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Compilado del material teórico de clases Observatorio de medios Prof. Janina Olinik E.E.S N|4 Francisco P. Moreno San Bernardo- Buenos Aires

Compilado Del Material Teórico de Clases OBSM1

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  • Compilado del material terico de clases

    Observatorio de medios Prof. Janina Olinik

    E.E.S N|4 Francisco P. Moreno San Bernardo- Buenos Aires

  • NDICE DE CONTENIDOS PARA EL EJE 1:

    1- Observatorios de comunicacin. Una gua de los observatorios de medios en Amrica Latina. Herrera, Susana. (Extracto) En:

    https://www.academia.edu/240586/Una_guia_de_los_observatorios_de_medios_en_America_Latina

    2- Debate Objetividad/ Subjetividad en la informacin. Los medios toman partido. Vzquez Bermdez, Miguel ngel. MBITOS.N 15 - Ao 2006 (fragmento) En: http://grupo.us.es/grehcco/ambitos%2015/15vazquez.pdf

    3- Los medios como formadores de opinin. Cap. 1. La noticia en las ciencias de la comunicacin. Martini, Stella. En: Periodismo, noticia y noticiabilidad. Editorial Norma, Buenos Aires, 2000.

    4- Tensiones entre el derecho pblico a la informacin y los medios como organizaciones empresariales con fines de lucro. Noticia= Negociacin poltica. Micele, Albertini y Giusti. En: Oficios terrestres Nro 6. La Plata

    5- Intencionalidad de los medios. Anlisis de caso

    Una gua de los observatorios de medios en Amrica Latina

    Susana Herrera

    Introduccin

    Con pocos aos de existencia y consolidacin, Internet se reserva una serie de misterios que los investigadores insisten en revelar. Uno de esos misterios tiene forma de paradoja: aunque parezca una vitrina opaca, gracias a ella podemos hoy tener una mayor visibilidad de algunos fenmenos que ocurren a nuestro alrededor. La web se presenta como un inmenso cauce de caminos que dificultan una visin panormica, abierta, completa. No obstante, basta mirar con detalle para vislumbrar la dimensin y profundidad de algunas realidades. Es este inmenso panel en movimiento una especie de Aleph - el que permite, por ejemplo trazar una gua de los observatorios de medios que existen en Amrica Latina. Es por medio de Internet que esas experiencias se comunican, se muestran y existen efectivamente.

    Surgidos en fechas recientes, los observatorios son instancias de supervisin meditica que vigilan la actividad de los medios. Desde su aparicin en Brasil, a comienzos de los noventa, los observatorios se han ido extendiendo -lenta pero progresivamente- a lo largo y ancho de todo Latinoamrica. El objetivo de este texto es presentar un panorama relativamente actualizado de los principales observatorios que existen hoy en Amrica Latina y mostrar asimismo otras experiencias afines que, en sentido estricto y por las razones que luego apuntaremos, no son realmente observatorios, a pesar de que en ocasiones puedan realizar funciones similares. Para despejar las dudas, lo primero que haremos ser describir los rasgos que caracterizan a los observatorios latinoamericanos.

    La singularidad de los observatorios latinoamericanos

    Los observatorios de medios justifican su aparicin en el continente como respuesta a una necesidad de control sobre unos medios que a veces cometen errores. En este sentido, constituyen un paso ms en la bsqueda de soluciones para la grave crisis que aqueja hoy a los

  • medios en muchos pases. Un paso que -por lo dems- es necesario si se tiene en cuenta el relativo fracaso de las frmulas anteriores. Para contribuir a paliar la situacin, los observatorios se orientan a dos roles elementales: fiscalizar a los medios y alfabetizar a la audiencia para que exija un periodismo de calidad.

    Adems de estas misiones, la mayora de observatorios latinos comparten hoy una serie de rasgos. Los ms significativos son (Herrera, 2005a):

    1) El reconocimiento de la importancia de la comunicacin y de los medios para la democracia

    2) La insatisfaccin con la actual situacin en la que se encuentran los medios

    3) La reivindicacin de otra forma de entender la prctica periodstica

    4) La reivindicacin de otro pblico consumidor de medios

    5) El ejercicio constante, regular y sistemtico de monitoreo

    6) Su intencionalidad revisionista y reformista

    7) Su carcter propositivo y una finalidad ms prescriptiva que descriptiva

    8) La diversidad y creatividad en sus actuaciones

    9) La conviccin de la importancia de divulgar su actividad y

    10) La predileccin por el empleo de las nuevas tecnologas y -de una manera preferente- por internet.

    No obstante, bajo la denominacin de observatorio se encuentra tambin una gran diversidad de realidades. As, los observatorios latinos se diferencian entre s en funcin de variables como su origen, composicin, orientacin ideolgica, sus estructuras y modos de funcionamiento, los aspectos de los medios que analizan, el diferente instrumental metodolgico que emplean y la sistematizacin de su actividad (Herrera, 2005b).

    Directorio de observatorio de la comunicacin: http://www.ull.es/publicaciones/latina/observaOBSERVATORIOS.htm

    LOS MEDIOS TOMAN PARTIDO

    En cualquier manual de Periodstica se recoge la objetividad como principio que debe guiar la actuacin de los profesionales de la informacin. La vasta bibliografa sobre este concepto central en el estudio de la comunicacin de masas coincide en definir la objetividad como un valor lmite o un desideratum, una aspiracin difcil (si no imposible) de alcanzar, aunque exigible desde el punto de vista deontolgico. Es ste un concepto ideal-tpico, virtual, pero que se manifiesta como una tensin permanente y reconocible hacia la verdad (Bechelloni, 1978:177) en

    el desarrollo de la labor periodstica.

    El concepto de objetividad ha sido objeto de un prolijo debate terico entre sus defensores y detractores. En el extremo de la utopa del profesionalismo se identifica objetividad como ausencia de mediacin. Se salvaguarda el carcter apoltico del periodista o, al menos, una demostrada contencin de su subjetividad en el ejercicio de su profesin, una estricta observancia moral de la objetividad informativa, de exigencia de probidad profesional frente a la informacin de actualidad que se transmite (Janowitz, 1975; Desantes, 1976; Martnez Albertos, 1978).

  • Desde esta posicin terica se asocia profesionalidad e informacin objetiva. Se concibe el mensaje informativo como no intencional y se dictamina que la actuacin del periodista se rige por el nimo de objetividad, por una disposicin psicolgica de actuar con integridad, de transmitir unos datos que reproduzcan con fidelidad lo acontecido y den una respuesta satisfactoria a los intereses de la audiencia. Esta lectura de la no intencionalidad se enmarca en el viejo aforismo que considera que los hechos son sagrados y los comentarios son libres.

    En el polo opuesto, los defensores del periodismo de denuncia, del modelo del advocate, enfatizan la necesidad del papel de vigilancia del poder por parte de la prensa y de la implicacin del periodista en los asuntos de los que informa; el profesional se compromete, no permanece al margen de situaciones que tambin le afectan como ciudadano.

    Otras corrientes de pensamiento encuentran la objetividad como un obstculo para la comunicacin (Rodrigo Alsina, 1989) al cortar al periodista la posibilidad de ser intrprete de los acontecimientos. As, el periodismo objetivo sera un mecanismo que permite a los gobernantes y las elites de la sociedad transmitir a travs de los medios, y sin ningn tipo de filtro, su interpretacin de la realidad (Eco, 1979; Chomsky y Herman, 1990; Ramonet, 1998). Este tipo de actitud favorece el rol de la fuente y prima el pseudo-acontecimiento como constructor de la realidad social: el periodista no informa de un hecho, sino que traslada la noticia a su audiencia sin ms comprobacin que la supuesta legitimacin social del informante. Se hace un mero periodismo de declaraciones que, aunque apuntala un cierto idealismo objetivo, tiene ms de desinformacin que de informacin al situar al periodista como un intermediario mecnico y despojado de su papel de intrprete.

    Frente al controvertido concepto de objetividad, al que se puede anhelar legtimamente, resulta exigible desde cualquier punto de vista terico la adopcin de una postura neutral o de no implicacin personal, la ausencia de partidismo, la bsqueda de la exactitud y de otros criterios que sublimen la veracidad, como la pertinencia y la globalidad de la informacin, y la inexistencia de motivos de servidumbre a un tercero. Se impone la necesaria independencia del medio y del periodista en su quehacer diario. Slo desde esta autonoma en el ejercicio profesional se puede prestar un servicio fidedigno a la sociedad. sa es la lnea que se refuerza en los libros de estilos de los distintos medios de comunicacin. Por ejemplo, en el manual de Canal Sur Televisin (2004) se recomienda ajustar el trabajo de su redaccin a la imparcialidad, entendida como informacin equilibrada, libre de prejuicio y respetuosa con la verdad, y la independencia respecto al poder, empresas o grupos de presin.

    La labor hermenutica que ha de cumplir el periodista se encuentra lastrada por dos derivas que desembocan en periodismo de declaraciones y que reducen la funcin social que tienen asignada tanto profesionales como medios de comunicacin. Estos desvos se concretan en una doble vertiente:

    a) Cuando la elaboracin de la noticia se limita a la reproduccin de las manifestaciones de las fuentes, sin interpretacin ni la comprobacin y la contextualizacin preceptivas de las mismas. En esta variante del periodismo informativo lo dicho desplaza al hecho, la fuente se salta la mediacin y sus opiniones llegan sin filtro a la audiencia al adoptar tanto el redactor como el medio una actitud pasiva y vicaria respecto a los actores sociales, fundamentalmente institucionales.

    b) Cuando la informacin se cie a decisiones de carcter ideolgico. En este caso, los intereses y la lnea editorial de la empresa desplazan otros postulados de carcter profesional y deontolgico. En la produccin de la noticia priman criterios polticos y el medio (y, por omisin, su redaccin) acta con intencionalidad.

    Estos dos tipos de conductas (formas poco edificantes de entender el periodismo) conviven en el sistema informativo espaol y saltan a la vista en un simple repaso del quehacer de los mass media.

    REALIDAD VERSUSTEORA

    El mito de la objetividad se desvanece en virtud de los elementos endgenos y exgenos que condicionan la fabricacin de la noticia. En primer lugar, los medios construyen una realidad que transmiten a sus audiencias como consecuencia de una serie de decisiones en cada una de las fases de la produccin de la actualidad.

