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Centro Nacional de Derechos Humanos - cndh.org.mxcndh.org.mx/sites/all/doc/Revista_DH/2017_DH_30.pdf · C. V., Pascual Orozco nm. 53, colonia San Miguel Iztacalco, C. P. 08650, Ciudad

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  • DERECHOS HUMANOS MXICO

    REVISTA DEL CENTRO NACIONAL DE DERECHOS HUMANOS

    AO 12 NM. 30 MAYO-AGOSTO, 2017

  • Comit Editorial de la CNDH

    Manuel Generoso Becerra Ramrez Jess Ceniceros Corts Nuria Gonzlez Martn Marisol Angls Hernndez Rodolfo Casillas Ramrez Napolen Conde Gaxiola Carina Gmez Frde Rosalo Lpez Durn Daniel Mrquez Gmez Mara del Socorro Marquina Snchez Julieta Morales Snchez

    Derechos Humanos Mxico Revista del Centro Nacional de Derechos Humanos, nueva poca, ao 12, nm. 30, mayo-agosto de 2017, es una publicacin cuatrimestral editada por la Comisin Nacional de los De-rechos Humanos. Perifrico Sur nm. 3469, col. San Jernimo Ldice, Del. Magdalena Contreras, C. P. 10200, Ciudad de Mxico, tel. 56 81 81 25, Lada sin costo 01 800 715 2000.

    Editor responsable: Eugenio Hurtado Mrquez; diseo: Ericka del Carmen Toledo Pin; formacin tipogrfca: H. R. Astorga. Reserva de Derechos al uso exclusivo nm. 04-2015-050709211700-102 e ISSN 1870-5448, ambos otorgados por el Instituto Nacional del Derecho de Autor. Certif-cado de Licitud de Ttulo y Contenido nm. 16481 otorgado por la Comisin Califcadora de Pu-blicaciones y Revistas Ilustradas. Impresa por IMPRESORES EN OFFSET Y SERIGRAFA, S. C. DE R. L. DE C. V., Pascual Orozco nm. 53, colonia San Miguel Iztacalco, C. P. 08650, Ciudad de Mxico, se termin de imprimir en septiembre de 2017 con un tiraje de 3,000 ejemplares. Distribucin: Centro Nacional de Derechos Humanos, Subdireccin de Distribucin y Comercializacin de Publi-caciones, Oklahoma 133, col. Npoles, Delegacin Benito Jurez, C. P. 03810, Ciudad de Mxico. Este material fue elaborado con papel certifcado por la Sociedad para la Promocin del Manejo Forestal Sostenible, A. C. (Certifcacin FSC Mxico).

    Se reciben colaboraciones. Para mayor informacin, dirigirse a: [email protected]

    Las opiniones expresadas por los autores son responsabilidad exclusiva de los mismos y no nece-sariamente refejan la postura de la CNDH. Queda absolutamente prohibida la reproduccin total o parcial de los contenidos e imgenes de esta publicacin sin previa autorizacin de la CNDH.

    Centro Nacional de Derechos Humanos. Av. Ro Magdalena nm. 108,col. Tizapn, Delegacin lvaro Obregn, C. P. 01090, Ciudad de Mxico.

    Telfonos: 56 16 86 92 al 95 y del 97 al 99, Fax: 56 16 86 96 Correo electrnico: [email protected]

  • Contenido

    PRESENTACIN 7

    ARTCULOS

    Un acercamiento a las diferencias entre los principios de certeza jurdica y seguridad jurdica Mara Teresa Orozco Escobedo 13

    Identificando falsos derechos humanos a travs del control de razonabilidad Luis Antonio Smano Pita 27

    La adecuacin de la mediacin y los mtodos alternos de solucin de controversias como instrumentos para la salvaguarda de los derechos Emiliano Carretero Morales 41

    Un contexto adverso para el ejercicio del periodismo y la defensa de los derechos humanos en Mxico. (Estudio introductorio a las Recomendaciones Generales 24 y 25 de la CNDH) Rodrigo Santiago Jurez 69

    Hacia una garanta efectiva de los derechos de las vctimas. La reforma a la Ley General (2016-2017): balance y propuestas Mnica M. Cruz Espinosa 83

    COMENTARIO CINEMATOGRFICO

    Monsieur Chocolat, o la discriminacin racial reflejada en el mundo del espectculo a inicios del Siglo XX, en Francia Arturo Guillermo Larios Daz 117

    BIBLIOGRAFA

    Bibliografa sobre Constitucin y derechos humanos Eugenio Hurtado Mrquez 131

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    En esta entrega nmero 30 de la revista Derechos Humanos Mxico podemos encontrar cinco colaboraciones que versan sobre temas de actualidad y perti-nencia en la discusin permanente sobre la conceptualizacin y la garanta de los derechos humanos: por un lado una revisin sobre las dimensiones filosfi-cas y prcticas de los principios de certeza y seguridad jurdica; la propuesta de un test de razonabilidad para identificar a los derechos humanos, ante la reivin-dicacin o emergencia de nuevos derechos; la mediacin y los mecanismos alternativos de solucin de controversias, como medios autnomos a la procu-racin de justicia en la salvaguarda de derechos; la problemtica que se da ac-tualmente en nuestro pas para el ejercicio del periodismo y la defensa de los derechos humanos, vista desde la CNDH, as como la propuesta de acciones para su atencin, y una revisin y balance del proceso de reforma que llev a la modificacin de la Ley General de Vctimas en enero del presente ao.

    En suma, como el lector podr constatar por cuenta propia, ste es un nme-ro en el que se da espacio a la expresin plural de ideas y estudios en materia de derechos humanos, los cuales se ponen a su disposicin a fin de fomentar el dilogo, la construccin conjunta del conocimiento, y el fortalecimiento de la cultura de respeto y proteccin de los mismos.

    En primer lugar, en el artculo Un acercamiento a las diferencias entre los principios de certeza jurdica y seguridad jurdica, Mara Teresa Orozco Esco-bedo elabora una explicacin sobre el concepto de certeza jurdica, y lo distingue del de seguridad jurdica, a partir de una revisin epistemolgica y doctrinal. Respecto del principio de certeza jurdica, la autora subraya su importancia para la garanta de los derechos humanos, al dar claridad respecto de los derechos y obligaciones de las personas, as como sobre las consecuencias de sus actos u omisiones, lo cual es la base sobre la cual el Estado puede ejercer su autoridad e imponer el cumplimiento de la ley; pero, a su vez, encontrar las restricciones a su actuar. Igualmente, seala que la certeza jurdica hace posible la seguridad jurdica de las personas, la cual equipara a la correcta aplicacin de las disposi-ciones y los mecanismos diseados para salvaguardar los derechos de las per-sonas, entre ellos, la presuncin de inocencia y el principio de legalidad.

    Por su parte, Luis Antonio Smano Pita, en el trabajo Identificando falsos derechos humanos a travs del control de razonabilidad, en un contexto en el que nuevos derechos estn siendo reivindicados y en el que la complejidad de la realidad social hace cada vez ms frecuente que diversos derechos colisionen y sea necesario hacer ejercicios de ponderacin y de delimitacin de sus alcan-ces en casos concretos, pone sobre la mesa de discusin la necesidad de iden-tificar cules son efectivamente derechos humanos y cules no lo son. Lo ante-rior a travs de lo que l denomina control de razonabilidad, basado en la aplicacin de los siguientes estndares: finalidad, naturaleza, legitimidad, ade-cuacin, necesidad y proporcionalidad. A manera de ejemplo, el autor aplica dicho test al derecho a decidir. Sin lugar a dudas, el planteamiento del autor dar

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    nlugar a diversas reacciones, todas las cuales deben escucharse a fin de avanzar en el mejor entendimiento de los derechos humanos, atendiendo al fin ltimo de stos, la proteccin de la dignidad humana.

    Ms adelante, Emiliano Carretero Morales, en La adecuacin de la media-cin y los mtodos alternos de solucin de controversias como instrumentos para la salvaguarda de los derechos hace una revisin de los sistemas de pro-curacin de justicia en Mxico y Espaa, explica las caractersticas de los m-todos alternativos de solucin de controversias, particularmente de la mediacin, y revisa su puesta en prctica en ambos pases, especialmente en el mbito penal. Como resultado de dicho anlisis, el autor concluye que los mtodos al-ternativos de solucin de controversias son un complemento de los sistemas de procuracin de justicia, aplicables para ciertos casos en los que la va judicial no sea necesaria ni la opcin que mejor satisfaga los intereses de las personas in-volucradas, y que tenga mejores posibilidades de poner solucin a un diferendo. En el caso del derecho penal, el autor llama la atencin sobre el especial cuida-do que deber ponerse en la utilizacin de estos mecanismos respecto de las necesidades de las vctimas, por lo que es indispensable la intervencin de per-sonal especializado, a fin de vigilar que en ningn momento se d una vulnera-cin a los derechos de las mismas.

    Sin duda el trabajo de Rodrigo Santiago Jurez, Un contexto adverso para el ejercicio del periodismo y la defensa de los derechos humanos en Mxico (estudio introductorio a las Recomendaciones Generales 24 y 25 de la CNDH), es una co laboracin mu y til p ara co ntextualizar la n ecesidad de l os referidos pronunciamientos por parte de la Comisin Nacional de los Derechos Humanos, as como el sustento y la pertinencia de sus recomendaciones para prevenir y evitar que se repitan las violaciones a los derechos humanos de las personas que ejercen el periodismo y que defienden los derechos de otras. Respecto de la Recomendacin General 24, se precisa que, si bien el tema de afectaciones a las personas que se dedican a la actividad periodstica ya haba sido materia de dos pronunciamientos previos por este Organismo Nacional (en las Reco-mendaciones Generales 17 y 20, de 2009 y 2013 respectivamente), la preva-lencia de agravios en contra del gremio periodstico justifica la emisin de un nuevo pronunciamiento en el que se actualice el diagnstico de la situacin as como la formulacin de recomendaciones. Particular nfasis merece en el es-tudio la impunidad que impera en este tipo de actos, pese a que se ha avanzado en el reconocimiento de la problemtica, en el diseo de mecanismos de pro-teccin y en el establecimiento de unidades especializadas para su investiga-cin. Por su p arte, en re lacin con l a Recomendacin Gene ral 25, se l lama la atencin no slo sobre la inexistencia de unidades y protocolos especializados en la investigacin de los delitos cometidos en su contra, sino tambin la estig-matizacin de la que han sido objeto estas personas. En ambos casos, queda claro que la preocupacin por la prevencin, investigacin y sancin de las agre-siones en contra de periodistas y defensores de derechos humanos est refor-zada por la funcin social y la contribucin que estos sectores realizan a la ga-ranta de los derechos de la sociedad en su conjunto.

