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EXCEPCIÓN DE COSA JUZGADA 1. LA COSA JUZGADA 1.1 GENERALIDADES Monroy, en opinión que compartimos, dice que “la paz social en justicia como objetivo de la función jurisdiccional exige entonces, aun con eventual perjuicio de la justicia, la seguridad que las decisiones judiciales van a ser firmes definitivas e inmutables” Añade el autor nacional que “toca al ordenamiento procesal resolver la acción planteada entre ña necesidad de justicia y la necesidad de certeza. Para esto provee la necesidad de justicia con un sistema de recursos impugnatorios. La necesidad de certeza la otorga a través de la cosa juzgada”. “La sentencia, una vez pronunciada, tiene la virtud de impedir que la mismas partes renueven el mismo juicio; pero esto no constituye todavía la autoridad de la cosa juzgada. Se tiene ésta, cuando la sentencia, obtiene esta fuerza obligatoria entre las partes contendientes” La cosa juzgada es la “calidad de inmutable y definitiva que la ley otorga a la sentencia y a algunas otras providencias que sustituyen a aquella, en cuanto declara la voluntad del Estado con tenida en la norma legal que aplica, en el caso concreto”. Imaz concibe la cosa juzgada como “la prohibición normativo- axiológica de la derogación de las normas jurídicas por otras posteriores reflexivas” Es definida la cosa juzgada por Lino Palacio “como la inmutabilidad o irrevocabilidad que adquieren los efectos de la sentencia definitiva cuando contra ella no procede ningún recurso (ordinario o extraordinario) susceptible de modificarla, o ha sido consentida por las partes”. Idéntico al parecer tiene Oderigo cuando manifiesta que “una sentencia u otra resolución judicial relativa al fondo produce cosa juzgada, cuando causa ejecutoria, y su contenido sustancial –lo que sobre el derecho material dispongan- no puede ser revisto mediante el procedimiento de los recursos…” El artículo 123 del Código Procesal Civil se refiere precisamente a la cosa juzgada señalando que:

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EXCEPCIÓN DE COSA JUZGADA

1. LA COSA JUZGADA

1.1 GENERALIDADES

Monroy, en opinión que compartimos, dice que “la paz social en justicia como objetivo de la función jurisdiccional exige entonces, aun con eventual perjuicio de la justicia, la seguridad que las decisiones judiciales van a ser firmes definitivas e inmutables”

Añade el autor nacional que “toca al ordenamiento procesal resolver la acción planteada entre ña necesidad de justicia y la necesidad de certeza. Para esto provee la necesidad de justicia con un sistema de recursos impugnatorios. La necesidad de certeza la otorga a través de la cosa juzgada”.

“La sentencia, una vez pronunciada, tiene la virtud de impedir que la mismas partes renueven el mismo juicio; pero esto no constituye todavía la autoridad de la cosa juzgada. Se tiene ésta, cuando la sentencia, obtiene esta fuerza obligatoria entre las partes contendientes”

La cosa juzgada es la “calidad de inmutable y definitiva que la ley otorga a la sentencia y a algunas otras providencias que sustituyen a aquella, en cuanto declara la voluntad del Estado con tenida en la norma legal que aplica, en el caso concreto”.

Imaz concibe la cosa juzgada como “la prohibición normativo-axiológica de la derogación de las normas jurídicas por otras posteriores reflexivas”

Es definida la cosa juzgada por Lino Palacio “como la inmutabilidad o irrevocabilidad que adquieren los efectos de la sentencia definitiva cuando contra ella no procede ningún recurso (ordinario o extraordinario) susceptible de modificarla, o ha sido consentida por las partes”.

Idéntico al parecer tiene Oderigo cuando manifiesta que “una sentencia u otra resolución judicial relativa al fondo produce cosa juzgada, cuando causa ejecutoria, y su contenido sustancial –lo que sobre el derecho material dispongan- no puede ser revisto mediante el procedimiento de los recursos…”

El artículo 123 del Código Procesal Civil se refiere precisamente a la cosa juzgada señalando que:

“Una resolución adquiere la autoridad de cosa juzgada cuando:

1. No proceden contra ella otros medios impugnatorios que los ya resueltos; o2. Las partes renuncian expresamente a interponer medios impugnatorios o dejan

transcurrir los plazos sin formularlos

La cosa juzgada solo alcanza a las partes de quienes y a quienes de ellos deriven sus derechos. Sin embargo, se puede extender a los terceros cuyos derechos dependen de los de las partes, si hubieran sido citados con la demanda.

La resolución que adquiere la autoridad de cosa juzgada es inmutable, sin perjuicio de lo dispuesto en los artículos 178 y 407”

Los artículos 178 y 407 del C.P.C. se refieren a la nulidad de cosa juzgada fraudulenta y la corrección de resoluciones, respectivamente:

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Como se observa la cosa juzgada no alcanza únicamente a la sentencia sino a toda resolución que se encuentre comprometida dentro de los supuestos del artículo citado.

Así, por ejemplo, tienen la calidad de cosa juzgada:

- La conciliación. - La transacción.- El desistimiento de la pretensión- El Abandono- Los laudos arbitrales

Una resolución tiene el valor de cosa juzgada cuando es irrevisable la decisión en ella contenida. Tiene, pues, el carácter de definitiva e inmutable.

