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Scipta Ethnológica CONICET. Centro Argentino de Etnología Americana [email protected] ISSN: 0325-6669 ARGENTINA 2003 Constanza Ceruti CERRO ILANCO: SACRALIDAD DEL ESPACIO EN UN SANTUARIO DE ALTA MONTAÑA INCA Scripta Ethnologica, año/vol. XXV, número 025 CONICET Buenos Aires, Argentina pp. 69-82

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Scipta Ethnológica CONICET. Centro Argentino de Etnología Americana

[email protected]

ISSN: 0325-6669

ARGENTINA

2003 Constanza Ceruti

CERRO ILANCO: SACRALIDAD DEL ESPACIO EN UN SANTUARIO DE ALTA MONTAÑA INCA Scripta Ethnologica, año/vol. XXV, número 025

CONICET Buenos Aires, Argentina

pp. 69-82

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SCRIPTA ETHNOLOGICA, Vol. XXV, Bs. As., pp. 69-82

Introducción

A lo largo de la Historia, las sociedadeshumanas han levantado sus ojos hacia lasmontañas, encontrando en ellas unsignificante material de lo Sagrado. Los pi-cos y nevados exhiben en su propia natura-leza aspectos que resultan atrayentes o fas-cinantes, contrapuestos a atributos peligro-sos o tremendos, que contribuyen a poner demanifiesto su carácter numinoso (Otto,1998). Las montañas, con su majestad y be-lleza, fascinan a quienes las observan, lle-nando de una particular exaltación a los quelas escalan hasta la cima. Al mismo tiempo,no pueden dejar de ser temidas por los con-siderables peligros que ofrecen las tormen-tas de nieve, los vientos huracanados o laserupciones volcánicas. Su ambivalente cua-lidad las vuelve sagradas, convirtiéndolas en

objeto de profunda adoración.Hace cinco siglos, los Incas fueron el pri-

mer grupo humano en atreverse a escalar lascumbres más altas de la cordillera de losAndes, enfrentando los rigores extremos delentorno de alta montaña y trasponiendo labarrera psicológica del temor a las colosalescimas, que hasta entonces habían sido ado-radas por los pueblos andinos desde pruden-te distancia (Reinhard, 1983). Su hazaña nologró ser repetida sino hasta medio mileniodespués, con el desarrollo del modernomontañismo.

Si bien las montañas han sido y siguensiendo universalmente veneradas, el fenó-meno incaico de sacralización del paisajemontañoso mediante santuarios construidosen las cumbres más altas de los Andes esúnico en el mundo. No existen santuarios dealtura en los Himalayas, donde las montañas

* Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas. Instituto de Investigaciones de Alta Montaña - UniversidadCatólica de Salta (Argentina). [email protected]

CERRO ILANCO: SACRALIDAD DEL ESPACIO EN UN SANTUARIO DE ALTAMONTAÑA INCA

Constanza Ceruti*

Summary: Summary: In this paper, the author explores the cultural appropriation performed by theIncas in the top of the mountain Ilanco, a peak of 5.600 meters, located in Northwest Argentina. Firstly,she characterizes the orographic and toponimic features, and describes the settlement and the architectureof the ceremonial site, which was discovered in one of the tops of the Ilanco. Secondly, she analyses themountain topography particularities, and the building strategies of the sanctuary, taking into accountlandscape constraints, which are interpreted in the context of social uses and the symbolism of sacredspaces of the tops. The historical chronicle and the Andean ethnographic data add information to theanalysis of pre-Hispanic evidence at the top of Ilaco Mountain, by expanding on the comprehension ofthe spaces become sacred for ceremonial endings in Inca civilization.

Key words: sanctuary, mountain, inca.

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sagradas son veneradas por circunvalación,quedando la ascensión ritualmente prohibi-da (Bernbaum, 1990:7-13). En mesoamérica,los adoratorios de alta montaña correspon-dientes al Período Posclásico se encuentranemplazados en alturas más modestas, sobrelas laderas de los volcanes mexicanos y ex-cepcionalmente en las cimas (MonteroGarcía, 2001).

Los santuarios incaicos en los picosandinos de mayor jerarquía, no sólo fuerondotados de arquitectura ceremonial sino quetambién fueron consagrados como escena-rios de sacrificios humanos y como depósi-tos de ofrendas suntuarias de estilo imperialcuzqueño. La perdurabilidad de las construc-ciones y la conservación de los materialesorgánicos (incluyendo los cuerpos humanosmomificados por congelamiento) permiteninscribir al fenómeno de los adoratorios Incade alta montaña como uno de los más nota-bles ejemplos de apropiación física del es-pacio numinoso de las cumbres.

