n a r r a t i v a

Marcelo Wise

Cómo un libro en la clase de Felipe Montes

para estudiantes(y algunas historias cortas)

Cómo escribir un libro en la clase de Felipe Montes para estudiantes

(y algunas historias cortas)

Cómo escribir un libro en la clase de Felipe Montes para estudiantes

(y algunas historias cortas)

Marcelo Wise

Centro de CreaCión Literaria

teCnoLógiCo de Monterrey

© D.R. 2013 Tecnológico de Monterrey Centro de Creación Literaria Felipe Montes, director

© D.R. 2013 Marcelo Eugenio Wise García

Erika del Ángel, edición y diseño

Todos los derechos reservados conforme a la leyMonterrey, Nuevo León, México

Índice

Prólogo al prólogo 9Prólogo 11

PARTE 1 13I. ¿Cómo escoger un tema? o ¿de qué chin… escribo? 15

II. ¿Cómo empezar a escribir? 19

III. ¿Cómo seguir escribiendo hasta terminar? 23

PARTE 2 27Daniel 29

Bitácora de sueños 33

Ámsterdam 37

Aquí, en la primera hoja después del índice, puedes poner una frase de tu escritor favorito, director de cine favorito, cantante favorito o algo

que hayas escuchado en la calle que te haya llamado la atención

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Aprovecha todos los días, descansa poco y vive al máximo

There are a million little strings attached to every choice you make; you can destroy your life every time you choose. But maybe you won’t know for twenty years. And you may never ever trace it to its source. And you only get one chance to play it out. And they say there is no fate, but there is: it’s what you create. And even though the world goes on for eons and eons, you are only here for a fraction of a fraction of a second. Most of your time is spent being dead or not yet born. But while alive, you wait in vain, wasting years, for a phone call or a letter or a look from someone or something to make it all right. And it never comes or it seems to but it doesn’t really. And so you spend your time in vague regret or vaguer hope that something good will come along. Something to make you feel connec-ted, something to make you feel whole, something to make you feel loved. And the truth is I feel so angry, and the truth is I feel so fucking sad, and the truth is I’ve felt so fucking hurt for so fucking long and for just as long I’ve been pretending I’m OK, just to get along, just for, I don’t know why, maybe because no one wants to hear about my misery, because they have their own. Well, fuck everybody.

Synecdoche, New York. Charlie Kaufman (2008)

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Prólogo al prólogo

En la universidad aprendes mucho más que los temas de la carrera que eliges estudiar. A lo largo de mis estudios comprendí que no vas a la universidad solamente a obtener el conocimiento de un profesor, sino también a aprender las bases para vivir el resto de tu vida profesional y personal.

Entre otras cosas, aprendes a trabajar en equipo, a adaptarte a situa-ciones nuevas, a resolver exámenes retadores, a organizarte en tiempos de estrés, a tratar con personas diferentes, a lidiar, pues, con un gran etcétera.

Al inscribirme en la carrera de Ingeniería en Mecatrónica nunca pensé que, como parte de las materias a cursar durante los nueve semes-tres de duración de la misma, me tocaría escribir un libro. He escrito pocas cosas por gusto, ya que siempre que lo intento siento que estoy escribiendo una gran sarta de estupideces e incoherencias, además de mi pobre lenguaje literario.

Uno pudiera pensar que escribir un libro es lo último que haría un ingeniero mecatrónico, ¿no? Sin embargo, durante la clase del profesor y escritor Felipe Montes obtuve la motivación necesaria (y no sólo por aprobar la clase). Aprendí que todas las personas pueden escribir, pero se require darse el tiempo.

El requisito de la clase es sencillo: al terminar el semestre debes en-tregar un libro escrito por ti de no menos 40 páginas. Cursando el pe-núltimo semestre de mi carrera y ocupado en proyectos finales, exá-menes, vinculaciones empresariales y la difícil búsqueda de empleo o prácticas profesionales, me dispuse a cumplir este requisito, el cual es necesario para poder obtener el título de ingeniero.

Todos tenemos algo interesante que escribir.

