Congreso 1864 - 1865 Lima

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    ESTUDIOS DE HISTORIA MODERNA Y CONTEMPORNEA DE MXICO/ISSN 0185-2620, n. 39, enero-junio 2010

    LA ASAMBLEA HISPANOAMERICANA DE 1864-1865,

    LTIMO ESLABN DE LA ANFICTIONAGERMNA. DELAREZA

    Mediante el estudio de los hechos sobresalien-tes del Segundo Congreso Americano de Lima(1864-1865), en este artculo se busca aclarardos aspectos interrelacionados de la historia dela integracin latinoamericana: las manifestacio-nes concretas del inujo del Congreso de Pa-

    nam y la continuidad del movimiento unionistahispanoamericano a lo largo del primer mediosiglo de independencia.

    Palabras clave: Segundo Congreso de Lima,sistema interamericano, integracin latinoameri-cana, guerra hispano-sudamericana, Congresode Panam de 1826, Pacto de Familia, SimnBolvar, Ramn Castilla, Juan Antonio Pezet,Juan Antonio Ribeyro, Domingo F. Sarmiento,Juan de la Cruz Benavente, Justo Arosemena,Manuel Montt Torres, Vicente Piedrahta, PedroAlcntara Herrn, Jos Gregorio Paz Soldn,Antonio Leocadio Guzmn.

    This article studies the main events in the Sec-ond American Congress of Lima (1864-1865). Itseeks to clarify two interrelated aspects of thehistory of Latin American integration. The spe-cic expressions of the inux of the PanamanianCongress and the continuity of the Latin Ameri-

    can unionist movement throughout the rst halfcentury of Independence.

    Key words: Second Congress of Lima, Inter-American System, Latin American integration,Spanish-South American war, 1826 Panama-nian Congress, family pact, Simn Bolvar,Ramn Castilla, Juan Antonio Pezet, Juan An-tonio Ribeyro, Domingo F. Sarmiento, Juan dela Cruz Benavente, Justo Arosemena, ManuelMontt Torres, Vicente Piedrahta, Pedro Alcn-tara Herrn, Jos Gregorio Paz Soldn, AntonioLeocadio Guzmn.

    Introduccin

    El Segundo Congreso de Lima de 1864-1865 representa para lahistoria de Amrica Latina la etapa final del ciclo de asambleasconfederativas originadas en el Congreso de Panam de 1826.1Desde

    esa perspectiva, su estudio concentra las prerrogativas analticas detodo fin de poca, aunque no todos sus significados se derivan de ese

    Germn A. de la Reza, mexicano, es doctor en Filosofa por la Universidad Toulouse LeMirail y en Ciencias Econmicas por la Universidad de Pars Panthon-ASSAS. Actualmentees profesor-investigador de la Universidad Autnoma Metropolitana, Unidad Azcapotzalco.Es especialista en integracin latinoamericana. Entre sus publicaciones ms recientes figuraInvencin de la paz. De la repblica cristiana del duque de Sully a la sociedad de naciones de SimnBolvar, Mxico, Siglo XXI, 2009. Su direccin de correo electrnico es: [email protected].

    1El autor agradece las oportunas recomendaciones y comentarios de dos dictaminado-

    res annimos.Estudios de Historia Moderna y Contempornea de Mxico, n. 39, enero-junio 2010, p. 71-91.

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    vnculo y algunos lo rebasan en importancia. La organizacin, lostiempos y las motivaciones de la asamblea conforman el epifenme-no de un momento crucial para el naciente sistema interamericano.Estados Unidos se encuentra al final de la guerra de Secesin (1861-1865), luego de la cual retomar su poltica de intervencin en Am-rica Latina en el marco de la edad de oro de la Doctrina Monroe.2Mxico, el principal promotor de la reunin anfictinica, combatela ocupacin francesa de 1862 a 1867, y en ese camino forja una ideade nacin que perdurar en el tiempo. El pas sede del SegundoCongreso y aquel donde se haba suscrito el Tratado Continentalde 1857, Per y Chile, respectivamente, se alan para repeler la

    presencia espaola en el Pacfico sur, el ltimo esfuerzo solidarioantes de la guerra del Pacfico (1879-1883) y el posterior abandonode toda iniciativa integracionista durante ms de un siglo.3

    No obstante la relevancia histrica y la disponibilidad de lasfuentes originales, la literatura de especialidad le ha consagrado alSegundo Congreso de Lima un escaso nmero de estudios.4El pre-sente artculo trae a discusin los principales hechos del Segundo

    2La edad de oro del monrosmo abarca los treinta y cinco aos posteriores a la guerrade Secesin. Durante la presidencia de Ulysses S. Grant (1869-1877), el pas utiliz el prin-

    cipio de no traspaso para impedir que los territorios que se encontraban en el hemisferiooccidental fueran vendidos a pases europeos. Frank Donovan,Historia de la Doctrina Monroe,Mxico, Diana, 1966, p. 88-103.

    3La siguiente ocasin en la que Bolivia, Chile y Per participaron en un proceso equi-valente fue en la Asociacin Latinoamericana de Libre Comercio (ALALC) de 1960. El tratadoque volvi a reunir exclusivamente a los pases andinos, el Acuerdo de Cartagena, se firmrecin en 1969.

    4Entre las obras disponibles cabe mencionar: Miguel Varas Velzquez, El Congresoamericano celebrado en Lima en 1864, Revista Chilena de Historia y Geografa, Santiago, v. 38,1921, p. 71-96; Robert W. Fraser, The role of the Lima Congress, 1864-1865 in the develop-ment of Pan-Americanism, The Hispanic American Historical Review, v. 29, n. 3, 1949, p. 319-348; Eduardo Garland Roel, Los Congresos de Lima, Caracas, Litografa y Tipografa Vargas,

    1952. Los textos ms difundidos son: Arthur P. Whitaker, The Western Hemisphere idea: its riseand decline, Ithaca, Cornell University Press, 1954, p. 56-60;Jess Mara Yepes, Del Congresode Panam a la Conferencia de Caracas 1826-1954, Caracas, Ministerio de Relaciones Exteriores,1955, t. I, p. 159-160; Francisco Cuevas Cancino, Del Congreso de Panam a la Conferenciade Caracas, 1826-1964, Caracas, Gobierno de Venezuela, 1955, t. I, p. 257-272; y AcademiaDiplomtica del Per, El Congreso Americano de Lima de 1864. Aspectos principales, Lima, 1964.Para un trabajo reciente aunque con referencias indirectas, vase Rosa Garibaldi, La polticaexterior del Per en la era de Ramn Castilla: defensa hemisfrica y defensa de la jurisdiccin nacional ,Lima, Fondo Editorial Fundacin Academia Diplomtica del Per, 2003. Existen dos colec-ciones de documentos importantes: Archivo Diplomtico Peruano, Congresos americanos deLima, v. I-II, Lima, Imprenta Torres Aguirre, 1938, y scar Barrenechea y Raygada, Congresosy conferencias internacionales celebrados en Lima, 1847-1894, Buenos Aires, Peuser, 1947. La

    primera rene la totalidad de la correspondencia diplomtica del Segundo Congreso.

