Collins y Pinch-Golem Cap. Pasteur

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  • El glem Lo que todos deberamos saber

    acerca de la ciencia

    Harry Collins y Trevor Pinch

    Traduccin castellana de Juan Pedro Campos

    Crtica Grijalbo Mondadori

    Barcelona

  • Quedan rigurosamente prohibidas, sin la autorizacin escrita de los titulares del copyright, bajo las sanciones establecidas en las leyes, la reproduccin total o parcial

    de esta obra por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la reprografa y el tratamiento informtico, y la distribucin de ejemplares de ella mediante alquiler

    o prstamo pblicos.

    Ttulo original: THE GOLEM: WHAT EVERYONE SHOULD KNOW ABOUT SCIENCE

    Diseo de la coleccin y cubierta: ENRIC SATU 1993: Cambridge University Press, Cambridge

    1996 de la traduccin castellana para Espaa y Amrica: CRTICA (Grijalbo Mondadori, S.A.), Arag, 385, 08013 Barcelona

    ISBN: 84-7423-711-4 Depsito legal: B. 5-1996

    Impreso en Espaa 1996.-HUROPE, S.L., Recaredo, 2, 08005 Barcelona

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    es~~ '1'2\2.

    A la memoria de Sidney Collins y dedicado a loan Pinch

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    quina (si bien hay empresas japonesas que siguen invirtiendo di-nero). Puede que acabe por dejarse sentado que algo inusual pasa en la red de deuterio-paladio, pero es improbable que se trate de la fusin fra tal y como apareci alrededor de marzo de 1989. Que en 1989 no se pudieran obtener fondos significativos del departa-mento de energa quiere decir que, comparada con las esperanzas que en principio suscit, la investigacin de la fusin fra est en declive. El Instituto Nacional de la Fusin Fra de Utah se clausu-r finalmente en junio de 1991.

    En la controversia de la fusin fra, las apuestas fueron muy altas y el funcionamiento interno, normalmente oculto, de la cien-cia ha quedado expuesto. Se suele utilizar el episodio de la fusin fra para demostrar que hay algo equivocado en la ciencia moder-na. Se dice que los cientficos hacen aseveraciones excesivas basadas en demasiado poco y ante demasiada gente. Se dice que la evalua-cin de la prensa ha sustituido a la evaluacin de los iguales. Se suscit la falsa esperanza de una nueva era de energa ilimitada slo para borrarla despus.

    Semejante interpretacill es desafortunada. No parece que Pons y Fleischmann hayan sido ms avariciosos o ms vidos de publi-cidad de lo que habran sido unos cientficos prudentes que pen-sasen que tenan en sus manos un descubrimiento de fuste y con una enorme rentabilidad comercial. El asegurarse las patentes y las fanfarrias de las ruedas de prensa es una parte ineludible de la cien-cia moderna, donde el reconocim,iento institucional y la financia-cin son cada vez ms importantes. No hay forma de dar marcha atrs al reloj para volver a una mtica Edad de Oro, cuando los cientficos eran todos verdaderos caballeros (en cualquier caso, nun-ca lo fueron, como la historia de la ciencia nos ha enseado en los ltimos aos). En el asunto de la fusin fra no encontramos la ciencia sino como normalmente es. Es nuestra imagen de la cien-cia la que ha de ser cambiada, no la manera en que se practica.

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    Los grmenes de la discrepancia: Louis Pasteur y los orgenes de la vida

    La generacin espontnea

    G eneracin espontnea es el nombre que se da a la doc-( ( trina segn la cual, en las circunstancias adecuadas, la vida puede formarse a partir de la materia inerte. En cierto sentido, casi todos creemos en la generacin espontnea; creemos que la vida naci del lodo qumico primigenio que cubra la Tierra recin for-mada. Se supone, claro, que esto ocurri lentamente, por azar, y slo una vez en la historia de la Tierra; nunca debera verse en el curso de nuestra existencia.

    La cuestin del origen de la vida es, ni que decir tiene, tan vie-ja como el pensamiento, pero, en la segunda mitad del siglo XIX, el debate hizo furor en la comunidad cientfica. Poda surgir nueva vida de la materia estril una y otra vez, en unos cuantos minutos u horas? Cuando una redoma con nutrientes se pone mohosa, es porque se ha contaminado con formas existentes de vida que se difunden y multiplican, o es que la vida brota de nuevo, cada vez, en el seno de la rica fuente de sustento? Era un problema polmi-\ co, especialmente en la Francia del siglo XIX porque all tocaba sen-sibilidades religiosas y polticas profundamente enraizadas.

