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CARLOS MALPICA SILVA SANTISTEBAN
(Chota, 1929 – Lima, 1993): Político y revolucionario, fue firme defensor de la reforma agraria y de los recursos naturales. Estudió en el Colegio Militar Leoncio Prado y después en la Escuela Nacional de Agricultura en Lima. Tras su oposición al pacto del APRA con el gobierno de Prado, siendo diputado por Cajamarca (1956-1962), fue expulsado del partido en 1959 con otros militantes con quienes formó el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (1962), que impulsó las guerrillas rurales en 1965. Fue elegido miembro de la Asamblea Constituyente en 1978 y varias veces senador por el Partido Unificado Mariateguista e Izquierda Unida entre 1980 y 1992. Dejó numerosas obras como Guerra a muerte al latifundio, Los dueños del Perú, Crónica del hambre en el Perú, El mito de la ayuda exterior, Petróleo y corrupción, El poder económico en el Perú, entre otras.Carlos Malpica Silva Santisteban, símbolo de la lucha anticorrupción y la moralización, partió a la inmortalidad hace 18 años con la bandera de la honradez, consagrada a los ideales de la justicia social y la equidad en el Perú. Rendimos nuestro homenaje a un político diferente, un hombre cuya vida estuvo consagrada a los ideales de la verdad y la transparencia; en resumen, un hombre de vida intensa y comprometida con la vida del Perú y la defensa de los intereses de la patria frente a la corrupción.Celebramos al hombre agudo y tenaz, al buen padre, al excelente esposo, al amigo entrañable, al político de polendas, al “congresista de lujo en cualquier país del mundo”, como historiadores nacionales han dicho de él, y al militante imprescindible, compañero incansable en mil jornadas de lucha. Su diversidad es enorme, y por ello nos referimos centralmente al político, a ese joven militante, revolucionario, detenido, preso, rebelde, diputado, constituyente, senador Malpica; perseguido, renovador, disciplinado, organizado, deportado; al mariateguista consecuente hasta el último día de su vida; el que construyó, “sin calco ni copia”, la afirmación de un “socialismo cholo”.
Malpica fue de familia y padre aprista, militó desde joven en el Apra revolucionaria; fue perseguido durante más de una década, detenido y preso en el Panóptico, el Sexto y El Frontón. Felipe de Lucio y Guillermo Miranda, en la reseña biográfica de Carlos, señalan que las cárceles de entonces estaban reservadas para políticos de oposición, como lo constató Carlos Malpica. Fue un hombre de energía vital desde su juventud, que inició su carrera política a los 17 años, siendo dirigente estudiantil. Muy tempranamente fue elegido diputado por Cajamarca, en la lista del Partido Aprista, para el periodo 1956-62. Sin embargo, no secundó la colaboración del Apra con el presidente Manuel Prado, y pasó a la oposición señalando el carácter oligárquico del régimen. Abogó por la nacionalización del petróleo, la gran minería y la reforma agraria.El Partido Aprista decidió su expulsión en la VI Convención de octubre de 1959. Junto a él, políticamente, se encontraban Luis de la Puente Uceda, Gonzalo Fernández Gasco, Manuel Pita, Máximo Velando, Luis Olivera Balmaceda, Walter Palacios, Elio Portocarrero, Luis Iberico y varias decenas de dirigentes, obreros, campesinos y estudiantes. En base a este grupo de militantes se crea el “Comité Aprista de Defensa de los Principios Doctrinarios y de la Democracia Interna”.
En mayo de 1960 se constituyó el Apra Rebelde, para tomar el nombre en 1962 de Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR). El MIR peruano y el MIR venezolano constituyen los primeros partidos políticos de la nueva izquierda marxista a nivel continental. Estudiosos de la vida de Carlos Malpica señalan que la lucha heroica de la Comunidad Indígena de Chepén y la de los Obreros de la Hacienda Casagrande en el departamento de La Libertad son los antecedentes agrarios más resaltantes del nuevo MIR. En 1961, el diputado Carlos Malpica presentó al Parlamento el Proyecto de Ley de Reforma Agraria. Afrontó reclusión en la colonial penal del Sepa en 1963 y en El Frontón en 1965 por presunta participación en el conato guerrillero que dirigió Luis de la Puente Uceda. En 1975 el general Velasco lo deportó a Argentina. En 1977 fue asediado policialmente por Morales Bermúdez; por su responsabilidad en los movimientos reivindicativos de la Federación de Pescadores permaneciendo en la clandestinidad casi un año. Fue elegido miembro de la Asamblea Constituyente en 1978 por la lista de la Unidad