Desde las sierras centrales peruanas hastala cordillera chilena, los santuarios de alturaincaicos coronaron volcanes y nevados, con-tribuyendo a la sacralización de la geografíade los Andes. En este trabajo se abordan as-pectos orográficos, toponímicos, arqueoló-gicos y simbólicos de un santuario de alturadescubierto en el Noroeste de Argentina, enuna montaña comprendida dentro del terri-torio que antiguamente conformaba la pro-vincia meridional del imperio Inca, elCollasuyu.

Orografía y toponimia de la montaña

El cerro Ilanco pertenece al sistemaorográfico de la cordillera occidental,

situándose a 26° 02� Latitud Sur y a 67° 10�Longitud Oeste, en un paisaje volcánicorodeado de sierras y nevados de regularaltura, característico de la Puna salada andina.

La cartografía oficial, en la que el macizoaparece denominado como Cerro Coloradoo Ilanco, le atribuye una altitud máxima de5.478 metros sobre el nivel del mar (segúncarta topográfica a escala 1:250.000 delInstituto Geográfico Militar). Sin embargo,lecturas de posicionador satelital y dealtímetro barométrico le asignan una altitudcercana a los 5.600 m.

La máxima altura no aparece registradaen la cartografía, ocupando el sector norestedel sistema y quedando separada del restodel macizo por una extensa y sinuosasuperficie precumbrera. Conecta la cimaprincipal con la base de la montaña un filorocoso que desciende directamente hacia elOeste, dando origen a dos quebradas casiparalelas. Una de ellas recibe el nombre deQuebrada Seca, en tanto que por la otradiscurren las aguas de deshielo que alimentanal Río Ilanco, que desemboca tras breverecorrido en una laguna vecina. En el centrodel macizo se yergue una cumbre abrupta deforma cónica, separada de la cumbremeridional por un profundo portezuelo.

La cumbre principal se levanta casi 5.600m; es de forma cuspidal ahusada y seencuentra parcialmente separada de lasrestantes cimas por una extensa área deprecumbres onduladas. La cima central, quees la segunda en altura del macizo, es deforma piramidal, abrupta y con una superficiede tamaño muy reducido. La cumbresudoeste, de aproximadamente 5.480 m,adquiere un perfil amesetado por susuperficie particularmente llana y extensa. Eltránsito entre las cumbres no resulta sencillo,

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debido a los profundos portezuelos y a laempinada pendiente de los filos que estánconstituidos por acarreo fino y bloquesrocosos sueltos. Predomina en el macizo unacoloración homogénea, de tonalidadamarillenta con tintes rojizos.

Toponimia

El nombre Ilanco parece ser un topónimode raíz aymara formado por la unión de dosvoces. El término �Ila� connota inmediatez,al ser empleado en expresiones tales como�Ila, vel Ilaqui� (= luego, al momento) oIlaquitha (= darse prisa) (Bertonio, 1984[1612]:172). Más probable resulta, en elcontexto de la sacralidad de la montañaandina, que el primer vocablo de su topónimohaya sido originalmente �Illa�, término queen lengua quechua y en aymara remite a labrillantez, tanto en el rayo (= Illapu); comoen aquello que se atesora o guarda,particularmente metales o joyas (= Illa)(Bertonio, 1984 [1612]:173).

En lo que respecta al término �Anco�, elmismo parece remitir a varios núcleos designificado alternativos. Escritotextualmente, �Anco� se aplicaría a un �niñotierno o uno de pocas fuerzas�, en tanto queen la expresión �Anco yahua�, serviría porel contrario, para caracterizar a algo fuerte(Bertonio, 1984 [1612]:20). Por otra parte,el término �Hanko� remite a significadosrelacionados con lo �blanco� y lo �fértil�,como en el caso de �hankoña� (= blancura)o en �hanko yapu� (= tierra fértil) (Bertonio,1984 [1612]:118). Asimismo, �hanko� seemplea para caracterizar estados de cojera odificultad en la marcha (Bertonio, 1984[1612]:119). Por último, un término

semejante, �Haqhue�, se emplea paracaracterizar a peñas grandes y pocoaccesibles (Bertonio, 1984 [1612]:359).

Frente al amplio espectro de acepciones ysignificados atribuibles al nombre de estamontaña, nos inclinamos porque el topónimo�Ilanco� haya sido construido sobre la basede los vocablos �Illa� (= brillante) y �Hanko�(= blanco), en referencia a la apariencia delcerro cuando se presenta ocasionalmentecubierto de nieve. En tanto que el predominiode las tonalidades rojizas en las laderas de lamontaña cuando carece de cobertura nival,daría cuenta del topónimo español, �CerroColorado�.