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    Congreso de Lima y, por ese medio, busca esclarecer dos asuntospoco estudiados de la poca: las manifestaciones concretas del in-flujo del Congreso de Panam y la continuidad del movimientounionista a lo largo del primer medio siglo de Independencia. Elmovimiento hispanoamericanista comprende los ensayos de uninconfederativa que van de la asamblea del istmo a la conferenciade clausura del Segundo Congreso de Lima. Para no recargar elargumento no se analizan los numerosos proyectos de integracinformulados por destacadas personalidades desde principios delsiglo XIX.5 Tampoco se estudia el panamericanismo como marcogeneral de los congresos anfictinicos, ya que stos no prevean la

    unin continental, sino una suerte de re-unin de las partes dela antigua Amrica espaola.6La primera seccin del trabajo se

    5Para una relacin de los principales proponentes de la integracin latinoamericanaen el siglo XIX, vase Javier Ocampo Lpez,Historia de las ideas de integracin latinoamericana,Tunja, Editorial Bolivariana Internacional, 1981.

    6El debate sobre el carcter panamericano de la anfictiona bolivariana sera estril si ambosbandos no contaran con numerosos defensores. Entre las obras que atribuyen al Congreso dePanam de 1826 designios panamericanistas figuran: Hiram Bingham, The Monroe Doctrine: anobsolete Shibboleth, New Haven, Yale University Press, 1976; Joseph Byrne Lockey, Orgenes delpanamericanismo, Caracas, El Cojo, 1927; Daniel Guerra iguez, Bolvar, creador del panamericanis-mo actual, Caracas, Imprenta Nacional, 1946; Arthur Whitaker, The Western Hemisphere idea: itsrise and decline, Ithaca, Cornell University Press, 1954; Jos Caicedo Castilla, El panamericanismo,Buenos Aires, Roque Depalma, 1961; Henry Bernstein, Formacin de una conciencia interamericana,Mxico, Limusa-Wiley, 1961; Antonio del Castillo Martnez, El Congreso de Panam de 1826 convo-cado por el Libertador, iniciacin del panamericanismo, Bogot, Universidad de Bogot Jorge TadeoLozano, 1972; Jess Mara Yepes, Del Congreso de Panam a la Conferencia de Caracas 1826-1954;Ulpiano Lpez,Del Congreso de Panam a la Conferencia de Caracas 1826-1954. El genio de Bolvar atravs de la historia de las relaciones interamericanas, Quito, Imprenta del Ministerio de Educacin,1955; Francisco Cuevas Cancino, Del Congreso de Panam a la Conferencia de Caracas 1826-1954. Elorigen de esa interpretacin se remonta a uno de los documentos de la Conferencia InternacionalAmericana de 1890: The Congress of 1826 at Panama, and subsequent movements toward a Conferenceof American Nations, Washington, Government Printing Office, 1890. La conjetura contraria,segn la cual la Asamblea del istmo tiene una identidad esencialmente hispanoamericana, es

    defendida por Jos Vasconcelos, Bolivarismo y monrosmo, Santiago, Ercilla, 1934; Ricardo A.Martnez, De Bolvar a Dulles, Mxico, Amrica Nueva, 1959; Manuel Medina Castro, EstadosUnidos y Amrica Latina, La Habana, Casa de las Amricas, 1968; Jorge Pacheco Quintero, ElCongreso Anfictinico de Panam y la poltica internacional de los Estados Unidos, Bogot, Academiade Historia, 1971; Gordon Connell-Smith, El sistema interamericano, Mxico, Fondo de CulturaEconmica, 1971; Francisco Pividal, Bolvar. Pensamiento precursor del antiimperialismo, La Habana,Casa de las Amricas, 1977; Hermann E. Escarra, Bolvar, el Congreso de Panam y el nacionalismolatinoamericano, Caracas, El Cojo, 1977; Pedro Ortega Daz, El Congreso de Panam y la unidadlatinoamericana, 2a. edicin, Caracas, Edificio Cantaclaro, 1982, y Freddy Calderas, Bolvar frentea Estados Unidos, Maracaibo, edicin del autor, 1983. La controversia la dirime con precisinConnell-Smith: Bolvar desea una agrupacin de Hispanoamrica, mientras que el sistemainteramericano se origina en el concepto de Monroe, no en el de Bolvar. Connell-Smith, op.

    cit., p. 23. Vasconcelos va ms all y hace de esa diferencia una disyuntiva colonialista: Llama-

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    consagra a los antecedentes del Segundo Congreso; las siguientesanalizan por turno las gestiones preparatorias, el contexto peruano,las dos rondas de invitaciones, la instalacin de la asamblea en lacapital peruana y los tratados suscritos por los delegados. La ltimaseccin pondera las causas de la frustracin del ltimo ensayo deintegracin hispanoamericana del siglo XIX.

    Ciclo confederativo

    El evento inaugural del ciclo confederativo, el congreso anfictinico

    convocado por Simn Bolvar al trmino de la guerra de Indepen-dencia, se instal el 22 de junio de 1826 en la ciudad de Panam yse prolong por espacio de tres semanas hasta el 15 de julio delmismo ao. En adicin a los objetivos de arbitraje, alianza defen-siva y comercio preferencial, caractersticos del rgimen anficti-nico, la asamblea del istmo pretenda neutralizar la amenaza dereconquista espaola y liberar las islas de Cuba y Puerto Rico.7A sus sesiones acudieron los representantes de Gran Colombia(Colombia, Ecuador, Panam y Venezuela de hoy), Per, Mxico

    y la Federacin Centroamericana (Costa Rica, El Salvador, Guate-mala, Honduras y Nicaragua). Inglaterra y los Pases Bajos, tambinrepresentados, lo hicieron a travs de un observador y un enviadoextraoficial, respectivamente.8

    remos bolivarismo al ideal hispanoamericano de crear una federacin con todos los pueblos decultura espaola. Llamaremos monrosmo al ideal anglosajn de incorporar las veinte nacio-nes hispnicas al imperio nrdico, mediante la poltica del panamericanismo. Op. cit., p. 72.

    7Los congresos perseguan la instalacin de una asamblea de plenipotenciarios dotadade funciones arbitrales, un cdigo aliancista y un sistema de preferencias comerciales. El rgi-men que articulaba estos objetivos, liga o asamblea anfictinica, se inspiraba en la institucin

    homnima de la Grecia antigua y en los proyectos de unin europea del duque de Sully y elabate de Saint Pierre. La obra de este ltimo fue divulgada por Jacques Rousseau en un re-sumen que consultaron Bolvar y sus contemporneos. Sobre la genealoga intelectual de losproyectos de confederacin anfictinica en Europa e Hispanoamrica, vase Germn A. dela Reza, La invencin de la paz. De la repblica cristiana del duque de Sully a la sociedad de nacionesde Simn Bolvar, Mxico, Siglo XXI, 2009.

    8Los delegados al Congreso de Panam fueron: por Per, Jos Mara Pando, ManuelLorenzo Vidaurre, y en reemplazo del primero, Manuel Prez de Tudela; por Colombia, PedroGual y Pedro Briceo Mndez; por Mxico, Mariano Michelena y Jos Domnguez Manso; porCentroamrica, Pedro Molina y Antonio Larrazbal; por Inglaterra, Edward Dawkins; por losPases Bajos, Jan Verveer. Los ministros de Estados Unidos fueron Richard C. Anderson yJohn Sergeant, aunque ninguno pudo asistir al evento por causa de fallecimiento en un caso,

    y el arribo tardo al istmo en el otro. Para una biografa de los ministros, vase: Horacio Clare

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    Luego de diez conferencias y varias reuniones privadas, los de-legados suscribieron un tratado confederativo, un cdigo defensivoy dos acuerdos que precisaban la normativa de los primeros.9El do-cumento de mayor trascendencia histrica, aquel que servir de mo-delo a los siguientes congresos americanos, era el Tratado de unin,liga y confederacin perpetua. Su articulado consignaba el objetivo depreservar de manera defensiva y ofensiva, si esto era necesario, lasoberana e independencia de todas y de cada una de las potenciasconfederadas; la solucin arbitrada de conflictos; y la entronizacindel uti possidetiscomo norma para la definicin de las fronteras. LaConvencin de contingentesestipulaba, por su parte, la organizacin

    de un ejrcito y marina confederados, y las reglas de su funciona-miento. Culminada esta labor, una copia de los tratados fue enviadaa los gobiernos representados para su revisin y aprobacin en loscongresos nacionales. La inmadurez legislativa, empero, el sabotajeencubierto de algunos de los actores y la incomprensin de la tras-cendencia de la iniciativa, provocaron que excepto Gran Colombia,ninguna de las partes contratantes ratificara los tratados.

