32
65 COACHING Y SISTEMAS COMPLEJOS: UNA PROPUESTA PARA COMPRENDER A LAS ORGANIZACIONES DE SALUD COACHING AND COMPLEX SYSTEMS: A PROPOSAL FOR UNDERSTANDING HEALTH ORGANIZATIONS Anny Eloisa Iribarren Guerra 1 1 Químico Farmacéutico de la Universidad de Chile. Psicóloga de orientación sistémica constructivista UDLA, Santiago, Chile. E-mail: [email protected] . Este artículo fue realizado como parte del proceso de formación en el Diplomado de Coaching Integrativo y es conducente a la certificación como Coach en Capsis Chile/Grupo Palo Alto USA RESUMEN El artículo es un esfuerzo por integrar el paradigma emergente de la complejidad y el coaching. En primer lugar, se revisa distintas perspectivas teóricas sobre la complejidad, su evolución histórica y tres enfoques relacionados desarrollados por Edgar Morin, Gregory Bateson y el Instituto de Santa Fe, Nuevo México. En segundo lugar, se analiza algunos aspectos relevantes sobre los sistemas adaptativos complejos y su analogía con sistemas y organizaciones sociales. En tercer lugar, se explora cómo esta variedad de perspectivas puede enriquecer el quehacer del coaching y finalmente, el artículo concluye con una propuesta de aplicación en el ámbito de la gestión en salud. Palabras Claves: Coaching, Complejidad, Sistemas Adaptativos Complejos, Intervención-Organizaciones de Salud. ABSTRACT The article is an effort to integrate the emerging paradigm of complexity and coaching. First, it reviews different theoretical perspectives on complexity, its historical evolution and three related approaches developed by Edgar Morin, Gregory Bateson and the Santa Fe Institute, New Mexico. Second, it analyzes some relevant aspects of complex adaptive systems and their analogy with social systems and organizations. Third, it explores how this variety of perspectives can enrich the work of coaching. Finally, the article concludes with a proposal for application in the field of health management. Keywords: Coaching, Complexity, Complex Adaptive Systems, Intervention, Health Organizations.

COACHING Y SISTEMAS COMPLEJOS: UNA … N°19/Art 5.pdfparadigma emergente de la complejidad y el coaching. ... cantidad de ideas y conceptos que provienen ... complejidad abarcan una

Embed Size (px)

Citation preview

65

COACHING Y SISTEMAS COMPLEJOS: UNA PROPUESTA PARA COMPRENDER

A LAS ORGANIZACIONES DE SALUD

COACHING AND COMPLEX SYSTEMS: A PROPOSAL FOR UNDERSTANDING

HEALTH ORGANIZATIONS

Anny Eloisa Iribarren Guerra1 1 Químico Farmacéutico de la Universidad de Chile. Psicóloga de orientación sistémica

constructivista UDLA, Santiago, Chile. E-mail: [email protected].

Este artículo fue realizado como parte del proceso de formación en el Diplomado de Coaching Integrativo y

es conducente a la certificación como Coach en Capsis Chile/Grupo Palo Alto USA

RESUMEN

El artículo es un esfuerzo por integrar el

paradigma emergente de la complejidad y el

coaching. En primer lugar, se revisa distintas

perspectivas teóricas sobre la complejidad,

su evolución histórica y tres enfoques

relacionados desarrollados por Edgar Morin,

Gregory Bateson y el Instituto de Santa Fe,

Nuevo México. En segundo lugar, se analiza

algunos aspectos relevantes sobre los

sistemas adaptativos complejos y su analogía

con sistemas y organizaciones sociales. En

tercer lugar, se explora cómo esta variedad

de perspectivas puede enriquecer el

quehacer del coaching y finalmente, el

artículo concluye con una propuesta de

aplicación en el ámbito de la gestión en

salud.

Palabras Claves: Coaching, Complejidad,

Sistemas Adaptativos Complejos,

Intervención-Organizaciones de Salud.

ABSTRACT

The article is an effort to integrate the

emerging paradigm of complexity and

coaching. First, it reviews different

theoretical perspectives on complexity, its

historical evolution and three related

approaches developed by Edgar Morin,

Gregory Bateson and the Santa Fe Institute,

New Mexico. Second, it analyzes some

relevant aspects of complex adaptive

systems and their analogy with social

systems and organizations. Third, it explores

how this variety of perspectives can enrich

the work of coaching. Finally, the article

concludes with a proposal for application in

the field of health management.

Keywords: Coaching, Complexity, Complex

Adaptive Systems, Intervention, Health

Organizations.

66

INTRODUCCIÓN

El paradigma de la complejidad es una

temática que trasciende variadas disciplinas

y abarca diferentes perspectivas. La idea de

complejidad en sí misma genera una gran

cantidad de ideas y conceptos que provienen

no sólo de las ciencias físicas y naturales sino

también de las ciencias sociales. Por tener un

carácter transdisciplinario toma

conocimientos de una determinada ciencia y

los aplica a los dominios de otra, lo que no

siempre es posible desde el punto de vista

metodológico, creando una multiplicidad de

observaciones y descripciones que

enriquecen otras áreas del saber.

Así, los fundamentos e implicancias

filosóficas y epistemológicas de la

complejidad abarcan una serie de teorías y

aproximaciones científicas, creaciones

artísticas, literarias y tecnológicas que han

contribuido y continúan aportando en la

construcción de este paradigma emergente

(Andrade et al., 2002).

Por otro lado, el coaching es una

metodología que apunta a alcanzar el

máximo desarrollo profesional y personal del

consultante, dando lugar a una

transformación que genera un cambio de

perspectiva, un aumento de la

responsabilidad y compromiso que se

reflejan en mejores resultados. Promueve, a

través de las conversaciones, cambios a nivel

cognitivo, emocional y conductual que

amplían la capacidad de acción de las

personas en función de los objetivos que se

han propuesto alcanzar.

El coaching sistémico, específicamente, es un

modelo que se orienta a transformar

personas, equipos y organizaciones mediante

la construcción de conocimiento. Su

metodología comprende un conjunto de

herramientas que fomentan el aprendizaje y

desarrollo de nuevos comportamientos en el

individuo que atañen tanto a su relación

consigo mismo como con los demás; las

habilidades adquiridas se extienden a otras

esferas de la vida de la persona. Se apoya en

diversas disciplinas interdependientes como

la biología del conocimiento, ontología del

lenguaje, teoría general de sistemas,

pensamiento sistémico, programación

neurolingüística y modelos de aprendizaje

organizacional; desde una perspectiva

sistémico constructivista (Bozzo, 2012; Caby,

2004; Cavanagh, 2006).

En este sentido, el presente trabajo es un

primer esfuerzo por buscar un punto de

encuentro de las distintas perspectivas

67

teóricas sobre la complejidad y de cómo esta

variedad de visiones puede enriquecer el

quehacer del coaching y fundamentar una

propuesta para ser aplicada en el ámbito de

la gestión en Salud.

MARCO TEÓRICO Sistemas complejos Fue a principios del siglo veinte que

científicos descubrieron anomalías en la

aplicación de algunas leyes y principios de las

ciencias exactas en sistemas abiertos o de

dinámicas no lineales. Esto dio comienzo a

una serie de investigaciones y desarrollos

conceptuales acerca de caos y entropía,

destacándose los descubrimientos de Ilya

Prigogine (1983) sobre estructuras

disipativas, que posteriormente impactaron

en el área de las ciencias sociales. En el año

1926 Jan Smuts toma la palabra griega

“holos” que quiere decir totalidad y la

relaciona con la tendencia del universo a

construir unidades que forman un todo de

complejidad creciente. Décadas más tarde

Arthur Koestler (1967) desarrolla el concepto

de holón definiéndolo como una entidad que

es al mismo tiempo todo y parte de un todo

mayor. Con posterioridad el físico David

Bohm (1980) plantea que el universo es una

totalidad no fragmentada y desarrolla sus

conceptos de orden implicado y orden

explicado, conceptos sobre los que Morin

desarrollará su principio hologramático

(Andrade et al., 2002; Eijnatten & Putnik,

2004).

Finalmente, Maldonado señala que existen

básicamente tres grandes comprensiones de

la complejidad que a continuación se revisan

(Maldonado & Gómez, 2011).

Primera propuesta de Complejidad: Edgar

Morin

La primera de ellas es la propuesta de Edgard

Morin (2006), filósofo francés, quien plantea

que la naturaleza es esencialmente compleja,

por ello, no puede estudiarse ni

comprenderse mediante el método

cartesiano que aplica una lógica simplificada,

escueta y normativa. Por el contrario, la

complejidad aplicada como método implica

una aproximación recursiva que comprende

la reflexión crítica y auto-crítica, es decir,

postula la inclusión del sujeto cognoscente

en la construcción del conocimiento

(Payares, 2011).

Morin desarrolla su trabajo basado en lo que

él llama “pensamiento complejo”, también

conocido como pensamiento relacional o

pensamiento de redes, que plantea la

necesidad de admitir la unidad de dicotomías

68

(complementaria y antagonista) reificadas

por el pensamiento moderno: objetivo-

subjetivo, cuerpo-mente, razón afectividad,

ciencia-filosofía; por lo tanto, propone una

reconfiguración epistemológica tendiente

hacia un conocimiento que sea

transdisciplinar (Morin, 2006).