Ascensión

Al momento de efectuarse la ascensión alcerro Ilanco no se conocía ningún tipo deantecedentes acerca de la ocupación ritualprehispánica de las cimas. Las referencias delugareños que manifestaban haber ascendidoen reiteradas oportunidades a la cimaprincipal, negaban la existencia de vestigiosde prácticas ceremoniales antiguas, los cualessí habían sido identificados en otras montañasde la región (Sr. Aníbal Vázquez,comunicación personal).

Siguiendo una huella de baja visibilidadque se abre camino por un accidentadopaisaje de ignimbritas volcánicas, se llega envehículo a la base occidental del cerro Ilanco,situada en una cota altitudinal cercana a los4.400 m. El punto de partida de la rutamoderna de ascensión ha sido señalado conuna apacheta de piedras, la cual esta dotadade una abertura o �pacha� en la que, encompañía de los escaladores locales,procedimos a depositar nuestras ofrendas de

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hojas de coca y caramelos, solicitandopermiso para la ascensión.

La marcha se inició a las 6:00 a.m,descendiendo inicialmente hacia el cauce delRío Ilanco, para luego comenzar a remontarla angosta quebrada por la que discurre, hastaalcanzar las faldas del macizo. La rutacontinúa siempre bordeando el arroyo hastasus nacientes, atravesando un paisajemorrénico que evidencia procesos de intensaerosión glaciaria.

Las nacientes del río Ilanco se encuentranen el fondo de un angosto anfiteatro glaciario,alimentado por el deshielo de las nieves semi-permanentes de la cima principal de lamontaña. Desde allí, superando la empinadaladera que cierra el anfiteatro por el Noroeste,se sale al abrupto filo que conducedirectamente a la cima principal. Si se procuraabandonar el anfiteatro siguiendo una abruptaquebrada que asciende hacia el sudeste, sealcanza un punto de la precumbre desde elcual es posible ascender tanto a la cimaprincipal como a las cimas central ymeridional del sistema del Ilanco.

El anfiteatro fue alcanzado alrededor delas 9:00 a.m., encontrándose las laderas altasy la cumbre del macizo completamentecubiertos por la nieve acumulada durante unabreve tormenta caída la tarde anterior. El hieloformado sobre la abrupta pendiente noroestepor las bajas temperaturas nocturnas obligóa los miembros del equipo a calzargrampones y a ascender el tramo efectuandozigzags. Una vez alcanzado el filo cumbrero,fue posible continuar ascendiendo por lanieve blanda sin la ayuda de elementos deescalada técnica.

La ahusada cima principal del Ilanco fuehollada a las 11:00 a.m. y en ella sepermaneció hasta la 1 p.m. Existe allí un libro

de cumbre, que fue oportunamente firmadopor todos los participantes, en el que hanquedado registradas la mayoría de lasascensiones recientes, que en número parecensuperar la veintena.

Posteriormente se inició el descenso haciael área de precumbres en el corazón delmacizo, adonde también se alcanzó unaelevación secundaria situada en el extremoeste de la montaña. Debido a limitaciones detiempo, no se exploró la cumbre central deforma piramidal, en la que los montañistaslocales refirieron la existencia de otro librode cumbre para registro de ascensionesdeportivas.

La cima sudeste fue alcanzada después delas 4:00 p.m. bajo condiciones atmosféricasfavorables, pero con un cielo con nubes quese aproximaban, trayendo la amenaza de unatormenta eléctrica. Allí se permaneció hastalas 6:00 p.m. relevando fotográficamente ymediante croquis, las evidenciasarquitectónicas prehispánicas queinesperadamente resultaron descubiertas endicha cumbre, pese a las contradictoriasafirmaciones de los montañistas locales. Setrata de una elevación que a diferencia de lasrestantes cimas del macizo, no recibeascensos deportivos frecuentes ni tampocoposee libro de cumbre en el que las escaladaspuedan ser registradas.

El descenso a la base del macizo demandócasi tres horas y se completó en plenaoscuridad nocturna, siguiendo la misma rutautilizada para la ascensión, a excepción delingreso hacia el angosto anfiteatro bajo la cimaprincipal, que se produjo por la quebrada quecomunica desde el área de precumbre. Al díasiguiente, se emprendió la larga jornada deregreso hacia la ciudad de Salta.

