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Un análisis crítico del Islam en las Relaciones Internacionales a inicios del siglo XXI

Capítulo II: Ubicación Geopolítica y Social del Islam en el mundo actual.

36

I.- Introducción

Cuando Mahoma inició la Hégira en el año 622 e.c., probablemente

no alcanzó a imaginar la magnitud del proceso de expansión en que se

vería involucrado el Islam durante los siguientes años, e incluso siglos. Lo que

comenzó como una religión local ha llegado a ser en la actualidad, la

segunda a nivel mundial en cuanto al número de feligreses, con un

crecimiento acelerado, que suele adjudicársele al incremento de las tasas

de natalidad en los países islámicos, más que a la conversión de las personas

hacia ese credo, bien sea por nacer o por hacerse musulmán, hoy existen en

el mundo entre 1200 y 1800 millones de personas que practican la fe

islámica. Para esta investigación se toma como cierta la información

proporcionada por la Agencia Central de Inteligencia (CIA por sus siglas en

ingles) que habla de un número circundante a los 1300 millones de fieles1. La

mayoría de estas personas se ubican en una franja territorial que si bien es

profundamente rica en recursos energéticos, su población se cuenta entre la

menos favorecida económicamente, esta mezcla, que ha sido agitada con

la común intervención extranjera en la zona, ha generado constantes

disturbios en el orden político, en algunos casos pudiéndose hablar de

guerras civiles, que dañaron y aun dañan la imagen del Islam, favoreciendo

y dándole argumentos, únicamente a quienes consideran esta religión como

un peligro para todo el que no le practique.

II.- Ubicación geopolítica y geoestratégica del Islam

El Islam, como se observa en el mapa 4, tiene representación en la

mayoría de los países del mundo, pese a ello el mayor número de fieles se

concentra en Asía y África, lo que indica que llamarles ‘árabes’ o ‘turcos’ es

un error que omite la existencia de la mayoría de los musulmanes del mundo.

1 6.602.224.175 personas, según datos de la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos de América (https://www.cia.gov/library/publications/the-world-factbook/geos/xx.html) habitan el planeta en julio de 2007, indica también que el 20,12% de la población es practicante del Islam esto sería cerca de 1.320.444.835 musulmanes a nivel global, por ello se usara la cifra total de 1300 millones de musulmanes.



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38

El país con la mayor población islámica del planeta es Indonesia, que

de sus 217 millones de habitantes el 88% (una cifra que oscila los 190-200

millones de personas) practican el Islam, seguido de Pakistán, Bangladesh,

India2 y Nigeria.

El análisis de realizará de manera muy general, extendiéndole en

aquellos casos que sea necesario, los ítems a considerar para su elaboración

serán básicamente los relativos a situación geográfica y población

(cantidad y preferencias religiosas).

En orden alfabético, el primer continente a estudiar es África, este

continente posee una extensión territorial de 30.309.677 Km2, esto lo

convierte, después de Asia, en el segundo con mayor extensión, sin

embargo, debido a la desertificación, la escases de recursos económicos en

la mayoría de la población, la desnutrición, las crisis del sector salud (alto

índice de VIH/SIDA) y el limitado o casi nulo avance tecnológico, han hecho

que su población se limite a 793 millones de habitantes aproximadamente3.

El continente africano está dividido en 53 países, en

aproximadamente 38 de ellos la población es mayoritariamente islámica,

ubicándose estos en el Norte y Este del continente, así como sobre el

desierto del Sahara, estas zonas también se cuentan entre las más ricas de

aquel continente en materia de recursos energéticos.

2 Aun cuando las cifras indican que solo el 15% de la población de la India es practicante del Islam. Esta cantidad es suficiente para convertirla en la cuarta población islámica del mundo, ya que representa 150 millones de los 1.049.549.000 habitantes de esta nación, caso similar al de China, que aun cuando las cifras indican que menos del 1% es musulmán, por ser el país más poblado del planeta, la cifra corresponde a una cantidad de entre 35 y 50 millones de musulmanes chinos (datos tomados de: Thoraval y Ulubeyan, 2003, pp. 21 y 24). 3 Los datos estadísticos usados en este párrafo y en el resto capítulo, a menos que se especifique lo contrario, son extraídos del encartado ‘Gran Atlas Universal’ de El Nacional, del tomo correspondiente al continente del que se hable.



39

El avance del Islam en África ha sido constante y progresivo desde el

siglo VII cuando se produce la conquista a manos de los primeros

musulmanes, “… los árabes incorporaron todos los territorios de África

septentrional y parte de la meridional a la cultura del Islam. Su expansión les

permitió controlar un vasto territorio que se extendía desde el Nilo hasta

Marruecos, por el oeste, y hasta el Cuerno de África y Zanzíbar por la costa

del Índico” (Gran Atlas Universal, VI, 37).

De las naciones islámicas africanas existen dos que por su ubicación

geográfica han suscitado mucho interés en el mundo occidental, Marruecos

y Egipto, el Magreb4 fue algún día puerta y puente del Islam hacia Europa,

mientras que históricamente la ubicación privilegiada de Egipto, a medio

camino entre África, Asia y Europa, ha despertado el interés de diferentes

imperios y gobernantes.

Marruecos al contrario de Egipto, Argelia y Libia, no posee petróleo, lo

que ha hecho que el interés sobre el sea netamente geopolítico, su

ubicación obliga a las naciones mediterráneas a mantener las mejores

relaciones con él, en otras épocas esta ubicación fue la causa del

colonialismo sobre su territorio, Ceuta y Melilla, dos autonomías españolas al

igual que las Islas Canarias, son hoy el vivo recuerdo de aquella etapa.

Sin embargo, en la historia reciente, Egipto ha sido el país del África

que ha tenido mayor importancia en la geopolítica no solo africana, sino

global, tras la creación del Estado de Israel en 1948, emprendió varias

acciones armadas conjuntas contra el novel país y mas allá de las

agresiones que haya podido sufrir el sempiterno aliado de Estados Unidos,

estas guerras y Egipto en general, han significado la continuidad o no del

suministro petrolero, por tanto, la estabilidad del sistema energético global.

4 Magreb significa Marruecos en árabe, pero es la denominación usada para referirse al África del norte mediterránea, con excepción de Egipto y en algunas ocasiones de Libia.

Un anál

lisis crítico del

Capítulo II: U

Mapa 5 Países

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40



41

Sin embargo, el norte de África no está en calma, Marruecos que no

se mezcla en el conflicto energético, ha dado junto con Argelia, nuevos

motivos de preocupación, el Frente POLISARIO, grupo independentista del

Sahara Occidental, ha utilizado el terrorismo como forma de dar a conocer

al mundo sus reclamos y al territorio argelino como base de operaciones.

Aquella región, aun con las guerras petroleras egipcias, el independentismo

POLISARIO, el fundamentalismo del Frente Islámico de Salvación (FIS)

argelino, y la ya histórica política de confrontación libia, tiene una

trayectoria menos agitada que el resto del África, sin embargo,

geopolíticamente para las potencias dominantes en la actualidad, resulta

esta región mucho más preocupante por la cantidad de intereses que están

en juego.

Sudan, Somalia, Eritrea, Etiopia y Djibouti, son junto a Kenia, Uganda,

Ruanda, Burundi y Tanzania, las zonas más afectadas por los conflictos

internos heredados del colonialismo europeo, cuya retirada sirvió de

detonante para algunas de las guerras étnico-tribales más sangrientas del

siglo XX, de estas naciones, las que no están directamente afectadas por los

conflictos, lo están por el significado socio-político-económico que ha tenido

la recepción de los desplazados en su territorio (Adaptado de Portal Planeta

Sedna, s/f, s/p).

El sur y el oeste africano no han sido mucho más tranquilos, sin

embargo, al igual que las antes mencionadas naciones, prácticamente han

pasado sus problemas ‘por debajo de la mesa’ de la escena política

internacional, siendo víctimas de olvido del mundo, pudiendo describir la

situación de la mayoría de ellos, con una sola palabra ABANDONO, siendo

tal vez Sudáfrica la excepción de la norma.



42

La mejor prueba de todo esto, se encuentra en la publicación anual

Índice de Estados Fallidos, de la organización internacional Fundación por la

Paz, que en su edición de 2007 ha colocado a la mayoría de los países

africanos como Estados fallidos o en riesgo de serlo, la única excepción es

Sudáfrica que es presentada como una nación moderada.

El siguiente continente a analizar es América del Norte y el Caribe son

mayoritariamente cristiano en sus distintas connotaciones, Estados Unidos y

Canadá mayormente protestante mientras México es internacionalmente

reconocido como una de las principales naciones católicas del mundo

(Adaptado de Regas, R. (2004), T. I, pp. 60-61).

Tanto Estados Unidos como Canadá y México poseen también

significativas minorías islámicas y judías, así como en Estados Unidos también

se encuentra la mayoría judía más numerosa fuera de Israel. El Caribe aun

cuando es mayoritariamente cristiano en sus diferentes acepciones, posee

algunas minorías animistas, hindúes y musulmanas (pp. 60-61).

América del Centro y del Sur, son territorios mayoritariamente

cristianos católicos, sin embargo, viene en asenso el número de cristianos

protestantes. La región de la cuenca del Amazonas, la mayor parte de

Centroamérica y de la zona andina, es testigo de la práctica de ritos y

credos autóctonos relacionados con el animismo. Las guyanas tienen

importantes representaciones hindúes y musulmanes, sin embargo en

Suramérica la mayor representación proporcional del Islam y de Judíos se

encuentra en Argentina (pp. 60-61).

Asia es el continente del Islam, el que mayor número de musulmanes

alberga, y cuya importancia geopolítica comienza por la trascendencia

socio-religiosa que tiene dentro de la fe islámica; de los cinco países con

mayor población musulmana, cuatro son asiáticos, además de esto, Asia



43

alberga en su seno los principales sitios religiosos e históricos de la religión, y

su posición geográfica, extensamente privilegiada le da acceso inmediato

hacia cualquiera de los demás continentes.

Sin embargo, lo antes descrito no garantiza al Asia un ápice de

estabilidad, por el contrario, en un continente donde encontramos desde las

más fervientes de demostraciones de monoteísmo retrogrado como el Islam

de los talibán, hasta el culto extremo, casi religioso, a la personalidad de

líderes como el norcoreano Kim Il Sung, Asia al igual que África, se ve

enlutada por las continuas guerras, principalmente a causa de la

intolerancia y la incapacidad de los lideres y los pueblos de convivir con

quien piensa diferente.

Ello además de evitar la pacificación del continente, las perennes

confrontaciones, resultan ser caldo de cultivo para movimiento extremistas

como el caso de los talibán afganos, asimismo, son las principales

responsables de la desigualdad en el Asia, del hambre y la pobreza, que no

permiten que este inmenso continente, y en especial, las zonas

estratégicamente mejor ubicadas, salgan del retraso que representa esta

situación.

Europa, al contrario de Asia o África, ha logrado, salvo algunas

excepciones, consolidar la paz al interior de sus naciones, los Balcanes

antigua región del este del continente, es hoy tal vez el único vestigio de las

guerras europeas, también son las únicas naciones en las que el Islam tiene

mayoría dentro de Europa.

Geopolíticamente, no existe claridad si la ubicación ha sido más

favorable para Europa o para los países islámicos, el beneficio ha sido

mutuo, Europa por que ha tenido cerca el petróleo y la mano de obra

necesaria para desarrollarse; las naciones islámicas tienen cerca un



44

mercado formidable y un escape de los totalitarismos o las teocracias

opresoras.

Aun cuando parezca un intercambio pacifico de intereses, esta

retroactividad ha generado en ambas sociedades sentimientos

encontrados, ya que en Europa, la población acusa a sus productivos

huéspedes de vandalismo y acciones contrarias al normal orden social,

mientras que muchas sociedades de los países islámicos ven en Europa así

como en Estados Unidos, un gran poder que va quedarse con las riquezas

de la nación sin importar el precio que deban pagar.

Oceanía es en gran medida el continente que menos ha detentado

el interés geopolítico del Islam, con muy poca población, está compuesto

por Australia y 13 naciones más, y una serie de territorios dependientes de las

antiguas metrópolis colonizadoras europeas.

La mayoría forman parte de la Commonwealth y son territorios, sobre

todo Australia, ricos en minerales de diversas índoles; aun cuando una de sus

islas, Papua-Nueva Guinea, es limítrofe con Indonesia, la presencia del Islam

es la menor entre todos los continentes.

Conociendo todos los datos anteriores relacionados con cada uno de

los continentes sobre los que hoy se construye – o se destruye – la raza

humana, es necesario establecer parámetros generales que permitan

realizar un consistente análisis geopolítico, en el que se vean

completamente reflejados los puntos de confluencia o divergencia entre el

mundo musulmán y el no musulmán.

Cabe recordar que el objetivo básico de esta investigación es el

estudiar el Islam en el contexto de las Relaciones Internacionales a inicios del

siglo XXI, para ello se hace necesario tener claridad de la situación actual



45

del Islam en el mundo, esto facilita la comprensión de cualquier análisis, así

como saca a flote muchas realidades que para la mayoría de las

poblaciones han sido vetadas u ocultadas por el interés de quienes ostentan

el poder político.

Demográficamente, la importancia internacional del Islam crece

cada día a un ritmo acelerado tal como lo hace su feligresía, con una tasa

de 1,84% anual, según datos de Foreign Policy en español, debido

principalmente a las altas tasas de natalidad en los países del Medio Oriente,

Asia y Europa, en esta última región, el aumento de migrantes islámicos ha

desarrollado un incremento paralelo de partidos anti-migrantes, leyes que

resguardan la secularización de la sociedad, así como una marcada

xenofobia principalmente hacia las personas que provienen del norte de

África, Turquía y el Este de Asia (Adaptado de Foreign Policy en Español,

junio-julio de 2007, s/p).