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Prólogo

¿Qué es el prólogo? ¿Qué se escribe en un prólogo? ¿Necesito un prólo-go? Estas preguntas te las harás tarde o temprano. Un prólogo en tu li-bro es la excelente excusa para llenar las primeras hojas. Puedes escribir de tu infancia, juventud o sueños del futuro. También puedes escribir lo que te inspiro a escribir el libro. O puedes tirar un rollo como el que escribí en el “Prólogo al prólogo” de este libro para alcanzar las ansiadas 40 páginas.

La Real Academia Española lo define como un “escrito antepuesto al cuerpo de la obra” y que “sirve como exordio o principio”. Técnicamente hablando, el prólogo lo escribes cuando terminas el libro y has podi-do reflexionar un poco acerca de tu grandiosa obra. Pero quién se va a enterar de esto, ¿verdad? ¿Por qué lo tengo que escribir al final si es lo que va primero?

La decisión final es tuya.El prólogo no es parte indispensable de tu libro. Si ya tienes sufi-

ciente material puedes evitarte la molestia y enfocarte en el contenido. Ahora, si sientes que hace falta una introducción a tu obra maestra, el prólogo es un excelente lugar para ponerla, además que le da un toque más formal.

Si estás en apuros de contenido, puedes además complementar con un prefacio, la llamada “introducción general” o hasta una dedicatoria extendida.

PARTE 1

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I. ¿Cómo escoger un tema?

o¿de qué chin… escribo?

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¿De qué se va a tratar mi libro?Como todo, tienes que empezar por el principio y el principio en

este caso es el tema. No puedes empezar a escribir sin saber de qué vas a escribir. Ya que el tema o el tipo de escritura es totalmente libre, puedes escribir prácticamente de lo que quieras y como quieras. Mi recomen-dación personal es: escribe sobre algo que te guste o interese. Esa es la mejor manera de escoger el tema.

¿Tuviste alguna experiencia traumática que te gustaría contar? ¿Tu anterior relación se asemeja a la de una telenovela? Todos estos son te-mas posibles que podrías tomar para hacer tu libro. ¿Te gusta la ciencia ficción? Puedes también inventar una historia fantástica e imposible que se pudiera convertir en la próxima saga que rompa récords de ven-tas para convertirte en millonario, al más puro estilo de J.K. Rowling.

Si te estás sintiendo inspirado, puedes optar por la poesía. Si estás enamorado, se los puedes dedicar a tu chica y mostrarle los poemas —te podría traer beneficios a futuro—. La poesía te pudiera consumir más tiempo. Recomiendo esto sólo si en verdad te gusta. Ten cuidado de empezar algo que te va a costar mucho trabajo terminar.

Otros posibles temas de los que puedes escribir son: la historia de tu infancia, la historia de tu preparatoria, la historia hasta ahorita de tu carrera o de un viaje o intercambio que hiciste por Europa o algún país exótico poco visitado. Esto es: hacer como una pequeña autobiografía de ti. Es decir, aunque no seas famoso puedes escribir algo sobre ti y publicarlo en forma de libro.

Quizás a nadie le interesa una historia biográfica tuya pero lo po-drías hacer interesante. Más bien lo tendrías que hacer interesante, sino te aseguro que no podrás pasar de la segunda hoja. Algo que puedes hacer es escribir alguna experiencia que tuviste pero con otros perso-najes. De esta forma te sentirás quizás algo ajeno y escribir de manera impersonal; podría resultarte más fácil.

Si te gusta el surrealismo puedes contar algún sueño que hayas teni-do. O un sueño dentro de un sueño. O algo más profundo. O varios sue-ños que se entrelazan para hacer una historia completa. O simplemente lo que te esté pasando por la cabeza en este momento. Lo que piensas cuando te duchas o vas en el carro. Lo que crees que está pasando por la mente de tu perro a lo largo del día.

En fin, lo que más te apasione.

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Todos hemos tenido la curiosidad de escribir una historia de algo. Puedes revivir esa chispa que alguna vez te llegó para redactar la nue-va historia de amor que hará a las chicas llorar, empezar el primer epi-sodio de una saga alterna a Star Wars, escribir la secuela de la secuela de El señor de los anillos o el guión de una nueva versión de la película Volver al futuro.

Dada la naturaleza del libro, no tiene que ser un libro convencional. No es necesario escribir una historia o poema. Existe una infinidad de cosas o temas de los cuales se puede tratar en un libro. Se han escrito libros de chistes, dichos, costumbres y diversos aspectos de la vida dia-ria. También puedes hacer una historia de tu deportista favorito. Ima-gínate escribiendo la historia inventada de tu actriz favorita, o una lista de malas recetas de cocina que pudiera llevar como título Recetas para envenenar... Bueno, esto no te va a servir con las chicas.