La cosa juzgada es una figura estrictamente procesal por cuanto deriva del proceso y constituye una consecuencia de la voluntad del Estado expresada en la ley adjetiva. Sin embargo, sus alcances se proyectan fuera del proceso, recayendo en las relaciones de índole material, como un efecto de la inmutabilidad de lo decidido que trae como consecuencia el carácter terminante o definitivo respecto a la certeza jurídica de las relaciones sustanciales.

La cosa juzgada al igual que la jurisdicción, el derecho de acción y el de contradicción, es una institución de orden público, y obsta de la proposición eficaz de una pretensión ya juzgada en una sentencia provista de aquella calidad”

Cabe indicar que si bien en la sentencia deben de resolverse todas las pretensiones formuladas, en caso de no ser así y adquirir aquella la autoridad de cosa juzgada, los alcances de esta no comprenderán las cuestiones omitidas porque el marco de la cosa juzgada será siempre el contenido del fallo definitivo(o de la resolución de que se trate)

La cosa juzgada no está referida solamente a la parte dispositiva de la resolución sino también a su motivación. No pueden ser desligadas por cuanto aquella deriva justamente del análisis efectuado por el magistrado y porque no debe ser interpretada literalmente la decisión sino que debe hacerse en forma lógica y razonada, siendo indispensable entonces la apreciación considerativa de la resolución.

Sobre esto dice Coviello que “Los presupuestos de hecho y las cuestiones prejudiciales tienen fuerza de cosa juzgada, cuando fueron objeto de discusión entre las pates; no en otros casos , porque solo entonces constituyen el objeto de la decisión del Juez, y , por lo mismo, como toda la decisión judicial, pueden tener eficacia de cosa juzgada”

En cuanto al valor que el Juez le da a determinados medios de prueba en la resolución que adquiere la calidad de cosa juzgada, los alcancen de esta no influyen en dichos medios probatorios si son ofrecidos en otro proceso, en virtud de las facultades valorativas del magistrado con respecto a los medios de prueba. Ello en concordancia con el sistema de la apreciación razonada recogida por nuestro ordenamiento procesal ( Art. 197 C.P.C.), que implica la libertad del Juez para formarse convicción del propio análisis que haga de las pruebas existentes, empleando las reglas de la lógica jurídica, las mafias de la experiencia y basándose siempre en criterios objetivos verificables.

1.2 NATURALEZA JURIDICA

Sobre la naturaleza jurídica de la cosa juzgada existen diversas teorías, siendo las más importantes las siguientes:

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A) TEORIA DE LA PRESUNCIÓN DE VERDAD

En el Derecho Romano la cosa juzgada se fundaba en una presunción de verdad que confería inmutabilidad al fallo, no pudiéndose revisar la materia controvertida mediante nuevo proceso.” Según esta teoría, se presume que la sentencia, que se ha hecho inimpugnable, contiene la verdad objetiva en hecho y derecho, y es ésta una presunción de verdad.

La doctrina moderna la contradice porque va en contra de la realidad. En efecto, no toda resolución judicial se ajusta a los hechos pudiendo lo resuelto no ser coincidente con la verdad material y aun ser incompatible con la normatividad jurídica, ya sea por razones de error del magistrado, arbitrariedad o mala fe de su parte, o deficiencia en la prueba actuada en el proceso u omisión de la misma.

B) TEORIA DE LA FICCIÓN DE VERDAD

Esta posición, promovida por Savigny, postula que toda sentencia es acertada o se refiere a la verdad, no en base a una presunción si no a una dicción “Según esta teoría, el instituto de la cosa juzgada puede considerarse, en general, como la fuerza legal de la sentencia, fundada en una ficción de la verdad, merced a la cual la sentencia pasada en cosa juzgada está garantizada contra toda futura tentativa de impugnación o de invalidez, por consiguiente, en virtud de dicha ficción la sentencia injusta viene a adquirir un valor constitutivo de derechos.

Al igual que la anterior, no explica la oposición de la sentencia a la realidad, siendo insuficiente catalogar a la cosa juzgada y sus efectos como una ficción de la verdad.

C) TEORIA CONTRACTUALISTA O CUASICONTRACTUALISTA

Tiene su fuente en el Derecho Romano pues se basa en la arcaica noción del cuasicontrato de litiscontestatio.

Tuvo vigencia en esa tesis mientras se aceptó que la comparecencia al proceso para ventilar un asunto controvertido provenía de un acuerdo de voluntades entre el actor y el demandado. La vinculación del sujeto pasivo al proceso contra su voluntad y las nuevas teorías del proceso, de la jurisdicción y la acción produjeron el rechazo de la tesis contractualista o cuasicontractualista ya sea respecto de la Litis contestatio como de la naturaleza de la cosa juzgada.