Democrática Popular (UDP). Postuló por la UDP a la presidencia en 1980. En 1980 fue elegido senador por el Partido Unificado Mariateguista PUM.Participó en la fundación del PUM, confluencia de Vanguardia Revolucionaria (VR), el Partido Comunista Revolucionario (PCR) y el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR). Fue senador en el siguiente periodo 85-90 y reelegido en el 90-92 en las filas de la Izquierda Unida. Su bandera central fue la moralización administrativa. Fue un tenaz perseguidor de la corrupción, inmoralidad y la defensa de los intereses populares en los temas económicos y presupuestales.Simultáneamente a su carrera política ejerció la cátedra universitaria, fue un ingeniero agrónomo con dominio del tema minero y con una actividad editorial fecunda. De su libro más conocido: “Los Dueños del Perú”, podemos decir que, salvo los “7 ensayos” de José Carlos Mariátegui, ningún otro ensayo de economía social y política ha tenido tal nivel de acogida. Desde “La Crónica de Hambre en el Perú”, hasta su última obra “Pájaros de Alto Vuelo”, Carlos Malpica nos deja una herencia enorme y fecunda, para arribar juntos a la construcción de una Patria para todos y todas o, como él diría, para que “hagamos de los pobres los dueños del Perú”.Expresamos nuestro público reconocimiento al parlamentario fecundo, al espíritu crítico de reflexión previa y documentada, al hombre de criterio seguro e investigador prolijo, al infatigable buscador de la verdad, al fiscalizador implacable de los actos de inmoralidad en el manejo público, al tenaz defensor de los recursos naturales. Al hombre de inmensa calidad humana, ética y moral, de gran espíritu solidario. A ese hombre de corazón generoso, cuyo recuerdo late en nosotros.Carlos nos dejó tareas pendientes de realizar. Queremos ser continuadores de su obra. Nuestro compromiso, como mujeres y hombres del Perú, es hacer de su memoria un ejemplo vivo, motivados por su legado invalorable, por su limpia trayectoria, por su valor, consecuencia y cálida sencillez. Carlos Malpica murió para nacer de nuevo, y por eso afirmamos nuevamente en este 82 aniversario que es el símbolo de los “muertos que nunca mueren”.EL APRA REBELDELa política de “convivencia” con el pradismo, inaugurada por Haya de la Torre en 1956, no tardó en encontrar detractores y descontentos en su propio partido.
En 1948, la fracasada insurrección de la marinería del Callao, impulsada por el Comando Revolucionario, había fracasado motivando el golpe de Odría y la ilegalización del partido. Poco después, en 1949, se había realizado clandestinamente en Lima un congreso de Reestructuración del APRA, con la participación de Magda Portal, Hernán Boggie y otros dirigentes medios, intentando dar nueva forma al partido bajo tesis abiertamente marxistas, y rechazando la teoría del “espacio-tiempo histórico” postulada por Haya como presunta superación dialéctica del marxismo.En 1952, apenas salido Haya de su prolongado asilo político en la embajada colombiana en Lima, grupos de apristas desterrados habían manifestado su desacuerdo con su posición pronorteamericana.La abierta discrepancia de estos grupos cuando el APRA retorna a la legalidad en 1956, culmina en la formación del Comité de Defensa de la Democracia Interna y los Principios Primigenios del APRA, encabezado por Luis de la Puente en 1959 que tomaría poco después, sintomáticamente, el nombre de APRA Rebelde recordando al Ejército rebelde cubano.La Primera Asamblea Nacional del APRA Rebelde, realizada en 1960, acuerda formación de una comisión encargada de estructurar un proyecto de ley de reforma agraria para ser planteado al Parlamento. El proyecto, presentado en la legislatura de 1961 por Carlos Malpica, pretendía abolir las formas de trabajo serviles en todas sus manifestaciones y establecía límites a la propiedad terrateniente; postulaba la indemnización a los propietarios con bonos organizados en asociaciones, sindicatos y comunidades.Estos grupos trataban de retomar el antilatifundismo que había caracterizado al APRA, su base principal estaba en círculos del estudiantado universitario y en muy limitados grupos campesinos y no lograron afectar seriamente la gran estructura del APRA tradicional, partiendo del que fueron expulsados en 1959.El APRA Rebelde inició una rápida evolución hacia las ideas marxistas. En marzo de 1962, su Asamblea Nacional acuerda adoptar el nombre de Movimiento de Izquierda revolucionaria, MIR, imitando al MIR venezolano originado en Acción Democrática, que estaba alzado en armas, y asume como definición ideológica al marxismo-leninismo.
