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CÓDIGO CIVIL - Edición 2008-

Codigo Civil Actualizado

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Biblioteca del Congreso Nacional

PAGE 55

CDIGO

CIVIL

- Edicin 2008-Ediciones HCBMENSAJE DEL EJECUTIVO AL CONGRESO PROPONIENDO LA APROBACION DEL CODIGO CIVILCONCIUDADANOS DEL SENADO Y DE LA CAMARA DE DIPUTADOS: Muchos de los pueblos modernos ms civilizados han sentido la necesidad de codificar sus leyes. Se puede decir que sta es una necesidad peridica de las sociedades. Por completo y perfecto que se suponga un cuerpo de legislacin, la mudanza de costumbres, el progreso mismo de la civilizacin, las vicisitudes polticas, la inmigracin de ideas nuevas, precursora de nuevas instituciones, los descubrimientos cientficos y sus aplicaciones a las artes y a la vida prctica, los abusos que introduce la mala fe, fecunda en arbitrios para eludir las precauciones legales, provocan sin cesar providencias, que se acumulan a las anteriores, interpretndolas, adicionndolas, modificndolas, derogndolas, hasta que por fin se hace necesario refundir esta masa confusa de elementos diversos, incoherentes y contradictorios, dndoles consistencia y armona y ponindoles en relacin con las formas vivientes del orden social. Los ensayos de esta especie que se han hecho de un siglo a esta parte, y sus resultados generalmente felices nos animaban a emprender una obra semejante, con la ventaja de podernos aprovechar de los trabajos de otras naciones ilustradas por la ciencia y por una larga experiencia. Hace aos que, como sabis, se puso la mano a ella. Presentado por fin el proyecto lo somet al examen de una comisin de sabios magistrados y jurisconsultos que se ha dedicado al desempeo de este encargo con un celo y asiduidad de que no se haba visto ejemplo entre nosotros en casos anlogos. Desde luego concebiris que no nos hallbamos en el caso de copiar a la letra ninguno de los cdigos modernos. Era menester servirse de ellos sin perder de vista las circunstancias peculiares de nuestro pas. Pero en lo que stas no presentaban obstculos reales, no se ha trepidado en introducir provechosas innovaciones. Os har una breve resea de las ms importantes y trascendentales. Siguiendo el ejemplo de casi todos los cdigos modernos, se ha quitado a la costumbre la fuerza de ley. El tiempo es un elemento de tanta consecuencia en las relaciones jurdicas, y ha dado motivo a tantas divergencias en las decisiones de las judicaturas y en la doctrina de los jurisconsultos, que no se ha credo superfluo fijar reglas uniformes, a primera vista minuciosas, para determinar el punto preciso en que nacen y expiran los derechos y las obligaciones en que este elemento figura. Acerca del nacimiento y extincin de la personalidad, se han establecido, como en casi todos los cdigos modernos, reglas absolutas, o, en otros trminos, presunciones contra las cuales no se admite prueba. Sobre la presuncin de muerte en el caso de larga ausencia, a la que en este proyecto se da entonces el nombre de desaparecimiento, distinguiendo as dos estados jurdicos de muy diversa naturaleza, se echan de menos disposiciones precisas y completas en nuestros cuerpos legales y se ha procurado llenar este vaco copiando la legislacin de otros pueblos, pero con diferencias substanciales. En general, se ha disminuido el tiempo de la posesin provisoria en los bienes del desaparecido. Las posesiones provisorias embarazan la circulacin y mejora de los bienes y no deben durar ms que lo necesario para proteger racionalmente los derechos privados que puedan hallarse en conflicto con los intereses generales de la sociedad. Por otra parte, la facilidad y rapidez de las comunicaciones entre pases distantes, se han aumentado inmensamente en nuestros das, y ha crecido en la misma proporcin la probabilidad de que una persona de quien por mucho tiempo no se ha tenido noticia en el centro de sus relaciones de familia y de sus intereses, o ha dejado de existir, o ha querido cortar los vnculos que la ligaban a su domicilio anterior. Admitida la falibilidad de las presunciones legales en circunstancias extraordinarias se ha procurado proveer de algn modo a estos rarsimos casos. La promesa de matrimonio mutuamente aceptada, es en este proyecto un hecho que se somete enteramente al honor y conciencia de cada una de las partes, y no produce obligacin alguna ante la ley civil. Se conserva a la autoridad eclesistica el derecho de decisin sobre la validez del matrimonio y se reconocen como impedimentos para contraerlo los que han sido declarados tales por la Iglesia Catlica. El matrimonio que es vlido a los ojos de la Iglesia, lo es tambin ante la ley civil; sin que por eso saliese de sus lmites racionales el poder temporal cuando negase los efectos civiles a un matrimonio que le pareciese de perniciosas consecuencias sociales y domsticas, aunque la autoridad eclesistica hubiese tenido a bien permitirlo, por consideraciones de otro orden, relajando a su pesar las reglas ordinarias en circunstancias excepcionales. Conservando la potestad marital, se ha querido precaver sus abusos y se ha mejorado la suerte de la mujer bajo muchos respectos. Si se suprimen los privilegios de la dote y cesa de todo punto la antigua clasificacin de bienes dotales y parafernales llevando adelante la tendencia de la jurisprudencia espaola, y si la hipoteca legal de la mujer casada corre la suerte de las otras hipotecas de su clase, pues que segn el presente proyecto deja de existir y tocar de una vez el trmino a que las previsiones de la Legislatura han caminado desde el ao 1845; en recompensa se ha organizado y ampliado en pro de la mujer el beneficio de la separacin de bienes, se ha minorado la odiosa desigualdad de los efectos civiles del divorcio entre los dos consortes, se ha regularizado la sociedad de gananciales; se han dado garantas eficaces a la conservacin de los bienes races de la mujer en manos del marido. La filiacin es legtima, natural o simplemente ilegtima. En cuanto a los hijos legtimos concebidos en matrimonio verdadero o putativo, el presente proyecto no difiere substancialmente de lo establecido en otras legislaciones, incluso la nuestra. En cuanto a los legitimados por matrimonio posterior a la concepcin (nica especie de legitimacin que admite el proyecto), el sistema adoptado en ste combina las reglas del derecho romano, el cannico y el cdigo civil francs. En el derecho romano al que se casaba con la concubina, se exiga para la legitimacin de los hijos habidos en ella el otorgamiento de escritura; no para que valiese el matrimonio, pues ste se contraa por el solo consentimiento; sino para que constase que la concubina pasaba a la categora de mujer legtima, y si existan hijos, cules de ellos se legitimaban. Esta es la doctrina de los ms ilustres intrpretes de la ley romana. De que se colige que la legitimacin era voluntaria por parte de los padres, y no se extenda a todos los hijos habidos en la concubina, sino a los que el padre quera. Era asimismo voluntario de parte de los hijos, pues sin su consentimiento no podan hacerse aliene juris, ni asociarse a la condicin de un padre tal vez de mala fama y perversas costumbres. Estos dos principios, legitimacin otorgada por instrumento pblico, y legitimacin voluntariamente concebida y aceptada, se han adoptado en el proyecto; exceptuados solamente dos casos: el hijo concebido antes del matrimonio, y nacido en l, y el hijo natural, esto es, el ilegtimo que ha sido antes reconocido formal y voluntariamente por el padre o madre, quedan ipso jure legitimados por el matrimonio subsecuente. La calidad de hijo legtimo es una de las ms importantes que el derecho civil ha creado. Cmo, pues, dejarla a la merced de pruebas testimoniales, tan fciles de fraguar, si no en la vida de los padres, a lo menos despus de sus das? Penetrar la ley en las tinieblas de esas conexiones clandestinas, y les conferir el derecho de constituir por s solas la presuncin de paternidad, que es el privilegio del matrimonio? Un comercio carnal, vago, incierto, en que nada garantiza la fidelidad de una mujer que se ha degradado, ser un principio de legitimidad, aunque no lo corrobore el juicio del padre? Y suponiendo que ste crea suya la prole ilegtima, ser obligado a legitimar un hijo o hija de malas costumbres, y se le pondr en la alternativa de no casarse o de introducir en su familia un germen de inmoralidad y depravacin? Y el hijo por su parte, ir contra su voluntad a participar del envilecimiento ajeno, y a poner la administracin de sus bienes en manos de un hombre perdido? El derecho cannico relaj en esta parte los principios del romano; pero a la potestad temporal es a la que toca prescribir las condiciones necesarias para el goce de los derechos civiles. El cdigo de las partidas confiere la legitimacin ipso jure, pero slo al hijo de barragana, al hijo natural. En esta parte est de acuerdo con ellas el presente proyecto. Es una consecuencia forzosa de los principios antedichos que la legitimacin se notifique y acepte formalmente. En cuanto al tiempo de su otorgamiento, se ha seguido al cdigo francs y otros modernos, pero con menos rigor. No se ha encontrado gran fuerza a las objeciones que a primera vista se ofrecen contra la confeccin de un instrumento en que los esposos consignan su propia flaqueza. Este es un sacrificio exigido por el orden social, la justa expiacin de una culpa. Por otra parte, el otorgamiento no dice nada que no revele mucho ms elocuentemente la presencia de los legitimados en la familia paterna. Sobre todo, ha parecido de suma necesidad un acto autntico que ponga a cubierto de toda reclamacin los derechos y obligaciones recprocas de los legitimados y legitimantes. La existencia de documentos preconstitudos es un objeto que no se ha perdido de vista en otras partes de la legislacin civil, como el mejor medio de precaver controversias y de discernirlas. Se ha sujetado a formalidades anlogas el reconocimiento voluntario de los hijos habidos fuera del matrimonio, que toman en este caso la denominacin legal de hijos naturales, y adquieren importantes derechos. En cuanto a los ilegtimos, que no obtienen este reconocimiento espontneo de su padre o madre, no se les otorga otro derecho que el de pedir alimentos, sin que para obtenerlo se les admita otra prueba que la confesin del padre; condicin dura a primera vista, pero justificada por la experiencia de todos los pases sin exceptuar el nuestro. Ms severos han sido todava el cdigo francs y otros modernos, pues han prohibido absolutamente la indagacin de la paternidad. Ni se ha vedado sino en raros casos la investigacin de la maternidad por los medios ordinarios, aunque para igualar en esta parte al padre y la madre no faltaran razones gravsimas que un ilustre jurisconsulto, el presidente de la comisin redactora del cdigo civil espaol, ha hecho valer con mucha verdad, sensatez y filosofa. La mayor edad, fijada a los veinticinco aos, emancipa por el ministerio de la ley al hijo de familia. Esto slo mejorara ya entre nosotros su condicin, pues, como sabis, no hay por la sola edad lmite alguno para ese estado de dependencia segn las leyes romanas y patrias. Varios cdigos modernos han abreviado mucho ms la duracin de la potestad paterna, pero si en este punto no ha parecido conveniente imitarlos, en recompensa se la ha hecho mucho menos restrictiva y onerosa, dando al mismo tiempo un feliz aliciente al estudio y a la industria en las primeras pocas de la vida. Se exime del usufructo que las leyes conceden al padre sobre los bienes del hijo todo lo que ste adquiera en el ejercicio de una profesin, de un oficio, de una industria cualquiera, y bajo este respecto se le reviste de una verdadera y casi independiente personalidad, que se extiende por supuesto a los menores emancipados mientras se hallan bajo curadura. Se han definido con precisin las diferentes especies de guardas; las causas que inhabilitan o excusan de ejercer estos cargos, sus facultades administrativas, sus deberes, sus emolumentos, sus responsabilidades. En cuanto al dominio, uso y goce de los bienes, se han introducido novedades que tienden a importantes y benficos resultados. Segn el proyecto que os presento, la tradicin del dominio de bienes races y de los dems derechos reales constituidos en ellos, menos los de servidumbre, deber hacerse por inscripcin en un registro semejante al que ahora existe de hipotecas y censos que se refundir en l. Se trata, en efecto de una nueva fusin del rgimen hipotecario asociando dos objetos que tienen entre s un enlace ntimo, o que, por mejor decir, se incluyen uno en otro: dar una completa publicidad a las hipotecas, y poner a vista de todos el estado de las fortunas que consisten en posesiones territoriales. En