Su método de trabajo consiste en aprender a

desarrollar este tipo de pensamiento

mediante la estrategia del diálogo interior

que conlleva a una actitud general hacia el

mundo, los sistemas, las organizaciones y

hacia la vida. Propone la conveniencia de

pensar, hablar y actuar en términos de

complejidad. Morin declara que la realidad

está ahí, pero un mundo sensible e inteligible

sólo nace de la interacción entre la realidad y

el sujeto, por lo que todo descubrimiento de

propiedades emergentes tiene creación y

viceversa (Payares, 2011).

Surgen así tres líneas de trabajo, la primera

línea fundamental propone considerar a la

complejidad como un todo sin división, es

decir como un complexus, palabra del latín

que quiere decir lo que está tejido en su

conjunto o trenzado. Como segunda línea

plantea la imprevisibilidad, que implica

adoptar una postura ante la incertidumbre,

pues lo complejo admite la incertidumbre y

mientras mayor sea la complejidad mayor es

el peso de la incertidumbre. En la tercera

línea de trabajo propone una racionalización

abierta que concibe una lógica al servicio de

la razón, y no a la inversa (Martínez, 2011).

Uno de los conceptos más importantes

desarrollados por Morin es el principio

hologramático que propone que el todo está

en la parte y la parte está en el todo,

inspirado en el trabajo desarrollado por el

físico David Bohm (Andrade et al., 2002;

Eijnatten, 2005).

Segunda propuesta de Complejidad:

Gregory Bateson

La segunda propuesta de complejidad es la

de Gregory Bateson (1979) quien por su

formación y mirada transdisciplinaria declara

que la realidad es una compleja red de

relaciones, procesos e interconexiones

paradójicas en diferentes planos, niveles y

componentes, que nos incluye a nosotros

mismos. Su forma particular de observar,

pensar y comprender lo lleva a buscar

relaciones nuevas entre los fenómenos, a

construirlas, a hacerlas surgir allí donde la

cultura las oculta. Recrea entonces una

visión sistémica e interdisciplinaria de los

procesos comunicativos humanos. Plantea

que los fenómenos no deben aislarse de su

69

contexto, pues es en ese espacio donde cada

fenómeno tiene sentido y significado. Sus

metálogos y metacomunicación le dan un

sentido particular al mensaje que considera

al contexto como parte fundamental del

proceso comunicativo, ya que es el que

permite la correcta comprensión del mensaje

(Andrade et al., 2002; Payares, 2011).

Con Bateson, se sientan las bases para el

desarrollo del pensamiento sistémico en la

Escuela de Palo Alto, California. A partir de la

capacidad de relacionar, el pensamiento

sistémico, propone una integración entre

disciplinas y ciencias diferentes, esta

integración se daría justamente en el marco

de la teoría general de sistemas de Von

Bertalanffy o de las aproximaciones

sistémicas (Maldonado & Gómez, 2011).

Bateson (1979), planteaba que la base de

todo conocimiento se halla en las relaciones,

en las pautas que subyacen en los procesos y

estructuras, en la resonancia entre las

mentes. Las formas biológicas así como el

pensamiento humano están constituidos por

un conjunto de relaciones más que de partes

y por lo tanto debe usarse un lenguaje de

relaciones para describirlas, porque la lógica

es atemporal, describe sistemas lineales de

causa y efecto, pero en ningún caso es

adecuada para la descripción de fenómenos

biológicos cuyas secuencias causales son

circulares y temporales. Su trabajo con

sistemas y patrones se orienta a la búsqueda

de lo que él llama “la pauta que conecta”

(Andrade et al., 2002; Lagos, 2004).

Tercera propuesta de Complejidad: Instituto

Santa Fe

La tercera propuesta es de las “ciencias de la

complejidad”, que nacen a raíz de la

fundación del Instituto Santa Fe en Nuevo

México, EE.UU. Se dedican al estudio de los

fenómenos, comportamientos y sistemas de

carácter complejo. Comprenden trabajos de

ciencia e investigación de vanguardia que se

complementa con el avance en programas de

simulación de realidades con computadoras,

abarca tanto a las ciencias exactas y

naturales como a las sociales. Están basadas

en un conjunto de teorías orientadas al

estudio y aplicación de teoría de redes,

sistemas complejos, sistemas no lineales,

sistemas alejados del equilibrio y sistemas

emergentes que hacen uso de algoritmos y

modelos matemáticos, pero que también

pueden estudiarse desde la fenomenología y

la hermenéutica. Entre estas teorías

destacan: la teoría de estructuras disipativas

en la termodinámica desarrollada por Ilya

Prigogine (1970); la teoría del caos1 de Lorenz

70

(1963); la geometría de fractales de la

naturaleza de Mandelbrodt (1977); la teoría

de catástrofes de Thom (1980); la teoría del

orden implicado de Bohm (1980).

Posteriormente, el Premio Nobel de Física

Murray Gell-Mann (1995), integra estas

teorías en su libro “El quark y el jaguar.

Aventuras de lo simple y lo complejo”,

desarrollando el concepto de -“sistemas

adaptativos complejos”- denominados CAS,

que corresponde a la abreviación de Complex

Adaptive System, en idioma inglés

(Maldonado & Gómez, 2011; Martínez, 2011;

Payares, 2011).

Según Gell-Mann (1995) y Holland, un CAS es

un sistema compuesto por diversos

componentes o agentes autónomos que

están interrelacionados. Las interacciones

ocurren en distintos y variados niveles,

influyéndose unos con otros a través de

circuitos de retroalimentación recursiva.

Son sistemas abiertos en contacto directo

con el entorno con el que intercambian

energía e información que aprovechan,

seleccionan y procesan, generando

respuestas frente a cambios en el contexto,

ajustándose y acomodándose, lo que les

permite auto-organizarse y comportarse

como un todo unificado en el aprendizaje y la

experiencia. Ello favorece su organización,

desarrollo y co-evolución hacia

organizaciones de complejidad creciente

(Bohórquez, 2013).

En los sistemas vivos la auto-organización se

caracteriza por tres cualidades básicas: i)

Interconexión no lineal entre los

componentes del sistema, ii) alejamiento del

equilibrio termodinámico, iii) creación de

nuevos componentes y formas de conexión

durante el intercambio. Al ser sistemas

abiertos que operan lejos del equilibrio se

producen fluctuaciones que afectan su

funcionamiento produciéndose cambios en

los patrones regulares del sistema y como

consecuencia se vuelven a auto-organizar.

Esto es similar a lo que Humberto Maturana

y Francisco Varela plantearon con su

concepto de autopoiesis, que se refiere a la

capacidad que poseen los seres vivos de

desarrollar, conservar y producir su propia

organización de modo tal que la organización

resultante es idéntica a la que lleva a cabo el

proceso, gracias a esta cualidad el sistema

alcanza un grado de complejidad que

aumenta sus probabilidades de

sobrevivencia (Andrade et al., 2002; Payares,

2011).

71

Los sistemas adaptativos complejos reflejan

su capacidad de adaptación a través del

desarrollo de su organización, que es

resultado de la interdependencia de sus

componentes o individuos. Esto es similar a

lo propuesto por Prigogine (1983) con sus

estructuras disipativas, en donde se verifica

que sistemas altamente caóticos no pueden

organizarse sin verse afectados por el “efecto

mariposa” y sucumbir; a la inversa sistemas

muy ordenados con tendencia a la rigidez se

ven impedidos de coordinar nuevos

comportamientos y realizar los cambios que

le lleven a una nueva organización. Sólo

aquellos sistemas que están al borde del

caos tienen una capacidad óptima para la

evolución pues son capaces de organizarse y

presentar un amplio repertorio de

respuestas (Stacey, 2005; Martínez, 2011).

Para Holland, (2005) un sistema adaptativo

complejo es una red dinámica compuesta

por muchos agentes que interactúan

constantemente de manera simultánea

conservando su coherencia, incluso si se

introducen nuevos elementos o desafíos; por

tanto son sistemas capaces de reaccionar

como una totalidad y cambiar. Muchos

fenómenos pueden ser considerados como

sistemas adaptativos complejos: una colonia

de hormigas, un panal de abejas, las

neuronas del sistema nervioso central, las

células del sistema inmunológico, entre

otros; todos ellos tienen la capacidad de

aprender de las experiencias (Maldonado &

Gómez, 2011; Bohórquez, 2013).

Por otra parte, Ralph Stacey (1995),

investigador inglés de la Universidad de

Hertfordshire, plantea que en los sistemas

adaptativos complejos existe siempre un

espacio para que surja la novedad. Entre la

estabilidad de la repetición del repertorio de

conductas del pasado que representan un

patrón seguro para el presente y el futuro

existe también la inestabilidad

desintegradora que exhorta al sistema a

buscar un patrón inexistente de

comportamiento, generando una

indeterminación o caos que abre nuevas

posibilidades creadoras. Particularmente el

desorden es el material con que se

constituye la vida y la creatividad, sin seguir

un diseño previo, sino por un proceso

espontáneo de auto-organización que genera

resultados emergentes, imprevisibles e

inéditos.