La “Proclama revolucionaria al pueblo peruano” firmada por Luis de la Puente, Gonzalo Fernández Gasco y Guillermo Lobatón en abril de 1965, es bastante reveladora del pensamiento político de los líderes del MIR. Según este documento, el agro tiene una estructura feudal, la burguesía nacional está postrada por el latifundismo y el imperialismo. El país se encuentra en una situación tan crítica que casi no cabe duda acerca de que el pueblo colaborará primero y se incorporará a la lucha después. Los guerrilleros rompen con la vía electoral, porque la mayoría del pueblo no participa de las elecciones (en 1965 no votaban los analfabetos); descartan el lanzamiento de masas desarmadas a la lucha; y dejan de lado el “método tradicionalista y burocrático del trabajo de masas”.La filiación marxista-leninista se expresa finalmente en el Manual de capacitación ideológica escrito por Luis de la Puente Uceda en 1965. Es importante decir que rompe también con las tesis organizativas de El Antiimperialismo y el APRA al señalar a éste como un partido seudomarxista y policlasista, lo que considera una falla de concepción.“Resulta importante anotar cómo la izquierda guerrillera de la época procesaba la discusión que se producía en el campo internacional y los cambios que se daban en el proceso social del país. La discusión era ignorada o, en todo caso, sobreentendida. Los cambios sociales eran considerados y analizados, aunque sólo en parte. Se acudía hacia las zonas rurales en la esperanza de liderar al campesinado, aunque no se valoraba suficientemente las dimensiones-y, por tanto, los límites- de su acción. En un momento en que se afirmaba que es revolucionario “el que hace la revolución” –y habían hecho la revolución movimientos no marxistas en Argelia y Cuba-, se retomaba al marxismo-leninismo como la única ideología que garantizaba una interpretación acertada y una línea correcta.”La experiencia misma de la izquierda guerrillera no se reflejó-o no alcanzó a reflejarse- en posiciones teóricas más elaboradas que recogiesen los cambios de aquellos años, debido a que la preocupación fundamental era estratégica. En el aspecto programático, asumía las tareas planteadas en los años 30: nacionalización de los recursos naturales y reforma agraria, principalmente, sin avanzar nada en la forma concreta de hacerlo, que se postergaba para un futuro no determinado.
LOS NUEVOS DUEÑOS DEL PERÚ
La curiosidad reina cuando quienes poseen la riqueza en grado sumo se afanan
por demostrar en privado lo que tienen y esconder al público cuanto tienen. La
acicatea el hecho que son y se sienten poderosos al extremo y porque esa isla
de prosperidad en medio de un mar de pobreza constituye un problema. Los
ricos temen ser tocados, rodeados, acosados, abrumados, atacados, o alabados
-interesada o sinceramente-, por el pueblo que trabaja o depende de ellos. Por lo
tanto, mejor ocultarse.
Poderes ocultos
Lo que sabemos de ellos es poco. La propiedad anda repartida entre varias
ramas de las grandes familias, o manejada por holdings -compañías que
controlan compañías-, ese ingenioso invento norteamericano de los años 20
para esconder lo que se tiene, y también porque es controlada por muchas
corporaciones extranjeras. Si no fuera por la bolsa de valores, y la obligación de
reportar al público quien tiene qué -en tanto algún derecho informativo existe
para poder comprar acciones-, y de la internet -que socializa la información-,
estaríamos en una oscuridad mayor. Aún así, muchas empresas no operan en
bolsa y permanecen cerradamente familiares. De otras sabemos poco porque
operan en el extranjero. Además, cambian de manos con frecuencia, lo que
dificulta un seguimiento.
El Estado ciertamente conoce mucho, sea porque recibe las declaraciones
juradas de impuestos, o por contar con información sobre propiedades e
inversiones. Pero la guarda celosamente; muy rara vez sale a la luz. No
sabemos, por ejemplo, quiénes son los principales pagadores del impuesto a la
renta, aunque sospecho que encontraremos nombres como Dionisio Romero
Seminario y Pedro Brescia Caferatta, dos conocidos jefes de los grupos de
poder económico (GPE) nacionales de mayor peso. Ni siquiera los contratos de
estabilidad tributaria, ese ejemplo de privilegios legales en la era de la
globalización económica, que obliga a los Estados más que a las empresas, y
concede por escrito rentas a los “grandes inversionistas”, contratos a veces
abusadamente interpretados, -caso de las eléctricas Luz del Sur y Edelnor-, se
publican. Son leyes secretas hechas para los grandes poderes que los demás
no deben conocer, menos criticar.
La prensa informa de sus negocios, cierto, pero suele alabarlos en lugar de
criticarlos. Si por ahí un periodista audaz, o un director amargado, echan un leña
al fuego que consume a quienes critican a los dueños corporativos del Perú, la
poca crítica se ahoga rápidamente en un mar de publireportajes y
contracampañas a las cuales se prestan muchos. En tiempos de paz el silencio
se paga con publicidad.
Poderes revelados
Pero la curiosidad termina predominando y siempre hay alguien dispuesto a
hacer revelaciones. Para satisfacer esa insaciable interés sobre quién posee
qué, investigadores amateurs y profesionales, empíricos y científicos, se han
esforzado por revelar los secretos mejor guardados de la sociedad capitalista.
Uno de los primeros en hacerlo fue Ricardo Lagos, el actual presidente del
vecino país prusiano, quien en 1961 publicó el libro La concentración del poder
económico: su teoría, realidad chilena. Imprimió cinco ediciones en seis años.
Otros le siguieron. En el Perú, Carlos Malpica escribió allá por 1965 el ahora
famoso Los dueños del Perú.
En esos años el poder de los “barones del algodón y del azúcar”, todavía relucía,
a pesar de estar cada vez más a la sombra de las multinacionales, y
compitiendo con nuevos empresarios nacionales de origen europeo. El caso
más conocido fue el de Luis Banchero Rossi, el magnate de la pesca al que se
le negó entrada en el exclusivo y hereditario Club Nacional. Estos empresarios
emergentes blancos siguieron insistiendo en ser invitados a los saraos de las
mansiones de Miraflores y San Isidro y los clubes exclusivos, hasta que un
general, Velasco, acabó con sus propiedades y abrió las puertas del poder
económico a otra generación, quienes de pronto pasaron a ser los más fuertes
representantes del sector privado nacional.