Geográficamente, el Islam tiene su núcleo en Arabia Saudita, no solo

por ser allí donde se inicio la religión, sino por ser en este país donde se

encuentra su centro neurálgico, los sitios más sagrados alrededor de los

cuales comenzó a expandirse la fe, siendo ejemplo para la formación de las

nuevas comunidades musulmanas a nivel mundial.

Económicamente, el mundo actual depende del petróleo, y buena

parte de las naciones islámicas son suplidores confiables de petróleo a las

naciones centrales, siendo esta otra causa de tensiones, ya que muchas

veces el interés de países los productores y su idiosincrasia nacional se ven

afectadas por la necesidad de los gobiernos de cumplir con contratos de

suministro.

Es así, como agrupaciones que aun no controlando el poder político

de un Estado, poseen el control de un área específica, la cual es parte del



46

proceso de expansión de sus intereses, siendo necesario el uso del poder de

coacción para establecer zonas seguras en las cuales puedan desarrollarse

las comunidades que allí habitan así como los Estados, quienes son los reales

garantes del orden y la seguridad.

Todo esto, es de una u otra forma resultado del desorden social

previo, el cual, según los grupos religiosos que intentan hacerse con el poder

o que le poseen, permite el uso de las categorías el vocabulario religioso,

que serán la base sobre la que se establezca un nuevo orden hegemónico,

que justifique y de sentido a la nueva configuración del poder incluso del

Estado en si mismo (Adaptado de Kepel, 2007, p. 9).

En concordancia con los párrafos anteriores, el proceso de expansión

del Islam a partir de la Meca y Medina en Arabia Saudita, abrió las puertas a

la creación de una serie de nuevos Estados, que poco a poco fueron

estableciendo un orden internacional específico, en torno a ellos y su

posesión de recursos energéticos, tal es el caso de las naciones del Medio

Oriente, el norte de África, el sur y centro de Asia o el este europeo.

Esta autonomía ha dado pie al asenso de líderes radicales que han

convertido en varias oportunidades en la historia reciente, naciones enteras

en títeres de voluntades individuales, que se han terminado por estructurar

Estados fallidos5, que se convierten en centro de controversia y debate,

5 Estados Fallidos, son aquellos países que por diversas vicisitudes representan un riesgo para la región a la que pertenecen, así como para sus ciudadanos, son Estados que de acuerdo con las mediciones realizadas por el instituto The Fund for Peace (Fundación por la Paz) pierden atributos intrínsecos a su papel de Estado como lo son el manejo del monopolio de las fuerzas de coacción o el control legitimo de la autoridad dentro del territorio, esta institución encargada de enlistar los Estados Fallidos del planeta establece su medición en base a 12 items de carácter económico, social y político, cuya suma de errores puede desestabilizar a un Estado hasta el punto de ser considerado fallido, estos parámetros de medición son los siguientes: Sociales: *Presión del crecimiento demográfico *Movimiento masivo de refugiados o desplazados internos creando crisis humanitarias complejas, *Legado de venganza o persecución de grupos que generan paranoia y caos en la sociedad, * Fugas humanas . Económicos: * Desarrollo desigual, *Economías sustentables. Políticos: *Criminalización o deslegitimación del Estado, * Deterioro progresivo de los servicios públicos, * Suspensión arbitraria de las garantías y violaciones a los Derechos Humanos, *Funcionamiento de los aparatos de seguridad del Estado, *Elites divididas, *Intervención de otros Estados o factores políticos externos. La Fundación por la Paz encargada de la medición examina



47

debido a la complejidad que suscitan sus acciones para la paz y el buen

desenvolvimiento de la comunidad internacional.

De esta manera se crea una situación de interdependencia, en la

cual el interés político que lleva a la acción armada, va depender más de

la capacidad de acceso a los recursos energéticos que del riesgo real en

que se encuentre un Estado, se crea lo que en palabras de Andrés Fontana

seria, “un escenario global caracterizado por la incertidumbre, complejidad

de riesgo, e interdependencia en materia de seguridad, se configuran

simultáneamente zonas de inestabilidad y conflicto, y zonas de paz y

estabilidad” (Fontana, s/f, p. 1).

Confluyendo de esta manera el interés geopolítico y la necesidad de

seguridad estratégica de los Estados, garantizada está desde su concepción

formal, a través del despliegue de fuerzas militares en el sitio y el momento

que sea requerido, y desde su concepción material, garantizando y

resguardando el acceso y suministro de materia prima vital para la

continuidad del desarrollo de la nación.

Al adaptar esta fórmula a la presente investigación, se comprueba

que desde la visión geopolítica, el Islam esta estratégicamente ubicado, ya

que sus países se encuentran sobre los reservorios más grandes de

hidrocarburos del planeta, material que es bien sabido, es la fuente de

energía que mueve al mundo actual.

Esta situación obliga a quien necesite acceder a dicha materia prima,

a mantener las mejores relaciones con los gobiernos islámicos, esto

con un parámetro de valor de 1 a 10 cada uno de los tópicos en cada país estudiado, donde 1 es un Estado de normalidad o legalidad y 10 es fallido, la suma de cada uno de los ítems da un índice que determina la condición del Estado, este año 2007, Sudán sumo 114 puntos que lo convirtieron en el Estado Fallido con más problemas del planeta, mientras que Noruega con solo 17 puntos es el Estado donde reina la mayor normalidad de los 177 estudiados (Adaptado de las páginas web de the Fund for Peace, Foreign Policy y Foreign Policy en Español, traducción propia).



48

inmediatamente se convierte en un factor de riesgo para los intereses de

occidente, que si bien mantiene varios aliados dentro del mundo islámico,

básicamente, por la contrariedad existente entre el modelo liberal

occidental y los valores fundamentales del Islam estas relaciones no siempre

son la mejores.

Es así, que surge la posibilidad de la confrontación armada, necesaria

para asegurar el suministro energético en occidente, la cual frecuentemente

se inicia con estratégicas agresiones de carácter preventivo en países

islámicos que se presume son un riesgo para la comunidad internacional.

Paralelo a esto, esa contrariedad de valores entre ‘el Islam y occidente’, es

la escusa perfecta para los movimientos islamistas6, que consideran

necesario el agredir a occidente, en su propio territorio si fuese posible, para

demostrar su poder y consolidar su hegemonía sobre el material energético

global.

De acuerdo a lo que se ha plasmado, el Islam como religión no tiene

mayor influencia sobre los conflictos, ya que si la raíz de las agresiones fuese

realmente religiosa, cultural y no material, la agresión seria un común

denominador entre oriente y occidente, llevando a la confrontación a

todas las naciones practicantes del Islam contra todas aquellas que no lo

son, fundiéndose en una especie de Yihad universal en la que todos

seriamos objeto y raíz del conflicto.

Aceptando la estratégica posición que el Islam posee dentro de la

geopolítica global, es necesario establecer el porqué las sociedades

islámicas del siglo XXI, más que factores de confrontación son actores de un

6 Al hablar de movimientos islamistas o fundamentalismo islámico, se hace referencia a aquellos grupos o Estados, que ven y aplican el Islam en su faceta más ortodoxa, y que consideran necesario una yihad global para imponer esta fe a los infieles que no le practicamos y que ven en el Islam una verdad absoluta, incapaz de coincidir pacíficamente con otros grupos o religiones, el termino fundamentalista fue usado en inicio para referirse a ciertos grupos radicales del protestantismo cristiano en Estados Unidos.



49

sistema internacional donde el acceso a la energía, es más que nunca el

motor que moviliza las Relaciones Internacionales, lo que las convierte en

parte vital del desarrollo y subsistencia de la humanidad tal cual hoy la

conocemos.

III.- Sociedades islámicas y su relación con Occidente

Para poder establecer el carácter de las relaciones entre las

sociedades islámicas y las occidentales, es necesario establecer lo que es la

sociedad, bajo una óptica válida para ambas partes. Para ello se deben

fundar los parámetros y valores sobre los que se rigen ambas sociedades,

tomando en cuenta los aspectos políticos, culturales, sociales y económicos

principalmente.

Huntington en su libro Choque de Civilizaciones, delimita ocho

distintas sociedades o civilizaciones, que aparecen a partir de 1990 tras el fin

de la guerra fría y la caída del muro de Berlín para configurar el nuevo orden

mundial. Estas civilizaciones son:

• Occidental: representada por el mundo cristiano de Europa,

Norteamérica, Australia y Nueva Zelanda.

• Latinoamericana: que va desde el Rio Grande al Cabo de Hornos,

con la excepción de las Islas Malvinas y Guyana Francesa por ser

territorios de ultramar europeos, para Huntington esta sociedad

pudiese en algún momento anexionársele al igual que las de la ex

Unión Soviética, a la civilización Occidental.

• Africana: que la conformarían los países del África subsahariana

excepto Somalia.

• Islámica: formada por África sahariana, África del norte, el Medio

Oriente, Asia central, Indonesia y Malasia, esta sería la civilización



50

antagónica por excelencia de la occidental, y contra la cual se

van a librar las nuevas guerras según el profesor Huntington.

• Sínica: de conformada por las naciones asiáticas de China,

Taiwán, Vietnam y Singapur, incluidos los migrantes chinos en Asia,

occidente y el Pacífico.

• Hindú: establecida en la India, de la cual dice que siguiendo los

postulados de Kissinger, podría llegar a formar unión con

occidente por ser una de las potencias de la actualidad.

• Ortodoxa: representada por Rusia y la ortodoxia de Europa

oriental, y que se le une a la civilización Occidental.

• Budista: no representa una gran civilización en tamaño, no

obstante, resulta significativa en la actualidad y en su relación con

la civilización Sínica.

• Japonesa: que es la que es distinta a la China y que bien podría

llegar a futuras alianzas con occidente (Adaptado de Huntington,

1996, pp. 21-40).

Si bien Huntington describe ocho distintas civilizaciones, concentra la

distensión entre el occidente cristiano y el oriente islámico, argumentando

esta situación en el avance y el desarrollo obtenido por la civilización

occidental y el letargo en que según él se mantienen los países islámicos

debido a su apego estricto a las doctrinas religiosas (p. 18).

Para la sociedad occidental, lo fundamental es el desarrollo del ser

humano como individuo y como miembro de una comunidad, en épocas

tempranas de la teoría política occidental, ya Aristóteles definía al hombre

como un animal político, un Zoon Politikon que necesita del devenir y de la

acción social para ser un ser humano completo (Interpretación Jatami, 2006,

p. 19).



51

La sociedad islámica, no es muy distinta en ese sentido, sin embargo,

todo su accionar debe ir de la mano con las normas prescritas en el sagrado

Corán, es por ello que cualquiera que desee estudiar los hechos políticos del

Islam, primero debe conocer bien su doctrina para poder comprender en

que se basan las distintas estructuras sociopolíticas de los países islámicos.

Estricto cumplimiento de los designios divinos, supremacía de Dios sin

excepción sobre los seres humanos, unicidad absoluta de de Allâh, normas

de vida que establecen parámetros para conformación de una religión,

estas son algunas de las premisas sobre las que se fundan las sociedades

islámicas, y son también las que marcan la diferencia entre el mundo

islámico y el mundo occidental.

La incompatibilidad existente entre ambas sociedades convivió

durante mucho tiempo sin que fuese causa de males mayores, esto,

aceptando el hecho de que las cruzadas, así como las invasiones

bidireccionales entre Europa y el Islam fueron necesarias y hasta cierto punto

comunes en el patrón de expansión en el que se ha desarrollado la raza

humana7.

Tras la llegada del siglo XX, el inicio de las grandes guerras, el auge,

caída, replanteo y resurgir de las principales potencias, hizo que esa relación

de normal distención entre oriente y occidente cambiara, no obstante la

transformación se debió mucho mas al factor económico, que al factor

socio político (Adaptación Kennedy, 1998, pp. 14-15).

El acceso a la nueva fuente de energía, el petróleo, suponía cambios

económicos profundos en las naciones, replanteos de las Relaciones

7 Parto de la idea de que cada civilización cuando llega al tope de su esplendor deja atrás gran numero de pueblos conquistados y doblegados a su antojo, luego surge otra civilización que aprovecha la decadencia de la primera y le conquista, paso con los griegos, los romanos, los persas, omeyas, franceses, etc.



52

Internacionales y la búsqueda por parte de las grandes potencias de nuevos

aliados que tuviesen la capacidad de producir y suministrarles la materia

prima necesaria para continuar su proceso de desarrollo.

Fue este nuevo panorama mundial el que cambio el rostro de las

relaciones oriente-occidente, el petróleo ubicado en gran parte de los

territorios musulmanes, abrió el camino a algunos Estados para que a

cambio del acceso y el suministro constante de petróleo, recibiesen en sus

territorios, migrantes que deseaban buscar un futuro distinto lejos de las

carestías a las que estaban habituados.

La Europa de inicios del siglo XX salía de una era de luchas

imperialistas entre sus distintas potencias, el paso definitivo hacia la nueva

realidad, fue impulsado por el desastre que significo la intolerancia del

Canciller alemán Adolf Hitler, que inicio una guerra que no fue tan dañina

por el tiempo que duró, como por las heridas que abrió en la comunidad

internacional, algunas de ellas aun siguen vivas (Adaptado de National

Geographic en Español, (10-05) p. 5)

Paralelo a él, el dirigente ruso Joseph Stalin, fue la otra cara de una

misma moneda, junto a sus correligionarios acabaron con la vida de millones

de personas en Europa, y financiaron guerras y acciones similares en otros

lugares del mundo. Dejándole así una gran deuda por saldar a las siguientes

generaciones de políticos, no solo en Europa, si no en el mundo entero (pp.