    Se opta por unos escenarios orillando otros, se apuesta por unos acontecimientos en detrimento de otros, unas fuentes reciben ms atencin que otras, unos detalles preponderan sobre otros, un enfoque desplaza a otros posibles, se escoge unas palabras en lugar de otras. En fin, la fabricacin de la informacin conlleva una serie de determinaciones subjetivas que moldean el producto informativo desde la visin de los medios de comunicacin.

    La noticia as construida no es una reproduccin literal de la realidad, sino el resultado de la interpretacin subjetiva de sta. Los medios de comunicacin no son ni marco ni espejo de la realidad. En la recepcin y elaboracin de la informacin hay un proceso interpretativo (Van Dijk, 1990). Esta idea del periodista como hermeneuta de la realidad ya est presente en la obra de

  • Ortega y Gasset (1969), al referirse en El espectadora que sta no puede ser mirada sino desde el punto de vista que cada cual ocupa, fatalmente, en el universo. El lenguaje es siempre subjetivo porque proviene de un sujeto que articula un mensaje de acuerdo con su propia concepcin del mundo, desde su particular percepcin del entorno social o cultural, con la inevitable influencia de determinadas creencias e ideologas. Entre los paladines de la objetividad como valor sobre el que ha de pivotar el trabajo del periodista, la subjetividad no ha de ir ms all de la manipulacin lingstica imprescindible de la realidad para conseguir elaborar un mensaje adecuado, comprensible y no intencional.

    Con todo, esta visin utpica de la profesin periodstica no contempla otros aditamentos que ejercen una influencia directa sobre la produccin de la noticia y, por extensin, de la construccin de la realidad social. Hay estudios del comportamiento de los medios que consagran la subjetividad que recorre todo el proceso de produccin de la noticia. Un trabajo sobre los espacios informativos de cadenas de televisin de Reino Unido, Canad y Estados Unidos (Kline, 1992), extrapolable en cierta medida a prensa y radio, constata que el trabajo periodstico est cruzado por cuatro principales tipos de sesgos, aunque la tradicin periodstica de cada pas delimita su propia versin de la objetividad (o imparcialidad), que vara segn los distintos modelos culturales.

    Estas desviaciones se resumen en sesgo de contenido, de las fuentes, temtico y retrico. El sesgo de contenido refleja la lnea editorial del medio a travs de la seleccin y jerarquizacin de los acontecimientos, as como del tipo de cobertura que depara en funcin de su posicin empresarial. En cuanto a las fuentes, se alude a la eleccin de autoridades y especialistas que interpretan el acontecimiento para implementar la orientacin del medio. El sesgo temtico est relacionado con el modelo cultural al que pertenece el periodista y este patternfamiliar lo lleva a optar por unos temas y descartar otros que no casan con los valores sociales y culturales de cada pas. Por ltimo, el sesgo retrico se refiere a los distintos aspectos que en la redaccin del relato informativo quiebran la supuesta objetividad: la utilizacin de elementos opinativos, la atribucin de causas, el tono apreciativo, la coordinacin de imagen-comentario o la calidad de la filmacin.

    Esta propuesta sugiere algunos de los motivos que empujan a los mass media a apartarse de la imparcialidad que se reclama desde atalayas tericas. El medio confecciona su producto informativo en funcin de sus propias necesidades, carencias e inclinaciones polticas. La organizacin de la redaccin, las rutinas productivas, las fuentes, la ideologa del medio y los intereses de ste como empresa y la dependencia econmica repercuten sobre la confeccin del temario.

    La noticia queda condicionada, en primer lugar, por su estructura de funcionamiento, dispuesta en una disposicin piramidal fuertemente jerarquizada que repercute en el producto final, aadiendo una mayor subjetividad al ejercicio profesional.

    Los periodistas adaptan sus puntos de vista y forma de actuar a las exigencias de su empresa. Conocedores de la lnea editorial o del modelo informativo del medio adecuan los enfoques de sus relatos a la lnea discursiva del medio. Desde el pionero estudio de Breed (1955) hasta nuestros das, diferentes investigaciones (Sigelman, 1973; Epstein, 1973; Rodrigo Alsina, 1989) han constatado los efectos de la redaccin en la actuacin de los periodistas. El profesional se socializa como mecanismo de autodefensa y promocin profesional, que se traduce en seguir la orientacin ideolgica o la poltica marcada por la propiedad del medio. El proceso socializador busca preferentemente evitar las tensiones en la redaccin y, para ello, lo que hace el redactor es aprender a anticipar lo que se espera de l, a interiorizar los derechos y obligaciones de su status, a conseguir premios y a evitar castigos (Gomis, 1991). As, la organizacin influye directamente en la interpretacin de la realidad.

    La dinmica de trabajo de los mass mediadistorsiona la percepcin de la realidad por parte del pblico. La escasez de recursos y la exigencia de un tiempo de produccin reducido cincelan unas rutinas en las que se prima el pseudoacontecimiento, organizado por autoridades e instituciones pblicas y privadas, porque propicia un flujo constante de tems noticiables. La accesibilidad de la informacin y la adaptacin de sta al periodo de difusin se erigen en valores/ noticias fundamentales para la confeccin del temario. Ya Lippmann en 1992 repar en la tendencia de los reporteros de acudir a lugares especficos donde se acopia con facilidad informacin. Aunque estos apelan al inters general a la hora de incluir una noticia, la realidad demuestra que los factores que mueven a la empresa periodstica son el tiempo, la distancia, rentabilidad econmica, esto es, predominan criterios de racionalizacin del proceso productivo, que conducen a una homogenizacin de la noticia. As, el mtodo de produccin delimita el concepto de noticia.

    Los mass media ahorran en recursos humanos y tcnicos, mientras que las instituciones salen beneficiadas por este sistema que le permite colar su informacin sin filtros (De Fontcuberta, 1998). Esta simbiosis entre ambos actores afecta a los criterios de noticiabilidad y da alas a las fuentes para organizar estrategias de ocupacin de tiempo y espacio mediticos, con lo que se pone a disposicin de la audiencia un producto informativo excesivamente condicionado por los proveedores

  • institucionales. Los medios de comunicacin slo cumplen parcialmente su funcin social de mediacin por la dependencia de las fuentes y unas rutinas productivas que priman la cantidad sobre la calidad y se pliegan a las agendas marcadas por terceros.

    Se fomenta as el periodismo de declaraciones, una prctica extendida en la profesin que favorece la difusin de las opiniones de las fuentes y que transmite la impresin de que el medio favorece a personajes pblicos a travs de entrevistas breves o declaraciones en comparecencias pblicas a las que el protagonista slo tiene que responder, sin ms objeciones por parte del periodista, la frase efectista que se le conviene. Apenas si existen posibilidades para dar un giro a esta deriva, donde el protagonismo lo acapara la noticia caliente sin explicar no hay tiempo, no hay espacio, el espectculo de los hechos, el cruce de declaraciones que la representacin poltica genera, la propaganda y la publicidad (Casals, 1999). Se traslada la noticia a su audiencia sin ms comprobacin que la supuesta legitimacin social del informante, por lo tanto, las noticias se hacen inseguras, quien dispone del poder se salta la mediacin y habla directamente a la gente (Colombo, 1997).

    El poder financiero de la empresa rebaja tericamente la necesidad de la informacin de agenda: cuantos ms recursos profesionales, tcnicos y econmicos tienen los medios, ms capaces resultan de introducir lo imprevisto y cuanto ms precarios sean, mayor ser el peso de la programacin y la informacin de segunda mano. Lgicamente, el medio con menos potencial econmico cuenta con menos resortes humanos y materiales, una situacin que lo fuerza a seguir la agenda que le organizan las fuentes y a depender ms de las agencias de noticias para confeccionar el producto informativo final.

    El afn por ofrecer una visin idealizada de la actividad periodstica, relacionada con conceptos tales como el olfato informativo, la neutralidad, la independencia o la objetividad, queda en entredicho y la realidad es que la produccin de la noticia es un proceso rutinizado en el que intervienen otros factores adems del inters general o el inters de las respectivas audiencias.

    Cap. 1. La Noticia en las ciencias de la comunicacin

    1.1. La noticia: ese objeto

    El periodismo produce las noticias que construyen una parte de la realidad social y que posibilitan a los individuos el conocimiento del mundo al que no pueden acceder de manera directa. El producto e su trabajo multiplica y naturaliza gran parte de los discursos en circulacin en las sociedades. Por eso mismo, toda teora de la noticia se inscribe en una teora de los medios y en el paradigma mayor de una teora de la comunicacin.

    1.2. La produccin y el consumo de la noticia en la sociocultura contempornea

    En la segunda mitad del siglo XX, desarrollo tecnolgico y procesos de globalizacin econmica favorecieron la expansin de los medios y la constitucin de los grupos multimedia[1]. Una de las consecuencias de este fenmeno es la monopolizacin del mercado y de los discursos sobre la

    sociedad, y la dificultad para la aparicin de voces diferentes y la prctica de un periodismo independiente. Y tambin el surgimiento del periodista "multimeditico", que reparte su tiempo entre el diario de papel, el digital y la pantalla televisiva, en detrimento de las investigaciones (Klinenberg: 1999). La localizacin en las lgicas del marketing reduce la extensin de las noticias, y el producto periodstico se resiente en explicitacin y en la contextualizacin de los hechos construidos [2].

    La relacin fundamental entre comunicacin, cultura y medios y el mundo de la poltica, la economa y la sociedad ha cambiado sustancialmente, y ha dado forma a nuevos procesos socioculturales (Ford: 1999a). Lejos han quedado las utopas de la comunicacin de Marshall McLuhan, una "aldea global" igualadora desde los medios masivos, o de los cibernticos, desde Norbert Wiener[3] (1986), hasta Nicholas Negroponte (1995), para quienes (en momentos y con perspectivas diferentes) las mquinas inteligentes anularan los conflictos en el mundo.

    Se debe reconocer que actualmente hay nuevas formas de construir la informacin y nuevas formas de consumirla, y, por tanto, series de sentido diferentes. Los datos econmicos, sociales y culturales se constituyen en contexto y en variable para explicar la noticia, ya que una teora sobre la informacin periodstica se pregunta para quin hablan los medios informativos, qu competencias y expectativas suponen en sus enunciatarios, de qu manera esperan que sus mensajes sean

  • decodificados, qu sentidos producen los individuos a partir de esa informacin y qu relacin se establece entre las agendas de los medios y las agendas sociales.