Tres ediciones de esta obra famosa se agotaron en dos años. Fue incluso
popular entre los propios dueños, quienes, según me relatara el propio Malpica,
le pedían autógrafos o lo criticaban por haber cometido la terrible omisión de no
considerarlos en la lista siendo, según insistían, vecinos notables, parte cierta,
comprobada de las grandes familias de valles alejados.
No han faltado similares esfuerzos en otros países, que muchas veces siguieron
la claridad denunciativa e informativa del peruano. Este se limitó a listar familias,
haciendas, y empresas, con rigurosidad de ingeniero, descubriendo que la
riqueza habla por si misma. En Colombia, Silva Colmenares publicó Los
verdaderos dueños de Colombia (1977). En otros lares, Hughes y Quintero
editaron Quiénes son los dueños de Panamá? (1987). En México Concheiro,
Gutiérrez y Fragoso publicaron El poder de la gran burguesía (1979). Rosario
también hizo lo suyo en el Caribe con Dueños de la República Dominicana
(1988). En el Uruguay, Stolovich, Bértora y Rodríguez sacaron el muy popular
libro El poder económico en el Uruguay actual (1988). Acevedo lo hizo en la
Argentina con Quién es quién: Los dueños del poder económico (1990 ), seguido
por Majul, con Los dueños de la Argentina (1992).
Volvamos al Perú. En tiempos más recientes, y luego del estéril afán
expropiatorio del alocado presidente García en 1987, una ola de información se
filtró desde el ejecutivo para atacar a la “nueva oligarquía” liderada por los GPE.
El Instituto Nacional de Planificación iba a filtrar información con su última acción
de importancia antes de que el presidente Fujimori lo cerrara para siempre. Esos
actos audaces fueron seguidos por acuciosas investigaciones del Congreso,
desde donde el entonces senador Malpica volvió a la carga con más bríos,
exigiendo información y demandando documentos. De allí salió otra generación
de sus libros titulada con menos acierto El poder económico en el Perú (1989) y
publicada en varios tomos. Acompañaron al ya legendario investigador el texto
más analítico de Alcorta, Concentración de capital en el Perú (1987), con
información compilada en la Bolsa de Valores de Lima, y el de Anaya, Los
grupos de poder económico (1991), basado en datos de Contribuciones.
También destacó el esfuerzo multidisciplinario de Campodónico, Castillo y
Quispe, investigadores de DESCO, con el sugerente título De poder a poder
(1993). En cuanto a la adaptación de los GPE a los nuevos tiempos, eso que
algunos llaman reingeniería, la obra más elaborada es la de Vásquez,
Estrategias del poder: grupos económicos en el Perú (2000).
Reconfiguración del poder económico
Dado que un título bueno ayuda a la diseminación de ideas, me atengo a la
temprana inspiración malpiquiana. Debemo entender los cambios profundos
ocurridos desde 1990. Ese nuevo mapa es fundamental para ubicar a las elites
económicas de la sociedad peruana del siglo XXI, quienes se han convertido en
el actor político más influyente. Lo dicho no debe sorprender pues en nuestro
siglo sucede acá y acullá. Como dijera un multimillonario norteamericano, “es
cierto que existe la lucha de clases y la estamos ganando nosotros”.
El análisis del nuevo mapa del poder económico también sirve para contrarrestar
la prédica neoliberal vigente, que usa términos vagos como fuerzas de mercado
y grandes inversionistas. Además, insisten en mantener discutibles supuestos
teóricos como el del equilibrio general y la competencia perfecta. Estos
conceptos con dados cargados, a los cuales se añade un nuevo, el ruido político
–que implícitamente admite que no se debe espantar a los inversionistas-,
ocultan más que explican la realidad vigente y desvían nuestra atención de la
realidad propietaria de nuestro tiempo.
La transformación ocurrida en parte nos asemeja a lo que el país era cuando,
antes de la revolucion velasquista de 1968, y en plena etapa oligárquica, Malpica
sacó su primer libro. El país vivía con un Estado pequeño y una economía
dominada por el sector privado nacional, liderada por las grandes familias
oligárquicas y algunas multinacionales (MN). A diferencia del pasado, hoy se
configura una nueva y dura realidad: existe un predominio sofocante de las MN,
combinado con la entrada agresiva de GPE de países latinos, entre los cuales
destacan las provenientes del vecino prusiano, y se observa el debilitamiento o
desplazamiento de los GPE nacionales. Este desequilibrio no ha sido todavía
revertido con la aparición de nuevas fortunas aunque han emergido algunos
aspirantes.