Gell-Mann (1995) propone como ejemplos

de sistemas adaptativos complejos los

siguientes: “un niño aprendiendo la lengua

materna, una cepa de bacterias tornándose

72

resistente a un antibiótico, un conjunto de

científicos comprendiendo la validez de una

teoría, un artista creando, un empresario

planeando una nueva aventura comercial, un

cuidador adiestrando a su perro (y el perro

en su proceso de adiestramiento), alguien

invirtiendo en la bolsa, una sociedad

adoptando nuevas pautas culturales, un

ordenador programado para elaborar nuevas

estrategias con las que ganar en un juego, el

género humano buscando nuevas maneras

de vivir, entidades sociales colectivas y

organizadas, como una empresa o una tribu;

todos estos casos constituyen sistemas

adaptativos complejos en sí mismos”

(Martínez, 2011, pág. 65).

Estos tres enfoques sobre la complejidad

entregaron una perspectiva y comprensión

totalmente nuevas acerca de los sistemas y

las organizaciones. Sus ideas y conceptos

tomaron distancia de la visión mecanicista y

representan enfoques que hacen

suposiciones filosóficas acerca del mundo

que hoy reconocemos como complejo.

Coaching El coaching es una metodología que apunta a

alcanzar el máximo desarrollo profesional y

personal del consultante, dando lugar a una

transformación que genera un cambio de

perspectiva, un aumento de la

responsabilidad y compromiso que se

reflejan en mejores resultados. Promueve a

través de las conversaciones cambios a nivel

cognitivo, emocional y conductual que

amplían la capacidad de acción de las

personas en función de los objetivos que se

han propuesto alcanzar. El coaching

sistémico, específicamente, es un modelo

que se orienta a transformar personas,

equipos y organizaciones mediante la

construcción de conocimiento.

Su metodología comprende un conjunto de

herramientas que fomentan el aprendizaje y

desarrollo de nuevos comportamientos en el

individuo que atañen tanto a su relación

consigo mismo como con los demás; las

habilidades adquiridas se extienden a otras

esferas de la vida de la persona. Se apoya en

diversas disciplinas interdependientes como

la biología del conocimiento, ontología del

lenguaje, teoría general de sistemas,

pensamiento sistémico, programación

neurolingüística y modelos de aprendizaje

organizacional; desde una perspectiva

sistémico constructivista (Bozzo, 2012; Caby,

2004; Cavanagh, 2006).

73

En consecuencia, aprender algo nuevo o

distinto de lo que ya se conoce implica salir

de los esquemas de interpretación habituales

de cada persona, lo que lleva a desafiar

creencias y suposiciones propias. Maturana y

Varela (1984), plantean que los seres

humanos son seres interpretativos, la

información que obtienen del ambiente no

es imparcial pues son seres referenciales,

ven algo y lo interpretan, es decir, le asignan

significados e importancia según sea el

mundo en que operan. En este sentido el

conocimiento que han adquirido socialmente

influye en su forma de ver e interpretar y en

ocasiones puede transformarse en un

obstáculo para alcanzar nuevos aprendizajes.

Bateson (1979) llamaba “Aprendizaje tipo II”

o generativo a aquel que es resultado de un

cambio en el proceso de aprendizaje y que

significa cuestionar un procedimiento,

comportamiento o asunción de algo que se

da por cierto. Harkema (2003) plantea que el

aprendizaje no es la transferencia de

conocimientos sino la creación de

conocimiento a través de la interacción y el

dialogo que ocurre en las conversaciones

(Harkema, 2003; Lagos, 2004; Chiva et al.,

2008).

Algo similar se observa desde la perspectiva

de la complejidad y los sistemas adaptativos

complejos que aprenden mediante procesos

de auto-organización. En ellos se dan

previamente tres tipos de situaciones:

estabilidad, inestabilidad y borde del caos, es

en el borde del caos donde ocurriría un

cambio de fase que generaría un estado de

complejidad efectiva, y que corresponde a

una zona o estado intermedio entre

estabilidad e inestabilidad a la que Stacey

(1995) llamó zona de “tensión creativa”, que

es aquella en que el sistema es capaz de

aprender y auto-organizarse; este

investigador también plantea que la relación

recursiva entre experiencia y

representaciones mentales no puede ser

desacoplada. Morin (2006) en cambio hace

hincapié en el carácter relacional de los

sistemas, pues al centrarse en la relación lo

importante de la interacción sale a la luz, así

la interacción recursiva presente en las

conversaciones trasciende la dualidad

sujeto/ambiente y construye un significado

que es individual y colectivo. Por su parte

Fonseca (2002) se refiere a los “procesos

complejos” de la relación manifestados en

diálogos y conversaciones como aquellos

dirigidos a la creación de una “comprensión y

significado compartido” sobre la realidad.

El paradigma de la complejidad, plantea que

la interdependencia y totalidad son

74

inherentes a los sistemas, ello significa que

cada agente o componente de un sistema es

todo y parte de otros sistemas mayores con

los que está en permanente interacción. En

el coaching tanto el coach como el cliente,

también llamado coachee, son totalidades en

sí mismas que en el contexto de las sesiones

conformarían una unidad coach-coachee que

funciona como un sistema más grande, una

totalidad; en el que se genera una

interacción dialógica, una reciprocidad

relacional que a su vez está en intercambio

relacional con otros sistemas de la esfera de

lo colectivo, de lo socialmente compartido

(Bozzo, 2012; Chiva et al., 2008).

El coachee también forma parte de otros

sistemas que al ser explorados junto con el

coach develan cuáles son los patrones de

interacción que se repiten en su situación

problema; también ayudan al coach a hacer

retroalimentaciones más efectivas que

propicien el desarrollo de nuevas estructuras

de significado en el coachee, en este sentido

resulta clave la apertura y mirada sistémica

que pueda tener el coach (Cavanagh, 2006).

Esto no significa que el coach dictamine el

comportamiento que ha de tener el coachee,

sino que hace preguntas, que desde la

perspectiva de la complejidad equivalen a

introducir información nueva al sistema,

representado por el coachee, llevándolo a un

estado de no-equilibrio o borde del caos,

animándole a encontrar dentro de sí las

respuestas que busca, a pensar por sí mismo

los cambios que anhela, a ver este estado de

desequilibrio como una nueva oportunidad

de crecimiento personal. El coach por tanto

actuaría como un agente “perturbador” de

los esquemas o estructuras de conocimiento

que tiene el coachee y que a la fecha pueden

estar determinando su actuar o su no actuar

(Bozzo, 2013). Así, sesión a sesión se van

verificando la emergencia de nuevos

patrones de interacción que a su vez

retroalimentan el sistema coach-coachee. En

el seno de esta interacción comunicativa y

relacional se produce el fenómeno de

aprendizaje, descrito anteriormente, lo que

genera una nueva organización en los

modelos mentales del coachee y el

surgimiento de nuevos patrones de

comportamiento, que desde el punto de

vista de los sistemas adaptativos complejos

pueden entenderse como propiedades

emergentes del sistema coach-coachee que

dan paso a un proceso de cambio; ello

significa que inevitablemente tanto coach

como coachee se influyen mutuamente y

participan de un proceso de cambio y

aprendizaje conjunto y recursivo.

75

En esto se basa el modelo de coaching del

Mental Research Institute (MRI) de Palo Alto,

California, que toma el trabajo desarrollado

por Bateson (1979) sobre la circularidad de

las situaciones problemáticas que aquejan a

las personas, y que en contextos cambiantes

o enfrentadas a distintos desafíos exhiben

comportamientos rígidos y repetitivos,

generándose bucles de causalidad

interaccional. El modelo, conocido como

modelo de Palo Alto, se basa en que la

conducta de todo individuo es función de la

interacción que establece con otras

personas, a su vez si las relaciones que

mantienen entre ellos son más o menos

estables y sostenidas en el tiempo entonces

pueden ser vistos como miembros de un

sistema, pueden por tanto entender y

significar sus conductas, y también pueden

elegir cambiarlas (Bozzo, 2012; 2013).

En consecuencia, el modelo de Palo Alto,

además de sistémico es estratégico, pues

propone co-construir a través del diálogo un

camino para realizar el cambio que la

persona busca y que no ha podido llevar a

cabo. Este diálogo revisa mediante preguntas

las supuestas certezas del coachee respecto

a la problemática que lo aqueja, lo que va

generando cierta confusión que propicia la

apertura y revisión de sus certidumbres,

tornándose en la piedra angular sobre la cual

comenzará a construir su proceso de cambio.

La confusión incita a buscar, a establecer

relaciones nuevas allí donde las certezas

pierden solidez promoviendo la re-

organización de los esquemas mentales de la

persona. Durante el proceso de coaching el

discurso problemático individual se desplaza

hacia uno más interaccional, generando un

cambio de perspectiva en el cliente que le da

un punto de vista diferente del que tenía al

principio, ello genera un cambio en su

discurso y en su accionar (Bozzo, 2012; 2013;

Caby, 2004).