    1.3. La informacin periodstica, un gnero de la comunicacin

    La comunicacin es un proceso de construccin de sentido histricamente situado, que se realiza a travs de discursos verbales y no verbales, y atraviesa de manera transversal as prcticas de las sociedades. Los seres humanos construyen sentido sobre sus experiencias y el mundo en situaciones e interaccin caria cara, en formas de interaccin social directas, y a travs de los medios masivos y de as mquinas role inteligentes". Esta definicin presupone un proceso e retroalimentacin que excluye toda consideracin del circuito de la comunicacin como lineal, y reconoce al pblico como actor en la produccin de significados. En el estudio de la noticia, resultan de utilidad conceptos como os de contexto metacomunicativo [4], reglas que norman la interaccin [5] y roles que adoptan los sujetos que intervienen en el proceso de comunicacin.

    El pblico da sentido a los mensajes a travs de la propia subjetividad, de su insercin en una sociedad y una cultura determinadas. Si se reconoce la cultura como una trama de significaciones en la que los sujetos inscriben y dan sentido a sus prcticas (Geertz,1987), es posible comprender que el estudio y la formalizacin de cualquier proceso de comunicacin se articula con la cultura en la que ocurre. En este punto, la reflexin terica sobre la noticia incluye tambin los sentidos de la cultura del espacio pblico y de las prcticas ciudadanas.

    La informacin constituye un gnero de la comunicacin. Una teora sobre la noticia intenta dar cuenta de las diferentes formas y de los procesos de construccin de la informacin periodstica. La informacin permite a los individuos conocerse y conocer su entorno, organizar su vida en el mbito privado y participar en la vida pblica. La sociedad accede a la masa de informacin que refiere a acontecimientos de la realidad especialmente a travs de los medios de comunicacin, qu seleccionan los acontecimientos noticiables y los hacen noticia, pero tambin por la experiencia directa con los acontecimientos[6] que se constituye en lugar de verificacin de los mensajes recibidos de los medios. La interpretacin de la informacin periodstica se cruza pues con otras series de produccin de sentido que circulan tanto por los mismos medios como por fuera de ellos, y que implican, diferentes niveles de procesamiento. En esa interpretacin operan las representaciones, los valores, los prejuicios y los discursos de segundo y tercer orden provenientes de niveles y gneros discursivos de muy diversa ndole.

    1.4. La noticia en la sociedad del infoentretenimiento

    La tarea de construccin de los acontecimientos para la socializacin y la constitucin de la opinin pblica implica un alto grado de responsabilidad por la capacidad de alcance y naturalizacin de los discursos massmediticos. Dos problemas graves acechan a la noticia: su oferta y circulacin como cualquier mercanca, y en relacin directa, su espectacularizacin, que desplazan el eje de relevancia y trivializan el inters pblico. La consigna es posicionarse con ventaja en el mercado, por lo cual la funcin de informar al pblico queda subordinada, ya que el entretenimiento es lo que ms vende. Hablar de una sociedad del infoentretenimiento sea quizs una de las maneras de caracterizar esta etapa de la sociocultura contempornea, en la que la oferta noticiosa resulta "un cctel de informacin y entretenimiento, de temas pesados e intrascendentes, banales, escandalosos o macabros, de argumentacin y de narracin, de tragedias sociales comunicadas en tiempo de swing o de clip o narradas como pelculas de accin..." (Ford, 1999: 95-6)[7].

    La sociedad del infoentretenimiento es contexto de nuevos horizontes de expectativa en los individuos, que, adems, demuestran una escasa credibilidad en las instituciones y los partidos polticos, y se enfrentan con graves problemas en la vida cotidiana (desempleo, inseguridad, violencia). A estos pblicos se dirigen los medios ms desde la conmocin que desde la argumentacin: predominan las retricas sensacionalistas en la cobertura de casos polticos, y la casustica [8] suele organizar las series de problemas graves en clave narrativizada.

    Los medios ofrecen tambin, gracias al desarrollo tecnolgico (satlites, televisin por cable, generalizacin de las transmisiones en directo) el contacto -virtual con otras culturas. En la posibilidad del acercamiento a otros diferentes -individuos, lugares, objetos-, en los nuevos conjuntos simblicos que ofrecen los medios al conocimiento humano, radica tambin la exigencia de una noticia diferente, cuya produccin exige nuevos saberes en el periodismo[9].

    1.5. La noticia y la opinin pblica

    Los medios son formadores de opinin en la sociedad, pero ellos son formados tambin por la opinin pblica. En la actualidad es difcil identificar de manera fehaciente a la opinin pblica, categora que est siempre en boca y en la mira, de los polticos y de los medios. Se podra considerar "como indicador fundamental de los estados de la opinin pblica a los resultados de las encuestas de opinin pblica, de las mediaciones y de los comicios (Muraro, 1997:91)

  • Aunque, como observa tambin Muraro " la opinin pblica no se _agota en las encuestas o en los escrutinios electorales" (1997: 92), ya que hay man estaciones de opinin que no son relevadas por sondeos. La opinin pblica se constituye a travs del "dilogo de ciudadanos con otros ciudadanos o consigo mismos" a modo de "un trabajo de generacin de consensos" (1997: 93). Estas consideraciones resultan significativas para abordar la relacin entre la noticia periodstica y la sociedad, y en especial la jerarquizacin de los criterios de noticiabilidad sustentados por el periodismo en el momento de construir la noticia. Aunque los individuos no obtienen los datos para constituir su opinin desde un nico tipo de discurso, las noticias periodsticas son el discurso central y privilegiado a tal fin. El pblico procesa los discursos de los medios desde diferentes niveles de percepcin, reconocimiento y anlisis, en esas formas dialgicas de las que habla Muraro, y que se integran constituyendo una densidad informativa que se mueve de manera transversal, cruzando los campos de inters, de problemas y de experiencias, e integrando tambin las formas de los imaginarios sociales. El imaginario, "una construccin cultural, histrica, comunicacional que opera en funcin de instituciones sociales y por actores sociales... un modo (cultural) de interpretar e interpelar al mundo", posibilita la referencialidad a un colectivo en el cual los individuos se integran simblicamente, y pueden "construir una explicacin y una posicin respecto al mundo" (Martini y Halpem, 1998:)[10]'

    Mantiene una relacin dinmica con los discursos de los medios: "la informacin estimula la imaginacin social y los imaginarios estimulan la informacin, y todos juntos, estos fenmenos se contaminan unos con otros en una amalgama extremadamente activa a travs de la cual se ejerce el poder simblico" (Baczko, 1991: 32).

    En la relacin singular que rene a la noticia de los medios, la opinin pblica y los imaginarios sociales, el sentido que los individuos (en los mbitos privados y pblicos) conceden a la noticia se construye de diversas formas, muchas de ellas contradictorias, en general nunca lineales. No siempre las modalidades del discurso periodstico refieren de manera transparente a los sentidos vigentes en una sociedad, sino que resultan aproximaciones a l, o construcciones que intentan acercarse a un estado muy general de consenso.

    NOTAS DE REFERENCIA

    [1] La industria de los medios masivos produjo significativos desplazamientos en el panorama econmico mundial: las formas de la comunicacin audiovisual, en especial el gnero entretenimiento, junto con los sectores de las telecomunicaciones y de la informtica representan "uno de los primeros rubros en el producto bruto de los pases desarrollados" (Ford, 1999a: 14).

    [2] Seala tambin Klinenberg que en Estados Unidos en los treinta minutos de un noticiero televisivo se ofrece la misma cantidad de informacin que la que aparece en la tapa de The New York Times

    [3] Wiener fue el responsable del diseo de los caores antiareos de retropropulsin durante la segunda guerra mundial, para lo que aplic desde las computadoras que estaban en su etapa prehistrica la teora de la retroalimentacin y organiz el campo disciplinar de la ciberntica. En tiempos de postguerra, para trabajar por la paz, intent aplicar los principios de la ciberntica (ciencia del control y el pilotaje) al campo de las comunicaciones: con el concurso de las mquinas inteligentes, las sociedades podran comunicarse sin "ruidos", y as llegar a constituir comunidades autorreguladas y sin conflictos.

    [4] En la comunicacin, el marco o contexto metacomunicativo es el producto de las operaciones de abstraccin que tienen lugar en el nivel metacomunicativo donde "el tema del discurso es la relacin entre los hablantes" (Bateson, 1976: 206). El contexto metacomunicativo permite a los individuos delimitar y reconocer la situacin de comunicacin, y es una categora fundamental en la produccin y recepcin de mensajes periodsticos. Refiere al reconocimiento implcito de que se construyen noticias y se consumen noticias, que constituyen una forma singular de la realidad social.

    [5] Las reglas, explcitas e implcitas, "constituyen el conjunto de conductas permitidas, preferidas, esperadas y/o proscriptas en una variedad de situaciones de comunicacin" y aparecen como "estatutos y exigencias culturales de comportamiento social" (Martini, 1995: 7). Con carcter prescriptivo, situacional y/o utilitario (cfr. Goffman: 1991; Wolf; 1988; Coulon: 1988; Winkin: 1984 y 1991), en el discurso periodstico las reglas organizan las modalidades de construir la noticia y las formas del consumo

    [6] Situaciones similares se planteaban desde antes de la aparicin del periodismo como tal: cuando los pregoneros voceaban las rdenes reales en la plaza pblica y las hojas manuscritas informaban acerca de los movimientos comerciales, esta forma de las noticias conviva con los relatos de viajeros o soldados de regreso de otras tierras o con los cantares de gesta que entretenan y a la vez hacan la crnica de las hazaas

  • constitutivas de las tempranas formas de la nacionalidad. Para un recorrido histrico y un significado de la noticia y la prensa grfica cfr. Ford (1985).

    [7] Esta modalidad informativa tiene un efecto "disto rsionador en la democracia, en la cultura, en la organizacin social...", y cruza pocesos polticos como la desregulacin del Estado, econmicos, como el avance de los grupos multimedia y las fusiones entre empresas de informacin y empresas de entretenimientos, y tecnolgicos, como las posibilidades que brinda la compleja infraestructura tcnica comunicacional y el software interactivo (Ford, 1999a: 97).

    [8] Esta modalidad informativa tiene un efecto "disto rsionador en la democracia, en la cultura, en la organizacin social...", y cruza pocesos polticos como la desregulacin del Estado, econmicos, como el avance de los grupos multimedia y las fusiones entre empresas de informacin y empresas de entretenimientos, y tecnolgicos, como las posibilidades que brinda la compleja infraestructura tcnica comunicacional y el software interactivo (Ford, 1999a: 97).