16-31).

Esa deuda, en parte ha sido solventada con las ventajas que la

creación de la Unión Europea ha brindado a sus ciudadanos y al mundo, sin

embargo, existe actualmente entre los europeos cierto sentimiento xenófobo

que excluye de su sociedad modelo a quienes no sean autóctonos de la



53

vieja Europa, o a quienes no estén dispuestos a adaptarse a plenitud a

modelo de sociedad.

Sobre los musulmanes ha recaído mucha de esta xenofobia, pero

también gran parte de la culpa acerca de la existencia de esta situación

recae sobre los gobiernos de corte totalitario que han prevalecido en

algunos de sus países, obligando a sus ciudadanos a migrar para poder vivir

en libertad, el mejor destino para ellos ha sido siempre Europa.

Conociendo todo esto, se puede concluir que la relación de las

sociedades islámicas con occidente, no se ha fundamentado en principios

teóricos ni occidentales ni musulmanes, sino más bien en la búsqueda de

soluciones que satisfagan por una parte la necesidad energética de las

grandes potencias, y por otro lado el interés de las sociedades islámicas en

incursionar en el sistema internacional, haciendo una política exterior

petrolera, ideada en base a la correlación que debe existir en torno al

respeto a su cultura, a cambio del permanente suministro petrolero.

Cuando algunas de las partes han visto sus intereses violentados en

esta relación de reciprocidad, se han producido situaciones como la de la

actual guerra de Irak. Su situación, así vivida en Afganistán durante la época

del talibán, serán estudiadas con detalle en el tercer capítulo debido a la

exclusividad de sus casos y lo que han significado para las Relaciones

Internacionales en general.



54

IV.- Los recursos de la tierra, las fuentes energéticas y la lucha por el

combustible

Es necesario establecer la ubicación de los recursos de la tierra y de

las fuentes de energía para poder definir su situación actual, cuáles de estos

se ven implicados en guerras y en qué lugares del mundo se dan estos

conflictos, se estudiara la capacidad que tiene cada continente para

producir energía y demás recursos considerados materia prima para la

industria.

Este análisis, tal como se hizo en el apartado relativo a la ubicación

geopolítica y geoestratégica del Islam, se realizará continente por

continente en orden alfabético y al final se realizará un estudio de la

situación en general.

El norte de África8, mucho más industrializado que el sur9, está

formado por un territorio extensamente rico en petróleo y gas natural, de

este último recurso Argelia es considerado el quinto productor mundial,

existen también importantes minas de carbón en Marruecos y Argelia.

Las áreas industrializadas más importantes se encuentran en las

ciudades de Casablanca en Marruecos, Orán, Annaba y Argel en Argelia,

Túnez en Túnez, Marsa al-Burayqah en Libia y Alejandría, Port Said, Suez, Giza,

El Cairo y Asuán en Egipto.

En cuanto a la extracción e industrialización de otros minerales, que

pueden ser fuentes de energía, el norte de África es rico en: manganeso,

8 Al hablar del norte de África, se habla de toda la región magrebí colindante con el Mediterráneo, es decir, Egipto, Libia, Túnez, Argelia y Marruecos, incluyendo en este ultimo el territorio Saharaui. 9 El norte más industrializado que el centro y el sur de África, excepto Suráfrica, que se presenta como el país más industrializado y políticamente más estable de aquel continente.



55

cobalto, hierro, plomo, zinc, plata, tungsteno, mercurio, flúor, uranio, fosfatos,

estaño y tantalio.

Egipto, Argelia y Túnez, en ese orden, son el tercero, cuarto y sexto

productor de hierro en África, mientras que Argelia y Libia, son el primer y

cuarto exportador de energía del continente, Argelia, Egipto y Libia son los

tres principales productores de gas natural del continente, mientras que

Libia, Argelia y Egipto, son el segundo, tercero y cuarto productor de

petróleo de la zona.

Del África Sahariana10, solo Sudan y Chad poseen yacimientos

petroleros, mientras que varios de ellos poseen yacimientos mineros de

hierro, oro, cobre, cromo, estaño y tungsteno, en Níger existen yacimientos

de Uranio y es considerado el cuarto país con mayores reservas del material

a nivel mundial.

África subsahariana, compuesta por las 42 naciones restantes, posee

importantes yacimientos petroleros en la costa atlántica, específicamente

en Costa de Marfil, Ghana, Benín, Nigeria, Camerún, Gabón, Congo y el

norte de Angola, mientras que hacia el Este del continente, se ubican minas

de carbón en: República Democrática del Congo, Tanzania, Mozambique,

Zambia, Zimbabue, Madagascar, Botsuana, Suazilandia y Sudáfrica.

En Tanzania, Mozambique y Camerún existen importantes reservas de

gas natural, en Angola, Namibia, Botsuana, Tanzania, Rep. Democrática del

Congo, Rep. Centroafricana, Guinea, Sierra Leona, Liberia, Sudáfrica, Costa

de Marfil y Ghana, existen importantes reservas de diamantes, siendo Rep.

Democrática del Congo, Sudáfrica y Botsuana el segundo, cuarto y quinto

productor mundial.

10 Por África Sahariana se entiende: Mauritania, Mali, Níger, Chad, Sudan y Eritrea.



56

En cuanto al uranio, Níger y Namibia son tercer y cuarto productor

mundial, encontrándose también reservas del material en: Rep. Dem. del

Congo, Rep. Centroafricana, Somalia y Gabón, además de esto, en África

se concentra junto con el territorio Australiano algunos de los reservorios

minerales más importantes del mundo.

Al hablar de energía, ya sea de producción, consumo o lucha por su

dominio, la referencia obligada es América, solo el norte del continente,

específicamente Estados Unidos y Canadá se consume el 30% de la energía

necesaria para hacer funcionar todos los países del mundo, el país

americano que le sigue en consumo de energía es Venezuela, sin embargo,

Estados Unidos es también el primer productor de energía del mundo,

seguido en América por Canadá y Venezuela, quienes ocupan el quinto y

decimo puesto respectivamente en la producción global de energía

(Adaptado de Regas, R. (2004), T. I, p. 68).

América del Norte, en cuanto a minerales es también fuerte

productor de algunos de los más importantes, Canadá es el primer

productor mundial de uranio, el segundo de níquel, el tercero de zinc y

magnesio, el cuarto en aluminio y el quinto en plomo, oro y cobre. Estados

Unidos a nivel mundial es el primer productor de aluminio y magnesio, el

segundo de cobre y oro, el tercero de plata y plomo, quinto en zinc y uranio.

México es el primer productor de plata a nivel mundial (pp. 68-69).

Al hablar de la producción de petróleo, carbón y energía nuclear, los

tres primeros rublos energéticos y los que más guerras y confrontaciones han

causado, América juega también un importante papel, en energía nuclear

Estados Unidos es el primer productor, en carbón, gas natural, petróleo bruto

es el segundo, mientras que Canadá es el tercero en gas natural y el primero



57

en energía hidráulica, de esta última, Estados Unidos, mientras que México

es el quinto productor de petróleo bruto del mundo (pp. 68-69).

América del Sur, tiene a Perú el segundo productor de plata, también

es el tercer productor de estaño, el cuarto de plomo y zinc; Chile es el primer

productor mundial de cobre y el quinto de plata, mientras que Brasil es

importante productor de estaño, hierro y bauxita, así como el tercer

productor de energía hidráulica del mundo. (pp. 68-69)

En tanto, nuestro país, Venezuela, es el decimo productor de energía,

de la cual el principal aporte es el petrolero, del cual es primer productor en

Suramérica, también se presenta como el tercero en cuanto a la

producción regional de hierro asegurando el onceavo lugar a nivel mundial

en esta importante materia prima (T. III, pp. 44-45)

De esta manera el mapa energético de América se muestra bastante

formidable, ya que a parte de estos puestos en el ranking global, existen más

países, como Venezuela, que poseen grandes reservas de de petróleo y gas

natural, sin embargo, es América el primer abanderado en la búsqueda

mundial de energía.

Asia y Oceanía, ostentan el galardón de ser dos de los continentes

más ricos del planeta, Asía es el primero en yacimientos petrolíferos,

determinando así gran parte de los recursos energéticos y las exportaciones

de los países asiáticos y oceánicos, incluyendo Australia y China, las grandes

potencias mineras de la región. El sector industrial encuentra su expansión

principalmente en Japón, siendo este, uno de los países más industrializados

del mundo.

En cuanto a minerales, Asia es profundamente rica, especialmente

China, atesorando el hierro, plomo, zinc, antimonio, estaño, tungsteno,



58

manganeso, así como también grandes yacimientos de carbón, este último

abundante también en India, Irán y Turquía.

En Oceanía, Australia se alza como una de las grandes potencias

mineras mundiales, allí el futuro del sector está asegurado con las industrias

metalúrgicas y textil, China tiene 20 grandes centrales hidroeléctricas y

muchas centrales menores, y cerca de ser concluida, la gigantesca presa

‘Las Tres Gargantas’.

Con respecto a la extracción, producción, exportación y acceso a los

recursos petroleros en Asia, se puede decir que:

El petróleo del golfo pérsico se convierte, así, en la principal

fuente de riqueza de la región, pero también crea una fuerte

dependencia económica de su precio en el mercado

internacional. En el resto del continente, Indonesia, Kazakstán,

China y Malasia, son también países exportadores; por otra

parte en Bangladesh, Pakistán y la costa occidental de India se

explotan pequeños yacimientos. Según los analistas

internacionales, la guerra y pacificación de Afganistán

apuntan a intereses petrolíferos en la región (T. VII, p. 61).

Ahmed Rashid en su libro sobre el movimiento talibán afgano,

estableció, muy acertadamente, acerca del surgimiento de un nuevo ‘Gran

Juego’ en Asia central en torno al control del petróleo y el gas natural, del

desarrollo de este, dependerán el fin de la guerra y la pacificación no solo

de Afganistán, sino del Asia central en conjunto, y tendrá repercusión en la

estabilidad y la paz internacional.

A pesar de ser un continente rico en recursos minerales y metales,

Europa, ha sufrido debido a la industrialización el agotamiento de estos,



59

viéndose imposibilitados de cubrir sus necesidades, por lo que han tenido

que apelar a la colonización en épocas pasadas y actualmente a

mecanismos de importación para poder cubrir su demanda.

Al sustituir el carbón como fuente energética por los hidrocarburos,

Europa quedo a expensas del devenir de los precios del petróleo, a fin de

solventar la emergencia se explotaron yacimientos propios en el Mar del

Norte y algunas zonas del este europeo. Pero, la escases de aquel recurso y

el aumento de los precios a nivel mundial, le llevo a desarrollar energía

nuclear, e investigar sobre distintas formas de energía renovable:

geotérmica, eólica y solar (T. IV, p. 45).

Aun cuando fue la cuna de la revolución industrial, Europa no se

industrializo de inmediato ni de forma total, los países del este del continente

fueron menos industrializados, solo luego de la IIGM estos se involucraron por

completo en esta nueva fase del desarrollo económico. Regas, acerca de

la situación de Europa nos dice que: “Tras un siglo y medio de crecimiento

industrial, el Viejo Continente también está viviendo el proceso de

desindustrialización que afecta a la economía global. Este proceso está

mucho más avanzado en la zona occidental, donde hoy en día la industria

pierde peso tanto en su aportación económica como en puestos de

empleo” (T. IV, p. 45).

Esta es, a groso modo, la situación en materia energética y de

recursos del mundo actual, una de las principales acotaciones es que Asia y

América, se discuten la hegemonía en torno a la materia prima vital para la

industria, Oceanía, les sigue ya que el territorio australiano es uno de los más

ricos del planeta, África acumula también grandes reservas de recursos,

aunque el haberse convertido en víctima del insaciable apetito energético

de las potencias le ha reducido enormemente en sus capacidades.



60

En cuanto a Europa, se puede apreciar en su anterior descripción que

intenta por todos los medios, mantener las condiciones favorables para

continuar siendo una potencia mundial, para ello desarrolla nuevas

tecnologías que le permitan sustituir sus carencias sin necesidad de

depender de ningún otro Estado.

Tal como se observa en el mapa 6, la mayoría de los conflictos del

mundo se encuentran en una zona que podría denominarse, la ‘franja de

pobreza’11, que consigue sus límites muy cerca de los trópicos, incluso, en su

parte norte, pude prolongarse sobre algunos territorios (especialmente en

Asia) hasta el paralelo 40º; dentro de esta zona se extienden las mayores

riquezas, los conflictos bélicos más intensos y las crisis humanitarias más

dolorosas del planeta.

Partiendo de la anterior idea, se puede afirmar que el Islam que

también consigue su asiento en esta zona, así como buena parte de sus

fieles conviven permanentemente con el choque de intereses que aquí se

produce, no obstante, las crisis por los recursos en este fértil territorio es

mucho más antiguas que la mencionada religión.

Discrepando con esta realidad, surgen sobre los límites de la antes

mencionada franja, un norte bastante prospero, tal vez la zona más

imponente y desarrollada del mundo, y un sur que en su mayoría también ha

alcanzado altos estándares de progreso, para algunos, este avance ha sido

impulsado en base al atraso de la franja más pobre.

