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CHARLES PEIRCE Y SUS SIGNOS Floyd Merrell [email protected] Purdue University, Indiana Quisiera ofrecer en este artículo un panorama del signo según Charles S. Peirce. Mi propósito no es gratuito, pues soy peirceanófilo hasta los huesos, y saussureanófobo desde que descubrí las ventajas del triadismo y el dialogismo peirceano sobre el binarismo saussureano. Ese es el núcleo de la diferencia principal entre Peirce y Ferdinand de Saussure: triadismo contra binarismo. Es la diferencia entre proceso y sistema, entre cambio vital y combinatoria mecánica, y entre el universo de todos los signos, sean lingüísticos o extralingüísticos, y la obsesión saussureana, estructuralista, y pos-estructuralista, por los signos exclusivamente lingüísticos. Vamos, entonces, al grano. EL SIGNO Y LAS CATEGORÍAS El signo peirceano es signo de proceso continuo, de flujo, de incesante cambio. Su naturaleza triádica le confiere esa característica. El signo se compone de un

Charles Peirce y Sus Signos

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CHARLES PEIRCE Y SUS SIGNOSFloyd [email protected] University, Indiana

Quisiera ofrecer en este artculo un panorama del signo segn Charles S. Peirce. Mi propsito no es gratuito, pues soy peirceanfilo hasta los huesos, y saussureanfobo desde que descubr las ventajas del triadismo y el dialogismo peirceano sobre el binarismo saussureano. Ese es el ncleo de la diferencia principal entre Peirce y Ferdinand de Saussure: triadismo contra binarismo. Es la diferencia entre proceso y sistema, entre cambio vital y combinatoria mecnica, y entre el universo de todos los signos, sean lingsticos o extralingsticos, y la obsesin saussureana, estructuralista, y pos-estructuralista, por los signos exclusivamente lingsticos. Vamos, entonces, al grano.

EL SIGNO Y LAS CATEGORASEl signo peirceano es signo de proceso continuo, de flujo, de incesante cambio. Su naturaleza tridica le confiere esa caracterstica. El signo se compone de un 'representamen' (lo que de ordinario denominaramos el 'signo'), un 'objeto semitico' (con el cual est interrelacionado el representamen), y un 'interpretante' (el significado o interpretacin del representamen a travs de su correlacin con el 'objeto semitico').La interrelacin entre el representamen y el objeto queda implcita, si e no hay un interpretante y una correlacin que corresponde al interpretante y al objeto establecido por la persona que lo est interpretando, el intrprete. La funcin del intrprete, en colaboracin con su respectivo interpretante, es precisamente la de demarcar, y hacer explcita hasta dnde sea posible, la correlacin entre representamen y objeto, lo que pone en marcha el proceso de la significacin del signo. La correlacin mediadora tiene que ser entonces netamente tridica (CP2.274, c.1902)1. Ntese que el modelo no tiene forma triangular. Es, ms bien, un trpode, de modo que el punto axial crea una interrelacin entre un componente y otro componente del signo de la misma manera en que se crea la misma interrelacin entre estos dos componentes y el tercer componente. Y as, se completa el signo tridico.La correlacin tridica consta de tres categoras que Peirce denomina Primeridad (Firstness), Segundidad (Secondness) y Terceridad (Thirdness). Peirce mismo concede que sus categoras son 'ideas tan generales que pueden considerarse como algo semejante a inclinaciones o tendencias hacia las cuales se dirigen los pensamientos' (CP1.356, c.1890). Las categoras fluyen por todos los rincones de la mente de Peirce, impregnando sus reflexiones sobre los signos. Estas categoras yacen detrs de todo pensamiento humano, y de hecho, detrs de todos los procesos del universo, tanto inorgnicos como orgnicos (CP1.354, c.1890).Resumo brevemente las categoras de la siguiente manera:1. Primeridad: el modo de significacin de lo que es tal como es, sin referencia a otra cosa.2. Segundidad: el modo de significacin de lo que es tal como es, con respecto a algo ms, pero sin referencia a un tercer elemento.3. Terceridad: el modo de significacin de lo que es tal como es, a medida que trae un Segundo y un Tercer elemento (por ejemplo, un representamen y un objeto semitico) y lo pone en correlacin con el Primero (abarca la mediacin, la sntesis de las categoras Primeridad y Segundidad) (CP8.328, 1904).Puede decirse que la Primeridad escualidad, la Segundidad esefecto, y la Terceridad esproducto, y que la Primeridad esposibilidad(un quizs 'pueda ser'), la Segundidad esactualidad(lo que 'es, aqu-ahora'), y la Terceridad esprobabilidadonecesidad(lo que debera ser, segn las circunstancias que existen 'aqu-ahora').La Primeridad de por s no es una cualidad concreta (como, por ejemplo, la sensacin del color y la forma de una manzana que quizs estuviramos percibiendo en este momento). No es ms que una mera posibilidad, sin partes definibles, sin antecedentes ni consecuencias. Es simplemente lo que es, sin que alguien sea plenamente consciente de la cualidad que es. Peirce se refiere a la Primeridad como pura libertad, espontaneidad, originalidad, la posibilidad de que acontezca algo nuevo. Es, por ejemplo, cuando en el instante en que alcanzo a percibir un libro azul sobre la mesa, lo que veo, an (todava) sin consciencia de lo que veo, es sencillamente una mancha de cierto color antes de que la haya clasificado como una forma rectangular de color azul, y sin que la haya denominado 'libro'. Es nada ms una cualidad, sin conexin con todo lo dems que hay a su alrededor. Es slo una posibilidad que, en algn momento futuro, quizs pueda formar parte de una clasificacin determinada de manera que entre en interrelacin semitica con otros signos posibles.La Segundidad trata precisamente de algo actualizado. Ese algo existe 'aqu', en 'este' momento. Es una singularidad, una particularidad. Es lo que tuvimos delante de nosotros como Primeridad, sin que (todava) hubiramos sido plenamente conscientes de ello. Pero ahora s. Ya nos dimos cuenta ms o menos de lo que esa singularidad es, como Segundidad, y nos enfrentamos con el hecho de lo que es, queramos o no. Es para nosotros un mero 'hecho bruto', como parte de nuestro mundo fsico, o es una imaginacin o un pensamiento en la mente. A esta altura de nuestra consciencia, sabemos que la singularidad es algo aparte de nosotros. Es algnotro, sin que (todava) lo hayamos podido clasificar o describir. Es decir, como pura Segundidad, queda fuera de la conceptualizacin, que pertenece propiamente a la Terceridad. En otras palabras, la Segundidad es laotredaden el sentido ms primitivo de la palabra. Goza de autonoma respecto a nosotros; es un pleno producto del mundo fsico o del mundo mental. Si la Primeridad es afirmacin, la Segundidad es negacin en el sentido de que implica la existencia de algn 'otro'.La Terceridad se define a travs de un conjunto de tres trminos: (1) mediacin, (2) transformacin, y (3) evolucin o crecimiento vital. En el acto de mediacin, dos entidades se interrelacionan por medio de una tercera entidad mediadora. Por ejemplo, un signo de interrelacionalidad, media entre un objeto al que est entretejido y un interpretante, e incorpora tambin a quien est interpretando el signo: todos quedan ntimamente entrelazados en un abrazo lquido que fluye por el ro de lasemiosis. Como vimos en la Figura 1, el signo es un eje de interseccin interdependiente y interrelacionado que entra en interaccin con el organismo que lo interpreta, de modo que todos, incluso el mismo organismo, componen un signo complejo. La Terceridad lleva a cabo una transformacin en tanto que su funcin es la de traducir (interpretar) una entidad semitica en otra.Por lo tanto, la Terceridad marca el desarrollo vital de los signos. Es un proceso creador por medio del cual el caos se hace orden, y la confusin se hace claridad (CP6.97, 1903; 6.298, 1891). Es el proceso de lasemiosis, la produccin de interpretantes que engendran otros signos que a su vez engendran otros interpretantes,ad infinitum. En cuanto al aspecto temporal de lasemiosis, el presente -huidizo, efmero, esquivo- del que el intrprete de un signo (todava) no tiene consciencia plena, es propio de la Primeridad; el pasado, que ya es un hecho permanente y esttico -aunque accesible a mltiples interpretaciones- es propio de la Segundidad; y la futuridad, foco de esperanzas, deseos, anticipacin, y hbito, es de la Terceridad.Prosigamos, pues, con una consideracin de la triada bsica de los signos peirceanos.

