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Rev.R.Acad.Cienc.Exact.Fís.Nat. (Esp) Vol. 104, Nº. 2, pp 357-390, 2010 XII Programa de Promoción de la Cultura Científica y Tecnológica EL CONFLICTO CON LA BIOSFERA. ALCANCE, CAUSAS Y PROYECCIONES FRANCISCO GARCÍA NOVO * * Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales. Valverde 22, 28004 Madrid. CAMBIOS EN LA BIOSFERA En los últimos 30 años ha ganado aceptación la idea de una crisis de la Biosfera. Son argumento la contami- nación atmosférica y el incremento de gases con efecto invernadero, la desaparición del ozono de la alta atmósfera, el cambio de clima, el ascenso del nivel marino y la extinción de especies. Una presentación reiterada de cambios que la población humana percibe en sus hábitos, sus enfermedades o en la explotación de los recursos. Remontando en el tiempo, hace ya medio siglo que la bióloga norteamericana Rachel Carson publicó uno de los libros significativos del siglo XX, Silent Spring (1962), sobre los efectos secundarios en la Naturaleza del uso del DDT. Progresivamente, como en un plano cinematográfico que se abre, lo que inicialmente enfocaba una molécula, se abrió al uso de los pesti- cidas, al de los fertilizantes y agroquímicos y sus efectos locales y regionales hasta incluir toda la biosfera. La denuncia en los medios de comunicación sobre la confrontación humanidad-naturaleza no es un plan- teamiento científico, sino un argumento compartido. Se deben formular cuestiones que permitan situar el conflicto en sus dimensiones. Las primeras cuestiones serían: El conflicto ¿es objetivable? ¿Produce una crisis en la Biosfera? ¿Es peculiar de los seres vivos o se trata de un rasgo planetario? ¿Son las crisis meros pulsos de la Historia de la Vida, que jalonan su evolución? ¿La crisis es secuela de la actividad humana o el papel humano se ha limitado a documentarla? Las preguntas se pueden ampliar a otros planos del conocimiento: ¿Es fiable la información científica de la Naturaleza? Los procesos históricos, no repetibles, no validables, no falsables, ¿Pueden analizarse con el rigor necesario? ¿Qué percibimos como Naturaleza? ¿Somos Naturaleza o estamos en la Naturaleza? Estas nuevas cuestiones exceden las limitaciones del artículo (y del autor); de hecho han sido temas recurrentes en la filosofía o en la antropología, además de la filosofía de la ciencia. El conflicto será abordado con las cuestiones planteadas más arriba evaluando la transformación contemporánea de la Biosfera a los ojos de las ciencias naturales. EL CONFLICTO Conflicto, implica antagonismo; crisis, sugiere cambio relevante que compromete el funcionamiento de la Biosfera causado por la actividad humana y origen de los cambios contemporáneos. Siendo el ¿Podría haber sido evitado el hombre? Barón de Hakeldama. 1983

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Rev.R.Acad.Cienc.Exact.Fís.Nat. (Esp)Vol. 104, Nº. 2, pp 357-390, 2010XII Programa de Promoción de la Cultura Científica y Tecnológica

EL CONFLICTO CON LA BIOSFERA. ALCANCE, CAUSAS YPROYECCIONESFRANCISCO GARCÍA NOVO *

* Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales. Valverde 22, 28004 Madrid.

CAMBIOS EN LA BIOSFERA

En los últimos 30 años ha ganado aceptación la ideade una crisis de la Biosfera. Son argumento la contami-nación atmosférica y el incremento de gases con efectoinvernadero, la desaparición del ozono de la altaatmósfera, el cambio de clima, el ascenso del nivelmarino y la extinción de especies. Una presentaciónreiterada de cambios que la población humana percibeen sus hábitos, sus enfermedades o en la explotaciónde los recursos.

Remontando en el tiempo, hace ya medio siglo quela bióloga norteamericana Rachel Carson publicó unode los libros significativos del siglo XX, Silent Spring(1962), sobre los efectos secundarios en la Naturalezadel uso del DDT. Progresivamente, como en un planocinematográfico que se abre, lo que inicialmenteenfocaba una molécula, se abrió al uso de los pesti-cidas, al de los fertilizantes y agroquímicos y susefectos locales y regionales hasta incluir toda labiosfera.

La denuncia en los medios de comunicación sobrela confrontación humanidad-naturaleza no es un plan-teamiento científico, sino un argumento compartido.Se deben formular cuestiones que permitan situar elconflicto en sus dimensiones.

Las primeras cuestiones serían:

El conflicto ¿es objetivable? ¿Produce una crisis enla Biosfera? ¿Es peculiar de los seres vivos o se trata deun rasgo planetario? ¿Son las crisis meros pulsos de laHistoria de la Vida, que jalonan su evolución? ¿La crisises secuela de la actividad humana o el papel humano seha limitado a documentarla?

Las preguntas se pueden ampliar a otros planos delconocimiento:

¿Es fiable la información científica de laNaturaleza? Los procesos históricos, no repetibles, novalidables, no falsables, ¿Pueden analizarse con el rigornecesario? ¿Qué percibimos como Naturaleza? ¿SomosNaturaleza o estamos en la Naturaleza?

Estas nuevas cuestiones exceden las limitacionesdel artículo (y del autor); de hecho han sido temasrecurrentes en la filosofía o en la antropología, ademásde la filosofía de la ciencia. El conflicto será abordadocon las cuestiones planteadas más arriba evaluando latransformación contemporánea de la Biosfera a losojos de las ciencias naturales.

EL CONFLICTO

Conflicto, implica antagonismo; crisis, sugierecambio relevante que compromete el funcionamientode la Biosfera causado por la actividad humana yorigen de los cambios contemporáneos. Siendo el

¿Podría haber sido evitado el hombre?

Barón de Hakeldama. 1983

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hombre resultado de la evolución, en el seno de laNaturaleza, es paradójico asignarle el papel de opo-nente al plantear como conflicto las relaciones actualescon el entorno. Pero una especie tan activa y ubicuadeja huella en los sistemas naturales sometidos a unconflicto de regulación natural y humana.

El hombre es un primate de gran inteligencia ycapacidad de comunicación que le permiten intensacapacidad social, cooperativa. Boyd et al. (2011) des-tacan la singularidad humana cuyas hordas repartíantareas entre machos y hembras, adultos y jóvenes,desarrollando una organización social, clave en eléxito evolutivo y la expansión global. El hombrenuestra especie capaz de desarrollar intensamente ellenguaje vocal,vehículo de la información presente ypasada y herramienta para imaginar el futuro indi-vidual y colectivo, sin parangón en la biosfera.

Abrigos y refugios aíslan del medio natural creandoel asentamiento. Forajeo, recolección y transporte,almacén e intercambio, migración, amplían la auto-nomía frente al entorno. Las técnicas y los conoci-mientos transmitidos, expanden los recursos mejo-rando la caza y la pesca. Más tarde, (hace unos 10.000años), la domesticación, la agricultura o la fermen-tación de los alimentos, incorporan al grupo humanoorganismos silvestres cuya plasticidad genética mani-puló el hombre creando razas y cultivares inéditos. Loscampamentos se transforman en poblados y la socie-dad se estratifica concentrando sus excedentes entemplos y ciudades que soportan reinos, base de losfuturos imperios.

Las secuelas en la biosfera han sido inmediatas. Lacaza puede extinguir localmente a las presas, la reco-lección y transporte de frutos y semillas tiende a dis-persar las especies. Los rebaños transforman la vege-tación que consumen y la agricultura supone la susti-tución de las comunidades silvestres, el control de lasplantas competidoras y de los animales consumidores.

Hay una tendencia a rememorar el desplieguehumano en un tono épico perceptible en algunas cul-turas, cuyas teogonías presentan a los dioses entre-gando a los hombres los animales y plantas, lascosechas y ganados, el fuego, en suma, el poder dedominar a la Naturaleza.

Vista desde la Naturaleza, la presencia de hordashumanas representó nueva oferta de presas para lospredadores grandes (felinos, osos, grandes reptiles) ypequeños (mosquitos, pulgas, piojos, parásitos).También competidores directos por presas de caza paralos humanos. Una trama compleja de reacciones de laNaturaleza ante el desenvolvimiento humano. Losciclos de parásitos con una fase en el perro o la exis-tencia de parásitos comunes de otros animales sonejemplos. También la emergencia de especies humanasexclusivas, como los piojos del cabello, o de base tec-nológica, como el piojo de los vestidos que encontrósu hábitat en las costuras de la ropa (Kittler et al.2003).

Escasez de alimentos, plagas, los golpes del climaen forma de sequías, avenidas, fríos, o temperaturasextremas, han sido el marco humano. Históricamentela voz conflicto, aplicada a la Naturaleza, ha sidosinónimo de catástrofe, de derrota. Lo inédito de lacolisión contemporánea es que se produce entre lapoblación humana que asciende a nuevas cotas debienestar y el medio natural que parece dominado porun primate astuto.

El conflicto ¿es objetivable?

La dificultad para objetivarlo es doble: variabilidady evidencia. Los procesos de la Naturaleza exhibenuna considerable variabilidad con fluctuaciones,pulsos, expansiones y reducciones en el espacio.Siendo elevada la dispersión de los datos, es difícilestablecer tendencias significativas en el tiempo olimites precisos en el espacio.

La otra dificultad, imputable a la Ciencia, es que latarea de inventario, descripción y modelado de nuestraBiosfera es solo parcial. Pocas series temporales,escasos registros en amplias regiones geográficas yexploración todavía insuficiente de la biodiversidadmarina, la microbiológica asociada a los organismosmayores o a las rocas, por poner tres ejemplos. Lasunidades definidas, los instrumentos contrastados y losprotocolos de medida comunes, son recientes. Lasseries más largas, como las meteorológicas, seextienden a poco más de dos siglos. Los inventariosfaunísticos o de vegetación, sólo incluyen a verte-brados y plantas vasculares y la realización de análisis

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químicos de aguas, suelos y organismos solamente seha generalizado en el último medio siglo. Evidenciaescasa, parcial y de corto recorrido temporal.

LA BIODIVERSIDAD

Frente a estas limitaciones la propia presencia delos organismos constituye una documentación signifi-cativa del estado de la Biosfera. Los seres vivos sinte-tizamos las condiciones que permiten nuestra supervi-vencia, desde el ambiente a las causas de mortalidad oel acceso a los recursos. La presencia y posteriordesaparición sugiere algún cambio; si las desapari-ciones simultáneas se extendieron, indican una extin-ción generalizada, una etapa crítica para la vidaregional.

El registro geológico ha guardado la evidencia decinco extinciones mayores, de ámbito planetario, conprofundas repercusiones en los grupos faunísticos(cuadro 1). Sequeiros (2010) analiza en detalle la per-cepción científica de las extinciones y su significadoactual.

Más recientes, durante el Pleistoceno, los intensoscambios climáticos, han supuesto la extinción regionalde los organismos, especialmente continentales, que encinco oleadas de hielos desaparecieron de latitudes ele-vadas y de las cadenas montañosas convertidas endesiertos fríos. Durante los interglaciares, las especiesde climas templados recuperaron latitudes medias yaltas y recolonizaron las montañas sufriendo en lati-

tudes bajas y medias la aparición de climas secos quelas transformaron en desiertos cálidos. Las variacionesde nivel marino fueron intensas, aproximadamente 200m por encima y debajo del actual lo que supuso el des-cubrimiento de las plataformas continentales en losperiodos glaciares abriéndose puentes entre conti-nentes y durante los interglaciares trasgresionesmarinas que sumergían las llanuras litorales creandomiles de islas en las tierras bajas.

El ir y venir de animales y vegetales causó extin-ciones que pesan sobre la distribución actual. Lasmasas continentales del N de Europa, Siberia oCanadá, presentan faunas vertebradas y floras pobresen especies comparadas con latitudes templadas.Resultan muy bajas comparadas con las regiones declima tropical húmedo. La gran fauna africana (leones,hienas, antílopes, rinocerontes o hipopótamos)abandonó Europa para no retornar. En la turbera de ElPadul, en Granada, quedó el registro de la fauna y florafrías que en los periodos glaciares alcanzaron el sur deEuropa como las coníferas Tsuga y Pseudotsuga o losmamuts lanudos que hace 40,000 años se desenvolvíanallí en un clima de estepa fría comparable a lapenínsula escandinava actual (Delgado y Alix, 2011)

Las fluctuaciones climáticas asociadas a las glacia-ciones crearon alternativamente conexiones y aisla-miento de los picos montañosos ofreciendo condi-ciones a la especiación. Las mariposas del géneroErebia o las grandes mariposas blancas Apollo ofrecenpatrones diferentes de manchas y ocelos en cadamacizo montañoso europeo. La creación de islas en el

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Cuadro 1. Extinciones geológicas más importantes

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litoral ha sido el motor de diferenciación de la riquezade formas que exhiben las microespecies de Lacerta enlos islotes mediterráneos o las especies de Limoniumen los islotes de la costa W de Sicilia (Pignatti, 1995).Algunos macizos montañosos y sus redes hidrográ-ficas se comportaron como refugios en periodos desfa-vorables, expandiéndose las especies desde ellos sobreel territorio tras el cambio de condiciones. Otras pobla-ciones supervivientes, acantonadas en un pequeñoenclave, sobrevivieron con apenas cambios o evolu-cionaron creando nuevas especies emparentadas depeces, de insectos, de árboles y otras plantas vascu-lares.

El mosaico rico de la biosfera actual acoge, almenos, 2 millones de especies morfológicas y quizáotras tantas esperando ser descritas por los taxónomos.De ellas, aproximadamente el 10% (212.800) sonmarinas (WoRMS, World Register of Marine SpeciesStatistics, 2012).

Cada especie es un superviviente en equilibriodinámico donde sus poblaciones constantemente sepierden y se reconstruyen, sus áreas se expanden y res-tringen. Los medios nuevos son colonizados y otrosantiguos se borran dejando de soportarla, hasta que suárea se reduce a un solo enclave. De los miles deespecies relictas sólo mencionaré a Naufraga bale-arica. Esta modesta umbelífera, exclusiva deMallorca, ha sido bautizada con un nombre que evocaun náufrago evolutivo superviviente de una cuencamediterránea remota, antes de ser inundada por el mar.

Confinados en sus áreas biogeográficas, los orga-nismos sirven como indicadores del estado de la vidaplanetaria. La biodiversidad, monitor cualificado,¿ofrece evidencia de una crisis? Sus cambios actuales¿son comparables a las grandes crisis documentadaspor la Paleontología?

EMPOBRECIMIENTO GLOBAL

La impresión subjetiva al recorrer la España ruralde hace medio siglo, era de una fauna vertebrada abun-dante, fácilmente visible, acompañada de una riquezade invertebrados desde la primavera al otoño, que dabavida al paisaje vegetal.

La sensación de empobrecimiento natural enEspaña ya es secular. Arévalo y Baca, de laUniversidad de Valencia, en Aves de España(publicado en 1887) lamenta (p 40) la destrucciónrápida que estaban sufriendo (hacia 1880) las aves enEspaña debido a la desecación de lagunas, el sanea-miento de terrenos húmedos, la introducción denuevos cultivos...la caza inmoderada, el exterminio delos nidos...alimentado por negociantes extranjeros.Dos décadas antes Graells (1861) ofrecía ya unarelación de extinciones de vertebrados peninsulares, yla rarificación de los grandes mamíferos de interésvenatorio en la península, comenzando por el osopardo, el rebeco y la capra hispánica.

En la actualidad aves e insectos escasean, algunasespecies antes abundantes hoy se presentan en áreasrelictas y las de interés conservacionista han mostradouna notable regresión. La extinción local o regional esun hecho común. La regresión actual se hace notar enlos medios terrestres con poca fauna vertebrada y unaacusada caída de insectos y disminución de otrosinvertebrados. Las carreteras de los 50s o los 60s per-mitían avistar muchas de nuestras mayores aves y noera raro que cruzara la pista un zorro, una comadreja,un tejón, topillos y ratones de campo o muchos rep-tiles. Erizos, culebras y lagartos, sapos o los conejosdeslumbrados de noche por los faros, jalonaban lacarretera con sus restos, reflejo de una plenitud que seha desvanecido.