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Evidencias de sacralización del espacio delas cimas

En las alturas del Ilanco se identificó cla-ramente un sitio con arquitectura ceremonialprehispánica emplazado en la cima sudestedel macizo; en tanto que en la cima principalsolamente se registraron estructuras de bajavisibilidad y de dudosa factura humana. Tan-to la cima principal como la precumbre oes-te aportaron evidencias de ascensiones de-portivas recientes.

Santuario en la cima sudeste

La menor de las cimas del cerro Ilancose eleva a modo de meseta en el extremosudeste del macizo. Un portezuelorelativamente profundo la separa de la vecinacúspide central, presentando tramos deascensión difíciles, debido a la empinadapendiente de las laderas y a la presencia deafloramientos y de grandes bloques rocosossueltos, sobre un terreno de lajas inestables.

La explanada de la cumbre se extiende por150 metros en dirección a 240º y alcanza unos40 metros de amplitud. El sitio arqueológicoallí descubierto se encuentra ubicado, segúnlos datos obtenidos de la lectura deposicionador satelital, a 5.485 m.s.n.m. y a26° 03.571� Latitud Sur y 67° 11.299´Longitud Oeste. En el centro de la superficiellana y extensa, constituida por cascajorocoso de coloración rojiza y granulometríafina, fueron construidas más de cincoestructuras ceremoniales, tratándose de unrectángulo de muros simbólicos que ocupael lugar central, parcialmente rodeado porsendos círculos de piedras.

La estructura ceremonial de planta

rectangular mide aproximadamente 5,1 m. ensus lados mayores. Dichos lados mayores seorientan a 150º, extendiéndose 4,5 m. enforma paralela y tendiendo a cerrarse en losextremos, por lo que la planta no ofreceángulos rectos demasiado definidos. El ladomenor en el extremo sudeste mide 2,4 m. yse orienta a 240°. El lado opuesto mide 2,80m. y se orienta también a 240º. La estructurase halla delimitada con grandes lajas apiladasparcialmente y también amontonadas,formando muros dobles de aproximadamente60 cm. de ancho por 25 cm. de alto. Las lajasson de tamaño mediano a grande, con 60 cm.de largo por 35 cm. de ancho y 10 cm. dealto, en promedio. Debieron haber sidotransportadas desde los afloramientosrocosos en las laderas que conducen al sitio,puesto que no se encuentran naturalmentediseminadas en la superficie de la cima, laque como ya se ha dicho, tiene unaconstitución homogénea de cascajo rojizode granulometría muy fina. Dicho cascajo hasido empleado para rellenar el interior de laestructura, hasta una altura de 40 cm. sobreel nivel original del terreno.

En el extremo noroeste del rectángulo, seha formado una pequeña estructura anexa,de planta subcuandrangular, de 1,9 m. delado, con dos de sus muros orientados a 120º,que por su descuidada articulación podríaeventualmente ser el resultado de underrumbe del muro original del rectángulo.

A 2,65 m. de distancia del vértice sudoestedel rectángulo, en dirección a 170° Sur, seencuentra un círculo de piedras cuyodiámetro máximo alcanza 120 cm. A 10,9m. de distancia del vértice sudeste delrectángulo, en dirección a 120º, se ubica otrocírculo de piedras cuyo diámetro máximoalcanza 130 cm. En medio de ambos se

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alcanzó a apreciar una estructura de muy bajavisibilidad, que también podría haber sidooriginalmente un círculo.

Desde el mismo vértice del rectángulo, a8,5 m. de distancia en dirección a 60º, sedispone el primero de dos círculos casiadosados, con un diámetro parejo de 160 cm.A sólo 70 cm. en dirección a 310º se ubica elsegundo de los dos círculos, de diámetroidéntico al anterior, quedando a una distanciade 7 m. con respecto al vértice del rectángulo.Todos los círculos se levantanaproximadamente 15 cm. sobre el nivel delsuelo, formando un sencillo muro simple, decinco a diez lajas alineadas. Las lajasempleadas para delimitar los círculos son detamaño regular, midiendo 35 por 40 cm. detamaño cada una, en promedio.

En el interior del rectángulo, al igual queen el centro de dos de los círculos radiados,se observó la presencia de sendos bloquesde cuarzo blanco de aproximadamente 15 cm.de tamaño. Un bloque fue colocadocuidadosamente en el relleno interior de cadauna de las mencionadas estructuras,contribuyendo a atraer la atención sobre lasmismas por su notorio brillo y coloraciónblanquecina. Los bloques de cristal de cuarzodebieron ser transportados desde ciertadistancia, puesto que no se encuentran enestado natural sobre las laderas de lamontaña.