    La frustracin del primer intento de integracin no implic por tan-to la desaparicin o la mengua de su necesidad. A principios de 1831,

    semanas despus del fallecimiento de Bolvar,10

    el gobierno de Mxicoretom la estafeta anfictinica apelando a la estrategia conocida comoPacto de familia. Su principal instrumento era un acuerdo comercialdonde se asentaba el compromiso de acudir a la siguiente asamblea yse propona la excepcin hispanoamericana a la clusula de la nacinms favorecida.11El segundo era el envo de representantes diplo-mticos a Centro y Sudamrica para negociar los tratados y asegurarla participacin de los pases en la asamblea americana.12Luego de

    Jr., Los delegados al Congreso Anfictinico de Panam en 1826. Facsmil de los protocolos firmados enPanam el 15 de julio de 1826, Panam, Sociedad Bolivariana de Panam, 1967. 9Para el texto de los cuatro tratados del istmo, vase: Archivo Diplomtico Peruano,

    El Congreso de Panam 1826, Lima, Imprenta La Opinin Nacional, 1930, p. 405-416, 416-418,419-426 y 426-431.

    10Bolvar naci en Caracas el 24 de julio de 1783 y falleci en Santa Marta el 17 de di-ciembre de 1830.

    11La clusula era promovida activamente por Estados Unidos como instrumento nodiscriminador que le permita beneficiarse de las desgravaciones pactadas entre otros pa-ses. Esto ltimo inhiba la concesin de ventajas comerciales entre los pases surgidos de laAmrica espaola.

    12La documentacin original de las iniciativas de Lucas Alamn y de sus sucesores al

    frente de la Secretara de Relaciones Exteriores a partir de 1831, ha sido publicada por el

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    repetidos intentos que abarcaron ms de una dcada, la cancilleramexicana ces en su empeo a principios de 1843. La inestabilidadpoltica y las crecientes presiones de Estados Unidos obligaron al pasa concentrarse en sus problemas domsticos, lo cual lo alej de unainiciativa a cuya realizacin haba contribuido de manera decisiva.

    Corresponde al gobierno peruano de Ramn Castilla cursar lainvitacin definitiva el 9 de noviembre de 1846.13La convocatoriaa un nuevo congreso hispanoamericano, firmada por el ministro deRelaciones Exteriores, Jos G. Paz Soldn, tena por eje los planesespaoles de reconquista del Ecuador, y no as la invasin de Esta-dos Unidos a Mxico, todava en ciernes.14Los delegados de Per,

    Bolivia, Chile, Ecuador y Nueva Granada15

    se reunieron en asam-blea entre el 11 de diciembre de 1847 y el 1 de marzo de 1848. Ensu ltimo encuentro suscribieron cuatro tratados: uno de carcterconfederativo, otro comercial y dos restantes sobre correos y nor-mativas consulares.16En un fracaso similar al Congreso de Panam,slo Nueva Granada ratific la totalidad de los tratados; el resto losdesech con excepcin de la Convencin Consular.

    A pesar del nuevo revs, el ascendiente que haba cobrado elPer en las relaciones hispanoamericanas le permiti insistir en la

    agenda de Panam y convencer a Chile para que albergara una nue-va asamblea. El 15 de septiembre de 1856, tres pases ribereos delPacfico celebraron en Santiago de Chile el Tratado Continentalde Unin Confederativa. No era el resultado de un congreso oserie de conferencias, sino un acuerdo concluido por los delega-

    Archivo Histrico Diplomtico Mexicano, El pacto de familia. Historia de un episodio de la diplo-macia mexicana en pro de la anfictiona, Mxico, 1962. Para un estudio de la estrategia, vase:Josefina Z. Vzquez, El pacto de familia. Intentos mexicanos para la integracin hispano-americana 1830-1847, Revista de Indias, v. LI, n. 193, 1991, p. 545-570.

    13Nota circular de invitacin a los gobiernos hispanoamericanos, Lima, 9 de noviembrede 1846, Congresos americanos de Lima,op. cit., p. 179-180.14El plan monrquico del general Juan Jos Flores, apoyado por Espaa, involucraba

    secretamente a otras personalidades, como el mariscal Andrs de Santa Cruz, ex protector dela Confederacin Per Boliviana (1836-1839), exiliado en Ecuador y Europa. Sobre la figurade Flores, vase: Mark Van Aken, King of the Night: Juan Jos Flores and Ecuador, 1824-1864 ,Berkeley, University of California Press, 1989.

    15Los delegados a la asamblea de Lima fueron: Manuel Ferreyros (Per), Jos de Balli-vin (Bolivia), Diego J. Benavente (Chile), Pablo Merino (Ecuador) y Jos F. Martn (NuevaGranada).

    16Tratado de Confederacin entre las repblicas del Per, Bolivia, Chile, Ecuador y Nueva Gra-nada, la Convencin Consular, la Convencin de Correosy el Tratado de Comercio y Navegacin.

    Para el texto de los tratados, vase: Congresos americanos de Lima,op. cit., p. 301-333.

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    dos de Per y Ecuador y el ministro de Relaciones Exteriores deChile.17Su articulado aglutinaba los temas comunes a la anfictio-na: ciudadana confederada; alianza contra las agresiones extran-

    jeras; trato nacional a las naves y a los bienes producidos por losconfederados; adopcin de un mismo sistema de monedas, pesos ymedidas, etctera. Respecto de la prxima reunin de la asamblea,el artculo 20o. estableca el compromiso de nombrar a los repre-sentantes plenipotenciarios para la ejecucin y el desarrollo delacuerdo.18A diferencia del Congreso de Lima, esta vez se evitaroncompromisos elevados en materia defensiva para no despertar lahostilidad europea.19A pesar de ello, los problemas de interpreta-

    cin del texto y el poco inters de los pases participantes hicieronque no fuera ratificado por ninguno de los congresos nacionales.

    Gestiones preparatorias

    Este fracaso no detuvo por mucho tiempo la bsqueda de alian-zas y refuerzos mutuos entre los hispanoamericanos. En agosto de1861, la cancillera peruana convoc a la creacin de una alianza

    defensiva para rechazar la reconquista en el caso de que se pre-tenda, cualquiera que sea el nombre con que se la disfrace y lapotencia que acometa realizarla.20En marzo del ao entrante, elministro peruano en Washington, Federico Barreda, logr que laslegaciones hispanoamericanas estacionadas en esa ciudad firmaran

    17Los negociadores fueron: Antonio Varas por Chile, Francisco X. Aguirre por Ecuadory Cipriano C. Zegarra por el Per.

    18Tratado continental firmado en Santiago el 15 de septiembre de 1856, Congresos ame-ricanos de Lima,op. cit., p. 613-620.