    Nuestra concepcin moderna de la bioqumica, la biologa y la teora de la evolucin se basa en la idea de que, excepcin hecha de las peculiares condiciones que se dieron en la prehistoria, la vida slo puede salir de la vida. Como nos pasa con tantas otras de nues-tras creencias cientficas ms extendidas, tendemos a pensar que el punto de vista moderno se form rpida y concluyentemente:

    7 .-COLLINS-PINCH

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    con unos cuantos experimentos brillantes realizados en la dcada de 1860, Louis Pasteur derrot velozmente y de una vez por todas a quienes crean en la generacin espontnea. Pero la ruta, aun-que puede que fuera concluyente al final, no fue ni veloz ni direc-ta. La oposicin qued aplastada por maniobras polticas, porque el ridculo cay sobre ella y porque Pasteur atrajo a ganaderos, cer-veceros y mdicos a su causa. En una fecha tan tarda como 1910, un ingls, Henry Bastian, crea en la hereja de la generacin es-pontnea. Muri creyendo que las pruebas disponibles avalaban su punto de vista.

    Como en tantas otras controversias cientficas, no fueron ni los hechos ni la razn, sino la muerte y el peso del nmero lo que de-rrot al punto de vista minoritario; los hechos y las razones, como siempre, son ambiguos. Y tampoco debera pensarse que no se trata de otra cosa que de los que no vern. La victoria ms decisiva de Pasteur, la derrota que le infligi a su colega francs Flix Pou-chet, un respetado naturalista de Run, ante una comisin consti-tuida por la Academia de Ciencias francesa, se ciment en los pre-juicios de los miembros de la comisin y en un gran golpe de suerte. Slo retrospectivamente podemos ver cun afortunado fue Pasteur.

    La naturaleza de los experimentos

    Los experimentos ms conocidos que ponen a prueba la genera-cin espontnea son conceptualmente sencillos. Las redomas de sustancias orgnicas -leche, agua con levadura, infusiones de heno o lo que sea- se hierven primero para destruir la vida existente en ellas. El vapor extrae el aire de las redomas. La redomas se se-llan entonces. Si permanecen selladas, no crece nueva vida en ellas; esto no lo discuta nadie. Cuando se volva a admitir el aire, creca el moho. Es que el aire contiene una sustancia vital que permite la generacin de nueva vida, o ms bien contiene los grmenes ya vivos -no metafrica, sino literalmente- del moho1 Pasteur sos-tena que el moho no creca si el aire de nuevo admitido careca de organismos vivo~ Jntent mostrar que la admisin de aire est-ril en las redomas no produca efecto ninguno; slo el aire conta-minado causaba la putrefacci~ Sus oponentes aseveraban que in-

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    cluso la admisin de aire puro bastaba para que ocurriera la putre-faccin de los fluidos orgnicos.

    Los elementos del experimento eran, pues:

    l. hay que saber que el medio de crecimiento es estril pero con valor nutritivo;

    2. hay que saber qu pasa cuando las redomas estn abiertas; entra aire estril slo, o entra tambin la contaminacin~

    Respuestas prcticas a las cuestiones experimentales

    Hoy en da creemos que podran responderse estas preguntas con bastante facilidad, pero~ el siglo XIX las tcnicas de determina-cin de qu era estril y qu vivo estaban an formndos~iNi si-quiera estaba claro qu haba de entenderse por vida.~ aceptaba por lo general que la vida no poda existir durante !argo tiempo en un fluido que hirviese, as que el hervir era un mtodo de esteri-lizacin adecuad~ Pero, claro est, el medio no se poda hervir en seco sin que se destruyese su valor nutritivo. Aun cuando se herva ms suavemente, a lo peor la fuerza vegetativa del nutriente que-daba destruida junto con los organismos vivos. ~o estaba todava claro qu aire deba ser tenido por estril. Se desconocan la distri-bucin de microorganismos en el mundo que nos rodea y su efecto en el aire que fluye hacia las redoma.!j

    Pasteur intent observar los grmenes directamente. Observ con microscopio polvo filtrado del aire y vio formas que recorda-ban la de un huevo; supuso que eran los grmenes. Pero estaban vivos o eran slo polvo? La naturaleza exacta del polvo slo poda determinarse como parte del mismo proceso que estableciese la de la putrefaccin.

