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CARLOS V. TEMA 8 Sistema organizativo La llegada de Carlos V al trono de los reinos hispánicos no favoreció el fortalecimiento institucional. Renunció a dotar de instituciones comunes o universales al conglomerado de territorios que componían su dilatada herencia. La corte fue el espacio donde convergieron las relaciones y redes de poder que tuvieron su vértice en el nuevo soberano y donde se artículo la colaboración de las elites sociopolíticas en torno a Carlos V. De esta manera, el gobierno se fundamentó en fórmulas basadas en el servicio y la merced. En las Cortes de Valladolid de 1518 se puso de manifiesto que la Casa de Carlos V se identificaba con el servicio constituido por la Casa de Borgoña . Aunque en un intento de agradar a los castellanos, incorporó una sección de la Casa Real de Castilla a su séquito, las elites del reino no se sintieron satisfechas. Cuando en mayo de 1520 partía desde La Coruña para ser coronado emperador, la situación en la península era preocupante. La restauración de los modos y estructuras de la Casa de Castilla, se convirtió en uno de los ejes del discurso comunero. No era menos caótica la situación en Valencia donde el cuerpo político se hallaba deslegitimado ante la población por no cumplir sus funciones: la nobleza no había sido capaz de rechazar las incursiones berberiscas, el clero no convertía a los moriscos ni era ejemplo de integridad moral y la magistratura abandonada sus funciones. Esto explica el levantamiento de las Germanías. La Unidad Hispana: Comunidades y Germanías El descontento que generó la política de Carlos, por lo común ausente del trono castellano, provocó diversos levantamientos entre los que destacan la guerra de las Comunidades y la rebelión de las Germanías.

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CARLOS V. TEMA 8

Sistema organizativo

La llegada de Carlos V al trono de los reinos hispánicos no favoreció el fortalecimiento institucional. Renunció a dotar de instituciones comunes o universales al conglomerado de territorios que componían su dilatada herencia. La corte fue el espacio donde convergieron las relaciones y redes de poder que tuvieron su vértice en el nuevo soberano y donde se artículo la colaboración de las elites sociopolíticas en torno a Carlos V. De esta manera, el gobierno se fundamentó en fórmulas basadas en el servicio y la merced.

En las Cortes de Valladolid de 1518 se puso de manifiesto que la Casa de Carlos V se identificaba con el servicio constituido por la Casa de Borgoña . Aunque en un intento de agradar a los castellanos, incorporó una sección de la Casa Real de Castilla a su séquito, las elites del reino no se sintieron satisfechas. Cuando en mayo de 1520 partía desde La Coruña para ser coronado emperador, la situación en la península era preocupante.

La restauración de los modos y estructuras de la Casa de Castilla, se convirtió en uno de los ejes del discurso comunero. No era menos caótica la situación en Valencia donde el cuerpo político se hallaba deslegitimado ante la población por no cumplir sus funciones: la nobleza no había sido capaz de rechazar las incursiones berberiscas, el clero no convertía a los moriscos ni era ejemplo de integridad moral y la magistratura abandonada sus funciones. Esto explica el levantamiento de las Germanías.

La Unidad Hispana: Comunidades y Germanías

El descontento que generó la política de Carlos, por lo común ausente del trono castellano, provocó diversos levantamientos entre los que destacan la guerra de las Comunidades y la rebelión de las Germanías.

Ante la pretensión de Carlos I de levar los subsidios para costear su coronación imperial, las ciudades castellanas se alzaron en armas en la llamada Guerra de las Comunidades (1520-1522). La derrota de los sublevados en la batalla de Villamar 81521) fue seguida de la inmediata decapitación de sus líderes Bravo, Padilla y Maldonado, y por la toma de las ciudades rebeldes: Vlladolid, Avila, Toro, Zamora, Salamanca y Toledo.

Las comunidades fueron la expresión del disgusto de la clase media urbana, con cierto apoyo campesino. Los protagonistas fueron los hidalgos, caballeros, eclesiásticos, mercaderes y artesanos; el estamento popular actuó como comparsa, y la alta nobleza no se dejó arrastrar. Los comuneros tienen la impresión de que Carlos I está

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sacrificando el bien común de Castilla a sus intereses personales y dinásticos. Los motivos que desencadenaron el movimiento son de 2 tipos: el descontento general hacia la política de Carlos I, dirigida por sus cortesanos flamencos, por la mala administración política y por la ausencia del monarca.

Las germanías fueron un estallido revolucionario ocurrido entre 1519 y 1523 en Valencia y Mallorca, en el que la pequeña burguesía y el campesinado se unieron contra la nobleza. La intervención de los ejércitos reales acabó con el motín, ninguno de cuyos dirigentes sobrevivió a la revuelta. Los gremios armados con permiso real a causa de los ataques piráticos, se enfrentan al ejército del rey. En Valencia no hubo apoyo campesino; en Mallorca si se sumó el campesinado y llegaron a dominar casi toda la isla. Las Germanía tuvieron un marcado carácter social.

