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Carta abierta a todos los abogados y abogadas de El Salvador San Miguel, 01 de septiembre de 2013 Estimados colegas reciban un cordial saludo, para quienes están estudiando a efecto de examinarse y poder ser autorizados como notarios y para quienes ya lo son. El Salvador es un país relativamente pequeño (21,000 Km2 +/-) con una población de cerca de siete millones, sin contar con nuestros hermanos que viven en el extranjero. Somos aproximadamente 20,000 abogados autorizados y la cifra sigue creciendo; lo que ha provocado una severa degradación en la credibilidad de los abogados por la poca, escasa o nula ética con la que muchos actúan en el campo profesional. Este problema se hace más tangible en las grandes ciudades del país, como San Salvador, Santa Ana y San Miguel, donde la población es mucho mayor, que en otras localidades. El tema del notariado y quién puede y debe ser autorizado para ejercer tan importante función pública, resulta vital para lograr la armonía y la recuperación de la credibilidad de nuestro gremio. Recordemos que parte de la falta de credibilidad, se da por la desunión, falta de solidaridad y hermandad entre colegas. El notariado es una función pública, que debería estar regida, vigilada y controlada por el gremio mismo y no por un grupo de déspotas y antipáticos magistrados que controlan las altas esferas de la mal llamada “Honorable” Corte Suprema de Justicia. La respuesta a estos problemas está en la colegiación obligatoria; tal y como ya ocurre en muchos países de América Latina; incluso en Europa existe el Consejo de la Abogacía Europea (CCBE) que es la asociación de Colegios de abogados de 31 países de Europa. La creación del Colegio de Abogados tendría las siguientes ventajas:

Carta abierta a todos los abogados y abogadas de El Salvador

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Breve carta dirigida a los abogados y abogadas de El Salvador, en relación a los problemas en torno a nuestra profesión. Con copia para la comunidad jurídica internacional.

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Carta abierta a todos los abogados y abogadas de El Salvador

San Miguel, 01 de septiembre de 2013

Estimados colegas reciban un cordial saludo, para quienes están

estudiando a efecto de examinarse y poder ser autorizados como notarios

y para quienes ya lo son.

El Salvador es un país relativamente pequeño (21,000 Km2 +/-) con una

población de cerca de siete millones, sin contar con nuestros hermanos

que viven en el extranjero.

Somos aproximadamente 20,000 abogados autorizados y la cifra sigue

creciendo; lo que ha provocado una severa degradación en la credibilidad

de los abogados por la poca, escasa o nula ética con la que muchos

actúan en el campo profesional.

Este problema se hace más tangible en las grandes ciudades del país,

como San Salvador, Santa Ana y San Miguel, donde la población es

mucho mayor, que en otras localidades.

El tema del notariado y quién puede y debe ser autorizado para ejercer tan

importante función pública, resulta vital para lograr la armonía y la

recuperación de la credibilidad de nuestro gremio.

Recordemos que parte de la falta de credibilidad, se da por la desunión,

falta de solidaridad y hermandad entre colegas.

El notariado es una función pública, que debería estar regida, vigilada y

controlada por el gremio mismo y no por un grupo de déspotas y

antipáticos magistrados que controlan las altas esferas de la mal llamada

“Honorable” Corte Suprema de Justicia.

La respuesta a estos problemas está en la colegiación obligatoria; tal y

como ya ocurre en muchos países de América Latina; incluso en Europa

existe el Consejo de la Abogacía Europea (CCBE) que es la asociación de

Colegios de abogados de 31 países de Europa.

La creación del Colegio de Abogados tendría las siguientes ventajas:

1- Existiría un código de ética de cumplimiento obligatorio para todos y

todas los/as abogados y abogadas;

2- Tendríamos parámetros claros, en cuestiones como honorarios,

aranceles y obligaciones profesionales;

3- Habría obligación de lealtad, solidaridad y hermandad entre colegas;

4- Obligación de confraternidad, respeto, cooperación y aceptación de

comisiones y cargas colegiales;

5- Promoción y apoyo a la enseñanza y actualización de la ética

profesional;

6- Derecho a recibir capacitaciones y actualizaciones en las diferentes

áreas del derecho, con información y capacitadores de calidad;

7- Derecho a recibir diplomados y cursos de especialización en materia

notarial;

8- Autorización automática en la abogacía y el notariado, acreditando el

grado de Doctor en Jurisprudencia y Ciencias sociales o de Licenciado en

Ciencias Jurídicas, de la Universidad de El Salvador o de cualquiera de las

otras universidades autorizadas y acreditadas legalmente en el país; y los

abogados de otros países, de acuerdo a las exigencias de ley.

Todas estas ventajas podrían hacerse efectivas, si tomamos un tiempo

para meditar y sentar las bases para la creación del colegio de abogados;

su respectiva ley de creación y reglamento de aplicación.

Esta propuesta debe ser presentada a la Asamblea Legislativa, para que

en sesión solemne discuta sobre la aprobación de este ente jurídico.

Es necesario eliminar de nuestra información mental, ideas individualistas,

que nos hacen sentir como los dueños de una tienda del derecho, en la

que pretendemos que todos los “clientes” compren nuestros productos. No

somos una tienda de hojas selladas; ésta es una práctica nociva y

perjudicial para nuestro gremio.

Es tiempo de unirnos y apoyar la iniciativa de crear un colegio de

abogados; tal y como ocurre con el gremio médico y como pasa con el

gremio de abogados en países vecinos, como es el caso de la hermana

República de Honduras.

Estimado/a Colega, analiza esta breve carta y compártela entre todos los

abogados y abogadas que conoces. Un fuerte abrazo y espero verlos

pronto.

Licdo. Juan Ramón Araujo López

ABOGADO

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