    [9] En los '90, un importante sector del periodismo estadounidense se plantea la necesidad de trabajar sobre modelos diferentes, que excluyan la espectacularizacin y la banalizacin de la noticia. Pensado desde y para los modelos de la sociedad y la democracia de los Estados Unidos, el Periodismo pblico o Periodismo cvico, iniciativa de gente de prensa como ]ay Rosen o David Merritt, propone una tarea que incentive la participacin ciudadana en el debate pblico para reactivar la democracia (cfr. Rosen: 1996, 1997, 1999; Merritt: 1995; Charity: 1993).

    [10] Los medios construyen, consolidan y difunden las representaciones globales de la vida social (de sus agentes, instancias y autoridades, los mitos polticos, los modelos formadores de mentalidades y de comportamientos, los smbolos). Baczko (1991) seala dos momentos en la historia de la humanidad que marcan las rupturas significativas en los imaginarios, el pasaje de la cultura oral a la alfabetizacin, y la implantacin durable de los medios de comunicacin de masas.

    Noticia= negociacin poltica

    Acercamiento a la valoracin informativa de los diarios desde la prctica profesional

    Walter Miceli, Emiliano Albertini y Eugenia Giusti

    Las luces de la casa estn apagadas, todava es de noche. El anciano acaba de despertarse sobresaltado: ha tenido una pesadilla y no puede recuperarse. Es que an no logra sacarse de la cabeza la imagen de aquel hombre desconocido que cae en la puerta de su hogar, con el brazo ensangrentado despus de haber recibido un balazo. No entiende lo que ha pasado en la tarde del da anterior.

    Mira el reloj de la mesita de luz y los nmeros rojos le indican que son las 5.45, el diario recin llega a las 6. Desvelado, se inclina en la cama y comienza a recordar para hallar razones. Haba salido a caminar por recomendacin del mdico. A mitad del recorrido piensa en pasar a buscar a sus dos nietos y llevarlos de paseo a la plaza. Es la hora de la siesta y el sol apenas calienta. Cuando empieza a refrescar decide acercar a los pequeos con su madre y emprender la vuelta a su refugio.

    Camina tres cuadras y ya casi llega. Hay dos hombres en la puerta, pero no le llaman la atencin, piensa que pueden ser clientes del taller mecnico vecino. Sigue caminando, pero esta vez esquivando la sombra porque le da ms fro. A medida que la distancia se acorta, una voz aumenta su volumen. Levanta su cabeza buscando ese caudal sonoro: son aquellos hombres. Discuten. Sale un tercero envuelto en una vestimenta negra, le parece que es un traje. Tiene algo en su mano izquierda, que mueve de un lado al otro, pero por la distancia y su miopa no puede darse cuenta qu es. Ya Acercamiento a la valoracin informativa de los diarios desde la prctica profesional est casi en su vivienda, cuando puede distinguir que el hombre de traje negro tiene un arma en la mano y apunta, a uno y a otro. Para su marcha, el miedo no lo deja continuar.

    La pistola se dispara, un gordo canoso cae en la vereda y los otros dos se van. Nadie sabe explicar qu sucede. Los policas los interrogan, pero se niegan a explicarle el confuso episodio. Tiene una ltima esperanza, el diario seguro publica algo.

    Espa bruscamente el reloj: son las 6 en punto cuando escucha el ruido del peridico deslizndose por el piso. Salta de la cama y sin calzarse corre hasta la puerta de entrada. Recoge el matutino y vuelve a la habitacin. Prende la luz y lo abre exactamente en la seccin policiales. Lee los ttulos ansiosamente, da vuelta las pginas una y otra vez, pero no encuentra esa noticia. No puede entender por qu no est en el diario.

    Se pregunta si los cronistas se habran enterado.

    S, se enteraron, slo que no lo publicaron.

  • Por qu? Por dnde discurren las lneas de explicacin construidas por los periodistas para comprender que un diario priorice cierta informacin en desmedro de otras? Cules son los aspectos ms destacados de la bibliografa elaborada desde la praxis profesional para argumentar las razones de la inclusin, exclusin y jerarquizacin informativa de los medios?

    Las respuestas a este tipo de inquietudes estn ancladas en diversas aguas, de las cuales importa remarcar en este trabajo -algunos de- los materiales redactados por periodistas que se desempean en las empresas de comunicacin, a propsito del tema convocante de Oficios Terrestres.

    Equivalencias heredadas

    Hay quienes acuden al recorrido evolutivo de los medios para entender las caractersticas distintivas de los materiales editoriales que se contactan con pblicos masivos. Estos instrumentos, a partir de la revolucin tecnolgica de mediados del siglo XIX que tan fuertemente impactan sobre la industria comunicacional, adquieren aspiraciones de universalidad o, al menos, asumen intenciones de capitalizar la fragmentacin de grupos de lectores que por distintas vas consumen un mismo producto.

    Se trata de asentar las claves del paso de un periodismo doctrinario o de opinin a otro modelo, el periodismo de informacin, con raigambre anglosajona, que gana lugares en el mercado a travs del ocultamiento manifiesto del sector al cual representa.

    Hasta 1860/1870, en nuestro pas y parte importante de Hispanoamrica, Europa y Estados Unidos, el predominio del periodismo de opinin es evidente. Con pblicos premeditadamente segmentados y con dificultades para ampliar el consumo, las publicaciones se muestran como tribunas de doctrina, espacios para bajar lnea a las huestes sectoriales que expresan. As pululan, entre otros, peridicos monrquicos, republicanos, liberales, socialistas, anarquistas, portuarios, ganaderos: todos son o quieren ser los voceros de sus representados, que son a su vez su pblico prioritario y casi exclusivo.

    Con estos nichos, la preocupacin central de los medios recae en asentar la posicin de cada fraccin sobre los temas que discute el poder poltico de turno, del cual se nutren. No se busca reportar el acontecer diario, sino que se pretende fortalecer la identidad sectorial que se expresa y propalar definiciones sobre la temtica de coyuntura del candelero del poder. Resultado de esta lnea de pensamiento es una igualdad utilitaria para editar: noticia = opinin institucional de los medios. La opinin del peridico sobre los temas del poder poltico es la noticia, diferenciada visualmente de la tenue publicidad grfica.

    El tono doctrinario, moralizante, persuasivo y argumentativo, al servicio de ideas polticas, econmicas y religiosas, permite reconocer a esta variante, tambin, como periodismo ideolgico: abundan los comentarios, escasean las informaciones y se utiliza especialmente el comment, tpico formato redaccional opinativo creado por la prensa anglosajona.

    Este impulso al perfil opinativo decae cuando el impacto tecnolgico alienta a los medios para aumentar el potencial de consumidores. Al calor de las nuevas mquinas impresoras, dentro de un complejo entramado social con fuertes corrientes migratorias cruzando ciudades, naciones y ocanos, la prensa aprovecha un contexto de gran movilidad social y replanteos econmicos a gran escala y promueve una transformacin profunda en el sesgo periodstico: lo opinativo pierde terreno frente a lo informativo y el mayor detalle sobre el quehacer cotidiano es el arma para cazar nuevos lectores.

    La factibilidad para imprimir ms ejemplares, y a mayor velocidad, motoriza la construccin de un paradigma que est vigente an en muchas redacciones: el modelo anglosajn o la escuela tradicional norteamericana, que postula a los medios como mangrullos aspticos, neutrales, que informan acerca de la realidad y los conflictos sociales sin tomar partido por las fuerzas en pugna, determina una manera distinta de relacionar a los medios, los problemas comunitarios y los lectores.

    Consecuencia de ello es el especial cuidado por deslindar el material informativo predominante de las opiniones explcitas que, incluso, son distinguidas grficamente llegando a poseer pginas exclusivas.

    De alguna forma, al diferenciar el material informativo del de opinin, los peridicos apuestan a conquistar espacios de influencia poltico-social y ganancia econmica mediante una herramienta de probada eficacia: la construccin de una objetividad aparente, devenida de las posiciones que cuidan minuciosamente la prescindencia formal ante los conflictos propios de intereses encontrados, base de la credibilidad necesaria para proponer pblicos universales.

    De all que el nfasis en la informacin para vertebrar grupos heterogneos, acotando la opinin manifiesta, promueve una equivalencia til al editar periodsticamente: hecho = noticia. Llega a tal

  • extremo la priorizacin del dato, que el hecho es igualado con la noticia, desdeando que sta, por ser un texto escrito es, bsicamente, un relato del hecho. La diferencia no es menor: al equiparar los hechos con las noticias se forja una imagen de objetividad aparente, que pretende esconder los mecanismos de inclusin, exclusin y jerarquizacin informativa propios de la labor periodstica.

    Sin embargo, el periodismo de opinin y el de informacin conviven competitivamente, cada uno con sus herramientas, hasta la Primera Guerra Mundial, momento en que el modelo anglosajn se erige triunfal. Es tambin con el marco beligerante de 1914-1918 cuando se consolida con fuerza la prensa amarilla como la faz desacartonada del periodismo informativo de aquellos das. Aparecida cuando el siglo XIX agoniza, William Hearst y -especialmente- su historieta Yellow Kid delimitan un perfil desconocido hasta entonces que sirve a una feroz campaa de tono sensacionalista para que Estados Unidos se meta en el conflicto de la guerra cubana de independencia contra Espaa en 1898, cuestin que finalmente sucede.

    La novata variante apela al sensacionalismo, a la emotividad, a la dramaticidad, para crear textos que amplan la circulacin editorial. Parte de los sectores populares se incorporan como consumidores de temticas sociales y culturales originales, que consultan a fuentes de informacin no institucionales: las carencias sociales son explicadas por las visiones y sensaciones de los vecinos, y ya no slo por los funcionarios, por ejemplo. La sntesis de esta perspectiva es otra igualdad: los hechos y las sensaciones que generan = noticia.

    De lo informativo y lo opinativo a lo interpretativo

    Con el fin de la Segunda Gran Guerra (1939-1945) se cimienta otra modalidad editorial, complementaria del matiz informativo de la prensa: el periodismo interpretativo o de explicacin. La profundidad de los cambios epocales y del conflicto ideolgico en ciernes, con el comunismo y el capitalismo como alternativas de organizacin social para y entre los pases, demanda otros conceptos, nuevos paradigmas.

    En el campo del periodismo, la prensa tradicional es testigo de productos que apuntan al abordaje profundo de los hechos ms relevantes, combinando formatos redaccionales informativos y opinativos e inventando otras articulaciones: en una misma pgina, textos de informacin y de anlisis se complementan para elaborar una tonalidad interpretativa.