    Si los grmenes del aire no se podan observar directamente, qu indicara si el aire que se admita en la redoma estaba conta-minado o no? Se poda hacer que el aire pasase a travs de potasa custica o de cido sulfrico, se lo poda calentar a una tempera-tura muy alta o filtrarlo a travs de algodones con el propsito de retirar de l todo rastro de vidat.!f>s experimentos de principios y mediados del siglo XIX, en los que se usaba aire que haba pasado por cidos o lcalis, calentado o filtrado, eran sugerentes, pero no

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    4.1. Una de las redomas de Pasteur con cuello de cisne.

    decisivo~ Aunque en la mayor parte de los casos la admisin de aire tratado de esta manera no haca que se pudriesen los fluidos esterilizados, haba suficientes casos de putrefaccin para que la hiptesis de la generacin ~q_ntnea siguiese viva. En cualquier caso, era posible que, al tratar elairede ih-anefa extrema, el com-ponente vital que engendraba la vida se destruyese, con lo que el experimento se volva tan vacuo como el aire.

    El aire se poda tomar de sitios distintos en las alturas de las montaas, o abajo, cerca de campos cultivados-, pues se espera-ba que el alcance de la contaminacin microbiana sera distinta. Para establecer la conexin entre el polvo y los grmenes, se po-dan usar otros mtodos de filtracin. Pasteur us redomas de cuello de cisne (vase la figura 4.1), en las que el cuello se estre-chaba y doblaba de manera que el polvo que entrase quedara reco-gido en las paredes hmedas del orificio. Los experimentos se rea-lizaron en los stanos del Observatorio de Pars porque all el aire estaba lo bastante tranquilo como para que el polvo portador de vida se asentase. Ms tarde, el cientfico britnico William Tyndall almacen aire en vasijas untadas de grasa para que ste atrapara todo el polvo antes de que entrase en contacto con las sustancias putrescibles. Por cada resultado aparentemente definitivo, habra, sin embargo, otro experimentador que hallara moho en lo que debe-

    ..

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    Posibles interpretaciones de los experimentos de generacin espontnea

    Desarrollo de la vida en un aire aparentemente puro

    S

    No

    (1)

    (3)

    Creencia en la generacin espontnea S No

    (2)

    El aire se ha Prueba de tesis contaminado

    accidentalmente

    (4)

    El tratamiento deteriora el aire Prueba de tesis

    ra haber sido una redoma estril. Los tipos de argumentos que los protagonistas esgriman pueden disponerse en un sencillo diagrama.

    El recuadro 1 es la postura de quienes piensan que los experi-mentos hechos por ellos muestran que la vida crece en el aire puro y creen en la generacin espontnea. Piensan que esos experimen-tos prueban su tesis. El recuadro 2 es la postura de quienes se fijan en los mismos experimentos, pero no creen en la generacin espon-tnea; piensan que debe haber habido algo errneo en el experi-mento; por ejemplo, que el aire no era en realidad puro.

    El recuadro 4 representa la posicin de quienes piensan que han hecho experimentos que muestran que la vida no crece en el aire puro, y no creen en la generacin espontnea. Piensan que los ex-perimentos prueban su hiptesis. El recuadro 3 es la posicin de quienes se fijan en los mismos experimentos, pero creen en la ge-neracin espontnea. Piensan que tiene que haber habido algo equi-vocado con el aire; por ejemplo, que sus propiedades vitales se des-truyeron en el proceso de purificacin.

    Hubo un perodo, en la dcada de 1860, durante el que los ar-gumentos del tipo descrito en el recuadro 3 fueron importantes, pero esta fase del debate dur bastante poco; termin en cuanto los experimentadores dejaron de esterilizar el aire por medios arti-

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    ficiales y se pusieron a buscar fuentes de aire puro o mtodos de filtracin a temperatura ambiente. La importancia de los argu-mentos del recuadro 2 fue ms duradera. Gracias a ellos pudo Pas-teur considerar prcticamente todo el aire que daba lugar a vida en las redomas como contaminado, pudiese demostrarlo directa-mente o no. Esto se manifiesta sobre todo en la parte de su debate con Flix Pouchet que se refiri a los experimentos donde se usaba mercurio, como veremos.