D) TEORIA MATERIALISTA

Sostenida por Pangenstecher, Kholer, Wacht, entre otros. “La escuela materialista ve en la cosa juzgada un derecho material reconocido por la sentencia…”

En esta teoría “…considera la sentencia como un hecho jurídico material y no procesal, y por eso hace recaer sus efectos únicamente sobre el derecho material o la relación jurídica privada que se ventila en el proceso. De esto resulta que la sentencia vendría a ser un negocio jurídico que otorgaría derechos subjetivos y no se limitaría a declarar el derecho objetivo”

E) TEORIA PROCESALISTA

Esta teoría confiere a la cosa juzgada solamente efectos procesales, postulando que no alcanza a las relaciones de orden sustancial materia de controversia y objeto de la sentencia. En consecuencia, restringe la autoridad de la cosa juzgada a la declaración de certeza contenida en el fallo, la misma que es vinculante entre las partes e irrevisable a través de otro proceso

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También llama doctrina alemana moderna y según esta “el contenido de la declaración de certeza de las sentencias pasadas en cosa juzgada no tiene influencia alguna sobre las relaciones jurídicas sustanciales, las cuales, en caso de error en la declaración judicial de certeza, continúan siendo lo que son : el único efecto que se produce es un derecho procesal de aquellos respecto de los cuales se ha emitido la sentencia, a la observancia, por parte de los órganos jurisdiccionales, de lo que se declaró cierto, y una obligación por parte de los mismos órganos de respetar la precedente declaración de certeza en una sentencia pasada en cosa juzgada”

Pese a que la cosa juzgada no crea ni modifica derechos materiales, si les da certeza jurídica atendiendo a la inmutabilidad de la decisión judicial con tal carácter. Es por esta razón que se objeta la teoría en estudio el hecho de negarle a la cosa juzgada efectos sobre la relación sustancial.

F) TEORIA DE LA VOLUNTAD AUTORITARIA DEL ESTADO

Se afirma en baso a esta teoría que “…el fundamento de la autoridad de la cosa juzgada no debe buscarse en el elemento lógico de la sentencia, si no en el elemento volitivo de ella, la voluntad del Juez, a la cual se le da el valor incontestable, característico de la fuerza autoritaria del Poder del Estado”.

Sin embargo es rechazada esta corriente porque el elemento volitivo no goza de autonomía ni es personal en relación al juzgador, pues deriva del ordenamiento jurídico. En tal sentido, como indica Rocco, “… no se puede vincular la fuerza de la cosa juzgada ni la voluntad del Juez, si esta no existe, o por lo menos no es independiente y autónoma de la otra voluntad expresada en la norma jurídica”.

G) LA DOCTRINA ITALIANA MODERNA

Coincide en gran parte con la procesalista, pero no excluye los alcances de la cosa juzgada para con la relación material controvertida. Además, se limitan los efectos intrínsecos de la cosa juzgada a la inmutabilidad de la resolución judicial y se afirma que la imperatividad no es propia de la cosa juzgada sino de toda la sentencia consentida o ejecutoriada.

La doctrina italiana nos parece la más adecuada para explicar la naturaleza jurídica de la cosa juzgada porque le confiere efectos procesales e incidencia en la relación material y se evidencia que es la inmutabilidad la nota característica de ella.

1.3 OBJETO

En relación a este punto Devis Echandía asevera que “no es correcto decir que el objeto de la cosa juzgada sea llevar la existencia de la voluntad de la ley para el caso controvertido, porque este es el de toda sentencia, haga o no tránsito a la cosa juzgada. La diferencia está en la inmutabilidad y definitividad de tal declaración de certeza; si no hay cosa juzgada, será una certeza provisional, ya que existirá solo mientras por un nuevo proceso no se la modifique, al paso que si la hay, no será posible examinarla en otro proceso, y, por lo tanto, no debe pronunciarse nueva sentencia de fondo, sea que confirme o modifique la decisión contenida en la primera, lo que significa que se tendrá una certeza definitiva e inmutable NE BIS IN IDEM. Esto conduce también a distinguir los efectos de la cosa juzgada y los propios de toda sentencia ejecutoriada”.

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En consecuencia, el objeto de la cosa juzgada es la inmutabilidad de la declaración de certeza contenida en la resolución judicial respectiva.

1.4 FUNDAMENTO

La cosa juzgada se basa en la voluntad del Estado expresada en el ordenamiento legal. No se funda entonces en el término de la jurisdicción, pues ésta, como facultad estable o perpetua del Estado no se extingue. Tampoco reposa la cosa juzgada en el fin de derecho de acción por cuanto, pese a que este culmina con la conclusión definitiva del proceso, es una institución autónoma y puede además ejercitarse –aunque sin éxito- al promoverse otro proceso.

Como bien sostiene Devis Echandía “…el fundamento o la razón jurídica de la cosa juzgada, que explica porque existe y se impone con su inmutabilidad y su definitividad tanto a los jueces como a las partes, está en la potestad jurisdiccional del Estado, de la que emana el poder suficiente para imponer, en la forma como el legislador lo desee, los efectos y la eficacia de la sentencia definitiva y de otras providencias a las cuales le otorgue los mismos efectos de cosa juzgada”

Añade el mencionado tratadista que “así como de la jurisdicción emana el deber de proveer y juzgar, y los poderes de decisión, de coerción, de documentación y de ejecución (…), así también emana de ella la voluntad del Estado de darle carácter definitivo e inmutable a los efectos de la sentencia ejecutoriada…”

Oderigo, tratando de explicar en que se funda la cosa juzgada, señala que “el fundamento de esta autoridad que se reconoce a las resoluciones finales relativas al fondo, es cuestión que se vincula directamente con el fundamento de la justicia como institución social”. Tal posición es discutible si tenemos en cuenta que no siempre las resoluciones definitivas contienen declaraciones de certeza ajustada a la ley o coincidentes con la realidad, debiendo ser atacadas por la autoridad de cosa juzgada que han adquirido, pese a ser injustas.