Puedes escribir de ti como el mejor futbolista del mundo, o como un actor que viva en una mansión cerca de Hollywood.

Si te gusta salirte de la caja puedes relatar algo abstracto. Algo fuera de lo común y no convencional. Escribe acerca de la vida en otro uni-verso, en donde el tiempo fluye diferente y la vida en sí no es como la conocemos. Un mundo donde sólo se vive en el subconsciente y lo físico no existe.

Lo mejor es empezar con algo que conoces. Algo que te sea familiar o con lo que te sientas tranquilo escribiendo. Intenta que sea algo crea-tivo o busca una forma interesante de escribirlo. Puedes tomar alguno de tus hobbies y explicar por qué te gusta tanto, o si se trata de algún deporte extremo o actividad que no muchas personas realizan, puedes relatar el por qué esto es tu hobby y explicar un poco acerca de cómo lo practicas o en qué consiste.

Puedes inspirarte en algún autor, artista o personaje que idolatres o te interese y relatar la historia de éxito del mismo o algún suceso inte-resante en el que se haya visto involucrado y tu opinión acerca de ello.

Dependiendo del tema, intenta documentarte lo mejor posible en fuentes confiables de internet o libros relacionados. No vas a escribir del fin del mundo maya sin saber de qué se trata en verdad o cuál fue la razón por la que se predijo. Otra opción es escribir algo acerca de lo que estás estudiando, porqué te gusta eso o qué te hizo elegir esa carrera y qué es lo que encuentras interesante de ella.

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El punto es elegir algo que te guste, que conozcas o que te llame la atención y que disfrutes escribiendo, ya que de otra manera te será muy difícil terminar tu libro. Puedes pedir sugerencias e ideas a otras perso-nas, ya sea tus amigos, tu novia, familiares, etcétera.

El internet también es una fuente infinita de temas. En ese lugar cibernético, el cual empezó a existir hace no menos de 25 años, pue-des encontrar una cantidad inagotable de ideas que te pueden ayudar a escoger algo de qué escribir.

Escoger el tema es la parte más importante y a partir de aquí vas a poder empezar tu libro y desarrollarlo.

Y te recomiendo hacer esto ya. Ahora mismo. Y no dejarlo para unos días o semanas antes de entregar tu libro ya que de lo contrario te espe-ran muchos días de poco sueño.

II.¿Cómo empezar a escribir?

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Okei. Ya tienes tu tema, ya sabes de qué escribir. Vas bien. Un día te decides a empezar a escribir pero todo lo que escribes suena a pura basura. Te rindes ese día y lo dejas para después. Esta es la historia de todo el semestre y no debes caer en este círculo vicioso.

Esta es la parte más difícil de escribir tu libro.Un consejo es que antes de empezar a escribir leas algunos libros —si

no has leído alguno recientemente—; esto te puede ayudar a obtener un poco un lenguaje similar al que puedes usar en tu libro. No es estricta-mente necesario, pero si lees un libro antes de empezar el tuyo te podría ayudar mucho con el lenguaje.

Dependiendo del tema, el principio puede ser lo más difícil de tu libro. Te recomiendo hacer el siguiente ejercicio: escribe en una hoja en blanco el tema principal o título de tu libro —todavía no tienes que decidir un título, pero si ya lo tienes, mejor—. Después, separa tu libro en partes. Es decir, intenta separarlo en capítulos y escríbelos. Haz una especie de mapa mental de tu libro. Escribe puntos que quieres am-pliar para cada parte o capítulo. Esto te servirá de base y después podrás desarrollar, con mayor facilidad, cada capítulo o punto.

Ahora siéntate y ponte a escribir. Cierra el facebook y, si es necesario, desconecta el internet para que

te puedas concentrar. No te pares hasta que hayas escrito un párrafo. Esto te puede tomar un tiempo, entre lo que escribes y borras, pero hazlo. De otra manera nunca vas a comenzar y nunca vas a terminar, y acabarás intentando hacer todo una noche antes de la entrega como muchos —o todos— de los proyectos finales que has hecho a lo largo de tu carrera.