Desde el punto de vista de las ciencias de la

complejidad este pequeño cambio que se

amplifica hacia otras áreas de la vida del

cliente correspondería al “efecto mariposa”

descrito por Lorenz (2005). Sin embargo, se

debe tener presente que lo que emerge en

este proceso no es producto del azar, sino

que corresponde a un proceso de cambio

natural y evolutivo, que no es impuesto ni

aleatorio, sino que es resultante de la

interacción entre los componentes y de las

formas en que se organizan los agentes que

promueven el cambio.

Como resultado final del proceso de

coaching se produce un aprendizaje que

76

implica una reinterpretación de la realidad

que permite actuar de otro modo, mientras

que los aprendizajes anteriores eran fruto

del esfuerzo y la voluntad, en el contexto

conversacional el aprendizaje resulta ser

espontáneo e intuitivo. El coachee narra una

nueva historia para sí, enriquecida con

nuevas distinciones y más posibilidades

acerca de sí mismo y como tal sale al mundo

para transformarlas en acción (Bozzo, 2013;

Caby, 2004).

Ahora bien, las ciencias sociales y otras

disciplinas relacionadas surgieron con

posterioridad al desarrollo de las ciencias

exactas, este hecho caracterizó el lenguaje,

desarrollo, método y aproximaciones de las

ciencias sociales al estudio de los fenómenos.

De hecho, fue recién a fines de los años

ochenta que Ikujiro Nonaka plantea la

aplicación de la teoría del caos para explicar

la auto-renovación en las empresas

japonesas (Eijnatten & Putnik, 2004).

INTEGRACION DE COACHING Y COMPLEJIDAD Los tres enfoques de complejidad descritos y

la revisión de los principales aspectos del

coaching, nos preparan para la siguiente

sección, que intenta ser un primer esfuerzo

de integración de estas dos miradas. En ese

sentido, se revisará la aplicación del enfoque

de la complejidad en el ámbito de la gestión

de organizaciones y se expondrá una

propuesta metodológica para la intervención

en una organización del sistema de salud

chileno.

Gestión y sistemas adaptativos complejos

En Inglaterra, Stacey (1995) elabora la idea

de un caos conceptual y un enfoque de la

complejidad aplicada al campo de la gestión,

y es pionero en la adaptación del enfoque de

sistemas adaptativos complejos para las

organizaciones humanas. Sus investigaciones

acerca del impacto que tiene el caos en las

organizaciones sociales mediante el empleo

de programas de simulación de interacciones

locales revelan que los sistemas presentan

características como: i) auto-organización,

que corresponde a la emergencia de un

orden u organización de un todo producto de

las interacciones locales, ii) emergencia de

patrones de interacción variados capaces de

evolucionar mediante la amplificación de una

pequeña diferencia en cada interacción

iterativa, alcanzando patrones globales

emergentes de continuidad y transformación

potencial, iii) imprevisibilidad del sistema

emergente que presenta un movimiento

continuo hacia un futuro que es

desconocido; sin embargo, en los sistemas

77

sociales este movimiento viene de alguna

manera determinado por su historia, por

tanto es más preciso hablar de paradoja

previsibilidad/imprevisibilidad.

Stacey (1995) plantea que si bien las

características encontradas en los Sistemas

Adaptativos Complejos (CAS) podrían ser

coincidentes con características de los

sistemas de los seres humanos, en tanto

otros seres vivos, no son homologables a los

sistemas sociales, puesto que carecen de

aquellas cualidades que constituyen a los

seres humanos, como la conciencia,

sentimientos, reflexividad, autonomía,

espontaneidad, imaginación, fantasía, y

creatividad, entre otras; las interacciones del

hombre no ocurren desprovistas de estas

cualidades, sino que participan de

interacciones comunicativas que son

significativas, establecen relaciones de

poder, y poseen criterios de evaluación para

hacer elecciones; esto quiere decir que

mediante el ejercicio de la voluntad una

persona puede escoger aquellas alternativas

que sean beneficiosas para ella y no para el

sistema, en este caso el individuo no podría

considerarse como parte del sistema. Stacey

expresa la necesidad de incorporar de modo

sistemático y explícito la subjetividad

reflexiva en la construcción de la ciencia y no

sólo trabajar en base a diseños de sistemas

por ordenadores (Stacey, 1995; 2005).

Por otra parte, un diseño implica que existe

un observador que es ajeno al sistema, pero

el observador nunca está fuera sino que es

parte del sistema. Esto es lo que plantea el

constructivismo al decir que toda

observación por parte del observador

representa aplicaciones de esquemas de

diferencias que le permiten identificar y/o

describir una realidad. Cuando la aplicación

de la observación es reiterada genera la

ilusión de estabilidad; cuando ésta modifica

sus formas construye una nueva realidad.

Por lo tanto, las observaciones de las

personas sobre el mundo y sus fenómenos

no revelan su realidad, sino que la

construyen bajo categorías intrínsecas y

contingentes, existiendo aspectos que

permanecen invisibles para el observador

pues si el observador por alguna restricción

ya sea cognitiva, psíquica o social,

permanece ciego a la naturaleza de las cosas,

su saber no se corresponderá con la realidad

tal y como se le presenta.

Por ende, para el constructivismo no hay

observaciones sin sus respectivos

observadores, la realidad es construida por

las percepciones del observador y también

78

por el lenguaje que surge como resultado de

la comunicación entre las personas (Andrade

et al., 2002; Arnold, 1997).

El enfoque sistémico-constructivista enfatiza

el papel del sujeto en la construcción del

conocimiento, cobrando relevancia quién y

cómo define el sistema en estudio, pues

según quien sea el observador serán las

distinciones y delimitaciones que realice, y

nuevamente el diálogo es la puerta de

acceso para comprender sus esquemas de

distinción (Arnold, 1997)

Resulta primordial entonces, conocer de un

modo más profundo cuáles son los diálogos

que se dan al interior de una organización o

sistema, pues dan cuenta de los significados

compartidos, ideas y creencias de sus

miembros, que a la postre afectan la forma

en que se relacionan y se organizan. Las

conversaciones son diálogos que tienen un

sentido para los participantes y llevan

implícitos sus esquemas mentales; los

modelos mentales y patrones

conversacionales desde el punto de vista de

la teoría del caos actúan como atractores a

través de los cuales los seres humanos

generan conversaciones. Asimismo, la

conversación es una acción creativa de

cualquier organización, tanto individual

como colectiva, se va co-construyendo a

través de la convivencia con los otros en

procesos de diálogos que le van dando

sentido y propósito. Del mismo modo, se va

construyendo el conocimiento acerca de

quiénes son, y de lo que les rodea, el

conocimiento no es algo que se adquiere y

luego olvida, sino que es resultante de una

compleja mezcla de conversaciones con sí

mismo y con los demás. Por tanto, los

sistemas también pueden ser vistos como

procesos de interacción comunicativa

temporal que funcionan como un todo

organizado, este aspecto es de relevancia

para el coaching cuyo escenario son las

conversaciones (Caby, 2004; Cavanagh,

2006).

Las organizaciones de salud como sistemas

adaptativos complejos

El sistema de salud en Chile

En el año 2004 y como parte de los cambios

introducidos por la reforma al sistema de

salud, se promulgó en Chile la Ley 19.937 de

Autoridad Sanitaria que define a los

Establecimientos Autogestionados en Red

(EAR) como hospitales con un alto nivel de

complejidad técnica, organización

administrativa, desarrollo de especialidades

y número de prestaciones, que son

dependientes de los servicios de salud. Como

79

consecuencia, hubo cambios estructurales y

organizacionales en los centros hospitalarios

para adecuarse al funcionamiento de un

modelo en red.

La promulgación de dicha Ley forma parte de

los cambios introducidos por la reforma al

sistema de salud iniciada el año 2002, en

consonancia con lo planteado por la

Organización Panamericana de la Salud (OPS)

que ante la constatación de que los sistemas

de salud latinoamericanos están

fuertemente fragmentados y segmentados

expresó la necesidad de implementar redes

integradas de servicios de salud de manera

que los usuarios reciban cuidados acordes a

sus necesidades y de manera continua, sin

quiebres en la cadena lógica de atención e

independiente del establecimiento o

dispositivo sanitario en el que reciban

atención (Artaza et al., 2011).

Un modelo de organización en red es

diferente de un modelo tradicional

jerárquico. El primero a diferencia del

segundo requiere un rediseño de su

estructura y organización administrativa, así

como un enfoque estratégico que contemple

no sólo las demandas en salud de los

usuarios del sistema, sino también una

adecuada lectura de los escenarios que

permita garantizar sinergias intra e

interinstitucionales. Para ello, se requiere

identificar claramente las brechas de

especialidades médicas y de otros

profesionales de la salud que permitan

resolver adecuadamente la gestión de la

demanda, pero también se requiere una

adecuada organización y planificación de los

recursos humanos tanto en número como en

competencias (Méndez & Torres, 2010).