    19Ese cambio de orientacin no se realiz sin polmica, sobre todo entre los miembrosde la Sociedad de la Unin Americana de Santiago, cuyos informes criticaron la falta de com-promiso del texto. Cfr. Bruno Larran et al., Informe sobre el Proyecto de Tratado de UninAmericana celebrado en 1856 entre las repblicas del Ecuador, Per y Chile, ledo a la JuntaDirectiva de la Sociedad de Unin Americana y aceptado por sta, Lastarriaet al., Coleccinde ensayos y documentos, op. cit., p. 134. Otro rasgo importante del Tratado continental es laexclusin de Estados Unidos. Gustave A. Nuermberger, The Continental Treaties of 1856:an American union Exclusive of the United States, The Hispanic American Historical Review,v. 20, n. 1, 1940, p. 32-55.

    20Circular del Ministerio de Relaciones Exteriores del Per, Lima, 24 y 25 de agosto,1861. Cfr. Justo Arosemena, Estudio sobre la Idea de una Liga Americana, Lima, Imprenta deHuerta, 1864. Reedicin y prlogo de Ricaurte Soler, Panam, Ministerio de Relaciones Ex-

    teriores, 1974, p. 73.

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    ad referendumun protocolo con las bases de la alianza americana.Barreda pretenda adicionalmente que Estados Unidos se adhirieraal proyecto de un sistema americano de respeto a las soberanas, deno intervencin en asuntos internos y que aceptara la sustitucinde la Doctrina Monroe por un tratado multilateral.21No logr suempeo y las adhesiones que produjo pronto empezaron a declinar,forzando la intervencin de otros gobiernos para salvar la iniciativa,en particular de Colombia.22

    En junio de 1863, Toms Cipriano de Mosquera, antiguo oficialen el ejrcito de Bolvar, a la sazn presidente de Colombia, envia su representante al Per, Bolivia, Chile y las repblicas centro-

    americanas con la misin de promover la unin cordial entre lasnaciones de un mismo origen, para mantener ilesas su soberana eindependencia.23A ese esfuerzo se sum Venezuela, cuyo gobiernonombr a un plenipotenciario con idnticos fines en enero de 1864.El renovado inters por la anfictiona lo estimulaba un entorno in-ternacional cada vez ms hostil. Alarmaban los espritus la Conven-cin de Londres de 1861 suscrita por Inglaterra, Francia y Espaapara intervenir en Mxico; 24la anexin de Santo Domingo a Espaa

    21Para ganarse al gobierno estadounidense, Barreda conden la premura con la que

    Inglaterra, Francia y Espaa reconocieron a los estados sudistas como fuerza beligerante,lo que condujo, segn l, al fraccionamiento y destruccin de un pas fuerte y enrgico,que serva de obstculo para el desarrollo de una poltica de usurpacin y de conquista enHispano-Amrica. La actitud de los hispanoamericanos deba ser, en su concepto, entera-mente contraria porque [la] desunin [estadounidense] destruira el equilibrio del mundo yaniquilara el nico poder que tiene los elementos necesarios para contrarrestar los planes dereconquista europea. En ese sentido, la causa del gobierno federal estadounidense es en unltimo resultado la causa de la Amrica espaola. Barreda al Ministerio de Relaciones Exte-riores del Per, Washington, 10 de marzo de 1862, Archivo Histrico Diplomtico Mexicano, El Congreso de Panam y algunos proyectos de Unin Hispano-Americana , Mxico, Secretara deRelaciones Exteriores, 1926, p. 194-198.

    22Barreda busc el apoyo de William H. Seward, secretario de Estado en el gobierno

    de Abraham Lincoln, quien dijo estar de acuerdo con la agenda del Congreso pero no podasuscribirla porque el estado actual de las relaciones de los Estados Unidos con las potenciasde Europa era muy delicado y lo obligaba a abstenerse de todo lo que pudiera ser mal recibidoo mal interpretado. Matas Romero al ministro de Relaciones Exteriores, Washington, 27 deabril, 1862, El Congreso de Panam y algunos otros proyectos de Unin Hispano-Americana , p. 206.

    23Credencial del enviado extraordinario y ministro plenipotenciario cerca de las rep-blicas del Per y Chile, Bogot, 6 de junio de 1863. Arosemena, Estudio sobre la Idea de unaLiga Americana, p. 73.

    24La Convencin estipulaba en su artculo 1o. que los tres pases enviaran a Mxicofuerzas de tierra y mar combinadas en nmero suficiente para poder ocupar y apoderarsede las diferentes fortalezas y posiciones del litoral mexicano. Convencin tripartita, Londres,31 de octubre de 1861, Archivo Histrico Diplomtico Mexicano, Las relaciones entre Mxico y

    Per. La misin de Corpancho, Mxico, Porra, 1971, p. 134-136.

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    de 1861 a 1865; la entronizacin en Mxico de un miembro de laCasa de los Habsburgo; el conflicto entre Espaa y el Per, y la sub-siguiente guerra hispano-sudamericana. Las agresiones europeas,posibles en parte por el repliegue de Estados Unidos durante laguerra de Secesin, buscaban alterar el ordenamiento republicano,uniforme a lo largo y ancho del hemisferio occidental, y rivalizarcon el pas del norte en el control de los recursos sudamericanos.

    El pas anftrin

    Como resultado de esas iniciativas, el 11 de enero de 1864 Juan An-tonio Ribeyro, varias veces rector de la Universidad de San Marcosy presidente de la Corte Suprema, entonces canciller del Per, en-vi una Nota circular de invitacina los gobiernos de Bolivia, Chile,Colombia (Nueva Granada hasta 1863), Ecuador y Venezuela. Suiniciativa tena el respaldo de la larga experiencia anfictinica delPer y su relativa prosperidad. Ramn Castilla dominaba la vidainstitucional del Per desde su mandato interino en 1844, al cual lehaba seguido la presidencia constitucional de 1845 a 1851, el nuevo

    interinato durante la guerra civil de 1855 a 1858 y su victoria en loscomicios de ese ltimo ao. En 1862, lo haba sucedido en el cargoMiguel de San Romn, quien falleci un ao despus dejando elcargo a su vicepresidente, Juan Antonio Pezet.

    La estabilidad poltica se doblaba de cierto auge econmico.25Entre la dcada de 1840 y la guerra del Pacfico, la exportacindel guano de las islas constitua una importante fuente de ingre-sos, siendo responsable de la tasa de crecimiento anual del sectorexterno entre 1850 y 1870.26Desde sus inicios esa industria era ad-

    ministrada por el estado, proporcionando los capitales necesarios

    25Jorge Basadre denomina prosperidad falaz al cuarto de siglo comprendido entre1842 y 1866. Se refiere con ello al carcter engaoso de las elevadas exportaciones de guano,las cuales acentuaron las importaciones y el endeudamiento del pas.

    26Las fuentes coinciden en que el guano era el principal componente del aumento de lasexportaciones peruanas. Segn Victor Bulmer-Thomas (The economic history of Latin Americasince Independence, Cambridge, Cambridge University Press, 1994, p. 64-65), el crecimientoanual de las ventas internacionales de 1850 a 1870 era de 6.4%; para Shane Hunt (Price andquantum estimates of Peruvian exports, 1830-1962, Woodrow Wilson School, Princeton Uni-versity, Discussion paper33, Princeton, 1973, p. 67), la tasa anual correspondiente al periodo

    1852-1878 era de 5.2%.

