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relmis.com.ar [66] Revista Latinoamericana de Metodología de la Investigación Social. Nº3, Año 2. Abril-Septiembre 2012. Argentina. ISSN: 1853-6190. Pp. 66-82. Contribuciones para tramar una metodología expresivo Contribuciones para tramar una metodología expresivo Contribuciones para tramar una metodología expresivo Contribuciones para tramar una metodología expresivo-creativa. creativa. creativa. creativa. Ejercicio de lectura de dibujos de mujeres de Villa Ejercicio de lectura de dibujos de mujeres de Villa Ejercicio de lectura de dibujos de mujeres de Villa Ejercicio de lectura de dibujos de mujeres de Villa La Tela, Córdoba La Tela, Córdoba La Tela, Córdoba La Tela, Córdoba Contributions to planning a creative expresive methodology. Reading drawings of women in Villa La Tela, Córdoba. Juliana Huergo Juliana Huergo Juliana Huergo Juliana Huergo Ileana Ibáñez Ileana Ibáñez Ileana Ibáñez Ileana Ibáñez Resumen Resumen Resumen Resumen El presente artículo es una primera lectura posible de dibujos realizados en el marco de dos investigaciones en curso en la ciudad de Córdoba, Argentina. Hemos seleccionado una secuencia de trabajos realizados por un grupo de mujeres de Villa La Tela con el objetivo de reconocer sentidos, sensaciones y emociones en relación con la comida y con el comer. Centraremos nuestro interés en presentar el conjunto de técnicas utilizadas, las reflexiones teóricas y metodológicas que el proceso de investigación requirió. En este sentido, lo aquí desarrollado pretende ser un aporte para pensar formas de indagación cualitativa; particularmente, el abordaje del concepto de Unidad de Experienciación de Adrián Scribano como noción innovadora para comenzar a tramar una metodología desde el uso de técnicas expresivo- creativas. Palabras clave: Palabras clave: Palabras clave: Palabras clave: Unidad de Experienciación, creatividad, expresividad. Abstract Abstract Abstract Abstract This article is a possible first reading of drawings made in the context of two investigations that are being carried out in the city of Cordoba, Argentina. In order to recognize senses, sensations and emotions related to food and eating we selected a sequence of drawing productions done by a group of women of Villa La Tela. We are interested in showing the set of techniques used and the theoretical and methodological reflections that the research process required. In this sense, our developments try to contribute to think of different ways of making qualitative inquiry, particularly the approach of the concept unit of experiencing proposed by Adrian Scribano which represents a notion to engineer a methodology from the use of creative and expressive techniques. Keywords Keywords Keywords Keywords: Unit of Experiencing, creativity, expressiveness.

Contribuciones para tramar una metodología expresivoo

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Revista Latinoamericana de Metodología de la Investigación Social. Nº3, Año 2. Abril-Septiembre 2012. Argentina. ISSN: 1853-6190. Pp. 66-82.

Contribuciones para tramar una metodología expresivoContribuciones para tramar una metodología expresivoContribuciones para tramar una metodología expresivoContribuciones para tramar una metodología expresivo----creativa. creativa. creativa. creativa.

Ejercicio de lectura de dibujos de mujeres de Villa Ejercicio de lectura de dibujos de mujeres de Villa Ejercicio de lectura de dibujos de mujeres de Villa Ejercicio de lectura de dibujos de mujeres de Villa La Tela, CórdobaLa Tela, CórdobaLa Tela, CórdobaLa Tela, Córdoba Contributions to planning a creative expresive methodology.

Reading drawings of women in Villa La Tela, Córdoba.

Juliana HuergoJuliana HuergoJuliana HuergoJuliana Huergo

Ileana IbáñezIleana IbáñezIleana IbáñezIleana Ibáñez

Resumen Resumen Resumen Resumen

El presente artículo es una primera lectura posible de dibujos realizados en el marco de dos investigaciones en curso en la ciudad de Córdoba, Argentina. Hemos seleccionado una secuencia de trabajos realizados por un grupo de mujeres de Villa La Tela con el objetivo de reconocer sentidos, sensaciones y emociones en relación con la comida y con el comer. Centraremos nuestro interés en presentar el conjunto de técnicas utilizadas, las reflexiones teóricas y metodológicas que el proceso de investigación requirió. En este sentido, lo aquí desarrollado pretende ser un aporte para pensar formas de indagación cualitativa; particularmente, el abordaje del concepto de Unidad de Experienciación de Adrián Scribano como noción innovadora para comenzar a tramar una metodología desde el uso de técnicas expresivo- creativas.

Palabras clave:Palabras clave:Palabras clave:Palabras clave: Unidad de Experienciación, creatividad, expresividad.

AbstractAbstractAbstractAbstract

This article is a possible first reading of drawings made in the context of two investigations that are being carried out in the city of Cordoba, Argentina. In order to recognize senses, sensations and emotions related to food and eating we selected a sequence of drawing productions done by a group of women of Villa La Tela. We are interested in showing the set of techniques used and the theoretical and methodological reflections that the research process required. In this sense, our developments try to contribute to think of different ways of making qualitative inquiry, particularly the approach of the concept unit of experiencing proposed by Adrian Scribano which represents a notion to engineer a methodology from the use of creative and expressive techniques.

KeywordsKeywordsKeywordsKeywords:::: Unit of Experiencing, creativity, expressiveness.

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Texto escrito a máquina
SOC 34 - Unidad 4 57 Copias
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0.0.0.0. IntroducciónIntroducciónIntroducciónIntroducción1111

El presente artículo es un comienzo de sistematización y análisis de expresiones creativas realizadas en el marco de dos investigaciones en curso2. Ambas tienen como lugar de indagación enclaves urbanos de la ciudad de Córdoba, Argentina, signados por la socio-segregación, aunque con condiciones habitacionales diferentes. A los fines a analíticos de este texto hemos seleccionado una secuencia de dibujos de mujeres habitantes de Villa La Tela.

La Tela es una de las villas de emergencia más grandes y antiguas de la ciudad de Córdoba3. Estructuralmente, comprende un total de 22 manzanas, ubicadas en dos hileras de once, atravesadas por la calle principal, y las calles que trazan el espacio de circulación son de tierra. Algunas manzanas disponen de un circuito de pasajes internos. Las viviendas, en su conjunto, son construcciones precarias: la gran mayoría presenta pisos de material, los techos son de madera o de chapa –algunos rellenos de goma espuma y sujetados con piedras en su exterior–, en algunas ocasiones las aberturas de las ventanas presentan nylon, tela y/o cartón en reemplazo del vidrio, y las puertas son una prioridad por cuestiones de “seguridad”. En relación con los servicios, la energía eléctrica está legalizada a través de una tarifa social, la cual representa la principal fuente de combustible de los hogares. Si bien el agua está instalada legalmente4, existen problemas de abastecimiento en determinadas zonas del lugar. La red de gas se extiende hasta el barrio colindante (San Roque) pero no ingresa a la Villa. Actualmente, las organizaciones locales están representadas por Centros Comunitarios (2) y el Centro Integrador Comunitario, en cuyas instalaciones funciona el Centro de Salud N°31 junto a otros programas sociales municipales.

El objetivo de indagación en este espacio geográfico radicó en la experiencia de la comida en un sentido amplio: nos referimos a la energía y los nutrientes que aporta, sus sabores y aromas característicos, pero también los sentidos, valores e interacciones que se condensan en el comer. Recordemos que etimológicamente la comida proviene del latín comedere, el prefijo com nos refiere a que es un acto situado (tiempo y espacio) que se realiza con otros; a su vez, edere refiere a la acción misma de comer-morder los alimentos que está movilizada por los procesos fisiológicos sucesivos de hambre y de saciedad5.

A partir de ello reconocimos la necesidad de elaborar otros modos de indagación que permitieran abordar este tipo de temáticas que son complejas de explicar- narrar- compartir con un otro investigador, dado que se traman en el marco de lo posible de acuerdo a las condiciones materiales de vida de los grupos familiares. En ese sentido, consideramos propicia la generación de instancias de cierta intimidad para la conexión y reflexión sobre estos tópicos y que, en esta oportunidad particular, la situación de entrevista podía llegar a obturar. La apuesta fue entonces elaborar una praxis metodológica de encuentro entre sujetos para compartir la vivencia, el recuerdo y la proyección como temporalidades que se instancian en la experiencia. Esta praxis fue elaborada a partir de considerar a la experiencia estética -técnicas de expresión como el teatro, la pintura, el dibujo, la fotografía, la música- productiva en una doble vía: para generar momentos de expresividad y como objetos expresivos en sí mismos. Al exceder las posibilidades de la palabra y la pregunta, se da paso al cuerpo, a los sentidos, es decir, a modalidades de decir/actuar donde los sujetos encuentran otras formas (oblicuas en un sentido, pero directas en otro) para decir su

1 Queremos agradecer especialmente a María Eugenia Boito por sus apreciaciones y aportes tanto para la realización de este trabajo como para nuestras experiencias de investigación. 2 Las imágenes, testimonios y escenas que analizaremos corresponden a fuentes primarias relevadas por las autoras en la ciudad de Córdoba, Argentina. Ileana Ibáñez (año 2008 a la actualidad): Infancia, subjetividad y experiencia en las ciudades barrio de Córdoba: ser niño/a en la “Ciudad perdida”. Juliana Huergo (año 2008 a la actualidad): Estrategias de reproducción alimentaria de las familias de Villa La Tela. 3 Las primeras familias pobladoras datan de aproximadamente 1960. Sin embargo, el gran crecimiento poblacional ocurre movilizado por dos crisis nacionales, la de las décadas del ´80-90 y la del año 2001. Hoy en día, en lo que respecta a su estructura poblacional, está conformada por 2244 habitantes (aproximadamente 500 familias). Es una población mayoritariamente joven (menores de 18 años). 4 Tales servicios se consiguieron a través del reclamo de vecinos organizados, sumado a la voluntad política del gobierno municipal de ese momento (la gestión de Luis Juez). 5 Claude Fischler (1995) señala que los seres humanos somos los únicos seres vivos que en cada acto de incorporación de alimentos/comidas comemos simultáneamente: nutrientes y sentidos.

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mundo. De este modo, se recuperaron los aportes6 de Lev Vygotski (1930) y Adrián Scribano (1998, 2003, 2008, 2010, 2011, 2012), que a partir de sus desarrollos teóricos y sus experiencias empíricas nos brindan marcos analíticos fundamentales para realizar una posible lectura de los productos creados por las técnicas expresivas.

Como estrategia expositivo-argumentativa realizaremos primero un esbozo teórico-metodológico de las implicancias de estas formas de indagación como praxis expresiva-creativa. Luego, propondremos lugares de reflexividad acerca de la instancia del taller que fueron importantes para la reformulación de estrategias y la interpretación de los datos durante la práctica de investigación. Para finalizar, expondremos la sistematización de las estrategias realizadas y analizaremos los datos en tanto dan cuenta de unidades de experienciación (UE).

I.I.I.I. Praxis metodológica expresivaPraxis metodológica expresivaPraxis metodológica expresivaPraxis metodológica expresiva----creativacreativacreativacreativa7777

La imaginación es una función vital de los seres humanos que se relaciona ineludiblemente con la realidad y la experiencia, de ella deviene el caudal informativo que dará forma a la producción creativa. La praxis propuesta como modo de indagación se constituye como lugar de experienciación y reflexión donde el cuerpo se pone en acción para poder decir el mundo desde la expresividad; en este caso, los múltiples trazos, las formas, los colores, los objetos, los personajes y sus interacciones en el papel.

[la expresividad] deja paso a otras vías para dar forma a la voz, el sujeto recobra la porción de identidad que oculta el silencio y re-toma la realidad desde su potencial reconocimiento (…) Todo acto de expresividad involucra re-ligarse al todo, reconectarse con los otros desde el hacer visible las prácticas que todavía no se han dicho (…) La práctica de expresión se compone de símbolos y sentidos que siempre están más allá de la “realidad a ojo desnudo” (…) [los dibujos], simbolizan puntos de inflexión de la naturalidad del mundo social y re-mapean los significados. Al recolocar los símbolos en pinturas del mundo elaboradas desde el margen, éstos rediseñan aquello sobre lo que “nos hacen pensar” (Scribano, 2003: 83-84).