11 Aun cuando no puedo establecer una cita de manera formal, se debe hacer la acotación que la teoría acerca de la franja de la pobreza, es tomada y adaptada de las ideas del profesor Vladimir Aguilar, expresadas durante el curso de Economía Política e Internacional de esta Escuela de Ciencias Políticas, durante el periodo único lectivo del año 2003.

Un anál

lisis crítico del

Capítulo II: U

Islam en las

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62

Apoyando o detractando la anterior idea, lo que es innegable, es

que los conflictos que aún permanecen en esa región, son mayoritariamente

consecuencia de la lucha territorial por el control de los recursos de la tierra,

básicamente aquellos como el petróleo, el gas, el agua, el carbón e

inclusive el uranio, que son materia prima en la producción de energía.

Si se compara el mapa #4, sobre la expansión musulmana y el #6,

sobre las zonas en conflicto, se puede apreciar que la mayoría de las

distensiones existentes en la actualidad, se dan sobre territorios

principalmente islámicos.

Estos conflictos son los que en gran medida avivan los temores y mitos

en torno al carácter bélico del Islam, esto junto con el fundamentalismo

desarrollado por grupos como el talibán afgano, y que se ha diseminado en

gran parte de los países islámicos, son los responsables que a la mayoría

musulmana no seguidora de estas prácticas hoy se le catalogue como

terroristas.

Y es que indudablemente, hoy en día, con mayor fuerza que en

cualquier época pasada, la escena internacional se circunscribe a la

política maniquea que rodea el acceso a los recursos energéticos, que, o

están al alcance y plena disposición de las potencias, o estas se alinean

para conseguirlos de la manera que sea más conveniente.

Irak y Afganistán son tal vez los mejores ejemplos de esa situación, la

rica provincia rusa de Chechenia, así como la zona limítrofe entre Irak y

Turquía reclamada como territorio Kurdo, son también reflejo de la situación

en que se encuentran muchos territorios islámicos, poseedores de inmensos

recursos energéticos, pero subyugados a los intereses de las potencias

económicas globales.



63

Del mapa #6 de los conflictos armados existentes en la actualidad, a

excepción de Colombia, Moldavia y los países ex-indochinos, todos los

conflictos se dan sobre territorios habitados por significativas poblaciones

islámicas, un ejemplo de esto es la situación crítica que se vive en la región

de Darfur, Sudan donde persiste una guerra interna de carácter étnico-

religioso que ha despertado el interés del mundo entero.

En el Sahara Occidental, el conflicto es a causa de reivindicaciones y

reclamos territoriales por parte de una porción berberes que se considera

nacionalmente autónoma de Marruecos y que debió unirse a éste al

constituirse el Estado marroquí, en Argelia el conflicto se da debido a la

guerra civil producto de la confrontación del FIS y el Grupo Islámico Armado

(GIA) contra el gobierno, estos grupos según Rashid, están profundamente

relacionados con el movimiento Al-Qaida, ya que sus filas fuero formadas en

la Yihad afgana contra la Unión Soviética.

En Asia, la mayoría de los conflictos surgen en las tierras islámicas más

ricas en recursos energéticos, estas se encuentran en su mayoría bajo

ocupación internacional, bien sea de potencias occidentales, o de los

Estados más fuertes de la región que si bien no intervienen militarmente

ejercen un intervencionismo de hecho. A excepción del lejano oriente,

donde los conflictos suelen ser de carácter tribal en torno al dominio

territorial de ciertas zonas, el control de los recursos energéticos, viene siendo

históricamente la puerta de entrada de las potencias a territorio del oeste y

centro de Asia.



64

V.- Conclusión

Tristemente, tal como lo señalara en uno de sus escritos el profesor

Edward Said a pocos días del atentado contra el World Trade Center, “las

pasiones colectivas están siendo canalizadas hacia una campaña a favor

de la guerra que se parece extraordinariamente a la persecución de Moby

Dick por el Capitán Ahab… el Islam y Occidente son banderas inadecuadas

para seguirlas ciegamente, no hay un solo Islam: hay varios Islam, igual que

hay varios Estados Unidos” (Said citado en Jorge, s/f, s/p).

Las premonitorias líneas de Said aun tienen vigencia, en la lucha por

el mantenimiento energético se ha ido contra varias naciones que sufren la

desolación y la inmediatez de la vida propia de los tiempos de guerra,

aunado a ello, otras naciones son amenazadas con posibles invasiones y el

islamismo radical aun intenta ganar adeptos en el mundo.

Como en otra época lo fuera la confrontación Este-Oeste, que ponía

cara a cara al comunismo soviético, algunas veces también el chino, contra

el capitalismo americano y oeste-europeo, hoy el Islam radical y Occidente

caen en un juego de poder en el que desde ambos extremos se intenta

satanizar al oponente, mientras que a la sombra de los medios de

comunicación y de la opinión pública en general, se sigue pactando y

negociando con el amigo de turno que mañana puede ser el objetivo militar

del día.

En este mundo dominado por el idealismo de Naciones Unidas, el

ejercicio del Derecho Internacional Público y las variaciones en las

cotizaciones petroleras, la dependencia económica generalizada da pie

para que quienes controlan la energía se sientan dueños del mundo y

aquellas potencias que requieran esa energía se sientan con medios

suficientes a su alcance, para coaccionar su acceso a esta.



65

Quedando claro que, en esa confrontación hegemónica entre

cliente y proveedor de energía, Occidente e Islam, buenos y malos, solo

ganan los que ostentan el poder político y el control de la escena mundial,

de la mano con ellos las grandes transnacionales que impulsadas en la

globalización consiguen plaza alrededor del mundo, para explotar no solo

los recursos, también grandes cantidades de seres humanos.

Frente a ese panorama nos encontramos quienes perdemos en

medio de esa confrontación, ciudadanos comunes y corrientes, sin más

interés económico que lo necesario para vivir, en fin, la mayoría de la

población del mundo, que sin importar raza, credo o nacionalidad, espera

poder tener un futuro promisorio donde los mandatarios se dediquen a

gobernar y a garantizar la calidad de vida, y no a emprender guerras

infértiles contra enemigos improbados o cosechados tras anteriores siembras

de odio. Esta última realidad es igual en Kabul y en Washington.

Esta realidad, para mal de la mayoría no está próxima a cambiar.

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Capítulo III: Dialogo o Choque. Lo que se vislumbra en este nuevo siglo al hablar de Islam

67

I.- Introducción

Albert Einstein, una de las mentes más brillantes y claras que ha

habitado este planeta, dijo en alguna oportunidad, ‘el nacionalismo es una

enfermedad de la infancia, son las paperas de la humanidad’. Él no se

equivocó, y su frase se puede extender y ser aplicada a todas aquellas

formas de acción socio políticas que impliquen tal carga de extremismo, no

es un secreto para nadie que todas las variedades de poder desarrolladas a

partir de semejantes aprehensiones ideológicas han evolucionado hasta

convertirse en insaciables maquinas de muerte que no distinguen raza,

credo, cultura o estatus social.

El capitalismo occidental, del cual no todo occidente es participe,

aún teniendo sistemas económicos liberales, así como el fundamentalismo

islámico, de cual no todo oriente ni todos los musulmanes son participes, aún

siendo teocracias consumadas, son parte de ese juego infantil y maniqueo

que implica la radicalización de las ideas, el ‘estás conmigo o en mi contra’,

que tanto daño ha hecho a la humanidad.

Que no deja lugar para puntos medios y que presenta a la sociedad,

tomada en su connotación más amplia, como un irremediable contraste

entre blanco y negro, en el cual no hay colores ni grises, donde el

pensamiento crítico y el desarrollo del ser humano como tal, se ven limitados

a la estrechez mental de algunos líderes políticos.

II.- Retrospectiva

Intentar comprender la influencia del Islam en las Relaciones

Internacionales en este siglo XXI no es un asunto sencillo, la percepción

histórica que se posea acerca de su interacción con occidente y con el

resto del mundo resulta vital al realizar un análisis concienzudo de su

presente y futuro, pudiéndose tomar en adelante algunas afirmaciones



68

como base ineludible en el estudio del sistema internacional vigente y sus

interrelaciones.

Dos de estos alegatos, resultan de máxima importancia en el presente

análisis, el primero de ellos vinculado a la concepción que tenemos acerca

del Islam y su rol en las distintas sociedades en las que es practicado; el

segundo es establecido en torno a la afirmación que indica que es la

energía el hilo conductor de las Relaciones Internacionales.

El Islam y la energía, tal como se ha venido estudiando, son temas

que se encuentran estrechamente vinculados. Si se observa esa relación

solo desde el punto de vista geográfico, se puede pensar que el Islam

controla gran parte de los recursos energéticos del planeta, no obstante,

para muchos de los países musulmanes, es básicamente una carta de

presentación y el piso desde el cual se plantean en la actualidad sus

relaciones con occidente. Para la mayoría de los países occidentales, la

energía es mucho más significativa que solamente la fuente de poder de sus

industrias, autos, viviendas, etc., la energía –especialmente la muy

económica– es la condición necesaria para mantener y continuar los niveles

de desarrollo alcanzados por occidente hasta ahora.

Aun si ese desarrollo, o el carácter de potencia de ciertos países

occidentales dependiesen de la tecnología o el acceso a la información,

como indican teorías recientes como la del profesor J. Nye (2003), el recurso

energético, principalmente el de origen fósil, será vital durante algún tiempo

más en el proceso de interacción político–económico del mundo.

De los párrafos anteriores se puede inferir, que al margen de la

realidad social de un país, de su adherencia religiosa, de su riqueza

económica, o de su posición política frente al contrario, lo que le da poder a

una potencia es, fundamentalmente su dominio sobre los recursos



69

energéticos y como emplea estos para mantener y elevar su desarrollo

tecnológico y su sitial como potencia mundial (Adaptado de Ginesta, J.

2003, s/p).

La importancia histórica de los recursos energéticos (principalmente el

petróleo) en la situación de conflicto que vive el mundo en la actualidad, es

presentada por Peña (2005), quien analizando a Klare, nos dice lo siguiente:

…a finales del siglo XIX tal como lo afirma Michael Klare en su

libro Guerra por los Recursos (2003) el descubrimiento del

petróleo añadiría una nueva dimensión al panorama de la

violencia antes planteado porque a partir de este punto las

grandes potencias extranjeras establecerían sus blancos en la

región y recurrirían a la fuerza militar para proteger sus intereses.

Los primeros países en entrar a esta nueva dinámica serían Gran

Bretaña y Rusia, posteriormente sumándoseles Francia,

Alemania y los EEUU (Klare, 2003, adaptado por Peña, 2005, p.

XII).

En efecto, desde finales del siglo XIX el rostro político-energético del

planeta ha cambiado significativamente, la aparición del petróleo agrega

al desarrollo previo valores adicionales y nuevas tecnologías que hacen

necesaria su búsqueda y control para abastecer los mercados hacer

económicamente favorable su explotación.

Respecto a esto, Peña establece que “…la persecución y búsqueda

del control de los recursos del planeta y aun más de las zonas vitales –tales

como el Golfo Pérsico en el caso del crudo– comenzarían a ser parte del

abanico de estrategias de la política exterior de las principales potencias

mundiales de la época” (Peña, 2005, p. XII).



70

Así a medida que avanzó el siglo se hizo más evidente y necesaria la

búsqueda de recursos, el Medio Oriente y el Golfo Pérsico, zonas petroleras

por excelencia, se convirtieron en el campo de batalla de diversos intereses

tanto de las potencias como de aquellos que veían en aquel territorio y en

las guerras que sostenían sus naciones el lugar perfecto para establecer

negocios y hacer fortuna (Adaptado de Ginesta, J. 2003, s/p).

En Afganistán, la necesidad de las potencias de proteger sus intereses

geoestratégicos y controlar la producción y suministro de petróleo y gas,

dibujó un escenario que aun cuando iba tras fines similares a los manejados

en el Medio Oriente, se torno mucho más feroz por el componente

ideológico que incluía la confrontación (Adaptado de Rashid, 2001, p. 223)

En efecto, el componente ideológico de la confrontación en el

Cáucaso mantuvo un papel protagónico, el modelo soviético se enfrentó a

al capitalismo americano en suelo islámico –con musulmanes como

combatientes– creando en la población una mezcla de sentimientos que

dieron origen a los movimientos yijadistas afganos, de cuyas filas surge, entre

otros, Osama Bin Laden (pp. 198-202).

Tanto Rashid(2001) en su obra acerca del movimiento Talibán como

Kepel(2001) en su libro denominado Yihad, elaboran excelentes

descripciones de la evolución histórica del Islam y su papel en la política

internacional, el primero en relación al Asía Central mientras que el segundo

establece su posición y su visión de la realidad del movimiento yijadista

mundial.

De ambos textos se puede inferir que los sucesos que han marcado

este inicio del siglo XXI y que han sido los principales responsables de la visión

actual de gran parte del mundo hacia el Islam, hacia la Ummah en general,

son en cierto nivel resultado de lo inconcluso de aquellas controversias.



71

La secularización que viene reinado en gran parte de occidente, se

da a través del desprendimiento permanente y generalizado hacia todo lo

que intente explicar la acción humana a través de la visión religiosa de la

vida, este es uno de los mayores antagonismos entre nosotros y el Islam, al

observar la realidad de los hechos se debe determinar hasta donde existe

realmente influencia de lo religioso y en qué momento se comienzan a usar

los hechos para manipular en torno a la diatriba político religiosa.

Para ello es necesario establecer parámetros de análisis que nos

ayuden a comprender el momento actual, que si bien está altamente

influenciada por el realismo político, posee elementos que permiten afirmar

que están dadas las condiciones necesarias para establecer un nuevo

orden internacional.