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    para la poltica social de Castilla, que pudo as suprimir el impuestoindgena y abolir la esclavitud. Otras actividades productivas quecolaboraron en la coyuntura fueron la explotacin del cobre y laproduccin de lana de alpaca, algodn, azcar y salitre, y en meno-res cantidades, estao, cacao, caf y quinina. Tambin era impor-tante la plata extrada sobre todo del Cerro de Pasco, cuyo volumense mantuvo constante entre 1840 y 1879.27En la dcada de 1860, lashaciendas peruanas, uno de los nervios de la economa, se recupe-raron mediante la produccin de algodn y azcar, lo que atrajo lamasiva inmigracin de coolieschinos. La poltica exterior del Peren la era de Castilla y su liderazgo en la bsqueda de conjuntar los

    esfuerzos de cada pas para defender sus soberanas reflejaba eserelativo bienestar y los recursos que aportaba.28

    Dos series de invitaciones

    El carcter acotado de la Nota circular, que ignoraba al Brasil, aCentro y Norteamrica, la justificaba Ribeyro por la inmediacin ycomunes intereses de los pases convidados, aspecto que permita

    una rpida instalacin de la asamblea.29

    En cuanto a la confedera-cin, el canciller peruano destacaba que sta era tan necesaria

    que no hay gobierno en el continente que no la desee, que no haya te-nido sobre ella la inspiracin; pero temores infundados han conteni-do esos arranques plausibles del patriotismo, creyendo impracticableel pensamiento nico, cuya ejecucin salvar a todas las repblicasy despertar, para ms tarde, condiciones de verdadera indepen-dencia.

    Para no repetir los fracasos anteriores, recomendaba que losdelegados simplificaran sus trabajos y procuraran centrarse en laarmona de los confederados,

    27Ibid., p. 57-58.28Sobre la iniciativa confederativa y su vnculo con la poca de Castilla, vase Garibaldi,

    La poltica exterior del Per en la era de Ramn Castilla.29Juan Antonio Ribeyro al ministro de Relaciones Exteriores de Chile, Lima, 26 de mar-

    zo de 1864; Ribeyro al ministro de Relaciones Exteriores de Bolivia, Lima, 5 de abril de 1864,

    Congresos americanos de Lima,v.I, p. 363-364, 373-378.

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    reduciendo las bases a pocos artculos, quitndoles todo carcter deanimosidad contra los dems pueblos amigos, concretndose a conser-var la paz, aspiracin noble de la poca, a robustecer las instituciones

    indispensables, para no perder las adquisiciones de medio siglo, afomentar la recproca felicidad y a rechazar odiosas pretensiones quepudieran promover o la envidia o la malevolencia.30

    Sentados estos preliminares, Ribeyro detall los seis puntos de laagenda. El primero consista en Declarar que los pueblos americanos,representados en este Congreso, forman una sola familia, ligados porlos mismos principios y por idnticos intereses y que buscan soste-ner su independencia, sus derechos autonmicos y su existencia na-

    cional. El segundo propona Ajustar una convencin internacionalpara facilitar la correspondencia epistolar. El inters por este tipo deacuerdos, excesivo si se considera que la agenda obviaba tratados msimportantes, como el comercial o de contingentes, tena que ver conun tema en boga: reducir los costos del porte y que el secreto de lascartas se respete hasta el fanatismo. El tercero comprometa a los de-legados a que proporcionasen todos los datos estadsticos que [den]una idea perfecta de [la] riqueza [de sus pases], de su poblacin, delos medios naturales y artificiales que posean para defenderse en

    comn, para desarrollarse [...] y para formar un conjunto homog-neo. El cuarto se refera a un asunto particularmente sensible, lasreivindicaciones territoriales. Para su solucin, Ribeyro peda a losplenipotenciarios que dictaran las medidas que conduzcan a la con-clusin de todas las cuestiones sobre lmites, que son, en casi todoslos Estados americanos, causa de querellas internacionales, de ani-mosidades y aun de guerras. El quinto, tradicional para la versinanfictinica de las confederaciones, adoptaba el arbitraje como elnico medio de transigir todas las faltas de inteligencia y motivos de

    desacuerdo. El ltimo asunto de la agenda era la penalizacin (porla va de castigos morales) de aquellos gobiernos que establecierancompromisos contra la independencia de alguno de los Estados,contra sus instituciones y contra la estabilidad de la paz general.31

    En su respuesta a la invitacin, el gobierno chileno objet la redu-cida cobertura geogrfica de la asamblea, ya que esto disminua su

    30Nota circular de invitacin al Congreso Americano, Lima, 11 de enero de 1864, Con-gresos americanos de Lima,v. I, p. 337-342.

    31

    Ibid., p. 340-342.

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    legitimidad y eficacia.32Estos argumentos, presentados con energa, yuna escalada en el conflicto con Espaa, cuya flota ocup las islas deChincha el 14 de abril de 1864, hicieron que el gobierno peruano cam-

    biara de actitud y en adelante buscara extender la invitacin a todoslos pases del hemisferio. A los pases centroamericanos y la Argentinales remiti la primera circular junto con una explicacin de su retraso.Al Brasil le fue dirigido un documento que representaba en realidadun acto de cortesa, como si no se esperara su aceptacin.33No seconsider a Mxico por la intervencin francesa, que haba impuestoun gobierno monrquico, y por la expulsin en 1863 del embajador pe-ruano Manuel Corpancho;34a la Repblica Dominicana por su anexina Espaa; a Paraguay y Uruguay en razn de sus convulsiones pol-

    ticas internas; y a la Repblica de Hait por motivos desconocidos,aunque es probable que primara la indiferencia con que tradicional-mente se miraba a la repblica de los antiguos esclavos de Francia.

    Tampoco se convid a Estados Unidos por encontrarse inmersoen una prolongada guerra civil. Significativamente Colombia y lospases de Centroamrica tenan otros motivos para no desear la pre-sencia norteamericana. Segn la cancillera colombiana, Estados Uni-dos profesa y practica el principio de absoluta prescindencia en losnegocios polticos de las repblicas hispanoamericanas, rehusndose

    [...] a toda especie de alianzas. Invitarlo embarazara no poco a lamisma accin independiente de las nuevas repblicas en razn dela preponderancia natural de una potencia vecina que tiene ya con-diciones de existencia y tendencias propias de un poder de primerorden, las cuales pueden venir a ser alguna vez antagonistas.35

    32Manuel Tocornal al ministro de Relaciones Exteriores del Per, Santiago, 18 de febrerode 1864, Congresos americanos de Lima,v. I, p. 367-372.

    33Cuevas Cancino, Del Congreso de Panam a la Conferencia de Caracas, p. 259.34La Regencia invoc como motivo para la expulsin de Corpancho el que su estancia agra-

    vaba cada da ms, los motivos de queja por la conducta, en extremo hostil que siempre haobservado, respecto al orden establecido y al Gobierno emanado de l, abusando de su carcteroficial de un modo poco digno y conveniente, amparando con la proteccin del pabelln del Per,a enemigos notoriamente conocidos del Gobierno que le han sido muy contrarios, colocando conescndalo el respetable pabelln de su Nacin, en cuatro diferentes casas: una en la calle de Zule-ta, que es la que llama su habitacin; otra en la calle de Santa Teresa, la del Consulado; otra dondedice tiene archivos, casa del impresor Cumplido; y otra en una casa de campo, a tres leguas de laciudad, del mismo impresor Cumplido. J. M. Arroyo, Expedicin de pasaportes al representantedel Per, Palacio de la Regencia del Imperio, Mxico, agosto 20 de 1863, Archivo Histrico Diplo-mtico Mexicano, Las relaciones entre Mxico y Per. La misin de Corpancho, p. 195-196.