    Finalmente, en la seccin de artculos, Mnica M. Cruz Espinosa, en su co-laboracin Hacia una garanta efectiva de los derechos de las vctimas. La re-forma a la Ley General (2016-2017): balance y propuestas, hace una revisin

  • sobre los antecedentes de la citada Ley, emitida en 2013, as como del diagns- 99 tico sobre sus resultados a tres aos del inicio de su implementacin, el cual

    motiv un proceso de anlisis en el seno del Congreso de la Unin que tuvo lugar en 2016, particularmente en el Senado de la Repblica, impulsado principal-mente por colectivos de vctimas pero tambin por organizaciones civiles, es-pecialistas e instituciones pblicas nacionales e internacionales, que cristaliz Pr

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    con la publicacin de un decreto de reformas en enero del presente ao. En su estudio, la autora hace una sistematizacin de las inquietudes y propuestas for-muladas por los colectivos de vctimas en distintos foros, as como de las distin-tas iniciativas de reforma al ordenamiento que integrantes del Senado haban formulado desde 2013, analiza el proceso de dictaminacin de las mismas rea-lizado por las Comisiones Unidas de Gobernacin, Justicia, Derechos Humanos y Estudios Legislativos del Senado, y concluye con un balance sobre los acuer-dos alcanzados, resaltando los aspectos atinados de la reforma pero tambin aquellos que no tienen justificacin desde una perspectiva de garanta de los derechos de las vctimas, y aqullos cuyo xito depender de una adecuada implementacin.

    En la seccin de comentarios cinematogrficos, Arturo Guillermo Larios Daz nos presenta una resea sobre Monsieur Chocolat del director Roschdy Zem, pelcula estrenada en 2016 y basada en basada en el libro Chocolat clown n-gre. Lhistoire oublie du premier artiste noir de la scne franaise, de Gerard Noiriel. En su colaboracin titulada Monsieur Chocolat, o la discriminacin racial reflejada en el mundo del espectculo a inicios del siglo XX, en Francia, el autor realiza una detallada descripcin de los elementos claves de la obra, acompa-ada de datos que nos ayudan a ubicarla en el momento histrico en el que se desarrolla la trama, basada en la historia real de Rafael Padilla, payaso de origen afrocubano que logr convertirse en un reconocido comediante en la Francia de finales del siglo XIX y principios del XX. La pertinencia y actualidad de la pelcu-la, desde una perspectiva de derechos humanos, es innegable cuando se ob-serva con p reocupacin e l re surgimiento en di versas partes del g lobo d e discur-sos de odio motivado por el origen tnico, nacional o el color de la piel de las personas. De ah la invitacin a ver Monsieur Chocolat y reflexionar sobre lo que ha hecho posible que, a un siglo del fallecimiento del Rafael Padilla, no nos en-contremos tan lejos del escenario social en el que vivi y actu.

    Por ltimo, en esta edicin Eugenio Hurtado Mrquez nos obsequia una se-leccin bibliogrfica sobre Constitucin y derechos humanos, en la que se pue-de observar la amplia gama de temas que son analizados desde una perspec-tiva de derechos humanos a partir del marco constitucional y los mecanismos establecidos en la Carta Magna para su proteccin.

    Claustro de investigadores e investigadoras del CENADEH

  • Artculos

  • rtculoA

    * Maestra en Derecho Constitucional y Amparo, actualmente Doctoranda en Derecho por la Facul-tad de Derecho de la Barra Nacional de Abogados y Presidenta de la Coalicin contra la Trata de Perso-nas en Amrica y el Caribe.

    [ 13 ]

    Un acercamiento a las diferencias entre los principios de certeza jurdica y seguridad jurdica

    Aprobado para su publicacin el 25 de abril de 2017. Mara Teresa Orozco Escobedo*

    RESUMEN: El trabajo presentado es un breve estudio que versa sobre dos principios considerados como pilares del derecho mexicano: la certeza y seguridad jurdicas, sustentado en dos dimensiones: la filosfica para entender los conceptos de verdad, certeza y seguridad, y la dimensin del derecho en su contexto fctico para explicar su correcta aplicacin, al amparo del sistema jurdico en su conjunto, con la intencin de garantizar el respeto de los derechos humanos en Mxico. Para su desarrollo, fue dividido en tres apartados: el primero aborda los aspectos epistemolgicos de estos conceptos fundamentales; el segundo es un anlisis te-rico del concepto de certeza jurdica y, el ltimo, busca acercar al lector a compren-der la diferencia entre la certeza y la seguridad jurdicas. El lector tendr en sus manos, a travs de una lectura gil, la posibilidad de identi-ficar la visin de diversos juristas respecto de estos dos principios que coadyuvan estrechamente para salvaguardar el Estado de Derecho y que, aunque distintos, es-tn ntimamente rel acionados y difcilmente pueden separarse; aunado al anlisis y discernimientos realizados por la autora respecto de su significado, alcances e impor-tancia, incluyendo dentro de sus conclusiones una radiografa de la situacin actual.

    ABSTRACT: The article presented is a brief study on two principles considered as pil-lars of Mexican law: legal certainty and security, supported by two dimensions: the philosophical to understand the concepts of truth, certainty and security, and the di-mension of Law in its a factual context to explain its correct application, under the legal system as a whole, with the intention of guaranteeing respect for human rights in Mexico. For its development, it was divided into three sections: the first deals with the epis-temological aspects of these fundamental concepts; the second is a theoretical analysis of the concept of legal certainty and the latter seeks to bring the reader to understand the difference between legal certainty and security. The reader will have in his hands through an agile reading the possibility of iden-tifying the vision of various jurists with respect to these two principles that work closely to safeguard the Rule of Law and that although different, are intimately re-lated and can hardly be separated; together with the analysis and insights made by the author regarding its meaning, scope and importance, including within its conclu-sions an x-ray of the current situation.

    SUMARIO: Introduccin. I. Aspectos epistemolgicos. II. La certeza jurdica. III. Relacin entre certeza jurdica y seguridad jurdica. IV. Conclusiones.

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    Introduccin

    El presente artculo tiene como objetivo acercar al lector a los conceptos de cer-teza y seguridad jurdicas, con la intencin de resaltar los aspectos ms impor-tantes sobre el tema, sin enarbolar alguna corriente filosfica o doctrinaria en particular; expondremos nuestro enfoque referente a tan importantes principios jurdicos, haciendo referencia a diversos autores que hasta el momento han es-crito en ese tenor.

    Al respecto, deber entenderse que son discernimientos de quien escribe el presente tra bajo, los comentarios vertidos a l o l argo de l mi smo, que n o refi eran a algn autor u obra en particular; lo anterior con la finalidad de no sealar de forma recurrente que se trata de criterios propios.

    En trminos generales analizaremos el concepto de certeza jurdica, expli-cando las races epistemolgicas que le dan el sentido, partiendo del concepto de verdad y verdad jurdica, para identificar a la certeza y seguridad jurdicas como principios a los que se puede aspirar como sociedad.

    Lo anterior, en el entendido de que, aunque certeza jurdica y seguridad jur-dica no significan lo mismo, van ntimamente ligados y resulta necesaria su exis-tencia para que contemos con un Estado de Derecho.

    I. Aspectos epistemolgicos

    Para comprender con mayor facilidad el problema que reviste la certeza dentro del si stema j urdico y constitucional d e n uestro p as, as como de l os diferentes estadios que la conforman, es importante analizar los aspectos epistemolgicos que deben tomarse en consideracin, para darle luz al desarrollo del presente texto.

    En ese orden de ideas, coincidimos con la visin de que la epistemologa, descrita como la teora del conocimiento por parte de la Real Academia de la Lengua Espaola,1 se encarga de estudiar tanto las posibilidades, como el ori-gen, los lmites y el valor que tiene el conocimiento humano.2

    Aunque en la actualidad se considera que la epistemologa fue superada por la metodologa y la axiologa, consideramos que en realidad es la que nos per-mite realizar un estudio jurdico filosfico ms profundo respecto de lo que ac-tualmente conocemos como certeza jurdica, que generalmente se considera un sinnimo de seguridad jurdica; conceptos que aunque no significan lo mismo, estn ntimamente ligados uno al otro.3

    De igual manera, resulta de suma importancia el aspecto epistemolgico para realizar un anlisis referente al proceso del conocimiento, en particular sobre el problema de la verdad y, como resultado, de la verdad jurdica que nos lleva a la certeza jurdica en un Estado.

    En consecuencia, aplicarla en el mbito jurdico nos permite analizar y re-flexionar sobre el conocimiento del derecho, para determinar si dicho conoci-miento es posible, si lo podemos encontrar y aplicar en una sociedad determi-nada, as como las formas en que se aplica.

    La epistemologa jurdica va ms all del mero estudio jurdico o legalista; tambin estudia la forma en que el derecho permea en la sociedad, para deter-

    1 Disponible en: http://dle.rae.es/?id=Fy2OT7b 2 Rafael Martnez Morales, Diccionario jurdico, terico prctico. Mxico, IURE editores, 2008. p. 363. 3 R. Martnez Morales seala que est teora del conocimiento est muy superada por la metodolo-

    ga y la reconoce como una ciencia que estudia del fenmeno de conocimiento que obtiene el ser hu-mano; no obstante, independientemente de lo sealado por el autor, consideramos que en el mbito del derecho resulta de suma importancia tanto su estudio, como su aplicacin con fines metodolgicos, idem.

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    minar el tipo de estructura y andamiaje que se deben construir para que resulte aplicable en una colectividad determinada.

    En ese contexto, estudiaremos el sentido de la verdad como proceso, para lle-gar a los principios de certeza jurdica y seguridad jurdica y la forma en que se conciben en el sistema jurdico mexicano; analizaremos tambin la forma en qu se aplican y lo que, desde la perspectiva de quien escribe estas lneas, se requie-re hacer para que ambos principios realmente puedan existir en nuestro pas.