Los hechos que sacudieron a Estados Unidos y al mundo la mañana

del 11 de septiembre de 2001 (11-S), son el resultado de años de tensiones,

de confrontaciones directas e indirectas, de lo que Huntington ha

denominado la arrogancia occidental y la intolerancia islámica, sin

embargo, arrogancia e intolerancia aparte, aquellos sucesos sirvieron para

que el mundo comenzara a oír, ver y sentir la realidad y el engaño

escondido en esas afirmaciones.

La ambigüedad de esa aserción deviene de la realidad histórica que

envuelve la relación del principal afectado por los ataques terroristas,

Estados Unidos, y la organización que se responsabilizo por la acción, Al

Qaida.

Para comprender esta situación es necesario conocer el origen de Al

Qaida, su relación con occidente y con los talibán, ya que Osama Bin Laden

no es un terrorista fortuito, ni sus tristemente celebres participaciones en la



72

escena internacional son hechos aislados producto únicamente de su

intolerancia y el carácter extremista de su belicoso comportamiento.

Tras la invasión a Afganistán por parte de las tropas soviéticas en 1978

y el posterior desmoronamiento del gobierno afgano de Mohammed Daud,

se inició una cruel guerra civil que se extendería por más de dos décadas,

incluso se habla aun acerca de la vigencia de aquel conflicto (Adaptado

de Rashid, 2001, p. 35). Esta situación abrió las puertas del país asiático a

centenares de individuos correligionarios de la idea y la necesidad de otro

Islam, uno que según ellos debía ser tan casto como el proclamado por

Mahoma en aquel tiempo cuando le era revelado el sagrado Corán (p.

200).

Esta consideración no es compartida por toda la Ummah, la

concepción del Islam del talibán y de Al Qaida es la interpretación más

radical de la ideología islámica, que se basa tal como lo expresa Hamidullah

en lo siguiente, “el lema del Islam es ‘el bienestar tanto en este mundo como

en el otro’ (formula coránica)” ( 2004, p. 50). El bienestar en este mundo se

relaciona con sumisión absoluta a los designios coránicos, tal como lo hiciera

Mahoma y los primeros musulmanes, esto último, claro está, es de acuerdo a

su particular y conveniente interpretación de los Hadices, a esta parcial

visión se le une la concepción wahhabí1 del mundo, dando como resultado

el escenario perfecto para el desarrollo de grupos radicales como los antes

mencionados.

1 El wahhabismo es la estricta interpretación que hace Muhammad Ibn al-Wahhab con Muhammad Ibn Saud(fundador de la dinastía saudí) de la doctrina hanbalita, una de las cuatro escuelas del Islam sunní (las otras tres son la hanafita, la malequita, y la chafita todas mucho menos radicales que la hanbalita), que se impuso en Arabia Saudita a partir de 1918 y mantiene una cerrada y extrema visión del mundo fruto de su radicalismo en el cual solo siguen estrictamente las palabras del Corán y de la Sunna, oponiéndose totalmente, entre otras cosas al chiismo, el sufismo y negando la mayoría de las libertades a las mujeres (Adaptado de Thoraval y Ulubeyan, p. 15).



73

Lo alarmante de ese islamismo se observa desde el trato que le dan a

su propio pueblo aquellos estudiosos del Corán2, uno de los ejemplos más

palpables de esto es la drástica aplicación de la Sharia que tal como se dijo

en capítulos anteriores, es la Ley Islámica, basada en el Corán y la tradición

heredada del profeta, esto según Rashid consternaba a muchos afganos y

al mundo musulmán, “el tipo de fundamentalismo islámico de los talibán era

tan extremo que parecía empañar el mensaje de paz y tolerancia del Islam

y su capacidad de convivir con otras religiones y grupos étnicos” (2001, p.

20).

Lo peor de la anterior afirmación de Rashid, es sin duda, el

protagonismo que ha conseguido ese fundamentalismo radical de los

talibán, el cual tristemente, dio pie a que todo lo relacionado con el Islam

sea hoy considerado por la mayoría del mundo como islamismo,

fundamentalismo, incluso que para muchos Islam tenga un solo significado,

terrorismo.

Comenta Domingo Alberto Rangel en La Globalización y sus

consecuencias que:

El fundamentalismo islámico es ya, gústenos o no, la fuerza

política más sustancial de Asia y África. Es oscurantista y

practica el terror, quien lo duda. Pone velo a las mujeres, las

enclaustra en algunos lugares y pretende darle al Corán

significado de carta constitucional, código civil y hasta

manual de urbanidad (…) Porque allí (Medio Oriente, África

del Norte y Centro, todas las vertientes del Himalaya) hay

ante todo un problema de decoro nacional, llamémoslo así,

que el islamismo promete resolver (s/f, p. 104).

2 Estudiosos del Corán: Talibán.



74

Aun no compartiendo en algunos aspectos las apreciaciones de

Rangel, tal como ocurre con Huntington, especialmente debido a las

diferencias que existen entre el islamismo de los talibán - Al Qaida y el del

resto de los países, esta afirmación engloba el problema existente con los

grupos y/o los gobiernos islamistas alrededor del mundo y la visión que de

ellos posee quien piensa distinto.

Ese islamismo yihadista de los talibán, surge, en gran medida, de las

enseñanzas de Sayyid Qotb, teórico del islamismo sunní moderno ejecutado

en Egipto por Nasser en agosto de 1966, Qotb en esa nación al igual que

Mawdudi en Pakistán y Jomeini en el chiismo iraní, son los principales

exponentes de de la teoría islamista, los tres compartían la visión política del

Islam, y resultaban partidarios de la creación de un Estado islámico

(Adaptado de Kepel, 2001, p. 27).

Producto de la interconexión surgida entre el rechazo al creciente

nacionalismo en los países islámicos, la situación similar que se daba hacia el

capitalismo y en mayor grado hacia el comunismo, así como la necesidad

de regresar a los valores innatos del Islam, surgen las doctrinas sociopolíticas

del islamismo actual, siendo necesario recalcar que es de ese islamismo, de

la distorsiones en cuanto a su concepción original de donde surgen en

mayor medida los movimientos radicales como el caso de Al-Qaida y sus

distintas vertientes.

Cabe señalar que de acuerdo a la doctrina islámica el máximo

conductor de un pueblo es Dios, por ende la forma de gobierno terrena

debe guiarse automáticamente en sus mandatos, esto quiere decir que la

guía de todo gobernante islámico es la palabra de Dios revelada a

Mahoma, el Corán (Adaptado de Hamidullah, 2004, p. 121).



75

De esa concepción, junto con la islamista que desarrollo Qotb a partir

de las ideas de Mawdudi de la cual describía la ‘soberanía’ (hakimiyya) y la

‘adoración’ (‘ubudiyya) como los criterios desde los cuales se diferenciaba

lo islámico y lo no islámico, lo bueno y lo malo, lo justo y lo injusto. En el Islam

la soberanía la detenta Dios y el que ejerce la función de gobierno en la

Tierra debe guiarse por sus mandatos. Para esta concepción, lo no islámico

es que esa soberanía se trasladé a un ‘ídolo’ (la nación, el partido, el

ejercito, el pueblo, un hombre, etc.) convirtiéndose estos en objetos de

‘adoración’ diferentes a Allâh, que las convierte en copias modernas de las

sociedades existentes previas al Islam, donde reinaba la ignorancia

(jahiliyya) (Adaptado de Kepel, 2001, p. 32).

Aclarado esto, es necesario regresar a explicar la relación existente

entre Al-Qaida y los Estados Unidos de América, así como las posibles causas

de los ya mencionados atentados.

De acuerdo con la descripción que de él hace Ahmed Rashid, Bin

Laden es o fue, entre otras cosas, hijo de un magnate de la construcción de

origen yemení que no tenia reparo en apoyar y financiar la lucha yihadista

afgana, el número 17 de los 56 hijos de su padre, intimo amigo del príncipe

Turki Bin Faisal jefe de las fuerzas secretas árabes e hijo del fallecido Rey

Faisal de Arabia Saudita (Adaptado Rashid, 2001, pp. 202-203).

Pero también fue uno de los cientos o miles de musulmanes que

vieron la victoria del ejército afgano sobre la invasión soviética, solamente

como un triunfo de la yihad y del Islam en general, sin apreciar todos los

factores que influían en aquel fracaso de la Unión Soviética (pp. 202-203).

De las anteriores consideraciones, la que más influye en el futuro de

Osama Bin Laden y del movimiento yihadista global, es la relacionada con el

derrocamiento de las fuerzas soviéticas, que le da a él y a todo el



76

movimiento la percepción que tal como derrocaron al ejército soviético

podrían derrocar al cualquier otro ejército imperial, bajo esta concepción

decide trasladarse a territorio afgano en 1980, este sería el primero de varios

viajes que le llevarían a residenciarse en aquel territorio como ‘invitado del

pueblo afgano’ según lo dejaría saber años después, al ser consultado el

mulá Omar (pp. 203 – 206).

Tras la victoria de los Talibán en Afganistán y el ir y venir a ese territorio

de combatientes que se hacían llamar los árabes afganos, argelinos

afganos, sudaneses afganos, etc., de acuerdo a su lugar de origen, dio a Bin

Laden la oportunidad de conocer y relacionarse con muchos otros

combatientes que, como él mismo lo había hecho, estaban dispuestos a

enfrentarse a cualquier nación, en las condiciones más adversas, solo por

conseguir que su concepción del verdadero Islam, fuese implantado y

respetado como tal en la mayor cantidad de países posibles.

Sin embargo, lo que le da el verdadero arraigo a los talibán, era

básicamente su capacidad de enfrentar al enemigo sin siquiera importarles

su propia vida, de esto se dio cuenta la Agencia Central de Inteligencia (CIA

por sus siglas en ingles) que supo aprovechar la oportunidad financiando la

lucha contra el régimen soviético en territorio afgano (Adaptado de Kepel,

2001, p. 346).

Esa acción no solo les dio proyección mundial y cierto nivel de

legitimidad a los combatientes del talibán, también dio armas a los

muyahidín3 para continuar su lucha –para esa y para las futuras– la CIA de

esta manera, labra la tierra en la que se sembraran las semillas del

fundamentalismo islámico más radical.

3 Muyahidín es como se le denomina a los guerreros que libran la yihad o guerra santa.



77

Todos estos son, a grandes luces, los hechos que sirven de base al

movimiento yihadista internacional para justificar sus diversas acciones

contra Estados Unidos, sobre todo aquellas llevadas a cabo

específicamente por Al-Qaida, organización que junto a su principal líder,

Osama Bin Laden, cobro fama internacional tras los atentados de 2001, pero

que ya registraba acciones contra la nación norteamericana durante la

década de los 90 (Adaptado de Peña, 2005, pp. 85 – 86).

Estos atentados causaron profundo impacto en la sociedad en gran

medida por su magnitud pero su mayor implicación está relacionada

directamente con los hechos que se produjeron a partir del momento en

que fueron efectuados: detenciones, invasiones, allanamientos, medidas de

seguridad extremadas en las principales potencias del mundo, guerras; en

fin un nuevo escenario político global, en el que las decisiones deben ser

tomadas con la inmediatez y el riesgo que implica un juego de suma cero

donde los participantes están a la sombra de una repotenciada amenaza

global, el terrorismo.

A esta nueva amenaza se refiere el profesor Carlos Taibo, al

mencionar que Naciones Unidas describe el terrorismo como: ‘Actos

criminales asumidos o calculados para provocar un estado de terror, con

propósitos políticos, en la población, en un grupo de personas, o en

individuos (…), sean cuales fueren las consideraciones de naturaleza política,

filosófica, ideológica, racial, étnica, religiosa u otra que pueda invocarse

para justificarlos’, si se acepta y se aplica esta definición al análisis del

mundo actual, se puede observar que no solo grupos terroristas pueden ser

calificados como tal, sino que también muchos Estados utilizan las mismas

tácticas para lograr sus objetivos (Adaptado de Taibo, 2002, pp. 43 – 44).

En el caso de Al Qaida todos esos objetivos están directamente

relacionados con la propagación del terror que implica una falsa yihad



78

donde todo lo occidental resulta maligno, por ende cónsono con las más

profundas y retrogradas ideas del clero fundamentalista musulmán acerca

de aquello que se define como ‘Haram’ (pecado).

Aun cuando la propagación del terror no sea un objetivo manifiesto,

es el más visiblemente buscado y alcanzado por los fundamentalistas ya que

resulta ser la forma más rápida de lograr la sumisión de pueblos enteros a sus

intereses. Es de esta manera que hechos como los atentados contra Estados

Unidos, dentro o fuera de su territorio, representan el intento más

contundente de someter a los occidentales a presiones del

fundamentalismo islámico, esto resulta comprobable cuando vemos países

sometidos por este fundamentalismo en los que observamos como la fuerza

y la manipulación son medios precisos para lograr la obediencia, Afganistán

de los Talibán es el mejor ejemplo de esta situación.

Ciertamente, al mirar atrás es necesario tomar en cuenta que no solo

han sido los talibán y el fundamentalismo afgano los que han utilizado el

terrorismo como arma de combate y de reivindicación, también otros

movimientos islamistas han apelado al terror como medio para lograr ser

escuchados o reivindicar sus exigencias, inclusive es a raíz del secuestro de

los ministros de la OPEP en 1975 a manos del venezolano Ilich Ramírez quien

defendía la causa palestina, cuando comienza a ser usado el secuestro y el

terrorismo como medio de coacción política internacional (Adaptado de

www.artehistoria.com).