Cumbre principal

La cumbre principal mide aproximada-mente 90 metros de extensión en dirección a120º, alcanzando unos 20 metros de ampli-tud. Ofrece una superficie llana y fácilmentetransitable, constituida por bloques rocosos

de tamaños pequeño a mediano y de colora-ción rojiza. Las coordenadas del sitio, segúnlectura de posicionador satelital, son 5.591m. de altitud, 26° 02.600´ de Latitud Sur y67° 10.263´ de Longitud Oeste.

En el sector oriental de la cima se disponeuna estructura de planta cuadrangular deli-mitada por piedras, de muy baja visibilidad.A 3,4 m. de distancia del vértice sur delcuadrángulo, en dirección a 315º, se disponeuna estructura pequeña, de piedras amonto-nadas, planta rectangular. A 22 metros dedistancia, en dirección a 300º, en el sectoroccidental de la cumbre, se yergue unaapacheta de origen reciente, junto a un pe-queño parapeto, también subactual.

El pequeño cuadrángulo mide 1,1 m. delado, con muros simples de 10 cm. de alto y25 cm. de ancho formados por grandes lajasplanas de 45 cm. de longitud por 20 cm. deancho, aproximadamente. Se trata de unaestructura de muy baja visibilidad y de du-dosa factura antrópica.

La estructura de piedras amontonadas, depequeño tamaño y planta rectangular, mide1,20 m. en sus lados mayores y entre 90 cm.y 1 m. en los menores alcanzando una alturade 17 cm. sobre el nivel del terreno. Losmuros tienen un ancho de 35 cm. pero sehayan desdibujados por los bloques de rocaamontonados en el interior de la estructura.Se trata de bloques medianos, de 25 por 20cm. de tamaño, procedentes de la cumbremisma y cuyo apilamiento es probablemen-te de origen reciente.

La apacheta moderna tiene planta cuadran-gular y mide 90 cm. de lado, alcanzando unaaltura de 30 cm, con dos de sus lados orien-tados a 100º con respecto al Norte. A 2,10m. de distancia en dirección Sur se levantaun pequeño parapeto de 1,5 m. de longitud y

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60 cm. de altura interna, formado por un murodoble de bloques rocosos medianos, de 40cm. de espesor, que los montañistas localesdicen haber levantado ellos mismos para pro-tegerse del viento. En las inmediaciones seencontró algo de basura y restos de comidastales como cáscaras de fruta. En el área in-terna protegida del viento se hallaba deposi-tado el libro de cumbre.

Precumbre Oeste

El emplazamiento ofrece una únicaestructura de bloques medianos y grandesprocedentes de la misma zona, apiladosformando una apacheta de 60 cm. de alto y90 cm. de base, con dos de sus ladosorientados a 120º. La apacheta custodiaba untestimonio de una ascensión andinísticaprotagonizada por montañistas locales variosaños atrás, por lo que cabe atribuirle unorigen subactual.

Consideraciones

El santuario descubierto en la cumbresudeste del cerro Ilanco constituye uno delos sitios ceremoniales prehispánicos másprístinos que se hayan conservado hasta elpresente. Las características de la arquitecturadel santuario, en particular la presencia deun rectángulo ceremonial asociado a círculosde piedras, permiten atribuir la construccióny utilización del sitio en la cima sudeste delIlanco al período de influencia incaica en elNoroeste Argentino, comprendido entre 1470y 1532 d.c. (Raffino, 1981).

En torno a las características orográ-ficas y toponímicas del cerro Ilanco

Muchos son los comentarios en las fuen-tes históricas referidos a la veneración de lasaltas montañas nevadas de los Andes dentrodel territorio ocupado por el imperio Inca.En las crónicas de Matienzo se enfatiza lagran altura de las montañas andinas comorequisito para ser consideradas sagradas yconvertidas en escenarios ceremoniales:

�Las que verdaderamente se dicen huaca,y por otro nombre vilca, son oráculos yadoratorios que comúnmente están en cerrosmuy altos� (Matienzo, 1967:129).

La perspectiva etnográfica revelacontinuidad en la creencia que el prestigioritual de las montañas aumenta en directaproporción a la altura de sus cimas (Polia,1999:159). En la cosmovisión andina actual,la altura de una montaña se relacionaproporcionalmente con el poder del espírituque en ella mora, en razón de la vastedad delpanorama que éste es capaz de abarcar desdela cima (Morote Best, 1956:302).