    Si bien los medios como institucin son los que se manifiestan como las entidades informadoras objetivas de lo que pasa en la realidad, el anonimato de los periodistas, subsumido en esas instancias abarcativas y neutrales, comparte espacio con firmas autorizadas: polticos, expertos y especialistas suscriben los comentarios que interpretan los conflictos sociales informados por los trabajadores de prensa.

    En la evolucin de los modelos periodsticos y de las posibilidades de asociar reporteros, medios y colaboradores, es oportuno detenerse en el impacto en distintos rdenes que provoca la aparicin de la corriente conocida como nuevo periodismo. Esta lnea, cultivada por cronistas y narradores bien formados que entremezclan los temas de actualidad con tcnicas de redaccin y reconstruccin escnica de ficcin, explicita otra manera de ligar a periodistas y medios: los primeros son las verdaderas estrellas de la comunicacin, relegando a las empresas a un segundo orden. En esta direccin, se cree que los lectores no estn tan preocupados por saber aquello que pasa, sino que prefieren conocer las sensaciones y opiniones de los periodistas, involucrados taxativamente en los temas que encaran. Al parecer, contando como teln la eclosin y ruptura social de los aos hippies, el nuevo periodismo se autopropone como la contracara de la prensa tradicional: los hechos son secundarios ante la fuerte presencia de sus redactores: opinin y sensaciones de los periodistas = noticia.

    Obvio es reconocer que este movimiento amalgamado en Estados Unidos a mediados de la dcada del 60, como toda innovacin movilizadora de la competencia meditica, obliga a algunas adecuaciones para el periodismo masivo: los reporteros aumentan su prestigio, las plumas individuales preocupan tanto como la cobertura total que ofrecen los peridicos y el cuidado por la esttica redaccional acrecientan su importancia.

    En la antesala del tercer milenio, durante la ltima dcada, las conexiones entre empresas comunicacionales y trabajadores de prensa tambin, en el caso de Argentina, mutan: las formas narrativas, las fusiones de gneros redaccionales, la disposicin visual de los contenidos y los modos de amalgamar informacin, opinin y entretenimiento estn en un perodo de rediseo.

    Por ejemplo: la combinacin entre textos, imgenes y blancos; el perfeccionamiento y ampliacin de los elementos de titulacin; la argumentacin y contextualizacin como poleas de una prensa posttelevisiva y post-radial, y el florecimiento de las notas firmadas por los periodistas, con valor de mercado que es apropiado por diarios de pblicos heterogneos, son una seal cabal de lo que se consigna.

  • Dentro del contexto reseado, una evaluacin conceptual de los modelos de periodismo masivo vigentes desde la Revolucin Industrial del siglo XIX conlleva al anlisis del uso de la informacin y la opinin para obtener influencia poltico-social y acrecentar las arcas econmicas de las entidades editoras: el periodismo de opinin, el de informacin y el de interpretacin son herramientas de aplicacin variable segn intencionalidades y circunstancias, que establecen distintas asociaciones entre los editores, los periodistas, los lectores y los conflictos sociales.

    Estas vinculaciones posibles, por otra parte, como se seal con anterioridad, se emparentan con las finalidades autoasignadas por los diarios en el capitalismo: informar y opinar o interpretar sobre la cotidianeidad. Al respecto, hay que agregar que ambas funciones de vieja data son complementadas con otras, entre las que es preciso resaltar una, cuya cristalizacin como factor ineludible es cada vez mayor: entretener.

    Cuando los consumos mediticos son dispares e ilimitados, a juzgar por las modalidades de expresin grfica emergentes, la necesidad de captar mercados y retener lectores abre el grifo a una mezcolanza donde se entrecruzan los objetivos de informar, interpretar y entretener. Tal situacin despierta resquemores entre muchos periodistas, que ven en el avance de los esfuerzos por entretener la decadencia de la credibilidad: se argumenta que el auge de los recursos ficcionales, opacando la esencia informativa de las publicaciones, atenta contra la confiabilidad de los medios, principal elemento de insercin de los productos con pretensiones de pblicos universales.

    En consecuencia, en trnsito de comprender los motivos por los cuales los peridicos seleccionan y jerarquizan ciertas informaciones -y no otras-, desde el punto de la evolucin histrica del concepto de noticia, se remarca:

    -la aparicin del periodismo de informacin asimila la preponderancia del dato, en tanto mecanismo vlido para minimizar la explicitacin de la opinin, como herramienta clave para aumentar la credibilidad y crecer en pblicos masivos y heterogneos;

    -el uso de frmulas grficas y redaccionales que recrean la sensacin de prescindencia sobre las disputas sociales sirve para argumentar postulaciones de un periodismo objetivo y equidistante de los sectores en pugna en los problemas comunitarios de los que se alimenta;

    -la convivencia de aspectos propios del periodismo de opinin, de informacin y de interpretacin, en diarios con crecientes niveles de hibridez, interacta constante y utilitariamente segn intencionalidades y circunstancias;

    -al buscar influencia poltico-social y ganancia econmica como objetivo central, las empresas de periodismo convierten a ste en un instrumento dctil, flexible, capaz de adaptarse a las necesidades de informar, interpretar y entretener, con replanteos crecientes sobre la manera de asociar a los medios, sus trabajadores, los conflictos sociales y los lectores;

    -por necesidades de justificacin se opera desde los medios con frmulas que equiparan a la noticia con los hechos o con las opiniones. Este trabajo identifica la falacia de ambas igualaciones y sus variantes para incorporar, en el entendimiento de la determinacin y ponderacin informativa, las interacciones entre dos campos: el contexto de construccin y legitimacin de noticias y el contexto de produccin, procesamiento de informacin y diferenciacin meditica.(1)

    No obstante, antes de desarrollar los elementos de estos contextos, conviene discernir tres modalidades de abordaje, como parte del estado del arte de la investigacin, en torno a la valoracin, clasificacin y construccin de la noticia (poltica) en diarios nacionales. (2)

    La mirada pragmtica de la valoracin informativa Desde una mirada pragmtica, son numerosos los editores experimentados que en algn momento de su carrera, habitualmente despus de varios aos de labor, se plantean reflexionar sobre la prctica profesional y producen libros que proponen consejos para estudiantes o aprendices. Este tipo de bibliografa cunde en la mayora de los cursos de capacitacin en redaccin periodstica, incluso en los centros acadmicos universitarios, abriendo caminos a textos con pretensiones de consagrarse como recetas o frmulas simples y fciles de aplicar que, en tren de acompaar al recin iniciado, pecan de simplistas y superfluos, aunque son increblemente atractivos. Parte de la situacin se comprende por la preeminencia de la produccin textual, caracterstica de los cursos de redaccin y expresin escrita, que ubica en un segundo plano a la reflexin y el anlisis sobre tal cometido.

    Las recomendaciones tericas de los veteranos periodistas han tenido un circuito usual: nacen en la cuna del modelo anglosajn, las traducen los espaoles -incorporando algunas particularidades propias de ese ambiente- y las amplifican varios autores argentinos: los patrones tpicos de la escuela tradicional norteamericana impregnan este tipo de producciones.

    Dentro de esta mirada, es posible sealar tres perspectivas: la ortodoxia tradicional, el nuevo periodismo y una revisin crtica contempornea.

  • La perspectiva ortodoxa tradicional

    La ortodoxia emprica del modelo anglosajn tradicional, durante ms de un siglo casi hegemnica y filodogma hasta la dcada pasada en importantes centros de estudio y formacin en comunicacin, plantea reforzar una idea clave en su manera de entender al periodismo: como los medios no toman partido ante las pujas sociales que enfrentan a sectores de la comunidad, ste debe basarse en los hechos, independientemente de las elaboraciones o construcciones que denotan las negociaciones a partir de las cuales son editadas, priorizando determinados factores noticiables.

    En este sentido, los cronistas son jueces de la noticia, equidistantes, que slo interpelan a los hechos considerando el cumplimiento de criterios concertados entre las empresas y los trabajadores de la comunicacin masiva: actualidad, proximidad, prominencia, curiosidad, conflicto, suspense, emocin y consecuencias, son los clsicos factores de la noticia que se pregonan desde antao.

    Ante la vasta bibliografa de esta corriente, Carl Warren, (3) en su ya consagrado libro Gneros periodsticos informativos, al dedicar el captulo II al interrogante: qu es noticia, y por qu?, sintetiza muy bien sus aspectos principales: Pregunte a un avezado periodista o jefe de redaccin qu es noticia. Probablemente le responder que la noticia es lo que diga el director, o aquello que se imprime en los peridicos. (...) Sin embargo, noticia, como arte o verdad, es una palabra breve y de mltiples significados. En el sentido estricto, se trata de un producto tan simple y directo como el jabn o los zapatos. En el sentido amplio, su calidad es escurridiza, su variedad infinita, y no tiene ms lmites que la propia vida. (...) Para comprender mejor esta sustancia intangible y fugitiva, sigamos los sensatos consejos del redactor veterano. (...) Estos trminos (por los factores noticiables) son manifiestamente empricos y, al igual que las definiciones de la noticia, generales y extensivos.(4)

    Con esta plataforma conceptual, Warren apunta las implicancias de cada factor de la noticia:

    -Actualidad: La noticia debe ser nueva. (5)

    -Proximidad: Para todo ser humano, la cosa ms interesante del mundo es l mismo y, luego, todo aquello que lo rodea fsicamente o mentalmente. (6)

    -Prominencia: Las personas, lugares, cosas y situaciones conocidos por el pblico en razn de su posicin, su riqueza, su publicidad o sus realizaciones, conceden un fuerte y persistente inters periodstico, que basta para atraer a una ansiosa audiencia cada vez que aparecen en la prensa. (7)

    -Curiosidad: El pblico desea que le sorprendan. (8)

    -Conflicto: Para bien o para mal, el combate entre hombres o ejrcitos, el de los hombres contra los animales, el de una forma de pensar contra otra, el de un poder contra cualquier otro, siempre ha intrigado a las multitudes. (9)

    -Suspense: El peridico, colocando un espejo en el escenario de la actividad humana recoge y refleja el drama de la vida real. (...) El pblico lector habla y e preocupa por los acontecimientos de maana en la sucesin de noticias sobre un mismo acontecimiento. El suspenso crea y expande el atractivo de la noticia. (10)

    -Emocin y apetitos humanos: Los elementos emocionales reunidos configuran aquella potente calidad de la noticia que se denomina inters humano. (11)

    -Consecuencias: Con esta palabra nos referimos a la significacin o importancia del hecho cara a los lectores, como individuos o en masa. (12)

    Las definiciones antepuestas, que con claroscuros se repiten en los textos de esta corriente pragmtica, son el soporte ideolgico con el que los hechos son tamizados y convertidos en noticia.

