Carlos Donoso - Supervivencia2

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    SUPERVIVENCIA

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    Carlos

    Donoso

    SUPNRYIVENCIA

    Cmo

    equipafse,

    fefugiafse,

    orientafse

    y amentarse

    en

    la

    Naturalena

    intHl

    ecologa,

    salud

    y vida

    natural

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    {

    I

    {

    f

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    ri

    it

    .

    f

    Segunda

    edicin,

    verano

    1989

    SUPERVVENClA.Segunda

    parte:

    . Monogrfico

    n." 6 de

    la revista

    lntegral.

    Escrito

    por

    Corlos Donoso. Coordinocin y

    revisin: lvoro

    Alts

    (bilogo).

    Col obo rodo

    res

    :

    Lo

    renzo

    Medion

    o

    (mdico),

    Vctor Lahuerto

    (ilustracin

    portodo),

    M. Vilarnou (dibujos) y

    Dpto.

    de Botnica

    de

    la Universidad

    de Borcelono.

    Fotogrofos:

    Carlos Donoso,

    Anton

    Agelet,

    A. Arenol y

    archivo lntegroL Diseo

    portado:

    Montse

    Vilornou.

    Fotonecnica:

    Tecfo

    y

    Jorf.

    G)

    by Oosrs

    5.L.,

    1989.

    P.o Marogoll,

    37 t

    ,

    08032 Barcelona

    lmpreso

    por

    Cayfosa,

    Sto.

    Perpetua

    de Mogodo (Borcelono).

    ISSN:

    02l0-0134. D.Legol:

    B-l 9468- I

    989.

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    las

    plantos,

    lVl

    antiguos,

    que crearon

    las

    especies

    de

    cultiuo

    de

    las

    que

    boy

    nos

    beneficiamos'

    Los

    pueblos

    prebistricos

    encontralon

    alimento

    en

    ms

    de

    1

    500

    'especies

    d,e

    plantas

    siluestres,

    Pero

    despus

    de la

    nbuotucin

    Neoltica

    no hemos

    obtenido

    plantas

    alimenticias

    o

    animales

    domsticos

    de

    la

    importancia

    decisiua

    de

    aqullos.

    Esos

    bombres

    y muieres

    ode

    las

    cat)ernas,

    -en

    el

    fondo

    nosotros

    mismos-

    aprendieron

    a

    cultiuar

    los

    cereales

    y el

    lino,

    a

    criar

    inimales

    para tra'nsporte,

    lnna,

    alimento

    o

    compaa

    No

    conocan

    los

    metales

    y sus

    bachas

    y berramientas

    eran

    escasamente

    meiores

    que

    tas

    de

    sus

    nntepasados

    cazad,ore

    s-recolectore

    s

    d'el

    P aleottico,

    pobladore s

    del

    planeta un

    milln

    de

    aos

    antes,

    No

    saba

    leer

    ni

    -escribir,

    pero

    si

    sopesamos

    lo

    que

    bicieron,

    los

    consideraramos

    todaua,

    despectiuamente,

    como

    extraos

    que lindaban

    con

    el

    saluaiismo?

    Por

    lo

    menos

    500

    uegetales

    irnportantes

    fuerorl

    cultiuados

    en

    Ia antiged,ad,

    pero

    boy

    nos

    seruimos

    de

    cad.a

    uez

    menos

    plantas

    y

    animales

    diferentes'

    En

    el

    lapso

    de

    mil

    aos,

    la diuersidad

    de

    nuestra

    alimentacin

    uegetal

    se

    ba

    reducido

    a

    200

    especies,

    cultiuadas

    sto

    por

    los

    que

    aman

    el

    trabaio

    de

    la

    tierra.

    Los

    horticuhores

    comerciales

    se

    centran

    en

    apenas

    80

    especies,

    d'e

    las

    cuales

    slo

    20 cultiuan

    con

    profusin, As,

    el95%

    de

    la

    alimentacin

    humana

    lo

    'dan

    no

    ms

    de

    J0

    plantas,

    y

    nicamente

    8

    de

    ellas

    forman

    las

    tres

    cuartas

    partes del

    regalo

    del

    reino

    uegetal

    a la

    uida

    bumana,

    a

    mecanizacin

    agrcola'

    los

    fertilizantes

    sintticos

    y

    los

    uenenos

    estn

    uniformizando

    nuestro2.recursos

    -uitales.

    La

    presin

    d'e

    las

    empresas

    de

    semillas

    sobre

    los

    desconcertados

    agricultores

    conduce

    a

    la

    d.esaparicin

    irreparabte

    de

    las

    especies

    adaptadas

    al

    tugir

    tras

    muchos

    aos

    de

    cuidados.

    Debemos

    giardar

    esas

    plantas de

    ayer,

    pero

    no

    en

    las

    cpsulas

    -d.e

    tos

    bancos de

    semillas,

    sino

    uiuas

    y

    siruindonos'

    Prcticamente

    tod'as

    las

    ptantas seleccionadas

    en

    esta

    obra

    pueden

    ser

    obieto

    de

    cuidados.

    Hay

    que drselos,

    aunque

    slo

    sea

    porque

    entre

    ellas

    estm

    las

    plantas

    de

    maana.

    ,T

    odos

    los

    uegetales

    pueden

    utilizarse.

    Unos

    nos

    I

    alimentan

    (rutas, semillas,

    boias);

    otros

    ayudan

    en

    la

    digestin

    (tas hierbas

    y

    las

    especias),

    y

    otros,

    por

    ucho

    tenemos

    que agradecer

    a los

    bombres

    ltimo,

    siruen

    para

    regularizar

    nuestras

    funciones

    alteradas

    en

    la enfermedad

    (las

    plantas

    medicinales)

    En esta

    obra

    se

    presentan

    los

    frutos

    de

    rboles

    y

    arbustos,

    regalos

    que

    bacen

    .las

    planta;

    a

    los

    otros

    seres

    uiuos

    como

    parte

    de su

    proceso

    de

    reproduccin;

    tas

    plantas

    para'

    ensaladas,

    de las

    que

    se

    conocen

    centenares;

    las

    rctces,

    los

    bulbos

    y

    los

    rizomas,

    es

    d,ecir

    tos rganos

    d'e

    reserua

    que

    se

    refugian

    en

    la

    tierra

    y

    proporcionan

    buen

    alimento

    durante

    el

    inuierno.

    Todas

    las

    plantas

    son

    tiernas

    cuando

    brotan,

    y

    algunos

    d'e

    estos

    rbtoos

    de

    las

    prolficas

    enredad.eras

    se conxentan

    en el

    captulo

    de esprragos

    siluestres.

    Tambin

    se

    incluye

    un

    recurso

    conocido

    y

    no uegetal,

    proueniente d,el

    oculto

    mundo

    subtemneo,

    que,

    efmero,

    se

    manifiesta

    en

    la

    superJicie

    de

    la

    tierra:

    las

    setas,

    Y una

    fuente

    tan

    ignorada

    como

    excelente

    de

    minerales

    y

    uitaminas:

    las

    algas,

    con

    su

    peculiar

    sabor

    a nxar.

    Otro

    captulo

    son

    las

    plantas

    condimentarias,

    Aderezos

    necesarios

    pero

    de

    los

    que

    no

    conuiene

    abusar.

    Y

    por

    ltimo,

    esos

    uegetales

    que

    aqu

    llamamos

    uenenosos

    ,

    pero

    onxnipresentes

    en los

    tiatados

    de

    ptantas

    medicinales,

    No

    se

    deben

    comer,

    aunque

    en

    osis

    mucbo

    ms

    reducidas

    tienen

    diuersas

    aplicaciones

    medicinales.

    Ms

    que nada,

    esperarnos

    que estas

    pginas os

    animen

    a dar

    el

    paso

    de

    alimentar

    uuestro

    conocimiento,

    a

    traus

    de

    los sentidos,

    contempla'ndo

    el

    puro

    mundo

    uegetal

    en

    su

    incesante

    deuenir'

    TNDICE

    E

    Segundo

    tomo

    J

  • 7/21/2019 Carlos Donoso - Supervivencia2

    7/169

    tr

    t0

    AI.INNTARSX

    D[

    PTANTAS

    SII,YDSTRNS

    Es

    posible?

    Una

    dieta

    as,

    es lo

    suficientemente nutritiva? Es

    ms

    que

    sobrevivir:

    es

    vivir.

    DNDE?

    En

    pases

    tropicales. La rica

    fTora

    de

    la

    Pennsula Ibrica

    Las

    estaciones

    v

    la

    supervivencia,

    ros

    FRUTOS

    D[ rOS

    annOlns

    11:

    Pino pionero

    (pinceas);

    2:

    Tejo (taxceas);

    13:

    Nogal

    (juglandceas);

    t4:

    Avellano;

    5:

    Abedul

    (betulceas);

    16:

    Encina;i:

    Castao; 8:

    Haya (fagceas);

    r :

    0lmo;r10:

    Almez

    (ulmceas);

    11:

    Chumbera

    (cactceas);

    r12:

    Agracejo;

    13:

    Mahonia

    (berberidceas);

    14: Algarrobo; 15: Falsa acacia

    (leguminosas);

    16: Manzano

    de

    monte;

    17: Peral

    silvestre;

    18:

    Cerezo

    silvestre; 19:

    Endrino;d0;

    Guillomo;

    21: Nspero

    comn;d2:

    Serbal;

    23: Serbal de

    cazadores;

    24: Mostajo; 25: Acerolo;d6: Espino

    albar;27:

    Espno

    de fuego; 28: Espina de Cristo

    (rosceas);

    2 :

    Espino

    amarillo

    (eleagnceas);

    30:

    Tilo

    (tiliceas);

    J1:

    Cornejo macho

    (cornceas);

    32:

    Madroo

    (ericceas);

    33:

    kebuche;94: Fresno

    (oleceas);

    35:

    Saco;

    36:

    Saco

    rojo

    (cprifoticeas);

    37:

    Palmito;

    38:

    Palmera

    datilera

    (palmceas),

    33

    los

    FRUToS D[ ros

    aRBusros

    Y

    INRDDADIRAS

    39:

    Grosellero; 40:

    Uva espn;r41: Rosal

    silvestre;*2: Zaruamora;

    43: Zarza

    de

    rocas;

    44:

    Zarza

    terrena; 45:

    Frambueso;

    46:

    Fresa

    silveste

    (rosceas);

    47:

    Nindano;

    48:

    Gayuba

    (ericcen);

    49:

    Mirto

    (mirtceas);

    50:

    Alquejenje

    (solanceas);

    *5

    1 :

    Madreselva

    (caprioli:ceag;

    r52:

    Jara

    (cistceas)

    t53:

    Retama

    (leguminosas).