1.5 IMPORTANCIA

Es importante la cosa juzgada porque a través de ella se establece que la voluntad del Estado manifestada en la ley corresponde en cierto sentido a un determinado conflicto de intereses o incertidumbre jurídica. Por lo tanto se le da un carácter definitivo e inmutable a la declaración de certeza contenida en la resolución judicial respectiva.

La cosa juzgada evita la continuación de la controversia cuando a recaído sobre ella la decisión del órgano jurisdiccional, esto es, no puede plantearse de nuevo el litigio si ya fue resuelto, de esta manera habrá seguridad jurídica, fortaleciéndose además la función jurisdiccional al conferirse plena eficacia.

1.6 EFECTOS

“Como principio de carácter general, la cosa juzgada solo se extiende a aquellas cuestiones que le fueron propuestas por las partes la consideración de los jueces y expresamente decididas por estos…”.

Ahora bien, la certeza y carácter incuestionable de una determinada situación ventilada judicialmente, derivado de la cosa juzgada, son en realidad relativos por no ser oponibles a todas las personas al contraerse solamente a los litigantes o a quienes de ellos emanan sus derechos. “…la autoridad de la cosa juzgada se despliega también para todos los que, a título

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universal o particular, hallan sucedido en la titularidad–legitimación activa y pasiva de aquella determinada acción…”.

Devis Echandía destaca que “En materia Civil (…) no significa la cosa juzgada que la parte favorecida adquiera esa certeza definitiva e inmutable frente a todo el mundo, porque su fuerza vinculativa se limita a quienes fueron partes iniciales e intervinientes en el proceso en que se dictó y a sus causahabientes. Es el efecto relativo de la cosa juzgada, que todas las legislaciones afectan como norma general y que solo tiene limitadas excepciones para los casos en que expresamente la ley le otorga valor ERGA OMNES…”.

Lino Palacio comparte lo enunciado como manifiesta que “…la cosa juzgada comprende solamente a quienes han revestido el carácter de partes en el proceso en el cual se dictó la sentencia que adquirió aquella eficacia. Por lo tanto, la cosa juzgada no puede beneficiar ni perjudicar a los terceros que han permanecido ajenos al proceso…”.

De conformidad con el penúltimo párrafo del Art 123° del C.P.C. la cosa juzgada alcanza:

- A las partes.- A quienes de ellas deriven sus derechos

Siempre que hubieran sido citados por la demanda pueden extenderse los efectos de la cosa juzgada a:

- Los terceros cuyos derechos dependen de los de las partes- Los terceros de cuyos derechos dependen los de las partes

La inmutabilidad, efecto singular de la cosa juzgada, obliga a los magistrados a no resolver sobre el fondo de la cuestión decidida, dando por concluido el nuevo proceso. La inimpugnabilidad otorga a lo resuelto la calidad de definitivo e indiscutible. La sentencia con calidad de cosa juzgada es la que “…se ha hecho inmutable y al mismo tiempo ha venido a ser inmutable también la estatuición o pronunciamiento que en ella se contienen, con todos los efectos que dé el mismo se derivan”.

En suma, “tiene la cosa juzgada una función o eficacia negativa: la prohibición de los jueces para decidir sobre lo ya resuelto, y una función o eficacia positiva: la seguridad o definitividad que se le otorga a las relaciones jurídicas sustanciales sobre la que versa la decisión…”.

1.6.1 LIMITES DE LA COSA JUZGADA

La cosa juzgada se encuentra limitada objetiva y subjetivamente. El límite subjetivo está referido a los sujetos intervinientes en la Litis como parte.

El limite objetivo de la cosa juzgada tiene como elementos a la identidad del objeto de la pretensión y la identidad de la causa petendi.

En cuanto a la actividad del objeto hay que señalar que cuando este varía sucede lo mismo respecto del litigio y la pretensión. “En materia civil (…) el objeto el proceso lo constituye el derecho reconocido declarado o modificado por la sentencia en relación con una cosa o varias cosas determinadas, o la relación jurídica declarada, según el caso. Porque sobre todo la misma cosa puede existir diversos derechos (dominio, usufructo, habitación, etc.), y puede tenerse el mismo derecho sobre distintas cosas. De este modo si falta la identidad del derecho o de la cosa, estaremos en presencia de un litigio y de una pretensión distintos…”.

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En el concerniente a la identidad de la causa petendi (o razón de hecho expresada en la demanda como fundamento de la pretensión), si esta es distinta en 2 procesos, estando uno de ellos resuelto definitivamente, no se configurará el presupuesto de la cosa juzgada.

Los indicados elementos no representan por si solos causa suficiente para estar ante la cosa juzgada. ”… el limite objetivo lo forman, en conjunto, el objeto y la causa petendi; si aquel es el mismo (el mismo inmueble, por ejemplo), pero la causa varía (prescripción en vez de la adquisición por compra), ya no existirá identidad objetiva entre los 2 litigios, ni tampoco cosa juzgada. Ni el objeto, ni la causa petendi, tomados en forma aislada, son suficientes, en materia civil…”.

Al respecto, sostiene Redenti que “los llamados limites objetivos de la declaración de certeza y por tanto de la cosa juzgada deberían identificarse con los del derecho o de la relación que le sirve de base y ha sido declarada cierta, cualesquiera que sean luego las consecuencias que de ello puedan provenir para el futuro, aun no explícitamente consideradas o previstas en el momento en que se forma la declaración de certeza…”.