    Para ello, es necesario sealar que verdad proviene del latn vertas-tis y est relacionado con la veracidad, con lo creble, con lo real;4 la verdad no son solo simples afirmaciones que aparentan ser reales, se trata de juicios verdade-ros o proposiciones verdaderas; y un juicio, epistemolgicamente hablando, resulta verdadero cuando lo que enuncia existe en la realidad, tal y como lo enuncia.

    Por consiguiente, se puede considerar que no hay verdad absoluta, todo de-pende de la carga ideolgica que contiene el sujeto cognitivo que realiza el an-lisis subjetivo de los hechos y una de las principales caractersticas de la verdad es la realidad, pero ante un hecho jurdico quin conoce realmente la verdad?, resulta problemtico acercarse siquiera a ella.

    Es ms, si reflexionamos que de manera simple, como en su momento lo seal Adam Schaff, verdad se puede definir como un hecho o suceso gene-ralmente aceptado, que contiene cierta coherencia en cuanto a su ocurrencia, que se cuentan con indicios suficientes para reconocer que ocurri y con fines prcticos se establece como tal; aun as no se puede garantizar la verdad del conocimiento5 y en consecuencia consideramos que no fundamenta la certeza de lo que se considera verdad.

    Por ello, cuando dentro del derecho, como ciencia social, se afirma que nues-tro juicio es verdadero, significa que estamos convencidos de los hechos, basn-donos en un procedimiento cientfico debidamente delimitado y establecido (en el caso particular sera el procedimiento previsto en materia penal, civil, mercan-til, agraria, etctera), del cual obtuvimos como resultado que dicho juicio concuer-da con el objeto real; es decir, que contamos con evidencias suficientes para considerar que existe al menos un sujeto activo, el sujeto pasivo y un nexo causal.

    A pesar de que para hablar de la verdad estamos refirindonos a situaciones y hechos concretos; en trminos generales, tanto en el derecho, como en la ma-yora de las otras ciencias sociales, en ocasiones se llega a confundir la realidad con la verdad subjetiva.

    Qu es una verdad subjetiva? La verdad subjetiva es lo que no se puede comprobar plenamente o resulta falso, es aquello que suponemos ocurri o lle-gamos a esa conclusin por los indicios que existen en un caso concreto, no por pruebas contundentes que hagan evidente la realidad. En consecuencia, es constante confundir la verdad como tal, con la verdad subjetiva generalmente obtenida de un litigio que afecta a dos sujetos distintos, ligados entre s, a los cuales el juzgador deber escuchar y tratar de obtener sus propias conclusiones en base a las pruebas aportadas, su experiencia previa, los usos, la costumbre, pero sobre todo en la ley.

    Ante el enorme conflicto que genera la bsqueda de la verdad, la nica he-rramienta con la que contamos, como cientficos sociales, es el conocimiento, en el entendido de que como lo seala Adam Schaff, el conocimiento es un pro-ceso a causa de la infinitud de la realidad estudiada (en el sentido de cantidad

    4 Disponible en: http://dle.rae.es/?id=bbdGpd4 5 Ana Mara Rivadeo F., (comp.), Introduccin a la epistemologa. El proceso de conocimiento. La

    verdad. Historia y verdad. Adam Schaff. Mxico, Publicaciones ENEP-Acatln, 1989, p. 41, (Serie Anto-logas)

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    infinita de relaciones de cada objeto con los restantes, y en el sentido del desa-rrollo infinito de la realidad).6

    Qu significa lo anterior? Que el conocimiento es un proceso cognitivo cons-tante, mediante el cual analizamos las infinitas posibilidades que existen res-pecto de un hecho y los entes que intervienen en el mismo; as, es probable que, si no llegamos a una verdad objetiva, al menos nos acerquemos a la misma.

    Por ende, desde hace muchos aos los cientficos sociales se preguntaban si era posible contar con verdades absolutas; sin embargo, al responder a ese cuestionamiento Federico Engels afirmaba que:

    [] si alguna vez llegara la humanidad al punto de no operar ms que con verda-des eternas, con resultados del pensamiento que tuvieran validez soberana y pre-tensin incondicionada a la verdad, habra llegado con eso al punto en el cual se habra agotado la infinitud del mundo intelectual, segn la realidad igual que segn la posibilidad; pero con esto se habra realizado el famossimo milagro de la infini-tud finita.7

    En otras palabras, hasta el mismo Engels consideraba que la verdad abso-luta es una utopa; entendiendo utopa en estricto sentido etimolgico, no como una concepcin sociopoltica encaminada al discurso filosfico del ideal que se pretende alcanzar. La verdad absoluta no existe, se queda en una concepcin meramente metafsica.

    Esta visin del concepto de verdad que desde tiempos remotos se analizaba por filsofos como Platn y Aristteles, es retomada continuamente en la actua-lidad sin encontrar una definicin concreta; ante esa bsqueda, autores como Luigi Ferrajoli aseveran que la idea de verdad hace referencia a un ideal inal-canzable, pero que es posible aproximarse a ella.8

    Entonces, si l a verda d e s relativa y se e stablece en funcin de las necesida-des sociopolticas del momento, es factible afirmar que tampoco hay certeza absoluta; derivado de lo cual, la certeza se queda en el estatus de un principio filosfico al que aspira llegar una sociedad debidamente conformada bajo los principios que rigen el comportamiento de su colectividad.

    Por consiguiente, cuando hablamos de certeza, hacemos referencia a que conocemos la verdad de un hecho y basamos esa verdad en las evidencias que tenemos; con el lo, estamos en p osesin de la ve rdad, porque contamos con los elementos necesarios para demostrarlo, pero es nuestra verdad; o en el su-puesto de un proceso judicial, estaramos frente a la verdad jurdica que deter-min el juzgador, y esa verdad puede modificarse a travs de las instancias de-bidamente establecidas en nuestro marco legal.

    Para e jemplificar lo a ntes expuesto, podemos aplicar la fa mosa paradoja d e Epimnides9 y por consiguiente aseverar que nadie tiene una verdad absoluta, porque inclusive aquellos que afirman decir la verdad, pueden estar equivoca-dos y quienes manifiestan o llegan a afirmar que no se conoce la verdad de un caso, estn mintiendo, porque alguien la sabe, aunque no necesariamente lo haya manifestado.

    Por qu hacemos referencia a la paradoja del mentiroso?, simple: aunque es considerada una falsa paradoja, representa el claro ejemplo de que no exis-te verdad absoluta; porque cuando Epimnides manifiesta ante el Senado que

    6 Ibid., p. 43. 7 Idem. 8 Luigi Ferrajoli, Epistemologa jurdica y garantismo. 5a. ed. Mxico, Editorial Fontamara, 2005, pp.

    92-93. Propone una nocin semntica del concepto de verdad jurdica; aplica para tal efecto la premisa lgica X es verdadero si y slo si p; es decir, utiliza la lgica matemtica para la resolucin de juicios, en particular del orden penal.

    9 Disponible en: http://enciclopedia_universal.esacademic.com/158568/mentiroso%2C_paradoja_del

    http://enciclopedia_universal.esacademic.com/158568/mentiroso%2C_paradoja_del
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    todos los cretenses mienten, pone en tela de juicio hasta sus propias palabras, porque l tambin era de Creta; por ende, al afirmar que todos los cretenses son mentirosos, l tambin lo era y al afirmarlo estaba diciendo la verdad.10

    Es as como podemos afirmar que no existe una verdad absoluta, cada indi-viduo tiene su propia verdad en funcin de las circunstancias y perspectivas desde las que se analiza un hecho. Entonces, se puede establecer que la verdad es relativa y lo que la convierte en absoluta no son los hechos ocurridos, sino aquellos hechos histricos que se demostraron durante un proceso y que, su-mados a las evidencias en un caso, llevan al juzgador a determinar cul es la verdad jurdica.

    Es decir, la nica verdad aceptada y reconocida en el derecho es la verdad jurdica que determina el juez con todos los elementos con los que cuenta para emitir un juicio.

    An en la actualidad, para muchos iuspositivistas como Ferrajoli, la verdad jurdica hace referencia a lo que va ms all de los hechos, se trata de lo esta-blecido en los documentos normativos respecto de esos hechos;11 con lo cual, se robustece lo antes mencionado, en el sentido de que no necesariamente se resuelve un caso con base en la verdad, porque lo que hace el juzgador gene-ralmente es aplicar la literalidad de la ley.

    Partiendo de tal premisa y considerando que la certeza se refiere a lo que se puede comprobar en sentido estricto, al referirnos a certeza jurdica estamos hablando de lo que es real y se puede comprobar, conforme con lo establecido en las leyes; entonces tampoco puede existir la certeza jurdica como tal, si la en-casillamos al concepto que el legislador le da al considerarla un principio bajo el cual se debe regir la actuacin del Estado, cuando la limita a la mera existencia de ordenamientos jurdicos y estructuras gubernamentales que salvaguarden los derechos de las partes en un juicio.

    Dicho concepto nos demuestra que en realidad lo que existe es la certeza limitada exclusivamente a que existen leyes que se deben cumplir y hacer valer, pero no a la certeza de que el juzgador y las partes deben encontrar todos los elementos que comprueben plenamente cul es la verdad de los hechos ocurri-dos. Es decir, nos enfrentamos a la estricta aplicacin de la norma, en un siste-ma preponderantemente positivista, que est soslayando en la praxis, la impor-tancia del respeto a los derechos humanos.

    Aunado a lo antes expuesto, es una realidad que gracias a la libre valoracin de las pruebas que realiza el juzgador, es comn que las sentencias emitidas en nuestro sistema penal, resulten en muchas ocasiones poco objetivas; ms all d e que existen i ntereses poltico-econmicos por parte del j uez, al mome n-to de emitir un juicio no puede soslayar la carga ideolgica, tica y moral que antecede su propia historia. El andamiaje cultural construido a travs de los aos, dan luz a sus ideas y se convierten en una sentencia que generalmente est apegada a la legalidad, pero pocas veces a la justicia.