CONOS, NDICES Y SMBOLOSLosconosson sobre todo de la categora Primera. Brevemente, (1) un cono es un signo que se exhibe en lugar de su objeto en virtud de alguna semejanza entre este signo y su objeto, (2) los conos manifiestan la posibilidad de revelar la estructura, funcin, y/o interrelaciones inherentes en sus respectivos objetos, (3) no hay conos puros en la mente consciente, sin cualidades que no estn (todava) incorporadas en alguna interrelacin dentro de algn contexto, y (4) para que un cono sea signo, la semejanza debe existir como una idea o imagen en la mente de algn intrprete. Un cono representa su objeto en virtud de las caractersticas que posee, exista o no alguna interrelacin con su 'objeto semitico' (CP2.247, 1903). Figuras, diagramas y mapas son conos tpicos.A diferencia del cono, elndicegoza de interrelacin con algn objeto semitico en virtud de una conexin natural que existe entre los dos (CP2.248, 1903). Y el smbolo est interrelacionado con su respectivo 'objeto semitico' por medio de una convencin social que requiere una interpretacin en cuanto a su papel como signo general (signo que tiene implicaciones para toda una clase de signos del mismo tipo) (CP2.249, 1903). Los ndices son ms bien signos de Segundidad. Ellos (1) se definen como signos en interrelacin existencial (fsica, natural, o intencional si el signo es imaginario) con su objeto, (2) esta interrelacin le dota al signo de la capacidad para llamar la atencin sobre la existencia del objeto de alguna forma u otra, y (3) una vez que el objeto de la significacin cumpla con su funcin de llamar la atencin, entonces se le puede dar un valor (nombre), lo que es un paso esencial para que se reemplace al ndice con un smbolo. Un ndice es por tanto un signo cuyo carcter representativo consiste en su condicin de Segundidad. Por ejemplo, un termmetro es un ndice en el sentido de que indica -lo que es la funcin indexical- el nivel de calor en el ambiente. Seala a otra cosa distinta de s mismo, y por lo tanto no es una entidad auto-contenida y auto-suficiente, como el cono. Adems, ya que la interrelacin entre el termmetro como ndice y su otro, el aire, es una interrelacin natural o fsica, existe en contradistincin a la interrelacin de semejanza que existe entre un cono y su otro.Un signo indexical existe en espera de un intrprete y un interpretante, que pueden emerger en el momento en que se establezca alguna interrelacin causal o natural, gracias a alguna mente (intrprete). Entonces el signo sale a la luz como si hubiera tambin obligado al intrprete a fijarse en cierta conexin y no en otras. En las palabras de Peirce, el ndice es 'como un pronombre demostrativo o relativo, que forzosamente dirige la atencin hacia un objeto particular sin que se describa' (CP1.369, c.1885). De este modo, cualquier cosa 'que enfoque la atencin hacia algo es un ndice' (CP2.285, 1893). Al hacer hincapi en la funcin del ndice, trasladamos el punto de enfoque de la atencin desde el signo como posibilidad (Primeridad), la mera sensacin de algo sin que haya consciencia de alguna propiedad de este algo, hacia el signo como actualidad (Segundidad), ya que el intrprete ha alcanzado la consciencia del signo como algo con ciertos atributos especficos.En contraste con los conos e ndices, los smbolos tienen interrelaciones con sus objetos principalmente en virtud de hbitos o convenciones sociales: un smbolo 'es una regularidad del futuro indefinido' (CP2.293, 1903). De esta manera, un smbolo (1) es un signo cuya aptitud para representar su objeto depende de un hbito mental, no de alguna cualidad que se encuentre en el signo mismo o de una interrelacin necesaria o fsica con el objeto, (2) es general, ya que se aplica a un nmero indefinido de casos en cuanto a signos contextualizados y los objetos con los que se interrelacionan, (3) Obtiene significacin por medio de una mente que debe realizar una asociacin entre un cono (posibilidad de significar, cualidad, Primeridad), junto con un elemento indexical (de actualizacin, relacin binaria entre signo o mente y otra entidad, Segundidad), y por fin, repito, (4) es un mediador, por excelencia, caracterstica indispensable del proceso semitico.El ejemplo mximo de un smbolo es un signo de una lengua natural o artificial. Elmundode por s, como signo de pura posibilidad, es un cono. La palabra 'mundo' como algo que indica el mundo, tiene funcin indexical. Pero la palabra no es mero ndice como en el caso del termmetro. El termmetro tiene interrelacin con suotro, el aire, exista un intrprete o no. En cambio, 'mundo' no tiene ninguna interrelacin con nada aparte de una convencin social y lingstica en base a la lengua espaola segn la cual la palabra 'mundo' goza de alguna referencia con la entidadmundo. Y, a base de la interrelacin entre la palabra 'mundo' y la entidadmundo, emerge la funcin mediadora del smbolo, que ofrece el significado de la palabra.De esta manera, el smbolo pertenece principalmente a la Terceridad. De hecho, el smbolo la considera como su propio dominio, ya que est tan acostumbrado a las vas que conducen hacia ella. Una Terceridad, es decir, un smbolo, es el nombre o la descripcin que se interrelaciona con su objeto por medio de 'una asociacin de ideas o conexiones habituales [acostumbradas] entre el nombre [signo simblico] y lo que significa' (CP1.369, c.1885). No hay necesariamente ningn vnculo natural o existencial respecto al smbolo que le da legitimacin para funcionar como signo significando el objeto que en particular significa. La interrelacin bien puede ser en principio puramente arbitraria, y ya que sigue la corriente de las convenciones sociales, el signo se une con su objeto por un acto mental, acto ya habitualizado por alguna convencin. De esta manera, el smbolo, como portero ms apropiado de la Terceridad, pasa de signo arbitrario a signo necesario dentro de un contexto cultural determinado.Debido a la participacin central de la mente en el proceso semitico que conduce al engendramiento de los smbolos, ellos tienen la potencialidad de constituir, segn Peirce, la clase de signos ms 'genuinos', porque son los signos ms 'acabados'. Es por eso que los smbolos crean interrelaciones tridicas por excelencia. Los conos se definen por lacualidad, los ndices por laindividualidad, y los smbolos sobre todo por lamediacin. El engendramiento de smbolos por habitualizacin es muy diferente de la generacin de signos de Segundidad. Aqullos exigen la colaboracin activa del intrprete mientras stos pueden ser producto de la existencia bruta del mundo fsico.Es preciso distinguir, adems, entre smbolos e ndices en cuanto a sus ejemplificaciones como 'tipos' (types) y sus 'muestras' (tokens) como individuos. Aquellos tienen su encarnacin como smbolos, y stas como rplicas individuales que pueden acercarse, en mayor o menor grado, al tipo de simbolismo ms cabal. Peirce escribe, a este respecto, que podemos referirnos a la palabra 'hombre', sea escrita o enunciada, y como tal 'es slo una rplica, o un caso de una palabra enunciada o escrita. La palabra misma [como tipo] no tiene existencia, aunque s tiene su modo de ser, que consiste en el hecho de que esta existencia estar ms o menos conforme con el tipo' (CP2.292, 1903). De esta manera, si borramos la palabra 'hombre' de una pgina escrita, no estamos en el acto destruyendo el smbolo, sino solamente un caso de l. Podemos luego volver a escribir la misma palabra en el mismo lugar, y ser otra rplica del smbolo como tipo. Pero, conscientes de que haba una palabra all que fue tachada y luego re-escrita, la nueva palabra constituye una diferencia de la que somos por algn tiempo conscientes, y por eso la rplica no puede ser idntica al signo -tambin una rplica- que la antecedi. Nunca hay identidad absoluta de un caso de un signo con otro, de un momento con otro.sta es, entonces, la funcin del smbolo como tipo. El lazo entre lo que es el signo simblico y la manera en que funciona se debe a una convencin social, lo que le da a los smbolos su caracterstica de generalidad, de abstraccin, 'porque los hbitos son reglas generales a que el organismo se ha sujetado' (CP3.360, 1885). La funcin del smbolo, en fin, servir para darle un toque de generalidad al proceso de la significacin. En vista de que el signo simblico pertenece a la Terceridad, es el ms apropiado para cubrirse con el atributo de la generalidad (vase Figura 3 para las interrelaciones entre los tres tipos de signos, en comparacin con las Figuras 1 y 2).En fin, categoras, conos, ndices, y smbolos: todo es cuestin de signos, o en una palabra, es semiosis, los signos en movimiento perpetuo. Es la vida, es el universo inorgnico tanto como orgnico.http://www.unav.es/gep/IconoIndiceSimbolo.html

1. Qu es un signo para Peirce? Reproduzca la definicin y analice cada uno de los vrtices de la relacin sgnica.1. Peirce da al signo el nombre de representamen, y sostiene que es algo que representa a un objeto, un carcter o algn aspecto particular que no est presente. El signo sustituye al objeto ausente solo en referencia a una suerte de idea llamada el fundamento del representamen. Esta idea debe entenderse como la coincidencia en el contenido de un pensamiento para dos hombres distintos. Es decir, por ejemplo: cuando una persona relata algo a otra, y le nombra diversos objetos ideales, es decir que no estn presentes al momento del relato, pero que la persona receptora logra comprender porque la representacin mental de los objetos nombrados coinciden en la psiquis del emisor y del receptor. Aqu la idea es similar o incluso puede ser la misma, ya que por una palabra, por ejemplo automvil, ambas personas se representarn lo mismo, y no dos objetos distintos.Esto implica la existencia de condiciones para que algo sea un signo, y se produzca la coincidencia de las ideas:a. El signo debe tener cualidades que sirvan para distinguirlos de otros, por ejemplo un dibujo, una palabra, o una imagen visual que lo identifiquen.b. El signo debe tener un objeto al que representar, aunque luego explica que an as, esta y la condicin anterior no son suficientes para componer un signo.c. La relacin semitica por al cual se produce un signo solo estar completa por una tercera parte o componente, debe ser una relacin tridica. Adems del representamen, y el objeto que el anterior representa, se necesita de un interpretante.Interpretante:El interpretante, segn aclara Umberto Eco, es otro signo, o sea otra representacin que se refiere al mismo objeto que el representamen y que puede adquirir diversas formas. Es la traduccin de un signo en otro signo, el interpretante, que se corresponde con el significado del primer signo. Peirce distingue tres tipos de interpretantes:

1. Interpretante inmediato: interpretante pensado como el concepto o el significado que comporta todo signo independientemente de su contexto y de las circunstancias de la enunciacin. Permite relacionar un signo con un objeto sin considerar una situacin comunicativa concreta en la que dicho signo aparezca.2. Interpretante dinmico: es el efecto particular que un signo provoca en la mente de un intrprete en una situacin concreta de enunciacin, en un contexto determinado de utilizacin.3. Interpretante final: requiere de los dos anteriores, es un hbito que hace posible la interpretacin recurrente y estable de un signo. Por ejemplo, detenerse frente a la luz roja del semforo indica un hbito y respeto a una indicacin. Los tres tipos de interpretante funcionan de manera simultnea en una relacin semitica.Objeto:El objeto es la cosa material o abstracta representado por algn signo, una palabra o un grafema por ejemplo. Dice Peirce objeto es aquello acerca de lo cual el signo presupone un conocimiento para que sea posible proveer alguna informacin adicional sobre el mismo. Un signo puede tener ms de un objeto, as como las oraciones pueden adquirir diversos significados. En este caso se trata de un objeto complejo, pero Peirce tratar a los signos como si solo tuvieran un nico objeto. Y distingue a la vez dos tipos de objetos: el objeto inmediato y el objeto dinmico.

El objeto inmediato es el objeto tal y como lo es representado por el signo mismo y cuyo ser es dependiente de la representacin de l en el signo El objeto dinmico es la realidad que arbitra la forma de determinar el signo a su representacin. Este tiene una existencia independiente respecto del signo que lo representa pero para que l pueda representarlo, este objeto debe ser algo conocido para el intrprete resultado de semiosis anteriores.2. Puede reconocer diferencias y similitudes entre el pensamiento de Peirce y el de Saussure? Cules?

2. SimilitudesSaussure y PeirceEl pensamiento del hombre es slo pensamiento en signosLos signos adquieren validez dentro de una comunidad, por convencinLos signos no son identidades aisladas, sino que conforman cadenas y constituyen sistemas de signos.La dicotoma entre lengua y habla que plantea Saussure es en Peirce la diferenciacin entre legisigno y sinsigno.

Diferencias:Saussure PeirceConcepcin del signo como una relacin binaria (significado-concepto y significante-imagen acstica) El signo se compone por tres elementos: representamen, objeto y el interpretante.Los componentes del signo son inseparables y dependientes, se determinan recprocamente. Aqu la relacin entre los componentes es multilateral entre tres trminos que son de naturaleza lgica diferenteSe ocupa del singo lingstico, y realiza sus estudios desde la lingstica. Abarca todos los signos, no solo los linguisticos, y realiza su aporte desde la filosofa, y la lgica matemtica.Saussure expone q el signo es una entidad cerrada y q la naturaleza de los elementos de las cosas es de arbitrariedad. Seala q el signo es una entidad abierta, q la naturaleza d los elementos d las cosas no es arbitraria, adems de plantear q la relacin significante - significado depende del interpretanteNo trabaja con la materialidad del signo Trabaja con la materialidad del signo, ya que el representamen est en el mundo material.Distingue al smbolo del signo por el grado de arbitrariedad, pero que el primero se distingue por cierta continuidad asociativa entre el significante (imagen acstica) y el significado (concepto); es decir, la presencia de un cierto lazo natural, motivado, que lo caracteriza como icnico. Realiza una clasificacin compleja de los signos, plantea tres divisiones al interior de cada una de ellas: primera: cualisigno, sinsigno y legisigno; segunda: icono, ndice y smbolo; y tercera: rema, signodicente y argumento. El smbolo es un ente viviente y pertenece a la segundidad. Escribe que la (divisin de signos) fundamental es la que los clasifica en Iconos, ndices y SmbolosSe interesa por el funcionamiento de la lengua. Le interesa saber cmo conoce el hombreLe interesa el signo y no lo que est fuera de l. Se interesa en la relacin de los signos con la realidadAl deslindar a la lengua del habla no considera a los signos como objeto de estudio. Posee una perspectiva pragmtica que permite analizar los efectos que los signos producen en sus intrpretes.