Pero esto no se puede dejar para el final. Relájate, cambia el ambien-te, levanta las persianas, abre o cierra la ventana o simplemente cierra la puerta de tu cuarto y aíslate para que puedas empezar a escribir. A veces lo mejor es empezar cuando te despiertas un domingo tranquilo por la mañana después de un sábado en que te hayas desvelado. El punto es tener el ambiente ideal y estar del humor adecuado.

No será fácil, pero para encontrarlo tienes que buscarlo. Recuerda que una vez que escribas el principio, lo demás va a fluir muy fácilmen-te. Ten siempre a la mano la gran herramienta que es el diccionario; te recomiendo el de la Real Academia Española (www.rae.es), es muy importante.

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Una buena idea es basarte en el estilo de escritura de cierto autor que te guste, o conjugar varios estilos en un estilo propio. Al final eres tú quien que le da el estilo a tu libro.

Puedes pedir ayuda. Esto siempre es válido y no se tiene que ver como tú siendo incapaz de empezar tu libro. Esta ayuda la puedes obtener de algún amigo o persona cercana a ti. Cuéntales de tu proble-ma para empezar a escribir; muchas veces alguien que no está pensando en escribir un libro te puede brindar la mejor de las ideas.

Es importante que el inicio sea algo que capture al lector, así que intenta hacerlo lo más interesante posible. Puedes tener el tema más aburrido del mundo, pero si sabes escribirlo de manera interesante, vas a atrapar a los lectores. Para esto puedes emplear un tono retador, impactante o cómico. Esto no es indispensable, queda a tu criterio. Te tienes que sentir cómodo en la manera como escribes.

Existen diferentes metodologías que te pueden ayudar a alcanzar la inspiración necesaria para escribir las primeras hojas de tu libro. Una forma es intentar utilizar cierto tipo de meditación y consiste en tomar-te un tiempo libre de entre 15 y 20 minutos. Lo primero que tienes que hacer es encontrar un lugar libre de ruido. Deja tu celular en otro lugar —todo puede esperar 20 minutos— para evitar distracciones. Debe ser de preferencia un lugar tranquilo y en donde sientas calma. Siéntate en una silla o sillón y conserva la posición. Intenta no moverte. Espera varios minutos. Quizás empezarás internamente a cuestionarte la razón por la que estás haciendo esto, pero no escuches esa voz.

Podrías empezar a divagar y pensar en otras cosas; lo que desayunas-te en la mañana, lo que vas a cenar, si le diste de comer a tu perro, o te preguntaras la estupidez de lo que estás haciendo. Pero esto sí te servi-rá. Ya que tuviste todos estos pensamientos intenta poner tu mente en blanco. Cierra los ojos y no pienses en nada. Imagina que estás en otro lugar. Estás solo y sin nada alrededor tuyo.

Estás en un lugar al aire libre en medio de un valle silencioso lleno de naturaleza. Imagina que estás ahí. Intenta conservar la mente en blan-co. Espera varios minutos. Respira hondo. Inhala y exhala. Repite esto varias veces hasta que encuentres un estado de completa tranquilidad. Ahora piensa en el tema que elegiste. Piensa en opciones para empezar a escribir. Medita sobre las diferentes alternativas para empezar tu libro. Recuerda que todas son válidas y debes encontrar la que más te guste.

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Puedes quedarte ahí todo el tiempo que quieras. Si obtuviste ideas interesantes, escríbelas enseguida. Te darás cuenta de que estas ideas las vas a poder desarrollar fácilmente. Si lograste esto has tenido éxito en esta etapa de la creación de tu libro.

Si en verdad estás en apuros, te aconsejo cargar siempre una libreta contigo ya que no sabes cuándo te llegara ese momento inspirador que será la punta de partida. En caso de que no puedas empezar, has este ejercicio, ya que muchas veces se nos ocurren cosas en los momentos o condiciones menos esperados y no tenemos en dónde escribir y, para cuando estamos frente al monitor, ya lo hemos olvidado.

Existen también otros métodos. Escuchar música de jazz contempo-ránea te puede ayudar un poco a sacar esa chispa interna. Buscar ayuda en internet también es válido. O quizás lo podrías hacer saliendo de un examen complicado que te demandó un alto grado de actividad men-tal. De esta manera tu mente estará activa y tendrás cierta estimulación mental para escribir.

