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Publicación quincenal de izquierda popular Año 2 Número 29 Del 4 al 22 de noviembre de 2015 @PatriaGrandeArg Patria Grande www.patriagrande.org.ar Precio: $10 Precio solidario: $15 MACRI JAMÁS NO DA LO MISMO (no Cambiemos) EDICIÓN ESPECIAL BALOTAJE La izquierda popular ante el balotaje del 22 de noviembre, llama a votar al FPV para enfrentar la posibilidad de que la nueva derecha argentina llegue al gobierno.

Cambio n° 29

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Cambio n° 29 - Edición especial Balotaje - Del 4 al 22 de noviembre de 2015 - Publicación quincenal de izquierda popular

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Publicación quincenal de izquierda popular

Año 2Número 29Del 4 al 22 de noviembre de 2015

@PatriaGrandeArg

Patria Grande

www.patriagrande.org.ar

Precio: $10Precio solidario: $15

MACRI JAMÁS

NODA LOMISMO

(no Cambiemos)

EDICIÓNESPECIALBALOTAJE

La izquierda popular ante el balotaje del 22 de noviembre, llama a votar al FPV para enfrentar la posibilidad de que la nueva derecha argentina llegue al gobierno.

No elegimos esta disyuntiva, nunca la hubiéramos querido. Scioli y Macri, cada uno a su manera, encarnan un retro-

ceso real respecto de los últimos doce años de gobiernos kirchneristas. Pero no nos quedamos en la comodidad del mundo de nuestras propias ideas, en la política de la indiferencia y la insensibilidad social y continental, creyendo que aportamos a modificar la realidad en algo diciendo que “son lo mismo”.

Asumimos que construir una iz-quierda popular significa hacer política en un mundo ordenado por fuerzas aje-nas -la mayor parte de las veces adver-sas-, en medio de cuyas contradicciones

nuestro pueblo podrá hacer nacer un proyecto político transformador.

Nunca nos identificamos con el kirchnerismo, a quien le reclamamos que abandone sus ilusiones en un “capitalismo en serio” y en el “em-presariado nacional” que debería construirlo; que se despegue de las estructuras del Partido Justicialista que hoy se preparan para su -larga-mente calculada- vendetta y que se deje transformar por la movilización y la participación social.

En especial a las organizaciones del campo popular que hacen política a su interior, un año atrás les propusi-mos construir una candidatura unita-ria del campo popular para enfrentar

el previsible giro conservador que se materializó en la figura de Scioli.

Sin embargo, somos claros: no da lo mismo. Un gobierno del PRO repre-senta un retroceso mucho mayor, para nuestra clase trabajadora, para los in-tereses nacionales, para las perspecti-vas de integración continental. El PRO es el proyecto predilecto del poder económico nacional e internacional, de toda la nueva derecha continental.

Las próximas tres semanas serán de campaña, junto a muchísimas personas independientes, organi-zaciones y personalidades. Sumate, participá, multiplicá, difundí. Sentí la satisfacción moral de un acto de patriotismo.

EDITORIAL

Creo que vivir quiere decir tomar partido. Quien

verdaderamente vive, no puede dejar de ser ciudadano

y partisano. La indiferencia y la abulia son parasitismo,

son cobardía, no vida. Por eso odio a los indiferentes.

Antonio Gramsci

En este número...

Colectivo Editorial:Tristán Basile, Ulises Bosia, Diana Broggi, Juan Manuel Erazo, Ignacio Gelso, Verónica Ibáñez, Manuel Martínez, Cecilia Pato, Julia de Titto, Pablo Wahren.

Diseño y diagramaciónIgnacio Fernández Casas y Gon-zalo Nogués.

Cambio es una publicación de PA-TRIA GRANDE. Se realiza bajo licencia de Uso Creativo Compar-tido. Está permitida la copia y utili-zación de la obra siempre y cuando se mencione la fuente y no se utilice con fines comerciales. Las notas fir-madas no reflejan necesariamente la opinión del colectivo editorial.

Podés conseguir

Ciudad de Buenos Aires: Constitución Balvanera Barracas Boedo Almagro Flores Ciudad Oculta Villa 1.11.14 Parque Avella-neda V. del Parque Villa Urquiza Lugano Parque Centenario Loma Alegre Parque Patricios Universi-dad de Buenos Aires Instituto Supe-rior Joaquín V. González ENS Nº1 ENS N°2 Mariano Acosta ENS Nº7 Universidad Nacional del Arte Barrio Carlos Mugica.

Provincia de Buenos Aires:La Matanza: La Tablada González Catan Villa Celina Lanús: Lanús Centro Villa Caraza Florencio Varela: Barrio Santa Rosa Lomas de Zamora: Barrio Mariano Moreno Barrio Miró Universidad Nacional de Lomas de Zamora Quilmes Berazategui En-

senada San Martín: Centro La Cár-cova Barrio Independencia Vicente López San Isidro Escobar: Villa Ale-gre Morón Moreno: Centro General Rodríguez Barrio Villa Ángela Luján: Centro Centro Cultural “José Artigas” Barrio Villa del Parque Barrio San Fermín Barrio Ameghino Universi-dad de Luján Chivilcoy: Centro Cultu-ral La Ronda San Andrés de Giles San Miguel: Universidad Nacional de General Sarmiento Pinamar Tandil La Plata: Centro Centro Social y Cul-tural “Olga Vázquez” Universidad Na-cional de La Plata Barrio Los Hornos Abasto Mar del Plata: Centro Cultural “América Libre” Centro Barrio Gral Pueyrredón Barrio Palermo Barrio Gral Pueyrredón Universidad Nacio-nal de Mar del Plata.

Santa Fe:Rosario: Centro Barrio Bella Vista Barrio Hospitales Universidad Nacio-nal de Rosario Casilda Santa Fe.

Córdoba:Córdoba Capital: Centro Barrio Güemes Barrio Alberdi Barrio Ciudad Oculta Ba-rrio Observatorio Sede Universidad Nacio-nal de Villa María Universidad Nacional de Córdoba Villa María: Universidad Na-cional de Villa María Río Tercero: Barrio Escuela Barrio parque Montegrande Malvinas Argentinas Juárez Celman.

Santiago del Estero:Universidad Nacional de Santiago del Es-tero Barrio La Católica.

La Pampa:Gral Pico Santa Rosa Universidad Na-cional de La Pampa

Neuquén:Neuquén San Martín de Los Andes Universidad Nacional del Comahue.

Río Negro:Bariloche Cipolleti Fiske Menuco (Ge-neral Roca) Universidad Nacional del Comahue.

San Juan:San Juan: Centro Cultural “El Barro” Universidad Nacional de San Juan Calingasta.

Salta:Salta: Centro Universidad Nacional de Salta.

Jujuy:San Salvador: Barrio Coronel Arias.

Tucumán:San Miguel de Tucuman

Corrientes:Corrientes: Centro Universidad Nacional del Nordeste.

Chaco:Resistencia: Centro Universidad Nacional del Nordeste.

Misiones:Posadas.

en

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3Cambio Publicación quincenal de izquierda popular Año 2 Número 29 Del 4 al 22 de noviembre 2015 ESCENA NACIONAL

Las elecciones del 25 de octubre sorprendieron a todos y todas. El ajustado primer lugar de Scioli frente a Macri, y el inesperado triunfo de Cambiemos en la provincia de Buenos Aires, modifican el mapa político del país, y nos colocan frente a un balotaje en donde el PRO-Cambiemos puede ganar la presidencia de la Nación.

Mauricio Macri y el PRO son claramente la expresión partida-ria que expresa más

cabalmente los intereses del capital concentrado y la oli-garquía en la política argen-tina. Basta ver su gestión en la Ciudad de Buenos Aires, su posicionamiento frente a toda conquista popular, su alineamiento directo con la embajada norteamericana y las grandes empresas que operan en nuestro país. Es evidente que es el candidato favorito del establishment. Un triunfo de Macri signifi-caría no sólo un gran retro-ceso para nuestro pueblo, sino también un duro golpe a los procesos revolucionarios abiertos en América Latina, ya que a nadie se le escapa que Macri es un abierto cons-pirador contra los gobiernos de Cuba, Venezuela o Bolivia e impulsor de proyectos como la Alianza del Pacífico que re-vitalizan y refuerzan la depen-dencia económica y política de la región con Estados Unidos.

Ningún analista, nin-guna fuerza política, nin-gún medio de comunicación previeron este escenario. Ya habrá tiempo para analizar las causas profundas de este resultado. Pero más allá de las razones por las cuales un sector importante de la pobla-ción votó la opción liderada por el PRO, es indudable que

este escenario se explica por una alta cuota de responsa-bilidad de la conducción del Frente para la Victoria.

Elegir a Daniel Scioli como candidato oficial, con la tesis de que un personaje más mo-derado sería mejor para en-frentar a las propuestas más derechistas, se demostró in-útil. De esa manera la conduc-ción del kirchnerismo terminó imponiendo un candidato que expresa un claro giro conser-vador, al mismo tiempo que fue y es ampliamente resistido por parte de su militancia.

Pero las causas no son sólo los candidatos elegidos. Por un lado en estos doce años el kirchnerismo no se plan-teó seriamente apoyarse en la movilización popular, ni mo-dificar la estructura política que lo sustentó. El Partido Justicialista, sus gobernado-res, intendentes, las estructu-ras sindicales burocratizadas se mantuvieron intactas, a tal punto que están esperando la salida de Cristina para tomarse revancha contra buena parte de la militancia genuina que se ha sumado al FPV en estos años. ¿Quién sino la conduc-ción del propio FPV es respon-sable de esta situación?

Por otro lado, su proyecto se enfrenta hoy con las pro-pias limitaciones de cualquier “capitalismo nacional con in-clusión”, es decir, con los lí-mites fatales de una política económica que no se propone conmover las bases estruc-turales de la dependencia, miseria y desigualdad nacio-nal, sino solamente paliar sus consecuencias. El mismo gran empresariado con el que el kirchnerismo esperaba cons-truir una utópica “burguesía nacional”, ahora vuelve a trai-cionarlo y se alinea detrás de Macri, juzgando que con él va a encontrar mayores posibilida-des de avanzar contra las con-quistas de la clase trabajadora. Como decía Hugo Chávez, “aquí hay sólo dos caminos: o capitalismo o socialismo”.

Finalmente, la política de colaboración con el PRO en la Ciudad de Buenos Aires, acor-dando en numerosas ocasio-nes en la Legislatura porteña, también emerge en el esce-nario actual. ¿De qué sirvió fortalecer a la nueva derecha macrista en la capital del país

en los últimos ocho años?Lo cierto es que las con-

secuencias negativas de las limitaciones del proyecto kirchnerista, las sufriremos las amplias mayorías de la población.

Esto no quita que las fuerzas populares que no formamos parte del FPV no debamos hacer un balance autocrítico sobre nuestras li-mitaciones y dificultades para intervenir durante los últimos años. Pero de ninguna manera aceptamos que se equiparen nuestras responsabilidades con las de la conducción del FPV y buena parte de sus cuadros, ante el dramático escenario planteado en la definición del próximo presi-dente de la Nación.

No obstante estos señala-mientos, creemos que el 22 de noviembre está en juego algo importante en nuestro país, frente a lo cual las fuer-zas populares y de izquierda no podemos ser indiferentes ni neutrales. Un gobierno de Scioli, ya lo hemos dicho, re-presentará un retroceso, y de-beremos enfrentar cualquier intento de ajuste y ataque a nuestros derechos. Pero un gobierno de Macri abre la po-sibilidad de un retroceso aún mayor, que sería una dura de-rrota política y simbólica para nuestro pueblo, y nos coloca-ría en una situación cualitati-vamente distinta.