    Expresado lo anterior, resulta de suma importancia analizar la forma en que la certeza jurdica permea en la sociedad, al menos en el aspecto filosfico; porque para la existencia de la certeza jurdica en un Estado, debera ser requi-sito indispensable la obligatoriedad de que se apliquen los principios fundamen-tales que rigen el derecho en un pas; cumpliendo cabalmente con cada uno de ellos, a efectos de que el gobernado realmente cuente con un sistema de insti-tuciones, procedimientos, autoridades y resoluciones, as como con mecanis-mos, atribuciones y responsabilidades bien definidos y delimitados, que tengan

    10 Disponible en: http://www.descartes.org.ar/etexts-koyre.htm 11 L. Ferrajoli, op. cit., supra nota 8, pp. 24-27. propone una nocin semntica del concepto de verdad

    jurdica, aplica para tal efecto la premisa lgica X es verdadero si y slo si p; es decir, utiliza la lgica matemtica para la resolucin de juicios, en particular del orden penal.

    http://www.descartes.org.ar/etexts-koyre.htmhttp:verdad.10
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    como objetivo aplicar y hacer respetar las leyes y los derechos humanos; el cual, en caso de controversias, se enfoque en buscar la verdad de los hechos y no limitarse a los meros indicios presentados por las partes durante un proceso.

    Lo mi smo su cede con e l p rincipio de l egalidad; el p rincipio d e l egalidad vi sto desde la perspectiva del legislador mexicano, tambin se limita exclusivamente a la aplicacin de los intereses poltico-econmicos del grupo en el poder, legi-timados a travs de la ley.

    Es decir, el principio de legalidad en la actualidad no logra salvaguardar los derechos fundamentales del gobernado, tan slo alcanza en algunos casos a legitimar la actuacin de la autoridad a travs de los procedimientos estableci-dos en l a l egislacin vigente y bajo l os cuales, se debe de a plicar la l ey que m s le beneficie al Estado; no para respetar la integridad del individuo, sino para le-galizar y legitimar su actuacin ante ste.

    Para contar con legalidad es necesario respetar el debido proceso; pero lo legal no siempre es legtimo y mucho menos justo.

    La imparticin de justicia, ms all de legalidad, seguridad y certeza jurdica requiere modificar la idiosincrasia de todos los ciudadanos, incluyendo a los que participan en las altas esferas de la poltica del pas, a efectos de que se apli-que la ley como se establece y adecundola previamente a los fenmenos so-ciolgicos en los que se suscitan los hechos objeto de una investigacin, un procedimiento o un acto administrativo.

    Lograr que lo antes mencionado ocurra, implica que en un pas no slo se pueda sancionar al servidor pblico que incurre en una violacin a l procedimien-to; es necesario que realmente se le sancione y que estas sanciones tambin puedan ser aplicables a un legislador.

    De igual manera, los rganos jurisdiccionales que conforme con la estructu-ra del gobierno deben ser independientes del Poder Ejecutivo Federal, porque actualmente tienen la desventaja de que sus operadores son propuestos por el Titular del mismo y, en consecuencia, socialmente estn perdiendo legitimidad, en virtud de que se considera que de manera discrecional siguen las directrices de quien los propuso.

    As, se genera el caldo de cultivo idneo para que el conglomerado social considere que el Ejecutivo Federal es quien en realidad marca las directrices que debe seguir la Suprema Corte de Justicia de la Nacin, en funcin del con-texto internacional y el proceso globalizador en el que nos encontremos.

    Sin embargo, a continuacin, mencionaremos algunos aspectos relevantes relacionados con el significado y origen de la certeza jurdica, en qu consiste realmente, el val or que se le brinda, su importancia para el cientfico social y los derechos humanos, as como la viabilidad de su existencia en Mxico.

    II. La certeza jurdica

    Despus del esbozo plasmado dentro de los aspectos epistemolgicos, sin ol-vidar al conocimiento de la verdad como elemento primordial para alcanzar la legalidad, la seguridad jurdica y, por tanto, la certeza jurdica para las personas, a continuacin analizaremos con mayor detalle el concepto de certeza jurdica; en el entendido de que el esfuerzo va encaminado no slo a conocer el signifi-cado de las palabras, sino a despertar el inters en el lector, para buscar los mecanismos y modalidades mediante los cuales se establece su aplicacin en Mxico, as como los artculos constitucionales que los consagran como primor-diales para salvaguardar los derechos humanos y las garantas para su protec-cin, reconocidos por el Pacto Federal.

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    Para ello, no debemos olvidar que certeza jurdica es un concepto complejo cuyo contenido resulta casi imposible de alcanzar,12 porque ante un hecho jur-dico siempre existir una duda aunque sta no sea lo suficientemente robusta para construir una teora del caso; en ese contexto, damos inicio al presente apartado estableciendo el significado de la palabra certeza, desde un enfoque lingstico y su origen etimolgico.

    Certeza es un adjetivo que proviene del latn certus y eza, preciso o segu-ro y cualidad de cierto; es decir, certeza es el conocimiento claro de que algo es seguro o preciso;13 aun cuando no necesariamente significa que algo es verda-dero, porque puedo estar seguro de algo y sin embargo la informacin con la que obtuve tal conclusin es falsa.

    A lo largo de la historia, cientficos sociales han tratado de demostrar que di-fcilmente puede existir la certeza, al menos en estricto sentido; claro ejemplo de ello fueron en su momento las afirmaciones de Voltaire, cuando sealaba que la duda no es un estado agradable, pero la certeza es un estado ridculo,14 pero la imposibilidad material de que exista la certeza, no implica que se invalide el peso que los estudiosos del derecho y los legisladores le atribuyen a su propio concepto de certeza, enfocada al aspecto jurdico.

    Sin embargo, nuestra concepcin respecto de la viabilidad de la certeza ju-rdica no debe estar enfocada a la imposibilidad de la verdad absoluta; ms bien, a que la certeza tiene determinados lmites, en funcin del objetivo que persiga.

    As, cuando hablamos coloquialmente de certeza, generalmente hacemos referencia a que tenemos la seguridad de que algo se debe o no debe hacer, de que un hecho es o no cierto; es decir, la certeza est ms enfocada a lo que con-sideramos correcto o incorrecto en funcin, como mencionamos con anteriori-dad, de la carga tica, ideolgica y moral que lleva consigo el individuo con an-telacin a la ocurrencia del hecho.

    De ah que la certeza jurdica la brinde el conjunto de ordenamientos que la Constitucin y leyes reglamentarias establecen desde un enfoque iuspositivista; porque aun cuando dichos ordenamientos no nos parezcan justos o vayan en contra de nuestra propia concepcin de lo correcto o incorrecto, brindan certeza simplemente porque existen y son precisos en cuanto a los derechos y obliga-ciones del individuo.

    El autor Gianmarco Gometz consideraba que debido a la complejidad del mero anlisis del concepto y los diversos significados que tiene actualmente la certe-za jurdica, con la finalidad de que no resulte relativista el significado que se adop-te, para efectos jurdicos es necesario alejarse lo menos posible de los usos lin-gsticos difundidos; con la finalidad de que realmente sea de utilidad dicho concepto en la tarea que implica para el Estado, as como para las consecuencias jurdicas de las acciones y los hechos en que participen los gobernados.15

    Bajo ese premisa, Gometz nos permite comprender que utilizar el concepto lo ms apegado al sign ificado lingstico orig inal, da la pau ta para que exista la seguridad de las intenciones del legislador al momento de emitir una ley, as como de que los ciudadanos comprendan los alcances legales que provocarn sus acciones, con base en esa ley; contando as, no con una certeza absoluta de algo, pero si como algo altamente probable.16

    12 Gianmarco Gometz, La certeza jurdica como previsibilidad. Madrid, Marcial Pons, 2012, pp. 10-32. Quien resalta diversos aspectos por los cuales la certeza se trata ms de una aproximacin a los hechos, que de algo irrefutable y verdadero.

    13 Disponible en: http://definicion.de/certeza/ 14 Voltaire, Sarcasmos y agudezas. Trad. de Fernando Savater. Barcelona, Editorial Edhasa, 1995,

    p. 68. 15 G. Gometz, op. cit., supra nota 12, p. 33. 16 Ibid., p. 35.

    http://definicion.de/certezahttp:probable.16http:gobernados.15
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    Aunque desde nuestra perspectiva, en realidad no se puede hablar de cer-teza jurdica plena, sino de una enorme previsibilidad de los efectos jurdicos de nuestros actos, as como de las acciones que proceden en contra de aquellos que infrinjan la ley, previamente establecida.

    As, dice Gometz, la certeza jurdica es un concepto que conecta los hechos con la consecuencia jurdica de los mismos, ms all del aspecto tico y moral bajo el que se rija la actuacin del individuo.

    De all la importancia real de la certeza jurdica debe ser el punto de partida para el funcionamiento del brazo coercitivo del Estado, a efectos de garantizar el cumplimiento de las normas bajo las cuales se debe regir el comportamien-to del individuo, as como de los representantes del gobierno, en una colectividad determinada.

    En el caso concreto de Mxico y despus de estudiar a juristas como Natarn y Caballero, en el sentido de que uno de los problemas ms fuertes a los que se tiene que enfrentar la sociedad y los rganos jurisdiccionales es que en nuestro sistema, para la resolucin de u n caso, sobre to do en materia p enal, utilizamos la valoracin;17 debido a que se basa en elementos subjetivos y una defensa no siempre adecuada, con la finalidad de que el juzgador busque que la sentencia d fin al conflicto; sin que ello garantice el respeto a los derechos humanos y garantas reconocidas en la Constitucin, tanto para el imputado, como para la vctima.

    Es justo en el momento de la valoracin de las pruebas cuando, a travs de la verdad histrica, se determina cul es la verdad jurdica para un caso en con-creto, cumpliendo as con el principio de certeza jurdica que debe imperar en un Estado de Derecho.

    Sin embargo, aunque el derecho es imperfecto y existen severas lagunas le-gislativas, se dice que en Mxico existe la certeza jurdica para el gobernado, toda vez que la propia ley establece los derechos, obligaciones y medidas coer-citivas para que las personas convivan en sociedad; as como la libre valoracin de las pruebas y los principios fundamentales del derecho, como elementos sub-jetivos de los que habr de allegarse el juzgador al momento de dictar sentencia.

    La certeza jurdica en nuestro pas, desde el punto de vista teleolgico, ge-nera las condiciones necesarias para salvaguardar los derechos del gobernado y es el parteaguas para determinar si existen los elementos necesarios para brindarle seguridad jurdica.