    35Correspondencia del 2 de junio de 1864 de la Cancillera de Colombia en respuesta ala invitacin a participar en una Liga Hispanoamericana. Un punto de vista similar expresa

    Arosemena: Cuando [Estados Unidos] no vean su inters comprometido [...] en el hemisferio

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    De los pases que recibieron la segunda ronda de invitaciones, Bra-sil no respondi y aunque El Salvador y Guatemala comprometieronsu participacin, slo el primero envi los correspondientes poderesa su ministro en Lima. Costa Rica, Honduras y Nicaragua acogieron lanoticia con beneplcito, no pudiendo acreditar ministros plenipoten-ciarios por carecer de medios econmicos. Despus de un prolongadosilencio, la Argentina dio a conocer su negativa aduciendo tardanzaen la invitacin y su mayor confianza en las alianzas directas.

    Instalacin de la asamblea

    El Segundo Congreso de Lima se instal en Torre-Tagle el 14 no-viembre de 1864 y sesion por espacio de cincuenta y seis confe-rencias hasta su clausura el 13 de marzo de 1865. Asistieron comodelegados: Juan de la Cruz Benavente, Manuel Montt Torres, JustoArosemena, Vicente Piedrahta, Pedro Alcntara Herrn, Jos G.Paz Soldn y Antonio Leocadio Guzmn. Tambin se registr Do-mingo F. Sarmiento en representacin de Argentina, aunque nuncarecibi la autorizacin del presidente Bartolom Mitre.36

    REPRESENTANTESALSEGUNDOCONGRESODELIMA

    Representaciones Acreditacin Pas

    Domingo F. Sarmiento Sin poderes ArgentinaJuan de la Cruz Benavente Plenipotenciario BoliviaJusto Arosemena Plenipotenciario ColombiaManuel Montt Torres Plenipotenciario ChileVicente Piedrahta Plenipotenciario EcuadorPedro Alcntara Herrn Plenipotenciario El Salvador

    Jos Gregorio Paz Soldn Plenipotenciario PerAntonio Leocadio Guzmn Plenipotenciario Venezuela

    Como en ocasiones precedentes, los delegados al Congreso ameri-cano eran figuras pblicas de reconocido prestigio. Paz Soldn (1808-

    occidental, seguirn su camino indiferentes a la suerte que otros pueblos corran. Arosemena,Estudio sobre la idea de una liga americana, p. 75.

    36A pesar de la amistad que une a ambos personajes, Mitre se encona por la insistenciade Sarmiento a participar en el Segundo Congreso. Sobre este aspecto, vase Sarmiento, Sar-

    miento-Mitre, correspondencia 1846-1868,Buenos Aires, Imprenta de Coni Hermanos, 1911.

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    1875), fiscal de la Suprema Corte del Per y presidente del SegundoCongreso, haba sido ministro de Relaciones Exteriores en el gobiernode Ramn Castilla, periodo en el cual organiz el Primer Congreso deLima. Se le consideraba uno de los principales estrategas de la pol-tica exterior peruana.37Poco antes del evento, Sarmiento (1811-1888)haba concluido su gestin como gobernador de la Provincia de San

    Juan y haba partido a Chile como embajador ante el Per, Chile yEstados Unidos. Entre 1868 y 1874 ocup la presidencia argentina.38Arosemena (1817-1896), escritor, poltico y estadista, en 1855 habasido nombrado primer gobernador de Panam y posteriormentepresidente de la Convencin Nacional de Ro Negro. Durante su

    estancia en Lima public su conocido Estudio sobre la idea de una ligaamericana.39Piedrahta (1833-1878), uno de los intelectuales ms talen-tosos del Ecuador, poeta, orador, jurisconsulto y diplomtico, habapublicado un Estudio relativo al estado social y poltico del Ecuador y losmedios de mejorarlosen 1854 a la edad de veintin aos. Poco antesde ser enviado a Chile y Per como ministro plenipotenciario, habaocupado la gubernatura de la Provincia de Guayas.40A Benaventese le conoce en la historia sudamericana sobre todo por ser el artficede la alianza entre Bolivia y Per para contrarrestar los preparativos

    chilenos de invasin a Antofagasta. La alianza no impidi la guerradel Pacfico pero constituye uno de sus hitos fundamentales. Fue mi-nistro plenipotenciario en el Per y particip en la firma del tratadopostal con ese pas y de un tratado plurilateral de asilo.

    Montt Torres (1809-1880) ocup la presidencia de Chile de 1851 a1861 y era considerado el ms importante organizador de esa rep-

    blica despus de Diego Portales. Junto con Sarmiento, amigo suyo,abog a favor del vnculo causal entre la educacin y el desarrolloeconmico.41Alcntara Herrn (1800-1872), colombiano de nacimien-

    37De su escasa produccin literaria destacaMi defensa, Lima, Impreso por J. M. Montero-la, 1855, donde argumenta las razones polticas y morales de su extenso accionar pblico.

    38Sobre la misin de Sarmiento, vase la extensa monografa de Nstor T. Auza, Lamisin de Sarmiento en Chile y Per y el Congreso Americano, 1864-1865, Buenos Aires, LibreraHistrica, 2007.

    39Cfr.Arosemena, Estudio sobre la idea de una liga americana.40Su biografa ha sido escrita por Carlos de la Torre, Piedrahita, un emigrado de su tiempo,

    Quito, Casa de la Cultura Ecuatoriana, 1968.41Sobre la amistad de ambos delegados, vase Museo Histrico Sarmiento, Sarmiento

    y Montt, una amistad internacional, Conferencia pronunciada el 11 de septiembre de 1951,

    Monografas y Disertaciones Histricas,Buenos Aires, n. 23, 1954.

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    to, haba combatido en la guerra de la Independencia a las rdenesde Antonio Jos de Sucre y entre 1841 y 1845 fue presidente de Nue-va Granada. Disidente de Mosquera, se encontraba exiliado en Gua-temala cuando ese pas lo comision al Segundo Congreso; la faltade autorizacin le impidi acreditarse como ministro guatemaltecoy en su lugar actu como representante de El Salvador.42Guzmn(1801-1884), finalmente, secretario de la asamblea que decret la se-paracin de Venezuela de Nueva Granada, era fundador del PartidoLiberal y en la dcada de 1850 haba sido vicepresidente de la Rep-

    blica. Al tiempo de su nombramiento como delegado a la asambleaera presidente del Congreso Constituyente de la Federacin.43

    Conicto hispano-peruano

    Dos eran los desafos que esperaban a los delegados al inicio de laasamblea: dar pronta y eficaz solucin al conflicto peruano-espaol,tema prioritario para el Per y motivo central de las preocupacio-nes de Ribeyro, y avanzar en la unin confederativa hispanoame-ricana.44El conflicto empez a fraguarse en julio de 1863 cuando

    una escuadra espaola recal en El Callao y un incidente entreinmigrantes vascos y agricultores peruanos en una hacienda deLambayeque se sald con la muerte de uno de los espaoles.45Elhecho fue protestado inmediatamente por el almirante hispano ypoco despus la Corona envi al Per al Comisario Especial y Ex-traordinario de la Reina. Dado que ese ttulo era utilizado por losinspectores coloniales, el gobierno peruano decidi no reconoceral mensajero ni recibirlo en instancias oficiales. Como respuesta, laescuadra ocup las islas de Chincha y enarbol el pabelln espaol

    42Su mejor biografa, que incluye un breve anlisis sobre su estancia en Lima, fue publi-cada por Eduardo Posada, Vida de Herrn, Bogot, Imprenta Nacional, 1903.