    40

    pmnrm

    PAna

    vxRtxJRA

    Y

    DNSAI,AI{S

    54:

    Culantrillo

    de

    pozo (polipodiceas);

    r55: Cola de

    caballo

    (equisetceas);

    $6:

    0rtiga mayor;

    57:

    Paetaila

    (urticceas);

    58:

    Aleluya

    (oxalid,ceas);

    59:

    keder

    redonda;

    60: Acedera

    comn;

    61:

    Acederilla;

    62:

    Lengua

    de

    vaca

    (poligonceas);

    63:

    Verdolaga

    (portulacceas);

    64: Acelgabrava;

    65:

    tumuelle66:

    Cenizo;

    67 : Zurcn;

    68:

    PazoIe;

    6)

    :'l

    erdolaga

    marina;

    70 ;

    Salicornia

    (quenop

    o

    ditice

    as)

    ;

    71:

    Bledo

    (amarantceas);

    7

    2: Pamplina;J

    I

    :

    Colleja

    (cariofitceas);

    t7 4:

    Amapola

    (papaaerceas)

    ;

    75:

    Berro;

    76:

    Mastuerzo

    arrugado;

    77:

    krro de prado;

    78:

    Hierba

    de

    los

    cantores;

    79:

    Rabanillo;r80:

    Oruga;81:

    Pan

    y

    quesillo;

    Espina

    de

    Cristo

    (Zizyphus

    sp no-chrst

    )

    t6

    o

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    8/169

    o

    o

    82:

    0ruga

    martima;

    83:

    Col

    marina

    (crucr,feras);

    84:

    Violeta

    (uiolceas);

    85:

    Pimpinela

    menor;

    86:

    Cariofilada

    (rosceas);

    87:

    Alholva;

    88:

    Tetragonolobus

    purpureus;

    89:

    Garbancera;

    0:

    Esparceta;r91:

    Alfalfa;

    r 2:

    kveja

    (leguminosas);

    t93:

    Malva;

    94r

    Malvavisco

    (maluceas);

    i95:

    Hinojo;

    96:

    Hinoio

    marino;

    97:

    APio

    silvestre;

    98:

    Apio

    caballa

    :

    Eringio

    martimo;

    100:

    Meo;

    101:

    Angelica

    silvestre

    (umbelftras);

    102:

    Peralito

    menot

    (Pirolceas);

    103:

    Primavera

    comn;

    104:

    Pamplina

    de

    agua

    (primulceas);

    i05:

    Borrala;

    106:

    viborera;

    107:

    Consuelda

    menor

    (borr

    agin

    'ce

    as)

    ;

    108:

    kcabunga

    (escrofulariceas);

    109:

    Llantn

    (Plantaginceas):

    1 10:

    Hierba

    galera;

    171

    Ortiga

    muerta;

    112: Hiedra

    terrstre;

    113:

    Betnica

    (labiadas);

    114: Amor

    de

    Hortelano

    (rubiceas);

    115:

    Valerianela;

    116:

    Milamores

    (ualrianceas);

    117: Cardo;d18:

    Cardo

    mariano;

    119:

    Cardillo;

    120: Cardo

    de

    pantano;

    i21:

    Carlina

    angelica;

    122: Chirivita;

    123:

    Tuslago;

    124:

    Milenrama;

    125:

    Dente

    de

    len;

    126:

    LamPazot

    127:

    Abremanos;d28:

    Cerraja;

    d2 :

    Lechuga

    de

    montaa;

    130:

    Condrila;

    131:

    Maravilla

    de

    los

    campos;

    132:

    khicoria;

    1Jl:

    Margarita

    mayor;

    134:

    Carrizo

    (comPuestas)'

    Y

    MUCHAS

    S

    tlirschfeldia

    incana;

    Lunaria

    (uucferas);

    Siempreviva

    may or

    (uasulce

    as)

    ;

    Saxifraga

    dorada

    (saxifrag

    ceas);

    Salicaria

    (litrceas);

    Hierba

    de

    San

    Antonio

    (enoterceas);

    Capuchina

    (

    troPaeolaceqs)l

    Cisca;

    Heracleum

    sphondylium;

    Perifollo

    (umbelferas);

    Pulmonaria;

    Lengua de buey

    (borraginceas);

    Cambronera

    (solanceas);

    Eufrasia;

    P

    aiarila

    (escrofulariceas)

    i

    Hisopo;

    Bgula

    (abiadas);

    Jopo

    (orobancceas);

    Lapsana

    (comPuestas);

    lunco

    (uncceas).

    Hierba

    del

    man

    (gramneas)

    MXNUS

    CON

    PTANTAS

    SIIVISTNES

    Ensaladas.

    Escaldado

    de

    verduras.

    Salteado

    de

    verduras.

    Ensalamiento.

    Verdura

    de

    guerra.

    Verdura

    conbinada.

    Menestra

    de

    pastor,

    Corazones de cardo

    con

    arveias

    Verdura

    silvestre

    con

    apio.

    Zumos

    silvestres.

    A la

    brasa

    Pan

    de

    monte.

    Leche

    vegetal

    silvestre

    PARA

    LLEVAR:

    Tortillas

    de

    plantas.

    Croquetas

    Temporas.

    Pizzas

    con

    Plantas

    Bledo

    (

    Amor

    anthus

    r etr

    ofl

    exus)

    "8

    83

    tr

    0

    INDICE

    '

    eguindo

    tomo

    I

  • 7/21/2019 Carlos Donoso - Supervivencia2

    9/169

    D

    87

    90

    SOBRI

    IIT

    CAZA Y

    tA

    PDSCA

    Las

    protenas.

    Admira los

    animales.

    tA

    NUTRICIN

    NT

    SUPXRVIVDNCIA

    Peligros

    del

    comer

    silvestre.

    Normas

    generales

    de

    cocina.

    Ensaladas.

    Sopas

    y

    cocidos.

    Varios.

    Los

    animales y

    las

    situaciones

    lmite.

    94

    pmnrls

    pAna

    coNDmINTAR

    r

    136:

    Laurel

    (laurceas);

    r

    1

    37:

    Alcaparra

    (caparidaceas);

    138:

    Mostazas:

    139:

    Hierba

    ajen; 140:

    Lepidios;

    I

    41

    :

    Coclearia

    (cruciferas)

    ;

    142:

    Siemprevivas (crasulceas);

    143:

    Cilandro

    (umbelftras);

    144:

    0rgano;d45:

    Tomillo;146:

    Menras;

    147:

    Toronjil

    silvestre;

    148:

    Melisa;

    1149:

    Salvia

    (labiadas);

    r150:

    Ajos

    silvestres;d51:

    puerros

    silvestresl

    152:

    Cebollino;

    153:

    Cebolln

    (tiliceas).

    101

    mfcns

    Y

    Rrzotras

    154: Nenfar blanco (ninfeceas);

    155:

    Guija

    tuberosa;

    156:

    Regaliz

    (leguminosas);

    157:

    Castauela;

    158:

    Alcaravea;

    159:

    Chiriva;

    1160: Zanahoria

    silvestre;

    j.6l:

    Zanahoria

    b

    astaa

    (

    u m b

    e

    I

    fe

    r

    a

    s

    ;

    i62:

    Rapnchigo

    (campanulceas);

    r163:

    Salsifi

    blanco;

    164:

    f,scorzonera

    (compuestas);

    r165:

    Espadaa

    (ttfceas);

    166:

    Saeta

    de

    agua

    (alismatceas);

    167:

    Junco

    flordo

    (butomceas)i

    168:

    Castaa

    de agta

    (bidrocarit.ceas);

    116 :

    Merenden;

    170: Martagn;d7i:

    Gamones

    (liliaceas);

    17

    2

    : Clamo

    aromtico (iri

    dceas)

    ;

    173:

    Chufa

    (ciperceas);

    174:

    Grama

    de las

    boticas:1175:

    Caa

    comn

    (gramneas);

    11 76:

    0rqudeas (orquiclceas);

    177:

    Arisaro

    (arceas).

    110

    nspnRAcos srrvnsTRs

    1

    78: Lpulo

    (cannabceas);

    179:

    Nueza

    (cucurbitaceas);

    r180:

    Nueza

    negra

    (dioscctreceas);

    181

    : Zarzapanilla;

    I 82 :

    Brusco;

    11

    83:

    Esprragos

    silvestres;

    184:

    Leche

    de

    pjaro

    (liliceas).

    114

    pmnras

    vuN[Nosas

    185:

    Sabina (cupresceas);

    186:

    Murdago

    (lorantceas)i

    187:

    Sello

    de Salomn (pctligondceas);

    188:

    Neguilla

    (cariofilceas);

    189:

    Hierba

    carmn (fitolacceas);

    1 0:

    Lechetreznas;

    191

    : Ricino (euforbiceas);

    1 2:

    Boj

    (bu.x,ceas);

    193:

    Helboros;i1 4:

    Clemtide;

    195:

    Acniros;

    1 6:

    Adonis;

    197:

    Anmone;

    1 8:

    Hierba

    centella;r1 :

    Botn

    de

    0ro; 200:

    Arauelar

    0

  • 7/21/2019 Carlos Donoso - Supervivencia2

    10/169

    o

    Armillaria

    color

    de

    miel

    (A.

    meller)

    201:

    Albarraz;202:

    Aguilea;

    203:

    Hierba

    de

    San

    Cristbal

    (ranuncukiceas

    )t

    204:

    Adormidera:

    205:

    Celidonia

    mavor

    (Popu

    uerceas):

    206:

    Nabo del diablo

    (enterceas)',

    207:

    Dafnes

    (limeleceas):

    208:

    Emborrachacabras

    (cttriaririceus):

    209: Castao

    de

    Indias

    (biprrcastaacets).

    210:

    Zumaque

    (anacordiceus),

    21

    l:

    Acebo

    (aquifolidceas):

    212:

    Bonetero

    (

    celaslrceas

    ),

    213: Cicutal

    274:

    Berraza

    (unbelileras)t

    r215:

    Hiedra

    (aruliceus):

    216: Corneio

    sanguneo

    (cornceas)

    217:

    Rododendro

    (ericceas)t

    218:

    Murajes

    (primulceus):

    219:

    Vencetsigo

    (ascle1idaceas):

    1220: Aligustre

    (leceas)t

    r221:

    Adelfa

    (aPrrcnuiceas);

    222: Hierbamora, Dulcamara,

    l'omatillos

    del

    diablo.

    223:

    Beleord24:

    Estramonior

    225:

    Mandrgoral

    226:rBelladona

    (

    stlanoceus),

    1227

    : Digifal

    (

    escrofula

    r

    iceas

    )

    :

    228:

    Coloquntida,

    221):

    Pepinillos

    del diablo

    (t'ucurbilaceas):

    230:

    Madreselvasr

    231:

    Yezgoi

    232:

    Viburnos

    (caprt

    ilitit'eas):

    233:

    Cachurrera

    (smhn

    siaceas

    ),

    234:

    rnica:

    235:

    Aienjo

    (conpueslas),

    236

    :

    lrlatacaballo

    s

    (

    c

    a m

    p

    a r

    t

    u I ac

    e as

    )

    :

    237:

    Lirios

    (irictceas)t

    238:

    Jva

    de

    raposa;

    239:

    Clquico

    (liliceas):

    240:

    Verdegambr.e

    (

    uraliiiceas

    ):

    241:

    Aro

    (ardceas).

