Catecismo de La Realeza Social de Jesucristo

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  • 7/29/2019 Catecismo de La Realeza Social de Jesucristo

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    CATECISMO DE LAREALEZA SOCIAL DE JESUCRISTO

    del Padre Phillippe

    http://www.statveritas.com.ar/
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    INTRODUCCIN

    La Semana Catlica de principios de 1926, organizada por la Liga Apostlica, nos confi un deseo: elposeer un Catecismo que exponga el hecho y naturaleza de la Realeza social de Jesucristo. Para responder aeste deseo hemos entregado estas pginas al pblico bajo el ttulo de Catecismo de los Derechos Divinosen el Orden Social. - Jesucristo Maestro y Rey!.

    Decimos Catecismo de los Derechos Divinos en el Orden Social porque so pretexto de seguirnicamente la luz de la conciencia, se ha difundido la costumbre de abandonar a la libre disposicin de sta elcumplimiento de todos los deberes.

    Los derechos de la verdad, y especialmente los de la Verdad Suprema son pisoteados. NuestroCatecismo requiere un gran acto de Fe: acto de Fe en Dios y en Jesucristo, interviniendo por la autoridad comointervienen por su accin creadora en toda Sociedad. Los Pueblos deben saber que en toda relacin de hombrea hombre, de Sociedad a Sociedad, de pas a pas, y en todo lo que constituye el interior de una nacin,dependen de Dios y de Jesucristo. En este punto, como en el de la existencia misma de Dios, todos debemosinclinarnos, y decir con toda el alma: Creo. A. Philippe, C.SS.R.

    PRIMERA LECCINSUPREMO DOMINIO DE DIOSSOBRE TODA LA SOCIEDAD

    1. Diga los primeros artculos del Credo.

    Creo en Dios, Padre Todopoderoso, Creador del Cielo de la tierra. Y en Jesucristo, su nico Hijo,Nuestro Seor.

    2. Cmo se expresa la Santa Iglesia sobre este punto en el Credo de la Misa?

    Creo en un solo Dios, Padre Todopoderoso, que es creador del Cielo y de la tierra, de las cosas visibles einvisibles. Creo en un solo Seor, Jesucristo, Hijo unignito del Padre.

    3.Qu se entiende por estas palabras: Creador del Cielo y de la Tierra, de las cosasvisibles e invisibles?

    Se entiende por eso que todo lo que existe fuera de Dios ha sido hecho por Dios, que todas las cosasvisibles e invisibles fueron creadas por El.

    4.Qu diferencia hace usted entre las cosas visibles y las invisibles?

    Hay cosas que son perceptibles por el sentido de la vista, del odo o de los otros sentidos, que se puedenpalpar de algn modo: son las cosas visibles. A parte de stas, hay otras cosas que existen realmente, decuya existencia nos podemos dar cuenta pero que no son perceptibles por los sentidos.

    5.Enumere algunos ejemplos de las cosas invisibles.

    Es invisible en el sentido de que no se puede tocar, pero es perfectamente perceptible en el sentido deque puede percibirse su existencia. De este modo se puede constatar y darse cuenta de que tal nacin esdistinta de otra, que tal Sociedad pblica o privada es distinta de cualquier otra Sociedad.

    6.La Sociedad de los hombres, es algo invisible?

    S; y cuando en el Credose dice: creo en Dios Padre Todopoderoso, Creador del Cielo y dela tierra, de todas las cosas visibles e invisiblesse profesa solemnemente que toda Sociedad, lomismo que el hombre, ha sido creada por Dios y, por consiguiente, depende de l con una dependenciaabsoluta. Esta doctrina se aplica a toda Sociedad, que se trate de sociedad natural, esto es, impuesta por lanatura del hombre, o libre, esto es, fundada por la voluntad humana.

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    7.La Sociedad, considerada en tanto que visible e invisible, es una creatura?

    Adems del testimonio de Dios y del Espritu Santo en las Escrituras y del testimonio de la SantaIglesia, se pueden aportar las pruebas racionales. Toda Sociedad est compuesta de hombres. Y todohombre es una creatura. De donde se sigue que las relaciones mutuas de los hombres son cosas creadas. Ycomo toda Sociedad, lo mismo que toda Nacin, constituye una unidad moral que existe verdaderamentefuera de Dios, en tanto que no es Dios ha sido creada por Dios, del cual no puede dejar de depender demodo sumo, del mismo modo que toda creatura depende de Dios

    8.Puede usted dar algunas pruebas de la condicin creada de la Sociedad?

    Hay todava otra verdad fundamental. El hombre depende de Dios no slo porque es una creatura, sinotambin porque Dios es su ltimo fin. Es algo evidente que el fin ltimo de todo lo creado es Dios. Ms enparticular, Dios es el ltimo, sumo e infinito de toda creatura inteligente. El hombre ha sido creado parallegar a Dios. Debe comprender que ha sido creado para este fin y debe querer llegar a l y Dios ha colocadoal hombre en condiciones tales que no puede dejar de vivir en Sociedad. Por lo tanto, en tanto que sersocial, el hombre debe tener por fin ltimoy supremo a Dios. Decir lo contrario sera afirmar que elhombrehalla el fin de la Sociedad en la Sociedad misma, lo que sera idolatra. Pero las sociedades en tanto quetales no pasan a la eternidad. Se concluye pues, en que se fin ltimo se halla en el hecho de que lainteligencia y la voluntad de los individuos se dirijan a Dios en y por medio de las sociedades.

    Hay todava otra verdad fundamental. El hombre depende de Dios no slo porque es una creatura, sinotambin porque Dios es su ltimo fin. Es algo evidente que el fin ltimo de todo lo creado es Dios. Ms enparticular, Dios es el ltimo, sumo e infinito de toda creatura inteligente. El hombre ha sido creado parallegar a Dios. Debe comprender que ha sido creado para este fin y debe querer llegar a l y Dios ha colocadoal hombre en condiciones tales que no puede dejar de vivir en Sociedad. Por lo tanto, en tanto que sersocial, el hombre debe tener por fin ltimoy supremo a Dios. Decir lo contrario sera afirmar que elhombrehalla el fin de la Sociedad en la Sociedad misma, lo que sera idolatra. Pero las sociedades en tanto quetales no pasan a la eternidad. Se concluye pues, en que se fin ltimo se halla en el hecho de que lainteligencia y la voluntad de los individuos se dirijan a Dios en y por medio de las sociedades.

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    SEGUNDA LECCINSUPREMO DOMINIO DE DIOSSOBRE TODA LA SOCIEDAD

    9. Cul es la consecuencia inmediata de la condicin creada de toda sociedad?

    La primera consecuencia es la dependencia necesaria, absoluta, completa, de toda sociedad y de todoorden social establecido, como de todo orden social posible, respecto de Dios.

    10. No comprendo la dependencia de un organismo social respecto de Dios. El organismosocial no est dotado de conciencia. Slo al individuo le corresponde comprender su debermoral y cumplirlo.

    En las consideraciones que usted acaba de hacer hay una triste confusin. Primeramente, la creacin yla dependencia que le sigue para toda sociedad, no provienen del hecho de que el hombre haya recibido deDios el ser y la existencia. El que sea creado no depende de l; que lo quiera o no, el hombre es unacreatura. Lo mismo ocurre con toda sociedad. No depende de ella el ser o no ser creatura; la condicin decreatura pertenece a su propia esencia. Con ms razn, toda sociedad representa una, colectividadinteligente. Esta colectividad tiene por obligacin primera la de comprender lo que le es esencial. Debeconocer sus deberes primordiales anexos a su condicin de creada. Y la primera verdad de la cual dependenlas otras, y que dicta a la creatura sus obligaciones, es la del Supremo Dominio de Dios sobre toda creatura

    y que toda creatura depende absolutamente de l. Una colectividad que, como tal, no estuviese convencidade esta verdad faltara a la ms rigurosa de sus obligaciones; infaliblemente se equivocara de camino. Es,pues, estrictamente necesario que todo Estado, toda Nacin, en un palabra, toda Sociedad, est sumisaenteramente a Dios. De este modo se afirma la obligacin del Orden Social, tanto para la concienciacolectiva como para la conciencia individual.

    11. Existen otras consecuencias de la condicin de creatura inherente a toda sociedad?

    Otra consecuencia de lo dicho es que toda Sociedad depende de Dios en su constitucin ntima. Sequiere decir por esto que, todo lo que contribuye a formar una sociedad debe estar impregnado de DiosExplicamos. En toda sociedad se halla la unin ntima de las voluntades, de los medios aptos y un fin quedebe alcanzarse. En cada uno de estos elementos la Sociedad depende de Dios, porque es una creatura. La

    consecuencia estrictamente lgica se deduce fcilmente. Cuando una sociedad se constituye, debeconsiderar su fin bajo el punto de vista del fin ltimo y supremo: Dios. La unin de las voluntades debehacerse bajo la dependencia prctica de Dios. Los medios aptos deben ser conformes a las exigencias de laLey Eterna. De este modo, cuando un Estado se constituye, tiene como primer deber el de poner como basede su Carta fundamental, de su legislacin y todo lo dems, la ms absoluta dependencia para con Dios y sums entera conformidad con la Ley Eterna. Afirmar lo contrario sera establecer el desorden y acabar en laidolatra.

    12. Pero segn lo dicho, parece que los Estados estn obligados a dar culto a Dios.

    Hay cosas que son perceptibles por el sentido de la vista, del odo o de los otros sentidos, que se puedenpalpar de algn modo: son las cosas visibles. A parte de stas, hay otras cosas que existen realmente, de

    cuya existencia nos podemos dar cuenta pero que no son perceptibles por los sentidos.

    13. Cmo pueden los Estados estar obligados a dar culto a Dios? De hecho no conocen aDios.

    A esta pregunta se responde por las palabras del Apstol San Pablo. En el primer captulo de la Epstolaa los Romanos, habla as: La ira de Dios se manifiesta desde el cielo contra toda impiedad einjusticia de los hombres, que injustamente cohben la verdad; puesto que lo que es dableconocer de Dios est manifiesto en ellos, ya que Dios se lo manifest. Porque lo invisible de

    l, su eterno poder y su divinidad, se hacen notorios desde la creacin de/ mundo, siendo

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    percibidos por sus obras, de manera que no tienen excusa; por cuanto conocieron a Dios yno lo glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias(Rom. 1, 18).

    El Espritu Santo, por la boca del Doctor de las Naciones, proclama que los paganos sumergidos entodos los horrores de la impiedad, son inexcusables de no haber conocido ni glorificado a Dios. Los acusade haber rechazado la luz; no puede excusarlos en nada. Lo mismo que los paganos, de los que habla SanPablo, los Estados modernos, sean los que sean, son inexcusables. No puede admitirse que su actitud seaconforme a las exigencias de la razn. A los gobernantes y a los dirigentes, como a cualquier otra persona,Dios se les manifiesta por sus obras. Si los hay que no quieren exigir que los Estados den a Dios un cultosocial y oficial, son inexcusables por las razones que da San Pablo. Desde el simple punto de vista racional,

    los Gobernantes, los Parlamentos, los Legisladores, etc., deben practicar un culto a Dios, del que no puedendispensarse y del que no pueden dispensar a ningn Estado ni Sociedad. Dicho esto, se debe concluir queincluso cuando un Estado pudiese ser excusado de no someterse a las directivas de la Iglesia por nohaberlas conocido, no podr ser excusado de faltar a Dios ni de haber dejado de someterse a los divinospreceptos de la Ley Eterna.