Hoy tenemos un capitalismo más institucional e internacional, mas gerencial
también, y definidamente corporativo, que se combina con el remanente de la
vieja estructura patrimonial de familias propietarias poderosas de origen rural o
urbano. Entre uno y otro momento -1965, 1995-, como se ilustra en el gráfico
No. 1, el país ha ido pasando por ajustes y transformaciones sucesivas que al
principio apuntalaron al Estado y el capital nacional. Luego -1975, 1985-,
caminaron en dirección opuesta, hacienda a un lado tanto al Estado como al
capital nacional, mientras las nuevas EM se “adueñan” del país. Este
desequilibrio es más fuerte en el Perú que otros países, aunque no es único.
Bolivia, Ecuador y Argentina se le asemejan.
Seis procesos
Desde 1990, año en que entra Alberto Fujimori al poder, varios procesos
internacionales y nacionales económicamente determinantes y determinados -
globalización, privatización, oligopolización, reprimarización, desnacionalización,
consumismo-, se desataron sin mayor resistencia. Luego Alejandro Toledo y
Pedro Pablo Kuczyniski, su ministro de economía vinculado a Wall Street, lo
profundizan, aunque enfrenta mayores dificultades al aparecer diversos focos de
protesta social. Los seis procesos han reconfigurado el poder económico y las
relaciones inter-clase e intra-clase en el Perú.1
Se trata, primero que todo, de la llamada globalización económica. Este
megaproceso está dirigida por las EM, comandada por el Grupo de los 7 (EUA,
Canadá, Japón y los cuatro grandes europeos) y los organismos financieros
internacionales. La triada del poder mundial busca “civilizar” al mundo para crear
un solo mercado mundial de capitales, mercancías, conocimiento, y en menor
medida de fuerza de trabajo, que operan con reglas más a o menos similares y
que es tutelado militarmente.
La globalización se acelera a escala nacional con políticas económicas
neoliberales y a nivel continental con tratados de libre comercio. Ambos influyen
en privatizar más la economía, que es el segundo proceso desatado, y que
redefine el conflicto capital-trabajo al mismo tiempo que abre otros nuevos. Esta
predominio hegemónico de la propiedad privada conduce al achicamiento del
Estado y al arrinconamiento extremo de la vieja propiedad comunitaria andina y
amazónica. A medida que las corporaciones buscan materias primas en los
lugares más apartados para extraer minerales, gas, petróleo, madera, plantas, o
animales exóticos, la privatización llega a todos los rincones, hecho que genera
1 Para un estudio más detallado, ver del autor “Fuego y humo: reconfiguración de la clase empresarial y
cambios politicos en la globalización”, Aportes al Debate No. 11, Fundación Friedrich Ebert (2004).
resistencias y protestas. Y en tanto los nuevos dueños se apropian de los
servicios públicos, enfrentan críiticas y hasta rechazo de los usuarios.
La política de privatización de empresas estatales, combinada con el enorme
poder financiero, y la mayor capacidad competitiva, de las grandes
corporaciones, que “te quiebran o te compran”, han dado lugar a una estructura
oligopólica. Este tercer proceso implica que cada vez menos unidades producen
una mayor cantidad de bienes y servicios en ramas claves de la economía:
financiera, minera, enérgetica, industrial de exportación, comunicaciones. La
nueva estructura corporativa tiene la enorme limitante de no generar mayores
eslabonamientos con la economía local y ser muy intensiva en capital: tiende a
generar poco empleo directo e indirecto. Además, una vez que se logra “la
captura del Estado”, la nueva clase corporativa pierde interés en las reformas
institucionales. Esto es algo que, como diría Julio Cotler, no se ha dicho, y por lo
mismo conviene insister: evita adrede la creación de una tecnoburocracia pues
cuestionaría el rol de los asesores privados y los grandes estudios de abogados,
que participan en el diseño de normas en calidad de consultores.
Desnacionalización
El proceso de desnacionalización de la economía es un aspecto que conviene
analizar en más detalle. Ha ocurrido una entrada masiva de capital extranjero
atraída primero por las políticas de privatización acelerada de empresas
estatales -a partir de 1994, con la venta de Telefónica-, y luego por las
oportunidades de nuevas inversiones mineras, energéticas y financieras –banca
y pensiones-, y en el area de servicios públicos –luz, telefonía, puertos,
aeropuertos-. Este proceso se acelera en la crisis de 1998, que desplaza con
más fuerza al capital nacional debido a la abrupta salida masiva de capitales –
US$500 millones en una semana- que quiebra el espinazo de casi toda la banca
nacional -Wiese, Latino, y muchos otros menores-, lo que la concentra y
desnacionaliza más. También por la caída de la actividad de obras públicas que
pone en problemas a los grupos constructores –Graña y Montero, Piazza-.
Universidad Tecnologica de los Andes
Ing.Econ. Hugo Flores Laime
Los grupos económicos más grandes del PerúLA ACTIVIDAD ECONÓMICA DEL PAÍS EN SUS MANOS.
Sus ingresos anuales superan los US$ 500 millones. Algunos de ellos como Rodríguez
Rodríguez, Añaños y Rodríguez Pastor operan fuera del país. Otros son transnacionales líderes
del sector donde se desenvuelven.
Sobre las aguas del mar de la Costa Azul, en el exclusivo balneario de Saint Tropez en Francia –
frecuentado por la princesa Carolina de Mónaco, multimillonarios y chicas cool como Paris
Hilton– flota el yate de un peruano. Es el de Pedro Brescia, uno de los hombres con mayor
poder económico del país.