    134

    ns

    sDTAs

    242:

    Champin

    (l.CA) 243: Rsula

    (l,BN).

    244:

    Nscalo

    (LBD).

    245:

    Seta

    de

    primavera

    (LBN).

    246:

    Colmenilla

    (S).

    247:

    Galamperna

    (LBN).

    248:

    Seta

    de chopo(l.CA).

    249:

    Platera

    (LBD). 250: Negrilla

    (LBN).

    251: Cazoleta

    (S)

    252: Orellanes

    (LBD)

    253:

    Cabrilla

    (l.CS).

    254:

    Ninfa

    (LBN)

    255:

    Hgado de buev

    (T).

    256: Calvatia

    gigantea

    (S).

    257:

    Armillaria

    color

    de

    miel

    (LCS).

    258:

    Higrforo de los

    prados

    (LBD).

    259: Seta'del cardo

    (LBD).

    260:

    Barbuda

    (LCA).

    261: Pie azul

    (LCS).

    262:

    Lengua de

    gato

    (S).

    263: Boleto

    (T)

    264:

    Amanita

    (l.BN)

    2(r5:

    Prfido

    (LCS)

    266:

    Matasuegras

    (LCS).

    267: Hifoloma

    de

    iminas

    verdes

    (LCS).

    268:

    Trufas

    (S)

    .

    lquenes:

    26 : Tripa

    de roca.

    270:

    Lquen

    de

    Islandia.

    150

    rm

    atcas

    naRINAs

    r

    Feoffceas

    (algas

    pardas).

    2l

    1 :

    Pe\t'e\ia cartalit-tr|a|u

    (sup):

    272:

    FLrcus;

    273.

    Asco1lt.l'llun

    trrkxunt"

    27

    4:

    Lau

    rencia

    Pianti

    t'itlu

    (ntetl.):

    275: l.aminarias:

    )16:

    Aluriu

    escttlcttlu:

    27T:

    ,1ut'urLti:u

    prt\.l'st'l.tides

    (inf

    .).

    Rodofrceao

    (algas

    rojas).

    278:

    I\{usgo de

    Irlanda; 2,'t):

    (iigurtittrt

    slcllttlu:

    280

    : \

    tl.t'si

    p

    ltt

    ttt i

    tt,

    281 : Gel

    i

    d

    i

    u

    n

    (ned

    ):

    282:

    Rl.ttxl.l'mettia.

    283.

    Dilsctt

    ctluIis:

    284:

    Porfira

    (inf,)

    Cloroffceas

    (algas

    verdes).

    2tl5:

    l.echuga de

    ntarr

    J8(t:

    ,\Ittttslrrtntu

    gre

    ti I

    lei

    (nled.)r

    2tl7:

    E t

    t

    Ie

    rr

    tntr trpl.tu

    (narisnlas).

    117

    couo

    tos PJARos...

    Cultivos

    asilvestrados.

    Rebtrsca.

    Polen

    v miel

    silvestre,

    161

    Norcns

    cENERAIES

    I)lantas.

    Hongos.

    Algas

    Abreviatures

    n

    setas

    Y

    algas

    l,lll):

    l,mins

    lJlancs

    f)ecurretltes

    (qtle

    corren

    por el

    pie)

    l.BN: l,minas Bllncas No

    deettrrentes

    (srilo h;ritl

    el

    sonlbrero)

    l,CA:

    l.nrinas

    Coloreadas

    I'

    con

    Anilltr

    l,CS:

    Lminm

    Colorettds

    v Sin

    lnilltr

    'l':

    l'bulos

    (peqtterios

    Poros)

    S: Sin

    lminas

    ni

    ttibulos

    sl.lp:

    crecen

    en

    el

    lmite

    superior

    de

    las

    nlareas

    nred: crecen

    en nledio

    inf:

    baio

    el

    lnite

    inferior

    E]

    CI

    TNDICE

    O

    Segundo

    tomo

    t

  • 7/21/2019 Carlos Donoso - Supervivencia2

    11/169

    Alirn

    entat.se

    de

    plantas

    silvestres

    Para

    los

    que

    dicen

    "me

    ecbara

    al

    rnonte",

    pero

    luega

    se

    echan

    atrs

    porque

    lo

    uen

    lnposible

    y

    siguen

    aguantando

    mecba

    en

    desacuerdo

    consigo

    mismos,

    esclauos

    de

    esa

    conodidad

    tan

    incmoda

    I

    tan

    rara;

    para

    que

    quimes

    ualt

    unos

    das

    al

    mlnte

    no

    necesiten

    lleuar

    el

    bote

    de

    chipirones,

    las

    galletas

    Mara

    y

    el

    bocadillo

    de

    trtrtilla,

    este

    (manuab

    quiere

    ensear

    a conocer

    alimmtarse

    de

    los

    numerosos

    frutos

    y

    productos

    qu

    nos

    olrece

    gratuita

    I

    espontneamenle

    la naturaleza,

    en

    mucba

    ocasiones

    llenos

    de

    propiedades

    cualidades

    alimenticias

    y

    lo

    suficientemente

    nutnerosos

    con

    o

    par6

    satisfacer

    nustra.s

    recesidades.

    Pues

    a

    pesar

    de

    las talas,

    las quemas

    I

    dems

    barbaridades

    que

    benos

    becbo

    en

    nupstro

    palio,

    todaua

    es

    posible

    uiuir

    m l

    y

    de

    l

    de

    un

    modo

    libre

    y

    natural.,.

    En su

    a

    nemtdo

    triste

    bistoria,

    et

    bombre

    ba

    dejado

    de recoger

    el

    alimmto que

    le

    ofrece

    la

    lhturaleza

    para

    trabajar

    todos

    los

    das

    ocbo

    boras

    y

    as

    poder

    comer

    pagarse

    una

    serie

    de

    necesidades

    innecesarias.

    )nce

    meses

    esperando

    agosto

    para

    ir al

    campo

    a

    uer

    de

    lejos

    parte

    de

    lo

    que

    queda

    del

    paraso

    abandonado,

    I

    jugar

    de

    un

    modo

    infantil

    y

    caricaturesco

    a

    lo

    que

    fue

    y

    podra

    baber

    sido,

    El

    pecado

    original

    del

    bombre

    fue

    comer

    esa

    ntanzana

    roja

    de

    la

    bbrida

    uariedad

    Starking

    que

    pintan

    hs libros

    de religin.

    Conozcamos

    pues,

    ad,miremos

    y

    comamos

    los

    frutos

    y

    alimentos

    siluestres

    de

    esa

    gran

    despensa

    que

    es

    la

    lgturaleza

    y

    que

    ahora

    iremos

    uiendo,

    Muchos

    son

    los

    que

    los

    domingos

    uan

    al

    monte,

    bastantes

    los

    que

    pasan

    sus uacaciones

    en

    el

    campo,

    infinidad

    los

    que

    gwtan

    de la.

    lhturaleza; pero

    n

    q)

    pocos

    saben

    qu

    pisa

    en

    realidad

    su

    bota

    de siete

    leguas,

    qu

    plantas

    les

    saludan

    en

    silencio

    desde

    un

    lado

    det

    camino.,,

    las

    nismas

    que

    pueden al,iuiar tantos

    enfermedades

    y

    swtituir

    en

    la

    tartera

    a las

    latas

    de

    conseruas.

    Con

    esto

    no

    pretmdemos

    solammte

    que

    se

    utilicm

    las

    plantas

    siluestres,

    sino

    sobre

    todo que

    se

    sienta

    inters

    por

    conocerlas.

    Si

    todas

    estas

    imgenes,

    si

    hs

    largos

    ratos

    pasados

    ante

    el

    piano

    de

    letras

    ban

    seruido

    para

    que

    alguien

    caninando

    por

    el

    cantpo

    se

    detengd

    ante

    unaflor,

    si

    ban suuido

    para

    que

    alguien

    conozca

    una

    planta

    ms,

    para

    que

    alguna

    persona

    comprmda

    que

    no

    bay

    por

    qu

    morirse

    de

    hambre,

    para.

    quc

    un

    montauo

    lleue

    una

    lata

    nmu

    al

    rnonte,

    para

    que

    nos

    aborremu

    ueinte

    duros

    en

    el nercado

    o

    para

    que

    a

    alguno

    se

    le

    encienda

    la

    sangre

    cuando

    escucbe

    la

    notosiena

    en el

    bayedo...

    este

    trabajo

    estas

    "agujetas,,

    aqui

    sobre

    esta

    silla,

    babrn

    nerecido

    la

    pena.

    I fl

    ALTMENTARSE

    DE PLANTAS

    y

    FRUTOS

    STLVESTRES

    I

    Y Prdposiro

    de lo

    obro

  • 7/21/2019 Carlos Donoso - Supervivencia2

    12/169

    -Pcro

    oe

    pucdc

    uno

    llncnter

    dc

    plentes

    sllvestrcc,

    no cs

    un

    llo-

    co nrsoqulcte

    y

    rburrldo?

    -No,

    no

    es

    montono

    ni aburrido ali-

    mentarse de

    plantas

    silvestres.

    Cono-

    cindolas

    puedes

    preparar

    las

    ms

    va-

    riadas

    ensaldas,

    todo

    tipo de

    verduras,

    sopas

    vegetales,

    postres

    de

    los ms

    dis-

    pares gustos

    y

    contenido.

    las

    plantas

    es-

    pontneas

    nos

    dan incluso

    harina

    para

    hacer

    pan,

    ajos

    silvestres, cebolletas

    co-

    mo

    las de

    los

    nazarenos,

    "patatas"

    co-

    mo

    los tubrculos

    de

    las orqudeas,

    de

    los

    gamones,

    de

    la

    bistorta,

    de

    l

    con-

    suelda,

    de

    la espadaia,

    etc; e

    incluso

    una

    variada cantidad

    de

    nutritivos

    fru-

    tos

    secos, como

    la

    caslafia

    de agua,

    la de

    tierra,

    los

    hayucos

    (con

    los

    que

    pode-

    mos

    hacer aceite)...

    Los

    rboles sil-

    vestres, con sus

    bayas,

    frutas

    y

    semillas,

    llevan

    nuestras

    posibilidades hasta el

    si-

    baritismo.