La aristocracia terrateniente salvó en ambos casos a la Corona, dejando a la burguesía relegada a un segundo lugar. Con la derrota de ambos movimientos el poder real salía notablemente reforzado en su autoridad, y su alianza con la nobleza quedaba bien sellada.

Reordenación administrativa

Tras el regreso de Carlos V a Castilla en 1522, coronado ya emperador, inició una serie de reformas con el fin de integrar las elites sociales en el Gobierno de la Monarquía . La creación de Consejos con jurisdicción, ordenanzas, plantilla etc. no se completó hasta hasta la segunda mitad del reinado de Felipe II, tras el proceso de confesionalización que sirvió para configurar la monarquía hispana.

A partir de su regreso en 1522, Carlos gobernaría directamente Castilla. En la maquinaria estatal carolina, en particular tras la anulación de los tanteos estatales más globalizadores intentados por Gattinara, cobran verdadero relieve las instituciones castellanas. Por eso la estructura política castellana es la que hay que tener en cuenta preferentemente. Ahora bien, ese Estado Castellano era el que habían organizado los RR.CC. y Carlos V partirá de esa base, sobre la que introducirá cambios importantes.

La base del Estado de Isabel y Fernando la constituía el Consejo Real de Castilla, con amplísimas atribuciones, no sólo para el gobierno interno de aquella Corona, sino también para dirigir todo lo relacionado con las Indias Occidentales, e incluso para las cuestiones de la política exterior. De ese Consejo Real se desglosarían bajo Carlos otra serie de Consejos que darían ya su perfil al Estado Carolino, y no sólo en relación con España. Los cinco principales serían el propio real de Castilla y los de Hacienda, Indias, Inquisición y Estado. A ellos había que añadir los vinculados a las otras piezas de

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la Monarquía: Consejo de Aragón, de Navarra, de Italia y Flandes. Sus características son:

1.- Consejo Real: Inicialmente estaba compuesto por 12 consejeros, sacados paritariamente de la alta nobleza, alto clero y representantes de las ciudades con voz y voto en las Cortes. En las Cortes de 1480 se procede a su reorganización dando primacía a los letrados, con una pequeña participación de los caballeros y bajo la presidencia de un prelado. En tiempos de paz este consejo entendía de temas de justicia y en tiempos de guerra intervenía en la organización de las levas de los soldados, moviendo a Grandes y Prelados para que acudiesen con sus mesnadas etc.

2.- Consejo de Estado: su competencia básica aunque no la única, era la política exterio, todos los asuntos relacionados con la paz y la guerra ; y por lo tanto, también el movimiento de las embajadas etc. También solía ser consultado para cubrir las vacantes de Virreinatos y Gobernaciones, en especial en las piezas italianas. También tenía funciones propias de un Consejo Privado (matrimonios de la Familia Real etc.).

3.- Inquisición: era fruto de la voluntad del Emperador y recupera el carácter nacional que había perdido en 1507 con Fernando el Católico; de forma que el nuevo Inquisidor General nombrado por Carlos V en 1517, a la muerte del Cardenal Cisneros, Adriano de Utrecht lo sería para las dos coronas de Castilla y Aragón.

Los demás Consejos tienen un valor más secundario, siendo casi todos filiales de los ya destacados; así el Consejo de Guerra respecto al Consejo de Estado, o el de Cámara y el de las Ordenes Militares, respecto al Consejo Real.

Los municipios que habían ocupado un papel destacado, son transformados en colaboradores dóciles, primero generalizando la costumbre de reservar los oficios municipales a un grupo restringido de privilegiados, casi todos caballeros; luego nombrando funcionarios reales con poderes muy extensos.

Las Cortes son en principio la representación del reino, y como tales autorizan los impuestos directos. Pero son controladas por diversos métodos: se reserva el privilegio de tener voz y voto en Cortes sólo a 18 ciudades, los procuradores a Cortes son elegidos por un colegio electoral muy restringido: los regidores; los soberanos limitan la convocatoria de las Cortes.

La Herencia Territorial de Carlos V. La Coronación de Aquisgrán.

En 4 años el primogénito de Felipe el Hermoso y Juana la Loca, reunió una herencia portentosa. En 1515 entraba en posesión de los Estados

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de Borgoña, que incluía los Países Bajos, Flandes, el Artois, Luxemburgo, el Franco Condado y los derechos sobre el ducado de Borgoña. A la muerte de Fernando el Católico se hacía cargo de los territorios peninsulares, de las posesiones aragonesasen el Mediterráneo (Cerdeña, Sicilia, Nápoles) y las castellanas en Africa (Melilla, Orán, Burguilia, Trípoli y las Canarias).