3. Qu es un interpretante? Vincule la idea de interpretante con la de representacin.3. Interpretante: es el signo que se crea en la mente del intrprete y que equivale a otro signo, que tiene el mismo objeto que el representamen. Establece una relacin entre los dos aspectos anteriores, es el mediador. El interpretante debe ser capaz de traducir y desarrollar el signo original en un sentido diferente, pero no como una traduccin interlingstica, sino a la extrapolacin del significado de las cosas. En cierto modo, es la traduccin mental de un objeto.Todo puede ser comprendido o, ms precisamente, traducido, por algo mediante otra cosa que pueda representarla; as como el grano de polen es, para el vulo que penetra, la planta de la que viene, porque transmite sus caractersticas. Ms o menos en el mismo sentido, aunque no con el mismo grado, todo es un medio entre algo y algo (Peirce)Teniendo en cuenta que el interpretante es un signo que equivale en la mente del intrprete al singo original percibido, podemos decir que el interpretante es la representacin que hacemos del signo original. Esta representacin mental nos traslada hasta el objeto que el representamen figura, y que nos permite el entendimiento y comprensin del signo primitivo. Un signo es signo porque se dirige a otro signo que lo interpreta representando al mismo objeto en el mismo sentido del signo original, aunque ms desarrollado.

4. A qu denomina Peirce semiosis infinita?4. Semiosis infinita: implica la idea de que el proceso por el que un signo es interpretado como tal, es en realidad una cadena de semiosis, y no un proceso aislado: cada signo es a la vez interpretante del que lo antecede e interpretado por el que sigue. Como todos los pensamientos son signos, se remiten unos a otros. Peirce nos dice que las relaciones entre signos son conocimientos, por lo que todo conocimiento est determinado por otro: No se puede poseer ningn conocimiento que no est determinado por un conocimiento anterior. Teniendo en cuenta que un interpretante es en general un signo ms desarrollado que el representamen, la cadena de la semiosis infinita determina el paulatino aumento del conocimiento sobre un objeto.5. La segunda trada de Peirce se refiere a la clasificacin de los signos en conos, ndices y smbolos. Defina cada relacin o clase de signos y d ejemplos de cada uno.

5. conosTienen una relacin de semejanza, en tanto se parecen al objeto que representan. La relacin con aquello a lo que se refieren es directa, por ejemplo: pinturas, retratos, dibujos figurativos, mapas, etc. En palabras de Peirce sobre el cono Cualquier cosa, sea lo que fuere, cualidad, individuo existente o ley, es un icono de alguna otra cosa, en la medida en que es como esa cosa y en que es usada como signo de ella.ndicesLa relacin con los objetos que representan es de continuidad con respecto a la realidad. Por ejemplo, un rayo (es ndice de tormenta), una huella (es ndice de alguien que pas por ah), etc. Entabla con el objeto una relacin existencial, no puede desprenderse de su objeto. Estos carecen de parecido alguno con sus objetos representadosSmbolosLa relacin con el objeto es convencional. Ejemplo: logotipos, escudos de armas, seales de trnsito, etc. Estos tipos de signos denotan clases de objetos, y no a uno que tiene existencia particular, es en general respecto al objeto que representanl.Los diferentes tipos de signos pueden combinarse, en el caso particular de la fotografa, por ejemplo se tratara de un cono (en tanto hay una relacin de semejanza con el objeto) pero tambin es ndice puesto que la fotografa se ve afectada por el objeto que representa (la fotografa se produce a travs de registrar diferencias lumnicas de aquello que representa) de manera tal que podemos decir que la fotografa sera un signo icnico-indicial.6. Por qu ocupa un lugar relevante el interpretante en el proceso de la semiosis?

6. Para poder hablar de signo o de representacin, segn Pierce, se precisa algo material que vehicule la relacin del objeto y su representamen, esto es el interpretante, que va a actuar de mediador entre los otros dos aspectos ya nombrados. Cuando tenemos un interpretante capaz de vincular al objeto con su representacin dice Peirce tenemos un signo, de lo contrario no lo sera. Segn el filsofo todo puede ser signo, siempre que exista un interpretante, partiendo de que la realidad para Peirce es una realidad sgnica, el hombre slo puede conocerla a travs de los signos, interpretados como tales por la intervencin de un intrprete capaz de generar de manera individual y a la vez convencional en su mente otro signo equivalente al original, un signo interpretante.7. Para Peirce hay una relacin necesaria entre la recepcin del signo y los hbitos culturales de los receptores. Argumente sobre esta afirmacin.

7. Teniendo en cuenta que, segn Peirce, un hbito es una tendencia a actuar de manera similar en circunstancias futuras y similares, la relacin que existe entre la recepcin del signo y los hbitos culturales del receptor est en que es necesario que las personas receptoras tengan conductas similares o comunes con otras personas frente a un signo, as se establecera una convencin tanto de un signo como de la respuesta frente a ste. Si las conductas de los receptores no fueran similares en cada situacin que se enfrentan a un signo, se deducir que ste no es respetado como tal, y que no hay hbitos de respuestas.Un signo aceptado convencionalmente por una sociedad debe producir unas series de respuestas inmediatas y, de ese modo, va estableciendo el hbito, la regularidad de comportamiento en su intrprete.

8. Explique cmo se produce la significacin desde las dos teoras semiticas estudiadas.8. Significacin en Saussure:Un signo aislado posee un significado y un significante, pero no tiene valor. El valor es la capacidad de un signo de representar algo. El valor se adquiere cuando se relaciona a un signo con los otros signos del sistema. El valor se adquiere por lo que no es respecto a otros signos, una casa es una casa porque no es un perro o un automvil, es casa porque se diferencia de stos otros. Esta idea est fundada en la diferenciacin de los signos. El valor del signo lingstico es la forma en que se produce la significacin en Saussure.Significacin en Peirce:La significacin en este filsofo se da a partir de un proceso de semiosis: un proceso de inferencia por el cual se puede pegar un representamen a un objeto, y extraer una conclusin que es el interpretante.Notas1.C. S. Peirce (1931-58),Collected Papers of Charles Sanders Peirce, 8 vols., C. Hartshorne, P. Weiss y A. W. Burks (eds.). Cambridge: Harvard University Press. En adelanteCP, con indicacin de nmero de volumen y pargrafo, y ao al que corresponde el texto que se cita).

Fin de: Floyd Merrell, "Charles Peirce y sus signos", enSignos en Rotacin, Ao III, n 181

http://www.taringa.net/posts/apuntes-y-monografias/12940540/Teoria-del-SIGNO-Saussure-Peirce-contraposicion.htmlUNO, DOS, TRES: LAS CATEGORAS KANTIANASCharles S. Peirce (1886)Traduccin castellana de Uxa Rivas (1999)

MS 897. [Publicado por primera vez como MS 572, en WS: 292-94; vase tambin MSS 545, 546, 548, 573, 578 y 582.] . En algn momento en 1885 se le ocurri a Peirce que poda haber encontrado la clave del secreto del universo, y escribi a William James el 20 de octubre: "Tengo algo inmenso ahora.... Es... un intento de explicar las leyes de la naturaleza, de mostrar sus caractersticas generales y remontarlas a sus orgenes & predecir nuevas leyes por las leyes de las leyes de la naturaleza." Hizo entonces su famosa conjetura: "tres elementos son activos en el mundo, el primero, el azar; el segundo, la ley; y el tercero, el tener hbitos. Tal es nuestra solucin al secreto de la esfinge." Le falt trabajar los detalles y las consecuencias de esta gran hiptesis para darle la forma de una teora hecha y derecha. El presente trabajo, escrito en el verano de 1886 para un libro titulado "Uno, dos, tres" es uno de los varios intentos de organizar las principales afirmaciones necesarias para apoyar su conjetura ( y es una primera versin del primer captulo del tem 19).

Este es el da para dudar de los axiomas. Para los matemticos la cuestin est resuelta; no hay razn para creer que los axiomas de la geometra son exactamente verdaderos. La metafsica es una imitacin de la geometra, y con los axiomas de la geometra deben ir tambin los axiomas de la metafsica.No tenemos razn para pensar que la suma de los tres ngulos de un tringulo es exactamente igual a dos ngulos rectos. Todo lo que podemos decir es que el exceso o el defecto es proporcional al rea de un tringulo, y que esto es excesivamente insignificante incluso para los ms enormes tringulos de la astronoma. La suma de los tres ngulos de un tringulo de la medida de la unidad es una constante fsica casi igual a 180 grados; pero su exacto valor nos es desconocido.Ya que no tenemos razn para pensar que esta constante es exactamente igual a 180 grados, y hay una multitud infinita de otros valores que puede igualmente tener, las probabilidades en contra de que sean exactamente 180 grados son en este momento infinitas contra una, de tal manera que esa hiptesis debe ser completamente descartada de nuestras mentes.Nos resulta difcil creer que toda constante fsica, toda cantidad finita de la naturaleza sea primordial. Pudiera ser as, pero no podemos evitar al menos preguntarnos cmo lleg a tener el valor preciso que tiene. Sentimos la necesidad de una explicacin especialmente cuando la cantidad en cuestin est muy cerca de la unidad, del cero o de cualquier otro nmero notable. Porque entonces se sugiere que debe haber habido alguna causa tendente a cambiar el valor de la constante y a acercarla cada vez ms al nmero al que casi se iguala. En tal caso, por consiguiente, tenemos una razn positiva para pensar que la cantidad no es primordial.As, los principios de la lgica requieren que pensemos que el espacio no tuvo siempre la construccin simple del momento actual, sino que sta ha sido producida por algn proceso gradual. Sin embargo, sta no es una afirmacin completamente correcta, porque el espacio, como un receptculo individual de cosas, es una ficcin. Si fuera de otro modo, la posicin absoluta y la velocidad absoluta en el espacio significaran algo, y no tenemos ninguna razn para pensar que es as. Lo que es verdad es que hay ciertas leyes generales sobre la posicin, pero no que haya un receptculo que d cuenta de esas leyes. Eso es una ficcin de la geometra.El mismo razonamiento se aplica al axioma de que toda cosa que sucede est completamente determinada por leyes exactas. No tenemos ninguna razn para pensar que la concordancia de los fenmenos con las frmulas sea absolutamente exacta. Siempre que intentamos verificar la concordancia del hecho con la ley, encontramos discrepancias que atribuimos de modo bastante correcto a errores de observacin. Pero no podemos estar seguros de que no se den aberraciones similares, aunque mucho ms pequeas, en los eventos mismos. Ya que no tenemos razn para pensar que la aberracin media en la que los fenmenos se separan de la ley sea igual a cero, es infinitamente ms probable que no lo sea. Debemos por lo tanto suponer en la naturaleza un elemento de puro azar, de cierta posibilidad de xito, de espontaneidad, de originalidad, de libertad1. Debemos adems suponer que este elemento en los tiempos pasados era indefinidamente ms importante que ahora, y que la presente, casi exacta, conformidad de la naturaleza con la ley es algo que se ha ido produciendo gradualmente. Tenemos que suponer que al mirar retrospectivamente hacia el pasado indefinido estamos mirando retrospectivamente hacia tiempos en los que el elemento de la ley jugaba una parte indefinidamente pequea en el universo.Si el universo est entonces progresando de un estado casi de puro azar a un estado de casi completa determinacin por la ley, debemos suponer que hay una tendencia original y elemental de las cosas a adquirir determinadas propiedades, a tener hbitos. ste es el Tercero o el elemento mediador entre el azar, que produce eventos Primeros y originales, y la ley que produce secuencias o Segundos. Ahora bien, la tendencia a tener hbitos es algo esencialmente finito en cantidad, una tendencia infinitamente fuerte de esta clase [a diferencia de una absoluta conformidad con la ley] es inconcebible y autocontradictoria. Consecuentemente esta tendencia debe haber sido desarrollada gradualmente; y evidentemente tendera a reforzarse a s misma2.Tenemos entonces aqu una hiptesis fsica racional que est calculada para dar cuenta, o casi dar cuenta de todo en el universo excepto la pura originalidad misma. El siguiente paso sera intentar verificar esta hiptesis considerando de cunto dara cuenta y cmo explicara las caractersticas observadas de las leyes de la naturaleza. Pero pospongo eso para otro captulo3para esbozar ahora el resto de la teora de la que esta hiptesis no es sino una parte.Traduccin de Uxa Rivas