cuanto a lo primero, puede decirse que no se ha hecho ms que llevar a su complemento las disposiciones de las leyes de 31 de octubre de 1845, y 25 de octubre de 1854, y dar su verdadero nombre al orden de cosas creado por la segunda. En virtud del Art. 15 de sta, las hipotecas especiales prefieren a las legales de cualquiera fecha, las cuales excluyndose unas a otras segn las fechas de sus causas, prefieren solamente a los crditos quirografarios. Desde que entre nosotros la hipoteca legal, ni impeda al deudor enajenar parte alguna de sus bienes, ni era dado perseguirla contra terceros poseedores, dej verdaderamente de ser un peo y por consiguiente una hipoteca. Lo nico que en cierto modo justificaba este ttulo, era la circunstancia de concurrir con las hipotecas especiales. Abolida esta prerrogativa por el citado Art. 15, la denominacin era del todo impropia. Ha parecido, pues, conveniente suprimirla. No se conoce en este proyecto otra especie de hipoteca que la antes llamada especial, y ahora simplemente hipoteca. Por lo dems, los que gozaban del beneficio de la hipoteca legal se hallan exactamente en la situacin en que los coloc la ley de 25 de octubre. En cuanto a poner a la vista de todos el estado de las fortunas territoriales, el arbitrio ms sencillo era hacer obligatoria la inscripcin de todas las enajenaciones de bienes races, inclusas las transmisiones hereditarias de ellos, las adjudicaciones y la constitucin de todo derecho real en ellos. Excepturonse los de servidumbres prediales, por no haber parecido de bastante importancia. La transferencia y transmisin de dominio la constitucin de todo derecho real, exceptuadas, como he dicho, las servidumbres, exige una tradicin; y la nica forma de tradicin que para esos actos corresponde es la inscripcin en el Registro Conservatorio. Mientras sta no se verifica, un contrato puede ser perfecto, puede producir obligaciones y derechos entre las partes, pero no transfiere el dominio, no transfiere ningn derecho real, ni tiene respecto de terceros existencia alguna. La inscripcin es la que da la posesin real efectiva; y mientras ella no se ha cancelado, el que no ha inscrito su ttulo, no posee: es un mero tenedor. Como el Registro Conservatorio est abierto a todos, no puede haber posesin ms pblica, ms solemne, ms indisputable, que la inscripcin. En algunas legislaciones la inscripcin es una garanta, no slo de la posesin, sino de la propiedad; mas para ir tan lejos hubiera sido necesario obligar a todo propietario, a todo usufructuario, a todo usuario de bienes races a inscribirse justificando previamente la realidad y valor de sus ttulos; y claro est que no era posible obtener este resultado, sino por medio de providencias compulsivas, que produciran multiplicados y embarazosos procedimientos judiciales, y muchas veces juicios contradictorios, costosos y de larga duracin. No dando a la inscripcin conservatoria otro carcter que el de una simple tradicin, la posesin conferida por ella deja subsistentes los derechos del verdadero propietario, que solamente podran extinguirse por la prescripcin competente. Pero como no slo los actos entre vivos sino las transmisiones hereditarias estn sujetas respecto a los bienes races a la solemnidad de esta inscripcin, todos los referidos bienes, a no ser los pertenecientes a personas jurdicas, al cabo de cierto nmero de aos se hallarn inscritos y al abrigo de todo ataque. La inscripcin sera desde entonces un ttulo incontrastable de propiedad, obtenindose as el resultado a que otros queran llegar desde luego, sin que para ello sea necesario apelar a medidas odiosas, que produciran un grave sacudimiento en toda la propiedad territorial. Son patentes los beneficios que se deberan a este orden de cosas; la posesin de los bienes races, manifiesta, indisputable, caminando aceleradamente a una poca en que inscripcin, posesin y propiedad seran trminos idnticos; la propiedad territorial de toda la Repblica a la vista de todos, en un cuadro que representara, por decirlo as, instantneamente sus mutaciones, cargas y divisiones sucesivas, la hipoteca cimentada sobre base slida; el crdito territorial vigorizado y susceptible de movilizarse. La institucin de que acabo de hablaros se aproxima a lo que de tiempo atrs ha existido en varios estados de Alemania y que otras naciones civilizadas aspiran actualmente a imitar. Sus buenos efectos han sido ampliamente demostrados por la experiencia. Acerca de la posesin, se ha credo conveniente adoptar una nomenclatura menos embarazosa y ambigua que la que al presente existe. Toda posesin es esencialmente caracterizada por la realidad o la apariencia del dominio; no es poseedor de una finca sino el que la tiene como suya, sea que se halle materialmente en su poder, o en poder de otro que le reconoce como dueo de ella. Pero como los derechos reales son varios, el que no es poseedor del dominio, puede serlo de un derecho de usufructo, de uso, de habitacin, de un derecho de herencia, de un derecho de prenda o de hipoteca, de un derecho de servidumbre. El usufructuario no posee la cosa fructuaria, es decir, no inviste ni real ni ostensiblemente el dominio de ella; posee slo el usufructo de ella, que es un derecho real y por consiguiente susceptible de posesin. Pero el arrendatario de una finca nada posee, no goza ms que de una accin personal para la conservacin de los derechos que le ha conferido el contrato. El que a nombre ajeno posee, no es ms que un representante del verdadero poseedor, ni inviste ms que la simple tenencia. As los trminos posesin civil, posesin natural, son desconocidos en el proyecto que os someto; las palabras posesin y tenencia contrastan siempre en l, la posesin es a nombre propio, la tenencia a nombre ajeno. Pero la posesin puede ser regular o irregular, aqulla adquirida sin violencia, ni clandestinidad, con justo ttulo y buena fe; la segunda sin alguno de estos requisitos. Toda posesin es amparada por la ley; pero slo la posesin regular pone al poseedor en el camino de la prescripcin adquisitiva. Tal es el sistema del proyecto, sus definiciones sealan lmites precisos a cada una de las dos especies de posesin, conservando siempre una y otra el carcter genrico que consiste en la investidura de un derecho real. Entre las varias desmembraciones del dominio, se ha prestado una atencin particular a la que lo limita por una condicin que verificada, lo hace pasar a otra persona, la cual lo adquiere irresoluble y absoluto. El usufructo y la propiedad fiduciaria, la propiedad que por el cumplimiento de una condicin expira en una persona para nacer en otra, son, pues, dos estados jurdicos que contrastan: en el uno, la terminacin es necesaria; en el otro, eventual. Aqul supone dos derechos actuales coexistentes; el segundo, uno slo, pues si por una parte supone el ejercicio de un derecho, no da por otra sino una simple expectativa, que puede desvanecerse sin dejar rastro alguno de su existencia, tal es la constitucin del fideicomiso, en la que, si hay poco o nada de original en el proyecto, se ha pretendido a lo menos caracterizar los dos estados jurdicos de manera que no se confundan, dar reglas claras de interpretacin para las disposiciones que los establecen, y enumerar sus varios y peculiares efectos. Consrvase, pues, la sustitucin fideicomisaria en este proyecto, aunque abolida en varios cdigos modernos. Se ha reconocido en ella una emanacin del derecho de propiedad, pues todo propietario parece tenerlo para imponer a sus liberalidades las limitaciones y condiciones que quiera. Pero admitido en toda su extensin este principio, pugnara con el inters social, ya embarazando la circulacin de los bienes, ya amortiguando aquella solicitud en conservarlos y mejorarlos, que tiene su ms poderoso estmulo en la esperanza de un goce perpetuo, sin trabas, sin responsabilidades, y con la facultad de transferirlos libremente entre vivos y por causa de muerte; se admite, pues, el fideicomiso, pero se prohben las substituciones graduales, aun cuando no sean perpetuas, excepto bajo la forma del censo, en el que se ha comprendido por consiguiente todo lo relativo al orden de sucesin en las vinculaciones. En el censo mismo se han atenuado las especialidades que lo hacen perjudicial y odioso. Es una regla fundamental en este proyecto la que prohbe dos o ms usufructos o fideicomisos sucesivos, porque unos y otros embarazan la circulacin y entibian el espritu de conservacin y mejora, que da vida y movimiento a la industria. Otra que tiende al mismo fin es la que limita la duracin de las condiciones suspensivas y resolutorias, que en general se reputan fallidas si tardan ms de treinta aos en cumplirse. En la interesante materia de las servidumbres se ha seguido, se puede decir, paso a paso el cdigo civil francs. Para la servidumbre legal de acueducto, nos ha servido principalmente de modelo el cdigo civil de Cerdea, nico, creo, de los conocidos que ha sancionado el mismo principio que nuestro memorable decreto de 18 de noviembre de 1819, que ha avasallado a la agricultura tantos terrenos que la naturaleza pareca haber condenado a una esterilidad perpetua. Pero en este punto, como en todo lo que concierne al uso y goce de las aguas, el proyecto, como el cdigo que le ha servido de gua, se ha ceido a poco ms que sentar las bases; reservando los pormenores a ordenanzas especiales, que probablemente no podrn ser unas mismas para las diferentes localidades. La sucesin intestada es en lo que ms se aparta de lo existente este proyecto. El derecho de representacin no tiene cabida sino en la descendencia legtima del representado, ni en otra descendencia que la de los hijos o hermanos legtimos o naturales del difunto; descendiendo la representacin a todos los grados y no perjudicando a ella la circunstancia de no haber tenido el representado derecho alguno que transmitir, basta que por cualquiera causa no haya participado de la herencia. Se ha mejorado notablemente la suerte del cnyuge sobreviviente y de los hijos naturales. Al cnyuge sobreviviente que carece de lo necesario para su congrua sustentacin, se le asegura una no corta porcin en el patrimonio del difunto al modo que se hace en la legislacin que hoy rige, pero igualando el viudo a la viuda; lo que si antes de ahora se ha observado alguna vez, ha sido slo en fuerza de una interpretacin injustificable de la ley romana y espaola. Adems de esta asignacin forzosa, que prevalece an sobre las disposiciones testamentarias, y que se mide por la legtima rigurosa de los hijos legtimos cuando los hay, el cnyuge es llamado por la ley a una parte de la sucesin intestada, cuando no hay descendientes legtimos; al todo, cuando no hay ascendientes ni hermanos legtimos, ni hijos naturales del difunto. Los hijos naturales colectivamente, y el cnyuge, gozan de derechos iguales en la sucesin intestada. La incapacidad de sucederse unos a otros los que se han manchado con un ayuntamiento daado y punible, no desciende a la inocente prole de esta conexin criminal, y los derechos de los colaterales a la sucesin intestada llegan solamente al sexto grado. En cuanto a legtimas y mejoras, la mitad de lo que habra cabido a cada uno de los legitimarios o herederos forzosos sucediendo ab intestato, forma su legtima rigurosa, que se puede aumentar considerablemente, pero no disminuir ni gravar en ninguna manera. No teniendo descendientes legtimos, que personal o representativamente le sucedan, puede cualquiera persona disponer libremente de la mitad de su patrimonio; en el caso contrario, slo la cuarta parte de los bienes le es lcito distribuir con absoluta libertad; la cuarta restante debe invertirse en mejoras, esto es, en favor de uno o ms de sus descendientes legtimos, a su arbitrio. Por lo dems, cada persona tiene durante su vida, la facultad de hacer el uso de sus bienes que mejor le parezca; slo en casos extremos interviene la ley imputando a la mitad o cuarta de libre disposicin el exceso de lo que se ha donado entre vivos, y en caso necesario revocndolo. Se ha credo conciliar as el derecho de propiedad con la obligacin de proveer al bienestar de aquellos a quienes se ha dado el ser, o de quienes se ha recibido. Se han omitido aquellas otras restricciones que tuvieron por objeto asegurar las legtimas, y precaver en la distribucin de los bienes la desigualdad a que podan ser inducidos los padres por predilecciones caprichosas; aun cuando en ello no defraudasen verdaderamente a ninguno de los legitimarios. Se ha confiado ms que en la ley, en el juicio de los padres y en los sentimientos naturales. Cuando stos se extravan o faltan, la voz de aqulla es impotente, sus prescripciones facilsimas de eludir y la esfera a que les es dado extenderse, estrechsima. Qu podran las leyes en materia de testamentos y