La organización de un hospital que funciona

con la lógica de una red integrada de

sistemas se fundamenta en un modelo

integral de atención de salud, centrado en la

persona, la familia y la comunidad;

contemplando particularidades sociales,

culturales y de género de la población. Ello

implica que la organización de los recursos

humanos debe dar cuenta de los cambios

sociales, culturales, epidemiológicos y

demográficos de la población así como de

sus requerimientos en los ámbitos

biológicos, sociales y psicológicos de manera

de alcanzar mejores niveles de desarrollo

humano, lo que significa que todas las

acciones y cambios que se realicen deben

estar fundamentados en la participación de

la comunidad de usuarios (Artaza et al.,

2011). En la Figura 1 se detalla las funciones

de la red:

80

En un modelo de atención integrado, el

quehacer sanitario se basa en equipos de

salud interdisciplinarios y de liderazgo

horizontal, cuyo eje es la atención primaria

de salud. Por tanto, la formación y

competencias de estos equipos debe ser

coherente con el nuevo perfil epidemiológico

de la población y la gestión en redes,

también contar con habilidades de liderazgo

y trabajo cooperativo.

En consecuencia, el rol de los hospitales en

este modelo de atención se basa en una co-

construcción entre los dispositivos de la red y

la participación activa de los distintos actores

sociales; es decir, se concibe al hospital como

un sistema que es parte de otros sistemas

mayores que se relacionan entre sí por

medio de acciones conjuntas, coordinadas y

sinérgicas. En la lógica de redes el hospital es

sólo un nodo.

Para Artaza et al. (2011), los avances en la

cultura de gestión de red aún son

insuficientes, esencialmente porque no se

han consolidado relaciones de confianza, que

incentiven acciones conjuntas y efectivas. Al

contrario, el incumplimiento de promesas o

compromisos consolida prácticas de baja

conectividad, negatividad y resignación.

Artaza (2011) señala que la práctica médica

no dependía de otros profesionales para

realizar su quehacer, al contrario

históricamente se verifica la prevalencia de

Fuente: Artazaet al. (2011), pág. 84. Figura 1: Funciones de la red con participación de la comunidad usuaria

81

un enfoque más bien paternalista y

asistencialista, marcado por la

autosuficiencia y el aislamiento profesional,

lo que ha contribuido a que cada unidad

intrahospitalaria se comporte como un

“feudo” al interior de la organización,

dificultando la gestión en red de los procesos

asistenciales. A lo mismo se refiere

Waissbluth (2008) cuando habla de

“insularidad” al interior de las organizaciones

públicas, y que define como la tendencia de

sistemas y organizaciones a generar “islas

autónomas” con agendas propias, generando

falencias derivadas de la conflictividad

interna y la ausencia de coordinación y

propósitos superiores comunes; lo que

obstaculiza severamente la configuración de

una organización en red. Por tanto la

insularidad, es un fenómeno estructural y

sistémico, más aún Waissbluth (2008)

plantea que es una propiedad emergente de

los sistemas complejos.

La primera barrera para la acción conjunta es

la generación de contexto entre directivos,

jefes clínicos y grupos de poder internos que

suelen estar desalineados, justamente por

esta cultura histórica de partes separadas,

autónomas y no de sistema. Por otra parte

Artaza (2011) menciona que tampoco

contribuyen la fragilidad de competencias

administrativas, las dificultades para generar

y mantener liderazgos, la presión asistencial

cotidiana que atrapa en la coyuntura, la

creciente subdivisión del trabajo en el

contexto de “feudos” anti‐sistémicos, la

cultura de administrar el hospital como

máquina y a sus funcionarios como

trabajadores manuales, entre otros aspectos.

Agrega que lo más relevante son aquellos

aspectos más sutiles expresados en los

estados de ánimo institucionales, como la

resignación y el resentimiento, que pasan a

formar el “tono emocional” de esta cultura, y

que favorece dinámicas organizacionales

enfocadas en lo negativo y en la búsqueda de

culpables externos”. Ello dificulta hacerse

cargo de los cambios necesarios, de creer

que es posible llevarlos a cabo y de percibir

poder en sí mismos para lograrlos (Artaza,

2011).

Los hospitales como sistemas complejos adaptativos Como se mencionó, “Sistemas Adaptativos

Complejos o CAS” son un sistema compuesto

por diversos componentes o agentes

autónomos e interrelacionados que

interaccionan en distintos niveles,

influyéndose unos con otros a través de

circuitos de retroalimentación recursiva. Son

sistemas abiertos al entorno con el que

intercambian energía e información que

82

seleccionan y procesan, generando

respuestas frente a cambios en el contexto,

lo que les permite auto-organizarse y

comportarse como un todo unificado en el

aprendizaje y la experiencia (Bohórquez,

2013). Son sistemas capaces de reaccionar

como una totalidad y cambiar su

comportamiento a medida que adquiere

experiencia. Además, comparando un CAS

con los sistemas biológicos éstos últimos

organizan sus funciones en pos de la

sobrevivencia, mientras que los sistemas

sociales se organizan en torno a uno o más

objetivos que pueden o no representar los

intereses de todos sus miembros, lo cual

puede incluso ser una fuente de conflictos

(Hargreaves, 2006).

Por tanto, los hospitales son organizaciones

que funcionan como sistemas complejos

adaptativos, ya que su estructura está

compuesta por diversos subsistemas con un

gran número de agentes en interacción

constante: pacientes, profesionales,

proveedores, compradores de servicios,

aseguradoras, entre otras. La adaptabilidad

del sistema requiere la capacidad de cambiar

conductas o procedimientos y aprender de

las experiencias. Surgen así redes de

interacción en donde cada agente opera

según su propio esquema local y

conocimiento, generándose relaciones de

interdependencia que pueden ser no lineales

y discontinuas. Además, las conexiones entre

agentes pueden generar procesos de

comunicación que aceleren o retrasen

eventos creando así otras estructuras de

orden, es decir, cambios grandes o pequeños

pueden impactar en grados distintos a la

organización (Jaramillo et al., 2008).

Ahora bien, es la complejidad de la

organización la que permite respuestas

efectivas para adaptarse a los cambios, no

solo internos sino también del entorno,

como por ejemplo variaciones en las

condiciones de salud de la población,

cambios tecnológicos, aumento de la

demanda de servicios de salud, cambios en

las condiciones socioeconómicas de la

población, reformas a los sistemas de salud,

cambios en la gestión hospitalaria. De igual

modo, en una lógica de redes, los hospitales

son sistemas abiertos, influidos por el

entorno en el que operan y con el que

interactúan para asegurar recursos,

adaptación y crecimiento, agregándole valor

al conocimiento implícito el que pasa a ser

un conocimiento compartido y explícito, un

atributo de las personas y las relaciones.

83

MATERIALES Y MÉTODOS

Una propuesta de intervención para las

organizaciones de salud

Las intervenciones organizacionales

usualmente se realizan en etapas

sistemáticas. Ello permite que tanto Coachee

como Coach internalicen los hitos claves de

la ejecución de un programa de coaching en

contextos organizacionales complejos.

En ese sentido, se utiliza y adapta la

propuesta de los académicos, pertenecientes

a la Universidad de Talca, Maderline

Grandón Avendaño y Miguel Bustamante

Ubilla (2013), publicado en el número 18 de

la revista Estudios Seriados en Gestión de

Salud, “Hacia una síntesis metodológica de

coaching organizacional” que permitirá

aplicar e integrar los planteamientos

anteriormente señalados.

Los autores proponen etapas que conforman

una guía estructurada que adopta la forma

de un programa de intervención vía coaching

que en un principio opera como una

invitación, una convocatoria a los distintos

actores involucrados a integrar voluntades y

a orientar acciones de manera que sean

internalizadas como un hito y asumidas

como un logro grupal o individual.

Tiene una secuencia de 4 fases que en su

conjunto responden a las características de la

organización y de los sujetos, en donde

acontecen las intervenciones en forma de

relaciones y conversaciones:

Fuente: Grandón & Bustamante (2013), p. 83. Figura 2: Fases de un Coaching Organizacional

84

A continuación se resumen cada una de las

fases propuesta por los autores y se

relacionan con las organizaciones de Salud

(Hospital Público de salud).

Diagnóstico

En esta fase 1 se establecen conversaciones

que darán pie a una relación de confianza

entre el Coachee y el Coach, o entre el grupo

y el Coach, buscando establecer con claridad

cuál o cuáles son sus necesidades o qué

distinguen como problema. Esto es muy

importante pues constituye el elemento

motivador con el cual se pone en marcha el

proceso de coaching.

En esta etapa es útil caracterizar la

organización tanto en su contexto interno

como externo, conocer el tipo de relaciones

e interacciones que establecen sus miembros

y cuáles son los estilos de liderazgo y

resolución de conflictos más prevalentes.

Además de las conversaciones o entrevistas,

suele ser útil la aplicación de algún

cuestionario o test que permita indagar otras

conductas no manifiestas relacionadas con

los estilos de funcionamiento personal,

formación, niveles de desempeño, y de cómo

impactan en la organización.

También es importante establecer cuál es el

“tono emocional” más prevalente al interior

de la organización. Conforme a los

documentos analizados en los hospitales

públicos suele ser de resignación y

pesimismo frente a los cambios, ello

favorece dinámicas que se enfocan en lo

negativo y en buscar culpables externos a los

problemas, lo que dificulta el hacerse cargo

de los cambios necesarios y de creer que es

posible llevarlos a cabo mediante la

organización conjunta.

En el ámbito de un hospital público que se

encamina a ser un Establecimiento

Autogestionado en Red (EAR) resulta útil el

enfoque de la Complejidad. Puesto que bajo

este enfoque una organización compleja

como un hospital es muy similar a un sistema

adaptativo complejo y por tanto su

organización se rige por otras reglas o leyes

distintas a las mecanicistas y lineales.