Notas1.Peirce haba propuesto esta hiptesis por primera vez en su conferencia de enero de 1884 sobre "Destino y azar" (tem 15); se repite completamente en elMonistSeries Metafsicas (tems 21-25).2.La hiptesis expuesta en este pargrafo es una afirmacin anterior de "Una solucin al acertijo" (tem 19), y es un avance de la cosmologa evolutiva desarrollada de los tems 21-25.3.Ver captulo 7 en el tem 19, pp. 273-79.

Qu, por fin, es el signo peirciano?Floyd MerrellPurdue UniversityI. Uno, dos, tres,... infinidadSigue uncomps sincopado, esa esfera de lasemiosis, que da origen alordendesde elcaos. S, uncompssincopado: Uno, dos... y tres -pausa... y uno, dos... y tres- pausa. Y sigue, en algn lugar y algn tiempo, nadie sabe precisamente ni dnde ni cundo. La sncopa es la triadicidad peirciana en su expresin ms genuina, a travs de las roturas de la simetra que dan luz a la asimetra radical, a veces hasta el punto en que el caos amanece de nuevo.El signo semitico de Charles S. Peirce queda a este respecto lejos del binarismo semiolgico y estructuralista. El signo semitico es no lineal, en sentido sincopado. De hecho, se puede decir que es sincopado en sentidorizmico(Deleuze y Guattari, 1987). Esrizmicoa la manera ms radical imaginable. Entonces surgen las preguntas: Abraza el signo tridico a todo?, y si no, hasta qu punto se puede decir que ah est algo que no queda incluido dentro de la esfera de la 256semiosis? O, por expresar la cuestin de una manera an ms radical. Si el signo tridico abraza todo en simultaneidad, no se puede decir, desde el otro lado de la moneda, que a fin de cuentas no abraza nada?, es decir puede que no haya nada que est fuera del signo para que la abrace? Al ser as, parece que tenemos que resignarnos a nuestra existencia como agentes semiticos sumamente falibles, finitos e ignorantes-ignorantes, porque nuestra ignorancia est destinada a extenderse hasta el infinito, en comparacin con nuestro pobrsimo conocimiento.No... dispnseme,... no es verdad eso. Debera haber escrito que ya que el signo goza de un comps como el de la sncopa, cuando menos podemos cultivar una sensacin apropiada de l, podemos sentirlo, aunque no se preste ni a ninguna descripcin ni a ninguna explicacin explcitas. Pero aunque no podamos saber en sentido discursivo precisamente lo quees, en el sentido ms profundo, s podemos conocerlo en un sentido visceral, corporal, de acuerdo con nuestras prcticas cotidianas. Entonces, tal vez podamos sentir el mero ritmo del signo, de signos, de todos los signos,... y tal vez no. Pero si no, cmo podra ser yo capaz de articular esa bola de prcticas inefables e infinitamente vagas? Quizs de la siguiente manera.135

II. Hacia una definicin del signoEl signo peirciano consta de unrepresentamen, que esalgo(en la mente o all afuera) que entra en relacin conotra cosa, el objetosemitico, por una parte, y de uninterpretantemediador, por otra parte, de tal manera que trae el interpretante en relacin con el objeto, lo que corresponde a la propia relacin delrepresentamencon el mismo objeto (Peirce, 1931-35: 8.322). Elrepresentamendesempea el papel de la categora peirciana de la Primeridad, elobjetosemitico de la Segundidad, y elinterpretantede la Terceridad. Pero esas relaciones no son tan simples como quisiramos. Adems, existe la Primeridad, la Segundidad y la Terceridad delrepresentamen, delobjetoy delinterpretante. As es que hay nueve niveles bsicos de signos. 257 Correspondiendo a la Primeridad del signo, tenemosqualisignos, sinsignosylegisignos; a la Segundidad tenemosiconos, ndicesysmbolos; y a la Terceridad tenemostrminos, proposiciones(o enunciaciones), yargumentos(o textos, discursos, narrativas). Pero de seguro esa profusin de trminos amenaza meternos en un laberinto abrumador. Y de hecho, es un verdadero laberinto: las categoras corresponden a un tro que provee la posibilidad para todas las interrelaciones de los signos peircianos, tro que puede ser cualificado de la siguiente manera:(1)Primeridad: el modo de significacin de lo que es tal como es, sin que haya referencia a, o relacin con, ninguna otra cosa (una cualidad, sensacin, sentimiento, o en otras palabras, la mera posibilidad de algn estado de concienciadealgo).(2)Segundidad: el modo de significacin de lo que es tal como es, y en relacin con algo ms, pero sin relacin con ninguna otra cosa (eso es, la concienciadealgo que es otra cosa yaparte deesa conciencia).(3)Terceridad: el modo de significacin de lo que es tal como es, a medida que sea capaz de traer algo de la categora de Segundidad en relacin con algo de la categora de Primeridad (por medio de una mediacin entre las categoras de Primeridad y Segundidad).

En forma esquemtica, la Primeridad escualidad, la Segundidad esefecto, y la Terceridad esproducto; as como la Primeridad esposibilidad(lo quepudiera ser), la Segundidad esactualidad(lo quees) y la Terceridad espotentialidad, probabilidad,onecesidad(lo quesera, podra ser, odebera ser, dadas ciertas condiciones prevalentes). No obstante, como todas las formulaciones esquemticas, sta, hay que conceder, es un poco ilusoria. En realidad, la Primeridad, de por s, no es una cualidad de algo identificado e identificable (como lo es, por ejemplo, la sensacin de una manzana que estuviera al alcance de nuestra vista en este momento). No es ms que la pura posibilidad, una abstraccin -es decir, ab-straccin, algo aislado de todo lo dems- como algo que goza de la presencia de su propia autonoma, y nada ms: no puede (todava)presentarse ala concienciadealgn agente semitico sin abandonar su estado de Primeridad pura. Es una entidad sin partes definidas y definibles, sin antecedentes ni subsiguientes. Simplementees lo que es, sin causas y sin consecuencias.Lo que podra llamarseeso-aqu-ahoraque existepara y dentro dela conciencia de algn agente semitico pertenece a la Segundidad. Es cuestin de algo actualizado a la manera deesaentidadaqu-ahoray 258paraalguien. Como tal, es una singularidad, una particularidad. Es lo que el agente semitico tuvo delante de s mismo como Primeridad, como por ejemplo unamancha rojasumamente vaga sin que haya (todava) alguna concienciadeesa mancha o su identificacin comotal y talcosa. Pero ahora, como manifestacin de Segundidad, esamancha rojaexiste aparte del agente consciente, quien est dispuesto a verla como algo, sea ese algo una mancha roja que quizs pueda ser una manzana. Pero a este nivel no lleva (todava) un nombre como manzana, es decir, no es todava la palabra-signo manzana que identifica el objecto en cuestin y que lo relaciona con una masa grande de presuposiciones culturales respecto a la palabra manzana (la clase de manzanas a que pertenece esta manzana en particular, los mltiples usos de las manzanas y de la palabra manzana, el papel de las manzanas en el folclore, los mitos y los cuentos de hadas, etctera). En el primer grado de la Segundidad, lamanzanaes poco ms que la posibilidad de una entidad fsica, un hecho bruto, como Peirce mismo deca. Es sencillamente una cosa ms entre la cuasi-infinidad de objetos que componen el mundo particular del agente semitico: es laotredaden el sentido ms primitivo. Si la Primeridad es la sensacin pura de lo quees tal como es, la Segundidad es la negacin pura en la manera en que es laotredaden juxtaposicin a la Primeridad.La Terceridad, dando testimonio de la influencia de Kant y Hegel sobre Peirce, parece un producto de la dialctica. De esta manera la podemos cualificar tentativamente como lo que evoca la mediacin entre las primeras dos categoras de tal manera que estn relacionadas la una con la otra del mismo modo en que estn relacionadas con la Terceridad y la Terceridad con ellas. El acto mediario es como las esferas de Primeridad, Segundidad y Terceridad unidas y fundidas en un enredado nudo. De hecho, es como una variacin del nudo borromeano, que las liga por medio de un eje central de manera que estn unidas alrededor del eje y de una manera democrtica (Figura 1). Cada una de las categoras puede intermitentemente desempear el papel de cualquiera de las otras categoras. Sin embargo, en un punto espacio-temporal dado, una de las tres categoras estar considerada como Primeridad, otra como Segundidad, y otra como Terceridad. Para que ese proceso democrtico tenga lugar, (co-)relaciones entre los tres puntos de la periferia de la Figura 1 pueden existir slo por medio del eje central, el cuarto punto. Si se quiere, se puede concebir al eje como el punto unificador que mantiene unidos los rayos de la ruedasemisica. La rueda est en movimiento perpetuo; en cambio, el eje permanece fijo: contiene la 259 grasa que provee la continuidad del movimiento respecto a la rueda en su totalidad.