donaciones, contra la disipacin habitual, contra el lujo de vana ostentacin que compromete el porvenir de las familias, contra los azares del juego que devora clandestinamente los patrimonios? El proyecto se ha limitado a reprimir los excesos enormes de la liberalidad indiscreta, que si no es a la verdad, lo ms de temer contra las justas esperanzas de los legitimarios, es lo nico a que puede alcanzar la ley civil, sin salir de sus lmites racionales, sin invadir el asilo de las afecciones domsticas, sin dictar providencias inquisitorias de difcil ejecucin, y despus de todo ineficaces. En la determinacin de las cuotas hereditarias, cuando las disposiciones del testamento envuelven dificultades numricas se han seguido substancialmente y creo que con una sola excepcin, las reglas del derecho romano y del cdigo de las partidas. Quizs se extrae que las del proyecto estn concebidas en frmulas aritmticas. El legislador de las partidas no da reglas explcitas; es preciso que el juez las deduzca de los ejemplos que le presenta; generalizacin ms propia de la ley que del hombre. Admitida su necesidad, no haba ms que dos medios, el de una fraseologa que indicase vagamente el proceder aritmtico, o el de frmulas rigurosas, que por el camino ms corto posible condujesen a la resolucin de cada problema. Esto ltimo ha parecido menos expuesto a inexactitudes y errores; y siendo en el da la aritmtica un ramo universal de instruccin primaria, sus trminos peculiares deben suponerse entendidos de todo el que haya recibido una educacin cualquiera, aun la ms comn y vulgar. En materia de contratos y cuasicontratos, hallaris muy poco que no tenga su fuente en la legislacin actual, que es lo ms, o en la autoridad de un cdigo moderno, en especial el francs, o en la doctrina de alguno de los ms eminentes jurisconsultos. Se ha tenido muy presente en algunos contratos como el de arrendamiento la prctica del pas, cuyas especialidades ha parecido exigir disposiciones peculiares. La mutacin de propiedad en los inmuebles no se perfecciona, sino por un instrumento pblico, ni se consuma sino por la inscripcin en el Registro Conservatorio, que, como antes dije, es la forma nica de tradicin en esta clase de bienes. Sobre la nulidad y rescisin de los contratos y dems actos voluntarios que constituyen derechos, se ha seguido de cerca el cdigo francs ilustrado por sus ms hbiles expositores. La novedad de mayor bulto que en esta parte hallaris, es la abolicin del privilegio de los menores, y de otras personas naturales y jurdicas, asimiladas a ellos, para ser restituidos in integrum contra sus actos y contratos. Se ha mirado semejante privilegio no slo como perniciossimo al crdito sino como contrario al verdadero inters de los mismos privilegiados. Con l, como ha dicho un sabio jurisconsulto de nuestros das, se rompen todos los contratos, se invalidan todas las obligaciones, se desvanecen los ms legtimos derechos. "Esta restitucin, aade, es un semillero inagotable de pleitos injustos, y un pretexto fcil para burlar la buena fe en los contratos..." Todas las restricciones que se ha querido ponerles no bastan para salvar el ms grave de sus inconvenientes, a saber: que inutiliza los contratos celebrados guardando todos los requisitos legales, deja inseguro el dominio, y dificulta las transacciones con los hurfanos, que no suelen tener menos necesidad que los otros hombres de celebrar contratos para la conservacin y fomento de sus intereses. Lo dispuesto sobre esta materia en el cdigo francs, en el de las Dos Sicilias, en el sardo y en otros es mucho ms conforme con la justicia y aun ms favorable a los mismos pupilos. Segn estos cdigos, el contrato celebrado por un menor sin el consentimiento de un guardador no es nulo ipso jure, aunque puede rescindirse; pero el celebrado con las solemnidades de la ley, se sujeta a las mismas condiciones que los celebrados por personas mayores de edad. Deca el jurisconsulto Jaubert, explicando los motivos de esta disposicin: "Es indispensable asegurar completamente los derechos de los que tratan con los menores, observando las formalidades de la ley, y si esta precaucin no fuese necesaria sera cuando menos til, a causa de las prevenciones inveteradas que se tienen contra los pupilos, creyndose, y con razn, que no hay seguridad en contratar con ellos". En el ttulo De la prueba de las obligaciones, se hace obligatoria la intervencin de la escritura para todo contrato que versa sobre un objeto que excede de cierta cuanta, pero el mbito demarcado para la admisin de otra clase de pruebas es mucho ms amplio que en otras legislaciones: en especial la de Francia y la de Portugal, pases en que esta limitacin de la prueba de testigos es ya antigua, y ha producido saludables efectos. No hay para qu deciros la facilidad con que por medio de declaraciones juradas puedan impugnarse y echarse por tierra los ms legtimos derechos. Conocida es en las poblaciones inferiores la existencia de una clase infame de hombres, que se labran un medio de subsistencia en la prostitucin del juramento. Algo tmidas parecern bajo este punto de vista las disposiciones del proyecto; pero se ha recelado poner trabas a la facilidad de las transacciones, y se ha credo ms prudente aguardar otra poca en que, generalizado por todas partes el uso de la escritura, se pueda sin inconveniente reducir a ms estrechos lmites la admisibilidad de la prueba verbal. Las varias especies de censo (exceptuado el vitalicio) se han reducido a una sola, y se sujetan por consiguiente a reglas idnticas, entre las cuales slo merecen notarse las que lo hacen divisible junto con el inmueble que afectan, y la que constituido sobre inmuebles cuyo valor excede considerablemente al de los capitales impuestos, permite reducirlo a una parte indeterminada, exonerando de toda responsabilidad lo restante. Pero al mismo tiempo, se ha tomado en cuenta el inters de los censualistas, poniendo un lmite a la divisin que continuada indefinidamente hara demasiado difcil y dispendioso el cobro de los cnones, y a la vuelta de algunas generaciones convertira los censos en un nmero infinito de fracciones imperceptibles. Si por este medio se consiguiese desalentar la imposicin de capitales a censo, se habra logrado indirectamente un gran bien. El censo vitalicio, que por su naturaleza es de corta duracin, no ofrece los inconvenientes de los otros, es lo nico que en este proyecto no admite ni redencin, ni reduccin, ni divisin. En el contrato de sociedad, se ha credo que debamos seguir el ejemplo de naciones a quienes un extenso comercio ha hecho conocer las verdaderas exigencias del crdito. Los miembros de una sociedad colectiva, segn el presente proyecto, responden por el valor total de las obligaciones que a nombre de ella se contraen. Se ha procurado al mismo tiempo sujetar la sociedad a reglas precisas en su administracin, y en las obligaciones de los socios entre s y respecto de terceros. Se ha solicitado la misma especificacin y claridad en el mandato; en los contratos para las confecciones de obras y en la fianza. Entre las convenciones lcitas se ha dado lugar a la anticresis. Inocente en s misma, til al crdito y paliada a veces, podr ahora presentarse sin disfraz bajo la sancin de la ley. Por punto general, el cdigo de las partidas y el cdigo civil francs, han sido las dos lumbreras que se han tenido ms constantemente a la vista. Donde ellos difieren, se ha elegido lo que ms adaptable y conveniente pareca. Se ha simplificado notablemente el arreglo de la prelacin de crditos, el fomento del crdito ha sido en l la consideracin dominante. Se dividen en cinco clases los acreedores concurrentes: los que gozan de privilegio general; los que gozan de privilegio sobre especies muebles; los hipotecarios; los de menores, mujeres casadas, y otras personas cuyos bienes son administrados por representantes legales; y los quirografarios. Se han abolido varios de los privilegios generales y especiales y entre los ltimos todos los que recaan sobre inmuebles. Apenas es necesario deciros que no reviven en este proyecto como crditos preferentes, ni los de hipoteca general convencional, ni los escriturarios. La obra principiada por las leyes de 1845 y 1854 se ha llevado a cabo. Innovaciones no menos favorables a la seguridad de las posesiones y al crdito encontraris en el ttulo De la prescripcin. La de treinta aos continuos rechaza todos los crditos, todos los privilegios; todas las acciones reales. Toda obligacin personal que ha dejado de exigirse en el mismo espacio de tiempo, perece. Pero esta excepcin debe siempre alegarse por el que pretende gozar de su beneficio, los jueces no pueden suplirla. Terminar con algunas observaciones generales. En este proyecto se hacen obligatorios los instrumentos pblicos y privados (que un clebre publicista moderno ha llamado pruebas preconstituidas ) para ciertos actos y contratos en que la ley no los exige hoy da. A este nmero pertenece la legitimacin por matrimonio subsecuente, y el reconocimiento de los hijos naturales de que ya os he hablado el discernimiento de la tutela y curatela en todos casos, el de asumir la mujer o recobrar el marido la administracin de la sociedad conyugal; la aceptacin o repudiacin de toda herencia. Se prescribe la confeccin de un inventario solemne al padre que administrando bienes del hijo pasa a segundas nupcias y se impone como previa condicin el de los bienes hereditarios, cuando el heredero se propone no contraer la responsabilidad de tal, sino hasta concurrencia del valor de lo que hereda. Se exige escritura pblica o privada para toda obligacin convencional que exceda de cierta cuanta. Toda mutacin de propiedad o toda constitucin de derechos reales sobre inmuebles, se sujetan a la solemnidad de un instrumento pblico, sin la cual no debern producir obligaciones civiles, ni aun entre los mismos contratantes; y el crdito que haya de gozar de una preferencia de cuarto grado en un concurso de acreedores, no puede obtenerlo sino cuando conste de la misma manera; exceptundose slo las acciones para resarcimiento de perjuicios por mala administracin de los representantes legales. Es patente la utilidad de este gnero de pruebas para precaver contestaciones y testigos, para proteger los intereses de los menores y otras personas privilegiadas sin detrimento del crdito en cuyo fomento estn interesadas estas mismas personas como todas, y para desconcertar los fraudes que a la sombra de sus privilegios se fraguan. Por lo que toca al mrito y plan que en este cdigo se han seguido, observar que hubiera podido hacerse menos voluminoso, omitiendo ya los ejemplos que suelen acompaar a las reglas abstractas, ya los corolarios que se derivan de ellas, y que para la razn ejercitada de los magistrados y jurisconsultos eran ciertamente innecesarios. Pero, a mi juicio, se ha preferido fundamentalmente la prctica contraria, imitando al sabio legislador de las partidas. Los ejemplos ponen a la vista el verdadero sentido y espritu de una ley en sus aplicaciones; los corolarios demuestran lo que est encerrado en ella, y que a ojos menos perspicaces pudiera escaparse. La brevedad ha pareado en esta materia, una consideracin secundaria. El proyecto tal cual es, se presenta a vosotros, examinado prolijamente, discutido, modificado por una comisin escogida, celosa del acierto, merecedora de vuestra confianza. La discusin de una obra de esta especie en las Cmaras Legislativas retardara por siglos su promulgacin, que es ya una necesidad imperiosa, y no podra despus de todo dar a ella la unidad, el concierto, la armona que son sus indispensables caracteres. Yo no presumo ofreceros bajo estos respectos una obra perfecta ninguna tal ha salido hasta ahora de las manos del hombre. Pero no temo aventurar mi juicio anunciando que por la adopcin del presente proyecto se desvanecer mucha parte de las dificultades que ahora embarazan la administracin de justicia en materia civil; se cortarn en su raz gran nmero de pleitos, y se granjear tanto mayor confianza y veneracin la judicatura, cuanto ms patente se halle la conformidad de sus decisiones a los preceptos legales. La prctica descubrir sin duda defectos en la ejecucin de tan ardua empresa; pero la legislatura podr fcilmente corregirlos con conocimiento de causa, como se ha hecho en otros pases y en la misma Francia, a quien se debe el ms clebre de los cdigos, y el que ha servido de modelo a tantos otros. Creo haber dicho lo bastante para recomendar a vuestra sabidura y patriotismo la adopcin del presente Proyecto de Cdigo Civil, que os propongo de acuerdo con el Consejo de Estado.- Santiago, noviembre 22 de 1855.- Manuel Montt.- Francisco Javier Ovalle.Biblioteca del Congreso Nacional -------------------------------------------------------------------------

