimientos (golpes deEstado, elecciones, insurrecciones, etc.) y de las estructuras del Estado y susdiferentes modelos de gobernabilidad. Una primera evaluacin le permiteconstatar que los historiadores marxistas se han quedado solo en el primernivel, es decir, la descripcin de los acontecimientos. Con la finalidad de superaresta contradiccin y otorgarle un nuevo contenido a esta especializacin de la

    de una lite de profesionales que cada da se alejan mucho ms de sus realidades nacionales.Esto ha ocurrido con la historiografa desarrollada en Mxico y en Argentina en la bsqueda deintegrarse en la comunidad internacional liderada por los EE.UU. Las revistas especializadas se

    han convertido en voceros de pequeas capillas familiares. Esta vez ya no se investiga y seescribe en funcin de los problemas del pas sino en la bsqueda de un pasaje en avin. Eltrabajo artesanal de los historiadores (lpiz y cuaderno para el trabajo en el archivo) ha sidoreemplazado por el manejo de proyectos que requieren una fuerte financiacin externa para eluso de computadoras, asistentes y secretarias. En general, se ha organizado una especie demultinacionales de la investigacin histrica dirigidas por historiadores extranjeros quienes hanencontrado en la historia andina un depsito de materias primas (fuentes) poco frecuentadas einditas. Un sector de historiadores marxistas ha cado en este juego peligroso que buscaanular la construccin de una escuela o pensamiento histrico nacional. Sin embargo, AFGtiene la esperanza de que nuevas vertientes como la historia oral se impongan buscandorecuperar la reflexin histrica de las clases populares. Este es el caso de los trabajos deDennis Sulmont (Historia del movimiento obrero) quien ha establecido relacionespermanentes con los trabajadores mineros a travs de cursillos sindicales y ha podido sentar

    las bases de una nueva historia social contempornea.21Alberto Flores Galindo. Los caballos de los conquistadores, otra vez. En: revista Amauta,N 7, Lima, pp. 20-21, 13/03/1991.

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    historia recomienda estudiar los textos de Marx y Lenin, 22 y en particular, losmateriales de Antonio Gramsci quien proporciona un conjunto de conceptostiles para el anlisis histrico peruano (bloque histrico, hegemona, consenso,dictadura, intelectuales, ideologa, etc.).23 Revisando los textos de Vilar yFontana encuentra que ambos historiadores utilizan el marxismo como un

    instrumento de anlisis poltico, es decir, una fusin productiva entre laHistoria, la teora y el marxismo.

    22 .AFG es consciente de los lmites que haba alcanzado el marxismo estructural representadopor Luis Althusser (vase ensayo: La Historia y el Tiempo. Miseria de la Teora ; pp. 312-316). En su propsito de avanzar en la construccin de una historiografa marxista encuentrauna esperanza en las propuestas planteadas por la escuela historiogrfica britnicarepresentada por Eric Hobsbawn, Raymond Williams y Edward Thompson. Se propone estavez cultivar una historia de las clases subalternas y para este efecto recomienda la lectura deLa Formacin de la clase obrera en Inglaterra y Miseria de la Teora (1981).23 AFG recuerda el ejercicio historiogrfico realizado por Pierre Vilar quien estudi a Stalin paraexaminar la temtica del nacionalismo cataln, o los trabajos de Joseph Fontana (Cambio

    econmico y actitudes polticas en la Espaa del siglo XIX y Quiebra de la MonarquaAbsoluta 1814-1820) en la que razona y analiza los hechos histricos incorporando lapropuesta de Gramsci (p.343).