La muerte del emperador Maximiliano le hizo heredero en 1519 de los dominios de los Habsburgo en Alemania (Austria, Caniolia, Estiria, Tirol y Sunelgan) y al mismo tiempo le proporcionó la corona imperial.

La Idea Imperial. Presión Fiscal y Banqueros

La entronización en España de la Casa de Habsburgo con Carlos I, marca el comienzo de una etapa de nuevas directrices como consecuencia de la vinculación de la monarquía a los intereses europeos. España se convertirá en el eje sobre el que han de girar los dominios de la casa de Austria.

En su idea de Imperium Mundi cuatro serían los principios asumidos por el Emperador, estrechamente entrelazados entre sí:

1.- Respeto a los otros pueblos que integraban la Europa Cristiana, pues era falso implantar la Monarquía Universal, planeando despojar a los demás príncipes cristianos de sus dominios.

2.- Paz en la Cristiandad, paz entre los príncipes cristianos.

3.- Paz como punto de partida para emprender la cruzada contra el turco. Una cruzada para la que Europa contaba ya con una ayuda: el oro de las Indias Occidentales.

4.- Mandato divino, cumpliendo la voluntas de Dios.

El Imperio no logró ser nunca ni un Estado, ni tan siquiera una monarquía centralizada. Solamente fue una unidad jurídica, con escasa cohesión material y espiritual. La progresiva tendencia a la creación de estados nacionales, la ruptura religiosa y la amenza otomana, fueron otros tantos obstáculos insalvables.

Durante el s.XVI la economía española estuvo regentada por la familia Fugger. Sus préstamos permitían mantener el elevado presupuesto imperial, pero a su vez aumentaban la deuda de la Hacienda. En 1539 se debía cerca de un millón de ducados a los banqueros, y en 1551 la deuda ascendía a 6,8 millones. El aumento de la presión fiscal fue imparable.

El Frente Turco. Los berberiscos

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Los turcos, en 1529, habían protagonizado un primer asedio a Viena que repitieron en 1532, mientras tanto ellos como sus aliados berberiscos desarrollaban una fuerte campaña de hostigamiento contra los dominios hispánicos en el Mediterráneo. Cuando en 1532, volvieron a amenazar Viena, llegaron a España noticias procedentes de Venecia sobre las entonces “relaciones amistosas del Turco con Francia” y de los “preparativos intensos contra el Emperador”. Los otomanos no llegaron a atacar Viena en aquella ocasión. Sus ejércitos, después de sitiar la fortaleza de Guns, en el occidente de Hungría, se desviaron hacia el sur y devastaron la región de Estiria. Esta fue la última amenaza grave que sufrió el Imperio por su flanco oriental en época carolina. Fernando, rey de Bohemia y Hungría, firmó treguas con los turcos a partir de 1533 y el emperador pudo desentenderse durante un tiempo del frente terrestre con Turquía.

En el mediterráneo, la política de Carlos V fue de control de la situación, enm la que tuvo cabida la cesión de algunos territorios, como la isla de Malta y la ciudad de Trípoli en 1530 a los Caballeros de la Orden de San Juan del Hospital de Jerusalén y el establecimiento de relaciones de vasallaje con reinos musulmanes.

La conquista de Tunez por parte de Barbarroja en 1534, motivó la correspondiente réplica. La expedición imperial conquisto en 1535 La Goleta y Tunez, liberó a miles de cautivos y restableció en el trono a Muley Hassan. La reacción berberisca no se hizo esperar, y ese mismo año, Barbarroja tomó y saqueó Mahón en Menorca. La segunda ofensiva imperial se dirigió contra Argel, principal base de operaciones y lugar de donde salían las expediciones antihispánicas, que acabó en un rotundo fracaso. Realizada en una estación desfavorable y con una meteorología intempestiva, no dejó otra alternativa que la retirada.

El problema religioso. La Dieta de Augsburgo

La Dieta de Augsburgo fue convocada con un talante pacificador. Se realizaron allí por ambas partes importantes esfuerzos para la concordia. Pero ésta no se logró a pesar de las concesiones ante la oposición del ala radical del protestantismo, apoyada por los grandes magnates feudales, que oponían las libertades germánicas a las pretensiones de Carlos V de transformar el Sacro Imperio en una monarquía preeminencial como las de Europa Occidental. Las esperanzas depositadas por el ala moderada del protestantismo en el Emperador desagradaron al bando papal. La constitución de la Liga de Esmalcalda por parte de los luteranos constituía un grave peligro, por cuanto reivindicaban no sólo la libertad de conciencia sino la independencia de los príncipes alemanes frente al poder imperial.

Al final Carlos V derrota a la Liga de Esmalcalda en la Batalla de Mulhberg en 1547.