A partir de las partes del dibujo el sujeto materializa una totalidad pero a la vez da cuenta de aquello que dejó afuera. Siguiendo esta línea de pensamiento, los aportes de Vygotski nos sirven para articular esta perspectiva al proceso creador. Entonces, entendemos a la actividad creativa como aquella acción generadora de algo nuevo que deviene de las posibilidades biológicas y de la experiencia social y subjetiva. Como señala este autor:

El cerebro no sólo es un órgano capaz de conservar o reproducir nuestras pasadas experiencias, sino que también es un órgano combinador, creador; capaz de reelaborar y crear con elementos de experiencias pasadas nuevas normas y planteamientos (Vygotski, 1930: 5).

Los conceptos hasta aquí expuestos: imaginación, creatividad, expresividad y experiencia, se condensan como práctica sensible en el intersticio entre la expresividad (provocada por la imaginación y la creatividad) y las experiencias del sujeto. Estas últimas son entendidas por Scribano como mediaciones itinerantes que se dan en el marco de las relaciones entre las posiciones y condiciones del estar-en el-mundo de los sujetos. Agregando, a su vez, que las experiencias implican un cruce y re-asimilación de las sensaciones que de allí se derivan y de las emociones asociadas dando curso al flujo del hacerse cotidiano de la vida. En efecto, el devenir de la experiencia social de vivencia a narración puede ser capturado a través de la red de expresividad (2008: 264-265).

Para dicha captura, Scribano postula el concepto de UE entendida como una construcción teórico-metodológica que adviene: 6 Queremos mencionar otros aportes que desde distintas disciplinas como la sociología, la antropología y las artes visuales han elaborado estrategias de indagación a partir de la utilización de diferentes técnicas expresivas, como Vaugh K. (2004), Catela Da Silva L. (2010). 7 Las primeras aproximaciones al campo con este tipo de metodología están descriptas en Espoz e Ibáñez, 2008.

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Cuando los sujetos se expresan, cuando construyen imagen sintetizan de un modo u otro, tres procesos concomitantes: la historia social de las imaginaciones posibles hechas cuerpo, la conexión del sujeto con la realidad en la que está inscripta su acción y el conjunto de emociones que porta y crea asociadas a sus propias creencias o pensares (Scribano, 2011: 26).

Asimismo, metodológicamente el autor la sitúa en el hiatus que se abre entre la unidad de análisis y de observación, reconociendo el permanente estado de tensión y auto-implicación mutua entre las tres unidades. Para su captura o registro propone la observación de cuatro juegos iterativos que se materializan en la expresividad de la experiencia del sujeto (Scribano, 2008: 264-265):

1. Capacidad actuante: entendida como la potencia del hacer de los sujetos al presentarse socialmente, y reconociéndola como un dispositivo natural, naturalizado y naturalizante.

2. Narraciones corporales: hace referencia a las marcas bio-gráficas (pasado-presente-futuro) en un tiempo ahí. El mundo hecho cuerpo narra su propia historia.

3. Actos de escucha: en alusión a los modos de no-hacer, no-decir, no-disponerse, es decir, a los silencios, a los blancos de interacción de la vida social trayendo –de esta manera– a escena la ausencia de “intervención” en la lógica de la acción. También considerados parte de la presentación social.

4. Juegos icónicos del sentir: considerados insumos complementarios y conectores centrales entre formas de vida e interacciones de diferentes lenguajes: el llanto, la alegría, la desazón, el fastidio, la euforia, etc. Considerados procesos sociales que otorgan cierta cromaticidad al sentir, expresando las valoraciones externas-internas de un estado-en-el-mundo de los sujetos, que al vivirse de manera personal transforman en subjetivo e individual lo condicionado socialmente.

Estas reflexiones nos permitieron elaborar una estrategia metodológica a la que hemos llamado “expresivo-creativa”; la imaginación y la creación como formas de expresividad que posibilitan el acercamiento a la experiencia del sujeto. Tal como se señaló en párrafos anteriores, en las producciones creativas, por un lado, se materializa una temporalidad presente pero, por el otro lado, rememora un pasado constitutivo y una proyección que se hace presente condicionada por la experiencia vivida y mediada por figura del investigador. De esta manera, se parte de reconocer tres elementos fundamentales que se condensan en toda expresión creativa: la mirada de los sujetos, la mirada del espectador (investigadora en este caso que propone la experiencia creativa recortando el campo de lo posible al imponer un tema y, a su vez, es para quién se escenifica en el marco del encuentro), y por último el “ojo social” que indica cómo ver (Scribano, 2008).

II.II.II.II. La presentación de las técnicasLa presentación de las técnicasLa presentación de las técnicasLa presentación de las técnicas

En los distintos encuentros expresivos-creativos realizados se utilizaron las técnicas de: dibujo, collage y pintura. Éstas tienen para la investigación cualitativa diversas posibilidades de uso. Scribano (2008: 260) sistematiza cuatro principales: 1) como técnicas de obtención de información, 2) como disparadores de expresión, 3) como artefactos u objetos sociales, 4) como modos de intervención social. La potencialidad de estas prácticas de indagación –como ya se hizo alusión– es que permite a los sujetos cuestionar el mundo naturalizado y propone re-hacerlo desde otra perspectiva. Es preciso señalar que por razones de espacio sólo nos centraremos en aquellas inherentes al dibujo, entendido como lugar de la expresividad de la experiencia social de los sujetos.

En Villa La Tela la práctica de dibujo fue trabajada en el marco de grupos creativos conformados por mujeres habitantes de esa comunidad por ser ellas las encargadas de organizar el comer y la comida familiar. La modalidad de selección fue en red, es decir, existía conocimiento

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previo entre las participantes. Los encuentros8 se realizaron en las casas de mujeres a quienes ya conocíamos; quienes propusieron su vivienda para la actividad e invitaron a sus vecinas y familiares a esa ocasión. El mensaje de invitación planteado por el equipo de investigación fue el siguiente: “juntarse a charlar y a dibujar sobre el devenir de las comidas/bebidas y de las formas de comer/beber a lo largo de las historias familiares”. Cada encuentro tomó materialidad a partir de tres momentos: 1- bienvenida, presentación de la actividad, de los investigadores y de los participantes. 2- invitación a las presentes a ubicarse alrededor de la mesa y a tomar contacto con los elementos de dibujo9 para comenzar a dibujar las comidas y las bebidas más importantes (significativas) de cada una de las etapas de sus vidas. 3- se le pidió a cada participante que comparta su dibujo con el resto de las mujeres, poniendo en palabras todos los recuerdos, las vivencias y los deseos que se fueron haciendo presentes a medida que dibujaba. La duración de cada encuentro respondió a aproximadamente 2.30 horas reloj. Los roles de los investigadores consistieron en: un coordinador, un facilitador de las consignas y un observador que registró lo acontecido. Con el permiso de las presentes se grabaron las narraciones sobre sus dibujos10.

III.III.III.III. Esquema para la lectura y el análisis de los dibujosEsquema para la lectura y el análisis de los dibujosEsquema para la lectura y el análisis de los dibujosEsquema para la lectura y el análisis de los dibujos

Retomaremos aquí los aportes de Scribano (2003) para el análisis e interpretación de dibujos realizados en el año 2001 en el marco de dos talleres expresivos-creativos desarrollados con casi 200 dirigentes de organizaciones de base11 asesoradas y acompañadas por SERVIPROH (Servicio de Promoción Humana)12. Esta experiencia de investigación constituyó la piedra de toque sobre la que este autor asentó los cimientos que permitieron considerar a los caminos expresivos como estrategias para la indagación cualitativa (Scribano, 2008).

De este modo, siguiendo esa línea de lectura pretendemos: a) captar la definición de la situación a través del propio dibujo y sus narraciones asociadas; b) estructurar la base de una primera interpretación del sentido del dibujo. En consecuencia, trabajaremos el análisis de los dibujos en tres planos:

1- Describir el escenario de la expresividad: se propone describir el contexto de interacción que da vida a la obra creativa (dibujo) y que condensa la experiencia del estar en el mundo de los sujetos: cómo, desde dónde, con quiénes y qué cuentan las expresiones que se registran, qué no cuentan (silencios de expresividad); sus actores: considerando la co-presencia de sujetos (dibujantes) e investigadores; las consignas a trabajar; los materiales disponibles para actuar (crayones, hojas, lápices, tijeras).

2- Plano descriptivo del dibujo, descomposición-recomposición: la propuesta es la identificación del qué y el cómo de la composición. Para esto hemos de des-componer la imagen en todas sus partes (el qué de la imagen: qué figuras, qué palabras), el cómo fueron hechas (materiales, trazos, etc.) y el cómo fueron relacionadas sus partes entre ellas y para dar entidad al todo. Esta descripción exhaustiva a modo de segmentación en unidades y re-composición de relaciones serán los datos, insumos, para la posterior interpretación de las producciones expresivas. Si bien lo anterior parece ser un ejercicio sumario de catálogo es de vital importancia para este proceso de investigación.

8 En total se realizaron tres encuentros a partir de tres contactos pertenecientes a diferentes familias del lugar durante los meses de junio (contacto N°1: cinco participantes), agosto (contacto N°2: ocho participantes) y septiembre (contacto N°3: siete participantes). 9 Hojas blancas, lápices, ceritas, fibras y fibrones de colores, goma de borrar, sacapuntas, reglas. 10 Asimismo, se planificaron juegos destinados a los hijos de las participantes (dibujar, jugar con la masa de sal, etc.) propiciando que éstas se conectaran lo más distendidamente posible con la actividad propuesta. 11 Localizadas en barrios socio-segregados de la ciudad de Córdoba. 12 Organización no gubernamental.

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PLANO DESCRIPTIVOPLANO DESCRIPTIVOPLANO DESCRIPTIVOPLANO DESCRIPTIVO

FIGURASFIGURASFIGURASFIGURAS PALABRASPALABRASPALABRASPALABRAS

Qué (objetos, personas,

personajes, animales)

Tamaño

Relaciones entre figuras

Posiciones en el espacio

Del color, las formas, trazos

y materiales

Elementos, detalles

Características, habilidades,

roles, interacciones

En el dibujo

En la realidad

Relaciones Dibujo-realidad

Tipografía

Ubicación

En el dibujo

Tamaño

Tipo (mayúscula/minúscula)

Estilo

(cursiva/negrita)

Color

Cuadro N°1: Plano DescriptivoCuadro N°1: Plano DescriptivoCuadro N°1: Plano DescriptivoCuadro N°1: Plano Descriptivo

3- Plano interpretativo: el dibujo se presenta a modo de palimpsesto para el intérprete. Capas superpuestas que sólo pueden ser reconocidas a partir de los indicios y las huellas en sus tramas, tal como lo que la interpretación onírica representa para el psicoanalista. Estas huellas son leídas en sus posibles sentidos a partir del reconocimiento de: ausencias, metáforas, metonimias, símbolos, paradojas (Scribano 2003, Barthes 1974, Eco 1972). Así, el analista social intenta dar cuenta de la totalidad –que nunca cierra– poniendo atención al análisis de sus partes, las interacciones de sus figuras entre sí y de las mismas con la realidad. Esta estrategia hermenéutica dialógica se instituye teniendo en cuenta la tríada: dibujo, dibujante, investigador-observador-intérprete.

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PLANO INTERPRETATIVOPLANO INTERPRETATIVOPLANO INTERPRETATIVOPLANO INTERPRETATIVO

Relación de las partes con el todo.

Análisis de cada una de las partes y sus relaciones

Ausencias

Deja ver vacíos, lugares donde no

cierra la lógica social, donde no

se une como natural la relación

entre los sujetos. Denuncia las

fallas en la estructura donde no

tiene cemento, donde no sutura.

(Scribano, 2003)

Metáforas

Manifiesta. El dibujo siempre es una

metáfora. En la transposición

metafórica a partir de un signo se

interpretan un conjunto de relaciones a

las que el signo no supone o no hace

referencia directa. En términos de

Jackobson implican una semejanza. (en

Lindesmith et al, 2006:173) Para Pierce

es una variedad del icono, representa

mediante alguna semejanza con el

objeto al que sustituye (Peirce,1987). Metonimias

Consiste en designar una cosa con el

nombre de otra, que está con ella en

una de las siguientes relaciones de

contigüidad (en Lindesmith et al,

2006:173) En Pierce, se corresponde

con el índice (Peirce, 1987)

Símbolos

Es un signo sin semejanza ni

contigüidad, que solamente

posee un vínculo convencional

entre su significante y su

denotado, además de una

clase intencional para su

designado

Paradojas

Es una idea extraña, opuesta a lo

que se considera verdadero o a la

opinión general. En otras palabras,

es una proposición en apariencia

verdadera que conlleva a una

contradicción lógica o a una

situación que infringe el sentido

común.

Relación-tensión:

Dibujo / Interpretación del dibujante / Interpretación del

investigador (Vigilancia Epistemológica).

Cuadro N°2: Plano InterpretativoCuadro N°2: Plano InterpretativoCuadro N°2: Plano InterpretativoCuadro N°2: Plano Interpretativo

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IV.IV.IV.IV. Lugares Lugares Lugares Lugares incómodosincómodosincómodosincómodos: del escenario, la expresividad y la reflexividad del investigador: del escenario, la expresividad y la reflexividad del investigador: del escenario, la expresividad y la reflexividad del investigador: del escenario, la expresividad y la reflexividad del investigador

En este apartado, señalaremos y problematizaremos algunas de las incomodidades que emergieron durante el proceso de investigación, tanto en lo que respecta a la elaboración de las técnicas de indagación, su instrumentación, como al análisis e interpretación de las producciones creativas. Estas digresiones habilitan para reconocer la complejidad tanto de la praxis expresivo- creativa como de los encuentros intersubjetivos que permiten identificar modalidades de interacción, reformular estrategias y articular las posteriores interpretaciones.

• Acerca de la posibilidad de la expresividad

Diseñar y poner en práctica este tipo de metodologías implica solicitarle a los sujetos que se conecten con formas de expresividad muchas veces olvidadas, y con ciertas emocionalidades, sensibilidades y rememoraciones de vivencias que se encuentran acorazadas. El dar lugar a esa sensibilidad y a la expresividad como práctica creativa requiere por parte del investigador un esfuerzo por generar la atmósfera y la confianza para que emerja la expresividad y la palabra: acercarse a las mesas, hablar con cada uno, incentivarlos y proponer un acompañamiento de la tarea a modo de voz en off de manera paulatina pero constante.

Asimismo, la importancia del diseño de la consigna que direccionará la actividad, dado que ésta abre ciertas ventanas de expresividad y cierra otras, por ejemplo: no resulta similar en términos de producciones creativas el hablar mediante el dibujo de las comidas “más importantes” de sus vidas que hablar de las comidas que “más les gusten”. A su vez, toda consigna –sea cual fuere– siempre es reapropiada por los sujetos reconfigurándola espontáneamente en múltiples direcciones.

• Sobre las posibilidades de la técnica, de la (im)potencia a la acción creativa

Retomando en parte lo ya dicho, el marco de una reunión social entre personas cercanas (amigos, vecinos, parientes), el compartir el mate, la charla, sumado al previo conocimiento entre el investigador y la dueña de casa producto de interacciones informales (charlas en la calle, en el colectivo, en el comedor) favorecieron un espacio de intimidad entre las presentes, estimulando la conexión dibujante-dibujo, posibilitando, de esta manera, desarmar las armaduras protectoras de temas que son incómodos de tratar frente a un otro.

Aunque en un comienzo el dibujo y la hoja en blanco produjeron la sensación de impotencia: “no puedo,” “no sé dibujar” –entre otras expresiones–, fueron poco a poco superadas por la potencia de la acción creativa y las ganas de contar qué hicieron. El equipo colaboró con ello al aclarar que el dibujo era una excusa, un modo de compartir y que nadie iba a evaluar nada de lo allí acontecido. De este modo, paulatinamente se traspasaron los miedos generando un espacio “desacartonado,” en el sentido popular de esta expresión, sin molde, ameno, donde la conversación, las anécdotas y las risas generaban la atmósfera necesaria para compartir las experiencias en relación con la comida.

Como criterio de validación interna, hemos puesto a consideración de compañeros del equipo los primeros avances en la construcción de esta praxis metodológica expresivo-creativa, surgiendo de ello un señalamiento significativo que aquí merece nuestra aclaración13. En ese sentido, si bien hemos seleccionado la producción de una sola de las integrantes del encuentro, esto no supone una mirada psicológica o individualista. Por el contrario, consideramos que esta secuencia ha sido creada a partir de la experiencia social de S., siendo analizada en relación con el resto de las producciones creativas de ese día e intentando realizar su abordaje analítico desde la noción de UE; vía de ingreso a los sentidos, sensaciones y emociones que trae aparejadas nuestro complejo objeto de estudio.

• La presentación ante el otro, el investigador en la mira

El cuerpo del investigador al ingresar al campo se encuentra investido por los rótulos etiquetantes de su profesión y de las prácticas de los colegas que lo precedieron en las experiencias sociales de esa comunidad y/o personas. Es así que se vuelve necesario una 13 Agradecemos los señalamientos de nuestros compañeros del Programa Acción Colectiva y Conflicto Social del CIECS/CONICET-UNC.

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reflexividad permanente y un ejercicio de escucha al otro que nos mira y –al hacerlo– ve esa superposición de etiquetas históricamente configuradas. En los barrios en los que se llevaron a cabo estos encuentros/talleres expresivos-creativos, ciertas profesiones están asociadas a prácticas de control y disciplinamiento: para los pobladores el trabajador social evalúa el desempeño de los padres, mientras que el nutricionista evalúa el cómo alimentan a sus hijos. A su vez, en ese medio, la profesión de comunicador social es considerada análoga a la del primero por una metonimia fónica. Esto predispone a los sujetos: en un principio están “alerta,” mirando de re-ojo, evaluando ellos la situación y al investigador. En el caso de los talleres realizados con las mujeres, la explicitación acerca de la pertenencia disciplinar del investigador al campo de la nutrición generó ciertas tensiones entre las participantes vinculadas a:

C. manifestó que ella no quería hablar porque: “¿qué vamos a decir?, ¿van a ver si comemos bien?, ¿qué tenemos que poner? porque yo como comida chatarra todos los días”.

C.: “Si uds. me hubieran visto antes no me hubieran conocido, ahora estoy despeinada, antes era re flaca y súper arreglada”; N: “si vos vieras el lomazo que yo tenía a los 15 años”. (Notas de campo encuentro N° 1 de Villa La Tela).

Ambas expresiones nos permitieron reconocer ciertas sensibilidades sociales respecto al cuerpo y en tensión con el rol profesional del nutricionista quien está investido de poder. El discurso de éste, sumado al discurso televisivo y médico (equipo de salud local) señalan el “deber ser” de los postulados de la alimentación saludable y de la imagen corporal femenina en las sociedades modernas.

Lo anterior, llevó a reflexionar acerca de la necesaria reformulación del mensaje de la invitación a participar y de las formas de invitar, de manera que nadie llegue al encuentro sin la información precisa sobre: quién convoca, para qué, qué se propone realizar en dicho momento.

• De las expectativas y los prejuicios

Dados ciertos conocimientos previos acerca del tipo y forma de alimentación característicos de las familias de Villa La Tela, se esperaba que se expresen (gráfica u oralmente) ciertas premisas asociadas a ello14: la cotidianeidad de una comida monótona, la pérdida del hábito de cocinar dada la fuerte presencia de los comedores escolares/comunitarios y la falta de acceso a: alimentos, espacios disponibles en las viviendas, equipamiento, utensilios y suministro de ciertos servicios (agua y gas). Como veremos en el análisis, esto no fue lo fundamental en sus producciones creativas; por el contrario, se priorizaron otras experiencias a la hora de seleccionar lo significativo. Los datos obtenidos a partir de la praxis expresivo-creativa como las narraciones de las mujeres dan cuenta de la necesidad de una “vigilancia epistemológica” constante por parte del investigador; el conocimiento que se acepta como válido en su campo específico de acción, el “saber” institucionalizado de su profesión, es decir, una actitud reflexiva permanente para reconocer cómo se inscriben las perspectivas naturalizadas de su praxis profesional en su objeto de estudio (Scribano, 2002).

14 Ver Huergo, 2010.

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V.V.V.V. Análisis descriptivoAnálisis descriptivoAnálisis descriptivoAnálisis descriptivo----interpretativo. Las mesas familiares, la historia de una vida: interpretativo. Las mesas familiares, la historia de una vida: interpretativo. Las mesas familiares, la historia de una vida: interpretativo. Las mesas familiares, la historia de una vida: construyendo unidades de experienciaciónconstruyendo unidades de experienciaciónconstruyendo unidades de experienciaciónconstruyendo unidades de experienciación

“Con estas mesas te estoy contando la historia de mi vida” (S., 38 años, 9 hijos, nietos)

Comenzamos este apartado con las palabras de S. al observar su dibujo completo (las dos hojas utilizadas). Las mesas funcionan como síntesis de su experiencia, a modo de metáfora, como condensación (Freud, 1900). Se ha seleccionado una secuencia dibujada por S., una de las mujeres participantes del primer encuentro expresivo-creativo realizado. Aplicando el esquema

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propuesto, hilaremos la trama entre lo dibujado, lo interpretado por quien dibujó –y teniendo en cuenta para quién dibujó– y lo que el investigador interpreta a partir de los indicios y el diálogo entre las interpretaciones señaladas. Tal como ya se manifestó, esta es una apuesta a una hermenéutica dialógica cuya intencionalidad implica no eludir la conflictividad de la escena en que se producen las expresiones estéticas.

Atendiendo a la consigna de dibujar las comidas y las bebidas más importantes de cada una de las etapas de su vida, S. eligió estructurar su dibujo como una línea de tiempo que se desarrolla de izquierda a derecha, pudiendo reconocer cuatro bloques temporo-espaciales que se distribuyen en dos hojas:

a. En la primera: ubica el primer bloque que ocupa menos de un cuarto de su superficie; el segundo bloque dispone de una posición central y de una gran variedad de colores que le otorgan visualmente una mayor presencia a pesar de tener el mismo tamaño que el tercero.

b. En la segunda: extiende en toda su superficie el cuarto bloque.

Para el desarrollo de nuestro análisis se seguirá esta estructura –en bloques– planteada por S., estableciendo continuidades y distinciones entre ellos.

• Bloque 1:Bloque 1:Bloque 1:Bloque 1: ““““16/10/1973 16/10/1973 16/10/1973 16/10/1973 ---- NIÑA/ADOLECENTE” NIÑA/ADOLECENTE” NIÑA/ADOLECENTE” NIÑA/ADOLECENTE”

La fecha corresponde al día-mes-año de nacimiento de S. y el comienzo de los tiempos de la etapa de niña adolecente. Si bien los alimentos están dibujados como óvalos que se diferencian por el color y el tamaño, no están contenidos sobre ningún recipiente y el huevo (óvalo naranja) está flotando en el aire. Sobre éstos se inscribe como metalenguaje: HÍGADO- PURE C/HUEVO "CRUDO" (enfatizado). El conocimiento acerca de la relación salud-alimentación pasa de generación en generación: NO ME GUSTABA (la comida dibujada), PERO AHORA SE LO DOY A MIS HIJOS (palabras escritas en mayúscula, ocupan 1/3 del dibujo). Los integrantes de la reunión familiar no están dibujados, sino que se materializan mediante palabras sobre los alimentos: YO y MIGUEL HERMANO.

S: … cuando era niña, niña de ir a la escuela, siempre, no sé por qué, pero siempre recuerdo haber estado los platos de comida que nos servía mi papá, mi mamá trabajaba de día, entonces al mediodía nos daba de comer mi abuela, así siempre uno comía como rápido porque a la una y media entrábamos al colegio con mi hermano, entonces nos íbamos a la escuela, pero a la noche siempre mi papá llegaba de trabajar y él nos preparaba la comida y nos servía la comida; pero mi papá siempre como que nos quería alimentar bien: nos daba bife de hígado, no siempre, pero nos hacía bife de hígado con un puré de papas, que lo hacía muy rápido, antes que se enfriara le rompía un huevo, lo mezclaba y decía “este huevito se va a cocinar con la papa”…

En la narración de S. lo dibujado activa la rememoración de aquel tiempo de la infancia. Relaciona los tiempos del trabajo y de la escuela como estructuradores de la alimentación familiar. Quien cocinaba era el que no trabajaba; los roles y el transcurrir del día a día se estructuraban alrededor de la experiencia escolar y laboral, modelándose la alimentación familiar acorde a los horarios de los anteriores. Esta práctica aparece como condensadora de la afectividad de quien preparaba la comida y el compartir posterior. Este cuidado paternal –asociado a una comida saludable– hoy es un saber y una práctica trasmitida de generación en generación.

• Bloque 2: “Bloque 2: “Bloque 2: “Bloque 2: “83838383----84”84”84”84”

S. escribe: “la olla está llena de sopa”, pero la imagen está compuesta por una delgada línea de fibra verde cuyo contenido está vacío. Lo mismo sucede con el pan, el vino, la fuente que contiene a los alimentos-ingredientes del puchero de múltiples colores, algunos de los cuales también son transparentes en su interior.

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S.: de todo: choclo, papa, zapallo, zapallito, acelga, zanahoria, batatas, de todo le ponía, y osobuco era la carne. Y el vino, en la mesa de mi casa siempre hubo vino, los hombres de la familia tomaban y toman, en la mesa siempre hubo un buen vino. (Alguien acota: “en la mesa, en la… sobre mesa”, y se ríe…). Y es más, a las mujeres de la familia nos gusta tomar un buen vino pero no, mucho vino no…

Las huellas de la afectividad del relato dan a la imagen otro sentido al completarla con los actores del escenario dibujado, dado que a esa mesa asistía la familia extendida donde hermanos y primos habitaban una misma casa. La olla verde de la abuela da cuenta del acontecimiento de la llegada del tío de Buenos Aires, y con ello el festejar su venida comiendo distinto.

• Bloque 3: “AÑO 87 ‘YA Bloque 3: “AÑO 87 ‘YA Bloque 3: “AÑO 87 ‘YA Bloque 3: “AÑO 87 ‘YA MAMÁ’MAMÁ’MAMÁ’MAMÁ’””””

S.: y, después, fue que yo me embarazo y me voy de la casa a vivir sola, y acá sí yo vivo muy sola, estaba muy sola con la beba y cuando ella empezó a comer, o sea, de bebé, chiquita, comía puré… pero a ella le encantaba y le gusta todavía, y ya es vieja, el arroz con lentejas, así que yo siempre que hacía comíamos las dos.

En el tercer bloque, S. pone énfasis en la palabra “sola” para describir ese momento: ella tenía catorce años. La simplicidad del dibujo de un plato de arroz con lentejas hecho sólo con líneas y puntos de color marrón comunica aquello que expresa oralmente como su sentir: “estaba muy sola”.

• Bloque 4: “AHORA Bloque 4: “AHORA Bloque 4: “AHORA Bloque 4: “AHORA MISMISMISMIS HERMANOS Y YO TENEMOS VARIOS HIJOS, SOMOS MUCHOS Y HERMANOS Y YO TENEMOS VARIOS HIJOS, SOMOS MUCHOS Y HERMANOS Y YO TENEMOS VARIOS HIJOS, SOMOS MUCHOS Y HERMANOS Y YO TENEMOS VARIOS HIJOS, SOMOS MUCHOS Y LA MESA ES HERMOSA CUANDO ESTAMOS TODOS JUNTOS ¡Y SI!! COMEMOS MUCHO Y LA MESA ES HERMOSA CUANDO ESTAMOS TODOS JUNTOS ¡Y SI!! COMEMOS MUCHO Y LA MESA ES HERMOSA CUANDO ESTAMOS TODOS JUNTOS ¡Y SI!! COMEMOS MUCHO Y LA MESA ES HERMOSA CUANDO ESTAMOS TODOS JUNTOS ¡Y SI!! COMEMOS MUCHO Y DE TODO……”DE TODO……”DE TODO……”DE TODO……”

Este es el mensaje que S. le da al investigador y a sus compañeras: la mesa es hermosa. Es significativo que este cuarto bloque dedicado al momento actual ocupe una hoja completa y haya sido al que más tiempo (de producción y de narración) dedicó. Aunque luego en la narración, S. señala que esta escena representa un encuentro que se realiza una vez al mes cuando se da la reunión familiar. Ella selecciona ese momento que implica un paréntesis en la vida cotidiana: es el tiempo de la fiesta el que merece ser contado y no las tribulaciones del día a día. El tiempo festivo de las reuniones familiares se estructura en una temporalidad asociada a los sucesivos platos de comida: las empanadas, el asado y el postre del mediodía, las tortas y facturas de la tarde, la picada de la tardecita-noche:

S: por lo general, se hace asado y nosotras hacemos las ensaladas, hay pan, helado. A mi hermana le gusta mucho el postre, siempre trae tortas o facturas para la tarde. O sea, nosotros pasamos el día juntos, nos juntamos a la mañana tipo 11-12 hs. del mediodía y empezamos comiendo de todo hasta la tarde que nos vamos (risas), te juro que es así. El día lunes son las 15 hs. y todavía no tenés hambre… una vez al mes nos juntamos… por ahí nos quedamos hasta la noche… siempre hay uno que compró la picada, mientras juegan al fútbol, hay queso, fiambre, aceitunas, los chicos lloran, se quieren ir a dormir… quedate quieto que todavía hay comida (risas)… tomamos gaseosa, coca, vino, jugos, soda y mate. El mate ves como ahora con la torta… O sea, aparte, típico que vas a un lado y que te convidan un mate, ¿no tenés otra cosa? (risas).

La narración de S. nos permite acceder a esta reconfiguración de las energías donde los cuerpos toman centralidad (en los bloques anteriores ausentes), donde la temporalidad se extiende en la vivencia del encuentro festivo. Quienes asisten a la fiesta se presentan en el dibujo como siluetas uniformes, sin características que les doten de identidad –salvo al bebé– flotando en el espacio in-distintamente.

Las expresiones creativas nos permiten dar cuenta de otros datos que hacen al soporte expresivo de la vivencia. La lectura metafórica del dibujo nos ofrece otras pistas, nos permite

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reconocer a la mesa como techo para los personajes. De este modo, la mesa se constituye como marco y límite, sin base, dado que siempre se puede ir más abajo, pero hacia arriba la línea está fija y determina el techo. La analogía con la línea de pobreza e indigencia permite interpretar esto que no es dicho; sobre ella se encuentran exhibidos a modo de stand de feria uno a uno los alimentos y las bebidas en la uniformidad y la chatura que los iguala en altura. El locro del cuidado paternal, “Riquiiisimo”, se destaca pero no forma parte del cuadro general siendo un agregado; sin embargo, es la única preparación culinaria que se presenta llena de color en su interior. Asimismo, en este bloque se da cuenta de la alternancia entre el tiempo cotidiano y el tiempo como excepción, el tiempo festivo.

S. dijo: “no, él toma coca porque él es de más alto nivel, el agua es de bajo nivel y la coca y los jugos de más alto nivel… “

N. dijo que tenía té de frutilla, después mencionó café, luego mate cocido, y acto seguido aclaró: “cada vez más abajo”. (Notas de campo encuentro N° 1 de Villa La Tela)

La línea que representa la mesa hace que los alimentos se categoricen con relación a jerarquías: por arriba y por abajo, el adentro y el afuera, el continente y el contenido. Las líneas, tanto en el dibujo como en el relato, cobran densidad como una relación metonímica que señala los límites de lo posible, de lo alcanzable y de lo que está “más allá” del alcance de nuestras manos.

Comparación entre bloques: en todas las mesas dibujadas se hacen presentes las ausencias que dan cuenta de la falta de: a) elementos, utensilios para asequir la comida y la bebida: platos, vasos, tenedores, cuchillos; b) aquellos que los puedan portar y utilizar: los comensales; c) como así también quienes elaboran la comida. De esta manera, lo anterior opera como una paradoja: los alimentos están ahí pero sin nadie que acceda a ellos y los haga propios. Sin roles, sin distinciones, sin personas; los actores aparecen a través de la palabra como mediadora de esta presencia/ausencia que describe y enumera quienes formaban/forman parte de estas mesas familiares. Sólo en el último bloque los anteriores son dibujados.

Como señalamos antes, las tribulaciones del comer no tuvieron un lugar significativo en los dibujos pero sí fueron narradas en la puesta en común donde todas hablaron de sus estrategias a la hora de organizar la comida diaria. A continuación, veremos de qué manera las participantes relacionan necesidad-creatividad como binomio para la acción.

S: Pero sí me gusta [cocinar], y ha habido muchísima, pero muchísimas veces que no he tenido todas las cosas para hacerles de comer, por decir un día, hoy no tengo carne, o hoy día no tengo tal cosa, y les hago de comer. Los chicos no tienen la culpa que yo no tengo nada en la heladera para darles de comer. Es abrir para ver qué hay, y con lo que hay armar algo, y me re desenvuelvo. Yo te hago una sopa, una salsa, si tengo acelga y un huevo ahí nomás te hago unos canelones, no es que necesito muchas cosas para poderles cocinar.

C: (…) pero yo soy diferente, si yo no tengo las cosas no te hago las cosas, no sé cómo hará ella (S) que dice que te abre la heladera e inventa.

S: No, no, eso es pura necesidad, tiene cara de hereje. Claro, vos decís, los chicos van a venir de la escuela y van a querer, o dentro de un rato salen de la pieza y me dicen “tengo hambre”, yo no le puedo decir: “sí, pero hoy no hay carne”, el niño me va a decir: “y a mí qué me importa, tengo hambre, no quiero carne”. Muchas veces me ha pasado, porque he tenido mis tiempos que he estado sola o he trabajado sólo yo, entonces bueno, con lo que hay.

Para S. la necesidad da paso a la creatividad en la experiencia culinaria para “hacer con lo que hay”. De esta manera, la creatividad aparece en S. como el “improvisar”, actuar de manera espontánea con los recursos que se disponen, reconociendo que no es por elección sino por pura necesidad, la comida improvisada tiene cara de hereje. Ésta delata en caracteres organolépticos (consistencia, sabor, aroma, textura, color) que es un producto “no reconocido” por la gastronomía ortodoxa. Ante la falta de ingredientes tradicionalmente prescriptos para elaborar ese plato, C. bloquea la acción y opta por no cocinar.

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A la hora de cocinar, el espacio físico, equipamiento, utensilios y servicios disponibles, que a su vez vaticinan las facilidades a la hora de su limpieza, se hicieron presentes como comunes denominadores en las narraciones de las participantes, no así en los dibujos. La limpieza es inseparable del cocinar y del comer; limpiar todo lo utilizado y el espacio físico de la cocina. Particularmente, las casas de estas mujeres hacen que este tipo de tareas domésticas adquieran cierta preponderancia por sobre las demás dado que: no se dispone de pico de agua al interior de la vivienda, por lo que se debe trasladar el agua desde afuera por medio de baldes; al no contar con el suministro de gas, el agua fría no colabora con el lavado de la vajilla engrasada, a lo que se agrega que no siempre se cuenta con la bacha como parte constitutiva del amoblamiento de la cocina.

Resulta preciso señalar que Contreras Hernández y Arnáiz (2005) agregan la limpieza como la quinta operación dentro de las cuatro propuestas por Goody (1984) para el estudio de la alimentación: cultivar, repartir, cocinar y comer. Sin embargo, estas autoras refieren que la primera resulta a menudo olvidada. Aquí, podemos observar claramente que cuando el limpiar se realiza en el marco de las condiciones materiales descriptas es ineludible su mención al relatar las prácticas culinarias familiares.

Asimismo, el cuidado y el amor emergieron como ejes troncales del comer.

Entrevistador: Si tienen que asociar la comida a una palabra, ¿cuál sería la palabra elegida?

S: Con tu familia, hijos, será porque uno lo hace para los chicos, para compartir.

N: Es lindo cuando uno hace de comer para su familia. Todos se sientan a comer, es rico y les gustó…. Uhh, el otro día se fue el M [pareja] con la O [hija] a la casa de la abuela de la nena, mamá de él. Bueno, “ya vengo” dice, Me puse a hacer de comer, comí sola porque nunca vinieron ninguno de los dos. Vos sabes qué feo, nunca había comido sola. Pero no lo voy a tirar, comí dos platos…a la familia, es a lo primero que la asocio.

S: No, yo comer sola no. Por más que esté preparada la comida no, no, no.

R: Lo bueno es compartir la mesa con ellos… así comamos guiso, la sopa.

El comer es con otros sentados alrededor de la mesa, a quienes mirar, con quienes hablar, compartir; no importa qué comer porque el amor es el condimento universalmente conocido y esencial que asegura que la comida salga rica y guste, constituyendo éstos los pliegues de la acción donde el sentido último del primero es el compartir.

El comer y beber familiar en el tiempo fue reconstruido en la dialéctica entre el dibujo de S. como objeto (totalidad y singularidad de sus partes), la interpretación de ella sobre su producción creativa (su capacidad actuante, narraciones corporales, actos de escucha, juegos icónicos del sentir) y la interpretación del investigador, intentando de esta manera dar inteligibilidad a las UE. Allí se presentifica la tensión ya mencionada sobre las tres unidades: de análisis, de observación y de experienciación. Esta última, abre paso para poder capturar la práctica sensible vinculada a la experiencia del comer y beber.

VI.VI.VI.VI. Algunas notas finales a modo de Algunas notas finales a modo de Algunas notas finales a modo de Algunas notas finales a modo de epílogoepílogoepílogoepílogo

Durante el proceso de producción de las expresiones creativas las experiencias advinieron como pliegues y despliegues de temporalidades múltiples, haciéndose presentes para compartirlas con el investigador, los familiares y las vecinas participantes, quienes operaron como mediadores entre la experiencia rememorada y el tiempo aquí-ahora. S. eligió estructurar su experiencia como una línea temporal donde se presentificaron las transformaciones en el tiempo de su experiencia en relación con el comer y beber. Ésta se encuentra profundamente relacionada con la afectividad como lugar de condensación de entramados intersubjetivos de cuidado, como forma de instanciar las relaciones familiares. Mientras que lo festivo emerge como momento de excepción, como espacio-tiempo distinto, donde el hacer con otros en el encuentro familiar se

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estructura alrededor de la comida: “hasta que se acabe toda la comida”. La selección realizada por S. en el bloque 4 se trama con lo no-dicho, con la necesidad que desborda la cotidianeidad vinculada a la repetición diaria de las tribulaciones en relación a las posibilidades de acceso a la alimentación, la salud, el trabajo. En ese marco, las mujeres de esta comunidad pusieron el énfasis en la sensación de cocinar con amor para compartir con los suyos, aunque sea una vez al día. Allí, los sinsabores de no tener para cocinar –para comer– pasaron a un segundo plano y bajo otras denominaciones asociadas a la necesidad de “crear” algo con lo que hay en la heladera o en las alacenas.

De este modo, por lo expuesto podemos reconocer la “productividad” de la utilización de esta praxis expresivo-creativa para generar datos y categorías, pero también para la interpretación de ese material. Más aún, al tener en cuenta las características de la temática a abordar, un tema sensible para la comunidad ya que constantemente es intervenida no sólo con programas de asistencia alimentaria, sino con información y “retos-culpas” desde los centros de salud acerca de cómo debe ser la alimentación familiar. Como así también, los límites de la palabra, la situación de entrevista enmarca las posibilidades del decir mientras que esta praxis expresivo-creativa sirve como detonador de la expresividad. Al proponer la creación como lugar de encuentro, como superadora de la (im)potencia, se pasa a la acción generando las posibilidades de otro decir. La palabra adviene desde el cuerpo, las emociones y sensaciones. Esto da cuenta de la importancia de esta forma de indagación en comunidades donde las preguntas muchas veces están relacionadas con las prácticas de control y disciplinamiento ya aludidas.

Hemos planteado algunas líneas de acción metodológica que abren los caminos de la expresividad y del encuentro intersubjetivo para generar lecturas que potencien las posibilidades de otros decires. Decires a partir de la creatividad pero también a partir de lo silenciado, de lo ausente, para abrir los sentidos corporales y sociales a los sentires y las emocionalidades, para traspasar los nodos acorazados que las palabras muchas veces ocluyen. Estos dibujos devienen en instanciaciones de historias sociales, tal como señaló S. al objetivar que en la imagen (dibujo) ante sus ojos veía la historia de su vida, y, a su vez, nos la contaba; pero también hacía presente las imaginaciones posibles, los límites y las potencialidades, lo vivenciado y lo deseado, lo recurrente y la alternancia. En concordancia con ello, se reconoce a las UE como un camino para seguir construyendo una metodología desde la sociología de los cuerpos y las emociones.

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Autoras:Autoras:Autoras:Autoras:

Juliana HuergoJuliana HuergoJuliana HuergoJuliana Huergo Licenciada en Nutrición. Magíster en Formulación y Desarrollo de Estrategias Públicas y Privadas, Universidad Nacional de Córdoba (UNC). Integrante del Programa de Estudios sobre Acción Colectiva y Conflicto Social (CIECS-CONICET-UNC). Becaria CONICET, lugar de trabajo Centro de Investigaciones y Estudios sobre la Cultura y la Sociedad (CIECS-CONICET- UNC). E-mail: [email protected] Ileana IbáñezIleana IbáñezIleana IbáñezIleana Ibáñez Licenciada en Comunicación Social, Universidad Nacional de Córdoba (UNC). Integrante del Programa de Estudios sobre Acción Colectiva y Conflicto Social (CIECS-CONICET-UNC). Becaria CONICET, lugar de trabajo Centro de Investigaciones y Estudios sobre la Cultura y la Sociedad (CIECS-CONICET- UNC). E-mail: [email protected]

CitadoCitadoCitadoCitado:::: HUERGO, Juliana e IBÁÑEZ, Ileana (2012) “Contribuciones para tramar una metodología expresivo-creativa. Ejercicio de lectura de dibujos de mujeres de Villa La Tela, Córdoba”. Revista Latinoamericana de Metodología de la Investigación Social - ReLMIS. Nº 3, Año 2 (Abril-Septiembre 2012) Argentina. Estudios Sociológicos Editora. ISSN: 1853-6190. Pp. 66 - 82. Disponible en: http://www.relmis.com.ar/ojs/index.php/relmis/article/view/56/30 Plazos:Plazos:Plazos:Plazos: Recibido: 01 / 11 / 2012. Aceptado: 10/ 03 / 2012.

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Scribano, A. y De Sena, A. 2009. Construcción de Conocimiento en Latinoamérica: Algunas reflexiones desde la auto-

etnografía como estrategia de investigación

Cinta Moebio 34:1-15

www.moebio.uchile.cl/34/scribano.html

1

CONSTRUCCIÓN DE CONOCIMIENTO EN

LATINOAMÉRICA: ALGUNAS

REFLEXIONES DESDE LA AUTO-

ETNOGRAFÍA COMO ESTRATEGIA DE

INVESTIGACIÓN

KNOWLEDGE CONSTRUCTION IN LATIN AMERICA: THE AUTO-ETHNOGRAPHY AS RESEARCH STRATEGY

Dr. Adrián Scribano ([email protected]) Centro de Estudios Avanzados, Universidad Nacional de

Córdoba (Córdoba, Argentina)

Lic. Angélica De Sena ([email protected]) Grupo de Estudios de Metodología, Instituto de

Investigaciones Gino Germani (Buenos Aires, Argentina)

Abstract

The aim of this article is to discuss some epistemic challenges for social research in Latin America since the

consideration of the usefulness of auto-ethnography as a methodological strategy. The argumentative

strategy selected to achieve the objective is: a) outline some of the discussions on the place of the

researcher in social sciences in the literature of the late twentieth century, b) indicates the main

characteristics of the auto-ethnography, c) outlines an experience of using auto-ethnographies in research,

and finally, d) discuss some conclusions and challenges that can be extracted.

Keywords: auto-ethnography, subjectivity, experiences, Latin America, methodology.

Resumen

El objetivo de este artículo es plantear algunos desafíos epistémicos para la investigación social en

Latinoamérica desde la discusión de la utilidad de la auto-etnografía como una estrategia metodológica. La

línea argumentativa seleccionada para alcanzar el aludido objetivo es la siguiente: a) se reseñan algunas de

las discusiones sobre el lugar del investigador en las ciencias sociales en la literatura de finales del siglo XX

en los países centrales, b) se señalan las principales características de la auto-etnografía, c) se bosqueja una

experiencia del uso de la auto-etnografías en una investigación, y finalmente, d) se discuten algunas

moralejas y desafíos que se pueden extraer desde lo narrado.

Palabras clave: auto-etnografía, subjetividad, experiencias, América Latina, metodología.

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Scribano, A. y De Sena, A. 2009. Construcción de Conocimiento en Latinoamérica: Algunas reflexiones desde la auto-

etnografía como estrategia de investigación

Cinta Moebio 34:1-15

www.moebio.uchile.cl/34/scribano.html

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1. Introducción

Un sociólogo está realizando su tesis y ha elegido estudiar el trabajo informal en una de las macro ciudades

de Latinoamérica. Una y otra vez visita ferias, calles y plazas públicas hablando con personas de diferentes

edades, género, clases y etnia. Una y otra vez aprehende nuevas expresiones para decir “no tengo dinero”,

“estoy esperando vender algo”, “esto lo hago para ayudar a mi marido”. Un día descubre que una de esas

personas le hace acordar a su abuela que vendía frutas en la feria de su barrio para pagarle los estudios a su

papá. En ese momento se da cuenta que todo lo que había leído, intentado mirar y registrar se abre a una

dimensión por el “olvidada” hasta ese momento: su vida.

Desde diferentes perspectivas mucho se ha escrito sobre el lugar del investigador en los procesos de

producción de conocimiento a través de la indagación empírica. Existen posiciones múltiples para abordar y

hacer reflexivo el puesto de la subjetividad del investigador en las ciencias sociales. Una de estas

posibilidades en la actualidad la constituye la auto-etnografía y en base a una reflexión sistemática sobre

ella se elabora el presente trabajo.

El objetivo de este artículo es plantear algunos desafíos epistémicos para la investigación social en

Latinoamérica desde la discusión de la utilidad de la auto-etnografía como una estrategia metodológica.

La línea argumentativa seleccionada para alcanzar el aludido objetivo es la siguiente: a) se reseñan algunas

de las discusiones sobre el lugar del investigador en las ciencias sociales en la literatura de finales del siglo

XX en los países centrales, b) se señalan las principales características de la auto-etnografía, c) se bosqueja

una experiencia del uso de la auto-etnografías en una investigación, y finalmente, d) se discuten algunas

moralejas y desafíos que se pueden extraer desde lo narrado.

El trabajo aboga por una descolonización y profundización de la creatividad sociológica en Latinoamérica re-

tomando las potencialidades del uso de la auto-etnografía.

2. El lugar del investigador en la investigación

Mucho se ha escrito sobre la relación entre construcción de conocimiento social y las posiciones –y

disposiciones– de aquellos que buscan conocer. En el marco del desarrollo de la Ciencias Sociales

Latinoamericanas de los últimos treinta años han existido diversas fuentes de discusión y dialogo

provenientes de Europa y EEUU alrededor de dicha problemática. El lugar ocupado por el sujeto que

investiga ha sido objeto de investigación de la Epistemología, de la Teoría Social y de la Metodología.

Algunos de los tópicos más comunes en las aludidas discusiones pueden reseñarse de la siguiente manera: la

pregunta por si al llevar a cabo una investigación significa siempre implicarse de algún modo en ella; la

evaluación de la “carga” de la subjetividad del investigador en el conocimiento producido; las distancias y

proximidades (tematizadas como objetividad–subjetividad) entre objeto y sujeto y el lugar de los valores en

la investigación.

En relación a nuestros objetivos presentamos aquí tres ejes que resultan de importancia para la temática

abordada en este artículo: la relación entre conocimiento e indeterminación en las ciencias sociales; la

participación en la construcción del conocimiento de lo social y la reconstrucción del sentido e inmersión en

el mundo de la vida.

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2.1 Conocimiento e indeterminación en las ciencias sociales

Uno de los ejes posibles para pensar la vinculación entre sujeto que observa y campo de observación es el que

se condensa alrededor de la relación entre patrones de explicación e indeterminación. Las propuestas de James

Bohman a mediados de 1990 pueden ser una buena pista para tematizar dicha problemática. El autor se

propone seguir lo que denomina una estrategia post-empirista y argumenta “que la legislación (normatividad) y

unidad metodológica debe ser remplazada por la auto-reflexión sobre la historia y las prácticas explicativas de

las Ciencias Sociales” (Bohman 1994:1). Para él en el comienzo de la historia de las ciencias sociales los

reformadores e ingenieros sociales que se valían de ellas, tenían pocas dudas acerca de las características del

conocimiento. Lo que debían hacer las ciencias sociales era emular el éxito del desarrollo científico de lo cual

tanto Hobbes como Durkheim son buenos ejemplos. Luego de ésta primera confianza sobrevino el profundo

debate que para Bohman atraviesa el siglo XIX hasta llegar a los años 60 y 70 del siglo XX sobre la existencia de

ciencias naturales y humanas, sobre la explicación y comprensión, que justamente se rompe con la aparición de

la disputa de los 60’ que dieron lugar a posiciones como las de Kuhn, Hesse y Feyerabend. Contexto donde

comienza a disolverse, por diferentes razones, el debate entre un enfoque positivista y otro hermenéutico.

Bohman piensa que la nueva filosofía de la ciencia post-empirista tiene mejores herramientas y conceptos para

tratar con el problema de dualismo y aprovechar mejor las formas complejas de explicación que han surgido en

la teoría social. Para él “donde la vieja lógica de las Ciencias Sociales buscan unidad, la nueva lógica encuentra

complejidad; donde la vieja lógica busca reconstrucciones idealizadas, la nueva lógica comienza desde la práctica

actual de las Ciencias Sociales” (Bohman 1994:vii). Los principales argumentos de Bohman se pueden sintetizar

de la siguiente manera:

1) Opta por lo que él denomina una visión post-empirista no escéptica, es decir, por aquella que acepta que se

puede encontrar criterios para decidir entre teorías sobre el mundo social.

2) Para Bohman, el post-empirismo en ciencias sociales es: histórico, autoreflexivo, no determinista, no idealista,

no esencialista y consiste en un análisis de las prácticas científicas. Siguiendo a Mary Hesse, Bohman cree que el

post-empirismo significa el cambio desde un ideal modelo de explicación hacia otro históricamente constituido.

Esto implica un desplazamiento del análisis interno y legislativo de los problemas hacia la aceptación que los

problemas surgen de las propias teorías y de las prácticas de investigación (Bohman 1994:53).

3) Este autor identifica a la indeterminación como rasgo intrínseco de las prácticas sociales, y de los conceptos

centrales de las ciencias sociales, como por ejemplo, causalidad, reglas, crítica, interpretación correcta, etc. La

indeterminación no consiste en la imposibilidad e incomprensión, sino que está relacionada con el carácter

reflexivo del conocimiento. Es un rasgo ontológico de la realidad social. Por el contrario, más allá de todas las

teorías, los actores sociales no son simples portadores de las fuerzas sociales o tontos decisores dentro de un

orden cultural. Equipados con las capacidades para conocimiento y reflexión, los agentes pueden alterar sus

circunstancias y las condiciones de la vida social. Luego, si éste es el caso, la cara profunda de los problemas de

las ciencias sociales es la indeterminación más que su falla en la producción de una única predicción como las

ciencias naturales (Bohman 1994:13).

Es en este contexto como se puede entender que la mirada del sujeto implicado en la construcción de un campo

objetual no solo no es un obstáculo para la comprensión, sino que es un recurso y/o una condición para efectuar

dicha comprensión.

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2.2 Participación en la construcción del conocimiento de lo social

Otro de los ejes que se pueden retomar para pensar las relaciones de implicación de los sujetos involucrados en

la construcción de conocimiento es el reflexionar sobre las alternativas metodológicas que estos tienen a tales

fines. En este contexto es posible mencionar a Michael Root como uno de los representantes de las “posturas

relativistas” del post-empirismo. Para Root en la filosofía de las ciencias sociales y en las ciencias sociales mismas

existe una aceptación del criterio de neutralidad valorativa ocasionada por un desplazamiento desde la filosofía

política liberal. El principal problema que analiza es lo que denomina la adhesión del liberalismo al “principio

anti-perfeccionista” y afirma “de acuerdo a este principio, nada se debe decir o hacer dentro de un área de la

vida dada para promover un ideal de la perfección humana sobre otro” (Root 1994:1). En este sentido, los

científicos sociales desarrollan el principio anti-perfeccionista cuando predican la neutralidad valorativa y un

punto de vista neutral sobre su campo de investigación. En su opinión “las características de la construcción de

teoría, de la elección de teoría, de la recolección de datos, de la categorización y de la explicación en Ciencias

Sociales, por su propia naturaleza, hacen imposible la adhesión al principio anti-perfeccionista” (Root 1994:2).

Para este autor, existe una alternativa a la idea liberal de ciencia que denomina “perfeccionista” y para él, de los

distintos modelos de perfeccionismo, el “comunitario” es el más apropiado. Por lo tanto, existiría una visión

liberal y otra comunitarista de las ciencias sociales y de la reflexión filosófica sobre las mismas.

De manera provisional establezcamos que dicha alternativa perfeccionista significa que está dispuesta a tomar

partido por una concepción de la vida buena, y es participativa lo que implica –siempre siguiendo el mismo

autor– la inclusión de los sujetos investigados en el proceso de construcción de conocimiento. Si avanzamos

sobre lo perfeccionista encontraremos que Root es consciente que la ciencia nazi fue un modelo de

perfeccionismo, dedicando una buena parte de su libro a su crítica; por ello termina estableciendo que entre los

posibles modelos perfeccionistas se debe adherir a uno cuyos valores fundamentales sean la defensa de la vida

humana y no su manipulación. En estos tipos de modelos perfeccionistas la característica central es la no

separación entre hechos y valores que desemboca en una especial postulación de la relación entre teoría y

práctica.

Dichos modelos postulan la necesidad de relacionar la construcción teórica con los valores por los que en la

práctica se tomara partido. Si tratamos de reconstruir ahora la arista de participación nos encontramos con la

postulación de la necesidad de integrar los problemas que los sujetos investigados consideran importante a la

investigación, de darles voz en la toma de decisión metodológica y de incluir en la investigación la pregunta

acerca de ¿a quién sirve la misma?

2.3 Reconstrucción del sentido e inmersión en el mundo de la vida

El resultado de las ciencias sociales, que se entiende como reconstrucción interpretativa del mundo de la

vida, implica un tomar posición frente a la pregunta del otro/Otro sobre cómo la sociedad se hace de una

forma y no de otra en la diversidad.

La teoría social en su proceso de re-construcción del sentido del mundo de la vida, encuentra la dialéctica

teoría-práctica en el ámbito mismo del procedimiento metodológico. La dialéctica del otro emerge en la

propia tarea científica, el co-autor no puede ser sino co-presente, es por esto que la interacción da paso a

una práctica de reconocimiento.

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Así se puede comprender mejor el comportamiento crítico de la hermenéutica, primero porque manifiesta

la diversidad y no se deja retomar por la absolutes de un punto de vista, segundo como una mirada siempre

atenta a lo que se esconde dentro para develar lo profundo, y finalmente porque se manifiesta a través del

lenguaje en tanto práctica que llama a un análisis general de la vida vista por el hombre.

En esta dirección las ciencias sociales pueden ser entendidas como un primer movimiento para comprender

el horizonte pre-reflexivo de una práctica compartida. Es el juego entre experiencia de construcción y

documentación del sentido de la acción, que implica un re-leer el horizonte del sentido compartido

partiendo de la diversidad. La finalidad inmediata de la acción sociológica es tomarse a sí misma como obrar

humano.

En este sentido se unen dos momentos de la dialéctica del comprender: a) El momento de auto-

reconocimiento por el cual quienes hacen la investigación como sujetos se encuentran y comprenden en

medio de la intersubjetividad y b) el comprender que el obrar sociológico es un modo particular de acción

sometida a reglas compartidas en lo cotidiano en tanto obrar científico.

En este marco de experiencia y en un primer momento la pregunta sociológica no es otra que la pregunta

para una fenomenología de lo cotidiano que permita poner una luz en el juego de comprensión y

precomprensión de la relación intersubjetiva. Por lo tanto, en el proceso de reconstrucción del sentido de la

acción las cualidades del sujeto se ven atravesadas por dos factores: sus rasgos qua observador científico y

su subjetividad entendida en tanto radical intersubjetividad.

Es posible advertir que indeterminación, participación en el conocimiento y comprensión de sentido pueden

ser tres ejes para esclarecer la implicación del sujeto en la investigación social.

En la misma dirección de lo expuesto hasta aquí, creemos pertinente esquematizar algunas reflexiones que

puedan dar una idea general sobre el significado de la auto-etnografía y desde allí repensar lo expuesto

desde Latinoamérica.

3. ¿Qué es la auto-etnografía?

La auto-etnografía es un modo de etnografía y ambas serán tomadas aquí como estrategias de investigación

cualitativa (1). De modo preliminar digamos que el “gesto” auto-etnográfico consiste en aprovechar y hacer

valer las “experiencias” afectivas y cognitivas de quien quiere elaborar conocimiento sobre un aspecto de la

realidad basado justamente en su participación en el mundo de la vida en el cual está inscripto dicho

aspecto.

Iniciar el proceso de investigación, cualquiera sea la estrategia teórico-metodológica que se quiera llevar a

cabo, es asumir los límites de ésta en tanto espejo de la realidad. La realidad no se presenta de modo

límpido para que el investigador la capte. La práctica del conocer tal vez pueda pensarse como un momento

de aventura e imaginación sociológica, en la que se genera la participación de al menos dos polos: el sujeto y

el objeto que construyen dicho conocimiento. En una estrategia cualitativa los participantes de la misma

adoptan múltiples posiciones, que se delinean de una manera u otra como prácticas de comunicación

sujeto-sujeto, tratando de develar las producciones simbólicas y materiales de los mismos y los procesos de

estructuración social en las cuales están involucrados.

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La auto-etnografía en tanto estrategia cualitativa, es un modo de trabajar con información privilegiada. El

conocimiento y la experiencia se ponen en acción y dan cuenta de lo poco estable, unificado y transparentes

que son uno y otro. Utilizar esta técnica es reconocer que las temáticas que se analizan suelen ser más

intensamente matizadas de como aparecen a la vista de un observador pensado como extraño y avalorativo.

El investigador tiene el privilegio y la responsabilidad de ser sujeto y objeto. Ello permite la propia

interacción con el objeto de estudio e implica la posibilidad de formular(se) preguntas y conocer pareceres.

El investigador no es invocado, convocado o participado de un fenómeno determinado por sus “cualidades

personales” sino por ser parte de una comunidad, de un colectivo o de un evento a observar. El investigador

es un participante activo capaz de narrar la escena en la que trabaja, conoce y posee un distinguido acceso

al campo de observación que comparte con otros sujetos.

Los tópicos que parecen desencadenarse o ponerse en discusión respecto a la auto-etnografía son por un

lado los propios de la estrategia cualitativa, tales como la representatividad, la fiabilidad, la validez de la

información que se construye. Desde un enfoque auto-etnográfico estos “supuesto obstáculos” se diluyen

enfatizando la reflexividad del investigador, su capacidad revelar y divulgar la identidad de sus sentimientos,

pensamientos y prácticas. La experiencia del investigador es re-tomada desde el conjunto de sus

disposiciones y posiciones en un campo observacional determinado. Ello significa interrogarse respecto a

qué, cuándo y cuánto dar a conocer (divulgar), lo que conlleva una auto-responsabilidad del investigador

que debe seguir criterios de rigor y fiabilidad como en todo proceso de investigación.

En el marco de las “dificultades” que hemos reseñado es necesario enfatizar que desde una posición auto-

etnográfica se reconoce que no hay una forma lineal, un único modo de proceder, ni tampoco una receta

única para llevar adelante una indagación. La investigación es como ir al “bosque sin mapa” pero con un

norte definido en la misma construcción de los objetos y los “caminos para alcanzarlos”. Esto la convierte en

una técnica más dialógica, flexible y permeable a las críticas intersubjetivas.

Otra línea de críticas u objeciones es la que se centra en argumentar que las experiencias vividas son las

propias y por ende personales; y tienen solo esa credibilidad. Desde la auto-etnografía se contra argumenta

que el desafío es utilizar la propia experiencia para ampliar la compresión sobre lo social. Ello significa dar

cuenta y reconocer que la presencia de los puntos de vista de quién investiga pueden favorecer la captación

de experiencias no accesibles desde otra perspectiva. La narración del que construye la auto-etnografía

puede ser puesta en discusión con el resto de sujetos que participan en el fenómeno que se quiere

comprender. Por otro lado, es evidente que la aceptación e inscripción de lo afectivo y cognitivo puede

influir en los resultados del proceso de investigación, la potencialidad de este hecho en la estrategia auto-

etnográfica es justamente el reconocimiento de un lugar para dicha influencia.

En estrecha conexión con lo anterior emerge la posibilidad de aceptar la obvia aparición de la propia visión

del investigador en la narración. Es decir, la escritura en primera persona debe utilizarse con el objeto de ser

capaz de incorporar reflexividad sobre los aspectos en que las miradas ajenas al investigador no pueden

hacer o están limitadas a hacerlo.

Desde esta perspectiva realizar “análisis sociales” de eventos individuales implica la conexión entre lo

personal (2) y lo social (un modo de mostrar las múltiples capas de la conciencia personal). Hay un uso y

análisis de la emoción, siendo este un eje fuerte de la estrategia. Una fuerte diferencia con otras técnicas, es

que mientras las entrevistas, las notas de campo, etc. hacen eje en lo que se dijo, en los resultados; este

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hace eje en el proceso, en la manera en que se dijo. Su centro no está en el resultado de la observación. Lo

cual es un punto de partida también para diferenciarla de la observación participante. La auto-etnografía

hace pie en las emociones y en cómo el investigador siente todo el tiempo el intercambio con los otros; el

reconocimiento de sus propias experiencias lo invita a ocupar una posición no estática sino dinámica y

“jugar” con su centramiento y descentramiento en la acción.

En esta estrategia hay una “combinación” de autobiografía con la etnografía, en la que se utiliza el diálogo,

la autorreflexión y la emoción. Algunos autores han descripto la auto-etnografía como las energías “…para

*… crear + un Mapa, un espacio intermedio que no puedo definir aún, una zona de frontera entre la pasión y

el intelecto, el análisis y de la subjetividad, la etnografía y la autobiografía, el arte y la vida” (Smith

2005:174).

Se produce así una interacción entre el conocimiento del investigador, las evidencias de sus experiencias

que debe explorar en sus sentimientos y emociones en el contexto de sus esfuerzos cognitivos.

La auto-etnografía sitúa al investigador en el centro de la investigación como un autor integrado, relaciona

su reflexión a lo desconocido, y al conocimiento creado por estas relaciones y las evidencias interpretadas y

explora lo emotivo y espiritual como acercamientos entre la reflexión personal y las interpretaciones que se

suelen hacer a nivel universal (Montero-Sieburth 2006).

Desde una perspectiva metodológica, o si se quiere en relación a las prácticas de indagación concretas, la

auto-etnografía implica la utilización de un puzle de procedimientos. Desde la recuperación de fotografías o

filmaciones pasando por diarios personales hasta llegar a las entrevistas, la articulación y conexión entre

distintos procedimientos es una constante en esta forma de hacer investigación cualitativa.

Una vía posible es la que indica Montero-Sieburth (2006): Metodológicamente, la auto etnografía se

desenvuelve a partir de una observación, entrevista, o encuentro, y como surgen las preguntas o

inquietudes que sirven como guías para recolectar la información y para efectuar indagaciones y analizar el

evento y su peculiaridad.

Para Wall (2006), esta técnica invita al investigador a contactarse con preguntas que el mismo elaboró y a

reflexionar en torno a sus problemas de investigación, en la búsqueda de conocimiento y de la comprensión

de lo social. La misma autora, siguiendo a Moustakas (3), sintetiza seis momentos que pueden servir como

una primera guía para llevar adelante lo que este último autor denomina el “diseño básico de una

investigación heurística”: el compromiso inicial; la inmersión; la incubación; la iluminación; la explicación y la

culminación en una síntesis creativa.

Desde la literatura consultada (Berry 2006, Foster, Mcallister y O’Brien 2005, Klinker y Todd 2007, Kraft

Alsop 2002, Montero-Sieburth 2006, Muncey 2005, Smith 2005, Wall 2006) preliminarmente podemos

distinguir tres grandes formas de “hacer y usar” la auto-etnografía:

a) Centrada en la auto-evaluación y reflexión desde la propia experiencia de vida.

b) Centrada en las relaciones con los otros, incorporando las experiencias individuales de formar parte de un

grupo, espacio social, institución o colectivo.

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c) Centrada en objetos o procesos que implican la vivencia personal de un fenómeno o proceso social. Aquí

es común la utilización de cuentos cortos, poemas y la interpretación artística y así utilizar imágenes,

objetos, metáforas como técnicas para la reflexión y transmitir el “mosaico” de sentimientos, experiencias,

emociones y comportamientos que retratan una visión más completa de la vida (Muncey 2005) (4).

Es así que se puede entender la auto-etnografía como una estrategia que prioriza y describe la propia

experiencia vivida y las variaciones en el modo de otorgarle sentido. El investigador es parte de esa “cultura”

que investiga, esta socializado en ella, se pone en juego elementos personales y sociales. Por lo tanto es una

estrategia experiencial. Emergen los propios temores en tanto hay un mostrarse del investigador,

asumiendo que las críticas teóricas y metodológicas que pretenden poner un dique a lo afectivo son

también un modo de “protección” a la aparición de las vivencias del mismo. La auto-etnografía significa dar

cuenta de lo que se escucha, lo que se siente y del propio compromiso no solo con la temática sino con la

acción, al reconstruir la propia experiencia. Como ya se ha insinuado, hay una doble implicación: el

investigador “es arte y parte” del fenómeno que quiere narrar.

Ahora bien, dados los objetivos del presente artículo y las particularidades de la estrategia que acabamos de

bosquejar, creemos que la narración de su utilización en una investigación concreta nos dejará en mejores

condiciones para extraer, al menos parcialmente, algunas reflexiones más generales.

4. Un caso de auto-etnografía

Encontré en la auto-etnografía (5) una posibilidad de incorporar mi voz y ejercer una lectura atenta de

múltiples voces sobre la temática que aborde en mi tesis de maestría. Hallé la posibilidad de establecer las

conexiones entre mi experiencia de vida laboral y académica; aceptando que en toda investigación hay un

objeto y si este existe hay una construcción y por ende hay sujeto que lo construye. Concediendo también

que el conjunto de saberes de mi experiencia sobre la temática de los llamados microemprendimientos

están tejidos de factores afectivos y cognitivos. La construcción de un objeto de estudio no resulta simple ni

sencilla, pero puede resultar de relevancia la proximidad con el mismo, dada la posibilidad de incorporar al

estudio el conocimiento adquirido en los “haciendo con” y el privilegio de participar de un lenguaje desde la

propia práctica; leer la información disponible también desde ella, es decir explorar en las interacciones

personales y el entorno.

Discutir respecto a la temática de los microemprendimientos lleva casi siempre al interrogante: ¿cómo

medir su desarrollo/crecimiento/ sustentabilidad? Persuadida de que las investigaciones deben crear

conocimiento que contribuyan a la práctica, entonces ¿cómo recuperar la propia experiencia?, ¿cómo lograr

que la experiencia contribuya a la investigación y a la acción? (6)

Mi actividad laboral –desde diversas áreas– me permitió vincularme con varios de los actores sociales

involucrados (7) en la determinación (a veces decisión) de la instalación de éstas unidades de producción,

elemento que posibilitó el análisis y reflexión sobre la temática desde el interior de la misma. Este último

elemento potenciaba la comprensión de los actores involucrados, el contexto social de estudio, sus

relaciones, las interacciones personales, que me indicaban la necesidad de utilizar, como primer abordaje,

una estrategia cualitativa y la recuperación de mi voz.

Trabajar con aquellas personas que tenían en mente iniciar una actividad productiva y de modo conjunto

observar las nuevas “olas de modernidad” que predicaban cómo iniciarla, seguirla o hacerla crecer, me llevó

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a conocer y hacer-me preguntas respecto a ellos. En mis diversas instancias laborales encontraba dos grupos

con diferencias muy marcadas, aquellos cuya actividad laborar era por “cuenta propia” desde siempre, en

diversos rubros que en los últimos años sus ventas y ganancias habían disminuido y debían aggiornarse

frente a las nuevas tendencias; y aquellos que debido a los cierres de fábricas o por retiro voluntario

(especialmente partir de las reformas del Estado), comenzaban a buscar (y algunos encontrar) una nueva

alternativa laboral. Siempre encontraba presente el término “ganancia”, en los contactos con los

emprendedores, o sea aparecía un concepto capaz de darme indicios o pistas acerca de los

emprendimientos y sus integrantes. Entre los que formábamos los equipos técnicos (8) y los “beneficiarios”

(9) de las distintas políticas públicas, circulaban terminología y preocupaciones distintas. Entre los primeros

el origen de los fondos para el financiamiento de las actividades, nacional o internacional y a qué ideología

se abonaba, se escuchaba: “¿a quién estamos siendo funcionales? esto es parte de una política neoliberal

que alimenta al capitalismo salvaje”. Entre los segundos las preocupaciones pasaban por cómo generar los

ingresos necesarios para sostener el propio hogar frente a la desocupación y; para los que ya estaban al

frente de un emprendimiento; cómo mejorar sus ventas en un mercado cada vez más complicado. En mis

preocupaciones personales se encontraban cómo seguir trabajando sin ser funcional a ideologías que no

compartía y cómo responder a las necesidades o demandas de los (para mí) emprendedores. En tanto iba

recogiendo distintas miradas, entre los viejos emprendedores “aggiornarse” no era fácil: “Hace años que

tengo esto (refiere al emprendimiento) y siempre lo hice así. Ahora vienen estos pibes a querer explicarme lo

que tengo que hacer”. O también: “Yo no sabía que era microempresario”.

Y entre los nuevos parecía que habíamos realizado algún aporte, aunque también era consciente de las

dificultades que significaba re-insertarse en el mercado laboral: “Vi como valorar mi tiempo. Ahora saco

costos de mi servicio, saco costos de mi producto. No estaba empapada de este tipo de cosas”. También: “Yo

quiero ponerme algún negocio, no sé si una dietética o qué y la verdad no sé bien cómo se hace. Yo fui

siempre oficinista”.

La literatura medianamente incipiente indicaba la heterogeneidad del sector y su vinculación con la

subsistencia. Las políticas públicas y, sobre todo las sociales, comenzaban a entregar subsidios para

emprendimientos comunitarios. En este esquema aquellos con los que me vinculaba no siempre entraban

en este modelo, pues circulaban por otro espacio social, no conocían los intersticios por dónde circulan las

políticas sociales y a veces ni su existencia, pero también necesitan de políticas públicas y de la promoción

de su actividad laboral. Es entonces que yo también descubro que se llamaban beneficiario a actores

sociales que se sentían trabajadores vinculados con algún modo de producción y no conocían/conocíamos

esta denominación. Así se bosqueja un universo en el que se encuentran pequeños comerciantes, ex

trabajadores en relación dependencia, los que viven de changas, personas que se dedican a realizar

actividades comunitarias de producción de bienes para la comunidad (huertas comunitarias, panaderías en

hogares colectivos, u ONG, entre otras). Para todos estos actores diversos se inician políticas de promoción y

apoyo a los microemprendimientos a través de subsidios, microcréditos, incubadores de microempresas,

etc.

La posibilidad de participar en el diseño de políticas activas hacia el sector me permitió un nuevo

acercamiento a los múltiples protagonistas de los denominados emprendimientos, y a no pocas

contradicciones entre éstas y los decires de los “emprendedores”. En todos los casos, sus preocupaciones

pasaban por cómo “hago para que crezca el negocio”, mejorar la producción y las ventas. Pero a

consecuencia de las políticas neoliberales de destrucción del aparato productivo, la posibilidad de

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crecimiento de los pequeños emprendimientos resulta harto difícil y todas las responsabilidades aparecen

en los sujetos que lo llevan adelante por no saber vender, no contar con las herramientas de marketing

necesarias y solo poseer pocas aptitudes empresariales.

En principio experimenté claramente que para los integrantes de los microemprendimientos, el objeto de

los mismos no es solamente la subsistencia sino la posibilidad de forjar una alternativa laboral capaz de

insertarlos en el mercado laboral, que genere los réditos suficientes como para mantenerse en una cadena

económica y productiva, la compra de los bienes necesarios para sostener la familia y a la propia unidad

económica. Este era el objetivo central de todos los microempresarios, microemprendedores: “Yo quiero

con esto mantener a mi familia y crecer y que un día pueda tener algún empleado”.

Desde otra mirada, (y en el desarrollo de mi propia vivencia) comienzan a circular con mayor fuerza los

conceptos: economía social / la economía solidaria y los microemprendimientos como parte de estas. De

este modo aparecen como principios rectores (o nuevas exigencias) de estas unidades productivas la justicia

social, eficiencia, libre competencia, productividad y solidaridad; debiendo privilegiar los valores de

solidaridad, cooperación, complementariedad, reciprocidad, equidad y sustentabilidad, ante el valor de

rentabilidad o de ganancia.

Entonces encontraba, al menos, dos grandes miradas y exigencias hacia estos actores, la mencionada en el

párrafo anterior y necesidad de contar con comportamiento empresarial eficaz, asociada a dos factores que

se influyen recíprocamente: perfil emprendedor y habilidades asociadas. Y, en tanto, resonaban los diálogos

con los emprendedores y sus expectativas de lograr consolidar un emprendimiento y me resultaba difícil

ubicarlos en una u otra postura.

Al momento de realizar alguna descripción de los microemprendimientos, todos coincidimos en que poseen

dos rasgos esenciales: su heterogeneidad por el tipo de actividad y su propia naturaleza (dada la diversidad

de rubros y productos, los distintos tipo de origen, integrantes, capitales iniciales, etc.) y la otra es su alta

mortalidad. Esto último lleva a interrogarse, ¿cuál es el tiempo necesario para su maduración?, ¿cómo se

determina cuándo a un emprendimiento le va bien? Los distintos organismos financiadores (tanto

nacionales como internacionales) comienzan a predicar y exigir como condición para su financiación o

promoción la sustentabilidad, la duración en el tiempo. Y ¿cómo se determina qué es sustentabilidad para

estas unidades? ¿Qué elementos hay que tener en cuenta para su definición? ¿Cuáles son los factores que

dan cuenta que un emprendimiento está en una fase de desarrollo o no? Para los organismos financiadores

internacionales las ventas o la facturación anual era un indicador válido. Para quienes caminamos junto con

los emprendedores, dicho elemento solo da cuenta de un costado de la evolución del emprendimiento y

deja al descubierto otras variables.

La experiencia indicaba que aquellos emprendimientos que nacían en mejores climas locales, con

acompañamiento de las políticas locales o de desarrollos del barrio, se insertaban en mejores condiciones.

Asimismo parten desde otro lugar cuando los integrantes poseían capitales culturales y competencias

personales vinculadas con disposiciones sociales. De esta manera, la experiencia de trabajo con los propios

actores me permitía armar el mosaico en el que se combinan discursos y prácticas cotidianas respecto a los

manejos operativos, comerciales y económicos. Por otro lado, los emprendimientos se generan por

intenciones de personas en tanto un ser humano con historia, identidad, inquietudes, emociones, y una

proyección al futuro, que moviliza y trasforma sus recursos personales, técnicos y financieros para crear un

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satisfactor de una necesidad, en términos más clásicos, genera un producto o servicio. Cada uno de estos

elementos se intercepta y conformaban resultados disímiles en cada proyecto. No obstante, comienzo a

bosquejar cuáles son los elementos que influyen para que los emprendimientos puedan desarrollarse.

En este punto es en donde debía poner en acción los conocimientos adquiridos a través de la práctica y las

lecturas bibliográficas, pero desde una epistemología que reconociera a las ciencias sociales la potencialidad de

un conocimiento satisfactorio de la realidad y a la vez reflexivo. Tomando lo dicho como punto de partida,

decidí centrarme en construir indicadores que permitan establecer grados de desarrollo de los

emprendimientos con posibilidades de producción y reproducción, de propiedad individual o asociativa, con

incidencia o no del trabajo familiar. Reconociendo que la construcción de un indicador es altamente sensible

y sobre sobretodo requiere de particular conocimiento del objeto de estudio y, con el propósito de

comenzar a responder ¿cómo se mide el desarrollo de estas unidades productivas? ¿Cuáles son los aspectos

que se deben considerar para establecer grados de desarrollo de los emprendimientos productivos? Desde

una postura teórico-epistemológica y metodológica que permita iniciar el proceso de relatar la propia

experiencia de un modo sistemático, pero sin perder el potencial que otorga la experiencia, capaz de

entregar conocimientos y saberes para definir la sustentabilidad, sabiendo que para los emprendedores el

término sustentable resulta desconocido, pero si se podía avanzar en los factores que se vinculaban o la

determinaban.

Aparece también la noción de equilibrio, viabilidad y compatibilidad. De esta manera quedan en evidencia

que para medirla no alcanzaba con el indicador “ingresos”, “ventas realizadas”, ya que el concepto

sustentabilidad no refiere solo a elementos económicos, sino que lleva siempre asociados elementos

sociales, económicos y ambientales y su interacción. Ello me permitió avanzar en las tres dimensiones en las

que este concepto podía ubicarse: el territorio; los integrantes del emprendimiento; y la organización del

emprendimiento.

Por esta vía, en el marco de una tesis preponderantemente “cuantitativa” opté por retomar las sensaciones

y cogniciones que viví en primera persona como pivote para reconstruir reflexivamente las definiciones

operacionales de mi investigación. Así mi trabajo y compromiso con la problemática no sólo no fue un

obstáculo, sino un incentivo teórico y metodológico que se articuló con mis otras estrategias de percepción

del fenómeno.

5. Aperturas, desafíos y propuestas

En una especie de nano-sociología en la que desde lo más micro se puede acceder a lo macro, donde lo

estructural y lo situacional se enredan e intersecan, ahora queremos reflexionar sobre moralejas y desafíos

epistémicos que deja esta exploración sobre la auto-etnografía.

Para ordenar nuestras reflexiones las dividiremos en dos grupos. El primero hace alusión a moralejas

tradicionales que se enraízan (a esta altura del siglo XXI) con un piso “cultural aceptado” en las ciencias

sociales. El segundo se conecta con la necesidad de revitalizar hoy el debate epistemológico en las ciencias

sociales en el contexto Latinoamericano actual.

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5.1 Moralejas Tradicionales

A la luz de lo analizado es razonable creer que el uso de la auto-etnografía implica aceptar algunos “legados”

epistémicos para las ciencias sociales que operan en tanto “piso cultural” de las herencias y tradiciones

actuales. Entre las más importantes podemos mencionar:

a) La potencialidad de conocer el mismo juego del lenguaje y las formas de vida en las cuales se desarrollan

las investigaciones, re-vincula en y desde la práctica saberes de fondo y saberes disciplinarios. La vida vivida

de quien se propone una investigación se intersecta, nutre y se “com-parte” con quien(es) tiene a su

disposición práctica los saberes necesarios para describir, narrar y dar cuenta de la realidad del mundo

social. Esta gestualidad cognitiva profundiza el saber técnico-disciplinar des-obturando la razón científica

vitalizada por la posibilidad de comprensión compartida.

b) En relación con lo anterior los implicados con (y en) la investigación se abren a la percepción de diferentes

“mundos posibles” y efectivizan la “inmersión” del investigador. A través de un giro cognitivo-afectivo que

pivotea en diferentes direcciones y que se traslada en las potenciales y diversas subjetividades aparecidas en

los diálogos suprimidos, reprimidos y desaprovechados por la doxa técnica (y académica), las conexiones

sujeto-sujeto son potenciadas.

c) La investigación accede, por esta vía, a las reglas de un campo específico. Las reglas de entrada,

permanencia, salida y éxito del campo especial que se bosqueja en la investigación son aprehendidas y

trasmitidas desde las vivencias en primera persona que el investigador tiene, reproduce y hace reflexivas.

Compartir las mismas prácticas y usos del lenguaje, percibir la apertura de escenarios en un mundo no

visibilizados por el saber disciplinar y conocer las reglas del campo son básicamente las ventajas de una

auto-etnografía que pueden ser extendidas a las más variadas estrategias de indagación de la realidad del

mundo social.

5.2. Desafíos Latinoamericanos

Para y desde Latinoamérica lo reseñado como moralejas “tradicionales” del uso de la auto-etnografía trae

aparejados muchos desafíos en el contexto de los objetivos del presente trabajo. Queremos enfatizar sus

consecuencias para el modo de entender la subjetividad del investigador, para la creatividad de las

indagaciones y para re-definir las conexiones entre lo personal y lo colectivo en la investigación en ciencias

sociales.

a) Un nodo central de las marcas epistémicas de la actualidad en las ciencias sociales Latinoamericanas lo

constituye la subjetividad colonizada. Siempre resulta difícil definir el estatus de lo colonial como adjetivo de

las prácticas académicas. En este caso, no nos referimos a la geopolítica del conocimiento inscripta en toda

tarea de investigación, ni a las vinculaciones reticulares entre poder, conocimiento y sociedad, como

tampoco a la dependencia tecnológica. Queremos hacernos eco aquí de dos aristas de la problemática que,

si bien están relacionadas con las antes mencionadas, abren otras dimensiones de dichas discusiones. En

primer lugar, nos referimos a la obturación sobre la experiencia vivida por los sujetos qua investigadores y

en tanto agentes. En segundo lugar, a la literal ocupación de las voces “originales” de los sujetos por un

mecanismo que hace de muchos de los científicos latinoamericanos meras gargantas reproductoras de otras

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voces. Un desafío que se abre desde la auto-etnografía es la necesidad de “tomar-en-cuenta” la propia

biografía y las potencias de la propia vos como vehículos de conocimientos e intercambio de saberes.

b) Otro desafío que enfrentan las ciencias sociales en Latinoamérica es la de responder a los permanentes

cambios de los escenarios sociales con “creatividad sociológica”. La auto-etnografía nos pone ante la

necesidad de re-pensar las formas de acceso, registro, sensibilidad y validez de nuestras producciones de

conocimiento. La “tecnolatría”, la “metrolatría” y las reverencias a los cánones establecidos no deben

confundirse con la elaboración de ciencia “bien hecha”. El hacer valido y fiable que permita una visión

científica del mundo intersubjetivamente evaluado y valorado no debe confundirse con un ciego

seguimiento a las tecnologías de investigación sean cuantitativas o cualitativas. La vida vivida por el

investigador, su aceptación sistemática de otros saberes, su diálogo y participación con otros en la

construcción de conocimiento conlleva la exploración cotidiana y sostenida de mediaciones procesales que

puedan dar cuenta y narrar el mundo social.

c) Finalmente, se abre para Latinoamérica –y la auto-etnografía es un ejemplo– el desafío de conectar lo

personal y lo colectivo en la producción de conocimiento. Las formas epistémicas, teóricas y metodológicas

adviniendo se engarzan en las situaciones materiales de existencia de producción y reproducción de unas

ciencias sociales en contextos dialécticos de dominación, expresividad y sedimentación (Scribano 2004).

Las ciencias sociales Latinoamericanas se-están-constituyendo en renovados odres y a través de fluidos

contenidos. Complejidad, indeterminación, reflexividad y relacionalidad como ejes epistémicos de la ciencia

del siglo XX mirados y transversalizados por la sospecha de una razón geopolíticamente centrada configuran

las condiciones de posibilidad de una escucha autónoma de los síntomas, mensajes y ausencias que la

estructuración social emite. La multiplicidad articulada y superpuesta de construcciones perceptuales que

hacen red de redes, que devienen marcos que enmarcan, posibilitan pasar de la minusvalía de la mera

reproducción de lo real a la tareas de indagación que descaran las intenciones de naturalización de una

ciencias olvidadas en la mera tecnología del observar. Las ciencias sociales de la región hoy, como siempre,

se elaboran en medio de unas condiciones materiales de existencia particular que necesitan ser trabadas y

destrabadas de los textos con pretensiones de validez sociológica.

La escultura de lo social que se hace desde las ciencias sociales involucra un efecto especular y

espontaneista que queda atrapado en el figuracionismo sociológico. El vector que a la vez niega y afirma

dicha mirada escultórica es la potencialidad de las ciencias sociales de poner en valor la expresividad que

anida en esas formas de dominación. Proceso que se abre y cierra en la sedimentación de pareceres sobre lo

que el mundo es y debería ser. Así, en-medio-de esta dialéctica, se abre la posibilidad de re-entender el

dictum de las ciencias sociales de ser una construcción colectiva que bosqueja y navega las potencialidades

del desplazamiento entre la escucha, el habla y la creatividad del que hace ciencia, de los saberes

sedimentados y de la apertura a los nuevos modos de expresión que anidan en las porosidades de la tensión

con lo real, espontánea y horrorosamente aceptado.

Notas

(1) Para las relaciones entre etnografía e investigación cualitativa ver Coffey y Atkinson (1996), Fielding y Lee

(1991), Holstein y Gubrium (1995), Kritzer (1996), Marshall y Rossman (1995).

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(2) Algunas críticas mencionan la incorporación de elementos literarios, representación del narcisismo e

indulgencia personal.

(3) Citado en Wall (2006).

(4) Citado en Wall (2006).

(5) Para este apartado es conveniente realizar dos aclaraciones: a) El mismo es escrito en primera persona

del singular pues refleja la experiencia del uso de la auto-etnografía como uno de los procedimientos

utilizados para la elaboración de la tesis de maestría de uno de los autores de este artículo, Angélica De

Sena; b) Las referencias a la inmersión en los juegos del lenguaje y formas de vidas particulares que se

narran deben ser comprendidas en el contexto de la temática general sobre las posibilidades de evaluación

del impacto de ciertas políticas públicas en la creación y apoyo a microemprendimientos.

(6) Esta pregunta significa tomar postura respecto al lugar que ocupa la investigación científica.

(7) Funcionarios públicos de distintos cargos jerárquicos y de nivel nacional, provincial y municipal.

Organismos financiadores de estas unidades. Organizaciones gubernamentales y no gubernamentales

financiadores y de asistencia técnica. Investigadores y finalmente con los propios emprendedores de toda la

Argentina.

(8) Refiere a los profesionales y técnicos a cargo del diseño e implementación de las capacitaciones.

(9) Entre los vinculados a la temática circulaban al menos dos grandes denominaciones de estas personas:

emprendedores/microempresarios y beneficiarios.

Bibliografía

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Coffey, A. y Atkinson, P. 1996. Making sense of qualitative data: Complementary research strategies.

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Smith, C. 2005. Epistemological intimacy: A move to autoethnography. International Journal of Qualitative

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Wall, S. 2006. An autoethnography on learning about autoethnography. International Journal of Qualitative

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Recibido el 18 Feb 2009

Aceptado el 15 Mar 2009