En la península ibérica suele citarse la extinción delbucardo, la rápida desaparición del lince mediterráneo,alertada por Valverde en 1957 y confirmada desde1960 por Rodríguez y Delibes (1992), la regresión dellobo ibérico en la mayor parte de la península (Rico yTorrente, 2000) o la extinción contemporánea del osopardo en los Pirineos y su histórica regresión penin-sular (Torrente Sánchez Guisande, 1999). Grupostaxonómicos como las rapaces, han sufrido un des-censo acusado con algunas (quebrantahuesos, águilaimperial) en situación critica. El Libro rojo de las avesde España de SEO (2004) considera como amenazadasel 25% de las evaluadas, De 1996 a 2004 se constata laregresión de aves esteparias y agrícolas y la mayoríade aves de bosque. La cerceta pardilla, la malvasía, losavetoros o la avutarda se han restringido o sus pobla-ciones han bajado, a veces comprometiendo la super-vivencia. El urogallo, una especie de bosque extendida

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en el N peninsular, ha quedado cada vez en menosretazos y estos menguan de superficie cada año. Elprolífico conejo, ha sufrido una regresión, casi uncolapso, que ha diezmado a sus predadores al perder supresa principal (Palomares et al., 2001).

Los cazadores saben que las grandes bandadas detorcaces, la abundancia de perdices y codornices, lasmareas de conejos, quedan en el recuerdo. Los conser-vacionistas con mayor experiencia recuerdan en lasMarismas del Guadalquivir las masas de aves acuá-ticas, las concentraciones de milanos negros antes desu migración al final del verano, las nubes de mos-quitos en primavera o las compactas formaciones degallipatos y sapos que cubrían el suelo en su salida dela marisma....

En los ríos y arroyos en las cuencas altas erancomunes las truchas. En los estuarios, las angulas,lampreas y salmones, sábalo y saboga, según los ríos,eran mucho más abundantes que ahora. La anguila eraplato habitual en la cocina de casi toda España, porqueeste extraordinario pez migrador exploraba las aguaspeninsulares. Salvo lamprea en algunos estuarios ysalmón en los ríos cantábricos, el resto de las especiescitadas tiende a desaparecer. Especies de medios sin-gulares como el fartet (Aphanius iberus) levantino o elsalinete (A. baeticus) gaditano sobreviven en pocosenclaves de lagunas salinas y charcas litorales. Elesturión (Acipenser sturio) del Guadalquivir sólo se hacapturado dos veces desde 1970. Los ríos y embalseshan mantenido las especies autóctonas de sus tramosmedios dominadas por ciprínidos: barbos, bogas,carpas y carpines, (Granado Lorencio, 1997, 2000) alas que se han incorporado muchas exóticas (Elvira yAlmodóvar 2001)

La regresión actual de la gran fauna es común a loscontinentes, donde los grandes felinos (león, tigre,puma, jaguar) han presentado radicales reducciones desus áreas com subespecies bordeando la extinción.

El león era abundante en África con efectivos esti-mados de un millón de ejemplares antes de laexpansión europea, quedando cuarto millón hacia1900. Su área se extendía por Arabia, llegando hasta la

India, con 8 subespecies. Simba formaba parte delpaisaje natural y cultural, riesgo permanente paraganados y personas pero asimismo fuente de tradi-ciones y símbolos. La reducción se acerca al colapsopoblacional en amplias zonas, estimándose para todaÁfrica unos 23.000 ejemplares, pasando a ser especieamenazada, con subespecies extintas, y efectivosabundantes sólo en los espacios protegidos. La subes-pecie asiática (Panthera leo persica) sobrevive en elParque Nacional y Santuario de Vida Silvestre Gir, enla India.

El tigre poseía 9 subespecies, todas asiáticas, exten-didas desde Siberia a Borneo y Sumatra. Las pobla-ciones se han reducido en el último siglo a menos del10% sobreviviendo 5 subespecies. Otra ha desapa-recido en libertad (el tigre del sur de China, P. tigrisamoyensis) y las tres restantes se han extinguido (P.tigris balica, sondaica y virgata). La pantera nebulosa(Neofelis nebulosa), descrita en las selvas de Borneoen 2007, aparece amenazada desde su presentaciónante la ciencia. Los elefantes asiáticos o africanos sehan reducido en número y en amplias zonas se consi-deran extintos. Las cinco especies de rinoceronte (2africanos, 3 asiáticos) están en situación crítica yalguna de las subespecies se ha extinguido en grandesáreas. El último ejemplar de la subespecie Rhinocerossondaicus annamiticus en Vietnam fue cazada enOctubre de 2011 (WWF, 2011).

Los grandes primates (gorilas, chimpancé, bonobo,orangután), los lemures y muchos monos, es decirnuestro grupo evolutivo, figuran entre las especiescuyas poblaciones se han restringido progresivamenteen número y superficie y están amenazadas. ParaUICN1 hay 20 especies (de 600 primates) críticamentecercanas a la extinción. Los grandes vertebrados demontaña como el gorila de montaña, Gorilla beringeiberingei, que sobrevive en dos áreas de África central,el puma de montaña, el leopardo de las nieves, elcóndor, o el cóndor de California (Gymnogyps califor-nianus), por señalar algunos ejemplos, están en nivelespeligrosos de reducción de poblaciones. Sus densi-dades, en esos ambientes hostiles, son siempre bajas ysu tasa de reproducción es lenta, de modo que laspoblaciones no pueden reponer las pérdidas

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1 UICN: Union internacional de Conservación de la Naturaleza

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Los Catálogos y Libros rojos de especies amena-zadas (aves, mamíferos, peces, plantas vasculares) denuestras administraciones documentan la magnitud dela regresión. La Lista Roja de especies amenazadas de2009 de la UICN, identifica unas 50.000 especies conriesgo a nivel global, en un rango de categorías desdeextintas a riesgo bajo actualmente (cuadro 2).

La cifra global estima que el 2,5% de especies des-critas están amenazadas de desaparición, con las cau-telas habituales de la ciencia: los datos disponibles ylas especies conocidas. Podría pensarse que es unacifra marginal, puesto que el 97,5% aparecen sinriesgo reconocido. Pero se trata de cifras planetarias,es decir que pese a la extensión de los hábitats ya hayun 2,5% de especies que tienen dificultades parasobrevivir en alguno.

En este punto conviene llamar la atención sobreotro proceso que pasa desapercibido al referirse a lasextinciones: el empobrecimiento, la extinción local.Para que una especie se extinga ha de perderse elúltimo individuo de la población superviviente. Esto esdifícil. Lo común es que se pierdan poblaciones, sepierdan áreas biogeográficas, se vacíen los paisajes de

fauna y se empobrezca la vegetación reduciéndose susespecies.

El empobrecimiento es el proceso fundamental pla-netario en curso: las especies abandonan la Biosferaaunque sean abundantes en algunas áreas y no quedenincluidas en la lista de UICN amenazadas. Peroescasean y la onda de empobrecimiento es unapoderosa señal de cambio, de crisis en la Biosfera,donde gran cantidad de especies se bate en retirada.

En una perspectiva geográfica se hallan más afec-tadas las comunidades tropicales de bosque o dehumedal que ven estrecharse sus hábitats. Los hume-dales representan menos del 1% de la superficie conti-nental pero son reservorios importantes de biodiver-sidad con el 25% de los vertebrados, unas 126,000especies animales y 2,600 de macrófitos. Peces conti-nentales y anfibios con alta diversidad de especies aso-ciadas al bosque tropical y pequeños humedales dondequedan muchas especies por describir, son grupos des-favorables. Aproximadamente el 40% de los anfibiosse consideran amenazados (Hof et al., 2012), un por-centaje enorme teniendo en cuenta el número alto(unas 6.000 especies). En España se consideran a todoslos anfibios amenazados y en regresión. Aun en terri-torios grandes y con baja población, como EstadosUnidos de Norteamérica, hay amenaza para el 36% delos cangrejos de río, el 55% de los moluscos y el 20%de los peces de aguas continentales.

En un archipiélago, cada isla puede contener ende-mismos propios, trayectorias evolutivas diferenciadas,como los lagartos gigantes de Canarias con 7 especiesGallotia atlantica, bravoana, caesaris, galloti, inter-media, Simonyi, e intermedia repartidas entre las islas.Precisamente esta personalidad específica de las islasGalápagos dio a Carlos Darwin una clave del procesoevolutivo al comparar las pequeñas variaciones entrelas especies de pinzones del archipiélago. Perotambién significa que la pérdida de la pequeñapoblación insular representa la extinción global de laespecie.

En las islas grandes persisten grupos biológicosantiguos, en equilibrio precario, que puede rompersecon la introducción de especies desde otras áreas.Australia y Nueva Zelanda ofrecen ejemplos de mamí-feros marsupiales, las equidnas, el ornitorrinco o los

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Cuadro 2. Nivel de riesgo de especies con amenazas de super-vivencia. (Tomado de UICN 2009)

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pequeños kiwi (Apteryx mantelli, A.australis, A.oweni,A. haasti) aves no voladoras en pleno colapso pobla-cional por pérdida de hábitat y por la introducción depredadores. En la isla existe el demonio de Tasmania(Sarcophilus harrisii). Otro marsupial cazador demayor talla, el tigre de Tasmania, o tilacino,Thylacinus cynocephalus, se ha extinguido. En elArchipiélago de Hawaii, existían 67 especies de avesno migratorias. Quedan 14 (20,9 %) sin riesgo, 28(41,8 %) en franca regresión y 25 (37,3 %) ya extin-guidas. Son centenares las especies insulares cuyaspoblaciones se han reducido y muy numerosas las yaextintas.

Las redes ecológicas están anidadas, es decir pre-sentan un número corto de especies estructurantes dela comunidad que mantienen intensas interaccionesentre sí y con las restantes frente a la mayoría de lasespecies periféricas cuyas interacciones son escasas.La pérdida de especies estructurantes, arrastra la deotras y afecta la conectividad, poniendo en riesgo laestabilidad de la comunidad ecológica.

Si dos especies establecen una relación mutualestrecha, una asociación simbiótica formando un nodode la red, la pérdida de una puede implicar a su sim-bionte. Un ejemplo atractivo se inició con el descubri-miento en Madagascar en 1822 de Anagraecum ses-quipedale, una nueva orquídea. Las flores presentanun larguísimo nectario (25 cm) que planteó, años mástarde, la hipótesis de una mariposa desconocida, delarga trompa, que le sirviera de polinizador. En lapolémica suscitada, Carlos Darwin y Alfred RussellWallace, los padres de la teoría evolutiva, apoyaron lahipótesis. En 1903 fue verificada al capturarse laXantopan morgani praedicta, mariposa nocturna quetenia el órgano previsto, de modo que insecto yorquídea dependían una de otra. En 1965 se descubrióotra orquídea, Angraecum eburneum var. longicalcar,con nectario aun más largo (36-40 cm), que no se havisto polinizar y se encuentra en regresión. Laextinción de su mariposa polinizadora, (que no se haencontrado), implicará la desaparición de la orquídea.O quizá los pocos pies de la orquídea no han podidomantener a su mariposa específica....

Las mariposas fluctúan de un año a otro, perocuando se dispone de series largas de datos los resul-tados marcan una paulatina reducción. 35 años de

seguimiento quincenal en el Central Valley deCalifornia (Forister et al, 2011) documentan el des-censo, variable entre especies pero compartido por elgrupo. Las abejas comunes están desapareciendo enEuropa, América o Asia con un descenso continuadode colmenas. La pérdida de polinizadores puede serimportante para la fertilización de plantas con floresque establecen con las abejas circuitos mutualistas.Donde otros insectos visitantes habituales de las floresestán disminuyendo (lepidópteros, coleópteros, díp-teros), el mantenimiento de himenópteros es impor-tante y el papel de las colmenas, significativo.

La pérdida de invertebrados o pequeños vegetaleses difícil de validar porque exigen una identificacióntaxonómica precisa. Los estudios botánicos y zooló-gicos constatan cómo poblaciones singulares sereducen y en las localidades donde se encontraba laespecie, se ha extinguido.

En 2009 aparece la Lista Roja de la FloraAmenazada Española, realizada por la UniversidadAutónoma de Madrid. De aproximadamente 10.000especies vegetales identifican 1.221 amenazadas(12,2%). Los grupos de riesgo enumeran 610 especiescon categoría vulnerable, 278 en peligro y 308 crítica-mente amenazadas, cercanas a la extinción. Para elcoordinador del estudio, Juan Carlos Moreno, enEspaña la fauna se encontraba menos amenazada quela flora, que presenta tasas anuales de empobreci-miento poblacional crítico de nuevas especies próximoal 1%. El número medio de poblaciones conocidas enlas especies más amenazadas es muy bajo, entre 3 y 8.A escala mundial se consideran amenazadas 34.000especies, vasculares, aproximadamente el 12% de lasdescritas.

Los árboles ofrecen una evidencia más perceptiblede su extinción local, en primer lugar por la regresiónde formaciones boscosas. La desaparición de especiessingulares entresacadas del bosque suele deberse a lacalidad de su madera para ebanistería, como el palorosa (Aspidosperma polyneuron), las caobas ameri-canas (Swietenia), la caobilla o caoba africana(Etandrophragma) y el ébano (Diospyros ebenum), opor su resistencia a la intemperie, como la teca(Tectona grandis). Excepcionalmente por otras carac-terísticas como el palo de rosa (Aniba rosaeodora) quea la calidad de su madera une una resina que se destila

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como esencia para perfumería. Aunque el bosqueparezca inalterado los pies de maderas valiosas, handesparecido.

El baobab (Adansonia digitata) es un giganteafricano de tronco inverosímil, con grandes floresblancas, de corola palmeada que le dan su nombreespecifico digitata. Los bosques abiertos de baobab enÁfrica, antes muy extendidos, han sufrido reducciónen densidad, difícil de reponer en una especie de creci-miento lento. Las 6 especies malgaches están tambiénen regresión especialmente A. perrieri. A. grandidieri,es la especie más alta (25 m) y elegante. Adansoniagregorii endémico de Australia, es de porte menor,unos 10 m. Sería el menos peligroso para El Principito,preocupado por el riesgo del baobab en su pequeñoplaneta.2

Densos bosques de secoyas abundaban en lassierras costeras de Estados Unidos desde California aOregón, pero quedan sólo pequeños enclaves,habiendo desparecido el 95% de la superficie original.Los alerces de los Andes (Fitzroya cupressoides), otrogigante de la Biosfera, también han sufrido regresiónen Chile y en Argentina. Los “cedros del Líbano” detanta tradición cultural, ocupan apenas unas manchasen su antigua área. Las poblaciones de drago enCanarias y el Antiatlas marroquí (Dracaena draco sspajgal) han sufrido una gran reducción hasta quedarreducidas a pocos ejemplares dispersos. Recorriendoen Brasil el Estado de Río Grande hasta Minas Gerais,cuesta aceptar que hace poco más de un siglo la for-mación boscosa Mata Atlántica alcanzaba Argentina(Misiones) y Paraguay con unos 1.290.000 km2. Suabrumadora biodiversidad la ha incluido en la Lista del

Patrimonio Mundial de UNESCO. Quedan menos de95.000 km2 un 7,3% de la superficie original con unareducción anual estimada en unos 340 km2.

La Cuenca Mediterránea es una región mundial demegadiversidad con una flora, estimada con diferentescriterios, entre 15.000 y 25.000 especies, un 60%endémicas. En la fauna, el porcentaje de endemismo esaproximadamente la mitad, el 30%. Los árboles endé-micos mediterráneos con área restringida, son nume-rosos. Enebros, pinos y abetos presentan especies dis-tintas en los macizos montañosos. Los abetos procedende poblaciones relictas del abeto europeo Abies albaen montañas aisladas o en islas, donde han producidolas formas actuales. A. cephalonica, A. borisii regii, A.nebrodensis, A. numidica, A. nordmanniana se distri-buyen en torno a la cuenca de Argelia al Cáucaso y enel sector occidental los pinsapos, Abies pinsapo, en laSerranía de Ronda y Abies marocana en el Rifmarroquí. Otras coníferas mencionables son Cupressusatlantica, en el Alto Atlas occidental, Pinus nigra ssp.dalmatica en la antigua Yugoslavia, Pinus heldreichiio pino de Bosnia, Cedrus atlantica del Rif, Cedrusbrevifolia de Chipre, Tetraclinis articulata del Magrebcon pequeñas poblaciones en Malta y en Cartagena.