    La perspectiva del nuevo periodismo

    Atacando la supuesta neutralidad de los medios de comunicacin, los defensores del nuevo periodismo, en la dcada del 60 en Estados Unidos -con anterioridad, y luego tambin, vinculados con otros sectores que practican y adhieren implcitamente a sus nociones ms trascendentes- ensayan un importante cambio en la concepcin de las noticias.

    Los libros que defienden esta perspectiva, imbuidos de una fuerte pragmtica emprica, sealan la necesidad de utilizar tcnicas de ficcin para contar el acontecer diario y postulan frmulas de la literatura para reconstruir los datos de la realidad. En consecuencia, el hecho ya no es la noticia, sino que sta es el relato del hecho: la elaboracin de las notas pone en evidencia la priorizacin de la reconstruccin literaria de los acontecimientos, sobrevalorando la subjetividad explcita de los cronistas a travs de sus sensaciones, emociones, pareceres, interpretaciones.

  • El nuevo periodismo difiere del reportaje convencional practicado en la mayora de los peridicos y revistas en dos principales formas: 1) la relacin del reportero con la gente y los acontecimientos que describe reflejan nuevas actitudes y valores; 2) la forma y estilo de la historia noticiosa es radicalmente transformada a travs del uso de mecanismos novelsticos prestados de historias cortas y novelas. (...) En agudo contraste con la objetividad que se esfuerza en proyectar el reportero en el artculo de noticias estndar, la voz del nuevo periodista es francamente subjetiva; lleva el sello de su personalidad. (...) La segunda rea importante de cambio reflejada en el nuevo periodismo consiste en el estilo, lenguaje y forma del artculo periodstico. Desde alrededor de los aos cuarenta, los reporteros de peridicos y revistas espordicamente han experimentado con las tcnicas de relatar historias de ficcin aplicadas a las principales historias noticiosas. (13)

    El escritor de la novela de no ficcin dice, en efecto: Esto yo lo vi y esto yo lo hice y sent. Mi libro implica nicamente las impresiones y observaciones que puedo efectuar acerca de mi propia experiencia. (...) Los escritores de trabajos que han sido clasificados como la literatura de la realidad, la novela de no ficcin, o el nuevo periodismo no constituyen en un sentido real una escuela o movimiento. (...) Las obras de estos escritores han sido denominadas colectivamente como el nuevo periodismo, ya que incorporaron al reportaje el compromiso personal y la visin moral que solo se encuentra, por lo general, en la ficcin. Estos escritores han generado una nueva clase de no ficcin que desafa nuestra clasificacin usual de ficcin y no ficcin, ya que combinan elementos de ambos gneros en una variedad de formas.(14)

    La perspectiva pragmtica crtica La pertenencia simultnea al campo profesional y al campo acadmico del periodismo, como instancia de reflexin acerca de la evaluacin de la noticia, pauta una revisin crtica de la mirada pragmtica, indicando puntos vlidos de las negociaciones que se desencadenan entre los actores intervinientes en el proceso de seleccin y jerarquizacin de los materiales publicados.

    Cabe aclarar que, paralelamente, esta corriente adhiere a una base insoslayable del modelo ya descripto: a pesar de los cambios y las contradicciones, la comunicacin periodstica se sigue vertebrando en torno a tres ejes bsicos: el acontecimiento, la actualidad y el perodo. Cualquier definicin contempla que periodismo es la comunicacin peridica de un hecho que acaba de ocurrir o descubrirse, o que tiene previsto suceder en un futuro ms o menos prximo, a un pblico masivo o especializado, a travs de los medios de comunicacin. (15)

    Pese a la adscripcin conceptual precedente, con espacios crecientes en los noventa, esta perspectiva crtica recoge los criterios arraigados en los textos producidos por los periodistas, pero concreta una serie de observaciones con implicancias tericas relevantes:

    - La informacin y la opinin son medios para alcanzar fines econmicos: Adems de las funciones sociales de informar, formar, entretener y tematizar, los medios persiguen una funcin comercial: la de ganar dinero. La progresiva priorizacin de los aspectos comerciales implica, tambin, un progresivo abandono de las funciones sociales de informar y formar. (16)

    - El espacio redaccional (diferenciado del publicitario) de los diarios se decide mediante tres operaciones bsicas: a) inclusin de informacin; b) exclusin de informacin; y c) jerarquizacin de la informacin.(...) Por lo tanto hay que seleccionar, y esa seleccin se hace mediante la combinacin de distintos factores que son de diversa ndole, pero que responden a tres tipos de razones: a) la demanda de informacin del pblico; b) el inters de un medio en dar a conocer a su pblico determinados hechos; y c) el propsito de distintos sectores de la sociedad de informar al pblico, a travs de los medios, de determinados hechos que sirven a sus intereses. (17)

    Al asentar estos dos supuestos que ponen al desnudo la aventura de la objetividad aparente, proclamada como posibilidad desde gran parte de la produccin terica pragmtica clsica, un aporte singular de la perspectiva crtica est dado por un reconocimiento preliminar: la noticia ya no es slo el relato del hecho, sino que tambin, mediante tcnicas ficcionales literarias, son narraciones que no parten de hechos.

    Hay un factor nuevo, sin embargo, que se viene desarrollando desde hace algn tiempo: actualmente hay una parte de las noticias que aparecen en los medios de comunicacin que no estn basadas en los acontecimientos, sino en los no-acontecimientos. Denomino no-acontecimiento periodstico a la construccin, produccin y difusin de noticias a partir de hechos no sucedidos o que suponen explcitamente una no-informacin en el sentido periodstico. Considero que la produccin de noticias basadas en el no-acontecimiento es una clara tendencia en el periodismo actual que significa, en parte, minar las bases sobre las que se ha edificado tradicionalmente el discurso periodstico: la realidad, la veracidad y la actualidad. (...) El no-acontecimiento periodstico rompe con la idea de la actualidad (si un hecho no se ha producido ni est previsto que se produzca no hay actualidad posible) y desvirta la propia esencia del periodismo: en lugar de informar de hechos sucesivos o previstos, informa de hechos no previstos ni acontecidos. No llueve desde hace tres

  • meses, la noticia informa de algo que no sucede; sin embargo, podra darse la informacin en positivo (hay sequa) sin variar un pice su significado.

    El no-acontecimiento es, pues, un recurso utilizado por los medios. Y suele hacerse a partir de la siguiente tipologa:

    1. Noticias inventadas: son aquellas noticias publicadas en los medios y construidas a partir de elementos, declaraciones, hiptesis, etc., que no existen en la realidad y que no reciben posterior rectificacin por parte de los medios.

    2. Noticias errneas: son aquellas noticias construidas con datos que se han dado a conocer como verdaderos y luego resultan ser falsos y reconocidos como tales posteriormente. El error puede provenir de una informacin insuficiente, de una incorrecta interpretacin del periodista de los datos de que se dispone, o de una deliberada actitud desinformadora por parte del emisor o las fuentes de la noticia.

    3. Noticias basadas en una especulacin: son las noticias construidas sobre hiptesis no comprobadas o rumores no confirmados. (18)

    En consecuencia, el recorrido por las tres perspectivas pragmticas -la tradicional, el nuevo periodismo y la revisin crtica de los 90- deja entrever que:

    -independientemente de los puntos en comn y las diferencias encontradas, todas ponen en discusin aspectos complementarios y a veces contrapuestos en torno a las estrategias de construccin de las noticias;

    -las tres identifican a los periodistas y a los medios como los actores exclusivos del proceso de valoracin informativa;

    -las tres ocultan las negociaciones entre las empresas de comunicacin, sus trabajadores y los otros actores sociales que intervienen sistemticamente en la construccin de las noticias.

    La negociacin en el centro del escenario

    Es el silenciamiento de las negociaciones constantes entre los cronistas, los medios y el resto de los actores que participan rutinariamente en el proceso de valoracin y determinacin de noticias, acaso, el elemento que condiciona fuertemente los alcances del debate sobre del tema.

    La cuestin, desde el Grupo de Investigacin de Temas de Produccin Periodstica (GITEPP), es vista a travs de la interaccin de dos campos: el contexto de construccin y legitimacin de noticias y el contexto de produccin, procesamiento de informacin y diferenciacin meditica.

    A partir de este reconocimiento, las noticias de los diarios nacionales son entendidas como la expresin de negociaciones polticas entre las empresas de comunicacin y el conjunto de actores que intervienen en el proceso de inclusin, exclusin y jerarquizacin informativa, dadas en torno a los intereses en pugna, las estrategias de construccin meditica y la participacin de los medios como bisagras entre los pblicos y los anunciantes, en la bsqueda de dos objetivos principales: obtener ganancias econmicas y lograr influencia poltica, social, econmica y cultural.

    Tal propuesta es constitutiva de un marco terico que asume como base, adems del estado del arte de la investigacin, los aportes sealados por periodistas con distintos niveles de responsabilidad institucional que se desempean en Clarn, La Nacin, Crnica, Pgina 12, Ambito Financiero -de la Capital Federal- y El Da-de la ciudad de La Plata-.

    La comprensin del sistema de medios, en tanto instancia de articulacin de las relaciones entre los diarios, las otras instituciones de comunicacin, los agentes del sistema productivo, las fuerzas polticas y los trabajadores y autoridades de los medios, es clave para acotar la dimensin del contexto de construccin y legitimacin.

    El editorialista de Pgina 12, Jos Mara Pasquini Durn, grafica la naturaleza de lo antepuesto: a la maana, la radio comenta y ampla los diarios. Al medioda, la TV comenta y ampla la radio. Los vespertinos comentan y amplan a la radio y a la TV, y vuelta a empezar: la TV comenta a los vespertinos y a la radio y los matutinos comentan y amplan la TV de la noche. Al da siguiente se reanuda la rueda. (...) (es preciso que) la noticia (nacida en un diario) se multiplique en los dems medios. Los medios funcionan como sistema: un punto puede originar una noticia, pero si el sistema no la absorbe, la noticia finalmente se muere en ese punto. (...) Es un crculo constante en el que un medio legitima a otro. (19)

    En esta lgica los diarios se ven obligados a dar respuesta a dos exigencias:

    a) deben asimilar la cadena y los ritmos informativos que crea el sistema, definiendo el lugar desde donde se posicionan para diferenciarse del conjunto; y

  • b) deben lograr que las noticias propias que generan sean apropiadas por el resto de los medios, como forma de legitimar las construcciones que se contactan con sus pblicos.