Sin embargo, en la actualidad, los ojos del mundo se enfocan en el

fundamentalismo propagado por Al Qaida y sus diferentes ramificaciones

por ser esta red la que se adjudicara los atentados de 2001 contra Estados

Unidos, España en 2004 e Inglaterra en 2005, tres de los países más poderosos

del mundo, que vieron vulnerada su integridad nacional con estos

atentados dejando ver que no hay potencia invencible.



79

Aun cuando se han esgrimido infinidad de razones que justifiquen

estos atentados, no existen ni existirán argumentos de tanto poder que

validen el uso del terror como arma de coacción política o militar, sin

embargo, sigue usándose a diario para lograr fines que generalmente no

son del todo cónsonos con las leyes vigentes, pasa en el Medio Oriente tanto

como en Colombia o en España y coarta la libertad de los ciudadanos que

se ve comprometida con el temor que implica el fundamentalismo político,

religioso, etc., y el uso de este sentimiento de inquietud como su vehículo de

introducción en la sociedad.

El miedo que siembra el uso del terrorismo como arma

propagandística y de consolidación de ciertos movimientos a nivel global,

como es el caso de Al Qaida, se hace más profundo cuando se manejan

variables como el carácter transnacional del hecho en sí mismo a lo cual se

le debe anexar el transnacionalismo propio de la religión, que en

consonancia con Fox y Sandler (2006) posee estructuras de organización

propias he idénticas en todo el globo que le facilita el logro de sus metas

que también suelen ser las mismas (Adaptado, p. 84, traducción propia).

Sin embargo, la religión en sí misma, no es fuente de

fundamentalismo, ya que todas las religiones suelen tener metas

relacionadas con valores positivos, la religión y sus metas se convierten en

fundamentalismo cuando el factor político incursiona en ellas, o viceversa,

es decir, la religión tiene un papel preponderante en la escena internacional

en tanto esta sea usada solo como forma de comprensión de una

determina da sociedad, mas no cuando se convierte en un arma de control

político, porque se convierte en un bastión del fundamentalismo.

De esta manera el fundamentalismo religioso, no solo el islámico, se

convierte en lo que Fox y Sandler señalan como una reacción ante la



80

modernidad que es en sí misma, un fenómeno transnacional, esto de

acuerdo con Marty y Appleby podría explicarse como un estado de la

mente, una tendencia de personas o grupos afectos a un sentir religioso que

ven en sus ideas la manera correcta de vivir por tanto la manera en que

deberían vivir todos los seres humanos, todo esto necesario para distinguirse

y preservar su identidad religiosa frente al secularismo creciente (Adaptado

2006, pp. 84-85, traducción propia).

Para entender esto se hace necesario distinguir las metas que se

propone el fundamentalismo religioso, ya que sus acciones, así como sus

accionantes no son producto de la improvisación, si no de cambios

profundos en la sociedad, que han dado paso a que, cual placas

tectónicas, choquen los intereses e ideas radicales de quienes en algún

momento estuvieron en la cumbre del ideario político internacional, con

aquellos que hoy en día proponen un mundo distinto, alejado de aquellos

viejos parámetros.

Para Fox y Sandler las metas que se plantea el fundamentalismo, son

la protección y resguardo de sus agrupaciones y su identidad religiosa,

frente a la modernización y la secularización del mundo actual, es así como

sus militantes actúan en reacción a la penetración de sus comunidades por

influencias secularizadoras o actores religiosos externos (Adaptado 2006, pp.

84-85, traducción propia).

Esto que en rasgos generales es la situación del fundamentalismo en

general, sin embargo, al unir lo anterior con las enseñanzas de algunos

teóricos del fundamentalismo islámico como el caso de Mawdudi, Qotb o

Jomeini, que predican sobre la predominancia del Islam como última

revelación de Allâh, por ende la de mayor veracidad, conseguimos las

bases para el desarrollo de movimientos radicales estilo Al Qaida que toman

estas afirmaciones como punta de lanza de su extremismo.



81

La suma de esta estricta interpretación ideológica del Islam, el apego

absoluto a las tradiciones, la oposición a la creciente secularización mundial,

así como el rechazo a la continua intervención de occidente en territorios

musulmanes, son los argumentos que esgrimen quienes apoyan y consideran

necesaria la confrontación del Islam con el resto del mundo, la yihad global

en busca de la universalización de aquella religión.

Sin embargo, la mayoría de los teólogos y conocedores de la religión,

así como gran parte de la Umma, no se encuentran a favor de esta

situación, ya que el mensaje primario del Islam es un mensaje de paz,

tolerancia y amor al ser humano como máxima creación de Dios, y aquellas

actitudes no son más que la destrucción de ese primigenio legado y la

expansión mundial de la falsa creencia que el Islam es una religión de guerra

donde las distintas visiones no son aceptadas (Adaptado de Nicolle, 2005, p.

6).

Recientemente Jeffrey Haynes, ha publicado un libro denominado

‘An Introduction to International Relations and Religion’ (Una introducción a

las Relaciones Internacionales y la Religión), en su séptimo capítulo, el autor

esgrime la situación de las Relaciones Internacionales y el fundamentalismo,

dejando claro, que aun cuando las distintas situaciones que se viven a lo

interno de cada país y religión son correspondientes a sus practica, existen

algunos ítems que resultan universales para todas y que se pueden tomar

como la base del fundamentalismo, bien sea islámico, cristiano, judío o

hindú (Adaptado de Haynes, 2007, pp. 195-221).

Esto es realmente importante si se tiene presente que una de las

situaciones que se desprende de los hechos del 11 de Septiembre de 2001

(EUA), el 11 de Marzo de 2004 (España) y el 7 de julio de 2005 (Inglaterra), es

que se tiende a propagar la errada creencia, que todo aquello que



82

provenga del Islam resulta potencialmente peligroso por su carácter

fundamentalista, situación que ha causado más tensión y polarización en el

mundo, y ha sido bien amparada por la prensa global.

Todos estos cambios producto de la modernidad y de la

reorganización global posterior a la II GM, han acercado mucho más a las

elites religiosas hacia los asuntos políticos y económicos de las naciones,

creando en algunos casos uniones que les permiten financiar y alentar

movimientos fundamentalistas, aun cuando el grueso de la feligresía no

apoye tal situación (Adaptado de Haynes, 2007, p. 221).

Si bien, desde que se produjeron las primeras acciones terroristas que

pretendían buscar la aceptación y reivindicación de los movimientos

islamistas hasta hoy en día han sucedido muchísimas acciones que

deslegitimen el papel del Islam como factor de cohesión social y como

religión de paz y tolerancia, no es menos cierto que son y han sido los mismos

musulmanes quienes han sufrido más de cerca estas acciones. Dado que a

pesar de que los atentados antes mencionados han capturado la atención

del mundo, son tres atentados tan condenables como los que a diario viven

los habitantes de los países islámicos, quienes se apegan a su fe por que

comprenden que esa no es la mejor vía para expandir el mensaje y que

acciones de ese tipo tienen reacciones tan contraproducentes como las

tristemente celebres invasiones a Afganistán e Irak.

III.- Parte de Guerra

Luego de los atentados del 11 de septiembre de 2001, el mundo se

mantuvo a la expectativa por el futuro de un hombre, Osama Bin Laden,

presunto autor intelectual de los terribles sucesos del Centro Mundial de

Negocios y El Pentágono, pero mayor expectativa suponía el futuro de un

pueblo que sufrió las consecuencias de la irracionalidad de quienes



83

conciben la violencia como medio para alcanzar el objetivo de la

validación mundial de sus intereses y particulares creencias, Afganistán, el

cual es uno de los países económicamente más deprimidos del planeta,

pero que conserva por su ubicación territorial, gran potencial en la

extracción y comercialización energética.

Casi tres años después, esgrimiendo la supuesta existencia de

armamento de destrucción masiva, es invadió Irak, dando paso a la caída

del gobierno de Saddam Hussein y la instauración de un nuevo gobierno

circunstancialmente alineado con los intereses de la principal potencia

invasora, Estados Unidos, quien junto a Inglaterra y España movilizaron tropas

para la intervención en aquel país.

Hoy en día ambos países mantiene una situación interna que podría

comparase con el más pesimista estado de naturaleza hobbesiano, grupos

internos se pelean entre si y contra los invasores por el control político del

territorio, resultando de todo esto flujos masivos de migrantes,

desestabilización económica en las respectivas regiones y el permanente

riesgo de colapso de las instituciones democráticas afganas e iraquíes. El

peor de los escenarios se presenta cuando se pierde el respeto por las

nuevas autoridades, que, aun al lado de Hobbes, no han sabido ni han

tenido el poder necesario para establecer un contrato social, que permita

establecer reglas para la consolidación y el mantenimiento del orden en

cada uno de los países, consiguiendo así la comprensión y consolidación de

las estructuras Estatales (Adaptado de Una aproximación a los máximos

exponentes del pensamiento filosófico universal).

1. Afganistán

El siguiente mapa muestra la ubicación territorial de Afganistán.



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85

La página web HRW Atlas Mundial establece que la República

Islámica de Afganistán, posee una extensión territorial de 647.500 Km2, su

capital es Kabul y su población ronda los 27 millones de habitantes, el 84%

de la población es Sunní, 15% Shií y el 1% es practicante de otros cultos,

posee también una expectativa de vida aproximada de 47 años para los

hombres y 46 para las mujeres. Su economía se basa en la comercialización

de productos como: telas y tejidos, jabón, muebles, calzado, fertilizante, y

cemento; alfombras tejidas a mano; gas natural, aceite, carbón, cobre,

Amapolas de opio, trigo, fruta, nueces, lana, carne de cordero, pieles , Gas

natural, petróleo, carbón, cobre, cromita, talco, baritinas, azufre, plomo,

cinc, mineral de hierro, sal, piedras preciosas y semipreciosas (Adaptado de

http://go.hrw.com/atlas/span_htm/afghanis.htm).

Por otra parte, la colección Gran Atlas Universal, enuncia su apartado

relativo a Afganistán de la siguiente manera: “es un país tribal y montañoso

devastado por la guerra. Desde 1979, las invasiones soviética y

estadounidense y el régimen de los talibanes han sumido al pueblo afgano

en la miseria y la represión”4 (Regas, 2004, T. VII p. 66).

Todo lo anterior refleja la dura realidad de un país donde cada día

mueren decenas de seres humanos a causa de la irracionalidad

generalizada entre la especie, de personas que tratan de dividir el mundo

entre buenos y malos para terminar comportándose aun peor que aquellos

a quienes juzgan, porque con sus acciones causan terribles daños a gente

inocente.

Todo esto es en parte resultado de “la praxis internacional que en la

actualidad se encuentra caracterizada por la lucha continua en la

4 Nota: se usa la palabra ‘talibanes’ ya que al ser una cita conserva el modo del autor, sin embargo, se debe aclarar, que tal como se ha venido haciendo, la forma correcta para el plural es talibán (estudiosos del Corán), ya que el singular se expresa Talib.



86

búsqueda del poder, cuya arma por excelencia radica en el uso de la

fuerza” (Peña, 2005, p. xxi).

Teniendo presente, que tal como ha ocurrido lo largo de la historia, el

poder lo tiene quien domine la energía, se presta a incontables suspicacias

que tras los condenables e injustificables atentados del 11 de septiembre de

2001, el gobierno Bush haya decidido, sin mucha contemplación, el invadir

Afganistán siguiendo la huella de Al Qaida, pero aun mas suspicacia causa

el que tras finalizada la guerra, derrocado el gobierno talibán, detenidas

cientos de personas y revisado todo el país en busca del inadvertido Osama

Bin Laden, aun las tropas estadounidenses y de la Organización del Tratado

del Atlántico Norte (OTAN) aun se mantengan en aquel territorio (Adaptado

Peña, 2005, pp. 84-85).

La inestabilidad heredada de los años de guerra en contra de los

soviéticos, el frágil gobierno pos-talibán, los grupos tribales internos que

luchan entre sí por el poder y el tráfico de opio, son algunos de los

argumentos sobre los cuales se sostiene y se hace cada vez más necesaria

la permanencia de las tropas internacionales en la región. En otras palabras,

el contexto irregular que circunda el poder del Estado afgano hace

necesaria la existencia de tropas de control en aquel territorio para evitar el

colapso del sistema y la caída nuevamente del gobierno en manos de los

extremistas islámicos del Talibán y Al-Qaida.

En tanto, la población es quien sufre por el estado de guerra en que

se encuentra aquel país, la película ‘A las cinco de la tarde’ (2003) de la

realizadora persa Samira Makhmalbaf, refleja la realidad del pueblo afgano

tras la prolongada guerra, la invasión y los años zozobra vividos en el país

caucásico, el hambre, la pobreza, la falta de recursos básicos y la

devastación hacen de Afganistán hoy en día una de las naciones más

deprimidas de la Tierra.



87

Esta histórica situación no cesa y se profundiza a media que pasa el

tiempo, ya mencionaba Huntington (1996) refiriéndose al conflicto afgano

con los soviéticos, que la guerra había dejado tras si un gran número de

organizaciones islamistas dispuestas a luchar contra todo aquello que no

fuese islámico, también un grupo de combatientes bien preparados en el

plano militar y/o guerrillero, para enfrentarse con cualquier persona por la

defensa de su territorio (Adaptado de Huntington en Rashid, 2001, p. 201).

Todo esto hace de la región una zona bastante conflictiva, y de Afganistán

en particular, un país con una situación actual bastante comprometida y un

futuro no muy prometedor, aun cuando distintos países y organizaciones

internacionales procuran darle la mayor ayuda posible para su

recuperación.