    Desafortunadamente, en realidad se cie exclusivamente a la aplicacin de la ley, de acuerdo con el libre albedro del Poder Judicial, en funcin de los su-puestos debidamente establecidos en la legislacin vigente y las consecuencias previsibles en caso de que los mismos ocurran, dejando en segundo plano la obligatoriedad de respetar, salvaguardar y defender los derechos humanos que conforman los bloques de constitucionalidad y convencionalidad vigentes.18

    Aunado a lo anterior, uno de los aspectos que imposibilitan severamente la certeza jurdica de las personas es, sin lugar a duda, la discrecionalidad con la que acta el Poder Judicial; porque como responsable de salvaguardar la seguridad de la poblacin, el hecho de no actuar con transparencia durante sus procedi-mientos, deja en estado de indefensin a la poblacin.

    17 Carlos F. Natarn Nandayapa y Jos Antonio Caballero Jurez, Los principios constitucionales del nuevo proceso penal acusatorio y oral mexicano. Mxico, UNAM, 2013, p. 32

    18 El concepto de control de convencionalidad, del cual emana el de bloque de convencionalidad, surge en la Corte Interamericana de Derechos Humanos para denominar a la herramienta que concreta la obligacin de garanta de los derechos humanos en el derecho domstico, a travs de la verificacin de que tanto las normas como las prcticas realizadas por parte de un Estado parte, cumplan con la Con-vencin Americana sobre Derechos Humanos (CADH), los Tratados en la materia y su jurisprudencia. Informacin disponible en: http://www.corteidh.or.cr/sitios/libros/todos/docs/controlconvencionalidad8. pdf

    http://www.corteidh.or.cr/sitios/libros/todos/docs/controlconvencionalidad8http:vigentes.18
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    As, se reafirma la idea de Fernando Serrano Migalln, en el sentido de que el derecho tiene un padre cruel y una madre amorosa, donde el padre es el tiempo histrico y su madre es la razn.19

    Entonces cmo se puede considerar la certeza en el sistema jurdico mexi-cano? Desde la perspectiva de quien escribe el presente trabajo, la certeza ju-rdica ms all de una posible garanta constitucional, representa un val or tico-jurdico que a lo largo de la historia constitucionalista del pas se ha plasmado de diversas formas como un eje toral de nuestro bloque de constitucionalidad, logrando que en la actualidad se le considere uno de los principios constitucio-nales transcendentales; con el cual se aban dera el i deal de justicia y seguridad jurdica; finalmente, como seala Rodolfo Luis Vigo, la justicia es un concepto analgico que se puede referenciar a distintas realidades y con distintos tipos de exigencias.20

    En cambio, aquellos pases que cuentan con un sistema jurdico fuerte, con leyes rgidas, con estricta aplicacin de la ley y con autoridades comprometidas con su labor, aumentan el grado de certeza jurdica de sus gobernados; sin que por ello, tengan una confiabilidad mayor, en cuanto a tener certeza real; por el contrario, puede significar que alejndose de esa verdad o certeza, se limitan a cumplir con lo que su marco normativo les establece, haciendo a un lado la se-guridad y otros derechos fundamentales de esa comunidad.

    El socilogo Max Weber destacaba que este tipo de derecho, en el que se establecen principios de certeza y seguridad jurdica, surge debido a la evolu-cin en la formacin cultural de los estudiosos del derecho, en funcin del cre-cimiento de los Estados y del aparato gubernamental que les sirve para cumplir con sus responsabilidades; ese crecimiento implic la necesidad de sistematizar y racionalizar el derecho, para hacerlo previsible. Con ello, se ampliaran las oportunidades para tener acceso a mercados extranjeros en un contexto de certidumbre jurdica, en beneficio econmico de las partes que intervinieran en la transaccin comercial.21

    Es decir, en ci ertos casos la ce rteza jurdica deriva d e i ntereses econmicos que se ven reflejados en lo econmico y que impactan al colectivo social de for-ma trascendente.

    Como resultado, podemos afirmar que la certeza jurdica protege la esfera jurdica del gobernado contra los actos arbitrarios de la autoridad, al establecer los lineamientos bajo los cuales todo servidor pblico debe conducirse, enfo-cndose precisamente en salvaguardar los derechos que a nivel internacional resultan imprescindibles como parte del proceso globalizador que en materia econmica se est realizando.

    Ante la complejidad de acotar el concepto de certeza jurdica y considerando que, junto con la legalidad, conforman el principio de seguridad jurdica, es co-mn que certeza jurdica y seguridad jurdica se utilicen como sinnimos; enton-ces, es preciso establecer la diferencia entre ambos principios y su importancia, no slo en materia penal, sino tambin en el quehacer cotidiano tanto de servidores pblicos, como de los estudiosos del derecho.

    19 Fernando Serrano Migalln, La interpretacin conforme a la Constitucin. Mxico, Facultad de Derecho de la UNAM, 2008, pp. 3-5, (Coleccin de Lecturas Jurdicas, Serie Estudios Jurdicos, nm. 63), donde seala que en los ltimos aos el derecho se ha transformado aceleradamente; el tiempo histrico es considerado por el jurista como cruel y arrebatado, deformando los valores e imponiendo prcticas que transforman a las naciones (no precisa a cules se refiere). Por otra parte, la madre del derecho es la razn y la describe como luminosa y perseverante; destaca la posibilidad de que en algn momento se deje a un lado la razn, para convertirnos en memorialistas y dogmticos.

    20 Rodolfo Luis Vigo, De la ley al derecho. 3a. ed. Mxico, Porra, 2012, p. 15. 21 Max Weber, Economa y sociedad. Esbozo de sociologa comprensiva. 2a. ed. Trad. de Jos Me-

    dina Echevarra. Mxico, Fondo de Cultura Econmica, 1964, pp. 1060-1065.

    http:comercial.21http:exigencias.20http:razn.19
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    III. Relacin de certeza jurdica con seguridad jurdica

    La bsqueda constante tanto de la verdad, como de la certeza ju rdica, se en-cuentra intrnseca en la naturaleza poltica y social del ser humano; esa necesi-dad originaria que se tiene de la libertad de asociacin, obliga al individuo a la bsqueda de esa certeza, en aras de mantener su libertad en coexistencia con un orden jurdico social del medio en que vive.

    Los fenmenos jurdicos implican, como lo seala Serrano Migalln, conse-cuencias importantes en cuanto a la forma en que se concibe el derecho como objeto de estudio; en la actualidad estamos obligados a reconocerlo como un fenmeno cambiante, en el que convergen diversos factores y atores, no slo como un mero producto del quehacer legislativo.22 De ah lo complejo de aterri-zar en un concepto nico a los principios constitucionales que estamos estu-diando.

    Como ya lo mencionamos con anterioridad, uno de los problemas a los que se enfrenta la sociedad es que la valoracin, sobre todo en materia penal, se debe apegar a la verdad histrica, con la finalidad de que el juzgador busque que la sentencia ponga fin al conflicto, pero se respeten los derechos humanos del imputado y de la vctima.23

    Justo en el momento de la valoracin de las pruebas es cuando a travs de la seguridad jurdica que le brinda un debido proceso al imputado, estamos en condiciones de llegar a la verdad histrica y con esa verdad, se determina cul es la verdad jurdica para un caso en concreto, cumpliendo as con el principio de certeza jurdica que debe imperar en un Estado de Derecho.

    Por ende, la certeza jurdica puede definirse, para objeto del presente estu-dio, como el conocimiento real que tenemos de los elementos estructurales bajo los cuales se establecen las relaciones jurdicas entre las partes que intervienen en un acto jurdico; ya sea entre gobernantes y gobernados, o bien entre particu-lares, y que esas relaciones se tienen que ajustar al sistema jurdico vigente en un pas.

    Es decir, que sabemos de la existencia de una legislacin, instituciones y es-tructuras reales que rigen los actos jurdicos en un pas y que con base en ellos deben llevarse a cabo los mismos, para que se protejan todos los derechos de las personas; tambin, hacemos referencia a esas leyes previas, porque regulan la conducta de la colectividad y establecen las responsabilidades, en caso de su incumplimiento; encuadrando a la certeza jurdica exclusivamente en el as-pecto normativo.

    En contraparte, cuando hacemos referencia a seguridad jurdica, resulta indispensable analizar desde un sentido etimolgico en primer lugar a qu nos referimos con seguridad.

    La palabra seguridad proviene del latn securitas-atis, que significa cuali-dad de seguro o certeza, as como cualidad del ordenamiento jurdico, que implica la certeza de sus normas y la previsibilidad de su aplicacin.24

    Desde un enfoque filosfico, si hablamos de seguridad jurdica no referimos a aquel principio que persigue un sistema jurdico. Para juristas Martnez Mora-les se trata de la certeza que debe dar el derecho a la poblacin; es el orden so-cial que se establece y conserva para preservar los valores humanos, as como sus bienes y sus derechos.25

    22 F. Serrano Migalln, op. cit., supra nota 19, p. 4. 23 C. F. Natarn Nandayapa y J. A. Caballero Jurez, op. cit., supra nota, 17, p. 32. 24 Poder Judicial de la Federacin, Las garantas de seguridad jurdica. Mxico, Suprema Corte de

    Justicia de la Nacin, 2010, p. 11. 25 R. Martnez Morales, op. cit., supra nota 2, p. 753.

    http:derechos.25http:aplicacin.24http:vctima.23http:legislativo.22
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    Por ello, podemos decir que el principio de seguridad jurdica se refiere a la certeza que deben tener los gobernados de que los elementos que integran su esfera jurdica, sern respetados por el Estado.

    As, para el Poder Judicial de la Federacin de nuestro pas, desde el aspec-to filosfico, se trata de un valor que persigue el derecho como conjunto norma-tivo vigente; en realidad hablamos de la certeza que se debe dar al gobernado de que no podr ser molestado en su esfera jurdica y que todos sus derechos sern respetados; por tanto, en caso de ser necesaria dicha afectacin, sta debe sujetarse a los procedimientos previamente establecidos en la ley.26

    La seguridad jurdica tradicionalmente se ha considerado como uno de los fines que tiene el derecho y supone la certeza que deben poseer aquellos suje-tos del mismo para que su situacin jurdica no sea modificada, si no es median-te un procedimiento debidamente establecido en la legislacin vigente en ese momento.27

    Sociolgicamente hablando, autores como Lpez Aylln sealan que la se-guridad jurdica es una condicin necesaria para la racionalidad del derecho y est directamente ligada a las conductas que en sociedad resultan previsibles; por ende, constituye una parte de los fundamentos que dan vida a las activida-des socioeconmicas de una determinada comunidad.28

    En otras palabras, podemos aseverar que la seguridad ju rdica es el orden social e stablecido p or el Estad o y conservado en vi sta d e l a re alizacin i ntegral de los valores de las personas; o bien, como aquella garanta que el Estado le otorga al individuo de que tanto su persona, como sus bienes y sus derechos sern protegidos y en caso contrario es necesaria la reparacin del dao oca-sionado. En consecuencia, el principio de seguridad jurdica obliga al Estado a contar con operadores del sistema jurdico, idneos para su cumplimiento.