Brescia, Dionisio Romero �cabeza visible del grupo Romero y del Holding Credicorp–, Alberto
Benavides, Jorge y Víctor Rodríguez Rodríguez, Erasmo Wong, Eduardo y Mirtha
Añaños y Carlos Rodríguez Pastor Persivale, forman la élite de grandes inversionistas
nacionales que desde su lugar mueven los hilos de la actividad económica peruana. Junto a ellos
están transnacionales como
Telefónica, Telmex, Ambev, SABMiller, Yanacocha, Antamina, Repsol YPF, Endesa, Saga
Falabella y Ripley.
No hay paso que demos los peruanos sin que pongamos un sol en sus bolsillos. Así, crecimos
alimentados con leche Gloria (Rodríguez Rodríguez), la endulzamos con azúcar fabricada en
Paramonga (Wong).
Las galletas que consumimos, el aceite con el que se prepara la comida y el alimento de las
mascotas los fabrica Alicorp (Grupo Romero).
Nuestro aseo personal lo ponemos en manos del jabón, champú, pasta dental y
detergente que produce Procter & Gamble(Ace, Colgate, Pantene, etc).
Luego de practicar algún deporte tomamos Sporade (Añaños).
Aplacamos nuestra sed con Inca Kola (Coca Cola) o Kola Real(Añaños).
Una cerveza Cristal, Brahma, Franca (SABMiller, Ambev, Añaños) acompaña nuestra alegría o
“mata” una pena. Actualmente hay una feroz "guerra" de cervezas. Se invierte millones en
publicidad (como en el "Desafio FRanca"). Sumado a todo esto están las cervezas de bajo costo
como Pilsen Trujillo, ZEnda, y Caral (SABMiller, Ambev, Añaños, respectivamente).
El Seguro Obligatorio de Accidentes de Tránsito (Soat) lo adquirimos deRímac (Brescia)
o Pacífico Peruano Suiza (Credicorp).
El auto o el ómnibus que nos lleva a trabajar, a pasear o al cine (CinePlanet del grupo
Interbank) se abastece en uno de los grifosPrimax (Romero) o de la española Repsol YPF,
empresa que también provee de gas a más del 30% de los hogares del país.
Nos comunicamos a través celulares y teléfonos de Telefónica oTelmex (Claro). Parte de la
electricidad que ilumina casas y calles o la que pone en marcha los artefactos eléctricos es
generada por Edegel y distribuida por Edelnor (Endesa).
Las compras para la casa las hacemos en supermercados (Wong, Interbank - Plaza Vea) o
mercados (Minka, grupo Romero). Si no somos nosotros, por lo menos un allegado nuestro se
viste en Saga oRipley, que tienen locales en el centro financiero de San Isidro, en donde la
mayor parte de los edificios pertenece a Brescia que fabrica pinturas (CPP, American Colors).
Nos depositan el sueldo en bancos (Interbank, BCP y BBVA), que también administran tarjetas
de crédito y en donde ahorramos. Miles de trabajadores tienen sus fondos de jubilación en
las AFP Prima (Credicorp) u Horizonte (Brescia).
Grupo Brescia
El Grupo Breca, (antes conocido como Grupo Brescia) 1 es un conglomerado empresarial peruano
perteneciente a la familia Brescia-Cafferata. Fundado a fines del siglo XIX, es en la actualidad uno
de los principales grupos económicos del Perú, aunque cuenta también con importante presencia a
nivel latinoamericano y algunas operaciones de alcance mundial. El grupo posee inversiones
diversificadas, abarcando diversos sectores tales como el industrial, financiero, minero y de
servicios. Asimismo, participa en el sector agroindustrial, construcción, químicos y de servicios de
salud, entre otros.
Desde setiembre de 2011, sus principales empresas se agrupan en el holding Inversiones Breca
SA, el cual tiene como accionistas a Ana María Brescia Cafferata con el 30%, RBCF Inversiones
con el 20%, Pedro Brescia Moreyra con el 13.33%, Mario Brescia Moreyra con el 13.33%,
Fortunato Brescia Moreyra con el 13.33% y un fideicomiso de RBCF con el 10%. En RBCF son
accionistas la familia Fort Brescia.
De acuerdo a la revista América Economía, la fortuna de la familia Brescia-Cafferata ha sido
calculada el año 2011 en $ 4.493 millones de dólares. Asimismo, según un estudio realizado por
Compass Group sobre el patrimonio bursátil de los 50 mayores grupos de Argentina, Brasil,
Colombia, Chile, México y Perú, el Grupo Brescia (Breca) estaría valorizado en $ 7.914 millones de
dólares.4 5
Actualmente la gestión del grupo está a cargo un Comité de Dirección, delegado del Directorio
Corporativo de Breca. Este Comité está integrado por 4 miembros de la tercera generación quienes
actúan por consenso, manteniendo la tradición de los fundadores.