A otras personas les sirve como inspiración salirse de su ambiente normal. Puedes ir a caminar al parque cercano de tu casa el cual nunca visitas. O puedes ir a parar en la esquina de una avenida altamente tran-sitada y observar los automóviles pasar. Empieza a fijarte en los detalles de todo lo que ves y en las personas. Todo esto te puede ayudar para obtener ideas sobre cómo empezar a escribir.

Una vez que hayas escrito un par de páginas, estás listo para conti-nuar el desarrollo de tu libro.

III.¿Cómo seguir escribiendo hasta terminar?

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Organízate. El semestre tiene suficientes días para que termines de escribir tu libro. No debes dejar todo hasta el último. Una buena recomendación es sentarte media hora al día a escribir; te sirve como un momento de tranquilidad durante la jornada diaria y la puedes ejercer antes de dormir o al levantarte. Eventualmente vas a ir obteniendo ese gusto por escribir.

Piensa en tu libro como algo especial. Como algo que quieres crear y cuidar. Una obra tuya.

Hay momentos en los que vas a poder escribir y explayarte más que otros. También habrá momentos en los que entrarás en un bloqueo mental que no te dejará avanzar. Esto no debe detenerte, pero en esos momentos quizás es mejor dejar el libro un tiempo y despejarte.

Te recomiendo ponerte metas. Es decir, establece fechas en los que tendrás que tener cierto avance. Es muy importante ponerte fechas lí-mites —una vez que hayas pasado las etapas anteriores—, ya que es una forma de disciplinarte y obligarte a terminarlo. Lo puedes ver mejor como un reto y no como una obligación: un reto dentro de tus obliga-ciones universitarias.

Si te encuentras en un momento de bloqueo puedes utilizar alguna de las metodologías que ya he mencionado para los capítulos anteriores. Todas se pueden aplicar en este tipo de situación de bloqueo mental y te ayudarán a escombrar o liberar la mente de esas piedras que no te dejan seguir con el flujo de tu libro. El ritmo de escritura de tu libro debe seguir un flujo natural que encontrarás tarde o temprano. Este flujo na-tural se te puede presentar al principio o quizás ya cuando tengas más de la mitad escrito. Intenta que no llegue hasta el final, ya que te habrá costado mucho trabajo llegar hasta esa etapa de tu libro.

Quizás unos días escribirás 5 o 10 páginas. Otros días no podrás pa-sar de un párrafo. Pero que esto no sea razón para el desánimo. Sabes que eventualmente llegará el momento.

Al momento de establecer fechas en las que tengas que escribir una cierta cantidad de hojas, te estarás obligando, aunque sea un día antes —pero de preferencia que no sea así— para llegar a esta meta. Es muy importante que cumplas tu propias meta.

La mejor forma de estableces las fechas límite con cierta cantidad de páginas es la siguiente:

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A partir de que ya tengas el tema de tu libro y hayas empezado a escribir; es decir, después de que ya hayas escrito un par de hojas, revisa la fecha en el calendario y cuenta los días que faltan para la entrega final de tu libro —considera de preferencia una semana antes de la entrega, para tener tiempo de realizar una revisión y la publicación del mismo—.

Ahora divide esta cantidad de días entre 8, y estas son las fechas lími-te establecidas. En cada fecha deberás de tener un avance de 5 páginas escritas con respecto a la fecha anterior. De esta forma estarás llegando a las 40 páginas escritas de manera fácil.

Cumple la meta de escribir la cantidad de páginas pedida para tu li-bro, pero no te limites si rebasas la cifra establecida. Lo puedes ver como etapas de tu libro. El momento entre dichas etapas también es impor-tante para pensar y reflexionar sobre cómo vas a continuar escribiendo o qué más le puedes agregar, cambiar o corregir lo que ya has hecho.

Hay personas a las cuales les puede llegar un momento que yo llamo momento de inspiración total. Este momento especial es algo difícil de alcanzar y, si crees que te ha llegado, aprovéchalo, ya que podrías ter-minar tu libro ese mismo día. Hay personas que pueden escribir por un tiempo prolongado sin parar. Quizás tú podrías ser una de estas perso-nas, sólo que no te has dado cuenta porque no lo has intentado.