    El debate entre Pasteur y Pouchet

    Hay un episodio del largo debate entre Pasteur y los que crean en la generacin espontnea que ilustra con claridad muchos de los temas de esta historia. En este drama, el viejo (tena sesenta aos) F-lix Pouchet sale a escena para representar al antagonista del papel, que encarnaba Pasteur, de joven (tena treinta y siete aos) y brillan-te experimentador. Pasteur, no cabe duda alguna, derrot a Pouchet en una serie de clebres enfrentamientos, pero los relatos retros-pectivos y triunfalistas pasan de puntillas sobre las ambigedades que presentaron estos careos tal y como ocurrieron en su poca.

    Como en todas estas controversias sobre experimentos, la clave est en los detalles. La discusin entre Pasteur y Pouchet vers so-bre lo que suceda cuando una infusin de heno -un t de heno, cabra decir- que se haba esterilizado hirvindola era expuesta al aire. No hay duda de que la infusin se enmohece -crecen for-mas microscpicas de vida en su superficie-, pero la pregunta ha-bitual segua abierta: eso pasaba porque el aire tiene propiedades generadoras de vida o porque lleva semillas vivas del moho?

    Experimentos bajo el mercurio Pouchet crea en la generacin espontnea. En sus primeros expe-rimentos prepar infusiones esterilizadas de heno bajo el mercu-rio, por usar la jerga. Este mtodo consista en llevar a cabo el experimento con todas las vasijas sumergidas en un depsito alar-gado de mercurio a fin de que no pudiese entrar el aire ordinario.

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    Se introduca un aire especialmente preparado dentro de las redo-mas por medio de burbujas que atravesaban el depsito de mercu-rio. Esta era la manera corriente de meter diversos gases experi-mentales dentro de espacios experimentales sin que entrase en ellos el aire ordinario. En el caso de Pouchet, las burbujas eran de aire purificado. Se consideraba que se poda lograr un aire purificado calentando el ordinario o generando oxgeno mediante la descom-posicin de un xido; daba la coincidencia de que el xido que sola calentarse para obtener el oxgeno era el xido de mercurio. Invariablemente, Pouchet hall que cuando se preparaban las in-fusiones de heno purificadas bajo el mercurio y se las expona a aire puro se desarrollaba vida orgnica. Pareca, pues, que, habida cuenta de que todas las formas de vida existentes se haban elimi-nado, la vida nueva tena que haber surgido espontneamente.

    Pouchet abri el debate escribindole a Pasteur los resultados de estos experimentos. Pasteur le escribi a su vez a Pouchet como contestacin que no era posible que hubiese sido tan cuidadoso como se deba en sus experimentos. ... En sus recientes experi-mentos usted ha introducido, sin apercibirse de ello, aire comn [contaminado], as que las conclusiones a las que ha llegado no se fundan en hechos de exactitud irreprochable (citado en Farley y Geison, 1974, p. 19). Aqu, pues, vemos que Pasteur usa un ar-gumento del tipo que se halla en el recuadro 2 .Yllif! Si Pouchet haba encontrado vida cuando introdujo aire esterilizado en infu-siones de heno esterilizadas, es que el aire tena que estar conta-minado.

    Ms tarde, Pasteur iba a sostener que, en esos experimentos, si bien la infusin de heno era estril y el aire artificial careca igual-mente de vida, el mercurio s estaba contaminada con...microorga-ni_smos -estaban en el polvo que haba sobre la superficie del mercurio- y era la fuente del germen.