    43 Sobre su extensa vida pblica existen numerosos trabajos. Poco antes de su falle-cimiento, el propio Guzmn reuni en Datos histricos sur americanos, 4 v., Bruselas, Weis-senbruch, imprimeur du roi, 1882, sus escritos sobre Venezuela, Colombia y otros pasessudamericanos.

    44Los argumentos de Ribeyro se publican al inicio del Congreso en su libro Cuestinentre el Per y Espaa, Lima, Imprenta de Gobierno por E. Aranda, 1864.

    45Para esta seccin se han consultado las siguientes obras: Francisco A. Encina,Historiade Chile, 14a. edicin, Santiago, Zig-Zag, 1982, t. II, p. 1249-1272; JorgeBasadre,Historia dela Repblica del Per, Diario La Repblica, Lima, 2005, t. 4; Julio R. Villanueva, El Per en los

    tiempos modernos, Lima, Quebecor World Per, 2002.

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    a la espera de que le llegaran nuevas instrucciones desde Madrid.46Debido a las deficientes condiciones defensivas de la costa, Pezet

    busc ganar tiempo para adquirir buques y otros enseres necesa-rios. Sin embargo, los refuerzos espaoles llegaron primero y el 25de enero de 1865 bloquearon El Callao, dando un plazo de 24 horaspara que se aceptaran sus condiciones. Haciendo gala menos demoderacin que de impericia, Pezet comision a su representantepara que firmara el denominado Tratado Vivanco-Pareja, lo cualimplicaba reconocer al comisario y pagar una indemnizacin de tresmillones de pesos. Las condiciones humillantes del pacto fueronconocidas en el pas, lo cual le ocasion al gobierno severas crticas,

    entre ellas las de Castilla, quien fue apresado y desterrado al Pende Gibraltar. No obstante las medidas represivas, la revuelta triunfy Pezet fue obligado a dimitir en noviembre de 1865.

    Durante las primeras fases del conflicto, en Chile se sucedieronactos de hostilidad hacia los espaoles, no slo como apoyo a lacausa peruana, sino porque la agresin ibrica representaba unriesgo para su propia seguridad. En septiembre de 1865, la flotaespaola lleg a Valparaso y amenaz con bloquear y destruir lasterminales martimas chilenas. El da 24, Santiago declar la guerra

    a Espaa, seguido el 13 de diciembre por nuevo gobierno peruanoy tiempo despus por Ecuador y Bolivia. El primer hecho de armasimportante de la guerra hispano-sudamericana, la batalla de la islade Abtao del 7 de febrero de 1866, termin sin vencedores ni venci-dos. El almirante de la flota espaola replante entonces su estrate-gia y bombarde el puerto de Valparaso ocasionndole cuantiosasprdidas materiales. Iba a hacer lo mismo en El Callao, pero elcombate del 2 de mayo de 1866 lo oblig a retirarse a la isla de SanLorenzo. All tom la decisin de dividir a la escuadra en dos par-

    tes; una de ellas se dirigi a las Filipinas y la otra al Atlntico sur.Los blindados sudamericanos persiguieron a esta ltima, hundieronuna nave y apresaron a otra frente a las costas del Uruguay. Conese apresamiento conclua la contienda y dejaba expedito el camino

    46Segn el recuento de Arosemena, el mando de la escuadra justific la ocupacin ape-lando al derecho de reivindicacin de una propiedad perteneciente a la corona de Espaa,por cuanto la guerra entre sta y el Per no estaba sino interrumpida por una tregua dehecho de 40 aos, contados desde el memorable 9 de diciembre de 1824 (da de la victoriade Ayacucho). Arosemena, Solidad con el Per, Valparaso, 3 de mayo de 1864, Fundacin

    de la nacionalidad panamea, Caracas, Biblioteca de Ayacucho, 1982, p. 251.

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    para un armisticio que sellara definitivamente la expulsin de Espa-a de la Amrica continental.

    Cul fue el papel de la asamblea en la solucin del diferendohispano-peruano? Debido a que sus sesiones se realizaron duranteun tiempo relativamente corto, concluyendo cuando empezaba elrechazo al Tratado Vivanco-Pareja, la accin directa de los delega-dos tuvo efectos acotados. Sin embargo, el espritu de sus gestionesy su exploracin de alternativas sirvieron de catalizadores de lasalianzas que lograron expulsar a la flota ibrica. Cuando Espaafirm los armisticios, tuvo que hacerlo con la mayora de los pa-ses que haban participado en el Segundo Congreso de Lima. Con

    Bolivia y Ecuador en 1871; con el Per recin en 1880; con Chiletres aos despus, durante la guerra del Pacfico, cuando las tropaschilenas ocupaban la capital peruana.

    Tratados de la asamblea

    La otra gran misin del Congreso, la creacin de una unin hispa-noamericana, se complet en las primeras semanas de 1865. El 23

    de enero, los delegados suscribieron el Tratado de Unin y AlianzaDefensiva y el Tratado sobre Conservacin de la Paz; el 4 de marzo,el Tratado de Correos y el 12 de ese mismo mes el Tratado de Co-mercio y Navegacin.

    Segn el oficio de remisin de los dos primeros cdigos, am-bos expresaban el pensamiento americano iniciado en Panamel ao de 1826, y secundado en Lima en 1847 y en el tratado tri-partito de 1856.47La genealoga bolivariana era palpable sobretodo en el Tratado de Unin, el cual tuvo a Montt como respon-

    sable intelectual de la mitad de sus provisiones. Segn el artculo1o., la confederacin coaligaba a las partes contra toda agresin ala independencia, soberana o integridad territorial de alguna deellas. El artculo 9o. precisaba que la agresin fornea inclua todaforma de protectorado o superioridad. Los artculos 4o., 5o., 6o.y 7o. normaban la conducta a seguir en caso de conflicto con unapotencia extranjera, rompiendo relaciones con sta, suministrando

    47Jos G. Paz Soldn, Oficio de remisin de los tratados de unin y alianza y de conser-

    vacin de la paz, Lima, 27 de enero de 1865, Congresos americanos de Lima,v.I, p. 545.

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    los medios de defensa a los agredidos e impidiendo convenios depaz o de tregua que no incluyesen al conjunto de aliados. El artcu-lo 8o. estipulaba que si una de las partes agreda a otra u otras, laconfederacin se portara con ese pas como si fuera una potenciaextranjera. El artculo 10o. organizaba la actividad de la asamblea,la cual deba reunirse aproximadamente cada tres aos para ajustarlos pactos convenientes para estrechar y perfeccionar la unin.Los artculos 12o. y 13o., finalmente, estipulaban que el tratadotendra quince aos de duracin (contables a partir del momentode su firma) y que las cmaras legislativas disponan de dos aospara su ratificacin.48

    El Tratado sobre Conservacin de la Paz, cuyo borrador habasido preparado por Arosemena, pretenda ser un amplio y porme-norizado mecanismo de arbitraje. Los artculos 1o., 2o., 6o. y 7o.obligaban a las partes a no hostilizarse y no recurrir a las armaspara dirimir sus diferencias; a solicitar la mediacin de un rbitro;a impedir que en su territorio se prepararan acciones hostiles contraotra parte, y a que, en caso de queja, los emigrados o asilados pol-ticos fueran alejados de la frontera con el pas denunciante. Comorefuerzo de estas disposiciones, el artculo 8o. prohiba el trnsito

    de tropas, armas y artculos de guerra destinados a obras en con-tra de alguna de las partes signatarias. El 9o. extenda esa norma atodo abastecimiento de pertrechos de guerra a los beligerantes. Losltimos dos artculos consignaban la misma duracin de quinceaos y dos para el canje de las ratificaciones.49

    El Tratado de Correos, previsto en el segundo punto de la agen-da, normaba las prcticas y reglamentos que [] se observan enla conduccin de la correspondencia. El oficio de remisin de estedocumento insista en que sus diez artculos no alteraban el rgimen

    existente salvo en un caso: cuando los pases confederados se hacanconcesin mutua del porte franco de sus agentes diplomticos.50Esa norma no era nueva; un sealamiento similar haba figuradoen el convenio de traslacin de la asamblea de Panam a Tacubaya

    48Tratado de unin y alianza defensiva entre los estados de Amrica contratantes, Lima,23 de enero de 1865, Congresos americanos de Lima,v. I, p. 547-549.