Entendemos que ambos candidatos generan un re-chazo lógico, por su recorrido y porque ambos expresan un giro conservador, pero sos-tenemos que no es lo mismo para el campo popular la victo-ria de uno por sobre otro. Por eso rechazamos el llamado al voto en blanco que hacen dis-tintos referentes políticos de la izquierda, y creemos que es una política completamente equivocada. Scioli y Macri pueden parecerse mucho en sus estilos y trayectorias, pero en el balotaje no se elegirán sólo personas. No es lo mismo un gobierno del FPV, aún en el marco de una salida conserva-dora, que un gobierno del PRO.

Decimos esto desde nues-tra propia trayectoria: hace un año denunciamos el giro a la derecha del conjunto del sistema político que hoy está en curso, y propusimos

a toda la militancia popular la construcción de unas am-plias primarias abiertas para enfrentarlo. No tuvimos res-puestas. Ante esa situación, decidimos no participar como fuerza en la elección presi-dencial, pero tanto en las PASO de agosto como luego en octubre, llamamos a votar a los candidatos presidencia-les del campo popular. En oc-tubre eso nos llevó a llamar a votar a Nicolás Del Caño, el único candidato que no ex-presaba este giro conservador y antipopular.

Este 22 de noviembre no nos da lo mismo que la nueva derecha argentina, alineada con las oposiciones conserva-doras y golpistas de América Latina, gane la presidencia del país. No nos da lo mismo tener un gobierno alineado con la política norteameri-cana de desestabilización contra la Revolución Boliva-riana, contra los procesos de cambio, y opuesto a cualquier perspectiva de integración latinoamericana.

No nos da lo mismo la lle-gada al gobierno de un partido de laboratorio nutrido con lo más conservador de la polí-tica nacional, de clara orienta-ción neoliberal. No nos da lo mismo un gobierno que pre-tende pagarle a los fondos bui-tres en sus propios términos, que anuncia explícitamente que pretende devaluar, redu-cir los impuestos a las grandes riquezas, sacar las retenciones y reducir el gasto público.

No nos da lo mismo un go-bierno que, diga lo que diga en medio de la campaña electoral, durante años votó en el Con-greso de la Nación contra los principales avances de los últi-mos años: la estatización de las AFJP, la expropiación de YPF, el matrimonio igualitario, la Ley de Medios, la Asignación Universal por Hijo, etc.

Finalmente, estamos con-vencidos y convencidas que la clase trabajadora y el pueblo estarán en mejores condicio-nes de pelear y resistir cual-quier ajuste en un gobierno del FPV, que en un gobierno del PRO. Será tarea del conjunto del campo popular seguir or-ganizándonos como pueblo, fortaleciendo la unidad de las diferentes organizaciones y elevar el nivel de movilización

y protagonismo popular, no sólo para resistir lo que venga, sino también para construir un proceso emancipatorio para y desde las mayorías so-ciales de nuestro país.

Por eso, el próximo 22 de noviembre, votaremos la fór-mula del FPV en el balotaje, y llamamos a todas las fuer-zas populares y de izquierda a realizar una fuerte cam-paña en contra de un posible triunfo de Mauricio Macri.

Y el lunes 23 de noviembre, gane quien gane, estaremos más convencidos y convencidas que nunca para salir a las calles a seguir peleando junto a todos aquellos militantes del campo popular que estén dispuestos a enfrentar cualquier política de ajuste, construyendo una izquierda popular en la Argen-tina, que camine a paso firme hacia nuestra segunda y defini-tiva independencia.

“Creemos que el 22 de noviembre está en juego algo importante en nuestro país, frente a lo cual las fuerzas populares y de izquierda no podemos ser indiferentes ni neutrales. Un gobierno de Scioli, ya lo hemos dicho, representará un retroceso, y deberemos enfrentar cualquier intento de ajuste y ataque a nuestros derechos. Pero un gobierno de Macri abre la posibilidad de un retroceso aún mayor, que sería una dura derrota política y simbólica para nuestro pueblo, y nos colocaría en una situación cualitativamente distinta.

Derrotemos a Macri y al avance de la nueva

derecha argentina

Declaración de PATRIA GRANDE ante el balotaje

4 ESCENA NACIONAL

Estas elecciones gene-rales se desarrollaron en el marco de un claro giro conservador en el

conjunto del sistema polí-tico argentino. Este viraje a la derecha es producto, en términos generales, de dos fenómenos entrelazados: el agotamiento de la experiencia estatal kirchnerista, por sus propias contradicciones, pero también por un cambio en la coyuntura económica inter-nacional; y la demanda, por parte de lo más concentrado del capital local y extranjero, de dejar atrás el ciclo abierto en 2001, marcado por los con-dicionamientos que el movi-miento popular fue capaz de imponer a partir de la crisis de representación de los partidos tradicionales y la conflictivi-dad social previa. El kirchne-rismo resulta inexplicable sin aquella convulsiva coyuntura, de la que emergió marcado por su característica dualidad: agente de la recomposición del consenso y del ciclo de acumu-lación de capital –devaluación mediante-, pero sobre la base de viabilizar la ampliación de derechos y la satisfacción de algunas demandas popula-res postergadas. Tanto Scioli como Macri y Massa, expre-san de manera diferente esta tendencia regresiva, y por lo tanto, es posible hablar de un fin de ciclo.

Los acontecimientos que van desde las movilizaciones contra el neoliberalismo hasta las luchas populares de 2001-2003 son una marca indeleble

en el origen del kirchnerismo y de su lógica de producción de consenso y acumulación política. Estas marcas se han actualizado más de una vez en los vaivenes gubernamenta-les, y es con estas oscilaciones y ambiciones de “excesiva” autonomía con las que una fracción dominante del ca-pital reclama terminar. Este vínculo íntimo y a la vez com-plejo entre el kirchnerismo y aquella crisis estatal, nos ayuda a entender parte del odio enconado de la mayoría de una clase dominante que, en sus intereses económicos primordiales ha sido resguar-dada y favorecida por los go-biernos de Néstor y Cristina.

Es sobre la base de aque-

lla relación de fuerzas que se han desenvuelto proyectos, confrontaciones partidistas, intereses de grupo, choques, disputas concretas y por su-puesto, narrativas políti-co-ideológicas que mostraron gran productividad social, como la que ha demarcado el campo de la polarización kir-chnerismo–antikirchnerismo.

Arriesgamos antes la hipó-tesis de que estamos frente a un agotamiento de esta expe-riencia política en la dirección del Estado, lo que de ninguna manera supone su extinción sin más como fuerza militante o como identidad. ¿En qué radica este agotamiento? Las distintas fases económico-po-líticas que atravesamos desde 2003 develan una verdad persistente: el kirchnerismo se alimenta de las contradic-ciones puestas en marcha en aquel 2001, ha mostrado gran capacidad de domarlas y ges-tionarlas, pero no parece la fuerza política indicada para resolverlas. Y las clases domi-nantes reclaman resolución.

El proyecto del capitalismo nacional arrancó con un nota-ble ciclo virtuoso, apoyado, es cierto, en un punto de partida visiblemente deprimido. En-tonces, el aumento del em-pleo, del salario real de los trabajadores y trabajadoras, la ampliación de derechos sociales y democráticos, fue compatible con altas tasas de rentabilidad empresaria y la recomposición parcial de la institucionalidad represen-tativa. Pero, al menos desde 2012 (aunque ya desde tiempo antes se venían acumulando múltiples tensiones), esta ló-

gica se fue agotando, tanto en su viabilidad económica como en su productividad política. Estancamiento de la econo-mía y del salario real, au-mento de la inflación, déficits gemelos, fuga de capitales y presión cambiaria, fueron al-gunos de los indicadores que llegaron para quedarse.

En este marco, su capaci-dad de contención política se fue resquebrajando, y en la encrucijada el gobierno tomó una orientación clara: arre-glo de los litigios en el CIADI, pago al Club de París, acuerdo con el FMI para monitorear el INDEC, devaluación de enero de 2014, y también me-didas políticas como el nom-bramiento de Berni como número dos del Ministerio de Seguridad. Todo esto fue definido en su momento por nuestro compañero Itai Hag-man, como el intento de un pacto de gobernabilidad para llegar de manera ordenada al 2015. Este intento fracasó, y no por falta de voluntad del “autoritarismo” kirchnerista, sino porque Griesa puso en crisis la estrategia de volver a los mercados financieros y la oposición política rechazó la posibilidad de cualquier convivencia pacífica. Acos-tumbrado a hacerse fuerte en la confrontación, el gobierno se resistió a una claudicación completa, y mientras buscaba retomar la iniciativa y evitar una devaluación mayor con el auxilio de los “swap” chinos, comenzaba a delinear un plan de contingencia.

Daniel Scioli fue ese plan. El cierre de filas detrás de la candidatura del gobernador

bonaerense, antes hostigado y hasta denunciado como candidato de la “corpo”, es la expresión más clara de que el gobierno eligió una vía re-gresiva para intentar salvar las contradicciones del “pro-yecto”. El propio FPV creyó estar ofreciendo en la figura de Daniel Scioli el candidato “moderado” y “conciliador” que se demandaba para una nueva etapa, al tiempo que lograba permanecer con cuo-tas de poder en el Estado de cara al futuro. Así se confi-guró el escenario con un elec-torado obligado a elegir entre tres candidatos que tienen un gran denominador común: los tres prometen dejar atrás los gestos populistas, al tiempo que promover la inversión ex-tranjera y garantizar un buen “clima de negocios”.

Con el diario del lunes es sencillo decir que el cálculo falló y que la subordinación a la candidatura del gober-nador bonaerense de poco sirvió. Paradójicamente la conducción política del kir-chnerismo, constreñida por las limitaciones fatales de su estrategia, ayudó a construir el escenario que hoy amenaza con devorarlo dando lugar a un verdadero fin de ciclo.

El significado del ascenso de Macri

De cara al análisis concreto de los resultados electorales es importante evitar el impre-sionismo. Es claro que pre-senciamos la consolidación de un giro conservador, que si bien expresaban en cierta me-dida tanto Scioli como Massa y Macri, tiene en este último

“Hace tiempo que los discursos oficiales han dejado de lado la idea de “ir por más” o “profundizar” los logros, para sustituirlos por la necesidad de conformarse con lo que hay, de cuidar lo que tenemos y de no volver atrás. Frente a eso Macri usufructuó el discurso del cambio.

Las elecciones arrojaron un resultado sorpresivo. El escenario más previsible se desvaneció en el aire con el

correr de la madrugada y nos dejó un nuevo panorama: por un lado, una derrota política para el kirchnerismo, y por el otro, la posibilidad cada vez más cierta de que

Macri se convierta en el próximo presidente. La sorpresa es parte de la política. Sin embargo, estos resultados no se

edificaron de la noche a la mañana.

Por Martín Ogando

5Cambio Publicación quincenal de izquierda popular Año 2 Número 29 Del 4 al 22 de noviembre 2015

a su exponente más nítido y regresivo. El voto popular, pa-radójicamente, ha fortalecido las posiciones de aquellos que aplicarán las recetas más re-gresivas y perjudiciales para sus propios intereses.

Sin embargo, esto no debe ser asociado a un “giro a la derecha” del conjunto de la sociedad, ni justifica agitar fantasmas sobre la vuelta a los noventa. Las propuestas de sus economistas y las op-ciones parlamentarias de sus diputados han sido claras, pero en la propia campaña electoral Macri ha jugado de manera inteligente a contac-tar con las aspiraciones po-pulares. Esto es característico de toda una generación de nuevas derechas en América Latina, que se esmeran par-ticularmente por expropiar agendas populares y mostrar un rostro amigable, democrá-tico y dialoguista. El desgaste de doce años que arrastra el oficialismo, más su propio giro discursivo, colaboró en la faena del PRO: hace tiempo que los discursos oficiales han dejado de lado la idea de “ir por más” o “profundizar” los logros, para sustituir-los por la necesidad de con-formarse con lo que hay, de cuidar lo que tenemos y de no volver atrás. Frente a eso Macri usufructuó el discurso del cambio. En una campaña despojada de pasión, des-politizada y donde apenas aparecían matices entre los candidatos, la decisión pa-reció reducida a optar entre “continuidad con cambios” y “cambios con continuidad”. En ese marco la épica discur-

siva del kirchnerismo, tantas veces eficaz, perdió potencia.