Pero esta no es una tarea fácil, según revela la revista The Economist

de diciembre de 2007, aun cuando las tropas se hacen cada día más

efectivas en el control del territorio, el efectivo paso de Afganistán de su

situación actual a una optima para la vida de sus ciudadanos se ve

afectado por la acción del gobierno, que un modo u otro se ha convertido

en un problema tal como los anteriores y se ha llenado de promesas rotas en

cuanto al pronto desarrollo del país (Adaptado de The Economist, 2007, p.

31, traducción propia).

Como suele suceder, los beneficios de la guerra para el pueblo

afgano son visiblemente menores, tal vez los que más se puedan resaltar

sean la salida del gobierno del talibán, la mejora en la situación de la mujer

y la escolarización de niños y niñas, sin embargo, el mundo sigue viendo con

tristeza como el intento por reconstruir el país cada día es más difícil.

A esta fecha se puede afirmar que el mayor peligro para los afganos

no resulta del resurgimiento del talibán sino mas bien del fracaso de las



88

políticas del gobierno de Karzai, de acuerdo con The Economist, “El riesgo

de la economía ha crecido en los últimos años, esto solo ha movido a

Afganistán de la pobreza a la pobreza extrema” (p. 32, traducción propia).

Sin duda las luchas y juegos de poder inter–tribales son un riesgo para

el desarrollo del país, pero lo es aún más el permitir que la anarquía y la

violencia regresen al país, esto si acabaría con las intenciones de

recuperación de la nación.

La estratégica situación geográfica del país así como su poderío

energético son factores básicos que deben ser tomados en cuenta al

momento de pensar en un programa de recuperación para Afganistán, los

ingresos que generaría por este concepto serian muy grandes y permitirían

mejorar el nivel de vida de la población, pero ni los afganos ni su estructura

de gobierno está suficientemente preparada para asumir el control de los

recursos, la corrupción y el opio, estrechamente vinculadas, se juegan en

este momento el futuro del pueblo afgano (Adaptado de The Economist,

2007, p. 33, traducción propia).

2. Irak

La República de Irak cuenta con un territorio de 434.924 Km2, posee

una población aproximada de 25 millones de Habitantes, de aquel país se

ha dicho que es cuna de algunas de la mas grandes civilizaciones de la

humanidad, pero también que es en la actualidad una nación que ha

quedado devastada por las distintas conflagraciones que ha vivido en los

últimos años (Adaptado de Regas, 2004, T. VII p. 66).

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90

De acuerdo con la página web HRW Atlas Mundial, el principal sostén

de la economía iraquí es el Petróleo, este recurso junto a otros como el gas,

azufre y fosfatos conforman la principal producción industrial del país, el 97%

de su población es musulmana con una división casi exacta entre chiís y

sunís, existen varios grupos étnicos entre los que se cuentan los árabes,

kurdos, asirios y armenios (Adaptado de http://go.hrw.com/atlas/span_htm/

iraq.htm).

Tras los atentados a Estados Unidos, la posterior invasión a Afganistán y

el clima generalizado de tensión mundial en torno al sensible tema del

terrorismo, Irak se convierte en el nuevo blanco del gobierno Bush,

arguyendo la existencia de un armamento de destrucción masiva del cual

hasta ahora no ha aparecido ninguna prueba de existencia o de que

alguna vez existió. No obstante, enarbolando la bandera de la lucha

antiterrorista, se produce esta nueva invasión que aun mantiene a la nación

iraquí sumida en el caos y con un gobernó impuesto desde Washington que

al igual que Afganistán, aun no consigue reorganizar y restablecer el sistema

democrático en el Estado iraquí (Adaptado de Peña, 2005, p. X).

Comenta el ex Vicepresidente de Estados Unidos, Al Gore acerca de

la invasión a Irak lo siguiente:

Al presentar la invasión a Irak como el frente central de una

lucha épica entre el bien y el mal, el presidente Bush intento

disfrazar su política de declarar una guerra sin provocaciones

previas de fe religiosa. Estados Unidos se había quedado en

estado de estupor debido a la ferocidad y magnitud de los

atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001. El temor a

más atentados, y la intensa ira que sentíamos todos contra

aquellos que habían matado a nuestros compatriotas,

provoco que nuestro país deseara seguir el liderazgo de



91

nuestro presidente y atacar los objetivos que él eligiera (2007,

p. 66).

De esta manera, con la venia de los estadounidenses, el gobierno

Bush procede a abrir un nuevo frente de batalla, a enviar más de sus

ciudadanos al destino incierto de la guerra y a poner en el ojo del huracán

la realidad de los Derechos Humanos (DH) a nivel global, especialmente en

los lugares donde se desarrollan las guerras, la opinión pública mundial se

horroriza al ver crueles imágenes de las cárceles de guerra de los

estadounidenses, y se critica no solo la acción unilateral de la mayor

potencia del planeta, sino también el mal estado generalizado del sistema

actual.

Esta nueva invasión profundiza la intolerancia internacional, que hace

estragos frente a la mirada pasiva del mundo, algunos alzan su voz en torno

a la defensa de los derechos de los iraquíes y afganos, otros en torno al

derecho a la legítima defensa de los Estados Unidos, pero sin duda lo más

relevante es el condicionamiento que el presidente Bush hace a mundo, o

están conmigo o en mi contra, los que se traduce en, son mis aliados y se

mantienen a salvo o me confrontan y viven la situación de estos países. No

es de extrañar que la mayoría del mundo se haya aliado en torno a Estados

Unidos, y que quienes no lo hicieron sean catalogados como el ‘eje del mal’

muy a la usanza de la segunda guerra mundial.

Irak ya no pertenece al llamado ‘eje del mal’ dado el cambio de

gobierno, sin embargo la confrontación permanece y las secesiones internas

originadas a partir de las afinidades religiosas de la mayoría de la población

(Islam Sunní y Shii) se hacen cada vez más notorias y aun cuando su

situación es mucho más favorable que la de Afganistán, no se pueden dejar

de observar detalles tan significativos como la presencia de Al-Qaida y su

extremismo religioso, lo que es y será para ambos países, Irak y Afganistán,



92

un obstáculo a vencer que requiere ser tratado con la mayor inmediatez

posible.

Si la tendencia prevalece y tal como en ocasiones anteriores Estados

Unidos decide emprender acciones armadas contra Irán, la situación de Irak

seria susceptible al colapso, el leve control que pueda tener el gobierno de

Maliki sobre el país se vería afectado por este hecho, debido a que la

presencia de más tropas en la región así como el flujo migratorio natural de

los lugares en crisis se convertiría en factor detonante de los conflictos

internos no solo iraquíes, sino de toda la región.

Aun cuando no es descartable este escenario, se considera poco

probable por el corto tiempo que le queda de gobierno a la administración

Bush y a los problemas políticos, económicos, militares, sociales, etc., que la

puesta en marcha de estas dos guerras le ha traído al gobierno

norteamericano tanto internamente como a nivel internacional.

IV.- El despuntar de un nuevo siglo y los retos del Islam y la humanidad frente

al dilema: Confrontación Vs. Tolerancia

El comienzo del nuevo siglo estuvo marcado por el inmenso temor al

posible colapso de nuestros sistemas tecnológicos, por tanto de la base de

toda nuestra civilización. La ‘falla el mileno’, error informático que provocaría

tal desastre fue solamente un rumor que no llego a ocurrir, sin embargo, la

paz y la tranquilidad que se sintió al notar que el cambio de milenio y de

fechas no destrozó nuestro mundo y que efectivamente el hombre una vez

más se había superado a sí mismo, no fue permanente.

Antes de culminar el segundo año de este siglo los seres humanos

pudimos ver como lo que no había hecho la tecnología lo intentaba un

grupo de hombres, dispuestos a todo por reivindicar sus arcaicos modos de



93

vida y pensar, y de hacer valer su extremismo e intolerancia como motor de

lucha.

Este suceso, el ataque a Estados Unidos, dividió la opinión pública

global, generó cientos de reacciones por parte de gobiernos aliados,

neutros y contrarios al estadounidense, pero lo que sin duda fueron las

reacciones más importantes fueron las sucesivas invasiones a los países

comprometidos en el hecho. Por su parte Al-Qaida, organización que se

atribuyo el hecho, continuo sembrando el miedo, primero con ataques

bacteriológicos a base de ántrax y luego con los atentados de 2004 en

Madrid y 2005 en Londres.

A partir de este momento, comenzó a profundizarse una situación que

venía en ascenso, la bipolarización del escenario político internacional entre

quienes sostienen el discurso de la libertad, el bien y la soberanía, y aquellos

que profesan el terror, el odio y la intolerancia, esta situación ha visto su

mayor exponente en la lucha contra el terrorismo, la cual se ha presentado

al mundo como la lucha contra todo aquello que atente contra nuestro

modo de vida.

Esta cruzada internacional en contra del terrorismo poco a poco fue

consiguiendo más enemigos de los que realmente tenia y ubicando como

posible adversario a todo aquel que no cuadrara con el perfil

preestablecido de amante y garante de la libertad, un ejemplo perfecto de

esto ha sido la situación que han vivido los musulmanes fuera de países

islámicos, donde en muchos caso han sido denigrados simplemente por ser

musulmanes debido a la imagen de terror que en torno a esta religión se

creó.

Incluso algunos dentro de países islámicos se convirtieron en presa de

esta cacería de brujas llamada lucha contra el terrorismo, una de estas



94

personas que cayó sin tener ningún compromiso probado con el terrorismo y

los ataques del 11S, fue Saddam Hussein, quien, muy al margen de su

condenable actuación como Jefe de Estado, fue depuesto, perseguido y

finamente ahorcado como parte de esta limpieza del planeta del flagelo

del terrorismo. Pese a las advertencias internacionales acerca de la

improbable relación de Hussein con el terrorismo y de la existencia de

armamento de destrucción masiva, se procedió a atacar a Irak, en una

operación que más que estratégica resulto a la larga un acto carente de

razón. O en palabras de Al Gore (2007):

Seguramente la historia juzgara la decisión de Estados Unidos

de invadir y ocupar una nación frágil e inestable que no nos

atacó y que no suponía la menor amenaza para nosotros,

una decisión que no solo fue trágica sino absurda. Saddam

Hussein era un dictador brutal, no cabe duda, pero no

suponía un peligro inminente para nosotros. Se trata de una

decisión que solo pudo tomarse en un momento en que la

razón estaba teniendo un papel muy inferior en nuestras

deliberaciones nacionales (p. 51).

Este exacerbado maniqueísmo por parte de los Estados Unidos ha sido

considerado y analizado por algunos autores como una fragmentación

característica del Islam, tal es el caso de Alexander Adler, quien citado por

Carlos Taibo (2002) un poco antes de la invasión a Irak comenta lo siguiente:

“en Estados Unidos ha revivido una vieja división que tiene clara matriz

islámica: la que distingue entre el mundo de la paz, el Dar Es Salam, propio

de EE.UU. (Estados Unidos), y el mundo de la guerra, Dar Al Grab, las tierra

indias en las que sólo algunos aventureros se atrevían a penetrar” (p.24).

Esta clara división del mundo entre buenos y malos, caracterizada por

la relatividad en la bondad de unos y la maldad de otros según el interés



95

que persiga el gobernante y momento histórico que se transite, ha llevado a

Estados Unidos a convertirse en un pilar del descontento internacional, ergo

objeto del deseo de aquellos que sienten la necesidad de reivindicarse

frente a sus arbitrariedades, sobre todo en países del tercer mundo, esto se

ve reflejado en las palabras de Orhan Pamuk: “No son ni el Islam n a pobreza

en sí mismos los que directamente producen el apoyo a terroristas cuya

ferocidad e ingenuidad carecen de precedentes en la historia humana; es,

más bien, la abrumadora humillación que ha infectado a los países del

Tercer Mundo” (en Taibo, 2002, p. 30).

Aun cuando resulta absolutamente repugnante el procedimiento

utilizado en Estados Unidos, España, Reino Unido, y tantos otros países –

islámicos y no islámicos –, no se puede dejar de tomar en la aseveración de

Pamuk como posible causa del descontento y el odio presente en algunos

grupos al momento de plantearse y llevar a cabo actos terroristas como

modo de intimidación y reivindicación de sus luchas, si bien esto puede ser

una incómoda realidad para algunos, resulta en mayor medida ser una

condena para una inmensa mayoría que no comparte ni apoya estos

procederes.

Surge, de toda esa inconformidad expresada anteriormente y de la

necesidad de evitar nuevos hechos que comprometan el futuro de ‘paz’ del

ser humano, las llamadas ‘guerras preventivas’, basadas en supuestos mayor

o menormente ciertos – como fue el caso de Irak – y que se toman como la

opción precisa a la hora de controlar o eliminar los posibles riesgos a la

seguridad internacional dados a partir del terrorismo. Generando de esta

manera confrontaciones que responden a la necesidad de defensa ante el

peligro de una civilización antagónica y enemiga, sembrando así el temor

entre los ciudadanos para coaccionarles a aceptar y ver como importantes

las acciones bélicas contra naciones o culturas contrarias, sosteniendo de

así su estatus de potencia bajo la égida de una matriz de opinión global



96

creada a partir de la necesidad de seguridad y el peligro que representan

ciertos países en el logro de ese objetivo ( Adaptado de Urioste, 2007, s/p).

Frente a esta drástica posición surgen voces que rechazan la

violencia generalizada y continuada como método de lucha contra el

terrorismo, grupos anti-guerra a nivel mundial han protestado en cada

cumbre y cada lugar donde han tenido presencia los principales

mandatarios del planeta reclamando un giro en la conflictiva situación que

viven ciertos países.