    Ambas demandas muchas veces no son satisfechas, debido a motivaciones mltiples: propuestas mediticas fallidas, intereses corporativos, econmicos o polticos, disputas por anunciantes o lectores que cotizan para que se desvalorice o desvirte la relevancia del trabajo de la competencia, etctera.

    No obstante, algunos reporteros obvian esta situacin: lo que ocurre es que hay dos tipos de materiales: la informacin que es comn a todos los medios y la que uno consigue por las de uno, merca propia, le decimos en la jerga periodstica. Es mi primicia: yo la publico, y al otro da la levantan las agencias, las radios y la TV; entonces los dems diarios estn obligados a tomar el tema y publicarlo. (20)

    La supuesta obligatoriedad por parte del sistema, de levantar las noticias (al menos las de real importancia) generadas por cada medio, tal como se sea- la desde esta posicin, no es tal: infinidad de ejemplos lo demuestran. De manera que, para explicar ello, resulta relevante detenerse en tres tipos de asociaciones que se estructuran alrededor del sistema de medios y que son demarcatorias para problematizar qu noticias y por qu son publicadas en los diarios nacionales:

    a) la articulacin entre los diarios y los otros medios del sistema, especialmente la televisin, ante el crecimiento y consolidacin de los complejos multimediales;

    b) la articulacin entre los diarios, como parte de la industria comunicacional, y los dems actores econmicos y polticos que operan en forma directa sobre la construccin de la noticia; y

    c) la articulacin y tensin entre los actores internos de los diarios en la valoracin y jerarquizacin informativa.

    Huellas multimediticas

    El manejo y propiedad sobre numerosas empresas periodsticas que caracteriza a la expansin y fortalecimiento de los multimedios, es el espacio que da pie a cuatro premisas pilares para hurgar sobre los mecanismos con que el sistema de medios y el contexto de generacin y legitimacin actan en la elaboracin de noticias:

    a) El potencial informativo de los multimedios como valor agregado es relativo, puesto que la pertenencia de los diarios a un grupo empresarial con dominio sobre otros espacios de comunicacin no redunda per se en un mejor nivel de informacin para los lectores. Jorge Barcel, editor de la seccin poltica de mbito Financiero, lo explica con contundencia: a veces se equivocan feo, a veces mienten feo y a veces se ponen en campaa. La importancia de Clarn, o de un multimedio cualquiera sea, tens que medirla en trminos de influencia sobre el mercado cabal. Si yo, a travs de lo que estoy haciendo, diciendo, opinando, publicando y emitiendo imgenes, influyo sobre 15 millones de personas, en una poblacin de 40, evidentemente soy importante. (21)

    b) Los multimedios potencian el impacto de la inversin publicitaria, con lo cual adquieren un plus adicional ante la disputa inter empresaria por la apropiacin de este tipo de fondos, que con tanta fuerza gravitan en los medios y que en reiteradas ocasiones son acentos para opacar o iluminar noticias.

    c) La concentracin en la propiedad de los medios afecta el espacio pblico y desfavorece la pluralidad informativa, ya que el control de ms de una empresa desde un mismo inters corporativo puede reducir sensiblemente el arco de diversidad de demandas y expectativas de la opinin pblica. La aparicin recurrente de determinados personajes, temticas y necesidades, calla las voces de otros sectores sociales. Sobre este punto, se reconocen dos posiciones enfrentadas entre los entrevistados: los que leen una desconexin entre multimedios y atenuantes de los derechos comunicacionales y la libertad de expresin; y los que observan la reduccin del espacio pblico y de la pluralidad informativa a partir de la concentracin meditica.

    Fernn Saguier, Secretario General de la Redaccin de La Nacin, defiende la primera postura: Si me pregunts si el hecho de ser un multimedio condiciona la independencia a la hora de informar, te digo que la pertenencia a un grupo hace que se tenga mayores intereses diversificados en el mbito de la informacin y, posiblemente, esos intereses pueden, o no, significar algn tipo de compromiso. Eso depende de la independencia editorial de cada medio, pero como no lo somos, te hablo de algo que no me compete. (22)

    En cambio, para Washington Uranga, Redactor Especial de Pgina 12, la concentracin de la propiedad en muy pocas manos lo que genera es una reduccin y una limitacin del espacio pblico. Los medios constituyen hoy el espacio pblico por excelencia, un espacio en el que confluyen las opiniones y en el que se construyen opiniones diferentes. Entonces, que la privatizacin lleve a que dos o tres tengan en sus manos todo el poder de los medios, me parece que es grave, muy grave

  • para la democracia, para la libertad de expresin, para la toma de decisiones libres de los ciudadanos. Se repiten las agendas, se reduce el espectro de las opiniones. En definitiva, todos nos convertimos en rehenes de dos o tres empresas. (23 ) Los componentes de un multimedio necesitan diferenciarse entre s, a fin de optimizar la mediacin entre los pblicos y los fondos publicitarios. La conquista de segmentos de lectores diferenciados, respecto de los que proponen otros medios, es imprescindible para captar y mantener anunciantes. Esta asociacin despierta, tambin, visiones encontradas aun desde una misma corporacin. Por ejemplo: mientras que para Hctor Lorenzo, Director de Crnica, ste es el nico multimedio donde el diario y los otros medios del multimedio no se matan entre s, (24) para el redactor del citado matutino/ vespertino, Alejandro Magaldi, los multimedios tambin te obligan a competir internamente. (...) Uno est con un ojo en lo que est haciendo la persona que est trabajando para la misma empresa y con el otro en lo que est haciendo la competencia, as que en algn sentido te condiciona. Es decir, no te condiciona mal, sino que te abre los ojos para estar mucho ms atento: eso la competencia tambin lo genera.(25)

    En la misma direccin, el redactor de Pgina 12 Fernando Almirn acota: hay una cuestin muy clara en el caso del Grupo Clarn: los periodistas que escriben en el diario, a su vez, trabajan en la radio y en la TV. (Marcelo) Bonelli escribe en Clarn, es columnista de economa en Radio Mitre, en Telenoche, TN y Clarn. Cmo que no hay uniformidad periodstica?

    Por otra parte, en relacin a las vinculaciones entre los diarios y la televisin, asumida por su capacidad de insercin e influencia como el centro del sistema de medios, las opiniones recabadas en la investigacin delinearon tres modalidades:

    a) La televisin incide ocasionalmente en la determinacin de noticias que hacen los diarios: la valoracin informativa de la prensa grfica slo recoge las construcciones televisivas cuando los temas y los protagonistas resultan de especial inters para los pblicos especficos de los peridicos.

    b) La televisin es la principal fuente de informacin y de agenda de los diarios: pens en un matutino cuando se est ordenando el cierre... Yo vengo y digo: el jamn crudo viene muy salado. Eso: a quin le importa?, me pueden decir. Pero estuvo todo el da en la televisin, digo. Este es un buen argumento para defender la noticia, porque si estuvo todo el da en la TV, yo s que hay millones de personas comentando en sus casas: parece que el jamn crudo viene muy salado, por las dudas no compremos porque hace mal, afirma Pasquini.

    c) La televisin impone un estado de alerta informativa a los diarios durante el proceso de construccin de las noticias que llevan a cabo. Germn Sopea, pro-secretario de Redaccin de La Nacin, apunta: (la TV) se usa como un alerta, sobre todo con los canales de cable que informan las veinticuatro horas. Nunca se va a poder hacer un ttulo en base a lo que indique la televisin, porque detrs de la imagen: qu hay? Muy poco. (26)

    En consonancia con ello, Saguier estima que la televisin es un disparador de noticias, un enterate, un estmulo fugaz. No pods quedarte al margen. De hecho, la Redaccin est invadida por pantallas que sintonizan las seales de Crnica TV, TN u otras que tiran flashes al instante. El periodismo de La Nacin es posttelevisivo: de anlisis, de interpretacin, de profundizacin de los hechos, de historia, de archivo, de buceo. a industria comunicacional de las otras industrias

    En lo que se refiere a las premisas para entender de qu manera la articulacin entre la prensa escrita, las fuerzas polticas y las organizaciones del sistema productivo inciden directamente sobre la valoracin informativa, desde la prctica periodstica se reconoce la necesidad de que los diarios sean rentables: la industria grfica, al explotar su rol comunicacional de las otras industrias, acta como bisagra: vende publicidad a sus lectores y lectores a sus anunciantes.

    En este sentido, aparece una frgil frontera fruto del cruce permanente entre los principios ticos del redactor, la lnea editorial de los peridicos, los intereses econmicos de la empresa y el lucro visto como objetivo central.

    El Jefe de la corresponsala de Clarn en La Plata, Rodolfo Lara, alerta: hay que partir de una base insoslayable: los diarios (...) son empresas comerciales y lo que defienden bsicamente es el negocio. Y esos intereses condicionan lo que debe ser una prctica ana. A medida que se privilegie un nivel sobre el otro, esta prctica va a ser afectada. (27)

    Luciano Romn, Secretario de Redaccin de El Da, suma otros puntos: por supuesto que todos los diarios son empresas, en consecuencia tienen sus intereses empresarios. (...) Lo que resulta clave es separar en todo este proceso de valoracin cada cosa. Separar lo que son los intereses de las empresas, que por supuesto existen, y separar muchas veces la posicin editorial del diario del hecho objetivo de la noticia. (28)

    Los obstculos para deslindar lo comercial de lo informativo son notorios. Uno de los Pro-secretarios de Redaccin de Clarn, Carlos Eichelbaum, remarca factores convergentes: uno, central, es el tipo de relacin que tiene el medio como grupo. (...) Los medios son, cada vez ms,

  • productos econmicos. Por lo menos los criterios de seleccin tienen que ver con los intereses del grupo o con los intereses sociales con los que el grupo tiene intereses comunes. Hay un criterio comercial mucho ms grande de lo que se supone que es.(29)

    La labor periodstica, los intereses y expectativas del lector y las necesidades para mantener y acrecentar los espacios en el mercado se contactan al puntualizar las presiones econmicas sobre los peridicos durante la valoracin de la informacin: ese es un problema de las empresas, no de los periodistas. Y es un problema grave porque afecta y reduce el espacio pblico. Los periodistas, creo que estamos en un segundo nivel de presiones, aunque no inmunes, afirma Uranga.