El limite subjetivo de la cosa juzgada: la identidad de las partes hacen que los efectos de ellas giren alrededor de tales y no respecto de terceros (salvo las excepciones previstas en el penúltimo párrafo del Art 123° C.P.C.). puntualizamos que no se trata de identidad de personas si no de partes porque aquellas pueden tratar de constituir, una misma parte procesal en un determinado juicio. “…lo que importa es la identidad jurídica de las partes, no su identidad física”.

Imaz, refiriéndose al límite procesal de la cosa juzgada señala que: “… con perfecta adecuación a la naturaleza del instituto el límite de la cosa juzgada se perfila por referencia al contenido de la norma jurídica individual, según aparece efectivamente enunciada como núcleo esencial de la sentencia en la medida en que su constitución legítimamente requerida para la solución del caso en litigio”.

1.6.2 RESTRICCIONES A LA INMUTABILIDAD DE LA COSA JUZGADA

El último párrafo del Art. 123° C.P.C. establece 2 restricciones a la inmutabilidad de la resolución que adquiere la autoridad de cosa juzgada, a saber:

- La nulidad de cosa juzgada fraudulenta.- La corrección de resoluciones.

1.6.2.1 LA NULIDAD DE COSA JUZGADA FRAUDULENTA

La nulidad de cosa juzgada fraudulenta prevista en el Art. 178 C.P.C, se distingue por lo siguiente:

- Se demanda a través de un proceso: de conocimiento( y no dentro del proceso en el cual se expide la resolución fraudulenta)

- Su objeto es pedir la nulidad de una sentencia con calidad de cosa juzgada o el acuerdo de las partes homologado por el juez que pone fin al litigio

- Solo procederá si el proceso del cual deriva la sentencia o el acuerdo mencionado ha sido seguido con fraude o colusión, afectando el derecho a un debido proceso, cometido por una, o ambas partes o por el Juez, o por este y aquellas.

- El plazo para presentar la demanda vence a los 6 meses de ejecutada o de haber adquirido la calidad de cosa juzgada si no fuera ejecutable, la sentencia o el acuerdo de partes a que se refiere el segundo acápite.

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- Pueden demandar la nulidad la parte o el tercero ajeno al proceso que se considere directamente agraviados por la sentencia o el acuerdo. Tendrán que acreditar el perjuicio sufrido y el interés legítimo con el que cuentan.

- A fin de asegurar el derecho del accionante, solo puede ser concedidas las medidas cautelares inscribibles.

- En caso de anularse la decisión judicial recaída en el proceso anterior se repondrán las cosas al estado que correspondan. No obstante lo expresado, la nulidad de nulidad de ninguna manera afectara a los terceros de buena fe y a título oneroso.

- Si la demanda de nulidad de cosa juzgada fraudulenta no fuera amparada, el demandante ligara las costas y costos doblado y una multa no menor de 20 URP.

1.6.2.2 LA CORRECCIÓN DE RESOLUCIONES

La segunda restricción a la inmutabilidad de la cosa juzgada la constituya la corrección de resoluciones. Esta se funda en la facultad de las partes de solicitar precisamente la corrección o rectificación de una resolución respecto a error material, numérico u ortográfico. La corrección se puede efectuar a iniciativa del Juez (de oficio).

De lo anotado se desprende que la corrección de resoluciones procede cuando:

- Cuando existan errores materiales en una resolución- Cuando hallan omisiones referidas a algunas de las pretensiones planteadas por las

partes y discutidas en el proceso.- Aun en el caso de encontrarse en ejecución la resolución que contenga algún error

numérico u ortográfico, esto significa que será corregida a pesar de haber sido notificada.

La corrección de resoluciones se encuentra contemplada en el Art.407° C.P.C.

1.6.3 LA COSA JUZGADA FORMAL Y MATERIAL

“la doctrina procesal reconoce 2 clases de cosa juzgada, la formal y la material. La primera, la formal, es la fuerza y autoridad de una resolución judicial ejecutoriada dentro del mismo proceso en que se pronunció, por lo que no es pasible de ser controvertida o ser materia de otra resolución judicial en el mismo proceso en que se declaró. Por cierto, de la misma definición se advierte que la resolución judicial sobre la que pesa la cosa juzgada, puede ser controvertida en otro proceso”

“La segunda, la material, es la fuerza y autoridad de una sentencia que permite hacerla valer como asunto resuelto definitivamente en cualquier otro proceso y aun ante cualquier otra autoridad, sea o no judicial”

La cosa juzgada formal no constituye en realidad cosa juzgada por tratarse tan solo de una sentencia ejecutoriada que da por terminado el proceso pero que no hace inmutable o irrevisable la decisión judicial; la llamada material, representa strictu sensu la institución que estudiamos. En consecuencia, creemos innecesaria la distinción aludida por lo que a esta figura procesal debe denominársele simplemente cosa juzgada, cuyos efectos siempre serán la inmutabilidad e inimpugnabilidad de lo resuelto.

1.6.4 ALTERACIÓN DE LA COSA JUZGADA: HECHO POSTERIOR A LA SENTENCIA

Como se ha dicho anteriormente, la cosa juzgada implica la inmutabilidad de lo decidido en la sentencia (que influye, como es obvio, en la relación sustancial), razón por la cual, en caso de

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producirse un hecho posterior a la última que extinga el derecho o título al que se le ha dado certeza jurídica con el fallo, no afecta lo resuelto, que continua vigente e inalterable, sino el asunto material que fuera objeto de decisión en la sentencia.