Intentar interpretar el sentido del sufragio es desde ya una tarea complicada, y tal vez demasiado ambiciosa. Sin embargo, creemos que el voto a Macri no debe ser entendido como un cheque en blanco para avanzar en una política de ajuste y liberalización eco-nómica. Por más bizarro y poco creíble que haya sonado el súbito apoyo del candidato de Cambiemos a la AUH y otras medidas del gobierno, esto expresa en parte los lími-tes dentro de los cuales debe moverse si aspira a conquis-tar una mayoría electoral. Y esto nos obliga a pasar nue-vamente de los fenómenos de coyuntura a los más estruc-turales. Como ya señalamos en nuestro posicionamiento pre-electoral, el actual giro conservador opera sobre una realidad sumamente com-pleja, ya que no está asentado sobre una derrota decisiva de la clase trabajadora y los sectores populares. No es para nada evidente que, gane quien gane, la mayoría de la población esté dispuesta a acompañar políticas de ajuste ni relegar avances en materia de derechos. Diver-sas luchas protagonizadas en esta década han alcanzado mayores derechos para los sectores populares, así como otras aún esperan impos-tergables señales de avance. Esta caracterización supone un marco de acción impor-tante para las organizacio-nes populares y de izquierda, sabiendo que lejos estamos de la “vuelta a los 90” o la

resistencia en la última trin-chera, y que se entrelazará de manera aún imprevisible con un escenario económico y po-lítico plagado de incertidum-bres, tanto a nivel local como internacional.

¿Cómo seguir?En lo inmediato queda el

breve camino hacia el balo-taje. La situación de Scioli y el FPV es por demás delicada y deberá remontar una situa-ción que hoy se le presenta muy desfavorable. Si bien el panorama está abierto, Mau-ricio Macri arranca como claro favorito para ganar la contienda del 22 de noviem-bre y recibir la banda presi-dencial de manos de Cristina Fernández. El escaso tiempo jugará en contra del FPV que tendrá que afrontar ta-reas que en sí mismas pue-den resultar contradictorias. Tendrá que captar parte im-portante del voto a Sergio Massa, quien personalmente ya se ha ubicado entre los partidarios del “cambio”, al mismo tiempo que inten-tar captar los pocos puntos porcentuales progresistas y de izquierda que fueron ex-presados por otras listas. Seguramente desarrollará una campaña mucho más agresiva, obligado a correr de atrás, lo cual puede tras-tocar el clásico personaje del motonauta dotado de mode-ración, fe y esperanza, “que nunca habla en contra de, sino a favor”. Y todo esto in-tentando detener el pase de facturas y la guerra interna que ya se ha desatado, entre kirchnerismo “puro” y scio-

lismo, entre “los jóvenes de la Campora” y la estructura tradicional del PJ, etc.

Como ya hemos hecho público, desde PATRIA GRANDE entendemos que el 22 de noviembre hay que votar contra Macri. Pensamos que, para decirlo sencillo, ese domingo elegiremos contra quién tendremos que luchar en las calles en el futuro in-mediato, y por todo lo dicho pensamos que Macri y el PRO sería el peor enemigo a en-frentar por nuestro pueblo.

De todas maneras, la dis-cusión más importante para la militancia popular y de izquierda es cómo seguir. El proyecto de un capitalismo nacional con inclusión ha

chocado de frente con sus propias limitaciones, en lo económico y en lo político. Pero estas no son buenas no-ticias. La crisis de este pro-yecto no se debe, ni por lejos, a que se encuentre cuestio-nado por izquierda o supe-rado por una movilización popular que demande las transformaciones de fondo que el kirchnerismo no era capaz de protagonizar. La salida del kirchnerismo, con Macri, pero incluso en un eventual triunfo de Scioli, será por derecha, y su costo será pagado por el con-junto de los trabajadores y trabajadoras.

Las organizaciones popu-lares estamos absolutamente en deuda por nuestra inca-pacidad de generar una al-ternativa política. Con esta deuda pendiente entraremos en la nueva etapa, prepara-das para defender en las ca-lles lo conquistado, pero con la imperiosa necesidad de un balance a fondo de la expe-riencia que marcó a fuego esta década. Una primera conclusión nos acompaña y fortalece nuestra convicción de lucha: no habrá cambio profundo para la Argentina y Nuestra América sin el poder popular organizado, sin el pueblo en las calles y trans-formando las instituciones de esta democracia restrin-gida, no habrá cambio ver-dadero sin animarse a poner en cuestión al capitalismo como único horizonte de so-ciedad posible. Es el camino más difícil, el más largo y el más costoso, pero es el único posible.

Las razones previsibles de un resultado

imprevisto

“El 22 de noviembre hay que votar contra Macri. Pensamos que, para decirlo sencillo, ese domingo elegiremos contra quién tendremos que luchar en las calles en el futuro inmediato, y por todo lo dicho pensamos que Macri y el PRO sería el peor enemigo a enfrentar por nuestro pueblo.

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Cambio: ¿Qué pensás del resul-tado de las elecciones del 25 de octubre?

Carlos del Frade: Por un lado las elecciones demostraron que para nueve millones de personas que votaron a Scioli hay una continuidad del mo-delo y por otro lado fue una sorpresa la cantidad de votos, los casi ocho millones, que sacó Macri. Y esa sorpresa está dada, a mi entender, porque la gente que quiere un cambio, que está harta del kirchnerismo, utilizó a Macri tal como se lo había presen-tado el sistema: la manera de castigar al kirchnerismo.

Cambiar era votar a Macri. Por eso hubo tanto silencio en las últimas dos semanas, esa “calma chicha” de que aparentemente no hay nada, en realidad no precedía a una tormenta sino a la sorpresa que se iba a generar con el voto a Macri, que fue un voto de mucha gente progresista. El caso más claro fue la pro-vincia de Santa Fe, en donde el 14 de junio Bonfatti había sacado 700 mil votos, y hoy el que sacó esa misma cantidad, es decir con la misma suma matemática en la provincia, fue Macri. Hubo un traslado de al menos 500 mil votos que se vieron en los 200 mil que sacó Binner, votos de ra-dicales y socialistas que fue-ron para Macri. Lo mismo ocurrió en la provincia de Córdoba y Capital Federal. Me parece que la sorpresa tiene que ver con el silencio vergonzante de mucha gente que no quería decir que para castigar al kirchnerismo iba a votar a Macri.

En ese escenario aparece la

segunda vuelta, en la que según mi entender, los que somos dirigentes, tenemos la obliga-ción de decir cómo votar, en medio de lo que decidió nues-tro pueblo. Y nuestro pueblo decidió mayoritariamente que el escenario en el que hay que jugar es Scioli o Macri y, en ese sentido, en perspectiva his-tórica, de cara a un frente de transformación realmente re-volucionario en la Argentina, estamos mucho más cerca de los sectores sociales y políticos que están a favor de la política de derechos humanos, de una jubilación digna, de la idea de soberanía, de la integración regional y de la igualdad de géneros, que son los que se mueven detrás de la imagen

de Scioli; que de aquellos que están detrás de la imagen de Macri en donde ninguna de esas banderas son tomadas. Por lo tanto, de acuerdo a esta visión estratégica de un gran frente de millones para trans-formar la Argentina, en esa perspectiva, votamos a Scioli.

C: Se entiende que Macri y Scioli expresan continuidades, que tie-nen ciertos elementos comunes o aristas que los confunden. Pero, ¿por qué no son lo mismo?

CDF: No son lo mismo justa-mente porque los actores socia-les que están detrás de Macri no son los mismos que aque-llos que están detrás de Scioli, que evidentemente responden a sectores populares. Y porque además, lo que me parece que es fundamental, algo que veni-mos diciendo desde que somos candidatos desde el año 2007, es que no hay que negar lo bueno del gobierno nacional y tampoco negar lo malo. No hay que ser necios, decimos siem-pre. Y en ese sentido yo creo que los aspectos más positivos del gobierno nacional tienden a mantenerse y eso lo garantiza Scioli y no Macri. Así que efec-tivamente no son lo mismo. Por otra parte están los inte-reses que respaldan a Macri, ver contentos a los señores que están a favor del indulto a los genocidas, a los grandes em-presarios cómplices de la dicta-dura y de la sangría tremenda de los despidos en la década del noventa. Eso no tiene nada que ver con nosotros.

C: En distintas ciudades del país hubo una especie de reacción po-pular, no del todo organizada, que se plantea una postura militante para que no gane Macri. ¿Está su-cediendo lo mismo en Santa Fe?

CDF: Hay y va a haber sectores sociales y políticos que impulsen esta idea de Macri “NO”. Pero más allá de eso la gran discu-sión va a pasar por nuestro pue-blo, por la gente sencilla que no está nucleada en organizaciones y que de cara al 22 van a tener tiempo suficiente para saber que el candidato es una cosa pero los intereses y los sectores sociales que cada uno representa son otros. Y ahí me parece que se van a ver las perspectivas de lo que desenvuelve la historia, que no son las grandes figuras indi-viduales sino lo que representan, individual y colectivamente. Me parece que de cara al 22 puede haber sorpresas y efectivamente va a haber una gran moviliza-ción social. Pero el grueso de nuestro pueblo va a pensar mucho el voto y eso me parece un síntoma de conciencia y ma-durez interesante, cualquiera sea el resultado.

C: Hay una sensación de que cam-bió la etapa política en la Argen-tina, incluso para la gente de a pie y sobre todo para las orga-nizaciones que tienen vínculo, o tienden un puente con los sec-tores populares. ¿Crees que va a cambiar la forma de organización y de actividad política en los cua-tro años que vienen?

CDF: Yo creo que la gran pers-

pectiva es ser lo más humildes posibles, lo más realistas y que especialmente los sectores de izquierda nos tenemos que acostumbrar a que para llevar adelante las transformacio-nes en la Argentina tenemos que ser millones. Y para eso hay que ser muy humildes, ir al encuentro con el otro, hay que disminuir los costos de las diferencias y aumentar las cercanías. Eso es fundamen-tal. No nos alcanza con uno o dos frentes de izquierda, porque quedó claramente de-mostrado que no alcanza con eso. Y para eso hay que buscar lo nacional y lo popular. A mí parece que es la perspectiva de siempre, lo que nos define his-tóricamente, sabemos que es el abrazo con los sectores que alguna vez se enamoraron de las banderas que levantaron el radicalismo y el peronismo. Y esa es la perspectiva: hay que escuchar, hay que abrirse, hay que buscar; no hay que resig-nar banderas pero tampoco hacer verdad de capillas o de sectas porque eso nos termina aislando. Y por más que cir-cunstancialmente nos quede-mos con nuestra militancia, ese aislamiento favorece los intereses de los capitales con-centrados.

“En perspectiva histórica, de cara a un frente de transformación realmente revolucionario, estamos mucho más cerca de los sectores sociales y políticos que están a favor de la política de DDHH, de una jubilación digna, de la idea de soberanía, de la integración regional y de la igualdad de géneros, que son los que se mueven detrás de la imagen de Scioli.

“Los intereses detrás de Macri no

tienen nada que ver con nosotros”

Entrevista a Carlos del Frade, diputado electo en Santa Fe por el Frente Social y Popular.

ESCENA NACIONAL

Un debate atraviesa a la militancia popular, y al pueblo argentino en su conjunto, en torno a qué posición política asumir de cara al balotaje

del 22 de noviembre. En este marco, CAMBIO conversó con Carlos del Frade sobre el escenario abierto y qué implicancias tiene para quienes

peleamos por una transformación real en nuestro país.