En la organización hospitalaria sería

importante identificar qué partes del sistema

realizan actividades en conjunto o cuáles son

los equipos de profesionales que trabajan

juntos. Es muy importante establecer el

grado de cooperatividad y de insularidad

(Waissbluth, 2008) de la organización puesto

que una favorece el trabajo colectivo

85

mientras que la otra lo dificulta, ya que un

sistema complejo adaptativo presenta

propiedades emergentes que dependen de la

cooperatividad entre sus miembros.

Así, un sistema puede tener relaciones de

cooperación simples y por ende predecibles

debido al carácter más bien lineal de sus

interacciones, la desventaja es que no hay

presencia de fenómenos sinérgicos. En un

CAS en cambio, ocurren interacciones no

lineales que promueven la cooperatividad

cuyos efectos no son proporcionales a las

causas, no son aditivos, pero presentan

propiedades emergentes como la auto-

organización frente a las dificultades o

desafíos o a la forma en que se toman las

decisiones. Por ejemplo, cuando se necesita

establecer una nueva estrategia quirúrgica

tanto para el cirujano, internista, intensivista,

enfermera y resto del equipo se necesitan

desarrollar protocolos de acción.

Estos protocolos no serán posibles sin un

fuerte ánimo de cooperación entre los

distintos actores que favorece la auto-

organización entre ellos lo que favorece el

aprendizaje ayudando a que el sistema sea

capaz de aprender de las experiencias. En

este sentido un CAS es lo más cercano a una

entidad viviente.

Planeación

En esta fase 2 se recoge la información de la

o las problemáticas reales que los sujetos

perciben como relevantes y que consideran

esenciales para su desempeño individual o

colectivo. De estas definiciones nace una

propuesta, una co-construcción de un

modelo de abordaje de las situaciones

organizacionales y/o personales.

La planeación por tanto apunta a definir,

consensuar y convenir la co-construcción de

soluciones en forma de objetivos y metas,

además de determinar las estrategias de

intervención más adecuadas y efectivas que

el coaching ofrece. La Planeación entonces

permite la elaboración de un cronograma de

trabajo que establece tareas, acciones y

fechas.

Un hospital público que se encamina a ser un

EAR o que busca optimizar sus áreas de

trabajo o procesos internos de

funcionamiento mediante un proceso de

intervención con coaching requiere el

establecimiento previo de vínculos basados

en la confianza, que incentiven acciones

conjuntas y conversaciones efectivas de

manera de convenir cuál es el mejor modelo

de intervención.

86

Ello queda evidenciado por ejemplo en lo

realizado, hace años atrás en una

intervención en la Asistencia Pública de

Santiago cuyo diagnóstico constató que en la

organización no existía una cultura de

gestión, ni estructuras ni procedimientos de

administración moderna, con una gestión de

recursos humanos arcaica y con un claro

déficit en las comunicaciones internas.

Basado en ese análisis se hizo necesario

implementar un programa de masificación

de la gestión moderna, centrado en el

liderazgo, comunicación y trabajo en equipo

que requirió identificar algunos problemas

claves del servicio a partir de los cuales

establecer proyectos específicos de

desarrollo por áreas. En las distintas

reuniones, los jefes de servicios manifestaron

que se necesitaba un verdadero cambio

cultural que implicaba profundos cambios en

las actitudes de muchos miembros del

establecimiento, especialmente de parte de

las jefaturas médicas. Fue esta definición y

validación colectiva la que permitió proponer

un modelo de abordaje que permitiera

configurar equipos directivos eficaces y

eficientes para avanzar en el cambio

requerido (Montero y Vignolo, 1996).

Desde el punto de vista de los CAS, esto

alude a la auto-organización de las distintas

unidades que componen al sistema en pos

de un objetivo que favorece su evolución. Es

un requisito indispensable para transitar a las

siguientes etapas del proceso, pues la auto-

organización favorece la adaptabilidad de la

institución sanitaria, le otorga robustez para

gestionar de manera eficaz los cambios

internos o externos requeridos, fortalece la

conectividad y comunicación entre los

distintos componentes y consolida su

inherente organización en red.

Intervención

En esta fase 3, el objetivo es ejecutar en

terreno las acciones planificadas y previstas

en las fases anteriores; sin embargo, es

necesario prever las eventualidades del

contexto, actitudes y conductas que

pudieren perturbar las acciones de

intervención facilitando, enlenteciendo o

haciendo inviables las opciones estratégicas

de intervención previstas de común acuerdo.

Es muy importante que en esta etapa se

realicen retroalimentaciones y se establezcan

mecanismos e indicadores de satisfacción

que permitan verificar los logros alcanzados.

También es necesario establecer

conversaciones adecuadas y pertinentes

tendientes a involucrar en las acciones a los

87

respectivos Coachees, sean estos, directivos,

líderes o seguidores, antes de realizar alguna

actividad, tarea o acción de

acompañamiento.

Las actividades de intervención deben

ejecutarse en el terreno mismo

internalizando la realidad laboral de los

intervinientes, para ello las intervenciones se

realizan con adaptación al lenguaje de la

organización, y se espera que provoquen

cambios en los estilos de comunicación,

liderazgo y autoridad, de manera de

modificar o redireccionar conductas

personales y gerenciales del Coachee y sus

equipos de trabajo.

Por tanto, las actividades no solo debiesen

impactar en la forma en que los involucrados

se comunican, sino también en el desarrollo

de sus capacidades y talentos de manera de

generar acciones distintas a lo que

históricamente venían haciendo. De este

modo, se comienza a construir una cultura

distinta al interior de la organización.

Los hospitales públicos autogestionados y en

red requieren de capacidades gerenciales

complejas, para ello se recomienda

incorporar conceptos como calidad,

eficiencia, efectividad y competitividad a la

cadena de valor, sin sentir que por ello están

traicionando valores relacionados con la

tradición y el espíritu médico. Sin embargo,

es vital haber generado un contexto que

favorezca el encuentro entre directivos, jefes

clínicos y personal al interior de la

organización que propicie la acción conjunta,

que permita hacer una adecuada

redefinición de roles y relaciones

profesionales basadas en la confianza.

Asimismo, se requiere integrar el concepto

de sistema adaptativo complejo a la

comprensión de lo que es un hospital

autogestionado y en red, ello significa que su

organización y funcionamiento son lo más

cercano a un organismo viviente y como tal

busca equilibrio y conservación pero también

autodisolución y trascendencia. Por tanto

presenta propiedades emergentes que

favorecen su adaptación, flexibilidad y

evolución.

La información disponible del Hospital

Exequiel González Cortés por ejemplo,

menciona que logró convertirse en uno de

los mejores hospitales públicos del país al

construir una cultura distinta. Fue el primer

hospital en lograr la acreditación en calidad y

seguridad, y en los años 2012 y 2013 ocupó

el primer lugar en el ranking de mejores

88

hospitales públicos autogestionados del

Ministerio de Salud (MINSAL). Su

infraestructura no es moderna, sin embargo,

cuenta con una de las mejores Unidades de

Tratamiento intensivo del país, así como uno

de los mejores centros de quemados y

fisurados. Su Directora declara que fue vital

reconocerse entre pares y los trabajadores y

funcionarios manifiestan que su liderazgo fue

muy importante pues trabajó a la par con los

equipos de cada unidad clínica,

escuchándolos, motivándolos, estableciendo

protocolos junto a ellos e innovando en la

gestión. Finalmente, menciona que “…no

vemos el hospital como un lugar donde curar

a la gente. La infraestructura, las paredes,

incluso hasta el equipamiento pueden no ser

tan importantes como los profesionales y los

funcionarios que tenemos. Si tienes una

comunidad más contenta, con identidad, con

sentido es mucho más fácil. Nos dimos

cuenta que se puede tener salud pública de

calidad” (Mandiola, 2015, p.20).

Evaluación

En esta fase 4 y en cada una de las etapas del

proceso de coaching se van realizando

evaluaciones y retroalimentaciones de

manera recursiva y sistemática; no obstante,

en la sesión final se realiza una evaluación

integral cuyo objetivo es medir, analizar e

interpretar los resultados individuales y

colectivos que promovió el proceso de

coaching (Grandón &Bustamante, 2013).

Además, hay que determinar si aquellas

conductas recurrentes, actitudes adversas y

predisposiciones complejas fueron superadas

de manera efectiva, pues esto servirá para

elaborar algunas recomendaciones dirigidas

al Coachee con el fin de que promueva su

autorenovación orientado por el Coach.

Asimismo, tanto el Coach como el Coachee

evalúan de manera recíproca lo realizado y

realizan retroalimentaciones.

En esta etapa el objetivo es evaluar el

impacto en los resultados que tuvo la

actividad de coaching, por ello es importante

contar con indicadores de satisfacción y con

un circuito histórico del problema que

permita distinguir el nivel de avance logrado

(Grandón & Bustamante, 2013).