Las poblaciones forestales relictas evidencianregresión. Para Quézel (1991) están amenazados en elMagreb los bosques de abetos (Abies marocana, A.numidica), las poblaciones de Pinus nigra subsp. mau-retanica, Cupressus atlantica, Olea marocana, Laurusazorica, Quercus afares, Q. faginea subsp. tlemce-nensis, y formaciones de Cedrus atlantica, Juniperusthurifera, Arbutus pavarii en la Cirenaica,Liquidambar orientalis, en Turquía suroccidental,

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2 -Los baobabs, antes de crecer, son muy pequeñitos.-Es cierto. Pero ¿por qué quieres que tus corderos coman los baobabs?Me contestó: "¡Bueno! ¡Vamos!" como si hablara de una evidencia. Me fue necesario un gran esfuerzo de inteligencia para comprender pormí mismo este problema.En efecto, en el planeta del Principito había, como en todos los planetas, hierbas buenas y hierbas malas. Por consiguiente, de buenas semi-llas salían buenas hierbas y de las semillas malas, hierbas malas. Pero las semillas son invisibles; duermen en el secreto de la tierra, hastaque un buen día una de ellas tiene la fantasía de despertarse. Entonces se alarga extendiendo hacia el sol, primero tímidamente, una encan-tadora ramita inofensiva. Si se trata de una ramita de rábano o de rosal, se la puede dejar que crezca como quiera. Pero si se trata de unamala hierba, es preciso arrancarla inmediatamente en cuanto uno ha sabido reconocerla. En el planeta del Principito había semillas terri-bles... como las semillas del baobab. El suelo del planeta está infestado de ellas. Si un baobab no se arranca a tiempo, no hay manera dedesembarazarse de él más tarde; cubre todo el planeta y lo perfora con sus raíces. Y si el planeta es demasiado pequeño y los baobabs sonnumerosos, lo hacen estallar. "Es una cuestión de disciplina, me decía más tarde el Principito. Cuando por la mañana uno termina de arre-glarse, hay que hacer cuidadosamente la limpieza del planeta. Hay que dedicarse regularmente a arrancar los baobabs, cuando se les dis-tingue de los rosales, a los cuales se parecen mucho cuando son pequeñitos. Es un trabajo muy fastidioso pero muy fácil". A. Saint Exupery.El Principito. Cap 5

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Zelkova abelicea o la palmera Phoenix theophrastii deCreta. Zelkova simula, Celtis aetnensis o el men-cionado Abies nebrodensis, de Sicilia. El argán(Argania spinosa), antes extendido en Marruecos yArgelia, es un árbol notable, capaz de producir enclima semiárido frutos comestibles ricos en aceites yfollaje abundante para el ganado. Su área ha quedadorestringida a pocos enclaves en Marruecos, siendo losmayores cercanos a Agadir donde su regeneraciónnatural está comprometida (Díaz Barradas et al., 2010)

A nivel europeo estuvo cercana a la extinción en losmacizos montañosos el edelweiss o flor de las nieves(Leontopodium alpinum) debido a la recolección porlos excursionistas. Cualquier especie de flores vistosascomo las orquídeas, los narcisos, fritillarias y tuli-panes, o dotadas de inflorescencias atractivas sufrenuna recolección que reduce su área. Especies pala-tables o comestibles en sus frutos, pueden sufrir granpresión de los predadores que las conduzca a suextinción, incluyendo a los hongos productores desetas o trufas. Y de modo contrario, cuando el orga-nismo consumidor ha desaparecido y las semillas noson transportadas y su germinación estimulada en eldigestivo, la especie inicia el camino de su extinción.El dodo, ave endémica de Isla Mauricio, fue extin-guido en 1681. Consumía los frutos de Calvariamajor, que germinaban tras pasar por su digestivo. Laextinción del dodo ha interrumpido el proceso y lapoblación del árbol es ahora senescente con pies demás de 300 años (Temple, 1977) y en rumbo deextinción.

Los ejemplares excepcionales de árboles sugierenotro modo de empobrecimiento a nivel de comunidad.Eucalyptus regnans, el eucalipto de mayor porte esprobablemente el árbol más alto de la biosfera,superado los 100 m de altura3. Nativo de Australia(Victoria) y Tasmania formaba extensos bosques, con

gigantes elevándose hasta los 90 m y muchos piessuperando los 50 m. Quedan pocos con esa altura. Laespecie no está en riesgo, ya que se ha repoblado elsuelo talado, pero las nuevas plantaciones norecuerdan al bosque original. La historia del abetoDouglas o pino de Oregón (Pseudotsuga menziesii), essemejante. Los bosques originales con ejemplaresgigantes, que podían superar los 100 m, han dado pasoa plantaciones y bosques muy diferentes de losnativos. Los laricios son ubicuos en el Mediterráneocon ejemplares de buen tamaño. Al visitar los Gigantidella Sila, enormes laricios del Parque Nacional de laSila en Calabria, su porte empequeñece los mejordesarrollados de nuestro recuerdo, incluidos los depino albar o pino negro que superan los 30 m.Eucaliptos y alerces, pinos, abetos, enebros, robles,hayas, encinas, alcornoques singulares, evocan comu-nidades extintas donde las especies que conocemos enotra escala creaban un biovolumen ecológico másdiverso en elementos, en perchas y oquedades. Enmadera en descomposición y suelos con horizontesorgánicos profundos, matriz de una diversidad bio-lógica que se ha amortecido.

Se conservan en el Rocío, Huelva, algunos impre-sionantes pies de olivo silvestre, acebuche, aparenteresto de la vegetación natural (García Novo et al.2007). El mayor, presenta un monumental tronco de 8m de circunferencia y como la Olivera Grossa deVillajoyosa o el olivo de Gorga, cuyo tronco huecoforma una cabaña, son gigantes para nuestras comuni-dades de acebuchal u olivar. Quizá modestos para tes-tigos de otras épocas: el rey Ulises, al regresar a Ítaca,recupera el trono y celebra con su fiel Penélope elreencuentro en su regio lecho, tallado por sus manos4

en el tronco de un olivo singular.

Las comunidades maduras de bosques de climatemplado se han desvanecido aunque sus especies

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3 Tasmania Forestry Report (Julio 2011) publica una medida de 101 m para un ejemplar en Tasmania que bautiza Centurion. Otros pies hanalcanzado los 100 m y en Victoria a finales del s XIX se mencionan registros muy superiores en E. regnans y E. globulus, aunque el proto-colo de medida era poco preciso. Los mayores árboles actuales, alcanzando los 100 m, son coníferas: Picea abies, Pseudotsuga menziesii,Sequiadendron giganteum. Los más altos son sequoias rojas (Sequoia sempervivens), el Stratosphere giant de 112 y el Hyperion de 115 m.4 Ulises.-¡Oh mujer! ¿Cómo has podido decir esas palabras que me atormentan?... ¿Quién ha podido mover mi lecho? El más hábil no lohu-biera logrado sin la cooperación de un dios, único capaz de moverlo, pues ningún mortal, por joven y robusto que sea, habría podido hacer-lo. ¡La construcción de ese lecho era mi gran secreto! Yo lo fabriqué solo, sin ayuda de nadie. Dentro del recinto desplegaba su ramaje unvigoroso olivo, cuyo tronco tenía el grueso de una columna. En torno suyo alcé con grandes piedras las paredes de nuestra cámara; la cubrícon un techo y la doté de una puerta de hojas de sólida madera, sin una grieta, y entonces corté las ramas del olivo, desbasté cuidadosamen-te su tronco desde las raíces y una vez bien pulido y enderezado lo utilicé como base en donde apoyar el resto de la armazón. Cuando lo ter-miné, lo incrusté de oro, plata y marfil y puse unas correas de cuero teñidas de un rojo deslumbrador. Odisea. Canto XXIII,

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arbóreas nos acompañen, con porte modesto y losárboles excepcionales que han sobrevivido nosevoquen otro paisaje forestal, hoy extinguido. Unareflexión parecida podría hacerse sobre la edad de losejemplares antiguos.

Los mencionados más arriba: olivos, robles,encinas, pueden ser milenarios y las secoyas acercarsea los 3.000 años. Hay sin embargo otras especies deporte menor, incluso pequeño, que pueden duplicar lacifra. Está datado en 4.950 años 14C Prometheus, unbristlecone pine, Pinus longaeva5 y edades en el rango4-6.000 años se han citado en especies afines enEstados Unidos. La notable picea (Picea abies) deDalarma en Suecia presenta un fuste pequeño pero elsistema radicular revela una edad cercana a los 9.500años 14C, cubriendo la mayor parte del Holoceno. Unbosquete de Lagarostrobos franklinii en Huon,Tasmania, es en realidad un clon de edad multimile-naria6. En las praderas de Posidonia oceánica, plantasvasculares submarinas, se ha anunciado recientementeen torno a Isla de Formentera un clon de 8 Km. (seríael mayor organismo conocido) con una estima de lon-gevidad superior a 12.500 años (Duarte et al., 2012).

Los océanos

En el océano, los grandes cetáceos y las focas,otarios, lobos marinos, leones marinos, elefantesmarinos, desde el S XVIII reducen sus poblaciones yalgunos mamíferos como el manatí gigante o vacamarina (Hydrodemalis gigas) o la foca caribeña(Monachus tropicalis) se ha extinguido. Especies depingüinos y tortugas marinas han declinado de modocontinuado en sus áreas de puesta y en el efectivo desus poblaciones. El oso polar, cazador de los mamí-feros marinos, está en regresión al reducirse la super-ficie helada. El hielo marino flotante del Ártico hapasado de cerca de 8 a poco mas de 5M km2 entre 1980y 20107.

En los últimos 30 años, debido a las capturas labiomasa de peces oceánicos se ha reducido, especial-

mente la de grandes predadores. Ward y Myers (2005)han evaluado el efecto de las capturas comerciales enel Pacífico tropical, iniciadas en 1950. En el mediosiglo transcurrido, se han observado una reducción debiomasa de los grandes predadores del 90%, el des-censo medio de sus poblaciones del 22% y la dismi-nución del tamaño de las capturas: el tiburón Prionaceglauca pasó de 52 a 22 kg de tamaño medio deejemplar capturado. La comunidad íctica ha cambiadosu composición al reducirse la densidad de predadoresy la biomasa.

La abundancia de bacalao en los mares de Islandiay hasta Terranova, parecía inagotable, hasta quecolapsó en 1992 y no se ha recuperado. La merluza enNamibia o el fletán en los fondos atlánticos frente aCanadá, la de sardinas o anchoa en el Atlánticooriental y el Cantábrico y la de bonitos y atunes hansufrido una regresión durante el último medio siglo. LaExplotación pesquera mundial se ha multiplicado porun factor de 4 entre 1950 y 1992 pero en la actualidada pesar del mayor esfuerzo de pesca, se estabiliza, y losavances tecnológicos de los buques no consiguenmejorar cuotas debido al agotamiento de los caladeros.

La UICN, ha clasificado las especies de tiburonespor su estado de vulnerabilidad estimando que el 32%de los pelágicos se encuentran amenazados por sobre-pesca o por pesca y lesión al cortar la aleta dorsal ydevolverlos al mar. Los tiburones martillo Sphyrnamokarran y S. lewini y la Manta mobula, están enpeligro y en la categoría de vulnerables, Sphyrnazygaena, Cetorhinus maximus, Carcharhinus longi-manus, especies de Isurus y Alopias e incluso elcélebre tiburón blanco, Carcharodon carcharias.UICN, responsable de elaborar la Lista Roja deEspecies Amenazadas, emitió el 8 Julio de 2011 unaalerta tras verificar que cinco de las ocho especies deatún han sido capturadas en exceso y se encuentran enla categoría de amenazadas o en riesgo de extinción.

FAO (2010) evalúa el estado de los stocks de los600 peces comerciales oceánicos principales en estascategorías (Cuadro 3)

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5 El ejemplar, en Nevada, fue absurdamente cortado en 1964 con permiso del US Forest Service6 El pino de Huon o de Macquarie es una conífera Podocarpácea, dioica, endémica de Tasmania de gran longevidad superando los 2.000 años.7 National Snow and Ice data Center, USA

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Marta Coll (2010) y coautores evalúan el estado delMare Nostrum y sus 17.000 especies, riesgos deextinción e introducciones en este nodo de la diver-sidad oceánica.

LAS EXTINCIONES

Las regresiones de área, los vaciados faunísticos, launiformación y el empobrecimiento de la biota correnparalelas en continentes y océanos. Las extincioneslocales evidencian disfunciones y son la causa de otrasinterferencias al debilitar los nudos de las redes deinteracción. Producen fragmentación que conlleva eldebilitamiento de las redes mutualistas. La desapa-rición local del núcleo denso de especies con muchasinteracciones mutualistas, o de las especies estructu-rales también las debilita. No de modo inmediato, sinotras un lapso, se perciben las extinciones locales queafectan en particular a las especies que mantienenpocas interacciones. Sekercioğlu, et al. (2004)muestran los efectos en cascada de las extinciones deun grupo funcional sobre los restantes elementos delecosistema, a nivel mundial. Para evitar las extin-ciones es necesario que se mantenga la trama mutua-lista, que depende de la espacial y, paradójicamente, dela conservación de especies abundantes, que general-mente no se considerarían objeto de protección (Soléet al., 2004).

Las extinciones globales representan el estado finaldel empobrecimiento, cuando la última población de la

especie se pierde. Es infrecuente en el océano debido asu escala, y común en los continentes, desde elEcuador a latitudes elevadas y ofrecen evidencia de lacrisis ecológica de la Biosfera. Hay controversia en laintensidad del las extinciones, variables entre grupos yregiones y difícil de certificar para especies poco abun-dantes distribuidas en un área amplia. Desde 1600 seha registrado la extinción en 611 especies animales y396 vegetales. Andrew P. Dobson calcula que entreellas se han perdido 13 especies de aves (de 10.670) y80 de mamíferos (de 4.566). Probablemente el mayorproblema para la evaluación de las extinciones localesy mundiales sea la falta de precisión de los datos y laausencia de estudio de muchas especies que dejangrandes vacíos de conocimiento incluso en verte-brados, los marinos en particular (Hoffmann, et al.2010)

Evidencia científica de los cambios

La existencia antigua de especies animales yplantas en localidades, está científicamente docu-mentada por semillas y frutos, madera, fibra y piel,huesos y otros restos estudiados por la arqueología.Las especies de árbol, las rapaces y aves acuáticas debuen porte, los mamíferos y reptiles mayores son deldominio común, de modo que la evidencia de repre-sentaciones o registros escritos sobre su anterior exis-tencia, es muy sólida. Con Linneo la taxonomía ganóen precisión y se unificó. Las exploraciones geográ-ficas en particular desde el S XVIII incorporarondatos, muestras o pliegos de herbario de muchasregiones del mundo. Se generalizaron las coleccionesde láminas y las publicaciones descriptivas, asentandoun estudio longitudinal global que atestigua la pre-sencia de especies que ahora han desaparecido. LasAcademias Europeas de Ciencias, agrupadas enEASAC han valorado las diferentes fuentes informa-tivas sobre la diversidad (EASAC, 2005) y las ame-nazas patentes en el ámbito europeo (EASAC, 2009).

Centrándose en la diversidad, la evidencia apuntaen la actualidad a tres procesos simultáneos:

- la rápida desaparición de poblaciones de muchasespecies y grupos sensibles en un plazo breve, deunos 30 años, en la mayor parte de las regiones delatitudes medias y bajas, que en casos excepcio-nales abocan a su extinción global.

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Cuadro 3. Estado de los stocks de peces comerciales oceáni-cos (de FAO 2010)

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- la introducción de numerosas especies silvestresprocedentes de otras áreas geográficas fenómenoque ha ganado intensidad en los últimos 15 años.

- el abandono de razas animales y de cultivares vege-tales que constituían la base de la vida rural y ahorahan desaparecido sustituídas por unas pocas muyproductivas.

La extinción, la introducción y el abandono modi-fican la diversidad biológica del territorio y los datosprecedentes, entre muchos otros, evidencian el procesode crisis de la Biosfera.

Las estimas de las tasas de extinción son hetero-géneas. Para Myers (1979) se extinguirían un millónde especies entre 1975 y 2000 (4% por década). ParaEhrlich y Ehrlich (1981) desaparecería en el intervalo1980-2000 el 50% de las especies y a partir del cambiode siglo, un 20-30% de los supervivientes por década.Reid (1992) suponía tasas de extinción del 2-13%entre 1990 y 2015 según grupos y tasas de 1 a 5% pordécada. E. O. Wilson (1992) situaba las tasas en el 0,2a 0,3% por año, 2-6% por década. Global BiodiversityAssessment (Heywood y Watson, 1995) estimaba quelas tasas de extinción global se acelerarían 50-100veces hasta el 2020. Para UICN, de los vertebrados enpeligro de extinción las tasas de desaparición pordécada serían de 0,6-5% según los grupos. DanielPatón y Rafael Marchante compilaron una Guía de losMamíferos y Aves extinguidos del Mundo (1989) quedocumenta ejemplos y describe el proceso de pérdidade biodiversidad. Chébez (1994) ha publicado unestudio del estado de la biota y las extinciones cono-cidas en Argentina que simbólicamente titula Los quese van.