    14. As, usted considera como inexcusables a todos los hombres pblicos que, por razonespolticas y de prudencia, no quieren afirmar el supremo dominio de Dios sobre todacreatura y especialmente sobre los organismos sociales.

    Exactamente. Y el Apstol San Pablo va an ms lejos. Declara que la severidad de Dios se manifestarcontra los que desobedezcan a esta ley primordial. Los que no quieren aceptar a Dios como Creador, Jefe y

    Supremo Dominador de toda Sociedad van en contra de la ley natural y de las luces de su propia razn.Nosotros no podemos aceptar sus teoras, sino que debemos combatirlas con extrema energa.

    15. En estas condiciones, toda poltica est y deber estar sumisa a Dios.

    Usted lo ha dicho. Toda poltica debe estar sumisa a Dios. Sea cual sea el sentido atribuido al trminopoltica, debe reconocerse en lo que expresa una realidad dependiente de Dios. Ms todava, es en esteterreno que debe aplicarse la teora del fin ltimo que se expuso anteriormente. No debemos perder nuncade vista que el hombre se halla sobre la tierra para prepararse a la eterna bienaventuranza. Todas lasinstituciones divinas o humanas tienen como fin ltimo la gloria de Dios y la salvacin de lo almas. Astodas las instituciones sociales, todas las acciones y directivas polticas deben tener cuenta de esta verdadfundamental, de que el hombre no ha sido hecho para este mundo, sino para la Eternidad. Las

    Constituciones de los Pueblos, su Legislacin, las disposiciones jurdicas, administrativas, etc., debenconsiderar primeramente y antes de cualquier otra cosa, el fin ltimo de toda existencia humana. Todapoltica debe, en motivo de este fin ltimo, ser conforme a la Ley Eterna de Dios, al Credo Y al Declogo.

    16. Usted dice que el Estado debe estar totalmente sumiso a Dios. Pero la Iglesia, no debeigualmente estarlo?

    Por supuesto. La Iglesia, como todo Sociedad, debe a Dios obediencia y sumisin enteras. En el mundohay muchas y muy diversas sociedades. Dos sociedades dominan sobre las otras: la Iglesia y el Estado. Siinsistimos en la dependencia del Estado para con Dios, es a causa de los errores que reinan sobre este temaLa Iglesia debe a Dios una sumisin tanto mayor cuanto que tiene por funcin dirigir a los hombres haciasu destino eterno. Depende de Dios en su existencia, en los medios que Dios Pone a su disposicin para

    santificar las almas; depende de Dios por la obligacin en la que se haya de mostrar tanto a los particularescomo a los hombres pblicos, a las Sociedades privadas como a los Estados, el camino que debe seguirsepara llegar a salvarse. En pocas palabras, toda sociedad depende de Dios. El Estado es una Sociedad: luegodepende de Dios. La Iglesia es una Sociedad: luego depende de Dios, y su dependencia es todava msntima.

    17. Lo dicho parece establecer que la Iglesia y el Estado tienen que estar de acuerdo en elGobierno de los hombres, no es cierto?

    Exactamente. Los Papas as lo han enseado siempre: debe haber un perfecto acuerdo entre la Iglesia yel Estado. La razn de esto es muy simple: la Iglesia y el Estado son dos instituciones establecidas por Dios

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    La misin de la Iglesia es la de conducir a los hombres a su bienaventuranza eterna. La misin de] Estadoes la de procurar el bien material y temporal de sus sbditos. El Estado debe procurar este bien para quesus sbditos puedan alcanzar sin demasiadas dificultades su fin ltimo. Como el fin ltimo es lo msimportante para el hombre, es evidente que toda otra cosa debe estarle subordinada. Como la Iglesia tienepor misin la de conducir con seguridad a los hombres hacia su fin ltimo, Dios quiere que se le obedezca.Su poder, sin que se extienda a las cosas de orden material, comprende tambin el modo por el cual seemplean los bienes temporales y pasajeros, en vistas del fin que se quiere obtener. Los Papas Po IX y LenXIII condenaron de modo tajante la doctrina de la separacin de la Iglesia y del Estado.

    18. Estas enseanzas son muy importantes: parece que, para ser conformes a la verdad y a laley divina, nunca ninguna inteligencia humana podr tener el pensamiento consentido de laindependencia del Estado, de una Sociedad o simplemente de la poltica, respecto de Dios.

    Usted lo ha dicho. Todo pensamiento consentido de este tipo, comporta una declaracin formal deindependencia de la creatura contra el Creador. Eso es una rebelin del espritu contra Dios y esta rebelinconstituye un pecado particularmente grave.

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    TERCERA LECCINEL SUPREMO DOMINIO DE JESUCRISTO

    SOBRE TODA SOCIEDADY NACIN

    19. Podra usted decirme el segundo artculo del Credo?

    Creo en Jesucristo, Nuestro Seor. Y en el Credo de la Misa se dice: Creo en un solo SeorJesucristo, Hijo nico de Dios, Dios de Dios, que se encarn en el seno de la Virgen Mara, y se hizo hombrepor nosotros.

    20. Existe una relacin especial entre la Santsima Humanidad de Jesucristo y el OrdenSocial establecido en este mundo?

    Sin lugar a dudas. El hombre es creado de tal modo que es hecho para la Sociedad. Por su naturaleza ycondiciones de existencia es llamado a vivir en Sociedad. Jesucristo se ha hecho hombre para conducir alhombre hacia su Eterna Bienaventuranza. As pues, el Divino Redentor debe tener una influencia efectivasobre todas las condiciones entre las cuales debe conducir al hombre hacia su fin; pero el hombre, siendohecho para la Sociedad, debe tender hacia su fin en tanto que es ser social, esto es, Por medio de laSociedad para la que ha sido hecho. Esta no puede ser un fin supremo, sino un simple medio. Para semedio, debe estar santificada y ser santificante. Esto no se obtiene sino por medio de la Santa Humanidadde Cristo y en Cristo. Por esto es evidente que debe existir una relacin especial entre la Santa Humanidad

    de Cristo y el Orden Social establecido en el mundo.

    21. Pero, por qu hablar de Cristo en particular? Acaso no es Dios? Por consiguiente, noes verdad que ya se le aplica todo lo que se dijo sobre Dios?

    Por supuesto, Todo lo que se ha dicho de Dios, se Aplica al Verbo Eterno, hecho hombre por nosotros.Jesucristo es Dios; luego toda Sociedad depende de l con una dependencia suprema y absoluta. Sinembargo, se debe recordar que en Jesucristo slo hay una persona y dos naturalezas: la Persona del Verbo ylas Naturalezas divina y humana. La Persona del Verbo asumi y se uni hipostticamente a la naturalezahumana. De esta manera, la naturaleza humana de Cristo no subsiste sino en el Verbo; en Jesucristo revistecondiciones del todo especiales.

    22. Cules son las condiciones especiales que posee la Santa Humanidad de Cristo en raznde la dignidad que le cre su unin Hiposttica?

    Las acciones de Cristo son divinas. Esta consecuencia proviene del hecho que todos los actos seatribuyen a la persona. Como en Jesucristo slo hay una persona, no dos, todos los actos de la naturalezahumana son atribuidos a la persona divina.

    23. Pero Jesucristo, no es al mismo tiempo Redentor?

    Jesucristo es Redentor. Redimi al gnero humano por su naturaleza humana. En esta naturaleza, El esMediador entre la Trinidad y el hombre. Para defender los poderes especiales y la misin de la que fuerevestido Jesucristo-hombre, no deben perderse de vista las condiciones dadas al Divino Maestro en su

    calidad de Hombre-Mediador. Es verdadero Dios y es verdadero Hombre. En tanto que Dios no depende denadie, no tiene nada que recibir de nadie y todo depende de El. En tanto que hombre, todo lo debe recibirde Dios, al igual que toda creatura, pero en condiciones especiales.

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    CUARTA LECCINCONDICIONES Y SENTIDO EXACTO

    DE LA REALEZA DE JESUCRISTO

    24. Cul es la condicin fundamental de la Realeza Social de Jesucristo?

    La condicin esencial de la Realeza Social de Jesucristo es la voluntad formal de la Santsima Trinidadde dar a Jesucristo-Hombre un verdadero y absoluto poder real. No se trata aqu de los Derechos del Verbode Dios, que son infinitos, sino de los Derechos y Poderes que Dios da a la Santa Humanidad asumida por

    el Verbo.

    25. Nos dio a conocer Dios su Voluntad a este respecto?

    Sin ninguna duda. En la Encclica Quas Primas el Papa Po XI nos da dos pruebas que indican laVoluntad divina sobre este tema.

    26. Cules son estas dos pruebas?El Papa Po XI expone as la primera prueba: San Cirilo de Alejandra nos describe

    acertadamente el fundamento de esta dignidad y de este poder de Nuestro Seor: PoseeCristo el poder supremo sobre toda la creacin, no por violencia ni por usurpacin, sino envirtud de su misma esencia y naturaleza. Es decir, la autoridad de Cristo se funda en la

    admirable unin hiposttica. De donde se sigue que Cristo no slo debe ser adorado comoDios por los ngeles y por los hombres, sino que, adems, los ngeles y los hombres debensumisin y obediencia a Cristo en cuanto hombre; en una palabra, por el solo hecho de launin hiposttica, Cristo tiene potestad universal sobre la creacin.

    Este es el pensamiento del Papa sobre el tema: la unin hiposttica de la naturaleza humana con lapersona del Verbo, confiere a la naturaleza humana asumida en Jesucristo, una dignidad tal quetransciende toda otra dignidad de la que pueda ser revestida una naturaleza humana. No sera admisible niaceptable que se pudiese poner al lado de la naturaleza humana asumida por el Verbo una dignidad que, enderecho, pudiera reclamar una superioridad sobre Cristo-Hombre. No sera admisible que un Prncipe, unaCmara legislativa, pudieran declararse efectiva y jurdicamente superiores a Aquel que Dios a revestido dela prerrogativa trascendente de la Unin hiposttica. Esta es el fundamente primero y esencial del poderreal atribuido a Jesucristo.

    27. Exponga el segundo fundamento doctrina de la Verdad enseada por Po XI.

    Po XI contina diciendo: "Por otra parte, hay realidad ms dulce y consoladora para elhombre que el pensar que Cristo reina sobre nosotros, no slo por un derecho denaturaleza, sino adems por un derecho de conquista adquirido, esto es, el derecho deredencin? Ojal los hombres olvidadizos recordasen el gran precio con que nos harescatado nuestro Salvador: Habis sido rescatados... no con plata y oro corruptibles, sinocon la sangre preciosa de Cristo, ofrecido como cordero sin defecto ni mancha. Ya nosomos nuestros, porque Cristo nos ha comprado a precio grande. Nuestros mismoscuerpos son miembros de Cristo.