Devis Echandia afirma que cuando los derechos que reconoce la sentencia son irrenunciables, las partes pueden modificar sus efectos por transacción o novación, e inclusive pueden extinguirse totalmente por donación. No se trata en este caso de una excepción a los efectos normales de la cosa juzgada y tampoco de un caso REBUS SIC STANTIBUS, sino de extinción de los derechos y obligaciones contenidas en la sentencia por hecho posterior…”

El cumplimiento de la condena impuesta en la sentencia, sea por pago, compensación, ejecución de hecho debido, restitución del bien, etc., satisface la cosa juzgada al agotar sus efectos, pero esto no significa que la cosa juzgada tenga una relativa vigencia en el tiempo. Es el efecto normal del cumplimiento de toda obligación impuesta contractual o extracontractualmente. La eficacia de la cosa juzgada permanece inalterable”

1.6.5 SENTENCIAS QUE NO ADQUIEREN LA CALIDAD DE COSA JUZGADA

No adquieren la calidad de cosa juzgada:

- Las sentencias ejecutoriadas revisables mediante un nuevo proceso.- Las resoluciones que no se refieran al fondo del asunto controvertido o incierto (por

ejemplo, la que declara fundada la excepción de oscuridad o ambigüedad en el modo de proponer la demanda, anulando lo actuado y dando por concluido el proceso). Así es, nada impide que culminado un proceso en virtud de su pronunciamiento se promueva otro haciéndose valer idéntica pretensión entre las mismas partes del proceso anterior. Existen salvedades a la regla general como cuando concluye el proceso sin declaración sobre el fondo por ampararse una excepción perentoria (cosa juzgada, por ejemplo), por desistimiento de la pretensión, etc.

- Las sentencias recaídas en los procesos de jurisdicción voluntaria o no contenciosos. La cosa juzgada tiene por objeto ponerle fin a los litigios y de ahí su doble fuerza vinculativa. Pero como este motivo no opera para los procesos de jurisdicción voluntaria, en los que no existe litigio si no un simpe interés de certeza jurídica, en ellos no se produce la cosa juzgada.

- Aquellas sentencias expedidas en procesos contenciosos que por su naturaleza especial no pueden contener disposiciones de efectos perdurables, manteniéndose su vigencia hasta tanto no varíen las circunstancias que las motivaron (como en los casos de procesos de alimentos, suspensión de la patria potestad, etc.)

1.7 EFICACIA DE LA SENTENCIA Y DE LA COSA JUZGADA

A continuación veremos la eficacia de la sentencia y de la cosa juzgada respecto al tiempo y al espacio.

1.7.1 RESPECTO AL TIEMPO

Es de aplicación la normatividad vigente al momento de la expedición de la sentencia y, con mayor razón, la contenida en ella como fundamento jurídico de la declaración de certeza. En consecuencia, los fallos con autoridad de cosa juzgada no quedan afectados por la promulgación de una ley modificatoria de las reglas jurídicas aplicadas en ellos. Sin embargo esto no quiere decir que el transcurso del tiempo no puede afectar en ningún caso los efectos

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de la sentencia. Es esta la regla general, pero en algunas sentencias de naturaleza especial, como las de alimentos o las de interdicción, pueden ser afectadas en sus efectos u obligatoriedad cuando en el transcurso del tiempo cambien las circunstancias que las motivaron, y entonces la ley permite su revocación o modificación.

Es a partir de la ejecutoria de la sentencia que esta empieza a surgir sus efectos, pero por voluntad de la ley esta puede anticiparse o aplazarse la eficacia de la sentencia. Por ejemplo, el caso de ejecución anticipada de la pensión de alimentos fijada judicialmente, en que se ejecuta la sentencia aunque halla apelación (Art 566 C.P.C).

La eficacia de la sentencia también puede operar para momento anterior al de su ejecutoria, vale decir, que es posible su efecto retroactivo. Esta hipótesis se da, tratándose de la anulabilidad del acto jurídico, rescisión y resolución de contratos, etc.

1.7.2 RESPECTO AL ESPACIO

En cuanto a la eficacia de la sentencia y de la cosa juzgada respecto al espacio hacemos nuestra la posición de Devis Echandia que afirma “… se aplican las reglas sobre la vigencia de la ley procesal, ya que la eficacia de la cosa juzgada se asimila a la de la ley (…). Por consiguiente, el doble efecto de inmutabilidad e imperatividad de la sentencia no se produce ante autoridades ni en el territorio de otro Estado, sino en virtud del EXEQUATUR que le otorguen los jueces naturales”

2. LA EXCEPCIÓN DE COSA JUZGADA2.1 DEFINICIÓN

Así como la jurisdicción otorga a las partes el derecho de obtener una sentencia mediante un proceso y la obligación de someterse a él, de idéntica manera les impone una prohibición de pretender otro proceso para obtener una nueva sentencia de fondo cuando existe cosa juzgada sobre la pretensión, dándole al demandado el derecho de oponer esa circunstancia como excepción previa.