    Esto es interesante, pues parece que para explicar algunos de los primeros resultados de Pasteur haca falta la hiptesis del mer-curio contaminado. Comunic que, de sus propios intentos de evi-tar la aparicin de vida preparando infusiones bajo el mercurio, slo el)O por 100 le salieron bien. Aunque, en esos momentos, no saba cul era la fuente de la contaminacin, no acept que tales resultados apoyasen la hiptesis de la generacin espontnea. En

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    sus propias palabras, ... no publiqu esos experimentos, pues las consecuencias que necesariamente haba que sacar de ellos eran de-masiados graves para que no sospechase que haba alguna causa oculta de error a pesar del cuidado que haba puesto en que fuesen irreprochables (citado en Farley y Geison, 1974, p. 31). En otras palabras, era tan firme la oposicin de Pasteur a la generacin es-pontnea que prefiri creer que haba en su trabajo algn fallo des-conocido a publicar sus resultados. Defini los experimentos que parecan confirmar la generacin espontnea como fallidos, y vi-ceversa. Ms tarde, la idea del mercurio contaminado reemplaz al fallo desconocido.

    Si miramos hacia atrs, hay que aplaudir la perspicacia de Pas-teur. Tena razn, por supuesto, y tuvo el valor de mantener sus convicciones hasta el punto de rechazar que las torciese lo que, a la vista estaba, era una indicacin experimental adversa. Pero fue oospicacia. No se trat de la aplicacin neutral del mtqgo fient- ~ !!f,Q. Si Pasteur, como Pouchet, hubiese sido partidario de la hip-tesis equivocada, diramos ahora de sus actos que fueron una terca cabezonera.antelos hechos cient.ficos~. Un perfecto conocimien-to retrospectivo es un aliado peligroso de la historia de la ciencia. No entenderemos el debate entre Pasteur y Pouchet tal y como se vivi a menos que suprimamos nuestra facultadde ver retroacti-vamente.

    \

    Redomas expuestas en un lugar elevado

    El asunto de los experimentos bajo el mercurio fue slo la escara-muza preliminar. El debate principal empez con los experimen-tos de Pasteur con redomas abiertas al aire en un lugar elevado y con el rechazo de Pouchet.

    Pasteur preparaba las redomas poniendo los cuellos al fuego. Herva una infusin de levadura y sellaba el cuello una vez se haba extrado el aire. Si no se abra, el contenido no se alteraba. Tomaba entonces las redomas y les rompa el cuello en distintos lugares, permitiendo que el aire entrase de nuevo. El aire que en-trase tena que ser de lugares limpios de grmenes, as que Pasteur rompa el cuello con unas largas pinzas que haba calentado con

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    una llama y mantena la redoma por encima de su cabeza, para evitar que sus ropas la contaminasen. Una vez haba entrado el aire de los lugares escogidos, Pasteur sellaba otra vez la redoma con una llama. De esta manera prepar una serie de redomas que con-tenan infusiones de levadura con muestras de aire tomadas de di-ferentes lugares. Hall que la mayora de las redomas expuestas en lugares corrientes se enmohecan, mientras que las expuestas a gran altura, en montaas, raramente cambiaban. De veinte redo-mas expuestas a dos mil metros en un glaciar de los Alpes france-ses, slo una qued afectada.

    En 1863 Pouchet puso en entredicho este resultado. Con dos colaboradores, viaj a los Pirineos para repetir los experimentos de Pasteur. Esta vez las ocho redomas expuestas a una gran altura quedaron afectadas, lo que sugera que hasta el aire no contami-nado bastaba para poner en marcha el proceso de formacin de la vida. Pouchet asever que haba seguido todas las precauciones de Pasteur, slo que, en vez de pinzas, haba usado para abrir las redomas una lima calentada.

    Pecados por comisin

    En la estructura muy centralizada de la ciencia francesa del si-glo XIX, las disputas cientficas las zanjaban comisiones que, para decidir sobre ellas, constitua la Academia de Ciencias, radicada en Pars. Los veredictos de esas comisiones se convertan en el punto de vista cuasioficial de la comunidad acadmica francesa. Dos comi-siones sucesivas examinaron la controversia de la generacin espon-tnea. La primera, formada antes de los experimentos pirenaicos de Pouchet, ofreci un premio a quien, por medio de experimen-tos bien realizados, arroje nueva luz sobre la cuestin de la llamada generacin espontnea. Por accidente o por conviccin, ningn miembro de la comisin simi?atizaba con las ideas de Pouchet,"' y algunos anunciaron s~ngusioes ates1ncfuSQ_d~~ina.r:.los mater!a~s_ill;!e J!aba_n de juzgar. Dos de los miembros haban ya reaccionado negativamente a los primeros experimentos de Pou-chet, y era notorio que los otros eran contrarios a la generacin espontnea. Pouchet se retir de la competicin, y dej quePas-

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    teur recibiese sin oposicin el premio por un manuscrito que ha-ba redactado en 1861, donde daba cuenta de su famosa serie de experimentos en los que se demostraba que la descomposicin de una variedad de sustancias se debi a grmenes que llevaba el aire.