Identificacin de la Norma : DFL-1

Fecha de Publicacin : 30.05.2000

Fecha de Promulgacin : 16.05.2000

Organismo : MINISTERIO DE JUSTICIA

Ultima Modificacin : LEY-20190 05.06.2007

FIJA TEXTO REFUNDIDO, COORDINADO Y SISTEMATIZADO DEL CODIGO CIVIL; DE LA LEY N 4.808, SOBRE REGISTRO CIVIL;DE LA LEY N17.344, QUE AUTORIZA CAMBIO DE NOMBRES Y APELLIDOS; DE LA LEY N16.618, LEY DE MENORES; DE LA LEY N 14.908, SOBRE ABANDONO DE FAMILIA Y PAGO DE PENSIONES ALIMENTICIAS, Y DE LA LEY N16.271, DE IMPUESTO A LAS HERENCIAS, ASIGNACIONES Y DONACIONES

D.F.L. N 1.Santiago, 16 de mayo del 2000.- Hoy se decret lo que sigue:

Teniendo presente:

1.- Que el artculo 8 de la ley N 19.585, facult al Presidente de la Repblica para fijar el texto refundido, coordinado y sistematizado del Cdigo Civil y de las leyes que se modifican expresamente en la presente ley; como, asimismo, respecto de todos aquellos cuerpos legales que contemplen parentescos y categoras de ascendientes, parientes, padres, madres, hijos, descendientes o hermanos legtimos, naturales e ilegtimos, para lo cual podr incorporar las modificaciones y derogaciones de que hayan sido objeto tanto expresa como tcitamente;

2.- Que entre las leyes que complementan las disposiciones del Cdigo Civil deben considerarse las siguientes: ley N 4.808, sobre Registro Civil; ley N 17.344, que autoriza cambio de nombres y apellidos; ley N 16.618, Ley de Menores; ley N 14.908, sobre Abandono de Familia y Pago de Pensiones Alimenticias y la ley N 16.271, de Impuesto a las Herencias, Asignaciones y

Donaciones;

3.- Que asimismo es recomendable por razones de ordenamiento y de utilidad prctica, que en los textos refundidos del Cdigo Civil y de las leyes sealadas precedentemente, se indique mediante notas al margen el origen de las normas que conformarn su texto legal; y

Visto: Lo dispuesto en el artculo 8 de la ley N 19.585, dicta el siguiente:Decreto con fuerza de ley:

Artculo 1.- Djase sin efecto el D.F.L. N 1, de 28 de octubre de 1999, del Ministerio de Justicia,

tomado razn por la Contralora General de la Repblica, sin publicar.

Artculo 2.- Fjase el siguiente texto refundido, coordinado y sistematizado del Cdigo Civil.

CDIGO CIVIL

TITULO PRELIMINAR

1. De la leyArtculo 1. La ley es una declaracin de la voluntad soberana que, manifestada en la forma prescrita por la Constitucin, manda, prohbe o permite.

Art. 2. La costumbre no constituye derecho sino en los casos en que la ley se remite a ella.

Art. 3. Slo toca al legislador explicar o interpretar la ley de un modo generalmente obligatorio.

Las sentencias judiciales no tienen fuerza obligatoria sino respecto de las causas en que actualmente se pronunciaren.

Art. 4. Las disposiciones contenidas en los Cdigos de Comercio, de Minera, del Ejrcito y Armada, y dems especiales, se aplicarn con preferencia a las de este Cdigo.

Art. 5. La Corte Suprema de Justicia y las Cortes de Alzada, en el mes de marzo de cada ao, darn cuenta al Presidente de la Repblica de las dudas y dificultades que les hayan ocurrido en la inteligencia y aplicacin de las leyes, y de los vacos que noten en ellas.

2. Promulgacin de la ley

Art. 6. La ley no obliga sino una vez promulgada en conformidad a la Constitucin Poltica del Estado y publicada de acuerdo con los preceptos que siguen.

Art. 7. La publicacin de la ley se har mediante su insercin en el Diario Oficial, y desde la fecha de ste se entender conocida de todos y ser obligatoria. Para todos los efectos legales, la fecha de la ley ser la de su publicacin en el Diario Oficial.

Sin embargo, en cualquiera ley podrn establecerse reglas diferentes sobre su publicacin y sobre la fecha o fechas en que haya de entrar en vigencia.

Art. 8. Nadie podr alegar ignorancia de la ley despus que sta haya entrado en vigencia.

3. Efectos de la ley

Art. 9. La ley puede slo disponer para lo futuro, y no tendr jams efecto retroactivo.

Sin embargo, las leyes que se limiten a declarar el sentido de otras leyes, se entendern incorporadas en stas; pero no afectarn en manera alguna los efectos de las sentencias judiciales ejecutoriadas en el tiempo intermedio.Art. 10. Los actos que prohbe la ley son nulos y de ningn valor; salvo en cuanto designe expresamente otro efecto que el de nulidad para el caso de contravencin.

Art. 11. Cuando la ley declara nulo algn acto, con el fin expreso o tcito de precaver un fraude, o de proveer a algn objeto de conveniencia pblica o privada, no se dejar de aplicar la ley, aunque se pruebe que el acto que ella anula no ha sido fraudulento o contrario al fin de la ley.

Art. 12. Podrn renunciarse los derechos conferidos por las leyes, con tal que slo miren al inters individual del renunciante, y que no est prohibida su renuncia.Art. 13. Las disposiciones de una ley, relativas a cosas o negocios particulares, prevalecern sobre las disposiciones generales de la misma ley, cuando entre las unas y las otras hubiere oposicin.

Art. 14. La ley es obligatoria para todos los habitantes de la Repblica, inclusos los extranjeros.

Art. 15. A las leyes patrias que reglan las obligaciones y derechos civiles, permanecern sujetos los chilenos, no obstante su residencia o domicilio en pas extranjero.

1. En lo relativo al estado de las personas y a su capacidad para ejecutar ciertos actos, que hayan de tener efecto en Chile;

2. En las obligaciones y derechos que nacen de las relaciones de familia; pero slo respecto de sus cnyuges y parientes chilenos.

Art. 16. Los bienes situados en Chile estn sujetos a las leyes chilenas, aunque sus dueos sean extranjeros y no residan en Chile.

Esta disposicin se entender sin perjuicio de las estipulaciones contenidas en los contratos otorgados vlidamente en pas extrao.

Pero los efectos de los contratos otorgados en pas extrao para cumplirse en Chile, se arreglarn a las leyes chilenas.

Art. 17. La forma de los instrumentos pblicos se determina por la ley del pas en que hayan sido otorgados. Su autenticidad se probar segn las reglas establecidas en el Cdigo de Enjuiciamiento.

La forma se refiere a las solemnidades externas, y la autenticidad al hecho de haber sido realmente otorgados y autorizados por las personas y de la manera que en los tales instrumentos se exprese.

Art. 18. En los casos en que las leyes chilenas exigieren instrumentos pblicos para pruebas que han de rendirse y producir efecto en Chile, no valdrn las escrituras privadas, cualquiera que sea la fuerza de stas en el pas en que hubieren sido otorgadas.