Figura 1Ya que los puntos de la periferia de la Figura 1 pueden ocupar cualquiera de las tres categoras, lo que en algn punto espacio-temporal sea de Primeridad, consistir en una sensacinvaga. Lo que sea de Segundidad, abarcar apenas la concienciadeesa Primeridad de parte de algn agente semitico. Y lo que sea de Terceridad, servir para unir las otras categoras y darles algn significado como una entidad semitica genuina. Es decir, si la Segundidad abarca el devenir de la conciencia al nivel en que el agente semitico est percibiendo una mancha roja (Primeridad) como una manzana (Segundidad), la Terceridad abarca el devenir de la conciencia hasta el grado en que pueda decir que esta entidad fsica manzana es un ejemplar de la clase de entidades que tiene como nombre manzanas. La concienciapercibe quela manzana, como todas las manzanas, tiene cierta funcin en la vida cotidiana de la comunidad a la cual uno es ciudadano, dados los atributos de una manzana que la cualifican como manzana. Por lo tanto, la Terceridad tiene que ver con un signo comogeneralidad-las actualizaciones particulares del 260 signo son de Segundidad-, segn lo que Peirce denominabaconvencin, como resultado de la tendencia general de todos los seres vivientes de formarhbitos. De acuerdo con loshbitosdentro de lasconvencionesde una comunidad, cierto conjunto de objetos semiticos estarn unidos dentro de una red interrelacionada de clases generales, de modo que el mundo fsico bruto tome algn aspecto semitico en general dentro del comportamiento y las interacciones humanas de esa comunidad. Dicho de otro modo, la palabra manzana ha llegado a ser una parte del hablaacostumbrada, tcita, arraigada, y hastaautomatizada. Tendemos a internalizar y externalizar nuestros signos dentro del vaivn de nuestras actividades cotidianas tal como los internalizamos y los externalizamos, sin hacer mucho caso al ritmo de esas actividades. Porque es, sencillamente, nuestra manera de semiotizar, y ya. As es nuestro mundo al nivel de nuestra percepcin y concepcin tcitas.Vemos, entonces, que la interaccin del signo, el objeto semitico, y el interpretante no tiene que ver con la mera substitucin de un objeto por un signo, de un signo que queda en el lugar de un objeto, de un signo que se refiere a un objeto, o un signo que representa un objeto. No. Todas estas concepciones implican relaciones binarias, no tridicas. La semitica consiste en relaciones e interrelaciones, acciones e interacciones. No hay ni representacin ni referencia en el sentido clsico; es decir, los signos no son substitutos de algo que en realidad no son. Al contrario, todos los componentes del signo dependen de, y colaboran con, los otros componentes del mismo signo y con todos los componentes de todos los signos dentro del ro profundo de lasemiosis. Todos los signos fluyen.

III. Entonces, cul es el problema?Desafortunadamente, uno de los errores ms grandes de las exposiciones y las aplicaciones de la semitica peirciana queda en la obstinacin por presentar las relaciones tridicas como si fueran un tro de relaciones binarias. Ese problema posiblemente sea en parte por la tendencia, elhbito, de construir imgenes euclideanas. Por lo tanto cuando pensamos en trminos de tres, a pesar de nuestras buenas intenciones, automticamente un tringulo aparece en la mente.261La geometra de nuestra vida cotidiana, nuestra habla y nuestros pensamientos, es invariablemente euclideana. Es decir, el pensamiento euclideano es nuestro por inculcacin. Se nos fue implantado en el cerebro como un retrato del mundo tal como es o cuando menos tal como debe ser, sin porqu ni para qu: se supona y se supone que as son las cosas, y ya. Despus de generacin tras generacin de inculcamiento de la cosmovisin cartesiana-euclideana-newtoniana, ahora es casi imposible concebir el mundo de otro modo: no hay mundos alternativos, porque al haberlos, seran considerados como mundos de la pura imaginacin, la alucinacin, o el sueo. Es decir, somos el producto de ms de 2.000 aos de indoctrinacin, con todos los prejuicios y las preconcepciones, de una expansin de lo que fue en el comienzo la metafsica griega.Pero desde hace varias dcadas algunos psiclogos nos han dicho, sobre todo despus de las investigaciones de Jean Piaget (1973), que los nios no son simplemente pequeos salvajes euclideanos con cerebros que funcionan igual que computadoras digitales (en particular, Gardner, 1987). La perspectiva del mundo de los nios antes de tener pleno dominio de una lengua puede clasificarse de modono-linealyhptico(Yourgrau, 1966). La experienciahpticaincluye, aparte de lo visual y lo auditivo, un sentido de lo que es tacto, sabor y olor. Y contrasta con loshbitosya fijos de los adultos acerca del habla, de lneas trazadas en una hoja en forma de escritura, de visin binocular, del sentido de profundidad de una imagen de dos dimensiones en la televisin y el cine, y del ritmo en la msica y la danza. Leemos en los historiadores y los antroplogos que otras culturas no necesariamente han seguido el camino real de las lneas convergentes euclideanas y las esferas pitagricas, tan esenciales a nuestro modo de percibir y concebir al mundo. Las culturas tradicionales suelen practicar lo que llama Claude Lvi-Strauss (1966) la ciencia de lo concreto -que consiste del mundo de los fenmenos vistos como una red compleja de clases y categoras- en lugar de nuestro mundo de la ciencia de lo abstracto -siguiendo el ideal de la matematizacin del universo-. Sin embargo, los dichos primitivos no son sencillamente como nios en cuanto a su percepcin, concepcin, y articulacin, mientras nosotros existimos imperiosamente arriba y ms all de ellos, con la mente apropiadamente iluminada. Por lo que toca a la idea que ellos tienen de los misioneros cristianos, los antroplogos y los turistas, somos precisamente nosotros los que a ellos les parece que nos comportamos como nios. Y en eso tienen bastante razn (Tyler, 1987).262Al comienzo del presente siglo y a fines del siglo pasado, pensadores revolucionarios como Friedrich Nietzsche, Gottlob Frege, Sigmund Freud, Edmund Husserl y Bertrand Russell permanecieron enmaraados dentro de los principios clsicos de la lgica, las lneas euclideanas, los coordinados cartesianos y las leyes de la causalidad. Nietzsche estaba obsesionado con el eterno retorno, el cual fue una parte de la mecnica clsica newtoniana e incompatible con la ciencia de nuestro siglo y, cabe decir, que, investigadores como Peirce ya estaban al tanto de la limitacin de ese concepto. Freud -sobre todo durante los primeros aos de su carrera- fue en cierto sentido un tipo de romntico mecanicista. Husserl mantena su fe en que tenemos la capacidad de hacer a un lado todo lo que no es necesario a nuestra percepcin del mundo para ver las cosas como deben ser vistas. Y Frege y Russell, durante las primeras dcadas de este siglo, crean que el edificio entero de la matemtica podra ser reducido a un conjunto simple de axiomas lgicos. Hasta el mismo Albert Einstein no poda desechar su insistencia de que Dios no juega dados con el universo, y se mantena firme en la bsqueda de una teora totalizante capaz de dar cuenta de todo el universo, ayer, hoy y siempre. Y para colmo, tenemos la imagen de Ferdinand de Saussure del lenguaje como un juego de ajedrez, la lengua segn una imagen digital, didica, esttica en un momento dado, y abierta a la vista del lingista desde una perspectivasub specie aeternitatis. Pero ya basta de digresiones. Al grano, con el concepto peirciano de los signos en proceso.

IV. Todo es procesoEs, desde luego, difcil expresar la idea deprocesorespecto a la lengua, porque una lengua por naturaleza divide el mundo en objetos, actos y acontecimientos discretos. No sorprende, a este respecto, que el signo tridico de Peirce sea generalmente diagramado en forma de tringulo (por ejemplo: Ogden y Richards, 1923). La Figura 2 es una forma acostumbrada y fcilmente reconocible. Cualquier alumno de la escuela primaria puede identificarse con ella, y coincide con nuestra tendencia de euclideanizar el mundo.

Figura 2[263]Pero no es genuinamente tridica. No consiste en ms que un conjunto de tres relaciones binarias:representamen-objeto(R-O),representamen-interpretante(R-I), y objeto-interpretante(O-I), ni ms, ni 263 menos. No hay triadicidad genuina. En cambio, la Figura 3 (engendrada de la Figura 1) liga cada componente del signo con los otros dos componentes, y adems, los liga a la relacin entre ellos. La relacin entreRyO, por ejemplo, no es ninguna relacin fuera de una consideracin de las relaciones entreReIy entreOeI. Y ninguna de las 264 relaciones son vlidas fuera del eje, la nada por decirlo as y como Peirce mismo lo deca, conectando todos los componentes semiticos (Peirce, 1931-35: 4.12).

Figura 3[263]Comprese la Figura 3 al concepto peirciano del signo tal como est desarrollado arriba: deje que los ojos vaguen de un componente del signo al eje a medida que recapitule usted la definicin verbal del signo; despus, siga el camino a otra faceta del signo, y luego al eje y al tercer componente semitico. Y sintase la fluidez del movimiento tridico de lasemiosis. Ya lo sinti? Pero ese 'eje', es en realidad necesario, o es slo una complicacin suplementaria del signo?, replica algn escptico. Bueno. Me supongo que lo nico que puedo hacer en trminos de una respuesta, ya que el tema implica una problemtica algo compleja, es a travs de una sugerencia sumamente vaga: el eje es, para repetir la frmula, de la naturaleza del vaco budista, o de la nada de Peirce, como se ha mencionado arriba. Es la nada (nothing, no-thing), sin embargo implica la posibilidad de todo (everything, every-thing). Es la puerta por la cual pasan todos los componentes de los signos durante su interaccin con los otros dos componentes y con todos los signos de la cascadasemisica. Es un tipo de pre-Primeridad, el vaco, que mantiene todo dentro de su abrazo ntimo, como la posibilidad de todo lo que ha sido, es y ser actualizado, aunque dentro de esa posibilidad pura no hay nada actualizado -otra vez Peirce emplea esos trminos en un sentido cercano a la filosofa budista (vase Baer, l988)-. Es, por decirlo as, un conjunto de posibilidades que dan luz a la fuente de la creatividadsemisica, que nunca puede estar en paz sino que es el repositorio de un devenir incesante de signos.Si usted quiere una imagen de eseproceso semisico, mire la Figura 4. Ofrece una ejemplificacin ms concreta de la relacin entre el signo peirciano y sus componentes, En este caso, el signo inicial (R1) puede consistir de un nombre, por ejemplo, Joe, que puede ser una manifestacin o de ciertas ondas en el aire o de algunas marcas negras en una hoja blanca. Pero a las preguntas qu Joe?, dnde?, cundo?, qu es lo que tiene Joe?, etc., no existe (todava) ninguna especificacin (es decir, no hay ni unO1ni unI1genuino). El signo permanece demasiadovago, aunque puede ser un signo como untipoo unageneralidadde la manera msgeneralimaginable, ya que el nombre puede entrar en relacin con todos los Joe del universo, pasados, presentes y futuros. El siguiente grado en la determinacin del signo Joe entra con su uso como una particularidad otoken265 con respecto a una persona en especfico. Entonces cumplir con este requisito al aludirme a Joe como Joe Camello (del anuncio de los cigarros Camel).

