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MANUAL DE LAS MEJORES PRÁCTICAS DE SEGURIDAD PERSONAL Derechos intelectuales del presente manual, en sus versiones audiovisual, impreso y cualquier otra forma de publicación, son propiedad de la Asociación de Maquiladoras y Manufactureras de Exportación de Nuevo León, A.C. Derechos sobre los conocimientos vertidos en el presente manual, son propiedad de Centro Internacional de Inteligencia, SA de CV. Prohibida su reproducción parcial o total sin el consentimiento expreso y escrito de titular de los derechos intelectuales del mismo. Reproducción autorizada para la Cámara de la Industria de la Transformación de Nuevo León Elaborado a solicitud de La Asociación de Maquiladoras y Manufactureras de Exportación de Nuevo León, A.C. (AMMENL), Noviembre, 2010

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Mejores Practicas de Seguridad PERSONAL

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MANUAL DE LAS MEJORESPRÁCTICAS DE SEGURIDAD

PERSONAL

Derechos intelectuales del presente manual, en sus versiones audiovisual, impreso y cualquier otra forma de publicación, son propiedadde la Asociación de Maquiladoras y Manufactureras de Exportación de Nuevo León, A.C.

Derechos sobre los conocimientos vertidos en el presente manual, son propiedad de Centro Internacional de Inteligencia, SA de CV.

Prohibida su reproducción parcial o total sin el consentimiento expreso y escrito de titular de los derechos intelectuales del mismo.

Reproducción autorizada para la Cámara de la Industria de la Transformación de Nuevo León

Elaborado a solicitud deLa Asociación de Maquiladoras y Manufactureras de Exportación de Nuevo León, A.C.

(AMMENL),

Noviembre, 2010

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ÍNDICE

PRÓLOGO 3

INTRODUCCIÓN 4

CAPÍTULO 1. SEGURIDAD EN EL HOGAR 7

CAPÍTULO 2. SEGURIDAD EN TRASLADOS 12

1. Traslado a pie 13 2. Traslado en vehículo particular 14 3. Traslado en transporte público colectivo 16 4. Traslado en transporte público individual 16

CAPÍTULO 3. SEGURIDAD EN LA OFICINA 19

CAPÍTULO 4. SEGURIDAD EN ACTIVIDADES COTIDIANAS 21

1. Bancos y cajeros automáticos 21 2. Tiendas y centros comerciales 24 3. Restaurantes, bares y otros antros 25 4. Cines, teatros y otros sitios de entretenimiento 26

CAPÍTULO 5. SEGURIDAD EN EL CASO DE LA EXTORSIÓN Y EL SECUESTRO 27

1. La extorsión 27 2. El secuestro 30

CAPÍTULO 6. SEGURIDAD EN SITUACIONES DE CRISIS 36

1. Asalto o violación 36 2. Balacera 37 3. Toma de Rehenes 38 4. Retén 39 5. Narcobloqueo 40

CONCLUSIONES Y DIRECTORIO 41

3

PRÓLOGO

Este Manual tiene el objetivo de proporcionar a las empresas, que integran la

Asociación de Maquiladoras y Manufactureras de Exportación de Nuevo León,

A.C. (AMMENL), la lista de las mejores medidas para prevenir y mitigar los

impactos de las actividades delictivas sobre su personal y el de sus familias, así

como atender las situaciones de emergencia que ellos puedan afrontar en

consecuencia.

Se espera que una amplia divulgación de este Manual, complementada con los

cursos adecuados que tomen en cuenta la especificidad de cada una de las

empresas y del perfil de su personal, permita concientizar y capacitar a sus

recursos humanos para que apliquen estas medidas, con el fin de mejorar su

propia seguridad, así como la de sus familias, amigos y seres queridos.

Por estas razones, el Manual constituye sólo un medio para ayudar a las

empresas a introducir a su personal en los aspectos básicos de su seguridad, pero

su objetivo no es el de proveer una asesoría de seguridad, específica y detallada

para cada una de las empresas, ni tampoco es el de sustituir la asesoría de un

profesional en seguridad o la aplicación del sentido común. Para una asesoría

específica, cada empresa deberá consultar al profesional de seguridad de su

elección. Los autores de este manual y la AMMENL, específicamente se deslindan

de toda y cualquier responsabilidad, por cualquier pérdida o daño ocurrido por el

uso, falta del uso o un uso incorrecto de este manual y de la información en él

contenida.

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INTRODUCCIÓN

La seguridad de la población y de sus bienes ante la delincuencia constituye una

de las más importantes obligaciones del Estado, quien la realiza en cualquiera de

los tres niveles de gobierno.

Sin embargo, por más y mejores medidas que tome el gobierno, éstas nunca

serán suficientes, por lo que es altamente recomendable tomar nuestras propias

medidas de seguridad personal.

Es por ello, que la prevención de la ocurrencia de los actos delictivos y, en su

caso, la disminución de sus impactos, constituyen un factor determinante para

mejorar nuestra seguridad y evitar con ello las posibles pérdidas de vida, lesiones

corporales y psicológicas, así como los daños a nuestro patrimonio.

Un factor determinante lo constituye el conocimiento de los diversos peligros a los

cuales estamos expuestos, ya sea en la casa, en la calle, en el lugar de trabajo o

de estudio, en los bancos, las tiendas, así como áreas de esparcimiento y otros

lugares a los que acudimos de manera rutinaria. Este conocimiento nos sirve tanto

para realizar las medidas preventivas apropiadas, que disminuirán la probabilidad

de convertirnos en víctimas de la delincuencia, como para saber actuar

correctamente, en el lamentable caso de vernos involucrados en una situación de

riesgo, aumentando con ello nuestras posibilidades de salir bien librados.

Este Manual fue escrito con esa visión, abarcando tanto las medidas preventivas,

como las de actuación durante la situación de crisis.

El material que se presenta a continuación, fue cuidadosamente seleccionado de

las diversas publicaciones que se encuentran en la amplia bibliografía mundial

dedicada a la Seguridad Personal, enriquecido con la experiencia profesional de

sus autores.

En los primeros cuatro capítulos del Manual, dedicados respectivamente a la

seguridad en

el hogar,

los traslados (a pie, en el automóvil y en el transporte público),

la oficina y la escuela y

los lugares a los que acudimos cotidianamente (bancos, tiendas, áreas

de esparcimiento),

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se mencionan las medidas de prevención ante los principales actos delictivos que

amenazan nuestras vidas e integridad física y mental, además de nuestro

patrimonio.

En los últimos dos capítulos se dan sugerencias y consejos para el

comportamiento y actuación adecuadas en caso

de ser víctima de dos delitos que se ha vuelto cotidianos, como son la

extorsión y el secuestro; y

de encontrarse en una situación de crisis, como un asalto o violación, una

balacera, toma de rehenes, un retén o narcobloqueo.

Por último se hace las conclusiones y se da el Directorio de los órganos

correspondientes con la breve descripción de sus funciones básicas, teléfonos,

páginas WEB, etc.

Sin embargo, antes de comenzar con la exposición de las medidas y sugerencias

mencionadas, es importante destacar que no será suficiente con conocerlas y

memorizarlas. Es indispensable que cada uno de nosotros use el sentido común,

tratando de entender el razonamiento que está detrás de todas de ellas, para ser

capaz de ajustarlas a su realidad económica y social, así como a su estilo de vida

y a las actividades que realiza de manera cotidiana.

Para obtener los mejores resultados de este Manual, debemos de estar siempre

atentos y alerta de lo que sucede a nuestros alrededores, con el fin de poder

detectar anticipadamente los primeros signos de un probable acto delictivo, para

con ello lograr prevenirlo o, al menos, estar preparados para actuar de la mejor

manera durante la situación de crisis.

Para poder lograr la detección anticipada de un acto delictivo, es importante

conocer y entender algunas actividades previas que realiza el delincuente:

Elección e identificación del blanco, que es la fase en la que el

delincuente elige a quién atacar, buscando al más débil, al más distraído,

y/o al que tiene lo que el delincuente busca (dinero, modelo de auto,

apariencia física, etc.). Esta fase puede tomar meses, días o apenas unos

segundos. Es el mejor momento para realizar las acciones de prevención,

pero usualmente la posible víctima no cuenta con la información pertinente

de haber sido la elegida.

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Preparación y planeación, que es la etapa en la que el delincuente, una

vez elegida la víctima, evalúa la situación antes de atacar y planea cómo

será el ataque (día, hora, lugar, forma de abordar, medios, arma, etc.). Esta

fase presenta ciertas oportunidades a la posible víctima de enterarse que

está siendo vigilada, para tomar las medidas preventivas.

Ataque, que es la fase culminante en la que el delincuente realiza el acto.

En ella, ya es tarde para cualquier acción preventiva y es necesario

concentrarse en acciones que le permitan a la víctima salir con el menor

daño posible, tomando en cuenta que el delincuente está extremadamente

nervioso y se necesita actuar con mucho cuidado.

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CAPÍTULO 1. SEGURIDAD EN EL HOGAR

El hogar es el lugar dónde vivimos la mayor parte del día, solos o con la familia,

donde crecen nuestros hijos y nietos, donde se guardan los bienes patrimoniales y

el cual puede convertirse en el blanco de un ataque de delincuentes, con el fin de

afectar nuestra vida e integridad corporal o psicológica, así como de apoderarse

de nuestros bienes. Por esta razón, comenzamos el Manual con las medidas

correspondientes a su seguridad.

Se distinguen tres modos principales de penetración delictiva, para cada uno de

los cuales se ofrecen las medidas pertinentes de prevención:

1. El de Intrusión, que se realiza cuando el delincuente vulnera la infraestructura

del inmueble, frecuentemente en ausencia de los dueños, por medio de la

fuerza bruta, a través del forzamiento, horadación y/o escalamiento; o por

medio de habilidades técnicas e instrumentos específicos, con los cuales hace

escaneo e inhabilitación de los sistemas automáticos de protección de la

vivienda, así como apertura de las chapas.

Las medidas de prevención consisten principalmente en la identificación y el

reforzamiento de los puntos vulnerables del perímetro de la casa y de sus

accesos. En particular:

a. Para el Perímetro

Mantenga las bardas lo más alto posible e instale, dependiendo de sus posibilidades económicas, malla electrificada o protección de púas o, cuando menos, botellas o vidrio quebrado.

Dependiendo de sus posibilidades económicas, procure instalar una serie de sensores a lo largo del perímetro, que le permitan detectar oportunamente una intrusión.

En caso de que su presupuesto se lo permita, instale un circuito cerrado de televisión, con grabación constante o activada por sensores, que cubra interna y externamente el perímetro, así como los accesos principales de su hogar.

Corte las ramas de árboles que puedan servir de trampolín para saltarse a la casa.