4. Interpretacin de la ley

Art. 19. Cuando el sentido de la ley es claro, no se desatender su tenor literal, a pretexto de consultar su espritu.

Pero bien se puede, para interpretar una expresin obscura de la ley, recurrir a su intencin o espritu, claramente manifestados en ella misma, o en la historia fidedigna de su establecimiento.

Art. 20. Las palabras de la ley se entendern en su sentido natural y obvio, segn el uso general de las mismas palabras; pero cuando el legislador las haya definido expresamente para ciertas materias, se les dar en stas su significado legal.Art. 21. Las palabras tcnicas de toda ciencia o arte se tomarn en el sentido que les den los que profesan la misma ciencia o arte; a menos que aparezca claramente que se han tomado en sentido diverso.

Art. 22. El contexto de la ley servir para ilustrar el sentido de cada una de sus partes, de manera que haya entre todas ellas la debida correspondencia y armona.

Los pasajes obscuros de una ley pueden ser ilustrados por medio de otras leyes, particularmente si versan sobre el mismo asunto.Art. 23. Lo favorable u odioso de una disposicin no se tomar en cuenta para ampliar o restringir su interpretacin. La extensin que deba darse a toda ley, se determinar por su genuino sentido y segn las reglas de interpretacin precedentes.

Art. 24. En los casos a que no pudieren aplicarse las reglas de interpretacin precedentes, se interpretarn los pasajes obscuros o contradictorios del modo que ms conforme parezca al espritu general de la legislacin y a la equidad natural.

5. Definicin de varias palabras de uso frecuente en las leyesArt. 25. Las palabras hombre, persona, nio, adulto y otras semejantes que en su sentido general se aplican a individuos de la especie humana, sin distincin de sexo, se entendern comprender ambos sexos en las disposiciones de las leyes, a menos que por la naturaleza de la disposicin o el contexto se limiten manifiestamente a uno solo.

Por el contrario, las palabras mujer, nia, viuda y otras semejantes, que designan el sexo femenino, no se aplicarn al otro sexo, a menos que expresamente las extienda la ley a l.

Art. 26. Llmase infante o nio todo el que no ha cumplido siete aos; impber, el varn que no ha cumplido catorce aos y la mujer que no ha cumplido doce; adulto, el que ha dejado de ser impber; mayor de edad, o simplemente mayor, el que ha cumplido dieciocho aos; y menor de edad, o simplemente menor, el que no ha llegado a cumplirlos.Art. 27. Los grados de consanguinidad entre dos personas se cuentan por el nmero de generaciones. As el nieto est en segundo grado de consanguinidad con el abuelo, y dos primos hermanos en cuarto grado de consanguinidad entre s.

Cuando una de las dos personas es ascendiente de la otra, la consanguinidad es en lnea recta; y cuando las dos personas proceden de un ascendiente comn, y una de ellas no es ascendiente de la otra, la consanguinidad es en lnea colateral o transversal.

Art. 28. Parentesco por consanguinidad es aquel que existe entre dos personas que descienden una de la otra o de un mismo progenitor, en cualquiera de sus grados.

Art. 29. Derogado. L. 19.585 Art. 1, N 2Art. 30. Derogado. L. 19.585 Art. 1, N 3

Art. 31. Parentesco por afinidad es el que existe entre una persona que est o ha estado casada y los consanguneos de su marido o mujer.

La lnea y el grado de afinidad de una persona con un consanguneo de su marido o mujer, se califican por la lnea y grado de consanguinidad de dicho marido o mujer con el dicho consanguneo. As, un varn est en primer grado de afinidad, en la lnea recta, con los hijos habidos por su mujer en anterior matrimonio; y en segundo grado de afinidad, en la lnea transversal, con los hermanos de su mujer.Art. 32. Derogado. L. 19.585 Art. 1, N 5

Art. 33. Tienen el estado civil de hijos respecto de una persona aquellos cuya filiacin se encuentra determinada, de conformidad a las reglas previstas por el Ttulo VII del Libro I de este Cdigo. La ley considera iguales a todos los hijos.

Art. 34. Derogado. L. de Matrimonio Civil de 1884

Art. 35. Derogado. L. 19.585 Art. 1, N 7

Art. 36. Derogado. L. 19.585 Art. 1, N 7

Art. 37. La filiacin de los hijos puede no encontrarse determinada respecto de su padre, de su madre o de ambos.

Art. 38. Derogado. L. 5.750 Art. 16

Art. 39. Derogado. L. 5.750 Art. 16

Art. 40. Derogado. L. 19.585 Art. 1, N 9

Art. 41. Los hermanos pueden serlo por parte de padre y de madre, y se llaman entonces hermanos carnales; o slo por parte de padre, y se llaman entonces hermanos paternos; o slo por parte de madre, y se llaman entonces hermanos maternos.

Art. 42. En los casos en que la ley dispone que se oiga a los parientes de una persona, se entendern comprendidos en esa denominacin el cnyuge de sta y sus consanguneos de uno y otro sexo, mayores de edad. A falta de consanguneos en suficiente nmero sern odos los afines.

Sern preferidos los descendientes y ascendientes a los colaterales, y entre stos los de ms cercano parentesco.

Los parientes sern citados, y comparecern a ser odos, verbalmente, en la forma prescrita por el Cdigo de Enjuiciamiento.

Art. 43. Son representantes legales de una persona el padre o la madre, el adoptante y su tutor o curador. Art. 44. La ley distingue tres especies de culpa o descuido.

Culpa grave, negligencia grave, culpa lata, es la que consiste en no manejar los negocios ajenos con aquel cuidado que aun las personas negligentes y de poca prudencia suelen emplear en sus negocios propios. Esta culpa en materias civiles equivale al dolo.

Culpa leve, descuido leve, descuido ligero, es la falta de aquella diligencia y cuidado que los hombres emplean ordinariamente en sus negocios propios. Culpa o descuido, sin otra calificacin, significa culpa o descuido leve. Esta especie de culpa se opone a la diligencia o cuidado ordinario o mediano.

El que debe administrar un negocio como un buen padre de familia es responsable de esta especie de culpa.

Culpa o descuido levsimo es la falta de aquella esmerada diligencia que un hombre juicioso emplea en la administracin de sus negocios importantes. Esta especie de culpa se opone a la suma diligencia o cuidado.

El dolo consiste en la intencin positiva de inferir injuria a la persona o propiedad de otro.

Art. 45. Se llama fuerza mayor o caso fortuito el imprevisto a que no es posible resistir, como un naufragio, un terremoto, el apresamiento de enemigos, los actos de autoridad ejercidos por un funcionario pblico, etc.

Art. 46. Caucin significa generalmente cualquiera obligacin que se contrae para la seguridad de otra obligacin propia o ajena. Son especies de caucin la fianza, la hipoteca y la prenda.

Art. 47. Se dice presumirse el hecho que se deduce de ciertos antecedentes o circunstancias conocidas.

Si estos antecedentes o circunstancias que dan motivo a la presuncin son determinados por la ley, la presuncin se llama legal.

Se permitir probar la no existencia del hecho que legalmente se presume, aunque sean ciertos los antecedentes o circunstancias de que lo infiere la ley; a menos que la ley misma rechace expresamente esta prueba, supuestos los antecedentes o circunstancias.

Si una cosa, segn la expresin de la ley, se presume de derecho, se entiende que es inadmisible la prueba contraria, supuestos los antecedentes o circunstancias.

Art. 48. Todos los plazos de das, meses o aos de que se haga mencin en las leyes o en los decretos del Presidente de la Repblica, de los tribunales o juzgados, se entender que han de ser completos; y corrern adems hasta la medianoche del ltimo da del plazo.

El primero y ltimo da de un plazo de meses o aos debern tener un mismo nmero en los respectivos meses. El plazo de un mes podr ser, por consiguiente, de 28, 29, 30 31 das, y el plazo de un ao de 365 366 das, segn los casos.

Si el mes en que ha de principiar un plazo de meses o aos constare de ms das que el mes en que ha de terminar el plazo, y si el plazo corriere desde alguno de los das en que el primero de dichos meses excede al segundo, el ltimo da del plazo ser el ltimo da de este segundo mes.

Se aplicarn estas reglas a las prescripciones, a las calificaciones de edad, y en general a cualesquiera plazos o trminos prescritos en las leyes o en los actos de las autoridades chilenas; salvo que en las mismas leyes o actos se disponga expresamente otra cosa.

Art. 49. Cuando se dice que un acto debe ejecutarse en o dentro de cierto plazo, se entender que vale si se ejecuta antes de la medianoche en que termina el ltimo da del plazo; y cuando se exige que haya transcurrido un espacio de tiempo para que nazcan o expiren ciertos derechos, se entender que estos derechos no nacen o expiran sino despus de la medianoche en que termine el ltimo da de dicho espacio de tiempo.

Art. 50. En los plazos que se sealaren en las leyes, o en los decretos del Presidente de la Repblica, o de los tribunales o juzgados, se comprendern aun los das feriados; a menos que el plazo sealado sea de das tiles, expresndose as, pues en tal caso no se contarn los feriados.

Art. 51. Las medidas de extensin, peso, duracin y cualesquiera otras de que se haga mencin en las leyes, o en los decretos del Presidente de la Repblica, o de los tribunales o juzgados, se entendern siempre segn las definiciones legales; y a falta de stas, en el sentido general y popular, a menos de expresarse otra cosa.

6. Derogacin de las leyes

Art. 52. La derogacin de las leyes podr ser expresa o tcita.

Es expresa, cuando la nueva ley dice expresamente que deroga la antigua.

Es tcita, cuando la nueva ley contiene disposiciones que no pueden conciliarse con las de la ley anterior.

La derogacin de una ley puede ser total o parcial.

Art. 53. La derogacin tcita deja vigente en las leyes anteriores, aunque versen sobre la misma materia, todo aquello que no pugna con las disposiciones de la nueva ley.

LIBRO PRIMERO

DE LAS PERSONAS

Ttulo I

DE LAS PERSONAS EN CUANTO A SU NACIONALIDAD Y DOMICILIO

1. Divisin de las personas

Art. 54. Las personas son naturales o jurdicas.De la personalidad jurdica y de las reglas especiales relativas a ella se trata en el ttulo final de este Libro.

Art. 55. Son personas todos los individuos de la especie humana, cualquiera que sea su edad, sexo, estirpe o condicin. Divdense en chilenos y extranjeros.

Art. 56. Son chilenos los que la Constitucin del Estado declara tales. Los dems son extranjeros.

Art. 57. La ley no reconoce diferencias entre el chileno y el extranjero en cuanto a la adquisicin y goce de los derechos civiles que regla este Cdigo.

Art. 58. Las personas se dividen, adems, en domiciliadas y transentes.