    Y este es el pensamiento del Papa. Toda creatura pertenece a Dios. El hombre se haba perdido por el

    pecado y no tena con qu pagar por l. Jesucristo, Verbo de Dios hecho Hombre, se encarg de pagar Elmismo esta deuda con su Sangre divina. A su vez, la Santsima Trinidad le dio en recompensa todo elgnero humano y toda creatura y le concedi especialmente a l, el privilegio de formar un solo cuerpo yuna sola cosa con todos los hombres que se le uniesen por la gracia.

    28. Dio a conocer Jesucristo las intenciones de la Santsima Trinidad acerca de su poderreal?

    Jesucristo, con majestad enteramente divina, ante el mundo entero y ante todos los siglos, declar:Todo poder me ha sido dado en el Cielo y sobre la tierra. (S. Mat. 28, 18). Obsrvese que elpoder del que habla le ha sido dado, luego obtuvo este poder. En segundo lugar ntese que le ha sido dado

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    todo poder. Luego no existe en la tierra ningn poder que no sea de Cristo. El poder le ha sido dado por laSantsima Trinidad; y por consiguiente el poder de los Reyes, Prncipes y de toda autoridad constituida esPoder de Cristo. As nos lo explica San Pablo: Non est potestas nisi a Deo: No hay potestad queno venga de Dios(Rom. 13, t). Este es el origen del poder. Todo poder viene de Dios y no puede venirsino de l. Todo poder ha sido confiado a Cristo; luego todo poder pasa por Cristo y de El procede.

    29. Se puede deducir de lo dicho que Jesucristo ejerce un verdadero poder sobre todasociedad?

    La respuesta a esta pregunta es totalmente afirmativa. Primeramente, como lo dice el Papa Len XIII, laautoridad pertenece esencialmente como cosa propia a toda sociedad. Sin autoridad no puede existir unasociedad. Toda Sociedad se rige por la autoridad. Si se establece una relacin entre estas verdades se debeconcluir lo siguiente: la autoridad que se halla en una sociedad o en un pas determinados proviene deJesucristo: de El procede y de l depende. Luego esta autoridad es necesariamente de una naturaleza talque debe estar sometida a Cristo. Por el hecho mismo, Jesucristo es el verdadero Rey de las Sociedades,cuya autoridad le pertenece.

    30. El Papa Po XI habla tambin de un poder legislativo, ejecutivo y judicial. Cristo estrevestido tambin de este triple poder?

    Por supuesto, ya que no puede comprenderse un poder que no gozase de la prerrogativa de hacer leyes,

    juzgar y condenar. Este triple poder es una consecuencia necesaria de la autoridad de la que Jesucristo fuerevestido por Dios.

    31. Puede hablarse todava de otra razn que justifique la Realeza Social de Jesucristo?

    S; por la naturaleza misma de toda Sociedad, y especialmente de su finalidad, vemos una nueva pruebade la Realeza Social de Jesucristo sobre todo Orden Social.

    32. No es la autoridad la que establece el fin de la Sociedad?

    Sin duda alguna. Reconocer que la autoridad existe en una sociedad es afirmar que esta autoridad debeconducir la sociedad hacia su fin. Este fin est determinado por la unin de las voluntades que tienden a

    realizarlo. El fin de una sociedad puede considerarse bajo su ngulo especial y propio. Este ngulo especialnunca podr permitir que se pierda de vista el fin sumo y ltimo. Si de hecho la autoridad tiene por misinel conducir la Sociedad que gobierna hacia su fin, es evidente que la autoridad que procede de Cristo -y noes intil insistir, toda autoridad procede de El- debe tener por fin ltimo el mismo fin de la vida y muerte deJesucristo. Es imposible que Jesucristo quisiera delegar a alguien una autoridad sobre la que no conservasesu propia autoridad para lograr el fin de su Redencin. Del mismo modo, le es imposible renunciar en loms mnimo a la autoridad sobre los medios que debe emplear la Sociedad para alcanzar su fin, o sobre las

    voluntades que se han unido en Sociedad.

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    QUINTA LECCINCARCTER ESPIRITUAL

    DE LA REALEZA DE JESUCRISTO

    33. Qu otra caracterstica posee la Realeza Social de Cristo?

    El Papa Po XI la explica con los siguientes trminos: Los textos citados de la Bibliademuestran con toda evidencia que este reino es principalmente espiritual y que su objeto

    propio son las realidades del espritu, conclusin lgica confirmada personalmente por la

    manera de obrar del Salvador. Porque juzgaron equivocadamente que el Mesasdevolvera la libertad al pueblo judo y restablecera el reino de Israel, Cristo deshizo yrefut esta idea vanamente esperanzada. Cuando la muchedumbre, maravillada, quera

    proclamarle rey, Cristo rehus este honroso ttulo huyendo y escondindose en la soledadFinalmente, en presencia del gobernador romano declar que su reino no era de estemundo. Los evangelios describen este reino como un reino cuyo ingreso exige una

    penitencia preparatoria, ingreso que a su vez slo es posible por medio de la fe y delbautismo, el cual, si bien es un rito externo, significa y produce la regeneracin del alma.

    Este reino se opone solamente al reino de Satans y a la potestad de las tinieblas, y exigede sus sbditos no slo que, con el desprendimiento espiritual de las riquezas y de losbienes temporales, observen una moral pura y tengan hambre y sed de justicia, sino queexige adems la abnegacin de s mismos y la aceptacin de la cruz. Cristo, como

    Redentor, rescat a la Iglesia con su sangre; y Cristo, como Sacerdote, se ofreci a smismo y se sigue ofreciendo perpetuamente como vctima por los pecados del mundo;quin no ve, por tanto, que la dignidad real del Salvador participa y muestra lanaturaleza de ambos oficios? Por otra parte, incurrira en un grave error el que negase ala humanidad de Cristo el poder real sobre todas y cada una de las realidades sociales y

    polticas del hombre, ya que Cristo como hombre ha recibido de su Padre un derechoabsoluto sobre toda la creacin, de tal manera que toda ella est sometida a su voluntad.

    Sin embargo, mientras vivi sobre la tierra, Cristo se abstuvo totalmente del ejercicio deeste poder, y as como entonces despreci la propiedad y administracin de los bieneshumanos, as tambin permite y sigue permitiendo el uso de stos a sus poseedores.

    Expresa bien esta permisin el conocido texto: No arrebata el reino temporal el que da elreino celestial".

    34. Explique este carcter espiritual de la Realeza de Cristo.

    Es necesario recordar lo que ya se ha dicho. En razn de la unin hiposttica y su accin redentora,Jesucristo posee entera autoridad sobre toda creatura. El hombre debe alcanzar su fin ltimo por medio deJesucristo. El es el Camino que se debe seguir para la salvacin, la Verdad que ilumina a todo hombre que

    viene a este mundo, la Vida que tiene por misin vivificar las almas por la gracia. A causa de su podersupremo, Jesucristo debe obrar sobre todo hombre, de manera que sea en toda realidad para cada uno:Camino, Verdad y Vida. Tambin a causa de este mismo poder supremo que le da autoridad sobre todaSociedad y toda Autoridad, debe necesariamente obrar de modo tal que, por una parte ninguna autoridadterrestre le impida ni pueda impedir a nadie que Jesucristo sea Camino, Verdad y Vida; y por otra parte,que toda Autoridad o Sociedad cooperen de hecho a que Jesucristo sea para cada uno Camino, Verdad y

    Vida. El carcter social y espiritual de la Realeza de Cristo se ve explicado con perfecta claridad por lasconsideraciones que se acaban de hacer. Jesucristo es Rey. Todo poder le ha sido dado, incluso sobre lascosas temporales. Este poder puede ejercerse de derecho tanto en el orden temporal como en el espiritualDe hecho, se limita a una intervencin espiritual.

    35. En qu medida interviene espiritualmente Cristo en las organizaciones sociales?

    No hay lmites para su poder de intervencin. En derecho y de hecho, Cristo Rey debe intervenir por Smismo y por su Iglesia, es decir, por su enseanza, en las constituciones fundamentales de los pueblos ypases, en las organizaciones sociales y hasta en la Sociedad de las Naciones mismas. Esto debe ser as,

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    porque es el nico medio para el Divino Rey de cumplir la misin divino-terrestre que se ha impuesto y leha confiado la Santsima Trinidad.

    36. As pues, Jesucristo es Rey de todas las Naciones?

    Efectivamente. Segn la palabra del Profeta: Todas las naciones le han sido dadas en herencia y suimperio, o ms exactamente su propiedad, se extiende hasta los confines de la Tierra.

    37. Los homenajes pblicos que deben drsele a Jesucristo Dios y Hombre, proceden delcarcter espiritual del que se halla revestida la Realeza de Jesucristo?

    S; los homenajes pblicos de adoracin y de amor, de reconocimiento y de reparacin, de peticin eimpetracin le son debidos a Jesucristo Dios. Son impuestos a Jesucristo Hombre y a todos los hombrespor Jesucristo Rey. Cristo Rey ejerce una Realeza espiritual porque es el Camino, la Verdad y la Vida. Laejerce adems porque solamente El posee los medios para adorar y rendir dignamente todos sus deberes ala Santsima Trinidad. Que el hombre cumpla estos deberes fue uno de los fines de la venida de Cristo almundo. A su realeza le compete pues, imponer estos homenajes espirituales al hombre y a toda Sociedad,pues es el nico medio tanto para el uno como para la otra de llegar a su ltimo fin.

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    SEXTA LECCINEL PODER DE LA IGLESIA

    EN EL ORDEN ESTABLECIDO POR DIOS

    38. Cul es la voluntad de Cristo, Rey de las Sociedades, sobre la Iglesia?

    Su voluntad es doble. Primeramente, como ya se ha dicho, la Iglesia le debe a Dios y a Jesucristo la msentera sumisin. No le es permitido aadir una sola verdad a las que ense Jesucristo. Del mismo modo,no le es permitido suprimir ninguna. Depende de Dios, hasta en los mnimos detalles, con una absoluta

    dependencia. Tambin, por voluntad de Jesucristo, se halla investida de una misin que debe cumplir. Enrazn de esta autoridad sobre toda autoridad, Jesucristo le confi esta misin. Esta implica necesariamenteuna participacin a su autoridad sobre toda autoridad.

    39. Puede explicar un poco esta misin de la Iglesia?

    Esta es la situacin en la que Cristo puso a su Iglesia. Le dijo: Vayan, enseen a todos los pueblos, Yoestoy con ustedes hasta el fin de los siglos. Estas palabras explican las intenciones de Jesucristo. El DivinoMaestro quiere que su Iglesia sea en el mundo el instrumento para la salvacin de las almas, Lo quierehasta tal punto que slo a la Iglesia, excluyendo cualquier otro organismo, le ha confiado la misin deconducir las almas a su Bienaventuranza final. Quiere sin duda pues, que su Iglesia cumpla en el mundo,para la salvacin de ste, la funcin de organismo necesario.