Figura 4Ahora bien, el Joe Camello (R2) en que estoy pensando es una rplica de ms o menos 70 metros de altura, pintada en el costado de un edificio, el cual no tiene ventanas y es de cemento, que se encuentra en la avenida Paulista y la calle Consolacin en San Pablo, Brasil. Joe tiene pantalones de mezclilla (jeans), una chaqueta negra de cuero, lentes oscuros, y, desde luego, el ubicuo cigarro Camel colgado del labio de la parte derecha de su boca. Est sentado en una motocicleta con la rueda delantera torcida un poco a la izquierda de tal manera que da nfasis al cigarro. Su mano derecha est colgada del manubrio derecho de la motocicleta. Esa mano tiene tres dedos (en lugar de cuatro), que estn en lnea paralela con su hocico y su boca. El farol de la motocicleta apunta hacia abajo, en direccin al espectador: una columna imaginaria de luz arrojada al sujeto, que complementa la columna enorme del cigarro blanco en la boca del camello, que es, desde luego, el tema principal de toda la gigantesca imagen. En fin, todas las seales, motocicleta, mano, dedos, hocico, boca, sirven para destacar hasta ms la presencia del cigarro.Ah. Cabe decir que en el rincn del sureste de la imagen se encuentra la advertencia del Cirujano General -lo que es requisito respecto 266 a tal publicidad- dando el informe de lo peligroso del producto. Pero, lo que parece cosa de la pura casualidad, el anuncio queda casi oculto detrs de unos rboles en frente del edificio. Ms relevante an, esos rboles proveen sombra para un pequeo jardn de nios, con columpios, resbaladillas, arena para jugar, y diversos juegos. Contemplado desde el sitio donde juegan los nios, Joe ofrece un panorama impresionante, y hasta arrollador.Hasta ahora he vestido un slo signo, Joe, con una complejidad de signos en interrelacin que pueden ser interpretados de diversas maneras. La moraleja de mi pequea historia es que la Figura 3, aparentemente un simple eje con tres lneas equidistantes y cada una con un punto en el extremo, presenta lo que podra ser concebido como una imagen algo esttica: no hay indicacin necesaria de movimiento, dinmica, proceso, fluidez. Para que exista la creacin de una imagen genuina de lasemiosis, debe existir la posibilidad de que elI(interpretante) pueda llegar a ser otroR(representamen) que relaciona a su respectivoO(objeto semitico) -que es ahora otra cosa de lo que fue- y todo, como signo, a su vez engendra otroI, que ya est en el proceso de engendrar otroR, y as sucesivamente. Segn ese proceso, y en vista de la Figura 3, obsrvese la Figura 4. Un signo orepresentamen(R1, Joe1) se vuelve en (se traduce en) su signo como sucesor (R2, Joe2 como un camello rebelde, lo que atrae a los nios y la juventud) por medio deR1. E inmediatamente R2llega a ser (se traduce en) el prximo signo (R3, Joe3 como significado de los cigarros Camel), con su respectivoOeI, y mientras gira alrededor del eje central en algn vrtice en el hirviente rosemisico. De esta manera, cada instancia del mismo signo (una rplica) engendra un signo que es ahora un signo diferente, aunque esa diferencia sea infinitesimal: lasemiosisnunca puede ser esttica; es un fluir efervescente. Solamente de esta forma pueden todas las relaciones del rosemisicocomponer una totalidad auto-organizante -unrizomainterconectado con un sinnmero de ejes cada uno de los cuales es un centro, su propio centro, y la circunferencia de la cual no est en ningn lugar determinable-.

V. Puede ser un signo una isla sola?Relacionando ese proceso entero con el concepto del signo como una transformacin o traduccin de otro signo, supngase que usted no 267 sabe el significado de la palabra world, y, bscandola en un diccionario Espaol-Ingls, encuentra world, que corresponde a mundo.Ahora sabe que lo que significa mundo para usted, world significa ms o menos el equivale nte. Es decir, la palabra mundo puede significar algo diferente para cada hispanoparlante, aunque todos comparten alguna idea o concepto de lo que es el significado de mundo, y el significado de mundo es ms o menos igual al significado de world, aunque entre todos los angloparlantes existen pequeas diferencias en cuanto al significado de la palabra world. Pero a pesar de todas esas diferencias, usted sabe ahora usar la palabra world con bastante eficacia como para comunicarse con otros hispanoparlantes que saben ingls y con los individuos que componen la comunidad de angloparlantes. En otros trminos, usted ahora sabe que: (1) mundo es un signo mediador y relacionado con world como un signo de bsicamente el mismo objeto semitico que significa el signo mediador, mundo y (2)worldes ese objeto en el espacio sobre el cual existimos, que para decir world es ms o menos igual como para decir mundo y por lo tanto mundo es el interpretante para world. Las dos palabras como trminos generales no denotan nada ms que cierta forma que pertenece a s mismo y solamente a s mismo (vase Savan, 1987-88).No es que simplemente estoy ignorando la idea de la referencia, o ms bien, las relaciones entre los signos y las cosas. No. Estoy haciendo hincapi en la funcin de la traduccin como ms bien una cuestin de relaciones entre signos y signos y entre signos y cosas. Esas relaciones entre signos, en el sentido de la traduccin, incluyen relaciones entre signos y cosas como un subconjunto. Entonces tenemos signos (representamenes), objetos (objetos semiticos) y sentido y significado (en su unin,interpretantes). De esta manera podemos decir que (a) 'World', 'monde' y 'Welt', tienen la mayora, pero no todos, los atributos que tiene 'mundo' en su relacin con ese cuerpo esfrico que gira alrededor del sol sobre la superficie del cual existimos, aquellos atributos que son semejantes y hasta se parecen, aunque no son absolutamente idnticos. O, desde un punto de vista complementario, podramos decir que (b) 'Mundo' es esfrico y 'world' es esfrico y 'monde' es esfrico y 'Welt' es esfrico. En otras palabras, (a) evoca los atributos de los signos en relacin a otros signos y a sus respectivos objetos. Adems, al hacer esas relaciones, aludimos a lo que Peirce denomina suprofundidad (depth)de algn signo. De esta manera, la imagen de laprofundidadentera de un signo 268 contendra una enumeracin de todos sus atributos. Decir, El 'mundo' es una esfera un poco imperfecta y gira alrededor del sol de manera elptica y queda entre Marte y Venus y es habitable y su capa de ozono escasea, etc., da al signo en cuestin crecienteprofundidad. Sin embargo, con respecto a la traduccin, que abarca la predicacin (b), una mera lista de los atributos del signo le otorgara pocaextensin(breadth). Laextensinde un signo incluye una serie de ejemplificaciones (particularidades o tokens) de l, de manera que sugeneralidad(comotipo, o laclasede cosas a la cual pertenece) en relacin a su objeto quede cada vez ms especificado. Laextensincompleta de un signo, entonces, consistira en la totalidad de sus posibles ejemplificaciones o actualizaciones, incluso todas las relaciones a todos los objetos posibles en el mundo fsico y todos los interpretantes posibles. La proposicin (b), por lo tanto, da cuenta de la aplicacin de un signo, pero no de laprofundidadde un signo, de su repertorio de atributos.No obstante, no hay que menospreciar laextensinde los signos. Los signos pueden cobrarse de msextensina travs de su uso dentro de diversos contextos en diversos lugares. Eso sirve para dar ms riqueza a los signos. Por ejemplo, 'Mundo' para un campesino brasileo no incluye el conjunto global de naciones, culturas, y pueblos, mientras para un profesionista de la clase media de Argentina el mismo signo se carga de un significado msexpansivo. Conciencia de estas dos aplicaciones posibles de la palabra del mismo signo de parte de un campesino brasileo o un argentino citadino es esencial para una comprensin cabal de suprofundidad. Tambin implica el uso del signo y la conciencia de laextensincomo unageneralidad(otipo) que es ms o menos aplicable a ciertas clases de circunstancias. En este sentido, una conciencia apropiada de laextensinde un signo exige una conciencia complementaria de suprofundidad: laextensinsinprofundidadno puede enriquecer el significado de un signo; laprofundidadsinextensinno es capaz de aplicar cabalmente el significado de un signo a otros signos.Entonces si extrapolamos nuestro diagrama con respecto al concepto del signo traduccin, tendremos una variacin de la Figura 4, dondeR1sera mundo,R2sera world,R3sera monde,R4sera Welt, etc. La diferencia es que ahora estamos considerando la traduccin en el sentido convencional, mientras que en el caso anterior la idea de traduccin abarcaba re-iteraciones de lo que podra haber sido considerado como el mismo signo pero en diferentes sitios y en 269 diferentes momentos. No obstante, como el mismo signo sufre alteraciones incesantes desde un punto espacio-temporal a otro, de la misma forma el signo en una lengua sufre cambios en el pasaje a otras lenguas, aunque se supone que el mismo signo en diferentes lenguas est relacionado con el mismo objeto. Ya que dentro de diferentes lenguas los signos y sus respectivos objetos son ms o menos los mismos, as tambin los interpretantes de esos signos son diferentes.Y, qu pas con 'Joe'? pregunta alguien. Ah, s, Joe. Un signo bastante sencillo, no? Pero al pensarlo un poco, nos damos cuenta de que de ninguna manera es sencillo. De hecho, como todos los signos peircianos, Joe tiene la potencialidad de ser infinitamente complejo en cuanto a todas sus interpretaciones posibles. Pues, de seguro, Joe es el mismo signo (osimulacro), como una particularidad (token) que consiste de un temblorcito de ondas en el aire o algunas rayas en un pedacito de papel o en la computadora. Pero dentro del contexto de lasemiosishumana, y dado el nmero potencialmente infinito de puntos espacio-temporales y su uso casi sin lmite en cuanto a los valores culturales y las convenciones sociales, tiene que ser un signo diferente con cada una de sus instancias. Muchos de sus usos pueden diferirse tanto como mundo para un campesino peruano o un hombre de negocios de Buenos Aires y world para el habitante yuppie de la Quinta Avenida de Nueva York. Pueden ser esencialmente de la ndole de traducciones. De la misma forma, Joe puede ser Joe cool para un nio de diez aos en el jardn de la avenida Paulista de San Pablo, Brasil, ya que qued bastante impresionado con la imponente y omnisciente figura de la cual no puede quitar la vista. Pues s, cool. En contraste, su vecino de catorce aos, pandillero, rebelde y muy sbelotodo, quizs dijera del icono del camello: 'Joe'? No es nadie en especial. Ni me impresiona gran cosa ni me afecta. Y libremente ofrece su opinin con un cigarrillo prendido entre los dedos -desde luego, es un Camel. Por cierto la mam de ese pandillero guarda algunas palabrillas criticonas con respecto a Joe. Cree que influye de manera maliciosa en las mentes inocentes, y por lo tanto deben prohibir toda la publicidad de ese tipo. Aquella noche en la seguridad de su despacho, un investigador algo presumido y pedante de la universidad escribe un artculo sobre Joe como ejemplo de la posmodernidad segn la lgica de la cultura del capitalismo tardo, con la esperanza de conquistar la fama que cree merecer dentro de los crculos acadmicos. Y las posibilidades de traduccin del signo solitario, Joe, siguen aumentndose cada vez ms.

270VI. Corrientes y vrtices y huracanes y ciclones: lasemiosisLa idea del cambio de significado o la traduccin de los signos trae recuerdos del signo efervescente, templante, titubeante, chispeante, en rotacin de las Figuras 1, 3 y 4. UnIse vuelve en unR, que se interrelaciona con (gira alrededor de) su propioOeI, y elOo elIen el proceso se vuelve en otroR.