Si tiene patio o jardín que sea visible desde la calle, siempre manténgalo limpio, para evitar la impresión de que la casa está abandonada.

Proteja sus azoteas. Hoy en día existen múltiples medios que brindan protección a nuestras azoteas, incluso la electrificación de ellas.

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b. Para los accesos de la vivienda.

Asegúrese de que las puertas y las ventanas de acceso a la casa queden totalmente cerradas en cualquier momento.

Procure que todas las puertas de acceso al exterior y sus respectivos marcos, incluyendo la de la azotea, sean de metal o, al menos, de madera sólida. Asimismo, instale chapas de seguridad, que dificulten la apertura con ganzúas, y refuerce con chapas y dispositivos especiales los laterales de las puertas, incluyendo las bisagras.

Trate de colocar protecciones metálicas solidas en las ventanas, especialmente en las de la planta baja.

Coloque película o laminado de seguridad, que evite o dificulte la ruptura del vidrio.

Instale una alarma sonora con botones de pánico, distribuidos en las habitaciones, conectada a la vez a una central de alarmas.

Siempre que pueda, utilice pasadores para asegurar las puertas de cochera, con apertura automática, con el fin de evitar que los delincuentes utilicen controles remotos clonados mediante escaneo de frecuencias o de combinaciones.

En caso de la perdida de alguna llave, no dude en cambiar la combinación a la brevedad posible.

2. El de Amago, que se caracteriza por la penetración mediante la violencia física

y/o psicológica, en contra de algún habitante de la casa. El caso de violencia

psicológica se distingue por la existencia de una amenaza de ejercer la

violencia contra usted o algún ser querido, en caso de que no se les permita el

acceso a los delincuentes al interior de su hogar.

Dependiendo de su situación económica, instale un video portero, interfono, mirilla o cadena para limitar el acceso y asegurarse de identificar siempre quien es la persona que llama o pretende entrar.

Para el caso de su cochera, procure que la puerta sea de control remoto y si es al aire libre, que esté bien iluminada, ya sea de manera permanente o con sensores de movimiento, con la finalidad de asegurarse que cuando usted se suba o se baje de su vehículo, pueda detectar a tiempo una situación de peligro.

Cuando llegue a su casa, ya sea a pie o en vehículo, observe los alrededores, con la finalidad de asegurarse de que no hay ninguna persona en actitud sospechosa en la cercanía.

En caso de observar alguna situación fuera de la normalidad o que le genere desconfianza, aléjese y traté de comunicarse por teléfono con su familia y, en ausencia de alguien en su casa, acuda a las autoridades.

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Al llegar, procure tener listas las llaves de ingreso a su casa, o el control remoto de su cochera, ya que cualquier demora favorece al delincuente.

Al estacionar su vehículo, ingrese a su cochera en reversa, para no perder la visión de lo que pasa en la calle.

3. El de Engaño, cuando el delincuente trata de penetrar ya sea a través de la

manipulación de la información verídica, como por medio de las mentiras y

seducción, generando ciertas expectativas e interés de los habitantes del

hogar.

Nunca informe a otros sobre las cosas que no les incumbe, especialmente a los extraños.

Instale un identificador de llamadas y una contestadora telefónica, y no conteste ninguna llamada proveniente de un número desconocido. Si se tratara de una llamada importante, de seguro le dejarán un mensaje.

No deje anuncios con datos e información personal en la contestadora telefónica. En vez de decir que usted no está en la casa, mejor diga que está en este momento ocupado.

Nunca proporcione, vía telefónica, información de índole personal. En caso de hacerlo en persona, verifique primero quién y por qué la solicita, así como asegúrese sobre la importancia de hacer esto.

Informe a los demás miembros de su hogar, y pida que ellos lo hagan en reciprocidad, si espera alguna visita, ya sea de índole personal o para algún tipo de servicio técnico, así como entrega de cualquier objeto o paquete. Eso, con la finalidad de que la gente esté preparada para verificar la identidad de los visitantes.

No permita la entrada a personas desconocidas, bajo ninguna circunstancia, ya sea que ofrezcan algo, ya sea que soliciten algún favor o ayuda.

Tampoco permita la entrada de personas que ofrezcan servicios que no hayan sido solicitados, tales como revisiones de fallas de luz, fugas de agua, gas, etc. En caso de servicios anticipadamente solicitados, antes de permitir la entrada, verifique los documentos pertinentes.

No olvide que los servicios de paquetería usan uniformes y vehículos muy específicos; sin embargo, verifique sus credenciales, manteniendo la puerta abierta con cadena, sin permitirles la entrada.

En caso de una visita de agentes policíacos, solicite primero ver la orden de cateo, ya que sin ella, no pueden, bajo ninguna circunstancia, entrar a su hogar. La orden tiene que estar firmada por un juez.

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Para las Situaciones de Crisis en el Hogar, que puedan surgir debido a la

Intrusión, Amago o Engaño, se sugiere organizarse, tanto dentro de su familia

como con sus vecinos, para planear y realizar las siguientes medidas generales:

Acondicione una habitación o espacio, llamado de pánico, donde usted y su familia puedan esconderse y resguardarse ante el caso de una agresión delictiva. Este lugar, idealmente, debe tener un blindaje arquitectónico, puertas y chapas reforzadas, alarma, sistema de comunicación celular, botiquín de primeros auxilios, medicamentos indispensables, luz de pilas, alimentos, agua y oxigeno si lo considera pertinente.

Organícense dentro de la familia para acordar sobre actividades coordinadas en caso de una emergencia y contar con la información pertinente para establecer la comunicación. En particular, se aconseja:

o Elaborar un registro con los datos de cada uno de los habitantes del

hogar, tales como el nombre, horarios de trabajo, de escuela y de otras actividades rutinarias, números de teléfonos fijos y celulares. Este registro debe permanecer en algún lugar conocido por todos en la familia, sin embargo escondido de los visitantes.

o Establecer un procedimiento de identificación que permita enterarse sobre una situación de emergencia. Para ello se requiere que cuando llega alguien de la familia y toque la puerta, se acostumbre identificarse con su nombre (por ejemplo: Dora). Pero, en caso de estar acompañado por un delincuente, tiene que añadir a su nombre otro no existente (contestando: Dora Silvia) y con esto informará sobre la situación de emergencia en que se encuentra. El mismo procedimiento puede utilizarse con porteros o vigilantes en condominios.

o Acordar dentro del hogar sobre las acciones a realizar en tal caso, así como en otras situaciones semejantes de Crisis, como pueden ser:

Activar el sistema de alarma con que se cuenta. Si se puede, salir rápido de la casa y si no, encerrarse en un

cuarto, que puede ser el espacio de pánico. Pedir ayuda a la policía por teléfono, así como a los vecinos y

transeúntes, gritando por la ventana.

o En caso de encontrar su hogar robado, llame a la policía, pero no toque nada. Tampoco intente cerrar las puertas y ventanas, no manipular ningún objeto, ni trate de acomodar la devastación que dejaron los delincuentes, pues todas las pistas y huellas digitales están ahí. Después, se deberá elaborar una lista de los objetos sustraídos para entregarla a la policía y al seguro.

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Tenga un expediente completo, con nombre, apellidos, domicilio, foto, fecha y lugar de nacimiento y copia de una identificación oficial de cada uno de los miembros de su personal doméstico, ya sea de planta o de entrada por salida, abarcando al personal de mantenimiento y a los vigilantes o porteros.

Conozca a los vecinos y organícense para ahuyentar la presencia de los delincuentes y atender las situaciones de emergencia en forma solidaria. En particular, se aconseja:

o Elaborar un registro de la información sobre los números de teléfonos de

cada uno de vecinos coparticipes, para asegurar la comunicación en caso de una emergencia y que debe estar disponibles sólo para ellos.

o Acordar sobre las medidas y medios para identificar situaciones

anormales o sospechosas y dar el aviso correspondiente o la alarma en el caso de algún ataque a cualquier hogar del vecino participante.

o Instalar una alarma sonora y visual con botones de pánico,

mancomunada por los vecinos y ubicada en cada uno de los hogares participantes.

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CAPÍTULO 2. SEGURIDAD EN TRASLADOS

Una buena parte de nuestro tiempo lo ocupan los traslados, ya sea por la

necesidad de llegar a los lugares de trabajo, la escuela, el banco, la tienda, las

áreas de esparcimiento, etc., o hasta simplemente, por hacer una buena caminata.

Hoy en día, el salir a la calle puede constituir toda una hazaña, por lo que se

necesita cuidarse mucho durante el traslado.

El peatón, el conductor o el usuario de un transporte público, está expuesto a dos

tipos de riesgos: ser víctima de un accidente de tránsito o de un acto delictivo que

le puede quitar la vida, producirle daños a su integridad física o psicológica, así

como ocasionarle pérdidas económicas.

Las medidas de seguridad para prevenir los accidentes de tránsito son

ampliamente conocidas, por lo que no forman parte de este Manual, el cual se

enfocará a las necesarias para prevenir los delitos.

En términos generales, en la calle, los delincuentes pueden tener diversos

objetivos, tales como: robar, asaltar, secuestrar, lesionar, violar o matar.

A pesar de que los peligros a los que estamos expuestos en todos los tipos de

traslados son similares, existen algunas variaciones:

cuando nos desplazamos a pie, somos muy vulnerables, al no tener

alrededor de nosotros ningún tipo de protección ni ninguna compañía;

en el vehículo tenemos la ventaja de la protección y velocidad que nos da el

coche, más sin embargo, al representar éste un objetivo adicional para los

delincuentes, el riesgo no se aminora;

en un transporte público colectivo, tenemos la ventaja de no encontrarnos

solos, sin embargo el hecho de que alrededor de nosotros existan más

personas, dificulta por un lado la detección oportuna de un probable

delincuente y, por el otro, atrae a los mismos, por existir un mayor botín,

situación que además se agrava debido a la existencia de pocos accesos,

que pueden fácilmente ser controlados por los delincuentes;

finalmente, en el transporte público individual, tenemos la desventaja de

que estamos a la merced del conductor del vehículo, quien nos puede llevar

a donde y por done él quiera.

A continuación se presentan las sugerencias y las medidas de seguridad que se

aconsejan realizar para los siguientes tres tipos de traslado: a pie, en transporte

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público, ya sea de tipo individual (taxi) o de tipo colectivo (camiones, microbuses,

metro, etc.), o en transporte particular.

1. Traslado a pie.

Si puede caminar acompañado, prefiéralo a hacerlo solo.

Asuma un perfil bajo. No use ropa llamativa ni cara. Evite usar joyas, relojes y cualesquiera otros objetos de valor.

Las mujeres deberán evitar usar ropa fácil de ser arrancada, así como zapatos que no les permitan correr en caso de una emergencia.

Procure no usar pelo suelto o trenzas o cola de caballo, que por definición sirven al violador como medio de sometimiento.