Las predicciones alarmistas eran exageradas y lastasas de extinción son más modestas, en línea conWilson y UICN. Muy variables entre grupo biológico,territorio y tipo de ecosistema, escasas en los océanos.Podría aproximarse una tasa actual de extinción deespecies 100 a 1 000 veces mayor que la tasa deextinción de «base» o supervivencia de las especies yde 10 a 100 veces mayor que durante las extincionesgeológicas, afectando con mayor intensidad a lasplantas.

Otra consideración sobre las extinciones es la infor-mación disponible, buena sobre aves y mamíferos,

menor en reptiles e insuficiente en anfibios y pecescontinentales. Accesible en vegetación de zonas tem-pladas y frías pero muy incompleta en las tropicales,con grandes lagunas en hongos o briofitos. Los inver-tebrados continentales y oceánicos acuáticos formanun mundo ingente pobremente descrito, donde pocosabemos de extinciones. Para especies muy poco abun-dantes, es casi imposible verificarla. Los fósilesvivientes son especies conocidas por sus restos fosili-zados y encontradas vivas como los primitivos cela-cantos, en la proximidad de las Islas Seychelles o elmonito de monte chileno (Dromiciops gliroides) unmarsupial primitivo con larga cola, emparentado conlas especies australianas y que recuerda un poco anuestro lirón careto.

Organismos oficialmente extinguidos pueden rea-parecer tras una ausencia larga causada por escasez demuestreo (o de taxónomos). Garrido et al. (2006) hanencontrado en España ejemplares vivos de Orculellabulgarica, caracol de vegetación húmeda circunmedi-terránea aparentemente extinto en 1960. El aveAcrocephalus orinus descrita en 1867 en India, solo seha vuelto a encontrar desde 2006 en Tailandia y otrospaíses. Pseudomys novaehollandiae, un ratón austra-liano descrito en 1843, se dio por extinto hasta sucaptura en 1967. El takahe (Porphyrio mantelli) aveneozelandesa no voladora que recuerda nuestrocalamón, se perdió en 1930, para reaparecer en 1948.

El petrel de las Bermudas (Pterodroma cahow)tiene una historia singular entre las especies “Lázaro”o resucitadas tras darse por perdidas. Los gritos delpetrel en la noche inquietaron a los navegantes espa-ñoles que imaginaron que las islas estaban ocupadaspor malos espíritus, no colonizándolas. Más adelantecuando se asientan poblaciones europeas, incorporaroncerdos, perros, gatos, etc., que extinguieron el petrelhacia 1620. Resucitó tres siglos más tarde, en 1951 conel descubrimiento de poblaciones en islotes aislados.En 2012 se ha publicado la recuperación de unapoblación fósil de Silene stenophylla, una especieactual. David Gilichinsky y su grupo (Yashina et al.2012) desenterraron del permafrost en Siberia semillascongeladas de la planta que conservaban tejidosviables que propagaron, logrando finalmente indi-viduos con flores.

La evidencia cuantitativa de una extinción ace-lerada actual no es exacta en magnitud, pero sí precisa

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en grupos, formas y plazos. Las extinciones geológicasestimadas a partir de fósiles, son menos precisas entiempo y espacio y sectoriales con grupos como lasplantas vasculares o los invertebrados continentalespeor representados en el registro paleontológico.

García Novo (2003) matiza que en el cómputo pla-netario de extinciones, la pérdida de un endemismolocal, no es comparable a la de especies que poseíanáreas grandes biogeográficas. Unas y otras no sonsumables en un algoritmo mundial de extinciones queexprese una característica relevante de la Biosfera,sino un índice de perturbación. O como se presenta eneste trabajo, una evidencia de crisis, particularmentemarcada en los continentes. La Perspectiva Mundialsobre la Diversidad (2010) ofrece detallada documen-tación y diferentes índices para describir la situación ysu futuro.

Aceptada la intensidad de las extinciones recientesse plantea su valoración ¿es un proceso natural recu-rrente, antes desconocido o tiene origen antrópico?

EL HOLOCENO

En el marco geológico ha tenido lugar unaextinción planetaria semejante a la contemporánea ypróxima en el tiempo. Suele denominarse extinciónHolocena porque se desencadena con el inicio delperiodo. Se conocen sus efectos continentales en parti-cular faunísticos, y con menor detalle los de vege-tación o los marinos. El impacto en términos de ani-males extintos ha sido máximo en mamíferos y avesgrandes, lo que se conoce como megafauna.

El Holoceno pertenece al interglaciar actual que seinicia con el fin de la glaciación Würm-Wisconsinhace unos 15.000 años, si bien la temperatura se habíaido elevando desde hace 18-20.000 años. Tras el DryasReciente un episodio frío de corta duración (1.300años) sucedido hace 12,800 años, continuó la ele-vación gradual de temperatura hasta un óptimosuperior a la actual entre 7.500 y 4.500 años atrás y un

episodio frío, la pequeña Edad del Hielo con mínimosen 1650, 1770 y 1850.

Las extinciones holocenas eliminaron muchasespecias grandes de clima frío y templado. No tuvo laforma de extinción súbita sincrónica sino rarificaciónregional con diferencia de miles de años entreespecies. En algunos casos los restos eran reconociblesen superficie por la erosión o el deshielo, como losmamuts siberianos que se extinguen tardíamente. Lasgrandes aves corredoras, moas, de Madagascar yNueva Zelanda, se extinguen hacia el siglo XVII.Marco Polo8 menciona el ave roc de Madagascar,Aepyornis maximus, quizá la mayor ave terrestre.Tortugas terrestres, dragones y otros organismos delfolklore popular mundial pueden tener un sustrato bio-lógico en aquellas culturas contemporáneas con lasúltimas poblaciones de las especies de extinción tardía.

En América, la extinción de fauna de tamañogrande, pudo estar inducida por pulsos climáticos des-favorables sobre extensiones muy amplias causandopérdidas insalvables de población, o de recursos. Losmegaterios eran perezosos de gran talla evolucionadosen Suramérica. Cuando se une en el Plioceno por elistmo panameño con América del Norte se produce ungran intercambio de especies, desapareciendo muchas,más primitivas, del sur. El megaterio mayor, por elcontrario, coloniza Norteamérica y su extinción fuetardía, hace unos 8.000 años. Era un robusto herbívorocon aspecto de gran oso de cuello largo y su dietadependía del arbolado, que también desapareció engrandes extensiones como la Pampa. Un esqueletomuy completo fue encontrado en 1788 junto al ríoLuján y remitido por el Virrey del Río de la Plata alReal Gabinete de Historia Natural. Joan Baptista Brúde Ramón (1740-1799) trabajaba en el Gabinete comodibujante y preparador, donde monta correctamente elesqueleto de megaterio y prepara una publicación consus ilustraciones y descripción que aparece en 1796.Descripción del esqueleto de un cuadrúpedo muy cor-pulento y raro que se conserva en el Real Gabinete deHistoria Natural de Madrid. Pero en un caso deespionaje científico, Cuvier obtiene pruebas de

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8 El Libro de las Maravillas, elaborado hacia 1300, en su capítulo 102, sobre el viaje a Madagascar, describe: Tienen pájaros muy diferentesde los nuestros, muy variados y muy curiosos. Y volvamos al grifo. Los de la isla le llaman roc, y no le dan otro apelativo. Pero confrontadocon sus descripciones, coincide con lo que llamamos grifo...Los que les han visto dicen que son como inmensas águilas.

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imprenta de las láminas y con ellas describe alMegatherium americanum en 1796, el primeresqueleto fósil de un gran vertebrado, si bien cita elacertado montaje de Brú.

En otros mamíferos como el megaceros(Megaloceros giganteus) euroasiático, parecido a ungamo gigante, la extinción obedeció posiblemente aldesarrollo del bosque, medio imposible para unaespecie de tundra con inmensa cornamenta. Otrasextinciones no se comprenden fácilmente ya que loshabitats se desplazaron pero no desaparecieron. Losmastodontes se habían extendido por N y Suramérica yel Mammut americanum había pasado a Eurasia. Suextinción en América se sitúa hace 10.000-8.000 años.Los mamuts, emparentados con los elefantes, son deorigen africano y Mammuthus meridionalis habíacolonizado Eurasia (Italia, España, Aguirre 1961)creando nuevas especies en las islas y otras adaptadasa clima frío como el M. primigenius, de pelo largo ydenso, que ocupó las llanuras de Eurasia pasando porBering a América del N. Su amplia dispersión se fuereduciendo hasta desaparecer en Siberia hace, comomáximo, 3.700 años. En América los tigres con dientesde sable, el enorme león, los lobos gigantes o lasespecies de caballos y camélidos, sobrevivirían en losambientes actuales y sugiere su extinción la concu-rrencia de un tercer mecanismo junto al climático y elecológico.

En resumen: el episodio holoceno de extinciones hasido singular y no ha tenido equivalentes en el final delas anteriores glaciaciones. Elemento diferencialpodría ser la presión humana.

H. sapiens se ha originado también en Áfricamigrando a Asia, Europa y alcanzando Australia, coe-xistiendo con H. erectus en Asia, los neandertales enEuropa y aparentemente otras formas humanas. Lacolonización del continente americano comenzó almenos hace 15,000 años, probablemente antes, porsapiens procedentes del S de Asia que siguiendo ellitoral, con un nivel marino más bajo, alcanzaronAlaska. Poseían el fuego, los acompañaba el perro yutilizaban vestidos de pieles. Deberían ser grandescazadores capaces de abatir mastodontes y mamuts ycazar con regularidad ciervos, osos, bueyes almiz-cleros, bisontes, además de caballos americanos,camélidos y otras especies extintas. En tres oleadas se

extienden por América siguiendo dos vías preferentes.La dorsal andina hasta los fiordos de la Tierra delFuego y en otra dirección las tierras bajas del conti-nente. Los grupos humanos evolucionan para adap-tarse a los climas zonales y renovaron su utillaje, comola punta Clovis inédita en Eurasia o las boleadoras.Sobreviven el final de la glaciación y habían alcanzadoSuramérica en el Holoceno

En la extinción holocena los cazadores explicaríanla reducción de especies llevando a las de mayorinterés venatorio o reproducción lenta a extinciónlocal, más tarde definitiva. El yacimiento de TresArroyos o Arroyo seco al S de Buenos Aires, identificavarios niveles de ocupación humana donde junto a losutensilios líticos aparecen restos de fauna dominadospor especies actuales guanaco, venado de las pampas,ñandú y especies extintas: el camélido Paleolama, laMaccrauchenia patachonica, los caballos Equus(Amerhippus) neogeus y Onohippidium, el gliptodonteEutatus seguini, el cérvido Habromeryx, un toxodonte,Toxodon y dos perezosos el megaterio, ya mencionadoy el Glossotherium robustum. El impacto sobre lafauna holocena pudo haber sido más marcado enAmérica porque la implantación humana era reciente yen Asia que apenas estaba colonizada en latitudes yaltitudes elevadas. En Europa o África con ocupaciónhumana muy antigua las extinciones holocenas fueronpoco marcadas.

Cazadores y recolectores se hacen sentir en ladiversidad en cuanto se instala en un territorio sufi-ciente población. En América no solo extingueespecies, sino que introduce el perro, el piojo humano,el del vestido y las ladillas, (al menos, Kittler et al.2003) ya que la elevación marina abrió el estrecho deBering y cortó el flujo asiático de humanos o de mamí-feros. El ascenso marino interglaciar fue de unos 120m, con escalones, finalizando hace unos 7000 años.Muchos estrechos importantes como Bering, Malaca,Mancha, Torres, Sonda, son someros, de 30 a 50 m deprofundidad y se cerraron hace unos 11.000 años sepa-rando islas y continentes y sumergiendo innumerablesislas menores.

Las culturas holocenas del mundo han dejado otrasevidencias de la fauna contemporánea que perseguían,como los huesos consumidos de especies extintas o su

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empleo para instrumentos. En el arte parietal de finalesde la glaciación se representan en Europa por ejemplo,bisontes en Altamira, mamut en el Castillo o las dife-rentes especies de caballos y bóvidos en Lascaux. Lasrepresentadas se han extinguido en la región o enEuropa, algunas en torno al Holoceno. Otras especiescono las de focas monje con algunos ejemplares enMarruecos o Mauritania han tenido un recorrido máslargo con representaciones mucho más antiguas enNerja (hacia -42.000), jugando como sirenas con losnavegantes mediterráneos, tentando a Ulises.

Mamut voz de etimología rusa, procede de lalengua (extinguida) Mansi y significa cuerno de tierra.Un eco cultural de los testigos de incisivos de mamutque aparecían en el permafrost. Los cazadores neolí-ticos y posteriores, ofrecen en distintos continentesrepresentaciones de ciervos, caballos, renos, antílopes,avestruces o cocodrilos, en pinturas, en grabados dehueso, marfil y piedra, como viñetas del libro de la his-toria humana abriéndose camino en la biosfera e intro-duciendo cambios en su diversidad.

Los recolectores han jugado papel distinto a loscazadores si bien ambas actividades eran simultáneasen los grupos humanos primitivos. Frutos, senillas,tubérculos, bulbos, hojas tiernas se cosechaban o exca-vaban y constituían la base alimenticia. Recoger, trans-portar, almacenar y consumir, dispersaron las plantascomestibles asumiendo el hombre un papel ecológicofrecuente en mamíferos y aves. Tempranamente loshumanos ampliaron la dispersión a distancias grandes,de cientos de kilómetros, por comercio, o por movi-miento de grupos humanos que totemizan algunaespecie que acompañará la migración de sus hordas.Los cambios sobre la fauna (caza, competencia) y ladispersión de vegetales se acompañaron del fuego y latala selectiva, alterando el paisaje vegetal y la diver-sidad. En los Andes se han identificado hace 11.000años intervenciones topográficas como apertura decanales, erección de túmulos o motas (Balée et al2002). Pronto algunas especies entrarán en un plan sis-temático de plantación y cosecha que desembocará enla agricultura.

Aunque en la extinción holocena el papel fueramodesto, los humanos ya habían comenzado entoncesa rehacer “su” Biosfera insertando la cultura en lasfuerzas conductoras de la diversidad.

LA INVASIÓN GLOBAL

En sentido opuesto a empobrecimientos y extin-ciones tienen lugar pulsos e introducciones. Unos yotros no son equivalentes y de signo contrario porquelos mecanismos ecológicos que los soportan ponen demanifiesto perturbaciones distintas de la Biosfera. Lapresencia de una especie en una localidad implica quelas condiciones han sido constantemente favorables(sin soluciones de continuidad), suficientes losrecursos y apropiada la comunidad para reproduccióne implantación. Y además implica que la especiealcanzó la localidad. La dispersión juega un papelimprescindible conectando las “islas” favorables através de un medio hostil. En las extinciones fallanalguno de los elementos y la mortandad no se com-pensa por reproducción ni migración.

En los pulsos se reúnen condiciones favorablespara la proliferación de alguna especie. En las expan-siones puede observarse un pico poblacional o la recu-peración por una especie de su antigua área biogeo-gráfica.

En la península ibérica durante la segunda mitaddel S XX el ciervo se ha expandido por zonas agrestes,bosques y matorral, recuperando áreas que había aban-donado. Más intensa ha sido la expansión del jabalíque hace medio siglo estaba confinado a zonasagrestes y cotos siendo pieza venatoria escasa.Actualmente es común en todas las regiones y alcanzacarácter de plaga en zonas rurales de agricultura tradi-cional, como Galicia. Ha llegado a visitar las calles dela periferia de algunas ciudades, como Barcelona. Elbuitre leonado ha tenido desde los años 70 unaexpansión sostenida. Especies tradicionalmenteescasas, difíciles de avistar, se han expandido en elterritorio y sus poblaciones han llegado a ser impor-tantes. Pueden mencionarse el búho real, la gran rapaznocturna, ave de bosque y matorral (Penteriani, yDelgado 2008), el calamón y el ibis o morito común.El morito en los años 70 se podía avistar muy rara-mente y no crió con éxito hasta el 1996. Actualmenteforma colonias de centenares de individuos en lasmarismas, el lucio de la FAO, y el río Guadiamar enDoñana alcanzando en 2010 los 4.000 individuos.