    40. Pero en estas condiciones, la Iglesia sera tan necesaria como el mismo Cristo, lo cual esinadmisible.

    Es perfectamente admisible que la Iglesia sea tan necesaria como Cristo mismo si tal es la voluntad deCristo. Y de hecho, Cristo manda a su Iglesia que ensee a los Pueblos y administre los Sacramentos. 0 pormejor decir, Jesucristo por mediacin de la Santa Iglesia quiere ser para todo hombre y para toda SociedadCamino, Verdad y Vida.

    41. Pero en estas condiciones, a la Iglesia le pertenece el ttulo de Reina, y al Papa el ttulo deRey.

    Incontestablemente. La Iglesia no tiene a nadie, ni por encima de Ella ni a su mismo nivel, que la puedailuminar, ensear y dirigir, ms que al mismo Dios, al Espritu de Dios y a Jesucristo. Si Cristo es

    verdaderamente Rey porque ejerce una autoridad sobre los individuos, las Sociedades y toda otraAutoridad, del mismo modo la Iglesia es Reina, porque debe ensear a los hombres con autoridad susdeberes. Y como realmente rige, es Reina.

    Al mismo ttulo y por las mismas razones, El Papa es verdadero Rey.

    42. Cules son las consecuencias inmediatas de estas verdades?

    La primera de todas es que Jesucristo y su Iglesia tienen la obligacin de intervenir en todo OrdenSocial. En toda obligacin social, sea la que sea, tienen por misin divina, iluminar a los Pueblos ySociedades sobre sus deberes. Es lo que ensea la Santa Sede en una carta que dirigi al Arzobispo de Tours

    (Francia): En medio de los desrdenes actuales, es necesario recordar a los hombres que laIglesia es, por su divina institucin, la nica arca de salvacin para la humanidadFundada por el Hijo de Dios sobre San Pedro y sus sucesores, no solamente es laguardiana de las verdades reveladas, sino tambin la custodia necesaria de la ley natural.

    Por esto, hoy ms que nunca, se debe ensear, como lo est haciendo, Monseor, que laverdad liberadora tanto para los individuos como para las sociedades es la verdadsobrenatural en su plenitud y pureza, sin atenuacin ni disminucin ni compromisos, tal,en una palabra, como Nuestro Seor Jesucristo vino a traera al mundo, tal como la confia la custodia y magisterio de Pedro y su Iglesia. (Carta del 16 de marzo de 1917). La segundaconsecuencia, que sigue a la primera, es que Jesucristo y su Iglesia son necesarios para el Orden Social.

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    Si no fuesen necesarios, Dios no los hubiese impuesto al mundo como medio de salvacin. Si tienen unamisin obligatoria para con los Pueblos.

    43. Pero entonces, la Iglesia tiene una misin no slo con las almas, sino tambin con lasSociedades?

    S, la Iglesia y el Papa tienen que cumplir una tarea impuesta divinamente, no slo ante las almas sinotambin ante las Sociedades. Primeramente, en la tierra nicamente a la Iglesia se le ha confiado eldepsito no slo de las verdades reveladas sino tambin el de las verdades morales del orden natural. Sin la

    existencia y puesta en prctica de esta ley moral, ninguna Sociedad puede subsistir. Pertenece pues a laIglesia la enseanza de las verdades primordiales, nicas que pueden salvar al mundo y a cada pas enparticular. Pertenece tambin a la Iglesia y solamente a Ella la interpretacin autorizada de las leyes de

    justicia natural que deben presidir las relaciones de los Pueblos entre s. Es justo que sea as. La Iglesiadebe conducir los Pueblos a su fin ltimo. Estos viven normalmente en este mundo en estado de SociedadLa Iglesia pues, debe conducirlos a su fin, por la Sociedad en la que Dios quiere que vivan. Esta es la verdadprimordial del fin ltimo querido por Dios y que el hombre, que ilumina todas las grandes cuestiones, debequerer. No es de extraar que el desprecio de esta verdad y de la ley que comporta atraigan los castigosdivinos. Acaso no es un castigo real la impotencia en la que se hallan los Gobiernos que buscan la Paz delas Naciones? Dios, la Iglesia y el Papa estn arrinconados, y las cosas quieren hacerse sin Ellos. Laconsecuencia de este criminal olvido es fatal: quiere obrarse sin Dios, y Dios deja que las cosas se hagan sinl. Nada bueno se hace.

    En estas condiciones se debera inculcar a los hombres, cueste lo que cueste, la dependencia de todaSociedad respecto de Dios, de su Cristo y de la Misin de la Iglesia. Sin duda. Hay un dicho comn: Entredos males se debe escoger el menor. Y es algo certsimo que el mal que proviene del silencio de los quetienen por misin ensear es el mayor y ms pernicioso de los males. Jesucristo o de modo tajante paracircunstancias como estas: para establecer su Verdad en el mundo, si es necesario pasar por sufrimientos ypersecucin, debe pasarse. Ms vale el martirio que el sacrificio y renuncia de las verdades necesarias a lasalvacin.

    44. En estas condiciones se debera inculcar a los hombres, cueste lo que cueste, ladependencia de toda Sociedad respecto de Dios, de su Cristo y de la Misin de la Iglesia.

    Sin duda. Es algo certsimo que el mal que proviene del silencio de los que tienen por misin ensear es

    el mayor y ms pernicioso de los males. Jesucristo o de modo tajante para circunstancias como estas: paraestablecer su Verdad en el mundo, si es necesario pasar por sufrimientos y persecucin, debe pasarse. Msvale el martirio que el sacrificio y renuncia de las verdades necesarias a la salvacin.

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    SPTIMA LECCINERROR FUNDAMENTAL

    QUE REINA HOY

    45. Cul es el error ms pernicioso y nefasto sobre el tema que estamos tratando?

    Sin ninguna duda, el error ms pernicioso e irreductible, es el que dice que no hay ni puede haber, nipara los individuos ni para las Sociedades, verdad que se imponga, esto es, que exista. As pues, de hecho yde derecho, no habra ni podra haber, verdad ni error. La consecuencia estrictamente lgica es que no

    habra bien ni mal, derecho ni injusticia. Se le daran todos los derechos tanto al error como a la verdad, albien como al mal.

    46. Qu significa dar derechos al error?

    Es fcil explicar este punto. Todos los organismos sociales oficiales y particularmente las constitucionesde los Pueblos han puesto por fundamento prctico La Declaracin de los Derechos Humanos de laRevolucin Francesa de 1789. Los derechos humanos son absolutos; el hombre est a la cabeza. Todo,incluso la Verdad, depende de l y ha sido hecho por l.

    47. Qu significado tiene la Declaracin de los Derechos del Hombre si se la consideradesde el punto de vista de la sociedad moderna?

    Algo muy sencillo. En otros tiempos, Dios era el centro, el principio y el trmino de todo en laorganizacin social y respecto del individuo. Por base de las constituciones de los Pueblos estaba Dios,Jesucristo y la misin de la Iglesia segn las exigencias de los Derechos divinos. Pero de repente sesuprimieron los derechos de Dios. De este modo, donde antes Dios era el Dueo y reinaba como tal, se pusoel hombre, cuyos pensamientos y voluntades reemplazaron al pensamiento, verdad, voluntad y ley de Dios.

    48. De qu modo se presentaron al pblico estas teoras?

    Este estado de cosas ha sido instituido por la teora de las grandes libertades modernas, que son la basede las constituciones de todos los pases. Existen las libertades de conciencia, enseanza, prensa, asociacin

    y cultos. Estas libertades son moderadas por la ley. La ley es la expresin de la voluntad general.

    49. Cul es el significado exacto de estas libertades? No significan que el hombre debegozar de entera libertad para ensear y practicar el bien?

    Podran entenderse de este modo. Pero por desgracia, no es el sentido que corresponde a la realidad. Elliberalismo moderno ha comprendido y aplicado de manera muy diferente estas libertades. Para l, estaslibertades consisten en que cada quien tiene la libertad de vivir como quiera y de ensear lo que le guste; deescribir y publicar lo que se le antoje; de asociarse para cualquier fin, bueno o malo. Todos son libres de darun culto a quien quieran, a Dios, a Jesucristo, a Mahoma y al mismo Satans si as les gusta.

    50. Y qu relacin existe entre esta teora de las libertades modernas y el errorfundamental del que se habl?

    La relacin es evidente. Para las Sociedades y Naciones contemporneas y para el hombre formadosegn los Principios de 1789, la verdad no existe; lo nico que existe es el hombre, es decir, el pensamiento

    y la voluntad del hombre. Cada cual tiene el derecho estricto de concebir y tener las ideas que quiera yponerlas como directivas de su vida. Es la prueba manifiesta de que para el hombre solamente existe comorealidad de la que tenga que tener cuenta su propio pensamiento, conocido y elaborado por l. Fuera de smismo, la verdad no existe. Como consecuencia de esta doctrina, todos tienen el derecho estricto deensear lo que quieran por palabra o escrito. Tambin por la misma razn, la ley que dirige los pases valeen la medida en la que expresa la voluntad general conocida por la eleccin y el voto, y no en la medida enque expresa la Verdad y la Voluntad divinas. En resumidas cuentas, el Derecho moderno no reconoce niprofesa ninguna verdad; se inclina nicamente ante el pensamiento humano.

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    51. Entonces, atribuye usted a la Declaracin de los Derechos Humanos una influenciapreponderante sobre la mentalidad moderna y errores reinantes?

    Sin lugar a duda. Si en nombre de un derecho, el hombre puede pensar lo que quiera, si de golpe puede,en nombre del mismo derecho (y esto es muy grave) querer lo que quiera y obrar como le parezca, para lno existe sino l mismo y los derechos de hombre deificado, independiente de toda autoridad y de toda

    verdad. Esta doctrina permite todos los errores en todos los rdenes de cosas. En filosofa, en teologa, enpoltica, en las ciencias econmicas y sociales, predominaran y serviran de gua el pensamiento y

    caprichos del hombre. Pero lo que le da a esta doctrina su importancia y su gravedad excepcional es quetodos los derechos, de los que se dice autora la Declaracin de 1789, le seran debidos al hombre en derechoestricto, oficialmente reconocidos y aprobados. Cualquier pensamiento, palabra, accin, etc., se basaran enestos derechos y seran enteramente legtimos.

    52. Pero no es verdad que la Declaracin de los Derechos Humanos pone lmites a laaccin del hombre?

    Veamos. Segn los Principios de 1789, los Derechos del hombre quedan limitados por los derechos desu semejante. As, mi derecho de coger el bien ajeno queda limitado por el derecho de su prjimo a lapropiedad. Mi derecho de matar queda limitado por el derecho de mi semejante a la vida. Todos estoslmites obtienen su reconocimiento y valor en la ley. Pero en seguida se ve que son ilgicos. Si por principio

    mis derechos son absolutos, nadie les puede poner un lmite. A pesar de todas las restricciones que ponga laley, siempre predominar contra sta el dogma fundamental de la libertad sin freno y los derechos sinrestriccin del hombre. En seguida se echa de ver la licencia que se le dara a cualquier doctrina yenseanza. Bajo la apariencia de Derechos del hombre, se podran introducir en los organismos sociales losms perniciosos y monstruosos errores, y podran en derecho reclamar la proteccin de la autoridad, quetendra como funcin proteger, no ya la Verdad, sino el pensamiento del hombre.