Por Federico Araya y Cecilia Pato

7Cambio Publicación quincenal de izquierda popular Año 2 Número 29 Del 4 al 22 de noviembre 2015

Difícil entonces entre tanto globo, subtrenme-trocleta y contradiccio-nes sacar en limpio cuál

es el programa económico del PRO. Hasta ahora la estrategia del partido de los globos ha sido: (1) decir que van a man-tener aquellas cosas que están bien vistas por la sociedad para no perder votos, a pesar de ha-berse opuesto a ellas anterior-mente, (2) plantear consignas indiscutibles tales como vamos a terminar con el hambre y la pobreza sin explicar cómo piensan lograrlo y (3) acusar de “campaña sucia” cualquier crítica. Por eso a continua-ción trataremos de abordar el programa económico del PRO desde los hechos.

¿Qué hicieron a nivel nacional?

Hasta el momento, su mayor protagonismo a nivel nacional se limitó al Congreso de la Nación. Desde allí se em-peñaron en votar en contra de cada medida que implicó mayor intervención estatal. En 2006 votaron en contra de la nacionalización del sistema de aguas y la creación de Aysa. En 2008 se opusieron fuertemente a las retenciones móviles. Ese mismo año se opusieron a la eliminación de las AFJP y a la vuelta de las jubilaciones al sis-tema estatal de reparto. Un año más tarde votaron en contra de la Ley de Medios y una vez aprobada impulsaron su dero-gación. En 2012 fueron el único bloque relevante que se opuso a la nacionalización de YPF.

Así fue la intervención real del PRO. Pronunciarse en con-tra de todas las medidas que implicaron redistribución de la riqueza, mayor control es-tatal y que al día de hoy son apoyadas por la mayoría de la sociedad. Lo mismo con la Asignación Universal por Hijo, donde al lanzarse por decreto no pudieron intervenir pero igual opinaron, como Ernesto Sanz que dijo que se “iba por la canaleta de la droga y el juego” o Miguel Del Sel que planteó

que por cobrar el beneficio “se triplicó la cantidad de embara-zos de pibitas de 13, 14 años”.

¿Qué hicieron en la Ciudad?

El porcentaje del gasto edu-cativo sobre el presupuesto se redujo desde casi un 27,4% en 2007 a menos del 20,5% pre-visto para 2015. En cuanto al gasto en infraestructura esco-lar, se registró una merma en la participación de 1,5% a 0,3%. Similar ocurre con el gasto en salud pública que bajó de casi el 22,7% del total del presupuesto en 2007 a menos del 18,2% pro-yectado para 2015. Otro punto a destacar es la reducción del presupuesto del Instituto de Vi-vienda de la Ciudad que pasó de 2,9% a 1,4%, menos de la mitad. Esto nos permite entender por qué entre 2001 y 2010 la can-tidad de habitantes de las villas se incrementó en un 52% y la de inquilinos un 55%, a pesar de que en este periodo se estima que se construyeron 28 millo-nes de m2.

Asimismo el stock de deuda pasó de 570 millones en 2007 a 2.100 millones de dólares estimados para el final de este año. Cabe destacar que esta deuda fue utilizada para solventar gastos corrientes, contradiciéndose hasta con su propio discurso de eficiencia.

¿Qué “PROponen”?El 26 de octubre la bolsa

celebró el resultado electoral con una suba de las acciones de 4,4%. Se destacaron los bancos con subas del 12%, las energé-ticas con subas superiores al 10% y diversas exportadoras también con subas de dos dí-gitos. No es casual que estos hayan sido los sectores que más reaccionaron ante un posible triunfo de Macri. Las acciones de los bancos se dispararon a la espera de que se terminen los controles sobre la tasa a la que prestan créditos, se valoricen sus tenencias de dólar futuro con una devaluación y se aceite el ingreso de capitales extranje-ros. Las energéticas aguardan la liberalización de tarifas de los servicios públicos. Las ex-portadoras prevén un aumento

brusco del tipo de cambio que incremente sus ingresos. Por otro lado, en las gerencias de PYMES y multinacionales ya manejan la expectativa de des-pedir empleados con menores trabas por parte de los sindica-tos y el gobierno.

La idea de devaluación se desprende inmediatamente de frases como estamos “con un retraso cambiario cada vez más importante” y de la idea de levantar el “cepo cambia-rio” el 11 de diciembre. Los controles a los dólares se im-pusieron en 2011 después de que se compraran 20 mil mi-llones sin fines predetermina-dos, cerca de la totalidad de las reservas internacionales de hoy. Actualmente parte de esa fuga se va por el dólar aho-rro, pero liberar la demanda por completo implicaría una presión inmensa sobre el tipo de cambio que derivaría en un salto cambiario significativo. Claro que en ese caso contaría

con el mayor ingreso en con-cepto de exportaciones agra-rias, las cuales hoy se retienen a la espera de una devaluación.

Se puede esperar que el principal ingreso de divisas provenga de la deuda ex-terna. El modelo de endeu-damiento que el PRO trajo en la ciudad ya ha sido ben-decido por Moody´s, una de las principales calificadoras de riesgo, que a la espera de un gobierno amarillo mejoró la calificación de la deuda ar-gentina previendo un mejor “clima de negocios”. Cabe destacar que el gobierno na-cional le deja un elixir a un gobierno pro-mercado: la deuda externa representa apenas el 10% del PBI, uno de los niveles de endeudamiento más bajo del mundo. Por ejemplo, puede endeudarse en más de 100 mil millones de dólares y apenas llegaría al 40%, un ratio considerado como normal. Sin embargo,

sin reformas estructurales que requieren la planificación estatal para desafiar la estruc-tura productiva dependiente, es de suponer que la deuda se irá acumulando y será un condicionante para la política económica argentina, como lo supo ser por varias décadas.

Por último, el equipo eco-nómico del PRO ya anun-ció que con ellos habrá una mayor apertura comercial. No sorprendería que Argen-tina se sume así al acuerdo de libre comercio firmado por Estados Unidos con once paí-ses hace un mes. 10 años des-pués del NO al ALCA, Estados Unidos puede llevar adelante su plan sobre Argentina de la mano de Mauricio Macri.

Hace unos meses en esta columna dijimos que a pesar de los globos el PRO es el proyecto más ideológico de todos: la ideología PROmer-cado, la ideología que benefi-cia a unos pocos.

Nombre: Federico SturzeneggerAntecedentes: secretario de

Política Económica en el 2001.Acción destacada: anunció el

recorte de 13% en jubilaciones y sa-larios públicos durante el gobierno de la Alianza.

Frase célebre: “Si hacés un ajuste fiscal, entonces la gente va a perder su trabajo, y eso es lo que no queremos que digas. Cuando seas gobierno hacé lo que vos creas” con-tando los consejos que le daba Durán Barba para hablar en la televisión (16/04/2014)/ “Creemos que es mejor que el ajuste, por una vez, lo haga el sector público” después de anunciar el recorte en 2001 (01/07/2014).

Nombre: Carlos MelconiánAntecedentes: jefe de Depar-

tamento de Deuda Externa en 1982 (momento en que se estatiza la deuda privada) – Candidato a mi-nistro de Economía de Menem en 2003.

Acción destacada: hacer pasar como legítimos los fraudes come-tidos por multinacionales y grupos locales, en el marco del proceso de estatización de la deuda en 1982.

Frase célebre: “Son tipos que de buena voluntad compraron títu-los para ahorrar”, sobre los Fondos Buitres (26/08/2013).

Nombre: Rogelio FrigerioAntecedentes: secretario de

Programación Macroeconómica de Menem – Representante argentino ante el Banco Mundial y FMI.

Acción destacada: nada, por eso lo ponen a hablar.

Frase célebre: Conocido por contradicciones como “es el go-bierno que más ha devaluado en el mundo” (09/09/2015) a la vez que estamos “con un retraso cam-biario cada vez más importante” (07/10/2014).

El programa económico del PRO

Prontuario de los PROeconomistas

De “Planes sociales que no suman” a la “Asignación Universal por Hijo es un Derecho”; del “dolor” por la nacionalización de YPF a “YPF seguirá manejada por el Estado”; de afirmar que “por supuesto” privatizaría las AFJP a “las jubilaciones seguirán en manos de la ANSES”; del “futbol funcionaba maravillosamente bien antes de la intervención estatal” a “Futbol Para Todos tiene que ser gratis para la gente”. Todas esas afirmaciones pertenecen a la misma persona: Mauricio Macri.

Por Pablo Wahren

ECONOMÍA POLÍTICA

8 NUESTRA AMÉRICA

Hoy nos falta Chávez y Evo es presidente. Hoy Obama acepta parcial-mente la derrota de

sus políticas frente a Cuba –aunque mantiene el salvaje bloqueo- y piensa nuevas estra-tegias de dominación mundial.

Si entonces Estados Unidos era el actor hegemónico por excelencia en el mundo, expor-tando neoliberalismo, guerras y hambre, hoy estamos ante un mundo multipolar donde Rusia, China y el resto de los países considerados “emergen-tes” disputan poderío y capaci-dad de influencia y la Unión Europea busca ocupar espacios comerciales otrora exclusivos de los yanquis. Washington, no contento, multiplica las es-trategias para recuperar la he-gemonía perdida.

En 2005 los proyectos emancipatorios en América Latina estaban a la vanguar-dia de las luchas mundiales, pujando, haciéndose lugar a los codazos en la historia viva de nuestra tierra. Decíamos No al ALCA y mandábamos al carajo a ese proyecto de libre comercio con el impulso fundamental de Venezuela en bloque con Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay.

Sólo cinco países -aunque representaban el 75% del PBI de la región- lograron obturar el acuerdo que Estados Uni-dos llevó a la 4ta Cumbre de las Américas por fuera de la agenda y para el que sus alia-dos en el continente (Canadá, México, Panamá, entre otros) le allanaron el camino. Pero los gobiernos de Néstor Kirch-ner, Lula Da Silva, Tabaré Váz-quez y Nicanor Duarte Frutos, al frente de países que como consecuencia del neolibera-lismo y la sumisión a Washin-gton habían sido conducidos a la pobreza y el hambre, ya no estaban dispuestos a reincidir. Y fue Hugo Chávez Frías quien dio un paso más allá.

En primer lugar fue el único presidente en asistir a la “Contracumbre” y hablarle a las centenares de organiza-ciones políticas y sociales del continente que allí se habían nucleado para rechazar la pre-sencia de George W. Bush y sus

políticas en nuestro suelo. Y en segundo lugar, fue el único que no solo rechazó ferviente-mente el ALCA, sino que tam-bién propuso una alternativa de integración entre los Esta-dos, basada en la solidaridad. “A nosotros nos toca ser los parteros del nuevo tiempo, los parteros de la nueva historia, los parteros de la nueva inte-gración, los parteros del Alba, la Alternativa Bolivariana para las Américas, para los pueblos de América”, decía Chávez. Para luego orientar: “Sólo nosotros unidos podemos hacerlo y además enterrar al capitalismo para parir el socia-lismo del siglo XXI, un nuevo proyecto histórico socialista”.

Aquel 5 de noviembre de 2005 quedó marcado en la historia antiimperialista de la región y el mundo. Se cerraba una etapa de sometimiento si-lencioso y se empezó a recon-figurar el mapa geopolítico, en el que Washington ya no era el centro absoluto de todo. También, comenzó una era de esperanza, organización y proyectos. Un bloque regional

–al que Evo Morales se suma-ría prontamente al ser electo presidente de Bolivia el mes siguiente, al igual que Rafael Correa en Ecuador a partir de 2007- que más allá de las diferencias estratégicas a su interior, expresaba una ola progresista en América Latina. Con el tiempo y la consolida-ción del ALBA (en 2005 sólo Cuba y Venezuela formaban parte), se pudieron distinguir dos “anillos”: uno de aque-llos con propuestas de trans-formación de fondo y otros, llamados “neodesarrollistas” por ciertas características in-dustrializadoras y una presen-cia fuerte del Estado, pero sin buscar trascender los límites del capitalismo, con grados relativos de autonomía de los grandes poderes económicos en la toma de decisiones.

