84

Revolutionary Road

Una casa de Oscar Niemeyer fue descubierta en Santa Mónica y restaurada poruna pareja de coleccionistas. Una intriga internacional que compromete festivalesde cine, arquitectura, política y persecuciones de lo moderno, entre Mar del Plata,Río de Janeiro y Los Ángeles.

CASAS

oscar niemeyer

Por Débora Cerchiara

Fotos de Leonardo Finotti

86

TODO EN UNO Con la premisa de que el jardín tuviera aire a Burle Marx,y totalmente influenciados por esta idea, Michael yGabrielle Boyd paseaban por la ruta cuando en la entradade un taller mecánico vieron palmeras, helechos y suculentas de 40 años de antigüedad en macetas deplástico, restos de un desmonte. En la vereda de enfrenteencontraron las rocas gigantes y ahí mismo consiguieronel jardín completo.

89

MAIS GRANDEEl espacio principal tiene escala de foyer –más que desala de una casa– y combina la cocina, el comedor y elestar en donde los habitantes conviven con “toneladasde minimalismo”. El espacio central sirve de sitio dereunión para la familia compuesta por los Boyd y susdos hijos adolescentes.

Club Chairs, Nest Tables,Marshmallow sofa de George Nelson;Compas Table y sillas Standard deJean Prouvé; lámpara Spider Sconcede Serge Mouille y estantería para laMaison du Mexique, diseñada porJean Prouvé y Charlotte Perriand.

91

MÁS Y MÁSEl coleccionismo está dirigido a los muebles, en dondepueden ser más abarcativos, ya que una colección de arte del período, equivalente en calidad y cantidad–que incluiría a Malevich, Lissitzky, Klein, Mondrian,por poner algunos ejemplos–, sería muy costosa.

Club Chairs diseñadas por OscarNiemeyer para el Comité Centraldel Partido Comunista en París;Nest Tables de Marcel Breuer;Elliptical Table de Charles Eames.

92

ORIGINALLa cocina es la original de la casa. La políticade los dueños fue reemplazar solamente aquelloque no pudiera ser arreglado.

Banco Haut de Jean Prouvé; Ball clock de George Nelsony butacas Tulip de Eero Saarinen.

94

“Perseguir la modernidad es un ejercicio absorbente, mentaly físicamente” dice Michael Boyd, y agrega: “pero me lleva a entregarme y me permite vivir en un estado dedescubrimiento constante, el descubrimiento de cosas en lugares improbables y el descubrimiento de ideas queenriquecen nuestra vida cotidiana”.Boyd y su mujer Gabrielle son conocidos cazadores a labúsqueda de “las raíces del diseño fundamental”. Para ellosno existe nada más “potente y visceral” que “encontrar untesoro, a veces entre la basura” como puede ser un objetodesarrollado por Josef Hoffman para el Taller de Viena(Wiener Werkstätte) en un mercado de pulgas enÁmsterdam, o una colección de Arts & Architecture adentrode una caja en las afueras de un estadio deportivo.Coleccionistas apasionados, albergan en su casa una enormecolección dirigida principalmente a los muebles, aunquetambién con algo de arte, que busca rescatar el sueñomoderno del poder transformador del diseño. Como nopodía ser de otra manera, los Boyd comprendieronperfectamente lo que significaba “una casa de Niemeyer en California” y sin perder el tiempo la convirtieron en suhogar.

El americano Joseph Strick, quien ganaría un Oscar en 1971por su documental Interviews with My Lai veterans, pasea porla Rambla y enciende un cigarrillo rolado junto a los lobosmarinos. Con el viento zumbándole en los oídos se dirige a escuchar el veredicto del Premio de la Crítica Internacionaldel festival, que en ese año fue para Los jóvenes viejos deRodolfo Kuhn. Era 1962. Strick, que hasta ese momentoera un director/productor/ documentalista de cámara enmano –y un conocido incorfomista–, fue invitado a Mar del Plata en un viaje que se extendería por América del Surllegando hasta Brasil.Trazando recorridos sobre un mapa, el americano parte de Mar del Plata y viaja de Buenos Aires a Brasilia y luego a Río de Janeiro en donde, entre la humedad y la vegetación,visita a Oscar Niemeyer en su casa de Canoas.Niemeyer, un símbolo de la arquitectura brasileña y representante de la gracia y la sensualidad curvilínea que caracteriza a la arquitectura carioca, era conocido por su militancia en el Partido Comunista Brasileño.En su oficina había un grafitti que rezaba: “Cuando la vida