2. Del domicilio en cuanto depende de la residencia y del nimo de permanecer en ella

Art. 59. El domicilio consiste en la residencia, acompaada, real o presuntivamente, del nimo de permanecer en ella. Divdese en poltico y civil.

Art. 60. El domicilio poltico es relativo al territorio del Estado en general. El que lo tiene o adquiere es o se hace miembro de la sociedad chilena, aunque conserve la calidad de extranjero.

La constitucin y efectos del domicilio poltico pertenecen al Derecho Internacional.

Art. 61. El domicilio civil es relativo a una parte determinada del territorio del Estado.

Art. 62. El lugar donde un individuo est de asiento, o donde ejerce habitualmente su profesin u oficio, determina su domicilio civil o vecindad.

Art. 63. No se presume el nimo de permanecer, ni se adquiere, consiguientemente, domicilio civil en un lugar, por el solo hecho de habitar un individuo por algn tiempo casa propia o ajena en l, si tiene en otra parte su hogar domstico o por otras circunstancias aparece que la residencia es accidental, como la del viajero, o la del que ejerce una comisin temporal, o la del que se ocupa en algn trfico ambulante.

Art. 64. Al contrario, se presume desde luego el nimo de permanecer y avecindarse en un lugar, por el hecho de abrir en l tienda, botica, fbrica, taller, posada, escuela u otro establecimiento durable, para administrarlo en persona; por el hecho de aceptar en dicho lugar un cargo concejil, o un empleo fijo de los que regularmente se confieren por largo tiempo; y por otras circunstancias anlogas.

Art. 65. El domicilio civil no se muda por el hecho de residir el individuo largo tiempo en otra parte, voluntaria o forzadamente, conservando su familia y el asiento principal de sus negocios en el domicilio anterior.

As, confinado por decreto judicial a un paraje determinado, o desterrado de la misma manera fuera de la Repblica, retendr el domicilio anterior, mientras conserve en l su familia y el principal asiento de sus negocios.

Art. 66. Los obispos, curas y otros eclesisticos obligados a una residencia determinada, tienen su domicilio en ella.

Art. 67. Cuando concurran en varias secciones territoriales, con respecto a un mismo individuo, circunstancias constitutivas de domicilio civil, se entender que en todas ellas lo tiene; pero si se trata de cosas que dicen relacin especial a una de dichas secciones exclusivamente, ella sola ser para tales casos el domicilio civil del individuo.

Art. 68. La mera residencia har las veces de domicilio civil respecto de las personas que no tuvieren domicilio civil en otra parte.

Art. 69. Se podr en un contrato establecer de comn acuerdo un domicilio civil especial para los actos judiciales o extrajudiciales a que diere lugar el mismo contrato.

Art. 70. El domicilio parroquial, municipal, provincial o relativo a cualquier otra seccin del territorio, se determina principalmente por las leyes y ordenanzas que constituyen derechos y obligaciones especiales para objetos particulares de gobierno, polica y administracin en las respectivas parroquias, comunidades, provincias, etc., y se adquiere o pierde conforme a dichas leyes u ordenanzas. A falta de disposiciones especiales en dichas leyes u ordenanzas, se adquiere o pierde segn las reglas de este ttulo.

3. Del domicilio en cuanto depende de la condicin o estado civil de la persona

Art. 71. Derogado. L. 18.802 Art. 4Art. 72. El que vive bajo patria potestad sigue el domicilio paterno o materno, segn el caso, y el que se halla bajo tutela o curadura, el de su tutor o curador.

Art. 73. El domicilio de una persona ser tambin el de sus criados y dependientes que residan en la misma casa que ella; sin perjuicio de lo dispuesto en los dos artculos precedentes.

Ttulo II

DEL PRINCIPIO Y FIN DE LA EXISTENCIA DE LAS PERSONAS

1. Del principio de la existencia de las personas

Art. 74. La existencia legal de toda persona principia al nacer, esto es, al separarse completamente de su madre.

La criatura que muere en el vientre materno, o que perece antes de estar completamente separada de su madre, o que no haya sobrevivido a la separacin un momento siquiera, se reputar no haber existido jams.

Art. 75. La ley protege la vida del que est por nacer. El juez, en consecuencia, tomar, a peticin de cualquiera persona o de oficio, todas las providencias que le parezcan convenientes para proteger la existencia del no nacido, siempre que crea que de algn modo peligra.

Todo castigo de la madre, por el cual pudiera peligrar la vida o la salud de la criatura que tiene en su seno, deber diferirse hasta despus del nacimiento.

Art. 76. De la poca del nacimiento se colige la de la concepcin, segn la regla siguiente:

Se presume de derecho que la concepcin ha precedido al nacimiento no menos que ciento ochenta das cabales, y no ms que trescientos, contados hacia atrs, desde la medianoche en que principie el da del nacimiento.

Art. 77. Los derechos que se deferiran a la criatura que est en el vientre materno, si hubiese nacido y viviese, estarn suspensos hasta que el nacimiento se efecte. Y si el nacimiento constituye un principio de existencia, entrar el recin nacido en el goce de dichos derechos, como si hubiese existido al tiempo en que se defirieron. En el caso del artculo 74, inciso 2, pasarn estos derechos a otras personas, como si la criatura no hubiese jams existido.

2. Del fin de la existencia de las personas

Art. 78. La persona termina en la muerte natural.

Art. 79. Si por haber perecido dos o ms personas en un mismo acontecimiento, como en un naufragio, incendio, ruina o batalla, o por otra causa cualquiera, no pudiere saberse el orden en que han ocurrido sus fallecimientos, se proceder en todos casos como si dichas personas hubiesen perecido en un mismo momento, y ninguna de ellas hubiese sobrevivido a las otras.

3. De la presuncin de muerte por desaparecimiento

Art. 80. Se presume muerto el individuo que ha desaparecido, ignorndose si vive, y verificndose las condiciones que van a expresarse.

Art. 81. 1. La presuncin de muerte debe declararse por el juez del ltimo domicilio que el desaparecido haya tenido en Chile, justificndose previamente que se ignora el paradero del desaparecido, que se han hecho las posibles diligencias para averiguarlo, y que desde la fecha de las ltimas noticias que se tuvieron de su existencia, han transcurrido a lo menos cinco aos.

2. Entre estas pruebas ser de rigor la citacin del desaparecido; que deber haberse repetido hasta por tres veces en el peridico oficial, corriendo ms de dos meses entre cada dos citaciones.

3. La declaracin podr ser provocada por cualquiera persona que tenga inters en ella, con tal que hayan transcurrido tres meses al menos desde la ltima citacin.

4. Ser odo, para proceder a la declaracin, y en todos los trmites judiciales posteriores, el defensor de ausentes; y el juez, a peticin del defensor, o de cualquiera persona que tenga inters en ello, o de oficio, podr exigir, adems de las pruebas que se le presentaren del desaparecimiento, si no las estimare satisfactorias, las otras que segn las circunstancias convengan.

5. Todas las sentencias, tanto definitivas como interlocutorias, se insertarn en el peridico oficial. 6. El juez fijar como da presuntivo de la muerte el ltimo del primer bienio contado desde la fecha de las ltimas noticias; y transcurridos cinco aos desde la misma fecha, conceder la posesin provisoria de los bienes del desaparecido.

7. Con todo, si despus que una persona recibi una herida grave en la guerra, o le sobrevino otro peligro semejante, no se ha sabido ms de ella, y han transcurrido desde entonces cinco aos y practicndose la justificacin y citaciones prevenidas en los nmeros precedentes, fijar el juez como da presuntivo de la muerte el de la accin de guerra o peligro, o, no siendo enteramente determinado ese da, adoptar un trmino medio entre el principio y el fin de la poca en que pudo ocurrir el suceso, y conceder inmediatamente la posesin definitiva de los bienes del desaparecido.

8. Se reputar perdida toda nave o aeronave que no apareciere a los seis meses de la fecha de las ltimas noticias que de ella se tuvieron. Expirado este plazo, cualquiera que tenga inters en ello podr provocar la declaracin de presuncin de muerte de los que se encontraban en la nave o aeronave. El juez fijar el da presuntivo de la muerte en conformidad al nmero que precede, y conceder inmediatamente la posesin definitiva de los bienes de los desaparecidos. Si se encontrare la nave o aeronave nufraga o perdida, o sus restos, se aplicarn las mismas normas del inciso anterior, siempre que no pudieren ubicarse los cuerpos de todos o algunos de sus ocupantes, o identificarse los restos de los que fueren hallados.

Si durante la navegacin o aeronavegacin cayere al mar o a tierra un tripulante o viajero y desapareciere sin encontrarse sus restos, el juez proceder en la forma sealada en los incisos anteriores; pero deber haber constancia en autos de que en el sumario instruido por las autoridades martimas o areas ha quedado fehacientemente demostrada la desaparicin de esas personas y la imposibilidad de que estn vivas.

En estos casos no regirn lo dispuesto en el nmero 2, ni el plazo establecido en el nmero 3; pero ser de rigor or a la Direccin General de la Armada o a la Direccin General de Aeronutica, segn se trate de nave o de aeronave.

9 Despus de un ao de ocurrido un sismo o catstrofe que provoque o haya podido provocar la muerte de numerosas personas en determinadas poblaciones o regiones, cualquiera que tenga inters en ello podr pedir la declaracin de muerte presunta de los desaparecidos que habitaban en esas poblaciones o regiones.

En este caso, la citacin de los desaparecidos se har mediante un aviso publicado por una vez en el Diario Oficial correspondiente a los das primero o quince, o al da siguiente hbil, si no se ha publicado en las fechas indicadas, y por dos veces en un diario de la comuna o de la capital de la provincia o de la capital de la regin, si en aqulla no lo hubiere, corriendo no menos de quince das entre estas dos publicaciones. El juez podr ordenar que por un mismo aviso se cite a dos o ms desaparecidos.

El juez fijar, como da presuntivo de la muerte el del sismo, catstrofe o fenmeno natural y conceder inmediatamente la posesin definitiva de los bienes de los desaparecidos, pero ser de rigor or al Defensor de Ausentes.Art. 82. El juez conceder la posesin definitiva, en lugar de la provisoria, si, cumplidos los dichos cinco aos, se probare que han transcurrido setenta desde el nacimiento del desaparecido. Podr asimismo concederla, transcurridos que sean diez aos desde la fecha de las ltimas noticias; cualquiera que fuese, a la expiracin de dichos diez aos, la edad del desaparecido si viviese.Art. 83. Durante los cinco aos o seis meses prescritos en los nmeros 6, 7 y 8 del artculo 81, se mirar el desaparecimiento como mera ausencia, y cuidarn de los intereses del desaparecido sus apoderados o representantes legales.Art. 84. En virtud del decreto de posesin provisoria, quedar disuelta la sociedad conyugal o terminar la participacin en los gananciales, segn cual hubiera habido con el desaparecido; se proceder a la apertura y publicacin del testamento, si el desaparecido hubiere dejado alguno, y se dar posesin provisoria a los herederos presuntivos.