Pero a nivel mundial la voz de este bloque heterogéneo se hizo oír, entre otras cosas a partir de la creación de la UNASUR y la CELAC. Desde el reclamo por las Malvinas Argentinas y contra el bloqueo estadounidense a Cuba, hasta

la solidaridad expresa con los ataques imperialistas a Vene-zuela o el repudio a los golpes de Estado como el de Hondu-ras de 2009, pasando por el rechazo a los fondos buitre y la injerencia yanqui en general en las políticas de la región, Amé-rica Latina se convirtió, al decir de Emir Sader, en un “oasis an-tineoliberal”. Claro, años más tarde, en 2011, Estados Unidos fomentaría la formación de la Alianza del Pacífico, con aque-llos países (México, Colombia, Chile y Perú, principalmente) alineados con sus políticas.

Y así llegamos a este 2015. Hugo Chávez dijo en 2011, de vi-sita en la Argentina, algo que de-terminaría el presente: “Acá no hay tercera vía, sólo dos cami-nos: o socialismo o capitalismo”. Los países que aún poniéndole frenos a la injerencia yanqui y a las políticas netamente neolibe-rales no apostaron a una profun-dización de las transformaciones económicas, políticas y sociales y no se encaminaron a empalmar con la estrategia del ALBA, hoy se encuentran entre la espada y la pared: las derechas acechan

desde el interior y el exterior de sus propios gobiernos.

Macri y la derecha continental

El escenario de balotaje planteado en la Argentina, en el que Mauricio Macri (Pro – Cambiemos) se presenta con serias –y preocupantes- chances de acceder a la pre-sidencia de la Nación, no es ajeno a aquella disyuntiva.

El ojo de la derecha conti-nental está posado en lo que suceda el 22 de noviembre en el país, y no de forma casual. El imperialismo, a través de su alianza con las derechas locales, ha multiplicado sus estrategias de inserción al sur del río Bravo. Argentina, aún con todas las limitacio-nes del proyecto desarrollado por los gobiernos kirchneris-tas, a nivel regional ha jugado un rol clave de soporte de los procesos más de avanzada como Venezuela y Bolivia.

En la actualidad, desde el pe-ruano Mario Vargas Llosa hasta el escuálido Henrique Capri-les, pasando por Aécio Neves,

A 10 años del “No al ALCA”

Por Julia de Titto

Macri go home

9Cambio Publicación quincenal de izquierda popular Año 2 Número 29 Del 4 al 22 de noviembre 2015

“Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos”, decía Cortázar en Rayuela. Podemos pensar algo similar desde este 2015 sobre aquellas históricas jornadas en Mar del Plata de 2005, con una primera persona del plural hablando del continente, de los movimientos populares, de los líderes de los distintos procesos políticos que se abrieron en Nuestramérica por aquellos años.

expresaron su entusiasmo y “esperanza” en un triunfo ma-crista. Claro, lo que ocurra en la segunda vuelta de la elección presidencial, puede implicar efectivamente un “cambio”.

Mauricio Macri es un neto exponente de la “nueva dere-cha latinoamericana”. Mien-tras desde las páginas de El País de España, Vargas Llosa elogiaba el antiperonismo del líder del Pro (artículo repli-cado masivamente por los me-dios opositores argentinos), este inauguraba un monu-mento a Juan Domingo Perón, en una clara búsqueda por in-terpelar a la sociedad argen-tina que se siente identificada por sus ideas y simbología.

La receta, creada desde el Departamento de Estado yanqui de “di lo que quieren escuchar y no lo que pien-sas”, utilizada también por el peruano Alberto Fujimori, en parte por Neves en Brasil y, sobre todo, por Capriles en Venezuela, tiene como sus-tento una fuerte estrategia de marketing y uso de conceptos vacíos (“revolución de la ale-gría”, “cambio”), la reivindica-

ción de medidas económicas o decisiones políticas de las que en otros momentos se fue un fuerte opositor pero son bien vistas en la sociedad (el caso argentino, por ejemplo, la es-tatización parcial de YPF, por nombrar una), y, sobre todo, la poca claridad de cómo se lle-varán adelante las propuestas de gobierno realizadas en cam-paña. El esquema se replica a lo largo y ancho del continente.

Un potencial triunfo de Macri implicaría un envalento-namiento de sus colegas de otros países. Si bien en Brasil el año pasado fueron las elecciones en las que Dilma Rousseff fue ree-lecta, hoy está en la mira de la oposición y semana tras semana se acumulan las presentaciones parlamentarias para iniciarle un juicio político y destituirla. Si bien el establishment brasilero ya no está jugando tan fuerte para correrla del gobierno, esa definición estuvo condicionada a que la propia Dilma llevara adelante el plan de ajuste que los mercados exigían.

En Venezuela el 5 de di-ciembre hay elecciones le-gislativas y los yanquis y la

reaccionaria Mesa de la Uni-dad Democrática (MUD), se apoya en los malestares socia-les que ella misma colabora en generar (escasez de productos y aumento de precios como contracara del “bachaqueo” y el contrabando) para intentar dar un batacazo y cerrar la “te-naza” que rodea la revolución bolivariana. La respuesta del gobierno de Nicolás Maduro, en vez de la adaptación, es una ofensiva contra las bandas pa-ramilitares que operan en la frontera y una fuerte campaña para defender las conquistas de la revolución y profundizarlas. La derecha, de discurso de cor-dero, intenta interpelar a los chavistas descontentos por un lado, pero por otro ya anticipa que desconocerá el resultado de las elecciones y promueve por lo bajo –y no tanto- una reacción violenta y desestabi-lizadora. A Capriles y la MUD, sin duda, un triunfo de Macri le caerá como anillo al dedo para fortalecer su discurso.

“¡El gran reto que tiene Mauricio Macri si quiere ganar balotaje es ser el líder del cam-bio! ¡Un abrazo al pueblo ar-

gentino!”, expresó Capriles por Twitter. “Quiero que sea presi-dente para librarnos de los bo-livarianos”, dijo por su parte el líder de la oposición brasilera, Neves, en relación a Macri de cara al ballotage. Las derechas –y por detrás, el imperialismo yanqui- pone toda la carne al asador para debilitar la autono-mía de la región y, como objetivo estratégico, intentar derrotar el proyecto socialista de Venezuela.

Si en los últimos años la Ar-gentina en el nuevo escenario geopolítico y económico mun-dial se alineó al bloque de los países emergentes (BRICS), la llegada del Pro a la presiden-cia sería un punto de inflexión para volver a poner el foco de las alianzas comerciales –y políticas- con Washington y la Unión Europea.

En la actualidad Estados Unidos se encuentra impul-

sando, para recuperar terreno perdido, tres tratados de libre comercio distintos. El Tratado Transpacífico (TPP), el TISA (acuerdo de servicios) y el TTIP (con la Unión Europea). Lo que en otro momento buscó de su “patio trasero”, hoy lo rastrea en todo el mundo, con excepción de los BRICS y suma apoyos en algunos países de América Latina como sus so-cios de la Alianza del Pacífico y Uruguay, que si bien salió de las conversaciones para su-marse al TISA, ya anunció su intención de acercarse al TPP.

En este contexto, no es menor como vaya a jugar eco-nómicamente Argentina a es-cala global y Mauricio Macri, en caso de ganar, ya tiene un plan armado. Sus referentes en polí-tica exterior firmaron, junto con otros opositores, un documento llamado Consenso, donde plan-tean su estrategia geopolítica. Las palabras Unasur y Celac no existen, menos que menos ALBA y Unión Europea y Es-tados Unidos son mencionadas una y otra vez. El eufemismo “diversificar las alianzas glo-bales” es un lugar común en el discurso de los referentes en política exterior del Pro, como Iván Petrella y Fulvio Pompeo.

“Al día siguiente de asu-mir como presidente exigiré formalmente la liberación de Leopoldo López”, declaró Macri reiteradas veces ante los medios. ¿Su intención? Fortalecer la campaña anti-rrevolucionaria que el Depar-tamento de Estado promueve en todo el continente.

Defender la integración regional, la autonomía de Washington y la dignidad de Nuestramérica exige enfren-tar a la derecha donde sea, en cualquier rincón del conti-nente. La batalla esta vez toca en casa. Macri Jamás.

“Si en los últimos años la Argentina en el nuevo escenario geopolítico y económico mundial se alineó al bloque de los países emergentes (BRICS), la llegada del Pro a la presidencia sería un punto de inflexión para volver a poner el foco de las alianzas comerciales –y políticas- con Washington y la Unión Europea.

Macri go home

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Gran parte de la mili-tancia juvenil que nos hemos sumado a las filas de las organiza-

ciones populares en la última década -por el fragmento de historia que nos ha tocado vivir- sabemos de los tiem-pos difíciles, de la hostilidad social y del viento en contra, más por relatos previos que por haberlos vivido en pri-mera persona.

Esto no significa que estos años en los que nos hemos formado como militantes hayan sido sencillos, de hecho nos han planteado otros tipos de complejidades, pero sin duda no las de un clima polí-tico mucho más adverso para nuestras ideas, en nombre de una revolución socialista en la Argentina.

Por eso somos conscientes del desafío como militantes del campo popular en estos momentos de inflexión polí-tica: no tenemos biblias rojas que nos dirán que hacer, pero sí la brújula en la materiali-dad de la historia, la unidad ideológica, la inserción popu-lar y la formación constante como primeras herramientas.

El inicio de una nueva etapa

La nueva etapa supone la culminación, el fin de un ciclo político abierto en las movili-

zaciones populares propias de la crisis de 2001 y la posterior recomposición institucional de la mano del kirchnerismo, impulsando un rol activo del Estado en las distintas polí-ticas sociales y económicas, ampliando derechos e insta-lando una disputa simbólica desde la mística nacional y popular.

Hoy, la coyuntura abierta en el balotaje confirma el giro a la derecha que veníamos anticipando y desde PATRIA GRANDE, lejos de caer en el derrotismo, planteamos la necesidad de ubicarnos como organización popular en el lugar que nos deje en mejo-res condiciones como pueblo para enfrentar lo que se viene, gane quien gane la presiden-cia. Para esto hay que pre-pararnos como militantes y nuestra tarea en gran parte está cifrada en aportar a cons-truir una correlación de fuer-zas más favorable al pueblo trabajador, sabiendo que los años que pasamos de “viento a favor” establecieron pisos de derechos, conciencias más amplias y una mayor politiza-ción de los distintos estratos sociales y particularmente de la juventud.

A finales de los años 90 y comienzos de siglo, las capa-cidades de invención y crea-tividad populares generaron nuevas formas organizativas como las asambleas auto-convocadas que funcionaron

como dispositivos de discu-sión y toma de decisiones frente a la deslegitimación de las formas tradicionales que representaban las estructuras partidarias. En la actualidad los desafíos son otros y tam-bién tendremos que analizar y generar ajustes en nuestra política para adecuarla efec-tivamente a las condiciones que vengan.

Desde una mirada his-tórica, creemos que no corresponde una visión exa-geradamente catastrófica del futuro inmediato, parados desde escenas temidas como “la vuelta a los noventa”; pero al mismo tiempo -y con el mismo énfasis- tampoco po-demos caer en la subestima-ción del contexto difícil que se avecina. Los y las militantes tenemos el valioso quehacer de incorporar este entramado de época y aprender a mover-nos en él, acumulando fuerzas y creciendo políticamente.

En este sentido nuestro proyecto político se cons-truye con una estrategia de poder, vocación de mayorías y alumbrado desde el pre-sente que se vive, transitando las contradicciones de la rea-lidad, buscando a cada paso acumular fuerzas con un ojo puesto en los desafíos a me-diano plazo.