    La segunda comisin se constituy en 1864 en respuesta a los experimentos de Pouchet en los Pirineos. Haban causado indig-nacin en la Academia, la mayor parte de cuyos miembros con-sideraba que el asunto ya se haba zanjado. La nueva comisin empez por hacer la siguiente afirmacin combativa: En ciertos lugares, siempre es posible tomar una cantidad considerable de aire que no ha estado sujeto a ningn cambio fsico o qumico, y sin embargo ese aire no basta para producir una alteracin del tipo que sea en el ms putrescible de los fluidos (citado en Dubos, 1960, p. 174). Pouchet y sus colegas aceptaron el reto y aadieron: Si una sola de nuestras redomas permanece inalterada, reconocere-mos lealmente nuestra derrota (ibidem).

    La segunda comisin tambin estaba compuesta por miembros cuyas opiniones se saba que eran, sin excepcin, fuertemente con-trarias a las de Pouchet. Cuando descubrieron su composicin, Pou-chet y sus colaboradores intentaron cambiar los trminos de la prueba. Quisieron extender el alcance del programa experimental, mientras Pasteur insista en que la prueba dependiese estrechamente de que la menor cantidad de aire indujera siempre la putrefaccin. Todo lo que se requera que Pasteur mostrase era, segn los tr-minos originales de la competicin, que se admitiese aire dentro de algunas redomas sin que el contenido de stas sufriese cam-bios. Tras fracasar en que se alterasen los trminos de referen-cia, Pouchet se retir, pues crea que sera incapaz de obtener una audiencia equitativa habida cuenta del sesgo de los miembros de la comisin.

    La posicin de Pouchet no se poda mantener en vista de que se haba retirado dos veces de la competicin. Que la comisin fuese o no absolutamente unilateral en sus opiniones careca de trascen-dencia para una comunidad cientfica que se alineaba con Pasteur casi sin excepciones.

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    El debate de Pasteur y Pouchet, pasado y futuro

    La posicin de Pouchet se pareca mucho a la de un acusado cuyo destino dependiese de las pruebas forenses. Es cierto que al acusa-do se le dio la oportunidad de llevar a cabo algunas pruebas por su propia cuenta, pero la interpretacin estuvo slo en manos de 1a acusacin, que hizo adems las veces de juez y jurado. Es f-cil comprender por qu se retir Pouchet, y no cuesta ms enten-der por qu Pasteur pudo afirmar inmediatamente que los experi-mentos pirenaicos de Pouchet estaban falseados por haber usado una lima en vez de unas pinzas para cortar el cuello de las redo-mas. Podemos imaginarnos los fragmentos de cristal, algo conta-minados por la lima aun cuando hubiese sido calentada, cayendo dentro de la infusin de heno y sembrando all los nutrientes. Po-demos imaginarnos que, si la comisin hubiese forzado a Pouchet a usar pinzas esterilizadas, muchas de las redomas no habran su-frido cambio alguno. Podemos pensar, pues, que la comprensible falta de temple de Pouchet para enfrentarse a esta camisa de fuer-za tcnica slo le salv de un embarazo mayor. Aunque, por des-gracia, las dos comisiones estaban sesgadas, ello fue seguramente una contingencia histrica que no habra afectado a la conclu-sin cientfica exacta a la que llegaron?