Historia
Los inicios
En 1889, llegó al puerto del Callao proveniente de Italia don Fortunato Brescia Tassano, hombre de
condición humilde que una vez instalado en el Perú empezó a trabajar como ayudante de una
tienda minorista. En 1913 iniciaría su propio negocio adquiriendo el Fundo Miranaves (contiguo al
puerto del Callao) con el objeto de producir productos de pan llevar y lácteos para convertirse en
proveedor de los bodegueros, que en su mayoría, eran inmigrantes italianos como él. Un par de
años después compró el Fundo Limatambo (parte de los actuales distritos de San Borja, San Isidro
y Miraflores). En 1919, Don Fortunato se casa con Catalina Cafferata Peñaranda, heredera de
algunas minas en el valle de Chacas (Áncash). Pese a la oportunidad que representaba el negocio
minero, Brescia prefirió mantenerse en el rubro en el que se encontraba, invirtiendo las ganancias
de su producción y mercadeo de granos en la adquisición de nuevas tierras.
En 1921 el matrimonio Bescia - Cafferata tuvo a su primer hijo, bautizado como Pedro, en honor al
padre de Catalina, y entre 1925 y 1929 llegaron al mundo Ana María, Rosa y Mario. Entre esos
años, don Fortunato siguió adquiriendo tierras como las haciendas San Borja y Valverde. En 1928
el gobierno de Augusto B. Leguía le expropió parte del Fundo Miranaves para la construcción de
los almacenes y residencias de los trabajadores del puerto del Callao, lo cual revalorizó en tal
medida los terrenos circundantes (entre los que estaba la parte no expropiada del Fundo
Miranaves) que ello, más que una pérdida, representó para don Fortunato otra oportunidad de
negocio: El inmobiliario. Pese a ello, sus principales esfuerzos continuaron enfocados en el negocio
agrícola primigenio, y muestra de ello es que su hijo Pedro fue enviado a estudiar agronomía a la
actual Universidad Nacional Agraria de La Molina. Sin embargo, en 1940, el gobierno de Manuel
Prado Ugarteche le expropió parte de la Hacienda Limatambo para construir un aeropuerto para
Lima, produciéndose el mismo resultado que en la primera expropiación sufrida: La revalorización
de sus terrenos circundantes y no expropiados. El atractivo inmobiliario animó a don Fortunato a
crear en 1946 la compañía Urbanizadora Jardín, con la cual en 1948 desarrolló su primer proyecto
inmobiliario: la Urbanización Santa Marina, en el Callao. Después de cuatro décadas de
acumulación de capital, se puede visualizar que la combinación de producción y mercadeo era una
mezcla estratégica de negocios. Por ejemplo, la Negociación Agrícola Fortunato Brescia había
incrementado el valor de sus activos por diez veces en términos nominales, y la familia continuó
adquiriendo tierras en Supe, Fortaleza, Barranca, Huacho, Naranjal y Chincha.7 Pese al creciente
atractivo del negocio inmobiliario, Fortunato no se animaba a alejarse totalmente del negocio
agrícola, lo cual se confirma con el hecho de que su hijo Mario fue también enviado a estudiar
agronomía. En 1952 fallece don Fortunato, quedando su hijo mayor Pedro como figura paterna y
cabeza de los negocios. Sin embargo, su hermano Mario se convertiría en su apoyo y soporte, y
con él en adelante lograría la expansión y crecimiento de los negocios del clan familiar.
Desarrollo y diversificación
Pedro Brescia asumió el control del grupo con 31 años de edad, y Mario se convirtió en su brazo
derecho con 23 años recién cumplidos. Sus hermanas, Ana María y Rosa, contaban por aquel
entonces con 27 y 25 años, respectivamente, y si bien se les hacía partícipes de las grandes
decisiones (por mandato de Pedro, todo se decidía por consenso), nunca se involucraron en el día
a día de los negocios. Pedro y Mario decidieron darle fuerza al negocio inmobiliario, lo cual se
refleja en el título de la tesis de grado elaborada por Pedro, ¿Cómo lotizar una hacienda para uso
urbano?, la misma que se centró en cómo lotizaron el Fundo San Borja. Pese al empuje del
negocio inmobiliario, los hermanos buscaron nuevas oportunidades e inversión, ingresando al
negocio pesquero mediante la adquisición de las empresas Tecnológica de Alimentos, Costa Mar e
Indo Mar. Asimismo, su diversificación los llevó a desarrollar también el negocio minero,
aprovechando las canteras que heredaron de su abuelo materno pero que su padre don Fortunato
había decidido cerrar. Decidieron reabrirlas, adquirir algunas nuevas y crear Corporación Minera
Patará. Sin embargo, su poca experiencia en el sector los llevó a desalentarse rápidamente y
cerrar las canteras para concentrarse en el negocio inmobiliario.