Claves militantesDentro de la historia hay

muchas experiencias y tal

vez poco registro de esta di-mensión “mas interna” pero fundamental de la columna vertebral de las organizacio-nes políticas: sus cuadros.

Las “matrices militantes” de las organizaciones de iz-quierda portan un tipo de subjetividad que se produce al calor de hitos históricos, representaciones de lo que es la lucha, referencias, ideolo-gías dominantes, entre otros elementos. Nuestra matriz como izquierda popular contiene algunos elementos claves, elementos que están presentes y es necesario po-tenciar y desarrollar con mas fuerza para formar cuadros con capacidad de invención, formación política y posibi-lidad de incorporarse satis-factoriamente al ciclo abierto de la lucha de clases en la Argentina.

En este sentido retoma-mos a Gramsci cuando hace referencia a la intuición polí-tica como aquella capacidad para “conectar con rapidez hechos aparentemente aje-nos unos a otros y conce-bir los medios adecuados al fin para descubrir los inte-reses (de clase) que están en juego y para suscitar las pasiones de los hombres y enderezarlas a una acción determinada.” Para esto es imprescindible estar en con-tacto con el pueblo. Los san-dinistas también lo decían bien: “el trabajo del cuadro

militante es el de acompa-ñar al pueblo en la interpre-tación de sus problemas, en el conocimiento del origen, de los hechos históricos que permitan revelar la raíz de la explotación, para llevar al compromiso de la acción y transformar la realidad.”

En un contexto de mayor adversidad en la lucha po-lítica, de retroceso evidente para el campo popular, las preguntas son necesarias así como la capacidad de auto-crítica, construyendo una ética que sepa distinguir las múltiples opresiones que nos atraviesan, nos operan e inevitablemente influyen. La militancia es el encuadre de nuestras vidas en un proyecto político feminista, latinoame-ricano, socialista; y esto no solo implica prácticas prefi-gurativas sino el compromiso permanente de identificar las contradicciones y no creer en la “pureza” o el deber ser militante.

Nuestra subjetividad como militantes de izquierda popular se construye con la mística de estar militando con alegría, no desde el odio y el enojo permanentes a todo lo que es derecha o todo lo que no es como queremos que sea. Sintiendo en lo más hondo cualquier injusticia cometida contra cualquiera. Militando con el corazón para cambiar todo lo que deba ser cambiado.

La militancia ante el inicio de una nueva etapa

LO QUE SOMOS

Por Diana Broggi

Dentro de las tareas que se avecinan en los tiempos que caracterizamos como más dificiles para el campo popular, incluimos la de prepararnos como militantes agudizando nuestras potencialidades y reconociendo

aquellos aspectos que debamos cambiar. Una nota para la reflexión desde el punto de vista de las condiciones históricas y el rol de los cuadros de las organizaciones de izquierda en la dinámica de la lucha de clases.

11Cambio Publicación quincenal de izquierda popular Año 2 Número 29 Del 4 al 22 de noviembre 2015

El balotaje delineó con nitidez dos políticas en la izquierda: el voto

en blanco o el voto al Frente para la

Victoria (FPV). No es azaroso ni una

novedad. A lo largo de la experiencia

kirchnerista se forjaron miradas y

estrategias distintas que, en nuestro

caso, nos llevaron a formular el

proyecto de una izquierda popular y latinoamericanista.

Ya antes de las eleccio-nes del 25 de octubre, Nicolás Del Caño -can-didato a presidente del

Frente de Izquierda (FIT)- había adelantado que en caso de que se llegue a un balotaje, las fuerzas que él representa harían una campaña por el voto en blanco.

La justificación de esta po-lítica la plantea con claridad el Partido Obrero: “Scioli y Macri, sin embargo, no representan principios políticos diferentes, no digamos ya antagónicos. Son los candidatos alternativos de la clase capitalista, nacional e internacional, para imponer una salida a la crisis de Argen-tina contraria a los trabajado-res.” Asumiendo que se trata de una postura muy minoritaria en la propia clase trabajadora aclara que “con este panorama ningún apoyo de último mo-mento podría salvar a quien es considerado un enemigo por sus propios socios políticos.”

Las repercusiones continen-tales del balotaje son evidentes. Allí están los apoyos a Cambie-mos de las peores expresiones políticas de la derecha neolibe-ral como Vargas Llosa, Capriles o Neves para confirmarlo. To-

mando nota de esta situación el Partido Obrero extiende su caracterización de la crisis del nacionalismo burgués y afirma que “esto ocurre a la escala de toda América Latina -desde el ajuste del gobierno PT-PM-DB-evangelistas en Brasil; el ajuste de Correa en Ecuador y el desquicio económico de Ma-duro en Venezuela”.

En efecto, los doce años de política kirchnerista en la patria chica -y de gobiernos populares y progresistas en la patria grande- consolidaron un proyecto de izquierda con una política tan coherente como in-capaz de relacionarse produc-tivamente con las experiencias políticas progresivas que vivió el pueblo trabajador, sino que más bien se construyó contra ellas. Eso condujo a que frente a las polarizaciones vigentes en todos los países, su política consistiera en disputarle a la derecha una porción minori-taria de los ánimos opositores.

Dio lo mismo quién ganara el conflicto del campo, dio lo mismo si el sistema previsio-nal seguía en manos de los bancos, dio lo mismo que exis-tiera la Ley de Medios, dio lo mismo que el Estado recupe-rara el control de YPF, dio lo mismo que existiera la Asigna-ción Universal por Hijo. ¿Por qué hoy no daría lo mismo un gobierno del PRO que uno del FPV, con más razón teniendo

en cuenta que Scioli está sin dudas a la derecha de Cristina?

La postura del FIT, logra alinear detrás suyo a una parte importante de las or-ganizaciones políticas de iz-quierdas, tanto de las más tradicionales como de las que provienen del autonomismo, con argumentos similares.

Una izquierda popular a la que “no le da lo mismo”

Cada vez con mayor fuerza y convicción, está surgiendo en nuestro país una política alter-nativa desde la izquierda. El ba-lotaje es solamente la coyuntura que permitió dejar expresada nítidamente esta divergencia, que no es patrimonio exclusivo de una organización.

Además de nuestro mo-vimiento PATRIA GRANDE, también se destacan los plan-teos coincidentes del diputado Carlos Del Frade -referente del Frente Social y Popular de Santa Fe-, del Frente Ciudad Futura de Rosario, del legis-lador porteño Pablo Ferreyra y su movimiento Seamos Li-bres, de distintas organiza-ciones sociales, culturales y políticas nucleadas en el En-cuentro Antiimperialista y de organizaciones de la Ciu-dad de Buenos Aires como Camino de los Libres, Cien-fuegos, el Movimiento Eman-cipador y La Poderosa.

Con distintos recorridos, propuestas y argumentaciones, el balotaje nos encuentra con una política común que res-ponde a la existencia de fuertes puntos de acuerdo estratégico. Por esa razón plantea -tanto para los próximos días como para el mediano plazo- la ne-cesidad de construir marcos de trabajo común en función de la proyección política nacional de una izquierda popular y la-tinoamericana con vocación de mayorías.

No nos da lo mismo por-que consideramos que al pueblo argentino no le da lo mismo, y respetamos su de-cisión de elegir entre los dos proyectos en pugna. Tampoco les da lo mismo a nuestros pueblos hermanos latinoa-mericanos, en primer lugar a los que por animarse a llevar adelante procesos de trans-formación social son castiga-dos con fuertes oposiciones internas y del imperialismo norteamericano.

No nos da lo mismo porque sabemos valorar los avances conseguidos en estos años, con su impacto positivo y también sus limitaciones, porque los sentimos en la piel, los vivimos en las construcciones sociales y gremiales a las que damos vida todos los días. Porque tenemos derecho a elegir las condicio-nes en las que daremos las pe-leas necesarias en la próxima

etapa, junto a nuestro pueblo. Tampoco nos da lo mismo

porque asumimos la respon-sabilidad de hacer política en este mundo regido por el capitalismo, donde en dema-siados casos las opciones no las elegimos nosotros. Nos vemos obligados a movernos entre las contradicciones de una realidad injusta usando como única brújula los intere-ses del pueblo trabajador, de la nación argentina y de la pa-tria grande latinoamericana.

Esta izquierda popular posi-ble tiene uno de sus principales desafíos en asumir que no se trata de dar una disputa por ver “quién es la izquierda en la Ar-gentina”, ni tampoco por la uni-dad de “la izquierda”. Eso sería ponernos un techo demasiado bajo, un chaleco de fuerza que en el mejor de los casos puede llevar a lograr un candidato a presidente relevante o una pequeña banca de diputados, como ha logrado el FIT.

Se trata, en cambio, de aprender de la historia revo-lucionaria de nuestro conti-nente que las revoluciones exitosas -en primer lugar del ejemplo inoxidable de Cuba- supusieron un amplio mes-tizaje entre las izquierdas y las tradiciones nacionales y populares, en función de un proyecto socialista capaz de convertirse en una opción de mayorías.

Balotaje: dos políticas desde la izquierda

DEBATES

Por Ulises Bosia

12

Los días 10, 11 y 12 de octubre se

realizó en Mar del Plata el Encuentro

Nacional de Mujeres número 30. Un

encuentro histórico desde muchos

puntos de vista: por la cantidad de años consecutivos

que se alcanzaron, por las más de 60 mil mujeres

que participaron, por los debates que se dieron y

lamentablemente también por haber

sido el primero en que la policía

reprimió a las manifestantes.

Por María Paula García

En el Encuentro nos en-contramos todas, las que vienen participando desde hace tiempo y las

que lo hicieron por primera vez. Nunca miles de mujeres hicieron cola en las veredas de las escuelas para entrar a los talleres; nunca como esta vez los talleres desbordaron y debieron partirse en diversas comisiones, llenando las aulas y debiendo funcionar en los pa-sillos y patios de las escuelas, o directamente en las plazas.

Sin duda los talleres sobre maltrato y violencia de género fueron los más numerosos. Haciendo hincapié en la ne-cesidad de políticas públicas o en tomar las calles; insis-tiendo en la responsabilidad del gobierno nacional o en el rol de la justicia; expresando una diversidad de miradas y posicionamientos hubo un consenso común: la violencia contra las mujeres hay que detenerla como sea.

En todos los demás talle-res se expresó la necesidad de una política de género transversal y estrategias con-

cretas para enfrentar la vio-lencia. No más violencia y no más abortos inseguros. No estar más solas y dotarnos de estrategias de acompaña-miento, como el socorrismo y las consejerías de violencia. Y no esperar pasivamente la im-plementación de leyes funda-mentales, como por ejemplo la de Educación Sexual Inte-gral (ESI), sino intercambiar experiencias que nos permi-tan avanzar.

Más de 2000 compañeras de PATRIA GRANDE viaja-mos a Mar del Plata desde todo el país. Y presentamos MALA JUNTA, nuestra pro-puesta de colectivas femi-nistas mixtas y disidentes. Estuvimos presentes en los talleres de violencia, estrate-gias para el aborto legal, tra-bajo, sindicalismo, economía popular, cárceles y sistema penitenciario, feminismos, educación, implementación de la ESI y otros tantos. Com-partimos nuestras propues-tas, intervinimos con nuestra mirada y nos llevamos mu-chos aportes para seguir construyendo junto a otras todos los días.

Hicimos centro en Plaza Mitre, junto a decenas de or-ganizaciones feministas y de izquierda. Participamos del acto por los 10 años del No al ALCA como parte de la Mar-cha Mundial de las Mujeres Capítulo Argentina y baila-mos en el festival de las So-corristas en Red. Marchamos junto a las organizaciones que integramos la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gra-tuito, con una columna enca-bezada por una consigna en

la que se condensa nuestra perspectiva política: “Ni una menos. Vivas nos queremos. Luchar, crear, feminismo po-pular”. Fuimos parte de la Co-misión Organizadora y ya nos estamos preparando para ser anfitrionas del 31° ENM 2016 en la ciudad de Rosario.