No presentndose herederos, se proceder en conformidad a lo prevenido para igual caso en el Libro III, ttulo De la apertura de la sucesin.Art. 85. Se entienden por herederos presuntivos del desaparecido los testamentarios o legtimos que lo eran a la fecha de la muerte presunta.

El patrimonio en que se presume que suceden, comprender los bienes, derechos y acciones del desaparecido, cuales eran a la fecha de la muerte presunta.

Art. 86. Los poseedores provisorios formarn ante todo un inventario solemne de los bienes, o revisarn y rectificarn con la misma solemnidad el inventario que exista.

Art. 87. Los poseedores provisorios representarn a la sucesin en las acciones y defensas contra terceros.

Art. 88. Los poseedores provisorios podrn desde luego vender una parte de los muebles o todos ellos, si el juez lo creyere conveniente, odo el defensor de ausentes.

Los bienes races del desaparecido no podrn enajenarse ni hipotecarse antes de la posesin definitiva, sino por causa necesaria o de utilidad evidente, declarada por el juez con conocimiento de causa, y con audiencia del defensor.

La venta de cualquiera parte de los bienes del desaparecido se har en pblica subasta.

Art. 89. Cada uno de los poseedores provisorios prestar caucin de conservacin y restitucin, y har suyos los respectivos frutos e intereses.

Art. 90. Si durante la posesin provisoria no reapareciere el desaparecido, o no se tuvieren noticias que motivaren la distribucin de sus bienes segn las reglas generales, se decretar la posesin definitiva y se cancelarn las cauciones.

En virtud de la posesin definitiva cesan las restricciones impuestas por el artculo 88.

Si no hubiere precedido posesin provisoria, por el decreto de posesin definitiva se abrir la sucesin del desaparecido segn las reglas generales.

Art. 91. Decretada la posesin definitiva, los propietarios y los fideicomisarios de bienes usufructuados o posedos fiduciariamente por el desaparecido, los legatarios, y en general todos aquellos que tengan derechos subordinados a la condicin de muerte del desaparecido, podrn hacerlos valer como en el caso de verdadera muerte.

Art. 92. El que reclama un derecho para cuya existencia se suponga que el desaparecido ha muerto en la fecha de la muerte presunta, no estar obligado a probar que el desaparecido ha muerto verdaderamente en esa fecha; y mientras no se presente prueba en contrario, podr usar de su derecho en los trminos de los artculos precedentes.

Y por el contrario, todo el que reclama un derecho para cuya existencia se requiera que el desaparecido haya muerto antes o despus de esa fecha, estar obligado a probarlo; y sin esa prueba no podr impedir que el derecho reclamado pase a otros, ni exigirles responsabilidad alguna.

Art. 93. El decreto de posesin definitiva podr rescindirse a favor del desaparecido si reapareciere, o de sus legitimarios habidos durante el desaparecimiento, o de su cnyuge por matrimonio contrado en la misma poca.

Art. 94. En la rescisin del decreto de posesin definitiva se observarn las reglas que siguen:

1. El desaparecido podr pedir la rescisin en cualquier tiempo que se presente, o que haga constar su existencia.

2. Las dems personas no podrn pedirla sino dentro de los respectivos plazos de prescripcin contados desde la fecha de la verdadera muerte.

3. Este beneficio aprovechar solamente a las personas que por sentencia judicial lo obtuvieren.

4. En virtud de este beneficio se recobrarn los bienes en el estado en que se hallaren, subsistiendo las enajenaciones, las hipotecas y dems derechos reales constituidos legalmente en ellos.

5. Para toda restitucin sern considerados los demandados como poseedores de buena fe, a menos de prueba contraria.

6. El haber sabido y ocultado la verdadera muerte del desaparecido, o su existencia, constituye mala fe.

4. De la muerte civil

Art. 95. Derogado. L. 7.612, Art. 2

Art. 96. Derogado. L. 7.612, Art. 2

Art. 97. Derogado. L. 7.612, Art. 2

Ttulo III

DE LOS ESPONSALES

Art. 98. Los esponsales o desposorio, o sea la promesa de matrimonio mutuamente aceptada, es un hecho privado, que las leyes someten enteramente al honor y conciencia del individuo, y que no produce obligacin alguna ante la ley civil.

No se podr alegar esta promesa ni para pedir que se lleve a efecto el matrimonio, ni para demandar indemnizacin de perjuicios.Art. 99. Tampoco podr pedirse la multa que por parte de uno de los esposos se hubiere estipulado a favor del otro para el caso de no cumplirse lo prometido.

Pero si se hubiere pagado la multa, no podr pedirse su devolucin.

Art. 100. Lo dicho no se opone a que se demande la restitucin de las cosas donadas y entregadas bajo la condicin de un matrimonio que no se ha efectuado.

Art. 101. Tampoco se opone lo dicho a que se admita la prueba del contrato de esponsales como circunstancia agravante del crimen de seduccin.

Ttulo IV

DEL MATRIMONIO

Art. 102. El matrimonio es un contrato solemne por el cual un hombre y una mujer se unen actual e indisolublemente, y por toda la vida, con el fin de vivir juntos, de procrear, y de auxiliarse mutuamente.Art. 103. El matrimonio podr celebrarse por mandatario especialmente facultado para este efecto. El mandato deber otorgarse por escritura pblica, e indicar el nombre, apellido, profesin y domicilio de los contrayentes y del mandatario.

Art. 104. Derogado. L. de Matrimonio Civil, de 1884

Art. 105. No podr procederse a la celebracin del matrimonio sin el asenso o licencia de la persona o personas cuyo consentimiento sea necesario segn las reglas que van a expresarse, o sin que conste que el respectivo contrayente no ha menester para casarse el consentimiento de otra persona, o que ha obtenido el de la justicia en subsidio.

Art. 106. Los que hayan cumplido dieciocho aos no estarn obligados a obtener el consentimiento de persona alguna.Art. 107. Los que no hubieren cumplido dieciocho aos no podrn casarse sin el consentimiento expreso de sus padres; si faltare uno de ellos, el del otro padre o madre; o a falta de ambos, el del ascendiente o de los ascendientes de grado ms prximo. En igualdad de votos contrarios preferir el favorable al matrimonio.

Art. 108. Derogado. L. 19.585 Art. 1, N 14

Art. 109. Se entender faltar el padre o madre u otro ascendiente, no slo por haber fallecido, sino por estar demente; o por hallarse ausente del territorio de la Repblica, y no esperarse su pronto regreso; o por ignorarse el lugar de su residencia. Tambin se entender faltar el padre o madre cuando la paternidad o maternidad haya sido determinada judicialmente contra su oposicin.Art. 110. Se entender faltar asimismo el padre o madre que estn privados de la patria potestad por sentencia judicial o que, por su mala conducta, se hallen inhabilitados para intervenir en la educacin de sus hijos.

Art. 111. A falta de dichos padre, madre o ascendientes, ser necesario al que no haya cumplido dieciocho aos el consentimiento de su curador general.

En defecto de los anteriormente llamados, dar al menor el consentimiento para el matrimonio el oficial del Registro Civil que deba intervenir en su celebracin. Si ste tuviere alguna de las razones contempladas en el artculo 113 para oponerse al matrimonio, lo comunicar por escrito al juez de letras de la comuna o agrupacin de comunas para los efectos sealados en el artculo 112.

Si se tratare de un hijo cuya filiacin an no ha sido determinada respecto de ninguno de sus padres, el consentimiento para el matrimonio lo dar su curador general. A falta de ste, ser aplicable lo dispuesto en el inciso anterior.Art. 112. Si la persona que debe prestar este consentimiento lo negare, aunque sea sin expresar causa alguna, no podr procederse al matrimonio de los menores de dieciocho aos.

El curador y el oficial del Registro Civil que nieguen su consentimiento estarn siempre obligados a expresar la causa, y, en tal caso, el menor tendr derecho a pedir que el disenso sea calificado por el juzgado competente.Art. 113. Las razones que justifican el disenso no podrn ser otras que stas:

1. La existencia de cualquier impedimento legal, incluso el sealado en el artculo 116;

2. El no haberse practicado alguna de las diligencias prescritas en el ttulo De las segundas nupcias, en su caso;

3. Grave peligro para la salud del menor a quien se niega la licencia, o de la prole;

4. Vida licenciosa, pasin inmoderada al juego, embriaguez habitual, de la persona con quien el menor desea casarse;

5. Haber sido condenada esa persona por delito que merezca pena aflictiva;

6. No tener ninguno de los esposos medios actuales para el competente desempeo de las obligaciones del matrimonio.

Art. 114. El que no habiendo cumplido dieciocho aos se casare sin el consentimiento de un ascendiente, estando obligado a obtenerlo, podr ser desheredado, no slo por aquel o aquellos cuyo consentimiento le fue necesario, sino por todos los otros ascendientes. Si alguno de stos muriere sin hacer testamento, no tendr el descendiente ms que la mitad de la porcin de bienes que le hubiera correspondido en la sucesin del difunto.Art. 115. El ascendiente sin cuyo necesario consentimiento se hubiere casado el descendiente, podr revocar por esta causa las donaciones que antes del matrimonio le haya hecho.

El matrimonio contrado sin el necesario consentimiento de otra persona no priva del derecho de alimentos.Art. 116. Mientras que una persona no hubiere cumplido dieciocho aos, no ser lcito al tutor o curador que haya administrado o administre sus bienes, casarse con ella, sin que la cuenta de la administracin haya sido aprobada por el juez, con audiencia del defensor de menores.

Igual inhabilidad se extiende a los descendientes del tutor o curador para el matrimonio con el pupilo o pupila.

El matrimonio celebrado en contravencin a esta disposicin, sujetar al tutor o curador que lo haya contrado o permitido, a la prdida de toda remuneracin que por su cargo le corresponda; sin perjuicio de las otras penas que las leyes le impongan.

No habr lugar a las disposiciones de este artculo, si el matrimonio es autorizado por el ascendiente o ascendientes cuyo consentimiento fuere necesario para contraerlo.Art. 117. Derogado. L. de Matrimonio Civil, de 1884

Art. 118. Derogado. L. de Matrimonio Civil, de 1884

Art. 119. Derogado. L. de Matrimonio Civil, de 1884

Art. 120. DEROGADO LEY 19947 Art. TERCERO N 1 D.O. 17.05.2004

Art. 121. DEROGADO LEY 19947 Art. TERCERO N 1 D.O. 17.05.2004

Art. 122. SUPRIMIDO LEY 19947 Art. TERCERO N 2 D.O. 17.05.2004

Art. 123. Derogado. L. de Matrimonio Civil, de 1884

Ttulo V

DE LAS SEGUNDAS NUPCIAS

Art. 124. El que teniendo hijos de precedente matrimonio bajo su patria potestad, o bajo su tutela o curadura, quisiere volver a casarse, deber proceder al inventario solemne de los bienes que est administrando y les pertenezcan como herederos de su cnyuge difunto o con cualquiera otro ttulo.

