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 CAPITULO XXIV LA VERGüENZA Y LA DELINCUENCIA De los problemas de la religi! sal"amos !a"#ralme!"e a los de Ia $"i%a& e"'os ( 'a'i"#s) o) di%'o e! o"ros "$rmi!os& sis"emas de V*+lores e,pl-%i"o e impl-%i"o so! el meollo de "oda mo!ogra.-a aldea!a+ E! la medida e! /#e el %ompor"amie!"o de !#es"ros mo!"alio!eses s#.re la i!0#e!%ia al me!os par%ial del %a"arismo) podr-a esperarse) e! !ombre de #! a!1lisis "eri%o) 2er s#rgir e! %ada es/#i!a de la %alle o del %ami!o la .amosa a!omia %1"ara) para #so de los simples %re(e!"es+ 3ea! C'eli!i 'a res#mido los pri!%ipios b1si%os de "al a!omia& E! el %a"arismo 4di%e4 'a( %o!s"r#%%i! de #!a moral de dos pisos& para la ma(or-a) !i!g#!a res"ri%%i!) ( #!a liber"ad de 2ida ( %os"#mbres "!"al5 para los per.e%"os) #!a moral as%$"i%a ( eli"is"a +++ ) ( la +.#!%i! de re%o!%iliar a los dem1s %re(e!"es 6/#e so! pe%adores7) e! 2-speras de s# m#er"e) %o! el pri!%ipio del bie!& re%o!%ilia%i! ob"e!ida gra%ias al %o!solame!"#m Es"e %o!solame!"#m debe ser seg#ido8 de!"ro de 3o posible) e! el al"o Ariege) por la e!d#ra) ( l#ego por la m#er"e+ E! s#ma) al 9!al "odo se borra5 sobre "odo) !o se 2#el2e a empe:ar+ A la espera del gra! d.a de ese ;borramie!"o<) ="o%io es"1 permi"ido> El %#ra me de%-a 4%#e!"a ?$@"ri%e de Pla!issoles a propsi"o de las palabras /#e le deda s# /#erido %1"aro Pierre Clerg#e4 /#e el 'ombre B la m#er p#ede! pe%ar libreme!"e de %#al/#ier pe%ado d#ra!"e s# 2ida+  Y 'a%er lo /#e les 2e!ga e! ga!a+ Co! "al /#e) al 9!al) #!o sea re%ibido e! la se%"a o e! la .e de los b#e!os %ris"ia!os+ E!"o!%es) #!o se sal2a ( es abs#el"o de "odos los pe%ados /#e 'a(a %ome"ido e! s# 2ida++ gra%ias a la imposi%i! de las ma!os de es"os b#e!os %ris"ia!os) "al %omo se re%ibe e! el ar"-%#lo de la m#er"e 6I) F7+ Al 'ablar as-) P-erre daba rie!da s#el"a a s# perso!alidad !ie":s%'e!!a+ La i!"erpre"a%i! /#e daba de b $"i%a %1"ara !o era !o or"odo,a5 pero

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CAPITULO XXIV LA VERGENZA Y LA DELINCUENCIA De los problemas de la religin saltamos naturalmente a los de Ia tica: ethos y hahitus, o, dicho en otros trminos: sistemas de V8.lores explcito e implcito son el meollo de toda monografa aldeana. En la medida en que el comportamiento de nuestros montalioneses sufre la influencia al menos parcial del catarismo, podra esperarse, en nombre de un anlisis terico, ver surgir en cada esquina de la calle o del camino la famosa anomia ctara, para uso de los simples creyentes. Jean Chelini ha resumido los principios bsicos de tal anomia: En el catarismo -dice- hay construccin de una moral de dos pisos: para la mayora, ninguna restriccin, y una libertad de vida y costumbres tntal; para los perfectos, una moral asctica y elitista ... , y la .funcin de reconciliar a los dems creyentes (que son pecadores), en vsperas de su muerte, con el principio del bien: reconciliacin obtenida gracias al consolamentum Este consolamentum debe ser seguido> dentro de Jo posible, en el alto Ariege, por la endura, y luego por la muerte. En suma, al final todo se borra; sobre todo, no se vuelve a empezar. A la espera del gran dfa de ese borramiento, tocio est permitido! El cura me deca -cuenta B> existe tambin en las sabarthesianas que permanecen fieles a las normas religiosas. En el caso de esos conformistas est sin embargo nconfesado, implcito, desarrollado slo a medias, pese a su innegable eficacia. De ahi el inters de la declaracin de Rayrnond de 1' Aire: lo que entre los dems y entre la masa es simplemente habitus, para este testigo excepcional se convierte en ethos, gloriosamente valorizado. Raymond dice en voz alta lo que las dems rumian en voz baja, sin explicrselo siempre a s misntos. Las tesis del hombre de Tignac, ya citadas parcialmente en este libro, at.sen a tres puntos: 1.Hago muchas limosnas. Pero no es por amor de Dios. Es para tener buena .fama entre mis vecinos. Para tener una reputacin de hombre bueno ... Incluso cuando me confieso, no es porque crea en el pecado; es para conseguir fama de hombre bueno ante mi cura y mis vecinos. 2. o No creo en el pecado, ni en la eficacia meritoria de las buenas obras; para 112, el incesto con madre, hija, hermaan o prima hermana no es siquiera un pecado; el incesto es simplemente un acto vergonzoso ( turpe). 3. Acostarme con mi prima de segundo grado? Para m eso no es ni pecado ni acto vergonzoso. En efecto, el proverbio vulgar del Sabartht;s dice: