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Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=243016308004 Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal Sistema de Información Científica MARTHA FRÍAS ARMENTA, JOSÉ C. GAXIOLA ROMERO CONSECUENCIAS DE LA VIOLENCIA FAMILIAR EXPERIMENTADA DIRECTA E INDIRECTAMENTE EN NIÑOS: DEPRESIÓN, ANSIEDAD, CONDUCTA ANTISOCIAL Y EJECUCIÓN ACADÉMICA Revista Mexicana de Psicología, vol. 25, núm. 2, diciembre, 2008, pp. 237-248, Sociedad Mexicana de Psicología A.C. México ¿Cómo citar? Fascículo completo Más información del artículo Página de la revista Revista Mexicana de Psicología, ISSN (Versión impresa): 0185-6073 [email protected] Sociedad Mexicana de Psicología A.C. México www.redalyc.org Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto

CONSECUENCIAS VIF EXPERIMENTADA DIRECTA E INDIRECTAMENTE EN NÑ@S

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Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal

Sistema de Información Científica

MARTHA FRÍAS ARMENTA, JOSÉ C. GAXIOLA ROMERO

CONSECUENCIAS DE LA VIOLENCIA FAMILIAR EXPERIMENTADA DIRECTA E INDIRECTAMENTE EN

NIÑOS: DEPRESIÓN, ANSIEDAD, CONDUCTA ANTISOCIAL Y EJECUCIÓN ACADÉMICA

Revista Mexicana de Psicología, vol. 25, núm. 2, diciembre, 2008, pp. 237-248,

Sociedad Mexicana de Psicología A.C.

México

¿Cómo citar? Fascículo completo Más información del artículo Página de la revista

Revista Mexicana de Psicología,

ISSN (Versión impresa): 0185-6073

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Revista Mexicana de Psicología, Diciembre 2008Volumen 25, Número 2, 237-248

CONSECUENCIAS DE LA VIOLENCIA FAMILIAR EXPERIMENTADA DIRECTAE INDIRECTAMENTE EN NIÑOS: DEPRESIÓN, ANSIEDAD,

CONDUCTA ANTISOCIAL Y EJECUCIÓN ACADÉMICA

CONSEQUENCES OF DIRECT AND INDIRECT FAMILY VIOLENCE ON CHILDREN: DEPRESSION,ANXIETY, ANTISOCIAL BEHAVIOR AND ACADEMIC PERFORMANCE

MARTHA FRÍAS ARMENTA1 Y JOSÉ C. GAXIOLA ROMERO

Universidad de Sonora

Resumen: El propósito del presente estudio fue analizar la re-lación entre la violencia familiar que experimentan directa eindirectamente los niños y los problemas escolares que desa-rrollan. Los participantes fueron 75 menores de una casa-ho-gar para niños maltratados de la ciudad de Hermosillo, Sonora,y 75 niños de la población general, a quienes se les aplicó unabatería de pruebas que medían interacciones agresivas en elhogar, conducta antisocial, alteraciones anímicas y problemasescolares. Se especificó y probó un modelo de ecuaciones es-tructurales, relacionando 3 factores: violencia familiar, proble-mas de conducta antisocial y problemas psicológicos. Losresultados indicaron que la violencia familiar, tanto la recibidapor los niños como la observada entre los padres, tuvo un efectodirecto sobre los problemas de conducta y psicológicos, los cua-les tuvieron un efecto, a su vez, sobre los problemas escolares.Palabras clave: violencia familiar, problemas de conducta, pro-blemas escolares

Abstract: The aim of this study was to analyze the influence ofdirect and indirect family violence on children’s antisocialbehavior and on their school difficulties. Participants were 75institutionalized minors victims of child abuse in the city ofHermosillo, Sonora, and 75 children from the general popula-tion. A set of instruments was administered to them for theassessment of aggressive interactions at home, antisocialbehavior, psychological disturbances, and school problems. Astructural equation modeling was specified and tested, whichincluded 3 factors: family violence, antisocial behavior, andpsychological problems. Results of the model indicated thatfamily violence, both the one experienced by children and theone they observed between their parents, had a direct influ-ence on the psychological and behavioral problems, which inturn exerted an influence on school problems.Keywords: family violence, behavior disorders, school problems

La violencia familiar se conoce también como violencia do-méstica o intrafamiliar y comprende varias formas con lasque una persona dentro de una relación familiar le causadaño a otra. Wallace (2005) la define como “cualquieracto u omisión ejecutado por personas que cohabitan yque causa heridas a otro miembro de la familia”. La vio-lencia familiar incluye el maltrato infantil y las agresio-nes entre los miembros de la pareja sexual. Comprendeel maltrato hacia los niños –conocido también como abu-so infantil–, el maltrato hacia la pareja, el abuso entrehermanos y el maltrato hacia las personas mayores. Lavictimización en los menores en casa incluye tanto elmaltrato recibido directamente como la exposición a laviolencia entre sus padres (Kalil & Harris, 2003; Merrill,Tomsen, Crouch, May, Gold & Milner, 2005). Las dos

situaciones producen consecuencias negativas en los ni-ños. Desde la perspectiva de un niño, el maltrato recibi-do de sus padres o cuidadores constituye un tipo deviolencia directa, mientras que el ser testigo de la violen-cia entre sus padres conforma un tipo de violencia indi-recta (Davies, DiLillo & Martínez, 2004; Margolin &Gordis, 2000).

La Organización Mundial de la Salud (OMS) definemaltrato infantil como:

cualquier forma de daño físico y/o emocional, abusosexual, negligencia o cualquier forma de trato negli-gente, comercial u explotación, que resulta en dañoactual o potencial a la salud, supervivencia o desarrollode la dignidad, en el contexto de una relación de

1 Dirigir correspondencia a: Martha Frías Armenta, Universidad de Sonora. Correo electrónico: [email protected]

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responsabilidad, confianza o poder (OrganizaciónMundial de la Salud/ WHO, 1999, pp. 15-16).

El Programa de Prevención al Maltrato Infantil del Sis-tema Nacional de Desarrollo Integral de la Familia (DIF-PRENAM) recibió en el año 2002 23 585 denuncias sobremaltrato infantil, de las cuales fueron comprobados 13 332casos (DIF, 2004). El Instituto Nacional de Estadística, Geo-grafía e Informática (INEGI) indica que en el año 2002 entodo México se recibieron 24 563 denuncias, de las cualesfueron probadas 13 855; en el 2003 fueron 32 218 y secomprobaron 20 235; y en el 2004 fueron 38 554, siendodemostradas 22 842 (INEGI, 2007). En este mismo infor-me, el estado de Sonora aparece con 1 734 denuncias delas que se comprueban 1 084 (INEGI, 2007).

Para el caso de la violencia entre la pareja los datos noson más alentadores. En el estado de Sonora, 49.8% de lasmujeres ha sufrido al menos un incidente de violencia enlos últimos 12 meses (INEGI, 2006). Este porcentaje es elmás alto de la República Mexicana. En general, en Sono-ra se reportaron 220 368 casos de mujeres con al menosun incidente de violencia en el año 2003 (INEGI, 2005).Una encuesta realizada por el INEGI en el Distrito Federalindica que 30% de las familias sufría algún tipo de violen-cia familiar como el maltrato emocional, intimidación oabuso físico o sexual entre sus miembros (INEGI, México,2006). Sin embargo, otro estudio indica que en México70% de las mujeres reporta haber sufrido algún tipo deviolencia dentro del hogar (INEGI, 2006).

Estos datos demuestran que a nivel nacional y estatallos niveles de maltrato infantil y violencia hacia la pareja,así como las repercusiones que se reportan en la literatura,son numerosos. La Organización Mundial de la Salud in-dica que el maltrato infantil ocasiona secuelas físicas a cor-to plazo en los niños, como lesiones diversas en la piel(heridas, quemaduras, laceraciones y abrasiones), heridasabdominales y torácicas, fracturas en diversas partes delcuerpo, daños en el sistema nervioso central, traumas se-veros en las vísceras, daños oculares, daños sexuales yreproductivos e incluso la muerte (OMS, 2002).

La violencia familiar produce problemas de ajusteconductual, social y emocional, que se traducen en con-ducta antisocial en general, depresión y ansiedad y pro-blemas en la escuela. Los problemas de ajuste conductualy social se manifiestan en diferentes esferas –consumo dedrogas, orientación académica y conducta criminal (McGee& Newcomb, 1992)–, en diferentes contextos –la casa, la

escuela, la comunidad– y en diferentes magnitudes quevan desde expresiones leves a las más serias (Resnicow,Ross-Gaddy & Vaughan, 1995). Algunos autores argumen-tan que los problemas escolares, el consumo de drogas yla delincuencia están altamente relacionados pero consti-tuyen factores separados (Guillmore, Hawkins, Catalano,Day, Moore & Abbott, 1991).

La literatura informa que el maltrato produce secuelasen el comportamiento social y emocional como bajaautoestima (OMS, 2002), depresión (Cicchetti & Toth, 2000),impulsividad, conducta antisocial ( Jaffee, Caspi, Moffitt,& Taylor, 2004) y delincuencia (Baldry, 2007). Los niñosque son victimizados presentan un mayor riesgo de desa-rrollar síntomas psicopatológicos y depresión (Putnam,2003) y se comportan de manera agresiva (Baldry, 2007).El maltrato en la infancia temprana predice síntomas dedepresión y ansiedad en la edad adulta, controlando raza,género y edad (Kaplow & Widom, 2007).

Davies et al. (2004), en un estudio llevado a cabo conparticipantes mexicano-americanos en Estados Unidos,encontraron que ser testigos de la violencia de los padresdurante la niñez se asociaba a depresión, baja autoestimay síntomas traumáticos en la edad adulta. Los niños con-tinuamente maltratados tienen más riesgo de desarrollarproblemas emocionales a nivel clínico; sin embargo, losque reciben maltrato transitorio desarrollan problemasemocionales como la ansiedad y la depresión (Éthier,Lemelin & Lacharité, 2004).

Veltman y Browne (2001), en una revisión exhaustivade los estudios empíricos publicados entre los años de1966 y 1999 acerca de los efectos del maltrato infantil enel comportamiento escolar, encontraron que en 75% delas investigaciones el maltrato infantil se asociaba con elretraso en el desarrollo cognitivo o intelectual, con el re-tardo en el lenguaje o con un pobre rendimiento acadé-mico. Los estudios de tipo prospectivo señalan que lasexperiencias de maltrato físico en la niñez incrementanla probabilidad de problemas de conducta en edad esco-lar, los que incluyen al comportamiento opuesto a las re-glas; un pobre autocontrol; mayor probabilidad de repetirgrados, de ser expulsados o suspendidos y una menor pro-babilidad de graduarse; lo cual implica que los niños mal-tratados están en riesgo significativo de presentardificultades académicas subsecuentes a la experiencia delmaltrato (Zolotor et al., 1999). Por otro lado, los síntomasdepresivos se relacionan con dificultades en la adoles-cencia, entre las que se cuentan los problemas escolares

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(Roser & Ecoles, 2000) y las conductas de riesgo (Brown,Lewinsohn, Seeley, & Warner, 1996).

El experimentar abuso durante la infancia se ha rela-cionado con portar armas durante la adolescencia (Leeb,Barrer & Strine, 2007). Los adolescentes que han sido víc-timas de maltrato admiten cometer más delitos violentosque los que no han recibido abuso. De la misma manera,los adolescentes con informes oficiales de maltrato tienenmás arrestos por crímenes cometidos durante la adoles-cencia (Hamilton, Falshaw & Browne, 2002). En un estu-dio longitudinal llevado a cabo por Rebellon y Van-Gundy(2005) se encontró que el abuso infantil era un predictorde los delitos violentos y de los delitos contra la propie-dad; además, otros estudios señalan que la historia demaltrato físico incrementa el riesgo para la conducta anti-social en la adolescencia y en la edad adulta (Cicchetti &Manly, 2001; Egeland, Yates, Appleyard & Dulmen, 2005;Lansford et al., 2002). Las investigaciones realizadas en lalocalidad en la que se desarrolló el estudio que aquí sereporta indican que la conducta antisocial es una de lasconsecuencias a corto plazo del abuso infantil (Frías,Ramírez, Soto, Castell & Corral, 2000). Los adolescentesque son expuestos a prácticas disciplinarias violentas nosólo muestran problemas emocionales y sociales, sino tam-bién en áreas de desarrollo como la autonomía y sus rela-ciones familiares (Bender, et al., 2007). Resnicow,Ross-Gaddy y Vaughan (1995) encontraron que los pro-blemas escolares se relacionan con la conducta antisocial.

La victimización de uno de los padres a manos del otro(violencia indirecta) parece ser otra de las variables clavepara comprender los problemas de conducta de los niños.Algunos estudios demuestran que cuando los padres sonvictimizados los hijos se encuentran en grave riesgo de ma-nifestar problemas de conducta (Litrownik, Newton, Hunter,English & Everson, 2003; Morrel, Dubowitz, Kerr & Black,2003; Thompson, 2007). Más aún, otras investigaciones hanencontrado que la co-ocurrencia de la victimización directae indirecta empeora los efectos de la violencia en los niños(English, Marshall & Stewart, 2003). La violencia (directa eindirecta) produce efectos negativos en la salud mental delas víctimas, siendo la secuela más común la depresión(Matud, 2007). Los niños que experimentan múltiples for-mas de maltrato se encuentran en mayor y más grave ries-go de desarrollar problemas de conducta (Sternberg,Baradaran, Abbott, Lamb & Guterman, 2006).

Desafortunadamente para los niños, la violencia direc-ta covaría significativamente con la indirecta. Slep y

O’Leary (2005) encontraron que en 45% de los casos in-vestigados co-ocurría el maltrato infantil y la violencia en-tre la pareja. Otros autores calculan que la co-ocurrencia deestos dos fenómenos varía entre 30 y 60% (Knickerbocker,Heyman, Slep, Jouriles & McDonald, 2007).

La mayoría de la investigación en esta área se ha lle-vado a cabo en países industrializados. El trasladar estosestudios a contextos socioculturales diferentes a los delas sociedades de mayor afluencia económica ayudaría aentender cómo se comporta este fenómeno en las regio-nes en desarrollo, proporcionando así información que per-mita establecer si las consecuencias del maltrato sonuniversales o si dependen de la situación sociocultural decada lugar. Por otro lado, la mayoría de los estudios anali-zan los efectos de la violencia directa (maltrato infantil),siendo pocos los que han examinado los efectos combi-nados de la violencia directa e indirecta en niños. Ade-más, también son pocos los estudios existentes que hanrevisado la relación entre el maltrato infantil y la ejecu-ción académica o el ajuste escolar de los niños, inclusoen los países industrializados, a pesar de que ésta es unade las consecuencias más mencionadas en la literatura.

Para investigar los efectos de la violencia directa e indi-recta contra los niños, el presente estudio utiliza una for-ma integral de análisis de datos –el modelamientoestructural– con el que se desarrollan al mismo tiempoanálisis factoriales confirmatorios y regresiones estadísti-cas entre los factores resultantes, midiendo los efectos di-rectos e indirectos de las variables independientes en lasvariables dependientes (Bentler, 2006). A este respecto,aunque existen estudios que miden las secuelas de la vio-lencia familiar (Matud, 2007; Frías, 2002), son pocos losque han medido el efecto de las variables exógenas eintermedias en las variables dependientes. Los resulta-dos podrían utilizarse para entender las causas del ajusteescolar en los niños y para elaborar programas de pre-vención y atención de estos problemas escolares. Ade-más, podrían utilizarse como sustento para establecerprogramas de intervención con niños maltratados y queson testigos de la violencia familiar.

Por lo anterior, este trabajo analiza la relación entrela violencia familiar que experimentan directa e indirec-tamente los niños y los problemas escolares que desarro-llan, indagando si dichos problemas son mediados porfactores psicológicos como la depresión y ansiedad y deconducta antisocial, los cuales resultan, a su vez, de laviolencia familiar vivida por los menores.

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MÉTODO

Participantes

Se seleccionaron 75 niños de una casa-hogar para niñosmaltratados y 75 niños de la población general de la ciu-dad de Hermosillo. La muestra de la casa-hogar se cons-tituyó con todos los niños internos que tenían menos deun mes de ingreso. Los niños de la muestra comunitariafueron elegidos de las mismas escuelas en donde estu-diaban los menores de la casa-hogar, con similares ca-racterísticas socioeconómicas y demográficas a las de losniños maltratados, considerando como variables de com-paración la edad, el sexo, el ingreso económico y el niveleducativo. Todo lo anterior para que los menores de lamuestra comunitaria fungieran como grupo control ode comparación. Los participantes entrevistados cur-saban el nivel de primaria, de los cuales 68% fueronniños y 32% niñas. La edad promedio de los partici-pantes entrevistados fue de 10 años con una mínimade 6 y una máxima de 14. En promedio los participan-tes tenían 3 hermanos. La edad promedio del padre fuede 36 años y la de la madre de 33. El grado escolar delos menores oscilaba entre primero y sexto de prima-ria. La mayoría de ellos cursaba el cuarto (29%) y elsexto grado (27%). El 60% de las madres se dedicaba alhogar y aproximadamente 70% de los padres eran em-pleados. En su mayoría los progenitores habían cursa-do hasta la enseñanza preparatoria (86% de los padresy 60% de las madres).

Instrumentos

El estudio utilizó una batería de instrumentos que com-prendía, primeramente, la medición de variables demo-gráficas tales como la ocupación, el nivel escolar y elingreso de los padres, así como el nivel educativo de losmenores. Se emplearon, además, las escalas que se deta-llan a continuación:

Maltrato infantil. Se utilizó la Escala de Tácticas deConflicto de Straus, Hamby, Finkelhor, Moore y Runyan(1998) para medir el abuso a los menores. Este instru-mento se elaboró originalmente en inglés y expertos bi-lingües la tradujeron al español y la re-tradujeron al inglés,con el fin de confirmar su correcta transcripción. Poste-riormente fue piloteada en población mexicana y se co-

rrigieron los reactivos que mostraron poca consistenciainterna. Esta misma escala se ha utilizado en otros estu-dios en poblaciones mexicanas mostrando adecuadosniveles de confiabilidad (Frías, Corral, Moreno &Rodríguez, 2000; Frías, Ramírez, Soto, Castell & Corral,2000). El instrumento contiene reactivos que miden lafrecuencia de la violencia que ejercen los padres hacialos hijos en una escala de 0 a 6, en donde: 0 = nunca, 1 =una vez, 2 = dos veces, 3 = tres a cinco veces, 4 = de seisa diez veces, 5 = de once a veinte veces, y 6 = más deveinte veces. Straus (1991) obtuvo un alfa de Cronbachde .72 para toda la escala. En el presente estudio estaescala produjo un alfa de .89 para la medición del mal-trato recibido de la madre y .90 para el maltrato recibidodel padre. El instrumento para medir maltrato infantil esuna versión del CTS adecuada a niños.

Violencia entre pareja. Los niños respondieron cuántasveces su padre manifestaba conductas agresivas en con-tra de su madre, respondiendo la Escala de Tácticas deConflicto de Straus et al. (1998). Este instrumento, al igualque el anterior, se elaboró en los Estados Unidos y ex-pertos lo tradujeron al español. Para aumentar laconfiabilidad de la traducción, otro traductor tradujonuevamente la entrevista al inglés. Los reactivos del cues-tionario miden la frecuencia con la que las mujeres infor-man haber recibido agresiones por parte de sus parejas,en un rango de 0 a 6, en donde: 0 = nunca, 1 = una vez,2 = dos veces, 3 = tres a cinco veces, 4 = de seis a diezveces, 5 = de once a veinte veces, y 6 = más de veinteveces. Para medir la violencia hacia los hombres se utili-zó el mismo instrumento, en esta ocasión solicitando alos niños que refirieran cuántas veces había mostrado sumadre las mismas conductas en contra de su padre. Straus(1990) encontró un alfa de Cronbach de .78 para toda laescala. En el presente estudio el alfa obtenido fue de .91.

Depresión y ansiedad. Esta variable se midió emplean-do la Escala de Hamilton (1980, 1985), quien informa deun alfa de .93. Consta de 29 reactivos, evaluando la fre-cuencia con la que el participante ha sentido depresión otristeza, culpa, pensamientos suicidas, dolores y moles-tias, entre otros cambios, durante las últimas dos sema-nas. Los síntomas incluyen alteración del apetito,agitación o lentitud psicomotora, disminución de ener-gía, sentimientos excesivos o inadecuados de inutilidado culpa, dificultades de pensamiento o de concentración,e ideas o intentos de suicidio (American PsychiatricAssociation, Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos

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mentales, DSM-III-R, 1987). Los participantes manifesta-ron el número de veces que experimentaron alguno delos síntomas considerados en las últimas dos semanas,empleando una escala de 0 a 4, en donde 0 = ningún día,1 = uno o dos días, 2 = de tres a cinco días, 3 = de seis adiez días, y 4 = más de diez días. El instrumento se haempleado en estudios previos desarrollados en la locali-dad del presente estudio. Frías (2002) refirió una alfa deCronbach de .72 y en el presente estudio este indicadorfue de .85.

Consumo de alcohol. El consumo de alcohol y drogasdel menor, un indicador de conducta antisocial, se midiócon preguntas obtenidas del Inventario de Diagnósticode Alcohol para adolescentes (Reich & Herjanic, 1989).Se utilizaron tres reactivos del inventario, los cuales mi-den la frecuencia y la cantidad de alcohol que ingería elmenor por semana. La frecuencia se midió en una escalade 6 puntos (0 = nunca... 5 = todos los días de la semana)y la cantidad en una escala de 5 puntos (0 = nada... 4 =más de seis bebidas en cada ocasión). El alfa de Cronbachobtenido en el presente estudio fue de .81.

Conducta antisocial y delictiva. Está constituida por 17reactivos que miden el número de veces que el niño hacometido un acto o conducta antisocial o delictiva es-pecificada en el instrumento durante los 12 meses ante-riores a la entrevista, en donde: 0 = nunca, 1= una, 2=dos veces, 3 = de tres a cinco veces, 4 = de seis a diezveces, 5= de once a veinte veces, y 6= más de veinteveces. Las acciones reflejan el número de veces que losmenores manifestaron haber golpeado a alguien, roba-do cosas u ocasionado daños en propiedad ajena en elúltimo año. En un estudio previo se obtuvo un alfa de.75 para esta escala (Frías, Ramirez, Soto, Castell & Co-rral, 2000), misma que se encontró para el presente es-tudio.

Problemas escolares. Esta escala se elaboró ex profeso parala presente investigación y consta de 11 reactivos quemiden el número de veces que el menor realizó, en elúltimo año, alguna de las conductas o situaciones especi-ficadas como “le mandaron castigado con el director”,“le suspendieron de la escuela”, “le expulsaron de la es-cuela”, “le costó trabajo obedecer las reglas de la escue-la”, etcétera, de acuerdo con una escala de 0 a 5, en donde0 es nunca, 1 = uno o dos veces, 2 = de 3 a 5 veces, 3 =de 6 a 10 veces, 4 = de 11 a 20 veces, y 5 = más de 20veces. El alfa de esta escala fue de .75.

Procedimiento

Se entrevistó a los menores referidos como maltratadosen la casa-hogar en donde residían, mientras que a losniños de la población general en las escuelas a dondeasistían. A todos se les pidió su participación voluntaria yse les aseguró la confidencialidad de la información pro-porcionada; además se les notificó que podían dejar decontestar en cualquier momento cualquier pregunta queno les pareciera conveniente o que les incomodara.Adicionalmente, se obtuvo el consentimiento informadode los padres de los menores que participaron en el estu-dio. Los entrevistadores fueron estudiantes de los últi-mos semestres de la carrera de psicología. La entrevistaduró alrededor de 30 minutos.

Análisis de datos

Se calcularon estadísticas univariadas, medias y desvia-ciones estándar para las variables continuas y frecuenciaspara las variables categóricas del estudio. Además, se com-putaron alfas de Cronbach para determinar la confiabilidadde las escalas y se elaboraron índices con los reactivos delos cuestionarios incluidos en el estudio, para agrupar lasvariables una vez determinada la confiabilidad de las es-calas. Un índice se conforma promediando las respues-tas de todas las variables dentro de una escala. Se presumela representatividad del índice después de que se obtienela consistencia de ésta, según lo indica el alfa de Cronbach.Se conformaron 9 índices, representando a la violenciaentre la pareja, el maltrato recibido por parte del padre yde la madre, la depresión, la conducta delictiva, la con-ducta antisocial, la ansiedad, el consumo de alcohol y losproblemas escolares.

Posteriormente, se especificó un modelo de ecuacionesestructurales en el que se estimaron los efectos directos eindirectos de la variable exógena “violencia familiar” enlas variables mediadoras “problemas de comportamien-to antisocial” y “problemas psicológicos” y el de éstas enla variable dependiente “problemas escolares”. Para elanálisis fueron agrupadas las dos muestras con el fin decontar con mayor variabilidad en los datos, ya que, apesar de que se encontró que en los dos grupos se infor-maba de algún tipo de maltrato, en el grupo de niñosatendidos éste era mayor. El análisis de ecuaciones es-

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tructurales contiene dos componentes principales: elmodelo de medición y el modelo estructural (Bentler,2006). El modelo de medición consiste en un análisisfactorial confirmatorio en donde las variables latentes seconforman a partir de interrelaciones entre variablesobservadas. Hipotéticamente se especificaron tres facto-res: el de violencia familiar, formado por los índices mal-trato infantil del padre y la madre y violencia entre pareja;el factor de problemas de comportamiento antisocial, con losíndices de conducta delictiva, conducta antisocial y con-sumo de alcohol; y el tercer factor fue el de problemaspsicológicos, con los índices de ansiedad y depresión. Elmodelo estructural refiere las relaciones entre las varia-bles latentes o factores formados, y entre éstos y variablesobservadas que no constituyen a los factores. En estemodelo se planteó la hipótesis de que la violencia fami-liar afectaría a las variables intermedias “problemas psi-cológicos” y “comportamiento antisocial” y éstas, a suvez, a los problemas escolares de los menores.

Para determinar la pertinencia del modelo propuestose utilizaron indicadores de bondad de ajuste. La bondadde ajuste es un indicador de la pertinencia de una teoríade relaciones entre variables, dada por la corresponden-cia entre el modelo que la representa y los datos utilizadospara probar esa teoría (Corral, Frías & González, 2001).Para medir la bondad de ajuste del modelo se utilizarondos tipos de indicadores: estadísticos y prácticos. El indi-cador estadístico chi cuadrada (X2) determina la diferen-

cia entre el modelo teórico propuesto y un modelo satu-rado formado por las relaciones entre todas las variables.Si el modelo teórico es pertinente, éste no es diferentedel saturado, por lo que la X2 tendrá un valor bajo y nosignificativo (p >.05), sin embargo, la X2 es susceptible altamaño de la muestra; si la muestra es grande ocasionaque sea significativa, por lo que se toman en cuentaindicadores prácticos para medir la pertinencia del mo-delo. Los indicadores prácticos empleados se derivan dela X2; éstos controlan el efecto del número de sujetos so-bre la significatividad de la comparación. El nivel mínimoaceptable de los indicadores prácticos para considerar unmodelo con una adecuada bondad de ajuste es de .90. Losindicadores prácticos empleados fueron el Índice Bentler-Bonett de Ajuste No Normado (NNFI, por sus siglas eninglés) y el Índice de Ajuste Comparativo (CFI). Tambiénse consideró el indicador de la Raíz Cuadrada del Cua-drado Medio del Error de Aproximación (RMSEA, por sussiglas en inglés) cuyo valor deberá ser menor a .08 comoevidencia de bondad de ajuste (Browne & Cudeck, 1993).

Resultados

El abuso que recibieron los menores en los últimos 6meses se exhibe en la Tabla 1. Un 60% de ellos manifestóhaber recibido al menos un tipo de maltrato en los últi-mos 6 meses.

Tabla 1

Porcentaje de menores que reciben diferentes formas de abuso al menos una vez en los últimos 6 meses. Muestra total.

Indicador de abuso Porcentaje padre Porcentaje madre

Grita 52 60Amenaza con pegarte 42 57Te dice groserías 28 37Te llama tonto 33 37Dice que te correrá de casa 12 15Dice correrá a golpes 16 11Golpea con mano 44 53Golpea en la mano 37 42Golpea con cinto 40 44Golpea en la cara 19 22Da patadas 11 12Ha jalado 17 19Pega constantemente 15 14Agarra del cuello 7 8

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La Tabla 2 muestra el porcentaje de los episodios deviolencia presenciados por los menores. Más del 40% haatestiguado algún episodio de violencia entre sus padresen los últimos 6 meses.

La Tabla 3 presenta las alfas de Cronbach de las esca-las utilizadas en el modelo. Todas ellas resultaron mayo-res a .60.

La Tabla 4 muestra las diferencias de medias de lasvariables demográficas que fueron tomadas en cuentapara equiparar las muestras. A este respecto no se encon-traron diferencias significativas entre los dos grupos, porlo que se concluye que son equivalentes.

La Figura 1 exhibe los resultados del modelo estructu-ral. La forma de las líneas que unen las figuras en el dibujo

indican los niveles de significancia: las líneas continuasindican que los coeficientes estructurales son significativosy el caso contrario se indica con líneas discontinuas. Pri-meramente se probó la validez de constructo de las va-riables latentes medidas (violencia familiar, problemaspsicológicos y de conducta en niños). Este modelo pro-dujo pesos factoriales altos y significativos entre todoslos indicadores y sus respectivas variables latentes, lo cualindicaría validez convergente, mientras que los valoresmás bajos de covarianza entre los factores indicaría vali-dez discriminante (Corral & Figueredo, 1999), formán-dose los factores hipotetizados (violencia familiar,problemas de conducta antisocial y problemas psicoló-gicos) tal y como se preveía.

En el modelo estructural, la violencia familiar produ-jo un efecto significativo en los problemas de conducta(coeficiente estructural = .68, p < .05), y en los proble-mas psicológicos (coeficiente estructural = .27, p < .05).A su vez, los problemas escolares fueron impactados po-sitivamente por los problemas psicológicos (coeficienteestructural = .23, p < .05) y por los problemas de con-ducta (coeficiente estructural = .35, p < .05). En el mode-lo, la R2 para los problemas de conducta antisocial fue de.46. Los índices prácticos de bondad de ajuste del mode-lo señalan que éste se ajusta a los datos, ya que el ÍndiceBentler-Bonett de Ajuste No Normado (NNFI) y el Índi-ce de Ajuste Comparativo (CFI) fueron cercanos a .90 yel indicador de la Raíz Cuadrada del Cuadrado Mediodel Error de Aproximación (RMSEA) fue menor a .08.

Tabla 2

Porcentaje de los episodios de violencia familiar presenciados por el hijo(a), referido por el hijo(a).

Indicador de abuso Porcentaje padre Porcentaje madre

Insulta o dice malas palabras 41 43Le tira con algún objeto 23 30La empuja 15 29Le pega cachetadas 14 27Le pega patadas 10 17La golpea 7 19La ha tratado de estrangular 4 5La ha acuchillado 5 5Le ha roto ropa 5 6

Tabla 3

Alfas de Cronbach para las escalas del estudio

Escala/Variables Alfa

Violencia hacia mujeres (Tácticas de Conflicto) .91Maltrato del padre (Tácticas de Conflicto) .90Maltrato de la madre (Tácticas de Conflicto) .89Conducta antisocial .75Delincuencia .64Alcohol .81Depresión .85Ansiedad .85Problemas escolares .75

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DISCUSIÓN

El propósito de esta investigación fue analizar los efectosde la violencia familiar en niños, confirmando sus resul-tados una vez más la hipótesis de que la violencia fami-liar produce secuelas nocivas en numerosas esferas delcomportamiento infantil. Un objetivo central del estudiofue determinar si la violencia indirecta (presenciar un epi-sodio agresivo entre padres) contribuía a dichas secuelastanto como lo hace la violencia directa. Se comprobaronlas hipótesis centrales del estudio: por un lado, la violen-cia directa se relaciona significativamente con la indirecta,generando ambas un factor de violencia familiar que in-

cluye maltrato hacia los niños y agresiones entre la pareja.Por otro lado, esta violencia familiar a su vez genera pro-blemas en el ajuste social, emocional y conductual en losniños. Sin embargo, los efectos que se producen en cadauno de estos ajustes son diferentes. La violencia muestraun efecto directo en la depresión y ansiedad y en la con-ducta antisocial, pero el efecto es indirecto hacia los pro-blemas escolares. Algunos autores han propuesto amanera de hipótesis que los problemas de ajuste emocio-nal y social constituyen un solo constructo; sin embargo,esta investigación demostró que son factores diferentes yque la violencia familiar produce efectos diferenciales encada uno de ellos.

Tabla 4

Diferencias de medias del sexo entre el grupo referido y la muestra comunitaria

Grupo Media DE t p

Comunitario 1.3 .54 -0.34 .73Reportado 1.3 .59

Diferencias de niveles de escolaridad del menor entre el grupo referido y la muestra comunitaria

Grupo Media DE t p

Comunitario 3.8 1.8 0.37 .71Reportado 3.7 1.7

Diferencias de niveles de escolaridad del padre entre el grupo referido y la muestra comunitaria

Grupo Media DE t p

Comunitario 3.6 2.2 -1.39 .16Reportado 3.0 1.8

Diferencias de niveles de trabajo del padre entre el grupo referido y la muestra comunitaria

Grupo Media DE t p

Comunitario 2.4 1.7 0.21 .83Reportado 2.3 1.7

Diferencias de niveles de trabajo de la madre entre el grupo referido y la muestra comunitaria

Grupo Media DE t p

Comunitario 2.6 1.2 -0.29 .77Reportado 2.6 1.5

Consecuencias de la violencia familiar en niños 245

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En el presente modelo, las dos formas de violencia –directa e indirecta– produjeron un efecto positivo en losproblemas psicosociales de los menores, manifestándoseéstos como problemas de conducta, alteraciones psicoló-gicas y problemas escolares. Esto indicaría que los me-nores que son victimizados, directa o indirectamente,tienden a consumir más alcohol, a manifestar más depre-sión, ansiedad y conducta antisocial, lo cual a su vez re-percute en suspensiones y expulsiones escolares. Losresultados son consistentes con otros estudios que mues-tran una asociación entre la violencia doméstica y diver-sos problemas psicosociales (Knickerbocker et al., 2007;Matud, 2007; Sternberg et al., 2006).

Un hallazgo importante en esta investigación fue quela violencia familiar predice 46% de la varianza de losproblemas de conducta antisocial en los niños, indican-do que los episodios de agresión doméstica prácticamen-

te anticipan la mitad de los problemas de conducta anti-social o delictiva a desarrollar por los menores. Estocoincide con lo encontrado por Egeland et al. (2005);Leeb et al. (2007); Hamilton et al. (2002); Rebellon y Van-Gundy (2005); Cicchetti y Manly (2001); Lansford et al.(2002), quienes informan que el abuso infantil es unpredictor de conducta antisocial y delictiva y, en algunasocasiones, de delitos violentos. Los estudios en la locali-dad en donde se desarrolló la presente investigación se-ñalan también que la conducta antisocial es una de lasconsecuencias a corto plazo del abuso infantil (Frías etal., 2000).

En el modelo probado en la presente investigación laviolencia familiar manifestó un efecto positivo en los pro-blemas emocionales o psicológicos, indicando que laspersonas que son víctimas de la violencia presentan unmayor riesgo de desarrollar síntomas de depresión y an-

Figura 1. Modelo estructural de violencia familiar como predictor de problemas del comportamiento. Todos los coeficientes estructuralesy pesos factoriales son significativos (p <.05). Bondad de ajuste: N=150; X2= (24) 45.89, p = .004, NNFI = .90, CFI = .93; RMSEA =.07. R2=.21.

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siedad. Esto concuerda con estudios anteriores que mues-tran que el maltrato infantil se relaciona con altos nivelesde esas alteraciones psicológicas (Finkelhor, Omrod &Turner, 2007).

Los problemas de comportamiento antisocial y los psi-cológicos produjeron un efecto positivo en los problemasescolares, lo que señala que la antisocialidad y el desequi-librio emocional se manifiestan en el contexto escolar comoreportes debidos a conductas inapropiadas y a la reproba-ción. El efecto de la violencia familiar en los problemasescolares fue indirecto, ya que éste se manifestó a travésde los problemas de conducta y a los psicológicos.

Los resultados aquí expuestos sugieren que la violen-cia doméstica produce secuelas nocivas que alcanzan to-dos los niveles de la secuencia familia-persona-escuela.Como consecuencia de lo anterior, cualquier interven-ción dirigida a incidir en los problemas de conducta es-colar debe incluir la asistencia o tratamiento a las víctimasde violencia familiar, vivida tanto directa como indirec-tamente. Dada la significativa relación encontrada en-tre estas dos formas de agresión doméstica, es deesperarse que un porcentaje significativo de los niñosque experimentan maltrato infantil también sean testi-gos de agresiones de un padre hacia el otro, por lo quelos tratamientos deberán considerar a ambos tipos demaltrato. Por supuesto, la prevención de la violenciadoméstica es un tema de carácter fundamental en elabordaje de los problemas de conducta. Para prevenirla delincuencia hay que prevenir la violencia familiaro, si ésta ya ocurrió, proporcionar tratamiento a las víc-timas.

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Recibido: 16 de agosto de 2007Aceptado: 10 de julio de 2008