    53. Diciendo esto, se enfrenta usted a todas las ideas que se admiten hoy en da, y acaba conel derecho moderno.

    Efectivamente, as se cortan en la raz todos los principios llamados modernos.

    54. No me podra dar una nocin exacta del Derecho moderno?

    Se puede dar la nocin que el Papa Len XIII dio en su colosal Encclica ImmortaleDei: Todos loshombres, de la misma manera que son semejantes en su naturaleza especfica, son igualestambin en la vida prctica. Cada hombre es de tal manera dueo de s mismo que porningn concepto est sometido a la autoridad de otro. Puede pensar libremente lo quequiera, obrar lo que se le antoje, en cualquier materia. Nadie tiene derecho a mandarsobre los dems. En una sociedad fundada sobre estos principios, la autoridad no es otracosa que la voluntad del Pueblo, el cual, como nico dueo de s mismo, es tambin el nicoque puede mandarse a s mismo. Es el Pueblo el que elige las personas a las que se ha desometer. Pero lo hace de tal manera que traspasa a stas no tanto el derecho de mandarcuanto una delegacin para mandar, y aun sta slo para ser ejercida en su nombre.

    Queda en silencio el dominio divino, como si Dios no existiese o no se preocupase delgnero humano, o como si los hombres, ya aislados, ya asociados, no debiesen nada aDios, o como si fuera posible imaginar un poder poltico cuyo principio, fuerza y autoridadtoda para gobernar no se apoyaran en Dios mismo. De este modo, como es evidente, el

    Estado no es otra cosa que la multitud duea y gobernadora de s misma. Y como se afirmaque el pueblo es en s mismo fuente de todo derecho y de toda autoridad, se siguelgicamente que el Estado no se juzgar obligado ante Dios por ningn deber; no

    profesar la nica religin verdadera, ni elegir una de ellas ni la favorecerprincipalmente, sino que conceder igualdad de derechos a todas las religiones, con talque la disciplina del Estado no quede perjudicada. Se sigue tambin de estos principios queen materia religiosa todo queda al arbitrio de los particulares y que es lcito a cada

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    individuo- seguir la religin que prefiera o rechazarlas todas si ninguna le agrada. Deaqu nacen una libertad ilimitada de conciencia, una libertad absoluta de cultos, unalibertad total de pensamiento y una libertad desmedida de expresin.

    En resumidas cuentas, segn el Papa Len XIII los principios del Derecho Moderno son los siguientes:1 Todo poder y autoridad emanan del hombre; es la primera consecuencia de la Declaracin de losDerechos del hombre; 2 Este poder se traduce en la aceptacin y prctica de la ms absoluta libertad: elhombre no puede sufrir ninguna coaccin ni obligacin, pues tiene todos los derechos; 3 Como el derechode un hombre puede oponerse al derecho de otro, el Derecho Moderno establece una restriccin en el usode la libertad absoluta: el derecho de uno est limitado por el derecho de otro. Aunque esta disposicin es

    ilgica, es necesaria para evitar conflictos y los abusos que seran inevitables. En toda sociedad organizadaes necesaria una legislacin. Esta legislacin tomar como fundamento la voluntad general de los hombresque pertenecen a esa Sociedad, y no Dios, Jesucristo y su Ley Eterna. Los individuos designan a losmandatarios que expresarn su voluntad en el Parlamento.

    La Legislacin no ser sino la expresin de la voluntad de la multitud. Esta es el resultado de losDerechos del hombre.

    Insistamos sobre este punto capital: la voluntad general, que slo debe tener cuenta de s misma, puedeimponer leyes nefastas y contrarias a todo derecho. Sin embargo, estas leyes se convierten en Derecho porel hecho de ser la ley, es decir, la expresin de la voluntad general.

    55. Hay una gran diferencia entre el Derecho Moderno y el Derecho Catlico, fundado en elDerecho Divino?

    La diferencia es enorme. El Derecho Moderno est basado sobre el hombre. El Derecho Catlico estbasado sobre Dios. El Derecho Catlico tiene como punto de vista el fin sumo y ltimo del hombre. EDerecho Moderno tiene por punto de vista el hombre y su fin, que es l mismo. El Derecho Catlico tieneprimeramente en cuenta de la dependencia absoluta que toda creatura tiene para con Dios y especialmentede la dependencia que le debe toda Sociedad y Estado. El Derecho Moderno establece que la unin de las

    voluntades funda la Sociedad sobre la voluntad de los asociados, independientemente de toda voluntaddivina. El Derecho Catlico es el establecimiento, por derecho, del reino de Dios en el individuo y en laSociedad. El Derecho Moderno es la negacin prctica de la Verdad Catlica y de toda Verdad divina. Es elestablecimiento oficial, y consagrado por el derecho, del laicismo, el atesmo e incluso de todo error. Enpocas palabras, el Derecho Catlico es el Derecho, la autoridad y el poder que dimanan del Derecho,puestos al servicio de la Verdad, la cual exclusivamente salva a los individuos y Sociedades. El Derecho

    Moderno es el derecho, la autoridad y poder del Derecho, puestos al servicio del hombre, para ponerjurdicamente (luego legtimamente) las inteligencias y las voluntades, las Sociedades y los Estados al niveldel hombre deificado, esto es, principio y fin de todas las cosas. Comparen las Constituciones de los Pueblosque proceden de los Principios modernos con aquellas que proceden de los Principios catlicos y tendrnuna pequea idea de los desastres producidos por el Derecho Moderno.

    56. No hay un liberalismo que en estas materias establece una distincin totalmenteadmisible?

    Hay diversos tipos de liberalismo. No corresponde aqu hablar extensamente del tema. Pero noslimitaremos a la sustancia de la doctrina, que se manifiesta bajo dos diferentes aspectos. En primer lugarhay el liberalismo que atribuye derechos tanto al Error y al Mal como a la Verdad y al Bien. Este es el

    principio, como ya se dijo, de todo libertinaje. El Papa Len XIII condena con razn este liberalismo comohertico e impo. Pero hay un liberalismo ms mitigado. El que por una extraa aberracin se llamaliberalismo catlico. En sus consecuencias no deja de ser menos pernicioso que el primero. Sin afirmar queel Error y el Mal tengan derechos, este liberalismo no afirma que no los tengan. Por el contrario, opina queen conformidad con el espritu de tolerancia y de caridad cristiana, que debe vivirse ante los erroresmodernos y los que los profesan cono si estos errores tuviesen Derechos. Declara que todos tienen susopiniones y el derecho de tenerlas, y que a nadie debe molestrsele con motivo de sus opiniones o ideasPrcticamente esto es poner en pie de igualdad el Error y la Verdad, el Bien y el Mal. Los resultados de estadoctrina son altamente nefastos, pues se proclama que debe tratarse con respeto no solo a los que profesanuna tal doctrina sino a la misma doctrina que Dios condena.

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    Veamos las palabras del Papa Len XIII en su Encclica Libertas Praestantissimum: Sonvarias las formas que presenta este mal capital del liberalismo, porque la voluntad puedesepararse de la obediencia a Dios o de la obediencia debida a los que participan de laautoridad divina, de muchas formas y en grados muy diversos.

    1. - La perversin mayor de la libertad, que constituye al mismo tiempo la especie peorde liberalismo, consiste en rechazar por completo la suprema autoridad de Dios yrehusarle toda obediencia, tanto en la vida pblica como en la vida privada y domstica.Todo lo que Nos hemos expuesto hasta aqu se refiere a esta especie de liberalismo.

    2 - La segunda clase es el sistema de aquellos liberales que, por una parte, reconocen la

    necesidad de someterse a Dios, creador, seor del mundo y gobernador providente de lanaturaleza; pero, por otra parte, rechazan audazmente las normas de dogma y de moral,que superando la naturaleza son comunicadas por el mismo Dios, o pretenden por lomenos que no hay razn alguna para tenerlas en cuenta sobre todo en la vida poltica del

    Estado. Ya expusimos anteriormente las dimensiones de este error y la graninconsecuencia de estos liberales. Esta doctrina es la fuente principal de la perniciosateora de la separacin entre la Iglesia y el Estado; cuando, por el contrario, es evidenteque ambas potestades, aunque diferentes en misin y desiguales por su dignidad, debencolaborar una con otra y completarse mutuamente.

    3. - Dos opiniones especficamente distintas caben dentro de este error genricoMuchos pretenden la separacin total y absoluta entre la Iglesia y el Estado de tal formaque todo el ordenamiento jurdico, las instituciones, las costumbres, las leyes, los cargos

    del Estado, la educacin de la juventud, queden al margen de la Iglesia como si sta noexistiera. Conceden, todo lo ms, a los ciudadanos la facultad, si quieren, de ejercitar lareligin en privado. Contra estos liberales mantienen todo su vigor los argumentos conque hemos rechazado la teora de la separacin entre la Iglesia y el Estado, con elagravante de que es un completo absurdo que la Iglesia sea respetada por el ciudadano yal mismo tiempo despreciada por el Estado.

    Otros admiten la existencia de la Iglesia (negarla sera imposible), pero le niegan lanaturaleza y los derechos propios de una sociedad perfecta y afirman que la Iglesia carecedel poder legislativo, judicial y coactivo y que slo le corresponde la funcin exhortativa,

    persuasiva y rectora respecto de los que espontnea y voluntariamente se le sujetan. Estateora falsea la naturaleza de esta sociedad divina, debilita y restringe su autoridad, sumagisterio; en una palabra, toda su eficacia, exagerando al mismo tiempo de tal manera

    la influencia, y el poder del Estado, que la Iglesia de Dios queda sometida a la jurisdicciny al poder del Estado como si fuera una mera asociacin civil Los argumentos usados porlos apologistas, que Nos hemos recordado singularmente en la Encclica Inmortale Dei,son ms que suficientes para demostrar el error de esta teora. La apologtica demuestraque por voluntad de Dios la Iglesia posee todos los caracteres y todos los derechos propiosde una sociedad legtima, suprema y totalmente perfecta.

    Por ltimo, son muchos los que no aprueban la separacin entre la Iglesia y el Estado,pero juzgan que la Iglesia debe amoldarse a los tiempos, cediendo y acomodndose a lasexigencias de la moderna prudencia en la administracin pblica del Estado. Esta opinines recta si se refiere a una condescendencia razonable que pueda conciliarse con la verdady con la justicia; es decir, que la Iglesia, con la esperanza comprobada de un bien muynotable, se muestre indulgente y conceda a las circunstancias lo que puede concederles sinviolar la santidad de su misin. Pero la cosa cambia por completo cuando se trata de

    prcticas y doctrinas introducidas contra todo derecho por la decadencia de la moral ypor la aberracin intelectual de los espritus. Ningn perodo histrico puede vivir sinreligin, sin verdad, sin justicia. Y como estas supremas realidades sagradas han sidoencomendadas por el mismo Dios a la tutela de la Iglesia, nada hay tan contrario a la

    Iglesia como pretender de ella que tolere con disimulo el error y la injusticia o favorezcacon su connivencia lo que perjudique a la religin.