    Entonces cul es la diferencia entre certeza jurdica y seguridad jurdica? Grosso modo, la certeza jurdica alude al sistema jurdico existente en un

    Estado determinado, en el que estn incluidas, entre otras, las leyes, la jurispru-dencia y los principios generales del derecho; mientras que la seguridad jurdica se refiere especficamente a la garanta que tienen los gobernados de que dicho sistema ser utilizado como debe ser.

    En realidad ms all de que son principios que salvaguarda la Constitucin, es importante comprender la diferencia entre ambos; mientras la certeza jurdi-ca hace referencia a que es necesaria la existencia de mecanismos y legislacin vigentes para las relaciones jurdicas, la seguridad jurdica busca salvaguardar precisamente e l debido cumplimiento de e sos mecanismos, funciones y legis-lacin, con la finalidad de proteger los derechos de las personas que intervienen en el acto jurdico que corresponda.

    La seguridad jurdica parte de la certeza jurdica y sin la existencia previa de dicha certeza, sera imposible hablar de seguridad jurdica en nuestro pas, res-pecto de la aplicacin de los derechos humanos consagrados en el Pacto Fe-deral y el bloque de convencionalidad, as como en el de constitucionalidad vi-gentes; principios y normas que de manera conjunta establecen la forma de actuacin permitida para los servidores pblicos, a efectos de mantener el orden social y respetar los derechos de las personas.

    Es decir, se requiere la certeza jurdica para que el principio de seguridad jurdica pueda surgir; en el entendido de que la certeza jurdica implica la pre-existencia de disposiciones legales que delimiten las atribuciones del Estado y

    26 Poder Judicial de la Federacin, op. cit., supra nota 24, p. 12. 27 Sergio Lpez Aylln, Globalizacin, Estado de Derecho y seguridad jurdica, una exploracin sobre

    los efectos de la globalizacin en los poderes judiciales de Iberoamrica. Mxico, Suprema Corte de Justicia de la Nacin, 2008, p.145.

    28 Ibid., p. 753.

    http:comunidad.28http:momento.27
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    determinen las atribuciones que corresponden a cada uno de los rganos juris-diccionales que las propias leyes precisen.

    Tanto la certeza como la seguridad jurdicas, son consideradas derechos subjetivos que deben aplicarse en beneficio de las personas y se puede exigir su cumplimiento, toda vez que ambas estn consagradas en la Constitucin, a travs de los derechos humanos y garantas constitucionales que la misma re-conoce.29

    La finalidad de ambos principios es asegurar que el gobernado no quede en estado de indefensin frente a los representantes del Estado, el aparato guber-namental, ni ante los intereses de terceros; as como salvaguardar los principios de igualdad y libertad.

    Porque como seala Gustavo Zagrebelsky, a las reglas se les obedece, pero cuando hablamos de principios se presta adhesin y, en consecuencia, se re-quiere comprender el mundo de valores, las grandes opciones de cultura jur-dica de las que forman parte y a las que las palabras no hacen sino una simple alusin. Es decir, las reglas sientan las bases para nuestras acciones y conduc-tas, mientras que los principios nos brindan la oportunidad de fijar nuestra posi-cin y generan actitudes.30

    En ello radica la importancia de su existencia y en virtud de que representan la posibilidad de que cualquier persona ejercite una accin, para hacer valer sus derechos y exigir el cumplimiento de los mismos ante el Estado.

    La seguridad jurdica no slo est contemplada en materia penal, tambin como ya mencionamos con anterioridad, nuestra Carta Magna engloba diversos derechos humanos y garantas; por ello, es comn que se confundan las garan-tas constitucionales con la seguridad jurdica, toda vez que dichas garantas en realidad forman parte de la certeza jurdica del gobernado, que redundar en la existencia de seguridad jurdica en el momento procesal en que se intente ha-cerlas valer.

    Por lo antes mencionado, para que realmente exista un Estado de Derecho, se requiere la seguridad jurdica que brinda la correcta aplicacin de los princi-pios de certeza jurdica y legalidad que establece nuestra Constitucin; para lo cual, como destaca Lpez Aylln, las normas jurdicas de un lugar deben ser efectivas y contar con una estructura especializada en la materia, en la que re-caiga la responsabilidad de su estricta aplicacin, debidamente legitimada y legalizada,31supuesto que la teora existe.

    Adicionalmente, es importante destacar que en Mxico la seguridad jurdica tiene dos aristas de suma importancia: una en la que se le considera un principio del derecho, mismo que se queda como el ideal al que aspira llegar la Nacin; y, por otra parte, la seguridad jurdica como garanta fundamental del goberna-do, que no se trata de un artculo o ley en particular la que la establece; sino todo un conjunto de normas vigentes al momento en que ocurre un hecho y se fija una litis.

    En consecuencia, es necesario profundizar tambin respecto del principio de seguridad jurdica y explicar en qu consiste, porque son temas poco estu-diados y vale la pena analizarlo por separado.

    Porque al analizar los principios jurdicos objeto del presente estudio, nos permiten comprender por qu Zagrebelsky afirma que [] la dimensin del de-

    29 Cfr. El artculo 1o. de la Constitucin Poltica de los Estados Unidos Mexicanos, a partir de la refor-ma aprobada el 10 de junio de 2011 establece, entre otros aspectos, que En los Estados Unidos Mexi-canos todas las personas gozarn de los derechos humanos reconocidos en esta Constitucin y en los tratados internacionales de los que el Estado Mexicano sea parte, as como de las garantas para su proteccin[...].

    30 Gustavo Zagrebelsky, El derecho dctil. Ley, derechos, justicia. 10a. ed. Trad. de Marina Gascn. Madrid, Trotta, 2011, pp. 109-111, (Coleccin Estructuras y Procesos, Serie Derecho)

    31 S. Lpez Aylln, op. cit., supra nota 27, p. 146.

    http:actitudes.30http:conoce.29
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    recho por principios es la ms idnea para la supervivencia de una sociedad pluralista, cuya caracterstica es el continuo reequilibrio a travs de transaccio-nes de valores.32

    En realidad el principio de seguridad jurdica comprende un conjunto de de-rechos subjetivos pblicos que se establecieron en nuestra Constitucin, que favorecen en la medida de lo posible al gobernado y con las reformas del 10 de junio del 2011 fortalecen el principio pro persona y obliga al Estado mexicano a cumplir con el bloque de convencionalidad;33 su importancia radica en que al tratarse ambos de principios constitucionales, son oponibles a los rganos ju-risdiccionales y autoridades del Estado, a efectos de exigir la sujecin de los servidores pblicos, tanto en su actuacin como e n los procedimientos que apli-can, a los requisitos previos contemplados en las leyes.

    La intencin del constituyente originario y del constituyente derivado al incor-porar el principio de seguridad jurdica a travs de las garantas plasmadas en el Pacto Federal, fue en teora, la de no afectar la esfera jurdica del gobernado, para respetar el debido proceso y brindarle certeza jurdica a travs de los de-rechos fundamentales y garantas que la ley prev; entre los que destacan la igualdad, la libertad y la legalidad en los procesos.

    Finalmente, podemos afirmar que cuando no existe certeza jurdica durante un procedimiento, corremos el riesgo de deslegitimar la funcin del rgano ju-risdiccional que resuelve la litis, generando con ello la inseguridad jurdica para el gobernado y, en consecuencia, una violacin a sus derechos humanos y ga-rantas reconocidos; lo anterior, debido a que es difcil que la verdad legal con-cuerde con la verdad histrica de los hechos. Este supuesto ocurre reiterada-mente en nuestro sistema judicial.

    IV. Conclusiones

    La certeza jurdica contiene en s todos los elementos que conforman el sistema jurdico mexicano (instituciones, leyes, servidores pblicos, proceso legislativo, etctera) y la seguridad jurdica implica que todos esos elementos se utilicen al servicio de la sociedad, de forma adecuada y con estricto apego a lo que la ley establece; por ello, se requiere darle un enfoque distinto, encaminado a salva-guardar tanto los derechos fundamentales reconocidos, como los derechos hu-manos universalmente aceptados.

    Es importante la retroalimentacin y el constante estudio de l os principios rectores de nuestro sistema jurdico, en particular aquellos que garantizan el respeto a los derechos humanos; para lo cual, es prioritario tener presentes los siguientes puntos:

    1. Existen diferentes tipos de realidades y depender del juzgador la valoracin que brinde a cada una de las verdades que le presenten, en funcin de lo es-tablecido en las leyes, las pruebas aportadas, los hechos comprobados y el anlisis concienzudo que de todo ello realice.

    2. Aunque ni epistemolgica, ni etimolgicamente hablando, certeza y seguridad jurdica significan lo mismo, podemos afirmar que en la prctica no pueden, ni

    32 G. Zagrebelsky, op. cit., supra nota 30, p. 125, el autor afirma que esta visin es generalmente adoptada por la mayor parte de jurisdicciones consideradas como constitucionales; en la cual estn con-siderados los derechos humanos e incluye declaraciones de valores.

    33 Cfr. El artculo 1o. constitucional, en su prrafo tercero establece: Todas las autoridades, en el mbito de sus competencias, tienen la obligacin de promover, respetar, proteger y garantizar los dere-chos humanos de conformidad con los principios de universalidad, interdependencia, indivisibilidad y progresividad. En consecuencia, el Estado deber prevenir, investigar, sancionar y reparar las violacio-nes a los derechos humanos, en los trminos que establezca la ley.

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    deben separarse, porque estn ntimamente ligadas y sin una, no podra exis-tir la otra.

    3. Dentro de los principios rectores del derecho constitucional, indudablemente destacan por su trascendencia y relevancia, aquellos enfocados a salvaguar-dar la e sfera jurdica del g obernado, en pa rticular el p rincipio d e seguridad j u-rdica y como parte de ste, la presuncin de inocencia y el principio de lega-lidad; todos en conjunto son los que proveen de certeza jurdica al sistema penal mexicano.