Ejemplos de escenarios ceremonialesde altura en montañas muy elevadas incluyenen primer término al santuario de la cima delvolcán Llullaillaco, ubicado a 6.715 m. yconsiderado el sitio ritual más alto del mundo(Reinhard y Ceruti, 1999), como así tambiéna los emplazamientos ceremoniales situadossobre la cota de los 6.000 m, en las laderasaltas del Monte Mercedario (Ceruti, 2002).

Al ser comparado con nevados queostentan santuarios en alturas mayores a6.000 metros sobre el nivel del mar, el cerroIlanco con sus 5.600 m. debería serconsiderado una montaña de alturaintermedia y, por lo tanto, objeto de formasde adoración menos importantes. Sin

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embargo, cabe tener en cuenta que el desnivelque ofrece con respecto a la planicie puneñacircundante supera los 2.000 metros, lo quele otorga una apariencia imponente.

En la elección específica de nevados queoriginan ríos, como es el caso del cerroIlanco, se deja ver la importancia queconservaba durante el Incanato, la creenciaen el rol de las montañas como distribuidorasdel agua fertilizadora de los campos. Elextirpador de idolatrías, Cristóbal deAlbornoz, refiere al respecto:

�Dioles (El Inca) muchos ganados y vasosde oro y plata, como fue en toda la cordilleraque mira al mar, en todo lo que conquistó,en especial a cerros de nieve y volcanes quemiran a el mar y que salen los ríos que rieganmuchas tierras� (Albornoz, 1967:20).

Por su parte, el cronista Ulloa Mogollónsostiene que adoraban a los cerros altos ynevados �...por algún beneficio que les vienede ellos, como es que la nieve que cae dealgunos de ellas riega algunas tierras o sefunda algún río� (Ulloa Mogollón, 1965:327).

El fraile Martín de Murúa también hacereferencia a la veneración a las �cordillerasnevadas y las sierras que tuviesen nieve�(Murúa, 1946:285). El Licenciado Polo deOndegardo sostiene que �la cordilleranevada era �reverenciada y adorada detodos los indios� (Polo de Ondegardo,1916:191), con lo cual expone unageneralización acerca del carácter universalde la adoración a las montañas con presenciade nieve o glaciares en el mundo andino.

A diferencia de otras montañassacralizadas por los Incas, el cerro Ilancocarece de glaciares permanentes; sin embar-go, se cubre frecuentemente de nieve adqui-riendo la majestuosa apariencia que la havalido su denominación aymara, relaciona-

da con la brillantez de su color blanco.En lo que respecta a la toponimia del cerro

Ilanco, cabe mencionar que la raíz del sufijo�Illa� forma parte de los topónimos Illampue Illimani, que caracterizan a dos de los picosmás elevados de la Cordillera Real boliviana.Se trata de montañas sagradas para lospueblos aymaras que llevan en susdesignaciones la impronta del nombre deldios incaico del trueno y el rayo (Albó,1992:96).

La divinidad Illapa era una de las tresprincipales deidades veneradas en tiemposde los Incas, siendo la más estrechamenterelacionada con los fenómenos atmosféricos(Polo de Ondegardo, 1916:6). Según algunosinvestigadores, el culto estatal incaico aIllapa seguía en importancia al de Inti, el diosSol, comprendiendo ofrendas y sacrificiosque se hacían desde lugares elevados(Reinhard, 1983:36).

Por su parte, según lo analizadoinicialmente, el término aymara �Anco�connota principalmente a la blancura, perotambién a la fertilidad, la inmovilidad y lafuerza, siendo todas ellas característicasnaturalmente asociables a las molesmontañosas andinas.

Contemplando la posibilidad de unaacepción ligeramente invertida, el vocablo�Anco� aparecería como �Acon� en losnombres de, al menos, tres montañassagradas de los confines meridionales delimperio Inca. Una de ellas es el Aconcagua(6.962 metros), máxima altura del continente,situada en la provincia de Mendoza, que nopresenta evidencias de utilizaciónprehispánica en su cima (Ceruti, 1999a), peroque fuera objeto del sacrificio y enterratoriode un infante en uno de sus contrafuertesmeridionales (Schobinger, 2000). Otra sería

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el macizo del Aconquija, situado en laprovincia de Tucumán, donde se yergue elcomplejo ceremonial del Pueblo Viejo(Hyslop y Schobinger, 1991) y a 5.400metros, el santuario de altura en la cima delcerro Tipillas (Ceruti, 1999a). En tercertérmino, aparecería formando parte delnombre de la serranía del Macón (5.609metros), en la provincia de Salta, en cuyacima principal fuera construido un santuariodotado de arquitectura ceremonial incaica(Ceruti, 1999b).