    57. Pero a pesar de todo, no es preferible obrar as?

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    Desde luego que no. Hay dos razones para no conformarse con las opiniones del liberalismo llamadocatlico. La primera es que para este liberalismo Dios y Jesucristo quedan privados de su Gloria en elOrden Social. A causa de la posicin del Liberalismo llamado catlico, Dios nunca ser reconocido, amado yglorificado como debe serio. La segunda razn es el peligro de condenarse que corren las almas en unaSociedad formada segn los principios del Liberalismo llamado catlico. El Catolicismo es esencialmenteinvasor y educador. Si no invade no educa segn el Espritu de Cristo. Este Liberalismo forma un medio enel que la atmsfera viene a ser fatalmente acatlica e incluso atea. De esta manera el Liberalismo, llamadocatlico, contribuye a la prdida de innumerables almas.

    58. Pero el Papa Len XIII habla sobre todo de los males causados por el laicismo. Para quhablar entonces de la cuestin del Liberalismo?

    Es algo evidente que el laicismo reina ya en el orden social a causa de los principios del Liberalismo. Seacual sea el sentido que se le d a la palabra laicismo es necesario admitir que la doctrina que se ofrece a lagente bajo esta denominacin pone al hombre en el lugar de Dios. El Hombre debe reinar donde slo Diosposee la autoridad. Pues bien, todas las teoras de este gnero provienen de la declaracin de los DerechosHumanos y de la libertad de la que sta goza sobre y contra todo, en particular contra Dios.

    El laicismo procede por va directa del Liberalismo. El Liberalismo es su mayor apoyo, y lo justifica encuanto revuelta contra el Ser Supremo.

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    OCTAVA LECCINDERECHOS INTANGIBLESDE LA VERDAD Y EL BIEN

    59. Slo la Verdad y el Bien tienen derechos?

    Por supuesto.

    60. Cmo demuestra su afirmacin?

    Por argumentos teolgicos y filosficos.

    61. Cules son los argumentos filosficos?

    Estos son. La nada no tiene ningn derecho, puesto que no existe. Es imposible que lo que no existepueda tener derechos. Atribuir derechos a la nada es una injusticia. Ahora bien: qu significa atribuirderechos al error? Significa atribuir un derecho a la nada. Para comprender esto basta darse cuenta de loque son la Verdad y el Error. La Verdad se halla en la inteligencia, en la medida en la que la inteligenciareproduce exactamente la realidad existente. Cuando la inteligencia produce intelectualmente en s mismauna cosa que no existe nos hallamos ante el error. Y qu sucede en tal caso? Yo tengo en mi espritu talidea de una cosa, de modo que para m es como si existiese. Le atribuyo pues, el derecho de estar en mi

    espritu como si de hecho existiese. Pero en realidad no existe. Y desde el momento que no existe en unacreacin de mi espritu, sin fundamento alguno. Cmo podr en ese caso poner por fundamento de mi vida

    y mi obrar, una realidad que no existe? Cul ser el resultado de una tal aberracin? El resultado ser elmismo que para un edificio que se levantase sin fundamentos. Si pongo por base de mi vida y acciones unaidea propia que no corresponde a nada objetivo y real, todo el edificio intelectual y social que construyasobre este fundamento necesariamente est destinado a derrumbarse. El nico fundamento posible parauna vida y accin debe ser una realidad verdadera. Por esto, slo la Verdad tiene, en el orden individual ysocial, el derecho de existir. Desde ningn punto de vista, puede el error reivindicar este derecho. Y si llegaa tomar lugar en una inteligencia o en las masas, est usurpando los derechos que no le corresponden, y porlo tanto, cometiendo injusticia.

    62. Qu argumentos teolgicos apoyan su afirmacin?

    Lo afirmado se funda en la Revelacin hecha al mundo por Jesucristo. Nuestro Seor vino al mundopara salvarlo, en conjunto y a cada hombre en particular. Con este fin, revel al mundo la Verdad. Esta

    Verdad le pertenece en nombre de su derecho divino y tambin en nombre de su Obra Redentora. Si estaVerdad le pertenece y si se le ha dado al mundo por medio de l en un sentido y con una finalidad muyconcretos, arruinarla o disminuirla es una injusticia. Eso sera sacrificar el derecho de Cristo.

    63. Pero en esas condiciones solo cabe lugar para la Verdad. Qu ocurre entonces con laconocida distincin entre tesis e hiptesis?

    Efectivamente, slo cabe lugar para la Verdad y el Bien. En cuanto a la distincin entre tesis e hiptesis,es necesario comprenderla bien, pues de hecho, el recurso a esta distincin ha sido la causa de la prdida de

    muchas almas.

    64. Pero, no aprob la Iglesia tal distincin?

    De ninguna manera. Se trata de una sutileza inventada por algunos telogos, que la utilizan paraformarse una conciencia o para salir del paso.

    65. Me podra explicar esta distincin y cmo se recurre a ella?

    Por tesis se entiende la situacin en la que la Verdad y el Bien gozan de todos sus derechos. As, en elestado de tesis, la Santsima Trinidad, Jesucristo y la Iglesia tienen en el Pas y entre las Naciones el lugar

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    que, en derecho, les corresponde. En este caso, se vive prcticamente bajo el imperio de Jesucristo y suIglesia. Frente a esta situacin de derecho, nos encontramos en otra situacin de hecho. De hechoJesucristo no ejerce su imperio sobre las sociedades; de hecho la Verdad y el Bien no gozan de lasprerrogativas que les corresponde. Ms: el Mundo y los Estados estn corrompidos. Su corrupcin es taque es imposible pensar prcticamente en este momento en devolver a la Verdad y al Bien lo que es paraellos un derecho estricto. Es el estado de hiptesis, esto es, el estado en el que nos encontramos, ante elpoder -poder que suele estar organizado- de los enemigos de Jesucristo y de la Iglesia. Qu hacer en un talcaso? Nadie tiene derecha a traicionar la Verdad y el Bien, nadie tiene derecho a renegar de Dios ni de laIglesia, pero en las actuales circunstancias no se puede hacer nada para mejorar esta situacin. Sin

    embargo, debe hacerse notar que esta tolerancia es una simple tolerancia y no una aprobacin. En tal caso,todos deben conservar en su alma la firme voluntad de dar a la Verdad y al Bien los derechos que lescorresponden. Y adems, debe usarse de la libertad que se les concede a todos, para hacer el bien yespecialmente para difundir en todo los principios de la Verdad y as insensiblemente regresar de nuevo alestado de tesis.

    66. No dijo usted que por recurrir a esta distincin se caus un gran mal?

    Si, pues muchos catlicos la aceptaron sin distincin como medio para librarse de sus deberes deapostolado. Se declara simplemente: "estamos en estado de hiptesis", y no se hace nada para regresar alestado de tesis. Este es un primer efecto funesto que produce esta distincin. Y otro se deriva delprecedente: esta distincin, al tranquilizar y dar descanso a las conciencias de los militantes, crea una

    atmsfera de inaccin y a veces de desnimo en el aspecto social. En tal medida se acostumbra a la gente arespirar tal atmsfera que ya no se da cuenta del veneno que conlleva y que inconscientemente se vaabsorbiendo. Ni que decir tiene que es necesario volver a poner en prctica las palabras de Nuestro Seor"S, s; no, no", Estas palabras del Divino Maestro slo pueden realizarse en una adhesin franca, leal yentera a los principios de la Verdad que deben dirigir el Orden Social hacia Dios. Se debe volver a decir lo

    ya dicho. Si la distincin entre tesis e hiptesis disminuye en la prctica la accin y misin educadora de laIglesia entre los Pueblos, le hace parcialmente faltar a su misin. No solamente no se santifican las almas,sino que se embotan y acaban por la indiferencia prctica.

    67. Permtame que exponga una dificultad. Cuando estamos en el estado de hiptesis, ustedtolera la existencia del error; y cuando estamos en el estado de tesis, no lo tolera. En esecaso nos exponemos a ver surgir en todas partes, bajo la proteccin del Supremo Dominio

    de Dios y de la Realeza de Cristo, un estado de tirana.

    Esta es la dificultad que nos oponen los incrdulos. Parece que se nos dice: cuando ustedes son losdueos, son de una exigencia exorbitante, y podemos esperar de ustedes lo ms inesperado. Cuando no sonlos dueos de la situacin, ustedes reclaman la libertad que niegan a los otros. Para poder juzgar estacuestin, es necesario que nos pongamos en frente de la verdadera realidad. Estas realidades son: que elhombre se halla en este mundo para salvar su alma, que se halla ante la temible alternativa de salvarse ocondenarse eternamente. No hay trmino medio. Y sabemos que estas son las exigencias divinas. Parasalvarse el hombre tiene que morir en estado de gracia, de modo que no puede haber una mayor crueldadcon el hombre que la de facilitarle el medio de perderse. Y no puede drsele una mayor y real caridad quecontribuir a procurarte su Eterna Bienaventuranza. Ahora bien: las Constituciones modernas, que permiten

    y consagran todas las perversiones del espritu y del corazn, procuran a las almas todas las facilidades para

    que se condenen. Dicho esto, he aqu en dos palabras la respuesta a la dificultad que se propone: 1Incontestablemente, si furamos dueos de la situacin, haramos lo posible para que un alma no secondene; 2 Recordamos que existe una diferencia entre el Orden Social y el Orden Individual. En el ordenestrictamente individual no podemos violentar las conciencias. Pero, si a pesar nuestro y contra lo previsto,alguien se quiere condenar, al cabo es cosa suya. Consiguientemente, si alguien se obstina en negarobediencia a Cristo y a la Iglesia, lo dejaramos a su propia conciencia, siempre y cuando no causeescndalo. Decimos, siempre y cuando no cause escndalo, porque es evidente que no podemos tolerar quela incredulidad de un individuo perjudique el bien general de una Sociedad o Pas, e incluso el bienparticular de un alma. Por consiguiente: 3 Prohibiramos la propagacin de cualquier error o mal. Es esteel sentido en el que suprimiramos de los Cdigos y Constituciones de los Pases las grandes libertadesmodernas.

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    NOVENA LECCINEL PECADO DE LIBERALISMO:

    PECADO DE EUROPA Y DEL MUNDO

    68. El Liberalismo, es un pecado?

    Por supuesto que s. Se deben tener en cuenta las buenas intenciones, la falta de conocimientos y elambiente actual, los cuales disminuyen la responsabilidad; pero si consideramos en s mismas las cosas, elliberalismo es un pecado de la inteligencia.

    69. Cmo debe entenderse este pecado de la inteligencia?

    Acurdese de lo que se ha dicho, al responder a la pregunta 18. El pecado que en ese lugar se sealaba esun pecado de la inteligencia. Este pecado, que es el Liberalismo, significa una injusticia e injuria supremapara con Dios, pues en la Declaracin de los Derechos del hombre y en las libertades que de ah se derivan,el hombre se sustituye a Dios.