    Al identificar las modalidades con que las presiones econmicas inciden en la construccin de las noticias de los diarios, de los testimonios obtenidos surgen cuatro mecanismos: el chivo periodstico, el soborno, la seduccin material hacia los periodistas y el manejo de la publicidad.

    Pasquini liga estos mecanismos de accin con los operadores de prensa: Por ejemplo, la agencia Tlam, que maneja la publicidad del Estado, desde su creacin con el primer gobierno de Pern hasta hoy mantiene un procedimiento: entrega los avisos da por da, y con esto te dice: si vos te ports mal hoy, pap no te trae caramelos maana. Eso sucede tambin en la empresa privada. No es una caracterstica ni del Estado ni del menemismo: es una caracterstica de la relacin entre el poder econmico y el poder de los medios.

    Adems, al profundizar la conexin entre los fondos publicitarios y la evaluacin de las informaciones, dos lneas de comprensin son las predominantes: los periodistas que niegan los condicionamientos determinantes de la publicidad durante la construccin de las noticias; y los que afirman que la publicidad modera la labor periodstica: No creo que haya nadie independiente. Creo que la calificacin de independiente es una mentira, tengas el medio que tengas. Para ponerlo en trminos ms lejanos: un boletn parroquial est presionado por el prroco, que tiene intereses concretos, un mensaje para difundir, una idea de su imagen y de su institucin, etctera.

    Entonces, cada vez que vos trabajs en un medio es un complejo sistema de transacciones, cuyo lmite est determinado por tus necesidades y por tus convicciones, reafirma Pasquini.

    En el sealamiento de los sujetos que forman parte del contexto de generacin y legitimacin, adems de los ya citados (el sistema de medios, la televisin, los reporteros, las empresas de comunicacin y los anunciantes), se visualizan a: la organizacin interna de los peridicos, los lectores, la competencia entre los medios, la lnea editorial de los diarios y los operadores de prensa.

    Son estos ltimos los que encierran atractivos particulares: si le llams as al intento de influir en las noticias o en la opinin de un medio, esto (por las operaciones de prensa) existir siempre. Porque no conozco ningn poltico, gobernante u hombre de poder que no quiera tener buena prensa. Y a medida que la prensa se hace ms importante y universal, este deseo aumenta, insiste Pasquini.

    De la relacin entre los operadores de prensa y los periodistas, tres son las modalidades de vinculacin reconocidas desde la prctica profesional: los que pretenden opacar la labor de los operadores, los que apelan a estos como fuente informativa y los que reconocen cierta dependencia del periodista con respecto al operador.

    Finalmente, cabe sealar dos aspectos de la actividad de los operadores:

    a) los mecanismos de accin ms usuales para incidir sobre la construccin de las noticias son: el chivo periodstico, el manejo de la publicidad, la seduccin material hacia los periodistas, el soborno, el intercambio de informacin, el off the record y la confesin de noticias exclusivas;

    b) los periodistas, en general, se ven muy slidos para acotar la posibilidad de que los operadores los engaen o los lleven a cometer errores graves.

    La cocina interna de las noticias

    Para completar los nexos entre los principales elementos del contexto de generacin y legitimacin hay que plantear las tensiones emergentes de la prctica de los participantes internos de los peridicos, que implica analizar:

    a) los lmites y posibilidades de los periodistas como parte de una corporacin meditica;

    b) los mecanismos de generacin y construccin informativa devenidos de las rutinas profesionales.

    Acerca del primer postulado, surgen dos tipos de asociacin: simbiosis absoluta entre medio y periodista (los trabajadores son, adems, militantes del medio: se da una total fusin profesional, ideolgica y econmica) y negociacin y concertacin entre medio y periodista (el medio te mete en cajas, sintetiza Lara).

  • A propsito de ello, Almirn aade: el pblico elige al medio que considera ms certero. Es decir, no es que ese diario tenga la verdad, sino que se posiciona como yo quiero la verdad. Uranga ubica la cuestin en trminos prcticos: a la misma noticia, Crnica y Ambito Financiero eligen tratarla de distinta manera, no tanto por una diferencia ideolgica, sino por los pblicos, los lugares de entrada. Para Ambito la Reforma Laboral es un tema poltico, para Crnica es un problema del salario del trabajador.

    Si se trata de sistematizar el funcionamiento de los peridicos, algunos ponen reparos: la rutina de los diarios es una rutina que no tiene rutina, es decir, es una metodologa que tiene que tener un alto grado de flexibilidad para no perder la riqueza de los acontecimientos que se generan y se modifican a cada momento, adelanta Uranga.

    Aun sin desconocer -en parte- la vigencia de la sentencia precedente, los trabajadores de prensa consultados reconocen una cadena de accin grupal e individual mecanizada, con instancias de evaluacin, planificacin y concertacin colectiva, que disparan acciones de desarrollo individuales, y luego son reevaluadas en los ltimos espacios de definicin colectiva (el cierre) donde inciden notoriamente las jerarquas periodsticas. A medida que avanza el proceso, el colectivo se reduce en cantidad de participantes, mientras que se ampla el curso de las acciones individuales en forma constante.

    El lector es una estrategia de construccin

    El contexto de produccin, procesamiento de informacin y diferenciacin meditica permite entender cules son las herramientas que utilizan los peridicos para optimizar su mediacin entre los lectores y los fondos provenientes de la publicidad. Se trata de comprender las estrategias comunicacionales de los medios, destacando sus tratamientos originales de la informacin periodstica.

    As, los lectores son uno de los elementos ms importantes para pautar la diferenciacin meditica: el lector tambin es una construccin del medio, es una especie de promedio establecido habitualmente con algn tipo de trabajo, enfatiza Eichelbaum. Magaldi agrega: cada medio tiene su identidad y su forma de trabajar de acuerdo a los lectores a los que est enfocado.

    De las distinciones encontradas en la definicin de los lectores, cabe rescatar dos criterios:

    a) el lector se construye apelando a la fragmentacin evidente o a la mxima universalizacin posible;

    b) el lector se construye como un sujeto que interacta con un medio objetivo y distante, al cual

    le exige ecuanimidad y pluralidad, o como parte de un colectivo que encuentra en el diario un mecanismo vlido para expresarse por intereses compartidos: polticos, sociales, econmicos y/o ideolgicos.

    Segn Luciano Romn, a los lectores les interesa que el diario represente algunos de sus intereses, de sus preocupaciones esenciales, que sepa captar por dnde pasan algunas preocupaciones bsicas de la gente y se haga cargo de estas preocupaciones.

    Es, entonces, el lector como segmento del mercado a trabajar lo que agita el uso de estrategias de construccin de la noticia, de las cuales es pertinente consignar:

    a) Construccin de la noticia por descarte primario: consiste en reconocer que no existen noticias propias de los medios grficos en general, sino que cada diario delimita sus propias noticias. En el ejercicio profesional lo que uno sabe, en cada medio en el que va a trabajar, es qu no es noticia en funcin de su lnea editorial. (...) No hay una definicin genrica de noticia: s hay una definicin particular de qu es noticia para cada medio y en cada momento, explica Pasquini.

    b) Construccin de la noticia segn el involucramiento del medio y de los periodistas: se refiere a cmo se posicionan ambos elementos ante el pblico, tomando como parmetro la explicitacin de los recursos tpicos de la objetividad y la subjetividad en la redaccin periodstica.

    c) Construccin de la noticia mediante los formatos redaccionales: a mayor cantidad de pblico potencial, mayor es la obligacin de mostrar imparcialidad.

    Se trata de distinguir los textos informativos de los opinativos o de anlisis y, ms an, de los de entretenimiento. Sin embargo, desde los 90 est en curso una redefinicin de la utilidad de los formatos tradicionales que alberga fusiones de gneros y estilos, aunque ello no se da con la misma fuerza en todos los diarios. En uno de los extremos de estos cambios, Pasquini pone sobre el tapete la necesidad de entretener por sobre las de informar y opinar: ahora cada vez ms la noticia es ficcin: est producida en busca de atrapar la atencin de la audiencia.(...) En la medida que la competencia se hace ms severa y ms grande, para retener el inters del lector yo te tengo que

  • entretener, que sorprender cada vez ms, para que vos sigas ah y no cambies de informacin. Entonces, la noticia en s misma puede no ser interesante, pero yo la puedo hacer interesante.

    d) Construccin de la noticia prescindiendo de los hechos: se trata de la produccin y procesamiento de informacin que no se basa en hechos sucedidos o que est previsto que sucedan, sino que son inventos, creaciones ficcionales presentadas a los pblicos como noticias que reportan lo que supuestamente sucede en la comunidad.

    e) Construccin de la noticia de acuerdo al lugar de pertenencia: se enlaza con las modalidades adoptadas por los diarios para resolver la relacin proximidad/comunidad.

    En el caso de los diarios considerados en la investigacin, el nivel de anlisis aludido se complejiza por la atencin de un frente de expectativas con doble cara: por un lado, los medios son producidos y vendidos primordialmente en Capital Federal, razn por la cual la informacin propia de este mbito se considera de mayor impacto; pero, como estas publicaciones aspiran a circular y captar publicidad en el mbito nacional, las noticias generadas o aludidas desde otras jurisdicciones entran en tensin para llegar a tener contacto con el lector. Resultado de ello es que, muchas veces, lo capitalino es igualado con lo nacional: Los diarios nacionales son diarios de puerto. Se hacen con criterios de puerto tambin: lo que tiene inters prioritario para la regin se impone en muchos casos como inters nacional. Y, en cambio, la realidad de otras regiones del pas slo pasa a tener dimensin nacional en el criterio del diario cuando el efecto lleg hasta ac (por la ciudad de Buenos Aires), destaca Eichelbaum.

    f) Construccin de la noticia a partir de las buenas o malas acciones de los sujetos polticos: el matiz benevolente o pernicioso de la informacin es una decisin editorial de cada medio. Tanto los intereses corporativos de la empresa de comunicacin como el perfil de sus lectores son elementos claves para definir la estrategia y el lugar de la perspectiva poltica publicada.

    g) Construccin de la noticia ante la evanescencia de categoras tradicionales: las distinciones entre hecho, acontecimiento, suceso y noticia tienden a esfumarse: el periodismo, los diarios deben narrar historias.

    h) Construccin de la noticia trabajando el drama, el conflicto y la contradiccin: la fusin e hibridacin de los gneros periodsticos alimentada con la redefinicin de las estrategias