Vivas nos queremosEl Encuentro fue una fiesta.

Pero no transcurrió en medio de un festival. Como en una pe-lícula de terror, una mujer fue asesinada en Mar del Plata días antes y dos más durante el fin de semana en la ciudad. Otras siete fueron muertas en la misma semana en otros lugares del país. Y como si esto fuera

poco, el final de la tradicional pasada por la Catedral que rea-lizamos muchas mujeres y or-ganizaciones, fue reprimida por primera vez en 30 años.

No reprimió el gobierno de Menem durante los 90, no re-primieron Duhalde ni Ruckauf como gobernadores, no repri-mió ni Alperovich, ni Gioja ni Urtubey en provincias emble-máticas desde el punto de vista de la resistencia a los derechos de las mujeres. Nos reprimie-ron en Mar del Plata, en el 30° ENM, y a cuatro meses del NI UNA MENOS. Y en un episo-dio a las claras preparado de antemano. Nos reprimió la Po-licía Bonaerense junto con po-licías de civil, aliados al grupo nazi liderado por Carlos Pam-pillón, ligado al PRO del electo intendente Carlos Arroyo. Nos reprimieron con gases, balas de goma y retuvieron ilegal-mente a varias compañeras dentro de la iglesia.

Encima, con los pies pues-tos ya en nuestras casas, nos enteramos del travesticidio de la activista Diana Sacayán. Pa-liza. Tristeza y dolor. Pero no knock out.

Nos tienen miedo. Hace cuatro meses millones grita-mos NI UNA MENOS. Salimos con consignas: “Puta pero no tuya”, “Con short o pantalón, respetame cagón”. Y nos quie-ren hacer pagar caro la trasgre-sión. Encima luego juntamos plata y viajamos para debatir durante tres días, de a miles. Nos reunimos, llenamos la ciu-dad, caminamos felices, bai-lamos, marchamos, tomamos sol, nos sacamos el corpiño, nos besamos y nos abrazamos, le gritamos a los tribunales, a los prostíbulos y a la Iglesia.

Relatamos la violencia que sufrimos, los abortos que nos realizamos y la sexualidad que deseamos. Damos miedo. Y es insoportable, tanto para las ins-tituciones patriarcales que se resisten a transformarse, como para muchos varones que se niegan a renunciar a la virilidad hegemónica. Nos matan y nos reprimen con un resentimiento proporcional a los pasos que el movimiento de mujeres y de la diversidad sexual da hacia adelante por más derechos y libertad.

La escalada de violencia femicida y travesticida no es una sumatoria de hechos ais-lados. Es la reacción patriarcal. Es la disputa por el control, la subordinación a la norma y el disciplinamiento. Y se dan en el marco de un profundo giro con-servador, tanto político como social. Clima político y social que explica por qué un tribunal de Córdoba fundamentó sin ta-pujos que Paola Acosta no fue víctima de femicidio porque no era una mujer débil sino que peleaba por sus derechos. Y el que también explica por qué en la misma ciudad del ENM hace días un grupo nazi molió a palos a una pareja de jóvenes homosexuales.

Por eso es necesario orga-nizarse para resistir, enfren-tar la violencia e ir por más. Este próximo 25 de noviem-bre, Día de Lucha contra la Violencia hacia las Mujeres, debemos ser miles quienes volvamos a tomar las calles. Con el poder querernos vivas, libres y autónomas, para lu-char y conseguir los derechos y las políticas que aún nos fal-tan. NI UNA MENOS. NI UN PASO ATRÁS.

Nos tienen miedo porqueno tenemos miedo

Multitudinario 30° Encuentro Nacional de Mujeres en medio de la represión y los femicidios

FEMINISMO POPULAR

“Jamás en la historia de los encuentros se reprimió a las manifestantes. No reprimió el gobierno de Menem durante los 90, no reprimieron Duhalde ni Ruckauf como gobernadores, no reprimió ni Alperovich, ni Gioja ni Urtubey. Nos reprimieron en Mar del Plata, en el 30° ENM y a cuatro meses del NI UNA MENOS.

13Cambio Publicación quincenal de izquierda popular Año 2 Número 29 Del 4 al 22 de noviembre 2015

Tres días antes, la lluvia y las ráfagas de viento habían azotado al par-tido de La Matanza. Los

autos intentaban cruzar -al-gunos sin suerte- las calles de una Laferrere inundada. En la Asociación Boliviana de dicha localidad, se hacían los preparativos para despedir el cuerpo ya sin vida de Diana. La bandera del orgullo tapaba al Cristo crucificado, y los concurrentes recordaban las miles de historias, las bata-llas, las amenazas, los amores y la lucha.

Entre París y Laferrere hay 11.075 kilómetros de di-ferencia. Todo lo que separa estas dos ciudades, el cielo, la pobreza, el amor y la mar, todo eso, es Diana. Quizá sean la cantidad de kilóme-tros que caminó en su vida, entre veredas y prostitución, cuando sus tacos, pinturas y polleras no le permitían ser parte de los privilegios de la heterosexualidad.

El viernes 12 de junio fue invitada a debatir en La Ta-blada sobre la convocatoria que bajo la consigna #NiU-naMenos congregó a medio millón de personas en dife-rentes puntos del país. Diana fue tajante, “es necesaria la unidad de diferentes espacios políticos para poder sumar la voz de las travestis, por-que si bien a las mujeres las matan por el mero hecho de ser mujeres, a las travestis la sociedad nos hace pagar caro nuestra elección”.

“Ella, como todas no-sotras, abrazó el activismo como un salvavidas. Así en-contramos sentido a nues-tras miserables vidas”, dijo Lohana Berkins al enterarse del asesinato de Diana Sa-cayan. “Miserables vidas”. ¿Cada cuánto muere una tra-vesti por violencia, pobreza, enfermedad o hambre? ¿Cada cuánto es agredida una torta en la calle o en un transporte público? ¿Cada cuántas horas los machotes se ríen de los putos que caminan por la calle?

“Hay otros que se ríen de los dos”

Amancay -flor amarilla y hermosa que invade América del Sur- Diana -amazona gue-rrera- Sacayan, era su nom-bre. Nació en Tucumán, pero su familia se mudó a La Ma-tanza cuando era muy chica. Se las traía todas: negra, periodista, solidaria, zurda, travesti, militante. Diana recordó en un documental sobre su vida una letra de “Marzo del 76” (banda punk matancera): “Te podés reír de mí, y yo me voy a reír de vos, pero hay otros que se ríen de los dos”, y remató “mientras no entendamos que somos diferentes pero iguales y no vayamos comprendiendo al otro y a la otra que está al lado nuestro, y nos pongamos en su piel, vivamos su piel, no podemos pensarnos como su-jetos transformadores”.

Fue militante del Movi-miento Antidiscriminatorio de Liberación (MAL), del ILGA (Asociación Internacional de Lesbianas, Gays y Bisexuales) e integrante del Programa de Diversidad Sexual del INADI. Quizá algún día, los manuales de estudio de la patria grande y feminista digan que fue Diana quien logró que el Mi-nisterio de Salud de Buenos Aires emitiera una resolución

para que en los hospitales bo-naerenses se respete la iden-tidad autopercibida de las personas trans, quizá digan que fue Diana quien recibió de la mano de la presidenta el documento con su propia identidad de género, que fue Diana quien impulsó en la Legislatura de la provincia de Buenos Aires la ley de cupo laboral para personas trans. ¿O nunca se preguntaron por qué la prostitución es la salida de supervivencia para el 95% de la población trans de la Argentina?

Por ahora, lo que no dicen los manuales lo dicen las len-guas de las mariposas, de las tortas, de los putos. Diana guarda en el corazón de mu-chos y muchas matanceras una anécdota secreta, una historia de resistencia. Y está el que te cuenta que le com-pró comida cuando se moría de hambre, y la compañera

que te cuenta llorando que Diana la bancó en su casa cuando recibía amenazas, y el compañero que te cuenta que lo llamaba todos los días para saber cómo andaba mientras la Bonaerense lo hostigaba, y la travesti que te dice que ella le enseñó a luchar, o lisa y lla-namente, a decir NO.

#NiUnxMenosDiana sufrió la violencia.

En horas previas al debate de la ley por el cupo laboral trans, cuando estaba en Constitu-ción a punto de tomar el tren a La Plata, fue insultada por su condición de travesti. Denun-ció que no sólo no la defendie-ron, sino que fue golpeada y detenida por agentes de la Po-licía Metropolitana. De estas “historias” Diana tenía miles, más de las que el Estado tuvo que haber permitido.

“La mutilación de Laura es un hecho aberrante que simboliza el rechazo de la so-ciedad hacia los cuerpos que cuestionan el estado de las cosas: la heteronormativi-dad reinante y el binarismo. Es una manifestación cla-ramente de odio contra las expresiones que no encajan dentro del binarismo obliga-torio, a la que hay que salir a repudiar con toda la energía”, así sufría Diana el brutal ase-

sinato de Laura Moyano, una amiga, una hermana, una tra-vesti de 35 años. Esa misma violencia, es la que apuñaló a Diana en su departamento.

El cementerio donde la sembraron está ubicado en las cercanías del CEAMSE matancero, ese que Diana es-crachó más de una vez junto a los vecinos autoconvocados para ponerle freno a la mon-taña de basura que les dete-riora la calidad de vida. Diana nunca se detiene, se siembra en la lucha.

La travesti es una daga que se clava lentamente en el cora-zón de la sexualidad binaria, esa misma que afirma que los hombres tienen pito y las mu-jeres “no tienen nada”. Sobre Diana, y las compañeras tra-vestis asesinadas en estos úl-timos meses, no posa aún el blanco velo de la justicia. Y en estos tiempos de canutos y fachos, de nubarrones dere-chozos, serán muchos los que querrán que siga siendo así.

No bajes los brazos, no re-gales las banderas, los sueños, tus flores, que la tiranía del mercado y el patriarcado van de la mano, que para regar este país de machos no se es-catima en sangre de travestis. Y no calles, que si callamos todos, todas, Diana también calla.

Diana Sacayán, el subsuelo del sexo sublevado

“Quizá algún día, los manuales de estudio de la patria grande y feminista digan quien fue Diana.

El 17 de octubre una masiva y colorida movilización atravesó el centro y los barrios populares de París. El megáfono sonó estremecedor y la marcha se detuvo. Los concurrentes mantuvieron sus puños en alto y guardaron un minuto de silencio. ¿El motivo? Lo mencionaba un cartel que encabezaba la columna, “ellxs son muertxs en combate, pero no derrotaran nuestras ideas. Diana Sacayán.”

Por Juan Manuel Erazo

14 PROVINCIA DE BUENOS AIRES

A pesar de la diferencia que obtuvo el Frente para la Victoria (FPV) en los distritos más

importantes de la tercera sec-ción electoral, no le alcanzó para retener la provincia más importante del país, que el justicialismo gobernaba desde 1987.

El frente Cambiemos no sólo logró colocar a María Eu-genia Vidal en la gobernación sino que además, amparado en el viejo aparato radical, se garantizó el control en 64 de las 135 intendencias incluida la capital provincial. El FPV se alzó con 58 municipios y los restantes se dividieron entre el massismo con 10 y el vecinalismo con 3.

Una cantidad de análisis especulativos no tardaron en llegar, pero con los resultados puestos es necesario recono-cer algunas de las razones que pueden explicar el fenó-meno de la candidata del PRO como figura “nueva”, “fresca” y “clara” en contrapartida con la deslegitimada, cono-cida y oscura figura de Aníbal Fernández.

La derrota de Fernández -ungido candidato bajo la estrategia del kirchnerismo más puro de refugiarse en la provincia pasado el 10 de di-ciembre-, más allá del “fuego amigo” que él mismo denun-ció, se explica también por su desgastada figura de vocero oficial del gobierno y las de-nuncias que lo asocian al nar-cotráfico y la corrupción. Este perfil no pudo contener un voto que fue más en su contra que a favor de su rival.