    Las cosas han ocurrido as. Segn los principios y el derecho modernos, slo el hombre puede y debehallarse en donde Dios -por el hecho de ser Dios- debe estar. Siendo el Creador y Dueo absoluto, por lamisma naturaleza de las cosas, es Dios de la conciencia individual, lo mismo que de la Sociedad, de lasNaciones y del Universo. Pero suprimindolo a l, el espritu humano pone en su lugar al hombre y alpensamiento humano, en tanto que sustituto de Dios, esto es, deificado, como dueo absoluto y rbitro de

    su destino personal y social, nacional, internacional y mundial.El hombre es y se declara el maestro. Y si en su sabidura lo cree oportuno, se someter a los que en su

    pensamiento cree ser Dios, Cristo, la Iglesia, sin que esto le estorbe, porque l es el dueo de suconciencia. Pero no es lo mismo en cuanto a introducir a este Dios y a su Iglesia en la Sociedad y losEstados.

    Por el hecho de que el hombre sustituye a Dios, cualquiera que quiera devolver a Dios el lugar que lecorresponde, se convierte en enemigo del hombre, el cual es dueo del Universo y del Orden Social.

    Por la fuerza, Dios es un usurpador. La Iglesia una usurpadora. Todo esfuerzo por parte de la Iglesia encumplir su misin en el Orden Social, inevitablemente es una intromisin clerical en la Sociedad. Lalaicizacin general y universal es algo necesario. Se laiciza al individuo. En l se quiere nicamentereconocer una grandeza humana, hecha de principios naturales de humanidad, justicia, bondad, etc. Todaslas instituciones sociales deben ser laicizadas: los Estados, las Constituciones de los Pueblos y su

    legislacin, los Gobiernos, los Parlamentos, los Senados, todo organismo oficial, toda institucin pblica eincluso las instituciones privadas desde el momento en que entren en relacin con un organismo oficialdeben estar marcadas del solo carcter humano.

    La huella sobrenatural queda borrada en todos los planes. No debe existir el orden sobrenatural. Si laIglesia sobrevive a causa de la voluntad de los individuos, lo ms que puede ser, es una sociedad privada sinderecho pblico alguno. Desde el punto de vista social, slo puede gozar de los derechos y privilegios que elhombre le otorgue. Un gobierno compuesto de individualidades catlicas podr serle favorable, pero estefavor le vendr necesariamente del hombre, el cual, en derecho, se lo conceder o negar segn lo que teplazca.

    En resumidas cuentas: es la injusticia suprema, pues se priva al Estado Supremo de su derechoabsoluto. Es la injuria suprema, porque despus de haberlo despojado injustamente, se lo declarausurpador.

    70. Cmo desembocan las libertades modernas a esta fatal conclusin?

    Ya se dijo que para el hombre moderno la nica verdad que existe es el pensamiento del hombre. Acausa de esto, toda Sociedad y Estado fundados en los principios de 1789 se ponen en la imposibilidad dereconocer o profesar verdad alguna; de reconocer o profesar culto alguno. Es la lgica consecuencia de lasgrandes libertades modernas. Nos explicamos. Pongamos corno ejemplo la libertad de enseanza. Tamaestro ensea lo siguiente: Dios existe; Jesucristo es Dios; La Iglesia Catlica es una obradivina. Segn estos principios, el Estado debe permitir esto. Tal otro maestro ensea las doctrinascontradictorias a las primeras: Dios no existe; Jesucristo no es Dios; La Iglesia es una granconspiracin. Segn los mismos principios, el Estado debe tambin permitir esto. Es decir, que el Estado

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    no aprueba ni hace suyas ninguna de estas enseanzas, ni reconoce ninguna de ellas como verdad. Debeprotegerlas a todas en el mismo ttulo constitucional y en el mismo grado.

    La nica verdad para l es que todos tienen la libertad de enseanza. Desde el punto de vistaestrictamente lgico, el Estado Moderno es necesariamente ateo y librepensador, porque lasconstituciones de los Estados son libre-pensadoras, ateas o ms exactamente sin verdad,es decir, en la prctica, contra la verdad, contra Dios.

    Cuando el Estado moderno se halla ante una verdad realmente existente, por ejemplo la verdadprimera: Dios, cul debe ser su actitud bajo pena de renunciar a sus principios? Es necesario que ignoreque en la proposicin Dios existe se encuentra la verdad. Es necesario que no adhiera a tal proposicin

    Pues si diese su adhesin proclamara su conocimiento de la verdad y su voluntad de acuerdo. Y ni lo uno nlo otro se le permiten. Su actitud debe ser la misma ante cada una de estas enseanzas: Dios existe yDios no existe. Socialmente, el Estado moderno debe ignorar si existe la verdad. Debe oponerse a que unaenseanza penetre en l con el ttulo de verdad. Esta introduccin de la verdad sera una superioridad sobreel Estado y la Constitucin de los pases. Y eso no puede ser.

    Los Estados y las Constituciones de los Pueblos deben oponerse a la accin de la Verdad para poder asseguir siendo lo que son, es decir, a-verdaderos, ateos, opuestos a todo principio que les prive del dominio yarbitrio de su propio destino, y en la prctica contra Dios, contra Cristo y contra la Iglesia.

    Al contrario, todo pensamiento, en tanto que pensamiento del hombre, tiene el derecho de serenseado. Tiene por consiguiente, el sufragio del Estado. El motivo es apremiante. El Estado slo reconoceal hombre. El pensamiento humano y toda idea son un producto del espritu humano. Al ensearlos, no seintroduce en la Sociedad nada que sea superior al hombre.

    Que Dios existe, La Iglesia Catlica es divina, son pensamientos que pueden ser enseados enderecho, no porque expresen la verdad objetiva, sino porque algunos sujetos del Estado creen que estospensamientos son buenos y de utilidad privada o pblica. Al mismo ttulo se puede ensear que Dios noexiste y que La Iglesia Catlica es un embuste.

    De igual modo se comportar lgicamente con la enseanza de lo concerniente al robo, el homicidio, lainmoralidad, el asesinato. Una legislacin que contradiga los principios del Estado condena y ejecuta aldesgraciado que llegue a los hechos, pero no prohbe la enseanza que conduce a esos caminos. De estemodo el Estado ensea, por sus sujetos, el pensamiento de sus sujetos. As debe ser, puesto que no conocesino al hombre y a lo que de l proviene.

    Es de este modo que los Principios y el Derecho Modernos desembocan fatalmente en una injusticia einjuria supremas para con Dios.

    Estos son los trminos en los que se expresaba el Papa Len XIII en su carta al Arzobispo de Bogot:

    Cuando se trata del modo de comportarse con la poltica, los catlicos son solicitados porlos intereses contrarios y se exasperan en violentas discordias que provienen, las ms delas veces, de interpretaciones divergentes de la doctrina catlica sobre el liberalismo.

    ...El Sumo Pontfice ensea que el principio y fundamento del liberalismo es el rechazode la ley divina: lo que en filosofa quieren los partidarios del naturalismo o delracionalismo, en el orden moral y civil lo quieren los partidarios del liberalismo, puesintroducen en las costumbres y en la prctica de la vida los principios del naturalismo. Ysiendo el punto de partida de todo racionalismo la soberana de la razn humana, querechazando la sumisin debida a la razn divina y eterna, y pretendiendo dependersolamente de ella misma, se considera a s misma, y slo ella, como principio supremo,

    fuente y juez de la verdad.Tal es la pretensin de los que hemos llamado partidarios del liberalismo. Segn ellos,

    no hay ningn poder divino al que deban obedecer en la prctica de la vida, sino que cadaquien es su propia ley. De ah viene esta moral que se llama independiente y que, bajoapariencia de libertad, aparta de la observancia de los preceptos divinos, dando al hombreuna licencia ilimitada. Tal es el primer y ms pernicioso de los grados del liberalismo,mientras que, por una parte, rechaza o, mejor todava, destruye completamente todaautoridad y ley divina, ya sea natural o sobrenatural, por otra parte afirma que laconstitucin de la Sociedad depende de la voluntad de cada uno y que el poder supremoviene de la multitud como de su primera fuente.

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    71 En esta manera de obrar del liberalismo, no hay una injusticia con el hombre?

    Para ser completo en la respuesta sera necesario explicar el dogma de la Redencin, mostrar de nuevolos derechos de Jesucristo sobre toda inteligencia y toda voluntad, y manifestar el modo en el que elliberalismo, al usurpar los derechos divinos, peca contra Jesucristo. Pero esta injusticia existe y semanifiesta de otra manera. Jesucristo, al rescatar al hombre por su Redencin, adquiri derechosincontestables sobre el hombre, los cuales se convierten en Cristo en derechos del hombre. Nos explicamosimaginemos que una cosa es necesaria a nuestra salvacin; por ejemplo, para nuestra santificacin esnecesario que Jesucristo sea terica y prcticamente Rey del Universo y de las almas. Tengo pues el

    derecho, ya que Jesucristo me lo ha adquirido, de que la Sociedad se ponga bajo su direccin. Tengo elderecho, en Jesucristo y por Jesucristo, de que la Sociedad sea cristiana y catlica, de que los Estado seancatlicos. Como deca Luis Veuillot en una frase clebre: Los Pueblos tienen derecho de Jesucristo. Estederecho es tanto ms digno de respeto cuanto no le pertenece al hombre, sino en la medida en la queJesucristo mismo se lo dio al hombre.

    72. Qu actitud crean en la prctica los principios liberales en los espritus?

    El resultado directo del liberalismo es la anarqua o la tirana. Es evidente el que la anarqua provengadel liberalismo como una consecuencia se deriva de su principio. Repitmoslo por ensima vez: segn lasConstituciones modernas, todos tienen derecho a pensar como quieran, y vivir como piensen. Y si elpensamiento le sirve a cada uno como lnea de conducta, sin el freno de la verdad objetiva, es evidente que

    se va hacia el mayor desenfreno de espritu y de obra. Por otra parte, la consecuencia fatal del liberalismo esla tirana. Ms de una vez ya hemos hecho ver que para poner freno a todos los desenfrenos del espritu, delcorazn y de la pasin, se acude a la voluntad general y se ha visto la obligacin de hacer leyes, de modo queslo la ley cree el derecho. Pero si la ley representa la voluntad general del pueblo y si este pueblo estdirigido por una voluntad mala, atea, impa, inmoral, qu se puede esperar sino la tirana? Se gobierna ennombre del Pueblo; y en nombre del Pueblo se impondrn las injusticias ms alarmantes y a menudo mscaprichosas, Estas son las consecuencias del liberalismo. La anarqua y el sovietismo descienden de l porlnea directa. El liberalismo acaba en la base con todo orden, sea en la Sociedad que sea.