La sentencia pasada en la autoridad e cosa juzgada produce a favor no solo del vencedor, sino también del vencido, el derecho de impedir que la controversia decidida se renueve ora vez, o que se deduzcan pretensiones que contradigan el contenido de la sentencia. Tal es la excepción de cosa juzgada.

Como medio de asegurar la inmutabilidad de lo resuelto con carácter firme, y de evitar, por lo tanto, el pronunciamiento de una segunda sentencia contradictoria, la ley concede a las partes la llamada excepción de cosa juzgada.

La excepción de cosa juzgada o EXCEPTIO REI JUDICATA tuvo su origen en el Derecho Romano para consolidar la necesidad de certeza jurídica. Así, se buscaba asegurar la obligatoriedad e inmutabilidad de la decisión del magistrado frente a otra que pudiera tratar del mismo asunto.

En el Derecho Romano tenia por finalidad proteger al demandado de una nueva acción y un nuevo fallo, es decir, sólo de la manifestación exterior del derecho deducido. Sin embargo, se encontraba desprotegido respecto del contenido de la sentencia, igualmente el actor quedaba a merced de una acción del demandado, ya que este no había interpuesto acción alguna que se hubiese extinguido por los efectos novatorios de la litiscontestatio.

El código de Procedimientos Civiles de 1912 regulaba la excepción de cosa juzgada en los artículos 312 y 317 incisos 1), 2) y 3). El Código Procesal Civil la contempla en el artículo 446

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inciso 8). Esta excepción tiene base constitucional porque el artículo 139 inciso 13) de la Carta Magna establece como principio y derecho de la función jurisdiccional “la prohibición de revivir procesos fenecidos con resolución ejecutoriada…”

La excepción de cosa juzgada es la que se deduce en un proceso, en virtud de existir una sentencia judicial que haya culminado en un proceso anteriormente sobre la misma acción, por la misma cosa y entre las mismas personas.

Es aquella especial excepción judicial por medio de la cual se pide la declaración de certeza de la existencia de un hecho jurídico (cosa juzgada), al cual el derecho procesal objetivo somete a la extinción del derecho de acción y del derecho de jurisdicción”

Es el derecho que tiene el litigante favorecido con la primera sentencia o quien no de oponer el fallo que le favorezca a las nuevas pretensiones que sobre lo mismo pudiera formular su contrario, impidiendo por tal medio toda discusión sobre lo ya juzgado, en un proceso posterior.

Es la prohibición de hacer que se declare de nuevo la certeza de una relación jurídica ya declarada, mediante la emisión de una sentencia final de fondo que haya hecho transido a cosa juzgada, es una prohibición que afecta tonto al demandado como al actor, independientemente del contenido de la sentencia emitida.

La excepción de cosa juzgada supone la presencia de un proceso ya concluido por decisión firme a través de una sentencia o laudo arbitral, y la de otro proceso en giro donde los litigantes, las pretensiones procesales planteadas, así como el interés para obrar, sean iguales. A fin de determinar si el proceso ya terminado es igual al que se encuentra en trámite debe verificarse la identidad de las partes (jurídica), de pretensiones y de interés para obrar. Si se constatan las 3 identidades mencionadas la excepción de cosa juzgada será objeto de amparo.

Esta excepción permite al demandado denunciar que el interés para obrar del demandante ya no existe, dado que lo hizo valer en el anterior proceso, en donde quedo totalmente agotado al haberse expedido un pronunciamiento definitivo sobre el fondo de la controversia.

La EXCEPTIO REI JUDICATIA no reposa en la salvaguarda del principio de economía procesal. No obstante resultar este importante, la razón de ser de dicha excepción no se encuentra en el sino en la necesidad de evitar resoluciones opuestas que traigan como consecuencia una incertidumbre jurídica indefinida y no la obtención de paz social en justicia. El fundamento de la cosa juzgada es LA SEGURIDAD JURIDICA.

2.2 NATURALEZA JURIDICA

Muy discutida es hoy la índole de esta excepción, ya que, contrariamente a la doctrina y jurisprudencia que hasta ahora han dominado sin oposición, muchos sostienen que es una excepción de orden público, y que, por tanto no pueden las partes renunciarlas, y el magistrado debe hacerlas valer de oficio. La razón de esto se encuentra en el mismo fundamento de la cosa juzgada, esto es, en la necesidad social de que los pleitos no se renueven continuamente, y de que los derechos, una vez declarados, no vuelvan a ponerse en duda, el cual fin quedaría frustrado si se concediera a las partes la facultad de renunciar expresa o tácitamente a hacer valer dicha excepción.

A nuestro parecer la excepción de cosa juzgada es una institución procesal invocada por quien quiere hacer valer el carácter incuestionable e irrevisable de una sentencia ya pronunciada, y

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por ende, destinada a renunciar una cuestión de orden público, de lo que se refiere su efecto perentorio. La figura que analizamos se dirige pues a lograr el reconocimiento de la declaración de certeza ya existente y la concreción de la prohibición de los órganos jurisdiccionales de ventilar un asunto ya juzgado, no afectándose, en consecuencia, las relaciones jurídicas de derecho sustancial que fueron objeto de una precedente sentencia con autoridad de cosa juzgada, las mismas que se regirán de acuerdo a lo ordenado en dicha sentencia.