se degrada y la esperanza huye del corazón de los hombres,la revolución es el camino a seguir”.De Río a Los Ángeles, Strick compra un terreno en SantaMónica junto a su esposa Anne, pensando en Oscar como el arquitecto para su casa. El apoyo público al comunismoque profesaba Niemeyer le había ganado una veda en losEstados Unidos durante la construcción del edificio de las Naciones Unidas en Nueva York. Así, el desarrollo de la Strick house se realizó enteramente por correo.El proyecto original adoptaba las mismas ideas que lapropia casa del arquitecto en Río de Janeiro y se destacabapor un techo etéreo de hormigón y habitaciones en el nivelinferior, permitiendo que todos los ambientes disfrutaran de la vista. Olha que coisa mais linda, mais cheia de graça…Por temas del código de edificación no fue posible realizareste proyecto, “un estudio de la frustración, la derrota de undiseño imaginativo y magnífico” sostenía la revista Arts & Architecture en su número de septiembre de 1964.Con una segunda vuelta en el medio, el proyecto final parala casa se resolvió en una sola planta de dos alas, con uno de los techos de vigas de hormigón, tejas de aluminio y cielorraso de madera, bastante hermanado con lassoluciones utilizadas por –el favorito del lugar– RichardNeutra. I wish they all could be California… houses!

Los Strick se divorciaron a fines de 1964 y la casa fuehabitada durante años por la mujer y sus hijos. Para lamisma época, el golpe militar brasileño obligaba a Niemeyera radicarse en París dejando Brasil, adonde volvería recién en la década del 80 para construir el Sambódromo.40 años después, en diciembre de 2003, la casa fue rescatadade las topadoras.Sin ninguna prensa fue vendida a un desarrolladorinmobiliario que planeaba demolerla y construirdepartamentos.Los amantes de la arquitectura y las comisiones demonumentos del lugar discaron el teléfono rojo y les dijeron a los Boyd: “Hola, sí. Hola... acá tenemos una casa de OscarNiemeyer... en California...”.

Agrdecemos especialmente a David Travers de Arts & Architecture, y a Rodolfo Croce por el préstamo de la edición original de septiembre de1964 de dicha revista.

PRIVADOUna de las razones por las que la casa funcionatan bien es que cada uno de los habitantes tienesu propio lugar privado al cual retirarse, segúnGabrielle.

Biblioteca Eames Storage Unit de Charles & Ray Eames;Butterfly Stool de Sori Yanagi y Coconut chair y escritoriominiature chest de George Nelson. Escultura de Henry Moore.

97

Los dueños dicen: “Quisimos proteger este trabajo y traerlo de vuelta. Nos encanta que sea de Niemeyer y que sea relativamente anónimo” y afirman que “Nuncadiríamos que esta es la mejor casa de Niemeyer, o quizáque es una buena casa de Niemeyer; es como ADNraspado de una uña. Pero él era de la segunda generaciónde arquitectos modernos detrás de Le Corbusier y Miesvan der Rohe, y hay sutilezas en esta casa que no estaríanpresentes de no ser la obra de un genial maestro”.

Juego de macetas de ArchitecturalPottery, diseñadas por LaGardo Tackett;butaca Tulip rosa de Eero Saarinen.

99

EDUCACIÓNLa biblioteca guarda lostesoros más frágiles, en dos niveles colmadosde muebles y libros. Laintención de los Boyd eseducar a los demás comoellos se educaron a símismos persiguiendo lamodernidad desde hace 25 años.

Egg chair de Arne Jacobsen; Zigzag de Gerrit Rietveld.

Lámpara de pie AJ de Arne Jacobsen.

Silla Standard de Jean Prouvé; Isokon long chair y Cantilever dining,ambas de Marcel Breuer; silla Zig zag de Gerrit Rietveld; Cantileverchair de Mies van der Rohe y mesa Egg de Arne Jacobsen.

Dentro del cuarto, banquitoWright de Otto Wagner.

101

BIG SPLASHLos espacios exteriores son una ideacentral de la vida en el sur de Californiadebido al buen clima y a la pocahumedad. Niemeyer propuso que elestudio, que se comunica con el living,tuviera un acceso exterior que es a la vez estar y mirador. En su últimacarta a Strick decía: “El proyecto que le mando respeta las líneas funcionales del dibujo que me fue enviado. Es simple y constructivo, económico y hermoso”.

Loop Chair y Stool, diseñados porWilly Guhl para Eternit; LoungeChair & Ottoman de Van Keppel-Green, y macetas y esculturasexteriores de Architectural Pottery,con diseños de LaGardo Tackett y John Follis.