Lleve a la mano algún objeto que le pueda servir para defenderse, como por ejemplo un bastón o un paraguas. Si considera usted pertinente llevar consigo un gas lacrimógeno o una picana eléctrica, verifique primero la legalidad de hacerlo en su estado o municipio y aprenda su uso.

Evite la rutina, tanto en lo que se refiere a los horarios, como a las rutas utilizadas.

Al caminar, esté atento a lo que pase a su alrededor. No se distraiga con otras actividades, como hablar por el celular, mandar mensajes, hojear documentos o simplemente soñar.

Camine de manera decidida, con un objetivo y destino claro. Aún si no está usted totalmente seguro a donde ir, no lo demuestre.

Evite caminar por calles desiertas y poco iluminadas.

Si llega usted a zonas altamente concurridas, como por ejemplo, mercados, paradas de transporte colectivo, cruces peatonales, por mencionar tan sólo algunos, redoble sus precauciones, ya que son lugares idóneos para el robo. Preste especial atención a sus bolsillos o la bolsa, donde lleve objetos de valor y revíselos de inmediato, en caso de sufrir un choque o empujón.

Camine en el sentido opuesto a la circulación de los vehículos, alejado tanto del flujo vehicular, como de las casas y edificios.

Procure no llevar nada en las manos, salvo aquello que trae para la defensa y, en caso de tener una bolsa o portafolio, trate de que ésta pueda llevarse colgada, lo más pegada al centro de su cuerpo.

Si en una calle poco transitada, se encuentra usted con dos o más personas, procure cambiarse de banqueta. Si todos o algunos de ellos también se cambian, voltee y camine apresuradamente en sentido contrario del que usted llevaba, hasta llegar a una zona concurrida.

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Si se topa usted de frente con dos o más personas, que se abran para permitirle el paso por en medio, no lo haga. Rodéelos por el lado vehicular, aunque tenga que descender usted de la banqueta. Haga lo mismo, si en vez de abrirse por en medio, ellos le seden el paso por el lado de los inmuebles, evitando así quedar atrapado entre los delincuentes o entre ellos y una pared o barda.

Si tiene sospecha de estar siendo seguido, entre y salga de establecimientos comerciales, utilizando distintas puertas, si este fuese el caso, o cámbiese de acera. Si comprueba que efectivamente lo están siguiendo, trasládese de inmediato a un lugar concurrido y trate de contactar urgentemente a la autoridad.

Evite establecer contactos con personas que lo aborden en la calle, ya sea para preguntarle alguna dirección, ya sea para pedirle o venderle algo. Diga “disculpe” o “no, gracias”, dependiendo de la situación y siga caminando.

2. Traslado en vehículo particular.

Mantenga el vehículo en perfectas condiciones mecánicas y procure tener el tanque de gasolina por lo menos lleno hasta la mitad.

Guarde sus objetos de valor en la cajuela de su auto, incluyendo la bolsa, el portafolio y la billetera principal. Si trae usted papeles importantes que no le representan un beneficio al delincuente, póngalos por separado en el asiento junto a usted, para poder bajarlos en caso de que le quiten el vehículo. Tenga a la mano una billetera con muy poco efectivo, para poder entregarla al delincuente, en caso de un asalto.

Evite usar joyas, relojes y cualesquiera otros objetos de valor, de manera visible. Si se va a trasladar a un evento social que requiera el uso de ropa de fiesta y de joyería, procure cubrirse con una chamarra y una gorra.

Al subirse a su coche active de inmediato sus seguros y arranque. Nunca se quede dentro del coche sin poner los seguros y emprender la marcha.

Nunca conduzca con las ventanas abiertas.

Cuando conduce, no se distraiga. No haga ninguna otra actividad, como por ejemplo, hablar por el celular, maquillarse, rasurarse, ponerse la corbata, comer o leer algo.

Observe frecuentemente sus espejos laterales y el retrovisor, para identificar oportunamente si hay algún vehículo que lo esté siguiendo. Ante una sospecha, trasládese a una zona concurrida, como puede ser un centro comercial o deténgase junto a una patrulla. Trate de anotar o memorizar la placa y las características del vehículo y de sus ocupantes,

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proporcionando esos datos a la policía, ya sea en persona o vía telefónica.

Ignore las provocaciones de otros conductores, incluyendo pequeños choques, ya que nunca se sabe quiénes vienen en los otros coches, ni cuáles son sus intenciones.

Evite detenerse o abrir las ventanas, cuando otros conductores traten de comunicarle o preguntarle algo.

No se pare para proporcionar algún tipo de auxilio, ni dé aventones a gente desconocida. En caso de observar un accidente o acto delictivo, no se detenga, sino comuníquese vía telefónica con la autoridad correspondiente y proporcione toda la información.

Si su coche sufre una ponchadura, no se detenga y avance hasta alguna zona concurrida.

En los semáforos, quédese por lo menos a dos metros de distancia del coche de enfrente y mantenga la velocidad en “drive”. Observe lo que pase a su alrededor y no permita que los limpiavidrios se suban a su cofre. Asimismo, procure no comprar nada, ni aceptar ningún volante.

Cuando se estacione, piense en la hora en la que regresará a recoger su vehículo y vea si no está demasiado aislado el lugar donde lo está dejando.

Si el estacionamiento es de varios pisos o niveles, trate de encontrar un lugar cerca de los elevadores o de las escaleras.

No deje en el coche papeles con su nombre y domicilio o teléfono. La tarjeta de circulación, déjela en la guantera, bajo llave. De preferencia, no deje el control remoto para la apertura de su cochera automática, dentro del vehículo.

En los estacionamientos, en los que deja las llaves al encargado o al valet, no deje las de la guantera ni de la cajuela y procure tener activado el seguro que impide su apertura desde el interior. Nunca ponga las llaves de su casa en el mismo llavero que las del coche.

Cuando entre o salga de un estacionamiento de autoservicio, traiga las llaves en la mano y procure tener el dedo sobre el botón de pánico.

Antes de acercarse a su vehículo o de abrirlo, observe si no hay personas en actitud sospechosa en las cercanías.

Cuando camina por un estacionamiento, evite pasar cerca de camionetas, sobre todo de las que tengan puertas deslizables, ya que se corre el riesgo de ser jalados al interior de las mismas.

En el caso de estacionar su vehículo en la calle, no olvide de cerrarlo, ponerle la alarma y algún dispositivo adicional, como bastón o candado de la palanca de velocidades. No deje a la vista ningún objeto de valor.

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3. Traslado en transporte público colectivo.

Igual que en el caso de traslado a pie, nunca porte ropa vistosa o joyas que puedan llamar la atención de los delincuentes.

Cuando suba al transporte colectivo, procure pararse o sentarse cerca de la puerta. Así, en caso de detectar cualquier peligro, usted tendrá mayores posibilidades de descender del vehículo.

Procure pararse o sentarse junto a una mujer, ya que la probabilidad de que ella sea una delincuente es menor.

Cuando esté en un transporte colectivo, no haga ninguna otra actividad, como por ejemplo, hablar por el celular, mandar mensajes, maquillarse, comer o leer algo. Por un lado, el estar distraído lo puede convertir en presa fácil de los delincuentes. Por el otro, el hablar por teléfono o el revisar documentos bancarios u otros con datos personales, pueden facilitar al delincuente la obtención de información que le servirá para cometer, más adelante, alguna extorsión, amago psicológico o engaño.

Manténgase siempre alerta, observando al resto del pasaje, sin que ellos lo noten.

No se duerma en el trayecto, pues esto lo hará presa fácil de los delincuentes.

Preferentemente viaje acompañado y en ese caso, trate de no comentar con su acompañante ningún dato personal, como nombres, domicilios, actividades, por mencionar algunos.

Trate de evitar por igual, los transportes sobresaturados y los vacíos. Si es de noche, exija que el chofer prenda las luces interiores y, si no lo hace, bájese en la primera parada que pueda y que no esté oscura y desierta.

En el caso de que detecte a alguien con una actitud sospechosa, proceda a bajarse del vehículo. Si esa persona también se baja detrás de usted, trate de regresarse de inmediato al transporte y, en caso extremo, corra hacía una zona concurrida, gritando al mismo tiempo el nombre de alguien, para hacerle creer al delincuente que no está usted solo.

4. Traslado en transporte público individual.

Aunque éste usted en la calle, pida siempre servicio de taxi de sitio, pidiendo el número de la unidad que enviarán. Si está usted cerca de un sitio, camine a él y tome el taxi directamente ahí.

En los aeropuertos y terminales de camiones, sólo contrate los servicios de taxis autorizados, aunque pague un poco más.

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En caso de que alguien le pueda acompañar al momento de tomar el taxi, pídale en voz alta, para que el conductor lo escuche, que apunte el número de placas y quede con él de que le llamará tan pronto llegue usted a su destino.

Si toma un taxi en la calle, elija uno que viene circulando, evitando el primero que vea y nunca tome aquel que se detiene sin que usted lo haya solicitado, ofreciéndole el servicio. Procure que el taxi tenga las placas autorizadas y que sea un modelo reciente y en buen estado de conservación.

Nunca tome taxis que se encuentran estacionados al salir usted de bancos o entidades financieras. En esos casos, procure caminar una cuadra, para que el taxista no sepa de donde viene usted.

Nunca aborde un taxi, donde viaja alguien con el chofer.

Cuando haya abordado el taxi, verifique que el taxista tenga la tarjeta de control con foto y coloquialmente diríjase a él por su nombre y haga algún comentario sobre su apellido (origen del mismo, igual que unos amigos, etc.), todo ello con el fin de que él sepa que usted lo ha identificado. Si no tiene la tarjeta, o ésta no coincide con el conductor, proceda de inmediato a bajarse del vehículo.

Al abordar, pida que el conductor recorra el asiento delantero derecho hacia adelante y proceda usted a poner el o los seguros de las puertas a las que tiene acceso y pida al conductor poner el seguro de aquellas que usted no alcance, lo que impedirá el acceso de cualquier compinche por esas puertas.

Es aconsejable no indicar al conductor la dirección exacta de su destino, sino sólo la zona aproximada. Indique usted al taxista la ruta preferida para llegar a su destino. En caso de que el chofer conduzca por caminos o rutas desconocidas para usted, hágaselo notar y si no rectifica, a la primera oportunidad o semáforo, bájese y déjele el monto adeudado en el asiento delantero y, si es preciso, corra. Llegando a la zona solicitada, guie al conductor a su destino. En caso de cualquier sospecha, bájese media cuadra antes o después de su destino final y camine a pie.

Por regla general, al abordar un taxi, marque desde su celular, aunque no le conteste nadie y diga que ya tomó un taxi de tales características, en tal lugar, proporcionando además el nombre del taxista y el tiempo esperado de su llegada.