    Podemos aad

    a

    nuestro

    men

    setas,

    algas,

    el

    polen

    recogido di-

    rectamente

    de las

    flores,

    algo

    de

    miel de

    las

    colmenas

    salvajes,

    etc,

    Como veremos

    en

    estas pginas,

    en

    la vasla

    despensa

    de

    la

    Naturaleza

    hay

    dnde

    escoger

    y

    de

    qu

    alimentarse.

    Es

    muy bonito,

    nada

    montono

    y

    sobre

    to-

    do realmente

    sano

    y

    natural,

    librarnos

    de

    los

    gustos

    y

    las costumbres

    impues-

    tas de

    comer

    "cantidad"

    y

    no

    "cali-

    dad".

    -Y

    unr dlet

    sllvestre

    puede

    ser

    lo

    suclcntemente

    nutrltlve?

    -En

    principio

    no se

    Puede

    soar

    con

    el

    zorzal

    y

    de

    la

    nocbe

    a la

    maana

    ecbar

    a

    uolar,

    pues

    tambin

    existe

    el

    riesgo

    de darse

    un

    trompazo

    con un

    en-

    venenamiento,

    una

    gastroenteritis

    o

    una

    debilidad.

    Pero

    todo

    el mundo

    puede

    ir

    introduciendo

    plantas

    silvestres

    en

    sus ensaladas

    y

    verduras, ir

    recogien-

    do

    y

    aprendiendo...

    y

    as

    utilizar cada

    vez ms

    y

    con

    mejor criterio

    las

    plantas

    silvestres,

    El

    problema ms influyente

    alakon

    de

    la verdad

    estriba

    en

    que

    en buena

    parte

    no comemos

    slo

    para

    alimentar'

    nos.

    Hoy

    ms

    que

    nunca, tragar

    no es

    slo

    echarle

    lea al

    fogn, sino un

    for-

    ma de

    paliar

    la ansiedad,

    de

    querer

    lle-

    nar

    con comida

    un

    hueco

    interior

    que

    no est

    en

    el estmago..,

    Con el

    actual

    glacer

    de comer)

    compensamos

    las in-

    satisfacciones

    existenciales

    de

    nuestro

    desvirtuado

    modo de

    vida.

    Es mucho

    ms

    difcil

    descubrir

    la

    falsedad

    del arti-

    ficial

    y

    quiz

    ficticio

    placer

    de

    nuestros

    platos

    cotidianos,

    que

    renunciar a su ali-

    mento

    real,

    S10 aqu

    hace aguas

    el

    ali-

    'mentarse

    de

    plantas y frutos

    silvestres,

    y

    no

    en sus

    posibilidades

    nutritiuas,

    que

    como

    veremos

    son

    ms

    que

    sufi-

    cientes

    y

    diversas.

    De todos modos, masticar

    muchas de

    estas

    pla0tas

    no

    supone

    ninguna

    peni-

    tencia;

    en muchas ocasiones

    es muy

    agradable,

    y

    lodllt

    ms

    que por

    el

    pa-

    ladar,

    por

    ese

    cosquilleo

    del sentir-

    un

    poco

    ms

    la

    energa viva

    de lo natural.

    Primero hay

    que

    aprender

    a

    conocer

    y

    a

    encontrar

    la

    planla

    silvestre

    comestible... iuego

    a

    hallarle

    su peculiar

    gusto.

    Sobre

    gustos

    no

    hay normas,

    pero

    s

    podemos

    decir

    que

    la lengua

    y

    el est-

    mago se

    amoldan

    como

    el

    agua

    al

    reci-

    piente.

    Cuando

    empezamos

    a

    comer

    plantas

    silvestres,

    si

    estamos

    acos-

    tumbrados

    a

    productos

    degenerados,

    a

    gustos

    inspidos,

    a

    comer

    pocos

    vegeta-

    les

    y

    a

    platos

    recalentados,

    muchas

    de

    estas

    plantas

    nos

    pueden

    resultar

    fuer-

    tes,

    amargas,

    inaptitosas

    o

    desagra-

    dables;

    pero

    todo es cuestin

    de

    "enten-

    derlas".

    El

    estmago

    se

    va adptando

    a

    estos

    nuevos alimentos

    y

    al

    paladar

    le

    acabu

    gustando.

    Por otra

    parte,

    las

    plantas

    silvestres suelen

    ser

    mucho

    ms

    ricas en

    vitaminas,

    sales

    minerales

    y

    oli-

    goelementos

    que

    las cultivadas.

    Es ms

    que

    sobrevivir:

    es

    vivir.

    Es

    ese

    tipo

    de

    "yoga"

    que

    no se

    hace

    en

    un

    gimnasio,

    ese sueo

    que

    no se

    tiene

    sobre la almohada,

    ese

    encuentro

    en

    la

    primera

    dimensin

    que

    no

    se da

    ni

    en

    el cielo

    ni en el infierno.

    Y tampoco en el

    "purgatorio".

    :i:*.

    *3.,.,

    . n*.

    -

    arl:.

    1..$.:

    '*

    *

    r

    .t.-

    lx

    --t"

    rtr

    AL|MENTARSE

    DE

    pLANrAs

    y

    FRUros

    t::,E;L[il

    I

    I

  • 7/21/2019 Carlos Donoso - Supervivencia2

    13/169

    Xs

    mlis

    quc

    sobrcvlvir:

    es

    vlvir

    ,

    Volver

    alatierra,

    volver

    al

    bosque,

    a

    Ia

    Naturaleza,

    es hacer

    algo

    que

    nos

    rea_

    liza,

    que

    nos

    satisface.

    Es

    eliminar

    nece-

    sidades

    superfluas,

    y

    las

    reales

    obte,

    nerlas

    con

    agrado

    en una

    actividad

    di-

    recta

    que

    no

    es

    trabajo

    sino

    salud,

    alegra,

    deporte,

    aficin,

    ilusin

    y

    vida,

    La

    tierra

    y

    el

    bosque,

    adems

    de

    mante-

    nernos

    vivos

    y

    proporcionarnos

    la

    co_

    mida

    sin

    enfermarnos

    ni

    esclavizarnos.

    nos

    dan

    ese

    alimento

    espiritual,

    senso-

    rial

    y

    humano

    que

    tanto

    falta

    en

    las

    grandes

    ciudades.

    Con

    esta

    amplia

    relacin

    de frutos,

    glantas,

    setas

    y

    algas

    silvestres,

    y

    apren-

    diendo

    sobre

    la

    marcha

    algunas-ms

    puedes

    alimentarte

    pricticamente

    de

    productos

    silvestres,

    lo

    cual

    es excelente

    si

    pasas

    temporadas

    en

    el campo.

    Pelando

    un hayuco,

    sacando

    unas

    castaas

    de

    sus

    erizos,

    cascando

    unos

    piones

    o simplemente

    recogiendo

    mo-

    ras

    en

    un

    espinoso

    zarzal,

    comprende_

    mos

    que

    nuestra

    constitucin

    est

    per_

    fectamente

    adaptadapara

    eso

    y

    que

    si el

    guila

    tiene

    fuertes garras

    y

    el leopardo

    zarpu

    ripidu,

    uno

    tiene

    estas

    hbiles

    manos para

    coger

    y

    pelar

    cualquier

    tipo

    de

    fruto.

    Una

    actividad

    en

    la

    que

    cuil-

    quier

    otro

    animal,

    exceptuando

    al

    mo-

    no,

    tiene

    mayores

    dificultades.

    Con

    las

    brasas

    se

    pueden

    preparar

    humildes

    pero

    exquisitos

    alimentoi

    sil-

    vestes,

    asados

    o tostados.

    Algunas

    races

    ganan

    mucho

    despus

    de

    un ra-

    to

    entemadas

    bajo

    las

    rojizas

    ascuas.

    Las

    bellotas

    as

    asadas

    o

    unts

    setas

    en

    la

    Ante

    tal diversidad,

    cul

    escogerl

    punta

    de

    una

    ramila

    son

    parte

    de

    place-

    res

    inimitables

    ni

    por

    el

    ms

    estrellado

    hotel,

    y

    es

    que

    las

    brasas

    y

    las pavesas

    son

    condimentos

    que

    hacen

    graio

    cual-

    quier

    alimento.

    El

    fuego

    en

    el

    campo

    templa

    las

    vela_

    das

    y

    con

    sus

    formas

    abstractas,

    es

    nuestra

    televisin.

    En

    un pequeo

    y

    apartado

    pueblo

    de

    las

    sierrs

    castella-

    nas,

    donde

    todava

    podemos

    ver

    la

    si-

    lueta

    del

    guila

    real y

    se

    pasea

    el

    lobo,

    donde

    todava

    se

    cosecha

    a

    trillo

    v

    se

    vielda

    al

    viento,

    y

    lo

    que

    an

    es

    ms

    difcil:

    donde todava

    no

    ha

    llegado

    Ia

    televisin,

    por

    las

    noches

    todos

    los

    paisanos

    se

    renen

    en

    un gran

    coro

    en_

    torno

    a

    una

    hoguera

    que

    ilumina

    noti_

    cias

    sencillas,

    aconteceres,

    episodios

    y

    una

    cultura.

    Una

    cultura popular

    que

    sb

    caldeacada

    noche

    en

    ese

    fuego.

    -

    En

    una

    escapada,

    mientras

    comamos

    unas

    moras,

    una

    amiga

    con

    sueos

    de

    nio

    demasiado

    adulto

    coment:

    ,,Qu

    bonito

    sea

    vivir

    as,

    de

    nada',.

    No,

    no

    sera,

    para

    quienes

    lo

    deseen

    es y

    puede

    ser

    muy

    real

    alimentarse

    de lo

    que

    para

    la

    gente

    es

    nada:

    zarzas,

    montibrivo,

    todo

    eso que

    lucha

    para

    sobrevivir

    al

    desprecio

    humano

    y

    que

    nos

    ofrece

    sus

    tiutos.

    Cuando

    recogemos

    fruto's

    al rbol

    no

    le

    ocasionamos

    ningn

    da0,

    sino

    todo

    lo

    contrario.

    El

    rbol

    produce

    frutos

    atractivos

    y

    gustosos

    para

    que

    al

    co-

    merlos

    llevemos

    sus

    semillas

    otros

    lu-

    gares.

    Lo

    ms

    importante

    es no

    romper

    ramas.

    Anndo

    aprovechemos

    plantas

    silvestres,

    si

    son

    escasas,

    tomaremos

    de

    cada

    plmta

    unas

    hojas,

    y

    as

    obtendre-

    mos

    la

    misma

    cantidad

    que

    necesitba-

    mos

    sin

    destruirlas.

    No

    se

    puede

    decir

    lo

    mismo

    cuando

    cogemos

    las

    races

    o bulbos

    de

    un

    vege-

    tal.

    Procuraremos

    pues

    no

    abrcarhe

    stas.

    Con

    las

    setas

    muchos

    tienen

    la

    mana

    de

    rastrillr

    y

    affanc?r

    todo

    lo

    que

    ven,

    estropeando

    los

    micelios (raicillas).