Para la confeccin de este inventario se dar a dichos hijos un curador especial.

Art. 125. Habr lugar al nombramiento de curador aunque los hijos no tengan bienes propios de ninguna clase en poder del padre o madre. Cuando as fuere, deber el curador especial testificarlo.Art. 126. El Oficial del Registro Civil correspondiente no permitir el matrimonio del que trata de volver a casarse, sin que se le presente certificado autntico del nombramiento de curador especial para los objetos antedichos, o sin que preceda informacin sumaria de que no tiene hijos de precedente matrimonio, que estn bajo su patria potestad o bajo su tutela o curadura.

Art. 127. El viudo o divorciado o quien hubiere anulado su matrimonio por cuya negligencia hubiere dejado de hacerse en tiempo oportuno el inventario prevenido en el artculo 124, perder el derecho de suceder como legitimario o como heredero abintestato al hijo cuyos bienes ha administrado.

Art. 128. Cuando un matrimonio haya sido disuelto o declarado nulo, la mujer que est embarazada no podr pasar a otras nupcias antes del parto, o (no habiendo seales de preez) antes de cumplirse los doscientos setenta das subsiguientes a la disolucin o declaracin de nulidad.

Pero se podrn rebajar de este plazo todos los das que hayan precedido inmediatamente a dicha disolucin o declaracin, y en los cuales haya sido absolutamente imposible el acceso del marido a la mujer.Art. 129. El oficial del Registro Civil correspondiente no permitir el matrimonio de la mujer sin que por parte de sta se justifique no estar comprendida en el impedimento del artculo precedente.Art. 130. Cuando por haber pasado la madre a otras nupcias se dudare a cul de los dos matrimonios pertenece un hijo, y se invocare una decisin judicial de conformidad a las reglas del Ttulo VIII, el juez decidir, tomando en consideracin las circunstancias. Las pruebas periciales de carcter biolgico y el dictamen de facultativos sern decretados si as se solicita.

Sern obligados solidariamente a la indemnizacin de todos los perjuicios y costas ocasionados a terceros por la incertidumbre de la paternidad, la mujer que antes del tiempo debido hubiere pasado a otras nupcias, y su nuevo marido.Ttulo VI

OBLIGACIONES Y DERECHOS ENTRE LOS CONYUGES

1. Reglas generales

Art. 131. Los cnyuges estn obligados a guardarse fe, a socorrerse y ayudarse mutuamente en todas las circunstancias de la vida. El marido y la mujer se deben respeto y proteccin recprocos.Art. 132. El adulterio constituye una grave infraccin al deber de fidelidad que impone el matrimonio y da origen a las sanciones que la ley prev.

Cometen adulterio la mujer casada que yace con varn que no sea su marido y el varn casado que yace con mujer que no sea su cnyuge.Art. 133. Ambos cnyuges tienen el derecho y el deber de vivir en el hogar comn, salvo que a alguno de ellos le asista razones graves para no hacerlo.Art. 134. El marido y la mujer deben proveer a las necesidades de la familia comn, atendiendo a sus facultades econmicas y al rgimen de bienes que entre ellos medie.

El juez, si fuere necesario, reglar la contribucin.Art. 135. Por el hecho del matrimonio se contrae sociedad de bienes entre los cnyuges, y toma el marido la administracin de los de la mujer, segn las reglas que se expondrn en el ttulo De la sociedad conyugal.

Los que se hayan casado en pas extranjero se mirarn en Chile como separados de bienes, a menos que inscriban su matrimonio en el Registro de la Primera Seccin de la Comuna de Santiago, y pacten en ese acto sociedad conyugal o rgimen de participacin en los gananciales, dejndose constancia de ello en dicha inscripcin.

Art. 136. Los cnyuges sern obligados a suministrarse los auxilios que necesiten para sus acciones o defensas judiciales. El marido deber, adems, si est casado en sociedad conyugal, proveer a la mujer de las expensas para la litis que sta siga en su contra, si no tiene los bienes a que se refieren los artculos 150, 166 y 167, o ellos fueren insuficientes.Art. 137. Los actos y contratos de la mujer casada en sociedad conyugal, slo la obligan en los bienes que administre en conformidad a los artculos 150, 166 y 167.

Con todo, las compras que haga al fiado de objetos muebles naturalmente destinados al consumo ordinario de la familia, obligan al marido en sus bienes y en los de la sociedad conyugal; y obligan adems los bienes propios de la mujer, hasta concurrencia del beneficio particular que ella reportare del acto, comprendiendo en este beneficio el de la familia comn en la parte en que de derecho haya ella debido proveer a las necesidades de sta.Art. 138 (145). Si por impedimento de larga o indefinida duracin, como el de interdiccin, el de prolongada ausencia, o desaparecimiento, se suspende la administracin del marido, se observar lo dispuesto en el prrafo 4 del ttulo De la sociedad conyugal.

Si el impedimento no fuere de larga o indefinida duracin, la mujer podr actuar respecto de los bienes del marido, de los de la sociedad conyugal y de los suyos que administre el marido, con autorizacin del juez, con conocimiento de causa, cuando de la demora se siguiere perjuicio.

La mujer, en el caso a que se refiere el inciso anterior, obliga al marido en sus bienes y en los sociales de la misma manera que si el acto fuera del marido; y obliga adems sus bienes propios, hasta concurrencia del beneficio particular que reportare del acto.Art. 138 bis. Si el marido se negare injustificadamente a ejecutar un acto o celebrar un contrato respecto de un bien propio de la mujer, el juez podr autorizarla para actuar por s misma, previa audiencia a la que ser citado el marido.

En tal caso, la mujer slo obligar sus bienes propios y los activos de sus patrimonios reservados o especiales de los artculos 150, 166 y 167, mas no obligar al haber social ni a los bienes propios del marido, sino hasta la concurrencia del beneficio que la sociedad o el marido hubieren reportado del acto.

Lo mismo se aplicar para nombrar partidor, provocar la particin y para concurrir en ella en los casos en que la mujer tenga parte en la herencia.

Art. 139 (148). El marido menor de edad necesita de curador para la administracin de la sociedad

conyugal.

Art. 140 (149). Las reglas de los artculos precedentes sufren excepciones o modificaciones por las causas siguientes:

1. La existencia de bienes familiares.

2. El ejercitar la mujer una profesin, industria, empleo u oficio.

3 La separacin de bienes.

4 La separacin judicial de los cnyuges. 5 El rgimen de participacin en los gananciales.

De las cuatro primeras tratan los prrafos siguientes; de la ltima el Ttulo XXII-A, del Libro Cuarto. 2. De los bienes familiares

Art. 141. El inmueble de propiedad de cualquiera de los cnyuges que sirva de residencia principal de la familia, y los muebles que la guarnecen, podrn ser declarados bienes familiares y se regirn por las normas de este prrafo, cualquiera sea el rgimen de bienes del matrimonio.

El juez citar a los interesados a la audiencia preparatoria. Si no se dedujese oposicin, el juez resolver en la misma audiencia. En caso contrario, o si el juez considerase que faltan antecedentes para resolver, citar a la audiencia de juicio.

Con todo, la sola interposicin de la demanda transformar provisoriamente en familiar el bien de que se trate. En su primera resolucin el juez dispondr que se anote al margen de la inscripcin respectiva la precedente circunstancia. El Conservador practicar la subscripcin con el solo mrito del decreto que, de oficio, le notificar el tribunal.

Para los efectos previstos en este artculo, los cnyuges gozarn de privilegio de pobreza.

El cnyuge que actuare fraudulentamente para obtener la declaracin a que refiere este artculo, deber indemnizar los perjuicios causados, sin perjuicio de la sancin penal que pudiere corresponder.

Art. 142. No se podrn enajenar o gravar voluntariamente, ni prometer gravar o enajenar, los bienes familiares, sino con la autorizacin del cnyuge no propietario. La misma limitacin regir para la celebracin de contratos de arrendamiento, comodato o cualesquiera otros que concedan derechos personales de uso o de goce sobre algn bien familiar.

La autorizacin a que se refiere este artculo deber ser especfica y otorgada por escrito, o por escritura pblica si el acto exigiere esta solemnidad, o interviniendo expresa y directamente de cualquier modo en el mismo. Podr prestarse en todo caso por medio de mandato especial que conste por escrito o por escritura pblica segn el caso.

Art. 143. El cnyuge no propietario, cuya voluntad no se haya expresado en conformidad con lo previsto en el artculo anterior, podr pedir la rescisin del acto.

Los adquirentes de derechos sobre un inmueble que es bien familiar, estarn de mala fe a los efectos de las obligaciones restitutorias que la declaracin de nulidad origine.

Art. 144. En los casos del artculo 142, la voluntad del cnyuge no propietario de un bien familiar podr ser suplida por el juez en caso de imposibilidad o negativa que no se funde en el inters de la familia. El juez resolver previa audiencia a la que ser citado el cnyuge, en caso de negativa de ste.

Art. 145. Los cnyuges, de comn acuerdo, podrn desafectar un bien familiar. Si la declaracin se refiere a un inmueble, deber constar en escritura pblica anotada al margen de la inscripcin respectiva.

El cnyuge propietario podr pedir al juez la desafectacin de un bien familiar, fundado en que no est actualmente destinado a los fines que indica el artculo 141, lo que deber probar. En este caso, el juez proceder en la forma establecida en el inciso segundo del artculo 141.

Igual regla se aplicar si el matrimonio se ha declarado nulo, o ha terminado por muerte de uno de los cnyuges o por divorcio. En tales casos, el propietario del bien familiar o cualquiera de sus causahabientes deber formular al juez la peticin correspondiente.

Art. 146. Lo previsto en este prrafo se aplica a los derechos o acciones que los cnyuges tengan en sociedades propietarias de un inmueble que sea residencia principal de la familia.

Producida la afectacin de derechos o acciones, se requerir asimismo la voluntad de ambos cnyuges para realizar cualquier acto como socio o accionista de la sociedad respectiva, que tenga relacin con el bien familiar.

La afectacin de derechos se har por declaracin de cualquiera de los cnyuges contenida en escritura pblica. En el caso de una sociedad de personas, deber anotarse al margen de la inscripcin social respectiva, si la hubiere. Tratndose de sociedades annimas, se inscribir en el registro de accionistas.

Art. 147. Durante el matrimonio el juez podr constituir, prudencialmente, a favor del cnyuge no propietario, derechos de usufructo, uso o habitacin sobre los bienes familiares. En la constitucin de esos derechos y en la fijacin del plazo que les pone trmino, el juez tomar especialmente en cuenta el inters de los hijos, cuando los haya, y las fuerzas patrimoniales de los cnyuges.

El tribunal podr, en estos casos, fijar otras obligaciones o modalidades si as pareciere equitativo. La declaracin judicial a