Procure siempre preguntar al taxista el precio aproximado, que en su experiencia pueda marcar el taxímetro a su destino, dejándole entender que no lleva usted mucho más que lo que él le acaba de decir.

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Manténgase atento y no confíe ante conductores demasiado amables e insistentes en entablar una conversación, ya que con ello él puede estar distrayéndolo o sacándole información. No revele datos de sus actividades ni laborales, ni sociales, ni familiares, ni ningún otro dato personal.

Ponga mucha atención en el caso de que el conductor hable por el celular y si durante la conversación indica el destino al que va, pretenda usted recibir una llamada celular que le genere a usted la necesidad de cambiar de destino. En ese caso, redireccione el taxi a la zona concurrida más cercana.

A lo largo del trayecto, trate de observar si hay algún vehículo que lo esté siguiendo.

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CAPÍTULO 3. SEGURIDAD EN LA OFICINA

Cuando hablamos de la seguridad en la oficina, nos referimos a todo lo que tiene

que ver con la seguridad en nuestro lugar de trabajo y, en caso de los estudiantes,

en el lugar de estudio.

En el caso de la seguridad en la oficina, debemos de distinguir aquellas medidas

que son de carácter institucional, de las de carácter personal. En el caso de este

Manual, no nos estaremos enfocando en las institucionales, ya que esas pueden

variar de institución en institución. Tampoco se cubrirán las que tengan que ver

con los desastres, que tradicionalmente son vistos por las áreas de protección

civil, sino sólo aquellos que son producto de actos delictivos.

Parte de las medidas preventivas ya han sido cubiertas en los capítulos anteriores,

y no serán repetidas, como las que se refieren a la seguridad en los traslados a

pie entre un edificio y otro o las que se refieren a la seguridad en los

estacionamientos.

A pesar de que la mayoría de las instalaciones laborales y educativas cuentas con

medidas de seguridad propias, entre ellas las de control de accesos, estas

medidas muchas veces no son perfectas ni absolutas, por lo que no debemos,

como individuos, bajar la guardia y olvidarnos de las medidas personales. Al ser

estas instalaciones, lugares de concentración de personas, se vuelven atractivas

para los delincuentes, en la mayoría de los casos externos, pero,

desafortunadamente, también para aquellos que forman parte de la comunidad

institucional.

Cumpla íntegramente con todas las medidas de seguridad institucionales. No trate en ninguna circunstancia, por medio de la amistad, el dinero o las amenazas, de obtener algún tipo de exenciones. Denuncie, cuando alguien no cumpla o permita el no cumplimiento de cualesquiera medidas de seguridad. Recuerde que son para el beneficio de usted y de toda la comunidad.

Evite dejar objetos valiosos en el aula, las oficinas o los casilleros.

Mantenga vigilados sus objetos personales y ponga especial cuidado en artículos electrónicos de valor considerable (palms, celulares, radios, laptops, proyectores).

Evite permanecer solo, en lugares alejados, mal iluminados o desiertos.

No acepte el ofrecimiento de desconocidos, aún dentro de las instalaciones institucionales, de llevarlo a la casa.

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Evite permanecer en el exterior de los inmuebles (en la calle), más tiempo del necesario, minimizando con ello la exposición a peligros adicionales.

Denuncie cualquier presencia de armas de fuego o blancas, así como de objetos peligrosos por su naturaleza (químicos, flamables, explosivos, etc.)

Reporte cualquier actividad anormal o presencia de personas sospechosas.

Cuando llegue a cualquier instalación, identifique su mejor opción de evacuación.

No subestime conductas inusuales de sus compañeros, incluyendo amenazas, actitudes agresivas y prepotentes, así como cualquier mención sobre homicidios, suicidios, armas y drogas. Reporte esas conductas de inmediato a la autoridad institucional, identificando al compañero y especificando la conducta que le pareció preocupante.

No caiga en provocaciones ni pleitos de cualquier índole.

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CAPÍTULO 4. SEGURIDAD EN ACTIVIDADES COTIDIANAS

Este capítulo cubrirá las medidas preventivas relacionadas con los peligros

provenientes de los actos delictivos a los que estamos expuestos cuando

realizamos algunas actividades cotidianas, como acudir al banco o, en su caso, al

cajero automático, ir al supermercado o a la tienda, acudir a los restaurantes,

cines y otros sitios de entretenimiento.

No se olvide que muchas de las medidas descritas en los capítulos previos, son

aplicables también para estas actividades. Lo que no se debe de perder de vista

es el hecho de que para todas las actividades cotidianas contenidas en este

capítulo, es indispensable traer dinero en mayor o menor cantidad, hecho que los

delincuentes saben, por lo que a pesar de que, en la mayoría de los casos, no

representan nuestras actividades más prolongadas, sí representan algunas de las

más peligrosas.

1. Bancos y cajeros automáticos

El acudir a los bancos o los cajeros automáticos, es una de las actividades de

mayor riesgo, ya que en muchos casos traemos dinero en efectivo para realizar un

pago o sacamos dinero en efectivo o traemos con nosotros algunos otros

instrumentos de pago, como la tarjeta de débito, crédito o la chequera. Los

peligros a los que estamos expuestos, son: fraude, robo, asalto, secuestro y

homicidio.

De preferencia utilice la banca electrónica para evitar en lo posible tener que acudir a los bancos.

Si va a acudir a un banco o a un cajero, procure no hacerlo solo, sino trate de ir acompañado por al menos una o más personas.

Si planea usted cambiar un cheque, prepárelo desde el inicio y deje la chequera en su casa u oficina, pero no la traiga con usted al banco. No firme el cheque, hasta no estar frente al cajero. Si lo piensa depositar a otra cuenta, de preferencia ponga la leyenda de “no negociable” y “para depósito en la cuenta del beneficiario”.

Si utiliza cajeros, preferentemente use los que se encuentren dentro de los centros comerciales. Nunca los use de noche, ni tampoco acuda a los que se encuentren en la calle o en lugares aislados.

Separe anticipadamente la tarjeta de débito o crédito que vaya a utilizar. De preferencia, deje todas las demás en la casa, o si no, al menos en su coche.

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Cuando se acerque a un cajero, observe si hay personas en la cercanía que no parezcan estar haciendo nada. También, procure evitar los cajeros en los que existan varias máquinas ubicadas en el mismo local, cuando ya haya personas adentro del mismo. Si ese fuese el caso, mejor vaya a otro cajero o regrese más tarde.

Al marcar su clave o NIP, tape con el cuerpo el teclado para evitar que alguien lo observe.

Nunca le pida o acepte ayuda a ninguna persona que no fuese empleada del banco. Si su tarjeta queda atrapada por el cajero, comuníquese de inmediato vía telefónica al banco, para informar de lo ocurrido.

No cuente el dinero en el interior del cajero, espérese a llegar a su destino, ya que en el raro caso de un faltante, de cualquier manera tendrá que hacer su reclamo con posterioridad.

Si imprime un recibo de su transacción, no lo tire en el basurero. Si lo hace, los asaltantes sabrán cuanto sacó y lo podrán seguir. Si realiza usted la consulta del saldo, procure no imprimir el resultado, ya que en caso de un asalto le estará usted facilitando a los delincuentes el conocer cuánto dinero posee usted.

En operaciones de cambio de cheques, evite ir a sucursales chicas y en lo posible, a las que no tienen estacionamiento en el mismo inmueble. Los Centros Financieros o las sucursales grandes tienen mayor vigilancia, tanto en la sucursal, como en el estacionamiento.

Nunca acceda a cambiar algún cheque que le pidan en la entrada, siempre son estafadores y usted llevará las de perder.

Evite comentar con el cajero que lo atiende, acerca de su trabajo o actividades, ya que en ocasiones los cajeros son cómplices de los asaltantes y les podrán pasar la información.

Al recibir su dinero, procure contarlo al mismo tiempo que el cajero y con su cuerpo cubra su recepción.

Al salir del banco, verifique que nadie lo siga, para lo cual camine aparentando ver aparadores. En caso de cualquier duda, regrésese al banco o métase en la primera tienda que vea con gente. Si las personas sospechosas lo siguen al banco o a la tienda, llame de inmediato a las autoridades.

En caso de que nadie lo esté siguiendo, no se detenga ni acepte ningún ofrecimiento como venta de una joya, boletos para un espectáculo, boletos de rifas supuestamente premiados y trasládese de inmediato a su lugar de destino.

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2. Tiendas y centros comerciales

Al acudir a las tiendas y a los centros comerciales, nos volvemos doblemente

atractivos para los delincuentes, ya que no sólo traemos dinero en efectivo para

realizar las compras, sino muchas veces la mercancía que ya adquirimos.

Recuerde utilizar las medidas previamente explicadas en los capítulos anteriores,

en lo que se refiere a traslados a pie y en vehículo, en particular lo referente a los

estacionamientos.

Antes de acudir a la tienda o al centro comercial, planee usted lo que piensa comprar y haga un pequeño presupuesto. Sólo lleve consigo el dinero necesario o la tarjeta de crédito que tenga el saldo o límite mínimo para cubrir sus compras.

Separe la tarjeta de crédito del dinero en efectivo, y guárdela en un lugar distinto. Por otro lado, divida el efectivo y guárdelo en varios lugares. Todo ello, con el fin de no mostrar al cajero, vendedor u otros clientes, la totalidad de recursos que trae consigo.

Cuando pague, no pierda de vista su tarjeta de crédito, pues en ocasiones los mismos cajeros son cómplices de los falsificadores y le pueden clonar su tarjeta de crédito.

Si siente que alguien lo está siguiendo, vaya de inmediato a donde se encuentre la seguridad de la tienda y avíseles.

Si va usted acompañado por menores, no se despegue de ellos, ni los mande a traerle mercancía. Ha habido secuestros exprés en los supermercados, donde el delincuente exige que le pague usted su carrito de compras, a cambio de la liberación de su ser querido.

Nunca deje su bolsa en el carrito, ni la pierda de vista cuando esté en áreas concurridas de la tienda o en aquellas donde nos quedamos sin movimiento, esperando un servicio, como pueden ser las de salchichonería, carnicería, pescados y mariscos, así como la de cajas.

Si va a comprar mucho, es mejor hacerlo en varios eventos, ya que el traer mucha mercancía lo convierte en un blanco atractivo para el delincuente, ya sea con el objetivo de robarle el efectivo, previo al pago o de quitarle la mercancía, una vez que haya usted pagado.

Si lleva muchas bolsas, pida que alguien de la tienda lo acompañe a su coche y le ayude. De esta forma, dejará de ser presa fácil para los delincuentes, que escogen a quien no se pueda defender, ya que tendrá las manos libres y podrá concentrarse en observar lo que sucede alrededor de usted y su vehículo.