Figura 5Se comparan esas revoluciones con una imagen encontrada en muchas formas en diferentes culturas, a veces con el nombre de La Isla de las 'Piernas que Corren' (Figura 5). Es un signo antiguo con el fin de engendrar la idea del proceso: las tres piernas se persiguen las unas a las otras alrededor de un eje esttico. El problema es que, una vez ms, el pensamiento clsico invariablemente tiende a emerger y dominar la imagen. El tro de piernas podra caber dentro del concepto de un grupo cclico de la teora de grupos, un tipo de la simetra rotativa. El lgebra de tales rotaciones es bastante simple: gire usted una pierna 120 y queda transformada (traducida) en la siguiente pierna, y entonces repita la operacin,ad infinitum. En realidad, la rotacin de las piernas de la trada peirciana (Figura 3) queda casi, pero no absolutamente, igual. Es decir, son los autores de la rotura de la simetra ms bien que la creacin de la simetra. Cada 271 traduccin de un componente del signo no deja un arco en el plano cartesiano sino describe un espiraloide en el espacio tridimensional: despus de cada ciclo no hemos vuelto al origen sino a otro lugar fuera del plano de acuerdo con una trayectoria no-simtrica. Es como el litgrafo de Mavrits Escher, Ascendiendo y Descendiendo, que consiste en varios monjes subiendo unas escaleras que terminan donde comienzan. Vemos que los monjes no estn progresando, pero desde su propio punto de vista estn subiendo cada vez ms hacia el cielo y ms cerca de Dios. Y es, precisamente,supunto de vista lo que importa, ya que ellos, como todos nosotros, estn envueltos en sentido inmanente dentro de la confluenciasemisicade su universo.Ahora bien, si la simetra es la palabra clave, y si el concepto de rotacin debe ser el foco de nuestra atencin, la pregunta es: Cul es la direccin de la rotacin y cmo es que causa la alteracin del signo? Pero, nuestro escptico ubicuo interviene, A fin de cuentas qu importa? A la derecha a la izquierda, no? Bueno, la diferencia tiene que ver con la dextrorrotacin en contra de la levorrotacin, entre la simetra poderosa, una pequea ruptura de la simetra, y una rebelde asimetra o antisimetra. La fsica clsica en realidad tiene poco que decir sobre ese tipo de fenmeno. Posicin, direccin, izquierda, y derecha, todos son conceptos relativos. Casi no hay preferencia respecto a una cosa o la otra. La simetra absoluta, de forma semejante, no tiene preferencia respecto a las direcciones. Una esfera perfecta es puramente simtrica. Podemos girarla cuantas veces queramos, y queda igual: es la misma esfera y ocupa la misma cantidad de espacio.En cambio, la simetra bilateral -como la relacin entre un objeto y su imagen especular- es un poco menos que pura, y ha captado el inters de muchos investigadores. Kant estaba fascinado con la simetra bilateral, igual que Leibniz. Una imagen especular es igual y al mismo tiempo es diferente. Ponga su mano derecha enguantada delante del espejo, y se vuelve en la mano izquierda y el guante izquierdo. Si el guante es de hule para uso en la ciruga, la operacin para convertir el guante izquierdo al guante derecho es simple: voltearlo. Pero si el guante es grueso, la operacin se vuelve casi imposible, y entonces puede llegar a ser el guante derecho slo por convertirlo en una infinidad de puntos matemticos y transformarlo a travs de una infinidad de operaciones topolgicas. Si Alicia, despus de haberse acostumbrado a su Pas de las Maravillas, hubiera dado la vuelta para contemplar su mundo ordinario, habra descubierto que el mundo real que dej 272 ahora es un mundo extrao. Una de las primeras cosas que vio al entrar en su nuevo mundo fue un reloj. Los nmeros estaban al revs y las manecillas daban vuelta en sentido contrario. Pero en realidad, la direccin no tiene relevancia; un reloj podra funcionar tan bien en sentido contrario como en sentido ordinario. Da igual. Otra relacin complementaria de Lewis Carroll reside en los gemelos, Tweedledee y Tweedledum. Cuando saludaron a Alicia, uno extiende la mano derecha y el otro la mano izquierda. Si su simetra fuera genuina, entonces un gemelo sera dominado por el hemisferio cerebral derecho y el otro por el hemisferio izquierdo. Seran verdaderamente gemelos idnticos, pero en sentido bilateral.Diseos y rotaciones en sentido contrario a la direccin de las manecillas de un reloj se encuentran a menudo en diversas culturas humanas. La mayora de los tornillos dan vuelta de izquierda a derecha. Sin embargo, en los Estados Unidos, carros, caballos, perros y seres humanos corren de derecha a izquierda alrededor de la pista durante las carreras. De esta manera, los ojos se mueven de izquierda a derecha al observar el espectculo en la pista que tiene uno delante, como si uno estuviera leyendo un libro. Para leer el hebreo y ciertas otras lenguas, en cambio, los ojos pasan de la derecha a la izquierda. Y en Inglaterra, donde los volantes de los carros estn a la inversa de los carros de los Estados Unidos, las carreras van en la direccin de un reloj. Las mismas palabras, izquierda y derecha, dan testimonio en muchas lenguas del prejuicio que la comunidad tiene en favor del lado derecho, tal vez porque tenemos la tendencia de usar la mano derecha -los zurdos cuentan entre ms o menos 10% de la poblacin en cualquier sociedad-.Siniestroproviene del latn, que quiere decir izquierdo, mientrasdiestroes un trmino que se usa para indicar la derecha.Gaucheen francs quiere decir chueco o torpe, mientrasdroitindica honrado o recto. En alemn,linkes izquierda, ylinkisches torpe, mientrasrecht, o derecha, quiere decir verdad o franco o sincero. La mayor parte de las distinciones, sin embargo, parecen arbitrarias, idiosincrticas y dependientes de una cultura dada ms bien que biolgicamente determinadas.De ms inters con respecto a la semitica peirciana es el hecho de que la vida misma es un poco asimtrica. Louis Pasteur fue uno de los primeros cientficos en fijarse en que las molculas que componen los organismos vivientes vienen en formas enantiomrficas, es decir, de simetra bilateral. A este respecto es interesante ver que el hlica asimtrica del DNA, un espiraloide asimtrico, casi invariablemente 273 da vuelta de la izquierda a la derecha.136El cuerpo humano, y la vasta mayora de todos los dems organismos, manifiestan una simetra bilateral. Pero en todos los casos la simetra no es perfecta sino que existen pequeas variaciones. La simetra bilateral tiende a perseverar en el interior del cuerpo, pero en algunos casos la simetra queda radicalmente destruida, como por ejemplo en el corazn, el hgado, el apndice y el pncreas. Ciertos rganos del cuerpo humano y de otros organismos manifiestan una enroscadura asimtrica -los caracoles, los cuernos de borregos, caballos del mar-. Esas torceduras generalmente favorecen una direccin u otra. Las conchas de los caracoles casi siempre tienen espiraloides hacia la derecha cuando son vistas desde arriba, por ejemplo. Sin embargo, pocos bilogos creen que ese fenmeno est ligado al espiral molecular del DNA. Nuestro mundo podra haber sido completamente al revs, si hubiramos nacido en el Pas de las Maravillas. Pero de todos modos, la vida seguira igual, con las mismas tensiones y placeres, los mismos momentos de jubilacin y de mortificacin, los tiempos de guerra y de paz y de amor y de odio, como experimentamos en nuestro mundo, al cual nos hemos acostumbrado.

VII. Al grano, al grano!A fin de cuentas, cul es la tesis de usted? Pues, la tesis es que las ideas de verdad y falso de la lgica clsica y del discurso del positivismo lgico son, a fin de cuentas, oposiciones binarias.Desde luego, segn las categoras de Peirce, tenemos la Primeridad, y suotro, la Segundidad, una cosa y otra cosa que la primera cosano es. Y he aqu!, la base del pensamiento binario. Pero, qu es de la Terceridad? Quizs quisiera uno concluir que la Terceridad es la mediacin entre lo queesy lo queno esde modo que emerge a la luz del da la interpretacin de una de las dos cosas como ms adecuada que la otra. Pero no es as, en vista de lo susodicho. Adems, si seguimos a los nuevos filsofos de la ciencia Thomas 274 Kuhn, Norwood Hanson, Michael Polanyi, y Paul Feyerabend, y si hacemos caso a los consejos de Ludwig Wittgenstein, Hilary Putnam y Nelson Goodman, tanto como a los de Peirce u otros pragmatistas tales como William James y John Dewey, y aun el perspectivismo de Friedrich Nietzsche y algunos de sus discpulos, Michel Foucault y Gilles Deleuze, y hasta Richard Rorty, no podemos menos que concluir que las verdades de ayer pueden ser las falsedades de hoy, y viceversa.Lo queesy lo queno esnecesita una dosis masiva de la Primeridad, o sea, del azar, lachance, la incertidumbre, y sobre todo, lavaguedad. Y la mediacin a travs de la Terceridad tiene que traer la nocin de que por precisa que sea la concepcin de un signo, de un conjunto de signos, de una teora, o de la ejemplificacin de la teora, siempre existir un elemento deindeterminismo, y por eso de laincompletitud. As es que todo signo que aparezca casi inmediatamente se transforma en otro signo con otro significado. No hay, ni puede haber, ningn signo que quede tal como es por todos los siglos de los siglos. De esta manera, aunque Joe Camel est bien enraizado en los anales de la publicidad como un signogeneral, como untipo, capaz de engendrar un sin nmero de signos particulares (tokens), de todos modos nunca es el mismo Joe Camel.Entonces de nuevo tenemos: uno-dos... y entonces tres -pausa... y.... El comps sincopado, asimtrico, espiraloide, corre por la cascadasemisica. Lo que s es cierto es que seguir su danza. Y estamos nosotros dentro de la danza, quermoslo o no. Y Joe? Pues, es sencillamente Joe. Pero en realidad es una imagen bastante nica. Hay que conceder que l no tiene la culpa de la influencia que tiene en sus interpretadores, porque no es ms que un signo. Pero, despus de todo lo dicho y hecho, sus interpretadores, todos nosotros, tampoco somos ms que signos, entonces tampoco tenemos la culpa de nada, ni la tienen los agentes de la publicidad que crearon a Joe. Pero esprese. No. Eso no es verdad. Debo retraer lo que acabo de escribir. El hecho es que todos somos responsables, por grande o pequeo que haya sido nuestro papel en la procreacin de los signos culturales y la manera en que se interpreta. Porque como signos, ejercemos alguna influencia sobre todos los signos en el procesosemisico, sepmoslo o no.Si recuerdo bien, Jean Paul Sartre escribi algo por el estilo con respecto a nuestraexistencia. Pero, esa, desde luego, sera otra historia.