En síntesis, cabe la posibilidad de que enla toponimia del Ilanco hallan sidoconsiderados rasgos orográficos yatmosféricos asociados físicamente con elmacizo, tales como la blancura de lacobertura nival de las laderas o el reiteradoimpacto de rayos en las cimas. Tanto la nievecomo los arroyos a los que da origen y lalluvia que acompaña a las tormentaseléctricas, forman parte de procesos naturalesen los que la montaña aparece involucradacon la distribución del agua en el mundoandino. Los ecos simbólicos de dichaasociación se traducen en las creencias quevinculan a los espíritus de las montañassagradas, con la fertilidad del ganado y eléxito de las cosechas (Reinhard, 1983).

En torno al emplazamiento y la arqui-tectura del santuario incaico

En su mayoría, los adoratorios incaicosse encuentran ubicados en las partes másaltas de las montañas, aunque tratándosesiempre de emplazamientos accesibles sinmedios técnicos de escalada. Su localiza-ción, en la cumbre o precumbre de la monta-ña elegida, depende de la morfología, topo-

grafía y extensión en superficie del espaciodisponible para su emplazamiento. En tér-minos generales, cuando la cumbre es am-plia, plana y permanece libre de glaciares,es allí donde suele encontrarse construido elsantuario prehispánico. En cambio, cuandola cima es abrupta o de reducida extensión,las estrategias varían, optándose por aprove-char como escenario ceremonial a cumbressecundarias o áreas precumbreras más lla-nas y extensas (Ceruti, 1999a).

En el caso del Ilanco, la cima secundariaubicada al sudeste del macizo habría sidoelegida como emplazamiento ceremonial enrazón de su mayor superficie llana; así comopor su tendencia a permanecer libre de nieve,cuando ésta por su grado de congelamientoobstaculiza el acceso a la cumbre principal.Otros factores tales como la constitución delterreno �formado por cascajo degranulometría muy fina, diferente de losbloques de tamaño mediano que tapizan lacima principal� podrían haber sido tenidosen cuenta, en virtud de la penetrabilidad delsuelo para el entierro ritual de potencialesofrendas.

Pudieron haber existido también motivosde índole simbólico que dieran cuenta de lapreferencia por un emplazamiento situadohacia el Este, en razón de su mayorproximidad a la dirección de donde sale elsol. En una de las fuentes etnohistóricas mástempranas consta la descripción detallada deun escenario ceremonial dotado de unaplataforma aterrazada, en la que se desprendela importancia del punto cardinal Este en laselección del emplazamiento, además de sumorfología llana.

�En lo más alto de una sierra [...] a unaparte de este llano, hacia el nacimiento delsol, estaba un adoratorio de los señores,

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hecho de piedra, cercado con una pequeñamuralla, de donde salía un terrado no muygrandes de seis pies de ancho� (Cieza deLeón, 1984:330).

El espacio ceremonial en la cima sudestedel Ilanco habría sido planificado como unsantuario, en el que se habría generadointencionalmente un espacio para la acciónritual, reservado a los oficiantes y un área�profana� para el público asistente. Elrectángulo ceremonial habría contribuido acrear la segregación espacial necesaria paramantener la separación entre oficiantes yasistentes durante la ceremonia. Cabeimaginar que la potencial concurrenciacongregada en la cima o sus alrededoreshabría podido seguir con la vista, pero aprudente distancia, las actividades ritualesefectuadas por los oficiantes en el sectorsacralizado de la planta del santuario,emplazado en el punto de máxima altura yvisibilidad de la cumbre.

La asociación entre formas arquitectónicasde alta montaña tales como el rectánguloceremonial y el círculo de piedras ha sidofrecuentemente documentada en numerosossantuarios de altura de filiación incaica, entrelos que cabe hacer referencia al nevado deFamatina, de 6.097 metros, en la Provinciade La Rioja (Ceruti, 2001a) o el del cerroMorado de Iruya, a 5.130 m. en la Provinciade Salta (Ceruti, 1998). En la cima del volcánLlullaillaco se registraron cuatro círculosalineados sobre uno de los filos, así comouna plataforma de planta rectangular sobreel promontorio de máxima visibilidad, quelas excavaciones sistemáticas revelaroncontenía las tumbas de tres individuossacrificados y varios conjuntos de ofrendas(Reinhard y Ceruti, 1999). En este sentido,el santuario en la cima del Ilanco revela por

vez primera un patrón de disposición radiadade numerosos círculos en torno a unrectángulo ceremonial.