    De_

    bemos

    cortar,rdlo

    las que necesitamos

    y

    dejar

    algunas

    de

    las

    ms

    grandes

    y

    me-

    nos

    tiernas para

    que

    se extiendan

    sus

    es_

    poras.

    Conocer

    las. plantas

    y

    utilizarlas

    es

    Aprender avalorurlu,

    a

    mirarlas

    y

    res_

    petarlas.

    DNDD?

    El

    bosque

    autctono,

    el

    monte

    origi-

    nario,

    las

    tiemas

    incultas,

    son

    especial-

    mente

    generosas

    y

    ricas

    en

    alimentos

    sin

    due0.

    El

    expolio

    desmesurado

    y

    salvaje del

    hombre

    de

    los

    recursos

    de

    la

    Natwaleza,

    el

    avance

    de

    una

    agricultura

    y'

    ganadera

    urasadoru,

    las

    ialas,

    los

    incendios,

    las

    urbanizaciones,

    etc.

    han

    reducido

    en los

    ltimos

    siglos

    este

    co-

    medero

    silvestre.

    Ese

    espontneo

    huerto

    inmenso

    y

    sin plaguicidas

    que

    es el

    bos_

    que

    natural

    ha

    sido

    reducido

    a

    los,mon_

    tes y

    zonas

    inaccesibles,

    a

    los

    setos

    y

    cunetas,

    a los

    nuevos

    baldos.

    y

    a

    pesar

    de

    todo,

    4n

    es

    posible

    lim:ntarie

    de

    productos

    silvestres.

    En

    las

    montau

    cantbras

    v leone_

    sas,

    en los

    Picos

    de

    Europa,

    nos

    compla-

    cemos

    en

    contemplar

    los

    hermosos

    ha_

    yedos

    que

    alimentan

    con

    sus frutos

    a

    r-

    dillas.

    corzos,

    lirones y

    al

    hombre

    de

    bosque.

    All

    tambin

    comemos

    con

    gus-

    to

    y

    abundancia

    mostaios,

    agraceos,

    castaas,

    nueces

    y

    avellanas

    silvestres.

    En

    otoo

    estas

    tierras

    son

    para

    la

    palo-

    ma

    torcaz

    que

    posa

    en

    ellas

    su vuelo

    un

    paraso

    inolvidable,

    un

    edn

    del que

    s_

    lo

    el

    rigor

    dei invierno

    nos

    puedeixpul-

    sar.

    Los

    Piineos,

    sus

    estribaciones

    v

    sus

    bosques

    tienen

    un

    componente

    preci-

    do.

    De

    ellos

    guardamos

    el

    recueido

    en

    los ojos

    y

    en el

    paladar de sus

    serbales

    encarnados,

    de

    sus

    raroE

    sacos

    rojos,

    de

    sus

    praderas

    donde

    nos

    embriagamos

    de

    arndanos,

    de

    sus

    grosellas,

    sus

    ha-

    yucos,

    sus

    merenderas,

    sus

    arroyos

    ju_

    guetones,

    donde

    la

    llamada

    hidroterapia

    es

    una

    fiesta,

    una

    alegra

    al

    medioda.

    Tambin

    vimos

    en

    ellos

    muchas

    tuchas

    -

    bravas,

    truchas.del

    pas

    asalmonadas,

    en

    la

    salida

    de

    cada

    corrientilla,

    tas

    ca-

    l2

    i:'I5*t^RSE

    DE

    PLANTAS

    Y FRUros

    SILVESTRES

  • 7/21/2019 Carlos Donoso - Supervivencia2

    14/169

    da

    piedra;

    aquellos

    riachuelos

    putecan

    viveros de truchas... Pero no

    cogimos

    ninguna.

    Es

    demasiado fcil echar unas

    hojas

    de

    gordolobo

    machacado, o lo

    que

    es

    peor:

    leja

    o

    dinamita,

    extender

    el

    trasmllo,

    meter

    la mano en

    las

    cuevas

    o engaar

    su

    brutal apetito con un

    cebo.

    Da

    pena

    matar

    a

    un

    animal

    as,

    cuya vi-

    libre en

    semejante

    lugar

    casi suscita

    envidia.

    Talyez,

    algunos

    se

    sientan contentos

    jugando a Daniel Boone.

    Estas

    truchas,

    el

    pescado,

    la

    caza..,

    pueden

    suponer

    una

    importante

    ayuda

    para

    sobrevivir

    en el bosque

    en

    caso

    de

    extrema

    necesi-

    dad,

    pero

    tambin hay

    que

    ser

    conscien-

    te de

    que

    si se les mata

    -como

    hace to-

    da esa

    pandilla

    de domingueros

    malhu-

    morados

    que

    van

    nevadirse,

    con una

    escopeta

    o una caa-,

    pronto

    remata-

    remos

    la agnica fauna

    de nuestros

    campos

    y

    ros.

    Contemplar

    una

    trucha

    saltando a los mosquitos, la

    pirueta

    cir-

    cense de un

    rebeco

    brincando

    por

    los

    peascos,

    el blanco raboneo de

    un

    cone-

    jo, la

    danza de

    un

    corzo

    huyendo,

    el

    cascabeleo de

    una

    perdiz

    en

    levante

    o

    la

    esfinge de un ciervo entre el matoral,

    alimenta ms,

    mucho ms,

    que

    ma-

    tarlos

    y

    comrselos..,

    En

    la

    Meseta,

    en

    esas

    impresionantes

    estepas cerealistas donde la vista

    se

    pier-

    de

    montona

    en

    kilmetros

    y

    kil-

    metros

    de

    tienas

    de

    labor, donde resulta

    difcil alimentarse sin abrir el monedero,

    all

    quizi puedan

    veranear

    las

    gallince-

    as, codornices, sisones

    y

    perdices; pero

    si

    nosotros

    buscamos

    plantas

    silvestres

    y frutos

    comestibles tendremos que

    tirar

    al

    monte,

    buscar

    las

    sierras

    y

    los

    bos-

    ques,

    salir

    de ese

    desierto artificial.

    Es-

    tornudn

    los campos

    por

    los

    herbicidas

    y

    no hay en l

    setos

    ni

    bosquetes

    donde

    se

    guarezcan

    los

    nimales

    y las

    plantas

    beneficiosas

    que

    atraigan la humedad.

    El

    sur, tal como saben

    muchas

    aves,

    es buena tienapara

    invernar.

    Su acoge-

    dor

    clima facilita mucho

    la

    vlda

    al aire

    libre

    en

    los meses de los chuzos

    y

    los

    charcos

    duros. En las

    proximidades

    de

    la costa se

    pasan

    mejor

    las noches,

    por-

    que

    es muy difcil

    que

    hiele.

    En

    el

    sur

    podemos

    comer las

    dulces

    algarrobas, mirtilos, borrajas,

    palmitos,

    la anedera

    redonda

    y

    muchas otras

    plan-

    tas comunes en toda

    la

    Pennsula.

    Tras

    las

    primeras

    lluvias

    otoales

    son

    muy

    abundntes

    los

    championes

    de

    campo,

    que

    no

    tienen comparacin

    con

    los

    de

    bodega.

    Hacia

    el sur

    enconramos

    los

    mejores

    pinares

    de

    pino pionero,

    don-

    de

    uno

    puede

    roer

    piones

    al

    lado de

    las

    ardillas.

    Allncntrrc

    dc

    fruto llvctrc

    cn

    pdrcr

    tloplcdcr

    En

    este trabaio nos hemos

    limitdo

    a

    las

    plantas

    de nuestras

    proximidades,

    a

    los frutos de

    l

    Penfnsula. Mencin

    aparte

    podramos

    hacer de los extraordi-

    narios frutos

    subtropicales

    y

    tropicales.

    En

    esas

    clidas tienas, donde

    las

    plan-

    tas,

    los frutos

    y

    las

    semillas

    alcanzan di-

    mensiones impresionantes,

    existen

    muchas ms

    posibilidades

    de

    alimentar-

    se de

    lo

    silvestre.

    "En

    Ganbia no existe el bambre. Lo

    que

    aqu tenis

    nno

    un lujo all es

    gratis.

    La

    selua

    da

    mucbsirnos

    frutos,

    muy

    ricos,

    y

    durante

    todo

    el a0,

    por-

    que

    no bay inuierno. Debes ir

    a

    ni

    : *^-'

    [:r'1:

    :

    ]

    ,,

    l ,1**r,;

    ALTMENTARSE

    "",'#Jff

    :,51y1:;,::,tYfiI)5,]

    I

    3

  • 7/21/2019 Carlos Donoso - Supervivencia2

    15/169

    pas",

    me

    deca

    un

    amigo

    negro.

    Segn

    cuenta

    la prehistoria

    (y

    segn

    quien

    la

    cuenta)

    el

    hombre

    viva

    en

    cli-

    mas

    muy

    benignos,

    y

    fue

    a

    partir

    de

    las

    glaciaciones

    (hace

    15.000

    aos)

    cuando

    se

    tiene

    que

    refugiar,

    vestir

    y

    cazat

    parz

    sobrevivir.

    Hoy

    los

    climas

    clidos y

    los

    tenenos

    tropicales

    son

    ms

    aptos para

    la vida

    silvestre

    del

    hombe.

    Algunas person6,

    cansadas

    por

    di-

    versos

    motivos

    de

    la

    sociedad

    civilizada,

    del

    modo

    de

    vida

    del

    hombre

    moderno,

    fueron

    a

    buscar

    la vitalidad

    de

    esas

    leja-

    nas

    tierras.

    Y

    es

    en esas

    latitudes

    donde

    encontramos

    los

    ltimos

    seres

    huma-

    nos,

    las

    ltimas

    tribus

    que

    viven

    an

    de

    frutos

    silvestres.

    Ciertmente,

    la.s

    latitudes

    ms

    clidas

    resultan.ms

    fciles para

    la vida

    silvestre

    del hombre.

    Las

    condiciones

    ms

    duras

    de

    los

    pases

    fros

    fuerzan

    a

    la

    agricultu-

    ray

    laganadera.Enla

    pennsula

    es

    po-

    sible

    vivir

    de

    las

    plantas

    y

    frutos

    sil

    vestres, pero

    sin

    la

    agricultura

    stos

    quedan

    ms

    bien

    como

    un recurso

    para-

    lelo

    que puede

    ser ms

    o

    menos

    impor-

    tante.

    L

    rlc flole

    de la Penlnsula

    Ibrlca

    No

    tenemos

    cocoteros.

    En

    nuestros

    suelos

    apenas

    pueden

    recogerse

    dtiles.

    En

    nuestros

    campos

    no

    medra

    la

    selva

    tropical

    de

    ananls,

    de

    pasifloras

    y

    otros

    frutos.

    Pero

    en la Pennsula

    gozamos

    de

    una de

    las

    ms ricas

    y

    variadas

    floras

    del mundo.