Esta etapa se suele cerrar con actividades

como talleres de jefaturas que conforman un

programa temático de formación teórico-

práctico que ayude a estandarizar y unificar

modelos de trabajo colectivo de gestión del

cambio, de operación de actividades claves y

de formalización estratégica si es que así lo

requiere la organización. Desde lo práctico el

89

taller es útil en tanto otorga a los

participantes una mayor comprensión de los

temas tratados y entrega herramientas para

sus áreas de trabajo. El cierre del taller

recoge las observaciones que los propios

Coachees realizan y a su vez el Coach realiza

una síntesis de la actividad.

Finalmente y desde el punto de vista de la

complejidad, se debe tener presente la

estructura en red de los hospitales

autogestionados, por tanto las estrategias de

diseño deben contemplar esta premisa. Esto

quiere decir que la organización de sus

subsistemas o unidades clínicas presenta una

estructura modular y organizada en relación

con otras, ello permite que las unidades se

relacionen mediante mecanismos abiertos

de comunicación lo que facilita la

adaptabilidad a los cambios, promueve la

cooperatividad, fomenta el aprendizaje y

evolución atrayendo hacia sí misma prácticas

y valores que le son funcionales,

transformando a toda la organización en una

organización que aprende.

CONCLUSIONES

Las ciencias de la complejidad al incorporar

en sus investigaciones aspectos como el

caos, azar, incertidumbre o la no-linealidad

de los sistemas, produjeron una

discontinuidad con el pensamiento científico

occidental imperante, que buscaba una

relación determinista o causal como

explicación de los fenómenos que estudiaba

y cuyos resultados debían ser reproducibles y

generalizables. Pero, por otra parte, al

emplear una metodología basada en el uso

de computadores para la modelización y

simulación de sistemas complejos

continuaron dejando al investigador en un

rol externo, lo que en el estudio de los

sistemas y organizaciones sociales no ocurre

así, pues de momento que el investigador

participa con sus observaciones ya está

implicado en el sistema que estudia.

Paralelamente, el enfoque desarrollado por

Morin (2006) también representa una

concepción distinta a la forma tradicional de

entender la ciencia y el conocimiento.

Mediante el pensamiento complejo incluye

al sujeto en el desarrollo y construcción del

saber, no sólo como ser racional sino como

un individuo abierto a la complejidad de la

existencia humana. Dicho pensamiento

abraza otras formas de conocimiento, pues

sabe que el determinismo y la exactitud por

sí solos son insuficientes para comprender lo

complejo, por ello propone integrar

diferentes perspectivas tanto científicas

como filosóficas al alero de los principios de

90

dialogicidad, recursividad y

hologramaticidad. Incorpora así diversas

teorías, cada una válida como explicación

parcial del fenómeno en estudio,

adquiriendo un carácter transdisciplinario

(Morin, 2006).

Por otra parte, la propuesta de complejidad

de Bateson (1979) revisa e integra conceptos

biológicos, antropológicos, sociales y

psicológicos para expresar que el universo y

la vida funcionan de una manera integrada,

como un todo coherente, por tanto su

enfoque es más bien holista. Desde esta

perspectiva atribuye un papel determinante

al sujeto, también llamado “observador”,

pues es desde el punto de vista del

observador que vemos e interpretamos el

mundo. En este sentido Bateson (1979)

busca crear relaciones nuevas entre

fenómenos y procesos, con miras a generar

un pensamiento sistémico que sea global y

holístico, un modo reflexivo que supere

nuestros estilos lineales de pensamiento que

limitan nuestra propia observación sobre el

mundo y su construcción. Lo suyo es una

invitación a relacionar, a articular de un

modo distinto lo aprendido a través de la

cultura, propone situar al sujeto en una

posición de apertura con el fin de

desencadenar procesos de creatividad y

reflexión para hacer que emerja lo novedoso,

lo creativo, que haga surgir nuevas

relaciones, allí donde el sentido común, lo

socialmente aceptado, las oculta o les impide

emerger (Lagos, 2004).

Por tanto, el paradigma de la complejidad

constituye una importante contribución

teórica para el quehacer del coaching. Al

concebir los sistemas sociales como sistemas

adaptativos complejos insertos en redes

sistémicas que forman parte de una

urdimbre mayor, invita a explorar los

patrones e interacciones locales del sistema

respecto a contextos más amplios, desde los

cuales percibir sus estados caóticos y la

influencia que tienen determinados

atractores sobre la configuración del sistema.

Permite conocer sus estados de equilibrio y

desequilibrio, sus zonas de tensión creativa

así como la emergencia de propiedades que

dan lugar a procesos de auto-organización y

co-evolución. En este sentido, el modelo de

sistemas adaptativos complejos resulta ser

una metáfora adecuada para entender cómo

funcionan los sistemas sociales y cómo

producto de sus interacciones emergen

propiedades sistémicas singulares.

No obstante, las interacciones entre los seres

humanos son mucho más que sólo

91

interacciones entre entidades biológicas, los

seres humanos son también seres sociales y

culturales que viven en mundos de

relaciones mediadas por el lenguaje; por

tanto las conversaciones son también un

encuentro que posibilita la generación de

confianza, efectividad, respeto y bienestar

que determinan su mundo de acciones,

influyendo en nuestra identidad. Maturana y

Varela plantea que las conversaciones no son

algo abstracto, sino que son un modo

particular de estar y vivir juntos en

coordinaciones del hacer y del emocionar,

ello implica que en el acto de conversar se

puede construir su realidad con el otro

(Maturana y Varela, 1984).

El paradigma complejo le otorga al coach una

perspectiva que le permite ver las partes y

las interrelaciones como un todo implicado,

puede aceptar la incertidumbre que depara

lo complejo y sentirse cómodo con las

paradojas y la conciliación de opuestos, es lo

que Morin (2006) llamó el pensamiento

complejo. Desde esta posición perceptual

adquiere una visión más amplia de las

interacciones recursivas que tiene el coachee

con su sistema u organización y de cómo

influyen en el logro de sus objetivos. Su

comprensión de la problemática mejora la

calidad de sus interpretaciones, las que

incluye en las conversaciones que sostiene

con el coachee, proporcionando un enfoque

más profundo que en la práctica aporta

nuevas posibilidades de acción así como

nuevas técnicas y métodos que enriquecen

su quehacer con el coachee.

Por otra parte, el coachee puede observar de

un modo nuevo lo que le está ocurriendo,

haciéndole explícita su participación en los

bucles recursivos que estancan el sistema o

que lo tienen atrapado, y en este estado de

percepción y comprensión más amplia es

capaz de ver nuevas relaciones y vislumbrar

otras soluciones, animándose a elaborar un

plan de acción en conjunto con el coach que

le permita orientarse hacia la solución del

problema o al logro de sus objetivos.

En consecuencia, la conversación además de

ser una propiedad emergente del sistema, en

el contexto del coaching surge como espacio

de escucha, reflexión y legitimación de las

emociones del coachee, de co-construcción

de significado, de co-creación de novedades

y posibilidades de cambio, puesto que desde

el paradigma complejo la idea de realidad

como algo dado ya no es verosímil, surgen

nuevas probabilidades que dan paso a

posibilidades, a la creación de futuros

realizables. Las conversaciones se

92

transforman entonces en el crisol donde las

experiencias del coach y del coachee se

convierten en un conocimiento compartido

que se pone al servicio del coachee para que

recupere la capacidad creativa y pueda

construir otra historia diferente para sí

mismo, la transforme en acción y empiece a

vivir el cambio que busca y anhela.

En ese contexto, un hospital autogestionado

en red contempla organigramas jerárquicos

verticales que dan cuenta de su organización,

pero no de las interacciones entre sus

componentes. Para ello, es útil contar con un

diagrama de una estructura en red que

contemple la conexión entre los

componentes: personas, unidades clínicas,

subsistemas, hospitales, entre otros, donde

cada uno de ellos representa un nodo. Cada

nodo es representado con un tamaño

congruente con su nivel de conectividad, es

decir el tamaño del nodo da cuenta del

número de interacciones y por tanto de las

unidades clínicas o personas que son claves

en el funcionamiento de la organización.

La comprensión de la dinámica social de los

distintos grupos que entrega la teoría de los

sistemas complejos adaptativos puede

orientar al coach en la selección de las

estrategias más adecuadas que mejoren la

cooperación e interconectividad de aquellas

unidades en las cuales hay deficiencias o

están cruzadas por conflictos.

Es importante que las personas que

componen la organización comprendan que

la estructura en red requiere de una mayor

interconectividad y por ende comunicación

basada en relaciones de confianza, que

fomenten la cooperatividad y sinergia. Ya

que un sistema de salud (hospital, clínica,

unidad clínica, etc.) con estructura en red y

fuerte conectividad presenta mayores grados

de adaptabilidad, flexibilidad y comunicación

que un sistema que sólo cuenta con una

estructura jerárquica tradicional.

En una organización en red el rendimiento

individual es importante, pero lo es más el

trabajo en equipo. Cada sistema y

subsistema tiene una responsabilidad

conjunta en la adaptación de la organización

al entorno que también es complejo. El

objetivo de la adaptación es generar

soluciones sostenibles para la supervivencia

del sistema, donde no siempre están

disponibles las relaciones de causa y efecto

para tomar decisiones y usualmente se

decide en base a la visión y experiencia

compartida de los miembros del equipo. Esto

hace que el sistema sobreviva, se adapte y

93

aprenda una y otra vez, generando circuitos

de retroalimentación que admiten la

emergencia de nuevos patrones que

propician nuevos aprendizajes.