A veces podrías necesitar tomarte un café. Esto puede ayudar a agili-zar un poco el proceso de pensamiento y tendrás quizás más ideas para proseguir.

Si llegas a un momento de bloqueo puedes olvidarlo todo —por un rato— y ponerte a ver una película de tu director favorito. Esto te ser-virá para liberar un poco el estrés y te podría dar ideas nuevas para el desarrollo de tu libro. Otra opción es leer el periódico del día y observar las noticias más recientes de lo que pasa en tu ciudad o lo que ocurre en ciudades que se encuentran en otro continente. Te podría servir tam-bién leer una revista o continuar por un tiempo la lectura de un libro que no hayas terminado de leer.

Todas estas son opciones viables para seguir. Una vez que encuentres la que más te sirve, intenta seguir usándola y no la dejes hasta que la encuentres obsoleta. En este caso busca otra opción.

Cuando te acerques al final de tu libro vas a querer seguir escribien-do más páginas, ya que te vas a dar cuenta que las 40 páginas requeridas son muy pocas. A partir de este momento tendrás una cierta liberación

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de la presión por escribir, pero no debes entrar en la relajación total. Es importante encontrar un buen final para tu libro y, si no quieres tener problemas, lo deberías de ir pensando. El final es muy importante y si no lo tienes claro, te podría traer problemas graves al último, ya que tampoco puedes dejar tu libro inconcluso.

Al terminar de escribir tendrás un sentimiento de realización per-sonal. Ahora sólo faltará hacer una portada relacionada con el tema y llevarlo a impresión.

Al tener tu libro en tus manos lo sentirás como algo tuyo. Una creación personal. Este sentimiento es algo especial que no todos pueden sentir. Siéntete orgulloso de haber terminado y de haber escrito tu primer libro. Esa esplendorosa y maravillosa obra será tu legado para siempre.

PARTE 2

Daniel

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La noche llegó temprano. Con ella la tormenta. No dejó de llover hasta después de una hora.

Ayer me encontré con la segunda que me dijo: “oye, qué te has hecho pinche Daniel, ya no te he visto. ¿No te habrás ido a meter otra vez a esas cosas, verdad?”

Pinches viejas.El fin de semana la había pasado de lo más tranquilo en mi cuarto

viendo películas de John Waters. Desde hace tiempo no tenía ganas de salir. La última vez que salí fue hace varias semanas a un rave donde mis amigas me dieron unos ácidos. No recuerdo qué pasó ese día, sólo que desperté en un departamento por Coyoacán, al lado de Carlos.

. . .

El otro día me encontré a Alex. Era un tipo que se vestía un poco exótico pero buena onda. No se veía mal. A Marco simplemente no le pasaba. “Nomás no invites a tu amigo, es bien raro ese güey”, me dijo una vez que íbamos a salir. Aún así lo invitaba. A mí sí me caía bien. Tenía buen gusto por la música.

Marco vive a una cuadra de mi casa. Compartimos el gusto por el cine y la música. Cuando no tenemos nada que hacer nos la pasamos viendo películas todo el día. Un día que salimos con Alex nos perdimos y no supimos en dónde había quedado Marco. Nos pasamos el resto de la noche Alex y yo solos sin saber dónde había terminado o qué le había pasado.

Alex dijo que no le podría pasar nada si estábamos en una fiesta de puros amigos. Me quedé un tiempo con Alex. Al regresar a mi casa en la noche recordé a Marco y le llamé para saber dónde estaba. Me dijo que se había ido de la fiesta porque ya no quería estar cerca de Alex. Me pareció infantil.

Hace poco le había contado a Marco que el siguiente semestre me iría al DF a empezar mis estudios de cine. Marco se emocionó mucho. Yo sabía que a él también le gustaría estudiar cine, pero me confesó que por ahorita se tenía que concentrar en su carrera de ingeniero.

“Conmadre pinche Dany, luego me invitas a actuar en tus películas”. Marco era un buen amigo que quería conservar. Me contaba seguido de cuando se llevaba mujeres a su departamento. Yo también le contaba

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de mis amigas aunque fuera mentira. Una vez habíamos platicado de la idea de irnos juntos a estudiar cine al DF, pero sólo quedo en eso. Al final me iría yo solo. Tenía algo de miedo pero a la vez una alta expec-tativa por alejarme de aquí. Esta ciudad había dejado de ser interesante desde hace tiempo.