Algunos líderes mundiales también han abrazado la idea del cambio

en la forma de lucha contra el terrorismo, invocando la inaplazable

necesidad del resurgir de la razón sobre la pasión, que sea la primera quien

controle la política y no el impulso de la primera quien nos lleve a la guerra.

Es necesario resaltar la importancia que dentro del Islam tiene el

desarrollo cultural, el fortalecimiento del intelecto y el valor de la razón,

materias que parecen haber sido olvidadas por algunos islamistas

convencidos en sus erróneas posiciones; otros sin embargo, llevan la voz y el

mensaje del Islam a cada lugar que les es permitido promoviendo la

necesidad de pensar y razonar como fundamentos de un nuevo orden.

Muhammad Jatami, ex presidente iraní es tal vez uno de los que ha

hecho más hincapié en la búsqueda de soluciones consensuadas a los

conflictos, creando incluso la propuesta de la ‘alianza de civilizaciones’

como medio de entendimiento y cese de hostilidades.

En relación con esta propuesta, Jatami menciona que la humanidad

está ávida de entendimiento y dialogo, que sin duda,



97

…uno de los flagelos que azotan a las sociedades religiosas, y

desgraciadamente el mundo islámico ha sido ha sido a veces

atacado por él, es el concepto erróneo de que, teniendo la

religión, el hombre puede prescindir de la razón. Es decir, creer

que uno debe tener o la razón o la religión, pasando por alto el

hecho de que uno puede incluso entender la religión a través

de la razón. ¿Existe alguna otra herramienta mental aparte de la

razón? La diferencia entre tener fe y no tenerla no es que el

hombre sin fe usa la razón mientras que la persona religiosa no

la necesita, ambos requieren el poder de la razón y deben

utilizarla. La diferencia está en el hecho que un hombre de fe

posee dos libros en los cuales leer, mientras que el hombre sin fe

tiene uno solo. La fuente de conocimiento del hombre religioso

es por ende mayor, y así sus logros son más ricos (2006, p. 19).

Tomando como premisa esta concepción de Jatami, así como las

consideraciones de muchos otros líderes mundiales que buscan la paz, el

dialogo y el entendimiento, se puede pensar que no todo es guerra y

obscuridad que en realidad existe una luz al final el túnel sombrío de la

guerra y el terrorismo.

El camino ideal por el que debería comenzar a transitar la humanidad

en este nuevo milenio es el del entendimiento, el dialogo, la tolerancia y la

paz, sin embargo, ese escenario no se vislumbra cerca en este momento,

aun las diferencias son de carácter abismal entre quienes pensamos de esta

manera y quienes ven la guerra como una obligación y una necesidad

inminente.

Dialogo, tolerancia, paz, son palabras cuyo poder radica en la

contundencia de su significado, pero si la razón no va por encima de la



98

pasión definitivamente ninguna de ellas tendrá sentido, ni será útil o

realizable a corto plazo.

La guerra, la intolerancia, difamación, entre otras, son lo que colma

nuestro planeta y están fuertemente ligadas a la incapacidad de razonar,

de pensar, y a la limitación a creer ciegamente en fines egoístas sin ningún

sentido de compromiso con la especie.

Al Islam y a la humanidad en general, le debe interesar en un futuro

próximo, recobrar el sentido de lo que realmente significa ser un ser humano,

para ello es necesario abrir oportunidades, extender puentes de diálogo

para conseguir soluciones a los nuevos requerimientos que dan origen a los

conflictos, o en palabras de Jatami (2006), “las civilizaciones perviven en la

medida en que poseen la capacidad de responder a las siempre renovadas

cuestiones y a las siempre cambiantes necesidades del hombre, de otro

modo están condenadas a fenecer” (p. 29).

De este modo, se debe pensar que necesitamos soluciones duraderas

a los conflictos, que el dialogo y el consenso son forma de conseguir las

respuestas necesarias, seria utópico pensar en un mundo en paz absoluta

donde reine la cordialidad y el buen entendimiento.

Sin embargo, es posible y necesario pensar en lo que considero es el

reto de este nuevo siglo para la humanidad, recuperar y hacer valer cada

una de las diferencias que nos separan, para en base a ellas poder

distinguirnos, y al superar esas cuestiones, conscientes de nuestro papel en el

mundo, hacerlas a un lado con el respeto debido, para que a continuación

podamos entender el verdadero significado de nuestra función en la Tierra.

Para los musulmanes al igual que para los cristianos, es necesario

comprender que el mensaje primigenio es el de un solo Dios que envía su



99

mensaje de amor, hermandad, obediencia y temor en el día del Juicio Final,

a todos sus fieles a través de sus emisarios, pero es imprescindible recordar

que el mensaje para que sea mensaje debe tener dos cosas un remitente y

un destinatario. Dios, el remitente entrego su mensaje a Jesús y Mahoma,

ellos lo entregaron a los primeros cristianos y musulmanes, pero solo

continuara siendo efectivo mientras que se conserve su sentido original, sin

ser necesario que ese sentido original se convierta en una radical

concepción del mensaje.

V.- Conclusión

La política y la religión pueden y deben convivir porque ambas

forman parte del sistema de creencias del hombre, sin embargo se hace

necesario que ambas, aunque caminen juntas vayan en aceras distintas

porque al mezclarlas, quienes no tengan claro el papel de cada una en el

desarrollo de una sociedad, pueden llegar a cercarlas e intentar que una

funcione o cumpla el papel que le corresponde a la otra.

El sistema de valores y creencias que dan base al Islam es sin duda

base del sistema político de muchos países, incluso muchos que hoy día

conviven en armonía con occidente.

Las falsas creencias, los mesías de oficio junto al fanatismo absoluto

han llevado al poder a personas que distorsionan el sentido real de la

religión, convirtiendo recato en sumisión, conservadurismo en opresión, y

haciendo del derecho al libre culto la declaración de guerra contra quien

no profesa la misma creencia, lo que resulta en gobiernos de carácter

extremista como el de los talibán, grupo que lejos de ayudar a su religión es

básicamente responsable de la actual situación afgana y de gran parte del

vilipendio que sufre el Islam en el mundo.



100

No resulta fácil establecer estamentos reales sobre los que confluyan

las distintas tendencias religiosas del planeta, sin embargo, tomando en

cuenta la situación de Irak, Afganistán e inclusive Sudan, Chechenia, entre

otras, se hace necesaria la participación activa de la sociedad internacional

en programas como el denominado ‘Alianza de Civilizaciones’, para

enfocar el escenario internacional realmente hacia el dialogo y el consenso

en pro de una verdadera ‘sociedad’ internacional.

Occidente debe comprender que su visión del mundo no es única y

que debe necesariamente coexistir con quienes no comulgan con su

sistema, de esta manera garantizaría, no solo que disminuyera el clima de

tensión mundial que actualmente presenciamos, también lograría que sus

intereses se vieran resguardados en torno a un intercambio implícito de

beneficios.

Cooncl

lusio

oness


Conclusiones

102

En poco más de 1400 años de historia, el Islam con su mensaje y su

presencia ha dado la vuelta al planeta, ganando adeptos y detractores en

cada rincón, su palabra se ha hecho cada vez más fuerte y se ha

convertido en la voz de quienes consiguieron en su doctrina la verdad y el

sentido que buscaban para su vida.

No obstante, el mundo sigue su curso, los cambios que ha traído

consigo el desarrollo de la humanidad no son para muchos musulmanes

cónsonos con las exigencias de su religión, y no aceptan ni permiten que

otros se adapten a esto y van enarbolando banderas desgastadas de odio y

separación social, política, religiosa y humana.

El islamismo, que a groso modo puede definirse como el uso

exacerbado de valores propios del Islam para generar matrices de opinión

política, está muy distante a las enseñanzas originales del profeta Mahoma,

en especial el islamismo radical y fundamentalista de grupos como Al-

Qaida, que utilizan la creencia de un pueblo para manipular en torno a sus

intereses particulares.

Al intentar hacer de los intereses particulares un anhelo grupal, se

termina por generalizar en torno a los hechos, conceptos y sociedades, se

utiliza el sentimiento religioso como medio de manipulación de masas,

haciendo creer que la lucha de unos pocos es el objetivo grupal; forzando

así la vinculación de ese sentimiento religioso y todos los que le profesen con

cualquier acción de pequeños grupos radicales. El Islam de acuerdo a

información del departamento de inteligencia de los Estados Unidos posee

unos 1.300 millones de fieles y crece, como se explico en el segundo capítulo

en un 1,84% anual, esto evidencia la realidad anterior, ya que sería ilógico

pensar que ese gran número de personas están vinculadas a algún tipo de

actividad de carácter ilegal.


Conclusiones

103

Tal vez el mayor problema que deberán enfrentar en un futuro

próximo los musulmanes será la impunidad con la que actúan estos grupos,

la falta de castigo a sus acciones por parte de la Umma aun más que por

factores externos y el descredito internacional de aquellos que han

apoyado sus infructuosas luchas.

Ni el terrorismo ni los que llevan a cabo esos actos son producto

fortuito de la sociedad, sino mas bien el resultado de un buen cumulo de

acciones u omisiones que crean en ellos resentimiento social, así como la

necesidad de emprender una lucha contra aquellos que en algún momento

le fallaron. El mejor ejemplo de esto es Afganistán, donde los grupos

insurgentes se formaron sobre la miseria de la guerra y con el amparo de

quien luego se convirtió en su principal enemigo e invasor.

Sin duda Afganistán así como los demás países musulmanes son y han

sido víctimas de esta ignorancia colectiva que convierte en enemigo a todo

aquel que en imagen o ideas luzca diferente a sí mismo, y no solo en las

acciones de grupos terroristas internos que consideran su visión del Islam

como la única valedera, sino también porque externamente vemos al otro,

a quien es diferente como un enemigo, el cual debe ser eliminado de

nuestro juego para poder avanzar.

Y ¿Cuál es el avance que se obtiene en una situación de este estilo?,

ninguno, ya que solo se logran objetivos superfluos perecederos en el

tiempo, solo algunos grupos consiguen obtener lo que buscaban y la gran

mayoría se debe someter a eso. Esto pasa exactamente igual en Afganistán

o en los Estados Unidos, la diferencia es el interés que se persigue.

La mejor manera de combatir estas situaciones a lo interno de la

sociedad, es a través de la propagación de la realidad, tanto de la que

enmarca al Islam como de la que rodea a occidente, esto se basa en el


Conclusiones

104

conocimiento profundo de la situación en que se desarrollan cada una de

las partes, el Islam nace como una religión de paz, de tolerancia, de razón y

de compromiso con el ser humano, occidente procura el dialogo, la unión y

el desarrollo del sistema internacional regido por el imperio de la ley.

Los valores occidentales están consagrados en los textos legales que

imponen normas y reglas de vida, son bastante propagados y conocidos por

la mayoría de las personas, sin embargo esto no sucede en el Islam, su

cultura es propagada a nivel internacional en torno al discurso del miedo, el

desorden, la barbarie, etc., catalogando a todo el que le siga

inmediatamente de terrorista. Esta situación debe cambiar, la propagación

de las bondades que pueden existir dentro del Islam debe darse a nivel

mundial, la propagación del mensaje de paz y tolerancia contenido en el

Corán debe ser tarea de todo musulmán que quiera acabar con esta

situación.

Existe la necesidad de conocer a fondo cada una de las religiones

que confluyen en el planeta, ya que son básicas para determinar el talante

de los individuos y las naciones, esto debido a que aun cuando hoy en día

existe una creciente tendencia hacia el ateísmo, el sentido religioso, la

necesidad de creer en algo superior a nosotros la búsqueda espiritual de la

paz y la promesa de una vida futura mejor, son común denominador en el

planeta.

Hoy día es el Islam, por diversas razones ya explicadas, quien se

encuentra en la palestra de la opinión pública global, no obstante, el

desconocimiento de la realidad socio-política que le envuelve es el mayor

causante de muchas equivocaciones que se cometen a nivel internacional

al referirse a él.


Conclusiones

105

En este siglo, mucho más que en los anteriores, se hace necesario el

conocimiento del Islam de sus orígenes y evolución, de su distribución

demográfica, de su presencia geopolítica, de su situación estratégica, ya

que solo dominando estas consideraciones se podrán elaborar puentes de

diálogo con aquellos musulmanes conscientes de su papel fundamental en

este momento histórico, donde es necesario que a lo interno comprendan y

divulguen el mensaje real que lego Mahoma y no sean eco de las promesas

de gloria eterna hechas por personas que se consideran poseedores de la

verdad absoluta.

No sería arriesgado entonces afirmar que, ciertamente, el Islam va ser

un tema clave para el estudio de las Relaciones Internacionales en el siglo

XXI, ya que en torno a lo acá estudiado se hace primordial para cualquier

análisis futuro, el tomar en cuenta cuatro ejes básicos de investigación

donde el Islam tiene esencial importancia, estos son:

1. Crecimiento demográfico acelerado y tasas de migración

dentro del Islam.

2. Posesión de recursos naturales básicos por parte de países

islámicos.

3. Seguridad internacional y terrorismo religioso.

4. Fundamentalismo islámico como alteración radical del

mensaje religioso original causante de inestabilidad política en

países islámicos con efecto global.

Para finalizar es necesario recordar una frase del Sagrado Corán que

sustentaría todo lo anterior y da razón al sin razón de la guerra, pero también

justifica la paz necesaria, “Todo hombre, de lo que hace es rehén” (Corán

52:21. Vernet, 2003, p. 493).

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