    Las

    condiciones

    climticas

    y

    geogrficas

    de

    este

    puente

    entre

    frica

    y

    [uropa

    anan en poco

    espacio

    una

    flora

    ms diversa que

    la

    europea.

    No

    son

    muchas

    las

    plantas

    que

    existen

    en

    otros

    lugares

    de

    Europa

    y

    no

    crecen

    aqu,

    sin

    embargo

    muchas

    especies

    que

    en la

    Pennsula

    son comunes

    no

    existen

    en

    Escandinavia,

    Alemania,

    Suiza,

    Holan-

    da, etc. Disponemos pues

    de una

    intere-

    sante

    y poco

    conocida

    vegetacin

    sil-

    vestre

    que

    nos

    brinda

    una

    amplia gama

    de

    posibilidades.

    Tenemos

    unos

    cam-

    pos

    y

    una

    Naturaleza

    ciertamente

    muy

    mallratada pero

    que

    se

    puede

    considerar

    en

    oclsiones

    como

    una

    de las

    ltimas

    reservr

    de

    Europa

    Nos

    hemos

    ceido

    al

    marco

    de

    la

    Pennsul

    lbrica paru

    no

    complicar

    al

    lector.

    Porque

    hablar

    de

    una

    seta

    que

    sa-

    le

    en los

    bosques

    alemanes

    o de

    un

    ape-

    titoso fruto

    de

    las

    selvas

    africanas

    slo

    dificultar

    el

    conocimiento

    de las

    plan-

    tas

    que

    podemos

    ver

    cualquier

    da. Nos

    hemos

    ceido

    a

    la

    Pennsula,

    pero

    en

    verdad

    la

    faja

    nos

    queda

    todava

    algo

    ancha por

    la diversidad

    de su

    flora

    antes

    apuntada.

    Ni que

    decir

    tiene

    que

    empleamos

    la

    denominacin

    nPennsula,

    para

    incluir

    a Portugal, pues

    la

    Naturaleza

    n0

    conoce

    fronteras

    de

    alambre.

    Las

    Baleares

    pueden

    considerarse

    tambin

    dentro

    del

    mismo

    clima

    mediterneo

    y

    con

    plan-

    tas

    similares.

    De

    tods

    formas,

    esta

    gua

    de

    los

    alimentos

    silvestres

    es

    utilizable

    en

    gran parte

    del resto

    de Europa,

    Las

    Canarias

    an

    poseen

    restos

    de la

    impenetrable

    laurisilva

    que

    en

    ciertas

    pocas

    lleg

    a cubrir

    la Pennsula.

    Tienen algunas plantas distintas,

    pero

    en

    los

    cultivos y por

    los

    caminos

    halla-

    remos

    bastntes

    "malas

    hierbas"

    v

    "malezas",

    eternos

    acompanantes

    del

    hombre,

    que

    aqu

    describiremos

    en

    buena

    parte.

    Ls

    estcloncs y

    le

    supervlvencla

    Aunque

    cada estacin

    tiene sus

    in-

    convenientes

    y

    sus ventaias,

    en

    todas

    las

    pocas

    del o

    se

    pueden

    encontrar

    alimentos

    silvestres.

    Slo

    hay

    que

    conO-

    cerlos

    y

    buscarlos.

    Si no

    es as,

    que

    se l0

    pregunten

    al

    tordo.

    En

    el

    ototo,

    tan

    generoso

    en frutos

    y

    bayu,

    el alimento

    abunda

    en el bos-

    que.

    Las

    semillas

    y

    los frutos

    han

    madu-

    rado;

    es la

    culminacin

    de

    todo

    un ciclo

    de increble potencia

    vital.

    Por

    estos das

    podemos

    recoger

    mostaios,

    jerbas,

    nsperos,

    nueces

    y

    avellanas

    silvestres,

    infinidad

    de setas,

    los

    primeros

    madro-

    os

    y

    las

    moras

    ms

    retrasadas,

    arnda-

    nos,

    escaramujos,

    bellotas,

    castaas,

    etc.

    Como

    las

    ardillas, podemos

    guardar

    algn

    fruto

    para

    el

    invierno

    y

    la

    prima-

    vera.

    En

    el

    otoo

    uno

    no

    slo puede

    sobrevivir,

    sino

    tambin

    echar,

    como

    los

    osos,

    mantillo

    para

    el invierno.

    El

    Jnolcmn

    en

    el bosque

    puede

    pa-

    recer

    a

    muchos

    muy

    duro,

    pero

    no

    es

    para

    tanto.

    Si

    el fro

    arrecia

    se

    puedego-

    londrinear

    hacia

    el sur,

    o como

    el zoiro

    echar

    buen'pelo

    y

    abrigo.

    Sea

    donde

    sea,

    conociendo las plantas

    y

    sus posibilida-

    des

    no

    hay por

    qu

    pasar

    hambre,

    En

    invierno

    se

    pueden

    comer

    madroos,

    escaramujos,

    mirtilos,

    palmitos,

    drago-

    nera,

    merendera

    y

    otros

    tubrculos.

    Todava

    se

    pueden

    encontrar

    muchos

    de

    los

    fiutos

    otoales,

    como

    los

    del

    serbal

    de

    cazadores,

    bellotas,

    avellanas

    sil-

    vestres,

    castaas,

    majuelas,

    endrinas,

    higos

    chumbos,

    almendas

    de rboles

    ci-

    marrones,

    etc;

    algunas

    verduras

    peren-

    nes,

    como

    acederu

    redonda,

    ortiga,

    pim-

    pinela...

    las

    primeras

    primaveras

    y

    algu-

    nas

    setas

    como

    la

    oellana y

    la

    negrilla

    (segn venga

    el

    tiempo). En las

    tierras

    menos

    fas

    es la

    mejor

    poca

    para

    sabo-

    rear

    los

    nutritivos

    piones.

    La

    pmaocra

    es la

    poca

    de

    la.s

    ensaladas

    y

    las

    verduras

    silvestres.

    Una

    gran

    cantidad

    de

    plantas

    nos

    ofiecen

    sus

    tiernos

    brotes,

    sus

    hojas

    y

    sus races

    co-

    mestibles,

    su

    polen

    y

    su

    nctar.

    En-

    contramos

    las

    delicadas

    setas de

    prima-

    vera,

    como

    las

    de

    San

    Jorge,

    la

    rsula

    dorada,

    la

    tricoloma

    cnista,

    el boleto

    elegnte,

    etc.

    ln

    primavera

    podemos

    comer

    los

    es-

    prragos

    de

    nueza,

    rusco y

    lpulo.

    Ver-

    duras de

    milamores,

    bolsa de

    pastor,

    consuelda,

    valeriana,

    apio

    caballar, pri-

    maveta,

    violeta,

    llantn,

    malva,

    lechu-

    gilla,

    cardo,

    aliafia,

    atmuelle,

    salsif,

    marayilla,

    campnuLa,

    vernica...

    con

    las

    patatitas

    de

    las

    orqudeas,

    las

    races

    del

    clamo

    y

    del

    salsif.

    Ensaladas

    de

    mi-

    lenrama,

    hinojo,

    berro,

    pamplina,

    ajos

    silvestres,

    flores

    de

    manguitos

    yborraia.

    acederas,

    diente

    de

    len...

    y

    de

    postre

    castauelas.

    En

    ocraflo

    tenemos

    tambin

    una

    gran

    vuiedad,

    porque

    lo

    mismo pode-

    mos

    comer las

    ms

    diverss

    ensaladas,

    verduas

    y

    tubrculos, que

    los

    primeros

    frutos

    y

    bayas

    y

    una gran

    diversidad

    de

    setas,

    sobre

    todo

    a finales

    de la

    estacin.

    La

    gama

    de los

    regalos

    de la Naturaleza

    es

    amplia:

    grosellas,

    uva-espinas,

    fram-

    buesas,

    moras,

    saco,

    castaa

    de tierra

    o blunio,

    los panecillos

    de la

    malva,

    ce-

    nizo,

    esparceta,

    alholva, guija

    tuberosa,

    flores

    de

    madreselva,

    zanahoria

    sil-

    vestre,

    alcachofas

    y

    fresas

    silvestres,

    etc.

    l ILIMFNI4RSE

    DE

    PLANTAS

    y

    FRUros

    stLVESTREs

    a

    a

    Lo

    fentnsula

    lberco.

    Los

    Estociones

  • 7/21/2019 Carlos Donoso - Supervivencia2

    16/169

    ALTMENTARSE DE

    PLANTAS

    Y

    FRUroS

    t:r,".:::l*

    I 5

  • 7/21/2019 Carlos Donoso - Supervivencia2

    17/169

    6,

    o^

    Los

    ftutos

    de

    los

    irboles

    pro

    por.eno

    Pnus

    pinea,

    del

    griego pinos:pino,

    g

    pinea,

    como llamaba

    Plinio

    a los

    piones.

    Cataln:

    pi

    pinyer.

    Euske-

    ra:

    belorita. Gallego:

    pino

    manso.

    El

    pin

    es un

    fruto

    del

    bosque

    que

    se

    puede

    considerar

    semisil-

    vestre.

    puesto

    que

    muchos

    pinos

    pi-

    oneros

    son

    plantados;

    pero

    otros

    muchos

    han nacido

    y

    crecido

    solos

    de

    un

    modo

    espontneo.

    El

    pino

    pionero

    es

    nativo

    de

    las

    regiones

    costeras del Mediterrneo

    y

    ha

    formado

    por

    s solo

    hermosos

    bos-

    quetes.

    Dado

    el

    inters

    que presenta

    el

    pino pionero por

    su madera

    y

    sus

    frutos, se

    han realizado

    plantaciones

    sobre

    todo

    en

    terrenos

    muy

    areno-

    srs,

    donde otros

    rboles no

    prospe-

    ran.

    Aunque

    ciertas

    personas

    son

    dueas

    de ellos

    y

    la

    actual legalidad

    impuesta

    los

    reconoce

    como

    una

    propiedad

    privada,

    no hemos

    de

    de-

    jar

    de

    comer

    piones.

    La

    accin

    del hombre

    se

    limita

    a

    quitar

    las ramas

    bajas

    del tronco

    y

    s-

    io

    en determinadas

    ocasiones.

    De to-

    das

    formas,

    debajo

    de

    un

    pino

    pio-

    nero no tienes

    por

    qu ponerte

    a di-

    vagar

    sobre su origen:

    empieza a abrir

    l

    ilP,""'

    piones,

    sobre todo

    si

    crece en

    una

    de

    esas

    inmensas

    extensiones

    de

    un

    terrateniente.

    Un banquete

    de

    piones

    resulta

    muy

    nutritivo y

    agradable,

    y

    ms

    cuando tu

    comensal

    es

    la

    ardil[a.