    4. Es primordial para los rganos jurisdiccionales de los tres niveles de gobierno capacitar y sensibilizar a los servidores pblicos que los conforman, para re-saltar la importancia de los derechos fundamentales e incentivar la aplicacin del control difuso de la Constitucin como punta de lanza para garantizar la certeza jurdica y, en consecuencia, respetar la esfera jurdica del gobernado.

    5. Por lo anterior, resulta imprescindible comprender la importancia de dar cum-plimiento y respetar los tratados internacionales de los que Mxico es parte, as como de aquellas resoluciones que en materia de derechos humanos emiten los organismos internacionales.

    6. Los nuevos paradigmas en materia de derecho penal y sobre todo de derechos humanos, enfrentan el enorme reto de salvaguardar el Estado de Derecho a travs del respeto de la certeza y la seguridad jurdicas, como ejes rectores del quehacer judicial.

    7. No se puede hablar de certeza y seguridad jurdicas con un enfoque iusposi-tivista cuando el devenir histrico nos demuestra que el respeto a los derechos humanos nos obliga a ponderar los elementos aportados ante el rgano juris-diccional competente, porque no existe verdad absoluta.

    8. Verdad, certeza y seguridad jurdicas, as como derechos humanos obliga a preguntarnos si como sociedad realmente estamos preparados para hacerlos valer o simplemente nos mantenemos como observadores ante los enormes retos que enfrentamos actualmente.

    En consecuencia, consideramos que es responsabilidad de los legisladores elaborar leyes acordes con la realidad social; de quienes las aplican e interpre-tan, se necesita un serio compromiso con la reconstruccin del tejido social y que salvaguarden los principios que dan sentido a la convivencia humana.

    Nadie puede garantizar la certeza y seguridad jurdicas en un Estado hundi-do en la corrupcin, la pobreza, marginacin, ignorancia y apata por parte de la poblacin que la conforma; un pueblo con hambre busca pan y agua, no cono-cimiento.

    Hablar de los principios de certeza y seguridad jurdicas en estos das impli-ca entonces estar conscientes de lo anterior, requiere comprender que nuestra Ley Fundamental ya no debe ser aquella de la que todas las dems emanan; al contrario, en nuestra Constitucin deben estar plasmadas aquellas obligaciones que en materia de derechos humanos adquirimos a lo largo de los ltimos aos a nivel internacional, en beneficio de los ciudadanos y para garantizar la certeza y seguridad jurdicas de todos los gobernados.

    Todo converge en un mismo espacio: leyes, poltica, derecho, intereses eco-nmicos; pero sobre todos ellos est la masa que sostiene al aparato guberna-mental a travs de sus aportaciones, esfuerzo, compromiso, entrega y capital humano.

    Esa masa es precisamente la que da con da reclama de sus autoridades la seguridad que est obligado el Estado a brindar como parte de sus responsabi-lidades y como ineludible deber de proteger los derechos humanos.

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    Identifcando falsos derechos humanos a travs del control de razonabilidad

    Aprobado para su publicacin el 25 de abril de 2017. Luis Antonio Smano Pita*

    RESUMEN: A raz de la reforma constitucional de junio de 2011, en Mxico ha per-meado un fuerte impulso por incluir en todas las reformas legales el tema de Dere-chos Humanos, sin embargo, es necesario distinguir qu son derechos humanos y qu no l o so n, para e llo existen i nstrumentos como e l con trol d e ra zonabilidad, que analiza los siguientes parmetros: finalidad, naturaleza, legitimidad, adecuacin, necesidad y proporcionalidad. Se muestran algunos ejemplos que ilustran un uso incongruente entre el susten-to doctrinal y el objeto que se persigue normar, situacin que puede derivar en con-flicto con verdaderos derechos humanos. Al final del trabajo se explican los elemen-tos que integran el instrumento y se realiza un ejercicio para mostrar la forma de aplicarlo.

    ABSTRACT Following the constitutional reform of June 2011, Mexico has permeated a strong impulse to include in all legal reforms the issue of Human Rights, however, it is necessary to distinguish what are human rights and what are not, for this exist Instruments such as the control of reasonability, which analyzes the following pa-rameters: purpose, nature, legitimacy, adequacy, necessity and proportionality. Some examples are shown that illustrate an inconsistent use between doctrinal sustenance and the object that is intended to regulate, a situation that can lead to conflict with real human rights. At the end of the work the elements that make up the instrument are explained and an exercise is performed to show how to apply it.

    SUMARIO. Introduccin. I. Derechos humanos y derechos fundamentales. II. Identificando falsos derechos humanos. III. El Control de razonabilidad. IV. Aplicacin del control en un caso concreto. V. Conclusiones.

    Introduccin

    Atendiendo a las bases del conocimiento jurdico que sustenta la teora de los derechos humanos es necesario entender que stos deben contar con un sus-tento de tipo racional que pueda ser revisable y calificable, mediante instrumen-tos que legitimen su pertinencia.

    * Doctorando en Derecho y maestro en Ciencias Jurdicas por la Universidad Panamericana, maes-tro en Derecho por la Universidad Michoacana de San Nicols Hidalgo.

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    taEs necesario tambin advertir que bajo este presupuesto no todos los dere-

    chos constitucionales son derechos humanos o derechos fundamentales, ya que slo lo sern aquellos que tengan un sustento racional.

    La creacin de normas jurdicas irracionales ocasiona nuevos problemas jurdicos y colisin con otros derechos que son legtimos.

    Para a uxiliar el tra bajo de operadores jurdicos en el p roceso d e creacin d e normas jurdicas y la imparticin de justicia, existen herramientas como el con-trol de razonabilidad que, por medio de un test de siete preguntas, ayuda a iden-tificar y descartar falsos derechos.

    I. Derechos humanos y derechos fundamentales

    En su concepcin iusnaturalista Jack Donnelly seala que los derechos huma-nos son literalmente los derechos que una persona posee por el simple hecho de que es un ser humano.1 Esta concepcin aparentemente simple en estruc-tura plantea a su vez dos dudas importantes, la primera referente al origen de los derechos humanos, la segunda relacionada con el catlogo de estos dere-chos, sin pasar por alto los mecanismos para acceder a stos. La primera de las dudas planteadas obedece a una cuestin de abstraccin racional por la que el ser humano conoce sus derechos, mientras que la segunda se refiere a un ca-tlogo amplio de prerrogativas que necesariamente deben encontrarse descri-tas en un instrumento legal.

    Para Luigi Ferrajoli, los derechos fundamentales, son identificados con los derechos que estn adscritos universalmente a todos en cuanto personas, o en tanto ciudadanos o personas con capacidad de obrar.2 Este concepto, aparen-temente similar al concepto de Donelly entraa diferencias sustanciales, tales como la adscripcin universal de los derechos, comprendiendo que el significa-do de dignidad humana dista mucho en la forma que se conciben en oriente y occidente. De igual manera el concepto hace referencia a la titularidad en cuan-to ciudadanos, situacin que excluye a los que no renan esta cualidad, as como capacidad de obrar, elemento que complica ms an el panorama de la titulari-dad, dejando en indefensin a los que no renan esta caracterstica.

    De manera esencial, la idea de derechos fundamentales pretende resaltar expresivamente la ndole jurdica esencial de los derechos que reconoce en de-terminado instrumento, y est relacionada con un carcter ideolgico neutro, reconocido de forma generalizada en tanto normas a las que se dota de mayor importancia respecto de otras, contemplando el contexto del grupo social al que se pretende aplicar.

    En trminos concretos, Norberto Bobbio seala que los derechos humanos existen porque existe la Declaracin Universal de Derechos Humanos de 1948; es decir, un acuerdo de carcter factico por parte de la comunidad internacional que hace que esos derechos existan, sean verdaderos.3 Aunque el origen pue-

    1 Jack Donnelly, Derechos humanos universales: teora y prctica. 2a. ed. Trad. de Ana Isabel Stelli-no. Mxico, Gernika, 1998, p. 23.

    2 Luigi Ferrajoli, Derechos fundamentales y democracia, Mxico, 2014, p. 5. 3 Norberto Bobbio, Sul fondamento dei diritti deiluomo, e Il problema della guerra e le vie della pace.

    Bolonia, Il Mulino, 1979, p.129.

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    da ser obtenido por la razn, es necesario que exista un instrumento que sopor-te y refiera tales derechos.

    Un punto de vista epistemolgico sostiene que el reconocimiento de los de-rechos naturales implica al mismo tiempo considerar una serie de concesionesinherentes a la persona, lo cual se logra mediante el uso de la razn, proceso in-dispensable para conocer esta realidad valiosa y derivar de ah una serie de razones para la accin: obligaciones y deberes.4 A partir de la razn es posible abstraer esta realidad perceptible a travs de los sentidos, en nuestro caso, ma-terializada por medio de instrumentos y mecanismos jurdicos.

    Estos derechos, en cuanto disposiciones conocidas por la razn debernencontrarse de acuerdo con la dogmtica, en la Constitucin nacional de un Es-tado5 o en instrumentos internacionales, segn el mbito de competencia co-rrespondiente.

    En contraposicin a los procesos derivados de la razn para el reconocimien-to de los derechos humanos, existen posturas que se refieren a los derechos humanos como un producto cultural emanado de Occidente para justificar las expansiones coloniales por todo el mundo y, para hacer frente a las injusticias y opresiones que el expansionismo produca,6 sin embargo es una postura tal como la que refiere el origen de stos como un proceso histrico, ubicados a partir del ao 539 A. C., cuando Ciro el Grande, primer rey de la Persia antiguaconquist Babilonia, libera a los esclavos y les reconoce derechos.7

    Como tal, la referencia de los derechos fundamentales es ms reciente y laencontramos en instrumentos como la Declaracin de Independencia de los Estados Unidos de 1776, la Declaracin de los Derechos del Hombre y el Ciu-dadano de 1789 y de manera ms slida y contundente en el constitucionalismo alemn, en los llamados Grundrechte como derechos humanos con fuerza de ley constitucional.8 Con los elementos antes sealados es posible apreciar una referencia breve de la evolucin conceptual e histrica de los derechos funda-mentales que impactan en la normativa que regula los derechos y obligaciones de las personas.