Sin embargo, es poco probable que surjan

esfuerzos de colaboración sin relaciones de

confianza mutua, esto es algo que el coach

también debe indagar. Cuando se trabaja en

conjunto, en equipo, sostenidos en

relaciones de confianza mutua surge de las

interacciones interpersonales un

conocimiento que no está disponible cuando

las personas trabajan solas o aisladas, tal

como lo demuestra la experiencia del

Hospital Exequiel González Cortés. Si bien las

normas y protocolos tienen el potencial de

crear una estructura de funcionamiento, el

conocimiento que surge de la interacción es

contextual y se revela en la acción, por tanto

enriquece y robustece la toma de decisiones

de la organización. Ello propicia que la

creatividad y novedad sean el estado natural

del sistema, y hacen que surja de manera

espontánea el orden y la innovación en lugar

de ser impuesta por un líder externo. Esto es

algo que los líderes de la organización de

salud también deben tener presente, el

conocimiento no es algo impuesto sino una

propiedad emergente de un sistema que

interacciona, que conversa y se relaciona.

1Payares (2011) distingue dos enfoques clásicos en el

estudio del caos: 1) De las “estructuras disipativas” de

Prigogine, este enfoque considera al caos como

precursor del orden pero sin ser antagónico del mismo.

Se observa un orden por fluctuaciones, una auto-

organización espontánea que surge en condiciones

fuera del equilibrio cuando la entropía es alta.

Corresponde a estructuras de tipo disipativas que

conducen al sistema del caos al orden. 2) De los

“atractores extraños” de E. Lorenz, este segundo

enfoque enfatiza el orden oculto que existe dentro de

los sistemas caóticos. Plantea que el caos es distinto al

azar o a lo aleatorio porque contiene estructuras

denominadas “atractores extraños” que se concentran

en una región limitada y trazan modelos complejos

dentro de ellos. En ellos el sistema se dirige del orden

al caos.

REFRENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

1. ARTAZA O.; MÉNDEZ C.; HOLDER R. &

SUÁREZ J. (2011): Redes Integradas de

Servicios de Salud: El Desafío de los

Hospitales. OPS/OMS N° 1; Santiago,

Chile. 304 p.

2. ARTAZA O.(2011): El Hospital público

como organización humana. Disponible

en:

http://www.colegiodentistas.cl/portal/im

ages/stories/2010/pdf/Hospital%20public

o%20c

omo%20organizacion%20humana.pdf

3. ANDRADE, R.; CADENAS, E.; PACHANO, E.,

PEREIRA, L. & TORRES, A.(2002): “El

Paradigma Complejo. Un cadáver

94

exquisito”, Cinta de Moebio, (14): 236-

279.

4. ARNOLD, M. (1997): Introducción a las

epistemologías sistémico/constructivista,

Cinta de Moebio (2): 88-95.

5. BATESON, G. (1979): Espíritu y naturaleza:

una unidad necesaria (avances en teoría

de sistemas, complejidad y ciencias

humanas). Nueva York: Bantam Books.

6. BOHM, D. (1980): Wholeness and the

Implicate Order. 1st edition. United

Kingdom: Routledge, 281 p.

7. BOHÓRQUEZ, L. (2013): La Organización

empresarial como sistema adaptativo

complejo, Estudios Gerenciales; 29(127):

258-265.

8. BOZZO, C. (10 de Noviembre de 2012):

Desarrollo y Habilidades del Coach,

Material Docente Coaching Integrativo,

CAPSIS. Santiago de Chile.

9. BOZZO, C.(20 de Abril de

2013):Portafolios del Coach, Material

Docente Coaching Integrativo, CAPSIS.

Santiago de Chile.

10. CABY, F. (2004): El Coaching. Ed. De

Vecchi, Barcelona, España, 192 p.

11. CAVANAGH, M. (2006): Coaching: An

adaptive complex conversation, en The

Evidence Based Coaching Handbook:

Putting Best Practices to Work for Your

Clients. D. R. Stober, & A. M. Grant. New

Jersey, Estados Unidos: Ed. Wiley, pp.

311-351.

12. CHIVA, R.; GRANDÍO, A., & ALEGRE,

J.(2008): Adaptive and Generative

Learning: Implications from Complexity

Theories, International Journal of

Managements Reviews; 12(2): 114-129.

13. EIJNATTEN, F. (2005): A Chaordic view of

collaborative networked organizations,

Electronic Journal Organizational

Virtualness, 1: 1-28.

14. EIJNATTEN, F. & PUTNIK, G. (2004):

Chaos, complexity, learning, and the

learning organization: Towards a chaordic

enterprise, The Learning Organization

11(60): 418-429.

15. FONSECA, J. (2002): Complexity and

Innovation in Organizations. Londres,

Inglaterra: Ed. Routledge, 130 p.

16. GELL-MANN, M. (1995): El quark y el

jaguar. España: Tusquets Editores, 416 p.

17. GRANDÓN M. & BUSTAMANTE M.(2013):

Hacia una síntesis metodológica de

Coaching Organizacional, Revista Estudios

Seriados en Gestión de Salud, 18(9): 80-

90.

18. HARKEMA, S. (2003): Learning in

innovation projects: an approach based

on complexity theory. Disponible en:

http://www2.warwick.ac.uk/fac/soc/wbs/

conf/olkc/archive/oklc4

95

19. /papers/oklc2003_harkema.pdf.

20. HARGREAVES, M. (2007): Using

Complexity Science to improve the

efectiveness of public health coalitions.

International Conference on Complex

Systems 2007. Available at:

http://www.necsi.edu/events/iccs7/pape

rs/e839e1bbe9ea54c690072c99a4b1.pdf

21. HOLLAND, J. (2005): Language Acquisition

as a Complex Adaptive System. J. W.

Minett y W. S.‐Y. Wang (eds.), Language

Acquisition, Change and Emergence. Hong

Kong: City University of Hong Kong Press,

411‐435 pp.

22. JARAMILLO, H.; LATORRE, C.; LOPERA, C.

& ALBÁN C. (2008): El hospital como

organización del conocimiento y espacio

de investigación y formación. Bogotá,

Colombia: Editorial Universidad del

Rosario, 123 p.

23. KOESTLER, A. (1967): The Ghost in the

Machine. United Kingdom: Hutchinson &

Co., 381 p.

24. LAGOS, G. (2004): Gregory Bateson: Un

pensamiento (complejo) para pensar la

complejidad. Un intento de

lectura/escritura terapéutica, Polis,

Octubre, 9(3): 1-13.

25. LORENZ, E. (2005): Designing Chaotic

Models. Journal of the Atmospheric

Sciences, 62(5): 1574–1587.

26. MALDONADO, C. & GÓMEZ, N. (2011): El

mundo de las ciencias de la complejidad.

Una investigación sobre qué son, su

desarrollo y sus posibilidades. Bogotá,

Colombia: Editorial Universidad del

Rosario, 134 p.

27. MANDIOLA, C. (2015): La Buena Salud

Pública. Revista El Sábado (N°851) de El

Mercurio. Santiago, 10 de Enero de 2015,

17-20 p.

28. MARTÍNEZ, M. (2011): “Paradigmas

emergentes y ciencias de la complejidad”,

Opción 27(65): 45-80.

29. MATURANA, H. & VARELA, F. (1984): El

árbol del conocimiento. Tercera edición.

Santiago, Chile: Editorial Universitaria,

172 p.

30. MÉNDEZ, C.; TORRES, M.(2010):

“Autonomía en la gestión hospitalaria en

Chile: Los desafíos para el recurso

humano en salud”. Revista de Saúde

Pública, 44 (2): 366-371.

31. MONTERO, C. & VIGNOLO, C. (1997):

“Modernización de la gestión en un

hospital público: El caso de la asistencia

pública de Santiago”, Revista Perspectivas

en Política, Economía y Gestión,

Noviembre, 1: 91-105.

32. MORIN, E. (2006): Introducción al

pensamiento complejo. Barcelona,

España: Ed. Gedisa, 176 p.

96

33. PAYARES, L. (2011): “Complejidad y

Humanidades. Conciliando el ser y el

devenir”, Cuadernos del CENDES, 28(77):

17-42.

34. PRIGOGINE, I. (1983): ¿Tan sólo una

ilusión? Barcelona: Editorial Tusquets, 336

p.

35. STACEY, R. (1995): “The science of

complexity: An alternative perspective for

strategic change process”, Strategic

Management Journal, 16(6): 477-495.

36. STACEY, R. (2005): Local and Global

Processes in Organizational Life, en

Experiencing emergence in organizations:

Local interaction and the emergence of

global pattern. Oxford, United Kingdom:

Ed. Routledge, 17-47.

37. WAISSBLUTH, M. (2008): Sistemas

Complejos y Gestión Pública. Documentos

de trabajo N°99. Serie Gestión del

Diplomado en Gerencia Pública y

Magister en Gestión y Políticas Públicas.

Departamento de Ingeniería Industrial,

Universidad de Chile. Santiago, Chile, 33

p.