2.3 AMPARO DE LA EXCEPCIÓN

Para que proceda tal excepción es necesario que la cosa perdida sea la misma, que la demanda se funde en la misma causa, que se haga entre las mismas partes y en la misma cualidad, es necesario pues, que entre la demanda sobre la cual estatuyó al fallo anterior y la que se propone en el nuevo juicio, exista la tripe identidad: a) de la RES, b) CAUSA PETENDI (ET EXCIPIENDI), c) de la CONDITIO PERSONARUM.

Por disposición de Art. 453 inciso 2) C.P.C. será fundada la excepción de cosa juzgada cuando se inicia un proceso idéntico a otro “que ya fue resuelto y cuenta con sentencia o laudo firme.

El Art. 452 del mencionado ordenamiento procesal trata precisamente sobre los procesos reputados idénticos preceptuando que “hay identidad de procesos cuando las partes o quienes de ellos deriven sus derechos, el petitorio y el interés para obrar, sean los mismos”.

En conclusión la identidad jurídica de las partes, del petitorio y del interés para obrar constituye la denominada triple identidad exigible para la procedencia de la excepción de la cosa juzgada.

2.4 PRUEBA DE LA EXCEPCIÓN

La cosa juzgada es la facultad que compete a aquellos que han sido partes en un juicio anterior, de alegar y probar la existencia de la cosa juzgada, o sea, la facultad de alegar y probar la existencia de aquella especial causa de extinción del derecho de acción y del derecho de jurisdicción que es la cosa juzgada.

Alegar y probar la cosa juzgada quiere decir también alegar y probar un hecho jurídico al que el derecho procesal objetivo vincula la extinción del derecho de jurisdicción del Estado y de la obligación jurídica correspondiente del ciudadano, y por tanto, en último análisis, quiere decir alegar y probar la relación jurídica existente entre el ciudadano y Estado que el derecho procesal objetivo vincula a aquel hecho jurídico, es decir, el derecho del ciudadano a no hacer juzgar nuevamente y la obligación de los órganos jurisdiccionales del Estado a no juzgar.

El objeto de prueba de la excepción que analizamos consiste en acreditar la existencia de la cosa juzgada, vale decir, de un proceso ya resuelto que cuenta con sentencia firme, idéntico a aquel dentro del cual se plantea la excepción.

El excepcionado tendrá que demostrar que hay cosa juzgada sobre el asunto ventilado, para lo cual podrá ofrecer los siguientes medios probatorios:

- El expediente fenecido del cual derivo la sentencia con autoridad de cosa juzgada. Para ello deberá acreditar su existencia con documento (Art. 240 C.P.C. último párrafo)

- Copias certificadas o simples de la sentencia final y de preferencia de la demanda, contestación y sus modificaciones o ampliaciones; en defecto del expediente fenecido.

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Del análisis que efectúe el magistrado de los medios de prueba que versan sobre el proceso terminado mediante sentencia con autoridad de cosa juzgada. El órgano jurisdiccional deberá entonces hacer la correspondiente confrontación entre los elementos de uno y otro proceso a fin de determinar si se da o no la triple identidad exigida para amparar la excepción, y una vez realizad el cotejo, resolver en consecuencia.

2.5 DISTINCIÓN ENTRE LA EXCEPCIÓN DE COSA JUZGADA Y LITISPENDENCIA

En la primera se requiere la existencia de procesos idénticos en trámite. En la segunda, si bien se exige procesos idénticos, uno de ellos (el primero) habrá concluido por sentencia o laudo arbitral firme y el otro debe encontrarse en curso.

La cosa juzgada descarta la litispendencia pero, puede esta última situación constituir el presupuesto de la excepción de cosa juzgada si, tramitados dos procesos idénticos, se expide, a pesar de esto, resolución en uno de ellos. Puntualizamos que nos referimos al presupuesto de la excepción en estudio y no a la procedencia de la misma, la cual se subordina a los plazos legales respectivos y otras cuestiones procesales.

La cosa juzgada se distingue de la litispendencia, en que mientras esta se concede frente a una simple demanda, la cosa juzgada supone una sentencia ya producida.

Presuponen la repetición de una misma causa. Si la causa se repite estando todavía la anterior en curso, se da la litispendencia; si se verifica después de que la primera causa se ha decidido por sentencia, no susceptible de recurso ordinario, se da la cosa juzgada.

2.6 CONSECUENCIA JURIDICA

Este instituto procesal siendo una excepción perentoria, de ser amparada trae consigo el archivamiento definitivo del expediente que contiene el proceso en que se dedujo la excepción, el que se extingue. Además es compleja porque extingue la pretensión procesal.

La excepción de cosa juzgada denuncia la violación de la inmutabilidad de la sentencia firme y de la prohibición de los órganos jurisdiccionales de ventilar asuntos ya decididos. Excluye el derecho a pretender la declaración de certeza de las relaciones jurídicas concretas y sustanciales deducidas en juicio en vía de acción.

De resolverse infundada la excepción de cosa juzgada se declarará saneado el proceso, esto es, la existencia de una relación jurídica procesal válida. Ello de conformidad con el tercer párrafo del artículo 449 del C.P.C.

Si el Juez declara fundada la excepción de cosa juzgada, una vez consentido o ejecutoriado del auto respectivo el cuaderno de excepciones se agrega al principal produciendo como efecto la anulación de lo actuado y la conclusión del proceso sin declaración sobre el fondo. Así lo disponen los artículos 451 inciso 5) y 321 inciso 4) del Código Procesal Civil.

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