    Por

    su alto

    porcentaje

    de

    protenas

    y

    calor'ns

    el

    pin

    es un valioso

    ali-

    mento

    para

    crudvoros.

    Los

    piones

    maduran

    en invierno

    y

    se

    recogen

    cuando las

    pias

    estn marrones

    y

    brillantes.

    Cuando estn

    cerradas

    se

    ponen

    un

    poco

    al

    fuego.

    En verano

    las

    pias

    ya

    se han

    abierto,

    pero

    puedes

    encontrar

    piones

    a

    la

    sombra

    de esos

    grandes

    pinos

    cuya

    silueta

    les

    diferencia

    desde lejos

    de

    los

    dems tipos

    de

    pino

    por

    su

    caracterstica

    forma

    de

    parasol.

    Los otros

    pinos

    tambin

    suelen dar

    piones.

    pero

    mucho ms

    pequeos.

    Con

    paciencia tambin

    se

    pueden co-

    mer

    pues

    son muy

    sabrosos,

    y

    las

    aves

    como las

    palomas

    los

    saben

    aprovechar

    muy

    bien. Por

    ejemplo,

    el

    pino

    silvestre

    da

    unos

    pioncitos

    como

    pipas

    con

    una

    membrana

    ala-

    da. tambin

    son

    un

    pequeo

    pero

    delicado bocadito.

    TEJO

    Toxus baccoto,

    de

    foxis:

    hilera,

    por

    sus ho.jas

    en lnea.

    C:

    teix.

    Todas

    las

    partes son

    muy

    oeneno-

    sos,

    excepto.

    ese recubrimiento

    rojo

    tan

    llamativo

    que

    nos

    muestran

    sus

    frutos,

    que

    no

    contiene

    nada

    de

    loxi-

    no

    y

    es

    comestible.

    Adems,

    este ali-

    mento

    es

    bueno

    para

    el catarro.

    Pero

    hay

    que

    tener

    cuidado de

    no

    comer

    nada

    que

    no

    sea

    esa

    parte

    carnosa

    encarnada

    del fruto,

    pues

    la

    semilla

    es

    venenosa,

    abortiva

    y

    narctica.

    NOGAL

    Juglans

    regia,

    de Jouis

    glons;

    se-

    milla de

    Jpiter,

    y

    por

    una

    excelente

    raza

    de

    nogales importada de-Per-

    sia.

    C:

    noguera.

    E:

    intzaur.

    G:

    no-

    gueira.

    En

    el norte

    de

    la

    Pennsula

    los

    no-

    gales

    son muy

    abundantes.

    Por

    ejemplo en las

    vallonadas

    que

    des-

    cienden

    a

    las

    Ruta del

    Cares,

    en

    los

    Picos

    de

    Europa,

    hay

    muchos

    e

    incluso

    forman

    manchones

    de bos-

    que.

    Evidentemente, esos

    nogales

    de

    tan inhspitos

    lugares nacieron

    solos,

    Kry

  • 7/21/2019 Carlos Donoso - Supervivencia2

    18/169

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  • 7/21/2019 Carlos Donoso - Supervivencia2

    19/169

    procedentes

    de las

    semillas

    de

    ohos

    nogales

    asilvestrados.

    "De

    qun

    es

    aquella

    cantidad

    de nueces?"

    Los

    ve-

    cinos

    contestaban:

    "esas

    nueces

    son

    de

    quien

    las

    recoge;

    si

    viene

    buen

    ao

    vas t mismo y

    enseguida

    apaas

    un

    saco".

    Los nogales

    silvestres

    tambin

    son

    frecuentes

    en

    las

    riberas,

    en

    esos

    terrenos

    de nadie

    y

    de

    todos.

    Las

    nueces

    cadas

    al agua

    y procedentes

    de

    otros rboles,

    dada

    su

    forma y

    re-

    cubrimiento,

    flotan

    y pueden

    navegar

    hasta

    muy

    lejos.

    Luego,

    tras

    el

    invier-

    no,

    cuando

    el

    ro

    baja,

    con la

    hume-

    dad

    de la ribera la

    nuez

    germina

    rpi-

    da

    y

    engendra

    un

    hermoso

    nogal

    que

    puede

    adquirir

    un enorme

    porte

    y

    durar

    muchos

    aos.

    En Navarra

    tam-

    bin

    podemos

    ver muchos

    nogales

    en

    las

    cunetas, las

    orillas

    de los

    caminos

    y

    los

    setos.

    Unos

    nacidos

    silveshe-

    mente

    y

    ohos

    plantados

    por

    la

    Dipu-

    tacin.

    Pero

    en

    ambos

    casos nos

    ofrecen

    sus

    nutritivas

    semillas.

    Por

    la

    calidad

    de la

    madera

    de no-

    gal para

    la talla

    artstica,

    y

    sobre todo

    por

    su

    uso incontrolado

    para

    muebles,

    puertas, etc.,

    en

    las

    ltimas

    dcadas

    se

    han

    talado

    numerosos

    e

    impresionantes

    nogales,

    de

    sos

    que

    uno

    no

    los

    abarca con los

    brazos.

    El nogal

    silvestre

    viene

    a ser

    similar

    al

    cultivado,

    porque

    es dificilillo

    de

    in-

    jertar.

    Los nogales

    injertos

    y

    cultiva-

    dos

    suelen fructificar

    antes

    y

    dan

    una

    clase

    preseleccionada

    de

    nueces.

    AVELLANO

    SILVESTRE

    Corylus

    ouellono,

    del

    griego

    corys:

    casco,

    por

    las

    hojas que

    rodean

    al

    fruto.

    Otro nombre:

    nochizo.

    Aparte

    del

    avellano de

    las planta-

    ciones

    y

    las huertas,

    existen

    avellanos

    silveshes

    de donde

    proceden

    todas

    las

    variedades

    existentes

    que

    crecen

    y

    se reproducen

    espontneamente

    y

    no

    necesitan

    para

    nada

    los

    abonos,

    ni

    los

    plaguicidas,

    ni

    los

    cuidados

    del

    hombre.

    En ciertos

    lugares

    se

    les

    puede

    encontrar

    formando

    pequeos

    bosques,

    donde las

    ardillas

    tienen

    su

    paraso.

    Son

    ms

    o menos

    iguales

    que

    el avellano

    cultivado y

    no

    es

    ne-

    cesaio

    describirlos.

    Sus

    avellanas

    suelen

    ser ms

    pe-

    queas

    y

    saben mejor,

    pero

    es

    po-

    sible

    que

    esto sea

    algo subjetivo.

    Nor-

    malmente

    dan

    en

    menor

    cantidad,

    aunque

    por

    septiembre,

    que

    es cuan-

    do

    maduran,

    hemos

    encontrado

    avellanos

    silvestres

    a

    bastante

    altitud

    cargados

    de

    fruto incluso

    ms

    que

    los

    cultivados.

    La

    Naturaleza,

    por

    medio

    de

    sus

    mecanismos

    realiza

    una

    seleccin

    magistral,

    puesto

    que

    solamente

    las

    avellanas

    ms

    sanas

    y

    mejor

    dotadas

    18 l:,""'*

    consiguen

    germinar

    y

    crecer en

    un

    medio

    tan

    difcil

    como

    es

    el

    monte.

    Por

    este

    sistema

    todas

    las

    plantas

    sil-

    veshes

    tienen garantizada

    la

    supervi-

    vencia

    de

    ejemplares

    y

    variedades

    muy

    rsticos, y por

    ello

    en

    fruticultu-

    ra

    est

    muy

    generalizado

    injertar

    sobre

    un

    pie

    t'ranco

    o borde

    -un

    an-

    tepasado

    silvestre

    de stos-

    para

    conseguir

    plantas

    ms

    resistentes y

    adaptadas

    al

    lugar.

    Los

    avellanos

    silvestres todava

    nos

    pueden

    ofrecer

    hoy

    un alimento muy

    nuhitivo

    y

    sano,

    rico en

    calor'ras

    y

    protenas,

    y

    abundante

    incluso...

    si

    sabemos

    buscarlo.

    Es

    una

    pena

    la

    re-

    duccin

    a ese

    carcter

    testimonial

    al

    que

    han quedado

    relegados.

    Espere-

    mos

    que

    al menos los

    que

    quedan

    no

    los

    corten ni

    se vean

    debilitados lo

    su-

    ficiente

    para

    que

    las

    enfermedades

    que

    estn teniendo

    su

    caldo

    de culti-

    vo

    en las

    plantaciones

    intensivas

    les

    afecten.

    Los

    avellanos

    silvestres

    se

    encuentran

    en

    las

    zonas

    de

    clima

    templado

    e

    incluso

    fro, en las

    monta-

    as hasta

    a

    1.400

    metros.

    ABEDUL

    Betula

    pendulo

    o

    B.

    pubescens,

    de

    beu, nombre

    celta

    del rbol,

    y

    pen-

    dulo,

    por

    las

    ramillas

    colgantes

    o

    pe-

    ludas.

    Tambin

    llamado

    bezo

    o

    bieso.

    C: bedoll.

    E:

    urki.

    G: bido-

    eiro,

    abeduzo,

    bidro,

    bidado.

    El abedul

    es

    ese

    hermoso

    rbol

    de

    corteza

    resplandeciente,

    como

    papel

    de

    plata,

    hojas

    de

    envs inmaculado

    y

    amentos

    colgantes

    a modo

    de

    ador-

    no.

    El abedul,

    con

    sus inmensos

    bos-

    ques

    en

    el

    Canad,

    es

    la

    base

    de

    ali-

    mento

    y

    de

    vida

    para

    los ihcrebles

    castores.

    Aqu

    en

    nuestras

    tierras

    tambin

    nos

    digna

    con

    su

    presencia,

    para

    ofrecernos

    su

    abundante

    savia

    llena

    de

    alimento

    y

    de

    dulzor,

    sus ho-

    jas

    que

    constituyen

    uno de los

    mejo-

    res

    diurticos,

    y

    su

    caracterstica

    ma-

    dera,

    materia

    base

    de

    la

    artesana

    pastoril

    vasca

    para

    hacet

    kaikuak,

    abatzak

    y

    dems

    recipientes

    de ma-

    dera

    para

    ordear

    y

    hacer

    queso.

    En los

    albores

    de la

    primavera,

    cuando

    la

    savia

    remonta,

    se

    hace

    una

    incisin

    al

    abedul

    y

    por

    ella emana

    gran

    cantidad

    de

    savia

    que

    se

    puede

    tomar

    a

    pasto,

    e

    incluso

    hay

    quien

    con

    ella hace

    "vino"

    de abedul.

    De

    esta

    savia

    tambin

    se

    puede

    obtener

    una

    especie

    de

    azcar.