275Referencias bibliogrficasBAER, EUGEN (1988).Medical Semiotics. Lanham: University Press of America.DELEUZE, GILLES and FLIX GUATTARI (1987).A Thousand Plateaus: Capitalism and Schizophrenia II, trans B. Massumi. Minneapolis: University of Minnesota Press.GARDNER, HOWARD (1987).The Mind's New Science: A History of the Cognitive Revolution, 2nd ed. New York: Basic Books.LVI-STRAUSS, CLAUDE (1966).The Savage Mind. Chicago: University of Chicago Press.MERRELL, FLOYD (1995a).Semiosis in the Postmodern Age. West Lafayette: Purdue UP___ (1995b).Peirce's Semiotics Now: A Primer. Toronto: Canadian Scholars' Press.___ (1996).Signs Grow: Semiosis and Life Processes. Toronto: University of Toronto Press.OGDEN, C. K. and I. A. RICHARDS (1923).The Meaning of Meaning. New York: Harcourt, Brace, and World.PEIRCE, CHARLES SANDERS (1931-35).Collected Papers of Charles Sanders Peirce, C. Hartshorne and P. Weiss (eds.), vols. 1-6, Cambridge: Harvard UP.PIAGET, JEAN (1973).The Child and Reality. New York: Grossman.SAVAN, DAVID (1987-88).An Introduction to C. S. Peirce's Full System of Semeiotic(Monograph Series of the Toronto Semiotic Circle 1). Toronto: Victoria College.SCHRDINGER, ERWIN (1967).What is Life?andMind and Matter. Cambridge: Cambridge UPTYLER, STEPHEN (1987).The Unspeakable: Discourse, Dialogue, and Rhetoric in the Postmodern World.Madison: University of Wisconsin Press.YOURGRAU, WOLFGANG (1966). Language, Spatial Concepts and Physics. InMind, Matter, and Method, ed. P. K. Feyerabend and G. Maxwell, 496-509. Minneapolis: University of Minnesota Press.

Publicado en J. F. Sells (ed.): Propuestas antropolgicas del siglo XX, Eunsa, Pamplona, 2007, 39-58.

Antropologa pragmatista:el ser humano como signo en crecimiento

Sara Barrena, Jaime [email protected], [email protected] filsofo y cientfico Charles Sanders Peirce (1839-1914) es quiz el pensador americano ms importante de todos los tiempos. Su mente profunda y original se enfrent a una gran variedad de temas y fue capaz de hacer aportaciones de notable inters en casi todos los mbitos que abord: qumica, fsica, astronoma, geodesia, metrologa, cartografa, psicologa, filologa, historia de la ciencia y, especialmente, matemticas, fenomenologa, lgica y metafsica.

La independencia y creatividad del pensamiento de Peirce est marcada principalmente por una nueva corriente filosfica de la que se le considera fundador: el pragmatismo. Lejos de posteriores interpretaciones errneas, el pragmatismo constitua para Peirce un mtodo lgico "para averiguar el significado de las palabras brutas y los conceptos abstractos, () siguiendo el mtodo experimental por el que todas las ciencias exitosas han logrado los grados de certeza que les son propios" (CP 5.464-5, 1907). Ese mtodo, aclara Peirce, no es sino una aplicacin particular de una vieja regla lgica: "por sus frutos los conoceris" y proclama que para conocer el significado de un concepto debemos conocer, no su utilidad, como a veces se ha malinterpretado, sino sus posibles consecuencias prcticas. El pragmatismo lleg a convertirse en la filosofa americana ms importante de finales del siglo XIX y comienzos del XX, y el legado pragmatista posee una sorprendente riqueza que todava en el siglo XXI puede iluminar nuestras reflexiones sobre diversos aspectos de la realidad y ayudarnos a comprender mejor el mundo que nos rodea.

Qu puede decir el pragmatismo acerca del hombre? Puede ayudarnos un mtodo lgico a comprender mejor una idea tan amplia y compleja como la de "ser humano"? En este artculo trataremos de desarrollar una "antropologa pragmatista", desentraando las claves del pensamiento de Peirce que pueden iluminar nuestras reflexiones antropolgicas y ayudarnos a comprender qu es el hombre. Nos centraremos en primer lugar en la vida y obra de Peirce, tratando de aclarar qu lugar ocupaba la reflexin sobre el ser humano dentro de su pensamiento y de explicar alguna de las premisas bsicas para desarrollar una antropologa pragmatista. En segundo lugar, trataremos de la semitica peirceana y del papel que juega la idea de signo en la comprensin pragmatista del hombre. La semitica de Peirce es mucho ms amplia que una clasificacin de los signos: comprende todo cuanto existe en cuanto que todo puede ser signo y sirve de base para una antropologa filosfica, pues para Peirce la idea de ser humano, como todo concepto, es en primer lugar un signo. El ser humano como signo aparecer desde esa perspectiva como abierto e intrnsecamente social, insertado en una red de posibles relaciones sin las cuales no podra comprenderse qu es el hombre.

Siguiendo el mtodo pragmatista de Peirce debemos examinar a continuacin las consecuencias posibles a las que dara lugar el concepto de ser humano, esto es, la clase de acciones que originara. En los apartados tercero y cuarto examinaremos las caractersticas de las acciones propiamente humanas: acciones autocontroladas, creativas, dirigidas a un fin y que forman parte y colaboran con la creacin del universo.

1. El estudio del ser humano en Peirce

Charles S. Peirce naci en Cambridge (Massachusetts) en 1839. Era el segundo hijo de una de las familias ms destacadas del entorno intelectual, social y poltico de Boston. Su padre Benjamin Peirce era profesor de Harvard y un reconocido matemtico y astrnomo de su poca, y desde muy pequeo inici a Charles en el estudio de la fsica, de las matemticas y de la astronoma. La formacin acadmica de Peirce fue eminentemente cientfica y se gradu en qumica por la Universidad de Harvard en 1863. Sin embargo, a lo largo de toda su vida demostr una constante fascinacin por las cuestiones filosficas, a las que se introdujo principalmente a travs de la filosofa kantiana y de la filosofa escocesa del sentido comn. Peirce dominaba la historia de las ideas, as como la historia y la teora de la ciencia, y a lo largo de los aos se mantuvo en constante dilogo con los pensadores que le precedieron.

Durante cinco aos (1879-1884) Peirce ense lgica en la recin creada Johns Hopkins University, lo que supondra su nico contacto prolongado con una Universidad. Entre 1865 y 1891 desarroll su actividad profesional como cientfico en la United Coast and Geodetic Survey. All trabaj de forma regular y constante como metrlogo y como observador en astronoma y geodesia. Ese trabajo de tipo experimental le permiti viajar por Europa y adquirir un importante prestigio internacional como cientfico.

En 1887, cuando slo contaba 48 aos, Peirce se traslad a Milford (Pennsylvania), donde vivi retirado junto a su segunda esposa, Juliette Froissy, durante veintisiete aos. En ese tiempo se dedic a escribir afanosamente acerca de lgica y filosofa, corrigindose a s mismo una y otra vez, con "la persistencia de la avispa dentro de una botella", segn sus propias palabras, aunque sus trabajos en muchos casos no llegaran nunca a ser publicados. Durante ese tiempo Peirce escribi la mayor parte de las miles de pginas de manuscritos que dej a su muerte en 1914 y que su esposa vendi a la Universidad de Harvard.

Charles Peirce fue un pensador extraordinariamente prolfico y dej una obra que destaca por su amplitud y extensin. Puede decirse que su pensamiento consiste en un conjunto de doctrinas distintas, pero relacionadas entre s. Su interpretacin ha sido difcil y en ocasiones se le ha visto como un pensador contradictorio, pero de modo creciente y particularmente a partir de la edicin cronolgica de sus escritos, se ha sealado la profunda sistematicidad y coherencia de su pensamiento. Se ha visto con ms claridad que Peirce pretendi llevar a cabo una magna obra, una arquitectnica de la razn humana en la que fuera posible analizar los distintos sistemas tericos en una dependencia jerrquica, en estrecha relacin con su trada de categoras (primeridad, segundidad y terceridad). Para desarrollar ese sistema Peirce conjug intuiciones brillantes, que a menudo sorprenden por su claridad y acierto algunas de sus ideas son como deca James "destellos de luz deslumbrante sobre un fondo de oscuridad tenebrosa"1 , con dcadas de trabajo tenaz y persistente.

La mente original de Peirce no slo cre nuevas disciplinas y corrientes filosficas, como la semitica o el pragmatismo, sino que tambin fue capaz de enfrentarse de un modo nuevo y profundo a las cuestiones filosficas tradicionales, entre ellas a la cuestin del ser humano. Peirce trat de afrontar los problemas filosficos tradicionales desde su propia perspectiva, ciertamente una perspectiva emprica, ya que como decan los escolsticos el conocimiento brota siempre de la experiencia, pero no "empirista" o "positivista".

Aunque Peirce no desarroll una antropologa sistemtica, sus reflexiones acerca de qu y cmo es el ser humano permean toda su filosofa. Peirce se acerc a la investigacin sobre el hombre desde muy diversas cuestiones: la capacidad de conocer la verdad, de hacer que la ciencia progrese, de comunicarse, de crear, etc. La respuesta a la pregunta por el hombre, al igual que cualquier otra investigacin, ha de seguir para Peirce el mtodo cientfico, el nico que segn l puede llevarnos al conocimiento verdadero. Peirce, que segua en esto la mentalidad de su poca, afirmaba que la filosofa deba imitar los mtodos de las ciencias, procediendo slo a partir de la experiencia y a partir de premisas tangibles que pudieran someterse a un cuidadoso escrutinio (CP 5.265, 1868). Ese mtodo cientfico, que ocup gran parte de sus reflexiones durante muchos aos, se alejaba sin embargo de un cientismo materialista y positivista, pues no se reduce a un experimentalismo de laboratorio ni descarta todo aquello que no pueda conocerse por las primeras impresiones de los sentidos. El mtodo cientfico, anclado en un fuerte realismo, es para Peirce aquel que parte de la experiencia, de una realidad que es como es independientemente de lo que nosotros pensemos sobre ella, pero que puede afectar a todo hombre siguiendo unas leyes regulares y llevarle a las mismas conclusiones verdaderas, tal y como Peirce expona en su artculo de 1877 "La fijacin de la creencia"2. En la etapa final de su vida el mtodo cientfico quedaba esbozado como un mtodo con tres etapas: una primera en la que meditando libremente a partir de la experiencia surge una hiptesis explicativa, una segunda en la que se tratan de deducir las posibles consecuencias de esa hiptesis y una tercera en la que comprobamos mediante induccin si esas consecuencias se cumplen y corresponden con la realidad.

Por tanto, es necesario enfrentarse a la pregunta por el hombre con ese peculiar espritu cientfico, alejado del "cientismo". El novelista americano Walker Percy sealaba en 1989 que en Peirce podemos encontrar las bases para una futura "ciencia del hombre" ms coherente y unitaria, que ser capaz de superar los dualismos y las divisiones insalvables de la modernidad al tener como caracterstica principal la triadicidad del ser humano, el carcter que posee el hombre en cuanto signo. Percy hablaba de un tercer elemento que conecta el nombre y la cosa en el lenguaje, el sujeto y el predicado, lo material y lo espiritual: el interpretante, el emparejador, la mente o como queramos llamarlo, dice Percy, no es material, y sin embargo, afirma, es tan real como una berza, un rey o una neurona3. En efecto, para Peirce el alma del signo reside en el poder de servir como intermediario entre su objeto y una mente (CP 6.455, 1908), entre lo material y lo espiritual. En el corazn de todas las actividades peculiarmente humanas subyace la triadicidad, un tipo de realidad diferente, un tercer elemento capaz de salvar el abismo moderno entre espritu y materia y que, como afirmaba Percy, no es explicable segn el paradigma cientfico convencional, sino mediante un espritu cientfico ms amplio.

La caracterstica clave de una nueva antropologa peirceana sera por tanto la idea de que el hombre es un signo, y que como tal tiene carcter tridico. En distintas ocasiones Peirce se plante directamente la pregunta fundamental de la antro