. . .

Despedirme de mis amigos fue lo más difícil. Sabía que no iba muy lejos y que podía regresar a visitarlos seguido, pero al mismo tiempo no pude dejar de sentír algo de nostalgia por irme. No conocía a nadie.

Los primeros meses la pasé solo. Iba a clases pero me era difícil conocer gente. Un videoclub a unas cuadras de mi apartamento era suficiente para pasar los fines de semana lluviosos.

Un día me encontré con un compañero de clases en el videoclub. Lo saludé, pero él no parecía recordarme. Le dije que estábamos en una clase juntos: “aaah, tú eres el regio nuevo”.

Empezamos a platicar un poco y le pregunté por una recomenda-ción para rentar. Me recomendó una de Gus Van Sant. Yo ya la había visto pero de igual forma la renté. Le pregunté si vivía cerca de aquí. Me dijo que a dos cuadras: “a un lado del parque donde está el sitio de taxis”. Ya sabía a dónde se refería. “Yo estoy en el edificio de enfrente. Cuando quieras pasar, estás en tu casa, apartamento 7-C”.

Bitácora de sueños

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1Soñé que mataba cucarachas y arañas gigantes en mi casa. Estaba en mi cuarto con una escoba y las cucarachas estaban invadiendo. También había unas arañas gigantes que se movían muy rápido y era muy difícil matarlas. Luego me despertó el timbre.

2Sé que íbamos ella y yo en el carro. No sabíamos a dónde ir. Estuvi-mos dando vueltas por la ciudad toda la noche, recorrimos todas las calles posibles, no había forma de parar el carro, no tenía frenos. Segui-mos manejando los dos y ahora cada quien tenía un volante. Seguimos manejando hasta subir la montaña más alta de la ciudad y perdernos en el horizonte.

3Tenía 17 años. Un día, su madre lo despierta en la mañana y le prepara el desayuno. Se sienta a desayunar con su mamá y su hermana. No habla y pareciera que todo le es indiferente.

Acaba de desayunar, se viste y sale de la casa. Llega a la escuela. Sa-luda a unos amigos y se sienta a una banca —hace frío y mucho aire—. Se le queda viendo a una chica que nunca había visto en la escuela. Ella habla con sus amigos y se está riendo y sobando el pelo. La sigue miran-do un rato más; luego ve hacia el otro lado.

Sale de la escuela y va a su casa. Se acuesta en su cama de espaldas y ve el techo. Se duerme y tiene un extraño sueño en el boliche: están jugando él y la joven que vio en la mañana. Luego ella sale con una bola de boli-che en su cabeza y se apagan las luces y desaparecen los demás. Él sale también con una bola de boliche en su cabeza y empiezan a jugar con los pinos riéndose. Despierta. Se queda acostado un tiempo. Sale a caminar. Es un día nublado con mucho frío y aire. Camina solo por las calles.

4Había unas hormigas extraterrestres y súper inteligentes debajo de mi cama. Cuando muevo la cama para verlas, se mueven rápidamente y en conjunto para evitar que las aplaste. Luego me doy cuenta que también pueden volar. Son verdes con blanco y ojos negros. Son muchas y me salgo corriendo de mi cuarto.

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5Íbamos en el carro. Era de noche. Alguien manejaba pero lo habíamos convencido de que manejara de reversa, y todos nos la estábamos pa-sando muy bien. Habíamos salido de mi casa y yo llevaba una cámara para tomarle fotos a unos extraños edificios nuevos que salían detrás de las montañas.

Los edificios se veían muy padres porque tenían mucha luz que resaltaba en la noche. Seguimos en el carro, manejando de reversa, riéndonos todo el tiempo. Íbamos a una fiesta por San Jerónimo. Nos estacionamos cerca de las vías del tren, nos bajamos y de repente se fue la luz: los postes de luz se apagaron, las tiendas también, los carros; no se podía ver nada a más de un metro de distancia, era de noche y la luna se escondía. Esto nos asustó un poco pero no le dimos tanta importancia.