    En el centro

    y

    norte

    de

    Europa,

    donde el abedul

    es

    ms

    frecuente y

    conocido,

    a su

    savia

    se

    le

    ahibuyen

    propiedades

    medici-

    nales

    conha

    las

    inflamaciones

    renales

    y

    de

    la

    vejiga,

    as

    como

    para purificar

    la

    sangre.

    Esas

    polainas

    de nylon

    que

    hoy

    lle-

    van los

    montaeros

    es

    algo

    ya

    muy

    viejo

    que

    los

    pastores

    se

    hacan

    con

    corteza

    de abedul.

    Tambin con la

    corteza

    de

    este

    generoso

    rbol

    hacen

    canoas los

    nativos

    del

    Canad.

    Abedules

    puedes

    encontrar

    en

    to-

    do

    el

    norte

    de

    la

    Pennsula

    y

    en

    cier-

    tas

    sierras,

    donde

    aguanta alturas

    de

    hasta

    2.000

    m.

    En Euskadi es rela-

    tivamente

    abundante y

    ha

    dado

    lugar

    a

    numerosos

    topnimos y

    apellidos

    (Urkiola,

    Urkimendi,

    Urkiza)

    .

    A

    veces

    tambin

    nos

    lo

    encontramos

    en los

    jardines

    de

    las

    ciudades,

    donde

    con

    su corteza blanca

    da una

    buena

    nota

    de contraste.

    El

    abedul

    no

    puede

    confundirse

    con

    el lamo

    blanco,

    porque

    aunque

    de

    lejos

    por

    el

    color de la

    corteza nos

    pueda

    engaar,

    enseguida

    podremos

    observar

    que

    el lamo no

    tiene

    esas

    hendiduras

    caractersticas

    (lenticelas).

    Sus flores

    -los

    amentos-

    le

    brotan

    antes

    que

    las

    hojas,

    las

    cuales

    estn

    irregularmente

    aserradas

    y

    tambin

    ayudan

    a distinguirlo.

    Los amentos

    femeninos permanecen

    all

    colgados

    largo

    tiempo,

    trayndonos

    un vago

    recuerdo

    del

    aliso

    o

    del avellano.

    ENCINA

    Quercus

    ilex,

    del

    celta

    quer:

    bello

    y

    cuez:

    rbol,

    e i/ex, denominacin

    la-

    tina.

    Carrasca.

    C:

    alsina.

    E:

    arta.

    G:

    azinheira.

    S,

    la

    bellota

    es

    una semilla de

    gran

    alimento

    e inters,

    que

    mucha

    gente

    desprecia

    por

    esa

    mentalidad

    del ho-

    mo

    "orgullosus"

    que

    dice

    que

    "el

    hombre,

    como

    es

    superior, no

    puede

    comer lo

    mismo

    que

    los

    animales".

    Pero a la

    vista

    de

    los

    resultados

    y

    la

    di{erencia

    de

    salud

    entre

    la

    especie

    humana y

    las

    dems,

    podramos

    em-

    pezar

    a

    pensar

    en

    imitar

    sus

    cos-

    tumbres

    El hombre

    y

    su

    "sapiens" le

    da

    las

    bellotas

    a

    los

    cerdos

    pensando

    que

    son

    malas

    y

    despus

    se

    come

    al

    cerdo

    pensando

    que

    es

    de

    los

    mejo-

    res

    alimentos.

    La

    gente

    se

    re

    de

    uno

    cuando

    come

    bellotas,

    tapaculos

    o

    pienso

    (harina

    integral

    de

    cebada

    y

    dems)

    y

    qu

    decir

    si te ven

    pacien-

    Abedul

  • 7/21/2019 Carlos Donoso - Supervivencia2

    20/169

    5.

    Abedul

    8.

    Haya

    (arriba'

    haYucos)

    9. Olmo

    ^TP|T

    19

  • 7/21/2019 Carlos Donoso - Supervivencia2

    21/169

    do

    diente

    de len

    en

    un

    prado

    La

    bellota,

    como

    bien

    saben

    los

    jabales,

    Ias

    palomas

    y

    otros

    muchos

    animales,

    es

    un

    excelente

    alimento.

    Las

    de

    encina

    (sobre

    todo

    las

    de

    la

    subespecie

    que

    los

    botnicos

    llaman

    rotundifolia)

    son

    dulces,

    con

    un

    sabor

    incluso

    mejor

    que

    el de

    las

    castaas.

    Las

    dems,

    las

    de roble y

    las

    de

    alcor-

    noque

    tambin

    se

    pueden

    comer,

    aunque

    resultan

    un

    poco

    amargas.

    La humilde

    bellota, que

    es

    muy

    nutritiva

    y

    abunda

    en hidratos

    de

    car-

    bono

    y

    grasas,

    fue un alimento

    bsico

    del

    hombre

    prehistrico

    y

    hasta

    no

    hace

    mucho

    de

    pueblos

    fuertes

    como

    el

    vasco, que

    la

    denominan

    ezkurra.

    Hoy todava

    se

    la

    puede

    encontrar

    en

    Ia

    mesa

    de

    muchas

    familias

    de los Pi-

    rineos y

    de

    otros

    lugares

    donde

    los

    prejuicios

    no la

    han

    discriminado.

    La

    bellota

    ofrece

    adems

    ciertas pro-

    piedades

    medicinales,

    es

    astringente

    y

    antidiarreica.

    Messegu

    las

    aconse-

    ja

    para

    los

    clicos.

    A

    pesar

    de las

    talas

    todava

    es abundantsima

    en toda

    la

    Pennsula;

    si te

    tiras

    al monte

    con

    bellotas,

    al menos

    no

    pasars

    hambre

    en

    otoo

    e invierno.

    Si

    las

    quieres

    conservar ponlas

    en un sitio muy

    se-

    co

    porque

    germinan

    y

    se

    pudren

    con

    facilidad.

    CASTAO

    Castonea

    satiuo,

    de

    Costaneo,

    ciudad

    de

    Tesalia

    clebre

    por

    sus

    castaos, y

    sotiuus:

    cultivado.

    Tam-

    bin

    se

    llema

    regoldo.

    C: castanyer.

    E:

    ga2ainondo.

    G: castieiro.

    La

    castaa

    es

    otro

    interesante

    fruio

    que puedes

    recoger

    con

    sobrada

    abundancia

    en nuestros

    bosques,

    en

    los terrenos

    no

    calcreos (grnticos,

    pizarrosos,

    etc.),

    lluviosos

    y

    altos,

    sobre

    todo

    de las

    zonas

    norteas,

    aunque

    tambin

    en latitudes

    ms

    ha-

    cia el

    sur,

    hasta

    Sierra

    Nevada

    (como

    por

    ejemplo

    en el

    valle

    de

    Hervas

    en

    Cceres,

    en

    vila,

    etc.).

    Los

    bosques

    de castaos

    cultivados

    y

    asilvestrados

    fueron

    muy

    abundan-

    tes

    por

    estas tierras

    no hace

    muchas

    dcadas.

    Hoy,

    su

    majestuosa

    presen-

    cia

    se

    ha

    visto

    desterrada

    del

    suelo

    mullido y

    rico,

    sus

    poticos

    coloridos

    y

    su

    nuhitivo

    y

    copioso

    fruto

    alejado

    de

    lo

    que

    durante

    siglos fue

    su

    reino y

    el hogar

    de muchos

    animales.

    Sus

    terrenos

    han sido

    colonizados

    fre-

    cuentemente

    por

    la

    montona,

    de-

    vastadora

    y

    estril

    silueta

    de

    ejrcitos

    de Pinus

    insignr's

    o

    Eucalyptus.

    La

    causa

    de

    este descomunal

    e incons-

    ciente

    ahopello

    ecolgico

    la

    en-

    contramos

    no

    slo

    en las

    talas

    o en

    los

    intereses

    ciegos

    de

    la

    industria

    extractora

    de

    materias

    tnicas y

    colo-

    rantes,

    sino tambin

    en Ia nefasta

    epi-

    demia

    de Ia

    tinta

    del

    castao, que

    ha-

    ce

    unas

    dcadas

    asol

    nuestros

    bos-

    ques

    como

    anteriormente

    lo

    hiciera

    la

    filoxera

    con

    las

    vias.

    El

    noble

    castao,

    al igual que

    el ha-

    ya,

    la

    encina,

    el roble y

    todos

    los

    r-

    boles

    del

    bosque

    autctono

    en

    gene-

    ral,

    aparte

    de lo

    interesante

    d

    sus

    futos,

    tiene

    un

    enorme peso

    en

    [a

    delicada

    balanza

    del

    equiiibrio

    natu-

    ral.

    A

    pesar

    de

    todas

    las

    devastaciones,

    an

    hoy

    puedes

    encontrar

    muchos

    bosques

    de

    castao.

    Son

    esencial-

    mente

    de

    dos

    tipos:

    injertados

    o

    sil-

    vestres.

    En

    ambos

    casos

    sirven

    de

    ali-

    mento

    sus

    castaas;

    adems

    en

    muchas

    ocasiones

    quedan

    sin reco-

    ger

    en

    el

    suelo.

    Las

    castaas

    silveskes,

    de las que

    hacen

    su manjar

    los

    animales

    salvaes

    como

    el

    ;abal,

    antes

    eran

    muy

    utiliia-

    das

    para

    la

    alimentacin

    -de

    los

    enclaustrados

    cerdos

    de hoy.

    En

    el

    otoo

    empieza

    a

    caer

    ese

    man

    con

    forma

    de

    corazn

    lleno

    de

    alimento

    que

    es la

    castaa;

    aunque

    sea

    sil-

    vestre.

    menos

    grande

    y

    dulce. y

    lleve

    la

    fina

    piel

    pilosa

    muy

    adheria,

    no

    deja

    de

    ser

    estupena.

    La castaa

    tiene

    una

    composicin

    parecida

    al tri_

    go

    y

    algunos

    con

    su

    harina

    hacen

    pan,

    siendo

    se

    el

    alimento

    esencial

    de

    la

    poblacin

    corsa

    hasta

    este

    siglo.

    Es

    generosa

    en

    glcidos

    y

    en

    vitami-

    na

    C

    y

    B,

    contiene

    tambin prtidos,

    lpidos

    y

    celulosa,

    as

    como

    oligoele-

    mentos

    importantes:

    potasio,

    fsforo,

    hierro,

    magnesio,

    cinc,

    cobre y

    calcio

    (ver

    el

    artculo

    de

    Integral

    n."-

    28).

    HAYA

    Fogu.s

    syluotica,

    de

    t'ogo:

    comer, porsus

    frutos,

    y

    del

    latn sluestre

    pot

    formar

    bosques.

    C: faig.

    E:

    pagoa.

    El

    haya

    es

    un

    rbol

    hermoso

    de

    gran

    porte,longevidad

    y

    espeso

    folla-

    je.

    Pasear

    enhe

    ellas,

    comer

    sus

    ha-

    yucos

    y

    tumbarse

    en