Pulsos de población regionales se producen enmuchos invertebrados como gusanos nemátodos, arác-

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nidos como la araña roja o arañuelo (un ácaro),insectos ortópteros (como saltamontes, langostas),lepidópteros diurnos y mariposas nocturnas o polillas,hemípteros como los pulgones, dípteros (moscas, mos-quitos), himenópteros (avispas, hormigas) y un largoetcétera. Entre los coleópteros, hay defoliadores comolas galerucas (del olmo, del aliso) que en pocos díasconsumen la copa del árbol. La procesionaria atacacon intensidad los pinares durante unos años parapasar desapercibida durante un largo intervalo. Lostopillos amenazaron los cultivos de Castilla y León en2006 y 2007 con repuntes en 2009 y 2010. Los estor-ninos se han convertido en plaga en Logroño donde en2005 alcanzaron 2 millones de ejemplares en sus dor-mideros. No es la única gran ciudad donde se hanincrementado, creando grandes dormideros en otrascomo Ávila, Milán o París.

Ejemplo singular son las migraciones de lemmings9

durante explosiones de su población. Los ciclos deabundancia de la sardina de 56 años y de la anchoa de10, parecen estar relacionados con ciclos climáticos desimilar frecuencia. Ciclos mayores, observados encapturas y abundancia de sardina, con periodos de223-273 años parecen responder a cambios en lascorrientes profundas. Las mareas rojas que tiñen elmar litoral o las lagunas revelan proliferacionesextraordinarias de dinoflagelados (Estrada, 1986),copépodos, bacterias y cianobacterias y de otros orga-nismos acuáticos.

Se trata de episodios intensos (y efímeros), propiosde estrategias poblacionales con dinámica explosiva yvan seguidos de mínimos acusados. No revelan uncambio de tendencia de la biodiversidad como los indi-cados en el anterior apartado, pero evidencian ladinámica intensa de los ecosistemas donde cadaespecie se reproduce en números suficientes para per-mitir la expansión. Como Darwin había anticipado,aun las de reproducción más lenta (que él considerabael elefante africano), terminarían en condiciones favo-rables por cubrir los continentes.

Lo que confina en su área a las especies sin quealcancen a todas las superficies potencialmente favo-rables, es la inexistencia de mecanismos apropiados dedispersión. Los microorganismos libres viajan en las

corrientes de aire y agua, océanos incluidos, paraalcanzar los enclaves favorables. Los organismosmayores necesitan disponer de autonomía suficiente(como los migradores), asociarse a un fluido favorable(corrientes y vientos), o a otro organismo que lespermita salvar las barreras.

La invasión de nuevas áreas es un proceso naturallento, aunque continuado a escala global: los movi-mientos de las placas litosféricas, las orogenias, lasvariaciones de clima, permiten a algunas poblacionescolonizar territorios inéditos para la especie. La evi-dencia contemporánea es de colonización masiva deáreas nuevas por vertebrados, invertebrados y plantas.También por organismos acuáticos continentales ymarinos. Algo expresable como la invasión global.

En el marco europeo, se han identificado 11.000taxones desconocidos en cada país e introducidosdurante el último siglo (DAISIE, Delivering AlienInvasive Species Inventories for Europe). En los paíseseuropeos el número de especies vegetales introducidases variable entre un 5 y un 29% con la moda situadahacia el 10% (García Novo, 2010). En el S de Europa,se han empezado a capturar especies tropicales demosquitos africanos, con la sospecha que actúen comovectores de enfermedades nuevas. Los organismos tro-picales marinos se han desplazado hasta latitudes másaltas y en las cadenas montañosas organismos sen-sibles al frío han comenzado a elevar su distribuciónhacia las cumbres.

Los jardines de clima templado acogen aves tropi-cales asilvestradas como las cotorritas argentinas ahoracomunes en nuestros parques o plantas flotantes deaguas continentales tropicales que se han instalado enlas aguas europeas. Un número corto de especiesnuevas es suficiente para romper los equilibrios en lascomunidades tras un reajuste de miles de años. Nuevainformación es capaz de crear con rapidez nuevosbucles mutualistas a favor de especies clave condu-ciendo la comunidad hacia otras estructuras y, con fre-cuencia, eliminando a parte de la biodiversidad ori-ginal.

Para certificar la invasión de una especie es nece-sario comprobar su ausencia anterior en el territorio.

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9 Más de un centenar de especies de pequeños roedores de la tribu Lemninos son semejantes y muchas de ellas se han denominado lemming.

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Los registros antiguos, las floras y faunas o los her-barios y colecciones ofrecen evidencia sólida enespecies distintivas. Datos indirectos proceden defuentes arqueológicas y palinológicas o del estudio desedimentos que validan registros con suficiente detallepara precisar la aparición temporal de una especie en elárea. Ofrece la documentación histórica datos de viajescon especies desde una región y los resultados de suintroducción activa o pasiva. Sevilla, Sanlúcar deBarrameda o Aranjuez, tuvieron tempranamentehuertos o jardines de aclimatación de especies ameri-canas y las flotas de Indias incorporaban novedades enuna y otra dirección. Los europeos trataban de repro-ducir su contexto biológico de plantas y ganados enAmérica aunque aceptaban cultivos de interés excep-cional, con su denominación, como el tomate y adap-tando a veces una voz europea para nominarlo: almaíz, millo (nombre del mijo) en Galicia. A la patata,pomme-de-terre en francés o ardappel en holandés,trunfa en aragonés y tartufoli en italiano y de ahí elKartoffel en alemán.

El desarrollo de las Ciencias Naturales ha datadolas invasiones en los cinco últimos siglos, pero elproceso se había iniciado mucho antes, en elHoloceno, quizá en el Pleistoceno superior, mediantela actividad humana de recolección. Se acelera en elNeolítico con la agricultura y más tarde la ganadería.Da un gran salto con la navegación y alcanzó en elsiglo XX dimensiones mundiales con la rotura debarreras, la apertura de vías de comunicación y la apa-rición de mecanismos nuevos de dispersión.Empobrecimiento, extinción, introducción, están aso-ciadas a la presencia humana y se intensifican con lapoblación y su nivel tecnológico, modulando la diver-sidad biológica, con mayor intensidad en latitudesmedias.

En la diversidad planetaria el efecto de los procesosnaturales de cambio de clima y oscilaciones poblacio-nales ha sido muy vigoroso en paralelo con la acti-vidad humana. Por ejemplo los ciclos climáticos largosque producen una aridización en África y Asia,América en dos bandas paralelas que periódicamentese transforman en desiertos cálidos y la vegetación tro-pical o subtropical se refugia junto a la red hidro-gráfica las surgencias o las depresiones. El ascensomarino postglacial (120 m) invadió los continentescreando islas como las Británicas, Nueva Zelanda o

Indonesia o comunicando mares como el Negro con elMediterráneo o el Báltico con el Atlántico. Rehizoestuarios y litorales generando barras, campos dedunas, lagunas litorales y marismas o manglares aescala mundial. Vías marinas, desiertos y barreras, for-mación de islas, son causa de extinciones y a la parmotores activos de evolución creando nuevas especies.En este marco cambiante Holoceno el hombre seexpande y despliega su actividad impulsando oleadasde extinciones antrópicas, especialmente en islas yprovocando introducciones de continente en conti-nente.

Dos cuestiones se plantean: ¿qué especies se intro-ducen? ¿por qué mecanismos?

Las especies introducidas cubren gran rango taxo-nómico: aves, mamíferos, peces, reptiles, insectos yotros invertebrados, plantas vasculares y criptógamasno vasculares. Especies terrestres y acuáticas, origi-narias de regiones climáticas templadas o subtropi-cales, más raramente frías, se instalan en climas tem-plados y subtropicales. Los climas continentales rigu-rosos por sus bajas temperaturas o su aridez, losmedios especializados por su composición química,inestabilidad, turbulencia, presentan comunidades de“especialistas” y raramente reciben especies nuevas.

El impulso agrícola

El desenvolvimiento agrícola ha fomentado lasintroducciones desde las fases tempranas de agri-cultura itinerante. La utilización del fuego para des-pejar el terreno de cultivo en bosques inicia unasucesión secundaria que no restaura la diversidad yestructura original porque el proceso natural es multi-secular (Golley, 1980) y la agricultura itinerante hanaplicado rotaciones de 25-50 años, pocas veces máslargas. Los intervalos restauran la productividadagrícola del suelo y crean un dosel forestal, aunquesean insuficientes para rehacer los patrones iniciales dediversidad. El resultado final es un mosaico de faciessucesionales con abundancia mayor de las especiesfrutales y de crecimiento rápido. Hay empobreci-miento local de taxones silvestres e introducción deotros que acompañan al grupo humano como suscomensales y parásitos facilitados por una simiente

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contaminada con la de especies adventicias. Cadaparcela despejada y cultivada se convierte en foco deespecies introducidas y en hábitat favorable paraimplantación de comunidades inéditas. La diversidad,se incrementa.

Al acortarse el intervalo en la rotación, el mosaicose simplifica llegando a una cubierta forestal conmenos especies, cobertura, biomasa enriquecida enespecies frutales y adventicias algunas introducidas.En la península, la agricultura mediterránea de leñosasy las dehesas con arbolado mixto, evoca aquellas fasestempranas: encinar, alcornocal, acebuchal, higueras,almendrales. Otros árboles han sido objeto posible deintroducciones antiguas desde el Levante de la cuencacomo los piñoneros, los piruétanos o los algarrobos.En algunas especies, se conoce la circunstancia, comoen el castaño por las legiones romanas, o los cítricoscon la colonización islámica. Pero el desplazamientoantiguo de especies debió incluir herbáceas alimen-ticias para el ganado como altramuces y especies deVicia y Lathyrus, Melilotus, o que viajan fácilmentepresas al pelo como Medicago, Trifolium, Ornithopus,Hordeum, Cynosurus, Elymus, Tolpis, Echium, etc.También arbustos de fruto como manzanos, ciruelos,espinos, avellanos, endrinos, vides, zarzamoras, fram-buesa, especies de interés ganadero como tojos,piornos, retama, o para materia prima como lino,cáñamo, algodón, y cañas, mimbres, zaragateras,fresnos o arbolado de madera, leña o ramón paraganado. Las actuales comunidades naturales delMediterráneo llevan la firma humana y se han enri-quecido en diversidad.

Este esbozo de historia común mediterránea tomarasgos locales propios. En las islas la fauna endémicade mamíferos y aves no voladoras se pierde pronto ylas introducciones de ganados pueden multiplicar elefecto. Las islas mediterráneas grandes y con mon-tañas elevadas como Sicilia, Córcega, Cerdeña, Creta,Chipre, incluso Mallorca, se comportaron comopequeños continentes permitiendo coexistir a especiesautóctonas e introducidas, en un mosaico rico. La colo-nización de Polinesia implicó una extinción muyabultada por el número de aves endémicas conmínimas introducciones, (cerdo, perro). En Australia yen Tasmania predominaron las extinciones ya que loscolonizadores humanos primeros eran recolectores ycazadores.

El desarrollo ganadero, los socios animales, se hacebásicamente con herbívoros no silvestres sino selec-cionados en razas de manejo fácil. Su impacto en lavegetación es marcado aclarando el bosque, seleccio-nando el matorral, hozando y removiendo el suelo. Lavegetación se enriquece en especies palatables por elganado y de crecimiento rápido con un doble efectosobre la diversidad vegetal: empobrecimiento deespecies autóctonas e introducción de especies trans-portadas por el ganado de un modo específico.Mancilla Leytón et al. (2011) han demostrado enmatorral mediterráneo que la presión es variable entreespecies llegando a eliminar de la comunidad las pre-feridas. Por otra parte, para unas semillas como las deCistus salvifolius y Halimium halimifolium se com-portan como dispersores eficientes frente a otras(como Myrtus communis y Pistacia lentiscus) queresultan destruidas. Ramoneadores selectivos introdu-cidos en todos los continentes se comportan comoempobrecedores y dispersores selectivos en la vege-tación.

En California, la introducción de ganado vacunoprocedente de la Península ibérica, desde el siglo XVI,indujo un cambio profundo de la vegetación herbácea,sustituyéndose las comunidades de gramíneasperennes cespitosas de gran porte, por terrositosanuales en su mayor parte de origen peninsular. En laactualidad los pastos californianos muestran unaversión empobrecida de los pastizales peninsulares dedehesa (Leyva et al. 1997) donde faltan la mayor partede las especies nativas. En la Isla Grande de la Tierradel Fuego, la introducción de ovinos a principios del SXX desencadenó profundos cambios en la vegetacióny los suelos y favoreció la progresiva introducción deespecies vegetales de otras áreas, pese al rigurosoclima.

Una transformación radical tuvo lugar en las lla-nuras centrales de Norteamérica entre los Apalaches ylas Rocosas dominadas por la prairie una vegetaciónde herbáceas perennes con zonas de arbolado muy ricaen fauna gestionada por las poblaciones amerindiascon el fuego. La rápida colonización europea se apoyóen cultivos (maíz, avena, trigo) y ganado (porcino,vacuno y caballar). Entre 1840 y 1880 se implantó elCorn Belt, un área mundial productora de grano ycarne, que alcanza hoy unos 250.000 Km2 (Hudson,1994). Su capital comercial, Chicago, pasó de 4.000 a1.700.000 habitantes en el siglo XIX. La población

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indígena regional, se desvaneció. La vegetaciónnatural se redujo a pequeños enclaves y la fauna verte-brada sufrió un descalabro. La población de bisonte enEstados Unidos pasó de unos 60 millones a 1.000ejemplares en 1889.

Agricultura y ganadería han modulado la diver-sidad. Donde han operado conjuntamente, el cambioha sido trascendente aunque no dispongamos de tér-minos de comparación para las transformacionesantiguas. Pere Montserrat, el gran ecólogo pirenaico,sospecha que el proceso ha sido más profundo yduradero. Una coevolución cultural y biológica que haintegrado el ciclo anual de precipitación, flujo yalmacén del agua hasta construir un paisaje armónicointervenido y natural, de alta diversidad, muy eficienteen producción y con gran resiliencia frente a losrigores del clima y la topografía (Montserrat, 2007).

Donde se ha documentado, se observa la expansiónde los registros de especies introducidas en el terri-torio. El agente desencadenante suele ser una actividadhumana nueva que conecta medios o territorios dis-tantes. La entrada de ganados y animales domésticos,de semillas y productos agrícolas, de mercancías y per-sonas, ha servido de vehículo, cada vez más eficazdebido a la rapidez de los viajes y volumen de inter-cambio e innovación en agricultura, piscicultura yacuicultura. El cono Sur es una región maltratada porla sobreexplotación, el abuso de la caza, la explotaciónmaderera y una pasión por las introducciones. EnArgentina Chébez documenta 34 introducciones devertebrados con éxito y 32 sin éxito (aparente).

Otros mecanismos han sido la apertura de canalesde riego, derivaciones y canales de navegación entrecuencas hidrográficas, las redes europeas de canales, lacomunicación Atlántico-Canal de S Lorenzo-GrandesLagos-Mississipi-Caribe o conexiones entre mares(Canal de Suez, Canal de Panamá). Muy comunesmecanismos son el vertido en puerto del agua de lastreen buques y la propia cabina de pasaje en los aviones.Los contenedores de transporte marítimo, la chatarrametálica y los neumáticos que almacenan pequeñasmasas de agua. Otro grupo, con mayor contribuciónsocial son los cepellones de plantas vivas, los terrarios

y acuarios domésticos, cuyos elementos son disper-sados accidentalmente o de forma intencionada por suspropietarios, la pesca deportiva, la jardinería e inclusola investigación. La mariposa europea lagarta(Lymantria dispar) escapó accidentalmente de vivariosde investigación y afectó significativamente a losbosques de Quercus de Norteamérica.

ESTADO ACTUAL DE LASINTRODUCCIONES

La introducción en otra comunidad de una nuevaespecie reordena la trama de interacciones. Puede eli-minar a competidores y predadores, lo que le resultaventajoso, pero pierde los bucles mutualistas conespecies simbioticas de origen, ahora inexistentes. Elorganismo conserva en el nuevo contexto caracteres nofuncionales u órganos destinados a una interacción queya no tiene lugar. Aparecen nuevas relaciones y sepierden otras, prosperando la especie invasora cuandoel nuevo balance sea favorable. Oxalis pes caprae, losvinagritos, con vistosas flores amarillas, procede deÁfrica del Sur siendo introducido en Europa occi-dental como ornamental y colonizando durante el sigloXX la cuenca mediterránea. Las abundantes flores queatraen polinizadores no producen en Europa semillasdebido a autoincompatibilidad, de modo que no secierran circuitos mutualistas con insectos. La (rápida)dispersión tiene lugar por medio de los bulbillos ygracias al transporte, las obras públicas o la jardinería.

Howe (1977) describe en La Selva, Costa Ricacómo los frutos del árbol tropical (Caseariacorymbosa10) son consumidos por 22 especies de avesfrugíboras. Una de ellas, el tucán Ranphastos swain-sonii es un importante dispersor de frutos del bosque,que durante la estación desfavorable consume enexclusiva frutos de Casearia. La desaparición de C.corymbosa afecta, siguiendo tramas mutualistas, aespecies de monos, aves y árboles de la comunidad.Gilbert (1980) denominó a estas especies “mutualistasclave”. En Australia la introducción del conejo se con-virtió en una plaga destructiva para la vegetación. Lamangosta, para combatirlo, diezmó otras especies

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10 Casearia corymbosa, naranjito, cortalengua, coloraito, es un arbusto tropical con frutos anaranjados. La especie fue descubierta porHumboldt y Bompland y se conserva el pliego recogido en flor en Abril de 1801 a orillas del río Madalena, Colombia. Fue descrita por KarlKunth con las plantas de la expedición americana de Humboldt: Nova Genera et Species Plantarum (quarto ed.) 5: 366-367. 1821[1823]

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nativas (Short, 2002). La introducción de la mixoma-tosis para controlar el conejo en España fue efectivapero creó en el Sur un desequilibrio en los predadoresque se concentraban sobre esta abundante presa. Lassecuelas de la mixomatosis han sido la reducción delconejo, de sus predadores, y de las presas alternativasque eran los grandes reptiles de nuestra fauna. Y enúltimo término, la cuasi extinción del lince medite-rráneo (Lynx pardellus) y la situación crítica del águilaimperial ibérica (Aquila adalberti) (Palomares et al.2001). Se trataba de una especie mutualista clave en lacomunidad.

En otras situaciones la especie introducida des-arrolla capacidades superiores a las especies locales,compitiendo eficazmente: los nidos coloniales de lascotorritas, la capacidad de movilizar eficazmente elfósforo edáfico en los eucaliptos, La elevación de aguaedáfica en el perfil del suelo de Bromus madritensis laha convertido en invasora de pastizales de USA y otrospaíses. Una especie cazadora agresiva como el visónamericano, se introduce fácilmente en muchas comu-nidades desplazando al visón europeo y a otros preda-dores.

En Nueva Zelanda no existían himenópteros vola-dores sociales y persistían grupos primitivos; la faunade abejas se limitaba a 40 especies. Hacia 1945 seintrodujo la avispa europea Vespula germánica y hacia1980 Vespula vulgaris, extendiéndose ambas conrapidez, por falta de enemigos. Las abejas autóctonas ymuchas especies de insectos sufrieron su competenciadirecta por el néctar, el polen y otros recursos(Donovan, 2003). Las aves consumidoras de polen ynéctar sufrieron competencia que redujo su éxitoreproductivo y las insectívoras padecieron reducciónde sus presas. Además, las avispas atacaron los nidosdevorando los pollos llevando algunas poblaciones asituaciones críticas.

La hormiga argentina (Linephitema humile) es unejemplo de invasor global (Suarez et al. 2001).Originaria de Argentina, Paraguay y Brasil se haextendido por el N hasta Canadá penetrando enEuropa, Asia y África, incluyendo Japón o NuevaZelanda. Sus cabezas de puente han sido los puertos y

se instalan en terrenos perturbados y entornoshumanos, incluidas las viviendas. Los individuos sonpequeños, 2-3 mm y el tamaño de sus colonias puedealcanzar centenares de miles de individuos y contenervarias reinas, extendiéndose las sucesivas colonias enbandas de kilómetros. El estudio de su distribuciónmundial muestra áreas prohibidas donde las comuni-dades de competidores y predadores no permiten lainstalación, y en todo caso están limitadas por la bajatemperatura o la aridez. Consumen variedad derecursos, atacan otras especies de hormigas e insectosy cuidan pulgones aprovechando su excreción azu-carada. Efecto secundario de su ataque a otras hor-migas es la reducción en dispersión de semillas queaquellas realizaban.

La hormiga asiática Lassus neglectus, citada enHungría en 1990, se ha extendido por Europa. Herraizy Espadaler (2007) han encontrado una colonia de lahormiga atacada por el hongo Laboulbenia formi-carum, de origen norteamericano. Dos especies inva-soras asociadas en un tercer país. Ejemplos clásicos deestas asociaciones son los cultivos y sus plagas, que laactividad humana ha puesto en contacto. Las patatas,de origen andino, tomaron contacto con la doríforacuando los cultivos del tubérculo se extendieron alestado de Colorado. Desde entonces el escarabajo de lapatata y el tubérculo se ha convertido en una aso-ciación presente en la mayor parte de los países pro-ductores.

En el futuro muchas especies silvestres se conver-tirán en invasores globales, como lo han sido las aso-ciadas al hombre (ratas, ratones, ruderales y un largoetcétera). La introducción supone incremento en ladiversidad local, pero los efectos secundarios puedenabatirla. Se ha sugerido el riesgo de asociaciones deespecies invasoras que establezcan circuitos mutua-listas y alteren profundamente lis equilibrios localesdesplazando especies autóctonas. Green et al (2011)describen cómo la introducción de una hormiga, inter-fiere con un cangrejo terrestre autóctono y abre unespacio libre de predadores para un caracol terrestreintroducido que, sin la hormiga, seria eliminado por elcangrejo11.

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11 La isla Christmas en el oceano Indico presenta vegetación de bosque tropical húmedo.La hormiga introducida Anoplepis gacillipes es unagresivo invasor indopacífico que protege a Tachardina aurantiac y otros insctos que producem exudados dulces. Interfiere al cangrejo localGecarcoidea matalis y de este nodo favorece la invasión del caracol gigante africano Achatina (Lissachatina) fulica.

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En la literatura mundial el ejemplo más destacadode introducción de una especie de pez es la perca delNilo (Lates niloticus), en los Grandes Lagos del Estede África donde ha producido la extinción de cente-nares de especies autóctonas de peces cíclidos.

En España y otros países la incorporación de sal-mónidos o su escape de granjas de truchas, ha tenidoefectos deletéreos para especies nativas. Las carpasintroducidas en masas de agua lénticas, en tramosbajos de los ríos, lagos o lagunas, en estanques o balsasexplotan eficazmente los invertebrados bentónicos. Alremover el fondo resuspenden los sedimentos y eutro-fizan la masa de agua llegando a incrementar lapoblación de algas. Su éxito en Europa se ha favo-recido por introducciones y por la construcción decanales y de presas que intercalan lagos en los caucesfluviales. La incorporación de predadores agresivoscomo lucio, black-bass o lubina negra, lucioperca(Lucioperca lucioperca), pez sol (Lepomis gibbosus),bagres o peces gato (Ictalurus spp.) modifica lospatrones de diversidad de la comunidad acuática(Zapata y Granado Lorencio, 1993). Docenas deespecies de peces desde la gambusia hasta los enormessiluros (2m, 100 Kg) se han introducido en los ríos yembalses de España. En el bajo Guadalquivir la ictio-fauna está dominada por especies exóticas.

Otros organismos acuáticos, no peces, puedenincorporarse con éxito a los tramos medios o bajos denuestros ríos y muchos humedales. El cangrejo rojo de

la marisma, procedente de Luisiana, gran consumidorde anfibios y macroinvertebrados o las tortuguitas deFlorida, que compiten con los galápagos autóctonos, elmejillón cebra, un pequeño lamelibranquio procedentedel mar Caspio que forma colonias compactas o elhelecho flotante americano Azolla filiculoides quetapiza las aguas libres.

El Invasive Species Specialist Group de la SpeciesSurvival Commission de UICN ha seleccionado 100especies introducidas muy agresivas pertenecientes agéneros distintos. Nueve son marinas o litorales y delas 91 continentales, 15 son acuáticas y 76 terrestres.En la lista figuran 14 mamíferos (incluyendo perro,gato y rata común, cabra, cerdo y conejo), 3 aves, 8peces de aguas continentales, 3 anfibios y 2 reptiles.Entre los insectos incluye la hormiga argentina. Lalista podría alargarse con numerosas plagas agrícolas.

Para España, el GEIB, Grupo especialista en inva-siones biológicas, ha seleccionado en 2006 20 especiesexóticas (10 animales y otros tantos vegetales (ver elcuadro 4). Son ejemplos de éxito de introducciones yuna muestra pequeña de lo porvenir. Inicialmenteexpanden la diversidad silvestre, aunque a medio plazopueden eliminar especies autóctonas causando empo-brecimiento.

La investigación molecular ha puesto de manifiestoque organismos morfológicamente indistinguibles songenéticamente diferentes e incluso que la separación

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Cuadro 4. 20 especies exóticas dañinas invasoras en España y forma de introducción. Tomado de Top 20 (GEIB, 2006)

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ha tenido lugar decenas o centenares de miles de añosatrás. El aislamiento reproductor entre poblaciones,conduce a esta separación, que el tiempo ahonda. Enlas aves de Estados Unidos de Norteamérica las pobla-ciones del Este y el Oeste, morfológicamente iguales,podrían considerarse especies genéticamente dife-rentes. El reconocimiento molecular de algas, hongoso líquenes (que son sus asociaciones), multiplica ladiversidad del grupo En el vasto mundo microbiano, seprescinde de la morfología jugando con rasgos fisioló-gicos, o moleculares para identificarlos, apareciendosiempre un número elevadísimo de formas. Podríapensarse que la diversidad ”oculta”, perceptible a nivelmolecular, es varios órdenes de magnitud mayor que lamorfológica, que ha servido para identificar y deno-minar a los organismos no microbianos.

Europa, por ejemplo, muestra tres patrones biogeo-gráficos predominantes Mediterráneo, Continental yÁrtico alpino, que explican las relaciones principalesde floras y faunas con sus centros de origen. Durantelas glaciaciones, las tres penínsulas meridionalesIbérica, Itálica y Helénica se convirtieron en refugiostemplados y fuentes secundarias de recolonización yde nuevas formas o especies. El mosaico, tras cuatrociclos glaciares, es muy complejo. Incluso una biogeo-grafía semejante pueden encubrir un largo caminodiferente.

La distribución geográfica de dos mariposas ajedre-zadas Pyrgus cinarae y P. sidae, es casi coincidente enel S de Europa de Portugal al Mar Negro. La primeravive en montaña, 1000-1500 m y en España en losSistemas Ibérico y Central. Es un viejo resto deperiodos fríos separado de las poblaciones deBalcanes, Mar Negro, Cáucaso y sur de los Uraleshace 1 millón de años, extinguiéndose las poblacionesde tierras bajas en los interglaciares. P sidae, más tole-rante, está más extendida en el Oeste peninsular yemparentada con poblaciones de Francia e Italia,Balcanes, Mar Negro, Cáucaso y sur de los Urales y sudisyunción de las poblaciones asiáticas del Kirguistány Tayikistán es más reciente, de hace 270.000 años.(Hernández-Roldán et al 2011). La distribución actuales semejante pero los itinerarios, que ha durado unmillón de años, han sido muy diferentes.

Animales, plantas, humanos, cultivares y ganados,parásitos y comensales han seguido este camino largo

y tortuoso creando estirpes (humanas y naturales)mejor adaptadas al clima y al medio e impulsando ladiversidad local.

UNA EXPANSIÓN BIOLÓGICA DEFACTURA HUMANA: LA CREACIÓN DE

RAZAS Y CULTIVARES.

La creación de razas o cultivares se podría describircomo la evolución muy acelerada de una estirpe. Elcambio genético se ve favorecido por estrangula-mientos poblacionales que permiten una selecciónrápida retocando el genoma para favorecer caracteresselectivos. Los motores son el clima y en segundolugar el azar, pero de modo constante la disponibilidadde recursos para humanos y especies asociadas.

En las culturas se añade la voluntad de selección dealgunos caracteres que, a la postre, producen orga-nismos nuevos. Híbridos, por cultivo cercano, poli-ploidia y anfiploidia identificadas y retenidas encereales y otros vegetales consumidos. Hallazgocasual y multiplicación de un carácter ventajoso, comoel arroz anual frente al perenne. El cultivo de teosintesconduce finalmente a plantas grandes y productivascon varias filas de granos, que desembocan en el maíz.

Otra dirección ha elegido animales útiles de convi-vencia fácil hasta lograr socios animales establessometidos a selección tenaz de los caracteres ade-cuados al modo de explotación (Zeder et al., 2006).Pasto o ramoneo tienden a separar ovinos de caprinos.La selección de vacuno se orienta hacia la carne, perotambién al cuero, los excrementos, la leche, adaptadosa los ambientes locales: llanura, pastos encharcables,fuertes pendientes, montaña y clima frío, presencia deplagas para el ganado. Otros caracteres simbólicos, noprácticos, pueden seleccionarse como los enormescuernos del ganado watusi o portugués, tamaño, capa,etc. La domesticación de alguna especie resultóimprescindible para sobrevivir en condiciones difícilesy las culturas que la realizaron se han adaptado plena-mente a su ganado en una simbiosis estrecha como elreno en N de Europa o el yak en los Himalayas y elTibet hasta Mongolia.

La selección de razas y cultivares implica cambioshumanos culturales y adaptativos. La leche es un ali-

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mento infantil que en edad adulta produce intoleranciaa la lactosa. La tolerancia en poblaciones europeas yasiáticas en adultos está asociada al consumo de leche,prioritariamente de cabra. Culturalmente también seprocesará fermentada mejorando su tolerancia, conayuda de estirpes de organismos, hacia kéfir, yogur,quesos, etc. En otras culturas pastoriles con vacunoscomo los tutsi con ganado watusi, no se consume laleche sino la sangre del animal evitando la intole-rancia. La fermentación de productos amiláceos paraproducción de cerveza o bebidas alcohólicas sefavorece por la presencia de alcoholdeshidrogenasahepática en las poblaciones humanas que la consumenpudiendo oxidar metabolicamente el etanol. Sinembargo hay diferencias bioquímicas con las pobla-ciones orientales que limitan la tasa de detoxificacióny producen efectos indeseables. La distribución demelanina en la piel, el color de los ojos, la longitud dela nariz, los depósitos de grasa corporal, la morfologíay talla humanas, o la resistencia a algunas enferme-dades, han jalonado este proceso diversificador.

La incorporación de organismos silvestres al grupoproduce una selección que aleja las estirpes humani-zadas de las formas silvestres hasta ser difícil identi-ficar el ancestro. La domesticación puede realizarse endistintos lugares, creándose varios troncos primi-genios.

Con los movimientos humanos surgen nuevaslíneas híbridas de los troncos iniciales sobre las queactúan sin cesar la selección cultural y la nambiental,renovándose el proceso. Los estudios moleculares hanidentificado los núcleos primigenios y su contribuciónal mosaico de razas contemporáneo. Como era deesperar, la separación de antepasados silvestres esantigua con dos periodos intensos: hacia el comienzodel Holoceno y unos 5 milenios atrás. En nuestro con-tinente es común identificar al menos dos áreas ini-ciales de domesticación Europa-Cercano Orientefrente a Lejano Oriente- Mongolia. Es raro que lasoleadas antiguas desaparezcan por completo; persistenen algún enclave aislado o se han seleccionado en unmedio natural exigente, o con un criterio cultural quelas ha preservado.

Los perros, que posiblemente se seleccionaron enAsia a partir de lobos, o de híbridos con otros cánidos,a finales del Pleistoceno, se han diversificado en unas

300 razas seleccionadas para caza, guarda y combate,alerta, alimento, etc. Los ganados han sufrido procesoscomparables, diferentes entre continentes. Llama laatención que las especies americanas de caballo no sehayan domesticado, terminando por extinguirse y quelas especies europeas y asiáticas procedan del tarpán,hoy extinto, persistiendo ejemplares de otra subespeciecon caracteres primitivos, el caballo de Przewalski(Equus ferus przewalskii) asiático no existente enestado silvestre.