    73. Los Principios Modernos, tienen alguna influencia en la salvacin de las almas?

    El Papa Len XIII habla con estas palabras de una de las consecuencias del liberalismo: Es

    incalculable el nmero de almas que se condenan a causa de las condiciones que losprincipios del Derecho Moderno establecen en los Pueblos.Dse cuenta, por ejemplo, del mal causado por la sola libertad de prensa. Cuntas almas se corrompen

    por la lectura de malos peridicos, las publicaciones inmorales e impas que abundan en todos los pasesCuntas almas se condenan para siempre a causa de la proteccin que concede el derecho a todas laspublicaciones literarias, cientficas, etc. Cuntas almas que ya se han condenado en este momento, no sehubiesen condenado si no existiese esta maldita libertad de prensa. Lo mismo se diga de la libertad deenseanza. Y no es otra cosa sino esta libertad absoluta que benvolamente se concede a los que inventanlos desrdenes, la que les permite ensear sus doctrinas y corromper los espritus.

    74. En la teora que acaba de explicar, no es verdad que queda de nuevo condenada ladistincin entre tesis e hiptesis?

    Exactamente. Para darse cuenta del mal causado por el llamado liberalismo catlico es necesarioponerse en el punto de vista que se acaba de explicar. El tranquilizar y adormecer las conciencias, noimpide que el mal exista, pero s impide que el bien se propague.

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    DCIMA LECCINLOS CASTIGOS QUE DIOS MANDA A LOS PASES

    Y NACIONES QUE ABANDONAN AL SEOR

    75. Castiga Dios en esta vida a las Naciones culpables?

    Es bastante difcil responder de manera clara y completa a esta pregunta. Entre los catlicosimpregnados de liberalismo, no se acepta la teora del castigo infligido a los pases culpables.

    76. En qu se fundan los catlicos para afirmar que la expiacin tiene lugar en este mundopor las Sociedades?

    La teora en la que nos fundamos es la siguiente: los individuos que han cometidos faltas, puedenexpiarlas en este mundo. Si no los expan aqu, las expiarn en la eternidad. Los individuos sern castigadosen la medida de los pecados que hayan cometido, sea en el Purgatorio, reparando por ellos, o en el infierno,padeciendo tormentos eternos. Las Sociedades en cuanto tales, no entran en la eternidad. Si se han hechoculpables, solamente pueden ser castigadas en este mundo. Y puesto que su pecado es un pecado contra la

    justicia, ste pide una reparacin. Por esto, los pases que han abandonado al Seor, deben expiar y repararen esta aqu, en este mundo, por lo que la Sabidura de Dios debe infligir a los Pueblos los castigosconformes a sus designios eternos.

    77. Cules son los castigos conformes a los designios eternos?

    Los pases y pueblos, como toda Sociedad, le deben a Dios, en estricta justicia, si son culpables, unareparacin y expiacin. La medida de esta expiacin, sobre todo cuando sta debe tener su cumplimientopor medio los castigos divinos, est en manos de la sabidura y decretos divinos. Dios no est obligado ainfligir un castigo social por el hecho de que se haya merecido este castigo. Muy amenudo, puededecirseincluso que siempre, Dios se Comporta con los pueblos segn sus designios de misericordia y amor, guiadopor su deseo de salvar a las almas. En un castigo social, preparado, querido y puesto en accin por El,encontramos siempre la voluntad salvfica de Dios. Por el castigo social, Dios quiere mover las almas yregresarlas a S. Por esta razn, no es fcil conocer los proyectos eternos de Dios en el castigo con el quehiere a los pases. Lo que debemos considerar es que Dios puede castigar, que de hecho castiga, y que paraevitar estos castigos es necesario que el Orden Social entero se someta a l.

    78. Lo dicho parece justo. Pero, pueden confirmarse estas enseanzas con palabras ydoctrinas enunciadas por las Autoridades que gobiernan la Iglesia?

    Los Papas y los Obispos hablaron muy claramente y sin lugar a duda pronunciaron su pensar. Escribael Papa Po XI en su primera encclica:Mucho antes de que la guerra pusiera fuego a Europa, lacausa principal de tantos males obraba ya con una fuerza creciente, tanto por la falta delos particulares como por la de las naciones; causa que el horror mismo de la guerrahubiese suprimido si todos hubiesen comprendido el significado de estos terriblesacontecimientos... A causa de haberse miserablemente separado de Dios y de Jesucristo,los hombres han decado de su felicidad pasada en este abismo de males; por la mismarazn, todos los programas que tramaban para reparar las prdidas y salvar lo que queda

    entre tanta ruina, han cado en una casi completa esterilidad. Como se excluy aJesucristo de la legislacin y de los asuntos pblicos, las leyes perdieron la garanta de lassanciones reales y eficaces... En su alocucin consistorial de 24 de diciembre de 1917, el PapaBenedicto XV declar solemnemente: As como el desarreglo de los sentidos en otro tiempo

    precipit las ms clebres ciudades en un mar de fuego, tambin en nuestros das laimpiedad de la vida pblica, el ateismo puesto como sistema de pretendida civilizacin han

    precipitado el mundo en un mar de sangre.El mismo Papa en la misma alocucin afirma que las calamidades presentes no se acabarn

    hasta que el gnero humano se vuelva hacia Dios.

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    79. Con qu castigos Dios aflige a las Naciones culpables?

    Todas las calamidades que puedan conducir a los Pueblos a la reflexin sirven para el cumplimiento delos planes de Dios. La guerra, las enfermedades, las catstrofes de toda clase y por encima de otra cosa, lascalamidades de orden intelectual y moral pueden afectarlos y conducirlos al arrepentimiento.

    Nuestro Seor Jesucristo nos habla de todos estos males. Habla sobre todo del gran mal de la ceguera.Dirigindose a los judos: Este pueblo no comprender, deca,porque no puede comprender, yno puede comprender porque no quiere comprender.

    Estas palabras deben comprenderse en el sentido de un castigo social. No hay nada peor como el seruno mismo la causa de su propio mal a causa de no querer comprender. Los Judos -y Nuestro Seor leshizo el reproche- no comprenden que El es el Mesas, el Hijo de Dios, siendo que para la Nacin juda elnico medio de salvacin es el reconocimiento y la profesin de la y Divinidad de Jesucristo. Sin embargo,el pueblo judo se obstina en su firme voluntad de no comprender que esa es la realidad, y Dios le habla deesta manera: Oh pueblo que eres m Pueblo, slo hay para ti un medio de Salvacin:

    Jesucristo. Acptalo y te salvars.Y el Pueblo responde:No quiero comprender que esa sea larealidad. Y Dios te replica: Puesto que no quieres comprenderlo, acepto tu voluntad: no locomprenders. Este es el castigo que te doy. Lo mismo ocurre con la Sociedad Catlica de nuestrosdas. Para salvar el Orden Social y los Pueblos, stos deben empezar por comprender que solo Jesucristo essu Salvacin. Pero no lo quieren comprender. Dios se conforma con su obstinada voluntad. Nocomprenden, no ven, ni pueden ver en Jesucristo solo, su Salvacin: tal es su castigo. A este punto de vista

    general, se aaden muchos otros, de orden ms especial, No se comprende que es necesario suprimir en elOrden Social los principios del Derecho Moderno, las grandes libertades modernas. No se comprende lanecesidad de negrsele a cada quien la libertad de opinin. No se comprende que es necesario, cueste lo quecueste, oponerse a la invasin de los principios perversos y que se deba favorecer la sola verdad catlica. Nose comprenden una gran cantidad de cosas. Todo esto denota el carcter y marca de un castigo que afligelos Pases y los conduce a su perdicin. El Papa Len XIII escriba en 1881: Por una consecuencia

    fatal de la guerra hecha a la Iglesia, la Sociedad civil se halla actualmente expuesta a losms graves peligros, puesto que las bases del Orden pblico han sido tambaleadas, los

    pueblos y sus jefes no ven ante ellos sino amenazas y calamidades. Y el mismo Papa escribatambin: De todos los atentados cometidos contra la religin catlica han venido yseguirn viniendo sobre las Naciones los peores y ms numerosos males.

    80. De esta manera, acepta usted que Dios se sirve de los acontecimientos,desorganizaciones y desrdenes sociales para castigas a los pases?

    Evidentemente Dios recurre a todos estos medios para hacerle sentir al hombre que l, el Infinito y elCreador, no necesita de nadie y que, al contrario, el hombre necesita de Dios.

    As, los asuntos de orden econmico pueden contribuir enormemente a hacer comprender que si losdesastres afligen a los pases es para desapegar a los habitantes de los bienes de este mundo y ensearlesque todas las riquezas dependen de Dios y no deben servir sino a su amor. Las riquezas deben contribuir amantener a Dios y Jesucristo en toda sociedad y, por consiguiente, deben servir a establecer y desarrollar laRealeza Social de Jesucristo en el universo entero.

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    UNDCIMA LECCINREMEDIO A LOS MALES ACTUALES

    81. Cules son los remedios a los grandes males que estn desolando el mundo entero ycada pas en particular?

    A esta pregunta el Papa Len XIII responde de una manera apremiante. He aqu las palabras con lasque se expresa: Este es el secreto del problema: cuando un ser orgnico perece y secorrompe, es que ha cesado de estar bajo la accin de las causas que le haban dado su

    forma y constitucin. Para restablecerlo sano y vigoroso, no es de dudar que se lo debasometer de nuevo a la accin vivificante de estas mismas causas. Ahora bien: la Sociedadactual, en su loca tentativa de estar fuera del alcance de Dios, ha rechazado el ordensobrenatural y la revelacin divina; de este modo, se ha sustrado a la saludable eficaciadel cristianismo, que manifiestamente es la garanta ms slida del orden, el bien ms

    fuerte de la fraternidad y la fuente inagotable de las virtudes privadas y pblicas... De esteabandono ha nacido la turbacin que encontramos actualmente. Esta sociedaddescarriada debe por consiguiente regresar al regazo del Cristianismo si le interesa subienestar, su descanso y salvacin.

    En otro lugar dice el mismo Papa:Regresar a los principios cristianos y conformar con ellostoda la vida, las costumbres y las instituciones de los Pueblos, es una necesidad que cadada es ms evidente. Del desprecio en el que se han relegado estas reglas han venido tan

    grandes males, que slo el hombre insensato podra considerar, sin una dolorosaansiedad, las pruebas del presente, o no prever sin temor las perspectivas del futuro.

    82. Hay medios eficaces para aplicar estos remedios?

    Al venir Jesucristo sobre la tierra y confiarle Dios su misin, la finalidad era la salvacin de los Pueblosde todos los siglos. El Divino Maestro lo dijo: Yo estar con vosotros hasta la consumacin de lossiglos. Qu era el mundo al momento de nacer Jesucristo? Todas las naciones y Pueblos, salvo el Pueblo

    judo, eran vctimas del error, la impiedad y la inmoralidad del paganismo. En una palabra: el gnerohumano era vctima del pecado y por l se hallaba perdido. El hombre, que deba a Dios adoracin, amor,reparacin, reconocimiento, accin de gracias y peticin, ya no poda esperar de la justicia divina sino elgolpe de la justicia. Qu hace Jesucristo? Quiere hacer al hombre capaz de dar dignamente a Dio