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3. Restaurantes, bares y otros antros.

El acudir a los restaurantes, bares y otros antros, representa varios peligros: por

un lado son lugares a los que normalmente acudimos con joyas, relojes y otros

artículos de valor, además del dinero y tarjetas de crédito; por otro lado, el

narcotráfico y la delincuencia común los han convertido en blancos habituales,

tanto para la venta de estupefacientes, como para la realización de sus

venganzas, ya sea contra bandas rivales o contra dueños que no han querido

cooperar; y, finalmente, la situación se agrava, debido a que frecuentemente nos

encontramos en ellos bajo influencia del alcohol, lo que dificulta una toma de

decisiones oportuna y precisa.

Antes de acudir al restaurante, planee usted lo que piensa gastar, dependiendo del tipo de lugar y de cuantas personas piensa usted invitar. Sólo lleve consigo el dinero necesario o la tarjeta de crédito que tenga el saldo o límite mínimo para cubrir este gasto.

Procure no ser ostentoso en joyas y equipos electrónicos.

Procure sentarse en una mesa cerca de la salida de emergencia, en posición que pueda observar la entrada y de preferencia, de espalda a la pared.

No deje su saco o bolso en las sillas que estén al paso, ni los pierda de vista.

Si se levanta, aun momentáneamente, llévese sus pertenencias.

Aunque esté usted entretenido en la conversación en su mesa, no pierda de vista lo que ocurre en otras mesas.

De preferencia, solicite que las bebidas le sean servidas en la mesa y que las latas y botellas sean abiertas en su presencia.

No acepte invitaciones de bebidas provenientes de desconocidos y no permita que éstos se sientan en su mesa.

No haga nada que pueda generar malestar en otros comensales, como por ejemplo, observarlos fijamente o hacer algún tipo de comentarios sobre ellos.

No caiga en provocaciones, que puedan convertirse en pleitos, por parte de otros comensales o del personal de servicio. Siempre es mejor disculparse, aunque sea por algo que usted no hizo, que terminar peleando.

Sea reservado en lo que usted platica y procure que cualquier asunto de índole personal, familiar o laboral, lo haga usted en tono de voz baja, ya que nunca se sabe quién puede estar sentado en la mesa de al lado y que uso le puedan dar a lo que alcancen a escuchar.

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Conozca usted su propia capacidad del consumo de bebidas alcohólicas y nunca la rebase.

Si va a pagar con tarjeta de débito o crédito, exija que lleven la terminal de cobro a su mesa, para nunca perder de vista la tarjeta.

4. Cines, teatros y otros sitios de entretenimiento

En los cines y teatros nos enfrentamos al hecho de estar, frecuentemente,

incomunicados, al apagar nuestros celulares. Esa ventana de incomunicación, de

entre una hora y media y hasta dos horas y media, en promedio, les da la

oportunidad a los delincuentes de realizar amagos psicológicos y extorsiones en

contra de nuestros seres queridos.

Al ir al cine, al teatro o a cualquier otro evento con horario determinado, procure llegar con suficiente tiempo de antelación, para asegurarse que su vehículo quedó bien estacionado y cerrado y de que no dejó usted, por las prisas, algún objeto de valor a la vista.

Si el lugar cuenta con el servicio de valet parking, asegúrese de que éste sea legítimo y de que el local o el evento, efectivamente dispone de este servicio.

Al entrar al cine, evite contestar cualquier encuesta o llenar alguna solicitud, en la que proporcione usted sus datos personales. Esto, debido a que los delincuentes, sabiendo que usted probablemente apague el celular durante las próximas dos horas, puedan llamar a su casa y tratar de extorsionar a sus seres queridos con un supuesto secuestro, proporcionándoles información detallada y precisa, como por ejemplo, el cómo iba usted vestido.

Al llegar al cine, llame usted a algún familiar e infórmele sobre su ubicación, así como el tiempo aproximado en el que estará en el cine.

De preferencia, no apague usted su celular, sino póngalo en modo de vibración, para no quedar totalmente incomunicado.

De preferencia, entre a la sala cuando la luz aún esté encendida y observe a las personas que ya estén sentados. Procure no sentarse cerca de algún grupo que tenga actitudes sospechosas, agresivas o de estar bajo influencia del alcohol o drogas.

No deje que los menores vayan al baño sin la supervisión de un adulto.

En caso de acudir a un evento masivo, procure no llevar nada con usted que le ocupe las manos. Evite llevar bolsas y mejor guarde los objetos de valor en su ropa.

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CAPÍTULO 5. SEGURIDAD EN EL CASO DE LA EXTORSIÓN

Y EL SECUESTRO

Desafortunadamente la extorsión y el secuestro se han convertido en los delitos que más preocupan a la sociedad. Mucho se debe a la realidad y mucho a la percepción que la sociedad tiene sobre ellos. Existen pocas familias que no hayan sufrido esos delitos, ya sea de manera directa o a través de un familiar o amigo.

Las medidas de prevención expuestas en los capítulos previos, disminuyen nuestra probabilidad de convertirnos en la víctima de estos delitos. Sin embargo, a continuación, encontrará usted algunos consejos específicos, tanto preventivos, como los relacionados sobre lo que se debe de hacer en caso de ser la víctima del secuestro o la familia a la que el secuestrador esté amenazando.

1. La extorsión

En una extorsión, el delincuente trata por medio del engaño, ya sea vinculado a promesas o a amenazas, que su víctima le pague el monto exigido, al creer que éstas son reales.

Los casos más comunes, son:

Familiar supuestamente secuestrado.

Solicitud de ayuda económica por parte de un supuesto familiar, que aparentemente tiene un problema con la autoridad.

Que alguien contrató al delincuente para matarlo o dañarlo.

Que ha ganado usted algún sorteo o premio en bancos o empresas.

Supuesto trámite de tarjeta de crédito.

Los delincuentes solicitan depósitos de dinero o compra de tarjetas telefónicas de prepago, con las que financian sus operaciones.

Por lo regular este tipo de delitos se da durante el día, cuando hay sucursales bancarias abiertas o tiendas para la compra de las tarjetas prepagadas.

Últimamente han comenzado las extorsiones no telefónicas, en las que el delincuente visita al propietario o encargado de un negocio y haciéndose pasar por miembro de algún cártel, comúnmente el de Los Zetas, le exigen un pago mensual a cambio de una supuesta protección.

El problema con las extorsiones, tanto telefónicas, como presenciales, sobre todo las que están basadas en amenazas, es la de distinguir el engaño de la realidad. Es decir, la extorsión de un secuestro real y a un delincuente común, del que efectivamente pertenece a la delincuencia organizada.

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Como ya se sugirió en el capítulo sobre la seguridad en el hogar, instale un identificador de llamadas y una contestadora telefónica, y no conteste ninguna llamada proveniente de un número desconocido. Si se tratara de una llamada importante, de seguro le dejarán un mensaje.

Si llegase a contestar, nunca proporcione ningún nombre. Siempre pregunte ¿con quién quiere hablar? y ¿de parte de quién? Aunque la persona insista en que diga usted a donde está ella llamando, siga usted con las mismas preguntas.

No trate de adivinar por la voz o el acento a la persona que esté llamando y no diga “¿Eres fulanito...?”. Espere a que ella se identifique plenamente.

No acepte identificaciones incompletas, como “hola tío, soy tu sobrino favorito…”. Insista en que la persona se identifique plenamente.

Tampoco corrija a la persona que llama, en caso de que ésta proporcione información incorrecta – “¿Es aquí la casa de fulano de tal…?” y el fulano no viva en esta casa. Simplemente diga que no, pero no agregue “aquí es la casa de perengano”. Los delincuentes usan este truco para obtener información personal que utilizarán un par de días más tarde.

Nunca diga si está usted solo en la casa, o cuantas personas viven en ella o sus horarios o cualquier otro dato personal. No caiga en la trampa en la que el delincuente, normalmente de sexo femenino, llama y le dice con voz agitada que recibió una llamada amenazante de su número. Lo que el delincuente espera es que usted, tratando de justificarse y de convencerlo de que está en un error, proporcione información personal sobre cómo se llama usted, cuantas personas viven en la casa, etc.

En caso de que la llamada sea con el fin de informarle sobre el hecho de que ganó usted un premio, solicite que le proporcionen el número telefónico de la empresa que está otorgando el premio y diga que usted llamará más tarde. Si realmente usted ganó el premio, la empresa no tendrá ningún inconveniente de que usted haga eso. Antes de su llamada, verifique que ese número efectivamente pertenezca a la empresa en cuestión.

No existen concursos que lo obliguen a comprar tarjetas telefónicas o de depositar algún dinero para tener derecho a cobrar el premio. Si le piden eso, de seguro es una extorsión.

Si le llama un supuesto pariente pidiéndole apoyo económico para salirse de un lío con la autoridad y tiene usted dudas si efectivamente es el pariente o no, durante la conversación pregúntele de manera casual sobre la salud de la tía fulanita, la cual es un invento suyo. Si la persona no lo corrige, diciéndole que esa tía no existe, puede estar usted seguro que es una extorsión.

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Si la llamada es de tipo amenazante, informándole de un supuesto secuestro, mantenga la calma. En caso de una extorsión, es altamente probable que el delincuente no conozca el nombre de la persona, sino que simplemente le diga “tenemos secuestrado a su hijo” y le ponga a algún menor a gritar “ayúdame mamá” o “ayúdame papá”. Nunca diga usted “¿eres tú, fulanito?”, ya que a partir de ese momento el delincuente usará ese nombre y usted estará cada vez más convencido de que efectivamente tienen secuestrado a su hijo.

Si le ponen a su ser querido en la línea, diríjase usted a él con algún nombre equivocado. Si realmente es la persona quien dice ser, de inmediato lo corregirá.

Procure no entrar en conflicto con el extorsionador, ni burlarse de él, ni amenazarlo, ni ofenderlo, ni tampoco colgarle el teléfono.

Tenga a la mano el registro telefónico y los horarios de todos sus seres queridos y pida a alguien que esté en la casa, que trate de localizar y verificar el bienestar de la persona supuestamente secuestrada. Si está usted solo, trate de hacerlo por un teléfono celular, mientras escucha usted al extorsionador. Si sólo tiene usted un teléfono y éste está siendo utilizado por el extorsionador, trate usted de aparentar que hay problemas de comunicación y de que usted no lo oye. También trate de hablar entrecortado, para que él proceda a colgar. Aproveche ese instante para llamar a su ser querido.

También, puede usted tratar de aparentar ser personal doméstico y pedirle al extorsionador llamar un poco más tarde cuando estén los miembros de la familia. Eso le dará la oportunidad de localizar a su ser querido.

Si el extorsionador tiene muchos datos personales y no logra usted contactar a su ser querido, hechos que lo hacen suponer que no es una extorsión, sino secuestro, siga los consejos descritos en la sección correspondiente a ese delito.