Teníamos que cruzar las vías para llegar a la fiesta. Yo lo hice primero y, justo cuando iba a la mitad, escucho el sonido del tren. Volteo hacia ambos lados pero no veo nada, ni una luz, pero lo sigo escuchando cada vez más fuerte y más cerca: un ruido que se torna ensordecedor. Enton-ces reacciono y me apresuro a cruzar las vías, corro lo más rápido que puedo pero las vías parecen eternas. El miedo de que el tren choque contra mí se hace cada vez más grande. Sigo corriendo cuando veo la calle del otro lado y salto unos metros para llegar a ella. Veo el tren pasar.

6Iba con un amigo y nos subimos al tren. No compramos boleto y nos enteramos que sólo podíamos viajar tres paradas. Yo traía una mochila muy pesada. En la tercera parada intenté salir, pero por lo pesado de la mochila me caí en la puerta y se cerró aplastándome. Pude regresar al tren que ya se había puesto en movimiento y volví a intentar salir dos veces más. Ambas sin éxito. La multa por viajar sin boleto más de tres paradas era millonaria y en cualquier momento llegarían los de seguri-dad a revisar.

Al llegar a la siguiente parada, se empezaron a escuchar disparos dentro del tren. Intenté bajarme y otra vez no lo logré. Me tiré al suelo con mi amigo mientras dos hombres seguían disparando. Después de 10 minutos pensamos que todo había terminado, pero nos encontramos

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con los dos sujetos apuntándonos con las armas. Nos dispararon pero no nos pasaba nada. De alguna manera yo había quedado inmóvil y no podía moverme. El vagón empezó a transformarse para convertirse en la casa rodante en la que vivían estos dos sujetos y a la cual me había mudado con mi amigo. Los sujetos del tren me preguntaron por herra-mientas de cocina. Se enfadaron, ya que casi no había nada para coci-nar. Me mandaron a comprar utensilios con algún vecino.

Ámsterdam

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En Ámsterdam se vive un estilo de vida distinto. La ciudad se puede dividir en dos secciones. El centro y el resto. El centro es lo más impor-tante y en dónde se vive un caos continuo.

El “Red Light District” es una zona realmente caótica y con un sinfín de distracciones. Podrías pasar ahí meses sin aburrirte. Si caminas por las calles del centro de Ámsterdam observarás que la mayoría de la gen-te que camina por ahí es turista. La verdadera ciudad se encuentra en otro lugar, pero el centro es un gran motor económico de la misma. La otra sección de la ciudad es afuera del centro. En esta zona se vive con una tranquilidad diferente. Es algo que no había visto en ningún otro lugar. Esa bipolaridad de ciudad me fascinó, así como las experiencias que pasé ahí.

La primera vez que visité Ámsterdam iba con tres amigos. Decidi-mos rentar un automóvil y manejar desde Frankfurt hasta allá. Manejar a más de 250 km/h en las carreteras Alemanas fue una experiencia de una vez en la vida. Allá no hay límite de velocidad. Fue el preámbulo de Ámsterdam. Ahí no hay límite de nada.

En mi segunda visita iba acompañado de dos amigas finlandesas, una amiga italiana y dos amigos mexicanos. Decidimos rentar una cabaña en las afueras de la ciudad para poder vivir ambas partes de Ámsterdam. Lo que nos encontramos al llegar era una especie de casa rodante con agua y calefacción. Tres recamarás dobles pero muy peque-ñas y una cocina agradable con lugar para los seis.

Esta vez viajamos más de 7 horas en tren. Llegamos en la tarde. El lugar donde nos quedamos estaba muy lejos del centro y lo primero que hicimos fue ir a comprar la comida de todo el fin de semana. Además de cerveza. Mucha cerveza de la Heineken que hacen allá.

Teníamos la intención de salir al centro en la noche, pero la cena abundante que cocinaron las finlandesas, la excesiva cantidad de cer-veza y el regalo que nos trajo Sabrina, la italiana, nos dejó muertos. Sabrina vivía en Rotterdam. Alejandro, uno de los mexicanos que iba con nosotros, la había conocido en un hostal de Oslo. El resto de la no-che la pasamos riendo y escuchando música de Pink Floyd.

La edición de Cómo escribir un libro en la clase de Felipe Montes(y algunas historias cortas) de Marcelo Eugenio Wise García, se realizó

en abril de 2013. por AZUL Casa Editora del Tecnológico de Monterrey, en la ciudad de Monterrey, Nuevo León, México. Se usó tipografía

Minion Pro.