Una gestión provincial que allanó el camino a la nueva derecha

Por otro lado quedan en evidencia las condiciones de terreno fértil para nuevas al-ternativas que existían en la provincia, lo que le permitió a la candidata desplegar su mar-keting de campaña “puerta a puerta”, como sostienen con orgullo los dirigentes del PRO. Una provincia inundada, va-ciada de infraestructura, con escasos recursos, plagada de

problemáticas sociales, sala-rios docentes por debajo de la media nacional, grandes sec-tores de sus trabajadores y tra-bajadoras precarizados y una parte de la población atrapada en las redes clientelares. Así, el mapa era desde temprano de descontento generalizado y de un desgaste histórico de la gestión pejotista.

Esta situación permitió allanar el camino a una nueva derecha maquillada que abre las puertas del Estado a los in-tereses más cerriles del capital concentrado y la oligarquía. Es claro que en las falencias de la gestión de Daniel Scioli se encuentra el camino que recorrió el PRO para colocar a María Eugenia Vidal en la casa de gobierno. Qué duda nos cabe sobre a quien va a responder este gobierno si a partir del 11 de diciembre la mismísima Monsanto regirá los destinos del Ministerio de Asuntos Agrarios y el CEO de una Empresa de seguridad privada será el responsable de la Bonaerense.

El avance en el interior de la provincia

En el caso de ciudades más grandes como Mar del Plata, Bahía Blanca o La Plata, donde la fórmula de Cambiemos se quedó con las intendencias, la voluntad de “cambio” se expresó en el voto popular a modo de hartazgo con las gestiones salientes. Por ejemplo, la es-

candalosa política de Bruera en la ciudad capital, la impo-sibilidad de recomponer su imagen y proyecto municipal configuraron una tendencia al voto negativo, esto es para que “no gane” Bruera. Aquí los números hablan por sí solos, dejando un 29,89% para el FPV y un 41,11% para Cambiemos.

A su vez, el trasbordo exi-toso de Vidal en el territorio bonaerense tiene gran parte de su explicación en el apoyo de la UCR y su acumulado en los pueblos y ciudades del interior de la provincia. Hay que ponderar el carácter más bien conservador que do-mina en las idiosincrasias de muchos de los pueblos de la provincia, signados por una tradición antiperonista, y lo cierto es que en la lista de lo-calidades como Rauch, Azul o Ayacucho, la construcción previa del radicalismo sumó en la alianza Cambiemos el piso necesario para conver-tirla en fórmula de éxito.

Con el triunfo parecen haber quedado atrás las ris-pideces que generó al interior del partido radical la alianza con el PRO. Al cierre de esta edición, el vicegobernador electo por la provincia de Buenos Aires, Daniel Salva-dor, citaba a 42 intendentes electos para consolidar el apoyo a Macri, enviando un claro mensaje interno tam-bién hacia aquellos que se re-sistieron a la figura del líder del PRO.

De barones y damas

No puede escaparse en este análisis la referencia a la disputa planteada al interior del PJ así como el rol que ju-garon los llamados “barones del conurbano”. Más allá de la antipatía que Aníbal Fer-nández pueda haber generado en el electorado, las hipótesis acerca de la traición o “la sol-tada de mano” por parte de los intendentes bonaerenses cobra fuerza al analizar la dife-rencia de votos en los mismos distritos, en las elecciones pri-marias y luego las generales. Mientras el FPV se impuso a presidente en la provincia por casi 400 mil votos, perdió en la categoría de gobernador por una cifra similar. Mientras Cambiemos sumó 10 puntos de agosto a octubre, el FPV re-trocedió más de 5.

Algo de una lógica política en descomposición huele en las derrotas del FPV en distri-tos como Pilar, Quilmes, Lanús o Tres de Febrero, comenzando a marcar los límites de un mé-todo en el gobierno, signado por la eficacia punteril, la im-punidad, la falta de gestión y el desparpajo en el manejo de re-cursos. Además, el recambio va más allá del PJ, como expresa la derrota de Cariglino en Mal-vinas Argentinas. Sin embargo, el retroceso de los “barones del conurbano” no equivale nece-sariamente a la pérdida de su poder territorial, habrá que ver cómo buscarán su reacomodo, cómo pondrán en valor su acu-

mulado y hasta dónde llega su peso para presionar a las es-tructuras de poder.

El escenario está plan-teado, la provincia de Buenos Aires es un mar de inexora-bles desenlaces aun abiertos. Queda más que abierta la pre-gunta sobre cómo construirán gobernabilidad Vidal y Salva-dor en terreno bonaerense. Sin dudas, así como la pro-vincia determina lo nacional también la escena provincial está sujeta a los resultados del balotaje y el próximo pre-sidente argentino.

La pérdida del bastiónElecciones en la provincia de Buenos Aires

Por Diana Broggi y Ulises Bosia

Los resultados en la provincia de Buenos Aires resultaron indudablemente centrales a la hora de determinar la derrota kirchnerista. Aquel fatídico domingo 25 de octubre, el hasta entonces bastión del PJ quedó en manos de la fórmula de Cambiemos bajo la figura de Vidal.

“En el caso de ciudades más grandes como Mar del Plata, Bahía Blanca o La Plata, donde la fórmula de Cambiemos se quedó con las intendencias, la voluntad de “cambio” se expresó en el voto popular a modo de hartazgo con las gestiones salientes. Por ejemplo, la escandalosa política de Bruera en la ciudad capital, la imposibilidad de recomponer su imagen y proyecto municipal configuraron una tendencia al voto negativo, esto es para que “no gane” Bruera. Aquí los números hablan por sí solos, dejando un 29,89% para el FPV y un 41,11% para Cambiemos.

15Cambio Publicación quincenal de izquierda popular Año 2 Número 29 Del 4 al 22 de noviembre 2015

Aún antes de que comenzara la elección del domingo, nues-tro principal objetivo estaba cumplido: instalar a PATRIA

GRANDE como fuerza de izquierda naciente en el escenario político pro-vincial, con la intención de poner en la agenda política de la provincia aque-llos temas que las principales fuerzas se preocupan más por ocultar que por solucionar.

Ese objetivo fue de la mano de con-solidar internamente un número im-portante de jóvenes que en su mayoría se sumaron a la militancia en este proceso de construcción que apenas lleva un año de vida. Con entusiasmo podemos decir que la respuesta de una parte de la sociedad pampeana a la propuesta de una alternativa po-lítica, sostenida en el esfuerzo de su militancia, y en sus convicciones, fue de gran expectativa y respeto.

Sin embargo, hay que decir que la agenda política local la siguen deter-minando los principales partidos que desde hace más de treinta años, con alternancia, gobiernan la provincia. Los que buscaron mostrarse como la salida renovada para los pampeanos y pampeanas son los mismos responsa-bles de las deudas sociales profundas que continúan pendientes. El justi-cialismo una vez más ganó la gober-nación. El radicalismo le permitió a Macri tener una territorialidad jamás pensada. También hay que decir que el líder del PRO además recibió votos de un sector del peronismo que no

acompañó al kirchnerismo, y que en la feroz interna del PJ local le jugó en contra al Frente para la Victoria. Eso sumado al desencanto general que produjo la candidatura de Scioli en algunos sectores, consolidaron a Cambiemos como una de las princi-pales fuerzas políticas de la provincia.

En esta coyuntura se instaló PA-TRIA GRANDE, por el momento en las principales ciudades como Santa Rosa y General Pico. La llegada a las localidades del interior provincial es

un paso a dar para comenzar a con-solidar una fuerza verdaderamente popular que abarque la extensión de nuestro territorio. Aún así, sin candidatos presidenciales propios y sin cortes de boletas que nos bene-ficiara con votos coyunturales, ob-tuvimos el 1,7% de los votos en los respectivos lugares. Eso significa un piso electoral que desconocía-mos y que nos ubica como la princi-pal fuerza política de izquierda con proyección local.

Necesitábamos dar este paso y en muy poco tiempo logramos demostrar que una opción de izquierda es posible y necesa-ria, con construcciones sociales como ci-mientos sólidos. Este resultado electoral es el primer ladrillo desde el cual edifi-car una herramienta de transformación. Los trabajadores y trabajadoras, jóvenes y estudiantes nos ganamos el derecho a tener una voz propia y diferente en este complejo escenario político donde parecía que no había lugar más que para el bipar-tidismo y sus variantes coyunturales.

En un escenario de pola-rización y con una discu-sión netamente nacional que terminó con el ajus-

tado triunfo de Daniel Scioli y con el sorprendente éxito de María Eugenia Vidal en la provincia de Buenos Aires por 4 puntos, como PATRIA GRANDE desarrollamos una campaña militante que puso en agenda las necesidades de los sectores más postergados y planteó qué hacer para ir por más derechos para nuestro pueblo en cuatro ciudades de la Provincia: La Plata, Tandil, Luján y San Andrés de Giles. En todas ellas se impuso por amplio margen Cambiemos,

con excepción de Giles. Habrá que analizar con detenimiento estos triunfos, donde Cambie-mos conquistó 64 intendencias, muchas de ellas muy impor-tantes, como La Plata, Bahía Blanca, Mar del Plata, y en va-rias localidades del conurbano bonaerense (Lanús, Quilmes, Tres de Febrero y Morón).

En La Plata, capital de la Provincia, se dio una elección altamente polarizada, donde se destacó en primer lugar el triunfo contundente del PRO y su candidato Garro, quien de la mano de Vidal sacó ocho puntos más que en las PASO. En este escenario, en el que también aparece el desgaste de Bruera, el candidato del FPV, respon-sable de las inundaciones y de más de 70 muertos en 2013,

como PATRIA GRANDE dupli-camos nuestro caudal de votos, lo que representa un 3,94%. Pero lo más importante es que logramos instalar una referencia contundente de Leandro Amo-retti y también de Clara Conde-nanza, lo que nos permite llegar en mejores condiciones a las elecciones legislativas de 2017, pero sobre todo para enfrentar al PRO en la ciudad.

En Tandil, con una campaña intensa, pusimos en debate los ejes del acceso a la vivienda y otras demandas populares con la candidatura de Juan Arri-zabalaga. Logramos instalar a nuestra fuerza como una op-ción política distinta, con 1789 votos. Sin dudas se trata de un piso importante para enfrentar lo que se viene.

En Luján obtuvimos 1052 votos. Fue una campaña mili-tante que se expresó también en los más de 100 fiscales que se sumaron a colaborar el día de la votación. Esta presen-tación significa un paso más en la consolidación de nues-tras construcciones, y en la pelea por un proyecto de ciu-dad distinto, donde no impere la lógica de la ganancia de los grandes countries que expresa el intendente Luciani, sino una perspectiva desde y para los sectores populares. Andrés Duhour, Guadalupe Ledesma y Andrea Monzón representan esta posibilidad junto a todo el colectivo militante de la ciudad.

Por último, en San Andrés de Giles, nuestra primer pre-sentación significó un creci-

miento muy importante. Juan Nazareno Ferreyra fue candi-dato a Intendente y logramos constituirnos como la cuarta fuerza, con un 3%, superando a candidatos de Progresistas y el FIT. En esta ciudad triunfó por amplio margen el candi-dato de Massa con un 53%, seguido por lejos por el FPV.

Con las experiencias elec-torales como un anteceden-tes muy valioso, en los cuatro distritos y en toda la provincia enfrentaremos las políticas regresivas que intente llevar adelante la alianza PRO-Cam-biemos. Y con organización, lucha y mucha convicción construir una alternativa po-pular contra los pocos que más tienen, junto a las mayo-rías que menos tienen.

Una voz propia y diferente

Las presentaciones de PATRIA GRANDE en Pcia de Buenos Aires

LA PAMPA

Por Claudio Acosta

Por Sebastián Avella

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