En 1963, Pedro lazó la urbanización San Borja sobre parte de los terrenos de su fundo, y poco
tiempo después seguiría la residencial Monterrico. Ambas son hoy en día zonas residenciales de la
Lima moderna. En 1964 constituyó AESA, la primera firma que se encargaría de los negocios del
grupo, y al año siguiente ingresó al accionariado de Rímac, un importante salto en su plan de
diversificar el grupo y aprender de otros empresarios. Cuando todo parecía ir viento en popa, el
poder político nuevamente tocó los negocios de grupo. En 1968, el gobierno militar del general
Juan Velasco Alvarado promulgó la Ley de Reforma Agraria que les arrebató sus predios agrícolas
en los valles de Supe, Huaura, Chincha, y los terrenos de expansión urbana en las cuencas de los
ríos Surco y Ate. Sin embargo, sus tierras en Limatambo sur, Valverde y el Naranjal no fueron
tocadas. En 1973 el gobierno dispuso además la nacionalización de la actividad pesquera,
tomando el control de Tecnológica de Alimentos que para ese momento ya tenía una participación
del 4% de pesca en el Perú. Esta política de nacionalización de la economía, si bien significó el
irroga miento de perjuicios económicos para el naciente grupo Brescia, también le abrió la puerta a
nuevas oportunidades, ya que el gobierno había ordenado que la industria, minería, banca y
seguros, tradicionalmente dominada por el capital extranjero, debía tener necesariamente socios
locales. El capital extranjero en cambio, no podría tener más del 20% del accionariado en las
empresas dedicadas a estos rubros. En esta coyuntura, obligados los inversionistas extranjeros a
reducir su participación, los Brescia aprovecharon para adquirir el 4% del Banco de Crédito del
Perú y el 27% del Banco de Lima. En 1977 realizarían una operación similar logrando una
importante participación en la minera Minsur. Paralelamente, incursionaron en el sector turismo,
adquiriendo la administradora de hoteles Intursa. Y a fines de la década del setenta, los Brescia
adquieren la Compañía Peruana de Pinturas (CPPP) y la Fábrica de Tejidos La Unión. 8
Valor en bolsa de empresas listadas
El valor bursátil de las empresas del Grupo Breca que cotizan en las bolsas de valores a febrero
del 2011 es el siguiente :
BBVA Banco Continental (46%): $4.994 millones
Rimac Seguros: $731 millones
Exsa: $72 millones
Minera Raura: $127 millones
Minsur: $4964 millones
Cementos Melón (82%)-Chile: $1250 millones
En la revista Perú Económico, Pedro Brescia figuró en noveno lugar en el Ranking de los más
poderosos del Perú, y en el puesto décimo octavo (18º), su hermano Mario Brescia.
Empresas más relevantes del grupo
BBVA Continental
BBVA Continental es una empresa bancaria de la cual el grupo Breca posee una participación del
50%. Además, es el banco segundo más grande en el Perú, detrás de Banco de Crédito del
Perú (Grupo Romero).
AFP Horizonte
AFP Horizonte es una empresa Administradora de Fondos de Pensiones cuya administración ha
sido cedida a Alex Fort Brescia. Ahora en el 2013, es vendida a la AFP Integra (Grupo Sura) y a la
AFP Profuturo (Grupo Scotiabank) ambas obteniendo el 50% de las acciones cada una.
Clínica Internacional
La Clínica Internacional pertenece al Holding de empresas del Grupo Breca, con más de 48 años
de experiencia en el rubro de la salud. Actualmente cuenta con 3 sedes en los principales distritos
de la ciudad de Lima y 3 medicentros en El Polo, San Borja y San Isidro.
Minsur
Es una empresa operaciones mineras orientada a procesar, procesar estaño. Posee la mina San
Rafael: en el departamento de Puno. El complejo metalúrgico Funsur: en el departamento de Ica.
En el 2008, adquirieron una mina de estaño en Brasil por 500 millones de dólares, además cotiza –
en la bolsa de Nueva York (Wall Street). Además ha desarrollado y opera un proyecto auríferoen la
provincia de Tacna.
TASA
Es la empresa productora de harina y aceite de pescado más grande del mundo.9
Rimac seguros
Rimac seguros es una compañía de seguros y entidad prestadora de salud.
Intursa
Es una empresa que agrupa la cadena hotelera Hoteles El Libertador. Además tiene de una alianza
estratégica con Starwood Hotel & Resorts, que opera en alguna de las principales ciudades y
destinos del Perú: Cusco (ciudad y valle sagrado), Puno (Lago Titicaca), Arequipa, Lima, Trujillo y
la reserva natural de Paracas. El Hotel Westin, que se inauguró en San Isidro, es el edificio más
alto del Perú.
Cemento Melón
Cemento Melón es una de las mayores cementeras chilenas, con más de 100 años de antigüedad,
y fue comprada por el grupo Breca al grupo Lafarge (Julio 2009) por 555 millones de dólares.
Otros
Centria Servicios Administrativos S.A
Cúbica Gestora Inmobiliaria
Estratégica S.A
Monterrico Plaza : Operador de Centro Comercial
Aesa S.A. : Constructora e Inmobiliaria
Exsa S.A. : Compañía fabricante de explosivos
Corporación Peruana de Productos Químicos S.A.
Agrícola Hoja Redonda S.A.
Agroindustria Cerro Negro S.A.
Funsur S.A.
Compañía Minera Raura S.A.
Perucat Catalogo de Proveedores HORECA