Si está usted en un lugar público, como escuela, cine, restaurante, etc. y algún desconocido le pide que le preste usted su celular, no lo haga, alegando que no tiene pila o crédito. Muchas veces los delincuentes llaman a sus familiares, localizándolos en el directorio del celular, y les dicen que lo tienen a usted secuestrado y por eso están llamando desde su celular.

No ponga usted información personal en las redes sociales como Facebook, Hi.5, Myspace.

Es importante denunciar, porque la autoridad ahora puede pedir a la Comisión Federal de Telecomunicaciones (COFETEL) que suspenda los números desde donde se realizan las extorsiones.

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2. El secuestro

El secuestro es la privación ilegal de la libertad, principalmente con fines de lucro, al pedir el delincuente el pago de un rescate a cambio de la liberación de la víctima.

Se distinguen dos modalidades principales, a saber: el exprés y el tradicional. En el primero de ellos, el objetivo de los secuestradores es el de obtener el rescate de manera rápida, por lo que muchas veces se conforman con la cantidad que la víctima pueda sacar con las tarjetas de crédito o débito que trae consigo al momento del secuestro. A veces, si el monto es demasiado pequeño, los secuestradores se comunican con los familiares y acuerdan el pago de una cantidad que esos puedan obtener prácticamente de inmediato. Normalmente en el secuestro exprés no existe planeación previa y la víctima es seleccionada aleatoriamente, principalmente por su vestimenta y el vehículo.

En el segundo caso, el monto y la duración del secuestro son mayores. Comúnmente existe una planeación previa por parte de los delincuentes, quienes eligen tanto a la víctima, como el momento y el lugar para realizar el ataque. Muchas veces existe una organización, donde cada miembro o grupo de ellos, realiza una función específica, como puede ser la de ejecutar el secuestro, el cuidar a la víctima, el negociar y el cobrar el rescate.

Entre las medidas que se darán a continuación, se especificarán primero aquellas que son de tipo preventivo, que permitirán disminuir la probabilidad de convertirse en víctima de un secuestro. Posteriormente, se presentarán aquellas medidas, enfocadas primero sólo a la víctima y, posteriormente, sólo a la familia, que ayudarán a incrementar las probabilidades de salir bien librado, en caso de que el secuestro se dé. Las medidas también distinguen si son aplicables al secuestro exprés o al tradicional.

Exprés:

Esté consciente que usted está más expuesto a sufrir un secuestro exprés al momento de acudir a cajeros automáticos, abordar taxis o su auto, ya sea en la calle o en un estacionamiento abierto, caminando cerca de los arroyos de circulación o en las paradas de transporte colectivo desiertas, sobre todo si se encuentra distraído, hablando por el celular o usando audífonos.

No pierda de vista que los delincuentes preferirán retenerlo durante las últimas horas de un día que termina y las primeras del que comienza. Esto, porque los cajeros automáticos tienen límites de disposición en efectivo diarios, por lo que una vez que pase de media noche, es considerado por el sistema como un nuevo día.

Procure no llevar con usted ninguna tarjeta de crédito o de débito, si no planea usted ese día realizar algún gasto. Si definitivamente requiere llevar una, procure que la que lleve no tenga muchos fondos disponibles.

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Recuerde que si tiene amplios fondos en su tarjeta, los secuestradores lo podrán retener por tiempo prolongado, incluso durante dos o tres días, con el fin de vaciar la cuenta.

No porte ninguna tarjeta de la que no conozca su NIP, ya que el delincuente no se lo va a creer y estará usted exponiéndose a una innecesaria agresión física.

Si usa usted tarjetas de presentación, procure que esas no lleven la descripción de su puesto, sobre todo si usted tiene un nivel gerencial o directivo.

Tradicional:

Como prevención de un secuestro tradicional, donde el delincuente realiza una labor previa de recolección y análisis de la información, para la selección de sus víctimas, instruya a sus familiares y a sus empleados, para que eviten hacer comentarios acerca de su situación económica o de su negocio o empresa.

Evite tirar a la basura correspondencia comercial que lleve su nombre y que le permita a los delincuentes inferir su nivel de vida y de ingresos. Triture todos los papeles antes de tirarlos.

En general, procure mantener un perfil bajo y un estilo de vida poco ostentoso y llamativo. Esto le ayudará a pasar desapercibido ante la investigación de los delincuentes.

Si usted acude a eventos comerciales y sociales, en lo que estén representantes de la prensa social, procure no salir en las fotos, ni dar su nombre o ningún otro dato personal. Los secuestradores tradicionales, revisan las revistas y las secciones de sociales de los periódicos, para seleccionar a sus víctimas.

Evite usted y los suyos mantener rutinas, en lo que se refiere a horarios, lugares que suele visitar o rutas que sigue para llegar a ellos. Por ejemplo, no coma en los mismos días en el mismo restaurante; no vaya al gimnasio todos los días a la misma hora – de manera aleatoria unos días vaya usted antes de ir a trabajar y otros, después; no siga la misma ruta para ir de su casa al trabajo y cambie de preferencia su rutina, haciendo de repente, paradas inesperadas. En general, trate de no ser una persona predecible en lo referente a sus actividades.

De preferencia, si tiene usted más de un vehículo en su hogar, intercámbielos entre los miembros de su familia.

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En caso de detectar a alguien con una actitud sospechosa, cerca de su casa, su oficina o en el trayecto, fotografíelo con la cámara de su celular y envíe la fotografía a alguien previamente acordado para ese fin. Está siendo muy común el uso de taxis por parte de los delincuentes, para hacer vigilancia y seguimiento de las potenciales víctimas, por lo que ponga especial atención a los que merodeen su casa u oficina.

Como ya se sugirió en el capítulo de seguridad en el hogar, procure tener un expediente completo para cada uno de los empleados domésticos y nunca contrate a ningún empleado o servicio, sin verificar previamente los antecedentes y la confiabilidad de las personas.

Si usted es dueño de una empresa, procure seguir el mismo procedimiento con todo el personal que pueda tener acceso a usted o a su información personal.

Si acostumbra tener un chofer, nunca lo uniforme y procure que sea un hombre maduro. Indíquele que llegue por usted unos quince minutos antes de que salga, para que usted lo aborde inmediatamente. Que en su tiempo muerto, coadyuve a la observación del entorno en donde usted llega.

Observe cambios de actitud de su personal; pudieran estar siendo presionados para dar información sobre usted.

Si está en posibilidades económicas, se sugiere adquirir un vehículo blindado. Recuerde, que el vehículo blindado no es una garantía absoluta de su seguridad, sino es un medio para obtener algunos segundos o minutos extra de vida o de libertad, con la finalidad de que usted o su chofer puedan reaccionar correctamente y escapar de la emboscada.

Si cree usted, por si situación financiera o social, de tener una probabilidad alta de convertirse en víctima de un secuestro tradicional, acuerde con los miembros de su familia, la estrategia de negociación que se llevará. Eso debe incluir la decisión sobre quién será el familiar que dirija la negociación, cuál será el límite de la misma y que preguntas se deberán utilizar para asegurarse que la víctima esté viva, lo que se conoce comúnmente como “prueba de vida”.

Las siguientes medidas, van enfocadas en la víctima del secuestro, con la finalidad de ayudarle a preservar su integridad física, psicológica y su vida.

Exprés y Tradicional:

En un secuestro, el ataque, que es la etapa en la que los delincuentes interceptan a la víctima y la privan de su libertad, es el momento más peligroso, ya que es cuando el secuestrador está en el nivel más alto de su nerviosismo, además de que utiliza las armas. Por ello, es mejor que usted mantenga en la medida de lo posible la calma y no oponga resistencia.

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Lo recomendable es aprender a tener dominio de sí mismo, mediante el autocontrol y evitar que el delincuente lo hiera o mate.

En la medida en que la víctima juegue el rol pasivo, reconociendo que está en manos del captor, es más probable que no se desborde la violencia. Trate de hacerles entender que usted está consciente de sus objetivos y de que va a colaborar en la medida de sus posibilidades.

Exprés:

Minimice su nivel y situación económica. No pretenda advertir que conoce a personas influyentes. Usted es un simple trabajador y está dispuesto a entregar lo que tiene.

No ofrezca más de lo que los delincuentes le estén pidiendo. No diga: "mi papá tiene dinero..., mi marido resuelve esto…, etc.”. En general, no comente nada que no le estén preguntando.

Nunca se ofrezca a llevarlos a su casa ni tampoco acepte eso, si ellos lo demandan. Diga que vive en un condominio con mucha seguridad, o que su vecino trabaja en la policía, por lo que siempre hay varias patrullas cerca de su casa.

Nunca mienta a los delincuentes, en aquellos temas sobre los que ellos puedan enterarse por los documentos que porta. Si lo descubren en la mentira, va a empeorar todo.

No se debe de perder de vista que existe la posibilidad de que el objetivo del secuestro no sea el rescate, sino tráfico de personas o venta de órganos. Ante cualquier percepción de que este sea el caso, haga uso de sus facultades histriónicas para deslizar que sufre de problemas de salud, tales como diabetes, hepatitis, tumoraciones cancerígenas, papiloma humano, leucemia o similares o que tiene tratamientos a través de radio o quimioterapia.

Tradicional:

Si se da usted cuenta que el secuestro aparenta ser de tipo tradicional, ya que los delincuentes no lo están llevando a ningún cajero automático, ni le están pidiendo el nip de su tarjeta, trate de memorizar el tiempo y cualquier detalle que usted pueda para orientarse hacia donde lo llevan, fijándose en ruidos y cambios de dirección en cruceros derecha-izquierda y contar del uno en adelante en tramos rectos.

Una vez que llegue a su lugar de cautiverio, informe a sus captores si padece alguna enfermedad y las medicinas que requiere su tratamiento.

En lo posible, converse amablemente con ellos durante su estancia, pero procure no perder de vista la realidad de la situación y de la relación que existe entre usted y ellos y no se convierta en una víctima más del Síndrome de Estocolmo.

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Salvo contadas excepciones, no trate de escapar durante su cautiverio, ya que eso pueda agravar su situación.

Ejercítese física y mentalmente y trate de no perder noción del tiempo. Si usted es una persona religiosa, trate de ocupar su mente en rezar. Si no, busque algunas otras actividades, que le permitan mantenerse mentalmente ocupado, como podría ser el declamar poesía, resolver problemas matemáticos o cualquier otra cosa que vaya acorde con sus intereses personales.

Solicite que de ser posible, le proporcionen algún libro para leer.

Respirar profundamente de manera circular (una tras otra) y pensar en situaciones agradables de su vida, le ayudará a generar endorfinas.