    Tiene su inters el que ahora parezca ms bien que si Pouchet no hubiera perdido el temple, no habra salido malparado de la com-peticin. U na diferencia entre los experimentos de Pouchet y Pas-teur era el medio nutritivo que se us en ellos. Pasteur us levadu-ra, Pouchet infusiones de heno. Hasta 1876 no se descubri que las infusiones de heno sustentan una espora que no se mata fcil-mente al hervirlas. Cuando se hierve una infusin de levadura, se mata toda forma de vida; en cambio, as no se esteriliza una infu-sin de heno. Los comentaristas modernos, pues, han sugerido que Pouchet quiz hubiera tenido xito si hubiese mantenido el rum-bo, slo que por razones equivocadas! Merece la pena observar que en ninguna parte hemos ledo que Pasteur repitiese el trabajo de Pouchet con el heno. En realidad, aparte de deplorar que ste usara una lima en vez de pinzas, apenas si mencion los experi-mentos de los Pirineos, y gast la mayor parte de su energa crtica

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    en los experimentos previos del depsito de mercurio, para los que tena una explicacin ya preparada. Los experimentos pirenaicos, por supuesto, se realizaron sin mercurio, el supuesto contaminan-te de sus anteriores investigaciones. Como seala una de las fuen-tes: Si Pasteur repiti alguna vez los experimentos de Pouchet sin mercurio, mantuvo los resultados en privado (citado en Farley y Geison, 1974, p. 33). La conclusin del debate se alcanz, pues, como si los experimentos pirenaicos no hubiesen tenido lugar.

    La diferencia entre el heno y la levadura, tal y como la conoce-mos hoy, le aade una sabrosa irona a los resultados de la comi-sin. Sin embargo, no pensamos que Pouchet se hubiera compor-tado ms sabiamente si hubiese seguido adelante con el reto, y los hechos cientficos hablan por s mismos. La interpretacin moder-na sugiere que los hechos tocantes a las infusiones de heno habran hablado, hasta a una comisin con prejuicios, con la voz incon-fundible de la generacin espontnea. Nosotros no creemos eso. La

    1 comisin habra encontrado la manera de explicar los resultados de Pouchet.

    Eplogo

    Es interesante tambin que a los defensores de Pasteur les moviese en parte lo que ahora parece otra hereja cientfica. Se pensaba en esa poca que el darwinismo se\b~saba en la idea de la gener'!_cin espontnea. En un ataque al darwinismo que se public el mismo ao que se constituy la segunda comisin, el secretario de la Aca-demia de Ciencias emple como principal argumento el fracaso de la generacin espontnea. Escribi que se acab la generacin espontnea. El seor Pasteur no slo ha iluminado la cuestin, la ha resuelto (citado en Farley y Geison, 1974, p. 23). Se considera-ba, pues, que Pasteur le haba propinado un golpe definitivo a lal teora de la evolucin con el mismo que haba derribado a la gene-racin espontnea de la vida. Una hereja destruy a la otra. A quie-nes les parezca que, como todo sali bien al final, la ciencia queda vindicada, deberan recapacitar.

    Finalmente, sealemos que ahora sabemos que hay un nmero de cosas que podran haber hecho que los experimentos de Pas-

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    teur dejaran de funcionar bien con que los hubiese llevado un poco ms lejos. Hay varias esporas, aparte de las que se hallan en el heno, que resisten la extincin cuando se hierve a cien grados. A princi-pios del siglo xx, Henry Bastian apoyaba la idea de la generacin ~spontnea_Qo.rque, sin sahcilo, descubri ms e_por~s resistentes 1 cc;tlo.r. 1\.dems, la inactividad de las bacterias no slo depende del calor~no tambin de la acidez de la solucin. Las esporas que parecen muertas en una solucin cida pueden dar lugar a vida en un ambiente lcali. Por lo tanto, los experimentos del tipo que formaron la base de este debate pueden dar lugar a confusin de varias maneras. Para asegurarse de que un fluido es completamente estril, es necesario calentarlo a presin a una temperatura de unos ciento sesenta grados, y/o someterlo a un ciclo de calentamientos y enfriamientos que se repitan varias veces a intervalos apropiados. Como sabemos ahora, los experimentos de Pasteur pudieron, y de-bieron, salirle mal de muclia; maneras. La mejor conjetura que po-demos hacer es, inevitablemente, que, en efecto, le salieron mal; pero saba qu deba contar como resultado y qu como error.

    Pasteur fue un gran cientfico, pero lo que hizo poco recuerda al ideal que propugnan los modernos textos del mtodo cientifi~o Cuesta ver cmo podra haber suscitado los cambios que experi-mentaron nuestras ideas acerca de la naturaleza de los grmenes si le hubiese constreido ese estril modelo de comportamiento que, para muchos, es tambin el modelo del mtodo cientfico.