Las cabras han sido probablemente el primerganado domesticado, a partir de Capra aegargus en elcercano Oriente y en Pakistán hacia el comienzo delHoloceno, 11000-10000 años atrás (Luikart et al.2001). Hoy existen unas 300 razas de Capra hircusmuy diferentes en tamaño, pelo, cornamenta, pro-ducción de leche, etc.

La domesticación completa de vertebrados es unaexcepción que ha tenido lugar en pocas especies, 35,quizá especialmente favorables. En otros casos se tratade una selección de individuos silvestres a los que seacondiciona, sin intervención genética en la población.Los avestruces, o los renos se han utilizado comomontura. Hurones, ginetas o meloncillos se han uti-lizado en la caza. Los elefantes índicos se acondi-cionan individualmente para el trabajo, las rapaces sil-vestres se entrenan una a una para cetrería. Especies deánsares, de patos y otras aves córvidos, psitaciformes(loros, lapas, cotorras, periquitos y muchas más), típi-camente los monos, también algunos reptiles, aceptanvivir en las viviendas y otros en la proximidad de asen-tamientos humanos, como los gorriones, mirlos, tór-tolas, palomas, cernícalos, cigüeñas, golondrinas olechuzas y una lista de centenares de especies.Topillos, ratas, ratones, también insectos, arácnidos,moluscos y gusanos se asocian a la presencia humana,a sus ganados y cultivos. Las plantas adventicias decultivos constituyen otro conspicuo grupo de biodiver-sidad humanizada.

El rango de humanización es mínimo en especiesque sólo usan el soporte material de los edificios(como lagartijas o culebras, murciélagos, vencejos yaviones o la cigüeña blanca) comparadas con las selec-cionadas bajo protección humana como aves de corral,cuines, ganados y los que son producto humano noexistente en estado silvestre, como los perros, o los

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piojos humanos. Otra categoría son las especies vege-tales silvestres explotadas (fruto, fronde, madera,aromas, fibras o tintes, psicotropos), donde el papelhumano principal ha sido la dispersión e introducciónen áreas nuevas y no su modificación cultural.

El abandono de poblaciones domesticadas refuerzala selección natural y las especies asilvestradas recu-peran rasgos perdidos. Los mustang o los long horn,son razas americanas cimarronas de caballos y vacunoeuropeo. Las ovejas se han seleccionado en el cercanoOriente entre 9.000 y 7.000 años atrás, a partir del Ovisorientalis orientalis con varios episodios que dieronlugar a 3-5 troncos y unas 450 razas actuales. Algunaspoblaciones menos domesticadas y asilvestradas handado lugar al muflón Ovis musimon (Chessa, B., et al.2009).

Los dingos australianos, Canis lupus dingo, son deorigen asiático y fueron transportados por los humanospor el SO asiático alcanzando Australia hace unos3.000-4.500 años quizá antes, en grupos genética-mente heterogéneos. No se consideran formas asilves-tradas de perros (aunque pueden cruzarse). Respondena una forma de lobo asiático que se asoció a los via-jeros humanos como un perro primitivo, si bien en lasfechas de su expansión asiática los perros se habíandomesticado miles de años atrás. El dingo se asilvestrópor los nuevos territorios y con la incorporación deovinos y conejos multiplicó su población (Short,2002).

El dingo ofrece luz sobre los primeros pasos de ladomesticación y la regresión hacia poblaciones sil-vestres. Y aborda otro tema: el equilibrio inicial entrelos humanos y una especie, puede romperse al intro-ducir una tercera con valor ganadero o agrícola. Losdingos sólo fueron perseguidos cuando atacaron a lasovejas y se han levantado enormes cercados antidingoen Australia. El camachuelo de las Azores (Phyrrulamurina), pequeña ave endémica de la isla de SanMiguel convivió en paz hasta que se introdujeroncítricos, cuyas flores consumía. La persecución loeliminó en 1927. Desde 1997 se conoce una pequeñapoblación superviviente, siendo el ave portuguesa másamenazada.

Las carpas forman un grupo de ciprínidos de origenoriental que han sido cultivados a escala milenaria.

Presentan ventajas para su dispersión ya que sobrevivefuera del agua en musgo húmedo durante días y es dealimentación polífaga. El interés dietético y las dife-rencias en la forma de cultivo les han dado diversidadde siluetas, colores o líneas de escamas. Los carpines(Carassius) fueron seleccionados por colorido ytambién por anomalías anatómicas (aletas, columna) yla presencia de ojos saltones, entre otras. En Europa seintrodujeron las carpas hace más de 2000 años porgriegos y romanos y se han cultivado en estanquesdesde la época medieval. Desde el S XIX se hanllevado a otros continentes, inicialmente como ali-mento y de modo creciente por su interés deportivo,como animal de acuario o estanque o por razones esté-ticas. Las carpas asilvestradas y los carpines han dadolugar a numerosas formas híbridas a nivel mundial.

El gusano de seda fina (Bombyx mori) extendido enEuropa y América es un satúrnido seleccionado enChina probablemente hacia el 3er milenio aC.Dominada su crianza, el tejido y tintura, la sedaimpulsó un gran comercio hacia mercados occiden-tales y se popularizó en el lejano Oriente. Samiacynthia que vive en ailanto, es otro satúrnido domes-ticado para producir tusá, seda menos fina pero másduradera. Otros lepidópteros sederos como B. pernyide China, B. myliata en India, B. yamamay de Japónviven en robles y no han llegado a cultivarse, recolec-tándose los capullos silvestres. De nuevo dos nivelesde domesticación y un único aprovechamiento.Cuando B. mori se introduce en Constantinopla hacia550 con la morera, esta se generaliza en Europa y pos-teriormente en América. La crisis sedera del S XVIII,debida a enfermedades de insecto y virasis del árbol,impulsa la búsqueda de sustitutos. En España seensayan Gonphocarpus fruticosus, matorral con frutossedosos y la Samia cynthia con su planta nutricia(Ailanthus altíssima). No prosperan los cultivos pero,como la morera, se han naturalizado en Europa,America y otros países orientales (García Novo, 2008)

Los ejemplos se multiplican al recorrer los conti-nentes y las formas de usar los recursos, porque lainventiva humana ha ensayado casi cualquier combi-nación que diera provecho. Aproximadamente 1.600especies de insectos se consumen como alimento.Larvas y adultos de coleópteros y ortópteros (comogrillos y langostas) para desecar y moler en una harinarica en proteínas; hormigas, larvas de avispas y lepi-

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dópteros, libélulas y artrópodos no insectos comoescolopendras y arañas. Las numerosas especies deabejas melíferas se explotan por sus panales. Larvas dedípteros se han empleado para limpiar tejidos muertosen las heridas y cabezas de hormiga para suturar loslabios de un corte. Las cochinillas, para obtener lagrana. Algunas variedades de queso de montaña,incorporan larvas de dípteros, que viven en su interiorjunto a los hongos (Penicillium) de la masa.

Las cantáridas son coleópteros en su mayoría ame-ricanos y subtropicales que poseen un tóxico (canta-ridina) irritativo, pero que en pequeñas dosis produceun efecto estimulante sexual. El polvo de Lytta vesica-toria, especie europea, pese al riesgo de su uso, se hizopopular en Europa12. El uso de sanguijuelas paraextraer sangre, casi ha llegado a la actualidad. Muchasespecies de plantas y animales se han empleado tradi-cionalmente para aplicaciones medicinales, comoabortivos, como tóxicos y también en conjuros. La far-macopea medieval y la etnografía ofrecen una apli-cación extensiva de la naturaleza silvestre.

La corteza de quina fue, durante siglos, el febrífugode elección, con un intenso comercio. José CelestinoMutis al frente de la Real Expedición Botánica delNuevo Reino de Granada (1783-1808) tenía comoobjetivo la flora y en particular localizar nuevas quinas(Cinchonia), con destino a Europa13. Las piteras meji-canas (Agave) se expandieron en el entorno medite-rráneo, donde son características del paisaje. Su uso selimitó a setos vivos y no a producción de bebidas alco-hólicas (pulque, tequila, mescal), como en América.Las chumberas (Opuntia) han servido de setos ofre-ciendo además frutos para el ganado y la población yasilvestrándose. El lentisco, masta o almáciga(Pistacia lentiscus) es un arbusto común en elMediterráneo. En el primer milenio aC se empleaba yasu resina y ceniza en enfermedades de la piel, de laboca y enfermedades de la mujer. El maxtix, su nombre

griego, se consumía además en verde porque refrescala boca y engaña el hambre con su sabor resinoso.Sangrando los troncos, (árboles de almáciga), serecogía la resina empleada como curtiente y medicinal,práctica que persiste en Marruecos como lágrimas dealmáciga. El matorral de lentisco es aprovechado porfauna silvestre y ganados, pero su antiguo uso medi-cinal ha sobrevivido en la raíz de masticar o de mastic(pegamento).

La agricultura implanta el cultivo en un entornofísico y cultural que puede modificarlo. De este núcleosaldrán nuevas poblaciones que formalizan en otrocontexto nuevas líneas y a los usos y caracteres ini-ciales se pueden asociar otros nuevos, en unaexpansión sin fin. El ritmo de selección y diversifi-cación inicial era lento entre otras razones porque ladiversidad de plantas comestibles es alta. Además deespecies de Teosinte, las de Euchlaena, como E.mexicana, de México y Guatemala y parecida al maízy las de Tripsacum, llamado “maicillo”, dan híbridosfértiles con el maíz y podrían haber estado implicadosen su generación o cosecharse en una fase temprana dela selección. Diferentes especies de Solanum contribu-yeron a la creación del jitomate o tomate y a laselección de especies de papas o tubérculos comes-tibles. Una labor que implicaba elección de especie,ensayo de cultivo, minimización de plagas y supresióno preparación para evitar los alcaloides tóxicos.

Antes de la llegada europea, el número de vegetalesconsumidos habitualmente en la dieta americanavariaba regionalmente y de las especies comestiblespresentes, solo se aprovechaban algunas, incluso delmismo género como Passiflora. Hesser (1965) habíaobservado que de 71 especies en las dietas andinasregionales, sólo una minoría habían sido introducidasen ámbitos mayores como el maíz y especies de papa,batatas y camotes, oca, arracacha, quinoa, frijol, chi-rimoya, zapallo y curubas14.

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12 El Doctor Andrés Laguna (1499-1559) en sus comentarios al Dioscórides relata un uso (impropio) de las cantáridas:En cierta botica deMetz, residiendo yo en aquella ciudad, fue ordenada una medicina que llevaba cantáridas, para cierto novio impotente; y juntamente otra decañafístula (Cassia fistula) un purgante, para refrescar el hígado, y los riñones del Guardián de la Orden de San Francisco febricitante; yaconteció que trastocándose los brebajes por yerro, el novio (el cual bebió la del fraile) pusiese aquella noche, del lodo, y aún peor, la camay la novia; y el fraile por otra parte, que tomó la del novio, anduviese por todo el convento (como podéis bien pensar) hecho un endemonia-do, que no bastaban pozos, ni aljibes, ni estanques para le resfriar.13 Mutis, destacado científico, estudia la cuenca del río Magdalena (Colombia) e ilustra su flora en magníficas láminas. En el Real JardínBotánico de Madrid se custodia el Herbario y 5.393 planchas con 2.696 especies y 26 variedades.14 Papas, Solanum andigenum, S. juzepczukii; olluco o papa lisa; Ullucus tuberosus; oca, Oxalis tuberosa; batata o camote, Ipomea batata;

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La producción elevada acumula excedentes yfavorece el comercio que añade valor de cambio alvalor de uso. La apertura de las rutas de navegacióndistribuyó los productos cosechados entre continentesy además ensayó con insistencia la introducción deespecies vegetales, también animales. Maíz, cebada,trigo, arroz, tabaco, patatas, caña de azúcar, plátanos,cítricos y frutos de hueso, olivo, mango, piña tropical,cacao, café, girasol, cacahuete, soja, algodón y unlargo etcétera, arraigaron con éxito en nuevas tierras.Ohasti (2001) estudiando la introducción de especiesen Venezuela encuentra 1396 especies en gradosvariables de naturalización. Son primariamente ameri-canas (México y Brasil son dos fuentes de diversidad).Asia y África han constituido otra fuente importante yEuropa juega (ahora) un papel muy pequeño.

Especies introducidas han ocupado también las ciu-dades y áreas urbanizadas, los embalses y canales, loslitorales y ríos eutrofizados, en una marea biológicaque ha seguido la expansión humana y más tarde eldespliegue del hombre industrial. Las especies agrí-colas suman aproximadamente de 7.000 y las de jardi-nería otras 28.000, sumando 34.500 las especies culti-vadas de un total de 300.000, de ellas 287.000terrestres. Las comestibles potenciales se han estimadoen 70.000 (Khoshbakht y Hammer, 2008).

El número inmenso de cultivares, razas animales,adventicias y comensales o plagas extendidas de conti-nente en continente reflejan el impulso de la especiehumana a la diversidad a nivel de estirpes, con cifrascomparables a la de especies silvestres descritas.

Podrían mencionarse antes de terminar la secciónotras fuentes de diversificación. La de microorga-nismos asociados a personas, animales y plantas y a laproducción de alimento. A los que proliferan enresiduos, vertidos y acumulaciones de alimentos ymateriales. El propio despliegue tecnológico de lamicrobiología ha comenzado con el descubrimiento delos microorganismos y su farmacología ha sido motorde una diversificación que cada día se agiganta. Labiología molecular ha permitido un salto cualitativocreando microorganismos nuevos o usándolos como

vectores de genes a otros organismos creando elmundo transgénico con posibilidades ni siquiera sos-pechadas todavía. Hoy se guardan en colecciones delaboratorio pero progresivamente transgénicos ohíbridos seleccionados se incorporan a cultivos y a latecnología agrícola, ganadera y de producción debebidas y alimentos. Muchos alcanzarán a expandirsepor la biosfera en una reedición de organismos asilves-trados.

Transportes y viajes han roto las barreras confi-nantes de organismos silvestres y facilitan la entradade productos de ingeniería genética, que ha llegadohasta la creación, por ensamblaje, de una célula fun-cional (Gibson, et al 2010) Los cambios ambientalesglobales alteran el marco planetario: incremento detemperatura y redistribución de precipitaciones desdelos años 70, el deshielo continental y la subida delnivel marino, la propia elevación del CO2 atmosféricoque favorece la fotosíntesis y acidifica la superficieoceánica. Agentes de cambio geográfico de las pobla-ciones y de los equilibrios poblacionales, motores evo-lutivos que la expansión humana ha forzado.

El impulso a la diversidad biológica adquiere con latecnología, nuevas formas.

LOS RESTRICTORES Y LA EXTINCIÓNINDUSTRIAL

Los mecanismos responsables de las introduc-ciones se han enumerado. Los cambios de uso delsuelo han supuesto, en paralelo, la supresión de pobla-ciones silvestres en una onda de extinción local, aveces global. El medio productivo rural agrícola, sil-vícola o ganadero ofrecía una trama humanizada favo-rable para muchas especies; buena parte de las aves ymamíferos, o de las especies silvestres del centro y Sde Europa sobrevivían en el contexto rural.

La oleada actual de cambio se inicia tímidamentecon la revolución industrial del S XVIII tomandodimensión mundial desde mediados del S XX, tras la II

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arracacha, Arracacia xanathorrhiza; quinua, Chenopodium quinoa; fríjol o poroto, Phaseolus vulgaris; chirimoya, Annona cherimola; zapa-llo Cucurbita máxima; curabas, Passiflora mollisima, P. mixta, P. antioquensis. Algunas denominaciones y especies son comunes ahora enEspaña.

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Guerra Mundial convirtiéndose en la actualidad en unaperturbación global para la Biosfera causada por laactividad humana. La diversidad silvestre se ha man-tenido en tanto las comunidades naturales han seguidofuncionando y las pérdidas sufridas en el empobreci-miento de especies no debilitaron las redes ecológicas.La fase expansiva debida a la agricultura, ha aportadocentenares de miles de nuevas estirpes y creado comu-nidades de nuevo cuño en cultivos, en pastizales o enzonas urbanas.

Tres familias de actores independientes alteran,aproximadamente desde 1900, el funcionamiento delplaneta cuya población se eleva de 1.650 a 7.000millones con un crecimiento anual medio que pasa de0,54% a 2,54% originando el Cambio Global.