Ponga atención en las pláticas que escuche y memorice los nombres, lugares, apodos, acentos, sonidos y cualquier otra información que usted pueda aportar a las autoridades, una vez que sea liberado. Hágalo de manera discreta, sin que sus captores se den cuenta de ello, ya que de lo contrario, si sienten que han sido identificados, las probabilidades de que lo asesinen al final del cautiverio, se elevan.

Pida, pero no exija, que le permitan mantenerse limpio y que le traigan cierta comida de su preferencia; esto ante ellos le ayudará a preservar su calidad humana y establecer una obligación con usted.

Si está con otras personas, no socialice, no pida nombres, referencias, ni acepte o dé información. Esto puede comprometer su situación para ser liberado, si sus captores se dan cuenta.

Si es liberado pacíficamente, tome un taxi que lo conduzca a un sitio seguro y avise desde ahí a su familia.

Si durante su cautiverio, escucha ruidos agitados, gritos, golpes o detonaciones, asuma posición fetal en el suelo y cubra su cabeza ya que esto puede ser una acción de rescate policial.

Los siguientes consejos van enfocados al familiar que reciba la llamada en la que se informa que su ser querido ha sido secuestrado. En casi todos los casos, esta parte sólo se aplicará al secuestro tradicional, aunque pueden existir secuestros exprés, en los que se solicita a los familiares el pago de un rescate relativamente pequeño. En estos últimos, el proceso de negociación suele durar muy poco tiempo, ya que los secuestradores sólo piden lo que los familiares puedan tener a la mano.

Si recibe una llamada del secuestrador, no entre en pánico y pida hablar con su familiar, para cerciorarse que esté vivo y conocer su estado de salud.

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No se comprometa a pagar, pero tampoco se niegue a hacerlo. Si el secuestrador le insiste en que usted posee cierto monto de dinero o ciertas propiedades o vehículos, no acepte tácitamente tener lo que el secuestrador dice.

Gane tiempo, para hablar con sus familiares y dar aviso a la autoridad.

Trate de grabar la conversación o escriba todo lo que recuerde con la mayor precisión posible, nombres, lugares y cualquier otro datos que le ayude a la autoridad a identificar al secuestrador.

Tan pronto como el secuestrador cuelgue, comuníquese con la autoridad. Hágalo desde un teléfono celular, por si el secuestrador esté monitoreando su línea telefónica fija. Se recomienda recurrir a la Autoridad Federal, ya sea la PGR o la SSP, debido al hecho frecuente de involucramiento de policías estatales y municipales en los actos de secuestro. La excepción será en los estados, donde el reconocimiento público de sus Unidades de Antisecuestro, generen la confianza.

Cierre su círculo de información y sólo informe del secuestro al mínimo de personas necesarias, ya sean familiares, socios o amigos de la víctima y de la familia. Si puede, dele vacaciones al personal doméstico, al menos en los primeros días de la crisis. No sabemos quién es el secuestrador y con quien de la casa pueda tener contactos.

Si tiene usted un plan familiar sobre situaciones de secuestro, actívelo y trate de apegarse a él.

Comprenda y haga comprender al resto de la familia que para negociar un secuestro y tener mayores probabilidades de lograr la liberación de su ser querido, con un mínimo de daño y de rescate, necesitan ustedes de la ayuda profesional de un especialista en el campo, razón por la que es indispensable acudir a las autoridades.

A partir de este momento, siga usted los consejos que le dé el negociador profesional. Si no está usted de acuerdo con alguno de ellos, solicite que el negociador le explique el razonamiento que existe detrás de su consejo.

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CAPÍTULO 6. SEGURIDAD EN SITUACIONES DE CRISIS

A veces, a pesar de todas las medidas preventivas que fueron descritos a lo largo de este Manual, nos vemos inmersos en una situación de crisis, como puede ser un asalto o violación, una balacera, una toma de rehenes o, últimamente, retenes oficiales y no oficiales, instalados en la ciudad o en la carretera. A continuación se presentan algunas medidas que le podrán ayudar a preservar su integridad física y conservar la vida.

1. Asalto o violación

En caso de un asalto, lo más importante es preservar la integridad física. Los bienes materiales se reponen, mientras que la salud y la vida, no.

Si el asalto es inminente, no oponga resistencia y no mire al asaltante a la cara. Así, evitará usted hacerle pensar que ha sido identificado y a la vez le permitirá concentrar su atención en sus manos y el arma, de donde proviene el mayor peligro.

Por difícil que parezca, intente mantener la calma y trate de recordar la ropa o alguna seña particular que permitirá identificarlo posteriormente; sirve escuchar su tono de voz y si viene acompañado, escuche si tiene(n) algún apodo.

Durante el asalto, conmine al delincuente a estar tranquilo y hágalo sentir que definitivamente él tiene el control. Nunca haga movimientos bruscos y notifíquele de manera verbal todo lo que usted va a hacer, aún si es lo que él le esté ordenando.

Si es asaltado, cuando viene usted en coche, baje de él inmediatamente y dígale a los asaltantes que se lleven todo lo que usted tenga de valor. Trate de alejarse del vehículo, para evitar que ellos lo suban, con lo que el asalto se convertirá en un secuestro. En términos generales, no trate de huir en el coche, salvo que su vehículo sea blindado, ya que el asaltante podrá dispararle.

Si siente usted que el asalto esté escalando a algo más, como un intento de violación o de secuestro y de que ya nos son sus posesiones materiales, sino su integridad personal, la que está en riesgo, entonces considere las distintas opciones que estén a su alcance para escapar o llamar la atención de otras personas. Por ejemplo, trate de huir, o de golpear los vehículos aledaños, provocando así el involucramiento de más personas.

Si usted es atacada y la intención no es despojarla de sus bienes, sino retenerla con fines de abuso sexual, luche para librarse, utilizando para ello lo que tenga a la mano y grite incesantemente. Los violadores huyen, si no logran someter a la víctima en un tiempo breve.

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Si finalmente hubo sometimiento, libere sus esfínteres para desanimar al violador o alegue una enfermedad infecciosa (papiloma u otra de carácter sexual).

Si ve usted que otra persona está siendo objeto de un delito, no se detenga y marque de inmediato el teléfono de atención de emergencias de su localidad (en casi toda la República existe el número 066).

2. Balacera

La violencia que últimamente ha golpeado algunas partes de nuestro país, ha generado el riesgo de que, sin ser blanco de un acto delictivo, podamos convertirnos en una víctima colateral de balaceras entre delincuentes o entre delincuentes y la autoridad.

No permanezca como espectador, ante alteraciones del orden público, como riñas, persecuciones, disparos o explosiones. Ante cualquiera de esas situaciones, procure alejarse de inmediato.

En donde esté, de manera preventiva, trate de usar su sentido común para identificar en su entorno los “escudos” naturales que le podrán servir en caso de que se presente una balacera. Estos escudos pueden ser autos, jardineras, postes, paredes, hidrantes, etc.

Si hubiese la necesidad de usarlos, no corra hacía ellos, sino trate de lanzarse o arrastrarse al más cercano.

Utilizando las partes más sólidas de estos escudos proteja, antes que nada, las partes vitales de su cuerpo (cabeza y el tórax).

No crea lo que ha visto en las películas. La mayoría del mobiliario urbano ofrece poca protección ante el poder cada vez mayor de perforación de las armas. Aún si está usted detrás de alguno de los “escudos”, no se levante del suelo, sino permanezca en la posición acostada.

Adopte la posición fetal o de rendición en el suelo, procurando exponer su menor superficie corporal.

Mantenga la posición de sometimiento, hasta que el lugar haya sido despejado por el agresor o la autoridad. El objetivo es hacerle ver al agresor que usted no es objetivo ni participante de la balacera.

Una vez que termine la balacera, trate de dar señales de auxilio, como ondear un pañuelo o repetir palabras como “Aquí, ayuda”.

No se levante del suelo, hasta no estar seguro que la agresión ha terminado y de que la situación ha sido controlada por la autoridad.

En caso de que un tiroteo se dé en un lugar cerrado, consideré usted la posibilidad de que se origine una estampida, por lo que trate de arrastrarse a una pared y no se quede a medio camino.

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Cada vez es más frecuente el uso de granadas por parte de la delincuencia organizada.

Si una granada cae cerca de usted, no corra. Las esquirlas o la onda explosiva podrían herirlo.

Recuerde que una granada tarde entre 2 y 6 segundos en estallar. Tírese al piso, boca abajo, alejado de la granada, apunte tus piernas a la granada, junte sus tobillos, ponga las suelas de sus zapatos juntas, para que actúen como escudo entre su cuerpo y la explosión. Con esto, sus zapatos, pies y piernas absorberán el daño, antes de penetrar órganos vitales.

Ponga sus codos al lado de su caja torácica (el pecho, si no sabe de anatomía), cubra sus oídos con las manos. Cubrir su torso con los brazos y su cabeza con las manos, aumenta su oportunidad de sobrevivir.

Cierre los ojos y abra la boca, esto es para evitar que la onda de choque no destruya sus tímpanos ni sus pulmones, porque la presión fuera de su cuerpo y dentro del mismo se equilibrará y así tendrá un daño mínimo en los tejidos.

3. Toma de Rehenes

Algunas veces, ciertos actos delictivos que salen mal, como un asalto que es interrumpido por la autoridad, pueden convertirse en una situación de toma de rehenes, en la que los delincuentes “secuestran” a un grupo de personas, ya sea en el inmueble en el que se realizaba el acto delictivo inicial o al que ellos llegan para resguardarse de la persecución por parte de la autoridad, con la finalidad de utilizarlos como escudo y negociar su bienestar a cambio de que la autoridad les permita escapar.

Durante una toma de rehenes, el momento inicial es el más peligroso. Siga los consejos previamente descritos, sobre cómo actuar en situación de secuestro y de balacera.

Mantenga la calma, tírese al piso, muéstrele a los delincuentes que usted no les representa ningún riesgo y obedezca sus órdenes.

Ellos no quieren mayores complicaciones de los que ya tienen. Los rehenes no son su objetivo, sino el medio para salir victoriosos. En este sentido, lo que ellos tratarán de evitar es una rebeldía que les pueda generar un peligro interno.

No entable ningún trato personal con los delincuentes, ni pretenda intervenir en la negociación. Mantenga un perfil bajo y no se destaque entre los demás rehenes. No trate de ser héroe.

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Si los delincuentes lo usan como escudo o lo amenazan con matarlo para presionar a las autoridades, no haga cosas precipitadas. Evalúe la situación y confíe en su instinto.

Deje que la autoridad correspondiente haga su trabajo de negociación.

Si hay una intervención policial, manténgase en el suelo, en la posición de sometimiento y obedezca las órdenes de la policía. No trate de salir corriendo, ya que la policía puede confundirlo con uno de los delincuentes. Recuerde que ellos no saben cómo son los delincuentes y no pueden a simple vista distinguirlos de los rehenes.