    49Ibid.,v. I, p. 550-552.50Paz Soldn, Oficio de remisin del Tratado de Correos, Lima, 7 de marzo de 1865;

    Tratado de Correos, Lima, 4 de marzo de 1865, Congresos americanos de Lima,v.I, p. 553-556.

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    en 1826, pero no fue aprobado por las cmaras legislativas de lospases asociados.

    El oficio de remisin del cuarto documento, el Tratado de Co-mercio y Navegacin, defina su contenido como un medio parauniformar los intereses y estrecharlos ms por medio de las rela-ciones comerciales, que son las ms a propsito para conseguir dichofin.51Por el artculo 1o., las partes se obligaban a mantener abiertosal comercio mundial sus puertos, ros y mercados. Segn el artculo2o., las personas y los buques de cualquiera de los Estados confede-rados se consideraban nacionales en los otros pases. El 3o. establecael libre uso de astilleros para la construccin, reparacin o carenado

    de las naves, especificando que deban ser buques de guerra. Una delas mayores contribuciones de este tratado, de notables luces econ-micas, estipulada en los artculos 5o., 6o., 7o. y 8o., era la creacinde una moneda comn, adoptando como unidad una pieza de plataigual en peso, dimetro y ley a la moneda de cinco francos franceses.El artculo 9o. consignaba el libre trnsito de las personas en tiemposde paz, mientras que el 10o. otorgaba a los emigrantes los mismosderechos y obligaciones que a los naturales (siempre y cuando fuerancompatibles con las constituciones de los pases signatarios). Al igual

    que los otros tratados, los artculos 14o. y 16o. prevean la validez dequince aos y un plazo mximo de dos para su ratificacin.52

    Desenlace

    Todava no conclua el Segundo Congreso de Lima cuando empeza ser objeto de encendidas crticas. Uno de los aspectos que se le re-prochaba era la confidencialidad de sus conferencias y que se supie-

    ra poco o nada de sus deliberaciones.53

    El reclamo era cuestionable,ya que el contenido de esas tratativas exiga discrecin y desde lapoca de Lucas Alamn se pensaba que la organizacin de confe-rencias casi privadas impeda que las potencias extranjeras las

    51Paz Soldn, Oficio de remisin del Tratado de Comercio y Navegacin, Lima, 13 demarzo de 1865,Congresos americanos de Lima,v. I, p. 557.

    52Tratado de Comercio y Navegacin, Lima, 12 de marzo de 1865, Congresos americanosde Lima,v. I, p. 559-561.

    53Jos Mara Torres Caicedo, Unin Latino-Americana,pensamiento de Bolvar para formar

    una liga americana; su origen y sus desarrollos,Librera de Rosa y Bouret, Pars, 1865, p. 87.

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    Estudios de Historia Moderna y Contempornea de Mxico, n. 39, enero-junio 2010, p. 71-91.

    obstaculizaran.54Otro elemento reprobado era la manera como Pezethaba manejado el conflicto de las islas de Chincha, sin considerara la asamblea y afectando las deliberaciones al mezclar objetivosconfederales y coyunturales. Un tercer factor que desdoraba al Con-greso era el que algunos delegados empezaron a retirarse antes dela clausura de sus sesiones. El primero en hacerlo fue Guzmn porhaber sido elegido senador en su pas. Le sigui Montt por motivospersonales que quiz incluan el rechazo al Tratado Vivanco-Pareja.Luego parti Sarmiento para continuar su misin diplomtica enEstados Unidos.55

    Al momento de la remisin de los tratados, Paz Soldn expresa-

    ba la esperanza de que su publicacin fuera a corregir la injusticiade algunos ataques, pero no fue as;56como en ocasiones anterio-res, ninguno de los acuerdos fue ratificado por los pases signatariossalvo el Tratado de Correos y slo por Colombia. Cul fue la causao las causas de ese desenlace? El efmero armisticio con Espaadesempe un papel importante, sin duda, as como el procesorevolucionario en Per y la inasistencia de pases importantes paralos equilibrios regionales. En particular, las concesiones de Pezety su posterior derrocamiento impidieron que los experimentados

    diplomticos peruanos capitalizaran la iniciativa y mantuvieran elliderazgo heredado de Mxico. Estos hechos, empero, no explicanpor qu los proyectos confederativos fracasaron una y otra vez alo largo de medio siglo, y casi siempre en las instancias encarga-das de revisar y aprobar los tratados. Los factores generales mscitados incluyen la inestabilidad poltica y las severas condicioneseconmicas, las cuales obligaron a los gobiernos a concentrarse enel arreglo de problemas intestinos.57Aunque importantes, estosfactores tienen el inconveniente de su vaguedad y hacen olvidar

    54Circular de la Cancillera de Mxico, Mxico, 13 de mayo de 1831, Archivo HistricoDiplomtico Mexicano, El pacto de familia, p. 123-125.

    55En la conferencia del 16 de febrero de 1865, Sarmiento someti a consideracin de laasamblea la necesidad de fondos para estudiar el sistema educativo de Estados Unidos. Acambio del sostn de su misin, se comprometa a enviar un informe anual desde ese pas.A partir de ese da, Sarmiento dej de participar en las sesiones de la asamblea. Cfr. Expo-sicin de don Domingo F. Sarmiento, anexo a la conferencia del da 16 de febrero de 1865,Congresos americanos de Lima,v. I, p. 531-533.

    56Paz Soldn al ministro de Relaciones Exteriores del Per, Lima, 13 de marzo de 1865,Congresos americanos de Lima,v. I, p. 563.

    57Fraser, The role of the Lima Congress, 1864-1865 in the development of Pan-Ameri-

    canism, p. 345.

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    91LA ASAMBLEA HISPANOAMERICANA DE 1864-1865

    Estudios de Historia Moderna y Contempornea de Mxico, n. 39, enero-junio 2010, p. 71-91.

    que el fracaso era fruto del rechazo legislativo y ste de un procesodecisional. Un aspecto que aclara esta hiptesis es la contradiccinentre la bsqueda de consolidacin de los nuevos estados y la crea-cin de una asamblea supranacional. Esa dicotoma, visible en todoslos ensayos confederativos de 1826 a 1865, planteaba un conflictoinsalvable. De un lado, los nuevos Estados buscaban la afirmacinde su independencia; de otro, procuraban abastecerse de una asam-

    blea defensiva cuyas funciones restaban soberana a las repblicasen materia defensiva, de poltica exterior y aun comercial.