    El profesor Fernando Toller9 destaca algunos elementos a considerar en la estructura de los derechos fundamentales, como son: el mbito jurdico del ejer-cicio del derecho, el ejercicio legtimo, el mbito formal y la esfera de funciona-miento razonable del derecho.

    4 Hugo Sal Ramrez Garca y Pedro de Jess Pallares Yabur, Derechos humanos. Mxico, Oxford, 2011, p. 26.

    5 Para el caso mexicano, a partir de la reforma constitucional de junio de 2011 se denomina el cap-tulo I De los Derechos Humanos y sus Garantas que comprende 29 artculos, de los cuales el artculo 1o. hace un reconocimiento expreso de los derechos humanos establecidos en la propia Constitucin y en los tratados internacionales, en concordancia con el artculo 133, el cual seala que todos los tratados celebrados y que se celebren por el Presidente de la Repblica, con aprobacin del Senado, sern la Ley Suprema de toda la Unin.

    6 Joaqun Herrera Fl ores, Los derechos humanos como productos culturales. Crtica d el h umanismo abstracto. Madrid, Los libros de la Catarata, 2005, p. 36.

    7 Organizacin de los Estados Americanos, Historia de los derechos humanos, consultado el 7 de noviembre de 2016, disponible en: http://www.oas.org/es/sedi/ddse/documentos/CapacidadJuridica/ Modulo1/DerechosHumanos/DH2.pdf

    8 Para mayor referencia ver: Antonio Osuna Fernndez-Largo, Teora de los derechos humanos. Conocer para practicar, Salamanca, Espaa, San Esteban, 2001, pp. 254.

    9 Fernando Toller, Universidad Pa namericana, ctedra universitaria, apuntes de Carla Roel de H off-man, Doctorado en Derecho, Mxico, junio de 2015.

    http://www.oas.org/es/sedi/ddse/documentos/CapacidadJuridica
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    *Diagrama basado en la ctedra del doctor Fernando Toller, Universidad Panamericana, Mxico, junio de 2016.

    Debido a la diversidad de factores que influyen en un contexto especfico es necesario realizar una adecuacin al caso concreto que se atiende, consideran-do los elementos antes sealados.

    2. Identificando falsos derechos humanos

    Una vez realizada la distincin entre derechos humanos y derechos fundamen-tales, resaltando el componente de razonabilidad de stos, en tanto componen-te indispensable en su formulacin, es prudente destacar que existen falsos derechos humanos que no cumplen con el presupuesto de razonabilidad10 ne-cesario para poder destacarse como verdaderos.

    En este sentido, los verdaderos derechos no slo son el resultado de un pro-ceso legislativo que los valide, sino que atienden a un estndar de validacin ms riguroso que supera la exigencia social o el inters de grupos de poder que promueven su creacin.

    Es necesario advertir que la formulacin de falsos derechos humanos, jur-dicamente irracionales, acarrea consecuencias jurdicas derivadas de la colisin con otros derechos de naturaleza racional.

    Como tal, los derechos econmicos, sociales y culturales cuentan con reco-nocimiento internacional, a travs del Pacto Internacional aprobado, mediante la resolucin 2200 A (XXI), del 16 de diciembre de 1966, por la Asamblea Gene-ral de la Organizacin de las Naciones Unidas, as como por la Conferencia

    10 Al respecto es necesario no confundir la razonabilidad con la expresin racionalidad, ya que esta ltima tiende a ser empleada en contextos en los que se dota a la razn de un contenido ideolgico es decir, se la vincula a una concepcin, visin o ideologa determinada del mundo, de un rea del conoci-miento o un aspecto de ella. As tenemos: racionalidad econmica utilitaria, racionalidad histrica mar-xista, racionalidad jurdica con arreglo a valores, racionalidad jurdica instrumental. Para ms informacin se puede consultar: Humberto Luis Cuno Cruz, Razn, racionalidad y razonabilidad: qu los identifica y diferencia?. Revista do Tribunal Regional do Trabalho da 3 Regio, Belo Horizonte, vol. 51, nm. 81, enero-junio de 2010, pp. 205-218.

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    Mundial de Derechos Humanos, celebrada en Viena en 1993, en la que se re-conoci su universalidad, indivisibilidad, interdependencia e interrelacin.

    A pesar del reconocimiento internacional que de manera representativa rea-lizan los pases del mundo que participan del sistema internacional de proteccin de derechos humanos, persisten algunas dudas acerca de su compatibilidad entre naciones, ya que no sern interpretados y aplicados en pases europeos y asiticos. De igual manera es difcil determinar su progreso y desarrollo al mo-mento de promoverlos, a fin de evaluar y monitorear los avances obtenidos.

    Existen posturas como la que promueve Isabel Trujillo al identificar los dere-chos econmicos, sociales y culturales como falsos derechos o derechos de papel con los derechos sociales y los distingue de los verdaderos derechos, identificados con las normas que regulan las libertades, las cuales son autoeje-cutables. Para el caso de los derechos sociales, tal como los derechos morales, que no son justiciables en la mayora de los casos, ser incierta su ejecucin y depender de factores externos, relacionados con la actividad del rgano esta-tal para su cumplimiento, mientras que las normas que regulan libertades que aparentemente no requieren nada para su ejecucin.11

    Al caso concreto, la Constitucin establece el derecho a la vivienda en los siguientes trminos: Toda familia tiene derecho a disfrutar de vivienda digna y decorosa. La Ley establecer los instrumentos y apoyos necesarios a fin de al-canzar tal objetivo.12

    Si bien la Constitucin no establece de manera textual el otorgamiento de vivienda a todo aquel que lo solicita, reenva a la legislacin derivada o regla-mentaria para alcanzar tal objetivo, sin embargo, en la prctica resulta com-plejo, ya que su acceso depende del cumplimiento de otros requisitos.

    Para el caso de garantizar las libertades de trnsito e informativas, no habr mayor actividad que reconocerlas y garantizarlas a travs de su respeto y pro-teccin. Esta situacin libera al Estado de actuaciones interminables, respecto de la actividad que podra derivar de un derecho irracional.

    Es necesario apuntar que no se puede tener un derecho y no tenerlo al mis-mo tiempo y bajo las mismas circunstancias.13 Atendiendo al principio de no contradiccin, el entramado jurdico debe ser armnico y funcional, respetando los lmites y excepciones planteados por cada libertad o derecho.

    Existen ms ejemplos de falsos derechos que llevan nombres poco precisos o inadecuados como es el caso del derecho a decidir, el cual de acuerdo con Martn Ortega Carceln esconde una maniobra retrica inteligente que preten-de trasladar el debate desde el concepto resbaladizo de nacin hacia el terreno ms seguro de la democracia.14

    11 Isabel Trujillo, Derechos y falsos derechos: derechos razonables y no razonables, Persona y De-recho. Revista de Fundamentacin de las Instituciones Jurdicas de Derechos Humanos. Pamplona, nm. 52, pp. 226-227.

    12 Artculo 4o. Constitucin Poltica de los Estados Unidos Mexicanos, ltima reforma publicada en el Diario Oficial de la Federacin el 15 de agosto de 2016.

    13 F. Toller, Universidad Panamericana, ctedra universitaria, apuntes de Carla Roel de Hoffman, Doctorado en Derecho, Mxico, junio de 2015.

    14 Martn Ortega Carceln, El derecho a decidir no existe, El Pas, 16 de octubre de 2014, disponible en: http://elpais.com/elpais/2014/10/10/opinion/1412946101_991126.html

    http://elpais.com/elpais/2014/10/10/opinion/1412946101_991126.htmlhttp:democracia.14http:circunstancias.13http:objetivo.12http:ejecucin.11
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    taEste derecho a decidir, coloca en un plano superior el derecho de la madre a

    decidir si le practican aborto, aunque legalmente no se establezca dicho con-cepto en la ley para calificar el acto.

    Concretamente, en la declaracin para el reconocimiento de la competencia contenciosa de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, se menciona que: [] no con stituye o bligacin de a doptar o ma ntener en vigor legislacin que proteja la vida a partir del momento de la concepcin, ya que esta materia per-tenece al dominio reservado de los Estados.15

    En este sentido y atendiendo a la regulacin que se hace por parte de las entidades a la proteccin a la vida, la Ciudad de Mxico por ejemplo, regula en la Ley de Salud del Distrito Federal la interrupcin legal d el emb arazo de fo rma gratuita y en condiciones de calidad, en los supuestos permitidos en el Cdigo Penal para el Distrito Federal, cuando la mujer interesada as lo solicite.16 Al respecto el artculo 144 del Cdigo Penal para el Distrito Federal establece que el aborto es la interrupcin del embarazo despus de la duodcima semana de gestacin,17 estableciendo el plazo a partir del cual ser punible la norma, antes del cumplimiento del plazo la norma permite acudir a las instituciones pblicas de salud del gobierno para proceder al aborto, o en su caso podrn optar por algn otro servicio de salud privado.

    Al respecto, tal como lo tutela la Convencin Americana sobre Derechos Huma-nos18 en su artculo 4, Toda persona tiene derecho a que se respete su vida y este derecho es comprendido desde de la concepcin. En este mismo sentido se pronuncia la Corte Interamericana de Derechos Humanos en el Caso Artavia Murillo y otros vs. Costa Rica,19 tomando como referencia instrumentos interna-cionales y dictmenes mdicos.

    15 Declaracin para el Reconocimiento de la Competencia Contenciosa de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, firmada el 16 de diciembre de 1998.

    16 Artculo 58 de la Ley de Salud del Distrito Federal, publicada en la Gaceta Oficial del Distrito Fede-ral el 17 de septiembre de 2009.

    17 Cdigo Penal para el Distrito Federal, ltima reforma publicada en la Gaceta Oficial del Distrito Federal el 16 de junio de 2016.

    18 Convencin Americana sobre Derechos Humanos, San Jos, Costa Rica del 7 al 22 de noviembre de 1969.

    19 Corte Interamericana de Derechos Humanos, Caso Artavia Murillo y otros (Fecundacin in vitro) vs. Costa Rica, Excepciones preliminares, fondo, reparaciones y costas, sentencia de 28 de noviembre de 2012, serie C, No. 257.

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    Adems de las modificaciones legales que establecen excepciones y por tanto vulneraciones a verdaderos derechos humanos, existen tambin iniciati-vas que promueven la creacin de nuevos der