Si la situación de toma de rehenes se termina con la rendición de los delincuentes, obedezca todas las órdenes de la policía. Si se le ordena salir, hágalo manteniendo las manos en alto, sin sostener nada en ellas, con las palmas hacia delante y los dedos bien abiertos y separados, para demostrar claramente que usted no es una amenaza y no tiene armas o elementos contundentes en la mano.

4. Retén

Como parte de su estrategia en la lucha contra la delincuencia, las autoridades han comenzado a instalar retenes, tanto en las ciudades, como en las carreteras. Desafortunadamente, la delincuencia organizada también ha comenzado a instalar los retenes, haciéndose pasar por la autoridad, en su lucha contra otros grupos delictivos. En términos generales, los retenes no representan un peligro directo a los conductores, ya que tanto la autoridad, como los delincuentes, tienen sus objetivos perfectamente identificados. El problema puede surgir cuando un conductor no obedezca las órdenes, sus acciones puedan ser interpretadas como amenaza o él es confundido con el objetivo.

Si se encuentra cerca del retén, no trate de evadirlo, ya sea echándose en reversa, acelerando o tratando de pasarlo por un lado. Con eso, podría poner en peligro tanto su vida, como la de sus acompañantes.

Llame de inmediato a algún familiar, para informarle sobre el retén y su ubicación. Si le da tiempo, llame también al 066.

Prenda inmediatamente sus luces intermitentes, sus luces interiores y ponga ambas manos sobre el volante. Si son miembros de algún cuerpo policíaco o delincuentes, verán de inmediato que usted no es la persona que buscan y le permitirán continuar su camino.

Obedezca las órdenes que se le den y no trate de discutir.

No haga nada que no se le hubiera previamente ordenado e igual que en una situación de asalto, diga en voz alta todo lo que usted va a hacer, antes de realizar el acto.

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Mantenga siempre a la vista sus manos y no haga ningún movimiento brusco que pudiera ser malinterpretado.

Nunca salga corriendo del vehículo, ya que las personas que tienen el retén, no conocen sus intenciones y podrían dispararle.

5. Narcobloqueo

En fechas recientes se ha popularizado, por parte de los grupos de delincuencia organizada, el despojo de los conductores de sus vehículos, con el fin de utilizarlos como barricada, para interrumpir el tránsito normal en las carreteras o las áreas urbanas. Si es usted víctima de uno de estos actos, no se olvide que muchas de las medidas descritas en los capítulos previos, son aplicables también para esta situación.

No oponga resistencia y no mire al asaltante a la cara. Lo más importante es preservar la integridad física. Los bienes materiales se reponen, mientras que la salud y la vida, no.

Baje inmediatamente del vehículo y dígale a los asaltantes que está usted cooperando. En términos generales, no trate de huir en el coche, salvo que su vehículo sea blindado, ya que el asaltante podrá dispararle.

Trate de alejarse del vehículo, lo más rápido posible, pero sin correr. Usted no conoce el motivo del narcobloqueo, por lo que existe la posibilidad de que haya un enfrentamiento entre dos grupos delictivos o entre los delincuentes y la autoridad, con el consecuente riesgo de quedarse en medio de una balacera

Si usted simplemente se quedó atascado en el tráfico, debido al narcobloqueo, no se desespere. Manténgase en el interior del vehículo, pero trate de estar muy alerta para detectar cualquier peligro.

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CONCLUSIONES Y DIRECTORIO

Como todos sabemos, la inseguridad se ha convertido últimamente en uno de los

factores de mayor preocupación de la sociedad. A pesar de los esfuerzos, que en

mayor o menor medida esté haciendo el gobierno, éstos nunca serán suficientes.

Es por ello, que se vuelve de crucial importancia que cada uno de nosotros los

complemente con medidas de autoprotección. No se trata de escondernos y dejar

de vivir una vida normal, sino de entender los peligros que existen, evaluar

nuestras vulnerabilidades, dimensionar los riesgos a los que estamos expuestos y,

posteriormente, realizar una serie de medidas preventivas, enfocadas a reforzar

nuestras vulnerabilidades y, con ello, a disminuir nuestros riesgos. Es importante

también conocer la manera en la que debemos de actuar en caso de que, a pesar

de todas las medidas preventivas, nos veamos inmersos en una situación de

crisis, al ser víctimas de un delito. Eso, con la finalidad de incrementar nuestras

posibilidades de salir bien librados de ella, minimizando el daño físico, psicológico

y patrimonial.

El objetivo del presente Manual fue precisamente ese. El enseñar, por un lado, la

manera en la que puedan ocurrir los principales delitos, a los que se está expuesto

en el hogar, en los traslados, en la oficina o escuela, así como otros sitios que

frecuentamos, junto con las medidas preventivas que se deben de tomar para

disminuir el riesgo de su impacto. Y, por el otro, mostrar algunas medidas que

ayuden a sobrevivir y a reducir el daño, en caso de verse atrapado en una

situación de crisis provocada por un asalto o violación, una balacera, una toma de

rehenes o, simplemente, por tener que cruzar un retén. Finalmente, por tratarse de

los dos delitos de mayor preocupación de la sociedad, se hizo un especial

hincapié en la extorsión y en el secuestro, diferenciando el exprés del tradicional.

Se espera que una vez concluida la lectura del Manual, muchas de las medidas

preventivas sugeridas sean implantadas y las medidas operativas hayan sido

entendidas y asimiladas, con la finalidad de que, en el lamentable caso de ser

requeridas, su aplicación sea espontánea y natural.

Como un complemento de este Manual, a continuación se agrega un directorio

con los principales números de emergencia que se puedan utilizar dependiendo de

la necesidad.

Como se ha recomendado y destacado a lo largo del Manual, cuando se sienta

expuesto al peligro y, especialmente, después de ser víctima de un delito, es

indispensable comunicarse con la autoridad, ya sea para solicitar el apoyo o para

levantar una denuncia en contra de los delincuentes y de los actos realizados.

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En esos casos, es muy importante contar con la información precisa y oportuna,

proporcionado datos útiles para la autoridad, tales como:

Es el caso de un sujeto o sujetos:

Forma de la cara. Tipo de boca, nariz, mentón, ojos. Señas particulares, como alguna cicatriz, tatuajes, mancha en piel, lunar u

otro detalle que llame la atención. Color de piel. Vestimenta. Color y largo de pelo. Estatura. Edad aproximada. Complexión corporal (gordo, delgado, alto, bajo.)

En el caso de vehículos

Características del vehículo (placas, color, calcomanías, señas que lo distingan).

Lugar en que fueron detectados o rumbo en el que transitaban.

Si observa armas:

De qué tipo (arma de fuego corta o larga o arma punzocortante como cuchillos o navajas).

A continuación se da la lista de los órganos correspondientes con la breve

descripción de sus funciones básicas, teléfonos, páginas WEB, etc.

DIRECTORIO

Procuradurías Generales de Justicia de las entidades federativas

www.cnpj.gob.mx/servicios/ligas/ligas.asp?link=2

Están encargadas de investigar los delitos del orden común cometidos dentro del territorio de la entidad que correspondan. Reciben las denuncias, acusaciones o querellas sobre acciones u omisiones que puedan constituir delito, tales como:

Robo (a casa habitación, a negocio, a transportistas, a bancos, a transeúnte, de vehículos o sus accesorios, otros),

Fraude,

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Abuso de confianza, Extorsión, Lesiones, Homicidios (intencionales o imprudenciales), Delitos sexuales (violación, estupro, acoso, etc.), Secuestro, Secuestro exprés, Amenazas, y Daño en propiedad ajena, entre otros.

Si desea realizar una denuncia de alguno de estos delitos acércate a la Agencia del Ministerio Público de tu localidad

Procuraduría General de la República

http://www.pgr.gob.mx/

Persigue los delitos relacionados con el fuero federal, es decir:

Delitos contra la salud (todo lo relacionado con narcotráfico.) Secuestro, Portación ilegal de armas de fuego, Piratería, Delitos electorales, Comercio de flora y fauna en extinción, y Tala e incendios forestales.

Policía Federal

Recibe denuncias ciudadanas

Teléfonos: 01 800 440 36 90;

Correo electrónico de Denuncia Ciudadana: [email protected]

Policía Federal Ministerial, Teléfono: 01 55 5346 2515 o 01-800-denuncia.

SECUESTRATEL, Teléfono: 01 800 90 002 34.

Programa Nacional de Atención a Víctimas, Teléfonos: 01-800-718-2768, 01-800-718-2770

Policía Federal - Comisaría de Seguridad Regional en Nuevo León,

Teléfonos: (81) 8343-0173, 8344-4538, 8344-1955 y 8344-9742

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Centro Estatal de Emergencias "066”, Teléfonos: 066 ó 01-800-712-4580 (Lada sin costo)

Emergencias Monterrey Secretaría de Vialidad y Tránsito de Monterrey Teléfono: 060

Centro de Transmisiones y Respuesta Inmediata (CTRI) Municipio de Santa Catarina, Teléfonos: (81) 8676-1908 y 8676-1909

Centro Integral de Respuesta Inmediata a Emergencias (CIRIE) Municipio de San Nicolás de los Garza, Teléfono: (81) 8158-1330

Protección Civil,

Teléfonos: (81) 8343-1116 y 8343-9530

Teléfonos de Protección Civil de los Municipios,

http://www.nl.gob.mx/?P=directorio_proteccioncivil

Cruz Roja, Teléfono: 065

Cruz Verde,

Teléfonos: (81) 8371-5050 y 8311-0149

Oficina de Transporte del IMSS (AMBULANCIAS), Teléfonos: (81) 8190-6674 y 8190-6684 EMERGENCIAS

Seguridad Pública y Vialidad

Policía y Tránsito, Municipio de Apodaca

Teléfono: (81) 8386-0911

Policía y Tránsito, Municipio de García Teléfono: (81) 8283-0053

Policía y Tránsito, Municipio de San Pedro Garza García Teléfono: (81) 8400-4600

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Policía y Tránsito, Municipio de General Escobedo Teléfono: (81) 8384-4630 / 90

Policía y Tránsito, Municipio de Guadalupe Teléfonos: 060 y (81) 8337-4390

Agencia Estatal de Investigaciones Teléfono: (81) 2020-4444

Capullos; Centro de Atención Integral a Niñas, Niños y Adolescentes del Estado de Nuevo León Teléfonos: (81) 2020-8500 y 2020-8585

Taxis seguros

Radio Taxi, Teléfono: (81) 8372-4370

Contaxi, Teléfono: (81) 8130-0600

Maxi-Taxi, Teléfono: (81) 8331-0352

Informatel y Locatel, Teléfonos: 070 y 01-800-2630-070 (Lada sin costo)