Las fuentes históricas brindan escasasdescripciones acerca de la arquitecturaceremonial de los santuarios de altura, debidoa las dificultades en el acceso a los sitios. Elcronista mestizo Blas Valera especifica queen los templos naturales, entre los queenumeraba a las cumbreras de montes, eracostumbre no hacer edificio alguno, sino tansólo un altar de piedra al que llamaban �osno�para los sacrificios (Anónimo, 1968:157).El ushnu o plataforma sobreelevada Incaestaba estrechamente relacionado con laimposición imperial del culto al sol. Lainstitución de sacrificios de niños durante lasceremonias de Capacocha tenía lugar a uncostado o en el ushnu mismo (Hyslop,1990:72), lo cual se pone de manifiesto alllevarse a cabo excavaciones arqueológicas,como en el caso de plataformas como la dela cumbre del volcán Llullaillaco (Reinhardy Ceruti, 1999).

Las piedras blancas de cuarzo constituyenun elemento de primordial importancia en elregistro de superficie del santuario de alturadel Ilanco, puesto que tres de ellas aparecenasociadas a la arquitectura, habiendo sidocolocadas en lugares altamente visibles en elinterior de dos de los círculos y del rectánguloceremonial. Piedras blancas y litos talladoshan sido frecuentemente documentados ensantuarios de altura incaicos, habiendo sidocaracterizados como elementos relacionadoscon la propiciación de la fertilidad (verBeorchia Nigris, 1985; Ceruti, 2001a y2001b). Las prácticas rituales etnográficas lessiguen asignando un papel importante, puestoque en las ofrendas a la Pachamama se buscauna piedra blanca de regular tamaño para

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plantar en la cabecera del pozo abierto en latierra, procurando que las libaciones yofrendas líquidas bañen el lito, reproduciendoa escala micro el flujo descendente de lasaguas por las vertientes de una montaña. Elcolor blanco de la piedra aludesimbólicamente a la nieve (CristinaBianchetti, comunicación personal,Noviembre de 2002).

Por último, cabe señalar que en elsantuario del cerro Ilanco no hay recintos niparapetos cuya ubicación, forma de planta yaltura de muros, indiquen una funciónrelacionada a la de protección contra factoresclimáticos. El parapeto en la cima principaldel macizo habría sido erigido para ofrecerresguardo contra los fuertes vientos,tratándose de una construcción modernaatribuible a los deportistas queocasionalmente ascienden la montaña.

Palabras finales

La ascensión a las alturas del Ilanco, en elnoroeste de Argentina, condujo a descubrirun prístino santuario incaico en la cumbresudeste del macizo, en excelente estado deconservación y de importante potencial parala realización de estudios arqueológicosfuturos. En el presente trabajo, la descripcióndel emplazamiento del santuario en unacumbre secundaria del macizo, así como elanálisis preliminar de su arquitectura derectángulos ceremoniales y estructurascirculares, ha permitido elaborar hipótesistentativas en torno a las estrategias deconstrucción y utilización de espaciossagrados en alta montaña durante los ritosefectuados en época Inca. Las característicasorográficas y toponímicas de la montaña han

sido evaluadas a la luz de las fuenteshistóricas y de los datos de la etnografía,poniéndose de manifiesto la importancia dela altitud, la presencia de nieve, el impactodel rayo y el origen de ríos como variablesfísicas relacionadas con los criterios andinospara la definición de una montaña sagrada.Montaña a la que se atribuye un papelsimbólico fundamental en la distribución delagua, que regula la fertilidad de los rebañosy la viabilidad de las cosechas, haciendoposible la vida humana en los Andes.

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ResumenEn este trabajo se aborda en forma preli-

minar la apropiación cultural que los Incasefectuaran del espacio en las alturas del ce-rro Ilanco, una montaña de 5.600 metros si-tuada en el Noroeste de Argentina. En pri-mer término se caracteriza al macizo en susaspectos orográficos y toponímicos, para lue-go centrar la descripción en el emplazamiento

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y la arquitectura del sitio ceremonial descu-bierto en una de las cimas del Ilanco duranteuna ascensión efectuada en compañía de lu-gareños. En el acápite correspondiente a lasconsideraciones, las particularidades de lamontaña y las estrategias de construcción delsantuario son analizadas en función de losconstreñimientos ofrecidos por el paisaje, einterpretadas en relación con los usos socia-les y simbolismo atribuidos al espacio sagra-do de las cumbres. Las fuentes históricas ydatos de la etnografía andina contribuyen alanálisis de la evidencia prehispánica en lasalturas del cerro Ilanco, ampliando la com-prensión de aspectos relativos a lasacralización de espacios naturales con fi-nes ceremoniales en la civilización Inca.