La energía exosomática gana espacio en la vidahumana reduciendo el esfuerzo físico y la tracción desangre como origen del trabajo mecánico. La máquinade vapor, el motor eléctrico, los motores de com-bustión interna, permitirán transformaciones antesimpensables de la superficie del suelo, excavaciones,nivelaciones, construcción de presas y derivaciones decaudales, drenajes. Transportes rápidos por tierra, ríosy mar.

La industria química concede a la agricultura elacceso fácil a los nutrientes, más tarde a los pesticidasy los biocidas que se generalizan en agricultura, silvi-cultura, ganadería y vida urbana. Nutrientes y residuosalcanzan la red de drenaje y las redes fluviales o losmares epicontinentales.

Transporte de mercancías y movimiento de per-sonas se convierten en claves de la vida contempo-ránea. Su demanda energética se satisface fundamen-talmente consumiendo combustibles fósiles quetambién atienden al suministro industrial, doméstico yde los servicios, Los gases con efecto invernadero emi-tidos exceden la tasa de absorción oceánica y se acu-mulan en la atmósfera reteniendo parte de la radiacióninfrarroja aumentando la temperatura del aire. Elclima, de hecho, ha empezado a modificarse en losúltimos 30 años.

García Novo (2005) analizando la cuenca medite-rránea destaca cuatro opciones predominantes delterritorio en la actualidad: urbanización, intensifi-

cación, abandono y conservación. En países con bajadensidad de población, el abandono es excepcional ypredomina la colonización.

La urbanización ha extendido el hábitat humanoacomodando a la población, que reside en núcleosurbanos en más del 50%. Los medios naturales se hanreducido por ocupación urbana, industrial, por pasillosde comunicación y áreas de servicios. La pérdida dehábitats y la contaminación, ya se ha insistido, empo-brecen la biodiversidad silvestre. Las introduccionesson causa de algunas otras pérdidas faunísticas.

La intensificación se refiere al modo intensivo deproducción agrícola y ganadera empleando abundanteenergía, pesticidas, piensos y asociando una potenteindustria de transformación y distribución. La nuevaagricultura trata de evitar la concurrencia con otrasespecies animales o vegetales controlando con pre-cisión los nutrientes y el agua del cultivo o el sumi-nistro de los piensos. Literalmente extinguiendo ladiversidad y convirtiendo el antiguo espacio rural ennaves industriales de plástico, en invernaderos y ceba-deros. El empleo de productos químicos puede conta-minar suelos o alcanzar cadenas troficas y medioscomo los acuáticos haciéndolos inadecuados para lasespecies autóctonas. La construcción de infraestruc-turas puede crear barreras insalvables a las especiescomo las presas o las canalizaciones de los arroyospara peces y anfibios.

En el cuadro 5, tomado de FAO se incluyenalgunos datos de la producción agraria mundial en2010. La superficie cultivada global es el 37,7% de lacontinental. En valor de producto bruto, se sitúa enprimer lugar la leche de vaca (con unos 600M de tone-ladas, unos 86 l de leche por persona y año). Le siguenen valor, arroz cáscara, carne de vacuno, de cerdo, depollo, trigo y soja, maíz y caña de azúcar. La pro-ducción de leche, carne, y su alimentación con soja ymaíz son de importancia económica predominante. Enla producción de masa es muy mayoritaria la caña deazúcar, que también contribuye, con el maíz, a la fabri-cación de etanol para automoción.

La intensificación agrícola y la estabulaciónganadera han destruido la trama rural que era compa-tible con muchas especies silvestres. Se van elimi-nando las razas y variedades tradicionales (rústicas) a

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favor de otras con máyor producción, con detrimentode la variedad (Gascó et al., 2002).

A principio del siglo XX se cultivaban en Chinaunas 100.000 variedades de trigo y en los Andes unas3.000 de patata o 7.000 de manzana en los EstadosUnidos. Hernández Bermejo y León (1994) estimabanque, de las 7.000 especies en cultivo, actualmente secultivan ampliamente sólo 150. Y las 12 más impor-tantes producen el 75% del alimento. La mitad de laproducción agraria tiene destino en la alimentaciónanimal. La intensificación es el mecanismo queextingue, diariamente, centenares de variedades yrazas. Se calcula que desaparecen anualmente el 1-2%de las variedades vegetales y el 5% de las razas ani-males. De las 35 especies de ganado domesticadas, laquinta parte de las razas esta en riesgo de extinción.Concluyen caminos milenarios que localmente hanpermitido sobrevivir a grupos humanos en condicionesextremas, sacrificando productividad a resiliencia.Hoy desaparecen en aras de una productividad donde

la calidad con frecuencia pasa desapercibida al consu-midor urbano.

El abandono del antiguo espacio agrícola permitela supervivencia de especies silvestres, pero al cesar laacción humana desaparecen medios y recursos mile-narios y la diversidad de hábitats y la biodiversidad dela zona descienden. A veces se desarrollan en losantiguos cultivos y huertos de los ruedos sucesionesrápidas donde solo algunas especies prosperan y ladiversidad se reduce sustancialmente. Tucker y Heath,(1994) explicaban que la reducción de aves europeasse debe a los dos extremos de la intervención agrícola:la intensificación que deja a unas aves sin recursos olas contamina y el abandono rural, que deja sinrecursos a un grupo diferente y sin espacios donde des-envolverse.

La pérdida agrícola de razas o especies y laganadera, han ido paralelas a la de su cultura y a la desus protagonistas, al lenguaje preciso de aperos ylabores, usos y topónimos. Se borra la red de senderos,caminos y cordeles que formaban el tejido de la vidarural, ese modo sobrio y esforzado de luchar por losrecursos de una naturaleza avara. Las ratas, de MiguelDelibes es, entre otras, una ilustración fehaciente. Lageneración mayor, en Europa, ha conocido el cambio;en la orilla S del Mediterráneo, empieza a transitarlo.En los países en desarrollo, como China, el paso esviolento con grupos humanos que cazan y recolectanpara ayudar a su agricultura manual y otros quehabitan las tecnópolis avanzadas. Los primeros coe-xisten con alta diversidad, los segundos sólo acceden ala de acuarios y terrarios, parques y jardines y la ins-talada en viviendas, alcantarillado, almacenes oresiduos.

La cuarta opción, conservación, es la gestiónexperta de los biólogos manteniendo los hábitats ytramas de relaciones necesarios para conservarespecies amenazadas o comunidades relictas. LosParques Nacionales han sido un primer escalón, yaantiguo (Yellowstone, 1872), reforzado desde 1992con el Convenio de Diversidad Biologica. Con finescinegéticos existían espacios reservados a la vida sil-vestre desde siglos atrás. Bajo diversas figuras(Reservas, Microrreservas, Bosques Protegidos,Paisajes protegidos, Parques Naturales, Reservasmarinas y otras) los espacios protegidos contribuyen a

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Cuadro 5. Producción agrícola mundial en 2010 (en MTm/añodel producto bruto)

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la persistencia de organismos silvestres. La conser-vación en su medio natural es superior a los jardineszoológicos o cercados. En el espacio protegido eltiempo del cambio pasa con mayor lentitud, pero no sedetiene. Los Parques sufren la introducción deespecies exóticas, la contaminación de aguas superfi-ciales y acuiferos y los cambios de clima. No siempreel tamaño y su grado de conservación permiten man-tener la diversidad, ni su protección impedir entrar alos furtivos, a los ganados, a los perros asilvestrados.La dinámica social tiende a justificar la explotación oreducción de superficie protegida para procesos deintensificación. Muchos espacios incluyen gruposhumanos de renta muy baja que tratan de sobrevivirexplotando la fauna o la flora que el espacio aspira apreservar.

Cuando la población silvestre ya es muy pequeña latasa de incremento es baja y la diversidad genética,mínima. La supervivencia puede ser técnicamenteimposible. Nesiota elliptica, el olivo de Santa Elena seextinguió en 2003. Ocupaba zonas pendientes desuelos pobres y era poco abundante cuando la isla tuvosu más ilustre huésped, Napoleón Bonaparte (1815-21). Presentaba hojas verdes, gris al envés, entre lasque aparecían en verano las flores que necesitaban serfecundadas por polen de otro pié y los individuos ais-lados difícilmente producían frutos. Las pequeñassemillas germinaban mal y sobrevivían poco. Cuandose intentó recuperarla quedaban pocos individuos queapenas semillaban y la germinación era muy escasa.Los intentos de estaquillado favorecieron el ataque dehongos y la población se redujo hasta desaparecer en1977. Un último ejemplar de otra localización seempleó como fuente de semillas y estaquillas peropereció en 1994. Las nuevas plantas obtenidas delsuperviviente tampoco resistieron bien y el pie cul-tivado final se perdió en 2003. (Cairns-Wicks, 2004).N. elliptica sólo se conserva en los pliegos de herbario.

Algunas especies y subespecies animales se hanconservado en cautividad y en los jardines botánicos oen las colecciones de germoplasma, pero ya no formanparte del legado natural. Las reintroducciones puedenser posibles, aunque dificultosas y representan unamínima dimensión frente a la magnitud de las extin-ciones. La introducción de transgénicos que evitanpesticidas, la de organismos que controlan plagas omejoran funciones ecológicas como la polinización,

son ejemplo de ingeniería ecológica favorable al man-tenimiento de los sistemas naturales. Las tecnologíasde ahorro, reciclado, abatimiento de impactos, obten-ción de energía renovable, etc, son pasos favorables,pero limitados en su escala.

El paleontólogo Richard Leakey tituló un libro degran difusión escrito en colaboración con Roger LewinThe Sixth Exinction. Patterns of Life and the Future ofHumankind (1994). La Sexta extinción hizo fortunaentre científicos y divulgadores. Smith (2002) lo plan-teaba como una colisión cultural con la biosfera PaulEhrlich y Robert Pringle argumentaron en 2008 lanecesidad de cambiar los patrones de explotación derecursos ofreciendo un plan planetario como opción,aun posible, para frenarla. En la profusa literaturasobre el tema, otra imagen es la caída del Meteoritohumano: la población con sus ganados, cultivos,maquinaria y productos químicos se abate sobre labiosfera impulsada por la energía que consume, dandolugar a los cambios (García Novo 2007). Las cuatrometáforas responden a parte de las cuestiones plan-teadas al principio de este trabajo, confirmando quehay un conflicto de uso entre la humanidad y laBiosfera.

El hombre reduce los medios naturales, cambia sucalidad, extingue especies e introduce otras silvestres ygenera razas y variedades, formas y líneas, que a suvez abandona y deja desaparecer. Comparado con eldevenir de la Biosfera el cambio actual es muy intensoy de origen humano. La Ciencia ha permitido cuanti-ficar, precisar, dejar constancia de las transforma-ciones. Sin dejar de reconocer que ha puesto los funda-mentos de la tecnología que sirve de motor al cambioglobal. La Ciencia ve antes y más lejos las posibili-dades y secuelas, dando voces de alarma respecto alclima o a la diversidad, los servicios de la naturaleza ola pérdida de culturas y cultivares. Creen los cientí-ficos en sus medidas y teorías, confirmándolas con suspredicciones, aunque la historia de la vida escapa a lavalidación experimental. Es un papel necesario perono suficiente.

La Ciencia es provisional en sus conclusiones, ensu percepción de la Biosfera y sus procesos, en elacierto sobre lo que puede explotarse de modo reno-vable o implica su desaparición. Es incierta en la defi-nición del contorno de efectos buscados e impactos

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sobrevenidos. La comunicación científica no es capazde imponer su visión porque el papel de los medios decomunicación es muy superior en la creación de la sen-sibilidad futura. No se trata del dilema de las dos cul-turas de Snow (1959). Posiblemente, en Occidente lainmersión científica de nuestra enseñanza ha cer-cenado la sensibilidad, la percepción, las múltiplesvías que han servido a la humanidad para comprenderel entorno y a sí misma desde su origen. Lo percibidocomo Naturaleza, como especie, como recursos,cambia en el tiempo a medida que los instrumentosprofundizan el nivel de observación. En consecuencialas sociedades fijan unos objetivos que se desgranan enla historia, se reconstruyen y quizá se invierten(Terradas 2006).

Somos naturaleza gestora de la naturaleza, ensa-yando en cada instante innovaciones no aparecidas enla historia de la vida. Reordenando, desde territorios aespecies, genomas y moléculas. La Biosfera que nosacompañó en la historia, ahora se altera reformando elpatrón de la vida planetaria. Las extinciones globalesson indicio del gran proceso y el empobrecimientolocal de vida silvestre es el mecanismo. Latente, la pre-ocupación sobre el deterioro a los grandes serviciosplanetarios que regulan el clima, la circulación oce-ánica, la renovación del oxígeno. El mantenimiento depolinizadores y descomponedores, la transferencia deenergía a lo largo de las cadenas tróficas, la estabilidadde las redes ecológicas que han mantenido hasta ahorala vida, como la conocemos.

Rachel Carson, termina Silent Spring (1962)enfrentándonos a una disyuntiva con dos caminos: elfácil siguiendo un desarrollo tecnológico acelerado yel estrecho asumiendo una responsabilidad planetaria.Pasado medio siglo sabemos que no hay semejantealternativa. Más bien sospechamos que para estabilizarla población, la demanda de energía y el impacto en labiosfera, se requieren saltos tecnológicos encuadradosen una sociedad cuyo horizonte ético abarque a todaspersonas, a la biosfera y a sus sistemas: una ética parala supervivencia (García Novo, 2009). Orientaciónhacia la cultura y el conocimiento compartidos, frenteal impulso individualista a la posesión de objetos, aluso de servicios y la acumulación de riquezas. En laBiosfera, el mutualismo pesa más que la lucha por laexistencia. Nuestra sociedad consumista que sólootorga valor de cambio a culturas, trabajos, a especies

y paisajes, olvida que la Biosfera, para los humanosposee, esencialmente, valor de uso.

LA BIOSFERA QUE VIENE

Vivimos en un planeta humanizado, en toda la pro-fundidad de la palabra, con un mundo rural enregresión (Solbrig et al. 2001). Muchos habitantes tec-nológicos dominando la energía y deseosos de remo-delar su entorno. Y una Biosfera plástica en manoshumanas que sustituyen regulación natural por ciber-nética.

La resiliencia de los sistemas naturales mantienepaisajes y especies que ya son inestables y consumensu tiempo añadido antes de extinguirse. Estos supervi-vientes ecológicos se agotan pero no sus ecosistemas,ya que en la Biosfera el cambio es la regla y los que sevan coexisten con los introducidos, silvestres o culti-vados. No se trata de biodiversidad sólo, ya que losmotores del cambio incluyen el clima o la química deatmósfera ríos y océanos. Está en curso la introducciónde especies exóticas en una dimensión mundial, que sepotencia, que interactúa a varias escalas (Mack et al.2007) y que prácticamente ha alcanzado ya todos lostipos de ecosistemas planetarios (Hobbs et al. 2006).

En los entornos humanizados se crean nuevas natu-ralezas de diseño, a modo de dioramas o parques temá-ticos confortables, evitando la contaminación y mejo-rando la calidad ambiental. Con tecnología para cerrarlos ciclos de materiales, eficiencia en su uso y en el dela energía. El peligro está en amplificar la actividadconsumiendo más energía y materiales, ejecutandomayores cambios con la etiqueta de geoingeniería, deatender a los servicios de la Biosfera guiados por laEconomía ecológica. Por el contrario, las políticas deprotección ambiental, de conservación, de educaciónsobre la naturaleza, permitirán el aterrizaje suave haciaun equilibrio dinámico entre la nueva sociedad y laBiosfera que viene. Una vida mejor para la humanidadgestora (consciente) del planeta. García Novo (2010)anticipa una negociación con nuevos interlocutores ypequeñas concesiones mutuas, en una convergenciaasintótica secular que se extenderá tanto como la pre-sencia humana.

La sociedad que surja apreciará la naturaleza que larodee: no la actual, sino la suya. Cada generación

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vuelve a examinar los legados naturales, ve en ellosoportunidades y decide remodelarlos, en un procesosecular que combina explotación y conservación.Como las ciudades y las viviendas, otra será la natu-raleza que estamos construyendo con materialesantiguos y nuevos, paisajes estables y otros inéditos.Otro orden social en un nuevo contexto ecológico yotra construcción ética.

Las especies perdidas serán imágenes y datos en losbancos de información, fósiles culturales como tantasespecies que la nuestra ha conocido en su caminar. Ylas que pervivan nos harán disfrutar del prodigiosofenómeno de la Vida.

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